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LOS COMENTARIOS DE TEXTO


La principal dificultad que tienen muchos estudiantes para realizar un comentario
de texto es que no saben -porque nadie se lo ha dicho nunca- qué es lo que se les pide
que hagan. Aquí el comentario será un pretexto para aprender a pensar, a leer y a
escribir antropológicamente: una herramienta útil que nos ayude a enterarnos mejor de
qué es lo que piensan, escriben y hacen los distintos antropólogos.

No hay reglas fijas de cómo realizar comentarios. Las que siguen, les pueden ser
de utilidad como herramienta inicial y como ejercicio de adiestramiento en las técnicas
de lectura y escritura. No se preocupen si al principio les cuesta o les lleva mucho
tiempo: la cuestión es soltarse, perder el miedo y disfrutar.

Mientras tanto, he ordenado algunas recomendaciones y consejos para iniciarse en


la práctica de los comentarios. Si no fuesen lo suficientemente claros o no sirviesen
como guía, se podría habilitar un foro específico sobre escritura académica en el curso
virtual: así se podrían comentar las dificultades principales y entre todos elaborar
recetas que las remedien.

Los pasos que yo recomiendo para hacer un comentario son los siguientes:

1. Lectura del texto

 Se debe leer y releer las veces que haga falta, hasta que estemos seguros de que
se ha comprendido. Usaremos todo tipo de ayudas disponibles, empezando por
buscar en un diccionario o en una enciclopedia el significado preciso de las
palabras sobre las que tengamos dudas.

 Tal y como lo planteamos el comentario es el resultado de una lectura que busca


indagar, investigar y reflexionar sobre un texto.

 A partir de la lectura exhaustiva, ya podremos establecer cuál es el problema –o


problemas- que plantea el fragmento.

2. La autora y su obra

 El texto forma parte de un todo, generalmente un libro o un artículo, creado o


ideado por una autora: ¿Conocemos las referencias del libro o del artículo y su
fecha de publicación? ¿Conocemos a la autora? ¿Somos capaces de situar el

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libro y el fragmento dentro de la obra? ¿podemos delimitar la orientación teórica
de la autora?

 Si podemos responder a esas preguntas, bien porque hayamos leído el libro, bien
porque hayamos estudiado a la autora, bien porque lo estemos estudiando en esta
o en otra asignatura (Historia de la Sociología o de la Antropología, por
ejemplo) lo escribiremos en una nota. Cuando esté listo el comentario,
decidiremos si es relevante incluir estos datos o no.

 Si no sabemos nada del libro, o de la autora y carecemos de referencias, no pasa


nada: ya nos enteraremos de quiénes son.

 Mejor reconocer lo que no se sabe que cortar y pegar lo que dice la wikipedia o
plagiar un trabajo colgado en internet. No estamos- como diría el antropólogo E.
Leach, clasificando una colección de mariposas y colocándole la etiqueta
correspondiente a cada nueva adquisición.

 En este caso, es decir, en el de que estemos perdidos sobre la autoría, nos


limitaremos a señalar la información que nos brinda el propio texto, que siempre
es más de la que parece. Después, la cotejaríamos con los libros de Antropología
que estemos manejando, la discutiríamos en algún foro del curso virtual,
miraríamos la wikipedia, si el artículo es de los “fiables” o se formularía la
consulta en la “Guardia Virtual” del curso.

3. Elaboración del comentario

 La escritura del comentario de texto deberá centrarse en los siguientes aspectos:

- 3.a. Entender y decidir cuál es el principal problema que se plantea en el


texto: ha de quedar clara cuál es la problemática intelectual en que se
inscribe y desde qué perspectiva concreta la aborda el autor.

- 3.b. El segundo paso nos llevaría a profundizar en la argumentación


concreta y su estrategia: qué quiere demostrar o describir el autor, cómo se
inserta esta argumentación en el problema principal que hemos señalado en
3.a. y cómo construye el argumento: 1) en qué tipo de pruebas basa la
argumentación y qué tipo de datos utiliza. 2) cómo usa los datos para apoyar
la argumentación, es decir, cómo los organiza para convencer al lector. 3)

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Por último, el estudiante esgrimirá sus razones para aceptar o rechazar la
argumentación: ¿ha sido convincente?

4. Estilo del texto

 Es importante también que la estudiante se fije en cómo está escrito el texto y la


claridad de la exposición. Es decir, si le ha resultado fácil o difícil entenderlo, si
ha disfrutado del estilo o si se trata de un texto enrevesado, pedante,
embarullado o vacío de contenido.

5. Escritura del Comentario.

 Con todas las notas que hemos tomado sobre los aspectos anteriores, trazaremos
un plan de lo que queremos decir sobre el texto.

 Es importante distinguir las notas de trabajo (que pueden ser todo lo extensas
que se quiera), de la presentación elaborada del comentario. ¿Qué poner y qué
quitar de nuestras notas?: El criterio fundamental es el de relevancia, no distraer
al lector con líneas argumentativas que no lleven a ninguna parte.

