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22 ideas para un liderazgo

creativo
por Ingrid San Martin
4 minutos te demorarás en leer este post.
Escrito por Ingrid San Martin
1. Desarrolla metas y expectativas realistas, la cosecha es al final de los tiempos, no
al final de tu reunión de jóvenes. Evita depender de resultados inmediatos para
determinar el éxito o el fracaso. Los resultados duraderos llegan después,
frecuentemente mucho después.
2. Invita a comer a un pastor o líder de jóvenes de otra iglesia o iglesia hermana. No
hablen de los jóvenes.
3. Anticipa todo. Nunca utilices un video que no hayas visto o programes a un
predicador que no hayas escuchado.
4. Conoce a los padres de tus adolescentes. Aprende sus nombres y consigue sus
contactos.
5. Toma tiempo para leer libros nuevos cada año. Trata de leer un libro acerca del
ministerio de jóvenes, otro sobre la administración del tiempo, otro sobre teología,
uno de los clásicos y un par de novelas populares.
6. No tengas miedo de sonreír, reírte mucho y divertirte frente a los adolescentes.
7. Visita a cada uno de los jóvenes de tu grupo en sus casas. Es importante que
puedas conocer en dónde viven y con quién.
8. Imprime trípticos o tarjetas contando sobre tu grupo de jóvenes y sus actividades.
Hazlas llegar a los padres, a los jóvenes del grupo y a jóvenes que no estén
familiarizados con el grupo. Incluye fotos, descripciones cortas, horarios y lugares.
9. Planea al menos dos retiros por año. Un día en un retiro vale más que un mes
entero de sábados (o cuando realices tu reunión de jóvenes).
10. Relájate y deja que los adolescentes sean adolescentes. Los chicos no son adultos
así que no esperes que actúen como tales.
11. Nunca canceles algún evento o reunión simplemente porque no van muchos
jóvenes. Necesitarás adaptar tus planes pero no mandes a nadie a su casa. Deja que
los que sí fueron sientan que son tan importantes como los que no fueron.
12. Familiarízate con la música que los jóvenes escuchan. Periódicamente discute la
música con tus jóvenes en una forma positiva.
13. Toma un curso de primeros auxilios y anima a los que te ayudan a hacer lo
mismo.
14. Ten a la mano un archivo de referencias para consejería. Si te sientes inadecuado
o inseguro de ti mismo, no dudes en referir a tus jóvenes a manos de profesionales
que tengan el entrenamiento apropiado y la experiencia correspondiente.
15. Ofrécete para servir de voluntario en un hospital local en la unidad de
adolescentes o en los programas de rehabilitación de drogadictos o alcohólicos.
16. Ten a la mano un par de libros de la Biblioteca de Ideas de «Especialidades
Juveniles». Jamás usarás todas esas ideas pero la próxima vez que necesites alguna
tendrás muchas de dónde escoger.
17. Has un «closet para teatro o drama» lleno de disfraces, ropa vieja y utilería para la
producción de obras de teatro o ilustraciones de última hora. Pide a la gente de la
iglesia que done ropa que se vea ridícula y otras cosas. *Una tienda de segunda mano
es un buen recurso también.
18. Da a conocer tu disponibilidad. No des la impresión a tus jóvenes que estás
demasiado ocupado para ellos.
19. Cuando los jóvenes te ayuden con algún juego frente al grupo, no te burles de
ellos. Utiliza actividades para edificarlos – hazlos ver como héroes no como idiotas.
20. No lo hagas todo solo, aunque lo hagas mejor. Aprende a delegar y a trabar en
equipo.
21. Mantén listo al menos un programa o actividad de jóvenes «bajo la manga» para
usarlo en caso de emergencia. Será muy provechoso cuando tu conferencista invitado
no aparezca o no llegue el video que programaste.
22. Pídeles a los adultos de la iglesia que «adopten a un adolescente» que conozcan
del grupo de jóvenes y que oren específicamente por esa persona regularmente.
Fuente: Especialidades Juveniles
Actividades Adultos Jóvenes Liderazgo Reunión Voluntarios




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7 pasos para

capacitar a sus líderes


 
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impaciente

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7 pasos para capacitar a


sus líderes
El estilo de su liderazgo puede ser el factor más importante en el desarrollo de nuevos
obreros en su ministerio.

Capacite a sus santos


Carlos me llamó y me pidió: «Pastor, tengo un amigo en el hospital. ¿Podría visitarlo
para llevarle la palabra de Dios?» Yo soy el primero en creer que un ministerio
hospitalario debe ser parte de las actividades de la congregación local, pero en esta
ocasión particular respondí: «Carlos, mi función como pastor es capacitarte para la
obra del ministerio, no cumplirla yo en tu lugar. ¿Por qué no visitas tú a tu amigo y le
presentas la palabra del Señor? Luego me puedes compartir tu experiencia de manera
que yo pueda ayudarte a seguir creciendo en este servicio».
La tarea de capacitar a otros exige esfuerzo y perseverancia Como usted se podrá
imaginar, luego de cortar la llamada, me asaltaron las dudas. «¿Habré sido muy duro
con Carlos?» —me pregunté. «¿Será que simplemente estoy optando por el camino
del menor esfuerzo?». Pero después de meditar por unos minutos arribé a esta
conclusión: La capacitación de los santos para la obra del ministerio es mi principal
función. Desempeñar yo el trabajo del ministerio es el camino más sencillo, pero mi
compromiso de capacitar al pueblo de Dios me insta a soportar situaciones por las
que algunos se sentirán incómodos. El amor hacia ellos, sin embargo, me moverá a
insistirles a que aprendan a efectuar el trabajo del ministerio, así cada uno acabará
ocupando su lugar correspondiente en el cuerpo de Cristo. Seguramente, esta es una
de las razones que movieron a Jesús a desafiar a los Doce a que ellos mismos dieran
de comer a los cinco mil.

La tarea de capacitar a otros exige esfuerzo y perseverancia. Quisiera sugerir que el


proceso comenzará cuando nosotros, los pastores, estemos dispuestos a rediseñar el
trabajo de llevar adelante nuestro ministerio.

Redefina su función
Comience a evaluar su función como líder. Según Efesios 4 la tarea primordial de
apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros es capacitar a los santos para la
obra del ministerio, no llevar adelante ellos mismos esa tarea. Muchos pastores creen
teológicamente en el concepto del sacerdocio universal del creyente, pero, en la
práctica, viven como si solamente ellos fueran los llamados y capacitados para el
ministerio. Hasta su lenguaje delata su perspectiva, pues hablan de un llamado «al
ministerio de tiempo completo».
No es suficiente con que usted tenga en claro su función. Debe proclamarlo
públicamente, enseñando a las personas a las que sirve que su tarea primordial es
formarlos. Además, afirme el valor de los dones y las capacidades observadas en sus
discípulos. Demuéstreles que usted realmente cree en la riqueza del cuerpo de Cristo,
manifestada en cada miembro.
Diseñe estructuras apropiadas
Si usted no crea las estructuras necesarias para que las personas puedan experimentar
y ejercitar sus dones, sus enseñanzas al respecto no fructificarán. Más bien, les dará
motivos para sentirse frustradas, pues no encontrarán el espacio para utilizar sus
dones. Por ejemplo, no surgirán otros predicadores en la congregación si usted insiste
en ser el único que comparte la Palabra con ellos. Muchos domingos no predico,
permanezco en la reunión para que otros hermanos de la congregación me ministren
con la Palabra. Es una de las maneras en que demuestro mi convicción de que, entre
nosotros, existen muchos predicadores.
Conozca sus prioridades
Las prioridades en el ministerio pocas veces se refieren a elegir entre lo bueno y lo
malo. En la mayoría de los casos giran entorno a escoger lo mejor entre muchas
opciones buenas. En el caso que compartí al inicio de este artículo, hubiera sido
bueno que yo visitara a la persona hospitalizada; pero la posibilidad de capacitar a
otro para esa obra era una opción aún mejor que la primera.
Para ordenar sus prioridades usted debe anticiparse a las consecuencias de sus propias
acciones y decisiones. Para ello pregúntese en cada circunstancia si el camino
escogido es el que producirá mayor fruto para el ministerio. En cada situación me
resulta útil plantearme las siguientes preguntas: • ¿Hay alguien en mi grupo que
realice mejor esta tarea que yo? • ¿Es esta una oportunidad para capacitar a otros? •
¿Esta actividad encaja bien con los objetivos y las metas que me he propuesto para el
ministerio?

Delegue con fe
Confiar en otros para que desarrollen un proyecto siempre procede de una actitud de
fe. Muchas veces queremos convencernos de que no les delegamos responsabilidades
a las personas porque ellas no están listas para cargar con ellas. Con frecuencia, sin
embargo, el problema no radica en la incapacidad de ellos sino en los temores de
nuestros propios corazones. Para confiar en otros usted deberá enfrentar estos
temores. Si no ha trabajado nada para capacitar a los demás quizás sus temores estén
bien fundados; no obstante, si ha invertido en sus vidas confíe en que su esfuerzo no
ha sido en vano.
Busque su reemplazo
Es muy fácil trabajar de tal manera que usted y yo nos volvamos indispensables para
la continuidad del ministerio: simplemente necesitamos centrar todas las decisiones y
actividades en nuestra propia persona. El problema se verá cuando usted salga de ese
ministerio, por el motivo que sea, pues toda la estructura se desmoronará, porque ya
no está la persona que la sostenía.
El ministro sabio comienza a trabajar, desde el primer día, para aquel momento en el
que otros lo sucederán. De esta manera asegurará que la transición generada por su
salida sea lo más manejable posible. Lejos de socavar su propio ministerio, preparar a
su sucesor le abrirá puertas para que avance a nuevos y mayores desafíos en el
servicio a Cristo, pues al que ha sido fiel en lo poco se le encargarán asuntos
mayores.
Celebre la diversidad
A medida que sus discípulos se vayan afianzando en el servicio aproveche cada
situación para animarlos y reconocer, en público, su aporte al ministerio. Esta es una
de las maneras más claras para que usted revele su convicción de la riqueza de la
diversidad de dones que existen en el Cuerpo. Además del impacto de este proceder
en la congregación, se genera también ánimo y confianza en el corazón de las
personas que usted capacita, pues ellas comprueban que su aprobación y apoyo es
genuino. Aun cuando las personas fracasen en sus intentos de ejercitar sus dones,
jamás olvide que su tarea consiste en edificar y levantar, no en destruir ni humillar.
Descentralice actividades
Uno de los elementos que inhiben el crecimiento de los individuos es la tendencia, en
la iglesia moderna, de centrar sus actividades y programas en un solo edificio, el
salón donde se reúnen. Para muchas personas esto implica un obstáculo porque sus
compromisos y horarios no les permiten desarrollar un ministerio en ese lugar. No
obstante, sí disponen de tiempo y voluntad para trabajar en otros proyectos fuera de
ese ámbito, como servir en sus propios barrios o lugares de trabajo.

Para que ellos puedan crecer hacia estos objetivos es importante que usted, como
líder, ayude a la congregación a entender que el ministerio es fruto de la acción de los
hijos de Dios, ya sea reunidos como cuerpo, o dispersos por los diferentes lugares
donde llevan adelante su vida cotidiana. De esta manera podrán surgir gran diversidad
de ministerios que no necesariamente requieren de la estructura centralizada de la
iglesia.

Conclusión: Las actitudes y convicciones que sustentan su propio ministerio pueden


contribuir más al levantamiento de nuevos líderes que las acciones directas en el
servicio. La capacitación de los santos comienza a ser parte de la realidad de nuestros
ministerios cuando creemos, en nuestros corazones, que ella es el eje central de
nuestra vocación de liderazgo. ¡Todo lo demás fluye de esta convicción!
Fuente: Soy Cristiano
Capacitación Iglesia Líderes Ministerios Pastor




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Cuando dudo de mi

llamado
 

Cuando dudo de mi
llamado
por Daniel Diaz Nauto
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Yo no sé a cuantos de ustedes le ha sobrevenido la pregunta ¿Será el ministerio
juvenil mi llamado? He hablado con un sin número de lideres jóvenes que se sienten
confundidos en su rol como líder juvenil. Pasan años trabajando en el ministerio,
mientras sostienen una lucha interna de inseguridad e incertidumbre que no les
permite desarrollar su liderazgo al máximo.

No te puedo negar que yo también he andado a ciegas en mi búsqueda por encontrar


mi destino en el plan de Dios.

Yo pensaba que había comenzado en el ministerio porque nadie hacia nada con el
ministerio de jóvenes el cual yo pertenecía y no quería ir a una reunión de jóvenes
aburrida y sin sentido. Por lo tanto, tomé la iniciativa, sin darme cuenta que los años
pasaban y me involucraba más y más. Joven al fin, no veía que Dios había puesto en
mi una compasión especial por la juventud y el don de liderar y servir; un llamado.
Muchos de nosotros nos sentimos incapaces de trabajar con la juventud y nos
pasamos comparándonos con otros y auto derrotándonos. Esta duda viene cuando
comenzamos a hacerle caso a todo lo que las personas dicen y no a lo que Dios piensa
de nosotros, cuando medimos por cantidad y no calidad y cuando tomamos el
síndrome de Marta (Lucas 10:40-41).

