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Normas de Higiene Personal

Las actividades relacionadas con la higiene y cuidados del cuerpo durante la


niñez permiten que se conviertan en hábitos que de adultos debemos realizar, por eso
es necesario que conozcas tu cuerpo, sus funciones, y la rutina que debes mantener
para tener un buen estado de salud.

Higiene de la piel, axilas, pies y genitales

La higiene de la piel, las axilas, pies y genitales es indispensable para tu salud personal,


por lo que se deben conocer y practicar normas de higiene personal en el hogar, la
escuela y la comunidad. La falta de estas medidas puede causar enfermedades. Los
hongos y otros microorganismos que invaden la piel se alojan principalmente en las
axilas, las ingles, entre los muslos y otras zonas del cuerpo donde hay humedad. Para
evitar enfermedades de la piel, te recomendamos:

 Bañarte diariamente utilizando abundante jabón.


 Secar bien todas las partes de tu cuerpo luego del baño.
 Cambiar a diario tu ropa interior, camisas y otras prendas de vestir que estén en
contacto directo con tu piel.
 Lavar tu ropa con jabón.
 Lavar frecuentemente tu cabello utilizando champú.
 Mantener tus uñas limpias y cortas.
 Secar cuidadosamente tus oídos, sin introducir objetos para limpiarlos.
 En caso de que te enfermes, acude al establecimiento de salud más cercano.
 No te automediques.
Las glándulas sudoríparas que se encuentran distribuidas por toda tu piel pueden
aumentar la segregación durante momentos de angustia, tensión o emociones fuertes,
por lo que te sugerimos:

 Lavar y secar bien las zonas de tu piel con mayor sudoración. Usa un


desodorante que no irrite tu piel, y un talco que permita mantenerlas secas.
 Mantén tus pies calzados y cómodos.
Cómo lavarse los dientes correctamente
El problema de que los niños no sepan cepillarse los dientes suele estar relacionado con
los hábitos enseñados por los padres, ya que algunos también pueden tener dudas sobre
la frecuencia, duración y técnica. Atiende a las siguientes pautas para mejorar tu
cepillado, pues es algo fundamental.
Tanto si el cepillo de dientes es manual como eléctrico nos servirá para la misma
función, ya que ambos, usados de la manera correcta, son muy efectivos. Lo único que
debemos tener en cuenta es que esté en buen estado y limpio, debiendo cambiarlo
cada tres meses o incluso antes si observamos que empieza a estar desgastado. Asimismo,
lo recomendable es lavarse los dientes después de cada comida aproximadamente
durante dos minutos.
Añade una pequeña cantidad de pasta de dientes al cepillo y presta la misma atención a
todos los dientes a la hora del cepillado. Para cepillar las caras exteriores de los dientes
superiores, abre ligeramente la boca y coloca el cepillo de forma perpendicular al diente
e inclinado levemente hacia la encía. Realiza varios movimientos circulares sin
ejercer presión para que las cerdas del cepillo abarquen tanto dientes como encías. Hazlo
suavemente o tus encías acabarán sufriendo daños, ya que pueden retraerse por culpa de
un cepillado agresivo.
Una vez hallamos terminado con las caras exteriores, procedemos a lavar las caras
interiores. Para este proceso, puedes hacer dos movimientos diferentes: uno de colmillo a
colmillo y otro para el resto de los dientes. Lo ideal es que empieces por la parte posterior
de la boca y realices pequeños movimientos circulares, para lo que debes utilizar
únicamente la parte delantera del cepillo de dientes. Una vez llegues a los colmillos,
realiza un movimiento de barrido utilizando todo el cepillo.
Para cepillar las caras de los molares superiores, realiza movimientos de barrido
horizontales. Este movimiento es el que menos problemas plantea, ya que es el que
hacemos de manera natural a la hora de cepillarnos los dientes. Después de cepillar los
dientes superiores, pasamos a los inferiores. La técnica a utilizar es exactamente la misma
que hemos explicado anteriormente, colocando el cepillo de dientes perpendicular al
diente para seguir el mismo orden que en los dientes superiores: caras exteriores,
interiores y, para finalizar, los molares.
Una zona donde se acumulan gran cantidad de restos de alimentos pudiendo generar
problemas bucodentales es la lengua. Para evitarlo, te recomendamos el uso de
un raspador lingual para eliminar todos los restos de comida correctamente. Su uso es
muy sencillo: saca la lengua y coloca el raspador en la zona más posterior que te sea
posible sin llegar a producir náuseas. A continuación, realiza un barrido desde atrás
hacia delante y enjuágate después.
Un buen cepillado de dientes no está completo sin el uso del hilo dental o cepillo
interproximal y un buen colutorio para llegar a aquellas zonas donde no puede acceder
el cepillo de dientes, pero en ningún caso son sustitutivos de un cepillado minucioso. Con
usar estos productos una vez al día es suficiente para mantener una buena salud
oral. Lavarse los dientes ayuda a prevenir no solo problemas bucodentales, sino también
enfermedades más graves como la diabetes o el infarto de miocardio. Por lo
tanto, presta atención a la hora de hacerlo y ayuda a los más pequeños en esta tarea
fundamental para un óptimo estado de salud.

