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Ganando Almas para Cristo

UNO DE LOS GOZOS MÁS GRANDES que podemos tener como


cristianos es el de llevar a alguien a Cristo. ¡Piénsalo! Tú y yo podemos ser los
instrumentos de Dios en la salvación de otros.
¿Quién puede tener el privilegio de llevar a otros a Cristo? ¡Cualquier creyente!
No es el deber de unas cuantas personas escogidas. Dios llama a cada cristiano a
testificar por Cristo, y cada cristiano puede ganar almas. El Señor Jesús dijo:

Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres (Mateo 4:19).


¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE aprender a ganar a otros para
Cristo? Debido al valor del alma humana. ¿Por qué es el alma humana de tanto
valor? Porque vivirá para siempre. Cada persona que conoces tiene un alma que
vivirá para siempre; ya sea en las bendiciones del cielo o en las miserias del
infierno. La Biblia dice:
El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el
Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él (Juan 3:36).
DIOS DA TANTO VALOR A LOS ALMAS DE LOS
HOMBRES que envió a Su Hijo para que muriera en la cruz a fin de que los
hombres pudieran ser salvos. Cuando comprendamos cuán preciosas son todas
las personas para Dios, haremos todo lo posible por ganarlas para Cristo.
En esta lección aprenderemos cómo llevar a otros a Cristo.

Debemos usar la Palabra de Dios


PARA GANAR ALMAS, debemos saber usar la Palabra de Dios. Así como
un médico no da la misma receta a cada paciente, así el mismo versículo no
suplirá la necesidad de cada persona. Tú debes tener un buen conocimiento
fundamental de la Biblia.
En nuestra última lección aprendimos cómo obtener un conocimiento
fundamental de la Biblia. ¿Estás leyendo tu Biblia diariamente? ¿Estás
aprendiendo de memoria las Escrituras? ¿Has establecido tu Tiempo
Devocional? No seas negligente con estas cosas si deseas ganar almas para
Cristo.

Debemos tener el poder de Dios

Si hemos de ser ganadores de almas, necesitamos algo más: Necesitamos el


poder de Dios. El poder del ganador de almas viene del Espíritu Santo.
Cuando el Señor Jesús ordenó que Sus discípulos predicaran el evangelio a toda
criatura, también les prometió el poder del Espíritu Santo. Les dijo:

Recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo,


y me seréis testigos… (Hechos 1:8).
En el día de Pentecostés, los discípulos fueron llenos del Espíritu Santo. Pedro se
puso de pie y predicó en el poder del Espíritu Santo y cerca de tres mil personas
se salvaron.
HOY DÍA CADA CREYENTE TIENE AL ESPÍRITU SANTO
MORANDO EN ÉL.
Es el Espíritu Santo Quien convence a la gente de pecado; es el Espíritu Santo
Quien muestra a la gente la necesidad de un Salvador; y es el Espíritu Santo
Quien les revela a Cristo. Pídele a Dios que te llene del Espíritu Santo para que tú
puedas ganar almas eficazmente.

Debemos dar el Evangelio a la gente


El mensaje del ganador de almas es el evangelio. La palabra "evangelio" quiere
decir "buenas nuevas", y las buenas nuevas son que Cristo murió por nuestros
pecados y resucitó para ser nuestro Salvador viviente. El apóstol Pablo escribió:
Además os declaro, hermanos, el evangelio… Que Cristo murió por
nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue sepultado, y que
resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras (1 Corintios 15:1, 3-
4).
Cuatro Verdades Básicas
Hay cuatro verdades básicas en el mensaje del evangelio:

La realidad del pecado.


 

La pena del pecado.


 

Cristo pagó la pena.


 

Debemos recibir a Cristo.


 
Fija estas verdades firmemente en tu mente, porque las usarás en ganar almas
para Cristo.

Como guiar a una persona a Cristo

Al llevar a alguien a Cristo, sencillamente le explicas las cuatro verdades básicas


del evangelio.
El primer paso para llevar una persona a Cristo es mostrarle con la Palabra de
Dios que él es pecador. Un buen pasaje que se puede usar para esto
es Romanos 3:10, 11, 12. Deja que él lea estos versículos. Eso es lo que Dios
dice de nosotros. Luego, pídele que lea Romanos 3:23. Antes que una
persona pueda ser salva, tiene que darse cuenta de que es pecadora y desear
abandonar sus pecados. El Señor Jesús dijo:
si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente (Lucas 13:5).