Unos años atrás fui con un grupo de jóvenes a esquiar en las montañas de Colorado.
Nunca había esquiado, pero no pensaba quedarme como espectadora y pensé que era
tremenda oportunidad para conectarme con los jóvenes. Para mi sorpresa ya los
demás sabían esquiar y yo tenía que de alguna manera llegar a su nivel, aún cuando
yo venía de las playas de Puerto Rico. Practiqué varias veces y mientras bajaba la
montaña muchos se reían de mí y otros huían de mí. Al final del día me enteré que
había una montaña que no había esquiado todavía, le llamaban el diamante negro. Los
jóvenes me decían que tenía que experimentarla. Cuando vi a lo que me enfrentaba,
mis piernas empezaron a temblar, mi corazón a palpitar sin control y mis ojos se
abrieron como los ojos de un pescado congelado. Ya estaba allí y tenía que
“zumbarme”. ¿Sabes algo? Descendí la montaña más peligrosa de ese lugar, pero
arrastrándome sentadita. ¡Fue algo espectacular! Me tomó casi media hora pero lo
logré. ¿Es así como tú quieres tomar el liderazgo de jóvenes, tratando de sobrevivir
como líder o quieres ser un líder preparado y listo a tomar el don que Dios te dio con
lo mejor de ti? Yo descendí la montaña sin estar lista, sólo porque quería impresionar
y terminé burlándome de mi misma.

¿Cuál es tu motivo de ser líder juvenil? Cualquiera que sea la razón por la cual estás
en el ministerio es tuya, y sólo tú la podrás evaluar ante Dios. Pero te quiero decir que
si estás en el ministerio juvenil y te sientes con deseos de rendirte, haz un alto y
analiza si has estado escuchando mentiras o verdades. Si te sientes que no estás
realizando un buen trabajo, entonces busca las herramientas y recursos que te
capacitarán para ser un líder de excelencia.

Evalúa si el ministerio de Dios es el lugar donde debes estar. Habla con tu Pastor o un
líder sabio que te ayude a encontrar el camino a tu llamado. Hay ocasiones que el
servir en un área específica es una temporada de nuestras vidas y el pasar la
responsabilidad a otro puede ser beneficioso para todos. No podemos olvidar que
descansar y delegar es una disciplina que muchos necesitamos dominar.

Tal vez estas desanimado porque no ves cómo la visión que Dios te dio se cumplirá.
Sé paciente porque los cambios muchas veces no se ven rápido. En ocasiones nuestro
rol es simplemente sembrar y otro cosechará. (1 Corintios 3:6). Sé fiel en lo que Dios
a puesto delante de ti y Él hará su obra a perfección en la vida del joven.
Finalmente termino animándote a que reafirmes tu llamado y rol como siervo,
leyendo la Palabra y pasando tiempo con Dios. De seguro Él te guiará a su voluntad
(Isaías 40: 29-31). El ministerio juvenil es uno lleno de aventuras y es un proceso en
el cual andamos lado a lado del joven que está convirtiéndose en el hombre y mujer
que Dios destinó que fuese; esto no ocurre de una noche a otra. Cuando cuestiones tu
llamado, recuerda que cuando Dios llama Él capacita y en nuestra debilidad Él se
perfecciona. Sigue adelante porque esta generación necesita consistencia y un
ejemplo transparente como el de Cristo.

Fuente: Especialidades Juveniles
Dios Jóvenes Llamado Ministerio Trabajar




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Estilos de liderazgo
por Daniel Diaz Nauto
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He notado que hay por lo menos diez maneras principales en


las que los líderes dotados guían a sus equipos:

1. Líder visionario. Estos líderes tienen una imagen bien clara de lo que quieren que
suceda. Proyectan las visiones con poder. Están orientados al futuro. Por lo general,
son idealistas y están llenos de fe.
2. Líder director. En los puntos críticos de una organización, este líder es capaz de
evaluar los valores, misión, puntos fuertes y débiles, recursos, personal y apertura al
cambio de una organización; y luego, con sabiduría asombrosa, llevar a la
organización en la dirección correcta.
3. Líder estratégico. Esta persona puede descomponer una visión apasionante en
pasos alcanzables, formando un plan de acción que todos pueden entender y en el que
todos pueden participar.

4. Líder administrador. Ciertos líderes poseen la habilidad particular de establecer


mojones en el camino hacia la meta, y luego organizar a las personas, procesos y
recursos para cumplir la misión.

5. Líder motivador. Estos líderes poseen perspicacia para saber quién necesita un


nuevo desafío o una capacitación adicional. Pueden percibir quién precisa
reconocimiento público, una palabra de aliento o un día de descanso.

6. Líder protector. Este hombre o esta mujer ama a los miembros del equipo
profundamente, los apoya en forma constante, y ora por ellos diligentemente, tanto
que la misión del equipo se cumple.

7. Líder edificador del equipo. Estos líderes encuentran o desarrollan líderes con


carácter, afinidad con los demás miembros del equipo y habilidades precisas. Colocan
a las personas en los puestos apropiados por los motivos correctos, lo que luego
producirá los resultados adecuados.

8. Líder empresario. Estos líderes poseen visión, energía inagotable y espíritu


aventurero. Funcionan mejor en una operación de lanzamiento.
9. Líder ingeniero. Estos líderes florecen en una situación donde se ha perdido la
visión o el enfoque. Descubren cuál era la misión y lo que necesita hacerse ahora, y
deciden cómo se medirá el progreso.
10. Líder constructor de puentes. Este líder tiene una gran variedad de partes bajo
un mismo techo, de modo que una organización compleja pueda cumplir con su
misión. Esto requiere una enorme flexibilidad: habilidad de comprometerse y
negociar, escuchar, entender y pensar fuera de lo ya establecido.
Autor: BILL HYBELS
Empresario Líder Motivaodr Protector Visionario




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¿Por qué hay líderes
cristianos que caen en
pecado?
por Daniel Diaz Nauto
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Algunas de las historias más tristes que ha vivido la


iglesia tiene que ver con líderes que caen en pecado y producen una gran vergüenza al
pueblo de Dios. ¿Por que sucede esto? ¿Cómo es que llegan a eso?

Si has vivido de cerca el ver caer a un líder yo sé que duele. Recuerdo cuando un
famoso predicador que era muy respetado cuando yo era niño cayó en adulterio y su
caída fue usada por la televisión como burla para la iglesia.

Al principio nadie podía creer que esto fuera verdad y hasta me acuerdo que mi mamá
no podía creerlo aún después de que él mismo lo reconociera llorando por
televisión. ¡Qué dolor! Pero era obvio que el problema no había comenzado el día que
la noticia salió a la luz.
Nadie con su equipo mental funcionando se levanta un día y dice: hoy voy a hacer un
desastre con mi vida, lastimar a mucha gente y hacer quedar mal a Cristo. Todo
comienza poco a poco. Mucho antes que nadie se entere. Empieza con un flojo sí en
un momento de soledad. Emerge de a poco adentro del corazón descuidado.

Dios me ha dado el curioso privilegio de trabajar en muchos sectores del cuerpo de


Cristo. He pastoreado en distintos países, para diferentes denominaciones, trabajado
para distintas organizaciones y hoy viajo por el mundo compartiendo con líderes de
todo tipo. Al tener está posibilidad de ver al hombre en acción puedo notar los
siguientes problemas como potenciales puertas a una caída estruendosa:
Líderes que se creen superados
Aún el más respetado ministro de la palabra tiene que reconocer que es un pecador.
Somos pecadores y a menos que Jesús estuviera equivocado no hay bueno ni aún uno
(Mateo 19:17) Sí. Ni siquiera ese de traje raro que siempre está conmovido y
haciendo milagros en TV es justo por sus propios meritos. Todos tenemos una
necesidad desesperada de Dios y no podemos confiarnos de nuestra propia justicia.
“Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.» (1 Corintios 10:12) El que
cree estar exento de pecar ya abrió una puerta peligrosa. Además Mr. Satán tiene a los
lideres de blanco preferido y la Biblia es clara en prevenirnos que el diablo está atento
a nuestros pasos y por eso nosotros tenemos que estarlo aún más.

Líderes que están totalmente solos


Muchas veces el liderazgo genera soledad. Sea porque uno se va de misión a otro
lugar o porque uno está en el tope de una congregación y generó una plataforma
donde nadie te puede decir nada negativo, muchos se quedan solos en el liderazgo
cristiano. Así muchos se han alejado de todo contacto con la civilización y viven en la
burbuja de su ministerio unipersonal. El problema es que a la llegada de la tentación
están solos también y no tienen de quién agarrase. Todo en ellos es tan misterioso,
secreto y solitario que pronto solo cuentan con su propio criterio para discernir lo que
está bien y mal y eso puede ser muy engañoso. No importa lo importante que sea un
líder, todos necesitamos amigos que nos sostengan, puedan decirnos cuando
consideran que estamos equivocados y nos llamen la atención si estamos en terreno
peligroso.

Líderes que tienen demasiado miedo a reconocer sus debilidades y tentaciones


En muchos círculos cristianos existe el mito del súper líder. Esto fue creado por una
generación que nunca hablaba de sus debilidades y pecados. Uno los escuchaba y
jamás había nada negativo en sus vidas. Todo era ejemplar y no tenían ninguno de los
problemas que tiene el resto de los humanos (todavía esto es cierto en algunos
sectores y sobre todo en la televisión evangélica). Esto encima se vio agravado
porque hemos sido el único ejercito que mata a sus heridos.¿Cómo? Muchos lideres
han visto como otros han sido avergonzados por la iglesia en vez de ayudados y
restaurados al estar en pecado. Entonces tienen miedo de confesar su debilidad.
Recordemos que Jesús dijo que tire la primera piedra el que no tiene pecado. Un
Jesús que estuvo atento a corregir pero siempre con amor.

El camino de salida a este problema es que se levante una generación de lideres con
autenticidad y transparencia. Yo soy un pecador y todavía hay cosas de mi carácter
que me cuesta controlar. He tomado decisiones en el ministerio que han estado
equivocadas y muchas veces he actuado con motivaciones erradas. Al reconocer eso
quedo menos expuesto a crear una barrera de hipocresía que impida que otros
demanden cuentas de mi vida y ministerio.
Demasiada exposición sin lugar para el refresco
No es fácil ser responsable del crecimiento espiritual de otras personas. Algunos
lideres pasan todo el tiempo dando sin separar un tiempo para recibir también. Esto
los debilita y fastidia. Muchas de las historias de caídas de lideres dan cuenta que
fueron en momentos de defensas bajas. Y si a la responsabilidad natural del liderazgo
le agregamos fama, viajes y una agenda descomunal el refresco se necesita con más
urgencia. Separar tiempo en familia, buenas vacaciones y también nutrirse del
ministerio de otros previene un estado de debilitamiento.

Claro que hay mucho más por decir pero por ultimo me gustaría ayudarte a responder
una pregunta que es muy importante

¿Qué puedo hacer si conozco a algún líder que está en pecado?


Ayudarle confrontando su pecado. Cuando le señalas su pecado a alguien con amor le
haces un favor. Primero vístete de misericordia no sea cosa que la confrontación
tenga que ver con tu motivación de hundir a esta persona, mostrar tu espiritualidad,
cuidar tu reputación o cualquier otra razón que no sea la de ayudar a esta persona y
edificar el cuerpo de Cristo. Haz exactamente lo que entiendas que Jesús hubiera
hecho. Habla en privado y si no hay progreso habla con un testigo. Si te encuentras
con que además del pecado hay hipocresía que pretende quedarse así, entonces si
tienes que hablar con otros lideres y denunciar el pecado. ¿Y si yo he sido la persona
herida por el pecado? Lo mismo pero además perdonar. No hay otra llave para liberar
tu corazón y el de esta persona.

Lucas Leys
Fuente: Cristomorfosis.es
Líder Miedo Misericordia Pecado Predicador




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Hijo de creyentes, Líder de creyentes
 

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Valore a la gente que lidera


por Daniel Diaz Nauto
5 minutos te demorarás en leer este post.

Conforme el ministerio o la iglesia crecen sus líderes


deben esforzarse más por ser accesibles y personales. Conforme las tareas se
multiplican es fácil volverse menos enfocando en la gente y más en los proyectos.
Pronto la gente empezará a formarse una imagen de nosotros muy parecida a la que
alguna gente tiene de Dios en el Viejo Testamento – inaccesible, e impersonal.

