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Derecho en Línea

DEONTOLOGÍA

LECTURA Y ANÁLISIS DE MATERIAL DE ESTUDIO

TÍTULO:

Ética y Derecho.
ESTUDIANTE:

Cindy Carina Cabal Mendoza

DOCENTE AUTOR DE LA MATERIA:

Ab. Carla Guadalupe Gende Ruperti, Mg

CURSO:

Segundo Semestre

2020
Introducción.

“El jurista debe tomar como norma suprema de su conducta

no sólo la ley, sino también la moral y la justicia.” José Campillo.

En este ensayo se dará a comprender en que consiste la ética en el derecho, su


concepto epistemológico, su relación en cuanto a la moral, y los diferentes puntos
de vistas de varios autores en cuanto a este interesante tema para los futuros
profesionales del Derecho.

Los abogados representan a sus clientes cuando estos atraviesan situaciones de


gran vulnerabilidad, por lo que es importante que velen adecuadamente por sus
intereses en el cumplimiento de la ley. La ética profesional del abogado, también
conocida como deontología del abogado, es el conjunto de obligaciones y deberes
que rigen su práctica profesional y garantizan la máxima protección del cliente.

El oficio de abogar ha venido generando lentamente y desde antiguo en el


abogado unas formas de hacer o maneras de actuar, ligadas a su prestación
material, que se fueron incorporando a sus propios requerimientos factuales
hasta convertirlo, de oficio, en arte o facultad. Son comportamientos de valor,
en tanto que implican una renuncia al interés propio en favor del interés ajeno,
se llaman ética y generan una extraordinaria cantidad de confianza social y
personal. (Del Rosal, 2018)

Las conductas éticas del abogado que se mantienen así hasta hoy, porque son ya
parte inseparable de sus artes y sin ellas resulta absolutamente imposible abogar.
Hasta el punto de que en un momento dado de su historia se convirtieron en normas
y, más tarde, en Códigos sujetos a disciplina que, con su ofrecimiento y aceptación
colegiada profesan como regla al ingresar a una facultad de ciencias humanísticas,
haciendo de este oficio de abogar profesión y a los abogados profesionales.
Desarrollo.

Ética es la ciencia o disciplina que define las leyes o normas a que debe
conformarse la actividad o el comportamiento humano para que sea realmente
humano. La calificación moral de un comportamiento humano tiene un sentido
preciso que con frecuencia es falseado pues se le confunde con la sola costumbre
social, nivel sociológico, o con lo legal, ósea lo que está de acuerdo con las leyes
nivel jurídico. La moral y la ética van más allá de esos dos niveles previos. (Paredes
& Velasco). Para los autores la ética se basa, principalmente, en los valores
universales que poseen los seres humanos como responsabilidad, honestidad,
respeto, discreción, entre otros, aplicados en el entorno personal, profesional, y
social.

En razón del sujeto la ética se divide en:

Individual o Personal: ósea la que indica cuales son los deberes de la


persona actuando en soledad o dentro de los límites del hogar familiar, sin
más relación con el exterior que las fundadas en los vínculos de familia y
grupo social con quien vive.

Profesional: son las normas que rigen no solo las relaciones de los
profesionales entre sí, sino las relaciones de estos con los individuos o
grupos sociales que están a su servicio.

Social, grupal, familiar: la que rige los derechos y deberes de unas sociedad
o grupo social con otros, las relaciones de estos para con sus súbditos y de
estos para con las autoridades, las relaciones entre las instituciones y sus
afiliados y miembros integrantes de las mismas y las obligaciones y derechos
y cada uno de los miembros integrantes de una familia. (Paredes & Velasco,
pág. 13)

