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Pedro Belarmino
La,,objecién de conciencia,
León Garzón
El principio de exclusién
Carlm Baliñas
Filósofos náufragos
Guillermo Ruiz. Zapatero
La elusión mediante sociedadcs
Gabriel Albiac
Sobre los avatares del
amor en Espinosa
Enrique Moradiellos
La formación de la clase obrera
de las min'as en Asturias
David Alvargonziúez
ProLllemas en torno alconcepto de
«ciencias humanasr>
Gustavo Bueno
Sobre el alcance de una
<aiencia media,
Rosendo Merino
Cela. Eco.
Woody & Batman
Gustavo Bueno
La Colmena.
novela behaviorista
Tomás García l-,6pez
L¿ étic.dmoralen el
Bachillerato u;pariol
CUESTIONES DE ETICA Y MORAL
LA <<OBJECION DE CONCIENCIA>>
Pedro Belarmino
Gijón
EL BASILISCO 73
Divina, seu rmio Dei omnis rec1itudinis de conórncia» nn senrido gl(1bal 01 igi[1a- a los términos objeción y conciencia como
índeJixtibi/e exemp/ar. Dicese esta Regla. rio es preciso también reconocer ia posi- designacion es de cm npkj o s conccpmale,
extrínseca, por serlo re¡¡pecto de 1Josotro-1. bilidad de desarrollo, transtor mación y des- inicialmcn1e autónomos, Je su er te i.JUe el
La segunda intrinsecu, proxima, y homo-
;;énea es el Jictamen pr úctico de la razón,
composición Je er,a supuesta unidad origi- prohlerua ,e plmttca <:orno el problema de
uaria l'll panes o subnnidacles doradas ,k su conexión en la fórm ula ,, objeció n de
o la conciencia. (._.J. una cierta autonomía aún cmmdo esta sea conL:icneia,, (que habrá que i111e111 ar obte-
abstracta kn las conexiones co11 terceros) , ner como una espt'dficaciún de lo , <.:on-
o .,encillamcnte, en virtud de Lrnnsforma- ceptos originarios geni'.· ri~os); o bien la que
De lu esencia, división y actos de la con- ciDnc., de semidos suscep1ibks de si"r in- considera a esto s thm irios como relllitién-
ciencia t.crpretados como mdafísiu,.,, en Jo;; cua- dDnos a .<ignil'i cados q1H.: origi nariamente
le.,, por ejemplo, la <•conciencia>' queda c., tuviescn in11·inc;ido,, de tal suer te q ue
P. ¿Que es wncicncia?. K Que es: hipostasiada, y que sería preciw criticar.
d prohlcma se pla nteará como el pro bk -
rliclame11 prácticum rationi.1· 11pp!icatwn ad Nuestro método e.,, desde luego, dialécti-
rna de su disoó ació n y de las condiciones
opus. O es: dicramen ac/ua/e ratio11i, ¡míc- co, pues no descono<.:e la posibilidad de
fenoménicas, abstractas_. en las que e.;a di-
ticae, os/mdens quid frie. er mmc uge11du111 esta autonomi/ación y, de lw<:110, la rnis-
sociación p uede ma n tenerse.
es,, ve! omirrendum. Se dice: di('{amen o rna indepemlenda que en plano morfo,in-
jurliciwn acrna!e, para denotar que la cor1- tá<:tico (.'Orrésponde a lo, componcntl'S de
cien.;ia no e, hábito o potencia. ,ino acto. la fórmula ,,objeción de concie1H;ia,, e.< la
Se aüade: rationis prácricae: parn ,igni íirnr que nos ,Komeja comenzar el análisis por
que es acto dd mtenelimienro, y no de la la consideración de lo, componcntcs conu,
volumad: pw.:-1 son ,us propios munerns tes- si de unidades previas se Lratasc. Solo que
rificar, ju;:,gar, redargüir y reprehend1'r, que (y esta e\ la difcrrneia entre un t ratamien-
todos Jicen acw de entendimiento. to filo.,ófico y un tratanúcmo e.<irict;,mcnte
lingüfatico ele! caso) esas unídadcs prevías
P. ¡.] .a conciencia de quantas mane- dadas en el plano morfo,intáctico nu ha-
ras e.1?. R. Que es lk: mucha,;; porque brá que considerla.1 nt:ccsariarnen t.c como
puede dividirse po[· p,trtc del 1iempo, de concepto$ primitivos c,cm:iale;;. Podrían ,er
la ohligación, del objeto, y del ucio. Lo unidades previas pero tan sc',lo en un pla-
1" por parte del tiempo se diviJc en anJe- no fenoménico, apariencia!, que lé'ndrfa-
cedente y consiguienre. La arne~cdcnte es: mos que reimerprctar como rc,ultado J e
quae diriJ!,il operario11em. et dicta/ ,¡uid una hipostatfra,'ión. l'lano del cual , sin
agend11m sil. La consiguiente es: q1111e die- embargo, .1ería necesario partir, pero sin
ra! ea omnia, quae dgimus, de quibus tris- por ello quedar comprometidos a tt'ncr que
1amur, ve/ consotamur: y de c,ta no ira- contemplar la rcsultame como un 111cro
tamos al pre,ente. compue,lo (11num p er accidens) de lo s
componentes, dado que, corno hemos di-
Por parte de la obligación se divide cho, podrú ocurrir c¡uc este compuesto no~
lo 2" la conciencia en precipiente, conrn- remita a una si1 uación má, originaria o
lente, y permitente. La precipiente e., l¡i_ primitiva.
que diera/ alil¡uid ogendum ex praecepro. Pur n uestra p.;nc, y .<.i dis pu sifr:in1os
La consulente ex consílio. La permitente La .<,itua<.:ión, en definitiva, podría des- de espacio suficiente, p rncede1"ian1os a una
es: quando dictar alir¡uid, neque ¡1ruecipf, cribirse del siguiente modo: rnnst atamos <.:onfront.tc.:ión de ambo.1 planteamientos,
neque prohiben·, sed u/rumq11e po~se. múltiple~ interpretaciones (acepciones. mo- confiando en que a lguno de ello~ podría
dos, ... ) de los términos objeción y con- conduc.:irnos a resoluciones más compren-
Se divide lo 3'' la com:icncia por par- ciencia, detemünaeiones que supont.lrcmo;; sivas que aquelln~ que el otro nos pueda
te del ohjcto, en reClu, y errónea. La rec- dadas inicialmente en d plano fenoméni- deparar y sólo e11 ventajas ele csta índole
ia es: quae dicta/ rem_, 111 es/ in se: lo co del lenguaje. (el plano del lenguaje es, (ex consequent iis) fundarianws u n criterio
t>ueno como bueno, y lo malo como malo. po1· tnnto, para nosotros, y de acuerdo Je preferen<:ia. Sin embargo_. dada la bre-
La errónea es: 1¡11ae diera/ rem aliter ac con la tradición --initium doctrinae sit vedad de esta nma, debem os red ucirn os
es1 in se: lo malo conio bueno, y lo bue- co11sideratio nominis- el plano del q LLe a analízar lo, término~ objeción y con-
no como malo. l:!st.a c-1 de dos ruancrn;; hay que pan.ir: pern 110 por ellu hay que <::icncia, en tamo wn lingüís1icamente in-
vencible, e i111·encibfe. Vencible e~ la que tomarlo como el lugar de resolución , el dependiente.,, de suerte que el criterio de
con un prudente estudio, y diligencia, se «Tribunal Supremo» al que apelan tantos selección de sus nniltiplc1; d e1ermin acione,
pudo y det>io evitar. lnvcm.:ible es, la que «analítico.,» Je nuestros día~). Supondre- sea prcci,amentc el de la referencialidad
moralmente no puede vencerse con nin- mo., tarnbién que al menos en este plano, que las Jetermi nacione, d e cada uno de
gun estudio o diligencia; por lo mismo algunas o mucha~ de la;; determinaciones ello., nos diga hacia el o tro, dado que.
cxrnsa de pecado. Vease lo di<:ho arriba de las que lratamo~ ,e comportan ~orno en t odo caso, estas det crminac.:ione~ mu-
,H.:cn:a de la ignorancia. si fuesen independiemes, al menos en stt.1 tuamen1e n:ferenciaks füponcmos qne son.
composiciones con terceros contextos: pero en el plano lingüístico, tan positivas y efec-
Lo 4" por pan.e del acto se divide también que algunas o muchas d e estas tivas como <.:ualqniera otra. Dejaremos, pm
la conciencia en cierta, prohuble, dudosa cleterminacioncs contienen mutua., e inter- tanto, de lado, la cue.<lión de la origina-
nas rnforencias. Esto supuesto, caben dos riedad de esr.as Jeterminaciones «indepen-
opciones leórica.< y, corresror1dicnternen- di entes;,, es decir, la cuc5tión de si la,
te, do~ metodologías que, en realidad, no determi nacione, de <<Objeción)) y « concirn-
son excluyentes: o hien la que considera eürn que se nos dan como m útuam enr~
74
EL BASTTJSCO
independientes, lo sean sólo en el plano jeciones y negaciones fenoménicas. IJe y escrupulo.rn. L a cierta c~: qune dictar
de lo.s fenómenos, o bkn $j su indepen- acuerdo con lo que precede, el término certo, <'l sine .fo rmidine nliquid e::ise fo -
dencia debiera ser c;onsidcrada corno pri- «ob,ieción » pu e<.le sobreentenderse como ciend11111., ~·el omi lfendum. P rob.1blc e~:
mitiva. abreviatura d e «objeción discursiva)). Des- q11ae a.1se111i111r uni partí, <.w n f or111idine
de las coordenadas d e la lógica tradicio- alterius. Dudo~a e~: quue perpe11sis rutio-
nal, o bjetar equivalía a una operación dia- 11i/J11s wríusq11e par tís, ancef)s re111a11e1, e1
11 . A n:ilisis t.lc los d o~ térmi no, tompo- léctica comistcnte - supue~ta una argumen- 11111/i partí r fl'em assenriw r. La c~cru pl1lo -
nc:ntes: ,,Objeción,, r ,,C ondencia» tación silogística q ue desem peña el papel $a es: r¡u(te 1111i parfi adhaerer, c 11111 for-
d e co rrelato- en una contrapropuesta rnidine conrruriae. ortu ex ln •ibtl5 moti-
1. 1<0bjeción» es un término que im- orientada, sea a sustitui r o a distinguir vis, e1 raúonihus.
plica siempre un correlato objetado (¡me- las premisas, a impugnar su ilación, o a
de ser una opinión, una teoría, o cual- todo a la vez. Son objeciones las t rans- Por esta s definiciones es facil cono-
quier otra estructura proposil'ional) y que formaciones de la primera figura en Ba- cer quales sean las de la opinion, duda
,e usa según dos accpcilllles : objeción roco y en Bucardo. El Baroco, por ejem- y escrupulo. La opinion rmes, se debe de-
como recusación p ura (no argumen tada} plo , suponía una previa argumentación (co- finir diciendo que es: assensus unius par-
del correlato objetado (objeclón como ne- rrelato) en Barbara, cuya conclusión (a) tís cum f ormidine a/terius opposilae; la
gación); y objeción como recusació n ar- se impugnaba mediante su correspondien- duda, c¡ue es: s uspensio assensus circa ob-
g umentada del correlato objetado. Supon- te con tradictoria (en o), puesta como pre- jectum apprehensum; y el escrupulo que
dremo s que est e segundo sentido puede misa menor, lo que daba lugar a p ropo- es: inunis apprehensio orta ex levi moti-
tomarse como propio y originario del tér- ner como conclusión (en o), la contradic- 110, de eo quod sit malum, quod re vera
mino objeción , mientras que el p rimer sen- toria tle la antigua p remisa (en a). non est. De todo hablaremos despues en
tido, el de la negación pura, po dría siem- sus propios lugares.
