Está en la página 1de 145

Dario A ntiseri

Cómo se razona en filosofía


P o r q u é y r ó m o e n s e ñ a r W st o r ia d e l a f it a s o fía

O
Un¿ón Editorial
2013
Título original:
Come si ragiona infilosofía
eperahé e come ínsegnare stona dellafibsofia
©2011 Editrice La Scuola, Brescia (Italia)

Traducido por J u a n M arc o s de la f u en te

nustmción de k cubierta:
Pjlaicón sossemenífo e1 Hmeo y ^ istóteles la ^Vi'ca
(detalle de «La Escuek de Atenas» de Rafael Sanzio)

©2013 Dano .Antisen


©2013 para k e&ctón española:
UNIÓN EDITORIAL, S.A.
c/ Martín Machio, 15 • 28002 Madrid
Teli: 91 350 02 28 • Fax: 91 181 22 12
Correo: mfo^unionecliioriaLnet
www.union^(^itoria1:es

IS B N978-84-72°9-586-1
Depósito legall: M. 653'2° 13

Compuesto p o r JPM G ra p h ic , s X .
Impreso por M a lpe, S A :

Impreso en España • Pr/nW i’n Spain

Reservados todos ]os derechos. El concenModeestaobraestáprotegido por ksleyes,


queestablecenpenasdeprisiónymultas, ademásdelascorrespondientesm^mnizaciones
por daños y perjuicios, para quienes reprodujeran coco1o parcialmente el contenMo
deeste Utaopor cualquier proctdimitntoelectrónico o mckso Fococopío,
grabaciónmagnética, ópticaoinformática, ocualquier sistemadealmacenar-memo de
informadón o sistema derecuperación, sinpermiso escrito deUNIÓNeDITORIAL.
fo trod u cctón
Por qué y c(5m o enseñ ar h istoria de la filoso f í a .................... ii

PRIMERA PARTE: LA t ó GICA DEL RAZONAMIENTO


FILOSÓFFCO ................................................................................ 29

L ¿Son racionales so lo las teorías científicas


o lo so n tam ic en las filosó ficas? ................................. 31

H. C ó m o o rientarse en la tierra de nadie


entre el im perio de las verdades analíticas
y el im perio de los enu nciad os sin téticos ............... 71

HL ¿Por q ue fue precisam en te en Jonia,


con tas Presocráticos, d o n de se in ició la h isto ria
del pensam iento filosó fico? ........................................ 97

SEGUNDA PARTE: TEORÍAS FILOSÓFICAS CRITICABLES


Y CRITICADAS............................................................................. 115

IV . La m etafísica ante el tr& unal del «princip io


de verificactón» .............................................................. 117

V. El m étod o de la h erm enéutica ¿es realm ente


d istinto del de la física? ............................................... 133

V I. T eorías filosóficas entre uso y abuso de k razón . . . 167

íW k e de n o m b re s ........................................................................ 193
El fin de ]o fi1osofío es siempre el mismo:
cons(sce en ayudar a Jos homt>res
a comprenderse a sí mismos y por tanto
a obrar a k taz del día y no,
con temor, en la somtaa.
I saiah B erlín
hay, que, frente a teorías alternativas, h a resistido Mej or los asaltos
de k crítica.
Pero tam bién ex iste una M storia de k filosofía:xxun hu toria dfe
p rob/emts fHosof i cts, de teorías f i losóf i cas, de controversias f i losoficMs.
f r o Memas fitaróficos c o s o ios siguientes: ¿Existe D ios o es sólo una
invena tón para usos heterogéneos? ¿C óm o es posible, en caso de que
lo sea, ¡ a lelar sensatam ente, con se n t i d de D ios? L a realid ^<d en
su totaHdad ¿es ^<ólo aq ud l o de que ¡ a Ma y puede ¡ a blar k ciencia,
o bi^n se puede argum en tar a favor de concepciones que nos perm i­
ten ded r que hay un más al k y que no tod o está destina<io a acabar
en este nuestro m undo? ¿Es realm ente cierto que el ateo es mds cien­
tífico o racional que eí creyente, o b ien que el ateísm o es una fe que
a veces se cam u fla por teoría r t d ona1 y h asta d entífica?Y ttm b ¡én:
¿E s el. h o m b re só lo cuerpo, o Men es alm a y cuerpo? ¿E s libre, o esrá
determ m ado? ¿E s tal com o lo E s c r it a Freud o tal com o nos lo pre­
sen tan los co m p o rtam entistts? ¿Y qué h a c t m hit do, o cam hia, para
la im agen del hom bre, con k llegada de k teoría de la ev o luctón?
p ro Mem as preñados de consecuenck s m o rales y p olíticas so n l os
que desde los co m ienzos a frontaro n tas fitósofos con la p rop uesta
de las distintas filosofías de k ¡ ^ o í 1!: la h i(to i1t h u m tn t ¿es desde
siem pre un cam po t hierto ai com prom iso m ora1, creattivo y resp o n­
sable de los seres h u m ano(, o bk n una im ponente real d ad que se
desenvuelve sig uiendo m eta c tt Mes leyes de desatrolta — eeyes de
decaden cia, cíclicas o <ie progreso? f r o Memas fitaróficos m elu^ -
bles so n tam bién los relativos a k <<mejor>>'organiz a d ó ó de la conv i-
vend a h u m tn t— problem as, pues, de fitasofía política: ¿C u t n do
se vive en un E sta <
io dem oc rático? ¿Q ué instituciones caracterizan
a una socied ad al erta? ¿D ónde esrán las d iferencias de fo n ^ entre
la societtad abierta y la so cieítad cen adla? ¿C uáles so n las «razones»
de la socied ad abk rta? ¿C on qué arg um entaciones más de un fitaso-
fO, em pezando verosumUm ente por p k t ó n , ha tr tta fo de justificar
concepciones abso lutistas, totalitarias, tirán icas del poder p olítico?
L as conex iones con k s cuestiones referentes a la existen d a o no
existen d a de D io s la naturak na del h o m b ie y k s concepciones del
E stado nos m uestran tas problemas relativos a k justificación í ^<^í^(^-
nal o no de los vatares éticos: ¿T iene ranó n pas<^;^l cuando afirma que

12.
«el robo, el incesto, matar a los padres o a los hijos, todo ha encontra­
do lugar entre las acciones virtuosas», o bien tienen razón los defen­
sores del «derecho natural», ^ara los cuales la razón humana estaría
en condiciones dedefinir y fundamentar racionalmente normas mo­
rales válidas sub specie aeternitatisí ¿Qué sucedería con el derecho
natural si se considerara válida aquella ley — que Norberto Bobbio
define como una «ley de muerte para el derecho natural»— que es
la «ley de Hume», que fija la imposibilidad lógica de derivar enun­
ciados prescriptivos, es decir normas, de enunciados descriptivos , es
decir científicos? ¿Es verdad o no que de toda la ciencia no es posible
extraer un solo gramo de moral? ¿Son las cartas de derechos del hom­
bre fruto de opciones morales y de convenciones — tras las cuales se
ocultan guerras, masacres, sufrimientos, injusticias y reflexiones filo­
sóficas y religiosas— o bien son resultado de «teoremas racionales»?
Otros problemas de carácter filosófico: ¿En qué consiste la filo­
sofía? ¿Con qué criterio o criterios es posible demarcar las teorías
científicas de las filosóficas, y un principio como el neopositivista de
verificación (según el cual sólo tendrían sentido las teorías empírica­
mente verificables) puede o no mostrar una justificación aceptable?
¿Mediante qué reglas de procedimiento se practica la investigación
científica? En una palabra, ¿cuál es el método de la investigación cien­
tífica? Y este método, por ejemplo, ¿vale sólo en el campo de las cien­
cias naturales, como la física o la biología, o es un procedimiento
con el que avanza toda investigación, incluso en el ámbito de las dis­
ciplinas humanísticas y, más ampliamente, de las ciencias histórico-
sociales? Ante la imponente historia de las artes figurativas, de la mú­
sica y de los distintos géneros literarios, ¿puede decirse que el arte
es una forma de conocimiento obtenido con medios no científicos?
¿Rige o es realmente inconsistente, para usar una expresión de N .
Goodman, la «despótica dicotomía» entre artístico-emotivo y cien-
tífico-cognitivo?
Sería fácil ampliar esta lista, abierta y asistemática, de problemas
filosóficos. Sólo otro ejemplo — el problema de Pilatos: ¿Qué es la
verdad? En síntesis: ¿Qué significa que una teoría física es verda­
dera, que un teorema matemático es verdadero, que una teoría meta­
física es verdadera, que un fe religiosa es verdadera?
2 . La existencia de problem as filosó ficos es un d ato k reductiMe
y o ta tinado. L as teorías fitaróficas so n respuestas a estos problem as.
Y la historia de la fitasofía es la historia de k aparición de problemas
fitaróficos, M storia de A tentos teó ricos de so p e tó n de tóales proble­
mas, Wstoria de disputas y argum entaciones filosóficas. V arias formas
de ateísmo y d iversas teorías que, en cam bio, afirman una realid ad
m eta-em pírica; an tropologías fitas^ cas, es decir concepciones fi-
losó ficaa^ ^ t e rnt a e; concepciones filoróficas del Esta^ es decir
teorías de filosofía política; fifosofías del derecho, com o las de la tra­
dición iusn^turalista, o b k n la x o n c e p d ó ird e T realism o jurídico o
k norm ativista; filosofías m o rales; visiones filosóficas de k h istoria;
fil^osof í^;s.d e k m atem ática, com o el platonism o cte Frege, el fo rma­
lismo de H il^(^er o el inm icionism o de L .E .J. B rouw er y A . H eyting;
gnoseologías: realismo, ide^^i^]moJescepticism o y, tam bién, ^imp iris-
m o y racionalismo; fitasofías de la d encia: inc uctiv ism o, conven d o -
naUnn o , opejra<^c<^i^i^i^im(^, falsifica d o n ismo; concepciones filoróficas
del arte: reaKsmo, R ealism o , sim b o lism o, etc. — todos so n intentos
teóricos encam inao s, precisamente, a resolver prob/ernas general­
mente^¿l^/s.^áfí^í^as. U na historia de k que se desprende que, si hay algo
perenne en k fitasofía no so n las soluciones sino m ás bk n k>s proble­
mas. A lg o que, junto a in terrogantes que nacen y luego acaso m ue­
ren, sucede tam bién en k ciencia? k actual física nuclear sigue sien­
d o una resp uesta a k pregunta de Tak s so bre de qué esrá hecho el
m undo.
Las ideas — dice Ei nstein— es ta m ás real que existe en el m undo.
Y no se precisa m uch o para com prender que, entre estas cosas reales,
las m ^ im portan tes hi stórica, social y personalm ente son precisamen­
te k s ideas fiforóficas: so bre D ios y k no existen cia de D ios; sobre
este u otro o ningún sentido de k h iito ria; so bre k naturak za h u­
mana; so bre fos principios de k ética aceptada; sobre k s reglas de
k convivencia, es decir so bre e1 tipo de configu rad ó n del Estado,
etc. Ideas reatas im p o rtantes y con harta frecuencia in h um ab a s. L a
tierra esrá bañada en sangre derramada a causa o en nom bre de ideas
filos^ cas. N o se m ata m se m uere o se sacrifica uno por k s leyes
de O h m o de Faraday. Y concepciones fataHstas o desreepc>nrsbiii-
zn fo ras com o k s distin tas filosofías determ ^ n de k h iito rib, o
Pero entonces, ¿debemos acaso concluir que una teoría filosófica
es igual que otra, que los filósofos no han hecho ni hacen ni pueden
hacer sino agitarse en la noche de la más pura arbitrariedad? En una
palabra y con toda la claridad posible: ¿Es la racionalidad un atri­
buto predicable exclusivamente de las teorías científicas, mientras que
el espectáculo que ofrecen losfilósofos, incluso los másgrandes e influyen­
tes, es el de tantos muecines dogmáticos que cantan cada uno su canción
supuestamente incontrovertible desde sus minaretes, tal vez a sueldo?

4. Así, pues, ¿sólo son racionales las teorías científicas, o existe


también una racionalidad filosófica? Y si se puede hablar de una ra­
cionalidad de las teorías filosóficas, ¿en qué consiste esta racionali­
dad? En fin, ¿se puede determinar un procedimiento de control, y
consiguientemente un criterio de selección de la teoría filosófica en
la época mejor consolidada entre las propuestas y disponibles? Tal
es el problema de fondo que afrontamos en las páginas siguientes.
Y lo afrontamos a la luz de los resultados obtenido en el ámbito del
racionalismo crítico, es decir sobre la base de las reflexiones y propues­
tas que sobre la cuestión hicieran Karl Popper, Joseph Agassi, John
Watkins y, sobre todo, W illiam Bartley.
Este es el núcleo de la tesis que ellos sostienen: las teorías cientí­
ficas son racionales en cuanto son controlables a través del recurso
a los hechos; las teorías filosóficas son controlables si y en cuanto
son criticables. Y una teoría filosófica resulta criticable cuando puede
entrar en colisión con un trozo del M undo 3 — un teorema lógico,
una teoría científica, un resultado matemático u otra idea filosófi­
ca— en la época bien consolidado y al cual entonces no se está ra­
zonablemente dispuestos a renunciar. Así, por poner un ejemplo,
dado que no se da un paso lógico de n, un número incluso eleva­
do de observaciones análogas reiteradas, al multiplicador x, no valen
las pretensiones de la inducción por repetición; o también si vale la
ley de Hume, referente a la imposibilidad lógica de derivar enuncia­
dos prescriptivos (normas éticas o jurídicas) de enunciados descrip­
tivos, resultan infundadas todas las variantes del iusnaturalismo; la
imposibilidad de la construcción de un autopredictor científico echa
por tierra radicalmente las pretensiones de aquellos filósofos que creen
encontrarse en posesión de ineluctables leyes de desarrollo de la his­
toria humana: un atento análisis del «circulo hermenéutico», tal como
ha sido elaborado por Gadamer, muestra con toda claridad que el
método empleado en la investigación de las disciplinas humanistas
es el mismo método que emplean el físico, el químico y el biólogo,
es decir muestra la incoherencia de la tradicional distinción entre
el Erklaren (explicar causalmente, típico de las ciencias naturales) y
el Verstehen (entender los significados, procedimiento que sería típi­
co de las disciplinas humanistas y de las ciencias histórico-sociales);
el inmotivado dogmatismo y la contradicción del principio de veri­
ficación constituyen temas convincentes capaces de refutar la idea
neopositivista de que los conceptos y las teorías metafísicas serían
tan sólo cúmulos de sinsentidos;: si sólo son científicas las teorías fac­
tualmente falsificables, entonces — no obstante las pretensiones en
contra— no pueden declararse científicas concepciones como, por
ejemplo, el materialismo histórico-dialéctico o teorías que se entre­
cruzan o se combaten dentro de la tradición psicoanalítica.
Así, pues, «racional» y «crítico» se identifican; y la falsificabilidad
de las teorías científicas es un caso de la más amplia racionalidad.
Sin fin es, pues, la investigación científica y sin fin también la indaga­
ción filosófica. Racional el físico, racional el hermeneuta, racional el
filósofo. Y esto aun cuando en el campo de la filosofía la verborrea,
la confusión y la arrogancia dogmática sean «enfermedades» no siem­
pre curables, mientras que en el campo de la ciencia, por lo general,
es difícil que arraiguen, pues contra factum non valet argumentum.

5. Discutiendo, tiempo atrás, con dos filósofos alemanes sobre


el tema de la racionalidad o no de las teorías filosóficas, y habien­
do expuesto yo las ideas a que acabo de referirme, uno de ellos me
replicó sarcásticamente que semejante perspectiva metafísica servi­
ría tan sólo para dar una «conciencia de clase», es decir una respeta­
bilidad de trabajo racional, a defensores de teorías irracionales. La dis­
cusión se prolongó entonces y, al final, así me pareció, creo que por
lo menos-erosionó su inmotivada toma de posición. En realidadr la
teoría metafilosofica en la que se sostiene que son racionales las teo­
rías filosóficas si y en cuanto son criticables (en la seguridad de que
a veces puede t a b e r dados com o conso lid ad os precisos presupues­
tos, tam bién teorías filosóficas racio nalm ente indecidibless, explí­
cita, da cuenca de aquella dísp u tatío sin fin que m uestra k h ^ torio
del pensam iento fitasó fico, d on de, a partir de teorías considerac k s
y acep tadas com o váHdas, verc k deras, e m d k cu tiMem ente verdad e­
ras, se ha pensaá o a veces rech azar o tras teorías incom patibles con
k teoría aceptada com o válM o. Y así es com o sem ejante teoría meto-
fifosófica se transform a en c riterio hieurist k o ex tremod am ente fe­
cu n do para \a redac a ó n de una M stork científico de las ideas fifo-
sóficas — un criterio que im pone d ar respuestas a preguntas com o
estas: ¿C u ál es el problem a que afronta este filosofo ? ¿¿Ha corregido
o m o& f icoífo sus Weas a fo largo de su octivM ad especulativa? ¿C on
qué argum entos h a d^ifer^<^i^'do sus p ropuestas? ¿M ediante qué argu­
m entos críticos h a considerad o que tenía que rect a zar teorías alter­
nativas? ¿C óm o se h a introducido en k herencia culturo1 dejada por
los pensadores que le precedieron y en el contexto del pensam iento
a él con tem p oráneo? ¿C uáles so n tas posibles problemas que h a de­
jado sin resol ver? L a respuesta docum entada a estas y parecidas pre­
g u n tas es e1 cam ino más ráp ido para con struir uno histork de las
ideas filosóficos fo más posiblem ente objetivo, cien tífico, filológico
y puntualm ente controk bk — una h ú tork por canco de las Weas fi-
tasóficas en tas antípodas de aquellas H storias de la fitasofía en que
e1 autor — creyéndose en posesió n de uno teoría filosófico veráa-
de t t , ata o Jutam ente verdadera, m con trovernble— se transform a en
un juez que dicto sentencias de con deno y de ata o h ictan de tas fitó-
sofos que tom o en consideractan.

6 . Y si la teoría m etafitasófica que equipara la rocionaHdad de las


teorías filo róficas a su criticabiliik ci puede transformarse en manos
del h ^ to rk d o r de la filoso fía en e1 más eficaz m strum enco t a uris-
iic o , de ella pueden obtenerse tam bién consejos útiles sobre cóm o
k er un tex to de fitasofía: en caso de que aiín no ta conozca, ocúpese
e1 lecto r m sm entem ente de investigar e1 problem o o tas problem as
que e1 fitósofo, en este texto — traecse de un artícu1o , de un ensay o
breve, de un ensay o quizás clá sico— ha tratado de afrontar y resolver.
Só lo así, sólo s( se h a sid o capaces de defin ir e1 problem o afrontado
llegar a conocer las respuestas que grandes mentes de la humani­
dad han dado a problemas muchos de los cuales afectan a todos, a
todo hombre y a toda mujer: de nobisfabula narratur. Y un sistema
educativo que prohíba a un joven estudiar filosofía es un sistema
que defrauda a este joven en las cosas más importantes producidas
en la historia del hombre. Se es más pobre sin formación científica
o sin instrumentos para disfrutar de las obras de arte; se es más pobre
y se corre el serio riesgo de ser menos ciudadanos sin la conciencia
crítica que un estudio serio de la historia de las ideas filosóficas es
capaz de ofrecer.
Llegados a este punto, topamos con una ulterior y acaso no evita­
ble pregunta: Ciertamente las teorías filosóficas son, en determina­
das condiciones, racionales: no pocos problemas filosóficos y las co­
rrespondientes teorías que pretenden resolverlos son de la máxima
relevancia para la vida personal de todo hombre y para la conviven­
cia entre los seres humanos. En esta situación, el estudio de la fi­
losofía es una auténtica riqueza de la que ningún ciudadano, en su
estado civil, debería estar privado. Ahora bien, ¿cómo estudiar la
filosofía? ¿Hay un método, una vía áurea en que basarse para pro­
ducir una buena didáctica de la historia de la filosofía? Desde hace
tiempo disponemos sobre el tema de una abundante literatura, en
la que no es difícil encontrar buenos consejos y, sobre todo, experien­
cias ejemplares. Pienso, en todo caso, que precisamente sobre los pro­
blemas de la didáctica de la filosofía se debería oír seriamente a no
pocos de aquellos profesores que, durante muchos años, han enseña­
do historia de la filosofía: el análisis de sus éxitos, de sus experiencias
positivas podría seguramente constituir una valiosa brújula didác­
tica; y habría además mucho que aprender de sus fracasos, de aque­
llos esfuerzos que, encaminados a despertar y/o a incrementar en
los jóvenes el interés y la pasión por la filosofía, han caído en cambio
en el vacío, produciendo acaso resultados contrarios a las mejores
intenciones.

9. Por mi parte, después de cuarenta y cinco años de enseñanza


de materias filosóficas, después de innumerables reuniones con pro­
fesores y estudiantes de nuestras instituciones, séame perm itido
someter a la atención y a la eventual grata crítica de los profesores de
filosofía algunas consideraciones sobre la cuestión de la didáctica de
la filosofía.
Insisto sobre el hecho de que no se dan respuestas si antes no se
hacen preguntas. N o se comprende una respuesta, o sea el valor, el
sentido, la relevancia de una teoría, si no se consigue ver el proble­
ma que ha provocado esa respuesta. Por eso entiendo que el interés
por las teorías que los filósofos propusieron en el pasado y en el pre­
sente sólo se avivará si somos capaces de hacer ver a qué problemas
grandes, o de cualquier tipo, influyentes pensadores dieron respues­
ta. Ahora bien, cuando muchachos de dieciséis o diecisiete años
entran en clase, no son en absoluto tabula rasa, sino que son ya una
«memoria cultural», tienen su Vorverstdndnis,'^s decir su «pre-com­
prensión» hecha de un tejido de opiniones o «pre-juicios» sobre la
fe, sobre la política, acaso sobre este o aquel partido, sobre la cien­
cia, sobre los comportamientos morales, etc. Son una «memoria
cultural» formada por opiniones que les han sido transmitidas por
sus padres, por sus familiares, por las conversaciones con amigos,
por los profesores, por las lecturas de libros de texto o también de
algún periódico, por tantos discursos y mensajes transmitidos por
la televisión. Pues bien, lo que yo he hecho generalmente y creo que
es oportuno, o más bien necesario, ha sido oír a los jóvenes que la
vida nos ha puesto delante en los bancos de una clase: oírles sobre
problemas suscitados, por ejemplo, por un choque político presen­
te en el país, sobre cuestiones tales como la manipulabilidad o no,
de los embriones, la eutanasia, el aborto o la procreación asistida.
O ír a los jóvenes sobre estos problemas, fomentar la más abierta y
acaso animada discusión entre ellos — sólo así podrán darse cuen­
ta de la importancia de las distintas teorías filosóficas de la ética. Y
problemas de carácter ético y político saltan en las controversias
relativas a la integración de aquellos «extranjeros morales» que son
los emigrados Sobre tales cuestiones los jóvenes ya tienen opinio­
nes, con frecuencia confusas y superficiales, aceptadas con indife­
rencia o acaso defendidas con ardor. H an oído hablar, tal vez en
familia, de multitudes de personas que se dirigen a las medicinas al­
ternativas; oyen o leen el horóscopo, ven magos que se asoman a la
k teoría, fundam entalm ente en t a aienck s toaibles, y no sólo en
el k s, y en k inevitable aparición de consecuencibs no intenciona­
das de acciones h umanas m tenctan a .a s ; ex perienaias personales,
narrad ó n de ex p eriencias ajenas, casos M stó ricos d e fracasos de
proyectos y planees bien pergeñados pueden convertirse en temas de
reflexión fitarófica so bre esta teim r ica y perm itir a1 m enos m tm r
que e1 h om bre no es om nipotente m om n r a e n te .Y reflexionet fita-
tó fícbt ofrece tam l^ién otro proverbio — rmck o de k epistem ología
f^ b ilin a — según e1 cua1 «errando se aprende».

10. Pues b ien, precisamen te b asándom e en tas que con tidero m is


errores, com et e os esp edalm ente en ios co m ienzos de m 1 carrera do­
cente, y basánctam e tam b ién en tas que sigo consi. e ran. o m is acier­
tos, m e perm ito sugerir que el prim er paso en k ensef o nza de k fi-
iosofíb puede y .e^ e consistir en k exp lo rad ó n de k s op in iones y
de tas problemas que se ag itan en k m ente de tas jóvenes. Por tanto,
con e1 pretex to, por ejem p lo, de k C scustón de cuestiones deta ti-
dbs en k más am plia sociedad, de razonam ientos que se producen
en tre tas propios m u cliachos, de respuestas que éstos d cn a pregun­
tas . e 1 profesor de fitaso fía o tam bién de otros profesores, a tas estu­
c antes se tas m v iib, se tas ^i^ttm uic a expresar abiertam ente sus Meas
y a plantear tas problemas que consi.e ra n más urgentes. E1 profesor
guiará con esmero y eq u iiibrio estas C scustanes sobre temías ^ 1 !
ticos, éticos, relig iosos; corregirá actitudes superficiales o d o g m ^ti-
cas y agresivas a s c i endo , con am abUMad, instancias contrarias a
certezas proclam adas, etc. E n una palabra, escuchará a sus es t u c an­
tes con e1 may o r respeto, tas conocerá m ej or y, resquebrajando cer­
tezas inaonsistentes, tas con du cirá casi de k m ano a tropezar con
k d uda. T o do profesor conoce ocasiones prop ias para este tipo de
im presd n d ib le k bor didáctiab. Y m k ando h acia atrás, pienso que
no ha sMo en absooi^t^-o o <
o perdido el em pleado en discu tir con
tas estudibntes, en haceries . s currir entre ellos, en msinuar en su mente
e1 zarpazo de 1a d uda. E n iienc o que si en este trabajo se em plean
algunas sem anas, esp e c k lm ente a1 principio de 1a ensef o nzb de k
fi1o to]Fía — pero tam b ién posteriorm ente, tanto en e1 prim er bñ o
com o en bñ ot tu cetivos, siem pre que se vea su o p o oru m cka — este
un am c uta de Sacvem ini o de D on Sturzo; la idea de Estad o de un
ju^r^j^si^
o nazi com o Clorl Sch m itt y pasajes tom ados de L á c em ldrr<:tir
de H ans K ek en.
C reo que los profesores no precisan de uk eriores ejem plos de este
en foque de k enseñanza de k filosofía, que perso n alm ente consi­
dero razo nable y cuya práctica me ha dado no pocas satisfacciones.
Ab ierto a o tras prop uestas, digo so lo que no m e parece aceptable k
idea de que ios m anuak s de fitaso fía deban ser ta más con cisos po-
siMe por la razón de que «no to do se puede hacer». T o do no se hará
nunca m podrá hacerse. Pero ta que realm ente im porta es que: lo q u e
se hade, se haga y pueda hacerse bien; que e1 lrin etrrio de m ayor m -
teres de nuestro estu & ante o de varios estuc antes no sea im practi­
cable; que, por ejem plo, si se está más in teresado por k h m o rio o
por k fitasofía de la ciencia, o Men por cuestiones de fitasofía p olí­
tica o de fitasofía de k religión, o por cuestiones de fitasofía de1 arte,
el estudiante pueda encontrar en el m anual de M storio de k fitaso-
fío una exp osición de tas problemas adecuada y ck ra y no una exp o­
r t a n entum ece r y a m enudo incom prensible de tas conceptos y
de las teorías que más ta m teresan y que constituyen estaciones no
desdeñábles del itinerario em prencdido y que desea Revar a cabo.

1 2 . Y una ú ltim t consMerad ón. A u n qu e no es fá d l ded r cuál


es la manera m ejor de enseñ ar filosofío, no es d ertam ente c íFí <^í.( de­
cir cuál es la peor. H e aq uí al resp ecto una op inión de K orl Popper:
«L o que defino ^om o “m etodo p n m ajlzcíe’ para enseñar fitasofío,
y que podría parecer el ú m co posible, cons^ te en dar a k er a1 prin­
cipiante que su ponem os no esta al corriente de de k historio de las
concepciones m atem áticas cosm ológicas y en general cien tíficas, así
com o p o líticos, k s o ta as de grandes filósofos; es ded r k s obras de
Platón y de A rictc:t d ec, de D escartes y ^ ^ n^ de Berkeley, H um e,
K ont y M(11. Pero ¿cuál será el efecto de sem ejan te curso de k ctu-
ros? A n te el k ctor se abrirá un m undo nuevo de a fomzcc/ones sorpren­
dentem ente su t ik s y am plias, a un niveí extrem adam ente elev acta
y ará uo. Se encontrará ante pensam ientos y argum entos que a veces
serán no sólo de C fícU com prensión, sino toles que k parezcan irre-
k vantes, pues no logra descubrir a q ue se refieren. E 1 estudiante,
quien merezca k pena h abk r. Pero tas filósofos deberían saber que
no so n más sem ej antes a D ios que tas demás h o m bres.» Y esta es
una b uena justificación de1 estucho y de una enseñ a n za o -íd oa dLe„ k
h istoria de 1a fitasofia.
lim eraparte
L a ló g ic a d e l r a z o n a m ie n to fn i s ó f ic o

L° importante no vs dtmarcar entre l° que vs


empírico y l° que no l° es, sino entre l°
que es racional y l° que es bracio nd , c - ttc
l° que es cn/i1c° y l° que no l° es.

W lLLIAM bARTLEY
CapWop rimero

¿S o n r a c i o n a 1e s s o l o k s t e o r í a s c i e n t í f i c a s
o l o s o n t a m b i é n la s f i l o s ^ c as?

I. UNA TEORÍA NO CARECE DE SENTIDO POR SER METAFÍSICA

Ex isten k s teorías científicas porque existen problem as cien tíficos.


L a hi sto ria de tas problem as, de k s teorías, de tas controles em pí­
ricos de esas teorías y, por tanto, de tas errores descubiertos y s lim c-
nados, de t a disputas más (. u ras entre A f erentes enfoques teóricos,
de una m strum snted ó n cbd b vez más refinada y poderosa — son m -
gredientes que constituyen k h istoria de k ciend a.
Pera/unto a¿e hutorrn . s k aim aie, y e menucb en rsZeczó'n con ésta,
ex iste tem M m U hh toñ a . e losc r oblsmasf iossof i cos, de /as tson asf i l o-
Síf c o s , . s argumentacionesfilo sóofica — tes dec)1r ex iste k h istorCa
de k fitasofk .
A ñ o ra ^ s n, ¿q ué tipo d s cussttanes, ds teorías y de argum enta­
ciones so n 1as filosóficas? L os problemas científicos rsci1bs n solucio­
nes controk M es m sdiants s 1 recurso a tas «h echos»; y en k con tro-
k b ü ic k d m sd iants tas hechos — y por tanto sn k falsifiaabiUdad—
consm s k redonaH dad de 1as teorías cien tíficas. L es teorías fitasó-
ficas (s(obre k ex ^ ten cie o no existen cia de D ios, solare e1 sentido o
falta ds senti. o ds k historia, solare k Htarted o no ds tas individuos,
so ta e k mejo r fo rm a de E stad o , por ej em p lo) no son fe k ificaMes
m sd iants tas hechos, puss si /o f í e ren, s e /en cisntif icasy n o f9Cosó-
fic as. Siendo esto as^ ¿q ué c1. ^ ds problem as so n tas problem as
fitasóficos? ¿lEn quití puede consistir k rectanaj1d ad ds 1cs teorías fi-
tasóficas qus, precisam en te sn cu anto filosó ficas, so n m fe^ f i ceMs s
m sd iants tas hechos? L os p roaism a fitasóficos son Scheénprobleme
y las teorías filosóficas Scheinsátze, dirá R. Carnap: problemas apa­
rentes o pseudoproposiciones sin sentido. Tal Fue el veredicto de los
neo-positivistas.
Pero ¿es realmente esta la situación? ¿Es que no existen proble­
masfilosóficos auténticos? ¿Es que las teorías filosóficas no son otra
cosa que desahogos del alma, sofismas de nuestras pasiones, frases
traídas por los pelos que vagan en la noche de la arbitrariedad? En
una palabra: ¿son o no racionales las teorías filosóficas?.Y, si lo son,
¿en qué sentido lo son? La racionalidad ¿es sólopredicable de las teo­
rías científicas?
Para hacer más claros estos interrogantes en vistas a una acepta­
ble solución del problema relativo a la racionalidad o no de las teo­
rías filosóficas, conviene tomar en consideración la posición crítica
adoptada por Karl Popper respecto a los neo-positivistas vieneses.
En efecto, al contrario de los neo-positivistas, que — con su princi­
pio de verificación— pretendían trazar una demarcación entre el len­
guaje sensato de las ciencias empíricas y el lenguaje — conceptos y
teorías— insensato (carente de sentido) de las metafísicas, Popper
no propone un criterio de significancia, sino más bien un criterio para
«distinguir entre las ciencias empíricas por un lado y la matemática
y la lógica, así como los sistema “metafíisicos”, por otra».1
Las ideas metafísicas son totalmente significantes.2 En una óptica
psicológica se puede sostener que el descubrimiento científico es im­
posible sin la fe en ideas que tienen una naturaleza puramente es­
peculativa. Además, ideas en otro tiempo empíricamente incontro­
lables fueron posteriormente controlables. Y así es como — escribe
Popper hacia el final de la Lógica del descubrimiento científico— no­
sotros podemos obtener una imagen modelo de la evolución de la
ciencia visualizando «las diversas ideas e hipótesis como partículas
suspendidas en un fluido. La ciencia controlable es la precipitación
de estas partículas sobre el fondo del recipiente: las partículas se de­
positan en estratos (de universalidad). El espesor del depósito crece
con el número de estos estratos cada uno de los cuales corresponde
a una teoría más universal que las que están debajo. El resultado de
este proceso es que a veces ideas que antes fluctuaban en las regio­
nes metafísicas más altas pueden ser alcanzadas por el crecimiento
de la ciencia y, puestas así en contacto con ella, depositarse».3Y, por
otro lado, Popper está convencido de que «no pocas doctrinas meta­
físicas [...] podrían interpretarse como hipostatización de reglas
metodológicas».4 Así sería para la exigencia de objetividad científi­
ca vista como «la regla según la cual en la ciencia pueden introdu­
cirse solamente afirmaciones para las que pueda ser posible un control
intersubjetivo».5 Y así es para el principio de causalidad que Popper
transforma en la regla «según la cual no debemos abandonar la bús­
queda de leyes universales y de sistemas coherentes de teorías ni de­
bemos renunciar a nuestros intentos de explicar causalmente cual­
quier tipo de evento que podamos describir. Esta regla guía el trabajo
del investigador científico».6 Ciertamente, queda el hecho — sub­
raya Popper— de que para todos los sistema «metafísicos» vale que
«nada es más fácil que construir cualquiera de [tales] sistemas [...]
compatibles con un sistema cualquiera de asertos básicos acepta­
dos».7 Esto significa que no son suficientes instancias «verificacionis-
tas» para hacer empírica, es decir científica, una teoría; una teoría es
científica si es falsificable. Las teorías filosóficas son, pues, significan­
tes aun no siendo factualmente falsificables.

2. EL ENFRENTAMIENTO DE CAMBRIDGE
ENTRE LUDWIG W ITTGENSTEIN Y KARL R. POPPER
SOBRE LA NATURALEZA DE LOS PROBLEMAS
Y DE LAS TEORÍAS FILOSÓFICAS

Asumiendo el principio de verificación, los neopositivistas preten­


dían trazar una línea de demarcación entre el lenguaje dotado de
sentido (el de las teorías científicas) y el lenguaje carente de sentido,
por ejemplo el de las teorías metafísicas o de las creencias religiosas.
El popperiano principio de falsificabilidad no va en absoluto en esta
dirección; es más bien una propuesta encaminada a demarcar entre
ciencia y no ciencia. Y el lenguaje no-científico de las teorías filosó­
ficas, afirma Popper, es perfectamente significante.
La posición de Popper respecto a la metafísica no dejó de susci­
tar perplejidad entre los neopositivistas. Estas críticas, sin embargo,
no tura eron a Poppsr, quien ye sn 1 9 4 9 si no entes, em pleó en sus
k cck nes 1a expresión «programa de investigación metafísía ) ».S M ien­
tras tanto, a principios deJ añ o académ ico 1 9 4 6 a 7 , í ^^p p c e e/ñbbó
une m v k cd ó n deJ secretario de1 M o rd V ences C 1l a ds C a m bri. -
ge para 1eer un ensayo so ta e d erta «perplejidad m etafísk a». «E re evi­
dente — esc rita Po ppsr sn su au tob iografía m tek ctual L a [bbúsque-
. a sinf i —— [...] que se tratat a ds une form ui^cii^n ds W ittgénstéin,
y que tras eüa se escondía k ts^ s f i k sófiaa . e 1 propio W ittgsnstein,
según k cua1 en filosofía no ex k ten problem as, sino sólo perplej ida­
des lm giusticas.»9 Resueltamente con trario a esta tstit, Poppsr acep­
tó e1 desaifío: eligió h cMcr solDre e1 tsma: «¿Existen problem as fil o­
só ficos?», e m k k su éx p ossd ó n, ds form c un tanto jocosa, diak n d o
que, el negar k sxists n d a ds problemas f i k sófiaos, quisnquisrc que
h u bisse escrito k m vk c d ón h abía to m a .o posición solare k cusstión
creade por un gen u ino problem a f i k só fico.1^ «Pero entonces — re-
c u e r .a Popper— W ittgénstem Cn iervino de pronto y en voz alta, y,
así m s pareció, con ralbia, dijo: “E1 Secretario ha hecho sxaccamen-
ts k que se k dijo que f o d era. H a actuac k bajo m is m struaak nés.”
Po r m c partee, no h iaé ceso y proseguí m c éxp ossd ón; psro su ced o
que algunos ds k s a .m ira d o res ds W ittgénstem , entre k s p resen­
tes, se dieron cuenta y tom aron m c o ta erva d ó n , in terpretada com o
una b rom a, com o un grave reproche el ^ c ceeacio .»11 E n todo ceso,
Po pper prosiguió cfirm cn . o que, s1 no sx^ tsn problemas filosófi­
cos, él ck r tam ente no podía ser f i k sofo y añ ad ió que, com o con
tantea frecuen cia k s h o m b res se entregan ds m anera im prudente y
acrírica a so luciones m sosts m M es para m u c to s y acaso para todos
k s problemas f i k sófiaos, está entonces su ficien tem ente ^^i^s^tífic^adc
k sxisten d a de filcsofos. Y entonces W ittgénstéin salte ds nusvo, m -
tsrrum pe a Po ppsr y h abia largo y ten ^ o solare 1cs perplejid ades
lin güísticas y sota e 1a no sxisten d a ds problem a f i k só ficos. D s nus­
vo, Popper: «E n s 1 m o m ento sn que m e pareció más oportuno, fui
yo quien k m ié r r lm c í, presen tando una Hsta que h aa íc prepara­
d o de problemas filosó fiaos, com o: ¿C o nocem os k s coses a trevés
ds k s sentido? ¿O b tenem os nuestro c o n o d m ien to por inducción?
W ittgénstein k s rechazó d id éndo que so n problem as lógicos más
que filosóficos. P1anteé entonces s1 proalém a ds si existe s1 Cn iin Cio
potencial, o acaso t t m ° ién d ^(^tual1, p i° 0 ltm t que él rechazó com o
m atem ático [„ .] . Rccordé luego tas pio01tm ac m o rales y d prnOk -
m a d v 1a vaM vz dc 1tc normas m o rales. E e to nces W ittgtn ttd n, quc
estoo o sentad ju n io a k ch m t n ta y ju gu eteaba e t r n osam ente c o e
v1 atizador, que a veces uso0 o com o b atuta dv director dv orquesta,
para subray ar cuc ofirmod o n ts, me k nzó v1 desa]fí°: “ ¡pon un t j tm -
plo dv regla m o r ° !” Lc repliq u é: “ ¡N o am enaces con d otiz tctor a
1os conferen ck ntts m v k odos!” Tras dv 1o cua1 W ittgtn std n, t nfare-
cido, 1anzó d a tizador y y se fu.e a ana o un p ortazo.»1”
po p per está dispuesto a reco nocer que holsít ia n a C tm b iia a r
c o e k idca dv provocar a W ittgenctd n y co m batir 1a idca dv éstv dc
quc no existcn p r° blt m l s i Iosóficot. C o n fitsa, sie emOaigo, que fríe
r l ra é^un a t ° i r reta tener que constatar que W ittgtn std n fríe m co-
paz dv c o m rrrn a e r una b ioml■ «Sólo más tarde — td m k t popper—
caí vn 1a cuenta dc quc ta1 vcz él com pren d ió ira lm entr 1o 0 ío m o y
que p io b tb 1 tm tn tt íu v vsto 1o que k m o 1cstó . pero , t u nquv q uise
afrontar m 1 p io b 1 tm l dv un m o do un tonto jocoso, tom é d asunto
co e 1a mayor serie^n^ ac aso m áó quc d r i ° r i ° W ittgtn std n, yo que,
cn a t fin itiv l , é1 no crek c e k existen cia dc verdadcros problemas
filosóficos.»13
Así, pucs, W ittgtn s ttm abando nó 1a cal1a, pero 1a d iscusióe prosi­
guió. B t rtana R ussdl. fue uno dv 1os m tvrlocutores m ás destacad os
y B rd t hw oitt f^!li^iitó a po pper por h a °e r sid o «vi ún icn que se holjío
« reviíta a in ttiiV M r ii a W ittgtn s ttm dc 1a m ism o m a e ria e e quc
c1 r in r in W ittgtn std n so l k in ttiiu m p ii a cu Uq u itr otro».14 A l día
siguiente, d u raett v1 viaje dc retom o a L ond res, cn v1 mi smo com par-
t1m 1tn tn de1 tren encuen tra a d os estudk e tes, un cltico que k ú un
1l0In y una chico quc k k un periódico dt izquierdo. «D e pronto, k
chica pregunta: “ ¿Q uien vs este K t i 1 popper?” (Luego supv que cn d
periódico h t ° ía un ataque a L o soded a d o ^ ’v t a) .»15
La h isto iit de1 en frentam iento en d Q u 0 dv Q tn c k s M orales
no acabó c e d trtn dc C tm O rida r a Lo n dres; sv um^’^irtió casi in m t-
^ t^ entt c e objeto dv O cu rsos pronun ciados al tu n tú n .16 «A i
poCo tiem po — recuerda popper— m e sorprend ió re d b ir uno carta
fech ada en N ueva Z e ^ c t a cn k quc sv me preauntaOa si tra d m o
quc W ittgtnstd n y y o ha0íamos llegado a 1as manos, am ° os armodos
-alá se halaía üenado, holaío más personas que siüas: «la atm ósfeta
estaba cárgádá de expectación [...] . ej conferenciante era vienés, com o
el presidente del cítcu1o , e1 profesor W ittgenstein, pero todos sahían
que era resueltam ente co n trario a1 enfoque basado en el lenguaje
de su com patriota. B roithw aite, que conocía a Popper, preveía f^lego-
artifici d es, una situ a d ón tensa. ^ W o corridp k voz: por fin algu ien
cápaz de h acer frente a W ittgeectein y que no se dejaría aplastar por
aq uella m áquina moléficc».^ Popper — dicen E dm onds y Eidm a w —
miro alrededor: Ew ing se ata 1á- bota-; " ^ sdom lee, seguram ente un
periódico de cá^•eia-; fra ith sonríe con ak e alentador; su m ujer deja­
ba de cruzar k s piernas."U rre^ udk nte que parecía extranjero se m o­
vía a disgusto en k siüa.23

¿ . W ITTGENSS^I^II^: «POPPER, USTED SE EQUIVOCA ...


SE EQUIVOCA»

E1 com k nzo de la con ferencia de Pop per con tiene ya el n f o k o de


su concepción: quienquiera que haya form ul o el tema de k m w to-
ció n ál C l ub ya holaía tpm0<cp posición respecto a un problem a fi-
iosó flco, pues d rciir que los problemos fita-óficp- son «perplejidades
lin güísticas» o «rompecábezá-» es sm~más uno idea fitarófica. W (tt-
genstein, com o recuerda el propip Popper, -a]lcá en O f e nsa del secre-
tarip que halaía enviad o \a snvitociió n, form uk d a , obviam ente, por
m d ^ r i ó n del presidente del C 1l t , es decir el propio W ittgenstein.
El -ecretarta, W asfi Hijob, era un d um no de W ittgen-tem . Pues bien,
«agrade d do por el rápido, feroz y directo contraataque de su O f e n­
sor, el secretario verbaliza furtasamence, tratando de estar a lá d m ra
de1 fuego cerraO de k s intervenciones, de lk- voces que ^ b k n de
tono y se superponían unas a otras, com o o k s que se estrellan robta-
sam ente contra \c playa:
Popper. W ittgen-tein y su e^cuelá no van m á- allá de tas p relim i­
nares, algo para ta que reivindican el cicuta de filosofío, a tas m ás m -
portantes problemos filosóficos [...] han puesto ejem plos de dific ul-
ted cuya solución exigía estuc os más profundos bajo \c superficie
del lenguaje.
Wtttgenstem : k m atem ática pura o k sociología están 11enas ds
problem as.
P ú t ó cw poco aonvendcta ds tas ejem plos ds Popper. A tm ó sfera
témase. ^ só lito n ivé1 d e díscusión. Se alzan m uchas v o ces.»27
'Vfittgenrtein, d urcnts 1as discustanes sn s1 C il a, solía em plear é1
^tiza<^í^r pere subray ar sus ex presiones. Y aq uella ta r .e seguía ut:^^1i-
zánidolo, tra tan .o ds inieriu m c ii a Popper, y ta agite, ta cgitc, ta agi­
te m a rc a n .o e1 riim o ds t a sí1ea bt: «P<oppsr, usted se equívoca», y
ta ag ita, ta ag ita... «¡SE E Q U I V O C A !».25

S. w i t t g e n s t e i n : «u s t e d s i e m p r e m e h a i n t e r p r e t a d o
MAL, RUSSELL.» RUSSELL: «NO, WITTGENSTEIN, ES VD.
QUIEN LO EMBROLLA TODO»

M ientras tanto, «sin que naC e ta adv irtiera, s 1 fuego se ^ I bía apega­
do casi com pletam ente. N o im p ortaba. E star sn aquella reunión sn
aquel m om en to era com o estar en un mv e r n a .e ro, atrapado p o r 1as
1íanas. C o n todo aquel iora el1]1no dé voces raMoses, 1as continuas m -
tervencío r^es dé 1os es t u c antes ds W ittgenstein, 1a m l li iiu d nunca
antes vísíc , 1os que estab an alr e .e ctar (ia “i c c ice^'a”5; agolpandose
p arb no perder m siquiera una m tervenció n , s 1 p ú a liaG ere p resa ds
una csgacio re co n fustan».26 W ittgenstein arroja al suelo s 1 atizactar
y se pone dé pie, y ta m ^ m o hace f o u selL «E n un repentino m om en­
to dé silencio, W ittgenstem 1s dirige k pala b ra : “ U sted siem pre me
he in terpretado m al, R usseU” — p ronun cio “Jrussell”— , con un so­
n ido casi gutural. L a voz ds ^ ssell sra más alta dé 1o ' o m d : “N °,
W ittgenstein, es usted quien ta em brolla todo. Es siempre así.” WCíí-
genstein salió dando un p o raazo.»27
R-u.^1 !1 éstba e d id en do algo a p ío p ó síío ds L ocke. f o ak hw aite,
con su haa iitue Lcortesía, h abía peC do a Popper que pusiera un ejem ­
plo dé c íin c ic io m ora1. C o n 1a im agen de1 atizactar ante tas ojos,
Po pper p^ o esté ejem plo ds regle m oral: «N o amenazar con s 1 atiza­
d o r a tas con ferenck ntes m v itados.» Sigu ieron una r eve pause y
algunas carcajadas. X luego tuvo lugar una tran qu ila C scusión. «A l­
guien, ev identem ente un partidario ds W ittgenstem , h izo a Popper
una pregunta con el fin de pillarle por sorpresa: “los experimentos
de Sir Cavendish ¿pueden considerarse ciencia, ya que se realizaban
en secreto?” “N o”, le espetó Popper, y volvió a rumiar sobre su en­
contronazo con Wittgenstein. Russell llegó a la conclusión de que
había ganado él. ¿O no?»28

6. ¿POR QUÉ PARA RUSSELL Y POPPER LA FILOSOFÍA


NO PUEDE RESOLVERSE EN EL ANALISIS DEL LENGUAJE?

Edmonds y Eidinow tratan de suscitar algunas dudas sobre el «embe­


llecimiento» que Popper habría hecho pro domo sua al recordar su
enfrentamiento con Wittgenstein en Cambridge. Pero más interesan­
tes son sus consideraciones acerca del papel que en el asunto habría
desempeñado Bertrand Russell. En M i vida enfilosofía escribe Russell:
«El primer Wittgenstein, al que conocía íntimamente, era un hombre
dedicado intensa y apasionadamente al pensamiento filosófico,
profundamente consciente de los difíciles problemas cuya impor­
tancia advertía lo mismo que yo, y en posesión (al menos así lo pen­
saba yo) de un auténtico genio filosófico. El nuevo Wittgenstein, por
el contrario, parece haberse cansado de pensar en serio y da la impre­
sión de que ha inventado una doctrina capaz de hacer innecesaria
esta actividad. N o creo ni por un instante que una doctrina que tie­
ne estas melancólicas consecuencias sea verdadera.»29
Russell valora así el movimiento analítico en su conjunto: «La doc­
trina, a lo que yo entiendo, consiste en sostener que el lenguaje de
la vida cotidiana, con las palabras empleadas en su significado or­
dinario, basta para la filosofía, y que esta no tiene necesidad de tér­
minos técnicos o de cambios en el significado de los términos comu­
nes. N o puedo en absoluto aceptar esta opinión. Soy contrario a
ella:

a) porque no es sincera;
b) porque puede excusar la ignorancia de la matemática, de la físi­
ca y de la neurología en quienes sólo han tenido una formación
clásica;
c) porque algunos la presentan con un tono de beata rectitud, como
si la oposición a ella fuera un pecado contra la democracia;
d) porque convierte a la filosofía en algo trillado y superficial;
e) porque hace casi inevitable que se perpetúe entre los filósofos aque­
lla actitud confusionaria que han tomado del sentido común.»30

En síntesis, Russell cree que los filósofos del lenguaje ordinario


practican la mística del uso común;31 y no puede aceptar que el len­
guaje común sea considerado como el banco de prueba de cualquier
otro lenguaje. Ciertamente, en el lenguaje común ni queremos en
absoluto «pararnos a discutir del sol que nace y que cae. Pero los as­
trónomos prefieren un lenguaje distinto, y yo sostengo que un len­
guaje distinto es también preferible en filosofía».32Así, pues, Russell,
en primer lugar, ataca la filosofía analítica, porque considera que sig­
nifica la exclusión de todo lenguaje técnico, y por ello compara al
«filósofo del lenguaje ordinario» con Carlostadio (que una vez abra­
zada la herejía abecedaria, buscó la verdad en labios de los hombres
más ignorantes del género humano), con Pascal con^usjirazones del
corazón», con Rousseau con su «noble salvaje», conToktoi, q\ue pre­
fería La cabaña del Tío Tom a la literatura más sofisticada.^3
La otra acusación que Russell lanza contra la filosofía analítica es
que le parece que es «una disciplina carente de relieve y de interés.
Discutir hasta la extenuación qué entienden los tontos cuando dicen
tonterías puede ser divertido, pero difícilmente puede ser interesan­
te».34 «Estos filósofos — prosigue Russell— me recuerdan aquel co­
merciante al que pregunté en una ocasión cuál era el camino más corto
para Wincester. Él gritó a un hombre que estaba dentro de la tienda:

— El señor quiere saber cuál es el camino más corto para Wincester.


— Sí.
— ¿El camino más corto?
— Sí.
— N o se.

Quería conocer con claridad el sentido de la pregunta, pero no


tenía interés alguno en responder. Esto es exactamente lo que la
pueden ser verdaderos en sí' mismos: sólo sirven e1 lenguaje hum a­
no descriptivo y crítico. N uestro objetivo no debería ser an alizar sig­
nificados, sino ^ scar vercW es in teresantes e im p o n a n ies, es decir
teorías ven aderas.»71
L a fifosofia no se hace para m anifestar k s propias a l alidacic i ;t 2
rn puede transformarse — com o quería W ittgenstein— en una espi ­
d e d s terapia en cam in a .a a resolver k s perplejidades filos^ aas.
«Para m í, en su o b ra más tardía, W ittgenstem — afirma Popper—
no m & có a k m osca s 1 cal c i no para sahr ds k t a teüa. V eo más f r en
en k m osca incapaz ds h m r de 1a b otei1a un im p resionante retrato
deJ propio W ittgenstem . W ittgenstem sre un caso w ittgesteim ano,
io m ismo que Freud sra un caso freucüano.»43 En fifosofia, edem ás,
«n o deberíamos nunca t r a ta ds ser más precisos y exactos ds io que
exija s 1 píG alem c en cuestión».44 R nalm ente, Popper es resuelta­
m ente contrario a quienes defienden 1a fifoso fía com o expresión . e 1
espíritu deJ tiem po. «E stb es una Mea hegeliana que no résísts a k
crítica. H ay modas en fifosofía, com o existen sn 1a d end a. Pero un
^i^tér^t^ic<c ^ scador ds vsrc k dss no seguirá k s modas: . e sconfiara, de
el k s y, si llega s1 caso, tam lDrén sabrá, a cm batii k s .»45

7. ¿FUE LA «DISPUTA DE CAMBRIDGE» RESULTADO


DE UNA CONSPIRACCÓN TRAMADA POR RUSSELL
CONTRA WITTGENSTEIN?

