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El resumen del documento en 3 oraciones o menos es:
El documento presenta un diálogo entre el rey don Juan y Abenámar, un moro de Granada. Abenámar le cuenta al rey sobre los grandes castillos y jardines de Granada, incluyendo el Alhambra y el Generalife. El rey propone casarse con Granada y le ofrece otras ciudades, pero Abenámar rechaza la oferta porque Granada ya está casada con otro moro.
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El documento presenta un diálogo entre el rey don Juan y Abenámar, un moro de Granada. Abenámar le cuenta al rey sobre los grandes castillos y jardines de Granada, incluyendo el Alhambra y el Generalife. El rey propone casarse con Granada y le ofrece otras ciudades, pero Abenámar rechaza la oferta porque Granada ya está casada con otro moro.
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El documento presenta un diálogo entre el rey don Juan y Abenámar, un moro de Granada. Abenámar le cuenta al rey sobre los grandes castillos y jardines de Granada, incluyendo el Alhambra y el Generalife. El rey propone casarse con Granada y le ofrece otras ciudades, pero Abenámar rechaza la oferta porque Granada ya está casada con otro moro.
1. ¿Sabéis qué es un Rey? 2. ¿Cuántos tipos de religiones conocéis aparte de la vuestra? 3. ¿Tendrán Abenámar y el Rey Don Juan las mismas costumbres?
ABENÁMAR Y EL REY DON JUAN
«Abenámar, Abenámar, «El Alhambra era, señor, moro de la morería, y la otra la mezquita; el día que tú naciste los otros los Alijares, grandes señales había. labrados a maravilla. Estaba la mar en calma, El moro que los labraba la luna estaba crecida; cien doblas ganaba al día moro que en tal signo nace, y el día que no los labra no debe decir mentira.» otras tantas se perdía. Allí respondiera el moro, El otro es Generalife, bien oiréis lo que decía: huerta que par no tenía; «No te la diré, señor, el otro Torres Bermejas, aunque me cueste la vida, castillo de gran valía.» porque soy hijo de un moro Allí habló el rey don Juan, y una cristiana cautiva; bien oiréis lo que decía: siendo yo niño y muchacho «Si tú quisieras, Granada, mi madre me lo decía: contigo me casaría; que mentira no dijese, daréte en arras y dote que era grande villanía: a Córdoba y a Sevilla.» por tanto pregunta, rey, «Casada soy, rey don Juan, que la verdad te diría. casada soy, que no viuda; «Yo te agradezco, Abenámar, el moro que a mí me tiene aquesta tu cortesía. muy grande bien me quería. ¿Qué castillos son aquéllos? ¡Altos son y relucían!»