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Triquis

Pueblos Indígenas del México Contemporáneo


Pueblos Indígenas del México Contemporáneo

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NOTA SOBRE LOS AUTORES
Pedro Lewin Fischer es doctor en antropología social por la Universidad de California, Berkeley, y profesor inves-
tigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Centro Yucatán. Entre sus temas de especialización des-
tacan: migración, educación, cambio sociocultural, etnicidad y resistencia lingüística, entre diversos pueblos indí-
genas del estado de Oaxaca.

Fausto Sandoval Cruz es profesor de educación indígena, originario de San Andrés Chicahuaxtla, municipio de
Putla Villa de Guerrero, Oaxaca. Ha desempeñado diversos puestos a nivel comunitario: jefe de policía, integran-
te de la tesorería municipal y síndico municipal.

Fotografía 1a. de forros y portadilla: Mujeres danzando en el 39º encuentro de música y danza
indígena. San Juan Copala, Oaxaca.
Fotógrafo desconocido, 1981.
Fototeca Nacho López, CDI.

Fotografía página 5: Detalle de la fotografía en página 15.

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Triquis
Pedro Lewin Fischer y Fausto Sandoval Cruz

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CDI
972.004
C65
TRIQUIS
Lewin Fischer, Pedro
Triquis [texto] / Pedro Lewin Fischer y Fausto Sandoval Cruz. -- México : CDI, 2007.
47 p. : maps., tabs, fots. – (Pueblos Indígenas del México Contemporáneo)
Incluye bibliografía
ISBN 978-970-753-130-7

1. INDIOS DE OAXACA – TRIQUIS 2. TRIQUIS– UBICACIÓN GEOGRÁFICA 3.


TRIQUIS - HISTORIA 4. IDENTIDAD ÉTNICA – TRIQUIS 5. LENGUA TRIQUI 6.
TRIQUIS – ORGANIZACIÓN SOCIAL 7. TRIQUIS – VIDA SOCIAL Y COSTUMBRES 8.
TRIQUIS – FIESTAS Y CEREMONIAS 9. TRIQUIS – RELACIONES DE PARENTESCO
10. TRIQUIS – RELACIONES INTERÉTNICAS 11. TRIQUIS - ASPECTOS RELIGIOSOS
12. TRIQUIS – CONDICIONES SOCIOECONÓMICAS 13. MIGRACIÓN INDÍGENA 14.
ORGANIZACIONES INDÍGENAS I. Sandoval Cruz, Fausto, coaut. II. t. III. Ser.

Catalogación en la fuente: GYVA

D.R. © 2007 Pedro Lewin Fischer y Fausto Sandoval Cruz

Primera edición, 2007

D.R. © 2007 Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas


Av. Revolución 1279, Col. Tlacopac, Delegación Álvaro Obregón,
C.P. 01010, México, D.F.

ISBN 978-970-753-130-7 / Triquis

ISBN 978-970-753-006-5 / Pueblos Indígenas del México Contemporáneo

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Queda prohibida la reproducción parcial o total del contenido de la presente obra, sin contar previamente con
la autorización del titular, en términos de la Ley Federal del Derecho de Autor y, en su caso, de los tratados
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correspondientes.

Impreso y hecho en México

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TRIQUIS

*
Triquis

EL PUEBLO TRIQUI HABITA EN EL NOROESTE DEL ESTADO DE OAXACA, EN UNA SUPER- 5


FICIE DE APROXIMADAMENTE 500 KILÓMETROS CUADRADOS. Está asentado en dos re-
giones distintas que se distribuyen a lo largo de tres pisos ecológicos diferentes. En
la primera, alta y fría, las alturas alcanzan los 2 500 metros. San Andrés Chicahuax-
tla, San Martín Itunyuoso y Santo Domingo del Estado son los pueblos más grandes
de esta región triqui alta. En la segunda, conocida como región baja, las altitudes
fluctúan entre los 800 metros en tierra caliente y los 1 500 y 2 000 metros en la zo-
na templada. San Juan Copala es el asentamiento más importante de la región baja.
Los contrastes climáticos se reflejan en los tipos de cultivo y en la economía general
que cada región ha desarrollado.

* Este trabajo es una versión sintética, aunque actualizada, de un ensayo anterior, escrito por Pedro Lewin
y publicado en Barabas y Bartolomé (1999). Una presentación de la información histórica más detallada
puede consultarse en ese trabajo. Dado el carácter de divulgación del presente escrito, los autores hemos
optado por obviar ciertos aspectos técnicos y eliminar el recurso de las notas a pie de página. Fausto San-
doval, originario de la región triqui, ha sido una de las muchas personas que colaboraron con Pedro Lewin
en la elaboración de aquel primer ensayo. La amistad que surgió a partir de esa experiencia etnográfica y
la convicción de que la colaboración intercultural debe profundizarse implicaron que ahora asumiéramos
este reto por continuar en la comprensión de la dinámica social del pueblo triqui.

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Siguiendo la terminología propuesta cional e internacional desde hace varias


por A. Barabas y M. Bartolomé (1999), décadas. Es de lamentar, en cierta for-
el grupo etnolingüístico triqui puede ser ma, que los conflictos sociales y políti-
clasificado como una mesoetnia en ra- cos, la violencia y la persistente lucha
zón del número de habitantes que lo por la defensa de su territorio hayan sido
integran. A pesar de ser un grupo rela- los aspectos más sobresalientes que die-
tivamente pequeño, cuya población en ron visibilidad a la presencia triqui en el
todo el territorio mexicano apenas supe- marco de la diversidad cultural del país.
ra los 25 mil habitantes, la problemática Ahora, como antes, la sociedad tri-
sociopolítica por la que ha atravesado qui suele ubicarse como parte de la re-
a lo largo de su historia lo ha colocado gión mixteca alta de Oaxaca. En efecto,
en la atención de la opinión pública na- durante mucho tiempo su historia ha es-

Paisaje. San Andrés Chicahuaxtla, Oaxaca.


Fotógrafo: César Ramírez Morales, 1987.
Fototeca Nacho López, CDI.