pre verse como una objeción ((implícita »,
susceptible siempre <.le ser explicitada. Lo P. ¿Quantos son los actos de la con-
qut· estamos dkíendo ento nces es que en ciencia?. R . Que son tres; porque segun
la objeción es tan importante el momento la a plicacion del conocimiento a lo que
de la recu~ación como el momento de la o bramos, Ie diferencian los a ctos de ella.
argumentación, y q ue una negación no ar- Si es por orden a lo pasado, su oficio
gumentada, ni snsccptible de serlo, no po- l!S testificar; segun lo que dke el Aposto!
dría ser con.siderada como del mismo gé- a los Romanos. 2. Testilnonium reddente
nero que la objeción. De este modo, mien- illis conscienria ipsorum. Si es por orden
tras que la negación pued e ser reducida a lo que debemos hacer u o miti r. su ofi-
a la condició n de objeción implícita (in- cio ~ ligar o instiga r; pnes como <.!ice el
..:oada, o a..:aso degenerada), en cambio mismo Aposto!; omne awem quod non
la objeción no podrá ser reducida nunca est ex fide (esto es: <!X conscientia) p ecca-
a la condición de una negación nuda, sal- tum est. !bid. cap. 14. Si en fin se consi-
vo interpretar su momento argumentativo dera la conciencia en orden a lo que obra-
como accesorio (por ejemplo, como mero mos bien o mal, es su oficio excusar, acu-
revestimiento sofistico , o pret exto, para sar o remorder; conforme a lo que dice
mantener u na negación que estaría moti- el mismo S. Pablo c ap. 2 inter se invicem
vada po r inrcreses no argumentables). Y cugitarionibus, accusantibus, aur etium de-
esto es tanto como decir que en el con- f e11denzib11s. >) (Tomo 1, p¡:s. 22-24).
ceptO de objeción ha de primar su com-
ponente ol:>jcti\o (argumentativo) -que no
excluye la indirecta rcferern:ia a los intere-
ses subjetivo.~- y que siempre que pueda Con todo, y puesto que la argumen-
demostrarse que una argumentación es pos- tación, en distintos grados, pnede consi-
tiza (destinada a encubrir una simpk ne- derarse como una función constante de
gación snbjctiva) habrá que estimarla como todo proceder ver bal, ca be considerar i11- 2
una pseudo objeción. En cambio, u na ne- 1erpretalive las negaciones de una tesis
gación nuda (po r ejemplo, expre~ada con daJa como indicativas de objeciones que
La fuerte demanda d e un púhlico q ue
un enérgico movimiento <le cabeza, o con no han sido c;,¡plicitada~, pero q ue podrían
deseaba rnn t'esarsc determinó q ue los ck-
un voto secreto mono~ilábico), que admi- serlo en un momento oponuno. Quien dice
rigos expcrirnentados tu viesen que claho-
te sin embargo una ar gumentación poste- simplemente: <<recuso » o « no estoy d e
rar <k tallados manuale., de fo rmat'ión que
rior (por ejemplo, la explicación del voto). acuerdO>l, está negando, pero esta nega-
5irvieran a la prer,ara<.:ión ele los nuevos
podrá ser interpretada como nna objeción ción pued e interpretarse como un annncio
cécnicos rn11fesore~. Uno de los rná~ fu.
virtual o implícita. Je que se p ropone objetar, es decir, razo-
moso s es el co mpue\lo por el ,:a¡rnchino
nar o explicar su recusación. Se com prue-
f-ray Jaime de Corc lla (1 657-1699), predi-
Li~ disri11cionc~ eatre objc1:io n y ne- ba esto claramente en la práctica demo- cador que fué en la Corre: de Carlos ll
gación y. en funció n de ella , ent re obje- crática J el voto secreto: votar No en un el llechi;;:ado. La Pracricu de el C/1/;[esso-
ción y pseudo objeción, por u n lado, r refcrcndum es recusar una propuesta pre- nu,-io. y explicacion de la~ proposiciones
entre o hjeciones virtuales y negaciones nu- via (correlato); vota r No no e~ o bjetar ex-
da., por e! otro, han de entenderse como plfcitamentc, pero se supone q ue quien
distinciom.:~ entre situaciones límites, a las vota No ha de pQder explicar su voto.
4ue se aprnximarán más o meno~ las ob- Es decir, se supone q ue quien inscribió
76 EL BASTLJSCO
una conciencia Jivina. Sin embargo, la for- si tenia razón ó :,,:. ; :,,.: º ~,.;.'"--:~.;,, ,~ a.~
e- méricamente (y no por el modo de la mera
[! coexistencia contingente, ~ino por el modo mulación más precisa de un modelo dia- debaxo de cuyo im~:-"':, -;;::.... " ,
mérico Je conciencia creemos en contrarla C. Era v. m . v;;,¡¡]:b_,_ .- ,_:-,,::-: .:,
de la coimplicación esencial) con otras con-
ciencias, numérica o específicamente dis- por primera vez en las obras de Juan T eó- Rey por quien peleava·.1 . P -~: ::p , . : ; , "-~
tintas (diríamos: la conciencia e~tá inserta filo Fíchte, en las qne establece como prin - llos pueden pelear p or su R¿y, ~- ' _.,-_c.
en nna «sociedad» de conciencias huma- cipio el axioma de que el «yo implica el tandoles ser la guerra injusia. au;¡q·!J:: 'é>·
nas o animales, nnminosas o divinas). Por tm> y recíprocamente (Kein Du, Kein peculativamente dnden, si e, jnsta. ó n.::
respecto a esta situación diamérica de re- Jch ... ). pnes pueden practicamcnte d eponer la cor,·
ferencia, llamaremos conciencia diferencial ciencia, haziendo dictamen, que el Rey n o
(como acepción correspondiente a una teo- se avrá movido sin cons ulta de Thcolo-
ría diferencial de la conciencia) a las es- gos, y Doctores. Ita cum Victoria, & aliis
tructuras resnltantes del proceso de dife- Gregor. de Valenc. tom. 3, in 2.2. disp.
renciación (oposición, contraste, conílic- 3. qiwest. 16. pune/. 2. §. Sexto cer1um
to, inconmensurabilidad, discontinnidad ...) est.
de un sujeto activo respedo de otros suje- P. Padre, yo cst r angero era, n o va,a-
tos activos (operatorios), en cuyo contex- llo el el Rey, por quien peleava.
,._ to esté implicada; y llamaremos concien- C. Y era v.m. asalariado, o conduci-
..: cfo absoluta (como acepción correspondien- do por el Rey por qu ien pelea va? . Porque
te a una teoría metafísica o snstancialista t am bien los solc.la dos estran gcro~. ,ienC:0
de la conciencia), a aqncllas estructuras condncidos, y p agados , pueden pelea ~.
e que (se supone) rcsllltarían ele la mera ac- aunqne especulativamente duden ele !a _ius-
tividad del snjeto considerado al margen ticia de la guerra , como tiene con Caycia-
(o ab-snelto) de los demás sujetos (qne no Villalobos en la S11mu. p art. l. Tr aer.
es lo que se hace al definir la conciem:ia l. dífjic. 18. n. 2.
2- como la «antopresencia» del sujeto). P. Padre, tampoco estava a salar ia Ju.
sino que era soldado volunta rio.
Como paradigmas, históricmrn..·n te for - C. E hizo v.m. dictamen prnba:-:le.
mulados, de concepciones absolutas ele la que seria la guerra justa? . Por q ue el <o!-
conciencia, señalarnos, en su versión de dado voluntm.io bien pu ede p ~kar , .,i 112-zt
conciencia snbjetiva, al Dios Je Arist óte- juizio practico prob able, d e qu e el R~:-
les (del libro Lambda de la Melil{ísíca), obra (;On ju sticia; y para hazer es,e _iu:zi<'
y en sn versión de conciencia objetiva a
El modelo de concepción diamérica proba ble, b astalc que el Rey i en,:.; b 11~n
la Conciencia trascendental de Kant. Dios
de la conciencia activa que seleccionamos crcdito de justo, y a1.en1ado , ,, que :-:,,.:
es, según la teología ari.s totéfü:a, concien-
aquí como referencia es un modelo que es facil en mover guerra sin mucha r az•TJ:
cia activa (Acto Puro), absoluta (puesto
incorpora, desde luego, la propia concien- como Jize Valencia ibid. §. Si mire,,,. ,:¡;
que no dice ni puede decir relación a otras
cia objetiva (en la acepción kantiana), o medio. Y tamb icn bastaria, si un i-J,,r.,.i,r;;
conciencias) y subjetividad pura (puesto
inri:ncional, en tanto que la coexistencia docto, y virtu oso aconsejase al , o le.,,,;:.:- .
qne no conoce al Mundo objetivo): es nóe-
entre los diversos sujetm, operatorios se que podía pelear sin escrupulo, rnmo d:zo:
sis noéseos, <<pen~amiento de rn pensa-
~upone q ue ~ólo puede tener lugar a tra- Villalobos supra num. 4. in fin e.
miento», autopresencia pura Je su activi-
vés ele los objetos apotético, con stitutivos P. Yo Paclr~, no hize ju izio p~oh ,.'~ic
dad pensante. Diametralmente opuesta es,
de los campos operatorios. Estos objetos e.le la justicia de la guerra , sino (J G.<' n .:'
e-,. en este sentido, la concepción kantiana de
apotéticos ofrecen el materia! mismo ope- quedé con m.i e.luda.
c- la conciencia, en tamo es una conciencia
rable, según difcrcn1es program as de cons- C. Tenia v.m. hecho d animo ¿ ;,<':-
C' de mi propia existencia en el tiempo, que
trucción a los cuales atribuiremo, una suer- lear, ora fuese justa , ora inj u., ta ta g_-ae-
le- está necc5ariamentc un ida a la existencia
ele las cosas fuera de mi, como condición te de inercia operatoria en virtud ele la rra?. Porque el so ldado , que ~0:1 ~-e m<',:
de la determinación del tiempo (Cd1ica cual e \los tenderán a propagarse «en linea animo va a la guerra, está en e<.taé.0 .;:,,
~
de la Razón Pura, Analitica de los princi- recta»: los programas de construcción se pecado morta l, y con dcn.ición.
lc-
pios, Refutación del idealismo). Pero esta nos presentan Lle este modo com o orto- P . Padre, si supiera qu e la g:c1crra ~r~
t:-
gramos. La concírncia se nos dará, según inju,ta, por ningun modo htr, iera id,, ~
~- conciencia objetiva, tal como la concibe,
esto, en los mismos procesos por los ctia-
seguiría siendo una conciencia absoluta, ella.
en el sentido dicho. les los sujetos operntorios (imegrados siem- C. El soldad o csr.rangero, que c, ~- ü ~,-
pre en grupos de sujetos, daJos frente a tanea, y voluntariamente va a pck ,H . •2\c·
Como paradigma de la con~epción otros grupos), generan ortogramas que cn- dando si ~,, o no justa la guc;ra . C:iz:'
diaméríca de la conciencia, sin r crjuicio trnn en con fluencia diferencial (inconmen- Pedro de Navarra tmn. 1, l ih.2. cap,_' .
