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FACULTAD DE INGENIERIA
INGENIERIA PETROLERA
TRABAJO PRÁCTICO
MAGNETOMETRIA EN EL AREA
PETROLERA Y MINERA
En este artículo, dado a conocer en el ‘Congreso sobre las aplicaciones de los Drones a la
Ingeniería Civil’ organizado por la Consejería de Economía y Hacienda de la Comunidad
de Madrid, a través de la Dirección General de Industria, Energía y Minas y la Fundación
de la Energía de la Comunidad de Madrid (Fenercom), se describen someramente las
aplicaciones que tienen actualmente las aeronaves no tripuladas o UAV (Unmanned Air
Vehicles) al sector de la minería, en sus diferentes fases de desarrollo.
Por otro lado, las ventajas que ofrecen los UAV al sector que se dedica al aprovechamiento
de los recursos minerales se pueden resumir, de acuerdo con Barnard, en las siguientes:
Los UAV pueden permanecer en vuelo hasta 30 horas. Este tiempo excede con
mucho a la duración de los vuelos de las aeronaves tripuladas, ya que los tiempos
que se consideran razonables para que los pilotos mantengan la concentración
rondan las cinco horas.
Los UAV pueden sobrevolar regiones hostiles, en las que existe un riesgo real para
la vida de los pilotos:
Los UAV tienen un tamaño significativamente menor que las aeronaves tripuladas,
por lo que las interferencias sobre los parámetros de la corteza terrestre que
pretenden ser medidos serán menores, tales como los campos magnéticos o
gravitacionales.
El coste de los estudios realizados con UAV por kilómetro de alineación
sobrevolada es menor, ya que:
1. El UAV con una capacidad de carga típica de 9 kg es mucho más barato que una
aeronave tripulada (avioneta o helicóptero).
2. Los UAV tienen costes de operación inferiores:
- Un pequeño UAV puede tomar tierra en una superficie plana de dimensiones más
reducidas que la que precisa una aeronave convencional.
Como consecuencia de los menores costes de operación, un UAV puede sobrevolar varias
veces una zona a prospectar de manera que se obtenga un gran volumen de datos, o bien la
variación de los mismos con el tiempo, o incluso obtener con aplicaciones informáticas
avanzadas modelos tridimensionales de los campos magnéticos y gravitacionales
provocados por los yacimientos minerales que pudieran existir en el subsuelo.
Las actividades extractivas tienen, en general, tres etapas, que podrían denominarse
genéricamente de riesgo como la prospección y exploración y de negocio donde
encontramos la fase de explotación. La prospección comprende la búsqueda del yacimiento,
la exploración es su descubrimiento, la determinación de la cantidad y calidad de los
minerales que alberga, y el estudio de viabilidad de la explotación. Se denomina de riesgo
por el dinero y el tiempo invertido por la empresa que nadie garantiza que pueda ser
recuperado. Solamente si el estudio de viabilidad es positivo se lleva a cabo el proyecto,
pasando así a la etapa de producción, también denominada de negocio minero o
explotación.
Esta etapa se puede llevar a cabo desde la superficie mediante la realización de calicatas o
pocillos y mediante labores subterráneas mediante pozos profundos y galerías de
reconocimiento que buscan definir el cuerpo mineralizado en sus tres dimensiones, además
de obtener muestras para conocer las calidades de los diferentes minerales. Muchas de esas
labores se sustituyen por sondeos, tanto si son con recuperación de testigos, como si se
realizan con circulación inversa y recuperación de detritus.
Los estudios suelen basarse en la medición de los efectos producidos por distintos campos
físicos, tales como los gravitacionales, magnéticos, sísmicos, electromagnéticos u otros.
Los contrastes o anomalías de las propiedades físicas del terreno bajo estudio son la clave
para lograr la información requerida, y a diferencia de otras ciencias, la geofísica suele usar
métodos no invasivos para obtener sus datos, pudiendo ser aéreos, terrestres, satelitales y
marinos.
Si bien existen muchas técnicas geofísicas posibles de aplicar, cada una de ellas,
normalmente, tiene ciertas aplicaciones para las cuales fueron especialmente desarrolladas
y en donde se obtienen los mejores resultados.
Con respecto a este último punto, cabe destacar que los fenómenos geofísicos tienen una
base teórica que suele involucrar desarrollos matemáticos relativamente complejos, y que
en general presentan muchas soluciones posibles; este hecho hace que las interpretaciones
basadas exclusivamente en modelizaciones elaboradas por programas informáticos
presenten a veces importantes errores conceptuales y a menudo no tengan relación alguna
con la geología del terreno investigado (la mejor solución matemática no siempre es la que
representa mejor la realidad).
Magnetometría aérea
Las medidas del campo magnético es el método geofísico más empleado y el más
económico. Estas prospecciones se pueden realizar en forma terrestre o aérea.
