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ETAPAS DE LA MINERIA
Iniciando el ciclo Las diversas etapas que implica el quehacer minero tienen un periodo
de maduración muy variable, en función a la magnitud del proyecto, la ubicación y servicios
disponibles en él, el tipo de yacimiento y mineral, del capital con que se cuente, etc. Es
necesario desarrollar varias etapas, antes de empezar a producir, no pudiendo avanzar a
una siguiente etapa hasta no haber culminado la anterior. Estas son:
• Cateo y prospección.
• Exploración.
• Desarrollo y construcción.
• Explotación (producción).
• Cierre y postcierre.
1. El cateo y la prospección.
Al principio se tiene como tarea el identificar la zona donde se ubica el yacimiento minero.
Para ello se procede a realizar el cateo, que consiste en realizar búsquedas visuales de
anomalías geológicas en la superficie, lo que puede dar indicios de presencia de minerales.
Ya en la prospección, la observación se realiza con el apoyo de herramientas tecnológicas
para realizar un trabajo más eficiente y rápido, como las fotos aéreas, datos satelitales,
técnicas geofísicas (para observar propiedades físicas de las rocas analizadas) o
geoquímicas (para obtener resultados químicos de los materiales observados). En base a
los resultados del cateo y la prospección, se elige el área para un estudio más detallado,
que permita comprobar la existencia de minerales. En este momento es que se debe
solicitar un petitorio ante las autoridades respectivas, sobre el área donde se presume
exista un posible yacimiento mineral, procedimiento que asegura el derecho sobre los
posibles minerales que en la zona solicitada se encuentren.
El objetivo de esta etapa es el reconocimiento del depósito mineral con interés económico
y delimitar el área a investigar a aproximadamente 50 km2 para una próxima campaña de
exploración, se aplicará en grandes extensiones de terreno con un gran espaciamiento entre
las tomas de muestras.
Solicitud de petitorio.
Antes de efectuar trabajos más profundos hay que asegurar la propiedad minera, para lo
cual se efectúa un “petitorio” en el Registro Público de minería. Este petitorio no significa
propiedad del terreno superficial ni de los recursos del subsuelo, cuyo propietario es el
Estado, el minero solo será propietario de los recursos minerales que extraiga de dicho
yacimiento.
Para conservar este derecho las empresas abonan al estado anualmente el Derecho de
Vigencia que es de US$3/ha/año (es decir 2 dólares por cada hectárea al año), los pequeños
mineros calificados por el Ministerio de energía y Minas abonan US$1/ha/año, y el mineri
artesanal US$0.5/ha/año.
2. La exploración.
Si bien todas las etapas del ciclo de vida de una mina son importantes, la exploración tiene
un papel más significativo, en tanto que los estudios que en ese momento se realizan
permiten determinar la magnitud (reserva) y calidad (ley) del mineral que se encuentra en
el yacimiento.
Esta actividad que se realiza de forma continúa en el quehacer minero, es decir que se
realiza tanto en los trabajos de un proyecto nuevo o sobre yacimientos que estén en
producción (ampliación de operaciones).
Esta fase, comprende el desbroce de áreas extensas de vegetación, por lo general en forma
de líneas, para permitir la entrada de vehículos pesados sobre los cuales se montan
plataformas de perforación. Muchos países exigen una Evaluación de Impacto Ambiental
específica para la fase exploratoria de un proyecto minero porque los impactos de esta fase
pueden ser profundos, y porque las fases posteriores del proyecto minero podrían no
continuar si la exploración no logra encontrar suficientes cantidades de depósitos de mineral
metálico de alto grado.
3. Desarrollo y construcción.
Desarrollo.
Si la fase de exploración demuestra que existe un yacimiento de mineral de dimensiones y
grado suficientes, entonces el proyecto puede empezar a planear el desarrollo de la mina.
Esta fase del proyecto tiene varios componentes
Construcción de caminos de acceso.
La construcción de caminos de acceso – sean estos para traer equipos pesados e insumos
a la mina, o para sacar los metales o minerales procesados, puede tener impactos
considerables en el ambiente especialmente si los caminos de acceso atraviesan zonas
ecológicamente sensibles o pasan cerca de comunidades indígenas que hasta entonces
estuvieron aisladas. Si la propuesta de un proyecto minero incluye la construcción de
caminos de acceso, entonces el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) deberá incluir una
completa evaluación de los impactos ambientales y sociales de estos caminos.
4. Explotación (producción).
Luego de haber culminado las etapas antes mencionadas, recién se puede obtener el
mineral. Los pasos previos son rigurosos, no obstante, la explotación minera es en sí misma
una etapa mucho más específica y particular.
Sin embargo, vale la pena aclarar que el mineral extraído de por sí no es comerciable,
porque contiene gran cantidad de impurezas y está mezclado con rocas sin valor. Por ese
motivo se lo sujeta a un tratamiento, para generar valor. La “generación de valor” del
mineral se hace mediante distintos procesos (físicos, químicos, y/o físico-químicos, o
hidrometalúrgicos) De estos procesos se obtiene las partes valiosas y se desecha las que
no tienen valor comercial. Si bien los procesos también van a ser motivo de un futuro
informe quincenal, podemos señalar que los contenidos valiosos (metálicos) se obtienen
por técnicas que van a depender del tipo de mineral que se está procesando. Finalmente,
la refinación y fundición permite “purificar” los metales obtenidos, y es en este momento
que recién sirven para su transformación o uso industrial (lingotes, barras, etc.). La etapa
de producción es la que más años de duración tiene, influenciada por los costos de
operación, el precio de los minerales y el volumen de reservas.
