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Tema: CAMINOS I
Docente: MAG. JUAN RODRIGUEZ PASCO
Escuela Profesional
CAPÍTULO II
CRITERIOS Y CONTROLES BÁSICOS PARA EL DISEÑO GEOMÉTRICO
SECCIÓN 201
Estudios preliminares para efectuar el diseño geométrico
Todos los estudios preliminares del diseño geométrico deben estar acorde a la normativa
vigente.
a. Proyecto y estudio
El término “proyecto” incluye las diversas etapas que van desde la concepción de la
idea, hasta la materialización de una obra civil, complejo industrial o programa de
desarrollo en las más diversas áreas. En consecuencia, el proyecto es el objetivo que
motiva las diversas acciones requeridas para poner en servicio una nueva obra vial, o
bien recuperar o mejorar una existente.
Las materias tratadas en el presente manual están referidas a los diversos estudios
preliminares y estudios definitivos requeridos, en sus diferentes fases, todo lo cual
será identificado como “Estudios”.
No obstante dentro de la amplitud asignada al término “Proyecto”, se le identificará
bajo el término “Proyectista” a la organización, equipo o persona que asume la
responsabilidad de realizar los estudios en sus diferentes fases.
El estándar de una obra vial, que responde a un diseño acorde con las instrucciones y
límites normativos establecidos en el presente, queda determinado por:
b. Sistemas geodésicos
d. Sistemas de proyección
1. Aspectos generales
Recoger y disponer de las aguas de lluvias que se junten sobre la plataforma del
camino o que escurren hacia ella, sin causar un peligro al tráfico.
Dado que la construcción de una obra vial moderna puede afectar grandes áreas de
terreno, la consideración de los problemas de erosión, sedimentación y arrastre debe ser
una preocupación central del diseño y planificación de las obras viales. Los estudios de
erosión y arrastre deben permitir la construcción y materialización de las obras viales,
manteniendo en niveles aceptables los efectos adversos relativos a estos problemas.
En los diversos niveles de estudio, el ingeniero especialista irá detectando con grados de
precisión creciente, aspectos tales como:
Las características geotécnicas de los materiales que pueden presentarse a lo largo del
emplazamiento de una carretera son variadas, pudiendo experimentar cambios radicales
entre sectores muy próximos. No es posible, por lo tanto, definir a priori un
procedimiento de estudio de tipo general. En consecuencia, deberá ser el ingeniero
especialista quien vaya definiendo, en las diversas etapas, los estudios específicos que
deberán ejecutarse.
El análisis de las cartas de pequeña escala en que se definieron los corredores permitirá
establecer aspectos morfológicos, los cuáles orientan respecto a la calidad de los
terrenos. Por otra parte el modelaje superficial que se observa permite tipificar cuales
han sido los elementos generadores de estas formas, deduciendo así cuales han sido los
principales agentes de erosión. El análisis o estudio fotointerpretativo se basará en el
estudio de fotos aéreas y fotos satelitales del área dónde se emplazan los corredores.
En primer lugar, interviene el trazo del camino que se estudia, ya que a mayor nivel las
exigencias técnicas de la geometría implicarán una menor posibilidad de adecuarse al
terreno, aumentando las alturas de corte y terraplén. Por otro lado, un camino de
elevado estándar está ligado a un mayor ancho de faja vial, todo lo cual se traduce en un
aumento de la probabilidad de generar un impacto de mayor magnitud.
Por otra parte están las características naturales de los terrenos dónde se emplazará el
camino. Por ejemplo, los rasgos topográficos del terreno condicionarán el grado de
deterioro ambiental que puede producir el proyecto de un camino, el que, en general,
aumentará en la medida que el terreno sea más accidentado.
También la geomorfología y geología del terreno condicionarán el grado de impacto ya
que, dependiendo de los materiales que estén presentes y la inestabilidad de las laderas,
es posible que se activen procesos erosivos en los taludes expuestos o se propicien
asentamientos o deslizamientos de masas de materiales que pueden afectar al camino
proyectado o a quebradas o cauces cercanos.
En resumen, los EIA deberán cumplir la normativa aplicable vigente sobre la materia.
El reconocimiento no debe limitarse a las rutas prefijadas en las cartas, sino que
debe abarcar un área lo suficientemente amplia para no omitir información que
pudiera ser útil para una mejor decisión.
El proyectista deberá estar siempre alerta de no formarse una falsa opinión de las
bondades o defectos de una solución, según sea el grado de facilidades o
dificultades encontradas para avanzar durante el recorrido del terreno, o bien por la
falta de visibilidad en terrenos boscosos o de difícil acceso.
El proyectista recogerá información relativa al proyecto, sea de índole favorable o
desfavorable al criterio propio y deberá aceptarla imparcialmente.
Un reconocimiento completo permite descartar, en una etapa inicial del estudio, rutas no
favorables, con lo que los esfuerzos se concentrarán sobre aquellos emplazamientos que
ofrezcan una posibilidad real de solución.
En consecuencia, la obra vial que involucre bienes inmuebles integrantes del Patrimonio
Cultural de la Nación, debe contar para su ejecución de la autorización previa del
Ministerio de Cultura o la certificación que descarte la condición de bien cultural. En todo
caso, tendrá el certificado de inafectación o de inexistencia de restos arqueológicos.