Así, pues, R ussen está en tota1 desacuerdo con k idea ds fúosofía de1
segu n do W ittgenstem . T am b ién Po pper rechaza esté enfoque fi-
1GSó fíaG. Pero, a d iferend a d e R ussel1l, dssds é1 p rincipio hab ía to­
m ado sus E stancias t a n t ó n resp ecto b1 prim er W ittgenstem , s1 deJ
T>rctuiLit logico-philotoficut. Puss Men, ¿fus ^ á n .o s s sn esta su opo­
sició n a W ittgenstem com o R usseü y Popper organizaron s 1 en fien-
tam k nto d e C a m b ridge? M ás ex p lícitam en te, ¿fus R ussel]1 quien
m d tó a Popper «a t a tirse por 1a ceuse deJ sabvam ento ds 1a fifosofia
de 1a caída sn é] parloteo de saló n ?»46 T al es s1 in terrogante que D a-
v cd E dm onds y j ohn K . m ow se plantean en é] úli Cm o aa(cítulG de
su Htao solpre L b disp u to de Cambridge .Y se io plantean j*unto a f r or
maturá/ez» de ^ prob/em c-y de /ac teoríc sfHosóficásy c^ re lac mo^k-
//¿^c1 - de rczn eairy argumentar en flAcofSa.

8. RAl'CES EXTRAP^LOSC^ ^^ . DE LOS PROBLEMAS


FILOSÓFICOS

L os problem as fitacóficoc ce resuelven d icolv iéndo\oc: «La idea de


m uchos filósofos, y de m odo particular, a ta que parece, de ta- w itt-
gensteinianoc, es — eccrtae Po p p er— que -s un problem o es so lub1e,
no es posible que se trate de un problem a filosófico.»52 Po r e\ contra­
rio, prosigue Popper: «C onsidero que existen problem as filosóficos
y que algunos yo tas he resuelto .»53
Ya en otra parte propusim os una Hsta E stan te decaUa^ ou nque
no sictem át k a y ohvk m ente incom pleto, de problem a- filoróficoc.
T am bién podem os preguntarnos: ¿C o nocem os k - colara c través de
ta s ^<^i^tid^o^? ¿ O b tenem os nuestro c o n o d m ien to p o t m d u cci cm?
¿Existe e\ 1n fm 1to potencial y acaso tom l^ién e\ actua1? ¿Pueden k s
normoc m o rales fundam entarce rad onalmente? ¿Exi-te o no D ioc,
y \a realidad en su tot»lid»d se red uce a \a realidad em pírica? ^Obe­
dece \a h ^ to tk hum ono a leyes m etactaMec (de decaden cia, d e pro­
greso, cíclicas)) o Men no tiene sentráo alguno, o tsene sólo e\ ^<^i^t^iido
que \e da cadr uno de nosotros? ¿E s Wbre e1 h o m t te o e-tá determ i­
nad ? ¿E s e1 h o m t re alm a y cuerpo o sólo cuerpo? ¿Su destino se
resuelve com pletam ente en eate bajo m u n ^ o es h'cito es(perar en
una «n ueva tie rto y un nuevo cielo»? ¿C uáles so n, -s ex isten, \os fun­
damentos de \a dem ocrad a? ¿Puede e\ c o n o d m iento hum ono alcan­
zar k verdad con certeza? ¿Pueden fundamentarce ro d o nalm ente k -
normac m d icadac en lrs d m m toc fo rm.ú k d onec de\ derecho notu-
rcl ? ¿E s únsco e1 m étodo de \a d encia o existen v arios m étodos? ¿E s
e1 determ im cmo uno teorizod ó n aceptable? ¿Está \a razó n de parte
de1 realism o o de \a de \os idealistas? ¿Q ué sig nifico «cer rad o n ales»?
E stos so n, en un orden casual algunos p r» tlem ásflSpspflcos que
han tem do y tienen resp uesta en teor/aa fü o sóficás com o: vorias teo-
dsceas o A f erentes fo rmoc d e oteícm o; an tropologías filo ró ficos;
fitacofíos de \a M ctot^ teorías de\ E ctado y de! derecho; d octrm oc
m o rales; cosm ologías; g eo seologías; teorías de1 co n o ciM itntn cien­
tífico. Sem ejantes teorías fitaróficos no han. surg ido ni surgen por ca­
sualidad. En térM m os generales, tit n t n ra/rec ttxtrad>;- it j c o ■ — por
t j t m p ta, «cn 1a m atem ático o e e 1a cosm o lo g ía ~e e 1o p o lític a cn 1a
religión o ee k v ia l social».54 «Los gcn uinos problem as fitaróficnt
— sigue dicien do Popper— cstán siem pre radicad os en urgentes pro-
b1tM as ex ternos a 1a fitatnfía y desap arc cc e si tatas raíces se m alo­
gran »^ Sv troto dr teorías que surgen para resolver problemas urgen­
tes, a M t n u fo k>s más urgentes; so e teorías que fo rman d . tejido de
la h k t nrio de .a fitatnfía pero no pochas dc el k s m -fo rmon (don for­
ma) a .a ¡ dstork hum ano.
La verdad es que «to dos tas h o m ta ts y todas k s m ujeres soe fitó-
sofos».56 Todos nosotros vivim os m m ersos en Meas o «prejuicios»
fitasó ficos (so bre D tat o so °re .a no existen cia de D ios; so °re rstr
o aquel sentido o so°re .a tnto1 ause n c k dc sentido dc .a Msto rio;
so ta e t 1 d estino to ttím e n tt M v n a l n ° o ub i-aM un^ - n de1 h o m °rt;
so ta e r 1 con o á M it n tn; so ta e c1 tipo dc E stad o; sota e d :fv n a l M rn-
to i t d onat o no dc tas vatares, t tc .), teorías cn e frecueircia acep ta­
das dc un m odo incontcientt. T a1es teorías so e «p rej u icios»— o m t -
nudo de .a m áximo im pnrttn c it para .a v id a dt .as persona—— que
pueden resultar p crjudiciolcs precisam en te porque sv profesan si- ,
un exam en crí/t1cn. por c o n tia u itn tt — ofiiM o Popper— «constitu­
ye uno justificación dc .a existen cia dc .a fitasnfia profesin -o l c1 que
cva necesario que haya h o m a res que v x tim/ntn críticamim U vctac
teorías, extt n d idot v in fluyentes».57
En sín tesis, se quiero o no, todos vivim os inm ersos cn teorías fí-
tasó ficas: c1 h oy un p ez a ic tt uno senten cia, .o ¡a c e o asá]ndose en un
presupuesto puram ente m etafísico , es decir cn t 1 supuesto dr que d
noMbrt vs cop/az dv c^im^rvndvr y ele querer, ta1 vez u n to a1 juzgado
haya un psicoan alista que cm do a uno persona que sufre dc angus-
tk y 1a curo dando por supuesto que t i ^ojM^re vs so í’ncnnsc/vntr.
N uestras elecciones p olíticos, .as ideologías de tas partidos im p li­
can imágenes de1 h o m o r t , concepciones de .a justicio, ideas dc H-
bertad, v m oees dc .a Mstork . Y todos sabem os que k T irria ts tá t a ­
ñad a en sangre en nom b rt dr Meas m etafístaos, dc MttofásíUos ele /°
^ ngre o de 1o rozo, o de mvíoÍÍsíCos de clases ce posesión de supuestas
vercLides u^w /uíus, . e sup uestos senti.o s . s ]u fastoribuustos e m d ucta-
alss, de va/ores concebidlos como uat<
o/uiOsy exclusi/uos.

9. IDEAS METAFÍSICAS QUE «INSTITUYEN» LA C IENCIA


Y TEORÍAS METAFÍSICA S QUE «INFLUYEN»
EN EL DESARROLLO DE LA INVEST IGACIÓN CIENTÍFICA

U na vcz cx d u i. o s1 prin cipio ds verificación y adm iti. o cJ p rinci­


pio d s ^ sificabU M ad, puede afirmarse un co njunto ds tcscs so ta e
les relaci(ones entrc teorías científicas (cm p íricam cntc controlables)
c ideas m etafísk as. A ntc to d o , hay que dccir que les teorías m etafí­
sicas (so bre s 1 h Gma re, so ta e Je h istGria, soa re é] u niverso, etc.; an­
tropolo gías, füosofíes ds 1a h istoria, cosm ologías filosó ficas, etc.) no
so n sn absolu to sinsenti.o s . Son teorías sign ificativas, es dccir con
^<^I^t^■
1do , y co m p rensíales2 En una palabra, una teoría no cerscs ds
senti. o por s 1 sim ple h cch o ds scr m etafísica.
X, e .s m ^ás d e sig nificativas, no reres vsccs precisamente 1es teo­
rías m etafísicas so n k s más h um ane y socialm cn tc significativas: por
éstas idses y a bsándose sn el k s 1os t a mbres h acen su vida, vivcn y
luch an y u m c n u .o tam btén mueren. Es cicrt o q u s k T ierra está t a ­
ñada en sangre vcrtick en n o m ta c ds Meas n o Talsifia lb ics.
pero hay m ás, porqués 1a propia cicn cia sstá mstitmde por Mees
m etafísk as: sc no se es tu v k ra convcncMos d s 1a ex ^ tcn cia de una
rca M ad. externa a 1a m cntc que indaga; si no se tuvk ra k co i^^^:L<^-
ció n . e 1 m aravilloso h ech o ds que esta rea M n . ^:^terna es aom prcn-
siMc por k m cn tc h umana; s1 no se estuviera convencidos de que
k rea l d ad. sstá, de algún m o d o , ordenada; . e 1 valor de 1a «vs rd ed »
cic nrífica, es d ccir sin éstas ídsas ü f t í ,aus m ínimas, k invcstiga-
ció n ai^]^tífiae no ssríb concebible. ^on Meas m etafísicas (realismo,
com pren-itálick c l (.e 1 m undo , axiom a deí orden, ve]or érico ds k ver­
d ad cicnrífica) que íns^ítuy/cn 1a investig ación científica; otras ideas
cnfuyer so ta e é] desaaroüo ds 1a propia investigación..L a metafísica,
escrita Popper, «es k ft a nte ds 1a que broten las teorías . s les ck n-
ck s em píricas».58 M e tafísicas influyentes so n: s1 atom ^ m o an tiguo,
é] m ecanicism o ds 1a ed ad m o dcrna, s 1 m aterialism o hCstórico , etc.
obseivab1es, etc .), desv e k r nos lc- leye- que cubyacerían » de^;^j^jro-
üo de \a Wctori» (la h i^torio o bedecería a leyes de «deca<den cla», k
hi storio es progreso d ^ éctico , etc .), dem ostrar e\ fu ndom ento de\
co n o d m ien to (pensemos en k - sensaciones de \a tradición em pírico,
o en \os p rincipios ou toev identec de k ttodición rocionohctol; ectc-
b\ecer tas fa ndomentoc racionales de lá- normas ético-ju rídicos (re­
co c emos \a ttodici on del" iú )n rtúr»lism ol;
E xis te pues, un s^er/ de -1^ ! Meai radk od o en nuestra ttodi-
d ó n , según e1 cua1 e1 h o m t re ro d ona1 es e\ que fii ndom en to estabie-
m ente \o que dice, e\ que dem uestra de m in era cs'ertk e intelectuá1-
mente consuictivc cua teorías científicas, éticas, políticas y m etafísicas.
E n una palabra, -erír ro d ona1 quien desv ek verdades d aras y d ^ tin-
cr-, quien -abe en contrar, c través de \a argum entación dem ostra­
tiva, un íundom en to seguro, ta1 vez incontrovertible, de cua p ropias
teorías.
U n retroceder dem asiado en e1 tiem po, k moyor partee de \a fita-
cofía m odem o, com o ^if¡rmo w illk m Bard ey, puede taerae com o
búsqueda de un f nndamm túm i,nt,pncua.olm , es ded r com o búcque-
d r de uno outo ridod o criterio defin itivo » que apek r pn a j tatif i car
lc- propinas sdeos y propuestas. Contem plodo en \a perspectiva de una
í ^<^(^i^j^;^Cíí^;^cÍ ju^
ctiín^cccip nict^;^, \a fiipcplfía m oderna, desde D escartes
y B acon en adek nte, aparece com o una m m tettúm p1dr serle de re-
vo ta d onec en que una autoridad ro d on» asum ida y propuesta com o
bcce y piedra de toque para todas k - ideas y teorías que h u y eren
sido fo rm uk d ac es sustituid» p o t otra, enten d ido tom lDién com o
fu ndom ento ú1t1m o y absolu to , dotado de certeza y crp rz de justi­
ficar k certeza y k roctanaHdod de lcc iderc y de lcc opiniones de eüa
derivar es y de juzgar so bre \a k k edr d. de \oc ptincipioc a e1la contra­
rios y de cua consecuenck s.
Y ccí fue — e)crit e Bortley — com o \a Iglesia fue custitm d» «p or
\a 1n tú1c1ón m tetacm »1, \a 1n tú 1c1ón m u ta cd »1 p o t k - experiencias
sensorktas, lrs exp eriencias sensoriak s por un sistema lingüístico,
etc »:.»9 D e ecte m odo «k fitasofío m o derna es k M ctorio d e una re-
t e1]ión de una outoridod contra otra y e\ co n ftc to entre autoridades
rivaies»;60 ha sido una \uch a en que se ha intentad sustituir una outo-
tid »d co nsiderad a íálsa por otro ou toridod considerada ve^ ad ra.
11. CUANDO Y POR QUÉ UNA TEORÍA FILOSOFICA
ES RACIONAL, AUN N o SIENDO C IENTIF ICA

Las pretensiones dr tas m eiafísicos f a ndod nm stos ¡ a n r i ° a v d d °


sie dudo M uch os tesoros, pero no ¡ a n dado ios fru tos esperados.
Fruto de presu n ción feto^ .a h 1t tn i1o de1 fijn^ d o m s m o filntó ]ílco
es uno h 1t tn i1o dc fracasos — d t e iio res, dc jv stifictcin n rs d r erio-
rvc y de errores p olíticos. Y d r ah í' d rin 0 1eM l t t ór1co de fon ^ : s1
es nu to ris .a búsqueda dc fu n d a menta incnncucsa de teorías M ttofí-
sicas no refutables p n i .os hechos, ¿n o scrá acaso que uno m tto fíti-
aa eq uivale cogno td tiv a m tntt a otra, y que tod as cn conjunto valen
crio? O fot n , ¿pucdc suponerse que cn épocas p recisas (ee un detei-
m m u fo cu k u ral» ín IM la n por d eitos votares éticos y
religiosos, d r cit rto saber co m ^ d r aquella ciencio y dc uno detei-
m m o^ ttcn o 1o aít, d e d e itos m t i h u cio n t0 vtc.), uno m tto físk t
puede «r n & d nt de veidad » que ta v tan tn dc «apoyos» y d e
«consensos» dc p a ites y dr aspectos dc esv am biente a i 1tviL 1 cn que
¡ a surgido y sv ¡ a desarro lkd o? ¿D ebem os r e lím ente 0° i i i i dc .a
m ente t. pensam iento dc que .as teorías M etafísk as esrán friera de
.a i s d onaHckd p o iqu e no so e d e e tíficas?
Lo d t rto es que cn .a hi sto rio de1 pensam iento fitatófico se perci­
be u n t ta ct a entte teorías, uno v 1^ un desal rollo , uno
dr .as teorías filo róficos que sv paiecc a1 (fesai roUo y ^<^j^
i^(^(^i^(ó e de .as
tsp tc íts v m t n te s .Y en ts ta tact a dr pensam ientos (cuando .a b ota-
üo no sv rcsue1ve; por t j t m p ta, con .a fueiza p olítico? sv ^ scan
argum entos p n i d o n d t puedan en con trarse. Hoy, cn uno palabro,
u no selección h1t tó i 1c i dc .as teorías m etafísicas, y esto celcccwe vs
coe f t ecum cia uno celcccwe racional.
pero ¿q ué significo sclrccwn raciona1 dc .as teorías filosóficas c- és­
tas, al ser fectuolm tnte m fak ifrcoMes, no pueden ctr lefiutack s por tas
«hechos»? Pucs Mt n, .a seje c d ó e i t d on0 dc .os teorías m etafísicas sv
verifico cuando tctac teorías pueden ser criticadas (y por tonto selr c-
cionadas(? oun q u t no puedan crr íai sificados. Zo rncionaUdad dc las
teorías científicas cons¿t/v ce su Iff ulaOiiid od fa ctuaL Z i m cionaüdad
cv l0c ^ nr/ac Metafísicas constó c ce su critk aH Ud a d Pcro, ¿q ué tigni-
ííc l criticafaüíLK0 dt .as teorías m etafísicas? ¿C oe qué rnstrum tntos
(tipos de argumentos) se pueden criticar y seleccionar teorías fac­
tualmente irrefutables? ¿Cuál es el valor de estos «instrumentos»?
Las teorías filosóficas son tales — es decir se distinguen de las teo­
rías científicas— porque no son falsificables, no son controlables a
través del recurso a los hechos. Si fueran falsificables a través de los
hechos, serían científicas y no filosóficas. Ahora bien, si las teorías fi­
losóficas no son controlables — y por tanto no son seleccionables—
mediante el recurso a los hechos, ¿cómo es que pueden ser valora­
das y seleccionadas? Las teorías filosóficas ¿se mueven todas ellas en
los remolinos de la arbitrariedad, o existe algún criterio que nos per­
mita decidir sobre su racionalidad? A ún más claramente: ¿Sepuede
predicar la racionalidad sólo de las teorías científicas, o existe también
una racionalidad de las teoríasfilosóficas?
A este crucial interrogante responde Popper que también las teo­
rías filosóficas pueden ser racionales, aunque no sean factualmen­
te falsificables. Las teorías filosóficas son racionales siempre que sean
criticables. Y son criticables cuándo pueden chocar con algún trozo
del M undo 3 (una teoría científica, otra idea o teoría filosófica, un
resultado matemático, un teorema lógico, etc.) bien consolidado en
la época y al que no estamos dispuesto a renunciar. H e aquí — escri­
be Popper en el Epílogo metafisico de PostScript a la lógica de la inves­
tigación científica— «por qué es posible la discusión racional o críti­
ca de algunas teorías metafísicas (bien entendido que también puede
haber otras teorías metafísicas que no son susceptibles de discusión
racional)».65
Así, pues, una teoríafilosófica es racional si es criticable. La racio­
nalidad de las teorías — científicas o filosóficas— consiste en su
criticabilidad. La falsificabilidad de las teorías científicas es sólo un
caso de la más amplia criticabilidad. Siempre en el PostScript afirma
Popper: «Ya no pienso, como en otro tiempo, que exista una dife­
rencia entre ciencia y metafísica sobre este importantísimo punto
[...]. Y en la medida en que una teoría metafísica puede ser racional­
mente criticada, debería estar dispuesto a tomar en serio su implí­
cita reivindicación a ser considerada, al menos provisionalmente,
como verdadera.»66 También: «Toda teoría racional, no importa si
científica o metafísica, es tal sólo porque está en relación con algo
dictm to , porque es un m tento de resolver ciertos problem as y ce
puede discutir tacionk mente sólo en relación con k situació n proble­
m ática a k que ectá ligáda.»67 ¡ o bre e\ ptoblem o de \a volotod ó n
crítica de k c teoría- fitaróficas — t^em a que tratamos ecp e d ífcam en-
ce en e\ próxim o Capítú1o de1 pre-en ce tiabajo— noc ofrecen tam laién
im p o rtontec con siderac iones discípulos de Popper com o: Joseph
A gassi, J. w »tk in) y w Bartley, e1 cua\ precisa que «lo im p o rtante
no es dem arcar entre ta que ea em pírico y ta que no ta ea, sino entre
ta que es ració n » y ta que no es ractanal1 entre ta que ea crítico y lo
que no ea crítico».68
Todo esto perm ite com prender que \a criticabUidad de k c teo­
rías fitaróficas es una critk a b iUdad re^cftvá: relativa a aquellos m c-
tm m ento) que, de vez en cúando, en ese am i ente, refa ton cuc pre­
tensiones. Y cs \a criticabÜMad de lac teorías m etafísicas es rek t i vo,
tomlaién ta es (cuando esto pueda hacerse) cu m cú tenria -o bre tas «iñ­
u d os de verd ad»: ecta pretensión es relativa (hace referen d a a aque-
\\o) evencua\es so porte- que k c teorías fitaróficas reca en de aquel
«am btante cut r a l » de \a época (teorías científicas, imágenes de \a
d encia, vata re- com partidlo), resu ltados m atem áticos, teoremas tó-
glcos, o tras ideas mecafíck ac, etc.).
En poca- palabras: k s íeor/ac científ i ca- -o n racionak s porque
-o n ren tables a través de ta- hechoc; y -s se aceptan cuando -on con­
firmad^ , a pecar de nuestros mác rigurosos m tentos de falciificor-
1áa, -o n rechazadás cuan O -u- consecuenclas ch ocan co n ^heckoa;»
que k s contradtaen; lac íeor/ac jHosóficás -o n raciona\es cuando -o n
criticaMes y so n, en cada caco , aceptada- en razó n de aquellos «indi­
cios de verdad» (más o m enos consistentes, segú n ta- cacos) dicpo-
m M ec en \a cultu a de \a época, y so n rechazad - cuan do en tran en
coüctón con parcelas de\ M ú n dp 3 acep tada- en k época com o váli­
das. A cí es cóm o \a lógica de \a investig ación — d entífica y fitacó -
flca— se configura com o dtfcustón continua, com o una \ucha -in dea-
canso entre teorías; se percibe en el\a una v ida, nod m ien to , camlaios
y m uerte de \a teoría, una especie de seUe c d ó n de tipo ^^i^í^J^’win 1»-
no». L a búsqueda de teorías raciona\es — científicas o fitacóficos—
es una búsqueda sin fin.
12. TEORÍAS FILOSÓFICAS RACIONALES
EN CUANTO CRITICABLES

Seguidam ente, sólo algunos ejem plos de teorías filosóficas critica­


bles y criticadas.

a) El marxismo. El marxismo, en su componente de materialis­


mo histórico (el orden de los hechos económicos es el orden de los
hechos históricos), aunque ha generado teorías científicas contro­
lables (en este sentido es una «metafísica influyente» o un «progra­
ma de investigación metafísico»), no es ciencia: es una absolutiza-
ción de la influencia de lo económico sobre los hechos históricos.
Es la indebida y dogmática transformación de un «hecho» en «enti­
dad metafísica», algo que vieron perfectamente, entre otros, algunos
pensadores como M ax Weber, Eduard Bernstein, M ax Adler, Karl
Popper.6?
En cuanto materialismo dialéctico, el marxismo es una teoría irre­
futable; un dogma sin fundamento relativo al «progreso» histórico
que, por lo demás, cae en la deletérea confusión entre contradic­
ción lógica y contradicción dialéctica. Las «contradicciones dialéc­
ticas» de los marxistas son oposiciones reales, luchas entre clases,
conflictos de intereses, etc.: todos ellos eventos descriptibies y expli­
cables con teorías no contradictorias.70 Pero, aparte estas fundamen­
talísimas críticas, el pensamiento marxista (en gran parte de su tradi­
ción) es un pensamiento que ha vulnerado el canon metodológico
que impone aceptar las refutaciones. Parte de la tradición marxista
ha sido, de hecho, una especie de sala operatoria en la que se han prac­
ticado toda una serie de operaciones de plástica facial (inyecciones
de hipótesis ad hoc) a la teoría desgarrada por la refutación de los
hechos.71
Así, pues, el marxismo, en alguno de sus rasgos, es una teoría me­
tafísica criticable y criticada. Criticada en sus pretensiones de cien­
cia; es criticada en razón de instrumentos científicos (es decir en razón
de la teoría según la cual no todos, no siempre, no necesariamente
los hechos históricos están determinados por el elemento económ i­
co; y puede darse, se ha dado y se da también el caso contrario, en
el que elem en tos «ided e-», com o idea- religiosas y filosóficas, idea-
\es éticos y te o iías cien ríficas d an origen a fenó m enos eco n ó m icos),
sn-trumento- /ógs'cn- (\a c °n ti» d ic d ón d 1aléct1ca no h ay que cp n íú n -
ditla con \a contrn& cción lógica) , e i n-trumento- e/ i>íe n o /ógiVoí (no
se puede ttansformor un hecho en una entidad metafísica; no ea cien-
d a una teoría 1rrefút:at1 e; no es una actitud científira h que quiere
salvar a tod» cosca una teoría de cer refutada; no se puede sensata-
m en;e sostener que una profecía p o lítico «in con d ici° nad »» es una
previsión cien tífica «siem pre condicionada»»)
E1 m»rx:i)m o, en suc com p on en tes fundam entales, es una teoría
no váhd». Y es un» teo ría no válido ai valen ta- p resup^ ^ ^ de k
m t i c k es deciir \o- •nstrumentos c/entí/zcoa, icgico- y ^ z sem o/ógíco-
con que es ataca(da. En ecte ^<^i^t^ido es có m o la m 'tzC•k lSiS0s¿Tca de
ceorías filo róficos es relativa a pre-upue-to- (o argum entos o trozos
de saber) que, presentes y consolidados en \a cúltúra d e la época, re-
fut»n lás pretensiones de la- teoría- filo róficas criticada- (y po1 tanto,
r fo rtiori, criticable)) .

b) E l hü tork u mp. Si por h ^ to r id cm o entendem os, con Popper,


to d as aquellac fita-ofíos de k M-to rio — com o tem laién es el ca-o
de\ m arxism o— en que se presume holaer descubierto lác leye- (por
eiem p lo, de decadencia o progreso) que d o m m o n la h i)t°ii» hum a­
na en su integridad, leyes que perm itirían prever ta- acontecim ien­
to- :Ut:uros, entonces se puede sostener que e1 h ^ to rta^m o es una
teoría fitasófica (o un grupo de teorías filosóficas) que no re-i-te, ya
que tata- p revisiones son im posibles, porque \a h ict° i i» h úm ana en
cu integridad no es un si-tem a cerraO y repetitivo (cíclico) com o el
sistem a ^ k r sino que e- un «sm emr» sum am ente »b ierto : »bierto
» lá creadón continuo de nueva inform ación, hecho e-te que hace im ­
posible cuklquler previsión. U n sota argum ento aportado por Popper:
la h 1ctori» h úm »n» depende en no pequeña parte de ta- descubri­
m ien tos científicos y de ta- m ventoc tecnológicos. Ahor^» bien, no
es posib\e prever con lc ciencia de hoy el caber científico, y con-iguien-
temerne tecn ológico, de m añana. Por tanto no se puede prever cóm o
^^erá en gran parte \a M ctori» de m añann.72 ¿Y qué e- ta q ue en e-te
cc-o quebranta lnc p retensiones de lnc fita-o fíos ^ t o r i c iste- ? Son 1a
a otros, k sn I 9 27 é] prem ic N c bcl d e M edicina, s 1 prim e­
ro que se c c n cee .á en e- cam po ds k psiquiatría. Y fue otro m édi­
co v ienés, M a n fre c ^ 1 ^ quicn trató 1a esquizof renia m cd iantc
sh ock insulm ico. por su partee, s1 b aró n R k t a rc. von K rafft-E tb ng
— predecesor ds W agn cr von Jau regg en 1e d irraaió n . e 1 fo stitu tc
ds psiquiatría y qus, com o ta1, fue superior dirrcto ds Frrud en s1 ps-
rio . o sn que ests enseñ ó en k U m vesicu ca — , con su PsychopathJa
texualit, d e 18 6 6 , rcv o lu c.o nó les Mees corrír n trs so a re perversio­
nes sexuek s. F ue é1 quicn — —orno escrita B cttclheim — «p reparó
en aicrtc senti. o e h izo p osible 1e k bor de f r sucl».75
pero no fueron sólo éstas k s relaciones que s1 psicoanálisis tuvo
con k «Gran V iena», puss k teoría freudiana, precisamrnte en V irna,
fue objeto ds duras críticas y todes sl k s su sta n ck ta cntr cnaami-
na.es a drm ostrar su ca:r^<^t^:r no científico. Ei psicoanálisis no es
científico porque no es factualmente aontrok b1e, no es felsifiaaMc:
ta1es é] concci. o vrrecüato ds K arl Poppsr. E1 psicoanálisis ds Freud,
aomo también é] psicoanálisis m ^ M ual de A dier, serían sn opinión
ds Popper «aompatibirs con 1os comportamientos mas disparata­
dos».76 N o es posible m ^ car algo cepez ds dcsmentir una u otra ds
estas teorías. La pruraa, tanto en k vide como en k cicncia, se tirnr
solo cuan. o se arriesga, se arriesga caer en s1 fracaso. pero Frrud no
corrr estos riesgos. Y «en lo que aonaicrnc a 1a épica fr r u .k na dd
Ego, deJSupe—-ego y deJEllo no se puede reivindicar un este .o d rn-
ríficc como no es posible para k s peripecias Mstóricas . e 1 Olim po
ds H cm crc. Se trata de teorías que drseríben algunos hech os, pero
a 1a manrra ds fos m k os. C cn ti encn 1es mas mteresantes sugeren-
oCas psicológicas, aunque en una forma no controk bk ».77 H asta aquí
Popper. Y uno ds sus maestros vieneses, H rinrCch Gom prrz, vfo é]
dcfccto fundam ental de1 psicoanálisis en k pretcnsión de h aber
drseubierto ia furntr ds todas nuestras aaaionrs y de to .o s nues­
tros com portamientos^ 8 También otro ma^í^Si^o deWPo^pér fur críti­
co deJ «j^jre:n mago» Freud. N os refcrimcs a K arl ^ M r^ bajo cuya
dircad ón rsaribió Popper su tsscs dcctcral so ^ ^pseología deJpen­
samiento. pucs focn, ante k imponente cajntid^<c ds conjeturas en per­
secución deí carácter sim bólico ds fos fenómrnos psíquicos, M M cr
se siente legitimado para afirmar que s1 principic de! sím bolo . e 1
psicoan álisis «es un p rin cipio d & t i co com o .a gom a y d r d iversas
maeeros forzado».79
D t c i ^ d t m t nte co n trario a1 d t term im sm o d r .a teoría íreudk -
no es A rth u r S ch n itz1tr, r. m . d icn poeta v k n .s. E1 psicoan álisis
transformo .a ví Ci dr .os ¡ o m t a ts e e una «ridfcuk ferca» de ru1sio-
nrc 1ibres d t drsencadeeafse cn un m & v M un o cn otro. .d e m á s , se
eq uivoca Freud a propósito de1 com plejo d t Edipo, p o iq u e «p reci­
sam en te .o Wsto rit d r E dipo es to ta im tn tt ajena al UtM & fo com ­
plejo d r Edipo. Edipcram á'a cu m adie ignoiondo que es to1 [...] e C i-
po amo a Yocasta com o ajena, no com o m adre.»80 E/ psicoanálisis,
anota Sch n itz1tr, es seetacto i tonto para t i m ^ i co com o para d pa-
d eeoe: «u e ¡ o M b i t tota.m cnre insianificLntt se presen to a sí m ism o
com o in teresante; d valo r que se LtriOuyt a sus sueños k ex alta».01
pero d problem a moy o r para .a teoría psico a n d ítica vs que eavego
cn cl pantano d r .a orhitrorit í t a i d r oa1 m odo quc «todo control re­
sulta im posible y toda exp licación purde ccr tan 1ld ts com o su con ­
trario».82 D t don dc cl veredicto dc Sch nitzk i: «E1 m étodo psicoana-
1ít1co es un ietcrprctor desenfre e a do .»83
N Lcitdn cn 1 878 y m uerto suicido cn l 938, Egon f r iedd l vs t utor
dr uno m on u m en tal o bra que üeva p o i chufo K utt:uagecchLshoe d tr
Ntuzclo, donde recurre a palabras de N ie tzsct a para dccii que d
psicoanálisis cs «u e atcn tado d r parásitos, un vom p iiitM o d r parási­
tas sanguijuelas suta e iráneac». E/ psicoanálisis es un acto d r vengan­
za d r fracasados.8* Y e o cs cicn d a. E s más ° i t n .o fe dr una cccta.
N acc y v rvc com o teoría m c o n tio k M t ; y d r ¡c c h o «cs to td m cntc
im posible c o e v c e c c r a .os psicoanalistas dr .a ¿d srdad dc un dioa-
e forico».85 E n realid ad, .a t a l k e a quc, aunque es un m om í-
íero, se com porta com o un pcz, d psicoan álisis, quc es religión, se
com porto com o ciencia».86 E1 psicoan álisis, para f r k dd 11, «ticnc un
defecto catastrófico: so e fos psicoanalistas».^ Y es un m ctofí-
sico, pero e o .o cabc».88
E 1 12 dc ent ro dc 1 9 1 0 , Fritz W ^te0 presenta cn .a Socicdad psico-
and ítica dr V itn a u ea p oecncia co e d títu1o dc Zo «curan0 «Fac^c/».89
K orl K rous — quc con su rev ista D ic .For/W se h obío converttáo ee
«la dd i d a y cl tn iM tn to dd r ú b licn vir néc»»9— v tn cn d a e d m s ira-
1izodo p o i W ittels u ea csprcic dr ded a ra d ó n dr g u e ifa .Y gueifa iu e;
com o puede apreciarse en tas siguientes aforismos de K m c: «L n di­
ferencio entre tas psiquiatras y \os demás psicópatas e- algo ncí com o
\a le k d ó n entre tacura convexa y 1ocuí» có ncava.»91 Y tom foén: «E1
psicoan álisis e- un ge-to de venganza p o t m edio de\ cua\ \a m ferio-
rsd»d se da una gravedad, -i no ya m ctaco un aire superior, y k decar-
m o m o tiata de n ivelarse. ¡ e r m éd ico es cer m á- que un pacien te, y
por eco h o y no hay b o b o que no trate de cural k todo genio. A q u í
\a enferm edad es ta que ta falta n1 m édico.»92Y en cuanto n1 carác­
ter ^:(ei^t^j^]f(cp de\ psicoan álisis, f o c u ; no tsene d ucks: «e1 pcicoaná-
Hsis es m á- una pasión que uno ciencia, porque ta falto \a m ono fír­
me en cus indagaciones; mejor dt a ^ porque ecto de hecho constituye
p o t cí solo e1 ú n scp lequicito para h acer pcicoanáHiCs».93 R nolm en-
te, uno de ta- aforism o; má- cáusticos de K rau): «H psicoanálisis es
aq uella enferm edad de \a que considera -er \a celap>Ca.»94
Si para f r i edrich H oyek — IPtemio N o ta l de E con p m í» 1 9 7 4 —
Freud, «a través de cus profundo) efectos sohre \a ed ucad ó n [...] se
h n convertido ncnso en e\ moyoJl destructor de \a cuj^:^u^í^>,^5^5 para L ud-
w lg W ittg enctein, ptim o de H oyek, «n o hay formo de A m ostrar que
e1 resultad general de \os aná11-1; no podrí» -er un “engaño” »^ 6 E\
psicoan álisis, p recisa W ittgee-tein, o frece explicaciones que nosotros
propendem os c aceptar. Y ectn propensión hace que entreguem os
k - armas de \a crítico y tavan tem os e1 asedio ideológico a1 coscülo
construido p ot Freud. Pero ecte es, ex actam ente, e\ objetivo deck ra-
do de W ittgenctein resp ecto a Freud : «perder nuestra su b oid inod ó n
ni psicoanálisis». En efecto , e\ psico análisis «es una m itología que n e­
ne m ucho p od e r»,97 una «praxis peligrosa e m mundo» que «hn cnu-n-
d o m atas sin núm eto y, en p ropotción, m uy pocos b ienes».??
E1 psicoanálisis para Freud, es una teoría científico ta m ^ m o que
cualquier otra teoría de d end a- natúrales, te-1- rechazada por tas auto­
res que acabam os de m encionar y p o t elta) refutad a por su m con-
tto kbU idad tactual: -/ una teoría só lo es cien tífico -i es A ctualm en­
te talcificoMe, entonce- e1 psicoanálisis no es d entífico porque no es
con cefobta ningún h ech o cnpnz de desm entirlo .

d ) E / rn-naturc/í- . #. L a ldea característica de \a tt»did ón m cnotu-


ralscta — k tt»d ición que va de ¡ ó fo d es (pensemos en A n tzgona) a
G . R adbruch— es que ex isten norm as t ó ces um versalm ente v d 1-
das que pucdrn definirse, rnum rrarsr y fo rm u k r sc m cic m f a cntc.
Sem ejante idee k enco ntramos lím pidam en te ex pueste sn s ] D t rr-
pu b lice ds Q crrón: «L a verdadera lry es una razón rscte, congruente
con k naturaleza, general para tod os, constante, perdurable, que (m -
p u lse con sus preceptos a cum p lir si debrr, y aparta . e 1 m al con sus
p rch ib icicn cs. Tal ley, no es 1í/citc suprimirla, m derogarla parcial­
m ente, m abrogarla en su tc tc iidad, m podem os quedar exentos ds
el k por vo tan t e . (M sena. o . e i p urblo [:„] m puede ser ^ stinta
en R om a y en A tenas, h o y y m añana, sino que h ab rá sirm p rr una
m isma lry para todos 1os puraios y m cm rn t^os, perdurable e m m u-
taaie; y h aa rá un úm ac d ios c c m c m arssro y jcfc c c m ú n ds tod os,
autor ds ta1 ley, ju rz y 1rgisla<io r, el que, sc alguien desobedece
ds si' m ism c y su frirá k s m ^ imas penes p c r si h ech o m ism c de h a-
bcr des(creciado 1a naturak za h um ana, p cr mds que consiga escapar
ds 1os que se consMeran castigos»" (trad . csp. d e s varo d’Ó rs, Sca re
1l ré^-úb/íCe, G red os, p. 13 3 ) .
Tal es 1a dcfm ioión que C i acrón d e ds derechc ne^ure1. Pero sc
consi.era m o s k h istc r ia ds 1os asuntos h umanGS, trn .rc m o s que
repetir con pls cal que «el roa o , s1 incesto , 1a matanza de 1os hijos o
ds tas padres, todo h a tcn idc cab ta a entrr k s acciones v e n o s a s»
— «¡extraña í nst id a que ricnc ^om o lí/m ite un río! V crdad a ésta partee
ds 1os P irineos, crrcr a k otra partr.»I00 ^ alm rn tr hay que rrco n o-
csr que no k falta razó n a M ex W c lDc r c u a n .o afirma que cl mundo
de los va/c rcs es un r i n dt poC/i/kta. Esto , . s s . s s 1 punto ds v ísta
ta stó riac. En k persprctíva lógica observam os que 1os vetares y 1es
norm as t ó cas so n enunaíW csprescriptivos, propuestas (de «ta setas»,
ds com portam ientos «correctos», ds lsyss «justes», de instituciones
«válidas», etc.) y no p roposiciones m dHcativass °° L a t ó ca no descria e,
sino que prcscrib c . N c ex p lica, sino que vatara. En efecto , no exis-
trn cx p licacic n c s étices, só lo e o strn cxp licacic n c s d cntíficas. Exis­
ten rxp liaaoicnrs air n tí'ficas y vulGruaío meI éricas. N c rx^ trn prcv i-
sionss erices (o estéitices) . L b e t ’aa no s/l^e. L a erica no es cirn c ia, L a
ética, en palabras ds U bertc Scaapeiii, es sin verdíaid.
L e ciencia no produce lógicam cntc étice. D r k s proposiciones dss-
aript^i^\^as no pueden ded u cirse rn u n ck .o s prrscriptivos. D c to d a 1a
ciencia no se puede exprimir un gramo de moral. La «gran división»
entre hechos y valores — la llamada ley de Hume— nos dice que del
«es» no se deduce el «deber ser». Todo el saber concebible no produ­
ce valores, ni puede desmentirlos. Por esto lleva razón el Wittgenstein
del Tractatus cuando escribe que «nosotros sentimos que aunque to­
dos los posibles interrogantes de la ciencia recibieran cumplida res­
puesta, los problemas de nuestra vida ni siquiera serían rozados.
Ciertamente, no quedaría ninguna pregunta por hacer, y esta es ca­
balmente la respuesta».102
La ciencia sabe, la ética valora. La ética no sabe, la ciencia no va­
lora. Los hechos no son valores; las normas no se reducen a hechos.
Pero si la ética no es ciencia; si la ética no es conocimiento; si la
ética no se puede decir científicamente, ¿qué es lo que puede decir
la razón en la ética. La razón en la éticapuede hacer mucho. Así, por
ejemplo, la razón puede fijar los medios para alcanzar determina­
dos fines; puede decirnos que ciertos fines son irrealizables en la
época o en principio; puede hacernos ver que la realización de un
valor puede conducir a pisotear otro fin también aceptado como bue­
no; puede eliminar aquellos desacuerdos de actitud que dependen
de desacuerdo en las ciencias; puede conducir al análisis del mayor
número de alternativas en la solución de un problema ético; puede
hacernos más responsables haciéndonos ver las consecuencias de
nuestras opciones, etc. Pero lo más importante que la lógica puede
hacer en el campo de la ética consiste en hacernos ver que la ética
no es ciencia y que los valores no tienen un fundamento racional últi­
mo (como ha demostrado, por ejemplo, H . Kelsen y han recalcado,
entre otros, N . Bobbio y U. Scarpelli).103
N o es posible, contra las pretensiones del iusnaturalismo, funda­
mentar racionalmente ningún sistema ético, ningún valor supremo.
Una norma — dada la ley de Hume— se fundamenta sólo presupo­
niendo otra norma; esta otra norma es aceptada porque se supone
otra. Y así hasta que se llega a aquella norma (o aquel conjunto de
normas) que fundamenta (o fundamentan) el sistema, pero que por
su parte no se fundamenta (o se fundamentan) en nada. Basan el
sistema en el sentido de que las demás normas derivan de ellas. Pero
estas no derivan lógicamente de otra cosa: son dogmas; no derivan de
Otrn- normas: son p ro fu tti az-étieks. Y ectcc no se fo n^ m enton rn se
lefutan. Se aceptan o se rechaza;, . Si. \a d end a es sin certe z a ,11 é'ís’cc
es-s'n verdíW. L a ley de H um e, en palabras de N . ^ l^ b io , es una ley
de m uerte para e\ derecho nam l d .

e) E ! utopísmo. «Cuon d e1 h p m t te trcto de im aginar e\ paraíso


en \a tiella, e1 resultad m m edioto es un in fierno m u y resp etable.»
E - una adv ertencia de Paul C k u d L ¡ in em bargo, com o construc­
tores rncw nalec y profetas de paraísos terrena\es se h an presentado
y se presentan aquellos enem igos de k so cied ad abierto que so n los
pensadores u top istas. E stos so n, en general, atento; escrutactares de
\os ma\es socln\es de \a época y personas con frecuencia sensib k - a
\o- cufrim k n to i h umanos. C o n sus penetrante; diagnóstico) preten­
den conocer k naturak za y \os fa ndom entoc de \n sociedad p e rfec­
ta. Po r tonto, co n ti» ii°c c k tt»d i d ón y carentes de m em oria M stó-
lica, p lop on en — —orno superingeniero- de \n — cam biado
todo y com enzar de nuevo. ¡ in em bargo:

1) no ex iste — —o o v iene m cictit so bre e-te p un to— ningún m eto-


d o tocio n d para establecer c u d es k so cied i d perfecta; ^
2) ai red mente se pudiela com ensal* de nuevo, com o quiere k utopía,
entonce) biológicam ente se (i e ta r ía vo\vel a \a am eba, y cúltúi»i-
m ente no se llegaría má- d k de rndond llegó A dán cuando m úiió .
L a le d i dad es que estamos Henos de ttodk t ó n. Y quien no tsene
m em oria no riene fii t u ro;1?5
3) el utopista es ví'ctima de una U n ió n teó rica. ya que es taH sta. Pero
no es posible conocer k sociedad enteramente y de una vez por to-
dcc: nuestro co n o d m iento puede -er desmentido; no puede pre­
ver su desarrollo; com o conocim iento de situaciones particulares
de tiempo y de lugar está disper-o entre m ülonei y millones de hom ­
bre-; no estará nunca concentrado en k cabeza de un indíviddu;1?6
4) además de U n o en k teolía, e1 u top ista es m m o td , v ipirn tp, e-rá
dispuesto c sacrificar \os derechos de \a generación ren1 y presen ­
te p o t m un d o; de felicidad que jamás vendrán;
») el u to p ista es to td k orio. En él dorm ita un cap itán aven turero.
L a idea de utopía e-tá lejos, lejos de \a C scustón y por tonto lejos
ds 1a razón. L a utopía es evasión ds k historial , fuga ds 1a razón.
E1 u top ista, so ñ an . o upusic nudumrntr \a fcl1Caida(C para todos, se
siente legitim ado pera desinteresarse íra n q iiiU rem e dc los proble-
mes y ds 1os sufrim ientos ds tas que k esrán esree.

A s í, puss, s 1 pensam iento utópCoc es criticablc; y h a si. o cririca-


do p cr su pretensión, m cjo r presunción, de q ue se puede ten rr un
criterio racional para establecer un m o . d o p rrfrcto ds soc ied ad .
E sta argum en ta d ó n aríriaa constituye una uitcric r instancib h e-
clio ds que é1 pensam iento fitasófico, a1 igual qus s 1 ai^i^tífic c , se de­
sarrolla so ta e 1a base ds k que podem os üamar 1a «lógica ds 1a discor-
d íe» o «dd desacuer.o » . D r bem os ds entrada dc^<^i^t^i(r ds t o .a teoría
científica y ds toda idee fitasófica, ya que nad a ahsotato sn k ak n-
cíe y sn k fitasofk , nada h um ano ssrá fuera ds 1a crítica. por cso, sn
1es ooses h umenas es prefrribir, com o se h e dich o con razó n, k baca­
na l . e l esp í ritu crítica a k burtarbaiu ds k verdad. D cb c ser claro
que, esí aom o sn 1a cirnaia no det a n deck rerse com o ciertos o de-
fim rivcs n c 1es co n firm aciones m los dr sm entid os ds les distintas
teorías (en cuanto, por rjcm p lo, podem os eq uivocarnos en asum ir
com o b uenas o conso M a .a s . e t r rm m adas p rop osictanes-de-ob-
serva d ó n - ? utí, cuan. o declaramos una teoría filosófica com o bien
fu n dem entade , o bicn com o ao n trarCa a «trozos teóricos» aceptados
sn k época com o b uenos, ésto no rqu ívalr a un veredicto air rto m
dc Iíin itiy c , en cuanto podrían ser equivocadas — y no superar k
posterior arítk a— estas «p íczes (M M und c 3 » em pleadas en k argu-
m rn tad ó n pro o contra una teoría m etafísica cualquiera. En k m -
vestigación, tanto cicntífica com o fitanSfica, se van aceptando 1es teo­
rías que m ejor h an sop ortado tas asa k os ds ]a crítica. pero tanto sn
k ck naia com o sn 1a fi1^
c ^<^Jfía n a .a éttb exento ds 1a c rítica.

13. CUÁ NDO UNA METAFÍSICA ES «PLAUSIBLE»


Y CUANDO ES «INDECIDIBLE»

U na teoría fitasófica, propuesta com o so luatan ds un problem a, es


rad o n a l sc es ariticaWc. Sin em bargo, aonvirn r recalcar que si tas
argum entos críticos quc se fo im u k n c o n tit .as teorías sv to m as de1
arsenal de1 «am biente» cu lt u it 1 dc .a época, de1 m ism o am biente
provienen, cuando ex isten, aquellos apoyos quc, presentándose com o
««indicios más o m enos fuertes dc v erda d » ¡ a c t n paus/bícs d t tt rm i-
eadas teorías m etafistaos. A sí, por ejem plo, aunque c1 dctcrminismo
(tonto cien tífico com o filo só fico) cca h oy ¿ f í cUm cnte d t fendiM t ,
se rstá en .o cierto ci sv d ic t que «en tiem pos antiguos un ap oyo
serio de1 d t tt rm im tMn no consistía en m u c ¡o más que ee c1 ¡e c h o
dc que .os ° t bilo n ios predijeron con éxito tas eclipses de .a .uno y
Totas un eclipse de so 1; p cio cia sedu ctor y n t tu ft l — recuerdo J.
W otkrnt— consid t ror tatas h ech a s com o excepcionales y penetra­
o s d r desteltas d r un o m n ipresente sistem a de nccesiiación».107 E1
d tterm im tM o i ^<^it^i^<ó un apoyo más serio y fiueroe de .a teoría ncw to-
m ono: K an t fu t d t term m ^ t t y su O t c rm im sm o sv b asab a en .a
im agen de1 m u n a o -fctaj d c N rw to n .IC>8 E1 Mecanicismo de D eccar-
tcc sv b asab a en tas iesuload os dc .a n^<^i^<^i^tt citn c io m o dtin o. E1
posiViv /SMo h t lió cuc «ind i d nt dc verdad» e e .as co n q uistas cicntífi-
cac y e e .as rcolizocio n ts tecnológicos dc .a época. A n álogam en te,
en .os «hechos» psicológicos, so d atas y políticos encontraron su apo­
yo .as A su ntos teorías so °re c1 estado de naUuraltza. So °re « ¡cc¡os»
d ín icos o dc an tropología p resum en b asafsc aquellas imágenes d e1
¡ o m b fc que so e /ac teon ac dv F rtu d dc Ad/rr y d c j ung.
E n uno palabia, com o cscri° c C ¡ a rlcs S . P tafc d «la m etafísica; e
tnc1uso .a m ak m etafisica; se t a sa cn efecto en o °servaciones, se sva
o no consd cntes dc d i o».109 Sobre «hcahos»; so ta e teorías científicos,
soIoic conquistas m atem áticas o lógicas consolidad as y aceptadas co­
m o váUdas cn .a época. Bastr pensar cn cóm o y cn qué gran m cdido
.a gco M ctría e u d idk no y .a M ecám ca de N cw ton ¡ a n tn f1uia o so ta e
tod o un conju n to de teorías filo róficot (metafísicas, g e o s tológicas,
éticas; teológicas y tam bién políticas): .a geom etría t uclidk na ¡ a sMo
durante siglos moa^/o de ót°er, m ^ tarde .o fo e tam bi. n .a m ecánica
dr N cw ton.
E n sín tesis, .as tron os científicas so e i t c io n ttas p oiq u e so e r e n ­
tables, y so e aceptadas porque so e co n fif m t d t t , es dcd i porque po-
diían srr verdaderas p o i .o que en .a época sv puede saber al res­
pecto. Las icon os f üosóficas so e rocionotas p oiqu e soe criticoblcs, y
son en cada momento aceptadas porque son plausibles en razón de
aquellos «indicios de verdad» ^más o menos fuertes, según los casos)
disponibles en la época en el Mundo 3. La vida de las teorías filosó­
ficas es una continua lucha: lucha con otras teorías filosóficas en com­
petencia en un «ambiente» del que surgen argumentos que pueden
favorecer por un cierto tiempo a una teoría o refutar a otra, o bien eli­
m inar a más de una. Puede haber teorías que resuelven un proble­
ma, encuentran algunos apoyos en el «ambiente cultural», es decir
en el Mundo 3, y chocan con otras piezas de este ambiente. Y también
puede suceder que teorías de gran fuerza pragmática, teorías, por
ejemplo, que se supone resuelven graves problemas prácticos (ético-
políticos), ofrecen sólo aparentes indicios de verdad, pero que sin
embargo persisten en su utilidad o función política. Y también puede
ocurrir que, si se aceptan determinados presupuestos, algunas teorías
metafísicas resultan indecidibles. Nos encontramos ante uno de los
problemas clásicos de la historia de las teorías filosóficas: ¿Se puede
o no demostrar la existencia de Dios? Pues bien, es más que evidente
que, si se acepta la idea kantiana de que, por ejemplo, la categoría de
causalidad no puede tener un uso trascendente, se sigue que el proble­
ma de la existencia de Dios resulta un problema racionalmente inde-
cidible. El problema podría decidirse sólo si se lograra destruir el su­
puesto kantiano referente a la imposibilidad del uso trascendente de
la categoría de causa.

NOTAS DEL CAPÍTULO I

1. K.R. Popper, Lógica della scoperta scientifica, tr. it., Einaudi, Turín 1970, p. 14.
2 . Véase, también de K.R. Popper, La demarcazione tra scienza e metafísica (ensa­
yo escrito en enero de 1955 para el volumen The Philosophy ofR udolf Carnap, publi­
cado posteriormente 1964; reimp. como cap. II en Id., Congetture e conjutazioni, tr.
it., il Mulino, Bolonia, 1972, del que cito: p. 432): «Mi tesis, en pocas palabras, es esta.
Los repetidos intentos hechos por Rudolf Carnap para demostrar que la demarca­
ción entre ciencia y metafísica corresponde a la distinción entre sentido y no-senti-
do han fracasado. La razón es que el concepto positivista de “significado” o “sentido”
(o bien de verificabilidad, o conformabilidad inductiva, etc.,) no se presta a la conse­
cución de semejante demarcación, por la simple razón de que la metafísica, a pesar de
no ser ciencia, no por ello debe ser privada de significado.»
Descartes, Boyle); los campos de fuerzas (Faraday, Maxwell); la teoría delcampQ- uni­
ficado (Riemann, Einstein, Schródinger); la interpretacón estadística de la teoría de
los quantos (Born): son algunos ejemplos de programas de investigación metafísicos
adoptados por Popper en el Epílogo metafisico del tercer volumen del Poscritto (Ibi >pp.
169-172). Véase, sobre el tema, también K.R. Popper: a) Lógica della scoperta scien-
tifíca, cit., pp. 307-308; b) Poscritto alia lógica della scoperta scientifica, I, cit., pp.
205-209; e) La ricerca non ha fin e , cit., pp. 165-168; y pp. 184-198 — donde Popper
c o n s id e r a el d a r w in is m o c o m o u n p r o g r a m a d e in v e s t ig a c ió n m e ta fis ic o .