El siguiente paso es enseñarle, de la Palabra de Dios, que la pena del pecado es


muerte. "Porque la paga del pecado es muerte…"

Explícale que la palabra "muerte" como se usa aquí quiere decir la separación


de Dios, en el lago de fuego, para siempre. Debido a que somos pecadores y
condenados a la muerte eterna, necesitamos de un Salvador.
Nuestro versículo siguiente, Juan 3:16, es muy conocido. Deja que él lo lea. ¿A
quién se refiere Dios cuando dice, "al mundo"? Él quiere decir todos. Esto te
incluye a ti y a mí.

¿QUE NOS DIO DIOS? Nos dio a Su Hijo. Esto quiere decir que dio a
Jesucristo para morir en la cruz por nuestros pecados.
¿POR QUÉ NOS DIO DIOS UN SALVADOR? Porque nos ama y
porque ¡necesitamos un Salvador! No nos podemos salvar a nosotros mismos, así
que Dios nos dio a Jesucristo para ser nuestro Salvador.
Si yo te regalo algo a ti, ¿me lo tienes que pagar? No. ¿Tienes que trabajar por
ello? No. Pero, sí, hay algo que debes hacer: Tienes que recibirlo. Dios nos ha
dado el Señor Jesucristo para ser nuestro Salvador, pero nosotros tenemos que
recibirle.

Ahora busca Juan 1:12. Déjale leer este versículo. ¿Cómo llega uno a ser hijo
de Dios? Recibiendo al Señor Jesús.
Mas a todos los que le recibieron… les dio potestad de ser hechos
hijos de Dios…
AHORA PUEDES HACERLE ESTAS PREGUNTAS: ¿Crees que
Jesucristo es el Hijo de Dios? ¿Crees que murió en la cruz por tus pecados y que
resucitó? ¿Crees que Él puede salvarte? ¿Crees que está dispuesto a salvarte?
¿Crees tú que Él vendrá a tu corazón y te salvará en este momento si tú se lo
pides?
SI LA RESPUESTA a estas preguntas es Sí, entonces le puedes preguntar:
¿Quieres pedirle al Señor Jesucristo que entre en tu corazón en este momento? Si
así es, entonces ora esta oración conmigo:
"Señor Jesús, yo sé que soy pecador. Creo que Tú eres el Hijo de
Dios, y que moriste en la cruz por mis pecados. Por favor, entra en
mi corazón en este momento y sé mi Salvador".

Sabiendo que eres salvo


Cuando una persona en verdad recibe a Cristo como su Salvador, Dios quiere que
sepa que es salva. ¿Cómo puede una persona saber que es salva? Puede saberlo
(1) creyendo la Palabra de Dios, y (2) por el testimonio del Espíritu Santo. Un
buen versículo para enseñar la seguridad de la salvación es Juan 3:36.
Observa que Dios habla de dos grupos de gente en este versículo: Los que creen
en el Hijo, y los que no creen en Él.
¿QUÉ DICE DIOS de los que creen en su Hijo? Dice, "El que cree en el
Hijo, tiene vida eterna". La palabra "tiene" quiere decir que la tiene ¡ahora
mismo! Luego busca 1 Juan 5:11, 12, 13. Observa en estos versículos que
Dios dice que podemos saber que tenemos vida eterna.
¡DIOS LO DIJO!
¡YO LO CREO!
¡Y ESO ES TODO!
La seguridad de la salvación también viene del testimonio del Espíritu Santo.
Esto quiere decir sencillamente que el Espíritu Santo nos hace saber en nuestro
espíritu que somos salvos. La Biblia dice:

El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos


de Dios (Romanos 8:16).
¿CÓMO PODEMOS SABER que otra persona es salva? Nosotros no
podemos saberlo con seguridad. Tal vez creemos sinceramente que una persona
ha recibido a Cristo como su Salvador, pero podemos estar equivocados. Por esta
razón, nunca debemos decir a una persona que ella es salva. Eso es obra del
Espíritu Santo.

