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ACTIVIDAD 4 PELIGROS DE LA RED

YULIETH TATIANA GRISALES SANCHEZ


CODIGO: 100063130

CORPORACION IBEROAMERICANA
PSICOLOGIA 4 SEMESTRE
PELIGROS EN LA RED

Las oportunidades que nos brinda Internet para facilitar muchas de las actividades humanas y
contribuir al desarrollo personal de los usuarios son indiscutibles, pero también conlleva riesgos. n
el caso de los niños y adolescentes, la falta de una adecuada atención por parte de los adultos les
deja aún más vía libre para acceder sin control a Internet. Si el ordenador o la tableta no disponen
de filtros que limiten el acceso a las páginas inadecuadas, de forma accidental o buscando nuevos
amigos y estímulos se irán encontrando allí con toda clase de contenidos, servicios y personas, no
siempre fiables ni convenientes para todas las edades. Y lo que empieza por curiosidad puede
acabar en una adicción ya que los niños y los adolescentes son fácilmente seducibles. Por desgracia
hay muchos adultos que no son conscientes de estos peligros, que ya se daban en parte con la
televisión y los videojuegos y que ahora se multiplican en Internet, cada vez más omnipresente y
accesible a todos en las casas, escuelas, cibercafés, Smartphone…

Todas las funcionalidades de Internet (navegación por las páginas web, publicación de weblogs y
webs, correo electrónico, mensajería instantánea, foros, chats, gestiones y comercio electrónico,
entornos para el ocio…) pueden comportar algún riesgo, al igual que ocurre en las actividades que
realizamos en el «mundo físico». En el caso de Internet, destacamos los siguientes riesgos:

-Relacionados con la comunicación

 Bloqueo del buzón de correo.


 Recepción de “mensajes basura”.
 Recepción de mensajes ofensivos.
 Pérdida de intimidad.
 Acciones ilegales: difundir datos de terceras personas, plagiar, amenazar, …
 Malas compañías.

-Relacionados con las actividades económicas.

 Estafas.
 Compras inducidas por publicidad abusiva.
 Compras por menores sin autorización paterna.
 Robos.
 Actuaciones delictivas por violación de la propiedad intelectual.
 Realización de negocios ilegales.
 Gastos telefónicos desorbitados.
-Relacionados con las adicciones.

 Adicción a buscar información.


 Adicción a frecuentar las Redes Sociales.
 Juego compulsivo.
 Compras compulsivas.

LOS RIESGOS DE INTERNET Y LAS REDES SOCIALES

La facilidad para compartir contenidos en las Redes Sociales probablemente sea un factor que
aumente el atractivo de dichas herramientas para los/as jóvenes, algo que puede entrañar una serie
de riesgos de los que muchas veces no son conscientes. El uso de Internet puede facilitar la caída
de los/as adolescentes en determinados comportamientos que van desde el acceso a pornografía en
menores que no están preparados para ello a sexting, gambling, grooming o ciber dating e incluso
el archiconocido ciberbullying o ciberacoso.

El sexting es una práctica que consiste en el envío de contenidos de tipo erótico o sexual de uno/a
mismo/a a través de las Nuevas Tecnologías y está cada vez más extendido. En 2010 el 4% de
los/as jóvenes de entre 10 y 16 años reconocía haber realizado sexting activo (hacerse fotos
provocativas o inadecuadas) y un 8,1% afirmaban haber recibido contenidos de tipo erótico de su
entorno (Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación, INTECO, y France Telecom
España, Orange, 2010). Algunas de las razones que se dan para entender por qué se produce este
comportamiento en los/as adolescentes es el hecho de mantener una relación de pareja,
considerando el sexting como una conducta normal de las relaciones sentimentales, entendido
como una prueba de amor hacia la otra persona. Otra razón para practicar sexting es para entablar
una relación de noviazgo con la otra persona o llamar la atención de la misma (Mitchell, Finkelhor,
Jones y Wolak, 2012).

Derivado del sexting se podría producir la sextorsión, que consiste en el chantaje o extorsión de
una persona amenazándola con hacer públicas imágenes o vídeos en los que se la ve en actitud
erótica, pornográfica o directamente manteniendo relaciones sexuales.

Las Redes Sociales también posibilitan que los/as adolescentes y jóvenes contacten con
desconocidos a través de la Red y lleguen a formalizar encuentros (y posibles situaciones de abuso).
Aparentemente las posibilidades de que un/una menor concierte una reunión cara a cara con una
persona que ha conocido a través de Internet son escasas, pero es importante saber qué lleva a los/as
adolescentes a quedar con desconocidos para poder prevenirlo. Algunas de las razones más
frecuentes son el aburrimiento, el querer conocer nuevas personas o no ser capaces de mantener
relaciones cara a cara, prefiriendo relacionarse a través de Internet (Peter, Valkenburg y Schouten,
2006).
EL ACOSO A TRAVÉS DE LA RED: CIBERBULLYING O CIBERACOSO

El ciberacoso es uno de los riesgos que más preocupación y literatura está generando en la
actualidad y cada vez son más frecuentes los planes de actuación contra el acoso escolar debido a
las consecuencias tan graves que puede llegar a tener en la vida de niños/as y adolescentes.

El ciberacoso puede definirse como el acto intencional de realizar daño de forma repetida a un
menor por parte de otro menor o grupo de menores, utilizando para ello las Nuevas Tecnologías,
especialmente Internet y el teléfono móvil (Salmerón, Eddy y Morales, 2015). Lo que caracteriza
a esta nueva forma de agresión (en comparación con el acoso tradicional o cara a cara) es la
banalización del insulto, que viene desencadenada por una reducción y disolución de la
responsabilidad en la Red. Además, el ciberacoso adquiere un carácter más grupal, ya que las
conductas agresivas son expuestas a numerosos espectadores potenciales y, una vez subidos los
contenidos dañinos a la Red, pueden empezar a compartirse en las Redes Sociales y a través de
mensajería instantánea alcanzando en cuestión de segundos a todo el entorno de la víctima, con
altas probabilidades de que ese contenido se viralice en la Red.