de su condición teológico mítica, cabría surabilidad, conflicto, .s olapamientos, ... ) n. 2M). § Ter/io rnihi, que n o pcc:1. t:i ~;¡¿
citar al Dios trinitario de los cristianos con los ort ogramas prnpucsto~ por otros obligado a restituir, lo qua! tie:1e ci1r,r, ;i0
nicenos (Padre, Hijo y Espíritu Santo). sujeto~. La <<conciencia gramatical;) apa- a Suarez, por probahle IJiana p.3, ;i c ,·!.5,
La concepción agustiniana, como la car- rece en los momentos en los cuales el ha- resol. 96. !\-'las estando en esta. or :n;,'-:1,
t.csiana, de la concicnL-ia (a pesar Je !as blante de una lengua se cncuenlra a nte debe el soldado deponer su eluda ~0:1 :;]-
11pariencias absolutistas del co_~íto) podría el habla Lk otros sujetos de :rn misma len- gún dictamen practico , pues es ~-k n , cu:'
interpretar.se en la perspectiva de los mo- gua o de lenguas di l'erentes; la conciencia
delos diarnéricos, dado que tanto San moral de Buda habría despen ado -si ana-
Agustín como Descartes ponen la rnncien- lizamo5 en estos términos el relato de su
cia humana en el contexto inmediato de «convcrsióm>- en el momento en el que
i"
:e EL BASILISCO
es pecado obrar con concü:nda practica- los ortogramas que regulaban su conduc- pon emos como fuente de la conciencia mo-
mente dudosa. Lo contrario; esto es, que ta en el recinto de su palado se encontra- ral (antecedente, concomitante o conse-
peca gravemente el soldado, que siendo ron, al intentar salir de el, con el dolor cuente a la acció11) y que puede hacerse
estrangero, y voluntario, y dndando de y con la muerte. La conciencia recta po- consistir en la misma p redominancia («voz
la justicia de la gnerra, pelea, es más drá redefinirse, entonces, como un ejerci- de la conciencia,,) de u na norma o com bi-
verdadero, y es comun. como dize Va- cio operatorio, discursivo, con ortogramas, nación de normas sobre otras, en el grad o
lencia supra, y lo tiene con JV[olina, que, aunque puede incurrir en errores e dominante (que va desde la conciencia cier-
Silvestro, Gabriel, y otros, Víllalobos eod. incurre de hecho en construcciones erro- t a a la dudosa, o probable, o laxa ...) ,
11.4, Porque no siendo vasallos, ni subdi- neas, mantiene sin embargo la capacidad d e obligación o identificación (o coheren-
tos, ni asalariados, no ay cosa que les de rectificar o corregir esos errores a par- cia) de la acción en el contexto de la p ro-
precise a pelear: Luego si se introducen tir de sus mismos resultados; mientras que pia personalidad, inclnyendo aquí las si-
a ello dudosos de la injusticia, o justicia la falsa coucicncia la redefiniremos como tuacioues descritas en el dictum de Ovi-
de la guerra, pecarán mortalmente, Pues atributo propio de cualquier sistema de dio: video melíora proDoque, deteriora se-
como dizc aquella regla del Derecho: Non ortogramas que ha perdido la capacidad quor.
esr sine culpa qui rei, quae ad eum non autocorrectora.
pertinel, se immiscet, de re¡;;ul. juri~ in Según esto no cahe entender a la con-
6. regul. 19. cicucia práctica - y, de modo eminente,
a la conciencia moral- como una fuente
2. P. Acusome Padre, qne avientlo or iginaria, intuitiva, soberana, de la cual
estado alguu tiempo alistado en la milicia emanasen juicios iufalibks, que ú nicamente
de mi Rey, despues la he tlexado, y de- podrían ser justificados por la misma al-
samparado. curnia de su origen . Sin perjuicio tle ad-
mitir la necesidad de reconocer uuas mí-
C. Y le pagavan a v.m. su justo esti-
nimas p rernndiciones subjetivas naturales
pendio?. Que si el soldado no es pagado,
(por ejemplo, un determinado nivel de de-
no está obligado a servir, y puede huirse,
sarrollo cerebral. que !am bién es exigible
como otro qualquiera criado, a quien el
a la conciencia gramatical o a la con cien-
amo no le paga su salario.
cia geométrica) lo que quer emos subrayar
P. Padre muy puntuales teníamos las
es la estructura dialéct ica del juicio mo-
pagas del Rey.
ral, su fali bi!idad, un id a a la posibilidad
C. Y era su persona de v.m. necesa-
de recti íicacióu, la necesidad, por tamo,
ria para la guerra'!. Porque si le constase
de ejercitarlo, de moldearlo racionalmen-
claro, que ninguna falta hazia, no pecaría
te, de educarlo, y ya no en el sentido de
en huirse, como dize Villalobos en la
un adoctrinamiemu, cuanto en el mismo
Suma, tom.2, tract.5, riif/ic, 11, num.4. sentido en el qm: decimos que es p reciso
Pero advierta, que como digo, ha de cou~- ejercitar y moldear el ju icio matemático
tar claro, que el soldado no haze falta, o el juicio gramatical.
porque si se dexa eso a w antojo, pensa-
rán que uo son necesarios, y se irá oy
uno, y mañana otro, y otros, con mucho La condcncia operatoria práctica (se- 111. Las do~ interpretaciones posihles de
detrimento del bien publico. gún normas proléplicas) implica, por tan- la fórmula «Objecióu de Conciencia»: en
P. ~o ay tlutla, sino que mi persona to, todos los procesos psicológicos y lógi- sentido formal (propio e impropio) y en
era necesaria como las demás para la gue- cos de asimilación o asunción, por µarte sentido material (pro pi o e impropio)
rra. del sujeto operatorio, de las normas o r e-
C. Y se ausentó v.m. cou justa cau- glas uatlas objetivamente en tanto dehen
l . Lo~ término, « objeción>> y «con-
sa, como por vejez, enfermedad, u orro ser incorporadas por él a las situaciones ciencia n que hemos analizado en la sec-
semejante titulo, obt.cnitla licencia~ y circunstancias concretas de s LI acción ción anterior , se nos dan compuestos en
P. ~o me ausenté con taks causas, (Lodo esto es lo que la tradición explicaba la frase <,objeción de conciencia» median-
ni con ese modo, sino funivameme. por medio de conceptos tales com o sinde- te una proposición <<de,> que los gramáti-
C. El soldado bien pagado, que se resis, silogismos prdcúcos, prudencia, &c.). cos tradicionales interpretaban como u na
ausenta, y se huye, µeca gravemente con Put~ sólamcntc a través de estos procesos construcción en genitivo. Es ciert o que la
obligación de restituir lo que huviere reci- de asnnción, las normas objetivas (dadas lingüística actual se resiste a <<diagnosti-
bido, como afirma con la común lv[acha- histórica, cultural y socialmente) pueden carn en estos tér min os tal const rucció n
uo tom.2, !ih.6, part.5, troct.1, doc.6, transformarse eu on ogramas prácticos (en (que implicaría reconocer la categoría tic
num.2. Y es la razón, porque el Rey haze términos kantianos: las nornrns heterón o- caso, como «mo rfema intenso » , en espa-
mucho gasto en vestir los soldados, ali- mas pueden funcionar como normas autó- ño l, y esLo e~ muy du doso, salvo en el
mentarlo5, conducirlos de un lugar a otro, nomas, cou las males el sujeto se identifi- sistema parcial tle los pronornhres perso-
y pagarlos, a iín de que !e sirvan: Luego ca. y sólo a través de esta identificaóón nales). Sin embargo, y aunque sólo s~¡¡
sino lo hazcn. sino que se ausentan, p~ca- parece posible hablar, con un alcance no por el contagio o trnnsyeccíón de la fór-
rau gravemente con obligadón de resti- metafísico, de autonomía). Pero es justa- mula objeción de conciencia en su corre,-
luir, ,, (Pa~s. 354-355). mente en este proce.,o d e itlcntificadón, pondiente latina ohjectio cnnscie111iue, en
en tanto mmca puede ser plena, del suje- la que ya es posib le hablar de una w n ,-
to con las diversas normas cu las cuales trucción en genitivo, no s atendremos a la
cstá siempre envuelto, en el q1te tien~ lu- costumhre tradicional de iuterpretar la fn-
gar ese «dcsaju~te» entre las normas que se <<objeción de conciencia » corno una
78 ET, BASILISCO
construcción en gemt1,o de los términos objetivo, es porque el complt:menlo en ge- « ne las oblígacione~, ) estado tle los Me-
objec1ó11 y conciencia. l::!n esta construc- ni1.ivo ya no ejerce el papel de , ujel.o que dicos
ción objeción descmpei'la el papel gra ma- soporta el nombre-predicado, sino el d e
tical de nombre y ro11ciencia el papel de térm ino u objeto al que se refiere el nom- J 1. J>. Acusome Padre, que vivo con
un complt'memo del nombre. De toda~ for- bre, soportad o ahora por 01ro sujeto im- algun escrnpulo, sobre si t engo la sufi-
mas conviem: dejar claro que no prctcn- plícito o explicito (Roma será ahora el ob- ciente cienda, para cxercer m i o ficio .
(kmos fun dar en estos diognóstico~ gra- jeto temido por alguien, por ejemplo Ani- C. No ha cur.,aclo v .m. los años qne
maticales (como si estuviésemos snmcti- bal ; la frase espark~la correspondiente que- se acostumbran, en anes, y medicina, y
clos a la «obediencia anaJítica>>) el a nálisis daría susl ituida como equh·ale111e por esta gra<luadose. y sido examinado dd Proto
ul terior del concepto objeción de concien- oua: « el t crn or que a lguien tiene a tvJedico, y practicado ws dos a r1 os con
cio. t\os servi rnos únirnmcnt<:, de modo R oma» ). algun Medico'!
heurístico. del anáfois gramatical, como P. Si Padre, por toda esa carrern he
punto de partiJa para reµ.resa r eventual- ln<lependicntl'Hlem e de que sea un he- p;1sad o, ..:omo lox d emás.
mente a una cs1 ructura lógica atrihuibk ch o gram atical propio del lacin, y, por C. Pue¡¡ si v.m. e1>t á examinado, su-
al co ncepto titular: y, por decirlo así, ,i uamyt>cción, <lel es pañol, la posibilidad pongo. qu e tendrá la ciencia r1 L·ce~aria. y
p re ferim o ~ e l diagn ó stico 1radicio11al de interpretar d genitivo, en lú.', casos du- si despues aca no ha sido omi;;o (.:lJ e~tu-
(«constrncdün en gcni1.ivo,1) no e, por mo- rlicc~. tanto como genitivo rnbjetivo o diar, ya ~abra v.m. lo que condt1z<: para
tivos de principio, sino por la~ consernen- -=omo objet ivo, cabe siempre p lant ea r la la cxpcuicion de su oficio.
cia s a las t·mtles él no~ conduce, a sabcr, cue~1ión d e si esta d uplicidad dd !!enitivo P. Padre. muchas vez.es nos disimu-
la determinación ele una c<.1 rnctur,J lógica es un fenómeno mcrarncr1l.e empíril·o (re- lan a los de nuestr a profesion en lo s cxa -
q nc, pnt· lo de rmis, enco ntramos tambi~n sultado de una asociación co nsolidada de mcnes; ya por cruzar.se a lguno~ m edios po-
p resente en la cor responúiem e construc- sentido,, distintos y en si disparatados, tkrosn,, ya pln algunos ob,equios, y tam-
ción latina. en la que 1:abe hablar propia- a un signirica mc d ado que se 1orna por bien porque tienen e~rx·ran,:a~, de que jun-
mente dr co11stnKción ge nitiva. ello ambigu o y qur sólo el cont,'.Xto p uede t.a11do a lo t heor ico lo pn1t.:1ko . nos
ddinir), o bi(.:n si la duplicidad no cs1á pondremo, mc_ior en las materia~. y en
fundamentada en a lguna csr.rucrnra lóg.ii:a el mcl ho do de CLtrar a los enfermos.
coon.linable. en cuyo ca.so. la dup licidad C. HI 1\-kdico, q ue n o teniendo !a
ya n o ~ería emplri<.:a (o mera rneqión de ciencia ~uriciem c, r xerce su oficio, p,·ca
h<."cho . quur!srio f actí), sino lógil.:a (u na mortalmente, y c~ta obligado a re.,tituir
quaesrio iiiris). Supondremos que e~ la ~e- los dai)os, que a l enfcnno se siguieren por
gunda hipcitesi, aquella que e~ más ade- su igm,rancia. Ita Sylvcs1ro verb. Medi-
cuada ~iempn · qne se accple la coordi11a - cus, q. l. >• (P g. 357}.
bilid ut1 de las w 11scruccion cs en genitivo
de re fcrcn cia con una estructura funcio-
n a l binaria (relacio11al, ron univocidad a
la derec ha). cu ando el nombrc predicado
desc-mp.:ña el pa pt'I de una relación del
lipn R(x,y), cuando la reciprorn R-l (x.y)
e.11.á designada por la mi.,ma ktra R (sin 3
qu e ello g:,rantice ,km pre la simct ría de
la relació n}. (P odría mos extender esta es- Diccio1111rio a¡mstófico que compren-
tructu ra al ca~o de relacion es ternarias o de mas de dos mil puntos morcJ!es, .. . ,
n-arias _,,cent ro de R om a>>- pero no~ Cornpilc1dón ,ureglada poi' u na So.:iedad
alendrcmo, al caso <le las relaciones bina - de Eclesiástico~ hajo la dirección del l'.
ria.~). La niordinaüón de que hablamos RamoJJ l:luh.lú, lect.nr franciscano, tomo
se c~tableccrá del ~igtúcm c modo: el nom- 11 (corre,ponde al w rno VII del Tesoro
bre <le la construcción genitiva desempe- de Oratoria Sagrada. J,nprenta t.:atólica de
ñará el papel de nombre de la función Pons, l:lar~clona 1859).