Se cortés y discreto
Al tratar de ganar una persona para Cristo, debes ser valiente, sin embargo,
debes tener tacto y ser cortés a la vez. Debes guiar la conversación hacia asuntos
espirituales, sin ofender. Seguidamente, debes averiguar qué es lo que la persona
cree en cuanto al camino de la salvación. Una forma de hacer esto es preguntarle
lo siguiente:
—Si alguien te preguntara, ¿cómo puedo llegar a ser hijo de Dios?, ¿qué le
contestarías?
LA MAYORIA DE LA GENTE INCONVERSA cree que una persona se
convierte en cristiana al bautizarse, al hacerse miembro de una iglesia, o al hacer
buenas obras. Todo esto es bueno, pero no salva a nadie. La Biblia dice:
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de
vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe
(Efesios 2:8-9).
Después que hayas explicado esto, puedes preguntar:
—¿Te gustaría que yo te mostrara de la Biblia lo que Dios dice en
cuanto a cómo se salva una persona? Si la respuesta es Sí, entonces puedes
proceder con los cuatro pasos para guiar a una persona a Cristo.

El amor es esencial
La cualidad esencial de un ganador de almas es que tenga amor por la
gente. Tú no puedes ganar almas para Cristo si no amas los almas. Dios ama a
toda la gente; todos son preciosos para Él. Pide a Dios que llene tu corazón con
Su amor.

Tú puedes ganar a los niños


¿Pueden los niños ser salvos? Sí, ¡seguro que sí! En realidad, es mucho
más fácil para los niños confiar en el Señor Jesús que para los adultos. El Señor
Jesús nos dijo esto. Dijo:
Si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los
cielos (Mateo 18:3).
¿Qué edad debe tener un niño para poder ser salvo? Suficiente edad para
reconocer que ha pecado.
¿CÓMO PUEDES LLEVAR A UN NIÑO a Cristo? Sencillamente
enséñale de la Palabra de Dios que él ha pecado y que necesita un Salvador.
Luego cuéntale del Salvador que murió por sus pecados e invítale a que reciba a
Jesucristo en su corazón.

Albunos presentarán objeciones


No soy un gran pecador.
Respuesta: Dios dice que todos somos pecadores.
Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios
(Romanos 3:23).

Soy presbiteriano… bautista… católico, etc.


Respuesta: La membresia en una iglesia no salva a ninguno: Tienes que
nacer de nuevo. Jesús dijo:
El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios (Juan 3:3).

Hay hipócritas en la iglesia.


Respuesta: Sí hay, pero no habrán hipócritas en el Cielo. Tú no serás
juzgado por lo que hizo otra persona, sino por tu propia vida. La Biblia dice:
De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí
(Romanos 14:12).

Tendría que renunciar a muchas cosas.


Respuesta: Cuando aceptas a Cristo Él te ayuda a renunciar a tus pecados.
La Biblia dice:
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13).

Estoy esperando a ser mejor.


Respuesta: Tú no puedes mejorarte a ti mismo. El Señor Jesús nos dice que
nos acerquemos a Él tal como somos y Él promete recibirnos. Dijo:
…al que a mí viene, no le echo fuera (Juan 6:37).

Temo que no puedo vivir la vida cristiana.


Respuesta: Nadie puede, hasta que Cristo llega a morar en él. Él nos habilita
para vivir la vida cristiana. El Señor dijo:
Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad…
(2 Corintios 12:9).

Soy muy pecador.


Respuesta: Jesucristo vino a salvar a los pecadores. Él salvará a cualquiera
que venga a Él. El apóstol Pablo dijo:
Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino
al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero
(1 Timoteo 1:15).

Estoy haciendo lo mejor que puedo.


Respuesta: No nos salvamos por nuestras buenas obras, sino por la fe en
Cristo.
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de
vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe
(Efesios 2:8-9).

