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Kevin Alfonso Saltarín Ávila.

Diciembre 2020.

Universidad del atlántico.

Programa de ingeniería Industrial.

Ética.
¿Qué nos hace humanos?

En mi concepto personal y con el conocimiento general que he adquirido en mi


corta experiencia de vida, creo que existen cosas que se encuentran impresas
dentro de nosotros, que nos conforman y nos dan una connotación y una
diferencia al resto de las demás especies, como criaturas de este universo
hemos sido capaz de interiorizar nuestras propias características y deducido
que somos seres complejos, ciertamente una complejidad que cuesta poder
comprender en ocasiones hasta por nosotros mismos, somos plenamente
conscientes de que tenemos la capacidad de analizar, de dudar y de hacernos
preguntas, de razonar y de tener curiosidad, de expresar a voluntad nuestras
emociones y de reconocer que tal emoción está siendo sentida y expresada,
contamos con una capacidad de imaginación que es la que desencadena la
serie de conductas que nos llevan a pensar y a querer accionar las maneras de
cómo cambiar y mejorar nuestra realidad, he de aquí el porqué del que
sentimos aquella necesidad de aprender e instruirnos, de investigar y querer
conocer el funcionamiento del sistema que nos rodea, del como
constantemente innovamos para el posterior mejoramiento de las cosas que
vamos aprendiendo, sin embargo mezclada con las emociones anteriormente
mencionadas, también somos capaces de manera desafortunada, de crear
cosas con un ingenio audaz que terminan siendo perjudiciales no solo para
nuestra propia especie, sino que termina por alcanzar a todo lo que habita en el
planeta.

¿Qué nos hace animales morales?

En cuanto a esta pregunta, considero que en la existencia de muchos valores


que van ligado a emociones y en su caso ligadas a él como hemos
evolucionado, lo que nos convierte en animales morales es precisamente la
manera en la cuál ejecutamos esos valores morales y el orden y patrón que
establecemos para dicha ejecución con el fin de crear la dinámica de una
sociedad funcional, esto es lo que considero, nos diferencia de las especies no
humanas, que aunque demostrado, se sabe que son capaces de expresar y
sentir emociones que al igual nosotros sentimos, en ellos no rigen esos
patrones y normas que conscientemente nosotros ejecutamos en dichos
espacios determinados.
Genealogía de la moral.

Sobre la genealogía de la moral, he podido concluir ciertas cosas que


personalmente han servido para expandir mi conocimiento general sobre cómo
ha sido percibido lo que es el bien y el mal a través de los tiempos.

En como inicialmente se toma el concepto de moral y de ser bueno con


relación al valor de la vida de la persona, en aquél entonces y por aquellos días
se tenía aquella creencia de que los nobles eran los considerados buenos
basándose en el hecho de que los nobles eran aquellos agradables a los ojos
del creador, limpios, elegantes, de buen parecer, mientras que los esclavos,
pobres, denominados inferiores eran los que tenían la connotación de ser
malos y los inmorales, ya que sus vidas según la creencia de aquel entonces,
carecía de valor alguno.

Esta forma de relacionar lo que pertenece al bien y al mal respectivamente, fue


confrontada en su momento, e iba a cambiar cuándo empezó a suponerse que
aquellos que sufrían, padecían y tenían que superar y sortear más obstáculos
durante su vida en la tierra, eran aquellos verdaderos merecedores de la gracia
y el reino de los cielos, creencia que hasta por estos días yo aún veo
evidenciada en las iglesias cristianas, cuándo muchos de quienes las
frecuentan proclaman con ferviente fe el no importarles cuantas aflicciones este
mundo y el sistema del mismo puedan generarles, ellos saben con certeza que
su estadía en este mundo es el pequeño paso para una eternidad de gozo y
que habrá valido la espera y el sufrimiento de este mundo terrenal.

Con la proclamación de esta idea, se derriba aquella antigua creencia y no se


le da denominación a la moral basándose en aspectos superficiales, sino que
toma más importancia la persona que eres y lo que tu personalidad representa.
Esto último ha de suponer para mí una creencia bastante más acertada, porque
fuera de religiones, el mundo actual se rige particularmente por algo parecido,
ya que aunque existan grados de superficialidad actualmente, aún se
conservan aquellas raíces en nuestra sociedad de que tu valor no está
determinado por cuanto tienes o cómo luces sino en cuan buenas son tus
acciones, cuan humilde es tu alma y que tan bien obras en tu vida para quienes
te rodean.

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