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Hoy en día el territorio triqui abarca 30 503 hectáreas, y está


integrado por cinco núcleos agrarios contiguos que, dados
los despojos territoriales, corresponden parcialmente
con antiguas estructuras clánicas.

tado entretejida con la de los mixtecos. Su idioma forma parte de la fami-


Pero si algo pudiera diferenciar o carac- lia mixtecana y del tronco otomangue
terizar a los triquis es precisamente la (Swadesh, 1967, pp. 93-96, y Hopkins,
vitalidad idiomática y la organización 1984, pp. 30-44). Estudios de inteligi-
socio-territorial. De ahí que no sea mera bilidad lingüística calcularon que esta
coincidencia el que muchos estudiosos lengua se desarrolló como parte de un
hayan destacado la dimensión simbóli- proceso de separación hace 3 700 años
ca de la territorialidad entre los triquis. (Arana, 1959, pp. 255-266; Hopkins,
Durante los siglos XVIII y XIX, los tri- 1984; Longacre y Millón, 1961, pp. 1- 7
quis fueron objeto de expropiaciones te- 44; Swadesh, 1967). Las dos principa-
rritoriales por parte de mestizos y mix- les variedades lingüísticas triquis (de
tecos. Los conflictos agrarios en el siglo Copala y Chicahuaxtla) se constituye-
XX continuaron menguando su territo- ron hace aproximadamente ocho siglos
rio. Hoy en día el territorio triqui abarca (Hollenbach, 1980). En la actualidad se
30 503 hectáreas, y está integrado por reconoce una tercera variedad: la de
cinco núcleos agrarios contiguos que, Itunyoso.
dados los despojos territoriales, corres- La zona está conformada por tres
ponden parcialmente con antiguas es- asentamientos principales: Copala, Chi-
tructuras clánicas. Los límites de estos cahuaxtla e Itunyoso. Aunque existen
núcleos son las únicas fronteras tangi- diferentes interpretaciones sobre las re-
bles tanto dentro como fuera del terri- laciones tributarias entre triquis y mix-
torio, situación que lo convierte en un tecos durante la época prehispánica
referente cultural primordial en la cons- (Dahlgren, 1954, pp. 54-90, 142-151;
titución y el mantenimiento de las fron- Pastor, 1987, p. 42), parece ser que
teras étnicas del grupo. toda la población triqui dependía de

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Tlaxiaco, una de las cuatro regiones di- do por mestizos y mixtecos (García Al-
násticas de la Mixteca. Todas las fuen- caraz, 1973, pp. 299-346; Gómez Levy,
tes confirman la historia de sujeción tri- 1994, p. 134; Pastor, 1986, pp. 307-
butaria entre triquis y mixtecos, hecho 308).
que ha influenciado los vínculos his- En el ámbito religioso, los triquis es-
tóricos y contemporáneos entre ambos tuvieron bajo la jurisdicción domini-
grupos. ca que operaba desde Teposcolula. En
lo general, la presencia religiosa en la
región no prosperó demasiado, en par-
LA COLONIA Y LOS CAMBIOS te debido a los desajustes políticos que
POLÍTICO-ADMINISTRATIVOS durante la Colonia se vivían en Juxtla-
Con la llegada de los españoles se creó huaca, así como por la naturaleza dis-
el corregimiento de Teposcolula que, a persa de los propios asentamientos de
través de Tlachquiauhco, continuó ejer- esa zona. Las comunidades triquis eran
ciendo el dominio sobre los triquis, ade- visitadas desde Juxtlahuaca que, pa-
más de controlar los señoríos de Coaix- ra 1557, ya era una doctrina indepen-
8 tlahuaca y Yancuitlán. En 1531 este diente (Nader, 1969, pp. 403-404). Se-
Corregimiento se constituyó en la pri- gún P. Gerhard (1972, pp.163-166), la
mera Alcadía Mayor de la Mixteca (Pas- inestabilidad administrativa colonial de
tor, p. 72). Según datos consignados por las comunidades de Copala implicó una
Olivera y Romero (1973, pp. 239-268), menor intromisión en la vida religiosa
el área de Chicahuaxtla sufrió un mayor de las comunidades triquis, aun cuando
sometimiento por parte de los corregi- continuaran bajo el dominio de los cen-
dores, lo cual implicó una mayor afecta- tros urbanos coloniales.
ción de sus formas internas de organiza-
ción: los linajes gobernantes empezaron INDEPENDENCIA NACIONAL Y
a debilitarse y el poder hereditario co- SUBORDINACIÓN DE LA DIVERSIDAD
menzó a ser reemplazado por sistemas La Ley de Municipalización de 1822
de elección de autoridades. Los triquis trajo consigo cambios drásticos para los
estaban organizados en dos cacicaz- triquis, ya que la antigua distinción en-
gos (Copala y Chicahuaxtla) que, bajo tre cabildo indígena y ayuntamiento es-
el dominio colonial, perdieron cerca de pañol fue derogada para dar paso a la
la tercera parte de su territorio, usurpa- subordinación de las comunidades a los

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poderes municipales. Esto se dio a través


de una reestructuración administrativa La tradición oral recuerda
(y política), de manera que todas las co- a Hilarión Medina como uno
munidades indígenas pasaron a depen- de los líderes defensores de los
der de municipios mestizos y la jurisdic- triquis. Hay cuevas en diferentes
ción judicial, hasta entonces en manos partes del territorio triqui
de los triquis, pasó a ser controlada por
que usaron como refugios secretos
los distritos mestizos recién estableci-
dos: Juxtlahuaca, Putla y Tlaxiaco. Esta
para albergarlo.
reestructuración generó las condiciones
para que los criollos se apoderaran de de Putla. Existen controversias en torno
parte de su territorio, a lo cual los tri- al clima de violencia que se instauró en
quis no tardaron en responder, incluso la región. Algunos sostienen que la Re-
en forma armada. La rebelión de Hila- volución trajo consigo el acopio de ar-
rión Medina (1833-1837) y la de los tri- mas y, con ello, un estilo violento como
quis de Copala (1844-1847) se expresa- estrategia para alcanzar el poder (Parra
ron como verdaderos enfrentamientos y Hernández, 1994, p. 50). Otros son de 9
étnicos (Pastor, 1987, pp. 434-436 y la idea de que este estilo tuvo sus oríge-
531-535; Parra y Hernández, 1994, pp. nes durante el liberalismo del siglo XIX
44-45). Hoy en día, la tradición oral re- y afirman, en cambio, que la Revolu-
cuerda a Hilarión Medina como uno de ción transformó la dinámica de los en-
los líderes defensores de los triquis. Hay frentamientos originados con anteriori-
cuevas en diferentes partes del territorio dad (García y Gómez Levy, 1996). Así,
triqui que usaron como refugios secretos la intensificación de la producción de
para albergarlo. Actualmente, el nombre café durante la etapa posrevolucionaria
de Hilarión todavía está en la memoria en la región de Copala acentuó aún más
de la población triqui adulta. Cuando se los conflictos internos, ya que tanto mes-
refieren a la actual situación de injusti- tizos como triquis de esta zona busca-
cia, resurge el nombre de Hilarión. ban aprovechar el potencial económico
El rechazo a las reformas de muni- y lograr el control social, tanto al interior
cipalización se prolongó durante algún de la sociedad triqui como en el ámbito
tiempo, a la vez que algunas comunida- regional (Parra y Hernández, 1994, pp.
des de Copala se aliaron con mestizos 54-55). Los sucesos de violencia en la