Escondida en el libro de Éxodo del Viejo Testamento hay una conmovedora


ilustración que muestra una imagen muy diferente de Dios. Es una imagen de un Dios
muy personal que asigna gran estima a las personas. En éste pasaje, Dios establece en
los deberes regulares de los sacerdotes un recordatorio constante de que el ministerio
es sobre y para la gente. Estos dos versos sirven como un ejemplo convincente de
cómo Dios quiere que veamos a los que pastoreamos en el ministerio.
“Y Aarón llevará los nombres de los hijos de Israel en el pectoral del juicio sobre su
corazón cuando entre en el lugar santo, continuamente por memorial delante del
Señor. Pondrás en el pectoral del juicio el Urim y el Tumim, y estarán sobre el
corazón de Aarón cuando entre a la presencia del Señor; y Aarón llevará
continuamente el juicio de los hijos de Israel sobre su corazón delante del
Señor.” Exodo 28:29-30 (LBLA)
Cada vez que Aaron desempeñaba sus deberes sacerdotales, se le recordaba que Dios
tenía al pueblo de Israel en su corazón. Cada gema en las cuatro filas de piedras de su
pectoral representaba una tribu diferente de Israel. Cada hombre, cada mujer, cada
muchacho y cada muchacha estaban representados en esas piedras. No existía una
sola persona de Israel que Dios no amara o tuviera cuidado de ella. Y Dios quería que
Aaron que amará y cuidara del rebaño con autenticidad.

Dios quería que la gente estuviera en el corazón de Aaron. En última instancia, el


ministerio no es sobre proyectos o actividades, es sobre la gente. Esto parece
dolorosamente obvio, y sin embargo, nosotros consistentemente perdemos
perspectiva. Es posible que Aaron vistiera esas piedras sobre el pectoral pero que su
propio corazón estuviera lejos de la gente. Es posible también que el desempeñara su
deberes sacerdotales y fuera relacionalmente distante de la misma gente que fue
llamado a servir. Lo mismos puede ser cierto de nosotros.

¿Qué haces para mantener a la gente al frente y al centro del ministerio?

Escuche la emoción y pasión de Pablo por aquellos que lideraba.

“Es justo que yo sienta esto acerca de todos vosotros, porque os llevo en el corazón,
pues tanto en mis prisiones como en la defensa y confirmación del evangelio, todos
vosotros sois participantes conmigo de la gracia.” Filipenses 1:7 (LBLA)
“Os llevo en el corazón”. Deje que esas palabras penetren. ¿Podría el equipo que
lidera decir que usted los lleva en su corazón?

Cuando la vida y el ministerio se mueven muy rápido, una de las víctimas es la


atención personal de aquellos que integran nuestro equipo. Inconscientemente nuestro
patrón de pensamientos hacia la gente comienza a cambiar. Incluso la gente en
nuestro equipo puede comenzar a verse a sí misma como herramientas que utilizamos
para lograr nuestras metas ministeriales. Se pueden convertir en aquellos a través de
los cuales ministramos en lugar de aquellos que nosotros ministramos.

Un ministerio que honra a Cristo nunca se logra a costa de los que forman nuestro
equipo.

Hay algunos síntomas o indicadores de que usted necesita trabajar en ésta área.
La gente podría sentirse desvalorada si usted está…

* Relacionado superficialmente
Si usted no está experimentando auténticamente comunidad bíblica y en lo personal
no está disfrutando de relaciones vitales, su propio corazón se volverá duro hacia
otros
* Espiritualmente drenado
Cuando su propia alma es saludable y rellena, su corazón será suave con los demás.
Pero, cuando está vacía y no tiene nada que dar, la gente se volverá una molestia
* Siempre de prisa
¿Camina rápido a cualquier lugar que va? Aun cuando usted haga un alto para habla
con la gente, ¿sienten que usted tiene urgencia de dejarlos? La prisa es el
archienemigo de la intimidad y una relación profunda.
* Nunca conectado con su vida personal
Cuándo fue la última vez que usted se sentó con alguien de su equipo y le preguntó
“¿Realmente como te va?”, y entonces tomo tiempo para realmente escucharla.
Intente preguntarle a alguien que usted lidera ahora como puede orar por ellos
personalmente.
* No orando por ellos
Cuando Aaron iba delante del Señor, llevaba los nombres de la gente de la que era
responsable. Es nuestro trabajo en el ministerio llevar los nombres de aquellos de los
que somos responsables delante del Señor. Orar por ellos le ayudara a llevarlos en su
corazón.

Alguna vez se ha hecho la siguiente pregunta, “Si Jesús viniera físicamente a su


iglesia o ministerio, ¿Qué cree usted que El querría ver? ¿Nuestros edificios, nuestro
plan estratégico, nuestro reporte financiero, o la selección de cantos para el servicio
de fin de semana

Creo que la clave para responder esta pregunta está en I de Tesalonicenses 2


“Porque ¿quién es nuestra esperanza o gozo o corona de gloria? ¿No lo sois
vosotros, en la presencia de nuestro Señor Jesús en su venida? Pues vosotros sois
nuestra gloria y nuestro gozo.” I Tesalonicenses 2: 19-20 (LBLA)
¿Qué podría querer Dios ver? Nuestra gente. Esa preciosa gente que El nos ha
confiado

Fuente: liderinnova.blogspot.com
Gente Iglesia Jesús Liderar Ministerio




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El llamado al Liderazgo
Cristiano.
por Daniel Diaz Nauto
5 minutos te demorarás en leer este post.
El liderazgo cristiano es algo muy peculiar porque al contrario
del liderazgo secular, el liderazgo cristiano es un llamado de parte de Dios. Una
selección. Dios nos llama, nos separa y nos impone una carga que demanda
abnegación de parte de aquel que lo recibe y acepta.
El llamado a la predicación y al liderazgo cristiano es recibido por una selección
amorosa de nuestro Dios para que llevemos este mensaje. Tal parece que a veces se
nos olvida que nosotros llevamos en las venas, en el corazón y encrustrada en el alma
la tarea de comunicar con excelencia el mensaje de Dios. En otras palabras, nosotros,
los que hemos sido escojidos por Dios somos la voz de Dios en la tierra y para
nuestras iglesias.
El mensaje del ministro/líder debe ser un mensaje motivador y entusiasta. debe ser un
mensaje que equipa a la audiencia. Debe ser un mensaje acojedor e instructivo.  Debe
llevar una actitud positiva y debe demostrar el liderazgo de aquel que lo comunica.
Nosotros somos comunicadores de este mensaje. Somos los ejemplos de aquellos que
desean seguir el liderazgo de Jesucristo. Somos ministros (Servidores de la
multigracia de Dios). Nuestra competencia es la televisión no cristiana, la radio no
cristiana, las revistas, la filosofía y la tecnoloía cibernética. Aquella tecnología que no
rinde sus servicios a los pies de Jesucristo. Por eso, como líderes cristianos y
comunicadores del evangelio, debemos estar al tanto de nuestra competencia y estar
dos o tres pasos en adelanto ante la misma.

I. Una de las cosas que el líder cristiano debe procurar es el de mantenerse humilde.
1. El apostol Pablo con todos sus estudios se mantuvo humilde. Asi reconoció el valor
del mensaje y no necesariamente del mensajero. Efesios 3:8-10
a) Mantuvo la humildad por medio del exaltamiento a Dios.
b) Mantuvo la humildad reconociendo la autoridad de la palabra.
c) Mantuvo la humildad reconociendo el tiempo.
d) Mantuvo la humildad a traves del exaltamiento de la sabidura de Dios.
e) Mantuvo la humildad reconociendo su posición en el reino.

II. El lider cristiano debe tener disposición para llevar el mensaje de Dios como
comunicador. Romanos 1:15
1. El apostol Pablo tenia una disposición para comunicar el mensaje.
a) El sabia qu el tenia una responsabilidad. El sabia que era el y nadie mas podia
hacer lo que Dios le habia encomendado a el para hacer.
b) El lider cristiano debe saber que el es el que Dios llamó para llevar a cabo la
misión que esta llevando. Tu eres el unico que lo puedes llevar a cabo.
c) El lider cristiano debe saber que Dios lo llamó para hacer la tarea que el está
haciendo. Debe cominicar el mensaje de la palabra y la visión con la disposición mas
preaprada del mundo.
d) El apostol sufria de una pasión y deseo profundo de comunicar el mensaje de Dios.

III. El lider cristiano es un hombre/Mujer que reconoce la urgencia de llevar este gran
mensaje. 1ra Corintios 9:16
1. El mundo en el cual vivimos, es un mundo cruel. No lleva prisioneros. Mata a los
que se atreven a vivir en desenfreno. Nuestra audiencia tiene problemas sinceros.
Nuestra audiencia tiene sed de un mensaje que venga verdaderamente del cielo. Por
eso nosotros como lideres debemos saber,
a) La necesidad del pueblo
b) el problema del pueblo
c) a estar dispuestos a morir por este mensaje si tivieramos que hacerlo.
d) relacionar el mensaje a la necesidad y problematica del pueblo.

El mundo en el cual vivimos nos quiere hacer ver que ya no hay necesidad para
lideres cristianos. La competencia nos abruma de tal manera que muchos de los que
han sido llamados se dan por vencidos. En una encuesta reciente se dice que de 10
ministros que entran al ministerio 8 de ellos se dan por vencidos durante su primer
año de ministerio.

El resto se danpor vencidos durante los primeros cinco años. Pero Dios tiene algo
preparado para aquellos ue permanecemos en las filas de este dificil liderazgo. El
renuevo se acerca. Un mesaje nuevo viene para tus labios. Dios esta derramando vino
nuevo en odres nuevos. Dios te está enviando un palabra del cielo. Tus fuerzas estan
regresando y hay un poder que te está llenando. Levantate y resplandece. Aunque te
sientas solo todavia hay siete mil rodillas que no se han doblado ante Baal. Es tiempo
de predicar.

Es tiempo de ser lideres de Dios. Es tiempo de llenar nuestras cisternas de aceite y


nuestras cantinas de agua. Reconoce quien te llamó y recuerda que nadie va a hacer tu
parte. Dios te llamó a ti. Lo que estas haciendo, lo que quieres hacer para la gloria de
Dios solamente tu lo puedes hacer. Tu eres el lider que Dios ha llamado. Levantate y
camina. Largo camino te resta.

Fuente: recursoadventista.org
Dios Liderazgo Líderes Llamado Mensaje Predicar





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Un líder en busca de lo
imposible.
por Daniel Diaz Nauto
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Un lugar de liderazgo es un lugar de


honor. Imaginen el honor que significaba que 12 personas fueran elegidas de entre 2
millones.
Al ser elegidos habían sido honrados por toda una vida de trabajo, de integridad, de
valor. Conocemos el resto de la historia. Diez fracasaron miserablemente.
Sólo Caleb y Josué liderarían con coraje y convicción. Antes de enfocarnos en el
fracaso de unos, analizaremos el honor que significa ser elegido para liderar el pueblo
de Dios.

Cuando Pablo explicó las virtudes que debían reunir los diáconos dijo que quienes
ejercieran bien el diaconado, ganarían para sí un “grado honroso” (1 Timoteo 3:13).
El líder no es exaltado por sobre los creyentes a quienes sirve. Es puesto sólo un
peldaño por encima de manera que los demás puedan ver su ejemplo.
El lugar de liderazgo es de alta responsabilidad
Cuando Moisés los mandó a reconocer Canaán, les dijo que observaran cómo era la
tierra y sus habitantes. Esa generación del pueblo de Dios nunca había vivido una
crisis de liderazgo mayor que la presentada cuando se otorgó a esos hombres la
responsabilidad de explorar la tierra, informar y luego desafiar la fe del pueblo.

Dos estuvieron a la altura de las circunstancias, pero diez se doblaron ante el peso de
la responsabilidad. Al comienzo todos tuvieron un gesto de valentía. Entraron a una
tierra donde vivía el enemigo y corrieron peligros. Los doce regresaron sanos y
salvos: habían completado la primera parte del desafío.

La responsabilidad del grupo no se limitaba a hacer una exploración del lugar. Habían
sido elegidos para transmitir el mensaje de Dios. Cualquiera sea la tarea que deban
realizar, los líderes deben estar bien cimentados en su fe. He allí donde el grupo falló.
En lugar de que la fe ocupara un lugar importante en sus informes, diez mostraron
temor. Solamente dos transmitieron el desafío de entrar en la tierra.

Un buen líder no deja que los problemas frenen la promesa


La gente escuchó a los diez asustados espías y desechó las palabras de los dos que los
exhortaban a encolumnarse en la fe. Entonces, Dios quiso destruirlos a todos. Moisés
intercedió ante Dios y en lugar de destruir la nación, Dios sólo destruyó una
generación.

Cuarenta años más tarde Josué y Caleb conducirían a los hijos y nietos hacia la tierra
prometida. Si va a liderar es mejor que comprenda que siempre habrá piedras en el
camino. Moisés lo sintetizó así: Hoy se quejan por el maná; mañana se quejarán por
las codornices.