E11 d';:clo, estarnos antl' u11a construc- R. la función de predicado relacional; rn
dón en genitivo du plirc (hay ot r,ts : geniti- e..m1 función, c11a.11clo se t rat e d d genitivo
vo partitivo. genitivo ele materia, ...) en subJ~1i"o, el complemento del n ombre d c- «J:n qur consiste la falsedad dt l:l eon-
la que es pn.:óso distir1guir los <los consa- sempci1ará la función de cérmi no antece- cienciu
bidos sent.idos del genitivo subjetivo y del dente (5ujcto) respe(to dt un correlato con-
genitivo objetivo. Cuando el genitivo du- secuente implíd 10 o explicito; y cuando
E xami11cmos ante todn, hermano.,
plkc (timor Romae. temor de Ro ma) se se mue del genitivo objetivo. el cornple- mios, en qué consi~te la falsedad de la
i111crpreta con10 genitivo subjet ivo, e,\ por- memo del nombre d csempet)ará el papel conciencia (.'rl que can fácilm ente incurri-
que el rnmplemmw en gcnit.ivo está ejer- de térmi no con~ecuenr c, r especto de un
mos; falsedad, e.,e car á,:r.er que con 1anta
ciendo senuimicamentc la funóón de un antecedente cx¡:,lícilo o implícito. Temor fa(ilidad se tonta, t>,a s;;nda en que tan1os
sujeto que so pona el nombre. como si (Romll, Anibal), corre.,pondcrá al geniti-
hijos de Dios se han estraviado, dig,{11110!>-
c~te fuese u:1 predirado (Roma es ahora YO ~ub_ j etivo; Temor (Anibal. lfoma) co- lo a~i , ; in saberlo. La falsedad de con-
el sujc1.0 del temor; en la corn:spondientc rrt·sponclerá al genit ivo ob.icr.ivo . Aqui ~c cien.;ia, ~egún S. Agustín y Sto. Tomás,
frase cspaitola, «t¡:rnor de .Roma» . po<lrá supone que el temor de Rom,1 a Anibal
equip ararse a una construcción de relati- (y ~s mucho supomTJ de~igna algo similar
vo de este c.ipn: el tcrnnr que Rom a t iene a l temor de /\ ni bal a Ro n1a (como l>i el
a ...); cuando \e intrrpreca como genitivo temor recíproco fuese ~imémco). Podemos
80 EL BASILISCO
les paedc considerarse como una ,ucrtc: 4. <<Objedói1 de con..:iem:ia» en scnt i- de la evidencia, ya para el oc los scnl i-
de ,kmem:ia espedfic:a. do formal e~ la objeción q ue la Cílncicn- dos.
cia (el ,ujeto operawrío) pone a ,1Jg1, o Proposición cua rt a. El ksti mo nio de
J a difirnltad de c~1.a acepción mate- a alguien . A e.~tc algo o alguien pode mos la conciencia es fu ndairn.:11to de los dem,ís
rial de la obieciún de conciencia, , i se a tribuirle en general la fornrn de una nor- criterio,, en cua nto t~ un hecho que: to-
to ma t'll su mera gencricidad abstracta , ma precepc.iva o prol1ibi1iva. d,), d k,., han m~riestcr , y si 11 d cual ~on
e, m misma u;1i vcnalidad en relación con imposible~.
l,1 com:iend a (1oda~ las ob jecione., pod rían También a C$ta a cepción formal de 2.~8 . Proposició n q ui:\ta. De la com-
.,er considerada, rnmo objeciones a algu- la objeción de conciencia, tomada en SLl binación de la co:iciencia con d in,Linto
na co nciem:ial; po r lo que la o hjcdún de gcncridctad almra..:ta, put·de poné1 sek uua intelectual, nacen to<Jo., los demás .:rik-
conciencia en su acepción objc1.iva podría d ificultad paralela a la que kvantúba mo;; rio~. »
:·lirl<.idcrarse redu ndante. 8 , ta difieult ad conrra la a,-epción material , sólo que aho-
sólo puc<Je resoJl.ersc <_al menos {'Jl un pla- ra la <Jificultad irá referida a la5 o b.iedo-
J1n abst1·fü:to) esp~·cifica.ndo do, clase, de nes. Pne,\ todas la-~ objeciones podrían con-
o hjecione, matedalc, de conciencia , ~egún ,iclernrsr como o bjeciones forniales <.h: con-
la na turaleza de la conciencia o bjetada: dcm:ia , puesto que ~iempre es una , o n-
ciencia quien objeta, es decir, el sujeto
( 1) fmp ropias: cuando l¡i conciencia ageme de cualquier objeción. 5
(lhjetad a e:; ca paz de asirnilar las obj,:c io -
:1es. La clas.: de objeciones que una vez Asimismo c~f.a difiwltad s<',lo put>de Zefcrino González (ll:i'.l 1- 1894), Filo-
¡Jrcsentada, a un a concícncia pueden de, resolver~e, ;1I menos en un plantc,miiento sofia r:le111enw/ (1873) ,
Lermi na r la reac.:óón ele estos ~uj <:ros opc- abqraeto, espcdficando dos da~es d<: ob-
r:ttorios, ~ca para aceptar la obj e.:ión (y jeciones for rnale~ de ca ndencia según un •<Co11cie11cia , la cual turnada, 110 como
rc.:ctifü:ar rns nmmas opcrnl.orias), ~ea para f11cr;a o fa<.:u ltad psicológi..:;1, sino ~-omo
criterio di.: di~tin~·ión qu.: afreta a los co-
..:ontraobietar de mo<lo coherente (o bligan- idea o conccp<.:ió n moral, no c.:s ot.ra cosa
rrelatos objet aclos:
do al obj.:tantc a buscar nuevas objecio- ma~ que el j uicio de la ro:-.ón práctica acer-
nes, a n:formularlas, &e). ca de /u bondad o mal/d a de unu accion
11 omisir,n humanas, co11siderudas en sin-
(2) Prop ias: cuando la co nciencia o b- gular. r,1 objeto de la co nciencia es la mo-
jetada, pn rnan<:ciendo ,,.impermeable", no ralidad de la accio11 , no precisamcnle en
es capaz de ashnilar la~ objecionc~. Ha- cuanto la podemos comiderar a compa11a -
hlarcn,m en1oncc.; de una cla~e de o bje- da y revestida de cs•a.~ o aquellas cirnrns-
;:ioncs que, una ,.ez presc11tadas a una con- 1ancia, e,p eciuk~, puc.; esrn toc.la,·ía per,
d cncia, r10 .<.on regbtradas o asimilada~: tcnece a la cienda moral, ~i 110 ~omidera-
de forma que pueda decirse qne la con- da como manife~tación singular de mi per-
.:iencia objct.ida ,·s impermeable a la o b- ~onalid;n.l moral, o sea en cuanto yo soy,
jeL·ión, c., de<.:ir, no Liene rosibiliclad de he sido , o voy a ser causa de esti.: acto.
,:apta1-\a co mo raL por tanto, no 1iene con- l::n surua: la c(>r1ciencia es la apliracit'rn
cien..:ia de la objedón, Cl' l11º k ocum: a a..:tual y co ncreta de lo., principi(,s y c.rit.:-
una com;iencia falsa o simplernentC' a un a rio.~ morales al c1clo A. y B, ,·orno realiza-
w nciene.i~1 oligofrénica. do por mi. Re, ul1.a de cst a noción de la
concít'ncia, que sus ano~ o 1u.rnifesta.:io-
rvticnt ra~ que hl claw I rnnfienc las 11 e.~ prin..:ipalcs son:
o bjcL·ioncs que se dirigw a una concien- , ,., 1l1e.\·1iR11ar o J a r re,ti111nnio acerca
cia q ue ha 0e ser consitlerada que act úa de la bondad o malicia d~ lu ,tcción u
en pleno fu nó o namiento -por Jo que no omision pasada. y re11foada en c~tas o
~eria aJccllado considerar a estas objcdo aqucllfü, cir,·unstancias.
n e, como obj ecion~ s materi a les d e 2'' Obl/g()r a liai.:c1 ll omit ir alg.·.i11a
c,,n..:iencia- en cambio, en las ob jecionc\ a.::ció n en este in~tantc u oca.!'ión pre:scnr.:,
ck la d u~e 2, en <atll" ma ntie nen la inrcn- (l,I i mpropias: la, olJjc.:iones forma-
por n1cdio de una fuerza e imp ulsió n mo-
,:iün de recusar la 111is1m1 capacidad de les d e co nciencia dirigidas contra normas
ral, derivada (kl conocimienio prc.:sente de
tui<::ío d.:I <;ujero par a redbir la objedón, <,qu<: le son Jjena,,,, es dc.:ó r, norma., en
la bonda<J ú mali.:ia mornl de la rn.,a.
~-' decil'. en ra n1n lo que es1á11 llil(:iendo cuya c~frra de juri,dicl'ic~n par~·ce no c: 1-
3c .4/e?,r ()r, ü ¡Jroducir una satisf.11.;,
es dcda rnr iucons..:ientc al , ujcto objetado co111rarsc d ,mjeto objernme. Es cierto que
cio11 intcrna mornl. a c,rn,¡¡ del bien que
..:n lo q ue re:;pecLa a la objeción, podrían cabria ensayar la dcmo~t ra..:iún de la 1e,;is
~e hito, o del rnal que no se hi,o. Cicne-
;cr eslimadas como genuma:: obJecion.:, segú n la cual eMa clase de o bjeciones (l)
ralmeme, los moralistas llaman a c~1e a cio
de coricicn..:ia en ~entido material. Con cier- es la clase v,1cia; demo,rrac.:ión que podrín
exc11sare, c~cmar, dc11 nminaciú11 impropia
ta p a radoja, conduirc1110s, por tanto, que a pelar al prin..:ipio fomntlauo po r Tenc:n-
e inexacta, y ilJ)licabk ~olo al ac to cuando
J:is ,ib_iecione., que son «:edbil.la~» por una cin (//eaul. act.J, esc.8, 1 .25): ! lomo s11m:
.,e rct1cre a an·iones y ornisionc., pa.,ada~.
t·on.:i<:ncia no son o hjc.:i,,nes a la .;oncien- hum an/ n ih il a m e al iem ,111 p uto. >los re-
cuya 111alicia l > respon~abilidad mo ral L' ~
cia, ~ino epi.,odios normalc~ .::n fü tlialéc- i'crin\OS a e,re principio - (<hornbre soy,
di~minuida por alguna de: ,us drcunstancias.