 Hay alumnos que llegan a la universidad con más soltura a la hora de escribir
que otros: es inevitable. Pero, todos los alumnos de este curso acabarán leyendo
y escribiendo razonablemente bien, si se lo proponen.

 El estilo académico -unas veces más argumentativo, otras más descriptivo- no es


tan complicado como el literario. Se busca la claridad expositiva: como dicen los
anglosajones, una frase, una idea. Ahora bien, la frase tiene que estar bien
construida, con su sujeto, su verbo principal, sus atributos, y ligada a las
subordinadas que la autora considere relevantes.

 El comentario elaborado por el estudiante debiera seguir una estructura similar a


la que hemos diseccionado en el texto, en cuanto a idea central, estrategia
argumentativa y uso de pruebas.

 A veces, al iniciarse en una materia nueva, mucha gente queda fascinada por los
palabros, como diría Forges, y se piensa que las frases llenas de jerga -muchas
veces, simplemente términos mal traducidos del inglés- son una muestra de
sabiduría. Hay que distinguir la existencia de términos técnicos –hay que saber
lo que significan cuando se usan- de la esterilidad y pedantería de las jergas.

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5. Extensión

 Los comentarios de texto no necesitan ser muy largos. Como orientación yo


sugeriría un escrito que tuviese entre. 250 y 400 palabras.

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2. LOS ENSAYOS
¿Qué es un ensayo? Según lo define Julio Casares en su Diccionario Ideológico,
“Un ensayo es una obra o escrito, generalmente breve, en que se trata de alguna materia
sin el aparato ni la extensión propios de un tratado completo”.

Escribir un ensayo es un poco como dar los primeros pasos en la escritura


académica: se trata de una pequeña pieza de escritura, en la que aparece una
argumentación y unas pruebas que la avalen sobre un tema específico.

Estructura

 El ensayo necesita tener un título para informar al lector de qué va a tratar.

 El texto principal está dividido en varias partes: en primer lugar, una


introducción, donde se indica en qué va a consistir todo lo que viene a
continuación: se explica el tema principal o tesis, que se va a defender; se
informa al lector qué postura se va a mantener y en qué pruebas se basa esa
postura. Por ejemplo, si se trata de una argumentación teórica, se indicará en una
breve frase (unas dos o tres líneas) que obras y de qué autor se seguirán o se
criticarán. Si las pruebas de apoyo se basan en un caso etnográfico, es necesario
mencionarlo e indicar qué aspectos de esa monografía se usarán para apoyar la
tesis central.

 En un ensayo cuya extensión sea de 4 ó 5 páginas, la introducción tendrá una


extensión no superior a media hoja.

 Después vendrá el cuerpo del ensayo, que puede iniciarse con una brevísima
definición de los conceptos utilizados (por ejemplo, si se utiliza un término
como cultura, que tiene casi tantas definiciones como usuarios, conviene
matizar en qué sentido se usa) o con una (también muy breve) contextualización
de las fuentes y la literatura antropológica existente sobre el tema.

 La parte más importante del escrito será la presentación del problema, que se
expondrá en frases sencillas y claras (como resumíamos en las orientaciones de
los comentarios: “una frase, una idea”). La lectora tiene que saber con toda
nitidez cuál es el argumento que se está defendiendo: es importante seguir un

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criterio de relevancia que elimine la “paja”, los lugares comunes o los apoyos
argumentales que no lleven a ninguna parte.

 Cualquier cita o referencia que se utilice deberá ser explícita. Sin embargo, en
un ensayo muy breve es mejor no abusar de las citas y recurrir, cuando sea
posible, a resumir el argumento del autor al que nos estamos refiriendo. En todo
caso, la pertinencia de las citas debe quedar clara en el texto.

 La última parte del ensayo es la conclusión en la que debe quedar reflejado lo


que se ha demostrado y señalar qué otros aspectos debieran estudiarse más
adelante. La conclusión debiera tener una extensión similar a la de la
introducción.

Claridad de expresión

(Mairena, en su clase de Poética y Retórica)


-Señor Pérez, salga usted a la pizarra y escriba: “Los eventos
consuetudinarios que acontecen en la rúa.”
El alumno escribe lo que se le dicta.
-Vaya usted poniendo eso en lenguaje poético.
El alumno, después de meditar, escribe: “Lo que pasa en la calle.”
Mairena.- No está mal.
Antonio Machado: Juan de Mairena

En esta asignatura de Antropología Social no queremos saber nada de “los eventos


consuetudinarios”. Preferimos –como Machado- quedarnos con “lo que pasa en la
calle”.

Si siempre es importante expresarse con claridad, en un ensayo, cuya intención es


convencer a los lectores de la validez de la tesis, utilizar las expresiones apropiadas es
fundamental. La claridad que pedimos es incompatible con las jergas, con escribir sin
saber lo qué se dice, con la mala redacción o con los usos coloquiales.