9 . Id., La ricerca non ha fine, cit., p. 139.


10 . Cfr. ibidem.
11 . Ibidem. Seguidamente: «Así hizo también el pobre Secretario, según se des­
prende de los borradores en que relata el incidente, añadiendo a pie de página: “Tal es
la fórmula de invitación al Club”».
12. Ibi, pp. 139-140. Véase también Id., Societa aperta, universo aperto, tr. it., Borla,
Roma 1984, pp. 49-51.
13. Id., La ricerca non ha fin e , cit., p. 140. T.E. Burke rechaza la idea de una dife­
rencia demasiado marcada entre la concepción de la filosofía sostenda por Popper y
la idea de filosofía sostenida por Wittgenstein. Cfr. T.E. Burke, The Philosophy o f
Popper, Manchester University Press, Manchester 1983, pp. 23-36. Sobre la influen­
cia no positiva que el segundo Wittgenstein habría tenido sobre los discípulos de
Popper — como Kuhn y Feyerabend— véase G. Radnitzky, Entre Wittgenstein et
Popper, Vrin, París 1987, pp. 168 ss.
14 . K.R. Popper, La ricerca non ha fine , cit., p. 140.
15. Lbidem.
16. Lbidem.
17 . Lbidem.
18. Véase. E. Edmonds - J. Eidinow, La lite di Cambridge, tr. it., Garzanti, Milán
2002.
19 . Ibi , p. 190.
20 . Ibi , p. 195.
21 . Ibi, p. 216. j
22 . Ibi, pp. 216-217.
23. Ibi , p. 218.
24 . Ibi , pp. 218-219.
25. Ibi , p. 220.
26 . Ibidem.
27 . Ibidem.
28 . Ibi , p. 221. Y en p. 224: una vez que Wittgenstein hubo abandonado la sala,
tuvo lugar un «debate explorativo» entre Popper y los alumnos de Wittgenstein: «Peter
Geach, por ejemplo, intentó pillar a Popper preguntándole si los experimentos reali­
zados por sir Henry Cavendish podían definirse con razón como ciencia. Cavendish,
famoso sobre todo por ser el descubridor del hidrógeno y de otros gases, era un inves­
tigador tan inclinado al secreto que en su casa hizo construir una segunda escalera
para r1 servicio, a ftn dc podti nvitor todo contacto. Sc dict que en su vido pronun­
ció Mteos palabras quc un monjc trapeese. Popper sostema que una ocoiía sólo puedc
definirse como cicntífict si cs faltificoblc o rstá obitrto al examen. A k pregunta dj
Gtaci¡; k fespuesta de Poppcrc fut simplcMcntc: “n °”.»
29. B. Russell; mío v 'ta snJ^lóSl^f^¿^>ti. k.;, ^ -^0^5(1 Mí1án 1962, p. 304.
30. Id.; RitrstOí a MCMoria tr. k^ Longancsi, Mík n 1958, p. 2°7.
31. V easn. ábi, p. 209.
32. /°i pp. 211-212.
33. Véase. B. RucseH, Prmzz1llr< t a E. Gcl1ncr, Poio/r e cose, tt. k^ ál Saggiatoie,
Mí1án 1961; pp. 25-27­
34. B. Ru^ sseli; Ritrattí o mcmona, cit., p. 21°.
35. 7b i p .211.
36. B. Russell; Pfcfi^¿^/:^7^íj a E. ^ U ncr, Port.t v casn, cit., p. 27.
37. K.R. Poppci, Come ío vcda 1oi11^^tofta, or. it■ , «La Cu1turo»; 4 (1976), XIV; p.
394.
38. / tó cM.
39. 7hidcM.
40. ^ idtm.
41. 7bi p. 395
42. v éasn í'bídtM.
43. I bidnm.
44. J^0 ícIcm.
45. /bidcm.
46. E. EdMondt - J. Eid1now, 7o Zt'tC d Cambridge; uit., p. 228.
47. Véasn l0í, p. 229
48. 7° ', pp. 229-230.
49. pp. 232-233.
50. 7bi p. 233­
51. 70í^
ccm.
52. Poppci, 7o ncerca mm bafíinc, uit., p. 141.
53. ^ id e m.
54. R R Popper, Cnngdíure v conj usttz ionry uit., p. 126.
55. ^ id cm.
56. 70í'cvm.
57. K.R. Popper, Come ío vrda 1af llottf^,aycin; p. 396.
58. Id., Logita ¿v/10 ccopnrta scií^nstf im; cit., p. 34&
59. W.W. Baitley, Ecolog/o ¿e//0 razionaUtá, ti. k.;, .iMtndo, Roma1990, p. 124.
60. 70i p. 156.
61. ttidem.
62. 70i, p. 157.
63. W.W. Bartlty, Tiorza logica v ¿eMarcazí'nne, en Id.; Come ¿cMarcain10ccienza
dtUa MetaíSsí*cl; tr. it■
, Boií0; Roma 1983, p. 100.
64. Cif. IC., Ectlogt de1/a razionaUtá, cit., p. 233.
6». K.R Popper, Pp-cc7tía klid /pgSca¿^Zo idop< otfa sdeniifock, III, cit., pp. 203-204
66. Ibip. 203.
67. /^¿/en.
68. w w Barcley, Eco/ogd rnzi onalitá cit., ccp. V.
69. Un» le-oñá de ectci críticas puede encontrarse en m1 trabajo: .n a /ií/op/—ieno-
log/or ¿e/ marx/imio e a^Zc psicocndlisi, Qkt» Nuoy», Rom» 1974
70. V en-e, ci re-pecto, K.R. Popper, Cloe cos? 11 dia^ttka?, en Cpngeiiure o
c»nf uiaaion-( cit., pp. 596 ss.
71. Vénse solare ecte punco Ia:, Re^/ic lo My Cnticc, en A».Vv., T b Phioosophy
pfKarl Popper, ni cub ado de PA Schilpp, Open Couii, LnSdJle (Ill) 1974, pp. 984-98».
72. Véase Ia:, M^eiiz deUa sitoncs'sma, cii., pp. 17-19.
73. S. Freud, . á n /'c v/Cá e ldpsic»ánalisi, cr. it., Murcia, M1ián 1963, p. 9».
74. E. Nagel, fr ottemi metodologid delU Ceoric psicoznaUtica, en Aa.Vv., Pu'co-
anaüsi o mrioao identifico, tr. ii:, ^ naudi' Turin 1967, p. 47.
7». B. Bettelheim, . c V/ennc¿zErnaí tr. ii:, M /rindU, M1ián 1990, pp. I»-16.
76. K.R. Popper, Lz scienza: o?;ngei-ure o ctfTmfirizziai, enIa:, Cangeíure e corrfueá-
zw- h cit:, pp. 6" - 701:
77. toi, pp. 703-704.
78. Verse. H. Gomperz, Aúrohisgraphicai RRemarks, en Pbilllooeicci S’iúdSrts, d
cuiaa(ao de D .S. ^ ^ ncon, T he Qh^ci°phrr Publishing House, Boston 19»3, p. 27.
79. K. Büh1el, .n cns/ ¿e/ZzpssCologzd, cr. 1i:, Atmandp, Roma 1978, p. I73.
80. A. Schnkz1el, SUidp>l/onzna/sló Con s- appendice (l c^rt-egg/o Schniizíer-Reik
e \° Iotlere ¿z EteW sz Schnitzfer, ed. 'i. d cúidado de L. Rdtani, Mondodoris M1ián
1990, p. 9.
81. pp: 1»-16:
—2. It i, p. - .
83. Iti, p. 16:
84. E. Fi(.edel^J1, Kúltl rgesahicbie ¿er Nouze/i, QH. Becksche, Múnich 1931, p.
1»19.
8». Iyi p. 1»21.
86. Ibi, p. 1»19.
87. p. 1»18:
ss. I^^il, p. 1»17.
89. Sobre \a sesión de k ¡ odutad pcicoandítica de Vien» en \a que F. ^ tte1
presentó cuc reflexiones sotae fo aus, vérse Th. Sad-a, f o rlíCran o1 medid do/Z^n/miz
cr. k^ Atmindo, Roma 1982, pp. 38*47. Mái de un estu&oso hn querido ver en k -
críticoa de Krauc contto e1piicoanáliiii una reacdón de venganza consumad pot ecte
contra fricz Witte1).
90. A. Janik —S. TPúlmin, .á grande V/enmc, tr. it., Garzana, Ms/án 197», p. 66.
91. K: f o n c, DeCC( e contrdddetti, ci*. ic., Addphis Msk n 1972, p. 11».
92. pp. 299' 3° ° :
- 93. p. 2" :
94. Iyi p. 300:
95. EA. von Hayck, Loggo, IrgisLazianr e /^cri^ ed. it. el cuidado de A. pet:roni
y S. Montc Braga(^i^;n, (1 Saggiatorr, Milán 1986, p. 356.
96. L. Wittgenstem, Lczioni o atnvrrssLuion- sul/éticu, l ’Esteticu, ll psíOt/lC<
dU e /l
eredsn!u relig/csa, tr. k , ACelphii MC1án 1967 p. 128.
97. Ihi p. 12°.
98. N . Muleclm, L^ wí/ Wittgrnstrin, tr. ct., Bcmpiuni, MClán 1961, p. 57.
99. Ciccrón, Dc RO^^ub/cOu, II1, 22.
100. B. Pascal, ^nskch tr. k , ^ olme MClán 1961, pp. 478-479.
101. Veese sotae e] toma R M . Harc, 1 linguuggw .c /11 nun.0, tr. it., Ubuldini,
Roma 1968.
102. L. Wittgenstem, Ticzoniui logiao-philasophkus, tr. k , Boccb, Milán-Rcmu
1954, piop. 6.52.
103. V éanse sotar ol toma: H. Kc1sen, Lincenenti . i doUrmepure do1diIitto, tr.
it., Emau d T lIln 1962; N . Bcbbic, GíusnkuniZcpn< r ¿positivismo g u rd /Co, Ccmu-
nCtá, MClán 1965; U. Scaapelli, í7íc íím/ísnlt gíudOo, Ccmumta, MClán 1965.
104. Ve^ ese Poppcr, Uíopiu e yí0léniu, s - M.;, Conge/íurr oeonf tuzwni, cin; nurva
ed. 2000, p. 612.
105. Veibsr Popper, Tcoriu ruz/onu^ dr/7u tirudizionc, en M., Ccngetn io e ^<^/nü^ra"
zz'om', cit^ p. 222.
106. Cfi. M.;, Murria M ío Itoricismo, cit., pp. 77*79.
107. j. Watkíns, Ticnggí su «scienzu» o «mstufiseca» tr. it., BoIla, R°ma 1983, p.
23.
108. Cfr. K.R. Popprr, Le eníí'eu krantiunu oll cosmología, en M., Congon/re e ^t--
futazicrn, ain, p. 306 ss.
109. Ch.S. Peiicc, CallOdsd PupeIp u1 cuidado ds Ch. HarIshomc y p. Weiss, H li-
vard UmyeIsite Press, Cambridge Mass. 1965, 6.2.
Goptu/occgundn
C ó m ° o r i e n t a r s e e n . a t ' t i i t d c n a d 'n
c n t r c c 1 i m p c i i o d e .a s v e r d a d e s a n a l í t i c a s

y c l Í M p tiá n d c .o s e n u e d a d o s si e t . o 'c o s

I. LOS NEOPOSITIV ISTAS TRATARON DE LIQUIDAR


LA METAFÍSICA A BASE DE IMPROPERIOS

L ° s eeo p o sitivistos no sv c o n ttn toron con dncif que .a mntafísica vs


no-em pírico. N o l^uscaron un eficaz criterio dr dcm arca d ó n ende
c1nn cia y M etafísica; sino que más H t n o r t lio n por .a m trgin a d ó n
y n1 aniqu ilam iento dc .a m etofísica, c o e d resulta^ afirmo Poppei,
dn que in t^nntt i nn «d im in t r .a M eotfís1ca culm én dolt dc im p iop c-
rioS).0 D^esde .os pilm ci-ot añ os T il i nto, Po p p tr com p rendió d a it -
m cntc quc .os enunciados m etafísicos so e sig n ificantes, que algu ­
nas m etafísk as ¡o n dc estím u lo o .a d cncia, consid crando
adCM^ás que «ni dcscuboim icn to d cn tífico no vs posible sie .a fe cn
idcas que ricn tn u e a n a tu rtk za ru i0 M tn tt esj^i^í^i^l^i^tiiva y que al­
g una vcz so e rn d uso mác Mcn ne^ k osas».2"
l ° cua1 perm ite com prender có m o semejan te enfoque d r .a m c-
tofísica ¿escon certó a .os fiJtótofos ¿ e 1 O i c d o d r v ic n t. C ain a p , cn
1a recensión que ded^ a L o g ’k der Forschung cn E rktnnMí’s, decSa
que cn n1 1i0í° dr Popper «K t nt no es tratado tan negativam ente [co­
m o 1os convcn cionaHttas y .os em piristas] v rn d uso .a Metafiísíca saín
bit n parada».Y análogam ente N t u r tth, tam bi. n cn E ikennte íó ¿cs-
tocó q ue «Popp c i se com p orto e e ¿ c finiriv t más am istosam ente
resp ecto a K ont y o otros m etafísicos que respecto al grupo d r presa-
d ores que . 1 [m] ¿ e fin t com o “los positivistas” ».4 po i cu p a ite, Q G .
H cM p tl o0sefva : «[Popper] ¡ a puesto claram cntc r e t v id t n d a que
ciertas características de su enfoque son comunes al de los pensado­
res que se inclinan por la metafísica».5
Pero estas críticas no desanimaron a Popper, quien «a partir de co­
mienzos de 1949, si no antes», empleó en sus lecciones la expresión
«programa de investigación metafísico».6 Esta expresión — añadía
Popper— «no apareció en [mis] escritos publicados antes de 1968,
aunque era el tema principal del último capítulo del PostScript (en
pruebas ajustadas desde 1957). Yo puse el PostScript a disposición
de mis colegas, y el profesor Lakatos reconoce que los que él llama
“programas de investigación científicos” están en la tradición de los
que yo entonces describía como “programas de investigación meta-
físicos” (“metafísicos” porque “no-falsificables”).» Y precisamente
en línea con las ideas del PostScript publica Popper en 1958 el ensa­
yo sobre E l estatus de la ciencia y de la metafísica,7 donde se afronta
sin medias tintas el problema de la criticabilidad, y por tanto de la
racionalidad, de las teorías metafísicas empíricamente irrefutables.
Después de Popper, y siguiendo sus huellas, las relaciones entre
teorías científicas e ideas metafísicas han sido objeto de indagación
sobre todo de aquella epistemología orientada históricamente que
ha sido desarrollada, entre otros, por Thomas S. Kuhn,8Imre Laka­
tos,9 y P.K. Feyerabend10 y Larry Laudam.11 En todo caso, sin embar­
go, quienes con mayor ahínco han afrontado el problema de la racio­
nalidad y de los criterios objetivos de selección y elección de las
teorías metafísicas son: Joseph Agassi, W illiam W. Bartley y John
Watkins.

2. «EXPERIMENTA CRUCIS» PARA LAS TEORÍAS METAFÍSICAS

«Mi interés por la física tiene su origen en un interés muy anterior


por la metafísica [..] En los primeros años de universidad solía yo
enfadarme por la hostilidad hacia la metafísica que manifestaban
mis profesores de física; mi concepción actual es, en cierto modo,
la contraria a la suya. Ellos se mofaban de toda la metafísica como
física del pasado; pero yo ensalzo alguna metafísica como física del
futuro.»12 Son palabras de Joseph Agassi en su ensayo The Nature
ofScientific Problems and their Roots in Metaphysics, donde añade que
«aquellos problemas científicos que tienen relación con problemas
metafíisicos de la época» revisten el mayor interés, en el sentido de
que «se buscan aquellos resultados científicos que pudieran arrojar
alguna luz sobre cuestiones metafísicas corrientes o actuales».13
El núcleo de la posición de Agassi sobre las relaciones entre teo­
rías científicas y teorías metafísicas y sobre los criterios de valoración
de estas últimas es el siguiente: «Las teorías metafísicas son concep­
ciones de la naturaleza de las cosas (así como la teoría de Faraday del
universo como un campo de fuerzas). Las teorías y los hechos cien­
tíficos pueden interpretarse en diferentes perspectivas metafísicas.
Por ejemplo, la teoría de N ewton de la gravitación como acción a
distancia fue interpretada por Faraday como una aproximación a
una (futura) teoría de campo gravitacional. Una interpretación pue­
de desarrollarse en teoría científica (como en el caso de la teoría de
campo gravitacional de Einstein) y la nueva teoría científica puede
ser difícil de interpretar desde una perspectiva metafísica competi­
tiva. Las doctrinas metafísicas no suelen ser criticables como lo son
las teorías científicas; no suele haber refutación alguna, y por tanto
ningún experimento crucial en metafísica. Sin embargo, algo se­
mejante a una experimento crucial puede tener lugar en un proce­
dimiento del género. Dos visiones metafísicas diferentes pueden
ofrecer dos interpretaciones distintas de un conjunto de hechos co­
nocidos. Cada una de estas interpretaciones se desarrolla en una teo­
ría científica y una de las dos teorías científicas fracasa ante un expe­
rimento crucial. La metafísica que está detrás de la teoría científica
derrotada pierde su poder interpretativo y por tanto se abandona.
Tal es, pues, el modo en que algunos problemas científicos son rele­
vantes para la metafísica; y por lo general es la clase de los proble­
mas científicos que manifiesta esta relevancia la que se elige para ser
estudiada.»14
«Rehabilitar la metafísica como marco para la ciencia»15 — tal es
el compromiso de Agassil Una metafísica como marco para la cien­
cia se percibe claramente, por ejemplo, en Descartes.16 Y cuando
Agassi habla de metafísica piensa en el uso tradicional del término:
«Las doctrinas metafísicas hay que encontrarlas, en primer lugar y
dice B artley, y no sólo k i científicas l ino comMén k i filosóficos,
igual que k - teorías de \a lo d onaHdad y k dem arcación, son, «tanto
pnin m í com o para Popper, conjeturas (guerra—) e-perayle- pero no
necesariam ente “estaciones en e1 com ino de k Verd nd ” ».32 Y una de
/ki m uchas coica que o\ fUócofo puede h acer «co n-i-te en exp lorar
io- m odos en que oiic- teorías, eiid i conjeturas, pueden -er so m e­
tidas a k crítica m á- rigurosa sin otatacuHzat \n creacividod necesn-
rsa para p ropon er conjeturas nuevas en cu 1ugar».33
H echas ectni co n sid eracio n es, Borciey pasn d sostener concia
Popper que k •ttefu tabiHdad de una teoría no e- un w d o. «Yo — es­
crit a Bortley — quisiera exp licar y recalcar o-ic iden notando que
en muchios concextoi teorías em píricam ente irrefutables -o n alta­
m ente deceáWei — m 11 deaeáh1ea aún que k - pruebaa em píricas. S/
nuestro objetivo e- moxim izar \a crírica a k s concepciones existen ­
te—, e- cusi a n d idmente más im p o rtante tener una d erca teoría o ex -
plicod ó n alternativa, cien tífico o no, que contradk e ( c o f í O — /di
ex p licaciones corriente; y mac d ifíciies de k cuestión d exp licar que
tener \o que pnrece cer uno reíutad ó n em pítica o un contra-ejem plo
de \a teoría en auge.»34 Semeíante concepción, nñnde Bartley, e- k po-
ci d óm entre otros, de Agassi y de Feyerabend, pnrn quien un huen
emp i rístz ou, emite oiin- co-k-, el m ventor de unn nuevc meíc fU ’cc no
d nox<t con ^ o^ í ervnoíone.c de 11 vs’e/c irooí a : Todo esto, sin em y ar-
go, no sig n ifica que, dondequiera que una nueva m etafísk a choque
con una teoría cien tífica, ¿ i 0! cer ecta la que tenga que cedeo*36 En
c rio ¿e cales con flictos, o y -erva B artiey, e- d ifíc(S que pueda estable­
cerse una regla general de decisión: «pero -i e1 objetivo marc»d o es
m axim izar k criricobÜidad, enton eles -e ¿ e t a t ía perm itir, com o regla
práccica, que una nueva teoría rigurosam ente proboda y con un alto
co n ten ido deta r ía generalm ente derogar un viejo y m u y elab orado
marco m etafíiico en conf icto con el k , pero que a una vieja teoría cien­
tífico alcamence probada no debería perm itírsele ota taculizor \a seria'
concid erad ó n ¿e uno nueva, aunque no d.e i;^]^i^<^llad a, m et f fíok á».37 -
En codo cn-o, Bartley opino que arg um en taciones com o iái ¿e
Agnssi y Feyerabrend cpin csden con cu ld ea ¿e que «cons'iderar iái
teorícs m etafísicas en el m q o r ¿e \os oc-o- com o m al necesario, cuya
itieíutabÜidad e- un v id o , dignifico ted ucir mác Wen que aum entar
la crítica, y reducirla desalentando la invención de tales teorías, y
eliminando aquellas vagas teorías antes de que se hayan desarrolla­
do en sus detalles suficientes para ilustrar su poder, o la falta del mis­
mo».38 Por consiguiente, la cuestión de si una teoría es irrefutable
o no científica no contribuye y es irrelevante respecto a la cuestión
de su deseabilidad, aceptabilidad, legitimidad e interés.39 Esto es pre­
cisamente lo que Bartley pretende decir cuando afirma que la demar­
cación de Popper no es tan importante. Popper, con su criterio de
demarcación, quiso «definir los conceptos de “ciencia empírica” y
de “metafísica” de tal modo que luego pudiera decir si estudiar más
de cerca un determinado sistema de enunciados es o no pertinente
a la ciencia empírica».40 Pues bien, aponiéndose a esta concepción,
Bartley observa: «Si mi argumentación es correcta, el estudio más
atento de un sistema de proposiciones que claramente no es falsi-
ficable, puede ser de interés para la ciencia empírica y de grande e
importante interés para los científicos empíricos en su labor de críti­
ca de alguna doctrina en auge en la ciencia empírica. Por consi­
guiente, el criterio de falsificabilidad no nos informa de si un deter­
minado sistema de proposiciones merece el estudio más a fondo de
la ciencia empírica. La descripción que Popper hace del ámbito de
interés de los científicos es simplemente errónea.»41
En síntesis: «Popper sugirió a los positivistas que el problema no
reside en la demarcación de lo significante respecto a lo no significan­
te. Y yo — dice Bartley— sugiero a Popper que el problema no está
en la demarcación de lo científico respecto a lo no científico, sino en
la demarcación de lo racional respecto a lo irracional, de lo crítico res­
pecto a lo no-crítico.»42

5. LA «JUSTIFIC ACIÓN» NO EQUIVALE A LA «CRÍTICA»

Partiendo de la filosofía política de Popper, W illiam Bartley llega a


su racionalismo pancrítico. Si la pregunta de la filosofía política tra­
dicional: «¿quién debe mandar?» exige respuestas autoritarias del
tipo: el pueblo, el proletariado, el rey, el dictador; la pregunta «¿cómo
podemos organizar lo mejor posible nuestras instituciones políticas
d t m odo quc podamos A erarnos dc k>c motas gooem antes o, al m ceos,
ÜM k t r al m áxim o .os ¿arios quc pueden p roduci??» vs capaz d r C1-
solver — t f iiM t Bortlty— .a estructura autoritario d r .o fitasofía
p olítica.4” Y csto poiquen e e .a pregunta ací i t forM u1o d i por Popper
«está im p l íc it o d i t c o n o d m it nto ¿ r que eo hoy rm ah o lutn algo o»/
como cl M j ’ffl- tipo ¿c autorida d política c«prcM i válido p a ra toabas las
sztuLcí’nnct, sino que toda ou to rMod — k de1 pueblo, ¿ d rey, ¿ e 1
dk tad o i— puede degenerar en un m ol g o b iern o» 44 Y ¡ r aq uí quc
.o que vata para .a fitatofía r n lític l, Bortlty sostiene quc valga dn
un m odo aún mks sign ificativo para .a fitat ofía cn general.
La rcaKdad vs que trac íc íó n í/Oóóí?cL ocddentalpresenta uno
estructura autoritaria, á‘nc/u»n rm susfOiM tt m0» Ufornkó» vs «histo­
rio dr .a rebeUón dr uea t utoridod contra otra outoridod y de1 conftc-
to entre auto i^ idc» rivaks».45 En resumen, se ¡ a 'do cn °usca dr
uea autoridad raciona1 cada vnz mks taiisfaccoria, dondo poi ¡ c c ¡ o
que d i nterior candidoto al papel dn t utorrát d i t d onal no rstat a
en condtatantt dr mantenerse. D c nttn m odo, «la Iglesia tcm a que
ser susskrndo por .o tntu1c1ón m td tctuol, .a m tmctan m td tctuol
por .a experiencia sensorial; .a cxpcricncit sensorial p oi un dctcrm i-
nado sistema lingüís tico, rou■»;46 poique todas nttat filosofí as ton
ictpuctoat a .a pregunta: «¿cómo podemos justificar nuestras crecn-
d ac?», ^ ejjunta que exige rm tocín cito uno rrtp urtto autoritaria, al
m tigcn dr .o que tsta pueda cvr: .a r1 .Mc r .a d acr social; .a
noción, n1 adivino, .a polabra dr D io», r 1 m td ccto o .a experiencia
^ n ^ ri a047 pero no vs — cscri°c Bortlty — cn qué gran m t-
d'd0 vt fódl constatar que «todas .ac autoridades intelectuales pro­
puestas tv ¡o n rev d ado r e ¿ t fi nirivo tonto mtríns ccaM cntc kHMtt
como epistemológicamente m sufid en res».48 Tal vs .a te»'» fiu^ o-
Ment^l dr Baftley:«La» fiueetes m k lta k » ¿e1 cono d m it nto y dr .a
^ to r idod i ntd cctual son ote poco alcaezaMes como k c t utorido-
dvc político» m foUbkt.» l ° m'/mo que cn político, cn r1 mundo dn
.a0 teorías «eada puede cer í u/tificoCo; todo puede cvr criticado».49
E n esencia, m ^ que postular auto ridadcs mtelcctuales m ft HMt ó .que
justifiquen y garanticen nuestros asertos, podem os tom ar o tio ca­
Mino: «tia tt r d r construir un progrom o fitasófico para co n tristar y
neu tralizar .os errores m od cctuolet»»?1 \a j ustificación e o equivale a
k crítica y, ofiim o Bartley, «el cam bio ¿e perspectiva de k justiflco-
ción »ui^i^i^it»J^i^:t c k crítico representa una gem i na m novod ó n cuya
im portancia nunca -e subrayará y assante».51 Por todo ello, «una p o ii-
ció n puede sin más ser sostenida !»cio n d m ente sin necesid ad algu ­
na de tener que justificarla — siempre que no so¿a s'nm ln» a Las crítica
y —«pere /os controles más rigurosos.»? E 11ntenco de justificario todo
o tc H en ¿e criticarlo codo por m edio de k justificación, es ¿ e c ir
y a ián<aose en cu -upue-to f im i k n m tú n i'nc°ncusfsl/n de una outori-
dad, no puede m enos de co n ducir a un regreso nd ín fo n ítln o cl dog­
m atismo .53 Resultndo que evica el. racionaÜsmo pancrítico, yn que una
vez que se hn abandonado e1 ptogtam a d » fn nc k n m t»r y jm tíf i cdr
nue-trac ceorín-, se tendrá que adm itir que octcs ceoríos no podrán -i-
qúl»la -er refutadas ¿e un m odo ¿ e d sivo y úlcsmp: «toda ceoría, en
eíecto , sólo podrá -er r»fúcada en relad ó n con nuestra »cepea d ó n ¿e
argu mentos crít^'^t^os incompatibles con k m ism a»;54 pero esto nos dlce
que «(debem os siem pre ectnr dispuestos a exam inar \os argum entos
y ta- m stm m entos críticos que hem os aceptado, c l o m»ter1o l a uk e-
rtares crit»rios y a considerar 1» eventuaHdod ¿e un posible rechizo
de tas m ismos. P ero esta no ( fo te dificultad á ig ln c d^nito de nuestro en­
fo q u e. L a propensión a consi ^ r ar en p tin cipio sú-<^(^l^tihi^
e- de revi­
sión tam bién aquellos concepto) de cuya v»rdad estamos m 1—segu­
ros es parte integrante de1 espíritu de1 i c d o n d ismo pcncrítico.»55

6: DO^'TI^IN.A DEL «UNIVERSO MISTERIOSO»

Ex lsce una am plio serie de ideas extrad e n tífic k que han 1n fil ia s
significativam ente en e1 desaaroüo de k ciencia — ¿deac que figuran
so y re codo en la M i to río de \a fi/p io]fía o que h an actuado en e1 troi-
fondo m tek ctuol ¿e indagaciones de k csenci» social, de k h ii tori»
y de \n psicología. E sto ^¡^c^rii^í;J. w »tkin en -u céleb re ensayo de 1 9»7
titulado Qpnf rmdhlecn d n ff l onntla lM atpphysics. ^ X com o ejemplos
¿e ostcs Sdeas extrad en tífica; significativam ente influyentes w »ckin i
aduce: e\ determirnsmo (y doctrinos áfine-),57 e1 m ecanicismOí58 doc­
trinos n p n ori de k consiovvd ó n ,r9 concepciones de cam]:>e ,6o ide1 '
m etafístaas conexa- con \a pcicotagía.?1 So trata de ieor/cs metcf i ciccs
(y p cr tanto a pri'on, poro no lógicam rntr, nscosarius) que W l tk:ms
llamu «doctricgnad d o u i Yerso m isterioso», k s cuales ticncn i u :^r^-i(ii-
ca d ó n ta n to universal com o rx istencial: «paru todos tas motetas exis­
te un «'orto ácido que 1os d isuehe» (sn fórm ula: «todos-y-algunos»»
y que h an sn ín tim e co nex ión con o1 pensam iento
científico . N o siempre, o bv ia m rn tr, teorías m rtafístaas h un ay uda­
do u 1a formación do teorías cicntíficas sn cuanto, por cjcm plo, «une
doctrina-m otafís'ca puede t a t a r stao m v r n ta .a com o una justifica­
ción post hoc para un cuerpo ya existen te ds teoríes cirn tíiiic^as^^^1^2
poro, sn todo caso , W utkíns declaia que osrá ssguro do que «también
sn k dirección opueste se ha rj r rcido alguna m flur n c k ».6 Y preci­
sa: «Y opino, bdsm bt , que, m 'r n tras o- prnsam isnto cicntíficc ha
m flui. o sn la m etafís'ca so ta e tod o d urantr 1os períodos do conso-
Hdución do 1a ciencia, k s idsus m stafístaas h an Cn ill iCo soláis 1a es­
peculación aicntífiau solare tod o duruntr 1os períodos ds cam bio y
do tonitan do 1a cie n c 'a .A quien haya r studiado 1a cirn-
tífiaa . s 1 siglo XVII no puede m onosd r h ^ r rlr im presionado o1 papsl
que sn él dessm peñó un grupo (alurfor) do doatrínas m rtafístaas,
com o ol dete r n inism o, c1 m rcunicismo, 1us doctrinas sohre 1e conser­
vación . e 1 momrntum, \u sim plicidad, o1 o r .e n y 1a estructura m a-
trm ática ds 1a naturaleza.»64 E s Agassi, a .m 't r W utkins, quicn nos
m formu d o que «Faraday consíderaa a rxp líciíam rntr su concep ción
do cam po anti-m ecarnásta com o una especulación cxtracien-ífica
q us ubrió un nuevo ám b ito ds posibilidades peia k construcción
tróríca [...]. A quí, com o sn o1 siglo XVII, una doatrina m etafísica ofic-
cta un program a rcvo tacionario p eie 1a iu íura rroríza d ó n científica
r k s b ir n que una justificación conservactara do tas resu ltados cien­
tíficos pasudos.»65

7. IDEAS METAFÍSICAS ENTRE EL REINO DE LAS VERDADES


ANALÍTICAS Y EL REINÓ DE LOS ENUNCIADOS SINTETICOS

Sin . u 1 1 , cstus idous m rtafístaas «influyentes» no transm iten m ucha


in form ación; constituyen esbozos ds programas do investig ación:
«representen m o .o s ds ver o1 m u n .c qus, a su voz, sugieren m odos
dr exp lorad o ».»6 Y precistM en te con d fin d r un razonable encuo-
d ram 't n to dn .o i d od ó n o de1 nexo entre teorías cit n ríficot c idcas
m etofís'cos. W i tk int propone, defiende y ord cu10, contio .a dk oto-
m /l «anah'stao-sm t. tico» dr .o» cm p irittts, cu tn cotom/i , cn razón
d r .a cua1 cn tie d i t ino d r k c verdades t e a líricas y n1 ¿ r .os t n un-
cíados sin t .ricos r»tá .a rit i ra d r n a d 't d r .a» d o ctrino» ¿ e 1 u m vtr-
co m isterioso. E soas d o ctrino» ¿ e 1 u n iverso m 'stcrioto «son ¿ n ctri-
nas factua1es que cs rán mks al1á ¿ d ám b itn d r .a prueba cm pírico,
ej ercee u e t in flu cnd a icg u ladoia tonto so ta e tac teorías em píricas
com o so °re !ac concep ciones políticos y m o raleS; y gozan d r un esta­
tus privilegiado c influ y e n te Y dn ¡ c c ¡ o so e ap ropiados para t em a
com o p rincipio» oratniztdoIC s e e d cen tro d r un sistem a cuyas
partes tienen una i fim c t c recíproca por d ¡ e c ¡ o d r quc todas cl k s
csráe bojo .a m ism o in flu cn d a ccn traL H t aquí un cjtm p lo: .o que
in formo c integra .ac heterogéneas idcas dn San A gu stín o dr Bossuco,
o ° it n de C ondoiuct, dr ^ i ^ d r C om tc o d r M trx et cn cada uno
dn .os cacoc una típico concep d ón dr .a ¡ i/ torio que ¿a formo a cada
una d r tu t correspondientes in tcrpretacionct d r .os hechos ¡ i i tóri-
coc y sug ir ir un d ctcrm in id o tipo d r perspectiva m oro1. E n una pa-
1obra; m ' propuesta cs que m i tricotom ía puedc exp licar .o que no
puede ser exp licado por .a ¿ ic o to m ít dd em piristo lógico, cs decir
quc k c ¿istm tas y típicas co eccp cioecs ¿ e 1 m undo ¡o n tenido .a tcn-
¿ e e c'o o asociarte íntim am ente con visiones político-mioiales típicas.
La subjetividad dr .as doctrino» ¿e1 universo m 'ttcrioso mdk o que
d eitos grandes conflictos dn creeed as r e .a ncfera rn llticn-Mora1 eo
tk n tn por qué tener su origen cn principios m orales o en hechos o°-
servaMcs. puedee cnr guiado» por intt r r rttod ontt metafísk a» ¿e1
umveiso cn conflicto. Si to1 es n1 caso, r1 fitósofo puedc desempeñar
un d crtn papel cn ayudar a recomponer d conflicto.»67
Los ecopositivistas, y m ^ cn general tas cm piristas lógicos, equi­
pados con .a dicotomía «an d tóaox sm té tico», sostienen que concep­
tos, teorías y problemas fita»ófico» no cmpíiicos carccen dr
y soe perplejidades lingüísticos, y que toda .a fitatofía c1ásica; cuan-
¿o eo es auténtico an ^ sis lingüístico, se reduce sustancMmcntc a
atascos lingüíssitc».68 C ieftamente; admke Watkins, existan t a c
ck dos monstruosos» dr .os fitasofos como «cl tiempo es irrca1»; «cl
mw i m tento es imposible», «lc m atrrio no existe». Pero es sorpren­
dente — y aleleté»e7— que 1os emplristas no se hayan dado cuenta de
que exi' ten otras e importantes teorías metnfísk ns no tan clamoroca-
m»nt» contrarias ni sentido com iin y, ndemás, acelptadas por (y que
mfily » n -ohre) agudos fitósofos, flsk os, historiadoies y científicos
' o d d e'.69 Y e1 ¿ato ¿e que algunas metafísk ai han onticipodo teo­
rías científicas no encaja, ¿ k e W attan— en 1a idea empiricca según
1a cúá1 1d- metafisk as ^<^rínn cim pirm rnie resultado ¿e confiask nes
iingüíscicca,-0 ¿e «un 1»ngúaj» que e irá de vacaciones». L as metofí-
-iod- -on codo \o contrario a «atc-coc 1•^e^t;üíst^c;os». «L o- mundos de
Platón, Aristótele s Agustín. Tomás, De-cnrte-, H o bb»c. Spinoza,
Leibniz, Berkeley, Hegel tienen cndn uno de eüo- un saibor d1feien-
ce. Pero está im presión d» concepciones de1 mundo qú» entran »n
col/s^jión debería seguramente -er una Uú itón s k - fitósofoc ck -ico-
se Hm iteton [como pirtrndrn \os empiristac] d recom»nd»r usos pe-
Cú1iares d.e palabras. M ientras que esa impresión se explica fócÜmen-
ce -i 1o- fi]^ócofoc ven o1 mundo m isterioso ¿e maneras A f erente s.A
pecnr de cu no felsifica M idad , iái doctrinas de1 umverco m 1cterio-
so son enunciados factua\es. Púeden ser nrgndn- sin contxodiccicSm
pueden entrar en confHcto con teoría- empíricos, y rsrán abie icas
cl a ^ stio n ^ ie n to . Pero [...] estc última característica no dey e Urvar-
no- a considerar\os em píricas.»71

8. CRÍTICA Y VALORACIÓN DE LAS DOCTRINAS


DEL UNIVERSO MISTERIOSO

A sí, pú»s, 1os enunck d o i mecafísk o i a p i s p i (independientes de


1n ex p erien cia en cúando fectuolm ente no m fo^ fk aM»)' y no n»c»-
-arioc (no necesarios ló gicam en te , en cuanto no i» u i°in g ico c) se
en cu en tran — com o ya scbem o7— en k i 1»!!» de nad1e em re e1 sm -
perio k r ah'tico y e1 im perio sin tético. Y entonces -urge e11nev ii »bie
problem a: ¿C ó m o valorar racionalm ente estos en u n ck dos sin m o-
rndn ectcMe? ¿C ó m o valorar fetos que, sin dsrecd ón fijo, sobrepa­
sen in n n a k'cs'ca y 1a \ontrolábilidad y p o t canco no pueden ded d i 1-
se c travé- de \o- procedim ientos cien tíficos rn -er dliue\tos p o i e1
procedim iento an alítico? En otros térm inos, «si no hay n ' un pro­
ced im ien to cm p írico n ' un proced im ien to analítico pere estable­
cer 1a ve^ a1 o ie ^ sed ed. do /us do círm us . e 1 universo m isterioso,
¿có m o pueden ostus teoríes sor racio n alm ente criticadas y valorad as
(as.erssedO?»72 L as idsas, com o 1os gobiernos — respondo W atkins— ,
delaen m antenerse bajo con tro1, y s' es cirrto que «le d aso do k s doc-
rrinas del u n iverso m 'strrioso co n ú cnc elem en tos desacreditados,
no por s üo podem os rechazar k ct a o sntsre. por una partas, sus m 'cm -
hros son prim os y n'etos lógicos ds rospotehles asertos em píricos,
y, por otra, algunos do oHos so h an rey d ad o bi í11antcm ^i^i^e fecu n­
d os. OpCnc que 1a a 'rn cia tr ó rica se estancaríe s' 1os cien tíficos üc-
garan u m 'iur ul m u n .c com o un lugar cerente ds m 'strrios do n dr
nada es enigm ático y íGdG es com o puroce».73
Si toda h ip ótesis científica csd so m rtida el eseilio , ina1uso 1e m e­
jo r a cn fiim a .u , resulta aún n k s pluusiible k ídee ds qur una d o ctri­
na m etafísica dehe m antenerse con i aurek.'74 E s claro que co n v 'rn r
m ícnrar una y otra voz «h ecer controlad os /us teorías dd m u n .c m 's-
tsríoso, dbndo1es m ^ contcnid c y mayor p recisión»,75 com o rembién
es necesario fij arse sn o1 hecho do qus, si os d r rto qus tooríes aonrro-
k W ss y ao n fir n ^ad as .e r 'v ^a . ^
as do una m rtufís'ca proporcionan ar-
gu m rn tcs sólM os para apoy ar esa m etbfísíca, no dehem os sin em ­
bargo olvidar que o1 m 'sm o grupo do tso ríes cicntíficas aGnfirm cC.as
pueden tcnrr n k s d e una cxpfiaación m etafís'ca y qus una m r tafísi-
cu que va b 'c n, por ejem plo, para k /Ísícc puede no sor ap ropiada
pera k biología (o para una idee an tropológica, p iénsese sn o1 deter-
m 'm sm o . o K anr, que choca con su concepción . e 1 hom bre). En
o1 fo ndo, W utH ns no piensa que ex iste un solu ariícric, com o p c i
ejem plo k a cn form Cdud con k a'rn aiu existente, para valorar una
d o ctrina m etafísica. «L e con form idad con k cirn c ia existente os un
factor fayorable [paia una motafísic a l, pero ssto factor puede sor su­
perado sn valo r por una vulo rad ó n pragm ática do k posible m fll e n-
c'e ds /e doatrm u m etafísica so ta e 1a c'rn a ia futu ru. Y, adsm bs, ssrán
sus relaciones con k psicología, 1a h isíGrCa, la d rn cia sociel, 1u m ora1
y k pol/rica, que hay que exp lo rar sistem áticam ente y superar sn su
conjunto. C uundo tenem os ante nosotros una . e fense cohsrents do
una d o ctrina del universo m istrrioso, su cn t'ca resulta nrás fad l [„ -]
aunque vctac doct ri no» eo pueden scr demostrao s rn refutada», sí
pueden cnr criticado y vataradas .»76
E n sín tcs^ : 1p .a cU sica ¿ k o toM Ío cM p iiisto «ana1íí ico»-«sin ré-
t'co» et »uper-sim p lificodora c m fccundo; 2) es un t rror m tt i r r t -
tai un ju icio a p riori como verdadero eececóoiaMentc-, 3 ) un juicio o
p i iO i puede cvr ttM fo. n aquel que, t un e o sicn d o e cce sai i am entc
(vt deoár, lógicaM entc ) ve idaderO; es independiente dc U cxpcricn-
cii ; cs ¿ c cii k i t fo toMt por .os hechos cm píricos; 4 ) ju icio» m m f í -
sicos (dt term im »Mo, m ecam cism o, teorías d r .a conservación, etc.)
so e juicios cz p riori cn el sentido dr snr írcffu czOteC; cs ¿c ci f rnd t-
p c - íCicntes dr .a experiencia, y por tonto, cn cctn sentido, z priori-,
5) .a dicotom ía «anah/tico»-<-sinrOrico» es sustituy a por .a fecunda
w'co rom ít «ana1ítico»-«sSótétrcu»-«-uiciol fecouak » metofísk os h rt-
í:utaolct, positivoMcntc encausables, ñ iefotablc» y evenm diren te
cn coUstón con teorías fetaificoMe»»; 6 ) cctoc juicios pueden expie-
cartc cn .a formo lógica «todos y algunos»; 7 ) pueden recibir m tt0- -
c'as co n fiim o Mes; 8) e o pueden snr falsificad o i p o i .o^s «hechos»; 9)
no pueden t n tror en constón con ocoríac refutables; 10) pueden te­
ner una í unció n reguladora soloir .a d cncia cn cuanto, pudicndo ee-
!i t i e e constón con d cito» tipos d r h ip ó tesis f t ltificablcs, p roh íben
.a con ttrucctón de sem ejantes lnyrc; 11? son reguladores ti m ° ién e e
c1 ám bito dn .a morol y dr .a político, cn n1 sentido dr que hm iton .a1
concepcioets m orales y políticos dc1 h o m °rc quc contem pla n1 m un-
¿ o o wavés dn eüos; 1 2 ) .os jul^ci^oi M etafísk o» no so e dem ostraM ^
rn refuoable»; pero so e criticaMts (aunque no a través d r un úrnco
criterio) y voloraMes.