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región, así como los enfrentamientos en- mentar las lealtades internas de todo el
tre los triquis y el ejército por el tráfico grupo etnolingüístico, a la vez que rede-
de armas y los abusos que se cometían finió el carácter asimétrico de las rela-
en contra de ellos durante las interaccio- ciones interétnicas, lo cual se refleja en
nes de compra-venta del café, conduje- la falta de concordancia entre las fron-
ron al brutal e internacionalmente cono- teras intraétnicas y las filiaciones políti-
cido bombardeo de Copala en 1956. co-administrativas: todas las localidades
Pero este proceso de municipaliza- triquis pertenecen a cuatro municipios,
ción de la región triqui también impli- tres de los cuales son predominante-
có una regionalización administrativa mente mestizos (Constancia del Rosario,
y, así, una clara subordinación políti- Juxtlahuaca, Putla). San Martín Itunyo-
ca de la población (Spores, 1990, pp. so es el cuarto y único municipio donde
239-289). Este proceso terminó por frag- la administración municipal concuerda

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Mujeres de la sociedad cooperativa de tejedoras de telar de cintura, Llana Huaricon.


San Andrés Chicahuaxtla, Oaxaca.
Fotógrafo: César Ramírez Morales, 1987.
Fototeca Nacho López, CDI.

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El territorio triqui está política y culturalmente rodeado por


asentamientos no indígenas desde los cuales los grupos
hegemónicos ejercen el poder político y desde donde se
reproducen las condiciones de discriminación étnica.

con la trayectoria histórica local. Su po- cripción administrativa. Las demás co-
blación es predominantemente triqui y munidades de la región alta pertenecen
se conformó históricamente a partir de al municipio de Putla, aunque agraria-
un desprendimiento clánico. A su vez, mente conservan su autonomía (Santo
Juxtlahuaca, Putla y Tlaxiaco son sede Domingo del Estado, Chicahuaxtla y Xo-
de las cabeceras distritales, también en chixtlán). Este panorama regional mues-
manos del poder mestizo. tra el desdibujamiento político-adminis-
Esta fragmentación de las lealtades se trativo de la sociedad triqui, el cual ha
complica aún más en el ámbito agrario, sido el resultado de la política territorial 11
ya que las fronteras territoriales internas de desarticulación sociocultural imple-
(los núcleos agrarios) no se correspon- mentada por el Estado.
den con las filiaciones administrativas Así, el territorio triqui está política y
de los municipios ni con la de los dis- culturalmente rodeado por asentamien-
tritos. Como se dijo al comienzo, el te- tos no indígenas desde los cuales los gru-
rritorio triqui está conformado por cin- pos hegemónicos ejercen el poder po-
co núcleos agrarios (Copala, Itunyoso, lítico y desde donde se reproducen las
Santo Domingo del Estado, Chicahuax- condiciones de discriminación étnica.
tla y San José Xochixtlán). En suma, los Ante esta situación, la autonomía de la
triquis de la parte baja pertenecen a tres vida social triqui está restringida al ám-
municipios y dos distritos, aunque con- bito local de sus agencias municipales y
forman una unidad en términos agrarios. comunidades. En este sentido, los cen-
La comunidad de Itunyoso en la parte tros mestizos que acordonan el territorio
alta, aun cuando pertenezca al distrito triqui son una transposición histórica de
de Tlaxiaco, es el único caso en el que los antiguos centros de dominación pre-
fronteras agrarias coinciden con la ads- hispánica y colonial. Así, por ejemplo,

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nes sociales locales. A pesar de cambios


La palabra tuvi’ a se usa para referirse importantes que se han suscitado en la
a los parientes y las personas vecinas. región, Putla sigue siendo una ciudad
Contrasta con el término yanij a, mestiza que controla aspectos significa-
que en triqui significa tivos de la vida política y administrativa
de buena parte de la población triqui.
“los no parientes o apartados”
IDENTIDADES Y DIFERENCIAS
la ciudad de Tlaxiaco, un importante Para los triquis, el idioma es el principal
centro de concentración tributaria y de diacrítico para diferenciarse de los de-
sujeción de la población triqui y mixte- más. De hecho, constituye el etnónimo
ca antes de la Conquista, es hoy una de de todo el grupo etnolingüístico, aunque
las cabeceras distritales mestiza y mix- su expresión cambia ligeramente según
teca del único municipio de todo el te- la variante regional: Xnánj Nu’ en Copa-
rritorio triqui (Itunyoso). El otro centro la, Nánj Nï’ïn en Chicahuaxtla, Stnáj ni’
urbano, Santiago Juxtlahuaca, aunque en Itunyoso y Tnánj ni’in en Santo Do-
12 menos importante en la época prehis- mingo del Estado. La primera palabra
pánica, es actualmente el centro mesti- significa “idioma” y la segunda “com-
zo y mixteco que ejerce el control po- pleta”. Nanj stila se usa para hablar de
lítico y judicial sobre la mayoría de la las personas mestizas, y el término pro-
población triqui. Por su parte, Putla Vi- viene de stila, una deformación de “cas-
lla de Guerrero, asentamiento triqui en tilla”. Gui stna’anj an es la expresión
el pasado, alberga hoy el poder mestizo que se usa para referirse a los mestizos.
que controla administrativamente la ma- Gui es el término para referirse a “gru-
yoría de la población triqui de la región po”, aunque no distingue entre personas
alta. Desde este centro mestizo, los co- y otros agregados. Los triquis no utilizan
merciantes y acaparadores expropiaban una palabra para referirse a sí mismos en
la riqueza económica de la producción términos de una colectividad. De hecho,
agrícola entre los triquis de Copala, si- algunos maestros e intelectuales triquis
tuación que se ha transformado a par- están analizando precisamente este as-
tir de los años setenta, debido sobre to- pecto referencial para crear y acordar un
do a los mecanismos de intermediación término que comunique la idea de “gru-
política generados por las organizacio- po idiomáticamente específico”.

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El vocablo Sí stna’anj an: gui se refie- que nánj kuaj a sólo alude a la “lengua
re a gente, sí a hombres y stna’anj an al de los pastores”. El término kuaj a tam-
“catecismo” de la Iglesia católica. Nanj bién tiene una connotación peyorativa:
stu’ui hace alusión a los mixtecos y nanj “el que no tiene buenos modales”. Es-
kuaj, a a los hablantes de náhuatl. Estos te etnónimo está asociado a un criterio
términos también significan “idioma”: parental genérico no menos importan-
stu’uii para referirse a los mixtecos, a te. García Alcaraz (1973, pp. 123-150)
pesar de que en los copalas este mismo ya había registrado que el término tu-
término abarca a todos los “no triquis”, vi’ a se usa para referirse a los parien-
sean o no indígenas. Kuaj a son los pas- tes y personas vecinas, a diferencia de
tores nahuas que deambulaban por la yanij a, que significa “los no parientes o
región con sus rebaños de cabras, por lo apartados”. La palabra tinu en Copala y

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Rumbo a la iglesia. San Juan Copala, Oaxaca.