Si al principio no sale, sólo hay que recordar que ya saldrá, porque en la escritura sólo
se hace camino al andar.

Extensión y formato

La extensión de los ensayos será de tres o cuatro hojas, a doble espacio.

La prohibición de cortar y pegar:

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Esta extendida práctica, carece de sentido, a no ser para quienes prefieran el plagio
y la copia a su propia creatividad y desarrollo intelectual y humano.

Citas y Referencias

En los ensayos, como en todos los escritos académicos, siempre hay que citar las
fuentes: ya se trate de una cita directa, ya de un resumen de la tesis de un autor, de una
página web o de una película documental de la televisión.

Hay varias formas de indicar la fuente bibliográfica:

1. Notas numeradas

Se cita el nombre del autor y se pone una nota a pie de página o al final del
capítulo, donde se indica el título del libro y los datos de edición.

Por ejemplo, en el libro de Carlo Ginzburg 1, El queso y los gusanos, el autor cita
a Walter Benjamín de la siguiente manera:

“No significa otra cosa que dar fe de una mutilación histórica de la que, en cierto
sentido, nosotros mismos somos las víctimas. “Nada de lo que se verifica se pierde para
la historia” –recordaba Walter Benjamín-, mas “sólo la humanidad redenta toca
plenamente su pasado” 2. Redenta, es decir, liberada”.

En este sistema de citas, que usan mucho los historiadores, en el texto se pone el
nombre del autor (a veces también el título del libro, siempre escrito en itálicas) y una
nota al pie, donde se hacen constar los siguientes datos: Título del libro (en itálicas);
lugar dónde se ha publicado, nombre de la editorial, la fecha de publicación y el número
de página. Hemos puesto dos ejemplos a pie de página: uno nuestro, y otro la referencia
que hace C Ginzburg a W. Benjamín.

Si se añade al final del libro la bibliografía con las referencias citadas (muchos
historiadores no lo hacen, porque consideran suficiente las notas al pie de página) se
sigue la misma pauta: autores, por orden alfabético del apellido; título; plaza; editorial y
fecha.

2. Estilo de Chicago:

1
Carlo Ginzburg, El queso y los gusanos: el cosmos según un molinero del siglo XVI, Barcelona,
Península, 2001, pg. 28.
2
La frase de Benjamín figura en su Tesi di filosofia Della storia(Angelus novas. Saggi e framment) i,
dirigida por R. Solmi, Turín, 1962, p. 73).

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La forma que más se utiliza en los ensayos antropológicos (y en la mayoría de las
ciencias), consiste en situar entre paréntesis, tras citar el nombre de la autora, el año de
publicación del libro, y la página a la que nos referimos.

Véamos un ejemplo, tomado de Narotzky (1995:76-77):

Como dice Meigs (1984:72): “El género de una persona no se encuentra


encerrado en sus genitales, sino que puede fluir y cambiar con el contacto al entrar y
salir las substancias de su cuerpo. El género no es un estado inmutable, sino un flujo
dinámico. Esta visión permite a la mayoría de las personas experimentar los dos géneros
antes de su muerte”.

Al final del libro encontramos las referencias bibliográficas, ordenadas


alfabéticamente por el apellido del autor, después la inicial del nombre y, a
continuación, la fecha de publicación del libro, el título (en itálicas), el lugar de
publicación y la editorial:

Narotzky, S. 1995: Mujer, mujeres, género. Madrid, CSIC.

Si ahora buscamos en la bibliografía la referencia de su cita, nos encontraríamos


con lo siguiente:

Meigs, A. 1984: Food, Sex and Pollution: A New Guinea Religion, New Jersey,
Rutgers University Press.

Es decir, el apellido de quien escribió el artículo, seguido por la inicial de su


nombre, el año de edición, el título del libro en itálicas, el lugar de publicación y la
editorial.

3. Revistas:

Si la referencia no es un libro, sino una revista científica, se procede igual que si


se tratase de un libro. Pero al poner la referencia completa en la bibliografía, lo que se
pone en itálicas es el nombre de la revista, no el título del artículo. A continuación se
dan datos sobre el volumen y número de la revista en que apareció el artículo y sus
páginas. Por ejemplo:

Vázquez, O. 2003: La prohibición de octavas paralelas bajo la ley seca. Revista de


Conexiones Extrañas, v. 9, n 28: 235-255.

4. Bibliografía:

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Al final del ensayo aparecerá la bibliografía: sólo se debe incluir en ella las
referencias que aparecen en el texto.

Si se incluyen varias obras de un autor, se utiliza un orden cronológico (primero


las obras más antiguas). Los capítulos de libros que forman parte de recopilaciones , se
citan de forma similar, por ejemplo:

Yanagisako, S. y Collier, J.F. 1987:Toward a Unified Análisis of Gender and


Kinship, en Colier, J.F. y Yanagisako, S.J. (Eds), 1987: Gender and Knship, Stanford,
California, Stanford University Press.

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