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Las Oraciones Del Consagradopdf - Compress
Las Oraciones Del Consagradopdf - Compress
E-PM004
ORACIONES DEL CONSAGRADO
1. ¿QUÉ ES?
La espiritualidad de nuestro movimiento es la Consagración total a Jesús por María, y es por
esto que todo misionero para hacer parte de Lazos de Amor Mariano debe renovar sus
compromisos bautismales en manos de la Bella Reina del cielo y la tierra. Pero de poco o nada
serviría hacer la Consagración total y creer que ya todo está hecho. Se trata ahora de vivir a
fondo el compromiso renovado con el Señor a través del corazón de la Madre.
“No sólo hay que amar, también hay que demostrar el amor”, decía Santa Teresita del Niño
Jesús; es por eso que San Luis María Grignion de Monfort nos invita a poner en juego una serie
de prácticas interiores y exteriores, que nos ayudarán a mantenernos activos en la vivencia de
nuestra Consagración. Se trata, por lo tanto, de impregnar toda la vida de la espiritualidad de
“consagrados”, para lo cual las actitudes interiores son las más importantes. Lo anterior no
significa que las prácticas exteriores puedan descuidarse sin que se resienta la vitalidad del
compromiso. Precisamente, la finalidad de estas prácticas exteriores es la de mantenernos
despiertos, decididos, siempre disponibles a la acción del Espíritu, y en marcha hacia una
vivencia más completa de nuestra Consagración, pues las buenas disposiciones exteriores nos
ayudan a cuidar y a fomentar la práctica interior de la vida de unión con Nuestra Madre.
Las Oraciones del Consagrado son una de aquellas prácticas exteriores que nos ayudan a
profundizar en nuestra Consagración con el fin de renovarla y alcanzar un grado más alto de
unión con Nuestra Señora, ya que a través de estas bellas oraciones meditamos
constantemente sobre nuestros compromisos como consagrados y sobre las gracias que
recibimos por medio de la Esclavitud Mariana.
“Lo exterior es importante, lo interior es esencial. ¿Qué hacer para convertir en vida las
convicciones y las fórmulas? La vida, en efecto, es más importante que las formulaciones y
propósitos. Se trata, entonces, de que por medio de las Oraciones del Consagrado encontrar y
poner a funcionar las estrategias y actitudes que nos lleven a vivir en la atmósfera mariana de
total y absoluta disponibilidad al Espíritu del Señor. De suerte que la Consagración total anime,
sostenga, oriente, dinamice,… realmente toda la vida del consagrado”.1
1
Libro de Oro de la Espiritualidad Monfortiana, pág 537.
siempre en el altar de mi corazón, queme en mis entrañas, incendie lo íntimo de mi alma, y que
en el día de mi muerte comparezca yo del todo perfecto en tu presencia. Amén”.
(Tratado de la Verdadera Devoción #67)
ORACION DE CONFIANZA
Acepta, querida Madre y Reina mía, toda mi persona y cuanto con la gracia de tu querido Hijo
he podido hacer de bueno. Yo mismo no soy capaz de conservarlo dadas mi debilidad e
inconstancia, ¡Y la forma en que me combaten continuamente mis enemigos espirituales!
Veo todos los días caer por tierra los cedros del Líbano, y convertirse en aves nocturnas las
águilas que volaban en torno al sol. Mil justos caen a mi izquierda; diez mil a mi derecha… (Sal.
91, 7). Mas yo confío en ti mi poderosa y más que poderosa Madre.Tenme que no caiga;
conserva mis bienes, que no me saqueen; protege en mí la vida divina.
¡Defiende a quien a ti se ha consagrado! Yo te conozco bien y en ti confío: eres la Virgen fiel a
Dios y a los hombres, que no dejas perder nada de cuanto a ti se confía; eres la Virgen
Poderosa: nadie podrá hacerte daño ni perjudicar tampoco a los que tú amas. Amén.
(Secreto de María #40)
ORACIÓN A JESUCRISTO
Gracias, Señor Jesucristo, por haberme concedido la gracia de consagrarme a María.
Ella será mi socorro que levantándome de mi propia miseria me introducirá más y más
profundamente en tu amistad.
Ay, Señor, débil como soy, sin Ella ya hubiera naufragado en mis pecados. ¡Sí, María me hace
falta ante ti y en todas partes!
Con Ella, en cambio, me libraré del pecado y de sus consecuencias y podré acercarme a ti,
dialogar contigo y agradarte en todo; aceptar radicalmente tu Evangelio, salvarme e irradiar tu
amor y salvación a mis hermanos.
¡Cómo quisiera, Oh Jesús, publicar ante todas las criaturas tu gran misericordia en favor mío! Y
hacer que todo el mundo conozca que a no ser por María hace tiempo estaría yo condenado ¡y
agradecerte dignamente este favor!
