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Analía Reale

demográficas (Tracey, 2000). Anderson et al. (1999), al analizar los


datos del mismo estudio de BT, encontraron que la comunicación
por ordenador y la comunicación telefónica son complementarias,
particularmente en los contactos con amigos, si bien los usuarios
de ordenador suelen tener menos contactos personales con sus fa-
miliares que los no usuarios (p. 139).

También es parte importante del paratexto científico una variada


batería de recursos visuales (gráficos, tablas, cuadros) que comple-
mentan y sostienen el texto verbal, como sucede en el fragmento del
Curso de lingüística general de Ferdinand de Saussure que analizamos en
el comienzo de este capítulo.

Actividad 3
Leer el texto que sigue para resolver las consignas planteadas a continuación.

Engaño
Freud dijo en cierta ocasión: «Quien tiene ojos para ver y oídos para oír puede
estar convencido de que ningún mortal es capaz de guardar un secreto. Si los
labios permanecen en silencio, habla con las yemas de los dedos; la delación
le exuda por todos los poros»*. Cada vez más investigadores exploran la na-
turaleza específica de esta hipótesis de Freud, preguntándose cuáles son las
señales no verbales particulares que delatan a una persona cuando está tra-
tando de engañar a alguien. Son muchas las observaciones no sistemáticas de

*
Freud, S.: “Fragment of an Analysis of a Case of Hysteria (1905)”, Collected Papers, Nue-
va York, Basic Books, 1959, vol. 3.

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la impostura, tal como los «ojos esquivos» del mentiroso. El famoso abogado
Louis Nizer sugiere que los jurados pueden adjudicar impostura a los testigos
que 1) mueven las piernas a modo de tijeras cuando se les formulan ciertas
preguntas, 2) miran al cielorraso (como pidiendo ayuda), o 3) se pasan la mano
por la boca antes de responder determinadas preguntas queriendo significar:
«¡Cómo me gustaría no tener que decir lo que estoy a punto de decir!»**.
Las investigaciones académicas han encontrado una variedad de conductas
asociadas a mentirosos comparándolas con comunicantes veraces. Según
estos estudios, los mentirosos adoptan un tono de voz más agudo, mantie-
nen menos tiempo la mirada y usan adaptadores más prolongados, menos
ilustradores (menos entusiastas), más emblemas del estilo de mover las ma-
nos (inseguridad), más adaptadores –en particular adaptadores faciales–, y
menos cabezadas, más lapsus verbales, ritmo más lento en el hablar y po-
siciones más lejanas en relación con sus interlocutores. Estas investigacio-
nes no han dado resultados siempre coherentes, aunque los estudiosos han
utilizado muchos métodos para crear una situación de impostura con fines
analíticos. Además, no disponemos de información sobre cuál de las señales
registradas, si es que hay alguna, utilizan los observadores cuando tratan de
detectar la impostura. Sin embargo, sabemos que la mayoría de las inves-
tigaciones muestran que los observadores no entrenados pueden detectar
comunicaciones engañosas de extraños sólo en la proporción del mero azar,
esto es, en un cincuenta por ciento de los casos.
Ekman y Friesen desarrollaron un marco teórico en relación con la manifes-
tación de señales no verbales respecto a la impostura. Centraron la atención
preferentemente sobre el rostro, las manos y los pies/piernas, ya que estos
investigadores creían que si la postura fuera tan fácil de simular, no habría