Hablando de la ética en el campo del Derecho es uno de los retos a los que se
enfrentan los abogados como defensores de la justicia, es el que resulta del marco
normativo al que deben estar sometidos y por el que se apuesta desde la ética
profesional. Cuando hacemos referencia a una conducta ética dentro del ámbito
jurídico, nos referimos al comportamiento lógico y exigible que deben respetar los
operadores jurídicos como profesionales al servicio de la Administración Pública de
Justicia. De modo que, aunque puede afirmarse que “las relaciones entre Ética y
Deontología, como tantos conceptos filosóficos, pueden hallarse o plantearse
opuestas o bien conectadas en desarrollo. La Deontología sería con, carácter
general, la palabra que designaría la aplicación de la Ética al campo profesional; la
Deontología sería, pues, una especificación de la Ética, como Ética aplicada a una
profesión” (Grande, 2010). Para este autor la ética está muy relacionada con la
deontología , que es el conjunto de deberes que se disponen para el sujeto que
ejerce una profesión, desde mi punto de vista, entra en juego la ética y la moral
privada del abogado, pues no resultan automáticamente exigibles en el ámbito
profesional, por tanto, las medidas que garanticen su ejercicio profesional con una
mínima base, atendiendo en todo caso, a los valores superiores que asisten a la
sociedad que recibe la acción del operador jurídico. Ni tampoco garantiza, a priori,
una conducta eficiente. Vistas, así las cosas, el contenido de los Códigos
deontológicos son un compendio de reglas, principios y deberes que supervisan al
abogado en el ejercicio de su actividad profesional, no pudiendo en ningún caso,
como no podría ser de otro modo, entrar a valorar las actuaciones realizadas en el
ámbito privado.

Los deberes de orden jurídico presuponen otros, de orden moral, que los apoyan
conceptualmente y los fundamentan. Por lo demás, todo el régimen internacional
para la defensa de los derechos del hombre gira en torno a un dogma: la dignidad
humana, que ciertamente no constituye, en primer grado, una afirmación jurídica,
sino ética, aunque posea consecuencias inmediatas de aquella naturaleza. (Garcia,
2002) Para este autor, se parte de la relación que existe entre la ética y la moral en
el ejercicio profesional. Si tomamos como antecedentes los referentes
incuestionables de la deontología jurídica con el deber moral de los operadores
jurídicos, se puede observar que la ética se ocupa de analizar qué valores deben
estar presentes y las metas que se deben alcanzar en el ejercicio de su profesión.
En la misma línea, la ética profesional, está íntimamente relacionada con la moral
personal y colectiva. Este razonamiento parte de la consideración que defiende que
el abogado debe tener presente que es un servidor de la defensa legítima de los
derechos de su cliente y por tanto, la relación de confianza y de responsabilidad
debe primar en todo caso, unido al respeto por su dignidad personal. El objetivo de
la ética no es otra que la de dotar de respuestas a los actos asumidos por la moral
del sujeto.

Conclusión.

Para concluir puedo argumentar que el abogado en todo momento tiene que
mantener el honor y la dignidad en el servicio de la justicia. Debe ser claramente
consciente de la dignidad de la función que realiza y de las responsabilidades que
ella implica, desde el inicio de su preparación, la práctica y la toma de decisiones
que envuelven cada momento de esta profesión.

Un abogado que carece de sentido humano no debería ser digo del ejercicio de la
profesión de la abogacía. Está obligado a adentrarse en la viva realidad de lo social
y lo humano; enfrentando todo tipo de situaciones, antecedentes, motivaciones de
una conducta y fines que se pretenden alcanzar.

Debe estar en continua preparación pues la realidad social es cambiante. Si no


estamos actualizados, si no conocemos el modelo de negocio o los fines que
persiguen los negocios de nuestros clientes, seguramente prestaremos servicios
que carezcan de profesionalismo, certeza y justicia. Es indispensable entender al
Derecho como instrumento de todo abogado, quien debe de mantenerse al tanto
continuamente de los cambios y modificaciones de las leyes y cuestiones que
pudieran afectar a quienes nos encargan su defensa o protección.

La ética será sin duda el arma más poderosa de todo abogado y de sus clientes,
pues tomando en consideración todos los valores y virtudes que la caracterizan,
envolverán al profesional dentro de lo íntegro y lo humano, cumpliendo siempre con
el fin en la búsqueda de la justicia.
Bibliografía
Del Rosal, R. (03 de 11 de 2018). Ética Jurídica. Obtenido de La ética del abogado:
http://eticajuridica.es/2018/03/11/la-etica-del-abogado/

Garcia, S. (2002). Ética y Derecho. Obtenido de Universidad Nacional Autónoma de México -


Instituto de Investigaciones Jurídicas :
https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/2/756/45.pdf

Grande, M. (2010). Ética de las Profesiones Jurídicas. Obtenido de


https://www.edesclee.com/img/cms/pdfs/9788433020404.pdf

Paredes, E., & Velasco, M. (s.f.). UNIVERSIDAD DE PAMPLONA. Obtenido de Facultad de Estudios a
Distancia:
http://www.unipamplona.edu.co/unipamplona/portalIG/home_109/recursos/octubre201
4/administraciondeempresas/semestre5/11092015/eticaadmin.pdf

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