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La relación entre Henry Ford y Adolf Hitler

en su ascenso al poder y durante la Segunda Guerra Mundial

¿En qué medida las acciones de la Ford Co. en la Alemania nazi fueron un reflejo de la
afinidad ideológica de Hitler y Ford?

Asignatura: Historia

Número de palabras: 5996

Setiembre 2020

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN........................................................................................................... 3

CAPÍTULO I.................................................................................................................... 4
1.1 FORD EN EUROPA...................................................................................... 4
1.2 FORD EN ALEMANIA................................................................................. 5

CAPÍTULO II................................................................................................................... 8
2.1 AFINIDAD IDEOLÓGICA............................................................................ 8
2.1.1 IDEOLOGÍA ANTISEMITA........................................................... 9
2.2 REFLEJO DE LA IDEOLOGÍA EN LA EMPRESA..................................... 13
2.2.1 ANTISEMITISMO EN FORD-WERKE.......................................... 13

CAPÍTULO III................................................................................................................... 16
3.1 BENEFICIOS ECONÓMICO.......................................................................... 16
3.2 ECONÓMICO CONTRA IDEOLÓGICO....................................................... 21

CONCLUSIONES.............................................................................................................. 24

REFERENCIAS................................................................................................................. 25

BIBLIOGRAFÍA................................................................................................................ 26

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INTRODUCCIÓN

El tema de esta monografía es la relación económica e ideológica entre el líder del partido

nacionalsocialista de Alemania, Adolf Hitler, y el empresario americano Henry Ford. Una

relación que inicia con un encuentro entre personas que comparten pensamientos antisemitas

y supremistas raciales, por los años 20, pero que va a evolucionar en una relación más

estrecha en los momentos previos y durante la Segunda Guerra Mundial.

Por lo que la pregunta que orienta mi trabajo es ¿en qué medida las acciones de la Ford Co.

en la Alemania nazi fueron un reflejo de la afinidad ideológica de Hitler y Ford?

Para resolverla se ha dividido la monografía en tres capítulos: el primero tiene el objetivo de

presentar a la empresa en su actuar regular a lo largo de Europa. El segundo busca exponer

las razones por las que Ford y Hitler pueden tener una relación motivada por su afinidad

ideológica. El tercero plantea un balance entre las causas y recompensas económicas e

ideológicas.

En cuanto a la metodología utilizada, se basa en discutir las diferentes interpretaciones del

apoyo que otorgó Ford a Hitler, en lo referente a la Segunda Guerra Mundial, pues algunas

indican que Ford no estuvo enterado de las acciones de su sucursal en Cologne (Alemania).

Mientras que otra postura afirma que Ford estuvo de acuerdo con el abastecimiento de

equipamento militar a los nazis.

Para esta monografía he consultado una variedad de fuentes primarias, entre las que más

destaco por su pertinencia son los escritos de cada personaje, por la parte de Ford, “El Judío

Internacional”, y de Hitler, “Mein Kampf”. Me permitieron evaluar su postura de primera

mano y encontrar semejanzas por mi cuenta. También, para la parte del dinero, la fuente

de ..... me ayudó a comprender mejor su actuar.

La monografía tiene el valor de aportar, con sustento, razones para volver a evaluar el juicio

que el tiempo ha otorgado a la empresa Ford y a su fundador Henry Ford. Además,

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I CAPÍTULO: “Apoyo económico al régimen”

El objetivo de este capítulo es dar a conocer cómo la empresa americana Ford Motor

Company se estableció en Europa y, cómo logró contribuir con el partido de Hitler, desde el

ascenso al poder, hasta el término de la Segunda Guerra Mundial.

En este capítulo se utiliza el libro de Antony Cyril Sutton, un historiador y economista

británico, “Wall Street and the Raise of Hitler” publicado en 1976. En este libro hace un

compilado muy interesante acerca de informes sobre la relación de empreas americanas con

el emergente partido nazi, gracias a sus habilidades de manejo de datos, logra presentar

eficazmente los resultados, de manera que se facilita su entendimiento. Sin embargo, el punto

de vista presentado acerca del apoyo económico no son tan analíticos, lo que se entiende

debido a su enfoque en las finanzas y su objetivo de solo demostrar que existió apoyo.

Además, la publicación del periódico semanal Barron’s, redactada por Clarence W.

Barron, periodista especializado en finanzas. Fundó esta revista en 1921, en la que se hacen

investigaciones sobre el desarrollo del mercado e información financiero de Estados Unidos,

por lo que se especializa en las empresas más importantes de Wall Street, entre ellas Ford

Motor Company, importante pues se quiere evidenciar el apoyo de Ford a Hitler. No

obstante, Barron fue un fiel admirador del capitalismo y las grandes empresas, por lo que en

su artículo se resalta el poder de Ford, lo que influencia en su manera de presentar sus

resultados. De la misma manera, se enfoca en su expansión como una victoria ante el

comunismo.

1.1 FORD EN EUROPA

Antes de entrar en detalle en la inversión de Henry Ford en Hitler, debemos conocer que

previamente de ser adepto al partido nazi, Ford Co. fue una gran empresa que logró

conquistar la industria automotriz. Y que logró expandirse, antes que en Alemania, en otras

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partes de Europa, lo que luego nos ayudará a valorar de otra manera las acciones de la

empresa.

