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El Paseo de las Esculturas

Exposición Permanente escultórica a Cielo Abierto de Alejandro Marmo

En la localidad de Santa Rosa de Calamuchita, en el complejo vacacional El Parador de la


Montaña, situado a 6 kilómetros de esta ciudad desde a partir del año 2001. Se sumó un
nuevo atractivo al creciente circuito cultural de esta localidad, es una exposición
permanente a cielo abierto, producto del reciclaje industrial. Con elementos de hierro,
que representan entre ellas: una langosta gigante, de casi tres metros.
La particular obra de arte forma parte del patrimonio cultural de este complejo, la misma
está ubicada a metros del Museo Carlos Ameghino, que fue realizada por el artista
porteño Alejandro Marmo.
Alejandro Marmo nació en el Partido Tres de Febrero, Provincia de Buenos Aires, el 19 de
febrero de 1971 ,en el seno de una familia de inmigrantes conformada por su padre, Luis
Marmo, italiano y su madre Maria Minassian, descendiente de armenios. Precisamente,
fue lo que aprendió durante su infancia, entre el taller de herrería de su padre, y las
máquinas de coser de su madre. Lo que sobraba era su universo de juego, donde fue
desarrollando su gusto por el arte, que desempeñaría con continuidad y de forma
autodidacta a partir de sus 25 años, donde comienza a realizar muestras colectivas e
individuales en Buenos Aires.
Desde 1998 Realiza exposiciones individuales en varias provincias de nuestro país, y
también exposiciones en Italia ( Roma, Florencia, Bologna, Milán, Capri, Salerno y Venecia)
,Grecia (Santorini y Mikonos ) y Miami.
Realiza esculturas en plazas y lugares públicos. En el 2001 hasta 2003 realiza su obra para
el Valle de Calamuchita.
“Transformar para transformarse. Es la simpleza y al mismo tiempo la fuerza de ese
concepto el que rige cada una de las experiencias artísticas y antropológicas que desde
hace dos décadas impulsa Alejandro Marmo..
El artista instaló el nuevo concepto de integración a través del arte, como metáfora del
desarrollo cultural e industrial. Para esto, trabaja con obreros y sectores excluidos de la
sociedad.
Las obras Pretenden respetar la memoria de todos los materiales del área y con eso
construir una imagen nueva”, manifestó el artista respecto a la creación enclavada en un
espectacular marco natural, entre plantaciones y sierras…
Recordamos su vida y una propuesta artística diferente que se mezcla y proyecta en este
paisaje de las serranías cordobesas su obra como un collage de rezagos industriales.

El recorrido de Exposición a cielo abierto “OXIDO Y DESCARTE” de Alejandro Marmo


Parador de la Montaña
La expresión de sus creaciones (pájaros, insectos y hombres) volcadas en estas obras
parten de la realidad circundante. Las figuras logran el equilibrio de proporciones, formas,
y movimientos.

1- Parloteando
70x 50 cm
2001( Cotorra ) es una obra ensamblada de los descartes de hierro. Se visibiliza un
loro pequeño que habita en este bosque serrano y en el Parador. Se los
escucha murmurar permanentemente en los arboles del lugar.

2- Don Nino
200x 180 x 300cm
2002
Don Nino fue un picapedrero oriundo de este lugar, y su oficio ha dejado huella
en cada Rincón de este parador. Con esta obra queda inmortalizado su rustico
trabajo, el de picar piedra de la montaña.

La técnica utilizada es: ensamblados de descartes metálicos soldados.

3- Equilibrio Emocional
200x 350x 140 cm
2002
Esta obra sugiere el equilibrio mostrando las buenas proporciones, forma y
movimiento del cuerpo humano. Se encuentra montado en piezas de descartes a
los que el artista dio vida con su soplete.

Subiendo en el recorrido en el sendero, que lleva al Museo Carlos Ameghino y con


vista al vista paisaje del parador de la Montaña.
4- Aterrizaje (Mosca)
500x300 cm
2002
Los insectos son una característica propia de Alejandro Marmo. Utilizando la misma
técnica y concepto: el ensamblaje y fusión de los descarte. En esta obra vemos una
mosca aterrizando, desplegando sus alas y patas en lo alto de la montaña.

5- Saltando pacíficamente al abismo (langosta)


300x 170x 200 cm
2001
Esta creación adquirió su forma a partir de la combinación de viejas piezas de los antiguos
habitantes del lugar. Para recrear uno de los ojos, Marmo utilizó una pava que perteneció
a Don Nino, un legendario poblador del lugar. También utilizó elementos de automóviles y
chatarra. La mayoría de las piezas no fueron modificadas y conservan el color oxidado
propio de las mismas.

Conclusión

La obra es todo un proceso, cuando se intuye, se piensa, se construye, se plasma lo


imaginado, se expone y recibe la devolución de la realidad social.
El caos comienza en lo individual y la crisis personal  despierta  hechos que nunca
ocurrirán y allí, depende lo que se haga con la imaginación.
En la Argentina de los años 90 colapsó la vanidad y el individualismo, ese desborde
desmanteló la autoestima colectiva y la mirada en la industria nacional. En ese contexto
mi trabajo construyó un discurso a medida que iba emplazando obras en espacios
públicos, porque justamente no creo en los discursos primero que las obras.
El engranaje es un símbolo fundamental como metáfora de lo que representa el arte.  Los
colectivos de arte en una sociedad son tan necesarios como los niños en una fiesta
familiar. El renacer de materiales, recupera memoria, historia, valores, familia y respeto
por los que más años tienen.
…. A esta altura es un recurso necesario y el método para transpolar ese estado
despreciable de mi mundo imaginario es el arte. Se transformará sin dudas en la religión
del Siglo 21 para curar el alma de las sociedades enfermas de vanidad..
 Sigo mi intuición y dejo que las piezas se expresen. Este operador abstracto fluye y la obra
se transforma en la herramienta de comunicación que uno elige para canalizar su
expresión y en el sistema que moviliza los sentidos del artista. 

Alejandro Marmo.

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