NOTAS DEL CAPÍTULO 2

1. K.R. Poppei; Lógica dtlh ccapcroa scicntif Lcz; cit., p. 19.


2. 10ÍdvM.
3. R. Caintp; Recei-s(oee a .a Lógico dej descuuoimicnto cicntífáco de K.R. Pvppei;
E k nnnOníó 5 (1935), pp. 293-294.
4. O. Ncurtth, Rrc. a Pvppei; . ^ tnnfní's, 5 (1935), pp. 356-354.
(. C .G. Hcmpcl, Rec. a Pcppci, ^ut^sche L/tctrituizn/iung, 1937, pp. 309-314.
6. K.R. Pvppei; Lo r/cerco non ¡ o í- d cit., p. 241, nota 242.
e1 contenido empírico de 1n- idees que constituyen e1 centro de k dSscuiión y que
cok s alternorivas son má- Mrn «paites necesarias» de\ proceso d» fidcificodón. E1 buen
empiiicta, escrita cabk mente Fryerabend en H ow io Ee a Good E n p iiiclsi, «no se
contentará con k teoría que eitá en e1 centro de k ^t^j^«^i'ón y d» aquellos controles
que pueden hncei-e de manera directa. c onsd ent» d» que k crítica m1—fund»mrn-
cal y m1—general es k crítk a r»d]iza<aa c cicvé- d» \a ayuda d» altem otivos, tratam de
mventai cd es alternarivoc. Níatura1mente, es impocible ptoducit mmrdk tamentr una
troria que sec formalmente comparable con k concepción más acreditad» y que
conduzca a cus igualmente numerosas predicciones. Su piim rr pn-o cera pot tanto k
f0lm lkción de ce-1- totalmente generales que todavk no »stán directamente conec-
cndns con ie- oys»rvacion»s; esto ^igjnific» que -u ptimet peso -»rá \a mvrndíSn de
una nueva metcfísk c» (ll i, p. 3 7 ). Tsorías que se com i eran conioUdadai se yá-cn
en b»a/mc comprobados. Pero ta- hechos no están nunca selenrados de alguna teoría.
Poi coniigulent», -i -e quiere aumentar e1 poder de k crítica, se precisarán clternati-
vcc odpnc»s de tiotor «d» un modo nuevo y corso tom^ n m1- ddicüado» \o qu» gen»-
id mente so cid» y que ostá «k tcm»nc» confirmado». «N o solo \n descripción de onda
hed io porticuior d»p»nd» de alguna teoría (la cual podría, obviamente, -er muy difr-
r»nt» de k teoría qu» d»h» -»r verificodaXpeio i c n 0/» , dvi'-idn ^ chos que no p ueden
manflsiar-» c no se* con cyúdc de c /dnci/vcs a teonc que -d iinin de ver/foccr, y que
dejan de estar dosponobd- apenas id»- c hrmc tivcs queddm excluidas» (P.K. Feyeralaend,
Conir» (7 metod0, tr. it., M irind11, M ik no 19 7 9 , p. 33). Esto súgier» — prosigue Fe-
yrraltend— qu» «ln l n id»d metodológica d \n que d»y»mos i»f»rirnoi cuando dk cu-
timoc cuestiones de vrrificadón y d» contenido empírico »ctá f0im»d» pot Coda un
^¿^on^iunio ¿e idoiía-, que en pcrie s» -npi Tipanen, f a k ln ln r nte cdomcaí1- pero reoierpca-
mence contrcdk ^ i ias» (^/den). Así k - ooccc, se comprende fódlmentr qu» «ln mven-
ción y k ^J]»l^<^j^;^<3ii^ie d» dJt»rnativas podrían t»n»r que preceder a \a producción de
hechos d»stinados a !efut»r una teoría. E1 empirismo, ni menos en algunas de cus ver­
siones m1—refinadas, exig» qu» e1 contrnido empírico ¿e cudlquiei conod m iento qu»
nosotros poseemos soa mcirmrntodo \o má- posible. D e c hí que 1c s‘nvdnü1nn do c/tei-
nasvcs a 11 op inión examinada conslctuyc uncpcrie oseroa/de/ né,iodo dnpzr7íC: Invet-
samente, el hed io ¿e que \a condidcSn ¿e coherencia d immr 1ns posibles c»oríns al­
ternativa) ¿emúestrc ahora qu» k msima e-rá en ¿rsacuerdo no sólo con k práctico
científico sino comlDkn con d1 empirismo. Medi»nte k ex d uiiíSn de pruebas experi­
mentales preciosns, disminuye d1 contenido empírico de k - teorías a \á- qú» so permi­
te i uy i istir (la- cud es, como indique más arrit a serán pot \o generadk - piimeiai que
s» propusieron); y, soy r» t°do, dicminuyr d1 númeio de aqúd los hechos que podrían
revd ar cus h'mitei» (/b , p. 3»). S» precisan d ternarivai metafísica; en colición con una
teoría científico Men consolidada para descubrir hechos o especio- de k r»k idad que
es<^;^1^;^rínn mevitd d rmente a cd »c teorías d enríficas. En esencin, Feyerayend msSste
en d1h»cho de que «d examen d» semejante punto de vísta (os decir de una teoría bien
estay leciida y umverid mente nceptada) tsene a menudo n»c»si^<aad d» una troria CJt»r-
n^tsva incompatible, d» ^u^rte q^» d1consejo (nrw toniono) de cplozcr \a mtioducctón
d» CJt»rnatlvas hc-tc que surja k p tin ^et» dific l iC»d dignifica poner k ccir»ia ¿ d ant^e
con ayuda de opiniones que k d t'vrz ds 1a ignorancia había arrGjadG ye al cuho ds
1a hesure de 1a tastoria. De ssts modo s1 saber de hoy purde convortirsp en k fábuk
de mañana y o1m'rc más iísib1c puede acaba revdbndtse como s1 elemento mas sóli­
do de k c'rnc'a» (/b , p. 44). pero 1us cosus no acaban aquí. En efecto, «si pluralis­
mo dc las teorías y de 1us concepcionrs metafísk es no os importante pere 1e mctc-
dologíe, sino que tumbién es una parte importante de una visión humanitaria» (/b/dOn).
Y ssto en el senti.o de qur «os posible conservar io qur podría designarse como k
Hbertud ds 1e crcadón artistice y usarlapiem tr, no solo como un mcdio de evu^ón
sino como un instrumento nrcrario para dcscubrir y ecuso también para m c.ifiau*
1os curecteirs dp mun.c rn qur vivimos» (Ib, p. 45). Fcyeralben-i cncurntra una con-
fiinadón de sus idees metodológicas, udsmbt ds otros cusos, en s1 ceso tastóriac dp
copei^i^icu^imo y en k de/ensb que Gdiko articuió m'smo. (Sohie 1e intcrprctadón
que Fc;^<^i^ i^l^í^iiii hecr de Gdilco, véase su Cantío c'] metodo, cií., cap. 6-12. Y, siem­
pre de pK. Fryeraben-i, Iprub0 m dc//kmpiiisna tr. Cí., Lampugn^i^i NcgiC, MC1án
1971.) Y ^n 1 pi^ ubl^;^/* d^/ilknp/yísno él vudvr con 'ns'stcnc'a sotae 1e necesidad de
«una vd oradón de 1e neíufis/a/e qur os sustandumcntc distmíu de 1a actitud empíri-
cu tradiaiGnal» (BK. Fryeraben<d Íprub/ra/ekUkmpirisno, cit., p. 27). En poces pak -
hrbs, «k metodología expuesta en esto cssudio \Iprob/cni dc//Enp¿CIiSnt] con.ucc sn
aunhio u unaydt radón muy distinta de 1us teorías gsnsrules, 1us cudss no son otra cosu
qur troríes cicntíficas en un estaco p^nitiyc. Si 3^iírudc‘a^;n un punto de v'sta ye
afirma.o, drmucstran su nUMu1 en cuanto alternativas capuces ds ofiecrr una críti-
cu. De dondc sc sigue qur k s ideologías generales que contradiacn resultados ot>ser-
vu.os o teorías aonfirmadus constituyen beepCaailíiImot puntos de parrida para rlaho-
ru ostu crítica. Lrjos de ser 'ntcntcs fui1idGS de una anticipación o dr un rechazo de
1a investigación cmpírica, qur mas tarde fucron justamente desenmascarados pcr una
referencia u k rxpcricncia, constituyen 1os únicos modíos ds qur disponemos para
cxíuninar aquellas paites ds nuestro conocimiento qur ye han si.o otaervativas y qur
por tanto son maccrs&lrs a una aní/cu “hasada en 1a otaervadón”» (/b, p. 20).
ii. Lurry Laudan, el igual que Kuhn y que Lckatos, sstb aonvenddo ds qur k s
teorías míís geneieles y no k s mrás específicas son o1mstrumento primuric pare k com­
prensión y 1a vd oradón dd progreso científico (L. Laudan, 1 prograsso sa's¡nti/^ca, tr.
k., Armun.c, Roma 1979 p. 95). pero Laudun también sstb convcnd do ds qur tuntc
1os paradigmas ds Kuhn como 1os programas ds investigación de Lakatos son — para
no taibkr de otros .c fecto— — denap^^<da r/gCo. (/b', p. 100).Y Laudun trata ds supe­
rar k s dificultaclcs en qur sc han enrrdado Kuhn y Lakatos, prcponiendc su teoría de
1us trrcu. iiior^rs .e cnvestigución. «E1 darwmismc, 1e teoría de k>s cuantos, k troría rlrc-
trcmugnétii a ds 1a taz» son ejemplos ds tra.'a'oncs ds investigación (Ib, p. 101). Y,
sn ro^ .a 1, esetibe Laudun, «toda disciplina 'nt^c1^ :^ 1, científica o nc cicntífica, tirnc
su propia tastcrk r'cu rn íradiaitncs de investigación: empirismo y nominu1í^]^o en
fitascfíu, yctanílrismo y fatdismo en teología, tahavtarísmo y freuCismc en psico­
logía, s tiiiíirismo o mtma'cmsmo en étíca, marxismo y capitdismo en economía y »!—-
canidsmo y vitalismo en fisiología [...]» (Ib/cOn). Estos son, pues, ejemplos ds tra-
díd ores de investigación, tra.'a'oncs dcfiniMcs en yiIílC de características como k s
siguientes: « L Toda trtdición dc invtstigáclón titnt un cierto númcro de teorías rcpr-
cíficas, que .a «^i^j^H^IíIol- y parcialmente .a constituyen; algunas de cc°ai morías soe
contemporáneos cntrc el1aS; otros se suceden en c1 tiempo. 2 Cada !radición de invt»-
tigiclón apaiece caracterizada por algunos compromisos mctafísk os y metodológi­
cos que, ee su conjunto, definen .a trtdición ce cutsttan y .a distinguen dc ooras. 3.
Cada trtdictón de investigación (a dtfcitncii dc .as distintas ttoiía específicas) pasa
pOr un d trto núMcro dc distintas y ¿ctaüacks (y a menudo rccíprocamcntc comio-
dictorio») foiMukcionct; ee general ticnc una larga hittorii ; que tv ¿cc^i^i^i^l^^.a a orives
de un notob1t periodo dc tiempo (a diftrcncio de .as teorías, que coe ficcutncia ticncn
una vida Oicvc)» (IOíCtm). Uno tra< Cición de invtstigaclón proporciono un conjunto
dc diicctriccs para .a construcctón de teoría.»específicas, dktcrnct» en paitc Metodo­
lógicas y en paite anto/ógicai. Así, por cjc mplo, «ni tnfoqut Metodo lóg ico de tas cientí­
ficos que sejtuían .a estricta tiadictan dr íevt stigaclón de1 nt wton isimo es mt viteblemen-
or mductiv istt y solo admk t aquellas teorías quc hayan sido “infen dot inductivamente”
o partir dc .os ¡echos. l °í mrtodos de procedimiento fijado» para un psicó logo b^ha-
vtaritto soe .os 11amado» ordm orioMtntc “opcracionista»”» (/Oí'CCm). Y o!ia paite de
.as dntctrict» rioroicionada» poi uno tiadición dr investigación soe onOolág/Vas. E(
.a antología de .a tra< Cición de investigación .a quc «especifica dc manera general tas
tipo» dr entidades fandomcntatas quc txisttn en d campo, o tas campos, dentro de
tas cua1es dtot optiar .a trtdictón dc investigación en cucsttón. pof ejemplo, si .a tta-
¿ictón de investigación es r1 °chaviorismo, .a m^ml nos dk t que k s únicas cntida-
dnc legítimas postulablcs por k c teorías tahovioristas soe signos fisk os y fiiiotaaicoi
diitcta y públicoMcntc otaervaMes. Sí .a trtdición ¿e mvcstigacón es .a ¿c .a físk a
cartesiana, ccta especifica quc txistte solo materia y pensamiento y que .as °eorías
quC ho0l^n ¿c otros tipos ¿e sustanck s (o ¿e mezck s de pens amiento y materia) soe
inaccptaOcs. Adcmá», csta tri(Cición de inv^ t it^igat^li^n ¿e/inci /ot diversas modos re que
esa» entidadespuceCn í'-teiactua. . t ' .os corpúsculos cartesianos pucdcn mteioctuar
sota por contacto, eo por acetan a d^tanck . En .a tro& ctón de investigación contti-
tuida por c1 marxismo .as entidades solo pucdce mtvrtctuir en virtue. de .as fiierzas
tconómk a» poi .as quc soe influidas» (Má p. 1< D2). pof !odo 1o expuesto, una ^ di-
dón dc investigación sv configuro como «ue conjunto de tcmas generales idertn-
onc a]^st tetickdts y procesos presentes en un cierto campo dc cstudio, y .os m.tt^os
apropiados que tv dc°cn tmpltar para indagar tas problemas y construir .ac °eorías en
vtv campO» (Mí pp. 103-104). Ec tvidcntc que cmplcar ta quc está prohibido poi .a
mttaíisica y poi .a Mttodo1oaío de uea tradictan de investigación significo «cotacafse
fucia de vca trtdktón y repudiarla» (Mí, p. 102): si un físk o cartesiano comenzara a
h10!01 dc fi^ rzas que actúan a distancia, si un ° t haviori»ta ¡ a ° lase de impulso» taco- »-
cicetes, si un un M0ixi»ti especulara so°re taeas quc no surgen en respuesta de cs»ruc-
turas cconómica», «en cada uno de estos cacos c1 científico tv cotaco. fa cra de1 t e a dj
juego [ » ], v io1o .os Hm itct de .a trtd któn y sv ¡a ce ajeno» (M/, pp. 102*103). Y; sm
embargo, en cctc r u n ro, hay quc notar quc para L audan tas m ídeos m crafísk os de .as
tra&ctónt» de investigación eo soe tae duroC; rsgziOó e mataca^ s como tas paradigmas
de K u ¡n o .os no t a os t t ói ico» m fo^ f i coMct p oi d tc istón metodológico de L tkato».
28. Ib, p. 271. Vérse, cl respecto, k - cgudns obs ervaciones qu» soyr» Fcraday
hcc» R. Dubos, ] -ogni ¿o111 icgione, cr. iC:, Ppjiing^ hj^l^I^i( ^ r ín 1962, pp. 1»8-1»9.
29. J. Agacsi, Qowyits’oü between PhyaOca nnd Mekaphysic-, cin p. 273.
30. Ibi p. 272:
31. W.W. Bartley III, Tyeori»s ofDencrcction between ¡oi'ence nnd MeCaphysiea,
en Ao.Vv., Pr*ob/e3^i' s’n t^e Pbylo-opby of Scimc», d cuSdado de ]. .a tatoc y A Muc-
gráve, Amlteidam, 1968, p. 43.
32. /bdrn.
33. /bden.
34. /W, p.'»1.
3». Qfi: PK: Feyerabend, How to Be c Good Enpiricisi, en \os E^eZowcie ¡ tadze-,
vo\. III, cit., p. 37
36. W.W. Bartley, Ty»ories ofDencicction between S á ence nndMeiaphysie-, cit:,
p. »2. .
37. Ibi p. »3:
38. /bden.
39. Qfr. s'bden.
40. K:R^ : Popp»r, Logída de/11 acoperta -cienúf iec, cit:, p. 18.
41. W.W. Bartley, ^ eoor’io ofEtenciration between Sámc» nnd Mekaphyúe-, cit:,
p. »4:
42. Ibi p. M .
43. Véas» W.W. Bartley, Eco/og/c d»/1» ráaisnálitá, cit., p. 1»8.
44. Ibi pp. 158-1»9.
4». Ibi p. 1»6.
46: Ibi p. 1»7.
47. /bden.
48. Ibi p. 160:
49. /bden.
^o. Ibi p. 162:
»1. Ibi p. 161:
»2. Ibi p: 167:
»3. Vrécs» ibs p. 171:
»4. Ibi p: 175:
»». /bden.
»6. Véase]. Watkinc, «Confirmoble cnd fofluinti;1 Mi taphysics», Phs^ i0^(0^yy^,obnl
de 19»7, pp. ^4^^-^34»:
»7. Un ejemplo ck sico de detern inismo — dicr Wat--—— os k doctrino según
\a cual «todo evento riene -u ccu-c» (Ib, p. 348). «Rarn— 70^{^c^jiiaWatkSnc— habría
tenido rozón de Homar a d-tc teoría una proposición sintética apispl s h lbirr» enten­
dido qúe sa mscma nos dsci algo f»ctuC soyie i 1 mundo aunque su verdad ofalsedad
es lógicamente independiente de k experiencia. Qon a prlorz enriendo simplemente
“no c pocteriori” o “lógicamente independiente d» \c experiencia”. Lamrntablemen-
ce pot oso [a priori] so hc entendido d» otdm»rip, pot añadiduia, “necesariamente
verdadero”. T ^ a 1a díscusión de k cuestión rck t rvu a 1us proposiciones sintéticas a
priori ha estado embrujada por 1e incapacidad ds mantener sep eredos amhos sig ni-
fíaados. Yo no consi.r r o yrrdadrro si detcrmimsmG, y monos aún ta consi. c ro nece­
sariam ente vrrdadrrt; sino qur ta voo como una doctrina sintética a pricri. E1 m 'sm c
nos 'nícrm u de qur para t o .o evento existen lsyss naturd es cuyo aGnc d m ient° , en
untan ds unes aondiaitncs m icid rs, implica k necestaad cv cnto. Estu, en primer
lugar, os una . c a trina sintetice ye que t'enc im plicacicncs factua1rs. por p i mplo, nos
dícc que una hipótesis prcbubiiista os, pcr d^<^j'rio esí, paraialmcntc una confesión de
ignorancia, ds nuestra incapacidad de . e scubrir k s lsyes y 1us a tn diaitn cs qur detrr-
m'nun cude uno de 1os ^<^<^i^t^(^<^ii^j(rj^tos .'s c retcs en largos periodo de tas que nosotros
solo hemos sido cupucss ds haccr una ufirmud ó n puramente estK. íst'ce. En segun­
do lugar, s1 determimsmc os una . c a trina a p r c c l en s1 senti. o de qur su vrrdad o
fd sedad no purdr estubk csiss por 1e experiencia. N c nos dícc cómo (. c saubrir 1us
1syss naturd es ap ropiadas y pcrfcctamcntc compa tibles con 1a porsist onto incapaai-
dad ds desaubrirk s. E1 detcrm m ista, qur ve todas k s irregularidades y espontan d -
dudss de 1a y ída am m a.as pcr un sisteme semicssondido ds rígida nocesitación, se
adhiere u una doctrina 'rrefotuMe que, en t c . c cuso, puede sor y ha sido clamorosa
aunque m cond usivamente confirm a.a. C rco que tongo razón si digo quo rn tiem­
pos antiguos un serio ap oy o de1 dctermimsm c no consistía rn m uchc rrás que en o1
hrcho de qur 1os tabücnics habían prcdicho con éxito tas eclipses de 1a lln l y Tdes
un eclipso de sol; poro ore seductor y nuturd contemplar td es hochos como excep-
citna1rs y penetrantes «.esteltas ds un omnipresente sisteme ds neceskadón» (7b , pp.
348-349). Oírc p implo ds .ca trina do1 universo misterioso, es dccir ds .ca trina “íc-
dos y algunos’, nos ta °/rece, sigún Wut&ns, si h(^ sítii'ijSwt. E1Hstcria'smo «os, poco
mais o menos, si análogo sociológico dd dl tl rmimsm°. Afciml quc para todos tas
aconted /aientcs c a d es de c'crta amplitud — guerras, rcvolud oncs o transformu-
cioncs m.ustridcs, ota— — existen lsyss históricas o sod ológíces que tas determinan,
y estus lsyss son leyss sui generis y no regularidades rosultentos de 1us mtrracd oncs de
1os soros humanos. El hisíoriaista ve 1e ycda social animada por fuer2us mvistalcs quc
guían u tas hombrcs, el margen de qur estos opongan o no resistencia» (7b, p. 349).
Y «lu teoría providencialiste ds 1e hísttria es k var'antc trológica ^ hist°riaismo»
(Ib cOn).
58. En cpintan de Wltkms, dos son 1us prinaipd cs concepciones deí nscccm‘císnt:
una uiirma y k otra nícga 1a existencia (.e1 espado vad o: a) «Según k primera conccp-
d óm que sc remonta u Lcucipo y ^ mforitc, lc qur ex'ste son partículas qur sc mue­
ven y chocen entre s. en ol vaaio. El atom'smo es una doctrina metafís'ca que podría ex­
presarse ds ssto modo: “para to.o cambta otaervalile existe una cambiada disposiaión
ds h ornos inyisib1cs.” Es fiaU ver cómo esto podría estiieise en una hipótesis empí­
rica. . un nwneio ds tipos rsarcífiaus de cambio t hse]rvah1e cudb unc so transforma
sn fond ores . r finidus ds un íipc de auabta atómico — si, pcr p implo, k presión y
k temperatura ds un gas sc atnyisrten en fond ones de 1a mcvilidud de sus partíau-
ks— k hipótesis implicará corrrlad oncs controkWrs entre sstos cambi°s ° hserve-
blss» (/b, p. 350). A propósito de sstu forma de mccaniaismo, Wat^ ns °hseIve que
«mientras .as doctrino» ¿d universo m'sttri oio no p u td ce c¡ocar cn p i o p o s ki o e c s -
dc-observación, titntn °astantc contenido foctud para entrar en coHttan con teorías
empíricos coirck oivti. Así, .a doctrini mctafísica dc1 ttomitMo, al iMplictr una teoría
corpuscular de .a luz, txclyc .a hipótesi» Esltificoblt según .a cual .a taz te ttantmite
^ ra ntaecaMcntc» (/OlcVm). 0) Si en cambio nos f i jt M O i en .a segunda voriontc r^in-
cipal ¿d mecanicismo, tetoects «los cuerpos vmWcs son (para usar uno mcráfoia dc
Einsttin) como guisantes en una sopa o en d éter material. Mientras que d atomí a
vr .as cocac qut parecen sólidas como mesas plagadas de mttitrido» vacíos tnoic k c
partícula», d Mtcanici»ta cartesiano ve d “espacio” ^uc aparece vicio como mftsra-
do de remolino» mvittaltt quc arrastran paites aparentemente separadas (o discretas?
^°m° .a .uno o .os planetas o .as °ak s de cañóe. Según d Mtcamcismo cartesiano
.a mottria solo puede inr Moz/^ iCa por motcrio contigua. Según r1 ttomitMo, quc mdu-
ye .a lcy de mcrck (otro rr1ncir in “todoi-y-l giu-o oS) .a mot crio solo puede scr aüe.r-
iiC° poi motcrio contigua» (/I/cCm). E1 rr1ncir in de quc en se ¿o nínguon icc/o¡n <
dktancia vt, por tanto, coMÚ.n a am0as versiones ¿d Mtcamcismo (/0:dtm). «E n r1
rtino dc .a biología r1 mecanicismo significo que .a Materia v'vo no vs ee definitivo
sui genens y qut su comportamiento sv explicará tventudmcntc en término» de lcyci
fíi k ai jun toMcntc con descripciones ¿etaüaclas de .a estructura física dc .os organis­
mos. l ° que puede explicarse as': “paia todo proceso orgánico existen k ctoics fístaos
cuyo conociM icnto explicaría d proceso.” E 1 v k t HtM o es k negación de semej ante
m t c ani»m o: “Existtn procesos orgánico» para tas quc no t xistt e factorc» físk os cuyo
co n o d m it nto t xplicaría od es procesos”» (M í p. 3 5 1 ) .
59. L ts doctrinos op iío ri ¿n Zz ci nsstvación son un oefcef grupo dc ¿o cttmas ‘ todoi-
y-alaunos” quc sv articu.0, ee opinión de W att i n , en !oino a .a idea de quc «exkte
al m ceos un kcto r en d universo cuya ca rtidod tota1 permanece constante cnan cuata1
íut itn .as tiontformod o n ts y .as i t -colocad o n ts al quc pucda scr som ttráo» (/bcVM).
Este d em ento tc ¡ a puesto, según .os casos; en .a mo^ n 0, ce .a e^e;]g/a, j e 1a ca rgo
eléctrica. «U na doctrino o príori dc .a c o e iervad ón que ¿ t c laia que .a contidod de un
k c cor x pcrmanccc constante puede expresarse en ccta í<
orMuk d ón: “pafa 0odo l uMen-
to/di»mm ud ón de x ex k oc en Olgún lu g ir un a t menro» coM pcnsaiorio”.
Semej ante doctrino, que da o iígtn solo a t nu eck dos p uiim cn tc ex^ tend atas so ta e
.os comloio» compensatorios en x, vs d aetectdt e te incontro1i blt d e 1a ht^
r>ó>tj^»t^
s ^on-
tio1tb1c que especifica .a conexión t ntic un dctert m odo c t mloio o, digamo», .a t ncr-
gía y cu rambta compensativo con rigoi sufick nte para quc d físk o experim ental
putda tacalizar y ota cn tr .a cantidad de energía potcncil! cieada por un consumo dc
energía» (/ b ‘, p. 3 52).
60. A propósito de aquellas teorías quc W otkí nt designa como conoepcionercde-
ca Mpo-caMpO; . 1 o0seiva que, m k n tiit quc paia r1 mccanicii ta todas .ai fuerzas esrán
incorporada» ee .a materia, y poi tanto eo hay fíierzac 110ic ^ /¿ e a )? paia Faraday, en
cambio, «cl universo está mvodidn por un cam po om nipresente dr fiierzas- E iras fa t i-
zac p tim ta e todo cl espacio v i cio como tamt ó n todas k s coiai físk as. Lcjos de de­
pender dc .a motcria, vtos fiierzac crete .a materia. L ts partículas Materidc» pueden ex­
plicarse, según Faraday, como árnac que i on casi im penetrable», como configuraciones
den-cs y e-tcMe- de “uencs, dentro d» amplias ái»cs de campo en que son “adlmente
pin»trab1»i, es decir vcd cc d» materia» (7b, p. 3»3): Y aquí W»tkinc iecú»rdn \a c»-oi
doctoral de Ags-S (Fclcdc»/d»aNaClrd^Pb 'i0lop/Jitr 197 1), e1cual demostró que «»stc
doctiln» miíofíiica d» \a 1ncrrti»nsif^i^r^í^C^ili'i í^dde todo cipo de energía entra en con-
flkto con determmadas teorías enp/ioccs — en particlkr con \a teoría newtomano
paia k que \a gravedad no puede -er transformada directamente en electricidad, sino
solo mdireccamente, teniendo que -ei entes transformada en energía cm ^ ca. Y c-í
\c vsiión ¿i1 mundo de Faraday tiene contenido f»ctuk a pesat de -u i stctus mconcto-
\ab1i y metafísico» (/b adn).
61. Ejemplos de odia- metafísi cas tomexc- con 11pss’coiogzía son, para Wotklnc, t»o-
lícs ^omo aqudla pot k que nosotros ^^^vemoa qu» a todo cuerpo humono corriipon-
d» una mente» (/b, p. 3»4); o \a de \a correspondencia psico-fíiica (/bíden)) o \a idea
ñoudk na de \c ^:xj^J^;(ca<^ii^ie de \os comportamientos má- errátScoi o md- »xtrañoi pot
obra de k catisfacdón d» \os dii»oc: «A toda acdón (donde “acctón” incluye mdeci-
-iiones, hktirk s, parálisis, íSpcuc, etc.) corresponde un deseo (consciente o iubcons-
d »nte), de tal modo qu» k acdón es un mtrnto d» satisfacción de1 d»c»o» (/tíden).
62. /b , p. 3»».
63. /bd»m.
64. /bd»n.
6». /bc»..
66. Ibi p. 3»6:
67. Ibi pp. 359-330:
68. Vtas» s’b , p. 360:
69. Verse, ib , p. 361.
70. 7b d»w.
71. Ibi p. 362:
72. Ibi p. 363:
73. /b, p. 364:
74. /bdem.
7». /hdem.
76: /b’, p. 36»:
C U í/íu /t torcsro ..

¿ P o r q u e f u e p r r c ís a m r n t r s i J o n ía ,
c o n 1o s P r e s o c r á t i c o s , d o n d c so in i e i2

1a h i s t c r i u d d p e n s a m i e n t o f i l o s ^ ia c ?

I. CUEST IONES DE
Y DE TEORÍA DEL CON OCCMIENTO

Sí todos k>s homtares y m ujeres so n fitósofos — es drc ir v'vcn 'nm cr-


sos sn 'dses filc s^ iaus solare o1 u n iverso y su origen, solare 1a nutu-
re1eze y s1 dcstino «.s 1 h c m b rr, so ta e 1°s m odos ds relacionarse unos
con otros y ds organizar k so ciedad, solare s 1 senti. o deJ sufrim 'c n-
to, solare tas a °m p °rta m irn tcs j usi^os o injustos, soa re 1us cosus que
valrn y k s que no cucntan— , ¿por q ue tradicicnalm cnte susk po-
norso o1 com 'rnzo ds 1a Wstc riu de1 pensam iento fitasófico sn ios p rr-
sccráticos? U na isspusste razo n able y b 'e n d oaum cntad a u osta pre­
gunta recu rrentr y no banal es que tas f r esocráticos i on vn ricrc n
sn cen tro ds su es p e cu k ción y destacaaon o1 que es un / c n u in ° p rc-
b1rm a fitas^ i i o: o^ robO nu ccssaclógicc. En lugar ds preguntarse:
«¿Q u ién ha h echo o1 mun^^^(^?» — intcrrc/a n tc ííp icc deJp emumirri'
tc oosrrG/biníi— . 1a prrgiu nta cen tra1 ds tas p resocráticos os: «¿D o
qué esrá hech ° o1 m u n do?» Pregu n ta que osta. sn o1 origen ds 1us teo-
ríes co sm ológicas, . s s . s 1a an tigüedad u nuestros díes. La fís'ca ató ­
m ica actual sigue sicn. o una isspusste u 1a pregunta d e Teles. E /pie-
¿ lema os rl n c s n c ; conjcturalcsy írunszíc n us /as ■ecr/us.
Pero, ^<^jn q ue c°n siste 1a tan .'s a u t' . a ^^Jía<^i1^l^;^l]id^<C>. ds 1°s p re-
so cráticos? Esto se pregunta Kurl Popper sn su a cn c a id c escrito ds
19 59 .Sua^ íc íhc p rrsoccatias} H r aq uí su isspusste: «Parts ds el1a
está. c 'e rtam cntc sn k sim p licidad y sn k un ta d a ds sus propios
interrogante), pero i 1 elem ento ¿e c isivo [...] es \a »ct;tud crítica, que
por prim ei» vez se d»sat rolló »n \a e-cue1n jó n ic»:»2 L os in terrogon-
c»i c que /o- Presocráticos ttotcron de dar lesp úescc eian cuesttan is
d» cosm o lo g ía y de teoría ¿ i 1 co n o cim ien to, es d ecir ou té n u coc
prob lemas filo róficoc. E n efecto , escritae Popper, «h ay al m enos un
problem o p o t i 1 que se in teresan tod os tas h o n o r es que pi»nsan: i 1
d» com prender i 1 m undo en que vivimos, y p o i tanto a nosotros mis­
m os (que so m os parce de oso m undo) y i 1 con o d m iento que d» el
tenemos. Toda k d encia [...] es cosm ología [...].»3 Y es exactam ente
d» k - teorías c o im o mglcai d» \oc Presocráticos d» 1c- que Popper s»
ocupa en su ensay o; y ta h cce “ijondo -u »te n d ó n en i 1 desarrollo
d»1probidmc d il can/»/0, y l ita «tan scSlo en \a m id sda de ta necesa­
rio para k com prensión de1 plontiam iento, tanto práctico com o ti n-
tic o , ¿ e 1 c o n o d m iento en tas Presocráticos».4
Y p ro ciiam in te ¿ e 1 i stud ta de tas Presocrátioo- podem os tam-
bi^n ap r in d ir que el proceso de nuestro c o n o d m ien to - o sigue k
supuesta guía de k epistem o logía ^ duocm ctc y ohsi rvad o n l i ta. Y
elta porque en \os R esocráticos «encontramos c o n c ip c lo n ii audo-
ods y “ascinantes, algunas de 1c- cueles constituyen on tid p o cio n is
sin gu lares d m ctaco sorp rendente-, d» co n q uista; modernas; m k n-
cics que mu^c:h^as otras están m uy lejos ¿ e 1 objetivo, de-de e1 punto d»
v Ssta m odem o , p iro \c moyor partee de el k s, y precisam ente 1c- m e­
jo res, no tienen nad a que ver con k o ta ervactón .»» A lgo que, según
Po pper, podem os constatar p ir fic ta m in te tom ondo, p ot ( i m p lo,
en concid i rad ó n alguna) de 1cs teorías rek r ivas a \c “oim o y a k po-
^i^o^iión de k d i n a.
Tc\es »fltm n — ací se nos t^r^s^r^j^m^'—— que «lc riiir a se sostiene y
es transportada com o una y cicn en e1 ngun y que cuando oscila a ccusc
de k n o v e dad ¿ e 1 agua se dk e que hay un terremoto» (Séneca,
N at. Q uceS- HL 1 4 p. 106 , ^ rta ) .6 N o hay duda, com enta Popper,
de que T a1es, ente- d» p ropon er su teoría, h»bí» v Sito y acaso exp eri­
m entado k zozobra d» 1cc ncves y d ir ta m in ti advertido olgún terre­
m oto. Q on su teoría, T i tas pietendí» rxpliccrXa suspensión de k d r-
rra y d1 fen nm l n ° de ta- terrem oto). L a teoría no se bc-n «en ningún
sendcta» en k o taervad ó n , aunque tenga -u incp iiod ó n en una ana­
logía em pírico y o ta erv c d va.7
N n puede ded r se ta M á»Mo d r 1 grae discípulo dr Ta1eS; ct ¿ c c if
. n a x im andro.? E n eíect° , según éitn, «la tit i i i cctá suspendida y e o
rstá sostenida por e a ^ tino que perm anece cn cu p o tición p o iq u e
nitá o k m ^ mo di»tincit dr todas .ac partes. E e cuanto a .a fo rm o..
vs semejante a uno colum na d r piedra; nosotros n o i encontrarnos nn
una dr tut dos caras y k otro cctá cn .a parte opuesta» (H ipólito , R j í ,
L 63)9 L a ídea dr que .a tit i r i es semejan te o una co lum na dn piedra
surgc dv una analogía o taervativa; sin embargo, anota Popper; «la idea
dn .a suspensió n 1i0ic dr .a titira cn d espado, y .a explicación d r cu
estabilidad, no en cuentran n in a u n l analogía posible cn todo d cam ­
po d r .o i h rch oi o 0servado»».)0 Y añadn: «Ecta co eccpcióe dr . n a x i-
M tn d io et [..] una dr k c mác audaces, revolucionarios y p oitcn to -
tat ^ nai cn tock k h i»to iit ¿ r . pensam iento hum ano. H izo posib les
.ai teorías d r . riitarco y dr C o p írn ic o . pero n1 com ino em prendido
por . n o x im i ndro rra aún mác ¿ ificU y aud az que r 1 que sig uieron
nstoc últim o t. IM la in l r .a t i t i ra, cofocaO Htac M tn tt cn m td io d r1
espacio , y afirm ar “quc cctá firm e o causa dr .a eq uidistand o o de1
equ ilibrio” , com o refie re. rittó td es paiaíiaieando a . - a dm andro)?
significa inc1uso an ticipoi, cn d erta m edida; .a concepción n tw to nio-
na dn fiurrzai g ia vitacionalt s m m oteiiote» c m v m M t s».1?
¡C óm o llcgó A naxÍM tndro o c ita extraordinario oeoría° po i su­
puesto, no llcgó a través d r .a o 0i e rv a d ó n , sino por M td io ¿ e 1 razo-
n iM ic n to o, para cnr oún m ^ ck ro»; por M td fo dr uno arg uM en to-
ció n crítica aplicodo o .a teoría d r Tatei ; segú n k cual .a titiio no can
en n1 p i t e ip id o p o iq ue floto cn d agua. L a teoría d r T a1eS; ¿esarro-
11odo coheren tcm cn tc, co n d u c t e e efecto a t q ud la felocia lógico
con o cida com o rngrnssus oC lefánitum, d o n d t sv resuelve un proble­
ma crean do o tio to td m cntc análo g o . T istes t xp lica .a posición nsta-
b1c d r .a ticrro ofiiM in d o que ncta cctá sostenida por d agua, et ¿ c cii
que f1n ti en d O céan o (O kéanoc». pcro entonces ¡ a 0i á quc t xp licor
.a posición estabte de1 O c é ln o , y una vcz en con trad o d apoyo de1
O céano, tenemos aún que encontrar una t xphca á ó n paia d m is m ° ;
y actí hasta d in finito.
A sí, pucs, una razó n ló g ict ¿ecieta .a 1n ^<^í^i!^nib^^]i1i^c^il d r .a r x-
r l1olC(ón o teoría que Totes o frece. Sv puede dccii que vta teoría no
tv sostiene «por .a razó e ; mác in tu itivo y m enos fo Im tl, dr que cn
cualquier sistec n a .e l género, hecho ds apoyos y más apoyos, k im ­
posibilidad do garantizar uno cualquiera do 1os apoyos m feriorss üeva
ul dc rrl m b am icnt° do to d° o1 ech fid o ».1? L e cssaMUdad ^ m undo
no se puede exp licar por un sistem e do apoyos. Y usí, A n l xim u K. ro
cam bia do cam ino y propone una teoría distinta, rrcurrir n do «a 1a
asim etría interna o cssructural . s 1 m u n .o , lo cuel g arantiza qus no
sx 'sts una . ' recatón privilegiada hacia k qus pueda verificarse un
derrum bam iento. [».]. Es im portante co m p rrn drr que [si derrum -
baia icntc do A n a x imunciro] clim ina, aunque no . s 1 todo conscien-
tc y cot a ren tsm ente, k 'dsa do una d irración aa so luta, es ds c ir o1
valo r ata o ta to do sxp rsti° n s t “ hacia arrita” o “had a a b alo’. Y ostu
es una o ta e rva d ó n no ^^2l° contraria a tod u experien cia, sino clara­
m ente ds CifícÜ adquisición .»13 A dem ás, 1e .'s ta n c 'a igual dosdo to­
das 1us ds n ^ás oosus dea ería ta ller a o n .u c i. o l ^ uxim anch o a k con­
clusión do qus k t'erra debía tonsr una forma ssféricu; poro pli opinaba
qus k t'erra t'rn e una formu dÜ ndrica, con una ceie superior y otra
in fcrior. Su taee do qus «n oso tros caia m amos sob is una ds 1us cures
11anas, m ientras .q ue 1a otra se encuentra sn k curu opuesta», parece
l lu<1ir, anota Poppsr, «ul hecho ds qus, sn absolut° , no hay una cure
superior, sino qus n k s for n 1a cara solare 1a qus nosotros cam inamos
podem os . c o r qus es 1a superior»^ Per° , en t ° d° cuso , ¿q ué im pi­
dió a ^ ax im u idro — se prsgunta Pop per— llegar u k teoría do que
k t'rrra es un globo y no un c ihndro? H c aquí su isspusstu: «N o
cubo k m ^nor d uda: sru k experiencia ° hseevativa 1a qus ta snssña-
bu que 1a superficie do 1a tierra, generalm ente h l bk n <1o , es pierde.»/5
Po pper con cluyo: «Fu s, pues, una argum entación s sp ecu k tiva y
crítica, /a ata tracta indagación crittaa ds 1a so ]ud ó n ds Ta1es, 1a qus
ta acercó [u A n l x im l n d ro] u la verd adera teoría ds 1a fo rm a do k
tierra, y fue 1a ex pericn d a o taervativa 1a qus ta dssvió . s 1 cam m o.»16
pure Po pper no hay d ud a alguna so ta s o1 carácter crítico y especula­
tiva máís bzon que p n c ¡íriC° ds k s teorías ds A nexim undro. A ú n hay
qus subrayar qus «constaerar com o aproxim aciones a k rek]1ded sus
[do Anaximunciro] especulaciones criticus y etatrectas ta guiaron mejor
que k exp erien cia y qus k analogía o taervativa».17
Entro 1es teorías do 1os ^ s o c r á t i cos y tas desarroltas posterio res
do ie fís'ca Popper pcrcihe «lu m ^ perfecta aontm uidad». «Sc^í^s^t^ngo
locas se parten y se resecan, k ccMera de b ionce s» con vk ite en pá-
cm » verde o cardemüo [(0.-, N osotroi no vem os c nuestros h ijo; cie-
oei, cam biarKenvejeeco y, cin d m b o tg o , h acon todo esco.»21
L a «pclcbic veidadein» (logo—),'es ¿e cir \a argum entación, k raznn
revela c H erád ito que «vivimos en un m undo de coica cuyos cam is ol
o-capcn c nuestros sen tid o i, aunque sabem os que efectivam en te
cam bion».22 V im o s c-Jí có m o se ontrok zan o1p robiemc del cod ao y
e1p robiemc d il c o id a on/inio. N o existen oo-c-, cuerpos l óHdos con-
si-contes: «L cc oo-ca no so n propiom ente coica, sino procesos, y co-
dc- “luyen, ¡ o n com o un fuego, una Homo que, ounque puede to n ir
“otm o defm id», es un proceso, una co rrionte de m »teii», un río. To-
dc- k - oo-c- so n Uomos; el fu ig o es k m oten » de que e irá h i c h o d1
m undo, y -u ap arente escaMHdad se debe tan sólo c 1nc leyes, a k s
m odtaas c que r srán co m etidos \os p rocesos que s» producen en e1
m u ndo.»23
L c- oo-cc no so n p to p io m in te ooccc ciño procesos: Y aq uí H e-
ráciito , en o p inión de Poppei, p ercib í, con moy o r ck r i dod que cuc
predecesores, k s d ificultades interentes a k Mea m scm» de cam bio :
todo cam bio es cam bio de digo que, a pe-nr de com bior, perm anecí
í n tico: «esen ckl a \a idea de cam bio es k co n d i d nn ¿e que \o q ú i
cam bio conserve, duronti e1 proceso, \c propio •denu dad. X sin om-
bcrgo, di bi convertirlo en otra oo-c: ein verde y se hace m ari ó n , din
va p o i húm edo y s i h ace -eco; din caliente y se hace “río.»24 E n todo
cam bio, p o i tanto, una oocc cam bio in otra de cualidad in cierto m o-
¿o opuiscc; c poscr de cam biar, k oocc que com bia debe perm anecer
id t n tic» a -í' m sim » :
A ecce espinoso p to b lim o d ^ F lerád ito una lespue-tn que ontici-
pc 1a de Parm ém des, con una teoría en que distingue in t r i iralidnd
y áíálson c/,á . «L a íncim» naturak za de 1c- ooccc riende c esconder-
lo.»25 «L c ^J^m o m'o mv ^iM e va\e má- que k v isiM e.»26 L c- ooccc son
on cp c n onccia (y para nosotros) opuestas, pero en io t/\'d c d (y para
D ios) son í n ticas. «L n mi sma oocc es e1 v w o y e1 m uerto, o1 despier­
to y e1 d o im ido, e1 jovon y e\ viejo; on efec^ ^ t o s ni transformarsi,
so n aquéllo) y aquéllo), a -u vez, feío c.»27 «E1 com ino haci» am b»
y e1 com ino hacia ahaj o so n un m ^ m o cam ino.»28 «Parn o1 dios todo
e- bello , buono y jubito; 1os h om b ros, en com bio, consideran justa una
L a teoría dr parm én idcs, com ento P cppei, puede co estáe r asc .a
prim cio teoría h ipotético-d cductivo de1 m u ndo.37 E n su ensayo L o
noturoivz i ¿e /os p ro0>/cMaiíá/lo.^oíi^í^o i y su raíz ce k á m cio Po pper
0íiiM a que parm ém des cs «cl padic mác antiguo dn .a físk a tefo ica»
y resume cu teoría ded uctiva dc1 m undo d r .a siguiente m anera:át

1) Só lo .o que vt, vc.


2) L ° que no vt, no exk oe.
3) E1 no tvr, vs ¿ c cii ni vacío, no ex iste.
4 ) E1 m undo cctá Utn o.
5) E1 M unc ° no vctá constituido p o i partea; et un solo vasto bloque
(poique cctá llcno).
6) E1 M oviM tanto es iM po tib lt (puesto quc no sv ¿a espacio vacío
cn que algo podría moverse).

p uniooi antc semej ante teoría ded u ctiva; tai atOm ista» afirmaron
que .a m ^ m l cra refataO por .a experiencia, que nos dice que d m °-
v r n k nto ex iste. po f tonto, dr .a A sedad d r k c con d u/tanc» sv su°e
a .a fa1sedad d r .ac prem isas d r .a argum entación ¿ r ^;^i^]^<^r^ic^í^t ó ."
pero rsto com p ortaba .a existencia ¿ r .a e a da, es ¿ e c ii ¿ e 1 vacío o
espacio vacío . X entonccs k c partes podían estar separadas por d va-
cta. Existen, pucs, partes o partícu las «Urnas» capacrs d r m ovcric
rn r 1 vacío . L ° que r x íi 0C; puní, i o n tas °i°M ac y r 1 v l cw.10
Reto m an do por un instante ni esquem a i n terior: k c co n d u iio-
nni (5) y (6) so e contrarios a tai ¡ c c ¡ o s . D tm ó ci'itn ded ujo ací de
.a faiiedad d r .o cond u iión .a k l srí ^ dn k c p remisas:

6 ’) H o y m ov im ien to (p o i tonto d M ov iM tantn vs posible).


5 ’) E1 m undo cctá consiituido p o i partci: no cs uno sino m uc¡o».
4 ’) p° f tonto d m undo no puede estar Heno.
3 ’) El vod o (o no cer) t xiste.4I

E n d m un d o existen partícu las ücnas, sep aradas p o i espacios


vacíos; partículas — - ado uno dr .as cuak s cctá «Uena», no cctá ¿ r n -
dido y et m & v fciMc— que se m ueven cn d esp ad o v i c io. T i l cs .a
teoría ¿ d cam bio a .a que llegaron tas ato m ista»: existen tas h ornos
y o1 vacío. Sc trata, dícc P o p p sij . s una teoría que he d om m udc o1
pensam iento d s ntífiec hasta 19 ° ° : «os 1a teoría según k cua1 tcco
e¿c?n biu y sn p aríicu /a r tcdc e b n bit eublitbtiyt, . e lbe cxpliib rsepor rl
m tyin im tt sn el espacio .spbítíeu/a: . s mutcriu m verMbleS; ds bi^tn ^cs
que se mueven on r/ yaaí0.>»22 Y anota: «El siguiente, im p ortante, peso
sn k cosm ología y sn k teoría . e 1 cam bio se realiza c u a n .o M bxwcll,
d rsaaroüanc. o algunas 'dses ds Faraday, sussituyó ostu teoría p cr otra
so ta e 1us m tens'ck c les varíaMes ds ios c a m pos.»43

3. CON LOS PRESOCRÁTICOS NACE


LA «TRADICIÓN DE LA DISCUSIÓN CRÍTICA»

En o1 ^ r í zcn tc ds k s aonsi. c raciones anteriores, Popper rsflsxta-


na so ta e o1 sig nificadc do 1a fitasofía preso crática. «L u hcst° r il ds 1a
fitas c fía griega antigua, espscialm cnte ds Tatas u Plató n, es una es­
pléndida n i rri d ó n .r m a s k d o bolla para sor cierta. En cade nueva
gsn sra d ó n cn co ntram cs ul m enos una nueva fitas c fía, una cosm o ­
logía ds sorprendente c ri/ m l lidad y profundidad. »22 C cn tas Pisso-
crátícos arranca una nucva íra(Cid 2n: 1a tIedí,ií,2n . e 11 dpcus;í2n en -
íí°u. C c n tas Presocráticos, com o s u c s .s sn todas o cesi todas k s
civilizacicn cs, especialm ente sn 1ut prim itivas, no tenem os ye unu
sscusk que transm ito a 1us generad ones tucss'ves 1a . cetrinu ds su
iUndador, m anteniéndola m taata. C on 1a fitascfía presocrática naco,
pues, k írbdí'ei2n crítica: «una t r l<ci d 2n que permitir y altante k s dis­
cusiones críticas entre sscuok s . ' s tin tas y, aún más sorprendente,
en s 1 cntsrct r ds una m 'sm u sscu sk . C o n excepción d s tas p iaagórí-
cos, jamás enco ntramos una sscu sk dcd icad a u 1a conservad ón ds
una d° a trinu. H a1k m c s , sn cam b io , tases nueves, m ° difia la tancs,
y k crítica e1 muestro .»25
Sc trata, dicr Poppsr, ds un f e n ó n cm únii t , «sstrscham snte 1í/c-
do a 1a cxtrcorcHnariu Ub i r í a . y arcativtaac1 ds 1a fitas c fía g iisgu » 26
Es ostc un fcnó m cno qus hay que explicar; dehemos ex p licar o1 nad -
m 'c n tc d s una t r l<ci d 2 n. «Si huscam °s 1°s prim eros vestiglos ds osa
cc^tiitui1 crítica, do osa tibort a . ds pensam iento, nos encontram os con
k crítica que do Tatas hiz ° ^ ax'm andro.»27 A nexim l n dro critica
a Ta1es, su m ocstro, uno de .os Sieoe . al^i'os, r 1 ñ u -d a ta r dr .a Es-
cuek jó n ico. «E sto induce o pensar que fue d r i n r 1n Tak s d quc
m
u n Có .a nueva trLCi d ó n de 110cito <C, 0aiada cn uno nueva ic lod ó n
en tre mo^í^it^o y olu m n o , y que dc c ite m odo creó un nuevo tipo de
cscud a; toto1M tn tt d'Lttm ta dr .a pitogórict. Parrcc; rn efecto, que
.1 p crtonalm cn tc tv m ostró to k it n t t con .a crítico y, k mds ÍMpor-
tantc, instauró .a trtd i d ó n que to k rat a .a crírica.»48
Popper 1t^
a^a c1 nodm ienro dc .a t it <cid ón crítico o .a enseñanza y
a .a t cik u1 de Tak s; n r 1n l que Tak s h1in mucho más que tnkrar .a
c rí tico: «M e resulta ¿ ifíd l lM ta i n l l] uno i ^]]t <^i^i^:n entre mocstro y
diicír u 1o en .a que d prÍMCio i iM pltM cntc tok io .a crítico sin alen-
toik octivom tntt . N ° me parcce posible — onoto Popper-— que un
ol uM no cducod° cn uno trLCid ón doamát1co tv atreva o c ri tk t r c1
dogma (y mucho mcno» dr un sabio famoso) y expresar su propio
crítica. [■ .■] M c ind ino a pensar que Tak s fue r1 piCMcr profesor qut
Cijo a cuc alumno»: “Y° veo as' k c cocac: creo que rstán aií. Troto de
opo itai mejoras a m1 cn icinanza” .»49 Ei un ¡ c c ¡ o h iitórictm tntc
analizado y consolidado que «la Escuek jónico m uc .a primcio ce quc
.os alumno» criticaron a cuc maestros, uno generación tras otra».50 Lo
trodid ón dr .a di/cuitón crítica, dr .a crítk o fikrófico, tuvro cu origen
en Jonia. Fue una mnnvtd ó n extraordinario y fa n d tm t nt t l para .a
d vilizadón occidento1; ^^<^<^i^]^<^:rtó una ruptura con .a titd id ón dog­
mático, que admite uno úmco c nctrcn i p io p it dr .a r icuria; y .a m-
trnducc1ón en su lugar dr uno trac id ón que odm k c uno pluraliCtC
de doct rín ió todas el k s encammadas o 0uscar .a verdad o trove1 de
.a ¿ iic u itón crítk o.»51

4. EL NACIMIENTO DE LA FILOSOFÍA COMO RESPUESTA


A LA DISOLUCIÓN DE LA SOCIEDAD CERRADA

C ° n ectas considerad ones Pop p ci o frece una explicación p i/cn/ógicO;


diríom ot, de .a géncsís dc .a t it d i d ó n crítico. E soa t xp licoció e ’fesul-
taría, sin cm b aiao, m u y frágil cá no tv co m binara con uno t xp lico-
ció n u k crínr ¿ r tcrn cncinlógicn o mstitucw naL «E1 n t d m ie n ro dc .o
r r n r 1l f i k tn fít , escrita P o p p ti e e r 1 cap ítulo 70 de L <
c b 'oifc y sus enínsgos puede Sn (^i^l^í>]^et£^]^le [.„] com o una ri-p u i-in
a \c d iio luctón de \c l o cin tad ceric da y de sus cieenoic- mágicas. E —
el m tento do cusi k uir por uno “e r»ctanC l á perdidn “e mágica: m odi-
fsca \n Ct»dició n de ctonsm itir una teoría o u^n m k o dando lugar c
una nueva cl»dicinn , e- ¿ e d r \a tiodictón de des;^1f'a:i a 1c- teorías y
c tas m itos y de d iicurirtai crítCcam eni e.»52 «L c i o cied ad m ágica o
ctib cl o co tactiv ista» 1a Uom c Poppor -ociodad cerrcA c, y - c d edad
abieona es, por e1 co ntrario, aquella «en que ta- m ^ v Mu oi tionon que
tom cr deom ones personales».»3 L a so oied ad ceria da puede com pa-
rcice a un o iga n iim o: «sus instituciones, in d u ilo i k c ocitcs, so n le ­
grada;, -o n tab ú».»4 ¿Y q ué es ta que di-giegn a isa sociedad cerra­
do.? «A onso , escrita Poppei. k onu-n m á- p o d rio sc de 1a l 1 l ° ll d ó n
de \a sociedad cercada “ue e1 ¿ e sí^i^i^i^l^^Lo de 1c- com u m cacionos morí-
timac y de1 c o m irc So. E1 íncim o contocto con otras t i fouc está ¿ i c ti-
nado c m sn cr e1 sentil o de neoesi*l ad con que se consick ra 1cs m cti-
tú d onos í ro s l os; y e1 com orcio, \a m k k t i vc com ercial resulta ser
una de Lc- poces fo rmas i n que p u id e afirmorso \a in icictiv» y k m -
l i p i n d i n á » ^ d ^ d u 11, m d u io in una i o cied ad in que aián preva-
t a c e d tr & aHim o . L os v iajes por mor y e1 com orcio se convirrieron
in k c ¿o- principales característica; ¿e1 impeiiolismo ntenlinse, ta1
como se ¿esorcoltó en e1 siglo quinto entes ¿o Q ricto .»55 Lo- m tam-
y io- ¿e 1ci ok sic privilegíalos, tas oligarcas, conse craron como ^umc-
mente peligro-a- ostcs ¿o- características consistentes, cabalmente, cn
ta- viC/ic por n n r y cn e1 comercz’o. Com prendieron perf»cta m in ii
que «el co m ircta ¿e A tona-, -u comercialismo m o n itorio, su politi­
ce naval y cus íendenck s ¿em oc ráticas eren cipectos so M atios ¿e un
solo movimiento y que oic impocitie iiq u ilor \a ¿om ocracia sin ata­
car 1cc icíoes ¿e1 mol y sin ¿ostruii tanto \a político naval como i 1
impeio»^
E1 indiv idl p que vrvo cn k sociedad cerrada si na11a inmerso en
«absoluto-»: k c Mica que nl^iaza -on «1co Fer1 »1, ta - vetares o-tc-
h1i c l l oi -on «i1» B o»n. Pero \o que ¿ontio do 1n sociedad ceriadc se
percibo y vivo como k V i rd »1 y e1 B ion, en e1 exterior cpcieoe co­
mo o1 prejuicio y k superstición. Esci e- exactamente e1 efecto pto-
l uci l o ¿e un m ol o incut»t i e por el comerci'o: o1 contocto con e1
otto pono cn orS-S- Lc fe ¿e \o- m 1emt roc ¿e \c l ocintad. ttcdicionC
6. D.-K., A 15 (Con k sigla D.-K. se remite a: H. Diels - W. Kranz, Die Frag-
menre derBerlín I.934. Cuando no cito otra traducción, utilizo k de
Angelo Paquinellij Einaudi( Tun'n 1958).
7. Véase K.R. Pepper, ^torno aipresocratici, cit., p. 238.
8. Alumno de ^ asimondro fue en su juventud, Jenófanes, que Popper comi­
e ra como «el fandodor del num'msmo griego», pero tomfoén como «el fundador
de la epistemología y de la teoría del conod m'ento». Véase K.R. Popper, Sema/Cmela
sconoscmto: zn tentativo di Mmostrare ^ sua grand^zza, en 11 mondo di p>
(armeníde,
cit., p. 63.
9. D.-K., A11.
10 . K.R. Popper, Riíano aí'cnl<
*sscnzítici cit., p. 239
II. 7b dem.

12. Ib , p. 240.
13. Ibi, pp. 240-221.
14. /bi p. 241.
15. Ztókm.
16. 7b dem.
17. Ibi p. 242.
18. Ibi p. 243.
19. Ibi pp. 224-225.
2Q. 111 p. 248.