Normas de higiene Bucal
Igual que todos los días nos duchamos (o así debiera ser…) tenemos que limpiarnos todos los días los
dientes para evitar enfermedades como la gingivitis, el mal aliento, caries, y otras
muchas enfermedades periodontales.
La eliminación de la placa bacteriana tiene que ser total en cada limpieza y a pesar de lo que mucha
gente cree erróneamente con el cepillo de dientes no es suficiente sino que debe ser complementado
con el uso de un irrigador dental.
Consejos básicos para una limpieza dental perfecta
1.      La limpieza dental se debe realizar tres veces al día: Después de cada comida, en caso de
que comas fuera de casa y no tengas oportunidad, enjuagate al final de la comida con un vaso
de agua,  e intenta usar un palillo para eliminar los restos de comida interdental.
 
2.      Usa una pasta de dientes con fluor, ya que su composición protege el esmalte de los
dientes. En el caso de los niños utiliza una pasta infantil ya que es menos fuerte y no dañará el
esmalte débil que aun tienen.
 
3.      Muchos dentistas después de tomarse el café de media mañana piden un vaso de agua,
este hábito se debe a que no quieren que sus dientes queden manchados de color marrón. ¿Si el
personal odontológico lo hace porque no hacerlo tú?
 
4.      Las cerdas del cepillo de dientes deben ser de dureza intermedia, unas cerdas extrafuertes
pueden dañar a largo plazo el esmalte de los dientes y unos muy blandos pueden pasar por
encima de las piezas dentales sin eliminar la placa bacteriana.
 
5.      Complementa el cepillado con el uso de la seda dental, con el fin de eliminar residuos
que queden de forma interdental (muchos de los problemas dentales como caries, periodontitis
se inician por las bacterias que surgen de los residuos alojados de forma interdental)
 
6.       En la actualidad el uso de un irrigador dental (similares a los que se usan en las clínicas
dentales) se ha vuelto casi indispensable para conseguir una limpieza perfecta, como los
seleccionados en irrigadobucal.net aptos para todos los miembros de la familia gracias a sus
cánulas intercambiables.
 
7.      En personas con prótesis dentales, coronas, empastes, ortodoncias, es incluso más
necesario la intervención de un irrigador dental que el cepillado de dientes, con el fin de evitar
infecciones que derivarían en graves dolencias dentales.
 
 
8.      Preferiblemente usa cepillos eléctricos porque en muchos menos tiempo las cerdas hacen
muchos más movimientos sobre los dientes que los que se puede hacer manualmente en el
doble de tiempo.
 
9.      Después del cepillado utiliza algún tipo de colutorio para dar frescor al aliento y eliminar
gérmenes, se recomienda mezclar un poco de este colutorio oral en el depósito de agua del
irrigador bucal.
 
10.  No olvides la limpieza lingual (los irrigadores como los de la marca waterpik traen una
cánula especial para tal fin)
 
11.  Sé que nadie lo cumplimos pero no puedo dejar de repetir por enésima vez que debemos
reducir el consumo de café, vino y alcohol porque manchan de amarillo los dientes y con el
paso del tiempo aportan una estética muy desagradable a nuestra presencia.
 
