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diseño proponen sensaciones para quienes lo habitan, es decir, hoy la arquitectura es pensada
para el hombre. Estas sensaciones en su mayoría concuerdan con la intención de una mejora a la
manera, crea un debate para los arquitectos, por un lado, a lo largo de la historia, se han
construido espacios des escalados y deshumanos cuyo fin desde su diseño ha sido meramente
físico o en ocasiones útil, pero no sensorial, esto con base en técnicas, teorías y corrientes
peatón como de ciudad, se da a través de lo que estos mismos hacen sentir, abarcando el tacto, el
alturas, gestos y materiales acordes al objetivo sensorial del proyecto. El presente texto
demostrara cómo siendo el hombre el eje principal de la verdadera arquitectura, el fin de esta
debe ser siempre generar sensaciones que respondan a la necesidad del mismo.
En primera instancia, para lograr un proyecto que comunique su propósito ante los
sentidos de sus habitantes, su diseño debe basarse en conocimientos no solo perceptivos sino
proyecto urbano arquitectónico.” (p. 24), es decir, la idea de un proyecto debe estar enfocada en
hacer sentir (según la tipología del proyecto), y esto con la ayuda de gestos arquitectónicos que
diseñado por Daniel Libenskind, quien pretende transmitir el vacío y la ausencia vividos en la
segunda guerra mundial; para esto, el arquitecto genera grandes espacios estrechos, irregulares y
con escasas entradas de luz natural que producen angustia, impotencia y soledad en quienes los
hace sentir, configurándose así como hito; esto significa que, el espacio construido adquiere un
valor en la ciudad (de manera colectiva y particular) no únicamente por su apariencia en fachada,
sino más bien por lo que logra transmitir y evocar en los usuarios que lo habitan y vivencian; con
esto, es evidente que las percepciones serán diversas, no solo por la variedad de personalidades
sino también por las diferentes escalas o distancias en las que se puede analizar o entender un
proyecto, puesto que no es lo mismo sentir el espacio desde lejos, a una distancia media o desde
muy cerca. (Ocampo, 2013), sin embargo, siempre habrá aspectos compartidos desde lo más
próximo proporcionado por la arquitectura; por ejemplo, una textura suave acompañada con un
color claro puede evocar aspectos íntimos de cada usuario, no obstante, de manera colectiva
Ahora bien, no se puede entender un proyecto únicamente desde los sentidos, o desde una
única percepción pues esto significa, una primera impresión vaga e incompleta y recoge en
detalle lo que el proyecta significa; (Pulido, Ballén y Zúñiga, 2007, como se citó en Ocampo,
2013) afirman que, “los sesgos que aparecen cuando un fenómeno es examinado por un solo
observador, una técnica y un solo ángulo de observación” (p. 55). Sin embargo, la percepción
sensorial puede ser utilizada tanto en la etapa de análisis del sitio, o en la de diseño del proyecto o
para estudiar la obra de arquitectura; esto lo explica, Ocampo (2013) cuando dice que, cuando es
observado traduce el carácter y valor atemporal del uso, de la percepción sensorial en el proceso
entonces que, la percepción sensorial que está en el espacio, en el arquitecto y cumple con las
expectativas del hombre, que los tres evocan la misma percepción, así lo afirma, (Ocampo 2013)
“Son procesos diferentes que tienen que ver con la circunstancia espaciotemporal que afecta la
las ideas (teorías, técnicas, corrientes) se pueden poner en tensión en el ejercicio del aprendizaje
construidos, generándose así una memoria a escala de ciudad y de peatón, es decir, sentimientos
y recuerdos ligados a un espacio que por sus características, por sus gestos; evoca, transmite,
transporta; en pocas palabras, hace sentir, y es que no es otro el fin de la verdadera arquitectura
Referencia
Ocampo, J.G. (2013) los sentidos en la didáctica del proyecto urbano arquitectónico, l. (10) 22-
31.