Fotógrafo desconocido, 1981.
Fototeca Nacho López, CDI.

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dïnï en Chicahuaxtla, que significa “her- go para bailar en la fiesta patronal que
mano”, se usa para referirse a parientes se celebra el 11 de noviembre. El huipil
consanguíneos, políticos y rituales. de las mujeres de San José Xochixtlán,
Al interior de la sociedad triqui, y si- comunidad que pertence al municipio
guiendo criterios básicamente ecológi- de San Martín, es idéntico al de San An-
cos, la diferencia más importante separa drés Chicahuaxtla, lo cual quizá se de-
a los triquis de la “baja” (Copala) de los ba al origen chicahuaxtleño de San José
de la “alta” (Chicahuaxtla e Itunyoso). Xochixtlán.
Con un mayor grado de diferenciación, El uso de la lengua permite, además,
la indumentaria también sirve para mos- comunicar las diferencias internas del
trar y reconocer el origen de las perso- grupo, ya sea para mostrar el origen de
nas, particularmente el de las mujeres. la persona o bien para enfatizar la di-
Existen tres tipos de huipiles entre las ferencia del grupo al cual se pertenece.
mujeres triquis, siendo el de Copala y Existen tres variedades idiomáticas que
Chicahuaxtla muy semejantes (largos), a coinciden con los tres asentamientos ma-
diferencia de Itunyoso que es más corto. yores (Copala, Chicahuaxtla e Itunyoso),
14 En esta última comunidad, las mujeres pero los mismos triquis reconocen que
también usan un huipil ceremonial lar- las dos primeras son las más importantes

Fiesta en San Juan Copala,


Oaxaca.
Fotógrafo desconocido,
1981.
Fototeca Nacho López, CDI.

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Matrimonio triqui. San Juan Copala, Oaxaca.


Fotógrafo desconocido, 1981.
Fototeca Nacho López, CDI.

(Good, 1979). Los habitantes de Copala Como vemos, la lengua, la indumen-


insisten en que su variedad es más pura taria y la ecología, entre otros aspectos,
y que su lengua tiene menos préstamos sirven para marcar tanto diferencias in-
castellanos. Este “orgullo idiomático” se ternas como unidades abarcativas al in-
constata en diversas reuniones triquis en terior del grupo etnolingüístico triqui.
las que la gente de Copala efectivamen- El ámbito religioso es otro nivel im-
te hace un mayor uso de la lengua pro- portante que muestra un amplio grado
pia. Los de la parte alta reconocen que de inclusión social intraétnico. Prueba
este uso del triqui en Copala suele res- de ello es la vigencia del mítico rela-
ponder a una estrategia retórica para co- to cosmogónico mesoamericano de los
municar el liderazgo y enfatizar la repre- hermanos gemelos ña’anj guí (el Sol) y
sentatividad social. ña’anj ahui (la Luna), cuyo conocimien-

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to colectivo es una clara evidencia de brenatural del Rayo, cuyo Dios (Ña’anj
una cultura compartida (Lewin, 1999). du’ui) remite tanto a la fundación del
En este sentido, el origen del pueblo tri- pueblo como al poder que tiene para
qui está inscrito en un relato que hace evaluar el comportamiento ético entre
alusión a dos grupos que se asentaron los individuos.
en las tierras bajas y altas, respectiva- Existen entre los triquis diversas dei-
mente. Al frente de estos grupos había dades que son consagradas a través de
un hombre y una mujer, quienes poste- rituales que tienen el propósito de con-
riormente fundaron las dos principales servar el equilibrio entre la sociedad y
estructuras clánicas del pueblo triqui, la naturaleza, así como entre las perso-
conocidas actualmente como los asen- nas mismas. Algunas de ellas protegen
tamientos de Copala y Chicahuaxtla. El el uso adecuado de los recursos natura-
mito de fundación resalta el poder so- les, los alimentos y la salud de los in-

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Ofrenda de flores. San Andrés Chicahuaxtla, Oaxaca.


Fotógrafo: César Ramírez Morales, 1986.
Fototeca Nacho López, CDI.

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dividuos. Otras están encargadas de Los lazos parentales y la ocupación


cuidar el equilibrio ecológico. Todas
del territorio no pueden concebirse
buscan proteger diferentes elementos de
la naturaleza y el comportamiento hu-
de manera independiente. Existe una
mano ante ellos. forma organizacional triqui
Sin duda, el ritual propiciatorio de de ocupar el territorio y una
“petición de lluvias” en adoración del forma preestablecida
Dios del Rayo y Diosa Ñaj anj du’ui es para tener acceso a las tierras.
el más importante para los triquis, so-
bre todo por la forma explícita en que que la deidad venerada (el Dios del Ra-
se expresa y reafirma anualmente el yo), la historia fundacional del pueblo
sentido de colectividad. Este ritual se triqui y la estructura sociopolítica tradi-
lleva a cabo el 25 de abril y se realiza cional de los antiguos clanes territoria-
en distintas cuevas que los triquis co- les permanezcan en la memoria colec-
nocen en diferentes partes de la región, tiva de los triquis (Huerta Ríos, 1981,
como la “Cueva del Rayo o Casa de pp. 220-223).
San Marcos” (Dukua Du’ui). El hecho 17
de que a este ritual asistan personas de TERRITORIO Y PARENTESCO
diferentes comunidades y de distintos Los lazos parentales y la ocupación del
núcleos agrarios muestra que este lugar territorio no pueden concebirse de ma-
sagrado no se concibe como un espa- nera independiente. Existe, para decir-
cio de ciertos grupos específicos, sino lo de alguna manera, una forma orga-
como un “patrimonio” de todo el grupo nizacional triqui de ocupar el territorio
triqui. La práctica de este ritual consti- y una forma preestablecida para tener
tuye una oportunidad para que los tri- acceso a las tierras. Es decir, el acceso
quis de diferentes orígenes actualicen no es libre; tiene una lógica que los tri-
significados simbólicos que expresan y quis conocen y respetan. Esta lógica o
propician los vínculos que comparten normativa —no explícita ni escrita, pero
en espacios territoriales comunes. Es la no por ello menos importante— condi-
ocasión para que una “comunidad de ciona las relaciones sociales, especial-
conducta ritual” se vuelva tangible para mente aquellas que conducen al matri-
los propios miembros del pueblo triqui monio. Es decir, los hombres triquis no
(Bartolomé, 1997, pp. 99-124) y para pueden casarse con cualquier mujer tri-

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Matrimonio triqui y casa de bajareque. San Juan Copala, Oaxaca.