Li..:a; pero que la~ o bjecione~ que no son y nada dt' lo huma110 m..- es a_iciw,, - en
recibida~ por ella so11 a(¡uellas q ue pro- lam o se interpreta como una conminacion
1,iamentc son objeciones ma<eriak$ de ,,;on- hacia la solidaridad moral dirigida a cada
.::iea cia. individuo para que no d t:j ~· de ,entir.; e co-
EL HASIUSCO 81
4'' Remorder, o acu,ar por la acción rrespomable ele los prnyecw~ o de l<1s -:a - 5. Una vez esia bleciclas estas dí~t in-
mala cjcnllada, o la buen.i orniLida culpa- lamidades o Lriunros de los demás; Tcr cn- cione., mín imas en tre o bjcÓQncs m atcria -
blemente. Estos dos últimos actos pueden cio reririó sin emb<1rgo este principio como le., (p ropias e impropias) y objeciones for-
considernr,e como manifc.,tacioncs y mo- justificlldón de la curiosidad psicológica maks (propias e impro pias) d t cm:cíen -
dil'icacione.1 del primero. Así es _que, en de un tal C r eme, por fisgar en los nego- ciu, como disti nciones correspondientes a
realidad, podemos decir qne la., manifes- cios privados de \-Ienedemos, rnmravinien- significados vin ua lmcnte eontcnitlo& en la
tadone~ e,c1Kiak~ y fundamentales de la do lo que hoy llamaríarno, dered10 a la misma t'.,trudurn lógico gramatical de la
conócncia moral ,e hallan represemadas intimidad. Segün esto cab ría decir que formul¡¡ «obj eción d e con ciencia;), se ad-
por los dos primero.~ acto~ indicados.» (Li- cualquier norma con tra la q u,; objetamos mirirá que el 11so más frecuente dc c~t a
bro 7Q, .1\foral; Sección primera. l\lornl es una norma que rws akda directa o exp1·esión (en comexw s legales com o d
general o nomolo~Í:l, cap. Y, art. Y). indirectamente. Sin em bargo nos parece e.Je la Ley es paliola 48/ I 984 relati vos a la
evidente que no cabe nivela 1· todas las nor- ob jeción de conciencia p or anton oma.,ia ,
ma, en este sentido, en cuam o a su grado la objeción al Servicio .' dilitar obiigmorio ,
d.: aceptacit>n, ~.unq uc sea muy dificil es- y sin quc c,te tipo de ob j eción de con-
tablc,:er niterio;; ob jetivos, Por lk pron- ciencüt pucd¡¡ ,:on ,idcrar se. n.i ,iquiera le-
to. hay norma, que no nos afectan coac- galmente, ei ú nico) .,e man1iene es1ricta-
tivamente, como pueda n , erlo las norn1a , mcnt c dent ro d e Jo_, límite., de la s o bjec:io-
6 de urbanismo de un a ciudad ajena a 1~ n es for males propia, de concic;n cia, ~cgún
nue,tra (podrían afectarnos por motivo, el concepto que de eíla s h~mo~ o f"rc,cido .
Le¡.,:islación española actual de solicláridad, o ~s1éLico,: podrían t oc:ar Segúu e~te uso común, o bjeción de con -
a nue.c;lra cuncierKia c,t.étic:a o moral. pero ciencia es la objeción (cnfrenra miento , re-
(Conscitución Espai1,1la 1978) entonces nuestril objccilin seria en con- sistencia argumentada) que un sujeto prác-
cicm:ia. no de corn:iencia). t ico ofrc<:c u una norma e n cuya j urisdic-
«Artículo 30. 1. J.os e.<paii oles tienen ción se encuentra envuelto, si.:,1 por moii-
el derecho y d deber ,k del'ender a Espa- v o s legales, políticos o mora\c, (po r
na. 2. La ley fijará las obligadone~ mili- ejeruplo, en d et erminadas zonas de Ita lia ,
tan:s de los c:,pafiole;: y regulará. coil las u11 in c.Jividuo estará sometido a la nnrma
82 EL .BASILISCO
so11 ~ientpre, de algún modo, universales la heroína, &c.]; t\2 ,dos d ulces [o el t a- rán las facultaJcs rnm:sponJicntcs Jcl Vi-
(suprasubjct.ívas) -y en tanto ~on normas baco, la heroína] son agradables,,. Cuan- <.:ario General Castrense.
que han de pods:r referirse a grupos hu- do el suj~to operatorio ,,saca la conclu- 3. A los presbíteros a quienes no se
manos de un modo positivo o virtual- siórrn por un silogismo pránirn, de tomar encomienden las referidas funciones espe-
cabe rn11cluir que la objeción de concien- dulces [o tabaco, o hemina), ;.es por4ue cíficas y a los diáconos y religiosos profe-
cia ha de comidernr.w siempre directa o deriva ~u condu,ión de N2 enfrentándose so, no s,K<:r<lorcs, se les a~ignarán m i, io-
indirectamente formúndosc <:orno rnnse- (obJetando formalmente a r\ 1)'/. Aristóte- ne;; 4uc no sean in<.:ompatiblcs con su l'S-
cuencia de la pertenencia simultanea del les responde ncgativameme, .rngiriendn que tado, ele conformid ad 1:on el Dcrcd10 Ca-
;;uj cto objetor a di verso, grupos o clases no sería N2 una norma que se opone a nónico.
sociale1; regidos por normas contraclict.o- N 1, sino que lo que se opone a NI es 4. Se podrá consid erar, de arner do
rías. Por vía de ejemplo, el .rnjelo objetor !a querencia (epithyrn{o) . Por tanto. ca- con lo quc establezca la Ley, como pres-
pertenecerá simultancamerne a una fami- bria dt>cir, traduciendo a nuestros tfami- tación social snstitutoria de las obligacio-
lia o a una empresa, a una Iglesia o a no, d :málisi, aristottlico, que quien por nes especificas del Servicio Milirnr, la de
un Estado. La <<objeción de conciencia for- q11ere11cia decide drogar~c enfrentándose quienes dura me un periodo de tres años,
mal propia» podrá verse entom:cs como a normas éticas, morales o _jurídicas cst11- bajo la dcpcmkncia de ]¡; Jerarquía Eclc-
resulLado del conflicto, en el snjeto obje- blecidas, no l.'~tá cjerciemlo una objeción siástka, se comagrcn al apostolado, como
tor, de las normas que le obligan en cuamo formal propia de conciencia, sino más bien presbíteros, diáconos o religiosos profe-
miembro tk nn;i~ familia, y la., qtle le obli- está exponiéndose a ser <.:onsidcrado suje- sos, en territorios de misión o como cape-
gan en cuanto miembro de un grupo no to paciente de una objeción material pro- llanes de emigrantes.»
familiar; el .mjelO pondrá objeción de con- pia de cnm:íenci11, rn tanto que esa que-
cicm:ia, por ejemplo, a la obligación de rencia o apetito está debili1.ando ~u capa-
lknunciar un ddito l·ornttü.lo por un micrn• cidad de juil·io moral, cstü (<estrechando,\ ~ .
~
bro de su familia, o, en cuanto miembro sn conciencia !tasia el punto de reducirla
de la profesión pcrio<lísrica, un in<livi<luo a cero.
podrít poner objeción de rnncicncia, rn
vinud de la norma del secreto profesio- (Ley 19/ 1984, d e 8 de j un io, d el Ser-
nal, a su obligación como ciudadano en vicio :vlilitar)
general de rcvdar una información cuan-
do esta revelación pudiera l'Vitar un mal «:\rtíc ulo 34. Será caus.t de exención
cieno. Toda objeción formal ele conden- del Servido Ivlilítar el ser r ernnoddo y
cia podría i111er¡xetarse, .,egún lo que pre- declarad o como objcior d e conciencia, de
cede, como derivada, no ~rn de un confli.;- acuerdo con la legi, lación específica. >>
to entre la naturaleza (las tendcndas na-
turnks, inslintivas, por ejemplo, en el ,en-
tido de Kant) y las normas positiva~, sino
del conflicto entre unas norma5 formali-
zadas \.'n grado suriciente -aun cuando
csms normas sean propue,t.as ,:orno deri-
vadas de un supuesto <<dcre<.:ho natural"-
(Ley 48/1984, de 26 de diciemb1·e, re-
Y otras normas positiva,, también forma-
guladora de la objeción de co nciencia y
lizadas. Estos conflictos pueden tenn lu-
de la p reqación ;;ocia! , u~1il.u l.oria)
:;ar entre normas ética, y normas mora-
les, o entre diversas normas di<.:11s, o mo-
,,.Preámb ulo. El reconocimienlo cons-
rales (incluyendo en nutst.ro ca,,o a las pro-
tituciona l de la libertad ideológica, rcli-
pia., normas jurídica,). Según c~to, mando
gio,a y d e eulro implica más allá de la
la objc<:ión de conciencia no se fundammta
protección del dercd10 de la, personas a
en una n orma po5itiva, sino simµkmcmc
1\/, Sobre l11 objeción de conci!.'nda por smt,:;ntar la ideología o religión que libre-
en una tendencia natural no normalizada
antonomasia en España: la ubjt!ción de mente elijan, la consagración del derecho
(un apetito, un deseo, un temor) del ~11jc-
conciencb al Sen-icio Militar obligatorio a qui:; los comportamiento, personales se
to, no hablaremos de objeción de con-
y su dialéctica. ajusten. tn cuanto no lesionen ningún bien
ciencia formal, sino, a lo sumo, de obje-
social, a la s propias co nviccione.,. L a con-
ción de condenC'ia en sentido material. Po-
1. La objeción de conciencia por an- ,;agración de esle derecho a adecua r los
dríamos reexponer en ealm términos la in-
onomasia ticm: lugar, según Jo;; :m:ilisis propios componamicnto, a la~ ~onvi<.: cio-
t.:rprctación 4uc Aristó1dcs ofrece a un 1
EL DASILISCO 83
mento en el qne la irntitución <.Jcl servicio nos. el Fuero de los E,pario!es (Ley de
A ta l efecto, la 1,ey ,·stablece como
m ilitar dejase de ser o hligatoria, como en 17 d e julio de 1945, elevada a la jerarquía
causa~ que dan lu gar a la exención del
el momento en el que las normas parti<::u- de l.ey Fu n dam ental, en el art. 1O ele la
servicio mili rnr por razones de conciencia
lares ,;e orientasen en una d irección con- 1.~y de 26 de julio de 1947) expresaba,
no sólo las de indo k religiosa, sino tam-
corJa.da con la instituc ión (siempre que en s\l punto 7, d e este modo la idea:
bicn las de caniner ideológico, filnsófico
la conco rd,mcia no est.é llevada a <:abo i<Constiluye título <le hon or parn los es-
o de naturaleza .,irnilar. E s la incompa ti-
del modo tan paradójico, arl hoc y co11- p a ñole.~ el sen·icio a la P atria con las ar-
bilidad entre las a,·Tividades militares y las
tradici0rio, como es el c,tso de los solda- mas. Tocios los españoles están obliga dos
conviccio ne~ dd ciudadano, y no la natu-
dos presbíteros). a pr estar este servid o cuando sean llama-
raleza de dicha s convk cio ne~, lo 4 ue jn s-
dos con arreglo a la Ley» .
rifica la exención del ~ervido militar. Exen -
ción, q ue para evitar discrimina ciones en-
La institución del Servicio Militar obli-
tre lm, ciudad ano~ por ra:1.ón de stL~ creen-
cias e ideologías, y de a cuerd o con lo
gatorio abrió la posibilidad de la objeción
de concien cia a algunos SL1j.:tos (su bd ito~)
previMo en la Constitución , aparej a el cum-
q ue, gcncralme111.c por ser tambien miL·m-
p limiento de u na prestación social sustitu-
hros Je d eterm in ada, co nf¡:siones religio-
roria, e~l.ahlcóéndose expr..:samente en la
sa,; (Testigos el,· J ehov,, principa lmente).
