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PROSOCIALIDAD

Fase 1- Reconocer la estrategia de aprendizaje ABP (aprendizaje basado en


problemas)

ESTUDIANTE

PAOLA CONTRERAS CAMELO


CC.1065594827

TUTOR

LEIDY JOHANNA ORTIZ

GRUPO

403010_87

UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA


CEAD-VALLEDUPAR
2020
Introducción

En este curso en la fase inicial se está haciendo un reconocimiento de los


elementos conceptuales de la prosocialidad y lo relaciona con las problemáticas
psicosociales. También se hace un reconocimiento de las estrategias de aprendizaje
ABP
(Aprendizaje Basado en Problemas).
1. ¿Qué entiende por prosocialidad?
Rpta :
CONDUCTA PROSOCIAL
“Actos realizados en beneficio de otras personas; maneras de responder a éstas con
simpatía, condolencia, cooperación, ayuda, rescate, confortamiento y entrega o
generosidad”
Definición.- Se entiende por conducta prosocial toda conducta social positiva con o
sin motivación altruista. Positiva significa que no daña, que no es agresiva. A su vez
se entiende por motivación altruista el deseo de favorecer al otro con independencia
del propio beneficio. Por el contrario, la motivación no altruista es aquella que
espera o desea un beneficio propio además del, o por encima del, ajeno. Como se
ve, la definición incluye un aspecto conducta (alude a conductas) y otro
motivacional (alude a motivaciones).

DEFINICIONES Y EXPLICACIONES TEÓRICAS

en general, la conducta pro social puede ser definida como una conducta
voluntaria de ayuda para con otros (epps, park, huston & ripke, 2003; beck,
hasting, daley y stevenson, 2004). Para martorell et al. (2011) la conducta pro
social se define como la conducta voluntaria y beneficiosa para los demás; que
se relaciona con el desarrollo emocional y la personalidad; y comprende
acciones de ayuda, cooperación y altruismo. mientras que para sánchez-queija,
oliva y parra (2006) la conducta pro social es el comportamiento voluntario de
ayuda a los demás que abarca compartir, dar apoyo y protección. Los factores
que facilitan la conducta pro social, son la empatía, el juicio moral y las
emociones positivas (espinosa, ferrándiz y rottenbacher, 2011). en ese sentido,
se ha propuesto que la conducta pro social es posible porque depende del grado de
empatía que tiene la persona, aunque para algunos, la simpatía podría estar más
asociada a la prosocialidad que la empatía (sánchez-queija, oliva y parra,
2006). de hecho, una de las emociones con las que se le ha vinculado
frecuentemente es la empatía, entendiendo por ésta, una reacción emocional e
licitada y congruente con el estado emocional del otro y que es idéntica o muy
similar a lo que la otra persona está sintiendo o podría tener expectativas a sentir
(sánchez-queija, oliva y parra, 2006). Una definición más simple es la de maestre,
frías y Samper (2004), que señalan que la respuesta empática incluye la
capacidad de comprender al otro y ponerse en su lugar.

2. - ¿Existe una relación directa entre la estrategia de aprendizaje del curso con
su disciplina?
Rta :
Si hay una relación directa, ya que una de las principales explicaciones del concepto
de conducta pro social ha sido propuesta por las teorías del aprendizaje, aunque
también existen otros modelos teóricos como la perspectiva etológica y socio
biológico, el enfoque cognitivo-evolutivo o la perspectiva psicoanalítica. y esto lo
observamos cuando se aborda un caso del contexto biopsicosocial 

Las teorías del aprendizaje, de elevada consideración empírica, defienden que la


conducta pro social deriva de la influencia de factores externos o ambientales. Así,
este tipo de comportamientos se aprenden mediante procedimientos como el
condicionamiento clásico y operante, a partir de los cuales quedan asociadas las
acciones emitidas con estímulos y consecuencias agradables para el individuo
(refuerzo positivo) y, por ello, tienden a repetirse en el futuro. Más frecuentemente,
el tipo de refuerzo que se proporciona es de tipo social (un gesto, una sonrisa, una
muestra de afecto), en lugar de material.