Fotógrafo desconocido, 1981.
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qui ni viceversa. Deben “escoger” a su a estos grupos con el nombre de “lina-


futura pareja de entre uno o varios gru- je”. Los triquis los llaman “grupos de so-
pos, pero no de cualquiera; cada vez es cios”. Esta pequeña sociedad (los linajes
menos frecuente la intervención de los o grupos de socios) está conformada por
padres para elegir la pareja, aun cuan- todas las personas de ascendencia pa-
do se cumpla con el ritual para pedir trilineal, es decir, todos los individuos
a la novia. La frontera entre los grupos (primos y hermanos) que pueden cons-
posibles y los no posibles está marcada tatar su descendencia de un mismo an-
por la pertenencia del hombre o de la cestro. Esta predominancia masculina
mujer a un grupo parentalmente distin- implica que la residencia de la familia
to. La literatura antropológica se refiere nuclear (padre, madre e hijos) sea patri-

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local, es decir, es la mujer (que necesa- tructura clánica territorial”. Esta estruc-
riamente proviene de otro linaje o grupo tura clánica ha dejado de existir en su
de socios) la que se integra al grupo del forma organizacional, aunque sus fron-
hombre. Es ella la que cambia de grupo. teras territoriales coinciden parcialmen-
Pero no sólo cambia de grupo, también te con los actuales núcleos agrarios. Las
cambia el espacio territorial de su resi- alianzas matrimoniales preferenciales se
dencia, puesto que, una vez contraído establecen entre primos cruzados, con
el matrimonio, ella habitará en la par- lo que evitan la superposición de tie-
te del territorio triqui que le pertenece rras del linaje, ya sea del padre o del
al grupo de socios del cual forma par- padre de la madre (Huerta Ríos, 1981,
te su esposo. Varios grupos de este tipo pp. 125-128). Este tipo de organización
conforman distintos “linajes”, los cua- socioterritorial lleva implícito el hecho
les, a su vez, forman parte de una “es- de que el matrimonio triqui se da nece-

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Mujeres y niños en el 39º encuentro de música y danza indígena. San Juan Copala, Oaxaca.
Fotógrafo desconocido, 1981.
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sariamente entre linajes diferentes, aun- todo el núcleo agrario (el antiguo clan)
que pertenecientes al mismo clan, y que y no deben confundirse con los asen-
la endogamia comunal está subordinada tamientos que hoy llamamos pueblos o
a la exogamia de linaje. Por ello, las re- comunidades.
des sociales que se establecen en la vi- El sistema clasificatorio de parentes-
da cotidiana entre personas que habitan co triqui no distingue entre primos cru-
en los actuales asentamientos urbanos zados y paralelos, aunque la distinción
o poblados triquis (agencias municipa- entre sexos permea los términos de pa-
les o de policía) no siempre coinciden rentesco: yugue’ femenino, dinï mascu-
con los grupos sociales parentalmente lino, y el prefijo ma- se antepone para
conformados. Las tierras de los grupos los saludos. Santo Domingo del Esta-
de socios están distribuidas a lo largo de do es la única comunidad en la que el

20

Cruzando el río. San Andrés Chicahuaxtla, Oaxaca.


Fotógrafo: César Ramírez Morales, 1986.
Fototeca Nacho López, CDI.

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origen de sus habitantes puede recono-


cerse por la forma diferenciada de los Los linajes conformaron una estructura
saludos, en el caso de mujer ego: ma- territorial hasta que los conflictos
lu’ (primo) y male’ (prima). En las de- y las condiciones de violencia
más, estos términos designan al sobri- alteraron la funcionalidad
no y a la sobrina. En esta comunidad
de los linajes.
se ha perdido la forma ritual del respe-
to mediante los saludos. En general, los
términos de parentesco y de referencia bra tuvi’ a denota al pariente, al herma-
tienen un orden definidamente jerár- no y vecino.
quico: varían según la edad y el sexo, Pero, como dijimos al comienzo, las
diferenciándose en este último caso relaciones parentales adquieren un ca-
tanto por el sexo de ego como por el rácter de colectividad porque tienen un
de referencia. sustento territorial compartido. Es es-
En la región de Copala (el núcleo te vínculo entre parentesco y territoria-
agrario que corresponde al antiguo lidad el que permite simbolizar la per-
clan), los linajes conformaron una es- tenencia social y la membresía de cada 21
tructura territorial hasta que los conflic- miembro a su colectivo (García Alcaraz,
tos y las condiciones de violencia alte- 1973, p. 147; Parra y Hernández, 1994,
raron la funcionalidad de los linajes: las pp. 130-135). Es por ello que no siempre
estructuras parentales no se correspon- hay coincidencias entre las formas loca-
den estrictamente con los espacios te- les y externas de interpretar los conflic-
rritoriales tradicionales. Los triquis no tos. Los triquis priorizan una concepción
utilizan un término específico para re- colectiva de la posesión territorial, mien-
ferirse en forma abstracta a este tipo de tras que las instituciones son más procli-
estructura espacio-parental. Puesto que ves a enmarcar los conflictos en térmi-
se trata de una unidad primeramente nos de superficies productivas afectadas.
territorial, sus miembros se identifican La concepción cultural del territorio, si
con el topónimo de cada uno de estos bien incluye el sustento productivo, no
espacios. A partir de ello, lo que da sen- se agota en él. Tiene un significado sub-
tido de unidad social son los vínculos jetivo que trasciende la ocupación física
parentales que enlazan los diversos gru- de las tierras, convirtiéndose en un sus-
pos territoriales. Es por ello que la pala- tento para expresar sentimientos colecti-

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vos de pertenencia, ya sea a un grupo de tinúa vigente y articula las categorías ex-
socios o al clan en su conjunto. Con to- ternas de los “núcleos agrarios”, propias
do, cabe advertir que los conflictos por de la administración gubernamental,
límites entre núcleos agrarios (clanes) ya con la historia y el conocimiento local
no reflejan estrictamente la protección de la sociedad triqui. Esta última priori-
de linajes territoriales, sobre todo en la za la pertenencia de las familias a linajes
región baja donde la estructura clánica específicos, los cuales están integrados,
territorial fue severamente afectada por a su vez, dentro de la unidad clánica te-
las presiones mestizas, la usurpación del rritorial. San Andrés Chicahuaxtla, San-
territorio y por el tipo de liderazgo que to Domingo del Estado, San José Xochix-
prevalece en la región. tlán y San Martín Itunyoso son, en la
La situación en la región alta es dis- región alta, los cuatro núcleos agrarios o
tinta. La organización etnoterritorial con- clanes territoriales.