Sin embargo, dicho campo también se ve afectado por otros factores como las mareas
lunares y solares, tormentas solares y fenómenos de tipo meteorológico.
Por ello, junto con las mediciones de campo se requiere de la medición simultánea del
campo magnético en un punto fijo denominado estación base, que registrará las variaciones
del magnetismo terrestre mientras se efectúen los trabajos.
Gravimetría aérea
Las diferencias de densidad pueden ser empleadas para la localización de las rocas
siguientes:
Rocas sólidas o duras y rocas sueltas o blandas.
Rocas ácidas, básicas y ultrabásicas.
Rocas densas y porosas.
Rocas anhidras y saturadas.
Minerales, etc.
Estas investigaciones solo son posibles cuando las variaciones de la masa (densidad) y los
volúmenes de anomalías son lo suficientemente grandes como para producir la medición de
campos anómalos. Sin embargo, las variaciones de la densidad en las zonas de interés
tienden a ser menores y confinadas a volúmenes limitados, por lo que las anomalías
gravitacionales resultantes son pequeños comparadas con los componentes externos
(ruidos) producidos por fuentes no geológicas.
Electromagnetismo
Entre los métodos electromangeticos más utilizados de forma aerotransportados tenemos el
método de las dos bobinas en el que se genera un campo electromagnético (EM) primario
que induce la zona de estudio.
Los equipos que se emplean requieren una fuente de energía capaz de generar pulsos de
corriente de 4 milisegundos con unas intensidades de hasta 1.000 Amperios. Esto supone
que los sistemas actuales tengan un peso, por ejemplo para una bobina de 24 m de diámetro
de 250 a 350 kg.
Radiometría aérea
Aplicaciones topográficas
Figura 9. Sensor Insitu ScanEagle que integra tres sensores diferentes (John Keller).
La alta densidad de puntos que se pueden medir con este sistema, junto a la elevada
resolución que se puede alcanzar, lo convierten en una poderosa herramienta para los
estudios de ingeniería básica y de detalle en los proyectos mineros.
Figura 10. Imagen en 3D de una explotación a cielo abierto obtenida con un sistema láser
LIDAR.
Las principales ventajas de esta tecnología frente a los métodos terrestres son la capacidad
de cubrir grandes extensiones de terreno en muy poco tiempo, alcanzar lugares de difícil
acceso sin riesgo para las personas, complementar la información adquirida con fotografías
de alta calidad, y el hecho de que con los datos tomados de un mismo vuelo se pueden
generar planos a cualquier escala.
Otras aplicaciones
Las pequeñas cantidades de sulfuros metálicos que contienen, tanto los carbones como los
estériles carbonosos producen reacciones exotérmicas que pueden dar lugar a la
autocombustión de los materiales apilados, con las consiguientes repercusiones de riesgos e
impactos negativos.
El seguimiento del estado de los minerales o estériles depositados puede efectuarse con
cámaras termográficas, sensibles a longitudes de ondas de 7,5 a 13 µm y con pesos
reducidos, p.e. de 1,4 kg.
Figura 11. Aeronave con cámara termográfica e imagen de infrarrojos captada en un acopio
de carbón con una zona en autocombustión (FLIR).
Otra aplicación minera consiste en el seguimiento del agua embalsada en las presas de
residuos, que es un aspecto relevante de cara a la seguridad de dichas estructuras, así como
para la planificación y gestión de los recursos hídricos que se precisan en cada momento.
En la Tabla 2 se recogen algunas características básicas de los sensores que se utilizan más
habitualmente en exploración geofísica, así como los precios orientativos de estos.
Tabla 2. Ejemplos de sensores empleados con UAV en prospecciones geofísicas aéreas.
Tal como puede verse en la tabla anterior, los magnetómetros de Cesio, tales como el
modelo Scintex CS-3SI, pesan unos 0,82 kg. En el caso de utilizarse cuatro de estos
magnetómetros con el fin de mejorar la precisión del cálculo de la estructura tridimensional
de los materiales, el peso total ascendería a 3,28 kg.
Se puede entonces afirmar que con esta tecnología de sensores, y para las aplicaciones más
habituales en prospección geofísica, una carga máxima de unos 9 kg, es el objetivo a usar
con los UAV.
Por otro lado, en lo relativo al alcance de los vuelos, suele ser habitual que en una campaña
de investigación se cubra un área de unos 400 km2, mientras que en una campaña de
exploración o prospección se cubren hasta 10.000 km2.
En el primer caso se necesitaría efectuar dos vuelos y un total de 1.569 km de líneas, con un
espaciamiento entre éstas de unos 200 m, lo cual supondría unas 16,4 horas de vuelo para
una velocidad de crucero de 100 Kph.
Es posible afirmar que para estas aplicaciones un UAV con un alcance de unos 1.600 km
podría ser adecuado para ambas aplicaciones.