Un día el problema es la sed, el otro, es la idolatría. Los problemas se ven enormes en


el momento y diminutos a la distancia. Un líder eficaz no puede permitir que un
problema temporal impida alcanzar la meta.

Tener conciencia de la realidad es también una igualdad de líder. Esta condición no


limita sus acciones… sus acciones por “fe” van dirigidas a lograr lo imposible.

La mayor cualidad de un líder es la fe


Moisés era manso y firme. Le creyó a Dios y condujo a su pueblo. La biografía de
este líder se resume en pocas palabras: era un hombre de fe (Hebreos 11:23-29).
Moisés mantuvo su fe a pesar de los desvaríos del pueblo.

Cuando Dios enumeró las quejas dijo que lo habían probado en diez ocasiones
(Números 14:22). ¿Cómo es que este pueblo que escapó de Egipto, que caminó por el
lecho seco del Mar Rojo y que recibió comida milagrosa dudó que Dios estuviera con
ellos? ¿Acaso no habían visto el Tabernáculo y el fuego iluminando la noche? ¿Se
habían olvidado de las plagas que, a una orden de Moisés, se desencadenaron en
Egipto? La fe es un atributo. La persona que va a liderar al pueblo de Dios no puede
hacerlo sin fe.
Cuando atravesemos una crisis, un problema o un desafío, el registro de lo vivido por
los israelitas sirve para ayudarnos a recordar qué acción debemos tomar y la gran
recompensa que aguarda al líder que logra ejecutarlas.

Escrito por: Andy Cook.


Dios Fe Líder Promesa Recompensa




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Enseñe a orar.
 
El llamado al Liderazgo Cristiano.

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Se busca:»Un joven con un corazón conforme al de Dios».
El calvario de la

Alabanza y Adoración

Dios busca adoradores


por Ingrid San Martin
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Nos resulta asombroso que Dios pueda buscarnos para


que le adoremos. En este artículo se muestra que en realidad el Padre quiere
establecer un diálogo de amor con sus hijos.

“Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre
en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le
adoren”.
Juan 4:23
Nos resulta increíble que Dios esté buscando -”necesitando” podríamos decir, pero
nos resulta escandaloso- hijos con una disposición particular de adoración. Si no fuera
porque está escrito en Su Palabra, esa búsqueda de parte de Dios nos resultaría
inadmisible.

Pero Dios es así; a pesar de su grandeza, omnipotencia y santidad, se hace humilde, a


tal punto de buscar verdaderos adoradores.
Hay algunos aspectos que quiero puntualizar; unos con respecto a Dios y otros a los
adoradores.

Adorarán al Padre
La primer pregunta que nos surge es obvia… casi infantil: ¿para qué necesita Dios
adoradores?
Evidentemente no es para inflar su vanidad (como esos dictadores que nunca faltan en
la historia, que se erigen estatuas a sí mismos y se rodean de aduladores). Dios no es
vanidoso.
Otra situación en la que en términos humanos podríamos interpretar la búsqueda de
adoradores, es la que se plantea en aquellas personas con una identidad débil, que
necesitan que permanentemente les estén diciendo cuán buenos, inteligentes o
hermosos son; están sedientos de confirmar su precaria identidad. Dios no necesita de
tal cosa, Él sabe quién es: “Yo soy el que soy”, dice de manera terminante, y
enigmática a la vez.

Pero Dios es así; a pesar de su grandeza, omnipotencia y santidad, se hace humilde, a


tal punto de buscar verdaderos adoradores.

No, Dios busca adoradores por otra razón: Él desea establecer una relación de amor,
vincularse a través del lenguaje tierno y afectivo de la alabanza, en una comunicación
en ambas direcciones, es decir, en un diálogo. Dios desea escuchar, y también decir
palabras de amor.

Que le alaben en espíritu y en verdad


De parte del ser humano, son necesarios algunos requisitos para pertenecer al grupo
de los adoradores buscados por Dios.
Las condiciones son que estos adoradores lo sean en espíritu y en verdad. ¿Qué quiere
decir esto?
Adorar en espíritu significa abrir nuestro corazón a Dios, no hacer una adoración en
la que predomine la actividad cerebral, sino que todo nuestro ser, nuestra persona,
participe en este diálogo de amor.

Adorar en espíritu significa abrir nuestro corazón a Dios, no hacer una adoración en
la que predomine la actividad cerebral, sino que todo nuestro ser, nuestra persona,
participe en este diálogo de amor. Que con nuestros sentimientos percibamos el calor
de Su persona, que con nuestro espíritu nos unamos a Su Espíritu para abrirnos al
misterio de que Dios es nuestro Abba; un Papito tierno que nos toma en sus brazos.

Todo nuestro ser, cuerpo, alma y espíritu en unidad integrada a Dios y a sí mismo.

Entonces aquí aparece naturalmente la segunda condición: en verdad. Si adoramos


con todo nuestro ser, en consecuencia lo estamos haciendo en verdad, o dicho de otra
manera, lo estamos haciendo de verdad. Por otra parte, al vincularnos a Dios, nuestra
vida se inunda de la Verdad, y todo nuestro ser se cura de falsedades, mentiras y
velos que nos amordazan.

¡Señor, cuenta conmigo!


Una exclamación surge al concluir con estas reflexiones: ¡Yo quiero estar entre los
verdaderos adoradores!
Si Dios me está buscando quiero que me encuentre ahora mismo…y que me
perfeccione en la adoración.

Fuente: Compromisocristiano.com
Adoradores amor Corazón Dios Verdad




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Alabar con un cántico nuevo
 

¿Qué provoca tu alabanza?

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El corazón de la genuina
alabanza
por Daniel Diaz Nauto
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La adoración ha sido un  tema de énfasis de los últimos años. La Biblia sin embargo
habla de la importancia de la adoración a Dios como un tema central.

Muchas veces se ha visto en asuntos de adoración y alabanza como una  lucha


experimentada entre el modelo viejo y los modelos nuevos. Entendiéndose como
modelo Viejo, el uso de los libros de himnos tradicionales y el Modelo Nuevo los
cantos contemporáneos.

Muchos,  quienes dirigen hoy los modelos contemporáneos,  dicen que ellos están en
una Renovación de Adoración.

¿Qué  habla la Biblia acerca de adoración? El verdadero corazón de la genuina


adoración se encuentra en muchos pasajes de la Biblia, pero uno de mis favoritos
pasajes es el Salmo 100.

El salmo 100 es considerado como una profecía e incluso como una oración acerca de
la ocasión cuando todos los pueblos conocerán que el Señor es Dios. Y en medio de
ese salmo sobresale el aspecto de la genuina adoración.

El tema de la alabanza y la adoración y lo que nos motiva a hacerlo es algo


importante.   Conocer lo que Dios es en sí mismo y lo que él es en relación a
nosotros. Considerar esto y aplicarlo es algo muy serio y vital en la adoración.

Este salmo es un llamado a toda la tierra para adorar al Señor.  El llamado va mucho
más allá de los estrechos límites de Israel y se extiende hacia los gentiles.  La
adoración no pertenece a una sola nación ni tiene características de una sola nación.
La adoración no estaba ni está confinada a un solo pueblo.

Este es un salmo muy simple y sencillo, porque el tema del cual habla:  Es La
adoración como algo simple y sencillo.
Esta gema poética es una pieza clave para la vida espiritual exitosa.

La estructura del salmo es tan sencilla como esto:

Primer llamado a la adoración.  V.1,2


Por qué Dios debería ser adorado. V 3.
Segundo llamado a la adoración.  V
Por qué Dios debería ser adorado.  V 5.

Veamos este hermoso Salmo:

“Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid a Jehová con alegría;
venid ante su presencia con regocijo.  Reconoced que Jehová es Dios él nos hizo y no
nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos y ovejas de su prado.
Entrad por sus puertas con acción de gracias por sus atrios con alabanza   ¡Alabadlo,
bendecid su nombre!, porque Jehová es bueno para siempre es su misericordia, y su
fidelidad por todas las generaciones”.
Salmo 100.

SIETE IMPERATIVOS QUE NOS IMPULSAN A LA GENUINA


ADORACIÓN.
En el Salmo 100 encontramos siete imperativos. Estos siete imperativos tienen claros
significados. Veamos estos siete Imperativos:

1.- Primer Imperativo: CANTAD…. ALEGRES


Palabra Hebrea: ruwa’ roo-ah’.
Esta palabra en hebreo significa: Gritar, Levantar el volumen del sonido. Clamor o
alarma de guerra.
Sonido de marcha. Grito de triunfo sobre los enemigos. Gritar acompañado de
aplausos.  Gritar con impulso religioso. Gritar con gozo y jubilo.
La genuina adoración está llena de júbilo y alegría.  El cristianismo no es una religión
muerta y vacía mas es una comunidad llena de alegría y entusiasmo.  Dios vive y en
medio nuestro opera como el fuerte, poderoso en batalla y conquistador de la muerte.

¿A Quién se adora de esa manera?  A  Dios.  El Eterno..El único

Muchas religiones presentan a un Dios disgustado, con cara de tirano o un Dios


lejano y difícil de encontrar.  La vida Cristiana nos presenta al Dios vivo y cercano a
quién podemos adorar con libertad y entusiasmo.
¿Quienes? Habitantes de toda la tierra.  Toda la tierra le pertenece y toda ella necesita
cantarle.

La Adoración a  Dios no está limitada a un solo pueblo ni a una sola nación. Todos
los habitantes de la tierra estamos invitados y la Biblia nos presenta un grupo de
adoradores en el libro de Apocalipsis que esta integrado con gente de todas las
lenguas, tribus y naciones.

2.-  Segundo Imperativo: SERVID…


Palabra hebrea: ‘abad aw-bad’.
Esta palabra significa: Servir.  Laborar.  Hacer una obra. Trabajar para otro. Hacerse
uno mismo un siervo.
La adoración está íntimamente ligada con servicio.   Jesús lo declaró en la tentación
en el desierto cuando le dijo a Satanás.  “Al Señor tu Dios adorarás y a él sólo
servirás”.  Servicio viene como consecuencia directa de una vida de adoración.   No
se puede concebir un pueblo que sólo adora, canta y se goza pero que no quiere
trabajar.  Adoración y servicio están tomadas de la mano.

…CON ALEGRÍA:
Palabra Hebrea: simchah sim-khaw’
Y esta palabra significa: Gozo, Placer. Gozo de Dios-  Felicidad.
El servicio que nace de la adoración es un servicio impregnado de alegría.  Un
servicio que nace de un corazón meramente impregnado de lo humano pronto perderá
la alegría.  La alegría es el fuego que mantiene encendidos los motores del servicio  a
Dios.

3.- Tercer Imperativo es:  VENID…


Palabra Hebrea: bow’ bo.
Esta palabra quiere decir: Venir.  Entrar. Ir. Ser enumerado. Ser introducido.
Llegar ante el Señor es un paso de profunda comunión.  Somos introducidos y
llegamos no por nuestra fuerza, el Espíritu Santo opera en nosotros y nos conduce
ante el Señor.  Venimos por que el Espíritu nos toma , somos introducidos por él y
formamos parte de un grupo enumerado, uno solo que falte será notada su ausencia.

…ANTE SU PRESENCIA:
Palabra Hebrea: paniym paw-neem’ . Esta palabra significa:
Cara a Cara. Estar ante una persona. Estar frente a:
La presencia de Dios es la experiencia más importante que nosotros podemos tener. 
Estar en su presencia es encontrarnos cara a cara con su rostro.
“Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado y BUSCAREN MI
ROSTRO.                        II Crónicas 7:14

Buscar el rostro del Señor es estar en su presencia.  Estar frente a Dios. Somos
urgidos a buscar su rostro y encontrarnos cara a cara en su presencia.  Su presencia
nos transforma y no somos los mismos cuando llegamos a su presencia.

…CON REGOCIJO:
Palabra Hebrea: r@nanah ren-aw-naw’,
Esta palabra hebrea quiere decir: Gritar con Gozo, Regocijo , grito de gozo ,
explosión del alma y efervescencia de espíritu es el resultado de estar en la presencia
del Señor.
Nuestras tristezas se caen, nuestros dolores se desintegran, nuestros resentimientos se
desvanecen y nuestros odios se despedazan para dar paso triunfante a un regocijo
infinito y un gozo indescriptible que termina afectando toda mi existencia.

4.-   Cuarto Imperativo: RECONOCED…


Palabra Hebrea: yada’ yaw-dah’.
Esta palabra quiere decir: Conocer.  Aprender a Conocer. Percibir y ver. Descubrir y
discernir. Discriminar y distinguir. Conocer por experiencia. Conocer una persona
íntimamente.  Tener revelación. Estar Instruido.
Este es el corazón del Salmo y la médula de la genuina adoración.  Este imperativo
está en medio de tres y tres.  Sin este corazón y esta médula no hay genuina
adoración.