**
Nizer, L.: The Impostor. Conspiracy. Greenwich, Conn., Fawcett, 1973, pág. 16.

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sido una fuente principal de filtración (que revela una información oculta es-
pecífica) o de señales de engaño (que revelan que se está produciendo uno
sin indicar la información específica). Considerando la capacidad de emisión,
la retroalimentación interna y la externa, el rostro ocupa el primer lugar en las
tres dimensiones; a continuación vienen las manos y por último los pies/pier-
nas. La disponibilidad de señales de filtración y engaño invierte estas pautas,
y así los pies/piernas resultar ser una buena fuente de señales de filtración y
engaño; después las manos, mientras que la cara es la fuente más pobre. Se
arguye que nadie despilfarrará demasiado esfuerzo en inhibir o disimular en
áreas del cuerpo que los demás ignoran en gran parte. Igualmente importan-
te resulta el hecho de que no se pueden inhibir o disimular acciones en áreas
del cuerpo acerca de las cuales se ha aprendido a desdeñar la retroalimenta-
ción interna, o acerca de las cuales se recibe poca retroalimentación externa.
Las señales de filtración y de fraude en el rostro provienen, en general, de mo-
vimientos microfaciales (que raramente se observan en la conversación coti-
diana) y de simulaciones imperfectamente ejecutadas (la sonrisa demasiado
prolongada y el entrecejo demasiado severo)***. Las manos son más fáciles de
inhibir que la cara porque se pueden ocultar a la vista sin que la ocultación mis-
ma se convierta en una señal de engaño. Sin embargo, las manos pueden hun-
dirse en las mejillas, atormentarse con las uñas o sostener protectoramente las
rodillas mientras el rostro está sonriente y afable. Las señales de filtraciones
en las piernas o pies podrían incluir puntapiés agresivos, seductoras exhibicio-
nes de pies, apretones de piernas autoeróticos o calmantes, o bien incesantes

***
Ekman y Friesen estudiaron cómo trata un sujeto de mentir mediante el rostro y
algunas fuentes de filtración susceptibles de prestar ayuda a los observadores, como la
morfología facial, la duración y la localización de la expresión y las expresiones micro-
momentáneas. Cf. Capítulo 11, «Facial Deceit», en Ekman, P. y Friesen, W. V., Unmasking
the Face, Englewood Cliffs, N. J., Prentice-Hall, 1975

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y abortados movimientos de fuga. Señales de impostura pueden ser también


las posiciones tensas de las piernas, los frecuentes cambios de postura de
éstas o los actos incesantes o repetitivos de piernas y pies. Como es obvio, la
falta de realización de actos no verbales que habitualmente acompañan a los
actos verbales, es también un signo de que algo no funciona.
La experimentación posterior confirmó la idea de que la mayoría de las perso-
nas prestan atención a su conducta facial cuando tratan de engañar a alguien
pero los observadores no familiarizados con los comunicantes no pudieron
distinguir a los impostores únicamente mediante el examen de las señales
corporales, a menos que se les expusiera también la conducta de aquéllos
cuando emitían mensajes veraces.
Para que la impostura fracase debido a las señales no verbales de filtración
o impostura, es condición necesaria la presencia de un deseo consciente de
ser atrapado, culpa secundaria, vergüenza o angustia por engañar, o tal vez el
miedo a ser descubierto. También se puede fracasar debido a una imposibili-
dad de vigilar y disfrazar formas de conducta para las cuales no se dispone de
retroalimentación y de las que se ha advertido que la mayoría de la gente no les
presta atención, olvidando que si el observador descubre el menor indicio de
engaño vigilará intensamente estas conductas tradicionalmente descuidadas.
Permítaseme, a esta altura, reiterar un punto importante. Las conductas no
verbales asociadas a zonas estudiadas en este capítulo han de mantenerse
en una perspectiva contextual, lo que quiere decir que aun cuando una con-
figuración dada de señales no verbales pueda ser portadora de sentimientos
de calidez interpersonal, esa misma configuración puede adoptar un signifi-
cado totalmente distinto en un contexto en el que las conductas de calidez
estén neutralizadas, agregadas u ocultas por otros factores.
Knapp, Mark (1982). La comunicación no verbal.
El cuerpo y el entorno. Barcelona: Paidós. (pp.200-203)
(Texto adaptado)

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Consignas
1. Identificar y señalar en el texto los rasgos de estilo del discurso científi-
co-académico.
2. Identificar el género discursivo al que pertenece este texto. Justificar la
respuesta teniendo en cuenta su tema, estilo y forma de composición.
3. Hacer un listado de los términos técnicos empleados en este fragmento.
4. Buscar la definición de esos términos en una enciclopedia o diccionario
especializado en comunicación.
5. Agregar al menos dos notas al pie del texto con las definiciones de los
términos técnicos buscados en el punto anterior. [→Para la función de
las notas ver pág. 73. Sobre la definición, ver pág. 132]

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