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Ángela M.

Díaz Torres

ESPA 3291-002

Prof. Sunny Cabrera

17 de abril de 2020

Reseñas de bono
The Help
“The Help” es una película segura de un tema volátil. Se presenta como una historia sobre la vida
de dos amas de casa afroamericanas viviendo en Mississippi que son vistas por ojos racistas y de
los días de Jim Crow, pero igualmente es la historia de como ellas le dan poder a una joven mujer
blanca para que escriba una novela que, eventualmente, se vuelve un best-seller sobre sus vidas.
Y a pesar de que el final de esta película es uno agridulce (pues la autora logra cambiar la
perspectiva de su madre, una de las amas de casa consigue trabajar en un buen hogar, y la última
ama de casa queda despedida), es triste saber que aún seguimos en Jackson, Mississippi y Ross
Barnett es aún el gobernador.
Es una maravillosa película, en mi opinión. Te envuelve como espectador y sumerge en su relato
excelentemente actuado. Me sentí atraída hacia los personajes y sus vidas me conmovieron, a
pesar de que reconocía que era una fantasía lo que miraba. Muchas veces vamos al cine para
olvidar nuestra realidad, así que rara vez vamos a dicho lugar buscando una verdad. Y luego salir
del teatro, pensamos: Sí, el racismo es vil y cruel, pero no todos los blancos caen en el estereotipo
de practicarlo.
La historia, basada en la novela de Kathryn Stockett, se eenfoca en Skeeter Phelan (Emma Stone),
una estudiante universitaria recién graduada que regresa a casa y lo encuentra no tan cálido
como lo recordaba. Siente que no encaja con las personas que crecieron con ella, pues su manera
de pensar es diferente y más justa. A pesar de que Stone es una actriz asombrosa, uno no puede
evitar querer ver más y más de las otras dos protagonistas: Aibeleen Clark (Viola Davis) y Minny
Jackson (Octavia Spencer).
Ambas son amas de casa. Aibeleen ha pasado su vida entera como niñera, criando bebés blancos.
Es extremadamente buena en su trabajo y podemos ver el amor que le tiene a los bebés, aunque
sentimos el dolor en su voz cuando nos habla de cuando crecen y se vuelven una copia de sus
padres. Minny es una ama de casa que es despedida por una localmente reconocida joven mujer,
y luego es contratada por una rubia blanca que es la personificación de su estereotipo: inocente,
“bruta” y hermosa.
Estas actrices llevan a la pantalla el mismo mensaje que la novela. Los personajes blancos tienen
relaciones problemáticas y niños desamados, cargan con culpas equitativas a aquellas que cargan
los personajes afroamericanos. Esta historia es una de resolver las diferencias y dejar ir el pasado
y el enojo. Es también sobre la visión de un Estados Unidos diferente que paso a paso esta
cambiando. Todas las familias son iguales, no importa su etnicidad, manera de ser y rango social.
Knives Out
Si buscáramos en un diccionario o, en nuestros tiempos, en Google el juego más tenso e
impresionante del gato y el ratón, “Knives Out” sería lo primero que hallarías. Comienza con la
investigación de un misterioso charco de sangre y acaba… bueno, mejor no lo digo. El final es uno
que debe ser admirado por los ojos de cada persona, pues es una obra maestra como el director, Rian
Johnson, lo ejecuta. Los “twists” son planificados y entretenidos, si logras verlos venir te sientes un
ganador. Genuinamente, es como ver la partida de “Clue” más grande del año.
La película está repleta de actores famosos y familiares. Toma lugar en una antigua casa, el tipo que
te imaginas cuando lees una historia de terror, llena de suspenso, misterio, entretenimiento, un
cadáver que planta una gran pregunta y numerosos individuos sospechosos caminando por sus
pasillos.
Como mencioné previamente, esta casa es la viva imagen de la perfecta casa a mitad del bosque.
Tiene esquinas oscuras, escalones que rechinan y una gran variedad de cuartos para cada individuo
de la familia con sus respectivos secretos. Juntos, las habitaciones crean un laberinto claustrofóbico,
aunque se asemejan más a gabinetes curiosos con montones de libros, animales muertos, mascaras
burlonas, millas de alfombras y objetos excéntricos. La casa en si se siente como una trampa de ratón
que funciona perfectamente como el rompecabezas narrativo al que estamos expuestos.
Este hogar es perfecto para el investigador privado Benoit Blanc (Daniel Craig), un personaje
grandioso con acento sureño. Nuestra protagonista es la ama de casa o más bien la cuidadora del
ahora fallecido Harlan Thrombey (Christopher Plummer), Marta Cabrera (Ana de Armas). Harlan era
un novelista famoso y muy reconocido por sus novelas de misterio. Su casa está repleta de las
docenas de libros que ha escrito y, por lo poco que vemos de su personaje, sabemos que era un
monstruo encantador que vivía para el tipo de misterios que ahora corren por los pasillos de su
hogar.
La película esta llena de retrocesos en el tiempo, mostrándonos aquello que ya había ocurrido, pero
no había sido revelado a nuestros ojos. Las cosas se complican, pero no se hacen un nudo, lo cual nos
lleva a apreciar el amor y tiempo que le dedicaron a esta obra maestra. “Knives Out” es energética,
hecha a corte de novela de Agatha Christie, con interrogantes, posibles motivos y coartadas dudosas.
Luego de descubrir el cadáver de Harlan, la ley (Lakeith Stanfield y Noah Segan) interroga a la
familia, una selección fascinante de gárgolas que son los hijos de Harlan, y los hijos de estos, entre los
cuales vemos a Don Johnson, Chris Evans y Toni Collette.
Como espectador pasamos mucho tiempo con Benoit y Marta, quienes nunca son tan atractivos como
el tamaño de sus roles sugiere que están destinados a ser. El papel de Benoit en la investigación es
otro misterio; Olfatea como el perro principal, pero en su mayoría se presenta como un juguete
masticable delicioso para el director. Un detective práctico, si no uno especialmente penetrante.
Presiona a los testigos, deambula por los terrenos y se queda cerca de Marta, el personaje más
comprensivo y sentimental de esta película.
El propio juego de manos de Johnson es estimable, incluso si su esfuerzo por agregar política a la
mezcla suena hueco. La máquina es lo que importa aquí, y claramente lo ha pasado tan bien
diseñándolo que es difícil no sentirse mal cuando no te ríes junto a él.

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