22

Músicos. San Andrés Chicahuaxtla, Oaxaca.


Fotógrafo: César Ramírez Morales, 1987.
Fototeca Nacho López, CDI.

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23
Mercado. San Andrés Chicahuaxtla, Oaxaca.
Fotógrafo: César Ramírez Morales, 1986.
Fototeca Nacho López, CDI.

El jefe de un linaje, o jefe de socios, del hábitat doméstico del ancestro, es-
se llama yi’ dugumi ñaj hio’oo porque pacio que tiene un topónimo que los so-
es la persona que cuida los papeles de cios recuerdan y que los identifica a to-
la tierra. Es la persona que guarda en su dos como miembros del mismo grupo o
casa el registro de todos los miembros linaje.
del grupo, es el encargado de registrar Antes de la entrada de la Reforma
el curso hereditario del acceso a las tie- Agraria a mediados del siglo XX había un
rras, así como el que “autoriza” los vín- representante del clan, la autoridad tra-
culos matrimoniales entre individuos de dicional, que era el encargado de forma-
linajes distintos. Aun cuando no exis- lizar la posesión de las tierras. A partir
te un nombre para designar al conjunto de que la institución gubernamental se
de tierras de cada grupo de socios, sus impusiera en la región, el representante
miembros sí reconocen el espacio físico del clan y cada uno de los jefes de los

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posibilidad que se ha venido fomentan-


El conocimiento local do a partir de las reformas agrarias im-
plementadas desde los años noventa.
y la pertenencia se actualizan a través
de discursos contextualizados que dan
LENGUA, TERRITORIO E IDENTIDAD
forma a la identidad triqui y al habitus Dentro del territorio “tradicional”,
culturalmente específico. el idioma no sólo desempeña un pa-
pel crucial de diferenciación interétni-
ca, sino que también cumple una fun-
linajes perdieron importancia y legiti- ción central como referente y vehículo
midad como autoridades políticas orgá- identitario del colectivo social (cláni-
nicas de la etnia. Con todo, varios estu- co). Así, por ejemplo, durante los reco-
diosos de la región han constatado que, rridos anuales para limpiar las brechas
a pesar de estos intensos desajustes, los que separan los distintos núcleos agra-
actuales comisariados de Bienes Comu- rios (tanto entre triquis como entre tri-
nales no sólo son individuos elegidos en quis y mixtecos o mestizos), los grupos
24 asamblea comunitaria, sino que son casi que recorren las fronteras reproducen,
siempre jefes de algún linaje o grupo de año tras año, su sentido de pertenencia
socios (Huerta Ríos, 1981; Lewin, 1999). al núcleo agrario, su voluntad de dife-
Finalmente, cabe mencionar que en- renciación y articulación con los demás
tre algunos núcleos agrarios de la re- grupos contiguos territorialmente. Es-
gión, como es el caso de Copala y Santo tos recorridos, más allá de cumplir con
Domingo del Estado, y de Chicahuaxtla una tarea física de “limpieza” de los te-
últimamente, los conflictos limítrofes y rrenos, constituyen prácticas que en sí
la creciente adopción de una ideología mismas son actos de identidad. El dis-
individualista de la propiedad (la par- curso que circula en cada uno de los
celización de la tierra) están propician- puntos clave del recorrido está lleno de
do desajustes estructurales que afectan referencias a lugares y eventos que só-
profundamente la organización socio- lo son comprensibles para quienes for-
cultural de los triquis. De continuar es- man parte del colectivo social. Dentro
te proceso, la concepción colectiva del de estas prácticas locales de identidad,
territorio entrará en contradicción con el los jóvenes que acompañan a los adul-
acceso y posesión individual a la tierra, tos van sociabilizando paulatinamente.

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En este sentido, la práctica del idioma que dan forma a la identidad triqui y al
no es sólo una fuente de información habitus culturalmente específico. Los
etnográfica, un dato externo, sino el discursos en torno a los conflictos terri-
momento mismo de constitución de la toriales se constituyen en una estrategia
identidad. De ahí que la lengua triqui comunicativa de mediación que permi-
—y el conocimiento que sobre el terri- te a las partes en disputa explicitar sus
torio se despliega— esté vinculada de desacuerdos, al mismo tiempo que pre-
modo indisociable al ser social triqui. para el terreno para las negociaciones
Estos eventos conforman el tejido sim- futuras. La experiencia humana del es-
bólico del habitus triqui. El conocimien- pacio socioecológico está en el cen-
to local y la pertenencia se actualizan tro de la cultura e identidad triquis. Los
a través de discursos contextualizados discursos sobre el espacio y las fronte-

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Espectadores en el 39º encuentro de música y danza indígena. San Juan Copala, Oaxaca.
Fotógrafo desconocido, 1981.
Fototeca Nacho López, CDI.

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Iglesia. San Juan Copala, Oaxaca.
Fotógrafo desconocido, 1981.
Fototeca Nacho López, CDI.

ras —los que se generan en torno a las tro del territorio no hablan la lengua.
autorrepresentaciones y las representa- Con excepción de los eventos que ocu-
ciones en torno al otro— constituyen rren con individuos no triquis, algunas
aspectos fundamentales que moldean la interacciones en los mercados semana-
identidad social triqui. Así, el uso de la les, algunas misas de la Iglesia católi-
lengua forma parte de las prácticas coti- ca y ciertas reuniones de la escuela, el
dianas que otorgan un sentido social al idioma triqui es el vehículo de comu-
territorio y un significado de pertenen- nicación cotidiana en las comunidades
cia al colectivo social (Lewin, 2004). y tiene una funcionalidad en todos los
contextos asociados a la “cultura pro-
LA PRESENCIA DE LA LENGUA TRIQUI pia”. El número de hablantes por grupos
El idioma triqui manifiesta una induda- de edad es un indicador de la vitalidad
ble vitalidad. Muy pocas personas den- actual de la lengua. En la actualidad, y

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como puede verse en el cuadro de aba- La Iglesia católica es otro termóme-


jo, los primeros rangos de edad concen- tro para apreciar la vida de la lengua.
tran a la mayoría de los hablantes de la Las misas, antiguamente oficiadas en la-
lengua triqui, lo cual muestra la relativa tín y después en español, suelen practi-
integridad de la reproducción del idio- carse en triqui. De hecho, como suce-
ma en la región. dió en San Andrés Chicahuaxtla, ciertos
La información censal nacional nos rezos se han traducido al idioma local y
muestra que los porcentajes relativos la música de la región se ha llevado a la
de los primeros rangos de edad son más Iglesia. Con todo, el ámbito religioso es
elevados. Aun cuando no podemos dar otro indicador de las jerarquías que se
una explicación o una interpretación reproducen entre triquis y hablantes de
adecuada sobre este fenómeno, las ci- Nanj stila (mestizos): existe una relación
fras nos muestran que, por ahora, la len- idiomática desigual entre el sacerdote y
gua triqui sigue reproduciéndose en los las monjas no indígenas, por un lado, y
nuevos contextos migratorios. los catequistas triquis, por otro.