Ley que d cu mplimiento de In.; deberes
se iJ cmificahan con cie1i.lS normas <lL' con-
const.itudonal111c nte i mpues1o s por una ,1
du~ta inspi raJas en una interp rela ción pe-
otra vía llll p odrá imp licar discr iminación
culiar del Q uinto l\fandamielllo (No ma-
alguna entre los ciudada nos ( ... ) .1,
;arrís) que k, obligab an a en rrentarse con
<•:A n. l .2. l o~ espa ñoles sujetos a
la!> norm as in ~Lirudonales bajo cuya esfe-
obligaciones m ilitar~ que, por n!llti..,os de
ra de jmi1,dicción se encontraban desde
conciencia en rnzón de mio rnnvicción di:
luego . Se configuraba a.sí la 1,iL11ación ca-
orden rcllgioso, éli,·o, m o ral, h um anita-
rncterísti<.-a que ant.c~ hcmo~ definido contti
rio, filosófico u otros de la misma natu -
objeción formal propia ele con cien cia . l\o
raleza, SL',m reconocido~ como objetores
eran ~itu aciones inaudit as, pues p odría de-
de conciencia , q ued arán exentos del &ervi - cirse qne los cristianos pre~onstanl inianos
d o mili lar. debiendo realizar en ,11 lugar
l'uLT Oll. en gran m edid a, objet o res ue con-
u na pr..:stacic\n so<.:ial sustitutoria.>l ciencia, y que esta o bjeción era 11110 de
,<Art. 1.4. La cleclaral'ión d e objeción
los m otivo~ de fondo de las grandes r,e r-
de concieni.:ia será ctimpetencia del Con- sccucioucs; en ca lidad de o bjetores de con-
.~ejo Nacional de Objecióu de Concien<..'ia ciencia Oo c¡ue traducido a l lenguaje n1ilí-
regulado en el capí1.ulo llI de es1.a Li:y.>> 1 a l!bjcción ele concienci,1 por la qne
1.ar romano signific.aba: en calidad de re-
t<Art. .1 . l. .En el escrito d e \olicit.ud 1101- interesam os aquí es la objeción de con- belde;; o de dcsenores} alcanzaron el mar-
se hanin con~tar ( ...) los mot ivos de con- ciencia que podríamos denomin ar <<()bje- tirio o la pri~iún << he rn ica » , q ue les
ciencia que sí: oponen al <.:umplimiento del eión genérka d e co nciencia a l servicio m i- rnnducfa µm cierto al su iciuio ~o mn si
~ervido militar, a ~í como la/\ aptit udes y litar» - a cualquier tipo de ~ervieio de ar- el p recepto no maw rás no tuviese un al-
las preferencias para reali zar la prestación ma, , un a o bjeción que no cree posibk dis- canct reflexivo. Trns el Edicto de .Vlih\n ,
social ~ustirnto ria. A simismo, el i nteresa- ti nguir entre (<guLTra ju,ta>> y <,guer ra e.\ cieno, la Iglesia fué levanta ndo a los
do podrá aportar ntantos docu mentos y injusta?,- y no la objeción de condenl'ia criqianos la p rohibición dt: lleva r ar mas
testimon io., esrimc pertinemc a fin de acre- en ~entido esrecírirn (a una guerra co n~i- (Concilio d e A rk s del año 314, co ntra 1t,,
d itar las ma nifes1acioncs alegad a\. <lerada ,ü nj u~ta" o <,absurd a») . Mochos donatista!., Can on 3: ~d .o~ soldados que
2. El Col!Scjo podrá rernbar de lo~ de quimes gritaban «iAbajo la guerra!n , en t iempo d e paz a rrojm las a rmas, e.~\O
in teresados q ue, p or escrito u oralme1He, en los aílos 14 a 18 d esde p o~icione~ <<co- es, dejen el servicít> sin liceucia , sean ex-
a mplíen lo~ razonam ientos exp11e~1os en m unistas», «espartaqui~tas)):· t<anarquis- comulgado,>>) e inclu,o a lo largo dc lo.s
la solidt ud. Podrá , igualrnenh:, requedr ta ~>>, &c. , 110 eran "objcrorcs de ,'oncicn- .-,ig los medios y modernos recomendó ~·
tic lo, ~nliciuintes o de otras per,onas u cia >> en ~cntido genéiico, pue~LO que ellos a veccs o rdenó a lo s crisr.ianos que la~
organismos la aport.t<.:ión d e la documen- eslah.in dbpue,ws a luchar, y l ucha ron lleva,cn , ya J'ut-ra en fnnción de la rorma-
tación complementaria o te.,Lin1onios que de hecho, en g11crra~ revoluc.:ionarias. cíó11 tic lo s ejen.:itos cru zn<.los, ya l'ucrn
se cmiendan pcrtinemes.,) simplemente en fu nción ele la cooperación
<<A rt. 4 .1. El Consejo resolve rá wda s 1. La instil.w:ión del Servkio Mili tar con k1s E stados, q ue a su v.:z se p roda-
las ~olicitude~ q u,· se le pre~enten y decla- ob ligatorio (~alvo las excep ciones consti- maban cri!.tianos, incluso en el caso tle
rará h aber lugar o no al recon ocimiento tu idas p or capacidad física o m ental) t ie- que c~1os lut·hahan entre si, como oct11Ti 6
de la condich'HJ de objetor de conciencia ne una h i$LOria muy si nuo~a, incl,tyt·n<lo en la G uerra de los treinta años y tanta~
y a la consiguiente exención del ~crvício la~ etapas de los cjérdtos rncrccnar ios, ele otras .
mi litar. la c¡ue, a los efectos a ctuales, no., in.t.ercsa
2. El Co nsejo resolverá favorablemen- con.<,idenu ta n sólo ;;u fase ú ltirna de cri.<.- 3. La Constitución española d e 1978
t.e la solicitud de objeción de conciencia 1.alizadón, fase que comprende los cua- 11cm a una situació n límite, sum am ente
si el motivo o los rnot.ivos en ella alega- renta aJlos que transcurri~ron desde linal interesante, la posibilid ad misma tlc turn
dos figura sen enlre los recogidos en el pá- de la Guerra Civil en 1939 hasta la Cons- objeción de conciencia, puesto que ~¡ b ien
rrafo ,egundo del artículo 1, d encgand() timción de 1978. 1 a institución se in srira e,tÍI lejos de levantar la institu ción del Ser-
ah<m1 por la idea del Servicio tvíi liLar obli- vicio :'vlilitar obliga torio (ames bien, con-
ga tnrio, no tant o como u n deber, s ino templa la necesidad de esa institució n , aún
rnmo u n ucrecho de toJos los ciud ad a- sin determinarla, en su articulo 30.1 : <:<Lo.;
84 EL BA.SJLISC O
españoles tienen el derecho y el deber de Constitnción de 1978, en efecto, inexis- la solicitud en caso contrario. Asimismo,
defender a España»), sin embargo reco- tente por contradictoria, la figura de la el Consejo podrá denegar la solicitud cnan-
noce la figun:t de fa objeción de concien- objeción Je candencia. Tan sólo por una do, sobre la base de los datos e in formes
cia (Artícnlo 30.2: <(La Ley fijará la5 obli- inercia del nombre, por una suerte de (<me- de qne disponga, perciba in congruencia en-
gaciones mililares de los cspaflolcs y regu- tonimia fósil», podría justificarse el se- tre los motivos y manifestaciones alega-
lará, con las debidas garantías, la obje- guir manteniendo en principio la denomi- dos por el solicitante y las conclusiones
ción de conciencia, así como las demás nación de <wbjeior de concicnd:rn. Desde que se d esprendan de las actuaciorn:s
causas de exención del Servicio Militar el momento en el cual el sujeto objetor obrames en el exp ediente.
obligatorio, pudiendo imponer, en su caso, no se define como alguien que objeta a 3. En ningún cuso podrá el Consejo
una prestación social sustítutoria». La fi- la norma, sino precisamente como alguien entrar a valorar las doct rinR~ alegadas por
gura del objetor <le concirnda t'ué desa- que se acoje a ella para ser eximido del el solicitante.>>
rrollada en disposiciones posteriores, prin- servicio de armas (a la manera corno a
cipal mente por la Ley 48/ 1984, en la que la norma se acoge el soldado presbítero),
se crea nada menos que un Consejo 1'.a- ya no hay objeción <le conciencia, sino
cional de Objeción de Candencia, c1Kar- mero trámite de declaración de exceptua-
gado de conocer las solicitudes e infor- ción de la norma. La situación es similar
marlas, y por el Real Decreto 551/1985, a la del solicitante de execnción por moti-
aprobando el Reglamento, en el que se vos físicos o mentales. Qu ien alega pies (Orden Mini sterial comun i c ada
exige, entre otras cosas, dentro del proce-
planos no es un objetor del Servicio Mili- 38/ 1985, de 24 de junio, por la qu e se
dírniento para el reconocimiento de la con-
tar, sino un solicitante de su reclasifica- regula el Servicio Militar de clérigos y re-
dióón Je objetor de conciencia «la expo-
ción como solJado ordin'ario, dadas cier- ligiosos)
sicióu detallada de los motivos <le con-
tas características que se asientan eu sus
ciencia en razón de una couvición Je or-
extremidades inferiores; quien alega moti- «4. b) Conocidas las existen cias de
den religioso, ético, moral, humanitario
vos religiosos o ideológicos para ser exi- presbíteros y la demarcación territorial que
o filosófico,> (Art. 5.2.c) y añadiendo (Art.
mido del servicio militar, al alegar carac- por sorteo les corresponde, el Vicario G e-
6) que «el Consejo Nacional de Ohjeción
terísticas aposentadas en su extremidad su- neral Castrense procederá a asignarle~ de~-
de Conciencia podrá recabar de los inte-
perior (dado que se supone que el iuter- tinos en las Unidades, Centros y Orgauis-
resados que, por escrito u oralmente, am-
fecto sostendrá que la conciencia se aloja mos J e las Fuerzas Armadas, dcutro del
plíen los razonamientos expuestos en la
eu el cerebro) no es más objetor Je cou- Ejército y demarcación territorial que, por
solicitud».
ciencia que quien alega pies planos. Tan sorteo, les haya corrc,pondido ( ...).
sólo ocurre que quien alega pies planos 4.c) ( ...) El periodo de instrucción en
Es el reconocimiento de esta figura
tendrá logicamente que demostrar su ale- los Centros y/o Unidades de Instrucción
de la objeción de conciencia aquello que,
gación; y quién alega objeción de con- los soldados presbíteros lo realizarán en
si nos atenemos a la doctrina expuesta eu
ciencia tendrá también que demostrar la r égimen uormal y eu el lugar que les co-
párrafos anteriores, sin uecesida<l de reti-
suya. Las dificultades comienzan aquí, rresponda, pero estarán eximidos d el ma-
rar la norma institucional del Servicio }.1i-
litar obligatorio, de1ermina la extinción de pero ya se mantienen a otro nivel dialécti- nejo directo de las armas d e fuego (n:ali-
la misma situación de ohjeción de con- co, puesto que en principio la ley supone zaci ón de ejen:icíos J e tiro y servicios y
ciencia. Hay que decir por tanto que la que la demostración es posible. guan.lias de armas con empleo de ellas).
figura legal Jel objetor de conciencia es, 4.d) finalizado el período de instruc-
ción en los Cen tros y/ o Unidades de lns-
desde un punw de vista filosófico, auto-
contradictorht. Pues desde el momento en trucción, se realizará un cursillo comple-
el cual, es la misma norma la que acoge mentario en el Vícarialo General Castrcn-
en su ámbito la figura de esta objeción, ~e, que no podrá exceder de quince días,
la objeción desaparece, puesto que se pier- antes de efectuar la incorporación a la Uni-
de la posibilidad de ese conflkto entre nor- dad que corresponda.