En casi todos los casos, los minerales metálicos se entierran debajo de una capa de suelo
o roca común (denominado ‘excedente’ o ‘desecho de roca’) que debe ser removido o
excavado para acceder al depósito de mineral metálico. La primera forma en la que los
proyectos mineros propuestos se diferencian entre sí es, por lo tanto, en el método
propuesto para sacar o excavar la sobrecapa o cubierta de material (suelo) encima del
yacimiento. A continuación, presentamos breves descripciones de los métodos más
comunes.
Minería a tajo abierto
La minería a tajo abierto es un tipo de minería superficial en la cual el mineral metálico se
extiende muy profundamente en el suelo, lo cual demanda la remoción de capas de
excedente y mineral.
Debido a que la minería a tajo abierto se emplea para depósitos de mineral a gran
profundidad bajo la superficie del suelo, usualmente comprende la creación de un tajo
abierto que excede la profundidad del acuífero. Cuando este es el caso, el agua subterránea
debe ser bombeada para permitir el minado. Usualmente se forma un lago en el tajo al
termino de las operaciones de minado y después que cesa el bombeo del agua subterránea.
Minería aluvial, depósito de placeres o placer
El depósito del placer o también llamado placer trata de una acumulación de mineral valioso
que se encuentra depositado con sedimentos en el lecho de una corriente de agua o en
una zona inundable. Se usan excavadoras, dragas o bombas hidráulicas (en el proceso de
minado “minería hidráulica”) para extraer el mineral. La explotación minera del placer por
lo general tiene por objetivo retirar oro de los sedimentos o arena aluvial de un río o
corriente de agua y en zonas inundables. Debido a que la explotación minera del placer
generalmente ocurre en el lecho de una corriente de agua superficial, este es un tipo de
minería es ambientalmente destructiva, libera grandes cantidades de sedimento, y puede
impactar las aguas superficiales a lo largo de muchas millas (o kilómetros) de distancia del
lugar de la mina.
Minería subterránea
En la minería subterránea se retira una cantidad mínima de material sobrecapa o excedente
para tener acceso al yacimiento de mineral. El acceso al depósito de mineral se logra
mediante un túnel. Los conductos, o socavones verticales conducen a una red horizontal
de túneles que tienen acceso directo al mineral.
Si bien la minería subterránea es un medio menos destructivo de acceder al yacimiento de
mineral, por lo general es más costosa y conlleva riesgos a la seguridad mucho más
grandes que la minería superficial, incluyendo la minería a tajo abierto.
Si bien la mayoría de proyectos mineros a gran escala comprenden la minería a tajo abierto,
muchas minas subterráneas se encuentran en producción en el mundo.
A pesar que los yacimientos de minerales contienen altas concentraciones de metales, estos
generan grandes cantidades de desechos. Por ejemplo, el contenido de cobre en un
depósito de buen grado puede contener solamente la cuarta parte de un uno por ciento de
metal. El contenido de oro en un depósito de buen grado puede contener solamente unas
pocas centésimas de porcentaje.
La molienda es una de las actividades más costosas del beneficio de minerales y resulta en
partículas muy finas que pueden permitir una mejor extracción del metal, pero también una
liberación más completa de los contaminantes cuando estos toman la forma de relaves. Los
relaves son remanentes que resultan del proceso de molienda del mineral a partículas finas
y luego que se extraen el/os metal(es) valioso(s).
Como mencionamos arriba, aun los yacimientos de minerales de alto grado consisten casi
enteramente de materiales no metálicos y con frecuencia contienen metales tóxicos (tales
como cadmio, plomo y arsénico). El proceso de beneficio genera un gran volumen de
desechos llamados ‘relaves’, el residuo de mineral que permanece después que ha sido
triturado, y que ha sido extraído el metal valioso (por ejemplo, con cianuro (oro) o con
ácido sulfúrico (cobre)).
Antes que fuera obligatorio el cumplimiento de las normas ambientales en minería, muchas
empresas mineras, por conveniencia, simplemente descargaban los relaves en los sitios
más cercanos, incluyendo ríos y arroyos cercanos.
Cuando la mina deja de operar, porque ya no tiene reservas de mineral que resulten
económicamente viables de ser trabajadas, se procede a su cierre. El cierre se inicia desde
el momento que se inicia la operación minera.
La meta de la rehabilitación y cierre de una mina debe ser siempre el retorno de las
condiciones del lugar lo más parecido posible a las condiciones ambientales y ecológicas
previas a la existencia de la mina.
El cierre de la mina es programado desde antes de su inicio, en la Evaluación de Impacto
Ambiental de toda mina propuesta debe incluir una discusión detallada de la rehabilitación
y cierre ofrecido por quien propone la mina que tiene como objetivo rehabilitar las áreas
donde se desarrolló la actividad minera. Para lograrlo, se desmantelan los equipos e
instalaciones que se usaron en el ciclo de vida de la mina y se recuperan las zonas
afectadas.