21. Ib j p. 248. H arón en opinión de Popper, basa su totalitarismo político en


e1 historidsmo, es decir en una supuesta ley de desarrollo de la historio humana en su
conjunto. H arón, afirma Popper, en k construcctón de su grandioso cua<iro de1
mundo, «sufrió k inf1uencia de Hesi,odo; pero k inf1uenda más importante fue k
que sobre él ej erció Fleráclito» (K.R. Popper, Za societh apemz e ' s u o í nemici, voL 1,
tr:. jt., A rmondo, Roma 19 9 7 , p. 3 1 9 ). Herád ito fue e1 fitósofo que des<^i^i^Jrió 1a ídea
de (/iluden). No consideró e1 mundo como un edificio estalbk dentro de1 cual
se producen ]os cambios. Para él no hay ninguno estructura estal ^ ningún col mos
Cfb dfem). E1 mundo, según él, es un «colosal proceso» (7b , p. 3 2 ): «T° das k s cosas
se mueven y ninguno se para» tal es e1 núd eo de su filosofío. El impulso a ]a propues­
ta de semelante 'dea fik s^ ca proviene a H erad ito «de k s terribles experiencias perso­
nao s que había sufrido como consecuencia <ie tas desfodenes socía1es y po1íticos de
su tiempo» (7b dew). Herád ito vivió en e1 periodo de revolud ones socía1es. Heredero
de k familia reo.1de 1os reyes saceráotes de Ereso, se almeó con e1 partido de ios aristo­
cráticos que 'm entaron poner coto al avance de k s fuerzas democráticas. Sus ^<^r^t^:(-
m'entos contrar'os a 1a democracia aparecen claramente en mrás de uno d.e sus fragmen­
tos. «Los efesinos (detarían ahorcarse todos uno a uno y dejar k ciudad en manos de
1os 'mtartas, 1os efesinos que aplastaron a Hermodoro, e1 mpor de todos el1os d'd en-
do: que nadie sea e1 meior entre nosotros y si alguien 1o es, que se vaya a otra parte
con otros» (D.-K. B 12 1). «Porque una cosa prefieren ios mejores a todas 1as
dem^ 1a glorio eterna a 1o que es mortal. Los muchos en cambio quieren saldarse,
^omo 1as hesrias» (D.-K., B, 29). «Pues ¿cuál es su mteíecto o su mente? Escuchan a
.oi cantores populares y toMtn como maestra a .a Mukkud, porque no saben quc “lo»
muc¡o» no valcn nada y solo tai pocos valcn”» (D.-K. B; 104). «Tatas cosai Mucho»
no .ai compicndcn, quitnts te tropiezan con elkó y aunque .ai aprendan no .ai com­
prenden, aunque así .o crean» (D.-K., B, 17). «También es lcy o°cdecer a .a voluntad
de uno solo» (D.-K., B, 33). «Los ciudadanos ¿d^tn cnmb:^tir p°i .a lcy como por
.ai muraUtí dc .a ciudad» (D.-K., B, 44). «Quc .a riqueza no oc folte nunca, o efesinoa
para que sv vea focn .o poco que va1éís» (D.-K., B, 125).
pero .a tacha dc Hcrád ko fut vana; y .o que, en cambio, ta marcó fu t10 tronizio-
rindad ¿e todas Lti cocas: «Todoc .as coiai sv mueven» y «eo puede uno °añafse dos
vicei en un mitmo fío». Dc a¡ : su mihtcncia s°0rc c1 combta y cspeddmcntc s°0fe
r1 cambta en .a vtao social. Insistencia, o0sciva Poppef, que «vt uno característica cm-
roitantt no solo dc .a fitatofía de Hcrádito, sino ¿d ¡ ktoak k Mo en general» (K.R.
Popper, L< cocicth aporto v ' suni nva/iú vo1. I, cit., p. 34). .¡o io focn, añade Poppci;
.a fita tofía dr Hcrádito tv M i mfict ta una dc .ai caractt rísticas meno» ta aMes ¿d
hittoaiá imo, es ¿ccia una msktcnck cxccsiva sotae e1 cambio coMbmoda coe .a ^°m-
r1cMcntaria citcncia cn uno intx°iob]1t v mmutoMc iCy dcldeitina» (IbíCCu). Eita fe
en uno mductaMt lcy ¿d destino Mitigo r1 Mctdo ¿e1 hi»toiici»to tete .os trastornos
sociales; pcio al MctMo tiiMpo es síntoma dr que tai historiadores no pucdce acep­
tar .a idea ¿d cambta sin una profundo tacha mtcrior (/OíaCm). L<; usas nn atn rotar,
si nopu cscos «pero itducitndn todas .as coiai a ..^ amas, a procesos, como .a coMbui-
tión, C r é d ito ¿cscutac en c1 proceso uno lcy, uno mc11^ una razón, una t afodu-
ría; y, destruyendo cl cosmos como cdifido, definiéndolo como un Mnntón de °asu-
fi; .o atintioduct como cl ordcn fotol de ..o^s ocontcdmicnto» en r1 mundo-proctio»
(TOz, p. 35). «T°dos .os ocontcdmicntos fluyan con .a eccts(dad ¿d destino... E1 sol
no sobrepasará .a medido de su tioytctorio; si no .ai EriniLt, ¿iosai ¿e1 ¿cstino y M1-
mstaas de Dikc, .o encontrarán» (D.-K., B, 94). «E1 sol gobierna y vigilo el curso ¿d
año, dtttrMinondo, mdicondo y Mo»tiando cut mutadonc» y .ai ¡o ras quc todo .o üc-
van» (D.-K., B, 100). «Ecte °idcn dc1 mundo, que vs r1 m^mo para ooctas; no hiin a
ninguno dc tai dioses m a ninguno de tai hom°>rcS; sino que ¡a »ido, es y ccrá futgo
vcvo ttcreaMcnoc, quc a su dv0idn tiempo tv tncitndc y a cu tiempo sv apaga».
«E1futgo cuando vtnga juzgará y condtnará a todas .ai cocac» (D.-K° B; 30).
22. K.R. Popper, Ráiaant osprciadastsc cit., p. 249.
23. /k?idcM.
24. ib ip . 241,
25. D.-K., B; 123.
26. 70', 54.
27. 88.
28. 701 60.
29. M/, 102.
30. 701 78.
31. Cfí. K.R. Poppef, Rí'toano aíptesocratící; d t., p. 250.
32. Cír. :'0íCtM.
33. D.-K., B, 78.
34. K.R. Popper, Ri'íormi cipresccratcdi cit:, p.
3». /biclom.
36. /hd»..
37. /bden.
38. Vecce K.R Poppei, . c matuic doipmtl»nifi 0 iof d i [»i0i^ o ind/cz ne/^ -cimlaa,
en Il., Congiz^dri e confutmzíoni, cit., p. MO. Vénnse tcnt i tn \o- cnscyo-: c) Come11
Unápotrehbifza unp» V / /ucc ju/fe ¿ue vi» d/^ imen/di (I); t) Gome yz n nápocietbi
^^ir unp»’ di luce mUr due viol í pairneilidd (1989); o) . c /lncplh risi/jJarcre k vi» dn’
h omínido?— oispottivcmonto capítulos 3, 4, » di ]/ mondo dz pC ln n /^id, cit.
39. «Esto — eccrihe Popper en i 1 enscyo TZmondo d Pcrnon/d^f, enscyo incll ido
en e1volumen 1 mondo d/‘Pcanini’de cit., p. 17;3— “ue \a pilmeto trfotación o “d ii-
fícodón de un sistema ¿educrivo; puede deokse que marcn o1 comSenzo de \a física
titó ca o Snc\uio di k teorizadón científico en genoinl.»
40. Verso Il., Riiorno niprrcoacaticii cit., pp. ^ ^ i2»3
41. Vecso Il., . c macuic doi prohlemifilosofic t e i» /cao rad/a no/^ -aenzc, cit.,
pp. 1-40-141.
42. RoComo áiprriocrntiii, cit., p. 2»2.
43. Ihidem. En o1ensayo 11 mando d°^ amenid», cit., p. 1Ü , Poppor anota: «Núei-
tra dvil1i adóó occil ontal s» yccc en \a ciencia, en p»rticlkr on \a ciend a ¿dmoaíta
pot Qoptmico, Golüro, Kepler y Newton. Pero La ciend a de Qopéinico, GoliLro, Ke-
pier y Nrwton “uo \c de k cosmología di tas griegos.»
44. R/iátn» cipi^í^i^<^(!^/^t*<
cí‘, cit., p. 2»7.
4». /bi p .2»8.
46: /bc»..
47. /bi p. 2»9:
48. /bdem.
49. Ibi pp. 259-230:
^o. /hi, p. 260.
»1. /bden.
»2. Id., . c jcrietkcperm ii’mc*nern/oi, vo\. I, cit., p. 132. Vennso tomiDrén 1cc con-
iMeiad onei dosarrolkdai combrén pot Poppor on e1 enscyo: Por unc teoric láaicná/e
d»//d t7,cdi'z:/ono, en Qongeittuie e ^<^/n“i•t^í^a*'^^^/( cit., pp. 217 ss.
»3. Lc -ocietá cpciic » s’iúo;1 n^j^/*<^c1, voL I, cit., p. 216.
»4. /b/p. 217:
»». /bi p: 220.
»6. Ibi pp: 220-221.
»7. M: Roscocaiv, Stcricdolmond» cnticc, ir. it., ¡cnsoni, Horenda p. 10»
»8. G.»: Kiik, . c náCllá dei mitigieo, ci*. in, Laíeraa, Roma-Bari 1977, p. 312:
^<9. J. Ortiga y Gnsset, /dieper unc ato na de/^f 10cofá, cr. ln, Sansoni, Floiencii»
1984, p. 9.
6o. Verso L. PeUiodii( Saggia izu/11 gomos do/ capitalismo. All» origini dolh mo-
dimicá Sugarco, M1k n 1988, p. 286 -s. Soyri i 1 coma puedo vea-e tomlDrén ms on-
-ayo: /! meramio e i7f\0 xCfi doncndi c .uc/cn» fcllicam, en Ao.Vv, SuI.Ugeneai del
capitalismo, al cu'dado de L. MlLOtte^s , Armondo, Roma 1992, p. 179 ss. S< ohre esta
m'sma h'nea se halbía ya man'festado J. Burnet, para e1 cual k génesis de 1a fi]^ s^<^i^í:a
griega hay que verk «sm ninguno duda en k ampliación de1 hstizsnte helénícs,
ompliadón debida a k gran expanssón de k s empresas marítimos que siguió al de-
cHve de 1a supremacía navd de 1os femcios». VéaseJ. Bume! Ear/y Greek PJibsophy,
A 81 C Bkck Ltd., Londres 1982; cito por k ti*. francesa: i /zurore de U phioosophie
grec-que, 1919, reimpf. 1952, p. I6.
61. K. Polonyi, La sussistenza de/fuoms, tr. it., Einaudi( Tunn 198, p. 21°.
62. Ibi p. 213.
63. M. pohlenz, L ,t^s^ns gran, tr. it., La Nuovo Ito1io, Florencia 1976, p. 214.
Segunda parte

T e o r ía s f ilo s ^ c o s c r i t i c a M es y c r i t i c a d a s

T °da teoría ^¡0™ ° no importo si científico


o metafísica, es ta1 solo porque está en reladón
con cualquier otra cosa, porque es un intento
de resolver ciertos problemas, y se puede d^cntir
rodcnalmente sólo en reladón con 1a situod ó n
ptob1emático con que está conectad .

k a rl r . p OPPER
Copiu/o cuarto

L a m t i a f í si c a a n t e d t r & u n t 1
d e 1 « p r in c i p i o d r v t r i f i c t c i ó n »

I. LA GENESIS DEL «CIRCULO DE VIENA»

L a h ittn iio ¿ e 1 pens amiento íi1n tólíico vi, rn gran p a ite, hi»to iio dr
teorías m etafísicas. En gran p a ite, deb ido a que sv ¡ a e dad° y sv ¿ a e
teoría. filo róficos que no tcnd iío sentid° calificar d r «metafísicas».
Ec .o que ocurre, p o i p o n tr olguno» cj cmplo», con .a concep ción
felibili. t a dr .a d cncia, con .a ídea d r un único m ét°d o d r .a m vcs-
t ia t d ón d t nrífico, c o e .a teoría dr .a m cvitoMc aparición dr con-
se c u e n d ai no m tcn d onodos dn acciones ¡u m an os m tt n d onodos,
c o e d 1n tu 1cÍnn1^i^o cn fitat ofía d r .a m atem ática, ctc. A »í; p u ci,
h i»toaio de1 pensam iento fitat ó fico com o M . tnrio d r ir o rías M ttofí-
cicac, p o i cjcm plo, . o ta r .a existen cia o no ex isten cia d r D ios, so°ae
.a notuiataza h u M in o , so ° re v1 o no dn .a h i»torio, s ° 0ie .a
m ejo r oaganizad ó n ¿ e 1 Estad° , i o 0ae .a existencia o no dcrech oi uni-
vrasatac váM o» r e todo tiem po y lugar, ío °ae n1 ñundamcnto ¿ e 1 co-
nociM tanto. Sv trata dn ieoaíac o ídeai dr .a may or im portancia tanto
perso nal com o h ittóríc o -íociaL K .n crcr tan sólo rn d iM pacto que
¡ a ejercido so ta e .a v cdo d r m Ulonct y m UIo s c . c1e ¡ o m b rc. una v 1-
i tan ¿ e 1 m und o com o .a m afxitta■
p urc bit n, t i ta h i»to iio d r .as idcai M etafístaa» ¡ a cnrrído n1 n es­
go, ¡a c c sólo unos decem o i ; d r cer siM pltM ente 0°ia a da en cuanto
considcaad a; n i m í .n i m ceo», que com o un «cú m ulo ¿ r t insenti-
doc»; «gritos ¿ e 1 alma», «sofism as ¿ r pociones ¡ u m anas» - ^mada mú..
En u n t palobia, e o ya ap asionante y M iroviltai a «historia» ¿ r m -
teeoo» o ricntad ot a .a to tacta- ¿ r .os p aobltm ts m ái im - o rtonres
y ^ f í cües, sino más bien k «prehistoria» de Uustanes y fantasías, de
angustias y deseos cam uflados de teorías.
lo d o esto sucede en V ieno entre 1os años de 1as dos guerras mun­
diales. En 1 9 2 2 , e1 físico y fitósofo M oritz ^<^i^licJk es 11amado a k
Un'^ v^ersidad de V ieno para ocupar k cátel a de Fi1o^<^:fía de k s cien-
d as inductivos — cátel a en k que ya hobío enseñudo Ernst M oc^
al que sucedieron e1 gran físico Bolztmaan y A d oll S tóhr, un pensa­
dor de tene n cia anrimetofís'ca. Dos hechos convi ene recordar. E1
p rimero es que en V iena, a ta largo de k segunda m'tod del siglo XIX,
el Hberolismo — con su patrim onio de 'deas originados por e1 Hu-
mincsmo, por e1 Empirismo y por e1 U tiharrirm o— habío sido k
o rientoctan político O minante. A demás, la L ínivers'dod de V ieno,
a d'ferend a de k mayoría de las univursídadus alemanas, se habío
montenMo — gracias a k 'n fluend a de k Iglesia cot^«^li^;a— sustan­
cialmente 'nmune a \a 'n fl uend a del M eaHsmo. Y fue precisamente
k mentalidad escosásSica, como necondaná más tardu uno de tas m'em-
hros más significativos y activos del C írculo du V ieno, c tto N eurotli,
la que e snsritui^'o una buena base para e1 ew^oque /¿g c o de las cues­
tiones filosóficas. ■
,
En 1922, Schück pasa a k U niverst a ^ de V ieno. Pero — recueo-
da Herbert Fu:^!]^!— todavía antees de \a guerra du ^ M - 18, un grupo
de jóvenes doctorados un filsssf1o, que hulb'on estudi o so tae todo
fístaa, matemática y c'unc'as socktas — entre tas cuales A t acaban
Philipp Franck, Hans H ahn , R ichl t d von M ^us y c tto N uuratli—
su reunían tas jueves por k tarde en un café de k viejo V ieno. Por aquel
entonces u] centro du ^ scustan du ustu pequeño grupo de jóvenes
estu& osos ura ptind pa1mente d positivismo du Ernst Moch . Poste-
tistm ente ustas reun'ones su reco d aran dentro dd Q rcuta — obv'a-
mente con simpatía y respeoo— como k «prehistoria» de1 Neopo-
sk rvismo, cuya verdadura historia com'enza un 1924, cuando Herbert
Feigl y f r iedrich Woismann v'sitoron a Schlick con k propuesta du
formar un grupo du discustón. SchHck oc(^l^1^t^ k propuesta y, como
resulta^ su celebraron tas coloquios ^ v'ernes por k tarde. Tal fue
la génesis ^ Q rcuta du V leno, que contó entre sus primeros m 'em -
hros al motemt ó co Hans Ha^ ol sociólogo y uconom'sta c tto N eu-
r^t^Jb y su mujer Olga (hermana du Hohn y tomt ó n el1a estudtasa
más ox h ouslivo do k r ia lM a1 . «El verl al i i o m t to d ° ¿ i \a fitasofío
serie piopiom ente esto: no ¿o cii nal a sino \o que puede dec1r-e, es
d.i cir Lc- proposiciones d in tíficos — algo, puos, que en Casotato con-
ciorne a k fitasofía— ; y siempre que alguien quiera p ioferii algo me-
tafícico, ¿om octrorí» que no ha d ad o cign ificodo c d irtos signoi.
E -co m eto l o serie imcatist:a<:to sio pnin i 1 otro — no tendría sensación
do que se \e onsoñi fitasofía— , peio sorin o1 único rig u io iam o n ti co­
rrecto» (prop. 3 :5 3 ). ¡ ota \a d oncia riome l entil o , y «ln fitasofío no
es una d end a natura1» (piop. 4 . 1 1 1 ).
W ittgenctein jamás “u i m k m lato ¿ e 1 Q rcuta de V '^rno y, d ’ i 1
N r lt » th, m uon^as de cua ofirmod onos no «con taron con \a ap roba­
ció n gener d ».? U n em bargo, oun cn 1ns lS ico rl ancSai con algunas
co-1- de W ittgenctem com o torna n en k s d'ii t m tai conccpcionos
de tas mi smos (com o p c l rtin con k «pollémica so ta e \os p rotoco­
los»), o1 rechazo de k m otafístaa “ú i una con stante ¿ e 1 p in c am ion-
to neopositivista: A -í, soy ae \a bcco ¿ e 1p rincipio de cerificácinm según
ol cua1 — —o n ox d usión do 1cc tautologías lógico-m otomáticac— S(nlo
riemen centil o 1cs proposicionos v i ríficaMei em píricom onti:
¡ chlick d iitinguitá 1cs cuestiones le1»^ , ; ^»- en cues/ones de ¿oo^o
y CúiS/omis di - intidp, p o i ta que no puede h abor un ^ i ^ ^ a de fita­
so fía ta m ism o que hay un sistem a cien tífico. «L a fitasofía — oscri-
he— no es un sistema de co n o d m ientos, sino un sistema de actos;
»s, en efecto , aquella octividod m el i »nte \a cua1 s i estaWece y ¿escu­
b ro i 1 ^<^i^t^ji l o de 1cs proposicionos. Por m edio de k fitasofío k s pro­
posiciones so n aclarao s ; p o t m el io de \n csin c sai son vorífitcd as.
E m \a cii n d a se trato do k verd al ¿o k - proposiciones, cn \a fitaso-
fí» s i tiata d i ver qué s i emi’om^e piopiom rm te p o t osícs.»2 D e osto
se ded ú c i que h acor fitasofía sig nifico so lam en te «locaüzai y establo-
cer ol sentido ¿e los dnumci’cd0-».? ¡ enttao que puede encontrarlo a
erar e s d i ¿ e fimtatanec ostensivas, yn que o1 sign ificod o de una pala­
bra, en últim o an álisis, «delae sor m ostial o , l ebo -oi ¿ndo».4
D e este m od o \a octividod fitascSfico s i comvsoito en a a ividad mz-
m k z: octividad que es o1 al“a y i 1 om ega do \a fitasofía d i 1 lenguaje.
«Con onterio rídod — occriho ¡ chHck— \a fitasofía s i plonteó cues­
tiones r i k t ivas ni origen do ta existente, k existen cia ¿e Diic)c, \a ’ n-
m o ito Hdod y \a K tarcod ¿ e 1 a1m a, i 1 ^<^i^t^(*l o ¿ e 1 m undo y k moimo
ab s o r t a d r1 o °ia f. N o to trot, cn cam bio, -Icau n t:aM ot t iM p ltm tn-
or a rcí oc fitósofos: “ ¿Q ué enoendéis efectivaMenoe?” A cada uno, iva
q u itn fueie y dn cuolquica coca que ¡ a 01e; te hacem os .a -ICgunoa:
“ ¿C u ál es n1 sentido d r tu razonam iento?” L a m oyoiía sv sorp icn d c-
i á ante muestra postuia. per° ; e e ta1 caiO; .a culpo no es nuestra cn
absotato: nosotros picguntam os con todo sinceridad y no p ictcn d c-
M oi ten d ci trampas a nadce.»
S ólo ací -o d iá n r v k afsr i ° das .ai diotr ita t fita»óficos quc — e—
m cja etes a .ac discustanes relativas a .a ° a f ° a ¿ d im p e rador— te ae-
íiCIcn, por cjcm plo, a .a ava h a d dc. m undo externo.6 Q citom cntc
. chlk k no sv »or- ie e d e dn que tai m eiafístaos sigan oún cn tut orrcc:
paia . 1 son actores que siguen declomondo cu iesu 1so -a -c 1 cuan d °
ya ¡ a desi^pai^<
^<^c:Co d p ú b lico / Y t c ncoa nuevo m odoHdod d r —r^<^-
ticor .a fitatofía puedc paaecer .a ncga d ó n m ^ contundente d r .a
fitatofía t i t & cin n tl, cn o tro» as]rc ctos et cn acolM od. n1 pun to d r Hí ­
gada dr un largo com ino ¿ e 1 pensam iento ¡u m o n o . p ara . d ific ^
rn A A d 0 ; el paÍM tr fitóto fo ¿el lenguaje no fue n c m R uiceü
m Po íeca rC, i ie o d propio Só crates.8L o . eco p o sitiviioa» soe, cn o -i-
n ión dn nuestro t utor, ¡ e i e de fo i d r .a posición socrático d cb iC° a
que, com o .a R ta . ofía d r Só caaiei, t t m ° ién .a fitatofía de1 lengua­
je et esen d aJm ente c iítica, quc i r ría ttM laién, com o tv rep ite una y
otra vcz, .a auténtico fitaio fít , «aprnac te tevanta cn una eu cva auro­
ra y ¿ c riam o su desp iadada d t ridod, tic m ° lt n tai seguidores dn to­
da. .ac co m cn tcs cfímcia» y todo» se u n tn c o n tri el k a rittnCn que
.a fi1o»olííii v itá am en iz ada, -u cs caccn que .a t niquilt d ó n dr su M ez­
quino sistem a sign ifico .a rum o d r .a fitato fía m ^ m l ».?

3. RUDOLF CARNAP: «LOS FILó SOFOS SON Mú SICOS


SIN TALENTO MUSICAL»

N ° dtfc^ ntn-dd ataque d r SchHck cs r 1 que k nzó contat .a M etafí­


sica R udoimC aIn a-: «M dtas m dk M o algu no podrán nunca ¿ a ie o s
una m etafíska»10 — t t 1 es cu perentoria orik En D cr logis c c tA uffyoiu.
der Welt (Lo constru cd ó n lógica d r 1 M undo) C o in o - ad uce só lo
unos ejem plos d r cu m etofísica.n E.oa; sie cm 0arao, co n ttitu y t d
tem a específico du escritos tatas com o Ü b irwindung der MUtapbi’s/ík
durcJ logischu A nalyse dur SpracJe (La superad ó n de k m etafis'ca a
través de1 anaUs's lógico d e] lenguaje, 19 3 2 ), ^ n G set und Suu/u:
Schjeinf ragen m M e eapJysic und Theooogie (So bre D ios y u1 almo:
pseu do-p roblemas en M e tafísk a y un Teolo g ía, 19 3 0 ), Schoinpro-
i l eme i'n dur PhoUosop^piie (Falsos problem as un R ta sofío, 19 2 8 ) .
T am bién para C o m ap.k m etafís'ca surge cuando, al querer decir
a k s palabras ta que un ningún caso se puede ^ cir, se construyen
frases sintác ric o m intu in co rrectas, o se tom an com o sign ificantes
térmi nos que un reaKdad nad o sig n ifican. Es lo q u e -p o r u jim p ta,
ocurre con 1as frases que co n tienen e1 térm in s «Dúo » » térm m os
com o «a b s o r t o » «incondictanado», «cosa un sí^ «ser un eí», «ei p m -
tu absoluto», ^^(^5^s^i/í^rc:u objetivo», «y o», «n o yo», utc. «L as p tsp o si d s -
nus m etafísicas — afirmo C arnap— que contienen estos o parecidos
térm inos no tienen ningún eentid o , no d'cen nada; son tan sólo pro­
posiciones oparentei .»12 C om o i ji m pta de pseudoptsp ssieionis
Carnap cita un pasaje de Was ístM eepp J)yeie? ¿ <
e H eidugger en u1 que,
según nuestro autor, H eidegger emplua k polobro «nada» como
nombre o dessgnadón du un objuto, mientras que un red idad — un
opinión du C ornap— «nada» sólo puede sur m trsduecds en e1 tan-
guaje como ente du juccta, como nugación du aserto.13 j
E n otros escritos Carnap trata du esnsidel al lo aparición du k me-
tafís'ca com o una uspedfica confusión du esferas 11^ni ^ti;íet:i^c:ae (Sphveren-
v im engun<
gdjr. E sto ocurre un k Sintaxis /ó g ca d d lengua*. y un d
ensay o D iu A ufga b dur WSeeum chanislsgihz (La fu n ción du k lógica
de k ^J^i^nr ^aS.I"" A q u í k m ita física es k fiHación de1 modo matm a l
du ^a^ r un razón cual 1as nomadas palabras u m versales, com o
«cosa», «propiedad», «re k c ió n», «acon tedm iento», «acccón», etc., ge­
neran aq uella confusió n característica por k que sucudu que «en k s
discusiones du fi1s s s fía tas contrin ca n tes h l bil n sin en tenderse» »"
Sin em bargo, oun t in tando un cuenta y tom ando noto du que k me-
tafísic l puede contem plarse dusdu e1 ángulo v 's u iI du un m m in so
choque co n tra k s reglas du k sintox's lógico, u1 argum en to prin ci­
pal que Cornap d iri^i^i contro k m lts físics es que 1as proposiciones
de ésta «sólo sirven para expresar sentim tantos vk atas».l6Acaso un me-
tafísico — l fit m l— podría expresarse perfectam ente en k m iístao
dr Mozoio. «E e c1 fondo, .os meoafí. k o» so e músicos sin talento m u­
sical. Y nuestra su posición — r]ro tia u t C t rnt p— dc que .a m etafísi­
ca es un succd áe e o , d crtom cntc in od tcuod o, dA aioe resulta co n fir-
m oda pna c1 ¡ e c ¡ o dr que c1 m ctofít ico que acaso poseía .a m ás
¿estaca d ^<^c^
;^tu<
e artística, es dccii N ietzschv, cayó Menos que todos
.os ¿emds ee c1 citado crio i. En efecto , uno gran p aitc de su o0ia
ricnc un con tenido p revolentem entt cM pírlco; se trato, -a fa r i p r-
cificoi, de anáH»1» h 1»tó i icot d r dctcrm m od o» ícnó mcno» ^Jitístt^co^s,
o dc análi»i» h iit ó rico-ps iíológicos dc .a m o io l pero .a o ° ia cn que
e x - resa de m oncio más resuelta .o que otaos expresan a i rav.s de .a
m tta físk a o .a ética, es d ccii Zaaatusiaa, no elige .a engañosa formo
ttó iica, sino abiertam ente .a fo rmo ¿ e 1 aaoe, dc .a -o e s ía .»I7
Ec ev idente que, para C oinop, «vs im potiOlc todo m ctafí. k a que
p ictcn do in ferir .o tiotcendentol, es ¿ t d i .o que yace mds al k dc .a
experiencia, dr .a cxpericncio m k mo [..■] pe ro com o n u n c t tv podrá
pasar d r .a cxpericn cio a .o tIa»cen den tc, .as con d u ttan t . m tto fí. i-
cac conttn da^n l it m p it neccsask m e n te unas ta echas a oiavés dc .ai
cuak i suage .a Uu ttan ¿ r .a tiascenden cia. Sc m tro d u ctn con ccp -
tos que no so e ie d ud ° lcs n 1 a .o dad ° n c a .o físk o. Concepto» que
so e fa k os conceptos y que por tonto de°cM o» aec¡azar tonto drsd r
un punto ¿e v'sta g n o teológico com o dcsdc uno óptico científic a
So e palaOias sin »en tid o , oun cuan<ta est. e san tifico^ . pna uno
larga tatd i d ó n y estén ligadas a d eitos tentim k nto». [—] N ° hoy
en obsotato uno fitatnfía com o teoría, com o sistem a d r paopoti d o -
n ri con caroctcrí. t k as propino», que puedan co m p a iaiic con .ai d r
k ck n da.»18

4 . OTTO NEU^,^^]H: «LOS Té RMINOS m e t a f í s i c o s d i v i d e n ,


lo s c ie n t í f i c o s unen»

E1 m ttn tn preciso dr crear una atM ó »feia 110>re d r toda con tam ino-
ció n M ttt fís.cc19 es corio t a iodo con todo decisión en tas escritos
dc N cu atth. En o p inión d r éctd todo .o que rstá más al k dr .a físi­
ca, o que no puede tia d u cir.c al lenguaje dc k física, «nstá vod o , et
M tttfís.cc i» ? «L os fitó.n fot no tic n tn al día dr h oy nada m teresan te
que ¿ e d r.»21 Lns ciencSas se m ontk men poi sí -o\ns y k lazcjn humo-
nn no puede llegar mas al1á do eUns. Lo úmSco serio que o1 fitacofo
puode y debc hacer d- «emplear un lenguaje quo osté \o mds posible
1ih>ie do \a motofís' cc».2? Qomo objetivo m itafísico fócümente alcan-
znyie aduce o1 m k ma pcscj i do H iilig g e r ya cital o por Qarnap.2"
Según nuestro autor, \o quo ¿esmoroliza d- o1 hocho do que k s discu-
-iones -o bie H iiio g g ii dic iditám a Los fitasofos hasta k otom M a1,
m tamtrac que un ta n rá p o ir i, tras \os estu& os nolm alis , comprom-
¿or p iific ta m in ti c E imstoin. Qom una imagen gen iol, siguioni o
isco razonamiento, ^Ifirma: «Los térmsn^os metafísk os i1c i i i n , ta-
científicos umon. Los científicos, um doi a craw s ¿o su iongua unitc-
rln, “oimom en su tiobajo una ospooio ¿o república ¿o ¿octos [...]
m tantrac que tas fitósofos son comparables a tas señores “eúdnles de
¡c n Gimigmomo Los cuntas, reclutaos ondn uno en su ptopia torre, on
k noche oscura, tratan ¿o protegerse uno comtt» otro tavantando
ccdn voz mks sus torres. Pero »stá oscuro, ú emen m t a ^ y can tan su
propio canctan. Y Fr i u l tSono plomamente lazcSn cuan l o , ta W an-
¿ o do sus ^nfi rm os“1ip^c0íi^cí que tom t ó n cantan sus canc iones on
k oscurtaa1 ¿o 1 bosquo, dSoe: puede ser que e1 m sol o iicm im uy»,
peio con elta on e1 mum^ nnda -e crriosgc, siguo \n oscurida<i complo-
cc.»24 Q om o i i j o V p l liem in , «Neurash es e1 ex o iá sta im p locable de
tol a tiaza ¿o m e»f.fSstca»2i o, on otras palabreos, de toda om octan quo,
on so rám a o no, hnyn penotrad o en o1 ám bito t i íSrico o s i haya l i c-
“razad o con ropas concopiuales.

EL «CÍRC ULO DE VIENA»: TROPA DE ASALTO


DE LA ORIENTACION ANTIMETAFÍSICA

Hosta aquí, un relato ¿o k s tesis antim etafísk os ¿o algunos represen­


tantes ¿ e 1 Q tcu ta do V iemo. Po d amos seguir c 1t»ni o textos tanto
¿o tas autores m oncio n n io s com o de o tros pertenecientes cl gtupo
(W oiismann, H »hn, K tc í i, Juhos, occ.) a propósito ¿o k on tim eto-
fíiicct26 L o im p o itonte en to ^ ccso e- co m p render que so ta e este
temo codos eltas estuvieron s e n p r e do acueráo. «Tropa do asako de
La o rioncod ó n an timotafístaa»,27 ¿ e fin k 1 f r onk a \os m 1^ 0!^ do1
C írcuio du V ieno, cuyas díscusiones — sigue d 'c'in do Frank— W -
ví'an du esntinus al puncíun cblens du «cómo poder evitar 1as tra-
dtata natas ambigüedades y oscuridades de k filosofía».^ Es cil r to,
^omo notoba también ^hU c^ que no ruirsn ios viunusus tas que
descubrieron k ontim itafrltae.l9 Puro es un hecho que estallan orgu-
üosos du habi r retomado y propuesto du nuevo e1 motivo onrim i-
tafí sico du manera radical y, un su opinión, defi nitivo.A este respuc-
to, escribirá Ri ichi nboch que «acaso no haya un k histstio du k
humon'dod una rivotactan moyor quu esta progresivo transición du
k naturataza du 1os primitivos, poblado du diosus, a k naturataza me-
tafís'ca du tas filósofos, y d . esta a k descarnada y cristalino naturo-
iuza du k física ^<^tual, un k que úntaominti hoy hechos y nuxos
conceptuales entre tas hechos».30 E1 punto culmmonti dd progre­
so humono, por ta tonto, se percibe un el atandono du toda pousía
un ta s conceptos ( B d g r j d c h a iu n g ) — obondsns sucesivo al que u1
propio Reichi nboch 11omo k « i sslivmizadón (Entgi'tturung) du k
naturaliza.

6. «EL SIGNIFICADO DE UNA PROPOSIC ^ N Es EL METODO


DE SU VERIFICACIÓN»

puus, 1os neopositivistas calificon du insensatas (uwss'nwing) las


'deas y teorías metafísicas porque no son reductibles a proposiciones
foctu d m inte v irificaMis . Su dimarcactan ustá entre e1 iungua'i sdn-
sato du ias c'enc'as empíricas y ul le n g u j insensato du k mutafísíca
y du k teología —.lunguae msunsato porque no es verificaMi midian-
tu situaciones otaurvaMus; dim arcarión quu se efectúa sotau k basu
du aquel principw < dd yerij k ación quu ^(^i^l1^(^ik fotrnuk du k siguiunte
manera: «E1 dignificado du una proposición es el m & odo du su verifi­
cación.» Y usto dignifico: «Cuando uueremos ul ségnifíco-
do de una proposición, duhumos transformarla a través du k introduc­
ción de «efintatanes sucesiyae, hosta que, por últim s, nos encontramos
frente a palabras cuyo significado solo podrá mostrarse dirictomin-
te .E1 criterio du verdad o fekudad de uno proposición consiste, pues,
un u1hecho de que, hajo «eturmma^ s con& ctanes, algunos eventos
-e ¿cn o no. ¡ i se hn establecido osto, se h n establecido tol o oqúello
de \o que se haWc on k proposición y con osto -e co n o cí su senticta.»
Es^'^iilente que \aVerifíca^lida1 en cuesttón no es unaVerifica-
Mlidcd dífoiíc sino doprincipco, «yc que e1^<^i^t^:il o do una proposi-
ciómno deponle naturalmente ¿e1 hecho de quo ks áicunstandas
on que nosotros ¿kictomenti no- oncomtiomos on un ¿otormmoíio
tiempo pormitono impiiemsuVerificadón efectiva. Laproposición:
“En \aotra onindo k Lum»hay montañas do3 .°0 ° mecros do CJcura”
essindul aabsortamente-enactc, aunque carezcamos doksmedSos
ttcnicos para vorificark.»Y ictc h'noa do ¡ chHcLfae \a\íno» segui-
¿c poi Qarmop: «E1centro do una proposición— ofirmoonPioh/e-
nas aparentes enfi0 s»fic (192 —)— oonsSsceonque expresaun estndo
doheoho (pensabley no necesaakmenteexistente). Si una (supues-
cc) proposición no cxpiesa un estndo ¿o hecho, tiene siempre signi-
ficai o; y e- cierta cuanl o »st» ostndo di heoho ox1-te, y “atancuan-
¿o nooxlsco. Poi tanto, cl margen¿okctransformacionestaucolngScas
¿e \n macemtócay ¿o \nlógica, tiononsentidoúnkamento1nspropo­
siciones del»ciinci»cmpírica. L ns palabras ti enen significado sólo
cuanl o mdkon algo “octuol; 1ns propocidonis sólo tienen sent^o
Cúandoexpresenunposiblecstndo¿o cosca; ¿o otro mol o, one1pri­
moronsotenemos unSOtcs’»(mbjgf(umpseudo-concepto) y one1se­
gundo caso unaSc^ n s saoz (un»pieudo-propos'áón). Dosucrcoque
sólo i c ostnmos oncomliciomoc do¿oddii soyreta - ¿ccos dok expe-
riemda, -eiá posible —oscrilDi Qarnap on k ¡Vnícxc'- /n< g^cc del /em-
guaj —— superar ese 1mexti1c»hle eniedo do prohijemos que se cono­
ce con i 1 nomhte do filosofío.» En sínco-1-, d1 edificio de1 linguoji
do \acSomdasi bccc on \os Memintcrirlifaicai, es ¿icir en ¿acos do
k experiencia smmeis»t»; y jií» lenguaje es o1 úm1co -ensato.

7. LA ARGUMENTACIÓN FILOSÓFUCA DE LOS NEOPOSm VISJ AS


ES CLARA. PERO ¿E- TAMBA N VALIDA1

D e-p ú ts do cuan to h emos ven ^ o i 1 cieni o hasta aquí, no e- ¿ ificÜ


oacptar o1 m eollo do k orgum entación “Uox Sfica do Lo- neopositiviitcc
c ionosos: si es r á M o o1 ptimcipio do Verifica d o r., ser1 lógico entonces
cl rechazo dr k c leorías m riafísk as. En vion caco, se aec¡azaron; -unc,
.ai leorías M etafísk as c« v irtud d r una idca fita»ó fico: d ratnd pin
dr v t rificod ó n . Y entonces i urg r e o tras du da. y o iros interrogante».
<E i realM cntc ni p tm d pfo d r vcrific t d ó n uno idea fitM tM tm tt con ­
so lidada, a .a que resulta CifíciC. y hacia im posible, fe e u n c iai? L a de-
M trca d ó n emite lenguaje sensato d r .a d cn cia y lenguaje m seesato
dn .ot teoría. filo róficot, ¿no convicitc al ncopositivism o, paaa ¿ c cia-
.o con -alabaas d r R ícocuI, cn «u na fitato fía d r signo salvaje
y v io k n sa?»32 D rs-u é s dn .ai críticas a quc d rain cir in de v t rifico-
ció n ¡ a sido com etido tonto den tro com o fueia de1 C írcuta;33 drs-
-u és d r que, en .a fitato fía analítico dn ° x foad y dr C am 0 ridae,
co e d w itta t« » ttm it« o «princ ip io ¿ e 1 uco» («ni dignificado dr una
palabra o de una ex presió n cs cu u io cn .a lengua; no busquéis d
tign ificodo, atended al uso»), al lenguaje hum ano e o te k p o n tn ya
— lo ex presión et dr G il ° ert RyCe— za-aooi defo rm antes com o a
.os - ira d r .ai m ujeres chin;a (4 y te ¡ a -a s ado al a e álisis d r .os ¿istm ­
io . Spracchsp i efe o L d-gu age-gdMec y p o t tonto !tM 0ién dc1 lenguaje
m ctafísk o ffC1d tspués dr quc P o--ea, aedu z a n d o n1 r tin c irin dr v eri-
ficod ó n y p to p o n itndo r 1 p rin cipio dr k ls ificaM lidcd com o d tm a r-
cad ó n entre cia n d o y n o -c itn c it, ob r k io d cauce a un exam en dr
.di fd ad oees h iiió ricos, lógicas y m etodológicos eetrc teorías k c tu d -
m cntc felt ificaMes, es dccii ck n r íficos, y teorías M eiofí. k a» que, cC
so e critk a ° les, so e tam bién t t zo n aMev 0 -u cs 0lt n, con todo csto,
t un recon o ciendo .ai gaaedei ap o itacion ct dn .os neopositivistai cn
ni ám b ito de .a fitato fía d r .a d cncia y d r .a lógico, ¿q ué queda dr
cu concepción antim etafísica? pero c ito . io n problem as que cons­
tituyen m oterio ¿ r nuevo» c m teresantes cap ítulos de .a fitato fía
con tem p oránea.

NOTAS DEL CAPÍTULO 4

1. ° . Ncuroth, Le déW iopsvaavS ¿u Ce relo de K/tnnt cz Vavcnn ¿e rempirísme


iogique; HttMtmm, pdtíi 1936, -. 49.
2. M. SchUck, Dic We«Cc ¿va POílosophie, en GAóra^ Cltr4f ;ii'!■
z e ol cuidodo dc
F. Woitmann, Gcrold; Vicmmt1938, -. 36.
3. Ftagn- Ccr E0Jz’k; Springti, Vk - t 1930, HL
4. Pos;itwismus una ^z/í’smus, un Gusammelte Afátzn, cin, p. 38.
5. Id., Apbaríeni/e al cuidado du Bk nchi Hotdy SchHck, Vieno 1962, p. 31.
6. W ase Id., p> o.q1tzyíxnus una Rnz/ismus, cit., p. 88.
7. W ase Id., Din Wanda «fr Pia/'i&^ sapiJ/u, cit., p. 39.
8. W ase Íd., Z Vio^ Vzennnut ¿zphioosaphie nnadítionellu, un f e nmmn/teAufzztzn
eit., p. 396.
9. /fe’, p. 390
to. R. Carnap, «Ubeiru indung der Mltcphyssk durch logiche Ana/yse der Spnachu»,
ünkenntnh, 11 (19.^^^), p. 223.
r1. Véase Id., Din logíniheAu^azz^ «en WehyFnlix M imir Vitlog, Vinno 1938, pp.
221-230.
12. \dL, Üblru)indungdinMelaphyssk durch /ogcch^éilA^z^yís.«er Sínzr,hu, cin p.227
13. V éase Mí pp. 22 J.-232.
t4. Véase R. Carnap, Dii Aufca^ái «en WSssnnechafishcgihnJ Virlag ^ r oli Vinno
1*934, pp. 5-6.
15. Id., Síntassi iogíec «i/ linguaggo, tr. it., ^ v^ Mj1án 1961, p. 201; sotae 1as
Sphürenveemnngungen yéanse pp. 375 ss.
16. Id., ÜhlnuindungdunMelaphysík duaca bgíehcAnclyse «ir Sprachi, cin, p. 238.
17. Ibj p. 24°.
18. R. Carnap, «D'n alte und d'i neue Logik», frkenntms, \ (193< 0), pp. 24-25.
19. Véase ° . Nlurcth, «Sozzotagin'n Physikolísmus», Enkinntní’s, H (19:31-1
p. 393.
20. M.;, «Magin und Ti chnik», Erkenntms, H (19:^^^), p. 24.
21. c . ^ uici1, Le déz/ioopemenn«u Curclu «n Wenno d Vazvnn «n l’empirismi
lagíque, cin p. 46.
22. Ib , p. n .
23. Véase c . Niuroth, Einheieswsssenschaf t undPiychclogíu, Sprínger, Vieno 1933,
p. 89.
24. Ibj p. 28.
25. G. Voul1imin, ^ tood. a ° . Nnuroth, Le déyulappementdu Cerc/o «e Ki’inno d
/zzvenV«u /'en^/ráme Iogtuun, cit., p. 5
26. Mn 1cmcts a mnnctanar tas escritos de H. Hohn: a, «D'n Biíi eutung dir
w'ssensshafdichi n W iltouffossung, mstasonti i ri füt Mcthnmastk und Physik»,
Erkenntms, H (19.3 ^-1í^:^^^), pp. 86-98; b, MIatbimatik, Lag/k und Natuieh1enneny
Springer, V ino 1933, pp. 20-22.
27. ph. FrcJ^^k, ^^^Bi :richt^»sobre k confirindo prnporatorio d Congrnsso di Praga,
fykenntnh, V (1934), p. 4.
28. ph. Modim fo ’uncuand !ts PhiScscphy, Harva^ Uniylrsity prnee, Cam-
bridgn ( M c s s .. , 1940, p. 1.
29. Véase M. ^hUc^ Dii W1nde «d PhiO oscphie, ch^ p. 33.
30. H. Ri ichi nboch, «D'n phitasophische Bidiutung dir modirni Physik»,
Erkennmisg (19:^0), p. 69.
31. W ase H. foidunlbach, «Einführung» al \ vol. de ZV^nnníni's, p. 3.
con k c nod onos formalos, como “existencia”, “identidad”, “unid»1 ”» (RF. ^trawson,
Ara/yce, ¡c/'onco umk Metaphysíque, sn Aa.Vv., . c pailosaphie cmc/ycíque, E iitionc de
Minuit, Pnrís 1962, p. 115). ¡ trawson ofrece un ejemplo do metafísica le scriptivc
en -u iihio Individuáis:A- Ectcy s’n De-críptiveMeCaphysics (P.F. ¡ traw-om '/ndivid\iali:
A- Ecia¡y c‘n Descriptwe Meiaphoysic-, Mrchurn, Londris 1959. Si trata, en yljc j, y en
cierto sentido, do un retomo c un an^ cis catogorik de cipo kamcian°, i “°ctúado con
Los Snitiumentoi quo ofi^ice o1 nisenc]1 ¿o Wittgencceln: Y ¡ tucrt Hampihiir escrita
c ocio propósito que, «como Kcnt y Wittgenstein han l omostral o, es proelso que co­
mineemos pot k cituoción human» ienl que condiciono tol o nuestro pensamiento
y lingúiji» (S. Hompchire, MetapCysicatSyitomi, cit:, p. 31); y dio poique «bajo todas
1»a gramáticas patticúkres de k - «^itrntac longúns hay una gramática má- ptofumi»
quo refleja \os ns]pectos univorsak s de \a experiencia humana. Ln cciea que no- espeic
como “ítacofoc es k de penetrar en ostc gramática m1—pioíunia» (Th , pp. 25-26).
36. Sobre cómo se consideran k - ceoríns metafísk as una voz establecido o1 prin­
cipio do “ols'fícafolidad como criterio do ¿omarcadón entro d oncia y no d ond a, si
h»b1n ya largamente en o1 capítulo 11 ¿o1 piisince htao.
C o p /tu /o químio

E i M é t o d o d e .a h t rm t n é u t i c o
¿e s i t a l m t n t t d i s t i n t o ¿ v ! d e . a f í í'd d ?

I. EL PROBLEMA CENTRAL DE LA «DISPUTA SOBRE EL METODO»

A vccc. cv icp itc que d m étodo de .os comjctuio» y i t fa tod omt» es


r1 m étodo de k fítk a o, a .o sum o, dr k i ciencias naturale», -e ro que
no va1e; p o t cjcm plo, pata k . d itciplimo» ¡um om íttico» (p iícoIoíío,
h ittoi1oaiofíoJ fiio in a lt, im a ü ít tict, ctc.). L a idea es que ex^ ie um
m étodo ¿tftitm tt pata am 0°s á M °itot (o 1« ciuto pata k i distin tas
ditd plina») — t 1 dc k i disciplina» físk as y n\ dr .di disciplina» hum a­
nísticas.
pcro ¿existen realm ente dos o mdi método», o Wcn toda .a mv t t ti-
gación científico tv ¿esarrolla otaded en do — comsd ente o mconscien-
ir m ente— a k i reglas dr paoccdim it n to y d r decisión dr um ú« Cco
Mí tndo, que es d úmCcn que ticmc .a fueiza de p t rM itim ot elegir .a
que en cada coio es — t1 existe— .a teoría mcjot, oun q u t no teega .a
fuerza de garantizar su cAiteza? R eferimo» aq uí .a rei p ursid dr Po-p e t
a tan im portante interrogante: «Mi concepción ¿ d m étodo dc .a d en-
cia et sim plem ente t i to: d m cim o sistem atizo d m étodo - red en tí-
ficn dr aprender dr euesifos e iio res; .o sistem atiza gracias al m ttau-
mcnto quc se Uamo discusión crítica. Toda M c concepción de1 m étodo
d cntífico tv puede resum ir en c ito . ores -osos:

1? topam os con um ptoblcm o;


2) tratamos dr resolverlo , pot cjcm plo, proponiendo una mueva teoría;
3 ) aprendemos de nuestros eiaores, csp edalm en te dr tas que ¡e m o s
dcsí^cal^i^t^i^i^o cn .a discusión crítica dc euesifos mtcntos dc solución.
O , dk ho en i ros palabras: problem as — teoiíoc— criticas. Q rio
que en i-cc- creo palabras se puede resum ir to^ o1 m odo de proco-
¿er do k ciencia lad o n d L»>
Así, pues, pnrn Popper, i 1 m ol o do proceder do k csencsa rodona1
se redúce c o frecer hipótesis com o intentos d i solución do tas proble­
mas, h ipótesis que hay que som eter a rigurosos controles a “cn do des-
o abrii on oUcs posibles errores que h an do corregirse m ei i anto ottas
h ^p^óitr^s^s que com^ n h ab rán do coi controladas, y csí sucesivam en­
te. E sco m eto i o va\i paia toda ciencia t^(^l^i^i^;^li en todos tas rin co­
nes do k in v jitigoción, siem pre que haya problem o qúo 1100 ^ 1 (en
física, en lingüístico, en b io lo gía y en i co n omí'a, on sociología y on
quím ico, on k inteipiotación y en k ti»i uccióm de un texto y en ns-
tio físic», etc.) no p o lo m o s sino m ventor conjeturas para luego so-
m eter1as c prueba. Poppor o ta erva comlDtén: «É laborar \a i i i j iemci»
entre d oncia y disciplinas h um am sticas hn sil o ¿urente m ucho tiem ­
po una m oda y s i h a vu elto oburrido. E1 m t to i ° de co lud nn do \os
p roblem as, o1 m ^ odo de 1cs conjeturas y ie fu tacionei \o ptocticon
todas eUcs. L o ptocticon on \a ieconstrucció n do un texto l añ ad o ,
ta m sim o que en \n conctrucd ón do una teoría de k l ^^dio^<^l^j^^vii ^^dw^:a
H »hi»ndp do G al amer, Popper sostiene: «Yo he ¿om octracio que \a
m tetplrc»cir n de \os toxtos (herm enéu tico) trabaja con m étol oc
claram ente d entíficos.»1 Y p o t último: «E1 m t to i o de \n- d end ac
so ciales, com o o1 de k - d i n c k s n a tu ia tac, c o n isste en \a ex p eri-
m en tod ó n do m ti n to i do l o lud nn do Los problemas [..J .»4

2 . ALBERT EINSTEIN: «JAMAS PUEDE DEMOSTRARSE


LA VERDAD DE UNA TEORÍA»

«L n ciend a — ofitmo E nctein— no e- un catálogo do hechos sin nexo


en tro citas. E c una croo dón ¿ e 1 m tetacto hum»mo, con cu ltaie mcen-
ció m do taens y do concepto»»5 y «n o ex iste ningún m & o ^ indu c­
tivo que pueda novar a ta- conceptos “undam ontatac de k fístan».6 L a
teoría «eo o b ia ¿ e 1 h om h,d, resultad ¿o un proceso de odop toción
extraordinariam ente k t a r i oso: hipotético, nunca complotamonte do-
fim ticp, siempre sujeto a ¿ '-cú stanes y a du de,» .7 L a so lud ó n d elo s
problema precisa de la invención y de conceptos: ideas y concep­
tos que hay que someter a la criba de la experiencia. «La experiencia
es el alfa y el omega de todo nuestro saber sobre la realidad»;8y «la
verdad es lo que resiste a la prueba de la experiencia».9 Toda teoría
debe controlarse a la luz de las consecuencias de la observación: «De­
seamos que los hechos observados se deriven lógicamente de nues­
tra concepción de la realidad.»10 Si los hechos observados chocan
con la teoría, es la teoría, en general, la que debe ser abandonada:
«Si una sola de sus [de la teoría de la relatividad] consecuencias resul­
tara inexacta, habría que abandonarla; todo cambio sería imposible
sin sacudir todo el edificio.»11 ^
Siempre a propósito de la idea que Einstein tenía del método,
es de gran interés su breve artículo publicado el 25 de diciembre de
1 919 en el Berline Tageblatt, titulado Induktion und Deduktion in
der Physik. Lo ofrecemos a continuación en su integridad:
«La imagen más sencilla que podemos formarnos sobre el origen
de una ciencia empírica (Erfahrungswissenschajt) es la que se basa en
el método inductivo. Se eligen y agrupan hechos particulares de tal
forma que permitan apreciar con claridad la relación legiforme que
los conecta. M ediante el agrupamiento de estas regularidades se
pueden obtener ulteriormente regularidades más generales, hasta
configurar — teniendo en cuenta el conjunto disponible de los distin­
tos hechos— un sistema más o menos unitario y tal que la mente
que contemple las cosas a partir de las generalidades alcanzadas por
último podría, hacia atrás por vía puramente lógica, llegar de nuevo
a los mismos hechos particulares.
»Una aunque rápida consideración del desarrollo efectivo de la
ciencia revela que los grandes progresos del conocimiento científico
sólo en pequeña parte se han obtenido de este modo. En efecto, si el
investigador se acercara a las cosas sin una cierta idea (Meinung) pre­
concebida, ¿cómo podría aferrar, en medio de una enorme cantidad
de la más complicada experiencia, hechos que son simplemente de­
masiados para poner de manifiesto relaciones legiformes? Galileo
no habría encontrado jamás la ley de la caída libre de los graves sin la
idea preconcebida según la cual, aunque las relaciones que nosotros
de hecho encontramos se complican por la acción de la resistencia del
aiac, sie em bargo const elam os quc cn .a caída csa resistencia desem ­
peña um papel tu stan da.m entc mu1».
»L ° s progreso. aedm enoe gaandri ¿ e 1 com odM k n t o ¿ r k motu it -
1rzd te ¡ an consq^iu^do siguiendo um com ino caci d ítm e tf ° m ^ntt
opuesto °1 d r .a m d u cctam. U «o comccp ción (ErfiMu^mg) m tu k ivo
dn io c e n d al d r un gran conju n to d r coioc üeva ol investigador a .a
pf0pue»ia (AuíSteii u s g d r un p rin cipio ( G rundgeietz ^
) hipotético o
dn vo ii ° s p rincipio» dr nctn tipo. D t i p rimd -to (sistem a dr axiom as)
él dr d ucA p ot v'o puiom tm tt lógico-dcd uctivo k c consecuenck s de
1a M a n cit mác com pleto posible. Estaa comsec uen d as ex tiaíMe» ¿ d
principio, con frecucncia m td k mtt ¿esarroltas y cd cuta» ob uIrictas,
se compoiom luego c o e .ai exp t riencios y ptopotccomom ocí um cri-
terc° -a ta h ju trificoción (Bcacc/^itzgumg) de1 pam d pto t d m itiCn. E1
ratncirtn (oxiomos) y .di consecuencias fo tm tn ju « t0 M t«tt .o quc
se iitM o una “teoría ” Toda -e is o e a cu k o sabr quc .os m ayores pto-
gancoc dc1 co n od m it nto dn .a natuaak za — pot cjcm plo, .a teoría de
1a grovitt d ó n dr N cw tn « , .a t t rM od^ m k a .a teoría ci«í tico d r tas
gocnc, .a d cci rodimámico m odeana, etc .— te ¡ a n niiai«odn d r nc0r
m odo y que su f a n^ m cnto cs dr naourataza h ip o tético. Ei m vetti-
gador paite, -u c i; siem pre dr .os ¡ e c h o i; cuyo eexo constituye n1 o °-
jtto dr cut nsfucazoi. pero él no llega a cu sistem a trórico por v'o m e­
tódico, inductivo, sino que mác ° it n se accrca a tai h e c ¡o í m cd1o«tt
una d ecctan in tu itivo en tre teorías -eesaOles 0didddi cn axiom a»
»U na te° n'a -u e d r p ctfectam entc int recono ci ó com o errónea
cuon d o cx ^ ia um t rto i lógico cn cut deducd oeeS; o Mt n pucde i a
i cc(on ocida com o Cnadecuad a ( u iz u íacjím iV) cua«d° um ¡ e c ¡ ° n °
se ^ moma o con uno dr cut consccu e e c k s. pero «umca -u e d e de­
m ostrarse .a w viW dr u n t teoría .Y d ta poique nunco se cabc cá tom-
° ié n c« c1 í u!uan te ¿ e scubrirá olg u - a cxp t ricn cio quc choque co­
cui c o e ie cuencias; y siem pre i oe im agm abits o tro» sistemas d r pee-
sam iento aa-aarc d r comcctar tai m ismos hechos. Si hay doc tcotías
ditponiOlcs, am t a i com pariOlc» c o e d M tttriol íoctu t l dado, t nton-
cvt no e x iiie « í « í ú « otro criterio -a ta p referir una a otra que .a m 1-
fada m tm tira de1 m vcstiaadoI. . i í se com p rende que alguno» inves­
tigadores que ¿ o m in o - ico rías y hcchos pueden e o o0staete ¿efeixfer
ap asio n adam ente teoai'a» o -u n itai.
do1 espfritu hum »no, m d uso para 1cc clenolns; pero se equivocan aque-
üos que \cs c o n iil oian njenns a tol a penetración crítica .»17 «N ues­
tra raznn es co^ \o co n trario a un m fcliM e m ecanism o generador
do \uz; eo ex traño, poro somos precisamente nosotros tas to d onaHs-
cns, \os que m ós ¿osconfiamos do el\a. Ya ta dijo p o i -u partee j ptín-
cipe d i 1os rod onaKctas: LC/rKtenxióm i» no equivocarse numoc esiina
p aiiinsióm ¿e 1onos. Y, sin omta r go, ^(doramos \a razón, Porque pinsn-
mos que só lo ol k puede ¿arnos i 1 snbei. ¿C óm o s i puede, puos, - i i
lod onoUstos sin elevar k crítico a alrísimo i i g n ii a i ? E i j-cc \a que
puede corrog ii 1cs n o d vas m d m od on es ¿o k m e n tí ^ m ane .»18
«Sota \os tontos y tas sem id il)ses, que o» cieen inv^u^J^n^oi^ohl^o i, coman
\a crítica p o t av orsinn; poro \c crítica no cía 0 k m ó- alta, pero -í d ir-
tom onti k ¿o te m ós “um^ monta 1 ¿ e 1 ^¡^(^í'í^itu, puos eo \a m ós eficaz
profilaxis ¿ d error. ¡ ó lo pueden consMoror k v il aquellos que, sin
1 1^ pasarían p o t genios .»19 L a toaltaad. es que «todos tas ¿ías o» co­
rrige un crror, todos tas días se aprende a saber m ojor i 1 foon que po-
¿em os h acor y i 1 mol que aún estamos con l onal os a l i j a r que se
produzco, todos tas ¿ías nos equivocam os monos que k cí/spela y
esperamos o hi»r m ejor a 1 ¿ía siguien te. eE q uho)carso? Q ottomom-
oo. E a una palabra que nsustn c \a gente. ¿E quivo>carse a cosca nues-
ci^c^? ¿¿Eq u ivocarse a cosca de nuestra v sda? L a so ip rosn parece estai
justificod» y \a acusadón comlatén eo grave. Y, sin em bargo, o nos
aventuramos n1 riesgo do un orror o ronund amoc c tas ta n e fid os ¿o 1
snbei. N o hay otto cam ino. E1 h o m hto que no s i eq uivoca no ex il­
io .»20 H o oquí dos pred o sns advertend as do M u ttc: «Que ¿ ^ fru to -
tas m ita fístaos con cus verá ades eternas, solare 1»o que aún no oe h an
puesto do ac uerdo. E sotros proforim o i nuestros eaiores ¿o hoy;
nos y asta saber que osto- co n tienen un poco móis do voil al que tas
errores do oyer .»21 «E n \c d m k » com o en k v 111, hay que to n ir un
pro-concop to, uno l o ta, pero m oUomoble — o1 p rejuicio do que ta
que s i ofírm» y que parece verl al i ro puede - i r “d so: hoy que a io p -
toi \a regla constante ¿e criricorta todo y c to lo s , ante- do caooa: E -
preclso progumtor siem pre com o p iim e r deber: “ ¿pot q ué cj ó o creer
» s o ” ” .22
4 . «EXPLICAR» Y «COMPRENDER»:
¿DOS PROCEDIMIENTOS DISTINTOS?

