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LAS INTELIGENCIAS MULTIPLES: UNA ALTERNATIVA PARA LA

ENSEÑANZA-APRENDIZAJE

Ana Delmy Herrera López

Muchos docentes manifiestan una queja constante respecto a las posibles causas de los
bajos promedios de los estudiantes. Según estos docentes, los vacíos en el aprendizaje de
los estudiantes se dan debido a la falta de expectativas y propósitos en la vida, a la
haraganería y a la falta de interés por aprender e, incluso, a la falta de inteligencia en
muchos de ellos. Es decir, pasan la responsabilidad a los estudiantes sin reparar en un
cambio de perspectiva en la ejecución de sus clases. Sin embargo, el cambio está en el
docente. Gardner (1983), (citado en Leiva, 2004) señala que “un maestro o profesor hábil
es una persona que puede abrir una diversidad de ventanas al mismo concepto” (p.6). En
este sentido, la mayor parte de responsabilidad está en el docente.

La mayoría de docentes imparten sus clases bajo la asunción que sus estudiantes son
personas maduras y conscientes de que las enseñanzas del docente les convienen en la vida.
El docente se posiciona frente a un auditorio de personitas diversas con un discurso sin
relevancia para ellos, ya que su discurso ha sido basado en lineamientos protocolarios
dictados por el currículo de educación y no en los intereses de su audiencia. El error radica
en pretender que todos los estudiantes son iguales. Gardner (2001) sostiene que:

Lo mejor que puede hacerse es pensar en las inteligencias separadas de programas de


acción particulares. Desde luego, lo más fácil es observar las inteligencias cuando,
son explotadas para realizar algún programa de acción. Sin embargo, lo más exacto
es pensar que la posesión de una inteligencia equivale a un potencial: se puede decir
que un individuo que posee una inteligencia no hay situación que le impida usarla
(Gardner, 2001, p. 68).

El estilo de la clase debería ser tan variado como la variedad de estudiantes que hay
en la clase. Cada estudiante es único; cada uno de ellos tiene sus propios intereses. Según la
edad y su entorno, cada uno ha ido desarrollando diferentes ambientes; cada uno tiene su
propia tendencia (utilizar otra palabra) genética. Debido a ello, cada estudiante tiene su
propio estilo de aprendizaje. Ese es un motivo suficiente para entender que no van mostrar
sus dotes de inteligencia desarrollando las mismas actividades. Gardner (citado en
Armstrong, 2006) define la inteligencia como la capacidad de resolver problemas y
proponer soluciones ante situaciones del entorno. El rendimiento del individuo depende del
tipo de tarea asignado en tanto que tenga conocimiento previo y contextual al respecto. Las
inteligencias múltiples juegan un papel importante en el rendimiento académico del
estudiante.

El primer paso para afianzar buenos promedios (si lo que importan son las cifras) es
cambiar el paradigma en donde por el que se cree que solo los inteligentes sacan buenas
calificaciones. El segundo paso sería un estudio minucioso sobre las múltiples inteligencias
como lo plantea Armstrong (2006) en su guía práctica para educadores donde desglosa los
ocho tipos de inteligencia sugeridos por Howard Gardner: lingüística, lógico-matemática,
espacial, cinético-corporal, musical, interpersonal, intrapersonal y naturalista. De este
modo, el docente podría identificar los tipos de inteligencia que poseen los estudiantes en
determinado grupo.

El reto del docente está en plantear nuevas estrategias de enseñanza y elaborar su


planificación didáctica con base en las múltiples inteligencias y hacer especial énfasis en
las que predominan en su grupo de estudiantes. Armstrong (2006) dicta la siguiente
sugerencia:

El momento de las opciones: ofrecer opciones a los alumnos es un principio


fundamental de la buena enseñanza, consiste en dar la oportunidad a los alumnos de
que tomen decisiones sobre sus experiencias de aprendizaje. Las opciones pueden ser
pequeñas y limitadas (elegir entre esta actividad o esta otra) o significativas y
abiertas (elegir el tipo de proyecto que le gustaría hacer en este semestre). Pueden
estar relacionadas con el contenido (decidir en qué tema le gustaría profundizar) o
con el proceso (elegir un método de trabajo entre varios para realizar un proyecto)
(Armstrong, 2006, p. 12).
(Armstrong, 2006, pp. 12).

Las inteligencias múltiples también deben tomarse en cuenta en la evaluación de los


aprendizajes; es decir, si se quiere elevar los promedios de los estudiantes como lo exige el
sistema, habrá que replantear la forma de evaluar. Deben tomarse en cuenta los modos y
circunstancias en los que los estudiantes se desempeñen mejor. “La auténtica evaluación
abarca una amplia gama de instrumentos, medidas y métodos. El requisito más importante
para que se dé la evaluación auténtica es la observación” (Armstrong, Thomas, 2006, p.13).

Los docentes tienen sobre sus hombros la responsabilidad de garantizar el


aprendizaje de sus estudiantes. Ante tan magnánima tarea, está el potencial de los
estudiantes, el cual puede ser explotado en la medida en que el docente eche a andar su
propio potencial y experiencia en su labor docente, así como su disposición para
implementar nuevas teorías que renueven su desempeño profesional. La teoría de las
múltiples inteligencias es una alternativa para lograr los resultados de aprendizaje
esperados.

REFERENCIAS

Armstrong, T. (2006). Múltiples inteligencias en el aula: Guía práctica para educadores.

Barcelona, España: Paidós. Recuperado de https://www.orientacionandujar.es/wp-

content/uploads/2015/05/Armstrong-2.pdf

Gardner, H. (1995). Estructura de la mente. La teoría de las inteligencias múltiples.

Bogotá, Colombia: ¿editorial?

Leiva, C. (2004). Inteligencias Múltiples. Revista argentina de psicopedagogía, 58.

doi: 1349739 (verificar este número)

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