¿Cómo saber si tengo una buena higiene bucal?
Cuando se habla del sistema digestivo, una de las partes más importantes es la boca, de
ahí la relevancia de conocer qué es la higiene bucodental. Ésta abarca todo el proceso
para mantener limpios y sanos dientes, encìas y lengua; lo que a su vez proporciona un
buen aliento, una bella sonrisa y la prevención de enfermedades bucales y con
ello evitar molestias (como la gingivitis), daños o la pérdida de dientes.
4 técnicas de higiene oral
Recuerda realizar las siguientes técnicas de limpieza dental por lo menos dos veces al
día para mantener tus dientes sanos y hermosos.
 Cepillado correcto de dientes
¿Sabías qué un cepillado ideal debe durar por lo menos dos minutos? Y no sólo se trata
del tiempo que dedicas en cepillarte, los movimientos correctos también son
importantes. Un cepillado correcto es aquel que abarca dientes, encías y lengua.
Piensalo bien ¿Le dedicas tiempo del cepillado a tu lengua.
Cuando te encuentres en el proceso del cepillado debes asegurarte de remover el
sarro y restos de comida con movimientos circulares cuando se trata de limpiar la
superficie masticadora de los dientes; si hablamos de las superficies internas y externas
de los dientes debes colocar el cepillo de forma angular con respecto a las encías para
realizar movimientos hacia arriba y hacia abajo que alejen la placa de la superficie del
diente y las encías.
 Uso correcto del hilo dental
Remover la placa y restos de comida que se acumulan entre los dientes, y que son
difíciles de eliminar solo con el cepillado, es fundamental para mantener una buena
higiene bucodental por ello debes utilizar hilo dental enrrollado en tus dedos índice y
sujetarlos con tus pulgares para un mejor manejo.
Nuestra recomendación es que cuando limpies cada diente cambies el tramo de hilo
dental, por ello debes utilizar 45 cm de hilo. El uso correcto del hilo dental depende de
los movimientos que realizas, recuerda que debes realizar movimientos verticales entre
los dientes y a lo largo de la encía.
 Enjuague bucal para eliminar bacterias
Aún cuando realices un buen cepillado y utilices regularmente el hilo dental no está de
más utilizar enjuague bucal para llegar a los espacios difíciles a los que ninguno de los
métodos anteriores pueden alcanzar. Además, con su uso regular puedes eliminar la
acumulación de bacterias dañinas para tus dientes.
 Visitas regulares al dentista
Si, lo sabemos, las visitas al dentista resultan poco placenteras sin embargo son de
suma importancia no solo para mantener la buena apariencia de los dientes, sino
también para conseguir dientes sanos libres de sarro y otros padecimientos como
la gingivitis.

La importancia de una Higiene Bucal


La importancia de la higiene bucal está en que nos permite mantener a
nuestras encías sanas, con lo que nuestros dientes se mantendrán saludables
y podrán cumplir su función. Además podremos evitar otras enfermedades y
complicaciones, como las siguientes:
Según la Academia de Odontología General, existe una relación entre la
enfermedad de las encías (periodontal) y complicaciones de salud como un
accidente cerebrovascular y enfermedad cardíaca. Las mujeres con
enfermedad de las encías también muestran una mayor incidencia de
nacimiento de bebés prematuros.
Otras investigaciones muestran que más del 90% de las enfermedades
sistémicas (enfermedades que afectan a varios órganos o a todo el cuerpo)
tienen manifestaciones bucales, incluyendo encías inflamadas, úlceras en la
boca y sequedad de boca. Ejemplos de estas enfermedades sistémicas son la
diabetes, la leucemia, el cáncer oral, el cáncer de páncreas, la enfermedad del
corazón, la enfermedad renal; por lo que, al darse cuenta de que tenemos una
enfermedad oral, podríamos identificar un síntoma de una enfermedad
sistémica y pasar de nuestro dentista a nuestro médico.
La mala salud oral puede conducir a problemas. Si no cuidas tus dientes y
encías, puedes sufrir dolor oral y facial, pérdida de dientes, problemas con el
corazón y otros órganos importantes (por las infecciones de boca), problemas
de digestión que pueden llevar a una insuficiencia intestinal o a un síndrome
de colon irritable, entre otros.

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