En primer lugar, durante el auge de la empresa con el Modelo T, comercializado desde

1908, y con vistas a cubrir un gran mercado con un mayor alcance, en 1911 se inaugura la

primera planta de montaje fuera de Norteamerica, en Manchester. Siguiendo un estricto

proceso para agilizar la producción de automóviles y abarcar en mayor medida el mercado.

Siendo así para 1913 el mayor fabricante de coches en Europa y teniendo el 50% de

producción en Estados Unidos. Sin lugar a dudas la empresa había podido lograr un alcance

impensable, asegurando así su gran presencia y empezando con su fortuna. El éxito de la

marca con el reconocido Modelo T permitió expandir las plantas de ensamblaje, en Francia y

España en 1920, Dinamarca en 1923, también, Alemania y Austria en 1925.

Estas plantas ensambladoras fueron sumamente importantes para la internacionañización

de la marca, llegando en 1921 a tener el 57% de la producción de automóviles del mundo.

Con más de 15 millones de ejemplares vendidos para 1927, el Modelo T se dejó de producir,

dando paso al nuevo Modelo que continuaría su legado y mantendría elevadas las ventas,

Henry Ford fue de los primeros casos del “sueño americano”, a base de esfuerzo y con unos

inicios humildes, fue elaborando su imperio. Por lo tanto, se puede afirmar que la expansión

de Ford Co. por Europa fue un éxito, logrando acumular riquezas y prestigio gracias a su

buen producto con un precio increíble.

1.2 FORD EN ALEMANIA

Henry Ford, así como varios empresarios americanos, mostró apoyo al régimen de nazi,

por razones que veremos más adelante. Su apoyo se empezó tan pronto como Hitler quiso

tomar el poder. Ford había aceptado otorgar la ayuda necesaria, para que el paritdo pueda

tener mayor fuerza en Alemania. La primera donación al partido nazi se registra con el

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motivo del Putsch de Múnich (1923), recordemos que Alemania pasaba por una gran crisis de

hiperinflación, lo que hace más valiosa la dádiva, consistió en “250,000.00 RM, hechos por el

mismo Henry Ford a través del afiliado al partido nazi Fritz Thyssen” (Sutton, 1976, p. 106).

Esta donación fue fundamental para que Hitler pudiera tener mayor fuerza en Alemania y

pueda realizar su ofensiva.

Con respecto al estado de la empresa en Alemania, se puede decir que ya se había

establecido y asentado como una gran compañía, con una alta participación en el mercado

alemán. En 1929, Ford contaba con una gran ganancia en Alemania, 2,219,000 RM

($528,333) y no parecía tener alguna complicación debido a la crisis bancaria. Barron (1931)

afirma:

“era la segunda empresa más grande de Alemania, 20% de los autos que circulaban le

pertenecían…Y con la producción más extensa que tuvo (y tendrá) en Alemania, con un total

de 13 126 vehículos de 66 500 producidos” (p.20).

Por otro parte, Sutton (1980) nos menciona dos etapas en las que Hitler necesitó apoyo

económico: la primera ya la hemos visto, el intento de golpe de Estado, y estuvo

principalmente financiado por alemanes, y un prominente americano Henry Ford; la segunda

etapa fue en 1933, para las elecciones, la manera democrática de tomar el poder.

De la misma manera, Sutton (1980) nos menciona dos etapas en las que Hitler necesitó

apoyo económico: la primera ya la hemos visto, el intento de golpe de Estado, y estuvo

principalmente financiado por alemanes, y un prominente americano Henry Ford; la segunda

etapa fue en 1933, para las elecciones, la manera democrática de tomar el poder.

Para esta segunda etapa, nos comenta que las donaciones eran transferidas a nombre de

Rudolf Hess, y fueron las que financiaron la campaña electoral de Hitler, sus aportantes en su

mayoría eran compañías alemanas, pero que sus dueños mayoritarios eran americanos.

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En el caso de Henry Ford vemos el apoyo a través de su hijo Edsel Ford, al cual le

consiguió un sitio en la mesa de directivos de la empresa alemana I.G. Farben, de la empresa

se recibieron 400,000.00 RM.

En este momento se puede decir que la relación Ford-Hitler tenía beneficios para ambos,

mientras que uno financiaba la campaña electoral, las ventas de Ford empezaron a

incrementarse, a pesar del elevado nacionalismo. Sin embargo, nos encontramos con el inicio

de la Segunda Guerra Mundial (SGM), donde la situación empezó a cambiar.

La compañía, antes de empezar la SGM, ya había aceptado el acuerdo con el Alto Mando

Alemán de la Wehrmacht, de producir camiones para el ejército alemán. En abril de 1938, en

la fábrica de Colonia se producían camiones para la Wehrmacht, “llegando a producir casi un

tercio de los 350,000 camiones de la armada alemana hasta 1942, cruciales para la famosa

estrategia alemana Blitzkrieg”(Schneider, 1946). Además, junto a General Motors, fueron

acusadas de fabricar bombarderos JU 88 y de motores de propulsión ME 262, los cuales

fueron una gran ayuda a la Luftwaffe, con el conocimiento de sus propietarios americanos.

Lo anterior mencionado pudo ser una retribución por parte de Henry Ford, por las altas

utilidades de la empresa, hacia Hitler. Incluso, Farías (2017) nos comenta: “A comienzos de

1934, Hitler le garantizó a Ford la seguridad en lo relativo a todas sus inversiones en

Alemania.” (p.39).

La fábrica siguió trabajando luego de terminada la guerra, sin embargo, como veremos

más adelante, la situación que había generado la empresa debido al apoyo a Hitler no

quedaría sin juzgarse.

