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¿Qué vamos a celebrar?

Se acerca el veintiocho de julio, día donde hipócrita o ingenuamente conmemoramos al Perú, libre
e independiente, este año cumplimos 199 años, pero sin duda es un año diferente. Me pregunto si
tenemos algo que celebrar, con todas nuestras falencias puestas al desnudo, antes de la
pandemia, ya veíamos como nos venían robando, gobierno tras gobierno, izquierdas y derechas.
Hoy más que nunca, pagamos el precio de la corrupción, con hospitales lamentables, la
informalidad por los cielos, el sistema de pensiones colapsado y con una clase media, que, en
parte, gracias a la pandemia, ha vuelto a padecer de los platos vacíos y la cuenta del banco en rojo.

¿Qué deberíamos festejar? Quizás que seguimos con vida, porque todavía tenemos la esperanza
de reconstruir nuestro país. Sin duda, es una pregunta que tendremos que hacernos, este año las
plazas lucirán vacías y las banderas solitarias, escucharemos el sacrosanto himno nacional, a través
del televisor, el celular o una vieja radio. Mirar el cielo a través de las ventanas, sentir la
preocupación, de la plata que se acaba, del aguinaldo que no llega, ya que perdimos el trabajo, o
porque ser ambulante no tiene ninguna gratificación. Pero como siempre, de todas maneras,
celebraremos, porque así somos los peruanos, hemos aprendido a sobrevivir ante la adversidad, a
demostrar que nuestro ingenio puede más que la razón. En este país se celebra si se pierde o se
gana, si se aprueba o no. Excusas nunca faltaron.

Considero que la mejor forma de rendirle honor a nuestra patria, es despojarse del funesto
egoísmo, tenderle la mano al otro y salir adelante de forma honesta, pagando nuestros impuestos
y exigiendo que se inviertan de forma adecuada, en hospitales, la educación de nuestros niños y
por supuesto en rescatar nuestra moribunda economía.

El coronavirus no sólo se ha llevado a nuestros compatriotas, a más de trece mil hasta el sol de
hoy, también acabó con nuestra libertad, con nuestras pequeñas empresas y por supuesto con la
poca dignidad que nos quedaba, pero no podemos permitirlo, aunque el título suene pesimista,
deberíamos celebrar, en casa, cuidando de los nuestros y si tienes que salir por la necesidad del
trabajo y de la mesa, hazlo con las medidas de protección, pero con la frente en alto, porque
necesitamos de todos los peruanos honestos y trabajadores, para salir adelante, para darle un
nuevo aliento y dejar nuestra huella en la historia, como la generación de peruanos que
sobrevivió, al gobierno consecutivo de sus presidentes corruptos, a una pandemia y a una crisis
económica sin precedentes. Podemos ser recordados con agradecimiento, por los que vienen a
este nuevo, alicaído pero maravilloso país, llamado Perú.

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