Grupos de México Oaxaca 27


edad Número Número
% %
de hablantes de hablantes

0a4 4 449 18.0 2 777 15.4

5a9 3 592 14.2 2 888 16.0

10 a 14 3 401 13.5 2 767 15.3

15 a 19 2 747 11.0 1 979 11.0

20 a 24 2 133 8.4 1 356 7.5

25 a 29 1 783 7.0 1 116 6.2

30 a 34 1 447 5.8 858 4.9

35 a 39 1 294 5.1 848 4.7

40 a 44 1 030 4.0 709 4.0

45 a 49 892 3.5 668 3.8

50 y más 2 393 9.5 2 014 11.2

TOTAL 25 161 100 17 980 100

Fuente: INEGI, XII Censo General de Población y Vivienda 2000, México, 2002.

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La lengua triqui tuvo otro destino en- siendo aprovechadas para extender el
tre los evangelistas, cuando se introdu- uso del idioma triqui. La tecnología del
jeron en la región en los años cuarenta. video es un instrumento que la propia
A pesar del éxito bastante limitado de población ha desarrollado y ha puesto
la conversión religiosa, los evangélicos a disposición a fin de difundir aspectos
aprendieron triqui, hicieron un alfabeto y problemas importantes: incluso existe
y produjeron materiales religiosos escri- un software desarrollado para aprender
tos y de audio. Los templos evangélicos, la lengua. Es común que los migrantes
en cambio, los han formado personas de triquis soliciten a sus familiares la gra-
las propias comunidades, muchas veces bación de las fiestas y eventos importan-
después de haber migrado y una vez tes con el propósito de que los envíen al
que vuelven a establecerse en sus loca- norte; además, algunos músicos del lu-
lidades. Por eso, los servicios religiosos gar suelen grabar en triqui sus propios
de estos grupos se llevan a cabo en len- discos compactos. Todas estas iniciativas
gua triqui, al mismo tiempo que muchos locales tienen repercusiones importantes
elementos de la religiosidad ancestral para revalorar localmente el idioma y re-
28 propia permanecen excluidos. Asimis- vertir las condiciones de baja autoestima
mo, quedan fuera del horizonte religio- y legitimidad de la propia cultura. Desde
so aspectos importantes de la cultura tri- 2005 hay más de un centenar de fami-
qui, como es el caso de los curanderos, lias que ya cuentan con teléfono en sus
a quienes los evangelistas no consultan. viviendas, lo cual ha acelerado la co-
Junto a estos ámbitos y canales tradi- municación con sus familiares distantes,
cionales del uso de la lengua, también ha reducido los largos tiempos de espe-
existen nuevas tecnologías que están ra en las casetas y ha bajado el costo de
las llamadas. En términos generales, las
innovaciones tecnológicas están con-
Al partir de la oralidad del idioma, las
tribuyendo a que la lengua triqui oral
innovaciones tecnológicas están más incursione en nuevos canales de comu-
al alcance y constituyen estrategias nicación. Estos nuevos espacios, además
de comunicación que repercuten de que hace pocas décadas no existían,
positivamente en la legitimidad enfrentaban obstáculos culturales: sim-
social de la lengua. plemente eran impensables en la propia
creencia de la población. Al partir de la

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29

Mercado. San Juan Copala, Oaxaca.


Fotógrafo desconocido, 1981.
Fototeca Nacho López, CDI.

oralidad del idioma, están más al alcan- raleza extremadamente compacta de su


ce y constituyen estrategias de comuni- espacio socioterritorial y de las diversas
cación que repercuten positivamente formas de intercambio que existen entre
en la legitimidad social de la lengua. En sus comunidades. Mantienen entre sí re-
tanto herramienta externa, la escritura ya laciones de tipo económico, ritual y pa-
no es la única forma de expresión. rental. El mercado semanal que se “po-
ne” cada lunes en San Juan Copala es un
CONTRASTES INTERNOS Y FORMAS mecanismo local de articulación social,
DE ARTICULACIÓN INTRAÉTNICA aunque, de algún modo, lo han perjudi-
El pueblo triqui tiene mecanismos de ar- cado los fuertes conflictos agrarios y po-
ticulación interna derivados de la natu- líticos que sufrieron durante décadas.

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Los faccionalismos políticos abrie- de Copala suelen acudir al mercado se-


ron una brecha entre el área norte y el manal de San Andrés Chicahuaxtla, que
resto de las comunidades triquis de es- también tiene lugar los lunes.
ta zona baja. Las alianzas matrimoniales A pesar de los conflictos, existen
entre los distintos barrios, que tradicio- fuertes lazos de intercambio y articula-
nalmente contribuían a mantener la in- ción en épocas significativas de la vida
tegridad de los linajes, también se vieron ritual y religiosa. En ocasión de la Fiesta
interrumpidas por los conflictos políticos del Carnaval, gudukuu (días de los que
internos. En la parte alta, comparativa- juegan) y de la Semana Santa, muchas
mente mucho menos violentada, se tie- personas de la región alta (San José Xo-
nen estos mismos mecanismos de articu- chixtlán, Santo Domingo del Estado y
lación. Incluso, varias personas triquis San Andrés Chicahuaxtla) visitan las co-

30

Jugando durante el recreo. San Juan Copala, Oaxaca.


Fotógrafo desconocido, 1981.
Fototeca Nacho López, CDI.