La toctanahdad du k invistigadón científico se rusud ve en k octi-


tud crítica du k s hipótesis o conjeturas propuestas como intentos dn
so t a d a du 1os problim cs. A ctCtui o itico que i quivcli a someter
nuestras teorías, oun 1as más consoHdccks, al control más riguroso
para ver si son felsas. Dcdo k csm etríc lógica entre conf ormación y
dismeneido (miltanis du confiomocio n is no garantizan k cuotiza dn
una teoría, mientras que un solo hecho controrio lógiccm inti k dus-
m iin ti), ' m in tamos k l sificcr, mostrar que son feteos, nuestras conje­
turas pcra sustituirlas, s' ta conseguimos, por otras teorías con moyor
poder expUcativo y previsivo — in k convicción du que, por m oti­
vos lógicos, no podemos demostrar que es verckdera,
tu yerdadera, ninguno teoría, m d uso k m ijor conso M ^ c. Puro para
que uno teoríc puedc sur du hecho control ^ a es decir fialsificcMe,
delbe sur tc 1 que sus consecuenc'as puedcn dboccr con tas «hechos»:
unc teoríc, pcrc poder sur verdadera, puede ser tam bién fek a. A sí
es como si garantizo k obbiltvidad dn 1os resultados du k investigc-
ción, siguiendo dn mcnerc escrupulosa y con d mcyor rigor ias re­
gias dn1método. C b jitizidad quu, por tonteo, lu u ,y lle a i onezoL/bilidad
du una iec¡ríb, y no a k posesscón «n k cuotiza. El felibi' ismr h u yi
asi' tonto «e1aogmotismo como «el. escepticismo y i l rd otivismo. En
ul a ^j^í^ri^< ^]l^11o «n k in vistigadón d i ntífico no toa c teoríc equivale a
otrc; y según tas cosos, aceptamos aquello teoría que mejor ha rusis-
tM o ios asakos «u 1a c rí tica. E if z libilísmo is íb yí,b íiuruapara i vüar
í i i í ^o i l s u iji t iv ismo ^c u c 1/ olZb íyíen c . Y o^(^í^í^i^;^s no es un hombni
que escapa a tas controles un k creencia «n qun t 'in i razón, sino más
bien un hombre que quiuri cprendir «u 1os propios errores y «u tas
ajenos.
T oa o nsto , sostienen clgunos, yc1e seguram ente un u1 a n bito «n
ibs c''enc/as nbturad s, pero ¿q ué ocurre con k s disd plinos hum om s-
ticas y, más o m p lio m in ti, con ibs c'enc'as h um cncs o c'enc'as «e 1
espíritu? s i co nfiguro a q u il M ^ o ^ in/tteY que tuvo com o
protagonistas, entre otros, o pensadores tatas com o W . W in d ilb o n i,
H . R k kl rt, G . Sim m d , M . W et a r, C . Menger, J. Schumpeten, L. von
E iic p asajr dn H c id eggci — dicc G adaM et; que fue alu m no cu­
y o— «n ° es a e te 0°d o algo que q uicia valer com o um piecep t° pafa
1a p iáctica dr .a coMpiemsióm, sino que descrita d m ° Co dn tea .iza r-
se ¿ e 1 p io p io com p render in tctp ictotivo com o ta1. L ° esencial dr la
i ^:f 1t 3^i.i^ir herm t n í utica dr H e id cggci «o es .a d tm o strod ó n dj que
aq uí « os o co n ttam ot ante un cÍIcu 1o , tino c 1 subray ar que nctv cíi-
cu1° tit n t um sign ificad o nntnióaico positivo. L a dcscriPd óm c« sí
M itm o k resultara transparente a todo r 1 que te dedique a 1a imtct-
p t t toción tobtendo k quc ¡a c c . Toda m tvtpretoción correcta debe
defen ^ tse d r la arbitrariedad y d r .os Hmiti d o n 1» que dcrivo« dr
mOTmcten res ¡ a b ito» m enta 1eS; M ñ t n 1 » k c “c o i 11 m ism ts” (que,
- a t a 1oi filó lo g o i, so e tcxio» dotado» dr ^(^i^tido que a su vcz habk «
dn cocac). . o m creain de nion m odo a su objeto no et una d td »ió« que
ni in terprete 00 M 0 d r uma vcz por tod aS; tino .a “oorea prim cio, pcI-
m a«tm tt y úl!cMd’. E« eíect0 ; .o que tct « t que ¡ a c c r es momtener
1a m r odo fitm c c« cu objeto, superan do iodos .oc con fu »ioncs que
p io v itn ti- ¿ d propio m tvrint. Q u itn te ponc a imtc ip retoi un ttxto,
fealiza siem pre um p ioyccto. S° 0ie .a °dín ¿ e 1 sentido m ás m » 1 1 /0-
to que nl te:xt:0 1e MucíOia, él rc loozd d r m aneta p relim inar um ^ g ni-
fícodo del rodo. E inciuto r 1 sen tido más CnM edi^iin n1 te x to 1o o d ii-
be . 01° cn cuan to te 1er c o e d eatas ex pectativas d crerm m adas. La
com p rensión d r k que te o fre c í -a ta cnr com p rendido ooesíite ímtc-
gia m cn re c« 1a d ob o rad ó n d r vtv p io yccto, que por su-uesto se re-
viia contcnuomtntinen razóe dr k quc aeiulia d n 1a d r e n 01 com pfcn-
sió n de 1 texto .»24
E iia — cnM cmto G td o mer— cs uma dcscriPción t xtitm ^ tam en-
0r . uimoria ¿ d c/rcu/n heemenéuuico. pero r e el k te en t rev é y 0 con
ck r i dod n1 ctq u e m l d r fon Co de 1 p rocedim ien to ¡ e rm t néutico, cs
¿ c d i ¿ e 1 t eto m te ip reraoivo. E x Csoen oextos d o t° d ° s dr »entid 0 q ue;
< cu v j Z; ha0lam dn cococ; n1 in terprete se occrca a ro i textos no c o e
1d Mcmtc sem e^ n tc a una tab u k aoid; sino con cu - re-c a m p sensión
(y o wet^ andnisI^ s decir con tut p it -juiciot (Voruattz'ltj, cut p re-dis-
poeicioees, tut ex pectativas; dad ° esc tcx oo y dad ° 1ap>rt-cnMpatm.iíóm
de1 in térprete, cctn reb ozo um »ia nific t d o p t d iM Íntr d j vtv ttxtO; y
sem ej ante esbozo sc ok mt piecisoM en oe p o iq u e d tcxto es i t íd° p 0 i
n1 in térprete con ctef tas expectativ as dctcrm m a10 » dc fivada» dr su
p r i-co m p rin ción. Y k -ucosivn \aho t horm oniéutica cons1ste tereg ra-
mence on k ^]Jal^<^ira<^íi^n de loo» proyecto inid ol «quo ds contm uamon-
co revS)ado on razó n do Lo que ie -u lca dj 1n u 1cotipt Comprensión
do 1 to x to ::
En realid a l, «es preciso [...] temer i n cuonta que tod a i^’vi^ión d j1
proyecto m id d com porta \a posibilidad d i i - hozcr un nuoco pioyoc-
to d i sentido; que p u e le n entretejerse proyectos opuestos jn una
elaboración que cl “cn11 üeva c una v ^ tam m ó- o\ara d o ia un id»d d j1
l ig n if le a lo ; qúe 1a in t iip retoción co m sin zo con p ri-co n cip to s que
so n p0C0 a p0C0 ' ustitm doc p ot conceptos m ós adecuados. pr e d sn-
m ente este contcmua renovación ¿o 1 proyecto que constituye j1 m ovi­
m iento d j 1n com prensión y ¿o k in to ip io to d ó n js e 1 proceso quo
describe H eidegger. Q u ien trota d i com ptem ior ic d expuesto c 1os
errores le rsval os do pre-suposiciones que no tionon opnfirm»d ó n
on i l objoco.Tarea perm onen to d i \c com prensión es k ^lab<^]r»c^ii^Jn
y « t k uk d ó n do \os proyectos correctos, adooúados, que com o pto-
yectos -on anticipaciones que sota pueden oonvoHckrsi on r e k c ión
con i l objeto. L a únsca °h jo tic i i c d aq uí es k con fitm od ó n que u n »
pre-suposición puede redbiir c crcre s d i \c ek b o ra d ó n . ¿Q uo j - 1o quo
dist i n g u í 1cc pro-suposiclonos m acleoúad as sino d h ech 0 d j que, c1
de-arrollcr-e, oe revelan m iu ficien ies? A h or» H on, \c com prensión d -
01^ 1 cu posib ilidad outéntico sólo -11cc presuposiciones ¿e quo paite
no -o n 0rbit! »n »0 Hay, puos, un ce n t r o positivo en \c ofin^ d ó n
do que j 1 in terpreto no acced e n1 texto sim plem ente porm anocien-
do i n j1 m aico do k c pre-suposioiones ya p resento- on é1, sino quo
mós bien, on k tolad ó n con d texto, pono c prueba k logitim id o i,
es diC i! j1 origen y k voM oz do cnlos p re-suposiciones.n i
A sí, pud-, j1 interpreto oe aprox im a al texto con cu Vorotámdní-,
es i j d r con su pro-co m p rensión, cus pre-supoii d onei, ou° p reju i-
olo-, y -o bre 1a bdli do ic toa d at a ra un esbozo prelim inar dj m te1-
protación. Pero i s ti oslhoao puede ser adec uacta o no. Y es j1 -u0 j-
sivo an álSl Sl ¿ e 1 texto (y de 1 contex to) d que nos l 1 ce ac j l í j ptim ot
osbozo de in toip totod ó n es correcto o no, - 1 corresponde c 1o que
i l texto i l ce o no. Y oi ic tc piOmoio intoiptotoción resúlca con trari»
cl toxto y C1 contexto, cs ohooa contra alguna p ieza do ta- m ism os,
entonces j1 int^éi^p^i^oi^
o elab orará un segundo proyecto do l entii o , es
¿ e c ii umo uli t rtat in tttp itto d ó n quc someterá a crítica al tcxto (y oí
c° n0cx0o) pata ver ti vea intvipictoción puede resultar adecuada o no.
Y a .í sucrsivam cnic ; haeoa ni Cn fin tto, ya que i° torea cfel heem eneuta
ce uno íarvo eimfá—y ein cMOaago pneiO/c.
Pcro ¿q ué cs um proyecto ¿n sentid° ; un esbozo ¿ r m i t i p i t i t ción,
sm ° una c tn—A um o u e a hip óteeie o Otoríd que aíáim a que «el tcxto
dk e víí10 0 vsta otro»? ¿Q ué es cabalm ente k cn ttip ittod ó n dr un ocxoo
sm o una teotía i o °ae objeoos de 1 M u —do 3, solare n1 contenido dn o b ­
jetos de/ M u—Cn 3? Em efect° ; 1dí in tttp rtto d on ts son cnn jctuias o
h ip ótesi» i o ° f c r 1 t ignificod o d r 1os «tcxioi», et d ccii conjetura» so-
0fe r° quc 1d1rs textos d'ctm (so bre cu con t t n ido). C nMn um imvcs-
tiaodor e« n1 cam po dr k c d e e c k s fís'co-notufotes pi ° p °m t y pfue-
bd teo rías so ln e -Corzas (o ospcc ioi) ¿ e 1 M u —dn 1 , dcí d h tim e « tu ta
propone y prueba teoría. so°ae pieza. ¿ e 1 M u —a n 3 , I0° re v1 Mu—C0
depdpc/, y coM ° h ech o i de 1 M u —a n 1 (o m cjoi, cmunciados p i e íu -
MibitM tm;:c descriptivo» dr nito i ¡ech oe) pueden ta r e r añ ic°» teo­
rías prop uestas d r 1 M u —a o 1 asi' t t m ° ién hech o i dc1 M u—Cn 3 (o
m tj o r cmu «ciad os presum iblem ente dcscriP tivos d d co—tt n id o dr
dito i ¡ eohos) pueden dem oler teorías (o in tc ip rc ttc io n c t) p io p u c t-
tdc d e1 M u —Cn 3; o más ex actam ente, i o ° re tai texto», et decif soOte
p inza. d r 1 m u —dn dr papel.
N o Oodt °r<»!a/d fís ica o b/o1óaíuc eq u ivalí a niro: n1 -to c e io dn 1a
p fueba dt un - to c e io que co m ete rd. leo rías a una apretada 1uch o
p o t k »uPt rvivcncio; cs r 1 p to ccdim it n to que deM uestfo q u r soe
íd1iae .o. Oeo fíac que c ¡o c a e con tai hecho.; p o t m td i 0 dj 1a pIue-
0a d e ic ortam o. k e teo ría. más débüt s y dcd aaam °s v entad ^ 0 («o
cicrtom cn tc - a ta k ctern'dad? 1o otoaío q u r ¡ a fesis»id ° a 1os alaquiní
m á. rigurosos, eM peñándonos c o e íantasía y lógica cm des<^(^i^í^ir dr. -
m en lid °» ttM 0 ién en el 1a; a fc— d r av an z ar ¡ a c io oeoría» m ejores,
m á. rica. c« co n tenido m fotm tt'v o . E; igualMcnoe, no t» ! 0 inr7rp rc-
Mcwn eq u ivale a nt^aa: 1di - a o - ucstas dr h ip ótesis dr sentido mo s o -
rodas iguales, ya q u v c l tcx to (y r 1 comtcxto) no es (o mo soe) t—C iít-
fente (° m dtfcrt n tt») a todas 1di in terpretad o —ít t ; y d ttxto, rAra-
acAonando »o 0te k cntt t p retod ó —, puede echarl 0 abajo, es d^ ñ
ddmostia r que es inodecuada («oiotio» ¿ ' rit m o s í t li ific t r k l, o Oitn
- uede confitM tr k (y tom ^ én oqucí: no ciertamente -a ta k eternidad;
y aunque ^ í fuura, jamás podríamos saberta con euotuza) . Tol ds, pucs,
i l c/ncu/o h irm inéutico, \c descripción «u ta que sucna n un d procn-
so in titp retotivo (y sim uk á n io m inte 1a p rescripc ión du ta qun dehe
sucuaur, sí q uerem os interpretar bdncubdbmente un t1 x t:o ).

6 . e l c í r c u l o h e r m e n é u t \ c o y e l mé t o d o d e l a Pr u e b a
Y EL ERROR sON EL MISMO PROCEDIMIENTO EXPRESAD°
EN Le n g u a j e s DIFERENTES ,

Suogn c q u í e spontá n iam ente unc pregunta: ¿Existe re°lm enre d -


guna a i f l re n d c entre k teoría t a r m in é uticc du H .G . G od cm ^r y /a
teoría epistem ológica d i K .R . Poppur? ¿D escribe y prescribe d d r-
cu 1o h i rm enéutico un procedim iento « 'sá nto dn1 que aescrihn (y
prescriin ) di m éto a o que se resuelve un los tris m o m entos: p robta-
mas — tiooíos— coíricas?
N o q u iito alargarme demosiodo y i ig o ín m ia iotom^iete que m '
op inión es qun estas a ifl renek s no ex isten. £ / circulo h em en éu tico
y d meícdc du las ccnj e tume y las refutaciones son /o m/swo: am ho s
describen y prescriben c 1 m 'sm o procedim iento. G oa cm er cs c/ fitó-
so fo dul p t i-ju i d o: cl Intérprete no se al texto con k m nntn
cía du i ^ oniana m cm oric; y Poppeo ha m sisttao siem pre un qun v i-
y im os constantem en te un c 1 centro du ta quc éi 11om ° «u n hooCzon t i
du ex pectativas».
G cdcm er ^<ositiene quu sc produce un «choque» frente a un rextio
(yc sca qu i ui texto no i xhia c se n t^ o alguno o que su sentii o se
oponga inr^ utt'Mi m i nti a nuestras l xpeeíarival)26 que ü°mo nues-
trc atención sohre un uso «'stinto du1 lenguojn; y Po pper habia dn
p r o ilimos como du expectativas frustradas. Para G o ic m er son 1os
«choques» entru nuestros p rejuicios y d tix t:o 1os que hace in quu ci
hetm eneutc se puncatc du sus propios prejuicios y ponga un m c°chc
la cadnna dc interpretaciones cada vuz más aducuacks, y pana Poppur
son cabalmente tas problimos (cs «ecir ibs contrca tactanis entoe
teorías o entre unc teork y un oco n ted m ien to un u1 m u n a o — m d
jon, en trn al m enos unc consecuencia du u nc teoríc y un e nu ne ica o
quu p t isum ib li m i nti de^<^í^ihe clg ún hucho d d m u n a o) ta qun hace
quo tengamos on cuente k - expectativas que (acaso inconscientemen­
te) teniam os y que ah ona ya no se sostienen, y que por tonto dosenoa-
l i n a n 1a búsqueda do nuevas y m 1— adoouadns h ip ó tesis q úd habió
quo so m eter comb a n a \c pruebo.
po n consiguiente, G aí k m ir ofiim o que «q uien trata d° comprom-
len jc tó ox puosto c 1os errores l erivad os ¿o presu posiciones qúe no
tiemen ro n firm ^ ión on i 1 objeto »,27 y »- precisam ente i 1 montáis d j
una in toip retoción Snadeoual a ol que hace que i 1 hormonout» oa-
b ooe una intoip retoció n uk oríoi; onálogam ento, P o p p lr dfa m» qúe
t o i » co njetura i - ¿ i ssnenúble por ptimoipio, y quo 1 0 1 1 0 0 1 tiotor
d j i o sm entir nuestras h ip ó tesis, si querem os av anzar h »ck teorías
m ejores, m óc ofioaoe- docdo o1 punco ¿o v Ssta oxp licotivo y prov ici-
v0. T »n to pana Po pper com o poro G »l am er o\ m °n tís es íu n d r n o i^-
ta 1 pona cvc nzar on o1 sabor. En efecto, o- on o1 error i on d° ostó ol m o-
ío i ¿ e 1 p rogreso.
Po pper h ab1a ¿o k verl ad com o ¿o un Mea 1 rogulaior; G a ia -
mor escribo que «lo com prensión ¿o to ^ \o que h ay quo C0mpren-
d j 1 oon-s-ce in tegnamonte on k ^lJal^<^]^:^<^ic^ie ¿o ooco proyocto piolim i-
nar, quo o bc 1a n ^nto es co n rinuomonto revSsado on r»zón d j lo q ú0
rosulCa ¿o 1a uk orío i co m p rensión ¿ e 1 cox oo ».28 Popper sostiene q ú í
1a objotiv id »d ¿o k c teo rías se Mom ifico con su co n trok lb lic k cl, es
d° á r con j1 hoclio ¿o quo puedan cor som et í as o c o n cip l om píri-
00 in teriubjotivo y ropet^jibio en sus consocuenck - . G ai amor ofiim o
que «q uion ¿oooc com prem ior un texto ¿ e t a ostra llsp u o sto a q ú í
°°t e 1e diga algo. por tanto una con cien cia hormon^ t k ^ e n t e e lu -
ondo dobe sor piolim inoim onte sens' ble o k ' ak erid a l d»i toxto. Escn
i en-ib ilidad no presupone m una “nouti d i dod ” o t je tica ni un pl vi-
do d» rí m icmo , sino que im plico una preei-n tom a d j concion c k do
1c- prop ios pro-suposiclonos y do \os p ropios pre-ju icio i. H oy qúe
-»r oonscSent^es do k c p ropias p reven ciones pona que d tex to se pre-
-ente j n cu altorí 1 »1 y tenga co n cretam ente k p o sib ilidad. do ha-
001 v »l»r au a m ten id 0 d» v»rl ad resPecto a 1»o pre-suposiclones de1
m cttp rete».2»
poPPer ¿ e ia ir o lk una teoría i» d o n k ¿o La tto& ción y teoriza -u
carácter ¿o im p rei cin dibio, tonto on o1 reohaao (que puede ser sólo
p arcSo1, p o i g ra n le que pueda ser), com o en \o ^<^«^»^t^;^c^ii^r^, o on lo
h istóoico qun eaJrac^i^<^l^i^:^;a y «uturm inc un su co n |unto nuestra situa-
d ó n herm enéutícc, n os esforzamos por com prender unc a i term m °-
da monifestad ó n h m á n c a estamos yc siempre so m et e os a ^ nfec-
tos du 1a W0kUnngsgescSdchee.»»,3 Puus b'un, m cta so 1a com p rin sión
du unc teo ría científico (física o biológico, por ejem plo, cstá sujeta a
1a WrkUnngsdeeehichti . un b iólogo du h o y com prende k teoría du 1a
w o lu d ó n d i D orw in m u jo que c 1 propio D arw in — y usto exacto-
m ente a k 1uz du 1a h'stor'o du ios efectos, es «ecir du 1o>s desjarrollos
du 1c propio tu °ría, du ibe c ríticas a k m ism c, du ios ^ s c u b r im k n -
tos un c 1 cam po du ia i m briolo g ío y du k gun étíca.
Po pper h c b1c du ou to n o m k (al m enos pard ol! de1 M u n io 3. Y
hu cq u í s ólo un ujum plo dd ^ntipsicologism o du Gadcm er: «Soln-
mos ded r “i iti^jir un diálogo” , peno cuan to más un diálogo es cu tén-
tic o , tcnto m enos su «esan-oho ie p e n ie dc /a W unt: ^ dn uno o du
ot°o du ios m ti rlo cutorus. E 1 diálogo outéntico no ru^ultc n u n cc ta 1
com o ^ sooo s queríamos que fuera. E n neneral, es exacto dncir
qun un un diálogo se cstá “tom a os” , s1 no ya qun d i j á logo nos “cap­
tu ro” y n o s ‘ envuelve” . E1 m o a o un que uno palabra sigue a otra, d
m o i o un qun c 1 diálogo tom o sus ded síones, c 1 m ° a o un quu procn-
du y llega a su con d ustón, t^ o usto t'ene c'e rtomente unc dirección,
pero un d k tas in tertaci:r°T Uen o tonto dirigun com o son dirigidos
o c o n a ueia os. L o que “t i s u k á ^ u un diálogo no puede sabu°su con
a n id a r o n . E1 acuurdo o d rracaso us un ccontudm iunto qun su reali­
za un e sotros. entonces podem os «ecir quu h a sii o un hunn
d iá lo g o o b ien qun cstc hoWc n o d do bajo unc m clc nstrnl k . T oi o
usto in a ico qun d i i á lono t'unu un espi'ritu propio y q u e ias pclchoas
que un él su «taen üuvon un sLuna v i rá cd. propia, ta r e n “aparecur”
algo que du ah ora un citalan te “suoá” .»32 Y u n 1o qun onspucta o ic in­
terpretación du un texto, nosotros no pasam os du k m tr n d ón du un
autor al significado dd texto. A nte si' d in térprete no t'un 1 ibe intun-
eí° n^es d d cutor, sino c 1 tex to y ^«ólo d texto, dd que quíurn liegcr a
sabur qué us ta que dice, cuál us d mensaje qun un é 1 su contiunu.
^ « f r k mos seguir CneiItil n a ° so ta e k>s porctalismos ex istentes
^ietre G c ic m e r y f o p p nr (por ujum plo, «estacando u1 pcpel du la
«pregu n ta» un G cd cm er y «e 1 «problnma» un Pop per); pero ui onáli-
eie du taius paralnlismos (por a l cir1° beí) nos m uestra que no su trctc
rn absoluto dj analogías más o m enos vogoe o d r paralelismo», si« °
m át bitn dn dem°»ttor que noe h al1amos aeoe el m íimo p rnccdiMÍtmOn
Meíndnlóg/cn, descrito ee lenguajes ¿ ' fere—tv»: cn c 1 ienauajc fitató -
ficn-húM onístico dn G odam er y cn r 1 1cnauajc 1óaico-á enrífico dj
P o - - r i. Sj tiato, rn mi o p i—ió —, d r d o . jeagai ¿ ' feic n tc» defivadas
dr doe tiodid °n vt d ittin tst, d r «do. cu ku rai»; peto mác al1á dr 1as
d iferencio» d r 1cnauajc r 1 p ro ctdÍM Ít ntn M eto d o ló g ico que o ffece«
y G ad am cr y Po pper es d m 'im o : di ni m .to d o d r ra investig ación,
ni m étodo que debeM °s seguir ei queteMO» alcanzar teorías cada vrz
m ejore», teorías que, e e com porad ó n con ra. que cetá e f n com pv-
tcncia, resu ltan, a k ruz dr ra d iip o —iOlc cn una d^ii t i^JMi-
nada época, m ejore» que k e o tras. H c aquí, - u c i ; 1a tniái co t r a l dr
neodi p á g in a e : v 1 c/rcu/o heemenéutieo de GW tM t r y el Me'tndo dc 10
p ruc0dy ti trroa dc Popper eo—cl mísmo p roceCiMíV—Oo MAndo/ó<g/ cn,
expreiado ee do. lcmguajes Aferentes.Y ec rsto es v^ t n, dceaparc-
ccn loe razone. dr ra Ct»tm dó—enoie d ¿ r ^ an—y n1 Vractrchen.
U—o dtdaradón dr Popper que ya conoctmos: «Lo que Mf cepi ­
ta dnGad^JMvr es umamtjor comprensióm de1“método’ dr k . d t —-
oía. natuta1e» y k poticióm ci'tico. Pero m' teoti'o vt tan onti-pntiti-
vista como k suya, y yo ¡ r ¿emo^itiado que 1a i—tcrprctod ón dr 1os
textos (hermenéutica) trabaja con tac métod°s típico» ¿e rd .ciencia»
natutdes.»35 U—o dt cl¡aradón dr Gadamei: «Un d emento dc u—Có—
coe Poppet [» ] caro qur red ee d ¡ e c ¡ ° dr que Popptt haoe v°ler
1a 1nvv»tiaación u^MO un -toccio dn ¡allozgo dn ra vrfdad. Y rit0; pet-
MÍtrseMe ded tlo, es un conce-pto h trm tn .utico: d proceso dn inves-
tiaoáón en eíse muestra como ni ^ 'co criterio poiiOle pata n1 hd 1^ -
g0 dr la vcadad»36 E .to r° escribk Gadamer rn V't )r<C^íCy Méíndn,
dr 1960. Mái tarde, ee 1985, ofitmtt'o; «Que cn rac ciencia» dr 1a
notutaleza se hal1t - reiente uma problemático htrMtméuti00 Mf re­
sultó claro ya rn 1934 con k crit'co dr Mort1i ^<^(^i^:1ck, victorioso
soOte n1 doama dr tas cmumcCados protocolarlos.»^ Per° ya cn 1972
escribía: «E « cuanto a 1di aococ podemos cstar dr acuerdo so° re n1
¡echo dr que cxís0c ^<ólo una “lógico dr ra investigación d enu'fica”.»38
Exiitc, -uri; un Solo metodo cn k investigación d tntífic t, aunque
eean di.tmt01 rd. télcmcic dn piurOa. investigación d t nt'fi00 « ° tigni-
íica, —i puede significar, sieo tai 'nttmtos dr tolució—de problemas.
Y para ello se precisan mentes creativas de hipótesis, que son some­
tidas a los controles más rigurosos sobre sus consecuencias. Y si los
sectores de realidad interpelada dicen no a las sospechas formula­
das por la hipótesis, esta hipótesis queda descartada, siendo susti­
tuida por otra hipótesis que se supone mejor y que, también ella a
su vez, será sometida a control. Nos detenemos allí donde la hipó-
tesis logra resistir a los más duros controles disponibles en la época.
Pero siempre en la convicción de que también la teoría mejor funda­
mentada está bajo asedio y el error cometido, definido y eliminado
es «la débil señal roja que nos permite salir de la caverna de nuestra
ignorancia». Popper: «La búsqueda no tiene fin.» Gadamer: «La labor
hermenéutica es posible e infinita.»

7 . CIENCIA LA FÍSICA, CIENCIA LA FILOLOGÍA

Q ue el filólogo — crítico textual, exegeta bíblico, papirólogo, epigra­


fista— procede en su trabajo a través del método del intento y del
error es un hecho del que es plenamente consciente todo aquel que
se dedique o se haya dedicado a este tipo de trabajo. Algo m uy claro
en la reflexión epistemológica de filólogos del nivel, por ejemplo, de
Paul Maas, Hermann Fránkel o Giorgio Pasquali.39 «Nosotros no po­
seemos autógrafos griegos o latinos, y tampoco copias que hayan sido
contrastadas con el original, sino solamente copias que derivan del
original a través de un número desconocido de otras copias interme­
dias, por lo que su seguridad es más o menos dudosa. Tarea de la crí­
tica del texto es la restitución de un texto que se aproxime lo más po­
sible al original (constitutio textus).
Tal es la definición que Paul Maas da de la crítica textual en su fa­
moso escrito Critica del texto. Así, pues: tarea de la crítica textual es
la restitución de un texto que se acerque lo más posible al original.
Y esta es una labor con harta frecuencia complicada y difícil debido
a que la tradición ha cargado al original de elementos (daños, lagu­
nas, cortes, anomalías, corruptelas) variantes sobre los mismos pun­
tos, errores voluntarios e involuntarios, adaptaciones de diverso tipo,
etc.) que constituyen una auténtica «patología del texto», la precisa
y no siempre fácil-labor du1 fi1ó1°n°. En 1a poginc m áq vCyo, porque,
como anota Pasqua/» us k más hietótieo du su trobojo, Maas com­
para ia tr a t a ción a unc eortiln tl du agua: «U n tortuntu nace bajo
tierra, un k rcla c du unc mont^cñc inaccesible. Su « mete un tamifi-
caci° nes suhteoránecs, cstas un otras ramas y rcmificccionus a su vuz,
y algunas dn nl1bs aparucun un k superficie como mcnont'otas; u1
agua du ustos fuentes m m i& otominti dcsapaoncu du nuevo bajo
tiioro y puede reaparecí du nuevo varias vcccs un k superficie un ta-
na0Us más bajos, y cqu ífinot o um e seguir fluyendo o k v^ ta. El agua
ya. dcsdu su origen t'in i cotares sieimpoe ccm biontes, pero a eüos y
pu<^o^s; poso, fluyuncio bajo tiertc, pon diversos lugaois un tas qun du
vuz un cucndo v'inun a aftair un d agua mater'os que alteran su co-
1or. Lo m'smo ocurre un t ° da tomificodón y un toa c iuente quu apa­
recí un k superficie. Toa o aflujo du agua cambia u1 color («d rio un
un tromo, y ustc tromo consunva du formo «uractera ustc color; sólo
«ébitas olteoaciones du cotar se pierden, porque un td caso ibe bnubs
se putificon pon sí m ^ mcs un su curso. A nuestrc víeta, u1 agua que
ha. coi^l^ia<^o por nuevos oflujos se distingue du k originario, pero
sóta algunas vcccs se distinguí du to1 moa o que c1 ojo rec°n°ee 'n-
m a ta te mente qun 1a olteradón su duhe o nuevos aflujos; con f°ecuen-
cia se iistingui du manera qun ton ^■ólo us perceptible una « 'feoun-
cía dn1 rotar dc Aferentes manantictas. En cambio, d análísis uu1mie°
puede1a mcyoríc du ibe vcccs «eturminor i°s elementos impuros y °
m lnua ° puede du nuevo ota unur u1 eol° t °tiginori° ; otras vcccs nj
siquierc use ^ U sis puede ota in i rlo. E1 °b jitiv° du k investigación
us o tam im r1a g inuin ia c i du i°e cotares basándose un tas manontk-
1us.»21 D 1 m ^ o qun ia taona du k cnrico tuxtuo1 se configuro como
unc tarua sin fin y posible qun avanzo entru conjeturas y refutad ones.
A ustc respecto, escrita Autdta Roncoglio quu d propósito du 1a
criticc textual «representa unc meta '«na1, no siempre alcanzcbl]e con
seguridad, y quu más bien o vcccs tena rá quu oue°noídrsu froncamen-
tu íncicanzabln, pero a k cuc1 us oaiigcio tena no con todos tas nsfonr-
zos y trotar du acurcaosu a d k ta más posiblu.A td rin k cnrico rex-
tuc1 duherá se:ryír^su du toctas tas «atos disponibles, así como du todos
1° s e° n ° ^imilnt°I lógicos qun puedan permitirnos vclotcrios. Tam­
bién deberá ptop°oci°nor al usuario tas medtas disponiblis parc
controlar k vaM ez dn 1oe tesuloactas alcanzados, o iva io. dat°s caco
por coco qur ptopotcio—o k (¿ocuMcntactan empleada, oeí como k
juitific^i^it^n y tas criterio» seguidos a1efecto, ttnu—cit ndo sin reti­
cencia a k c posibles ¿udas ttsMuatee».42
. s 1, -ucí; ei ptoOlcmn », oeoríai; críticas coe tas trce momtmtos dr
ra investigación fístao y, mác omplioMtmtt, dr k e d end as naouralvt
(químico, OíoIoíío, fitin1oaío, geología, vtc.), problcMas, ocoríai, cri­
ticas ion ttm °ién 1os trce momento» famdamcntak s dr1Metodo df
ra critica textua1. CitmcCt es k físíca; c'vncio es ttM °ién ra critica ovx-
tua1, y am°as coe «cirnck » poique, ttotomdo oW'omentt dr proble­
ma. distintos, proceden con ni m'iMo método, que vt d de tropezar
coe problema» c mtt—ttr resolvertas a oiav.. dr conjeturas y ten ­
taciones. Tonto n1físico como d critico tvxtua1precisae dr faeias/a;
aM0°» precisan tam°ién dr tigot, y cut icorías coe nO/divoe poique
soe púOlictmcntc comttokMc», y pot to—to ¿csmentiWcs.
HefMtntuto et r1 fitóinan y ttm °ién ni ttoductot. Labot cit ntí-
fico et ra ¿e1 fítico y ra (M tioductoi^ . T rodudr cs intetpretot: n1 tto-
ductot te aorroa ol tvxoo qur va a tal ud a con cu «pre-compieeiióe»,
con tuc prejuicio»; y k d'^timto pre-comprensión dr tai ¿ifeteetes taa-
ductores netá cn k bdin dr ra d'fetemcio dr oioducd ones y ei k razón
dr pot qué um tcxto puede (¡y deOe!) inr conttanteMcnic tettodu-
cido. Y trm °ién aquí ra d'stamcia itMpotol qur . epata k aparición
cn d Mumdn de1 texto al traductor no es un ° b»táculo cn d rami—0
dn uno mtjot ttaducc1óm: cuonoo mác te comprende, con d -aiar dc1
tiempo, dr k lengua eMpleada pot d t utor, mks te sdon dr hittotio,
¿n etmogiafía, etc., mdor podeMo» ttodud t.
. t i ' es como comprendemos lo que cn T eoría e ¡ ¿cíon'd d n .o 0M-
Cuccíó« escrita Georges Mounm a propósito dr ra ttoducción dn ra

.1
Bi0i'o: «[...] Hojcor una oros ooia rd. ttoducd one» dr ra Bi01it que te
¡an sucedido a irav dr tai siglos cs siempre una asomtaosa expr-
r'tncio pata d rtctor ptofomo dr buena fe: ieemoí; pot ej emplo ,1dc
d'tti ntos versiones dr u—m'imo tcxto (el Cd—to r de lot conto ree, pot
cj cmplo) que siglos dr tactores ¡on d^tt i^m'mado odmítof; ra ÍMptt-
itan que te caco no condcno ra tioduccióm, e 'md uio no ptrMÍor to­
car con k mamo cu validez; cu contC—un perfcccioniasc dc una época
a ooio: aete nuestra víita; a cada una dn neoac muevas oraducd onv»dr
la Biblia vemos literalmente cómo se desarrolla una civilidad cada
vez menos semejante a la nuestra, a medida que nos vamos adentran­
do en los siglos; y cada traducción desciende uno o más estratos ha­
cia el original, igual que una excavación arqueológica permite descu­
brir un lugar enterrado.»43
He ahí por qué el traducir, como el interpretar (y como la búsque­
da de la verdad), es una tarea sin fin. Por lo demás, vale para la tra­
ducción lo que Gadamer escribe con respecto a la interpretación:
«El criterio para establecer la corrección de la interpretación es el en­
samblaje de los detalles en el todo. Si este ensamblaje falla, la inter­
pretación falla.»44

