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El castillo de kafka

Kafka comenzó a escribir El castillo el 27 de enero de 1922, el día que llegó a la instalación turística de montaña
de Spindlermühle, a la que se dirigía para recuperarse de un colapso nervioso de gravedad. No parece que
terminase allí la novela, por lo que la habría continuado en Praga y en Planá, donde residió desde junio, una vez
jubilado, y donde se instaló en la casa de vacaciones alquilada por su hermana Ottla. En julio, Max Brod le comentó
en una carta que estaba leyendo la parte de la novela que Kafka le había enviado; su impresión es positiva y le urge
a que la termine. Sin embargo, no la terminó.
Aunque existe alguna referencia previa del propio Kafka respecto de que había pensado en la novela años antes
(parece probable que en 1920 llegó a escribir un fragmento), lo más seguro es que prácticamente todo lo que
escribió lo hizo en Planá en 1922 y que al marchar a Praga, como él mismo dejó anotado, abandonó la novela.

Kafka murió antes de terminar El castillo y no se sabe si tenía pensado terminar la obra si superaba su tuberculosis.
En distintas ocasiones, Kafka le contó a su amigo Max Brod de dos diferentes condiciones: K., el protagonista del
libro, continuaría residiendo y moriría en el pueblo. El castillo le notificaría, en su lecho de muerte, que su
«demanda judicial para vivir en el pueblo no era válida, todavía, tomando ciertas circunstancias auxiliares en
consideración, se le permitía vivir y trabajar ahí», pero el 11 de septiembre de 1922 en una carta a Max Brod,
declaró que renunciaba al libro y que nunca volvería a él. De hecho, el libro termina con una oración inconclusa.
Aunque Kafka le pidió a Brod que destruyera todos sus trabajos tras su muerte, Brod publicó las obras de Kafka. El
castillo fue publicado originalmente en Alemania en 1926 por el publicista Kurt Wolff Verlag de Múnich. Se
vendieron mucho menos de las 1.500 copias que se imprimieron de esta edición. 4 Fue republicado en 1935 por
Schocken Verlag en Berlín, y en 1946 por Schocken Books de Nueva York.
Brod debió editar drásticamente la obra para su publicación. Su idea fue ganar aceptación del trabajo y del autor, no
mantener la estructura de las obras de Kafka. Lo que sería de vital importancia en el futuro de las traducciones y
continúa siendo el centro de discusión sobre el texto. Brod puso suma importancia religiosa al simbolismo del
castillo.71 Esta es una posible interpretación de la obra basándose en numerosas referencias judeocristianas como lo
indican muchos, incluyendo a Arnold Heidsieck.

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