¿QUE HAY QUE RECONOCER?


1.- Que el Señor es Dios.

“Reconocerlo como Dios determina mi pequeñez e impotencia espiritual ante las


exigencias del presente y la incertidumbre del más allá”.

2.- Es nuestro Creador.

“Reconocerlo como Creador determina mi entendimiento acerca de no bastarme a mi


mismo y saber que si él me creó lo hizo con un propósito que debo conocer y vivir
para ese propósito”.

3.- Es nuestro Señor y dueño.


“Reconocerlo como Señor y Dueño determina mi seguridad de que no puedo vivir
como quiero.  Todo lo que soy y todo lo que tengo pertenecen a él.  No soy dueño de
mi mismo y él quiere ejerce su señorío sobre mi en todas las áreas de mi vida”.

4.- Es nuestro Pastor.

“Reconocerlo como pastor determina mi reconocimiento de su dirección, su


reprensión, su guianza y todo el proceso de formación total de mi vida, aunque a
veces esto me  duela y no lo entienda”.

5.-  Quinto Imperativo es: ENTRAD…


Palabra Hebrea: bow’ bo. La misma de Venid .
POR SUS PUERTAS:  Palabra hebrea: sha’ar shah’-ar.
Esta palabra significa: Puerta como lugar de entrada. Lugar de reunión pública.
Ciudad . Castillo Real.  Templo. Cielo.
Cuando llego y entro soy introducido ante su propio palacio y no llego como un
advenedizo sino como un hijo, el cual puede entrar con la seguridad de jamás ser
echado o ignorado.  Mi Padre es el Rey  y con seguridad puedo entrar.

… CON ACCIÓN DE GRACIAS:


Palabra Hebrea: towdah to-daw’.
Esta palabra significa: Confesión de agradecimiento.  Dar alabanzas a Dios. Dar
gracias con cantos litúrgicos de adoración. Agradecimiento con coros y procesión.
Entro al palacio como hijo pero con un corazón agradecido, dando alabanzas a él ,
entonando para él, el canto más precioso que un ser humano puede entonar.  Canto de
redención en expresión sublime de agradecimiento.

…POR SUS ATRIOS:


Palabra Hebrea.: chatser khaw-tsare’ .
Y esta palabra significa: El lugar de residencia de un soberano o dignatario.  Palacio o
mansión real. Reunión formal presidida por un soberano.
La residencia del soberano es mi residencia sólo adquirida por su gracia y bondad.  Y
en la eternidad Jesús ha prometido que mi residencia será en los mismos atrios de
Dios.

“Me iré y os prepararé moradas para vosotros.  En la Casa de mi Padre muchas


moradas hay,  voy pues a preparar lugar para vosotros”.

…CON ALABANZA:
Palabra Hebrea: t@hillah teh-hil-law’.
Esta Palabra significa: Canto o himno de alabanza. Acto de alabanza pública.
Reconocer la fama y la gloria de alguien.
La Casa del Padre es mi casa , y esa casa es casa de alabanza donde los himnos se
elevan como incienso agradable y los actos públicos de alabanza se exteriorizan sin
inhibiciones para reconocer la fama y la gloria de aquel quien vive para siempre”.

6.- Sexto Imperativo: ALABADLE…


Palabra hebrea: yadah yaw-daw’.
Esta Palabra en hebreo significa: Lanzar, impulsar. Lanzar flechas.  Dar gracias con
emoción.

“Las alabanzas se lanzan como proyectiles benditos y flechas doradas no para matar
sino para pegar en el blanco”.

7.- Sétimo y último imperativo es: BENDECID…


Palabra Hebrea: barak baw-rak’.
Esta palabra significa:  Bendecir de rodillas. Adorar.
“La alabanza y la adoración comienza con gritos de júbilo y alegría, explosiones de
gozo y manifestaciones públicas de reconocimiento pero termina con una actitud
humilde de rodillas y reconociendo que por encima de todo él sigue siendo el Rey y
el Soberano y ante su presencia majestuosa quedo de rodillas ahora en silencio
llorando de felicidad y sollozando de extremo gozo porque mi vida ahora tiene
sentido”

¿Es la adoración que ofrezco a él una genuina  Adoración o es sólo el producto de la


euforia colectiva que me contagia?

Tiene mi adoración, a él, la Médula y el corazón del verso 3 del Salmo 100 o sólo
tiene las tapas del sándwich  pero sin la sustancia que da sabor.

Adoración es la expresión más sublime de mi acercamiento a Dios y del acercamiento


de Dios a mi.  Vamos a adorarlo en espíritu y en verdad.

Que nuestra vida sea un genuina adoración diaria al Dios Único y Poderoso.

Dr. Serafín Contreras Galeano.


www.serafincontreras.com
Adoración Alabanza Atrios Corazón Dios Genuino




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La Paz de Cristo
por Daniel Diaz Nauto
3 minutos te demorarás en leer este post.

Jesús vino a la tierra a cumplir una misión, salvar al


hombre de la paga del pecado, que es la muerte, El vino y realizó todo lo necesario
para otorgarle La Salvación a la humanidad.

Las últimas horas antes de El ser entregado por Judas Iscariote, las pasó junto a sus
discípulos dándoles instruyéndoles acerca de la vida, tanto en orden físico como
espiritual. Pero un punto que me llamó a la atención es el que trataremos hoy, es el
asunto de La Paz.
Algo que llama a la atención es que Jesús dice que El no da una paz como el mundo
la da. Ahora ¿Qué tipo de paz es que da El Mundo?

El mundo da una paz efímera, una paz pasajera, muchas veces una paz basada en
mentiras, mejor dicho en multitudes de engaños, pero mas que nada, el mundo ofrece
una paz emocional, Jesús nos da Paz Espiritual.

Lo primero que hace Jesús con una persona cuando lo acepta, es consolar su corazón,
El en ese instante se convierte en un fuerte limpiadora, y se encarga de purificar y
erradicar todo lo que tenía abatido nuestro corazón.
No obstante Jesús también llega como ese refrigerio que se necesita a la hora
indicada, como ese vaso de agua fría al momento mas critico de la sequía espiritual
que tenemos.
Luego de todo eso, pues Jesús viene y nos da ánimos, nos sube la defensa, nos sirve
como la adrenalina necesitada, como la medicina en el momento de la tormentosa
gripe, como el gatorade que nos sirve para reanimarnos.

Y para culminar el proceso, entonces El viene y nos da PAZ!!!

Ahora ¿A qué se refiere esa paz?, se refiera a tranquilidad, tanto física como
espiritual, se refiere a respiro, se refiere a descanso, se refiere a perder el miedo, a
perder cuidado de los que nos pueda acontecer, no es que seremos descuidado, no es
que dejaremos de trabajar, no es que nos sentaremos a esperar que llueve para arriba,
no es eso.

El punto es que pase lo que pase, venga lo que venga, no importe lo que suceda,
estamos tranquilos, porque nuestra vida está escondida en Dios, y nosotros
dependemos únicamente y exclusivamente de El.

El nos da las fuerzas para trabajar, la inteligencia para estudiar, la fortaleza para no
rendirnos en los momentos difíciles, el consuelo en los momentos tristes, si tenemos
que salir de emergencia a las 3 de la mañana lo hacemos sin miedo porque El es
nuestro protector.

Eso es la Paz, tranquilidad en medio de la tormenta, la

Paz provee Regocijo Espiritual, porque pase lo que pase, nuestra alma está guardada
por Dios.

Enviado por Angel Antonio


http://elrincongozoso.wordpress.com
Corazón Cristo Espiritual Paz Salvación




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Vuestros cabellos están
todos contados. Spurgeon
por Daniel Diaz Nauto
39 minutos te demorarás en leer este post.

Es muy deleitable ver cuán familiarmente nuestro


Señor Jesús hablaba con sus discípulos. Él era grandioso, y sin embargo,
estaba entre ellos como el que servía; Él era muy sabio, pero era tierno como
lo es una niñera con los niños a su cuidado; Él era muy santo, y muy por
encima de las debilidades cargadas de pecado de ellos, pero condescendía
con los hombres de baja condición; Él era su Dios y Señor, pero era también
su amigo y su siervo.

Él hablaba con ellos no como un superior dominante, sino como un hermano


lleno de ternura y simpatía. Ustedes saben cuán dulcemente Él les dijo una
vez: «si así no fuera, yo os lo hubiera dicho»; y así demostró que no les había
ocultado nada que fuera provechoso para ellos. Les descubrió Su corazón
totalmente: Su secreto estaba con ellos. Los amó con sumo amor, y encauzó
el río pleno de Su vida para que fluyera en provecho de ellos.
Ahora, en este capítulo, si lo leen en casa, verán cuán sabiamente el Señor
Jesús trata con sus temores. Él se preocupa para que ellos no tengan temor;
está ansioso para que ellos no estén ansiosos; así que habla con ellos como
un amigo muy tierno hablaría a una persona muy nerviosa (algún hermano o
hermana de mente débil) y habla de tal manera que si ellos no hubiesen sido
consolados, quiere decir con certeza que de manera voluntaria rechazaban el
consuelo.
Él les dice: «Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden
matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el
infierno. ¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos
cae a tierra sin vuestro Padre. Pues aun vuestros cabellos están todos
contados. Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos.»

Hermanos, admiren la ternura de nuestro Señor Jesús, e imítenla. Tratemos


de ser igualmente amables con nuestros hermanos en Cristo: nunca tratemos
de presumir, ni de darnos importancia, ni de ostentar la fuerza de nuestra fe,
pues eso agraviará a los tiernos pequeñitos, y los reducirá al auto-vituperio.

Consideremos su debilidad, y la ayuda que podamos brindarles; su aflicción, y


el consuelo que podamos proporcionarles. Jesús mismo fue un Consolador,
pues de lo contrario no hubiera podido hablar de «otro Consolador»; y así,
seamos consoladores en nuestra medida, siguiendo Sus pasos.

Esto me recuerda, también, que debo mencionar cuán sencillas eran las
conversaciones del Salvador con Sus discípulos, consecuentes con este
deseo de confortar sus corazones. ¡He pensado a menudo que Él hablaba
justo de la manera en que cualquiera de nosotros habla a nuestros hijos
cuando deseamos alentarlos! No hay nada relativo al lenguaje del Salvador
que te lleve a decir: «¡qué grandioso discurso! ¡Cuán buen orador es! ¡Qué
bien habla!

Si alguien te hace decir eso de Él, puedes sospechar que anda un poco
perdido. Esa persona está olvidando el verdadero objeto de una mente
amorosa, y está buscando ser un conferencista, y quiere impresionar a la
gente con la idea que está diciendo algo verdaderamente maravilloso, y que
lo está diciendo de manera grandilocuente.

El Salvador ignoraba toda idea de usar una expresión maravillosa cuando


trataba de expresar el significado de la manera más sencilla posible. Él
buscaba el camino más corto para alcanzar los corazones de quienes lo
escuchaban, y no le importaba para nada si las flores crecían a la orilla del
camino o no. Por esta razón no hay elocuencia como la elocuencia de Jesús:
hay un estilo de majestuosa sencillez en Él que es totalmente propia, y en
esto radica Su sublimidad inigualable.
De vez en cuando reviso citas de libros, y veo que los nombres de los autores
están colocados al pie de las referencias. Pero cada vez que observo que el
nombre de Cristo es colocado debajo de una cita, lo considero como algo
superfluo que debería eliminarse; pues nunca hay el temor de confundir el
lenguaje del Hijo de Dios con el de cualquiera de los hijos de los hombres. Él
tiene Su propio estilo. Esto, sin embargo, es incidental al propósito que se
tiene; pues Él no estudia el estilo de la retórica en ningún grado, sino
simplemente tiene por objetivo transmitir Su pensamiento.

Por eso Él habla con palabras muy sencillas, tales como las de nuestro texto:
«Pues aun vuestros cabellos están todos contados.» Los hombres que son
grandes y estudiosos no hablarían acerca de los cabellos de tu cabeza; todo
su discurso es acerca de las nebulosas y de las estrellas, las eras geológicas
y los fósiles, la evolución y la solidaridad de la raza, y no sé qué otras cosas
más.

Ellos no se inclinarían ante las cosas comunes; ellos deben decir algo
grandioso, sublime, deslumbrante, brillante, lleno de fuegos artificiales. El
Señor está tan lejos de todo esto como lo están los cielos del dosel más
llamativo que jamás haya engalanado el trono de algún mortal. Él habla en
lenguaje sencillo porque Él se siente en casa; El habla el lenguaje del corazón
porque Él es todo corazón, y quiere alcanzar los corazones de aquellos que le
escuchan. Les recomiendo este texto por esa razón, además de muchas
otras. «Pues aun vuestros cabellos están todos contados.»