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II CAPÍTULO: “Raíces del soporte”

En este capítulo quiero demostrar la afinidad ideológica acerca del antisemitismo y

del anticomunismo que tienen Hitler y Ford, y cómo éstas se manisfestaron en la empresa

Ford Co.

Como primera fuente primaria usaré el libro escrito por Adolf Hitler en 1925, “Mein

Kampf”. El cual cuenta con un gran valor al tratarse de los escritos del mismo personaje que

se está analizando, y en el que podemos conocer sus ideas de primera mano. También resulta

pertinente pues trata los temas que se quiere investigar y da sus razones para hacer aquellas

afirmaciones.

También usaré como fuente principal del capítulo, los artículos escritos por Henry

Ford y compilados en 1921 en el libro “El judío internacional: El problema más importante

del mundo”. En este libro también encontramos un gran aporte con nuestro objetivo pues nos

permite conocer las ideas que tenía el personaje, y lo que sus admiradores leían para seguir su

causa.

2.1 AFINIDAD IDEOLÓGICA

Ya hemos analizado las contribuciones que realizó Ford a Hitler, y cómo su empresa

se veía más relacionada con Alemania que con otros países en donde tenía sucursales. Ahora

veremos las razones que habían detrás de estos aportes, pues la relación entre ambos es más

profunda que solo negocios.

La relación de Hitler y Henry Ford se puede decir que comenzó desde la publicación

de la revista, de Henry Ford, “The Dearborn Independent” en Alemania en 1921. Sus escritos

fueron traducidos y recopilados en una edición con el nombre de “El Judío Internacional, el

Problema más Importante del Mundo”, se comercializó en grandes cantidades durante la

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República de Weimar, entre los lectores que logró captar se encontraba el nuevo líder del

partido nazi Adolf Hitler.

Ford y Hitler encontraron en su odio hacia los judíos una oportunidad para trabajar

juntos, ambos concordaban en que el verdadero problema del mundo, que había generado la

derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial, era el pueblo judío. Y tenían en mente

expandir y poner en práctica sus pensamientos.

2.1.1 IDEOLOGÍA ANTISEMITA

Primero, hay varias razones que generaron en nuestros protagonistas el desprecio a los

judíos, cabe resaltar que la ideología antisemita tiene muchos siglos de existencia, siendo en

sus inicios generada por los propios cristianos que no aceptaban que no crean en Jesús como

el salvador. Sin embargo, este odio fue transformándose a lo largo que la población judía se

iba expandiendo, constantemente eran acosados y perseguidos. Lo que más se relaciona con

el antisemitismo que vamos a presenciar empieza cuando “los judíos fueron obligados y

autorizados como los únicos prestamistas” (Johnson, 1980), lo que significaba ganar dinero a

través de los intereses, dinero ganado sin el sudor del rostro. En la sociedad del siglo XII

aquello era cometer el pecado de usura, pecado mortal susceptible de la condena eterna, y aún

más cuando en 1179, en el Concilio de Letrán, se declara prohibido a todo cristiano. Como

hemos visto, se empieza a relacionar a los judíos con el dinero y con el oro, causa del

antisemitismo de Henry Ford(1921), quien nos menciona en su libro El Judío Internacional ,

que la raza judía ha llegado a acumular una gran riqueza y dominio en todo el mundo y que

ésta se basa en su obsesión con el poder y su habilidad para obtener beneficios a costa de los

no-judíos (letra de cambio y el cheque al portador)(pp. 30-31). Del mismo modo,

encontramos que su visión del judío en su época se asemeja a la de Hitler, pues ambos

concuerdan en que poseen un control de las finanzas muy amplio y que logra controlar al

mundo mediante la economía: “Por último, la influencia del judío en el terreno económico

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crece con extraordinaria rapidez gracias a la Bolsa. Asume así el rol de propietario o, por lo

menos, de gestor de las fuentes nacionales de producción.” (Hitler, 1925, p. 198).

Por otro lado, le atribuyen al judío la derrota de Alemania, Hitler siendo más enfático

en esto, denominándolo “la puñalada en la espalda”, que denuncia un sabotaje dentro de la

sociedad alemana ocasionado por judíos y socialistas contra “Sigfrido” (personaje de la

mitología germánica) que representa la sociedad alemana:

Por el contrario, cuando estábamos combatiendo con la convicción de que sólo

un desenlace victorioso de la guerra podría conservar para la Nación alemana

el Tirol del Sur, esos traidores conspiraron contra nuestra victoria hasta

conseguir abatir, con una puñalada por la espalda, al heroico Sigfrido. (Hitler,

1925, p. 389)

Mientras que Ford respalda la teoría mencionando que los más beneficiados de la

derrota fueron los judíos, pues lograron puestos en el gabinete del nuevo gobierno: “La

influencia judía nunca se había manifestado en Alemania tan acentuadamente como durante

la (Gran) Guerra... Todos los hebreos citados jamás hubiesen alcanzado aquellos puestos sin

la derrota alemana” (Ford, 1921, p. 69).

Por último, la supremacía aria, siendo fundamental para la ideología nazi, también fue

respaldada por Henry Ford, “no hay en el mundo contraste mayor que el existentes entre la

raza puramente germánica y la hebrea” (Ford, 1919, p.69). Mientras que Hitler, a su vez, se

enfoca en transmitir el mensaje de raza superior a los alemanes, y la idea del germen judío,

que necesita ser eliminado desde su origen, los judíos.