Yo creo que un camino es tan bueno como otro con tal que
uno sea sincero.
Respuesta: Quizá tú seas sincero, pero puedes estar sinceramente
equivocado. La Biblia dice:
Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino
de muerte (Proverbios 14:12).
Jesucristo es el Salvador; el único Salvador. No podemos llegar a Dios sino por
Él. Jesús dijo:

Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino


por mí (Juan 14:6).

Tal vez más tarde.


Respuesta: Es muy peligroso dejar para después una decisión tan
importante. La Biblia dice:
No te jactes del día de mañana; porque no sabes qué dará de sí el día
(Proverbios 27:1).
No quiero renunciar a mis pecados.
Respuesta: Si no estás dispuesto a renunciar a tus pecados, no puedes ser
salvo. Jesús dijo:
Antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente (Lucas 13:5).

Yo no creo en el infierno.
Respuesta: Esto no cambia la realidad de que el infierno existe. La Biblia
dice:
Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los
fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán
su parte en el lago que arde con fuego y azufre… (Apocalipsis 21:8).
Memoriza estas objeciones y sus respuestas para que las sepas cuando
las necesites.

Cosas que debes hacer y no debes hacer



USA SIEMPRE TU BIBLIA al guiar una persona a Cristo. Aunque puedas
repetir el versículo de memoria, es mejor que permitas que la otra persona lo lea
por sí misma.
No
USES DEMASIADOS VERSÍCULOS.

PIDE A DIOS EN ORACIÓN la guía del Espíritu Santo.
No
INTERRUMPAS A LA GENTE. Procura conocer cual sea su problema,
pero no te desvíes. Continúa dirigiéndolos al punto clave de su relación con el
Señor Jesucristo.

ACTUA CON SERIEDAD. Este no es tiempo para "bromear". Ganar
almas es asunto serio.
No
DISCUTAS. Dios no nos envía a ganar disputas sino a ganar almas.

TEN CUIDADO DE TU ASEO PERSONAL Y DE TU
ALIENTO. No ofendas a la gente sin necesidad.

ADMÍTELO cuando no sepas la respuesta a una pregunta. Sencillamente
di: "No sé la respuesta a esa pregunta, pero estoy seguro de que sí hay
respuesta. Una cosa sé: Jesucristo cambió mi vida y Él puede hacer lo
mismo por ti".

ESTIMA MUCHO A CADA PERSONA. Debemos ver a cada persona
como una por quien Cristo murió. Si miramos con desdén o despreciamos a
cualquier persona, no somos dignos de ser siervos de Cristo.
No
TE DESANIMES. Algunos rechazarán al Salvador, pero tú sigue dando
testimonio por Cristo.

INTERÉSATE POR ELLOS. Jesús lloró y oró por las almas, perdidas, y
nosotros debemos hacerlo también.

ANIMA A LOS RECIEN CONVERTIDOS para que confiesen a Cristo a
otras personas y a que se unan a una iglesia evangélica que predique la Biblia,
tan pronto como sea posible.

Vence tus temores

Uno de los obstáculos más grandes para la obra personal es el temor a la gente.
Tememos a lo que otros puedan pensar.
A un obrero personal intrépido se le preguntó si siempre había sido valiente.
Respondió que antes había sido tan tímido como cualquier otro. Un día ya no
pudo soportarlo más. Cayó de rodillas con su Biblia abierta en el Salmo
34:4: Busqué a Jehová, y él me oyó, Y me libró de todos mis
temores. Dijo: "Señor, hiciste esto por David. Hazlo ahora por mí". Dios
escuchó su oración y la contestó.
PIDE A DIOS que haga lo mismo por ti. Tú tienes el mensaje que trae vida
eterna a la gente y debes proclamarlo con valor. Cuando tememos a la gente,
hacemos a ésta más importante que el mensaje del evangelio. Esto es pecado.

Tu puedes ganar almas


Hay gente a todo tu alrededor, que necesita ser salva.

Empieza a orar por ellos ahora mismo.

Busca oportunidad para testificarles.

Aprende las cuatro verdades básicas del Evangelio.

Aprende cómo responder a las objeciones.

Manténte preparado y Dios te usará.


 
NO TENGAS MIEDO DE EQUIVOCARTE. Cometerás el error más
grande de todos si no tratas de ganar a alguien para Cristo.

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