Otra de las características definitorias del ciberbullying es la posibilidad que tienen los/as
agresores/as de volverse anónimos/as y no desvelar su autoría o incluso engañar sobre ella. Esto
hace que el/la agresor/a aumente su sensación de poder sobre la víctima, al igual que siente que su
anonimato le protege de posibles repercusiones. Por último, el acoso a través del móvil y la
disponibilidad de conexión a Internet durante todo el día permite a los/as agresores/as acceder a la
víctima en cualquier momento y lugar, sin dejarle descanso ni espacio personal (Del Rey, Flores,
Garmendia, Martínez, Ortega y Tejerina, 2011). De igual modo, Internet produce también un efecto
desinhibidor sobre los comportamientos (Suler, 2004), propiciando que menores que no agredirían
físicamente sí lo hagan a través de la Red.

EL USO ABUSIVO DE INTERNET

Una de las grandes preocupaciones que existen en torno al uso de Internet y las Redes Sociales es
la posible “adicción” que puedan crear. Es algo que se lleva estudiando ya desde los años 70,
cuando los científicos y académicos empezaron a manifestar su preocupación acerca del uso
abusivo de los ordenadores, concretamente sobre lo que ellos llamaron “programadores
compulsivos” (Weizenbaum, 1976). En los años 80 otro autor relacionó la adicción a los
ordenadores con el aislamiento social (Zimbardo, 1980) y en los 90 fue cuando se empezó a hablar
de adicción tecnológica (Griffiths, 1999a).

Actualmente disponemos de muchos más estudios científicos sobre este tema y en los últimos años
las Redes Sociales han ido generando más interés. Hoy en día podemos consultar estudios
científicos sobre Instagram, Snapchat, Twitter o especialmente Facebook situándose como la Red
Social que más literatura ha generado en los últimos tiempos, quizá debido a que es la Red Social
que cuenta con mayor número de usuarios en la actualidad.

CAMBIO DE HÁBITOS Y COMPORTAMIENTOS DEBIDO A INTERNET Y LAS


REDES SOCIALES

Además de los riesgos mencionados el uso de Internet y las Redes Sociales puede generar
un cambio de comportamientos en los jóvenes. Por ejemplo, se ha vinculado el uso de Internet a
un incremento en las manifestaciones sexistas entre jóvenes y la violencia de género,
convirtiéndose en una herramienta que facilita el chantaje emocional y el control dentro de la pareja
(Díaz-Aguado, 2013), algo que vemos cada vez con más frecuencia en los telediarios.

También se ha visto que Internet y las Redes Sociales pueden absorver al menor a este mundo
virtual, lo que puede llevar a distanciarle del mundo real y a perder el contacto con el entorno más
próximo (Becoña, 2009). Algunos estudios incluso llegan a afirmar que el/la adolescente podría
priorizar la comunicación a través del teléfono móvil en detrimento de las relaciones personales y
alterando su patrón de interacción social (Bianchi y Phillips, 2005; Kamibeppu y Sugiura, 2005).

Dentro del contexto escolar otro de los comportamientos negativos derivados del uso de Internet
que se ha estudiado es la presencia de bajo rendimiento académico y el absentismo escolar
presencial: acudir al centro escolar pero sin prestar atención, dedicando más tiempo a las redes
sociales, mensajería instantánea, etc. (Chen y Peng, 2008; Irles, Perona y Baños, 2015; Kubey,
Lavin y Barrows, 2001).

En relación a la vida extraescolar, las consecuencias derivadas de los problemas de uso de Internet
entre los/as adolescentes pueden ser muy diversas: disminución del interés y el abandono total de
actividades que anteriormente resultaban placenteras o gratificantes, alteraciones en las pautas de
sueño y de alimentación e incluso obesidad.

Respecto a esto último algunos autores/as han comenzado a emplear el término “sedentarismo
tecnológico” para referirse al aumento de conductas sedentarias en detrimento de la actividad física,
dada la gran cantidad de dispositivos tecnológicos relacionados con Internet (videoconsolas,
smartphones, ordenadores, tablets…) de los que se hace un uso habitual en la actualidad (Duque y
Vásquez, 2013; Islas, 2014; Martínez, Pérez y Solano, 2011).

En definitiva, los riesgos asociados al Uso de las Nuevas Tecnologías son múltiples, sin embargo,
no se debe tratar de demonizar el uso de Internet puesto que a pesar de las consecuencias negativas
que se podrían derivar de los fenómenos anteriormente mencionados, la prevalencia de los mismos
sigue siendo en la mayor parte de los casos baja.
REFERENCIAS:
Álvarez Jiménez, A. D. (2014). Entornos personales de aprendizaje (PLE): Aprendizaje
conectado en red.
Recuperado de la base de datos E-
book. https://ebookcentral.proquest.com/lib/biblioiberoamericanasp/detail.action?docID=482464
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Recursos complementarios o de apoyo

Aparici, R. y Osuna Acedo, S. (2013). La cultura de la participación. Revista Mediterránea


de Comunicación, Vol. 4 (2), 137-148.
Recuperado de https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/34243/5/ReMedCom_04_02_07.pdf

Tzu, S. (2004). El arte de la guerra, (pp. 7-20).


Recuperado de la base de datos E-
book.https://ebookcentral.proquest.com/lib/biblioiberoamericanasp/detail.action?docID=3157592

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