Reflexionando sobre estas palabras, parecen contener cuatro elementos por


lo menos, y podemos adoptar cuatro perspectivas de su significado: y la
primera es predeterminación: «Pues aun vuestros cabellos (han sido, en la
traducción propuesta por Spurgeon) están todos contados.»

Encontrarán que esa traducción es una versión más precisa del texto que la
versión que tenemos ante nosotros. El verbo no está en presente, sino en el
tiempo pluscuamperfecto. Aun vuestros cabellos han sido todos contados
antes que los mundos fueran creados.
En segundo lugar, veo en el texto conocimiento. Esto es muy claro: Dios
conoce a Su pueblo de tal manera que aun los cabellos de sus cabezas están
todos contados por Él.

En tercer lugar hay aquí valoración: Él estima de manera tan elevada a Sus
propios siervos, que de ellos se dice: «aun vuestros cabellos están todos
contados.» Ustedes son tan preciosos que la más pequeña porción de
ustedes es preciosa; el Rey conserva un registro de cada parte de ustedes,
«Pues aun vuestros cabellos están contados.»

Y, por último, aquí hay de manera muy evidente preservación. El Salvador les
ha estado diciendo que no teman a los que pueden matar el cuerpo, pero que
son incapaces de destruir el alma. Él dice que Dios los preserva. En otro lugar
les había dicho a Sus discípulos, «Pero ni un cabello de vuestra cabeza
perecerá,» y Él quiere significar lo mismo en este caso; habrá una
preservación perfecta de Su pueblo. «Pues aun vuestros cabellos están todos
contados.»

I. Vamos, pues, al primer punto. Aquí hay PREDETERMINACIÓN. «Pues aun


vuestros cabellos están todos contados.» La mayoría de los cristianos cree
en la providencia de Dios, pero no todos los cristianos están preparados para
seguir la verdad que implica. Ellos aparentan creer que hay una providencia
que gobierna sobre todo, pero parecen haber olvidado que siempre hubo esa
providencia, y que la providencia debe ser, después de todo, un asunto de
predeterminación divina.

Dios debe haber previsto, o de lo contrario no podría haber provisto, pues


«providencia» es, después de todo, previsión; y la provisión que hace Dios no
es sino el resultado de su visión anticipada de tal y tal cosa que es necesaria
para nosotros. Ver anticipadamente debe pertenecer esencialmente a
cualquier providencia verdadera y real.

¿Cuán lejos llega la visión anticipada de Dios? Nosotros creemos que se


extiende al hombre entero y a todo lo relacionado a él. Dios ordenó desde
tiempos antiguos cuándo deberíamos nacer, y dónde, y quiénes iban a ser
nuestros padres, y cuál sería nuestra suerte en la infancia, y cuál iba a ser
nuestro camino en la juventud, y cuál sería nuestra posición al llegar a la edad
adulta. Desde el principio hasta el fin todo ha ocurrido de acuerdo al
propósito divino, conforme fue ordenado por la voluntad divina.

No solamente el hombre, sino todo lo concerniente al hombre, es


predeterminado por el Señor: «pues aun vuestros cabellos,» es decir, todo lo
que tenga que ver contigo, que entre en cualquier tipo de contacto contigo, y
que sea en algún sentido parte y porción de ti, está bajo la previsión divina y
la predestinación. Todo está en el propósito divino, y ha sido ordenado por la
sabiduría divina: todos los eventos de tu vida, ciertamente los más grandes,
pero con igual certeza también los más pequeños.

Es imposible dibujar una línea de separación en la providencia, y decir: esto


está arreglado por la providencia, y esto no. La providencia debe abarcarlo
todo, todo lo que ocurre; no solamente determina el movimiento de una
estrella, sino que incluye al grano de polvo que es soplado por el viento del
camino. Todo esto, por la propia naturaleza del tema, es claro.

La providencia de Dios no sabe de cosas que son tan pequeñas como para
estar más allá de su conocimiento, ni de cosas que son tan grandes como
para estar más allá de su control. Nada es demasiado pequeño o demasiado
grande para que Dios lo gobierne y lo domine.

Todo lo que un hombre experimenta es también ordenado desde el cielo; si


los cabellos de tu cabeza se tornan blancos en una sola noche de aflicción,
es porque ha habido un permiso divino. Si conservas la vida hasta que cada
cabello constituya una parte de la corona de gloria de tu ancianidad, no
llegarás a ser más viejo de lo que Dios quiera. No morirás antes de que te
corresponda, ni vivirás más allá del límite establecido. Yo digo que todo lo
que te concierne, de principio a fin, todo lo que sea de ti, y en ti, y alrededor de
ti:

«Todo viene, y permanece, y termina,


Conforme le plazca a tu Amigo celestial.»
«Pues aun vuestros cabellos están todos contados.»
Y yo quiero llamar tu atención a esta pregunta: ¿cuál es la fuente de esta
numeración? No quiere decir que todos estén contados por algún ángel
registrador a quien se le ha asignado la tarea de contar. Eso puede ser, pero
no es eso lo que debemos considerar hoy. Quien lleva la cuenta es vuestro
Padre que está en el cielo. Las ordenanzas que gobiernan la vida de ustedes
están es Su mano: a Él pertenecen los temas de la muerte; y esto la convierte
en un hecho feliz. El destino es duro y cruel; pero la predestinación es
paternal, y sabia, y amable.

Las ruedas de la providencia siempre son altas y terribles; pero están llenas
de ojos, y esos ojos ven con una clara visión de sabiduría, y justicia, y amor, y
miran al bien de aquellos que aman a Dios, y que son los llamados de
acuerdo a Su propósito.

Es cierto que es terrible pensar que las cosas son fijadas por un plan eterno;
pero el terror desaparece cuando sentimos que somos hijos de este Padre
grandioso, y que Él no quiere nada sino aquello que al fin va a lograr nuestra
conformidad a la imagen de Su Hijo, y mostrar la gloria de Su propia justicia, y
gracia, y verdad.

¡Querido amigo, tal vez tú estás ciego! Sentirás un dulce contento en la


oscuridad cuando puedas decir: «Esta ceguera fue determinada por mi
amante Padre tierno; yo sé que fue así, puesto que aun los cabellos de mi
cabeza están todos contados.» O puede ser que desde tu niñez has estado
sometido a otra enfermedad física, que te ha costado mucho dolor y grandes
limitaciones, y aún ahora amenaza con llevarte súbitamente a la tumba.

Si esta cruz hubiera sido puesta sobre ti por un enemigo, te habrías quejado,
pero ha sido ordenada para ti por Aquél que no puede ser injusto ni cruel; por
tanto debes decir: «Jehová es; haga lo que bien le pareciere.» Se nos ha
enseñado que oremos, «Hágase tu voluntad.» ¿Acaso vamos a contradecir
nuestras propias oraciones dando coces contra esa voluntad?

Job glorificó a Dios, y sin embargo no dijo sino lo que tenía que decir cuando
afirmó, «Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.»
Siempre he admirado a Job porque atribuyó todas sus aflicciones al Señor;
porque aparentemente fueron los sabeos los que tomaron los bueyes y las
asnas; fueron los caldeos los que se llevaron sus camellos; fue un gran viento
que vino del lado del desierto, levantado por el diablo, el que arrebató a sus
hijos.

A Job no le importan tanto los sabeos, ni los caldeos, ni los demonios, como
para mencionarlos; pero él clama, mirando a la Primera Causa de todos los
eventos, «Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.»

Cuando podemos alcanzar el fondo de las cosas visibles, y ver, no


simplemente los títeres, sino también los hilos que los mueven, entonces nos
acercamos a la sabiduría. Los seres malvados actúan de acuerdo a su propio
libre albedrío, y por lo tanto todo el mal moral de sus acciones descansa
plenamente y únicamente en ellos mismos; pero el Dios grandioso,
misteriosamente, totalmente limpio de toda complicidad con el pecado
humano, ejecuta Sus propios propósitos, que siempre son buenos y justos.

Él es quien del mal, real o supuesto, todavía produce bien, y mayor bien, y
mayor bien, en progresión infinita. Yo digo que cuando llegamos a esta
Primera Fuerza y fuente real de poder, entonces llegamos adonde
aprendemos sabiduría, y recibimos ayuda en las luchas de la vida. Cuando
vemos que todas las cosas son arregladas por Aquél que ordenó todas las
cosas de conformidad al consejo de Su propia voluntad, entonces inclinamos
nuestras cabezas y adoramos.

El resultado práctico de todo esto para el cristiano debe ser simplemente


este, «Si esto es así, que todas las cosas en mi vida son ordenadas por Dios,
inclusive los cabellos de mi cabeza, entonces debo aprender sumisión; voy a
inclinarme ante la Voluntad Suprema que debe cumplirse siempre. Aunque
me cueste una lágrima, y muchos dolores, sin embargo nunca voy a estar
contento hasta que pueda decir, ‘Padre, hágase tu voluntad.'»

La naturaleza humana nos impulsa a pedir que, si es posible, pase de


nosotros esta amarga copa; pero la naturaleza divina, que Dios ha puesto en
Sus verdaderos hijos, les ayuda a luchar todavía después de la plena
sumisión, hasta que al fin se convierten en conquistadores de sí mismos, y
Dios es glorificado en el templo de su ser.
Hermanos míos, estoy seguro que nuestra felicidad radica en gran medida en
nuestra sumisión completa al Señor nuestro Dios. Si no puedes traer tu
condición a tu mente, lleva tu mente a tu condición. El viejo proverbio nos
invita a cortar nuestro traje de acuerdo a nuestra tela, y aquel que pueda
cubrir su mente con los vestidos que la providencia le ha asignado, no
necesita envidiar los trajes del alcalde de Londres.

El gozo está más en la mente que en el lugar o en la posesión. Quien tiene


suficiente, aunque sólo sean unos cuantos pesos a la semana, tiene mucho
más que un millonario. Quien está contento es verdaderamente un hombre
rico; el que anda tras el dinero es siempre pobre, ¿cómo podría no serlo?
Pobre en el peor sentido de la palabra. ¡Oh, es algo bendito que podamos
pensar que todos los eventos de la providencia han sido ordenados por Dios:
entonces podemos disolver nuestra propia voluntad en la dulzura de la
voluntad de Dios, y nuestra tristeza llega a su fin!

Yo pienso que esto, además de enseñarnos sumisión, debería darnos un alto


grado de consuelo en el tiempo de necesidad de tal forma que nos elevemos
a algo parecido al gozo. Hoy estaba leyendo algo acerca del Sr. Dodd, que es
una persona a quien los puritanos siempre estaban citando, un hombre que
no escribió ningún libro, pero parece que dijo cosas con las que otras
personas han hecho atractivos sus libros.

Se dice que este viejo Sr. Dodd, tenía un gran problema, una queja de su
cuerpo que no voy a mencionar, pero es una de las más dolorosas que un
hombre puede sufrir; y cuando se le dijo que tenía esta enfermedad, y que era
incurable, el anciano derramó unas cuantas lágrimas naturales a causa del
dolor muy grande y agudo; pero al fin dijo: «esto me viene evidentemente de
Dios, y Dios nunca me envió nada que no fuera bueno para mí, por tanto
arrodillémonos juntos, y agradezcamos a Dios por esto.» Ese anciano dijo
algo muy bueno, e hizo muy bien en agradecer a Dios de todo corazón.

¡Oh sí, arrodillémonos juntos y agradezcamos a Dios por nuestro problema!


¿Acaso puede ser tuberculosis, o un niño moribundo, o una hacienda que no
sostiene, o un negocio que va rumbo a la ruina? Creamos con firmeza que
nuestro Dios nunca nos ha enviado nada que no fuera para nuestro bien; por
tanto, arrodillémonos, y agradezcamos a Dios con todo nuestro corazón.
Si tu hijo viniera a ti, y te dijera: «padre, te agradezco por la vara; sé que ha
sido por mi bien,» sentirías que el tiempo de la corrección ha llegado a su fin.
Evidentemente él no es tan torpe ni tan insensato como para que necesite un
agudo despertar por medio del castigo. Él ve el mal involucrado en su
desobediencia y la necesidad del castigo, y ahora se le puede permitir que
aplique las lecciones que ha aprendido. Cuando ustedes y yo comenzamos a
familiarizarnos con la aflicción, y a agradecer a Dios por ella, está llegando a
su fin.

Yo personalmente creo que hay a menudo un período establecido para las


aflicciones de los santos, y que ese período usualmente coincide con su
aceptación perfecta. Cuando están contentos de recibir todas las cosas
como Dios quiere, Dios estará contento con permitirles tener tanto como
quieran. Cuando dos voluntades se juntan, nuestra voluntad y la voluntad de
Dios, entonces encontraremos un dulce arroyo de plateada paz que fluye en
dos vertientes por el resto de nuestras vidas.