8 . EL CONOCIMIENTO DE UN PASADO INMUTABLE


ESTÁ EN CONTINUO CAMBIO

Escribe Lucien Febvre: «[...] Plantear un problema significa exac­


tamente empezar a terminar toda historia. Sin problemas no hay his­
toria. Sólo narración, compilación.»45 Un estudio histórico realizado
científicamente, añade Febvre, implica dos operaciones, «las mismas
que constituyen la base de todo trabajo científico moderno: plan­
tear problemas y formular hipótesis».46 Dos operaciones — comen­
ta Febvre— que con respecto a los investigadores de su generación
«se denunciaban como las más peligrosas de todas. Porque plantear
problemas y formular hipótesis significaba nada menos que trai­
ción. Meter en la ciudadela de la objetividad el caballo de Troya del
subjetivismo [...]».47
Así, pues, sin problemas y sin hipótesis no hay investigación, no
hay búsqueda histórica. «La invención debe estar presente por doquier,
si se quiere que nada se pierda del trabajo humano. Si no hay proble­
ma, ello significa que no hay nada.»48 La venerable máxima «hypotbe­
ses nonfingo» es un error 49 Com o también lo es creer que se comien­
za un trabajo de investigación por una observación pura y simple más
bien que por un problema. En realidad, prosigue Febvre, «si el histo­
riador no se plantea problemas, o si, habiéndoselos planteado, no for­
mula hipótesis para resolverlos, tengo razón si digo, a fin de cuentas,
que, como oficio, técnica y esfuerzo científico, se halla bastante retra­
sado con respecto a nuestros campesinos, pues estos saben perfecta­
mente que no deben dejar desperdigados a sus animales en el primer
campo que encuentran para que pasten libremente, sino que los insta­
lan cercados en un campo más bien que en otro. Y saben por qué ».50
En realidad, el historiador, como cualquier otro investigador, no
observa casualmente, sino sólo lo que le interesa, lo que es relevante
para las hipótesis que, con mayor o menos claridad, se agitan en su
mente como intentos de solución de algún problema por el que se in­
teresa. A quí está la raíz del principio por el que «se elige la historia,
elección que no es arbitraria, sino preconcebida».51 El historiador eli­
ge sus hechos, y para ello sirven «hipótesis, programas de investiga­
ción, teorías».52 En efecto, «sin una teoría preestablecida, sin una teo­
ría preconcebida, no existe la posibilidad de un trabajo científico.
La teoría — construcción del espíritu que responde a nuestra necesi­
dad de comprender— es la experiencia misma de la ciencia.»53 Cuan­
do no se sabe lo que se busca, rió se sabe lo que se encuentra.54
El historiador — afirma Bloch— razona como el biólogo, como
el físico. «Poco importa que el objeto original sea por su naturaleza
inaccesible a la sensación, como el átomo cuya trayectoria es visible
en el tubo de Crookes; o que sólo hoy se haya hecho tal, por efecto
del tiempo, como el helecho, muerto hace milenios, cuya impronta
permanece en el bloque de carbón fósil, o como las solemnidades,
en desuso desde hace mucho tiempo, que se ven historiadas en los
muros de los templos egipcios. En ambos casos, el proceso de recons­
trucción es el mismo y todas las ciencias ofrecen múltiples ejem­
plos de ello.»55 No hay observación pasiva.56 Es el historiador el que
hace preguntas,57 el que selecciona los hechos.58Y los selecciona ba­
sándose en sus preconceptos, en sus teorías. En una palabra, el histo­
riador trabaja como el físico.
El método de uno y de otro consiste fundamentalmente en hacer
preguntas e intentar darles las correspondientes respuestas.59 C om o
la física, «la historiografía es una ciencia en desarrollo en el sentido
de que trata continuamente de alcanzar un conocimiento más amplio
y más profundo del curso de los acontecimientos, que está a su vez
en desarrollo». «El verdadero progreso — escribe M arc Bloch— se
iv acizó cuando k ¿ u ck te co n virtió r e “cx om inodor’” » En 0 ieve; k e
hipótesis, a oravée dr k i cunte. n1 h 'i to r'odor trato d r responder a tut
problema», tic n tn que enr comtiolados. per 0 ; pata iva controlados
dr hecho, e'tmtn que cvr comtaok W ts dn principio. «N o te tic—c ¿e-
i e c ¡ ° a ¡ a c c r u —o t firM td ó n sino a co n d ic ió n d r que pueda era
verificada .»60 E1 volor d r u — con o cim it nto te puede m cd it «pot ra
pttM uao a o frecerle con on tccipoción a 1a rdButod ó n ».»1 Só lo rrab a-
j t —dn con h ip ótesis co n tto k ° lcs, y taoto—do d r fc futoak t , p u ed ee
triu n fer 1ac í uerzas d r k rozó n .65
C o m o n1 jucz, ni h 'i to tiocfor de0e iva cmpotciol, d t be 0uscar ra
¡o e e c io t um 'stón o ra vead ad . Para el 1o , n1 estu d ^ co serio «registra,
o m tío r ptovoca ra experiencia que ocaso ¿ i rá al otaste con tus máe
querida» teorías».63 En oíros térm in o » , 10 h ii?o^0ark ÍL va cicncin ei
y cuo —1 0 taaOdjd co« icoac'kiídüó í/kdO'/ts, cnntanhr^ vs, vi d td r con tro-
rs'ac derr^ncn0idi p o r .n cxp c ricncin, p o r /o bvvJ ot, - o t /oí (¿ncuMentO.
nm liz ndos. Y neí cs c^m o entonces co m p rendem os ró m o 1a disputa
so ° fe d C»em tot h ip ótesis, so0ie d 'fc ic n tcs in tc tp reioá onc» dn un
docu m ento e o es k m iseria d r u—a co rpotod ó n que mo -o ir n ra ver­
dad, sino que es ni almo ¿ e 1 carácter cie ntífico dr cu tioboj o. . s ' es
com o coM p ic-d cm o» que ra M uirip iid CtC d r conjetu ras, ptop ucs-
one com o 'netmeos dr »o lució n dr ros problem as, mo vt m iseik sino
riqueza: riqueza d r «m utad ones» ie tetectuateí; enirv 1nt ouairs ra crí-
t'co — »' existe— podrá eleg ir k q u r r e k época patczca 1a m cjot.
Em realidad, ofitM t Fe 0 v re; «en d 0 Iiaen dr todo odqucti d ón ' —it-
iectual cctá v1 mn-conforMÍ»mo. Loi progreso. dn ra c'vncia coe írutn
de ra discoidia. Com o succdc con 1nc herejías, que mutac—, sustan-
ck e 1d. religiones: oporieí ¡rdvtvsvs eósv.»64Tkl et ra razón ¿r que n1 ni-
pectáculo dr ra in vtttiaación, con tut éxitos y cut anvtící, raramen­
te concn.E1 «yo cctá ¡ccho»; rn co^l^i^o, ptovoco f r ío y obunf mienro.65
E1 pasado vt, por d tfi—id ón, um dato no Mn& ficoWt . «Pinito r1 cono-
d m 'c —to de 1 - a i ado es algo c« fáC il que tv íto—sformo y te perfec­
ciona constanrem erne.»»6 Y ncon co —n d M 't n tn c«f i t ri, cn dev en it,
su0e u—o oras otros tu t peldaños, «co n k m agn ífica ccatnzo d r no
p o d ct mumca 11vaar a ra cu m b re, dredr domdt pucda veasr cóm o k
ouroao nace ¿ e 1 crepúsculo».^ L n v^Jr]C^<C eo ve mumcn u—o pocrszón,
ci mn um p roceso. L a búsqueda no e 'tn t fin.
ofroco eo, anco tolo, una 1»cción de pruioncia» (/b, p. 128). Y eon toda clarilal: «En
tola olcce de iniagación, o1 m^ndo o»compone do a»- »lem»ntos: obi»it^;^<^ic^ie, ' up0-
lición, o rificación» (/b, p. 179). Y Augusto ^llltS: «Ln inv»mtivc y 1o ost^<^<3t^l-i^c^C(^]n
son los pnm010S cualidad»s de1 ospmtu humano temtón pora k cSoncia, porose »qui-
vocan quionos plonian qu» pueden disociai-° de una gran ponotrocion cntica» (A.
Mutti, Qucitro lezioni ounapenzui. Uprotljo c del moW^ s‘n mi»dicinc e biología (1905),
Zamchelli, Bolonio 1972, p. 20).Y -u convicción preciso onc que «no h°y dos o m01 mé­
todos pa1C llegar a k vordad, sino uno sota» (/b, p. 32). Y, poi úlrinp, G-A. Cp1pzzc
para quien «si nutieto temido monos imoginoción, ^ iw m no oe habría oquSvocal0
nunca, p»r0 tampoco habria ¿oscubkrto nndn» ( G A Qololla, L 7moag *n» nj1id
acienzaL: Appunti dipscoologic epoddgpga, Dittc G.B. Pnravk » Qomp., Tutm-Roma-
Mikn-Flotonoio-Nápolei 18< ^<
9, p. 13); y según o1 cual «on -u esencic, o1 proceso de m-
costigación eo í n t ico pora todas ica econí:ias» (/b, p. 14).
5. A. Eimitoin —L. Infoid, L jc 0ii«;i/0ne do/hifCacOc, cr. sc., Borinuhierii Turm 1964,
p. 301. _.
6. A. Elnitoin, Fi-C°c »nokiá en Il:, pensíen degli nnni dif c ilii tt. ko Bprinuhierii
Turín 1965, p. 56.
7 . Id., Ifondaomic dollcfisioc, c'bi p. 114.
8. Il., Lc ricercc ' denlifioa, enCono c’o vjda 0 ° omd0, cr. k., Gkchmli Mcián
s.1, p. 60:
9. A. Einctein —L. tafel1, L »co/uil0no ¿í»/1»f isioc, oit:, p. 160.
10. /b° p. 303.
11. A. Einctein, Qbo 000» 1n ioo ric dolk rolatiuiíó?, en Ii:, Como10 ce¿/p •’/nomdp,
cit:, p. 122 .
12. id., «Indiúution un1 Dedukriom ’m¿oi Physik», Bor/inor Lou»?10?, 25 d» di-
ciombio do 1919.
13. Qh: D»rwin, Moro Lotters, co1. \, p. 10.
14 . Id., Autohiogrcfin, cr. sc., Eincudi( Turín 1962, p. 12 3
r5. F. Dorwin, L ife nnd LȒim lfQbalLji Darwin, Murroy, Londre) 198 3 co1. I,
p. 149.
16. Qh. Dorwin, Auiohiogrcfiá, oit:, p. 12 3
17. A: Murri, Quccoio ki ion i» unc periisd, oit:, p. 2°.
18. Ibi pp. 19' 2°.
19. Ibi pp. 87-88:
20. Ibi pp. 45-46.
21. Ibi pp: 12~13:
22. Ibi p. 19. Sobre 1a motolología de1diagnóstico clínico vence:M. Auctoni, «Ep1s-
tomología contompoianoa » meto10 cllmic0: vantoggi e LcoicCoporat1ci^ », Meliz(nn n»i
-ocoli, 2 (1977); M. Bkdini, Ep/síooo/o< u/-o comtomporcmoc » olimoá Qkt» d’
Vito, Florencio 1975; Q. Scandeik ric .n ütacío^ c ¿o/10 dcagnosi piccim, Pa< dua 19 8 1
Il., Lc diagnosi olcnioc, Mksson, M i1-, 2° ° 5; G. F^dd^^t^ü, 1 1 oetpd0 sn
oodicinc olmioc e sperioientnj, ^ ^ i- Pa(aua 1981; AaVV., ¡copert1 edl'CgnlSS' in 0d-
licinn, 0 cuid.ad.0 de G. FederspÜ y Q. ^<^í^i^<^<^j1liri( piccm, p°du.a 1983; G. Gcunohi,
comunith d1//» comummzwne comí pluqupp°st° trascendental1 ddk scunzu sociali, en
Comunith e e°municuzíone, Ro^í^ribi^i^g & Sellien, Tutí,n 1977, pp. 168-202.
32. H.-G. Gadamlr, Vurith u matado, cit., p. 346.
33. Ib'p . 351.
34. Ibi p. 441. Véansu también 1»s oh»irvacioni» sohre aíál°g° o través du u n
mtécpret1 »1 que H.-G. G ciami r d udu un su »ut°bi°gr;aia: Maiso/ e compogni nul
cammino de/pensíUro tr. it., Quurinicn», Breseia 1980, p. 106.
35. K.R. Pcpper, Automtirpnitaztonefl1»»ofrie upc]CníCb cm too / iía/^jtí/c/, cit.,
p. 353.
36. H.-G. Gadamur, Vurith e mlodo, eit., p. 3 1 5 .
37. \a., Autocriticb (1985), en \a., Vl¡tí'tííZ u wui°d° 2 , tr. it., Bompioni, Milán
1995, p. 496.
38. \a., P»scoítt» alia íurm ci /zr°ne «u Vmrá e matado, un Verin: e nutoda 2 , cit.,
p. 6. En u1 t a ñ a nte abierto pon unc te°ría un'fic»1 » de1 métoao como1a que aquí se
proponu su puede ^t'cukr uno serie de «consecuencias d'ck ctica»» muy razonables:
\. Ensenalp lr rplobdmat”.
La investigación científico com'enza siempre ponprob/dnas. ¿Por qul la iidác-
tico d^ r ia umpuzar du otro modo? En ruclidcd, k aiaáeticc ha confundido a
munudo i°e problema» con i°s u^ ^
eoci^
i^
i^^í^s. Un problema es unc pruguntc para la que
— uu(cn 1a h^ u ckntífico o Judiante— todam no t'unu unc ouspuesta. Un ejer-
cici° es unc pruguntc para1a que uuiun su 1a hace t'unu ya unc nespuest» (la teoría
c° nocido o aprendido en ul 1ibt° de tuxro), que simplimunti su aplica. Son ios
prob1lmc»1°s que desencadenan ul outéntico proceso de investigación: e°nIeto-
ra°, e° ntr^oi^l», errores, nuevas conjeturas, disputas, construcción du nuey°s instou-
minto», etc. Quiun hace un cjircicio, en combio, no duhu equivocarse, no dehe
mentar nada, tiini muy poco que dscutir. Por consiguíintu: la ^¡níí^i^^^y^^za es un
proceso que ri^ 1 que sur «iscarollado — en ta posible y du 1a r° tmo cducuacia—
porp^í^í^111»^ »^». E1 ujircicio cii rtcminti no hay que °lvia»t1° : puro su rualiza para
adueñaose de i°s campo» du oplicación du unc teoría (y pon tonto de 1a teoría mis­
ma) sól° después du que su ha c°mptlndia° u1 significado du ia te°ría como in-
tunto logoodo (y no para k i ti rnid»d) un 1a solución du un problumc.
2 . l » «crea»widcid» m puede umuaarou, plo°íuddU sur c^st’muZzi^. No existí un método
n^cánic» para enseñar o sur cruadvos. Sin umiarno, como ha sostenido RB. Mu-
dawao, 1a creatividad puede s<^:t ^¡^timu1cda. for ta mino» de d°s rormc»: o través
dn 1a nnsnñanza pon problema»; y en v'ttu1 dn 1c d imin»ción del miudo. Si un
much»ch° quuda atrapado en ul campo mognético du un problema, intentará so-
1ueíoe^es, busebtá ouepunstbe: surá creativa Si un muchacho no tiuni miudo du erooo,
airá ta que piensa, fotmuk oá sus propuestas: surá cructivo.
3. L» ^phtdáón «peda^ón/ca» del uroon. Ei urooo (comctido, «dini ^ y luego diminc-
d^ us ni m^ 0 de 1a cíencía. per° » munua°, en d colugio, ul error se configuro
como un» nspnein dn pecado. Como ckrcmintu v'uron G. V li'ati y F. Enrique»,
1o que cu^nta en ui colugio es /» explotación dc^ cí/c» del erron. Si su ha queb»a—
tado un» regl» de pronuncioción, du sintox'» o dn gramática; si su h» c°mutia°
umtraoa de c^culo; .i sv ¡a tr i zado mol umexperimento; si se hn htc¡° una mdia
ttoduccióm; .i tv ¡a cdido de ttma; -ucs foc—, ei tv ¡o cora d 1 » un cti0i; veamos
pni qué y cómo vs que olguitn r° ¡a a)Mttido, ttattmo» de dam°» cutnto de 1dI
«anuías» de ¡ a0ctsc Mcti( n ve um chivón sin sídida. La dimrnd ón dd ^im tv
comvitttc neí en um moo'vo de progreso pata tock ra ok id 1a Mtn1t Cieoe C0M0
crece la ciencia: p°t 'ntenoos y din modón dc en-ores. Korl R. Popptr: 00,010 ví(n
vi rcW w probAmns. Y opttndtr a resolver problema» vt, en cim 0 M0d0, etMbién
optcndcr a vivir. C°mo tscriloc Komi^ td Loatnz: vivía vi opae-Cea.
4. DcsaamoOlar um «/nna» s/Cgeyicd reeolvrr um «^pai/airno». E1 teMk en o1acc ° en cdsn es
con frecuencia (o fue, poro eosottos) uea fuvntt de angustia: d tvma pot loaprcea,
ni ttma cobre n1 quc no sv eobe qué ¿ccit... Pero ¡acv umecma szgmíocd moher u—
pirOAno. Por rio d ttMa dv0v piepotoise cuidadosamvntt: c°n díscusí°ees; 1tk
turas, indagaciones, mtcavcncionct de tas profesores que s°0ft reic ttma t1t—t—
algo de decir. Y cuando sv culmmo ra preparación, tv rec e t ará rl ttma (e« k0tn °
en oloiC; do iaud1). E1 ttma concebkk. como tolud ón de umpaobicmo tquiva1v a
0rgurat7itíLr oídvor o re ocian de digumd ívs/t. Equivale ol cnnodim ^t 0 de u—
ptoblcMi y dc 1ne soludonts propuestos pata icsolv^la Y d.í vs CóM° d ttMa pna
rl Momento ¿^educativo (retórica vacío, amplificación dc k>. drenoc dc u« profe-
aor, etc.) tv puede ora—tforMar en mttaumc—to de fornodón cultutoi.
5. Hocd «vraa/oerc»y «acóúmrere», OanOdjO«¡erMenéutko»y, por 00—10 cimtífi00. Si vs
válido la ttotía hcrmcnéutica, dr el1a se detiva que d otaOajo de 1avvfSióe (p0f tjdM-
plo del latí—ol español, o de1 griego ol español; pcto eiM°ién ¿d d ^ án ° dei '—-
giée ol cs/^í^j^ol; o de1 cspíkíol ol inglés) es du^nrí’cr OtnhojO coee;i /^or^que pfocvae
p0i coju a o e y riaconecc. Como ttaOajo citntífico cs aquella práctica ¡ ^ ^ «.u-
tica que coesisic en ¡ncv rncvLMinnnc.
6. Por uno didám 00 «cicntíficn» Ia uno «historiogrnfin cicntíficn». La de 1o
histoaio vs, la mayoría de ^ vccre, una enseñonzo fictadtrio: nos fiam°» dj u« ttxt0
quv tv apttndt de MCM°tio. Lo invcitignción;por /ogcmerk, ae exuluye de 10 Cid0a-
OíCdCv id historio (y esto es c'trto so°ie iodo ve ia enieñanza .ecundark y en Un'-
vctsidad). U—o opottuma c°trección dr reto práctica eirá tepiesentoda p oa 1ot m i ­
tigaciones aCnhi»torio local. La hittoainaadfío 1ocal puvdv convcrtir. 1 en outéntko
mvcttiaadón hi»tóriC0 en que hipótesi» opuestra soe ^ift<^l:iv^:M^]ntt c0ntl0kd°»
p0i los Muchacho» Mtd'antt documentos (de archivo, ^avadon^, Mn—uMt—-
eos, testimonios otiles, periódicos 1ocaleS; ctc.) disponible» en1a propio 1ocn1idad.
7. Hziiorato Ct 10 ke—dCoy ^ ódñuezs Ia i0. kenkoe. inytccionts de hutorM(k ¡ ámán
en la CiCáctico de 1dS d tnck s pcrnioc- coMpttmdtr que k citncia es una 1ob°a
coltctiva que proccdc con ummétodo y que t'cnc uno hi»10ti0; a Mcmu(o torm0-
to. En lo comttrucciómdc umo mtntt crít'co-d cntífico y en k enseñanza de ia citn-
cía, la inserción dj 1a h'.tor'o de ra citncia desempeño, tnttc °tfas ooeni; 1a 'Mpnr-
taett íu—ció—dc: 1 ° uno /Mogcmc—de 10 kvnkn como ¡rc1» Amáaknente ¡ üt^ko,
ve ví quV Io ^r^a1 de hoy tvro' vcros^ ilncnte el trwr (n Mdñd—k ¡ ncvi vA que 10
kvnkn díftulc kv intentosy errores-, ( ná?m’víuansy at/tctak rnei, y qucprogreiopr11/'-
atMcme prrquV opaemle ( e loepr^rpós erroree; ¡ncv?1 v^i1 que 101 ^ n 01 ámtíf iakt
pueien ser dnsmentidas>que son e°sde han»n»syp»r tonto m bae°/«tbe, pewperf ec-
tíiids. La hiIt°ti» duia ciencia us, en ia ¿'¿áct'cc de 1»s ciencias, necesaria también
pana raolrer u1 graye problumo de 1a m°tivoción. Nb se dan ouspuustbs si antus no
su tacen preguntas.Y k s preguntas »1as que tas científicos toctcn duresponder sur­
gen pricisamuntu ¿d flujo de 1a hí»t°tio de ia ciencia.
8 Por U «conssrucción» ¿u uva «mnntncritica». E. Moch: «Quiuv c°n°cl toio ul cunso
du1 ¿«em^oMmiento du 1a ciencia volororá 1a ímpootcvcio de cud uuiur movi-
miunt° ciuntífic° cctua. de manera mucho más hbru y correcta de lo que pueda
hacuJ: aquel que, 1im1^t^»i ° en su juicio al periodo du tiempo que él mismo ha vivi-
^ yn »°l° 1a aioicción que 1a c'unci» h» t°moa° momentáneamente.» P. Duhum:
«^ r e r [» Mstoria ¿k uvprincipioj ssico sigmf ica /wcu, su bvblisis lógica.»A. Eiv»tlin:
«Quiiv ya no es capaz du experimentar asombro v' sorpresa ustá, pon decirlo así,
muerto; sus ojos se han apañado.»
39. Vé».nse: p.Maa», ^ t i c» dul turto, tr. it., Le Movniio, Floouncio 1972; H. Frán-
ku1, Tusta cnticoe critico dul testo, tr. it., Le Mtavviut, Floouncio 1972; G. Pasquílic
^ r i» aUlkz ^ ^ ¿z/ove e cn/zca dul tif o, Le Movniut, Florencio 1952; nueva ud., Movio-
«fori, MC1án 1974. Sotae n1 t^ma su puede consultar también D. Antisuri, rcuna »;nf-
^»ta ¿5?/ Liviovo, Pa<¿ua 1981; nuuva ed., Utut Libtuti», Tutiv 2001 , ebp. 3 .
40. p Maa», aohic» ¿i/russio, cit., p. 1 .
41. Ibj pp. 26-27.
42. A. Roncoglio, Poíncipi lbpplkbzionl di cntic» tusaa/U, Bulzoni, Romo 1975,
pp. 25-26.
43. G. M°uvin, T^rm e storm dulU trciSozí’lv i, tr. it., Einoudi; Turín 1955, p
133.
44. H.-C. Gadamlr, Veritá u mnt°d°, cit., p. 341.
45. L. Fehyre, Problemi ¿ ' mut°d° s/oríco tr. it., Ein»udi; Tutív 1966, p. 143. Por
su parte, H.-I. M»00^ (en La ean°sduvia st°oí'ca, tn. it., il Mulino, Botagno 1952, p.
^ 2 ) ha bfltmoa° con tod» ckriiod que «d hist°oioa°r com'unzc hccíéndosu uno
pregunta».
46. L. Fehyre, Pooálemi di, mutodo st°oíC°, cit., p. 143.
47 . /¿¿¿¡uu.
48. /bi p. 74.
49 . /^'¿im.
50. /bi p. 144.
51. M1, p. 166.
52. /bidum.
53. /^‘¿im.
54 . Vease /i72, p. 179.
55. M. B1och, ^ ^ gw ¿k/Z»jiooía o mustiurudistcnc°, tr. it., Ein»udi; Tutív 1966,
p. 6 3
56. Véa»e ib^;", p. 70.
57. Véase í'^í’d1». Cfi. también p. 74.
58. Vease ihí, p. I 2 8.
y minuún giupo d» porsonns poseo un monopolio de m^ftiH^d» (/bsdem). Do ohi
in neoosidnd d° una oomtsmua propuesto de oltornativaí y 1n urgonclo de una critica in-
oj-;^JnCe. AL^(^etn^»ti^
coi y críticos que constituyen tas dos pilares sobro los qúe o» bcsc y
nvánin tola 1a mcoitigkOón científica: «Cuanl o un hictoiiodor o un sociólogo es in-
iu d io poi -u prevención c reunir tas hechos en un sistomo °1 qú0 o-to- resultan ro-
“ractarioí, e- semeInnte a un oi^i-tí;:lop que bccc -u unifiocdón soyro una hipótesis
»rbittori». La prevención de portiia sirvo como un morco, ci ^ n »rbittoj-i<o, iontro
d»1 quo 1os hjoho- puolon o no onoajnr. Los ¿acos mó- recientes, a moilia qúe -íden
a 1n 1ul, o» dm»0' de una u otia porteo de \a prevención. ¡e estnyieoe una batalla ontro
nmbos ejérdtos d» pruebas; o1 científico sigue k - poripocias de 1a batalla, buscando
nuovos dntos para reforzar cus idees proconcolaiias. ¡ in ombargo puedo suceden qú0
do^cubrn ton ' ota he°ho- onpcoo- do tritut»t con cu poco cu pr0C0nc0pt0: Mientras
tomto él ho ^mtruMo una nueva hipótesi) mós conform» con los hochos, p»ro sin lo
suposicinn inioiá1ta' heoho^s hobrían permanecido como un montón carente d° senti­
do y toio hjcho añadid.0 no habrí/a se rv io mó- que para aumentar 1a confusión. En
1a hiitoii» y en in- c1onc1o) sooin1es, como on cualquier otra inceitiuación científico,
1ns 1d^en- piooomcobil ^;i no mono) quo 1n- hipótoiis desapasionados cumplen una
“u-0!0- vk 0 (Tb • p. 158). Y 1o \u^ cha ontro hechos y ceoríns y ceoríns ontro ellos, lucha
quo a menuio agito1a m»nto ¿o1 invostlgalor, os \o que cuoodo y dobe suceden en lo
mó- »mplk comumiio i 0i^i-tífl00, 1o °uiJ tiono que -or «uno palestra de 1stte oomp—-
toncia onCro provoncionoi opuestas» (/b*, p. 169). En ofocto, «ai oo toitaruio, ol hicto-
lioior 0 e1 ' octatag0 doscuidará \os heoho- que no o» ajusten a -u sistema y seguirá
' taníta fid a cu provonccón. pero oníonoos otro hiitorioi o]r u otio sociólogo, animado
d» una prevendón dhe rsn, ¿emuestro 1oc heohos quo -u predecesor había ignoralo y
fom 0 umcualro nuevo, quo censo puodo cor no monos ieformaio, p»ro ni monos ne-
v°k 1nppsi.biiidad de otra roordinadón. Luego oe presento un toroer estudioso que en
e-tc p»rt1cu1or cuostinn jcicóistte de provonclonos. E-ce oo]ntroio 1a iabor de cus prodo-
0e-OI'ja, corrige °ui (deformaciones, colma 1cs lagunas y uno tol 0- ios fiagmontos en
um' ¡' tem».globCl y cotaronte. De este modo se van 1^^\aJ^t^;^J^<^<s uno a uno ios velos do
1á “ai d»1nv»rdnd y 1a hktoria y ini ecenoca- -ook 1»- nlonnian una mayor molila do ob-
joticickl » (/0í^ d jn). Objetividad que no quiero ¿ooir sino opj^t^j^.^J^]^1^iiii^í^ddo ico hipn-
íe-i- propuestas. Y, en dect^ «e-tc otjeticidad rosulta no do \a “olta ¿e provoncionos
^ino dei conti^asto ^ o o proconcoptos en ^<^i^if^iot^4^, contrasto que on ol fonio o- C00pe-
lad ón» (/0id»n). Llegados c octe punto, eo mtorosanco otaerrar quo oconomistas del
nice1 de Ludwiu Lachmann y Don .acota se han momfe' tíido a facor de la idea -o-
gún 1a Cúk oi procedimiento hormoneutioo ta pomom en marcha tanto ol ooniumi-
iot como »1 ompr°sario ou^]ndo, pot ojompta, íntorpiotan ta' proolos como p0r ol eeo-
nomi^ ita cuanl0 mtorprota inc O dones d» tac detones oconnmlcoi, ta- movimientos do
1o- prec1p^ s, o 1cc m' titud 0-)»1 monotarias o 1a oruoniordón do economías imduitiio-
ie-, eC0. Véase a eaíe respecto: D. Lavo1o, M roduodon a Ao.Vc., Eoomornic- cnof Erno-
noú;íCtI, Roudodgo, .o ndees-Nueva York 1990; Ii., Unleistaaming g if fetestly: Eon»-
nju0iCs md ínoSpnntz^ojpíl > i Qrdja ofCommumkativoProcosses, 01 cuídalo de B. Qaldwoll,
Duko Umic0lSty Paeci, Durtam-10-!11:01 1990; Id:, Euclideanism vdtaulEnnomoíl /Li’as.:
fegiai de^i1inadas ol ^<^j^Tirnl empírico de ros Meo. y, pot to—to, a k sd eccióe de loe tco-
rídí razolblemente (ounqut no CtímitiviMtmtt) coitcspondicnic» a lo tcdidad. El
jt»uita P^erbrod1, ol quv k 1tctuta de 1a vi(o de tas sanios 1e h°bía suscitado un
«mro^dbk feoeta» hacia k htttncia de 1a ^ ta Edad MtCio, coniidttó falso. todo»
ios Cipinn^0»M t ro v in g io » coeservad°s cn ioe monasteri o». Antc cito dtcición — ao—
itnttmtntt objttivo, peto rn tt^ íkd mncámdc— Mrbiüon hiio motot que cá bicn es
cit rt0 que hoy Cip1oMot enteramente ía1S0S; tontón ro que existen otros que son
°uténticos. Y; en témmos genetolei, nosotros ttnvmo» tai Mcdi°s pafa dittmauir lo.
0uen°s de 1os Ma1°s. Puei 0icn, aquel añ° — 1(681, r1 año dc lo publicación del
Dt rc d^l^cLticz u«o gran fitcta en k hitinaio dtr espíritu huMtno— cv íu—dó Ctfi-
mtivoMc—1:c 1a crít1^co de ios ( ocumcntot de arcMvo» (M. Bloch, Apologio delk ¡otrco
0 mcstiere ( i storice, cie.; -. 82) E1 —tdmienro de ra critico h'cíóak 0 es comttMpotá-
nto n ia Cu(0 Metódica dc De.cartes y o ia c/ern/n de Golitao (Mí, pp. 82-83). Escri­
ta s°0fe netc ÍMpoatomtv ttmo Ftderico Chabod: «poro r1 conítnzo de1 otabojo “sistt-
Máticn” hay quv esperar en cambio o finota»dcr siglo XVII y romiera0»dvl siglo XVIII,
cuando, pna obto paÍMcan de ro escudo tru& to fia— uesa, tncareada soOtc todo p0i
ioe Btnedictm°» dc 1a Comaitaadón de Saint-Momt, y iutgo pna otro» estudiosos,
vntld 1oi que de.taco LuCnvicn Anirn'n Murotori, sv i—icCt 1a ^<^i^1tud “MoCca—O’ aeic
1a iobnr de1 h'.t0110101. La ( udo empieza o ¡ocerse ““mcíolico”; estimo», recuérdese;
dei- uéi dc Gdiko, dcipuéi dc Descartes; en k época de Ntwtn—[...]■ El estudio dc
1di futn1^ts cmpicza a .cr Mttódico y sistemático, pna ta quv odquítttn umvolor ontol-
mtntt nutv° 1di 11aM^ ada»citecías oiu^j^^1iotcí, de k hittotío, paleografía y CiploMático,
cfono1ogío, muMÍ»Mático3tpigiafía, eoc. (ptesvmos en d Df rc Czíiondftos dvl bcnc-
dict'nn Jcon Mr0iltan, ^ «d^or de ra CipinMáiico moderna)» (F. Chobod, Ltzzor/CÍ
inetndn etark a; Latviza, Bari 1969, p. 49).
G l p í u Zo sux to

T e ° r í a» f i l o s ó f i c o s e n t r e u s o y a h u s ° d n 1a r a z ó n

\. BERNARD DE MANDEV ILLE Y SU «ESCANDALOSA» FA BULA

A Bum ard du M a n i uvÜle dehnmos Zc ex presión «divisió v de1 traba­


jo» y unc v isió v más ck ra du ustc fenc^meno^ \nc 1u I° unc outorii l d
com o L o o i Kuynus ttjbutó altos elogios a alnuna» partes ¿u 1a ° brc
^<^<^i^(óm ico du M o v d.i v iili . Rcr su paote, Fri^<^l^:(cJ—A . H a y ik h »b 1ó
du M »ni i ^^ii1e com o du u n c «gran m ente ».2 C o n un Ub re titulado
Z,cfcá¿lib ¿u /as bheJbs, publicodo un segunda udicitón un 17 14 , M o v-
¿ ^ l l e 11»m ó ínesp erackm ente Za otunctón neneral y causó un cscán-
dalo p úblico .3 É 1, es<^c^
<
La e tam bién H cyek, se convirtió un «un Uspan-
tcjo, un v ° m b ol con ni que meten m il a ° o i»e punsonas rusputahlus
y duy° t as, un outor qun holb'o qun 1eer un secreto, con d qun se p o iíc
a i^]rout^:r du u n c parábola, pero qun todos sabía qun una un m o vs-
tou° iv m °o»l ¿u cuyas 'd ía s holb'» qun no dcjarsc t a fe a »0» .2 Sin em -
^ ñ o com ^nt» Hoyuk, «casi to .o » ta leyeron y pocn» uscaParon a
su m flu in cic ».5 ¿En q ué consistía, p uns, Za m onstruos» ivm otoli i o d
¿u ias 'd ía s ¿u M o n . i v Utar1
L » colmuno du qun hah1a M »vi uvüle cstat a p o i l a i c p ° 0 abijas
om bicioscs, envi diosas, astutas, v an id°»as, corrom pido». Su p rigu n -
t» M o v í ^’^í(í1í : «¿(Quién podrí» ¿ussribir ¿ e tol k .c m e nt 1 tocta» 1° s
rraude» que se com etk n un usta co m un a2» Y, sin em barno, °hsul-va,
«a p isar dc ustar todas uüas 11en»s du y 'c'o s [...], ci con, unto com o tal
n ° zaha ¿u un» feliz p rosperii c a [.»] . L °s v'c'o» dc i° s p rivados con-
trib u íl v a k felictaod p ú b lico». En realii c d , 1°s m i lm br•° I dn la
«soctattad» ¿u ibo ab ijan, «sigu iendo cam m os cbsotata ^ n r e contro-
ri°», su agrupaban eboi a su p isar [...] E1 lujo fastu °s ° d»ha trabajo a
lu ontojo poro que -atisfng an sus deseos y sus aspiraciones».? E 1 oons-
tm a m 'to piensa que tod o i \os ac o n te d m iontos soo 1ni»s y toda- k '
in iticucionos — el lenguaje, i 1 E stndo, i 1 ¿oreoho, i 1 lin oro, k noligión,
1a ciui a1 , etc.— son resultad d i planes in to n c io n a io i, reaHzacio-
n j l de proyectos exp lícitam ente elab onados p o r ta- r n ^ idu 01 y p0!
1o- gru p oi. L ns m ctitu cionoc, todas icc institucionoc, no son obra ni
de D ios m d i io natur d oza, sino que -on siempre “ruto dj planes h u­
m anos consek nces.
Um» versió n de \o teoría constructivista es i 1 psioologism o, segú n
j i cuái j i ^i^truidi 0 de k ^<^<^;(edaid ¿ e ta r ío reducirse a k psieoiouio, por­
que ci 1cc m i t k ucionei -o ocn1»- -on exclusivam ente fru íp d j el p e-
ronzn-, rem o res y proyectos conscientes, ro»lii a cio nos d j d j- jo - y
' atisfa e d ó n d i noee-idndos h um anas, encon che) 1cs d end o) sod d »-
l e berían nedud r se a \o investig ación de on1»- osporanzns, tem ores,
n »o»- idndo- y del» o l, eo ¿ocia ¿eb orían redu cir'» a psicología.»
O trc v i ratón de1 constructivismo es k il»m»i » teoria oonsp k oto-
110 de \o sociedad : tnn- to^ ocontedm ienro sock l hay siempre al­
guien que \o hn quoriio , y, p oi tonto, tras toi o ccontedm iento -o-
d d negativo (pobreza, pono, djlC ltre-, guennos, ete.) hoy seguramente
alguion que hn conspirado. E-cn teoría — oscrib» Poppor— eo «d
típico resu l t o ¿ i \a cecukrizadón ¿e una superstición religioso. L a
creen° ia in ios d.io-o- hom t ricos, cuyas conspiraciones explican k
Mctorío ¿e \n guerra d i Troya, h a muerto. L os dio'» ' hon ' id.0 obnn-
donodos, pero su puesto hn i Mo ocúp alo por hom bres o grúpoí po-
d»n0-0- — imiescroc grupos de presión cuyo perversidad eo responsn-
b1i ¿ i todbs \os malo- que sufrimos— como ta- fam osos Sabios d i
¡ ióm 1os monopolista»-, o loo cap k d iscas, o tac imperialisto i.» ! ^i^me-
janto teoría — prosigue Poppor— , k teoría conspiratoria dj 1o -ocie-
da1, «esrá ampliomonto compartido y bajo ia form» d j búsqueda d i
eh1vo^s oxpiotorioi ha imcpirolo muchos oonfliocoi políticoc ovita-
b1es>: 2I Jun;o d psicolo g í mo y o in teoría oonsPkatoria de k socie-
d o1, i 1 construc tm im o hn prospéralo vigoroiamonto on 1o ininte-
iium pid» Ct»dioi(rn ¿e1 pons;amiento utópico, cuyos representantes
han pnopuesco constantemente modetai de sociedad perfecta, anun-
d »nl o eon frecuencia -u próximo cdvem m knt0.
3. CUANDO EL «RACIONALISTA» PRETENDE DEMASIAD°

Tras t° a ° even to so cicl, sua h ueno o m»lo , hoy siem pre i lgu ic n que
1o h a q u in i o , proyectcd o y realizado. Tal us k usencia teótic» d e1
co m tm c tm s m a P uus b'un, a k eaz b du aquellos pseudo-racio n d
1ist|s quu so n tas con»tructivi»tc», Eriudrich A . Hoyuk v u un ui racio-
ndcsm o rarteskno1" Z» ruente du k qun «deriven todos ibe rorn L»s m o-
deonas d n1 c°v» tructCv i»m °. D usdu unt° ncus, »fitm », ha p rev d e d d o
oq uella nractand “Ero du Za R az ó n \ qun estuvo t ° ta1m l v t l d ° m i-
nada por ui uss^i'í^i^tu eaote s k n o ».»3 En c 1 D Sscuro° d d mé,tods (^<^j^i^in-
da parte) D d^ ontus — recuerdo Hoyuk— escrita que «si Esperta rue
un otro tiem po m uy flo r ic iuntu [...] su a ub ió »1 hech ° ¿ u qun ^ ie-
yUs, h d ^ n d o »ii o m ventadas por uno sol° , tuva k n rod »s e/ m i»m °
fiv». La rn ro v ^ r u ctrn st» ¿u 1°s \1u m iniItOI Za uxprusó m ilc r W -
tairn cu»n do un k en tra .» «Luy» de 1 ^ cñ ondrio rlS0sOfzcI renren-
ció: «Si queoéi» a uenas luyus, uuem ed ies qun tena s y h aced ^ r a »
nuevas.» C a rtesianos, \1u m in iIt»I, Rcsm y istas so n — dicu H | y i k—
todbs n11s>» co v s t^;ructCv i»tb^:^'“ no usen Za oazón, ^ivo que ahu»an du
i lla, y dc ustc ehu s° du k roción acuse Hoyuk tam bién o un o du eue
maestros, H »ns Kulsen, para u1 cua 1 «d deoech° us unc c °n Itrucd ón
dnliheo^<da d ^ m cio dc teom 'n c.os fines c ° n ° c ido »»,I5 y c/ con»truc-
tiviIm ° h a in fluido so ta n tot a u1 sockhsm o.rá Y tom bién so h°U »m -
pli^s^» secto res du k p^iuuiottío y ¿u i» psicología.
La sociedad us, pona tas con»tructivistcs, uno con»trucción de-
1i b ir » ia ^ caimin » .» o un fie .1’7 A h ° to b'un, ¿d ó nde ustá ui a r o 0 ¿ d
constructivism o? ¿A coso no us cierto que k s m stitucio v is so n °usul-
tado du p royectos h um cnos exp lícito» y raz°na d ° » 2 ¿E s fai»° ^ r e -
ner q un ú nenos y p crlcm entorios, h'dere» políticos y portidos, nmpoe-
sari°s y ñm po>s rconómicos proyectan y oeaiizan ínstitu á o n e s2 ¿A coso
dnhnmo» pensar que ios m stitucio v is s ° d d us so n ftu t° ¿ u k v ° luv -
tad ilv iv o o du 1a ciuna natu rd nza2 ¿N o so n c r e d íón du i°s h om ta es,
qun ias h an pensad o y querido? En u v e palabra, ¿n o s° n k s m stirn-
ctane» u1 resultad du Za cc d ó n h u m »na2
C o n ju ros y proyectos siem pre h an existid° y existiran. Exisre, nn
una palahna, Zc m ecánica o íngnníeoía so cial. L^os inIt:itucioneI son d er-
tom evte ftu t° du k ocd ó n hum ano. Pero ta qun 1° s conItructiviSt|e
n ° comptcnCcm es quc, oun q u t ias m ct'tu d o —t» son todas í rui n
dr 1a ^<^<^i(^j—humomo, pochos d r cüas i o e iesultad ° d r u— p io y c c to
h u M o—o C^libt t ^(^o. L ° q u r d constru ctr n sto no coM ptenC t et quC
«sólo uno M '—ntío d r k c m stiiu d o n tt c .tán proyectados vnlu—oo-
iio m tn tt , M 'tn tros que ra m oyotío dr cl k s ¡ a e t úrg ido y cf cd ( o
com o iesultad ° no p ttm td iotCo dn ac d ones ¡u M ^on^01^ 8 E 1 cons-
ttuctív icío no teconoce 1o. oo eieo u eed ai no m tcn d onoC°s dr ac d o -
nve ¡um on os m tt n d onod os. E 1 conctru ctiv 't i 0 no sc d° cuenta dr
que ex isten oc o n te d m ic ntos e m tok ud ont» io oía1c . d r fa m^ r a n -
eol ÍM pottt —d o cuya génreíe mo te dc ° c cn ot a C u t o a picones m ot —-
cioe a( o» dr m & v 'd u o t o grupo», y que ex isten ^ s a r r oü os dr reaÜ-
zad ones ' —te—d o n o d k (y p o t oo—to í t m ° ién dr con ju ros) que no
co —stiíu y c — rn m o ( o olgun o ra rva liza d ó n ooto1 dn 1os objetivaos
previstos. E 1 comstru ct m tto de ico eo ce Oigo dc r° que M t fistóf d es
nra M uy consd cn ie cuond° te «¿ tfim'o c o n o «ejn T t il von jcmtr K toíi,
Cic etvee d oc B o .r w i' l u—d stroe do G ut^t sch affi:» (com o umo partee
dn aquella fueiza que p etiígu e l i m p ie r 1 m o 1 y ot ó c —1 siem pre n1
b itn).

4 . EJEMPLOS DE CONSECUENCIAS NO INTENCIONADAS


DE ACCIONES INTENCIONADAS.
¿CÓMO NACE EL «ORDEN ESPONTÁNEO»?

V ^ i no» algunos ejem plos dc consccuen ck s no m tenc'»)—ioCos dr


accionc» m tcn d onoCot:

1) «S umo peisona dncnn urgentem ente coM patr umo cneo e e un de-
1t rm inoCo b dIrio , podem os segurk n e n ie suponer que no ptCtCn-
dn elevar v 1 p tccio dr M etcado dr v 'v 'e n ^ t r e vte bortio■Pero n1
¡ ec ¡ ° m 'im o dr que se -reiem e cn d M eicodo com o com ptodor
tcn( e fá a n1 p rcdo .» 19
2) Ooan ejem plo: K fom tcktr dnoío que ioe e úmetos ea tu rok s io. crcó
n10 uvn D ios . 1 1 co ntrario que K to n cck ct, podem os ^:fit M ^:r que
íu tiom 1o . h o n ta ts qu iere» 1o . crearon to1 vcz p o to 1os uioe mác
im p d vntvs dr k v 'Co: «¿iv Mir r e - a r tc i iguale. uno - rcio, c o n itr
ios ovejá-, ete. L o- hom hres crea ron k suoes'ón de tac núm eioS na-
turale-, pér0 fo n tro oncontroron luego 1oc n úmoros pcrec e im pa­
res, 1o- n úmotos prim os, luego ooccc com o k conjeturo de G pld-
bnch , eto. Enouentran oon-ecuenocni neoecarios no mtonciona 1 »1 .20
3) ¿C ó m o -e oiiuin» on k jungla un» -e n fo de anim a1»'? «A lgunos
an 1m aiei iitum p on on k mo\eia de 1 so tobosque pora encontrar
un lugar io m io abr»van. ° t roí am m alei encuentra luego m ucho
mó- fácil usar k m scm» h úe 1k , y c-í eatc h uo11a se va ensanchan­
do y m ejorando eon e 1 uso. N o eo una -ende p io g ia m a la , sino
consecuencia no rntond oncd» de \a necesid ad de moverse con
fecUidad y rapidez. T i l es e 1 m ol o en que -e o rigino una -end n
— ocaso raj. bfén entre tas horne es— y e1 m ol o en que se fe m i»-
e1 lenguaje y cualquier otta m i t k uotam [ui,] Tatas 00-00 — dice
Po p p or— no so n planificaia c m queríala), noaso no h»b ía neee-
^id a l de icc m ismos ence- de que llegaran a existir. pero pueden
orear una nueva necesid ad o un nuevo conju n to de fin e o »»1
4) Popper ha ¿escrito rómo se “orm» una -endn en \a mak zn de1 ' o-
tobosque. Y he aquí rómo Hayok ¿escrita e1 m ol o en que, ent!é
1o- hom bros, se “oimon \os camino) de una iona l eshabkada:
«En piimeto instoncio, tol o e1 m undo y usoará pot c1 m ’cm0 ta
UuC, o piimoto vísta, panoion \n mejor ruta. pero e1 hocho de que
esa tuca yd haya sifo urihi»da una vez hace que cea nkc fácU de
t ransitar, y de ecte m ol o gradualmente crám apareciendo c0» !-
nos más fo fim fo ' que -eran transk af o i en detrimento de otras
posibles rutas. L os m ocm ’omtoi de !a gente a ta largo de eoa re-
Uinm -e k án oluitoni o a un» pauta conereta, oumque e1 resulu-
do de 1cc de d siones ¿o fita ra^ s de much » gente no haya sido
conscientemente busen(do por nal1 e. E sía explicación e- una “teo-
río” elom ent»l aplioablo o d entos de ok ounstanoias hiit óri° oc
concreets.i 12
5) N o -óta 1cc -enda- y ta- cam inos, sino tcm l ^ n k m a y o parteo
d e 1cc d údades se “ otmoron de un m o f o no m tend onof o . Q iot-
tamonto, n e r it a Q orl M ongol, \n experiencia con firmo que olgu-
nns ciudades, espedolm ente on i»o cotam as, fuotom y ' On fun-
d adn- segú n planes fo U ta ia f o c. pero !a experien cia combtan nos
dice qúe e-tc no e- k “ oim o on que surgieron m Uec y m Ues de
d udcdes y pueblos. «Po n 1° nenercl — escrib í M i n g i r— 1°»
nuevos osentam ien tos su foomov ¿u un m o .o no iv t iv c i° v o d ° ,
us ¿neir pon m id 'o du Za octiviiio d du m tcuesus m . ' v iduo11» qu n,
por sjÍ s ° 1° s , sin unc m t i v c ió v aitCnido efectivam ente o ustc fin,
conduce o isu resultad beneficioso para d m terés ¿u k r a m m ñ -
dad . Los primero» ogricu lto res que oeupav un territorio y d ptl-
m ir artesano qun su 'nstok entre nltas tic n in por 1° n in erol antn
sus ojo^s ún ic » m iv ti su propio in terés individuol, 1° m i»mo quu
d ptim ur fo nCis/o cl p tim ir teni ero, c 1 poimur m cu ^tt^o, y ° sí su-
ensw omen te . A 1 aum entar k s nucusi.ad u s ¿u 1°s m ci m b r°» ¿ c 1a
so ein .» 1 , o tro» sujetos econíSm'cos encuentren tom bién conve-
v 'i n t i im p r e n a ir otras ocupaciones, o ujnoeuo i»s ya existuntus
dc m an ira m ás completo, un k cojm u n '.» . quu su ve d i sarroüd i -
¿o . Su va f°o m ov(c° osí unc orgonización i con óm 'c» m u y venta­
josa pona d 'n^i^t^i^e^» dc 1°s u fem o s» du k c o m u iia ia , sin ia cu »1
n ' siquiera podrí» eonceb ir»e su vorm ol existen cia, per° que un
m odo olg uno us resultado du k cctivia »d du unc volunto i a ^ ú 1
iio in iio o su crea d ó n . E sto últCmo apaoceu más biun, pon 1° nen e-
ra1, un estad ios más dnsarro lkd °s ¿ c Za c o m u n iio a , y tien e pon
o a jito , no Za fa v . o d ón, sino neneralm enti u1 perfeccionam ien­
to ¿u los rorm»cionus soeía1us qun ya se h an form oa ° ¿ c mannra
« / • 55 23
o rnán cca .»z3
6 ) Lo que us op licoble el origen dc m u d i as ciudades, ta us t| m b ién
a ia génesis dn1 E»tcd°. «Es, pues, parcíol Za teoría sugún ia cua11a
fo tm o d ón que ¿un o m m omo» E s ta .o surg irío siem pre por v í»
“orgánico” . Iguolm in t i nrrónna, y t o .c v 1» m ás ontihiItóric», u s1a
tnoría sugún k cua 1 tod os i°s Estad°s surnieron °oígm loiom en ti
a través ¿u un poeto a itin ia ° a su fa v . o d ón, o pon Za oc d ó n ¿ c
alguno» pcdinosos o grupos ¿u p oderosos oo'entodo consciente­
m ente o ustc fiv. N o cabu, puns, 1a m ^ M r ¿u ¿» ¿u qun, pon 1°
m enos en k s épocas prim itivas ¿ d ¿ e sarrollo hum ovo, 1° s E »ta-
d°s surg ieron porque algunos eobuzos dc fomilk , que unan ynd -
nos pero sin quu entre citas existiere rd od ó n p olítico alnuna, fo 0-
moro v unc c o m u n '.o . y unc orn»nizo d ó n estctal, »unu u i oún
no dus»rrolkdas, sin un poeto est^(^<3ífíc° , sólo o través d d co v o d -
m il v t ° pr°nl^e»iy ° ¿ d propio mteré» rn. m .u o l qun se ^ f o r a t a n
r e peiceguii (lo. ( ébilt s te co m etían v d u—iorii M t nte o rr .
mác fuertes, ios vecino» te ay udaban con m vd1os eficaoei cuon-
do tmte—a.í^]n que umo d r elfos rao nprtMidn cn d tcuneooed as
presum ib lem ente peligrosos t o n t ó n poto r 1 fotmtctas d r 1o s de-
m á. ¡ o b1tontct d r u — t t rriooatn , etc.) ■D c h cch o , ra comve n d ó n
y ioe tt locioee» de p odct d r dhv ts o tipo vncoM m ad os a ínrM t r
lo co M um ( °d cn cuanto to1 p ud icto— e e olgunos oococ fav°fecer
ece p f° Ceío d r fot n o d ón der Estad °. Pero r 1 cn—n d M Ít nto co-
iic c to y 1a octivi( t d dr olgu eo s oo0rzoe dr ía m ilit inspirado rn
ri m terés m drvM u rl Utv o ron reg u larm ente e e otros ooiot o k
ínaM td ón de1 Estodo, 'n d ueo sie etn m flucnc k y sin conet cra-
ción Olgumo dr ios m dm dunc pnt r 1 in^:^e^:rr^s general . T am bién 1a
fo iM t c(ón social que üomomoc Estad ° ; p o t r° n cn o» r e tu t fo r­
mas m á. o riginan te , fuc r 1 teculoado —o p ttv itto dr oct'v 'c k ^ s
inspírala s cn d m ter.e m d m d u a h »24
7) E 1 derecho, d Estado; 1oc d udade. y, dice M eeget, otaos m il fe-
n óM^
en° S dn ra v 'Co co d al y dn ra cconom 'a cn p t rtcculor ¡ a n sui:-
giCo dr M ie e ta esPonoáeea: e o soe -to yecios dd ibeiod°s dr nm -
g ú « 'g tupo y dr —c—í ú - C—div iCun. Prro fijémono» cn uno dv ioe
fenóm enos m ^ im portan tes y s k i regulados que d hoM b it c ° -
eozco: ni lenauaje. Poro n osoiios no hay um ^tom o dr ex Pericn-
o' a q ue no oeego eu ooago lingüístico. Prro c0 -c n ia m o i h oblan<eo,
ho 0 k n ( ° un lenguaje, rn to e cci r l lenguaje no puede cer fe .ulta-
d ° d r proyectos m iend ono1 »». En rsencid; n1 lenguaje human 0
— esto m áquina dcntto dr ra ouo1 eeconttom os acgiae fonológico .,
gramaticales y sintácticas— e o puede ten tr eu génneOi cn u—vxPlí-
cito y pioaiO M ido plan dr ¡ o m ta es quc, teumefos cn grupo, deci-
de« c° nstruit v 1 lenguaje. Eeeoe -lames, proyectos y ^ d i fon c. pte-
»uP° n ee vsv lenguaje quc, cn cam bio, dc ° e río cvr conetruiCo. L °
civr t0 es que d lcnguoje hunom o vs d resultado no m itmd o —t do
dn accion es m tcnd o n titas: oras ro sintaxis y d estilo n.tá rl grito dn1
m i e l o , fo. gemidos dd ¡ a n ta c y d k m tnto dr quitm muyere dn
. e d Sv otota d r un cosm oi que dr Maneta esPoeoáeva sutgc dc1
aooi. C oM o dccía Nietz s c ¡ e ; dn1 anoc eocen 1ac cstacUa.- «Q u e n1
lenguaje rxp rrsr un o tefen ( t fm ido que e o es fesuliad° dr u« plo—
oonscivnoe — dire H^ayek — ( M d lm cnte podtá cvr c u titionad c .»25
8) U «o vcz que um invcttigador ¡ o a°fnzado um porodigm o — »fir-
m o T hnm ot K uh — e e L o estructura dn lo Om cetignción cicr^stf í-
o»— , ptoctico 1o c 'tn c io n o tM t1. E soa consm e cn d «mtt n to dr
fo izo t o k noiutok za cn casillas p refaOficaCo» y i t lotivom ente
fígidos proporcionalas p o t d paroCigM o»nt E1 cit n tífico —otm ol
-eeoisa ros concepto» d r k teotío, construye m eotumtnío» m ^
p red ios, realiza m edidas m ^ ex actos, ap lica k teoría cn ^mijito»
C'ctm to» d r aquello» pato 1o . que o ria i—o tiom tntc holoío si( o
-e e io d a . po t r sto ra c'tm cio —n tM il «es uno e m - rria oltOMvntv
ocum u k t iv a».27 L o cicn cio —n an ol «no t 't n t pna objeto de. cu-
° rir novedades d r h e c ¡ ° o ic ó rica» y, cuomdo t 't n t éx ito, no
cn cu cntto nin a una»:0i E1 c it j^t^:^:ficn —n an ol loato desem peñ ar
t ó ü o—tcm cnte cu toaeo cuom( o t x t' t i ^ t r 1 alcance y 1o p teci-
sió « oo—to comcvp tuol c o n o cm pírico d r 1o teoría. N ° pretende
t ncontror n ovrdade. y sin em bargo, ttobojon do -a ta ¡ a c c r mác
-tecleo r 1 potodiam o, aum enta eu co —í t n ido in fo aMrtivn , y dr
ncon m n( o r° expone a ra destrucd ón , h o d é n d C o sens(ble o ra
Lp a r id ón d e t n o m a Iíí» .»I E1 d c n tífic r n orm al mo p tto tn C t
t ncontror o otear eovedadeS; peto c o e eu k ° o i no hoov otro coco
que cteafk i. L a Ü eto t'o dn k cicncio ab umd o en cit n tífico» q u r
fu cio n t t v o .u d onorioe a eu preda. B »sic pensar cn T 'ch n Btohe,
cuyo sistemo ostronóm ico fuv un ' —ot—oo d r conservad ón que
ttm'» cn ei' to clo» 1os gérmenes dn ra i t v o lud ón.
9? L a gitomo y 1o . a it tn iiint que eos im portuno— cn ra vstad ón fe-
ttn v 'trit quitttm Cin tto: tc iin en coldeeü k que luego com b k n
pna MUcícs en umo dr 1d. m u c ¡a s v entam llos. D t netn M o ( o ta.
toquiüctn», M itmiros ios aittmiiinc te m uevan p o t k vs ta d ó n ,
tc—Ct á« cam bfo poto ro . viajcto», que dr neon m o ( o no se w ión
obligado», drepuée dr umo larga cok ; a 'r a ca m b k r nüo . M ismos
— y con ioeta d f i cuk »1, ti cstanco o ol ha—— Mücies dr d n cuvm-
to o d e n euros -o to poC ct adquirir eu frUr te fcrtoviorio .
1 0 ) E i ; pucs, vvM vmtv que idi ac d oncs m tcn d on»1 »» t 't —t n d m ».-
m tm tt consec uen d as m tcn d onoc k s. Pero ttM 0ién que dj k .
oc d oec» que se avalizan ° to ío — ospcctos inesperados. T r u e n o »
r 1 caco dr um jotdí—. «A unque haya »id ° ptogaoMod o con gaan
esmero — csc rita Poppe—— , pna ro general, presentará cn paate
una configuración inesperada y aunque se ieaHia ra on k fotm»
en que fue picmificodo, nlgunas mtorrok á onos improvistas enwe
1oa objetos planificados pueden ¿or origen a tofo un universo de
polilhiiila ie s, de posibles nuevo- fines y de nuevo- problemas.»^
D igomos ontie panénte-i-: oqu íia iSca una de 1cc aniones, pres-
d ndiondo de ouesttane- éticas, que haeen tomWcr a ta- expertos
on ingonioria genética: -e teme acabo, como e1 oprendii de brujo.
La cido ootídk nc es Üummcd», pues, por k teoría de \n- eon-e-
m enck s no mtond ona1»), no antlcipodos. pero \a m’cma Ceoiía
(iun(nc comba n e1 mundo de 1os negocios: arroja podeno-os ha-
oeo de tai sobne grande- acontedmientoc soch es.
11) Max Weboi1 sostuvo k oec1- — d’fund’dc, l i ccutc l» y ^ i cud-
tLo— de que io que «creó una d k a eapicailsta “ue \a csoeais mtio-
mumd»mo ¿e1 protestantismo, que abrta \a c'a de tas negoolos o
1os d emencos mó- ¿evocos y rigoristas on cuesttan de t tica, ceñn-
1án l o\es e1 éxito en tas negooios como “tuco de una conf o cra na­
cional1 de k v’d»».31

5. UNA TEORÍA CLÁSICA SOBRE LA GENESIS ESPONTÁNEA


DEL DINERO

Ludwig von M 'ses hab1a de «ejemplo ek sico» a propnsito de \a expU-


^ «n- q ue Q »rl M engen ¿n de k natuiataia y ¿e1 angem del ¿/'moas:
un f0móm^no «al que han f o dicaf o nka esfaerios que a ningún otrp
de nuestra oSenci» una serie de briüonteí pensadores, deade in A nri-
güedad haccn nuescnos l í d^»°» En realidad, «tof o e1 mumdo compren­
de fácilmente que e1 pio ptatorio f o um Mon io m totcomlaie por otio
qúé 1e resi^^Lt^a m ó- útii: pero quo tof o s \os agente- ec o n ^ k os de
un Puobio deceen cambias sus mercancía) por pequoñns k m m oc de
m etal quo de ° rdinori° sólo unos poco- mdm duoc puelen ¿ ^¡^i^in^:1
c u-o- lile e t0) os un com poitom tamto can contrario ni eun-o no1. » !
de 1cc oo-c- que no os moraviüa que a um pensador tan dictinguifo
como ^;^^^ü^
i^:n;y llegara o paneeerle m otaio “m 'steríoso” .»33
En k hccto iSa d»1 pens£coiento no oo difícil en absotato encontrar
diverecs explicaciones -otae \a noturttaio ¿e! ¿ ’noio y su oarácter
porticulor un d ám bito dc tas °h jet°s dc c d n >io.I2 Su prenunto M i v -
ñUr cuál u s1o n d u ralezo ¿ c uofe trozos dc metol o du pcpul que pare­
cen no tener u tiKdod olguno y ^in im a c rgo, un c o v tr» du toda ex pu-
riiv cio , o to tnon a q u iiv 1°s poocu un poder casi C1CmCt^| d ° nn t° d os
ios mur^
eado» y tomb ién so bnu Za v ' . ! du i°s h o m b ree.31 ¿Son cread o -
ncs queridas u m t in d on»a »s recond u d M es a convene'onns c b act° s
legislativos dc t a m ta es qun i x p líd tom ente se proponen ¿ i ti n» 11»-
dos fm ai id ades,36 o Mun se troto, tam bién un cote caso , du unc m sti-
tu ció v rorm»a » du mannoa no m ti n d o v o .» com o resultado du ° tras
ac d onus in tencio t d d os? H i oquí, pues, un p rob lim o q u e 1a cienci»
t'e v e quu nusolvun.
C ierta m en te,ia ^ a ¿ c qun unc m erecncra su con v'em un m o v i-
d» p ° r ^ ro du uv» c o n v in d ó n i xph'dto o un octo lenisk t i vo no es
unc o p inión ^^«fuvd.^:m<^i^ltal]^i^i^t^<i k k o», ya quu «Io h cs t° ri| n ° s ^ r e -
cu du h uch o ej em plos du ¿ e term m o.os mureancías d eck oad »s m ° -
neda p ° r 1a iuy ».»7 Sin em borno, ° hsnoya M iv n e r que «no dea e o M -
d|ooc qun un k m cyo tíc du cotos eos°o k ¿ufim d ó 1 legal se p top ovlo
d »r»m ente no yo 'n tro. u d t un bien com o m oneda, sino m ás b k n
reco nocer quu ya ta uro ream en te ».38 Y , un todo c|oo , 1» «^3^]:^l1l^í^c^ic^i1
pragm ática» ¿ u coto 'v s titu ctav social qun us d ¿ ' v i ro no vota nn ro-
d° s aqud i°» im portonte» coo°o un quu d iC vi r° no es d »r»m ente ui
rusi^]]tado ¿u uno octivi. o d legisk t i vc sino que h » surg ido ¿ c lbo p ro­
pias r e k d onus eco n óm ica», sin m turvevd ó v legislativa, espontánea­
mente, o, com o otros dicen, °onánicam et n t.l 9 En owo» térm inos, 1c
fuv ció v du 1o d end a aquií «se centro un proporctanor 1a com prensión
du1 a in i oo m e .'o v t i 1a i x p osIció n d d p roceso pon d que u n » ie te r -
m iv | d » mereaneía, o un c'e rto v úm eto du m ercancías, su i i s tiv g u iv
d u i|s dnm ás y su r o v v 'i rt i v un ¿ ' v i ro nn unc civ iUza d ó n
cam ente av anzado, sin quu intervengo un acuerdo i xp líd t° em re tas
hom bi^
es o »in un ccto iig isktivo , o oca quu su conv'erren un un » mer­
can cía aceptad a o com bta du o tros bíunes, o u v u u i no se tin g a n ece-
»idad du ul k ».2°
V eam°» ioo Knea» crgum entctivos por k s que M in g ir exp lico usté
renóm en o . M ientras un un pueblo ¿ u u m o c 1 simple c°mnocí° d u jv-
rercam bio (econom ía du trueque), ro. o in d iv i i u ° troto du com b k r
i° s a i i n i » su purfluos por aquellos ¿u 1°s que t 'e n i uv» necesid»d
imm el c »t» y neohnza aq uellos bienes que no necesite o d e 1o- qúé ectá
hien ' e r v ifo . A h o io hi^n, para que e 1 m d m duo que 1ieca c 1 m erca­
do cus mercancías pueda oom b k c eioci m ercancía- p o i 1o- h1enoí
deseado 5, «fo b e no ^<¿ 1o algu ien m teresaf o p ot cu meroan-
a 'n, sino que ni m iim o ciompo o frezca c cam bjo \os y ie nei que ei
ptim or sujeto d eiec ».41 Y eioe h»ch o e- e 1 que «eren tan grande- ob)-
ráoutas o 1» oirou 1aoió mde \o- b1enes bajo e 1 dom im o d d himplo Clue­
que, que io restringe ¿ e n ero de ciertos h'm itoc m u y estrictos ».42
¿C ó m o evitar semej ante inconveniente, tan porju d ic k i pnnn d m -
i orcam bio? En eioe régim en «to f o - podían o y -ervnr fácilm ^ t e qú0
pana otarte- m ercancías, es f o cir pana aquella- que nespondíon a una
^ ces' dnd m uy oxton & f o , existía en el mercaf o uno l em anda mayor
que para ic- f o m 0-. pon tanto, onde uno onco ntr»b a enere qu ienes
dosoábnn 1as m ercancías m ó- l o lid taf o s algún o tio qué o fred ora
aq uella f o t orm m of o m ercancía que d co lid taba mó 5 ía d l r a n t 0 que
ci hubiora Hocado n1 menoaf o mercancía- monos demrnndada0».43 Así,
por ejem plo, »n un » sociofo d f o m af o onde uno salae p o t propia ex ­
perien cia que üevando ni m ercado ocbeic- de gan ado en lugar de otros
b1omoi que tengan un múm oio m en or de com pradores, es más “á d l
en co n trar, enere tas m uchos que osrán dispuestos a »dq uirii ta, aque-
üos que o frecen io que se fo se e .44
por consiguiente, «erc fad ’ que o quien üevat a cl mercaf o b1»nes
de difíd 1 venta se ta ocurriera c o o b k t e-to- bienes, no por 105 hienes
que n»e»siiabá, sino — en ocio de que estos no puiienan otaener-»
mmedk t a o enre— por otros de tac que no tenía necesidad peno que
eran s k i vondib1es que tas cuyos. N o conseguía caí SnmeiSat»mente
el “cn de k operación oconóm taa proyectada (el mtoro^ b i o por ta-
b1»nes de que él conMa neces'dad1, peno -e noeronlhá notnbtam onto.E1
mteré- de ta - individuos que actiáon con criterio económ ic o iei üe ra
por tanto, eon un conod m iento mayor de1 ptopio mteré0 indiciiuol,
y sin ningún» convendón o acuerdo, constricción legislativa e ^ t a ­
so -in consiforirdón Clguna d»1 mteré- público, c ceden cua propiac
mercancíac por otra- más von& btas, aunque no se tenga de el1a5 una
necesidad m mo& ita , y o elegir o combio, como fácilmente puede
demostrarse, iái que son m10 mdicnl as pera ^<^ir^in de medio de oambio
¿e \a m anera m á- ró m o f o y eoonóm taa .»45 «A sí, bajo k p oderosa
in fluencia ¿u k costu m b te, apeonen d fev ó m l v ° , ° h»eryab1u pon
a°uucet ¿ o v . e se desarrolla k civil'zod ó n econ ómica, por d quu un
cierto v ú m iro ¿u bínnes, us ¿ e cir tas m ás so l' d t c .o s , i°s más trans­
portab les, d u raderos y fácilm ente (i i v isibles, un uno determ m odo si-
tuoctan ¿u tiem po y lugar, so n aceptados por todos un d m tircom -
b ta, por ta que pueden sur ccm b k dos por cuclu u iir otro mereaneía.
A coros híenes 1°s 11o m a^<^n nuestros antepasados ¿ m ero ».46
En conclusió n, «el a in l ro, m stitud ó v quu siovu ol b'un ccrnt o un
ul »enti¿ ° más i m m i v t e ¿ e 1 term ino, pundU surg ir pon v k legisla­
tiva, ol iguol quu otras m stitucioves soek 1!». Puro coto no us 1a t o 'co
mannra, v j Za más orininorio, un que sungu c 1 a iv l ro, quu noce más
b ien segú n d p roceso que acabamos ¿u ¿ e scribir, cuyo naturallnza
sólo du u n c m in ero m u y incom pleto p o ir ío explicarse por d térm i­
no ‘ o rgávico” [...]. E s d oro qun pana com prender a fo v . o d °oigen
¿n 1 i i n e ro , ¿ e t a m os en t e n .e r coto m stitu ctav social com o p rodu c­
to no m tend o n o .o, us ¿ e cir com o oe»ulta¿o no previsto dn octivia o-
¿us especific am ente m . ' v i. u c le» ¿ c tas m íem e os ¿ c unc sociedad .»47
Lo quu ya1e poro d origen ¿ e 1 ¿ m i ro Val]u tom bién, ¿ 'c e M in g ir ,
para c 1 otigen ¿u o tra» m stitu cioneo soek l ns. N o todos tas fencSme-
nos soc1»1!» suogen un v 't tu ¿ ¿ c acuer¿ ° s exp lícito» o a través ¿ c Za
legislación positiva». E 1 duruch°, u1 E»to ¿ ° , u1 meread o , ioo d udad es,
Z» r ilinión, u1 lenguaje: «rod.as est as form cctanes o°cíoiuo un ouo (distin­
tos fo rmes fen o n ^ m cos y un sus cam b io» incusantus so n, un no p i ­
q u iñ a pante, producto espontáneo du k i v o luctan social: 1°s poneios
¿ c i°s aienes, ul tipo du interés, k renta du k tierna, i°s salari°s y m u­
chos o tros renó meno» ¿u k v ia o social un generd y ¿u k i co n o m k
un porticulor m uestran exactam cn tu .» m 'sm o p eculiarid a d » ^ Y su
comprens i ón ¿ehe sur «análo go o .a ¿u .os ins titu ci ones sock ta s sur ­
gidas ¿c m in e ro no m tencionada ».49