A continuación, se resume una comparación entre los pensamientos antisemita de

ambos:

También repite Hitler las tesis de Ford sobre el “control judío de la

prensa”, sobre la “dictadura del Proletariado comunista” y como un

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momento irrenunciable en su lucha: es llamada “un arma de los judíos”.

Repite a Ford también cuando este habla de “la dictadura judía

planetaria”, “el Estado Judío” y el “ateísmo”. (Farías, 2017, p. 36).

Segundo, se puede decir que del antisemitismo de Hitler y Ford una parte también va dirigida

hacia el comunismo y los sindicatos. Henry Ford era un gran capitalista, quien revolucionó la

industria y a través de su invento, la línea de montaje, logró maximizar el trabajo de sus

empleados, siendo capaz de ofrecer horarios y sueldos nunca vistos, jornadas laborales de 8

horas al día por 5 dólares, teniendo como principal cliente potencial a sus propios

trabajadores. Ford no se podía imaginar cómo en su empresa, con todos los beneficios que

otorgaba, pudiera existir grupos sindicalistas. Tal miedo lo llevó a crear el Departamento de

Servicio (1921), dirigido por el exboxeador Harry Bennett, quien no dudó en reclutar más

boxeadores y jugadores de fútbol americano para formar una clase ejército privado. Teniendo

como primera orden hostigar a los dirigentes sindicalistas. Además, en la empresa “se creará

el departamento de Sociología, en el que los “sociólogos” solían hacer “visitas” de control en

las viviendas” (Farías, 2017, p.39). Su función era supervisar a los empleados y asegurarse

que no malgasten su dinero en clubes nocturnos o en otros malos vicios, esto si no qurían ser

sancionados con la reducción en porcentaje de su sueldo. Unas medidas para tener el control

en su propia metrópoli que le valió el apodo de “La GESTAPO de Ford”, por varias

reacciones violentas hacia trabajadores que estaban en contra del seguimiento.

También, el líder nazi se pronuncia en su libro Mein Kampf (1925) sobre los

sindicatos, mencionando que la existencia de los sindicatos ha sido una consecuencia del trato

entre patrón y obrero, viéndose obligados a defender sus intereses, basando su argumento en

la importancia que tienen para sostener la economía nacional(p.371). Sin embargo, cuando

plantea la opinión del partido y las funciones de los sindicatos en el gobierno

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nacionalsocialista nos da a entender que los ve como un instrumento para mantener el control

sobre las masas de manera efectiva, y no como una organización para defender derechos o

manifestar injusticias contra los trabajadores.

El sindicalismo nacionalsocialista tiene, por el contrario, ... el deber de

acrecentar la seguridad de la economía nacional y de reforzarla mediante la

extirpación correctiva de todas aquellas anomalías que, a fin de cuentas,

ejercen una influencia destructora sobre el organismo nacional, dañando la

vitalidad del pueblo y con ello la del Estado mismo, para determinar a la

postre la ruina de toda la economía. (Hitler, 1925 p.374).

Si bien esta idea no es exactamente igual a la del rechazo total a los sindicatos de Ford, en

ambas vemos que su objetivo es mantener el poder sobre sus subordinados.

Hitler, pensaba particularmente que el marxismo era un arma de los judíos que tenía

como fin llevarlos al poder. El plan, según Hitler, era derrotar todas las democracias para

“subyugar y gobernar a los pueblos con un puño dictatorial y brutal” (Hitler, 1925). Además,

enfatizaba su deseo por el espacio vital, Rusia, declarando que el movimiento bolchevique

estuvo motivado y dirigido por los judíos, por lo que deberían de ser detenidos y sometidos.

Hitler (1925) nos explica que la lucha judía no solo tiene como fin conquistar el mundo

económicamente, sino que también busca el dominio político, diviendo su doctrina marxista

en dos partes iguales de importantes: movimiento político y sindicalista (pp. 202-203).

Sobre el mismo aspecto Ford nos menciona que “la revolución (bolchevique) no

hubiese estallado sin que los mismos judíos la hubieran preparado”, y no termina su discurso

sobre el bolchevismo sin antes citar unas palabras del corresponsal del periódico londinense

Globe, George Pitter-Wilson:

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El bolchevismo significa la expropiación de todas las naciones cristianas, de

modo que ningún capital permanecerá en manos cristianas, y que los judíos en

conjunto ejercerán el dominio del mundo a su antojo. (Ford, 1919, p.72)

2.2 REFLEJO DE LAS IDEOLOGÍAS EN LA EMPRESA

Entonces, un primer paso fue establecer claramente sus pensamientos sobre los

respectivos temas ya menciondos, sin embargo, con el poder que van a llegar a conseguir

Hitler y Ford, pudieron dar un siguiente paso, la implementación de sus ideologías en sus

respectivas áreas de trabajo. Expandieron el número de simpatizantes de su ideología y

aprendieron a llevar a cabo sus ideas.

2.2.1 ANTISEMITISMO EN FORD-WERKE

Para visualizar una aplicación del pensamiento del padre de la línea de montaje en su

empresa tenemos que remontarnos hasta 1940. Alemania ya había conseguido grandes

victorias a través de su famosa estrategia blitzkrieg (ataques relámpagos), y se retenían

prisioneros en los campos de concentración, los cuales eran judíos o prisioneros políticos.

Usados principalmente en proyectos de construcción y algunos en trabajos agotadores y sin

sentido, como por ejemplo en las canteras de piedras y minas de carbón.