El hecho de recibir una recompensa afectiva, según las investigaciones realizadas,


parece que fomenta en el individuo el deseo de emitir una conducta de ayuda al
otro. Es decir, que se da una motivación interna para efectuar dicha conducta, a
diferencia de lo que ocurre cuando la recompensa es material, donde el
comportamiento se realiza para conseguir ese premio concreto.
3. - ¿Considera que el concepto de prosocialidad está directamente relacionado
con su ejercicio profesional?

Rta :

Claro que está directamente relacionado, ya que la pro sociedad está vinculada con la
empatía y la empatía es un proceso interactivo entre aspectos afectivos, motivacionales
y cognitivos que tienen lugar durante las distintas etapas del desarrollo. La empatía
presenta un carácter mayoritariamente aprendido mediante procesos de
modelado y se define por ser una respuesta afectiva que se emite tras la conciencia de
comprender la experiencia de la situación y los sentimientos o percepciones que el otro
está recibiendo. Esta capacidad puede aprenderse a partir de la comprensión del
significado de unas determinadas claves no verbales como la expresión facial que
indican el estado emocional del sujeto en cuestión. Y para un psicólogo tiene que ser
importante la empatía para poder al paciente o al usuario al que se está tratando. Ya que
sin la empatía muy difícilmente, la persona va a sentirse cómoda con el terapeuta o el
psicólogo y lo que seguramente pasara es que no va a querer seguir con su proceso.
Conclusión

En esta actividad se pudo aprender los múltiples beneficios obtenidos para el papel o
rol como psicológico a nivel personal cuando se potencia el aprendizaje de la conducta
pro social durante la etapa de desarrollo. Estas competencias son fundamentales, ya que
ayudan a conectar con el resto de la sociedad y beneficiarse de las ventajas que
comporta ser un miembro activo de ella.

Así, las ventajas no sólo repercuten optimizando el estado emocional del individuo sino
que el comportamiento cooperativo se asocia a una mayor competencia académica,
donde se facilita la asunción de capacidades cognitivas como el razonamiento y el
dominio del conocimiento.

Podría decirse por tanto, que el fomento de la conducta pro social deviene un gran
factor protector psicológico para el sujeto en el futuro, haciéndolo individual y
socialmente más competente, a medida que tiene lugar su maduración hacia la edad
adulta. Aunque parezca paradójico, crecer, madurar y ganar autonomía pasa por saber
cómo encajar con el resto y gozar de su protección en algunos aspectos.
Referencias bibliográficas

Gallegos, W. A. (2015). Conducta pro social y psicología positiva. Avances en psicología, 23


(1), 37-47.

Delgado, R. (2016). Análisis del aprendizaje basado en problemas como estrategia


didáctica para los estudiantes del programa de educación permanente de ciclo IV del
CCAV “Roberto Salazar Ramos”. Colombia. Recuperado de
http://hdl.handle.net/10596/6292

Calvo, A.J., González, R., y Martorell, M.C. (2001). Variables relacionadas con la
conducta prosocial en la infancia y adolescencia: personalidad, autoconcepto y género.
Infancia y Aprendizaje, 24 (1), 95-111.

Ortega, P., Minguez, R., y Gil, R. (1997). Aprendizaje cooperativo y desarrollo moral.
Revista Española de Pedagogía, 206, 33-51.

Ortiz, M.J., Apodaka, P., Etxeberrria, I., et al. (1993). Algunos predictores de la
conducta prosocialaltruista en la infancia: empatía, toma de perspectiva, apego,
modelos parentales, disciplina familiar e imagen del ser humano. Revista de Psicología
Social, 8(1), 83-98.

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