Por tanto, concluyamos esto: si aun los cabellos de nuestra cabeza están
todos contados, si verdaderamente todo es ordenado por el Altísimo en lo
relativo a Su pueblo, gocémonos en lo que Dios da, y tomémoslo como venga,
y alabemos Su nombre, ya sea que lo que nos toca sea duro o suave, amargo
o dulce. Digamos con alegría: «Si Dios lo quiere así, nosotros también; si es
un propósito de Dios, que así sea; puesto que a los que aman a Dios, todas
las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son
llamados.» No me voy a hundir en el pantano de las dificultades que algunos
de ustedes ven colocado en el camino; yo tropiezo en el fango con el ágil pie
de la fe.

No voy a discutir cómo se puede demostrar que la predeterminación es


consistente con la responsabilidad del hombre, y con el libre albedrío del
hombre y con todo eso. Yo creo en la responsabilidad del hombre, y en el libre
albedrío del hombre, tanto como creo en la predestinación. Yo creo en la
responsabilidad del hombre tanto como ustedes, y creo en el libre albedrío
del hombre tanto como cualquier ser viviente.

¿Cómo puedo creer en ambas doctrinas? Evidentemente yo puedo creer en


ambas doctrinas, pues yo ciertamente creo en ambas. He aprendido esto:
que el hombre cuyo credo es consistente en la opinión de otros, usualmente
tiene un credo señalado por la pobreza y la insuficiencia; y la mayor parte de
ese credo es más bien teoría que revelación.

Cuando llegas a encuadrar tu teología en un sistema, existe el peligro que


actúes como un constructor que coloca entre las grandes piedras mezcla
hecha por él mismo. Yo me contento con apilar las piedras no labradas, y no
les pongo ningún cemento propio. No le voy a dar forma a la verdad, y mucho
menos le voy a agregar algo. «Porque si alzares herramienta sobre él, lo
profanarás.» Quien acepta la verdad tal como la encuentra en el Libro
inspirado tiene suficiente material, y todo ese material es sano.

Yo creo que todas las contradicciones de la Escritura son solamente


aparentes. No puedo esperar entender los misterios de Dios, ni tampoco
deseo hacerlo. Si yo entendiera a Dios, no podría ser al verdadero Dios. Una
doctrina que yo no puedo entender, es una verdad que está destinada a
agarrarme a mí. Cuando yo no puedo ascender, me arrodillo. Allí donde no
puedo construir un observatorio, coloco un altar. Una gran piedra que yo no
puedo levantar me sirve como un pilar sobre el cual derramo el aceite de
gratitud, y adoro al Señor mi Dios.

¡Cuán ocioso es soñar que nuestro entendimiento corre en paralelo con el


entendimiento del Dios infinito! Su conocimiento es demasiado maravilloso
para nosotros; es tan elevado que no podemos alcanzarlo. ¿Han escuchado
alguna vez la historia del muchacho curioso a quien se le había prohibido
entrar al estudio de su padre? Intentó abrir la puerta, pero estaba cerrada con
llave: cualquier forma apropiada y segura de entrar estaba descartada.

Pero él no podía estar contento hasta no haber satisfecho su curiosidad, y


por lo tanto se subió por la ventana. Para horror de su padre, allá arriba en el
segundo piso estaba su hijito, mirándolo desde arriba, y gritándole con
orgullo infantil: «papá, puedo verte.» ¡Qué posición tan peligrosa para el niño!
Debe ser rescatado, y se le debe enseñar que no debe subirse allí de nuevo.

¿Imitaremos la insensatez de este niño? Hermanos míos, yo no lo intentaré.


No quiero poner en peligro mi alma, ni tampoco mis poderes de razonar,
esforzándome por entender lo que no se puede conocer. Siendo un pobre hijo
como soy, prefiero amar a Dios y asombrarme de Él, en vez de mirarlo con
percepciones frías e intelectuales, soñando que lo conozco plenamente. Yo le
pido a Dios crecer en el conocimiento de aquello que el Señor ha revelado: y
oro para pedir gracia para limitar mi curiosidad a los límites de Su revelación;
ciertamente están sumamente lejos aun de las investigaciones más
ambiciosas.

En cuanto a la dificultad frente a nosotros, yo no la entiendo; ¿y de qué me


serviría si la entendiera? Yo sé que cualquier cosa que haga un hombre que
está mal, la hace de conformidad a su libre albedrío; y yo creo que todo el
pecado del mundo es causado por la elección voluntaria y censurable del
trasgresor; pero yo sé que hay una comprensión de la previsión y de la
predestinación tan amplia que todo está de acuerdo con la presciencia y la
predestinación.

Que nuestro cabello crezca como quiera, o arranquémonos los cabellos


como nos plazca, que nada interfiera con nuestra absoluta libertad en el
asunto; y sin embargo los cabellos de nuestra cabeza están todos contados.
Suficiente en cuanto a la presciencia.

II. Ahora, en segundo lugar, tenemos el CONOCIMIENTO: el íntimo


conocimiento que Dios tiene de Su pueblo. «Pues aun vuestros cabellos
están todos contados.» Observen qué conocimiento tan pleno tiene Dios de
cada uno de Sus hijos. Si no hubiera nadie más en el mundo, excepto tú, y
Dios no tuviera nada más que hacer que pensar en ti, y no hubieran otros
objetos para Su atención más allá de ti, y Su mente eterna no tuviera ningún
tema que considerar sino únicamente tú, el Señor entonces no sabría más
acerca de ti de lo que sabe ahora.

La omnisciencia de Dios está concentrada sobre cada ser, y sin embargo no


está dividida por la multiplicidad de sus objetos; no se encuentra menos
concentrada en un objeto en razón que hay muchos objetos. ¡Cuánto debería
asombrarnos que el Señor nos conozca en este momento tan íntimamente
como para tener contados cada uno de los cabellos de nuestra cabeza!

El conocimiento que posee el Señor en relación a Su pueblo es tan minucioso,


y toma en cuenta esos pequeños asuntos que los hombres valoran como
menudencias indignas de considerarse. Él sabe lo que tú y yo difícilmente
deseamos saber: Él sabe aquello que nosotros desconocemos y que no nos
quita el sueño: «Pues aun vuestros cabellos están todos contados.»

Él nos conoce mejor que cualquiera de nuestros amigos. Hay muchas


personas que tienen un amable amigo que conoce sus asuntos con mucha
precisión, pero aun un allegado tan familiar nunca ha contado los cabellos de
sus cabezas. Ninguna esposa ha hecho eso, ningún doctor que tiene, por su
larga relación con nosotros, un detallado conocimiento de la condición y de la
salud de cada parte de nuestro cuerpo.

Dios nos conoce mejor de lo que nosotros nos conocemos a nosotros


mismos. Nadie sabe cuántos cabellos hay en su propia cabeza; pero aun los
cabellos de tu cabeza están todos contados por Aquél que nos conoce mejor
de lo que nos conocemos a nosotros mismos. Dios sabe cosas de nosotros
que por nosotros mismos no podríamos descubrir. Hay secretos del corazón
que son desconocidos aun para nosotros mismos, pero que no son un
secreto para Él. Su penetrante conocimiento alcanza hasta las cosas más
escondidas de la vida y del espíritu.

¿Acaso no concuerdan conmigo que un conocimiento tierno y encantador es


revelado aquí cuando se nos dice que el Señor cuenta los propios cabellos de
nuestras cabezas? ¿Acaso no revela cuánto piensa en ellos? Hay algunas
personas que nos aman mucho, que siempre están buscando nuestro bien,
pero Dios los sobrepasa a todos ellos en un mayor cuidado maternal hacia
nosotros, un cuidado sorprendentemente minucioso. Vemos que Su amor es
mayor que el amor de las mujeres, pues aun los cabellos de nuestra cabeza
están todos contados; y eso en cada una de las etapas de nuestras vidas.
¿Acaso no implica esto un cuidado muy benévolo?

Cuando uno tiene a un hijo enfermo, y lo vigila día y noche, cada pequeño
detalle en relación a él es conocido y registrado. Mi amor se ve un poco
pálido hoy, o no tiene mucho apetito ahora; el síntoma es notado con
ansiedad. Ustedes saben cuán fácilmente el amor puede degenerar en
insensatez en esa dirección; pero sin ningún desatino, Dios es infinitamente
cuidadoso y amable con nosotros, pues Él sabe cuando hemos perdido uno
de los cabellos de nuestra cabeza.
Nosotros no podemos hacer que nuestro cabello se vuelva blanco o negro,
pero Él sabe cuando nuestros cabellos se tornan blancos por el dolor o por la
edad. Él entiende todo acerca de la pérdida de color de nuestro cabello, de
cuando encanecemos, los pequeños detalles relativos a nuestro cuerpo, así
como de las más diminutas circunstancias que atribulan nuestras almas.

Me parece (no sé cómo lo vean ustedes) que revela un conocimiento muy,


muy, muy íntimo, tierno, y afectuoso de nosotros; y el hecho de que nuestro
Señor nos mire así tan lleno de gracia, nos debería llenar de gozo.

Este conocimiento tierno y cuidadoso de parte de Dios es constante. Él


conoce el número de los cabellos de nuestra cabeza hoy, mañana, y todos los
días: Él vela sin cesar sobre todos los procesos que aun de la manera más
insignificante afectan nuestras vidas. Tan íntimo es el conocimiento que
tiene de nosotros, que cuando nos acostamos y cuando nos levantamos,
nuestros pensamientos y nuestros caminos, todo está continuamente ante
Él.

Y ¿qué debemos aprender de esto? ¿Acaso la vida no es convertida en un


asunto muy solemne? ¿Quién se atreverá a tomar las cosas a la ligera cuando
el Señor Dios está tan cerca? ¿Se dedican ustedes a la crianza de abejas?
¿Han sacado alguna vez la estructura interior de una colmena, sosteniéndola
en alto para observar lo que están haciendo las abejas a ambos lados del
panal? ¿O han contemplado a las abejas a través de una de esas interesantes
capuchas que tienen un visor, que permite que toda la actividad pueda ser
visible?

Las abejas escasamente se dan cuenta que las estás observando,


ciertamente a ellas no les importa que las miren, pues son tan laboriosas que
ya no podrían hacer nada más aunque tuvieran puestos sobre ellas todos los
ojos del universo. ¡Qué clase de personas deberíamos ser, sabiendo que Dios
nos está observando, y registrando cada movimiento de nuestro ser! ¡Qué
cuidado deberíamos tener en cuanto a nuestro sentimiento, nuestro
pensamiento, nuestra determinación, nuestros deseos, nuestras acciones, y
nuestras conversaciones, cuando Dios lo sabe todo minuciosamente, aun el
número de los cabellos de nuestra cabeza! ¡Qué perfecta consagración
deberíamos mantener!
Si Dios me valora tanto a mí, si me conoce de esa manera que aun cuenta
hasta los cabellos de mi cabeza, ¿no debería yo entregar todo mi ser a Dios
aun hasta el más mínimo detalle? ¿Acaso no debería darle no solamente mi
cabeza, sino mi cabello, como lo hizo aquella mujer penitente, quien soltó sus
trenzas para poder hacer una toalla con ellas y así secar esos pies que había
lavado con sus lágrimas? ¿No deberíamos consagrar a Dios las cosas más
pequeñas así como las más grandes también? ¿No está escrito: «Si, pues,
coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios»? «Y
que no sois vuestros, porque habéis sido comprados por precio:» y cuando se
hizo el inventario, el Señor no dejó fuera del catálogo ni un solo cabello de tu
cabeza.

Ciertamente Él no les ha dejado el cabello a ninguna de ustedes, mujeres


cristianas, para que ustedes se gocen en su vanidad y orgullo; cada una de
sus trenzas es del Señor. Él no les deja a ustedes, hombres, nada de su
talento, de su mente, de su cuerpo; todo su ser es completamente de Él, y él
lo tiene muy en cuenta, y espera que ustedes lo incluyan en su consagración
práctica. Él observa lo que ustedes hacen con las cosas pequeñas: Él nota
inclusive esos pequeños asuntos que parecen indignos de consideración
para estar bajo alguna regla. Estamos bajo la ley de Cristo, y esa ley cubre al
hombre completo.

¿Acaso nuestra fe en este conocimiento que el Señor tiene de nosotros, no


debería ayudarnos en la oración? ¿Acaso algunos hermanos no oran como si
estuvieran informando al Señor acerca de sí mismos? Creo que he
escuchado algunos comentarios en ciertas oraciones que parecían implicar
que Dios desconocía el Catecismo Menor; algunos amigos han ido tan lejos
como explicar las doctrinas de la gracia como si el Señor no estuviera al
tanto de ellas. He escuchado que otros oran como si Él no conociera la
experiencia de los cristianos: como si hubieran tenido que explicarle a Él
algunas de sus dudas y temores.