Es en 1940 cuando la planta de Ford-Werke en Cologne (provincia de Alemania),

comienza a recibir prisioneros de guerra para aumentar su producción de equipamiento

militar, lo que sería el inicio de una etapa en la que cerca de 7 millones de personas, adultos y

niños, estuvieron a disposición de las diversas sucursales de Ford-Werke. Si bien no todos los

trabajadores forzados eran judíos, se sabe que el trato que recibían dependía de su

procedencia, lo que significaba una libertad total de los soldados para realizar cualquier acto

contra judíos y rusos.

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Los abusos que cometía la empresa quedaron en la memoria de varias organizaciones,

y aunque con los años la empresa trató de cubrirlo, se han encontrado documentos y personas

que confirman los excesos. Tal es el caso de una mujer que los sufrió en carne propia, y que

casi 50 años después hizo pública su denuncia contra la compañía Ford por los años en los

que estuvo en su planta en Cologne. Estamos hablando de Elsa Iwanowa, creció en Rostov,

Rusia, y con antepasados judíos, en 1942 y con 16 años fue retenida por soldados alemanes y

enviada a Cologne, donde fue obligada a trabajar en la fábrica por más de dos años y medio.

Con 74 años Iwanowa busca compensación de parte de Ford por los años en los que pasó

hambre, miedo y cansancio, nos cuenta:

La rutina era estricta: a las 6am los hombres iban por el desayuno, que eran 3

pequeños pedazos de pan oscuro, oscuro como la tierra negra, o como el

carbón. A las 7am los soldados marchaban con sus armas por toda la fábrica.

Los hombres trabajaban 12 horas al día, 6 días a la semana. Mi trabajo era

colocar pesados bloques de metal en una máquina, hacerles hoyos y ponerla en

la línea de montaje. (Levin, 1999, p. 83).

Por otro lado, Ford también ha sido acusado de haber lucrado en la planta de Cologne

usando esa mano de obra judía, y con el conocimiento de sus líderes en Estados Unidos.

Bradsher (1998) nos explica: “Se presentó una denuncia en la Corte Federal de Newark

acusando a la compañía Ford Motor de haberse beneficiado de los trabajos forzados de miles

de civiles en la fábrica de su subsidiaria alemana durante la SGM”. Fue presentada por el

señor Weiss, representante de un grupo de sobrevivientes, que defienden su postura sobre el

conocimiento de los directivos diciendo que al contrario de otras compañías americanas, la

compañía no fue confiscada, solo “custodiada”.

En la siguiente imagen podemos ver la portada de un periódico que expone el trato en la

planta de Cologne que recibieron los “trabajadores”. Mencionando que Ford Co. quisiera

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olvidarse de lo que sucedió, pues como hemos visto, estos actos derivaron en varias

denuncias a la compañía e incluso rechazo de quienes conocen los hechos. La sobreviviente

del Holocausto y trabajadora en Cologne, Lilian Levy nos cuenta: “Jamás me compré un Ford

o un Volkswagen, ... , era un comportamiento un poco obsesivo pero no me sentía

cómoda”(Maass, 2017).

Artículo de un periódico americano que recuerda la mano de obra utilizada en la fábrica de Cologne.
Fuente: Sager, G.(2008). El Dictador de Detroit. Alemania: Spiegel. Recuperado el 14 de abril de
https://www.spiegel.de/geschichte/henry-ford-und-die-nazis-a-947358.html
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III CAPÍTULO: “BALANCE DE LAS CAUSAS”

En este capítulo voy a explicar las razones económicas de Henry Ford para invertir en

Alemania; y terminaré evaluando las razones económicas e ideológicas para responder la

pregunta de investigación.

Para conseguir este objetivo usaré el libro de Daniel Warsh, publicado en 2008 por la

Universidad de Pennsylvania, “How the Ford Motor Company Became an Arsenal of

Nazism”. Resulta valiosa pues consulta fuentes directamente de los archivos financieros de la

compañía en el Museo Henry Ford, los cuales no se encuentran en internet. Sin embargo, se

ve limitada en que no considera tan importante el factor ideológico, centrándose en presentar

datos de diversas fuentes.

También, se usará la fuente “American Business Abroad: Ford on Six Continents”, de

los historiadores Frank E. Hill y Mira Walkins, publicado en 1964. Posee gran valor pues

Wilkins es una gran historiadora económica y comercial, que ha escrito varios libros de la

historia estadounidense, mientras que Hill, desde los años 60 se dedicó a estudiar la

industrialización, llegando a escribir más de un libro sobre Ford junto a otros historiadores.

No obstante, su objetivo es presentar las acciones de la empresa, como institución, y no

reflexiona sobre su directivo principal, Henry Ford.

3.1 BENEFICIOS ECONÓMICOS

Después de haber evaluado el rol de Ford como empresa en Europa, y sus relaciones

en Alemania; y de revisar las ideologías que compartían Hitler y Henry Ford, es momento de

exponer las razones económicas que pudieron llevar al líder americano a invertir en el

gobierno nazi. Pues sabiendo que existió una relación, debemos cuestionarnos si fue su

afinidad en pensamientos racistas o los beneficios económicos, los que llegaron a unir sus

objetivos.