¡María está conmigo! ¡Qué tesoro tan precioso! ¡Qué alegría tan inmensa! Pero Señor, amor
con amor se paga: qué ingratitud la mía si no me consagrara a Ella totalmente. Salvador mío
amadísimo: antes morir que vivir sin Ella… Mil y mil veces como Juan ante la cruz (Jn 19, 27) he
aceptado a María como tu don más precioso, y ¡cuántas veces me he consagrado a Ella, aunque
todavía con tanta imperfección! Por ello quiero ahora, con la madurez y disponibilidad que
esperas de mí, consagrarme a Ella nuevamente. Arranca de mí ser cuanto no pertenezca a tan
augusta Reina: pues, si no es digno de Ella, tampoco es digno de ti. Amén.
(Secreto de María #66)
AL ESPÍRITU SANTO
Oh Espíritu Santo, ayúdame a cumplir mi compromiso, concédeme todas las gracias: planta y
cultiva en mí el árbol de la vida verdadera que es la amabilísima María para que crezca y dé
flores y frutos abundantes.
Oh Espíritu Santo, concédeme amar y venerar a María tu esposa fidelísima, apoyarme en su
amparo maternal y recurrir a Ella confiadamente en toda circunstancia. Forma con Ella en mí a
Jesucristo hasta la plena madurez espiritual (Cfr. Ef. 4, 13). Amén.
(Secreto de María #67)
A MARÍA
¡Oh María, Hija predilecta del Padre, Madre admirable del Hijo, Esposa fidelísima del Espíritu
Santo! Tú eres mi Madre espiritual, mi admirable maestra y soberana, mi gozo, mi corona, mi
corazón y mi alma. Tú eres toda mía por bondad del Señor y yo te pertenezco por justicia. Mas
aún no soy tuyo cuanto debo: por ello, hoy me consagro a ti en disponibilidad plena y eterna,
comprometiéndome a arrancar de mí cuanto desagrade a mi Dios y a plantar, levantar y
producir todo lo que tú quieras.
Que la luz de tu fe disipe las tinieblas de mi espíritu, que tu humildad profunda sustituya a mi
orgullo, que tu contemplación contenga a mi alocada fantasía, que tu visión no interrumpida de
Dios llene con su presencia mi memoria, que el fuego de tu ardiente caridad incendie la tibieza
y frialdad de mi pecho, que mis pecados cedan el paso a tus virtudes y el fulgor de tu gracia me
acompañe al encuentro con Dios.
Madre mía amadísima, alcánzame la gracia de no tener más espíritu que el tuyo para conocer a
Jesús y su evangelio, más alma que la tuya para alabar y glorificar al Señor, más corazón que el
tuyo para amar a Dios como tú lo amas.
No te pido visiones, ni revelaciones, ni gustos, ni consuelos aún espirituales. Para ti el ver claro
sin tinieblas ni dudas, para ti el saborear el gozo pleno, para ti el triunfar junto a tu Hijo, para ti
el dominar cielos y tierra y humillar los poderes del maligno, para ti el difundir como tú quieras
los dones del Altísimo. Ésta es tu mejor parte que no te será nunca arrebatada y me llena de
gozo el corazón.
Para mí solamente gozarme en tu alegría, seguirte en tu camino, creer confiado solamente en
Dios, sufrir con alegría cerca a Cristo, morir al egoísmo cada día, colaborar contigo para salvar al
mundo.
Te pido solamente poder decir tres veces amén, en todos los momentos de mi vida: amén a
cuanto hiciste en este mundo, amén a cuanto hoy haces en el cielo, amén a cuanto ahora haces
en mi alma, para que en ella Cristo sea glorificado en plenitud, en el tiempo y en la eternidad.
(Secreto de María #68).
MAGNIFICAT
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha
mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque
el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus
fieles de generación en generación.
El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los
poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los
despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia - como lo había prometido a nuestros
padres - en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Amén.
1. Corona de EXCELENCIA
* Padrenuestro.
* Dios te salve, María.
2. Corona de PODER
* Padrenuestro.
* Dios te salve, María.
3. Corona de BONDAD
* Padrenuestro.
* Dios te salve, María.
OREMOS:
Dios te salve, María,
Hija de Dios Padre,
Madre de Dios Hijo,
Esposa del Espíritu Santo,
Templo augusto de la Santísima Trinidad.
More en mí tu alma
para engrandecer al Señor,
more en mí tu espíritu
para regocijarme en Dios.
Oh Virgen fidelísima,
ponte como un sello sobre mi corazón,
para que en ti y por ti
permanezca fiel al Señor.
7. BIBLIOGRAFÍA
Tratado de la Verdadera Devoción
El Secreto de María
Libro de Oro de la Espiritualidad Monfortiana