mas que habíamos considerado intrínseco 5._ Los diáconos y religiosos profesos
a la objeción formal de com:icm:ia. no sacerdotes cumplinin el Servicio cn Fi-
las wn ;ineglo a las disposiciones <le ca-
Ahora bien, esta situación abre una rácter gcn crnl , incluida la asignación de
destinos, l'Ígcntcs en cada momento, pero
dialéctica de <los nmos, i.:n virtud de lo5
cuales cabria afirmar, en primer lugar (o 1.ksem1wñarán cometidos d e carácter asis-
kndal (religioso, sanitario, cultural, a c-
según su primer curso), que, no sólo la
figura de la objeción de conciencia e,, ya ción social, el e.) que no sea11 in compati-
bles con ~u estado y senín eximidos, in-
inexistente, por contradictoria (c.les<lc el
punto de vista del concepto de objeción cluso en el periodo de instrucció n , del ma-
nejo directo de las arma s (realiz,1ción d e
de conciencia), sino que también (según
el segundo curso de que hablamos) lo es ejercicio, d e tiro y servü.:ios y guardias
de armas con empico e.le ellas).
la figura de la propia norma constimcio-
nal que acoge en su seno la figt1ra de la A estos dccros p or la s Cajas de Re-
cima v, en su mo mento cua11c.lo queden
objeción de conciencia.
con.'>l.ituidos, por los Centro., P rovind ales
4. Examinemos en primer lugar el pri- 1-:s cierto r.¡L1c el concepto de objetor
mer curso de la dialéctica qne hemos anun- de conciencia podría imentar m antenerse .
ciado. Hay que considerar, despucs de la .iún dentro del ámbito de la misma C ons-
EJ, RASIUSCO 85
tít ución, por m otivos característico~ no /\hora bien, en ninguno de esto~ ca-
tle R eclutamiento, se remitirán al Vicaria-
contemplados en la argumentación pr ece- SO$ p uede mantenerse (al menos si ma nte-
to Gen eral Ca ~trcnse, antes d el 15 de di-
dente. Pr incipalmente por los t res siguien - nemos la <loctri na de la conciencia o pera-
c iem bre de cada a ño, relaciones de diáco-
tes: toria) la fignra de una objeción de con-
nos y r eligiosos profesos n o sacerdotes d a-
sificatlos (útile~ p ara el Servicio Militar ) ciencía.
(1) Ante todo, por qne la objeció n de
( ... ) -~>
conciencia ha bría qne mantener la en con- (1 ) En el prim er supuesto. po rqne él
tra de la misma n orma constitucional, no equivale a reivindicar u na conciencia ab-
ya en tanto reco noce la objeción d e con- solnta de la conciencia, prácticamente, una
cienc ia, sino en ta nto mantiene u na cierta concepción que reclama la mera declara-
concepción de la rnnciencia que , sin dnda, ción de objeción, para que est a qnede for-
la propia Constitnción ejercita, )' con la mulada. La~ norma~ que de sarrolla n la
cunl el objetor no estaría de acuerdo. Por figu ra de la o bjeción de conciencia exigen
(Instrucciones <le! Vi<.:aria to Castrense a sí decirlo, la objeción de conciencia es una demostración, una a rgumem aci6n, in-
de I de julio d e 1985 sobre la Orden Mi- ante wdo, ahora, la objeción a la n orm a cluso u na ampliación de esa argumcnta-
nisterial Comunicada, de 24 de ju nio de que establece implicitamente un a norm a dón. E ste r equerimiento, sup 11es10 q ue la
1985, por la qne se regula el Servicio Y.li- Je conciencia a propósito del serviciú mi- argumentación fuese p osible, implica el
litar de dérigos y rd igiosos [no publicada litar o bligato rio: pu es la Constitución pro- ejercicio de un concepto, por parte d el
oficialmen te, tomada del Boletín Oficial cede desde lo que hemos llamado concien- legislador, de la conciencia co mo concien-
del A rzobispado de Valencia de 26 de d i- cia argument a t.iva , y a esta perspectiva se cia operatoria racional. Se transfiere a l
ciem bre de 1985, página.s 394-396]) le objetará desde la doctrina de la con- C o nsejo Nacional de O bjeción uc Con-
ciencia absolm a. cienci~ la fu nció n de discernir las alega-
« ( .. . ) L a citada Orden Ministerial cio nes racionalmente válidas y las no váli-
ap orta notables ventajas en rel.'.\ción a la uas. Con ello se su pon..: q ue el Consejo
normativa y praxis anterior; p or ejemplo: l\'acional pu~de discriminar , desde el m o-
D e a ho rn en adelante el Vicar iat o Cas- m efllo en que se supone q ue h ay argu-
tren~e propone y d ecide e l destino a la memacioncs válidas y otras no válidas. Sin
U nidad de los soldados Presbít eros Y los du da ser á facil conceder que h ay argu-
dist rib uvc en los tres 1::!jércitos, teniendo m entaciones no válidas. ¡,Cuá le~ pueden
en cuent a la.1 necesidades de lo s mismos; ser éstas?. Su pongamos que un objetor
pero, sobre tod o, a mcporricnd o a cualquier de c onciencia , olicita ser eximido del ser-
rnn sideración el (Ser vicio P astoral( que el vicio de arma~ porque cree saber con evi-
VicariaLo les ha de ofrecer y &,pensar du- dencia qne a t ravés del ani ma ele los fu si-
rante su permanencia en filas. Tamhién le.<. reglam enta rios van a hablar a su co n-
es muy i mpo rta llle que, en el futu ro, el ciencia cienos habitantes extraterrestres del
Vicariato les podrá forma r y orientar en p laneta Umrno, p acifistas y benévolos ,
la Pastoral Juvenil Castreosc por med io pero que le a menazarán cuando las empu-
d e Cursillos d e qui nce tifus d e duración, üi::, h asta el p unto de p rocludrle crisis hi~-
rea.líz.ado~ en régimen de int ernad o y en téricas: ~upongamos que el Con ~eju Ka -
lugar idóneo y cercanü al A t zobisp ado cional d e O b.i cción de Conciencia $()mete
Castr ense ( ...) . a la p rueba del fu.5il a l objetor de con -
No,a im¡1ortanre: El Vica riato Ca s- ciencia y este cfectivamcm c ~e desmaya.
trense recomienda que lo, Presbítero.~ ha- ¿P odría fallar el Consejo ~ acional e.le Ob-
gan la incorporación en los t!amamie11to.~ j eción de Conciencia a.<,umiendo la a rgu-
de julio y agosro, pues t L·rminarán el cur- mt nt ación emic del objel or , o b ien ten-
so con tranqui.liu ad, hará n el período ue dría que in hibirse remit iendo el ca ~o a un
instrucción milit.ar en loe; m eses J e vera- tribunal de 1n.;dicos psiquiatra,<,, como caso
no, el Cursillo ue Orientación y P astoral general de inca pa cidatl men tal? . ¿No es-
.Juve11íl y Castrense (quince dí.1.s) en el Vi- taría obliga do el Com cjo >laciunal a de-
car iaw a primeros de onubr e; y se incor- 12) E n ~eg nndo ln gar, p orque la ob- negar la solidtud, ¡mes esta d ifü:i\mcnte
pornriin a la Unidad de dcstino a m edia- jcdón de concien-:ia habría que m anten ec- p odría cnnsiucrar.se co mo fundada L'n una
dos d e 01.1.ubre, para desa1rollar su acción la, ,in o ya en contra d e la norma, en ge- o bjeci6n formal de c1.m cie ncia'? . Antes
p astoral a lo largo de lo.~ ciclos del Aiío neral, ~¡ en w mra de l,t~ circun~tanólls, b ien, es el Con,,ejo quién tendría que for-
Cristia no. comenza ndo por el Ad viento y demasiado e.~trictas, de su figu ra, en par- rnular u na objeción material a la concicn-
la 1\avid ad. ( .. . ). E l Vica ríaw. con poco t.iwlar, la s que til·nen que vcr con el ser- da del solicitante, poniéndo le cn mano-
personal y falto de ,ucdios, agradecer ía vicio civil s u~titmorio . r .l objetor de con- de u n tribunal 1n.~dico, en la especialida d
J ar un só lo CL1rsillo d e Orientaciún; o , ciencia se convierte ahora, como en su d e psiquiatr ía. /!.a Ley 4/l / 1984 , en M1 ar-
cuando rnás, do~ o rres (. .. ). límite interno, en el insumisn. dculo 4, no ofn..'CC criterios al efeclO, an-
6. Soúre /ruto, atencíom?s y otros pro- 1es bien, los que allí se ofrecen ,; on p or
b/emm dumrue el Sen-icio. l .a pcrmnn en- (3) En tercer lugar, porque la obje- comp leto ininteligibles y comradictori.os
cia en fil,ts lleva consigo algunos pro ble- ción ele con~icncia habría que co n,idcrnr- ('On h1s disposiciones previ;i s que exigcn
mas; y uno de ellos el económico. a cuya Ja dirigida, no ya contra la norma que a rgumentació n por parte del objetor; pues
reco noce la obj eción d e conciencia J cnt rn rn el punLo 2 del citado artículo se rc-:1.1-
dd servicio m ilitar, sino cn11tra el servicio noce que el Con~ejo poJ rá denegar la so-
m ilitar mismo . lidl.ud cuando «perciba incongruencia en-
ET. BASILISCO
86
tre motivos y mauifestadonc~ alegados por cualquier modo, mientras que en el caso solución cooperan a lgunas D iócesis con el
el solicitame y las condmioncs que se des- (1) de objeción de conciencia contempla- envío Je la Nómina. En muchas U niversi-
prendan de la., actuaciones obrnntcs en el da por la Ley, la norma general es reco- dades se les ayuda por medio de la grati-
cxpcdicnte)), lo cual convierte a! Consejo nocida y por ello se formula la objeción ficación del rebaje de rancho (u nas 7 .000
en un tribunal r.le expertos psicólogos o con solicimd de exención, en el caso (3) pesetas mensuales).
psiquiatras; pero t'n e I pumo 3 se dice lo que se impugna es la norma general, Respecto al alojamiento: Al menos
que «en ningún caso el Consejo podrá en- y por decirlo así, no ya para el solicitan- para lo~ Presbít.eros, ordinariamente se
trar a valorar las doctrinas alegadas por te, sino para todos los demás ciudadanos consigue que se a lojen y duerman en las
el solicitante,,, por lo que no se compren- con los cuales el solicitame debe sentirse Enfcrmcrias y Residencias de Oficiales y
de corno el Consejo podrá valorar las ar- solidario. Pero esto ya no es una objeción Suboficiales. Suelen comer , también, en
gumentacionc5 previamente exigidas: en la de conciencia, sino nna impugnación de aquellas dcpcnucncias.
situadón cksl:rita rcspecto del objetor ase- una norma constitucional qué', de no cur- 7. So/Jre vestimenUI. Es indispemabk
sorado por los habitantcs de Ummo, el sarse por la vía de la reforma Jc la Cons- una vcstimcnta edesiástica correcta, si van
tribunal tendría que reconocer no incon- titución, se convertirá en una impugna- a desempeñar el ministerio dentro del ám-
gruencia entre la argnmenración y la con- ción, por vía de hecho, antidemocrática, bito militar. Es prcfcribk así, a que vis-
ducta del r.Jc5mayo, y no deberá entrar si razonamos en el supnesto de que la ma- tan de militar. El l\,Jando les verá y apre-
en la valoración de lo que podemos coMi- yoría de los ciudadanos acepian la nor- ciará mejor como Pater.
derar ,,delirios» ummianos, que formal- ma. Por consi1:11ie111.e, llamar <<objeción de 8. Areas del Cursillo de Orienración
mente habrían de ser considerados como conciencia;, a 1:sta objeción seria tamo y Pus/oral Juvenil y Cus/rense (quince clí-1~
doct.ri nas, lan respetables democráticamen- como suponer que lo5 dudadanos que apo- rn d Vicariato).
te como cualesquiera otras). En todo caso, yan la Norma con sus votos no tienen - Pastoral Jnvenil y Castrense, punto
el rcconocinúento de la posibilidad de que conciencia, sería al propio tiempo una es- que comidcramos d más importante. (El
el Consejo l'\acional establezca objeciones pecie de insulto a la conciencia del resto Capellán evangelizador y cateqnista; cola-
de conciencia que no son válidas no im- Je los ciudadanos. La estrategia del boración en la formación moral y hu-
plica el reconocimiento de que él pueda 1\1.0.C. llamada ,<objeción colectiva)>, más mana).
establecer objeciones de conciencia válidas. que canalizar las genuinas «objeciones de - Media ambiente, organización, le-
conciencia,), lo que hace es colaborar a gislación y deontología militar.