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En primer lugar, Henry Ford pudo obtener el control mayoritario de la empresa en el

año 1919 lo que significa que la dirige como imagen y como directivo ejecutivo, por lo que

puede controlar cada acción de la empresa. Como ya hemos expuesto en el primero capítulo,

Ford tuvo un gran impacto en el Viejo Continente, siendo su subsidiaria británica la más

beneficiada pues el gobierno de ese país buscaba la creación de trabajos para su pueblo, tal se

demuestra con la Ley de Intercambios Laborales (1909) promovida por el Parlamento. Sin

embargo, su entrada al mercado alemán se vio trabada por el intenso nacionalismo que iba en

aumento, una gran incongruencia, porqué seguir persistiendo en establecerse en Alemania,

teniendo ventajas económicas en Gran Bretaña.

Entonces, tenemos que la empresa decidió ampliar su alcance, a la vez que dejaba de

lado la oportunidad de expandirse en países que lo beneficiarían por su inversión y las ofertas

de trabajo, por eso nos debemos preguntar, ¿estuvo acertada su elección? Ford en Alemania

se enfrentó a varias dificultades, no obstante, pudo convertirse en una de las empresas más

grandes en Alemania para fines de los años 30. En este periodo (1925-1941) podemos

distinguir etapas en las que Ford defendió su decisión de establecerce en Alemania con

utilidades, y otras en las que se le cuestionó por sus pérdidas.

Como hemos visto, Ford en Alemania se instaló en 1925 y tuvo gran acogida hasta

finales de la década, desplazando a la empresa alemana de General Motors, Opel. Esta

primera etapa se caracteriza por la buena acogida del mercado alemán, pues veían en Ford

una persona que compartía sus ideales y que admiraban por su trabajo industrial. También se

puede atribuir el éxito inicial a cómo el pueblo alemán contemplaba a Estados Unidos, “veían

en ellos la historia del éxito de los años 20, logrado a través de medidas de eficiencia, lo

veían como algo alcanzable que permitiría el incremento de la prouctividad”(Warsh, 2008,

p.32).

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Resultado del recibimiento encontramos que el cambio de década para Ford fue uno

de los momentos más rentables:

En 1929 y 1930, las compañías de Ford en toda Europa tuvieron un aumento

en sus ganacias netas de un 10% o más. Las ganancias de las divisiones

europeas crecieron un 6,3% entre 1929 y 1930, pasando de $10,281,000 a

$10,931,000 en 1930. A pesar de que la subsidiaria alemana haya sido en ese

momento relativamente más pequeña que las de otros países, sus ganancias

subieron 50,8% entre 1929 y 130. (Warsh, 2008, p.28)

Lo que fue percibido por Henry Ford como un buen momento para invertir en

aperturar la planta de fabricación en Cologne. Con vistas de que se vuelva “la más importante

y mejor equipada fábrica de vehículos en toda Europa Contiental” (Warsh, 2008, p.46).

La emoción durará poco, pues a mediados de 1931 la Depresión alcanzará su pico

máximo en Alemania, y la producción se tendrá que detener, y al reanudarse, estará solo a

13% de su capacidad. La carta del presidente de Ford AG nos da una idea de la situación,

“Todo está en un punto muerto en Alemania... nuestras ventas se han detenido.” (Hill and

Wilkins, 1964,p. 235). Empieza así la etapa de pérdidas para la empresa en Alemania.

Reflejada en el balance de la empresa del año 1932, reportando millones de marcos en déficit

y una represatación en el mercado del 1.3% para junio, y una caída del segundo al noveno

puesto de coches producidos en el año. En 1931se registraba una pérdida de $400,000, y en

1932 más de $1,500,000. (Warsh, 2008, pp. 30-31). La crisis también se manisfestó en la

sociedad alemana, que intensificó el nacionalismo y el asedio que ya tenía la compañía por

ser extranjera. Con tantos problemas, ¿por qué no retirarse de Alemania y seguir con las

subsidiarias de otros países con mejor economía? Definitivamente eso hubiera sido lo menos

arriesgado, teniendo en cuenta que las demás empresas europeas generaron en 1931 más de

$3,500,000, y nada garantiza que la situación mejorará; aunque, las elecciones estaban cerca,

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y Ford sabía que tendría un gran apoyo si Hitler llega al poder, pero son solo suposiciones

recordando las donaciones hechas al partido, revisadas en el Capítulo I. Lo factible es que

Ford AG permaneció en Alemania, y la inversión de $4,000,000 en la nueva planta seguían

siendo su mayor esperanza para volver al mercado con fuerza. Cabe resaltar lo mencionado al

inicio del capítulo, la empresa Ford era totalmente privada, y para 1931 sus bienes alcazaron

los $781,000,000; por lo que el déficit en Alemania no parece significante.

De esta manera llegamos a las elecciones de 1933, en las que Hitler es elegido

canciller, y con mayoría parlamentaria nazi al momento de la muerte del presidente

Hindenburg, nadie lo detendrá de tomar el poder en 1934.

Aunque, la primera ley que incentivó la venta de autos en Alemania se dio en 1933,

tuvo un gran impacto en la creación de un ambiente más próspero para las empresas de

automóviles. Esta ley eliminaba los impuestos que tenían los costes de mantener un auto, lo

que permitió que más personas pudieran optar por adquirir un vehículo, Overy (1933) hace

un estudio antes de esta ley y calcula que un auto de 2800RM podría llegar a costar ese

mismo precio cada año por el mantenimiento y los impuestos(p.474). El resultado fue un

incremento en producción y ventas de la empresa, para 1934 se producía en Cologne al 93%

de sus capacidades.También en ese año se le sugirió a la empresa, de parte del gobierno nazi,

que cambiara el nombre de Ford Motor Company AG a Ford-Werke AG, y así fue, en busca

de “alemanizarse” para poder mantenerse como potencia dentro de un pueblo muy

nacionalista.