Cuando oramos no necesitamos explicar nada, pues el Señor sabe todo


acerca de nosotros, incluyendo los cabellos de nuestra cabeza. Queridos
amigos, nosotros no tenemos ninguna necesidad de explicar nuestras
dificultades y perplejidades a nuestro Dios. «Vuestro Padre celestial sabe.»
Que éste sea el consuelo de ustedes. Él sabe qué cosas necesitamos antes
que se las pidamos; ésta es una gran ayuda en la oración.

Puede acortarse en gran manera la oración si van a Dios con la expresión de


lo que desean, y argumentan Su promesa, y someten su espíritu a Su
discreción divina. Al acortar la longitud de la oración, en esa medida se
fortalece. No necesitan sentir temor, como si Dios no supiera, sino que deben
ir dulcemente hacia Él, que sabe todo acerca de ustedes, y que no actuará
sobre la información incompleta de ustedes, sino sobre Su propio
conocimiento cierto.

Esta persuasión nos ayudará a sentir que el Señor nos liberará de todas las
dificultades, pues El conoce el camino de salida de cada laberinto, Él percibe
la respuesta para cada enigma. Si Él cuenta todos los cabellos de tu cabeza,
puedes tener la certeza que Él tiene una gran discreción para cosas mayores,
y es un piloto incomparable a través de las olas, y de las rocas, y de las
arenas movedizas, que suavemente te conducirá en el camino, y te llevará al
puerto deseado.

Hay tanto consuelo en esta doctrina del conocimiento infinito de Dios que yo
quisiera que cada pobre pecador recordara que Dios lo sabe todo acerca de
él, y por consiguiente Él puede tratar con todos sus pecados y temores. Si
quieren misericordia, vengan al Señor de inmediato; Él conoce sus caminos,
Él conoce su posición, Él conoce su corazón quebrantado, Él conoce sus
luchas angustiosas, Él sabe lo que ustedes no pueden expresar. Todo el mal
que han hecho y todo el bien que anhelan, Él lo percibe; pues «aun vuestros
cabellos están todos contados.»

III. Ahora, en tercer lugar, y de manera muy breve: ¿Acaso este texto no
expresa VALORACIÓN? «Pues aun vuestros cabellos están todos contados.»
Parece, entonces, que los humildes santos son sumamente preciosos para el
Señor. Todo el rebaño de Cristo en la tierra fue constituido por gente pobre; si
poseían un bote y unas cuantas redes, era todo lo que valían. Si alguien
hubiera visto a Cristo en Su pequeña iglesia en la tierra, habría dicho: «No hay
ninguna persona respetable en medio de ellos.» Así es como se habla ahora;
como si fuera respetable tener dinero; como si el respeto no perteneciera al
carácter, sino únicamente a las posesiones.
Sin embargo, Él escogió a esos doce hombres pobres, y los tenía en tan alta
estima que contó todos los cabellos de sus cabezas. Por allá veo a un pobre
anciano junto al pasillo, que lleva una chaqueta de pana; la chaqueta no es
importante, pero aun los cabellos de su cabeza están todos contados. Por
allá está también una pobre anciana que acaba de salir del asilo, y a ella le
encanta escuchar el Evangelio; es una anciana tan pobre, que a nadie le gusta
invitarla para que tome un asiento en la iglesia. Ella es uno de los santos de
Cristo, y la santidad es una patente de nobleza.

Si vendieras una hacienda podrías contar los árboles, pero no las ramas ni las
hojas; pero si vendieras una joyería, contarías todos los prendedores, y todos
los anillos de diamante, porque en una joyería todo es precioso; ahora Dios
considera todo lo relativo a Su pueblo como algo tan precioso que inclusive le
da importancia a los cabellos de sus cabezas.

¡Cuán preciosos son los santos a los ojos del Señor! He estado tratando de
hacer un cálculo: si los cabellos de sus cabezas valen tanto que Dios los
cuenta, ¿cuánto valdrán sus cabezas? ¿Quién me responderá eso? Si sus
cabezas valen tanto que el Señor Jesucristo murió para redimirlas, ¿quién
podrá decir cuánto valen sus almas, o más bien qué es lo que no valen? Las
almas valen más que todos los mundos colocados juntos.

Pregúntenle a una madre cuánto vale su hijo. «Señora, ¿cuánto aceptaría por
su hijo?» Amigos míos, si ella lo vendiera por el precio que ella considerara
una compensación justa, no podríamos juntar todos nosotros el dinero
suficiente aunque pusiéramos todo lo que tenemos en un fondo común.

El Señor puso tal valor en Sus hijos que entregó a Su Hijo Jesucristo a la
muerte para no perder a ninguno de ellos; y Jesús mismo eligió morir en la
cruz para que ninguno de Sus pequeñitos pereciera. ¡Oh, el valor y naturaleza
preciosa de un hijo de Dios! Los mundos no servirían de nada para servir de
base de la valuación.

Valoremos al pueblo de Dios muy en alto, sintiendo como lo hacía el Salmista


cuando dijo: «Tú eres mi Señor; no hay para mí bien fuera de ti. Para los
santos que están en la tierra, y para los íntegros, es toda mi complacencia.»
Ustedes agradan a Jesús cuando le hacen el bien al más pequeñito de Sus
hijos. Él considera como que se lo hicieron a Él mismo. Si son tan queridos
para Él, deben ser muy queridos para ustedes; y, como algunos a quienes
Cristo compró con Su sangre, todavía están perdidos:

«¡Oh, vamos y encontrémoslos!


En caminos de muerte ellos merodean.»

Si los cabellos de sus cabezas están todos contados, ¿cuánto valdrán sus
almas? Debemos sentir que todo lo que podamos hacer para salvar un alma
de la muerte no es sino un trabajo barato comparado con la gema invaluable
que buscamos. ¡Oh, ustedes, buzos, vengan y zambúllanse en el mar: las
perlas que saquen les pagarán con creces todo su riesgo y esfuerzo!
¡Ustedes, cazadores de almas, vengan, no hay cacería como ésta! Cacen
almas como los valerosos suizos cazan antes (venados) en las montañas, y
que ninguna dificultad los intimide, pues «el que gana almas es sabio.» No
hay compra más provechosa que ésta, aunque ustedes deban entregar sus
vidas para traer a los hombres a Cristo. ¡En cuánto valora Dios las almas de
Su pueblo!

IV. Finalmente, aquí hay PRESERVACIÓN. Vean cuán cuidadosamente Dios


preserva a Su propio pueblo, pues comienza por contar los cabellos de sus
cabezas. Yo digo, y me baso en la Escritura para apoyar mi afirmación, que
ningún miembro del pueblo de Dios sufrirá a la larga la más pequeña pérdida.
«Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá,» le dijo Cristo a Su pueblo
creyente. Si yo fuera a perder un cabello de mi cabeza, no me daría cuenta.
¿Alguno de ustedes sí se daría cuenta? Pero Dios sí sabría si Sus siervos
perdieran algún cabello de sus cabezas, y Él les promete una protección tan
completa que ninguno de los cabellos de sus cabezas perecerá.

Recuerden ese otro texto, «El guarda todos sus huesos; ni uno de ellos será
quebrantado.» Ahora, un cristiano puede fracturarse los huesos de su cuerpo,
pero en un sentido real y espiritual él está libre de ese peligro, Dios lo
guardará; ¡ay, lo guardará por toda la eternidad! «no quedará ni una pezuña,»
le dijo Moisés a Faraón, y ni un solo hueso, ni un fragmento de un hueso de
los rescatados será cedido al dominio de la muerte y de la tumba.
Cuando suene la trompeta, toda la humanidad redimida despertará a la vida.
Cuando Pedro salió de la prisión, el ángel lo tocó, y sus cadenas se
rompieron, y él salió de la prisión, pero no la abandonó hasta no ponerse sus
sandalias. Ni siquiera dejó algún par de zapatos para Herodes o sus
carceleros. Lo mismo sucederá con los hijos de Dios al final: «de lechos de
polvo y arcilla silenciosa,» cuando suene la trompeta del ángel, se levantarán,
y no dejarán atrás nada; no dejarán ninguna partícula esencial en la tumba.
Resucitarán, cuerpo, alma y espíritu, completamente redimidos por el Señor.
«Pues aun vuestros cabellos están todos contados.»

Cristo conoce lo que ha comprado, y lo tendrá; Él tendrá lo que ha comprado,


inclusive hasta el último átomo. No entraremos a la vida cojos, o mutilados, o
con un solo ojo. Él preservará a Su pueblo en su totalidad, y lo presentará «sin
mancha ni arruga ni cosa semejante.»

Observen que, en la cercana vecindad del texto, leemos acerca de


persecución. Amados hermanos, si viniera persecución no podría realmente
hacerles daño. Los tres jóvenes hebreos, cuando salieron del fuego, no
estaban quemados ni chamuscados; ni siquiera sus sombreros, ni sus
narices, ni sus cabellos olían a fuego.

Cuando el pueblo de Dios sufre los fuegos de la persecución, no será


perdedor; ellos irán en medio del fuego sin sufrir ningún daño; más aún,
ganarán la palma y la corona de los mártires, que los harán gloriosos para
siempre, a pesar de que mueran en las llamas. Por tanto, no le teman a nada.
Nada les hará daño de ninguna manera; al final sus sufrimientos se
convertirán en su enriquecimiento. Aunque ustedes no cuenten sus vidas
como algo valioso, la sangre de ustedes será preciosa a Su vista.

Además de la persecución, ustedes pueden sufrir un accidente o una


calamidad súbita. No tengan miedo nunca. Exhibir presencia de ánimo en un
accidente representa la mitad de la batalla, por tanto el hijo de Dios debe
estar calmado y con auto-control; pues aunque sufra en el cuerpo, su
verdadero yo estará seguro. Ustedes serán colocados en peligros externos al
igual que los demás, ya sea en tornados, o en naufragios, o sufriendo la peste
del cólera, o en medio del fuego. Sin embargo, su verdadera vida está
protegida de todo peligro por el pacto de gracia.
Por lo tanto, descansa en el Señor, pues estarás seguro aunque caigan a tu
lado mil, y diez mil a tu diestra. Si pierdes, tu pérdida será transmutada en
una ganancia real. La enfermedad, si llega enfermedad, obrará tu salud. Los
hijos de Dios han sido madurados a menudo por la enfermedad. Son
semejantes al higo, que no se vuelve dulce mientras no sea golpeado. Amós
era recolector de higos silvestres (y los golpeaba) y la aflicción es el Amós de
Dios para volvernos dulces. La madurez viene mediante la aflicción.

¡Ay!, dices, «he perdido a un querido amigo.» Confía en Dios y por medio de la
amistad divina el vacío de tu corazón será llenado con creces. ¿Has perdido a
un hijo? El Señor será mejor para ti que diez hijos. Si tu padre y tu madre te
son arrebatados, los encontrarás a ambos en Cristo, y dejarás de ser
huérfano.

Esto dice la promesa: «No quitará el bien a los que andan en integridad.» «No
te desampararé, ni te dejaré.» Confía en el Señor en cualquier peligro. Confía
en Él en medio de aguas profundas, y también cuando estés en la costa.
Cuando las olas estén agitadas, confía en tu Dios, así como también cuando
el mar esté tranquilo como un espejo. Cuando el mar ruge y las montañas
son sacudidas por las mareas altas, confía en Jehová sin la menor sombra
de duda, pues, «aun vuestros cabellos están todos contados.»

¿Por qué habías de temer? Tu barca lleva a Jesús con toda Su vida. Si tú te
ahogas, Él no puede nadar, Él se hunde o nada contigo; pues así ha dicho Él:
«Porque yo vivo, vosotros también viviréis.» Si tu Señor vive, tú debes vivir.
Por tanto, consuélense unos a otros con estas palabras, y vayan
tranquilamente, pacientemente, alegremente, gozosamente por la vida, bajo
la preservación divina, pues «aun vuestros cabellos están todos contados.»

En cuanto a ustedes que no están en Cristo, siento por ustedes un gran dolor,
porque ustedes no pueden participar del gozo de esta preservación. En
cuanto a los justos, las estrellas en su curso luchan por ellos, y las bestias del
campo han hecho pacto con ellos. Pero en cuanto a ti, la tierra gime al cargar
el peso de tal pecador, y los elementos están impacientes para vengar la
queja del Dios del pacto, destruyéndote.
Todas las cosas trabajan conjuntamente para traer sobre ti la justicia que tú
mismo provocas. ¡Huye! ¡Huye! ¡Huye! No te queda sino un solo amigo: ¡huye
a Él! Ese amigo, «el Amigo de los Pecadores,» te implora que vengas a Él.
Escúchalo cuando clama con los acentos más tiernos: «Venid a mí todos los
que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.» ¡Ven a Jesús; ven
de inmediato, por causa de Su amor! Amén.

Sermón predicado por Charles Haddon Spurgeon en el Tabernáculo


Metropolitano, Newington, Londres.

Cabello Consolador Corazón Fe Jesús Señor




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