(2) En el segundo supuesw, tampoco la formación de grnpos de i,insumisos), - Jurisdicción Casr.reme, función del
cabe hablar de objeción de conciencia al que no acatan las resoluciones ucl Conse- Vicariato e idea de las Reales Ordenanzas.
Servicio Militar qua tale, sino de propues- jo Nadonal ue Objetores ue Conciencia, 9. Sobre conveniencia de incorporu-
tas de reforma de nna Ley, no tanto en ni la propia Ley; por tanto, la «objeción
dón como Presbíteros; o sólo como diá-
su contenido específico, sino en algunas colectiva,>, no es propiamente una «obje- conos, seminaristas o reliiiosos profesos.
de sus conJiciones colaterales. Se trata de ción de conciencia;; a la Norma del servi-
1\r!t'jor como Prt'sbüt'ros, pues contras-
proyectos de lege ferenda. Esto.~ proyec- cio de armas, sino, sencillamemc, una «ob-
tarán y enriquecerán su forrna¡;ión; tam-
tos incluyen, a veces, en este caso, la im- jeción política» (por via de « resistencia
bién se agradecerán sus servicios -en al-
pugnación Je todo tipo de prestaciones pasiva», o por via «violentml, esto es ac-
gunos casos- ante la escasez y alta edad
civiles, sustitutorias o no rnsLitmorias, y cidental) llevada a cabo fuera de los cau-
de los Capellanes Castrenses. Pueden ha-
cuando la impugnación 5e lleva a cabo ces democráticos, es una rebelión contra
cer una gran labor, sobre lodo con lo~
por la vía de la llamada insumisi6n de la Constitución del Estado 1.kmocrático
jóvenes (parc(.,ida edad, lenguaje, ideas. hu-
hecho (sin contemplar siquiera la posibili- (considerado como Estado militari5ta).
mor, etc.). En el plan humano y militar
dad de seguir los cauces parlamentarios) tendrán más consideración; más transpa-
estamos asistiendo simplemente a un caso, 5. Nos queda por considerar el se- rencia en su misión y apost olauo; más fa-
no ya de objeción de conciencia al servi- gundo curso de esta dialéctica, es decir,
cilidades del \.fondo para su acción pasto-
cio milít.ar, sino de rebelión o desobedien- el caso que nos muestra la proria Ley
ral. Pero ¡cuídese mucho de no aparecer
cia civil del mismo género al que rertene- que instituye la objeción de conciencia
ante los demás soldad os como unos privi-
ce el caso en que un contribuyente se nie- como contradictoria y, por tant o, como
legiados! . Harían un flaco servicio a la
ga a ingresar en el Tesoro la cantidad que inconsistente y llamada por tamo a desa-
Iglesia, al Ejercito y a sí mismos. Se im-
le corresponde según el Impuesto o, sen- parecer mediante una rdorma que afecta
pon1:, pues, una h umilde y autémil.:a en-
cillamente, al caso del automovilista que, al mismo anículo 30 de la Constitución.
carnación en el AMBIENTE.
sin estar en Inglaterra, se empeña en con- En efecto:
10. Los diáconos, reli?,iosos profesos
ducir por la izquierda (sin que pueda con-
y semirwristus han de identificarse ante
siderarse su empefio como una objeción Es contradictorio fundamentar el Ser- lm Capellanes y colaborar con ellos. En-
de conciencia a la norma que pre~cribe vicio f\1ilitar en motivos que afectan a to-
contrarán un campo de acción 110 sólo
conducir por la derecha). dos los ciud a<lanos qua tales y, al mismo
en lo rastoral, sino también en la forma-
tiempo, reconocer excepciones posibles de-
-:ión cultural y humana del soldado. Cuen-
(3) En el tercer s11puesto, tampoco ha- 1'ivadas de ,,objeciones de conciencia>!. Su-
ta mucho el testimonio de vida.
bría rropiamente objcdón de conciencia, puesto un estado de guerra, para llevar
11. Anre la Orden i\-finisteri/ll y · lus
en relación con una norma que se 5upone el argument.o a la 5ituación límite (pero
posibilidarit's que ofrece, el Vícariato Cas-
vigente, sino más bien objeción contra la totalmente pertinente), ¿cómo µodria jus-
trense, con el mayor celo y entusiasmo,
norma misma. Este ca5o se parece mtb tificarse, desde el punto de vista del Esta-
procurará qne los Capellanes de los Cen-
al anterior (2) q uc al (1); si bien, a di fe- do, la tolerancia ele la injusticia con5titui-
tros de Instrucción tomen conciencia de
rencia del (2), la impugnación va referida da por unos cindadanos que por objeción
rrn ntal mente al servicio militar, y no a de conciencia, resulta que están dejando
la obje.:ión de conciencia, con petición de sin embargo que otros ciudadanos, veci-
excepción, por paric del objetante. De nos suyos, em pnñen las armas y mueran
EL BASILISCO S7
lo que signifü.:a para un joven presbítero, en el campo de batalla para la defensa
diácono o religioso, su entrada en el Ser- común?. La mera invocación a esta obje- B. Motivos metafísicos en los q ue in -
vicio l'vlilitar, a fin de que les acojan mu ción de conciencia comtítuiría un insulto cluidamos las convicciones de orden ({éti-
afecto y calor de hern1anos. Y, durante flagrante para quifo empuña las armas y co, moral, humanitar io o filosófico» ale-
su rermanencia en filas, el Vicariato se los soldad os tendrían derecho a exigir, por gadas por el sujeto .
esforzará para 4.uc en el plano espiritual su parte, a fin de restablecer la justicia,
y humano estén atendidos como lo están que los objetores de conciencia fueran , si Los motivos positivos pueden ser en-
en sus Diócesis de origen y Casa Religio- no fusilados (con lo que harían posible, juiciados por el Consejo Nacional por pro-
sas.>> por otra parte, desde el punto de vista cedimientos ordinarios (certificación de la
del objetor, su ascemo al rnanirio heroi- Iglesia, como es el caso de la [glesia ro-
co), al menos considerados rnmo ciu da- mana p ara los soldados pres bíteros). En
Janos de segun da clase, privándoles de su~ este caso, el Consejo Nacional puedic> des-
derechos civiles (por ejemplo, privándoles camar en Concordato~ o acuerdos esta-
del derecho a ser runcíonarios públicos, blecidos emre el Es1.a<lo y las iglesias d e
privaciones que el objetor debiera aceptar referencias, aunque no por ello qu edarían
(Reglamento de la prestac1on ~ocial en la medida en qllc le liberan de la com- eliminadas las comraJiü ones ontológicas
de .los objetores de conciencia, aprobado plicidad con una Constitución que él ten- a que ames nos hemos referido, pues el
por Real Decreto 20/1988, de 15 de enero) drá que considerar «manchada de sangre,,). snjelo que es fiel de una iglesia a la que
se le ha concedido el derecho de e,en-
«i\n. 3. Conceptos generales.- A los Esta contradición de pl"incipio, de ín- ción, no puede ser con jmticia un ciuda-
efectos de este Regh1mento, se entiende dole más bien {<ontológicm, , según la cual dano del mismo rango que quien no pue-
por: a) Solicitantes, aquellos españoles que, la norma del Servicio Mi litar obligaiorio d e o quiere 5er exceptuado.
según lo previsto en la Ley 4 8/ 1984, han que admite objernres de conciencia es in-
presentado escrito Jirígido al Consejo Na- consistente, puede probarse también, «eµis- Pero los demás motivo, aducidos,
cional de Objeción de Conciencia para ser 1.cmológicamcntc>), por la imposibilidad de ¿cómo podrían ser t·nj uiciados por el Con-
reconocidos como objetores de concien- demostrar de modo fehaciente, en las con- ~ejo l\acional?. Cualquier alegación, para
cia. b) Objetores, aqnello~ que hayan ob- diciones de la Ley, la efectividad de cual- ser ética, moral o filosófica , debe a í~ciar
tenido esta condición legal.» quier tipo de objeción de conciencia que necesariamente no sólo al objetor <le con-
rueda ser rro¡mesta. La Ley 48/1984 crea ciencia, sino a los demás ciu<la<l.tnos, in -
«An. 5, Grupos de c\asifkación.- l.
1.os objetores serán clasificados en alguno una institución lid hoc, el Consejo Nacio- cluidos los miemhrns del C onsejo Nacio-
nal de Objedón <le Corn:ícncia, como ór- nal; por lo que el Consejo N acional no
de los grupos siguientes: a) Utiles para
gano al que se atribuye la rnpacídad de podrá concluir que los «motivm filosófí-
realizar la prestación. b) Excluidos total-
mente del régimen de la prestación. e) Ex- di~crini.inar las objeciones de conciencia C0SJ> por los cuales un sujeto pide ser exi-
cluidos temporalmente <le b1 fa.w de acti- válidas de las que no lo son (por incon- mido del servicio de armas, no afectan
gruencia). Pero esi.a atribución es mera- también a los demás ciudadanos, aunque
vidad. cl) Exentos del período de activi-
dad.» mente intencional y. salvo en un caso, su no lo, hayan in vocado de modo expreso.
alcance no rebasa al que convendría a un
«Consejo Nacional de IJecaedros RcgLJla- Concluimos e11 resolución: la figura
res » encargado de seleccionar todos aque- de la objeción de .::onciencia que figura
llos proyectos arquit.ectonicos en lo, qu e en la Constitución de 1978 es contradicto-
se disefian edificios o monumento~ en for- ria. por lo que ni tiene sentido operatorio
ma de 1.iecaedro regufar. Ni tampoi:o el que ,ea solicitada por n ingún ciudadano,
Consejo Nacional de Objeción de Con- ni menos a1in que le ,ca wncedida a n in-
dcnda puede d ecidir ,¡ u na alegación de gún solicitante por el Con.,ejo :--lacional.
exención es auténtica objeción de concien- Esto obligará a reinterpret.ar aquellas soli-
cia. Pnes el Consejo :--lacional de Objeto- citudes, o estas resoluciones, en otros tér-
res de Conciencia no p uede diagnostica1· minos (como pudien m serlo las peticiones
que un in<líviuuo presenta una arnéntica o reso lu<:ioncs de exención por incapaci-
objeción de conciencia a la manera corno dad mental, para em ender las r10nnas
d i.ríbunal médico diagno5tica que otrn con~iitucionalc, relativas al servi cio rnili-
individuo rin\c los pies plano,. En efecto: Lar). El an áfüis de la figura de la obje-
los motivos que rnntempla el Anf<.:ulo 5.2.c ción de concicmcia obligará, o bien a re-
del Rq~lamento de 1985 antes citado, rme- formar la Constirnción en el sentido d e
den da.,ifica r.,e en dos grupos bii:n ddini- suprimir la figura de la objeción de wn-
dm: ciencía en el co111cx1• de la institución del
,crvicio milit.ar obligatorio, o bieri senci-
A. '.\-Iotivo, p ositivos formalmente, llamente a suprimir la propia institución
como p uedan serlo las convicciones reli- Jcl , crvicio militar o bligatoriP, e11 bcncfí-
giosas dd sujeto que pertenece a una lgk- cio de un ejel'l'ilo vo lur1t11rio o p rofesio-
sia o confesión que (aunque el cornenido nal (,i es que eqe ejército p~TC:Cl' necc,a-
de esa wní'csión ,ca enteramente rnel afi- rio a los kgisladores).
sico y J clüante) haya sido reconocido
<.:orno wl por la, leyes, cuando el olJjeLor
pueda exhibir un cerlificaclo de solio de
e.,a Ig lesia.
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