Los años siguientes tuvieron un balance cada vez mejor, “en 1935 las ventas totales

fueron de 42,000,000 RM, un incremento del 50% a comparación del año anterior. 1936 tuvo

otro incremento del 50%, alcanzando 65,000,000 RM. Entre 1935 y 1936, Ford-Werke casi

había duplicado su número de producción de vehículos, de 12, 768 en 1935 a 20, 289 en

1936.”(Palumbo, 1948). En el periodo siguiente la compañía se mostró consolidada y

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consiguió estabilidad, gracias a los beneficios obtenidos, lo que daría paso a el verdadero

objetivo de Hitler: después de haber logrado que la empresa americana tenga un gran puesto

en el mercado, empezar la política de rearme con tanques de parte de Ford, devolviendo el

favor.

El plan de la política de rearme (enfocado en Ford-Werke) empieza con acuerdos

entre la empresa y el gobierno para poder abastecerce de materias primas, en específico

caucho y metales, con miras a tener suficiente para poder seguir fabricando las llantas y

chasis, para los camiones y tanques. Por lo tanto, Ford-Werke intercambiará con las otras

subsidiarias, y con la empresa en EE.UU., partes de coches a cambio de materias primas, “La

economía de exportación motivada por el régimen nazi, especialmente en el caso de Ford-

Werke, también impulsó otro objetivo: la adquisición de materias primas, que cada vez se

hacían más difíciles de conseguir, como el caucho y metales.” (Warsh 2008, p.82). Estos

intercambios entre subsidiarias no generaban ganancias para la empresa, en cambio, generaba

pérdidas pues se debía pagar el coste del envío de las partes del vehículo que luego sería

enviado a otra subsidiaria latinoamericana. Con las ventas incrementando cada año desde

1935, podría intuirse que los directivos no querían molestar al régimen nazi al negarse a su

petición. Y el estado no se detuvo con el pedido de materias primas, también le exigió que

importase máquinas de alto valor, junto con técnicas de producción que asegurarán un mayor

rendimiento.

Siguiendo con el plan de Hitler, para finales de 1937 se hizo el primer pedido del Alto

Comando Alemán para que se produzcan camiones para la Wehrmacht en la planta de

Cologne. En un primer momento se rechazó la solicitud por su política de neutralidad, de no

diseñar camiones ni producir municiones para la guerra. Pero no duró mucho su negación,

pues lo que pedían los alemanes era “solamente” producir los planes que les iban a entregar.

Por lo que en 1938 se empezó la fabricación de camiones todo terreno, con contratos del

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gobierno. Los pagos por aquellos contratos y las pérdidas por el último año de la guerra dan

un saldo de $2,520,659 (Reich, 2001, p.137). Además, se tiene conocimiento de que se llegó

a producir alrededor de 92,000 vehículos para el ejército, y que “las ventas de la empresa

subieron 50% de 1938 a 1943 y el valor de la empresa se duplicó durante la guerra. Las

acciones suieron de 1,28 RM en 1939 a 2,17 en 1943.”(Farías, 2017, p.43).

3.2 Económico contra Ideológico

En la evaluación de las actividades económicas que unieron a Ford Co. con Alemania,

se encuentra una evidente relación entre dos visionarios que compartían su plan de salvar al

mundo, y a pesar de que no eran los únicos, era entre ellos dos que se puede apreciar mayor

respeto y admiración.

Para afirmar que había respeto y admiración, podemos decir dos hechos

fundamentales; el primero siendo la mención de Henry Ford en el libro de Adolf Hitler,

“Mein Kampf”, en donde menciona al “gran Ford” como uno de los pocos que cuidan y

conservan su independencia de los judíos dueños de las bolsas de Estados Unidos (hasta la

versión del año 1931), y ésta mención se vuelve aún más importante cuando nos damos

cuenta que Ford es el único americano citado en el libro, repitiendo sus ideas y nombrándolo

como el líder de la liberación americana.

El segundo hecho del cual podemos inferir que había una relación cercana es la

decisión de Ford de negarse a usar sus fábricas para abastecer a los Aliados cuando se inició

la Segunda Guerra Mundial. Esto sucedió en 1940, cuando el presidente Roosevelt propuso a

Ford Motor Co. producir 6,000 motores para venderlos a la Fuerza Aérea Británica y 3,000

para su contraparte americanas, aunque ese contrato generaría una amplia ganancia, el mismo

Henry Ford hizo público su rechazo a producir armamento, “No haremos negocios con los

británicos o con algún otro gobierno extranjero. Si fabricamos los 6,000 motores, será

solamente por una orden del gobierno de Estados Unidos.”(Hill & Wilkins, 1964, p.317).

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Mientras que desde 1938 en la planta de Cologne se producía armamento para la Wehrmacht,

ganándose así el sobrenombre de “el arsenal del nazismo/fascismo”. Además, en 1942 Ford-

Francia se volvió también suministrador de camiones:

Ford-Francia abastecía militarmente al ejército alemán que ocupaba Francia

con productos que el mismo Ford, simultáneamente negaba a las tropas

aliadas. El cónsul de Estados Unidos en Argelia informó que Ford-Francia

producía 20 camiones diarios y piezas de repuesto para el ejército nazi.

(Farías, 2017, p. 40).