6 . LA IN CCNSII TENO A DEL C d NST^]^l^(^Trii^]:^]^(O

Si es cierto que du .os v 'c 'o s privodos pueden ¿ e rivar»u bunufictas


públicos, también ta us quu dc buenas m tenctaves cstá em pedrado d
c a n ino ¿ d iniíi m o. H oy un viejo ¿ 'c b o según c. cua 1 tas cuáqueros
fo eeon al N ucvo M u n ( o poto ¡ o c c r r 1 01 v — y acabaron hocicndo
Ci« tto . Escribía T hnrtou cn 1 854 : «N o hay peor nlnt que n1 que pto-
v'emt d r ro t a n 1 »1 echod o a -e id e r [...] Si ouv'tto ra seguridad ( n
que alg u ien v'tm t o M c ooen con r 1 p ro p ó tiío ^ l ' ta r ocfo ( r ¡ a c e r-
n c r 1 Octn, e c¡o tía o c o tie r.» Y ¡ r aq uí ró n o MCitr n Fr'vdm on co-
memtt neto ídro d r T ¡ n ret u: «Yo — «ftco— io y mrás t t forMoefor que
él. Propongo, p ot tonto, sim plem ente oñadir uno um^ c i mo t n m 'tn -
do t l t C n —ctioud ó —: cada umo vt Ifoet dn ¡ a c c r d 0'c n eiem p ie que
iva a ooioo euyo .»50
L os 'mteme'onvs etoe 0uenas, tai resultacfos r i p an io ío i. Sv quetío
uno coca y se o ° íu v o otara. Sv d c ic it a alcanzar um ftn y, ju n io a nctn,
te o ta uvo ídm bién algo no dreraido y acoso im previsible. i ne1uto kp»—
eeoen form aciones soeíaíc . sin que n t Cie k i hoyo q u crclo . P rro ra
cucstió n tvó tico et: ¿A qué sv «¿et a neov fenó M eeo? ¿Por qué veto con­
tinuo oparid ó n d r co esecuen d as no m tcn cion oiias? ¿Por qué cien
flujo iecesanic d r ó rdenei espo n táneos? po e vceoi eozoees: 1 ) poique
k e coesecuen d as dr umo t e d ó n h u n t —o io n m fin itac, ol igual que
k e consrcueno0»» d r umo teoría científico; 2 ) p o iq u e in fin ito» soe,
cn r 1 plomo ítórceo, k i poeiOle» rntcfocd onc» entre k e díveriae con-
secuen d a. dr k i A fe re n te» accione» ¡um ono», ct dccit porque m -
fm itt» io e foi posible» cn cu cn ifo» adsfdirs dr eade e a . eousoln. ' —-
dependienie»; 3) p otquc cn l iaremos obivriot a k feceipción y a 1»
crva d ó n dc ílujoc de m fo r n o d ó n se m ultip lican ioc pneibiiidoCvs
dr 1oc m ic ittivo» y, p o t ttmoo, dr m tttoee'ont» '«espetados. En u —o
palobia, p oiqu e d ptoCueoo e o vt d productor. E 1 panduetnr d r uno
oeoiía, dn u n t ley, d r uno o ta o dn atoe et un d em ento ocasional: fos
producto» der M un do 3, uno vcz surgido», m tc —cConoComente o no,
tienen uno v°ck 5^. Y cs neto v 'do autónom a ra que hay que
cx p loiot. T o ( o producto ^ M u n ( n 3 í'tm t eu «historio dn 1o . efec-
eoi», y neta h C»onrCt demue»tia clorom cntc ra der M u n ( n
3; dem uestf» que 1os productos «M n um do 3 (del Mum( n dr ra cu1-
oura) no te ie d ucen n ' pueden tej a r se o k v '1 » der M u n d n 2 (vt
dccii r 1 Mum( n dc ra m tm tt hum ano, r 1 m u —( o dr ids intcncionte) .
Cuom( o um c it ntífico p io lu c c umo oeofío, no . 0° ^ com o dice
Poppet, dr q ué nctá haWan d o :52 Y csto p o iq u e 1ac consvcuenc'as dr
k oeotío i o e '—fin it »0 m 'en tros quc, d ad° n1 ptoblcMO que ticmc que
resolver y e 1 saber de fond o disp on ible on -u épocn, k - que interesan
ni científico y que é1 puede oon tio k r so n siem pre y en todo ceso H-
m itadas. D ctw in , cuanl o sostuvo k gran disputa con . o i 1 K elc in ,
no sabía n ’ p o iío saber que tas presupuestos de k teoría torm o1 !-
nám taa de K elvin estallan equivocado) y que -u propio teoría reci-
hct 1» pocterioim en te una ^<^i^l“irm ^(^i(^ii cign ificotic» por parte de k
teoría cróm ica .53 Y \o que va\e para una teoría científico vota tcm btén
para k ac d ó n humamo, ya que ccmbtén \a ac d ó n hum ono riene m íi-
m tas consecúencSas. A q u í está, k i a i ó n do \a cfitm od ó n de quien,
com o W . W o itle y “uo d um no y colob orodor de Poppor y estudio ­
so y colab o rador ccm lDtén de Hoyek: «De Popper opron i í que cuon-
¿o l ig o una oo-n no oe qué es piopiom onto io que digo; y de H oyek
he oprendii o que cuan l o hago algo no se ptopiomomto qué es ta
que hngo »S4
H onc-G eoru G al amor l o m oiti ó que una o bra de arce o un toxto
Htetorio tienen su Wirknnssge5chtchse, \a h ’cton » de cu- e“0ocos, efee-
tos que, con o dctaí posterio rm ente p o t e 1 in^t^é^i^p^j^i^t^i^, no poiíam ser
con o ce os por e 1 ptoduoto t ¿ e 1 texto. M erece k pona lopotii que e 1
p io iu o to no es e 1 pioduotot y que e 1 cutor de un texto es un elem en­
to pcactan -1 .55 Fue, com o ya sabem os, M Lndev i1le quien propuso
do m anera parad ójica k idea de que k - acciones hum anas m tomd o-
nada- tienen consecuenek s no m tend onac k i . Y oq uí ral s ca e 1 colo i
toórico do -u escandnlosa fábuk . ^ ot a cea de paso: e 1 que tas v k t a i
privados puedan producir ta n e ficios públicos ¿eo realm ente una taen
tan e-candntasn? M ult a» utilitaéos impedinentu r -e s n m 'npecocic du -
ir k io p rl h itoreneul (ce impoiiiíom m u d i as oo-c- ú tiloc - 1 se proh ib ie­
ran estrictamente todos tas peondos). E sto \o iijo , no M^»md^i^i^'^]lo, sino
Tá]nto T om 1) de A quino on -u ¡ u n n c T b ifliiogian II-II, q. 78, L s6
S1 es d orto t^ o \o anterior, el constructivismo ocnnon do se n t^ o.
E1 conctructm cta no e- un h o o ^ io r»cion»li n-tó oleno anee ic- conse­
cuencias de k oc d ó n human». E - un ¿ostructo i do k tazón .57 C o n
n1 conctruct m cmo ene d p-íO p/pg-m (porque \a psicología, es ¿o cir
n1 an0!1' 1' do k - intenciones, es incapai do explicor ic- eonieeuenok s
no intencionadas);58 ore k iopn c ¿ e 10 cpnsg\rc ción (porque ic- conse-
cuen ck s no rntend omo^ c nos revelan que existen onusns sin culpa-
y les y logros sin m érito ) ^ 59 on» iguolmonto o1 utopi-np, y n1 m ’ cmo
tiempo se ahru o .a ivdonación so d io-i conóm'c» un inmenso y re-
c u v .o ccmpo ¿n investigación: d ¿n1 cnálí»í» du .os consecuene1»»
no mtlv c i°noa os ¿n ccctanes humonos 'v ti v d ono.os, u1 ^¡^t^t^id'o du
.a génesis no m tevctav Kio du no pocas instituciones u im portontis
hechos s°cía1us y económ k:o».
Estu tipo ¿n cm l'si» .o considiocn 'v c taso como .a tarea fu v a o-
m ivto l dn .os c'enc1»» s°eia1us tas representcntes más im min te» du
aquella escud o du economía qun us .a Escud a custricca: C t rl Mnnger,
Ludw'n vov M ^ s y Rrii drich A . Hoyuk, para u1 quu d cn^ 's'» du
.os consecuencias no mti v d ovoCos ¿n .os ac d ones humono» cons­
tituye m ctaso .a tarua exclusivo du .os c'enc'»» soe'otas. D u acuerdo
con estos punsadorus, sotae estos y otros tema», ustá también Koo1
R. P°ppnr. por ° tt° 1oa o , .os ju ristas conocen .as oportociones du k
Eseun1» h'stót'co ¿e1 ¿erecho du O. vov y B.G . N iubuht. Y
saben que íue E . Butku uuiuv puso ¿n reHeve u1 origen no m tevd °-
n c .o ¿e1 ¿erecho acnstituciovol inglés.
L a teoríc ¿'ce: .ao accione» h umono» m ti n d onodc» d in u n con­
secuen cias no m tin c tano.»». D i ¿onCe .a p osibilidad ¿u u v ort'cu-
k do u im p o vim ti progromo du in vistina d ó n h istórico so1 , ! .a gé­
nesis no iv t l v d ° v o a o du m st'tu cioni» y oconti d m il nt° s M stó rico-
so d atas y solare .os ufeetos no in tln c ionoa °s du m stituctani» creados
t i l vuz ¿u m cnir» 'nt^in c 'o n c .o . po r .o quu onspueta o .a previsión, un
ám bitos com o tas du .o sociologíc y .a econom ío, prescindiendo dn
.os d 'ficultodi» dun das o .a co m p li j ii o d y o .a operturo ¿n .os siste­
mas sod ak s (ios m odetas du .os c'enc'as socá is y ec o M m 'ccs so n,
un términos nununalus, m odetas «cernidos» y «supeitim plificodos» du
rnal'dacle» «abiertas» y «com plejos»), .a teorio du .os eonsecunnd a»
no m tin c tan o .cs im p elí im p irio so m in ti a1 cna.1»1» ¿n aquellas con-
secuene'as no iv ti v c i° v o a os previsible» du nuestros proyectos jn-
te n c 'o n o .o s. Y i os consecuencias no in tln d °n » a os (anraiahlns o no)
— u u i siem pre existen— du nuestras ac d ones m tin c tanodos ustán
ah í, tenaees y o ta tm odc», grito id o ..o^s h'm itus du nuestros usiu unz°s
rccion» 1es. per° co m p o in a ir ustc es d i rto m in ti un paso a¿d ante dn
.a razón que comprendí ooctanolmente tas h'm iti» du .a rodonaKidod.
Y co m p o in iir cotos 1ímitis , sigue ¿ 'd undo H oyik tras .os hud las dn
Kovt, es un imp°otovte y difíd c uji rcicio du .a r izz n n°
7 . LAS CONSECUENCIAS NO INTENCIONADAS:
CUANTAS MÁS CREA LA VIDA SOCIAL, MENOS LAS TOMAN
EN CONSIDERACIó N LOS EST UDIOSOS SO CIALES

L » aparición dn consrcuend as no m tt n d on»1 »» (previsibles e 'm -


pievisiOle») et um ( oto continuo y c o e s ia e te .A p rior d r el10 ; -oecec
realm ente que gton paite dr .oí á e e d as eo d ak i cstán oingoe anoc
sem ejan te tca M »1 . «C uan to mde frecuentes son 1o . efcooos pcrvct-
toc [no in tcn cio n o lo ci e e ra v '1 » so á al; 10—10 mds tatos i o e cn d
oná 1isis socioló g ico m o1^^! ^))»: es ta que ¡ a t t —iCo que reconocer con
am argueo R t y m o n d B o u ( nm rn su it0rr EAciot «perversos» de .d
ne«'ó« socm».61
Y ci reto et ncí, e e io e ce s ra cuvstió n fesu loa geave. G rave p oiqu e
nosoofos podem os picguntatnos: ¿Paro q ué i iave n1 trabajo d r tai so­
ciólogos ci te lim k t o vstu & ar .oí acd ones 'ni^tme'or^odot, 1di fa n cin-
nnc m ae ffiestas? S0 r 1 ^<^<^i^iólo g ° se lim k t o estudiar t a 'n tend oncs dr-
olafadae o t a fu meiomts m am ficeoos, cor cn n1 peicologiem o , destruye
h au to n o m ía d r ra psicología, ah ogándose cn um auténtico piélago
d r °a n o lid odeS; a mtmu( o presuntuo sas. Y p oden o» pevguntom ot
otMbién c o e H oyck : ci um cic ntíficn so cial se deeentiendc de 1 an0-
Hsii dn .oí c o e ie cu re o t a no 'n ttne'on^ k d r rdc acciones ¡ u n jamos
m tcnc'on» 1 »», ¿q ué ooro tipo d r pto01cm ts puede plan eearse? En
tealiCoC, ofitm o H oytk, negar ra exietencia y d vstu( ta dr ra ap ori-
eió — der o tCc e espontáneo eig n ifico eeg a r ra existen cia de um obje­
to ptnpio paaa k i d e e d as teó rica» d r ra co d e elc 0 .62 A q u í toCico ra
roz ó n dr quc, com o iecuefd a M tttn — cn um famoso escrito dn 1 9 3 6,
«vi ptoblem o d r .oí coesccu cec'ai no anoicipact a poe ra ac d ó n h u n o -
e a ' —ttmcinmtl ha »id ° ttotoCo oosi pna to( o t utor que haya op otto-
d° uno co ntrib ud ó n sustancial cn ra laaga h 'eiot'o der pcneam iento
i ootaló g ico».63

1) Escribía M t q uiovclo cn n1 capítu lo I V dn1 L ' 0en I dr ioe D iscnr-


ci s¡u 1/0- iiM a d tca d í ^ ’to L ivia. «Yo lig o que qu ienes con ( cnon ta.
ouMuh o» cn ta. N ° blc» y ra Ple 0 e , m e -aacoc que tepauebae aque-
11as oocnc que fa t rom 1d. p eim trot cousoe dcr M tntt m M it n tn dn ra
1l 0 c rí t d dr R om o, y que te ftjtn m ai rn ta. rum ore» y cn tai gritos
que de cnk c tumukoi nocían, que on 1oc buenos efeccos a que aque-
Uos dabon Lugor [...].» La reolifod — cubtoya Moquioveio— es que
\áo yueno- leyes nación «de nquello- tumuli^p^i que mudios mconcd on-
temente condonan».64
2) Ai ptincipip de k /-íonc ¿o/ dpncUis ¿i. Tiento de paolo Sarpi
podemos k or: «Aunque nctn ooncüio, deseado y cd ebrafo por hom-
ynec piadosos paro reunii c k Igioiio que empezaba a ii vidirce, pot
el contrario hn establecido de tal mofo d cisma y otatinafo a k -
pnrte-, que hn hecho uroconcilkbks k - ¿ isoordks.»65
3) E1 mundo de k - nacionoc — escrita G .B. V ’ op on \o ¡ l ienzo
nu oz— «hn saHfo de un» monto con frecuencia diitint» y c vncn-
totrlmomto contiork y siempre superior a aquellos fines porticuio-
rea que k s propios hombres se habían propuesto; ecos fines restrin­
gidos, convorrifoí en mel i oi pana servia a fines m1—amplios, hnn cér­
vido siempre para conservar ni género hum»no en n-tc cierra.»26
4) Rou--eau sentencio que: «k ascronomí» m»ció de \a superiti-
ción; in olocuoncio de k cmbid ón, ¿e1 ° l i ° , de k aduladón, de \a
momtcio; k físk o de una vano curiosidal ; codos 1cc olenclas, Smc\uso
k mora1, mackron ¿o1orgullo. -A-1, pues, \ci ciono1^ y k - crtnc fotan
cu existencia a nuestros vidos».67
5) E m7aj c ¿e unc tó i conn uni'm sc/ ¿es1» e/ punís do vuic coíco¡o-
pslittó, oscricn en 1784, afirma Kcnc: «personc- m foiduolos y tnmfrée
pueblos ontenos no -» fcjon en el heoho de que, a pecnr de perseguir
suc finos particulares, onda uno o -u mof o , a menudo on conflicto
eon k - demó-, procede en reaM »1, sin dcrse cuento, siguiendo e1
niiP conductor de um pion de \a naturaleza, y promueve d nvonoo
que elk - mssmos ignoran y ol que, ci \o conocieran, no tomoríon de-
mosiodo on consMerack n.»68 La d vifiiodón, pora K»mt, os “tuto de
k -ocic Me mipriafaUdad hundan». «Toda cu1tura, tof o orce, afo rno
de \o humon11»1, el mejor orfonamiento social son fruto de k mso-
ciabUidad que nos impele o i ii ciplimoimoc y a fosarroüar entera­
mente k s gérmenes de k naturok ia eon atoe forinda.»69

Lo mano mvkiMe de K. ¡ mith, 1os taneficios públicos no fobi-


dos ol plan de ningún octor de que hab1a H umo, \a astucia de k noznn
de Hegel, k heterogéne-l- de 1os fines de Wundt son, on ¿iítmtoc
contextos, otros tontos tustimon'os du aquella consciencia quu más
tande ha rá decir o T o tatoi nn ^ e r o y p o z (IX , cap. 1 ) : «E1 t a mb re
couu que y've pana oímismo, puro es un 'nstouminto inconsciente
pana 1o reaHzadón du .os fines htetóricos universales du .o humoni-
da¿.» U vo consciencia conocido no sólo por pensadores e h'stoo'o-
d° rus ¿n1 pasado, sino tombién por intelectuales du nuestro tiempo
como E. Corr, para ul cua1 «hornta es pertenecientes o diversos ttodi-
ctanes cukurale» han coincidido un ^ serv ir qun .oo accione» du tas
'e d ^ ducs con frecuencia t'in iv efectos que no eran esperados o
cnticipcdos por sus autores, u 'n d uso por ningún otro maivicluo».70
foterusante problemo hi»tórico, dc h'storio ¿c .oo ideas, puno sobre
todo, un m ' opinión, un problimo sociológico — ¿ i soctaloglc ¿u1
poder (ni poderoso du turno «siempre t 'i v i oazón», ouo planes siem­
pre son «perfectos», sus ¿ec's ta nes «inrolia lis », ¡y .os «clarinetes» ta
i videnciant)— es aquel un d qun se poegunta pon qun .a consciencia
sociológico ¿u .os consecuencias no m tiv c tavodo» ¿u accione» h.u-
manas m tiv c tanodo» — temo que constituye u1 objeto m'smo du k o
c'ene1»» socktas teóricos y eon ul quu se han i nfie n todo pensadores
dc primer orden— haya cosi desaparecido ¿u1 h°oiz°n ti du tas ustu-
d'os socktas.

8. LA TAREA DE LAS CIENCIAS SOCIALES TEÓRICAS

E1 il d cvidu° no es un R cMi s on Couso e 7 I No existen c. cvdividu°


aislado y ya covstttuid °, por unc paote, y k s msritucioni» s°cía1us
(lcnnuajns, modetas du comportomiinto, ntc.), por otra, como o1uetos
estuvieran friera ¿e1 individ u °, ante él, como si se tavcntoron ¿e lan-
tu du él, lejonas y acaso siem pre contrarios y represivas respecto o éL
E1 individu° humovo no nx1»/! ru ira du mstituctaves como u1 tav-
nuaje, .a costumbre, .os yctares, .os modulo» du c°nducta, .as fot-
mas dc agregación. No su troto, pues, ¿u nenar .a existenci» du msri-
tuetanes s°eíaius du capital importonci», sino más bien du definir y
recorrer c1 comino más aducuad° , dc seguir c1 procedimiento más fe­
cundo pana comprender .a nénuoío y u1 ¿esí^irr^i^l^lo du .os mstk ucionis
socktas.
Eiooe so n sicm prc í ruon dr k oc d ó n humano. & « cM batgo, dados
rac coesecu eed a. mo m tvnd onoCk dc 1oc propinas accionvs ¡u m o —Las,
pochos de netdi m etitud onte so e fruto dr planes ¡u m on os cxplícito».
Em tas proyecto» humano» que tv avalizan, tn c o nítOMoe eic n p i t
cfeooo. no r i peradoi. Todos vcenc conse craciones demuvstfan , com o
yo sabem os, k folto dc fiun^tMcnto der cn—etructivltM n, der psico-
1ogi^:Mo, d r k teoría coesp'etone't y d er u topitm o , Sim u t ó mtomtn-
or, 1o conscicn cio dr k existen cia d r 1d. coeeecuená as no m oc—d n-
nad^
as . eñola com o vio o peoccdim it n to o m cto lo lo a ít ftc u n 1 » ee
ro t xp lnrt d ó n dr k génrsís y r 1 «¿ tsaLroUo de ids m etitu d onte ra ^
m & v tau tlicm o m ttnCológieo; e im p vlt ol rechazo de 1 peicologiem o ,
peto so °fe to( o der colt ctiviem o m ttoCológieo, yo que, com o o°sei-
va LuCwca vom M ises; ros cotac t i vo» no so e nunca ota e rvaM ec.72
E1 m & v ta u t l't m o M eto d o lógico et ra v'o mds tápiCo:

1) pata inMOt, piecieom en te en 1oi accione» (¿otados de ^<^r^tti( o de


1os ' —d^ duno um tóH1 ) punon dr partido cn tas vstudios socio-
rvc73 y en k l& crod ó n dc k «m itología» co 1t c i iv i»to: e0 um m ( i-
v cdun pertenece a uno moción, o umo ok íC; o umo iglesia o o u—
partido; e° desem peña un papel preciso y Cc tcrm m L( o ; i° ocráo
imepitoCo cn netn o aquel valor; ei et o no de umo lcmguo m o( fc
conoc'do; e0 es crítico o p aiivo oeoe 1oi m ct'tucioncs; i 0 et creativo
o no, oo( o c ito p o d e n o s llegar n saberta poe cuc acciones — «»ólo
ex 'sten tas mcÜv idu ot»; «sólo tas m d 'v 'ctanc picneon, tozonon y
ocráan» y actuando m tteoctú t n;
2 ) pota t xp lic t r ra g é n riíi (m te—d om tdt o) no m tt —d nm tdt dc k s
m etitucionce;
3 ) pata ^:xj^)lie t:r tas Cv»arrolta» (c—ttmeiomodoe o) no m ttmd nm»Cot
de io. m »oitu ciont»■

Y com o k t xpliead ó n dr ro gén riíi y dc tas desarroltas m ot—eio-


e a d°s dc id. m etitud onte no conetituyc um ptobltm o, ce com pren­
d e rdi eozones pne ioe que ro loteo pal—elpal (exclusiva, pata H oytk)
dr ine d e e d as sooiak s te sustancia cn d a e álisis dr 1d. om nipcese—uno
coesecu eed as no 'n tt n d onock e, ya ova en ta que ers-coia n k génc-
toc dr k i m etitucionvt ya iva cn ta tocontv ol Cvsasrollo dc k i m iemos.
1) G cr/MOngon. L o que, en o p im ón de Mongor, d obemos com -
h»tit es k pretensión um vo iiaUi a dora de k «teoría pragm ático» de
ic- m ctitu cionoc so ok ta s. E sca teoría osi^(^(^1i^(^í^ uuo todos tas f 0n r E
m enos soo 1a1»s so n obro de acun a os exp lícito: o a crocos do \o logic-
k ción positiva. pero esto es un error, yo que «el lo rech o , o1 Estado,
n1 m orcacfo, k s ciú d ades, \o toliuirn, o1 lenguaje, todas ncíc- formo-
etanes soo 1a1es en cus ^ ctin tac fo rmas fenom ^ k as y en cus cam bios
m cesances son, en no pequeña panto, p ro iu c to espontáneo de k ov o-
iu ci r n social : \s>- precios do tas Wonos, n\ cipo do in terés, k renta de
k tio llo , tas salarios y m uch os otros f 0mómonpc de k c idc social en
gen eral y ¿e \a eco n o m 1» en porticu k r m uestran ex actam ente \a
o dcma peculia riia i» . Y -u co m p u nción debo -na «análoga a k de
k s m ctitucionec so ok ta s surgidas ¿e m anera no m tend o n a ik . »74Y
- 1 esto es caí, enconces «ln ^(^l^ució m de t a s problem a) m ós im p u ten-
tea de ic- eienc1as -oo100' cenricas, y en porticulor de k oconom 'a ton-
n1oa, se hal k estrechamente rolad o n ada con \a cuesttón do \o compron-
i tan te t ó ca do ta s o rígenes y k - trans fo rmaciones de 1c- fo im od onos
sock ta s surgidos de m anera “o rgánica” »,75 es ¿ e d r de manera no m -
toncioma1 » sino espontáneo. T 0 i o esto con k conccion d a do que,
c ta largo do k ovolu d r n so cial, \a m totconctam de tas p oderes pú-
bHcoc cree nuevas m ctiíu c ionoc y oom b i» o ¿ e iarrollo 1n- que se h on
f°tm » i ° de manera no m tend ona1 ». E n tol o ocio, «lo- com ienzos
de k fotm o d ón 10 0 0^ ¿e acuerdo con ta- hechos, solo p u o len con ­
sistir en n1 origen no m temotanodo de tas f° n óm enoí -ook l es ».76 E1
i i moip y d morcal o actuatas, el ¿erecho actu01, e 1 E stado m o lo rn o ,
etc., «n os o frecen m u d o s ejem plos de m ctitu cionoc que se presen­
tan com o resultad ¿ e 1 e“»cto co m bin cdo de p oderes m dm du cl y
co d a lm onte toloológicos [...] com o e 1 resultad de factoroc “ptuáni-
eos5’ y de “actores “positivos” ».77
2 ) ^ iW ís0 1 a . HOy/ok. «L o- problem a) o ta- que k - cionc1os so-
ek ta s troton de ¿ a r resp uesta se presentan só lo cuanl o lo oc d ón-
c o n icien te ¿e m uch os h o m b res produce resultactas no buieados, en
k m e1 1 1 » en que k s regularidades o bservad as no so n producto ¿e
ningún plan previo.» L o “u n d ó n de 1»s c 1oncios -oolale-, en una polo-
bra, cons1';» en ex p lica* \os e“»etos no intenciono^ ) de acciones
h um anai m tond on»1 » '. Y aq uí rai i ca, precisamente, \o cu tonom ía
8. EA. vov Hoyuk, Nucvi sSudi di fdosofia, politicz, economía e storio ¿e./e ideo*
cit., p. 11 [toad. usp., p. 17].
9. paro una descripción y critica ¿e1 psicologismo véase K.R. Pupper: a) ¿o ooeiuíh
opcrto u i' suoj vo1. 2 , tr. it., Atmoido, Romc 1974, p. 125; pp. 129-130; b)
poevzgC°vl uírofizza rzu/11 oc'nmznso<Cali, enCcvgetuoe 1 c0Imíít■ zzti?rnl cit., p. 580.
10. lo oaciutb opotío u' izn' le u zcz, vo1. 2 , cit., p. 126 .
11. Come Io vu.a laf ícosofia, cit., p. 396.
12. Véase FA . von Hoyuk, ^uruz mc./ ¿/füosofia, polztizco, economio e starz» ¿e111
idea, cz'í., p. 13 [tood. nop., p. 19].
13. Ibidun
14 . Ih i 2 L
15. Ibj p. 24 [trod. usp., pp. 19-20]
16. /fe', p . 2 1 .
17. V éase i'1 ' p. 13.
18. K.R. P°pper, Mcsj^ii'i^^^¿e/Zo sjO onciimo tr. it., MtrineUi, MClái 1975, p. 68.
19. Ia., poivz»zovi ip rofeziz ne/10oc’uwze »ocia|i, cit., pp. 580-581. Su trota du un
Uemplo yo presente en Mengir, que Popper utiHzorá más du una vez nn sus otaos.
Véose, pon l i mpio, Ia., ¿o scáeth ¿perro u ' miz numíci, vo1. 2 , cit., pp. 127-128.
20. Véase Ia., Epistemología oenzo sol eto eanoecen0c, nn Coneocmzo °gn^titzvjz,
cit., p. 16 5. Digamos de pae°: .o conjeturo du Goiab»ch of1rmo qun: todo númuro pon
distinto du 2 ustá c°vstituia° pro .a suma du dos númiros primo».
21. Ibj p. 164.
22. EA. von Hoyuk, ¿ ^ uso ¿e/^0 oogione, tr. it., v o11^<^(^<^-1 Hoouncio 1967, pp.
44 -4 5. Du coto obra h» pub1icoa° Rubbettino unc nueva udición nn 2008 [troi. nop.:
¿o conrrorreaolución ¿n 10 czevczo. Estudios oobouul almsa de 10 rozón, Uv'óv Edit°tia]
2003, pp. 72-73].
23. O. Mingir, TZmet°ds neZZoscinnza economico, tr. it., Utet, Tutm 1937, pp. 120­
121 [Tooi. cop.: El, méí°d° ¿n fas czenczos osza^o, Uv'óv Edit°tiol, 2006, pp. 233].
24. Ib' pp. 233-34.
25. EA. vov Hoyuk, ¿ ^ uso ooní°ne, cit., p. 43 [toad. usp., p. 71] E»criai
P°pper: «E1 pt°pi° linguaje, ol ígucl que uv v'do du pájaros, es uv subproducto no
iv 1:lv d °vodo du acd ones dirigido» o otros fines» (K.R. Puppeo, Conescenza a^ e zvcz,
cit., pp. 163-164).
26. Th. S. Kuhv, ¿o sru/tuoo delk rwoluzioni scientif iche, cit., p. 44.
27. Ibj p. 75.
28. Ib' p. 75; V éase tombién p. 44.
29. V éa»e í‘bz, p. 89.
30. K.R. Pupper, Canascevzo °nnet■ zi 0, dt., p. 164.
31. M. Wutar, .Ecoüom'o uo°ciuth, vo1. 1 , Ed. d' Comum';:0, Mi1ái 1968, p. 5 T7.
32. C . Mingur, Poíicí^z’ ¿zeconomíapoliído, t^c it., Utut, Tutm 1936, p. 345 [trod.
usp.: Pozic/izos ¿u economíapo/lízco, Uv'óv Eait°tiol, 2.0 n¿., 1997, p. 325, n. 4].
33. Ibidun.
34. Ib' p. 346.
6°. Veasc EA. vom Hoyck, Uabusr delU eagoOmv, cit., p. 111; y ítM°ién de EA.
vom Hoytk, Lo encict0 li'Ovad, cit., -. 91 ttod. cap.; Lnifu—cCdmc—!»» dr 10 1/httetnC,
U—Có—Edionritl, 7 .» vd.; 2006].
61. R. BouCom, EmCi! «perorrco» Or^ r/id^/r—t i o<^i^
o/c; tr. co., M irineüi1 MCián 1982,
-. 1 3. < .
62. Veasc EA. vom Hoyck, Uabuso c^ c/10 eogoOmc, cii., -. 4 3.
63. R. Muerto—, T¡e U—n—ekpnivk Conocqunecre olPurposive Sraí»/Ac0i0—, «Amtri-
can Sociologicol Rtvitw», 1936, p. 894
64. N. Mtquiovclo, D.scor.n eopra k -tcMa dvok </ To';^ o Lcz/r, en Opere, a1 cub a­
do dc E. Rtimondii Murcia, MCián 1*969, pp. 82' 83.
65. p. Sarpi, 7siond dvl Cúncüir Taidcntino>ol cuiCoCo de G. Gombaein, Laicizo,
B»ri 1935, voL 1 , l'°ro 1 , onp. L
66. G.B. Vico, .e/enz:Nono, vo1. 3; ol cu11»1» dc F. Nicolini1 Latviza, Bor i 196 0-
^%9, -. 1043.
67. JuJ. Rousseau, D»scnuri sur Ivs co/rmarc et Ivaorto, H.
68. L Komi, Idco ki u—n storin unzoerio11 ( alpumo </’ victo eosmoOpOitien, en Scritt0
<i f ilosofíapo/itíCn, 11:. io., dr G. y G . Vcaori, con mirod- y «otas dc D Eouccii
La Nuovo Ito1io, Ftatcmcio 1975, -. 2 .
69. /12c -. 2 °.
70 . E. Catt; Sei kzirni suI^Ustorin; cií., -. 56.
71. Escrita L. von M0^í^i^s: «ni núc1to y k sustancia de ro ttotía m&v'dutHett y
atOM'eta dc k es que to( o '«¿iv^ uo sv taneñck dc ro txistvncio dc ra socie-
dod y nadic sv rne arreglaría mcjoa como pitoto indivc1 ud1 en um imtai—ario estado
dr aiekmitnto, en k búsqueda dc alimento pato ei' m^mo y ee guctto coe tocl»)S; en
vcz dc cono M'tMtan dc ra socieík1, a prior de que aquí se cncucnttc mil vnane nrái
cometrtñido y Hmitodn» (L. von Mlses; T¡t Tosk d—k Soopn °fe¡t Sc/eecr oO^umoi
AcioOi, ee EpisttMologicaLpeob/vMs ofEeomnMzcs, Ncw York U—ivcreity Parei;
Nutvo York y Londrcs 1981, -. 42; oi. 11., ArMt—dn, Roma 1988).
72 . V éase Ic ., ^umoi AcioOi, Cn—ttMpnaory B°°ks I—c., Chicago 1966, p. 43
[ttod. eep.: U neewmhUMdId, Unión Edionritl, 10.3 ed.; 20 11 ]
73. W ase Hidem.
74 . C . Mtngtt; 7/Meto( o efv/10 .a ern-o economica; cio.; -. 112 [ttaC. nep., -. 223].
75. l ¡?idtM.
76 . 7°' p. 122 [ttoC. eisp., -. 235].
77 . Ttócm.
78. EA. von Hoyck,Lk 0u.n (e/i0 ragcOme, cit., - . 43 [ttod. nep., -.71]. Vérse ton­
tón de Hoyck, TheRróu/tc o/ Humoi-.cO/oi ¡a ° 10 °cO^umai Deszgm, en I1 ■ , .Oua&s
i« PhiOrsophy, poiiticí; am1 Ecomon/cí; eit.; pp. % -105 [ttoC. nep.: liiOudíoi drfiloeofío
-o/íiícay econoMÍa; U—Có—EdiíoriLl, 2007].
79 . L. vo—M(sts, T¡c Tn( aon Scopr OÜ t 5c/ence oíHumaw AcioOi, cit., p. 43.
8°. K.R. Pv-pet; TVcoooo—c vp^i^ oíV.z/d —v/11 icienze sdoco1 /, cit., p. 580.
81. V éasv K.R. Porrvf, LogoCa ecieeze socCaLi; 'n Ao.Vv., Díalv0tíca eposito-
o/.Mo ci encinlogio; tr. io., ^ ntudi' Turi—, p. 120.
f o c ü c e d e n o m b re s

Ad1et, Mox, 53, 56, 7 5 Boim, Mox, 66


AgossI, Joseph, 16, 19, 36, 52, 7 2­ Bossuet, Jcoques Bénlgno, 82
7 7 ,8 1 ,9 2 , 93, 96 B°u i °m, Raymoni , 183, 19 1
Agocti, Gipiglp, 16 2 Boyle, R ctario 6 6 , 86
Agustín, Aurelio, 82, 83 Brahe, Tk:hp, 1 7 5
A 1t ert, Hana, 16 4 Bioithwoito, R 1chail Bevnn, 36-38
Aniximandro,99-7 I l , l I l ,1 1 8 ,110 Brouwor, . mtion Egbortus J., 14
Amul^c^j^i, Dctip, 161, 164, 190 Biowm, 129
Apol, K »rl Octs, 158 Bühl^or, Kct1, 56, 68
Atactaico, 99, 10 1 ^ 1^ Edmumi , 66, 82, 18 2
. riítótoloi, 25, 26, 49, 74, 83, 89, Buimot, John, 20, 109, 1 1 3
99, 13 0 1 3 1 190 Buitt, E i w m A tclu t, 7 5
Aton, Raymoni , 129
Auctin, John Langihow, 49 Cogli, Vito, 1 5 7
Auctoni, Motio, 15 6 Qarnap, Rui ° ]]f, 32,49, 64, 71, 85,
Ayoi, A1i1^ed Jules, 49, 129 119, 12 1-124, 126, 128
Corr, Edwnrl H »11ott, 16 4 , 185 , 19 1
Bacholard, Gacton, 4 7 Clortoá o: v. Deseantes
Bacon, Francesco, 25, 48, 7 4 Qavonl 1ch, Honiy, 39, 66
B ° dini, M aisimo, 15 6 Qhabo1, Foderico, 165
Bnrono, Franeesco, 158 C h ichplm , R° i orick, 129
Barcley, W ÜÜo o W atien 16, 1 9 29, Q 1celón, M orco TuliP, 59, 69
43, 49, 52, 67, 6 8 , 72, 76-80, Qlnparode, E l ouar1, 158
93, 190 Q 1»ui ^l1, pai^]J, 61
Berkeloy, George, 26, 49, 83 Qohon, M ptric Rnphaol, 16 4
Borlim, Isaia1, 9, 129 Cpllinuwppd, Robin George, 15 5
Bernard, C laudo, 15 5 ,15 7 ,15 8 , 164 Qolo lla , Q ovonni ^ 15 6
Bornstoin, E i uai1, 53 Qomto, Augusto, 25, 82
Bottolhoim, Bruno, 55, 56, 68 Q°n cl°tcot, Joan-Antolno, 82
Bloch, Morc, 140, 153, 161, 162, Qopérnico, N icol15, 89, 99, 101,
164, 16 5 112
Bobbio, ^ iberí 0 13, 6 0, 61, 69 Qppporfsoli, D»cid 1 5 7
Boltimonn, Ludwig E l uar1, 1 1 8 Q iomosch1( Sergio, 1 5 7
Croce, B lnl detto, 140, 15 5 Ftonk, Philipp, 119, 124, 1 2 5 ,128
C z lzowstk, Tadeusz, 129 Ftankcl, HUtmovv, 109, 149, 16 1
Frcgn, G °tt1° b, 14
Datwiv , a or1Cs, 137, M7 , 156 ,181, Freud, Sigmu n i, 1 2 , 42, 55*58, 6 3,
190 6 8 , 75, 124
^ r w im Frcnci», 1 37, 15 6 Ftii a i t^l, Egon, 57, 68
Dilvucchio, Giocojmo, 1 5 7 Friuim on, M cltoi, 180, 190
D cm ócrito, 47, 94, 104
Duseootus, René, 2 6 , 4 8 , 4 9 6 3 , 66, G ci cm ir, H ans-Georg, 17, 134,
73, 83, 8 6 , 131, 165, 170 141, 144- 149, 152, 158, 159,
K i l^ H^crm ovv, 1 1 0 161, 181, 190
D ickcvs, C harll», 1 5 7 G »1ante Gcroonc, A lls»andro, 162
DClthcy, W ilhclm, 155 G a ilei, Gbiilno, 25, 90, 1 0 1 , 1 1 2 ,
Droy, W Uliom, 140 165
D uhim , píerre, 1 9 25, 158, 1 6 1 G ol 1il , W oltco Bryce, 130, 13 1
D umot, Alcjondnc, 75 Gombc»in, G ^ vonni, 19 1
G cUnir, Ernest, 41, 6 7
Eee.es, John c arlw, 1 3 7 G 'unchi, Giuseppe, 15 6
Ea m °nd^t, D ovia, 36, 3 9, 42, 6 6, G o lthl , Johann W olfnovn vov, 2 7
67 ^ H t a c h , C h ristion, 172, 189
Eiaiv°w , John, 36, 37, 39, 42, 66, Gompcrz, H civ tich, 56, 68
67 Gompcrz, T h i° a °o, 1 09
Eínstein, ^ t a r : M , 66, 7 3 , 95 , 1 2 4 G ° ° a mov, N l 1son, 13
130, 134, 135, 1 56, 161 Gootton-Guinni t t , Ivoo, 43
Enriques, Federig°, 158, 159 G ricc, H^ cob^j^t Paul, 1 3 1
Gr^o^ssneo, C k us, 15 5
Foroday, M ich»il , 14 , 66 , 7 3 , 7 5 ,76,
8 1,9 2 , 93, 95, 96, 105 Hohv, Han», 118, 119, 124, 128
Farrington, Bcnjomiv, 109 H ohv, O igo, 1 1 8
Fauccij D ori° , 1 9 1 Hompihírc, s tuart, 131, 13 2
^ w c^ ::; Horvuy, 1 3 7 Harc, Ríchooi M ., 6 9, 130
Favurnu, Jean-Maric, 129 H ortthom i , C hcrle», 6 9, 1 5 7
Fubvon, Lucíln , 1 4 0 , 152, 154, 161, Hoyuk, Fricdrich a . vov, 58, 69,
16 4 140, 157, 1 6 7 , 168, 170, 172,
FederspH, G ^ vonni, 15 6 174, 18 1- 183, 186-191
Fei^i^l, H^it bi rt, 118, 129 H ig il, G iorg W i 1hcln . Fn cdrich,
Fe]^<^jr<^(3€^ii<d, Pa ^ K ot1, 25, 47, 72, 2 5 ,4 1 ,4 9 , 83, 1 3 1 , 184
77, 87-90, 93, 157 Hteideggcr, Mottcn, 49, 1 2 2 , 124,
Ficht l , Jchann G c/dic1, 4 1 M 0- 142, 158
Flcw, A v t°v y , 130 H cm pil, C t rl Gustav, 71, 85, 119,
Frcnco, G iuseppe, 16 4 129, 140
H eiádito, 101- 1 0 3 ,1 0 8 ,1 1 0 ,1 1 1 Lar^atol, Im re, 25, 65, 72, 8 6, 87,
H eiti, H eintscn ^ dol 1 158 90-93, 157
Heyting, Aten1, 14 .a u ^ n Lariy, 9 0 -92, 1 5 7
H ijct, Wasf 37 Lavo 1o, Dpm, 16 3
H i1h»rr; D»vi(1, 14 Laierowiti , M[ptric, 129
H ip^l^iicp, 99 Loibnli, ^ ttfr^ W U1 »!. von ,26,
Htabbec, T hsmoc, 2 5 65, 83, 1 3 1 49, 83, 12 1
Humo, D»vid, 13, 16, 26, 49, 60, Lonlon, V iccoi E , 129
61, 184 Loucipo, 94
H usserl, E i mumd G uscov .h - e c h c Lew 1í , Q aronco Itcing, 157, 158
49 L ie tig, Jullui con, 15 5
^ t o 183, 1 9 1
tafel1, Loopoli , 15 6 Locke, John, 25, 38, 43, 49

Jceger, Woimor W ilnnln , 109 Moas, Paul, 1 49, 150, 161


Jai^ilk, M om 68 M cbillpn, Jecn, 165
Jennfnnes, 103, 1 1 0 M^ooh, Elnct, 118, 158, 16 1
Jenofonte, 108 Míaquiavolo, N ica 0 5 ,1 8 3 ,1 8 4 ,1 9 1
Jevons, W ÜHa o Stanley, 15 5 Mcol ntyte, A lasl air, 130
Juhos, Bek von, 12 4 M^»ioplo , Níptm»m, 69
Malebtanche, N icolao 1 3 1
Knmt, Immanuol, 2 6 , 4 9 , 6 3 ,7 1,7 4 , M^»nd^i^i^'^]lo, Bormarl de, 167, 168,
8 4 ,9 3 13 1 ,1^3^2 ,18 2 ,18 4 , 191 181, 188
Koufioonn, 119 M o^o u , Hom^EIrt nt o, 16 1
Keynos, John M oynoii, 1 6 7 M^ott^e11P, Lui ° c ic ° , 1 1 3
Kob o n Hanc, 26, 6°, 6 9, 170 Mdltmp, A ntpnip, 190
Kolvin, W iUkn Th om l°n, 1 8 1 , 190 M^»tx, Kot1, 25, 82
Koplor, Q oconm, 74, 8 7 , 1 0 1 , 1 1 2 M^cxw^]^^1, Jemes C i^J^^r , 66, 105
K ieikeuaard, ¡ ore n 25 M ol awar, peter Bi ian, 137, 15 9
Kitk, Geofaey Stephen, 20 , 1 08,109, Mongol, Qatl, 1 39, 17 2- 174, 176,
112 177, 1 8 1 87, 1 89, 190 l H
KxdFft-Ebing, Richati con, 56 M eiton, Robor t K mg, 183, 19 1
Ktoít, V iotor, 119, 124, 158 MCiL, John Stuart, 25, 26, 74
Krani, Walthor, 1 1 0 M in»izi( fobio, 109
Kiouc, Kotl, 57, 58, 68 MíSses, Luiw iucon, 1 39, 140,158,
Kiebs, H an) A doU, 137 176, 1 S2, 186, 1s s , 1 9
Kronoctar, Loopoli , 1 7 1 Mi^í^t^s R 1chori con, 118, 1 1 9
Kuhm, ^ omoc Samuel, 25, 66 ,72, M pn°d, Jccques Lucion, 1 3 7, 190
8 6 , SK)-92, 157, 175, 189 M sn tS Brogadin, Steí:ano, 69
M oore, George Eduarl , 130
L»chmann, Ludwig, 163, 16 4 M pumn, Geo-ges, 151, 16 1
Murotori, Lua °vic° A vt°n i°, 165 Preci, GCu1i°, 129
Muttc, Augusto, 1 3 7 ,1 38 ,15 6 , 15 7 prini, Pintos, 129
M usgrovc, .AJUmo, 93
Mussos/ni, Benito, 23, 25 Q u ivc, W iüord Von Otm ov, 49

Nagel, Eoi^ist, 55, 6 8 , 129, 16 4 Rodlbruch, Gustay 5 9


Novillc, Ernust, 155, 158 Rodnitzky, G lrard, 66
N e»t1e, W ilhclm, 109 Roimondi, Ezío, 1 9 1
Ncutoth, Otto, 71, 85, 118, 1 2 0 , Roivcri, paolo, 1 5 7
123, 124, 127, 128 Raven, John Earie, 109
^ wtov, Isooc, 47, 63, 7 3 , 7 5 , 76, Ri ichenb»ch, Han», 1 1 9 ,1 2 5 ,128
87, 8 9 m , 1 3 1, 136, 165 Reidemeí»ter, Kutt, 1 1 9
NCcolini, F»usto, 19 1 f o i ^ T - ^i° a °o, 68
N icbuht, BorthoM Gcoon, 18 2 Rd^ n^ Luigi, 68
Nietzsc- ! Fricdrich W i 1hclm, 57, Ríckl rt, Hcintich, 139
123, 174 Rícolur, paul, 127, 129
Riimonn, Gcoon fr'edrich Beonhaod,
O hm , Gcoog Sim °n , 14 66
Oi^i^i^i^a y G^o^
ssut, José, 108, 1 1 2 R cMi t on, D ovi^l 68
Roncoglic, A u tili° , 150, 16 1
Pop, A tthut, 129 R°st°vzev, M ichod , 20, 108, 1 1 2
pdrmém¿ns, 65, ^ M O4 , 108,109, Rothtaríi , Murtoy M ., 16 4
112 R°u»»eau, Jean-Jacques, 40, 184,
posc;d, Bk i se, 1 2 , 25, 40, 59, 69 191
Pasqudl, G i°tni°, 149, 150, 16 1 Russell, B irtoona, 3 5 , 36, 38~43,
patquine1lil Angulo, 11 0 49, 67, 12 1
puooo, D ovid p., 1 3 1 R ylc G ilbci^r^, 49, 127, 129
peioee, C h orlcs 5 ., 6 9, 13 1, 157,
158 Sakel, M ovfrca , 56
M Ucan1, Luciono, 1 1 2 Sdvemim, G »etano, 26, 140, 162,
fe rid e», 108, 109 164
Angulo M otio, 69 Sambursky, Samue1, 109
pi1ot°», ponzio, 13 Sarpi, ^ 0 ^ 184, 19 1
Pí/ágcra», 108 Savigny, ^jií^(^i^íc<- C t rl vov, 176,
Platón, 12 ,2 5 ,2 6 ,4 9 ,7 4 , 83,105, 182
1 1 0 , 130, 190 ^<^í^i^<i(^11]^i^ri Cusonu, 15 6
p 1ehe, ^ m oid o, 188 Scarpeíli, Ub^rto, 59, 60, 69
poh 1enz, M ox, 2 0 , 109, 1 1 3 Schilpp, paiü A tthut, 68
poincaré, ^ nr1, 2 5 ,1 2 1, 158, 164 s chll ichl rt, H ubcrt, 129
p()lanyí, Kotl pau]., 20, 108, 1 1 3 ^<^<^l]i ii J^Jmo(^<^<^l^
<Fricdrich ^ v 'c l
Popper, K »r1, p assim Em tt, 146
Schiick, Moaitz, 118-121, 125-128, Utmeom, Jome. O p ic, 129
148
Schmitt; Coa1, 26 V t iii^»1i G 'o vtnm, 1 5 8 159
Schnitv1cr, .r o ^ r, 5 7, 68 Vt ttÍMn, G 't nni, 16 4
SchróCimact, Erw'n ^ d o 11 Joeef Vico, Q ovonni BattietO; 184, 19 1
. ltxondtr, 66 V ' a ^j^i, Q nvtnni, 1 9 1
Schumpctci, Joseph A1 oit, 139 Voltoirt, Frt nco.s-M ane A rnvct,
Séncoo, 98 Ct tto, 170
S m n ^l, Gcotg; 139 VnvUcMm , G 0 124, 128
Smith, a ( »m, 1 6 8, 184; 188
Sóciaies; 12 1 Woamti*vom Jauiegg, Julius, 55; 56
Sófocles, 58 W tiiM ann, f r 'c drich, 118, 127,
Sokri, G iovlt ; 1 9 1 130
^j-inoza, Baru c ¡ ; 49; 83, 13 1 Wom nek, GcoffacyJ., 129, 131
Stegmüllci, Wnligoma, 129 Wotki —t, John, 16, 19, 52, 63, 69;
^nenzel; Juliue, 109 72, 80-84, 93-96
^HóhI; A ( olf, 1 1 8 W tdina, John, 129
Staaw»on; peter E0 131, 13 2 WtOee M tx, 53, 5 9 ,13 9 ,16 4 ,17 6 ,
Stu tz°; Luigi, 26 189
Szoez, T hoM»s Stephen, 68 W eisi; Paul, 69, 157
W htw tll, W lllitm , 74, 155, 158
Toles, 14, 63, 76, 89, 94, 97-101, '^ ¡ t kehco1, A1ir^c 1 N ori1, 49
105, 106, 10 8 111 W hitelcy, C■H■, 129
Tommcry, Paul, 109 Wmdtlbomd, W ilhclM, 139
T hoivou, Hcmey D »vi1, 180 WC^tCoM; John, 129
T iMio, M Lrio, 1 5 7 W itteis, Faitz, 57, 68
Tolttoi, Lev, 40, 18 5 W ittgtnetti—, Ludwig, 15, 33-3!^,
Tn10 M t 0 ; C kudio, 89 41-43,49, 5 8 , 6 0 , 6 6 , 6 9 , 1 1 9 ,
Tomara dc Aqui—n, 83, 18 1 120, 129, 130, 132
ToaeoH, Al 1 o, 1 5 7 Wundo, W 'ü clm M aximilk n , 18 4
TnvlMi—, Stvphen, 68
Ty—lt lli Johm, 158 Z c 1lct; E^ ot1, 109

También podría gustarte