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Querida amiga

Quizá hoy no es el momento, pero llegará un día que sentirás que todo el mundo está contra
ti, que nadie te entiende y de ti fluirá emociones encontradas que no sabrás cómo manejarla.
Cuando llegue ese día yo estaré para ti. Por ese motivo, me atrevo a escribirte esta carta para
poder controlar y calmar cuando te visite el enojo.

¿Sabías que las emociones negativas dañan nuestro cuerpo? Parece mentira, ¿cierto? Pero es
de verdad, debilitan nuestros órganos, y al sentir ira dañamos nuestro hígado.

A veces, la ira nos hace decir y hacer cosas que no sentimos nos lleva a situaciones
lamentables transmitiendo una impresión negativa frente a los demás y también hacia con
nosotros mismos. A veces creemos que gritar al otro funciona, pero no, solo producen temor,
ofenden y provocan que la otra persona se altere.

Por eso querida yo, hay que entablar una relación con nuestra ira, hay que hacernos amiga de
ella. La ira es parte de nuestras emociones y parte de nuestras experiencias, por ello hay que
expresarlas de manera saludable y no expresar la ira condenando a alguien. Amiga, debemos
trata de explicar tu enojo en lugar de demostrarlo, así abrirás la puerta a una solución y no a
una discusión. Y sí, se vale estar enojado, lo que no se vale es desquitarnos con los demás.

Juntas lograremos controlar nuestra ira. Cada vez que sientas que estás fueras de control,
sigue conmigo estas estrategias:

- Identifiquemos la causa que nuestra ira, qué nos molesta. Tratemos de reconocerlo y
expresarlo de forma positiva y sincera, en vez de insultar y amenazar.
- Practiquemos técnicas de relajación, como la meditación, el yoga salir a caminar,
escuchar música o cualquier otra actividad que nos haga desviar nuestra atención a
nuestros pensamientos que alimenten nuestra ira.
- Usemos el ambiente de nuestro alrededor para remover nuestra ira, miremos a
nuestro alrededor y nombra en voz alta la forma de los objetos de nuestro alrededor.
Por ejemplo, el sofá es rojo y curvo, el cuadro es marrón y cuadrado y así
sucesivamente.
- Haz diez ciclos de respiración diafragmáticas profundas, por un momento deja de
pensar y respira al ritmo 4-2-6 por diez veces, inspira contando hasta 4, aguanta el aire
contando hasta 2 y exhala por la boca contando hasta 6.
- También puedes tomar distancia, y vuelve al ambiente cuando la ira haya pasado,
cuando sientas que tu enojo disminuyó 80%, haz algunas respiraciones extra y siéntete
libre de regresar aquel espacio y seguir tu día.

Querida yo… Llora, grita, desahógate y vuelve a llorar porque para llenarse de nuevo de alegría
hay que vaciarse primero del dolor y enojo.

Atentamente,

Yo, tu amiga que estará para ti para apoyarte.

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