Por otra parte, gracias a su apoyo y en forma de recompensa, es el acontecimiento que

ocurrió el 30 de julio de 1938, antes de empezar la Segunda Guerra Mundial, y “con motivo

del 75 aniversario de Henry Ford, ante 1500 asistentes (...), el embajador alemán leyó la

laudatio escrita en pergamino en su homenaje. Firmado por Adolf Hitler...” (Farías, 2017,

p.41). Acto seguido se procedió a condecorarlo con la Gran Cruz de la Orden del Águila

Alemana, la Orden más alta que se puede otorgar a un extranjero, y por si no fuera suficiente,

era el primer norteamericano que la había recibido.

En conclusión, después de revisar las fuentes mencionadas, y con un mayor

conocimiento de las acciones que realizó Ford Motor Co. con su subsidiaria alemana,

podemos decir que sus acciones sí fueron un reflejo de su afinidad ideológica. Pues Ford

evidenció su prefencia por apoyar un régimen con el cual comparta ideales a comparación de

apoyar a su país en un primer momento. A pesar de tener las posibilidades de hacerlo, Ford

dedició mantenerse fiel a su búsqueda de la liberación de los judíos y fuerzas izquierdistas,

pensando que si Hitler ganaba la guerra, la sociedad quedará “limpia”.

Sin dudas, la historia que relaciona a Ford y Hitler resulta muy misteriosa, ya que a

pesar de no conocerse en persona, ambos admiraban que tuvieran los mismos pensamientos y

un mismo objetivo final. Sin embargo, la relación no fue equitativa, Hitler fue el más

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beneficiado a costa del dinero de Henry Ford, quien a pesar de las utilidades que tuvo Ford-

Werke, no podría compararse con su producción y beneficios del mercado americano. Por lo

que también concluyo que Ford podría haber seguido haciendo su fortuna aún sin invertir en

Alemania, mientras que Hitler hubiera tenido dificultades de financiar su partido en los años

20, y falta de producción de armamento para fines de los 30.

Por otra parte, la importancia del tema radica en la falta de conciencia sobre estos

conocimientos, pues a pesar del daño causado a tantas personas y la riqueza que la empresa

Ford Motor Company pudo generar, cuando se cuestiona por su apoyo al régimen nazi o se

les acusa de lucrar con mano de obra esclava, prefieren excusarse y seguir ocultando los

datos. Evidencia de esto es la investigación llevada a cabo por Ford en 2001 por un grupo de

historiadores, liderados por Simon Reich, en el que se describe los hechos, dejando a la

empresa como una víctima del control nazi desde 1941. No solo dejando preguntas sin

responder, sino que afirma que Henry Ford se “arrepintió” de sus pensamientos antisemitas

cuando se vio obligado a cerrar su diario semanal The Deadborn Independent.

Evidentemente, las razones económicas no primaron en el actuar de la empresa Ford

Motor Co. liderada por Henry, y su hijo Edsel, Ford. Y en ese vacío que nos dejan sus

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acciones es donde la afinidad ideológica surge como una de las principales causas pues prima

en su historia una preferencia mutua .

CONCLUSIONES
Esta investigación me ha permitido conocer otro aspecto acerca del ascenso de Hitler al

poder, pues no solo obtenía adeptos por las ganancias económicas que ofrecía el invertir en

un pueblo como el alemán, sino que buscaban la victoria de la raza aria frente al resto de

Europa para tener presencia en el “nuevo mundo” que aspiraba Adolf Hitler.

No obstante, también pude encontrar algunas limitaciones en mi búsqueda de fuentes, al

tratarse un tema económico privado, las empresas no suelen compartir esa información, y

menos publicarla en internet. Por lo que encontrar fuentes para el Capítulo III sobre los

beneficios económicos fue muy complicado, y tuve que usar las pocas fuentes disponibles.

Por otro lado, esta investigación puede servir como base para futuras cuestiones, entre las que

no se ha evaluado a detalle en ésta. Por ejemplo, la importancia que tuvieron los vehículos

Ford en la estrategia militar blitzkrieg durante la SGM, pues durantela investigación se

aborda el beneficio de apoyar militarmente, pero no las consecuencias de ese apoyo en el

ataque alemán.

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REFERENCIAS

IMPRESAS:

Barron, C.(18 de mayo de 1931). Ford Progress in Europe. Barron’s, 20.

Farías, V.(2017). Henry Ford. El Judío Internacional. Hong Kong: Wide Chance.

Ford, H.(2017). Los judíos: su carácter individual y su actividad productiva. En V. Farías.


(Ed), El Judío Internacional. (pp. 53-68). Hong Kong. Wide Chance.

Ford, H.(2017). Cómo se defiende Alemania contra los judíos. En V. Farías. (Ed), El Judío
Internacional. (pp. 69-80). Hong Kong. Wide Chance.

Hitler, A.(1943). Mi Lucha. Colombia: Sigfrido.

Hill, F. & Walkins, M.(1964). American Business Abroad: Ford on Six Continents. 2a ed.
Nueva York: Cambridge University Press.

ELECTRÓNICAS:

Sutton, A.(1976). Wall Street and the rise of Hitler. Recuperado el 6 de marzo de 2020 de
https://www.voltairenet.org/IMG/pdf/Sutton_Wall_Street_and_Hitler.pdf

Warsh, D.(2008).The Silent Partner: How the Ford Motor Company Became an Arsenal of
Nazism. Recuperado el 23 de febrero de 2020 de
https://repository.upenn.edu/cgi/viewcontent.cgi?
referer=https://www.google.com/&ht

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