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munidades vecinas, lo cual demuestra


que a pesar de las tensiones que se vi- Cerca de 10 por ciento de la población
ven en otros ámbitos de la vida social, de los chicahuaxtlas forman parte de
la fiesta, el carnaval y los rituales reli- alguna secta protestante. Con todo,
giosos son prácticas articuladoras in-
esta conversión religiosa no ha
traétnicas. Los aspectos parentales y ri-
provocado conflictos internos serios.
tuales de articulación intraétnica son
algunos de los fenómenos más sobresa-
lientes de la dinámica étnica. que, para el caso de San Andrés, surge
Como ya se mencionó, destaca la precisamente cuando el fenómeno de la
presencia de grupos protestantes en la “libertad ideológica” se convierte en un
región, aunque su influencia se ha nota- tema público de reflexión más amplia
do más en la parte alta. Cerca de 10 por en la comunidad. El ejemplo opuesto es
ciento de la población de los chicahuax- el caso de Santo Domingo del Estado,
tlas forman parte de alguna secta protes- en donde sólo existe la religión católica.
tante. Con todo, esta conversión religio- Los maestros, que mantienen un fuerte
sa no ha provocado conflictos internos control del discurso político y del con- 31
serios. La comunidad transformó su or- senso comunitario, también han acen-
ganización interna al separar el ámbito tuado las diferencias internas. En los
religioso del cívico y dejar a los católi- chicahuaxtlas, este peso político de los
cos el desempeño de los cargos religio- maestros es mayor que el de los protes-
sos. Coyunturalmente, algunos miem- tantes. La presencia del protestantismo
bros protestantes de las organizaciones en Copala ha sido mucho menor, de-
sociales creadas en los últimos años han bido principalmente a la presencia del
acentuado cierto divisionismo y han Movimiento de Unificación y Lucha Tri-
propiciado una separación entre el con- qui (MULT).
senso comunitario tomado en asamblea Las relaciones intraétnicas, princi-
y las nuevas propuestas de gestión so- palmente en la región de los copalas,
cial encabezadas por alguna organiza- han fructificado menos en el ámbito de
ción. Ante esta opinión, también hay lo social y político. La práctica desme-
quienes consideran que los protestan- dida de la violencia armada fue el ins-
tes debieran ser considerados como par- trumento para el ejercicio del poder lo-
te de un pluralismo político y religioso cal en la región de Copala hasta 1970

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aproximadamente, situación que des- cializa en el mercado semanal que tiene


plazó las funciones políticas y adminis- lugar los lunes. A este mercado llegan
trativas de las autoridades comunales. habitantes de otras comunidades triquis
La violencia entre barrios triquis, así co- y mixtecas, así como algunos comer-
mo entre éstos y los acaparadores mes- ciantes de las cabeceras distritales de
tizos, afectó sensiblemente la producti- Putla y Tlaxiaco para vender productos
vidad en la región (Parra y Hernández, industrializados, valiéndose, además, de
1994), y el perfil lingüístico y escolar de relaciones de compadrazgo para garan-
la población triqui. La migración, la irre- tizar la entrada a la región (Huerta Ríos,
gularidad de los servicios escolares y la 1984). En la parte baja, principalmen-
violencia e inestabilidad política han re- te en Copala, la economía gira en torno
percutido —en Copala especialmente— a la producción familiar de café, pláta-
en la discontinuidad de este servicio. no y mango, cuya comercialización les
Derivado de los fuertes contrastes permite complementar la escasa pro-
ecológicos que caracterizan el territo- ducción de los cultivos tradicionales.
rio triqui, se han desarrollado activida- Los cultivos comerciales fueron introdu-
32 des productivas muy diferenciadas, así cidos hacia finales del siglo XIX.
como distintas formas de articulación Dada la subordinación política que
con la economía política regional. En caracteriza las relaciones entre triquis y
la parte alta, los habitantes desarrollan grupos mestizos en el área de Putla, la
una economía de subsistencia que se producción comercial del café trajo con-
sustenta en la producción de maíz, frijol sigo prácticas muy nocivas, como el in-
y calabaza, complementada a través de tercambio de armas y alcohol. La escala
la cría de ganado menor que se comer- reducida de la producción de café tam-
bién acentuó la dependencia de acapa-
radores y comerciantes mestizos (Parra y
La insuficiente asistencia Hernández, 1994). La región baja se be-
y los conflictos internos no permiten nefició de diversos programas de apoyo
técnico y financiero, tanto gubernamen-
incrementar la producción de café
tales como de fundaciones internaciona-
en Copala, la cual no rebasa los 4
les y organizaciones civiles para reacti-
quintales por hectárea. var la producción y comercialización
del café. Muchos de estos programas fra-

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33

Vendedora de verduras. San Juan Copala, Oaxaca.


Fotógrafo desconocido, 1981.
Fototeca Nacho López, CDI.

casaron o interrumpieron su asistencia, a resultado que Putla siga siendo el centro


la vez que la inversión pública siempre de acaparamiento más importante de ca-
estuvo subordinada a coyunturas políti- fé en Copala. Aun cuando el monto de
cas, todo lo cual implicó que las comu- los recursos canalizados a la zona ha ido
nidades triquis siguieran dependiendo en aumento, a la inversión le faltó una
de los centros mestizos de Putla, Juxtl- supervisión institucional y la población
ahuaca y Tlaxiaco. La insuficiente asis- copalteca no logró apropiarse realmente
tencia y los conflictos internos no per- de los proyectos que se impulsaron. Per-
miten incrementar la producción de café siste, además, un desencuentro históri-
en Copala, la cual no rebasa los 4 quin- co entre las propuestas estatales y las ex-
tales por hectárea. Esto ha dado como pectativas del propio pueblo triqui.

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Niños rumbo a San Juan Copala, Oaxaca.
Fotógrafo desconocido, 1981.
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Cabe señalar que la economía de sub- todo en la parte baja, han motivado la
sistencia, basada en la milenaria produc- residencia temporal o permanente de los
ción de maíz, ha sido parcial e ineficien- triquis en la capital del estado y en otras
temente sustituida por una producción entidades de la República Mexicana. Se-
agrícola comercial. Ello, aunado al des- gún datos recogidos hace ya varios años
pojo territorial y la búsqueda de ingresos por el Programa Nacional con Jornaleros
complementarios mediante la migración, Agrícolas, los triquis eran, de todo Oaxa-
ha repercutido sustancialmente en la vi- ca, el tercer grupo porcentual con pre-
da en general de la sociedad triqui. sencia en diversos estados del país, es-
pecialmente en la zona norte de México
MIGRACIÓN (Sinaloa, Sonora, Baja California, Baja
Las necesidades económicas, la violen- California Sur), en el Estado de México
cia social y los conflictos políticos, sobre y el Distrito Federal (Secretaría de Desa-

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rrollo Social y Programa Nacional con sus tierras y acceder a servicios básicos.
Jornaleros Agrícolas, 1997). El destino En esta zona, y en cuanto al aspecto
migratorio y la actividad laboral de los identitario, los triquis participan activa-
triquis varía de acuerdo con su origen en mente con otros migrantes del norte del
Oaxaca: los migrantes de Copala se ha- país. Sus estrategias organizativas reve-
llan principalmente en el norte del país lan un carácter notoriamente étnico. A
(en actividades agrícolas), mientras que lo largo de los últimos 15 años se han
los de Chicahuaxtla radican en el Distri- formado distintas organizaciones exito-
to Federal y en el Estado de México (en sas, como la Organización del Pueblo
el ejército o en la policía bancaria). Triqui, el Frente Indígena de Lucha Tri-
En San Quintín, Baja California, qui y el Movimiento Indígena de Unifi-
se ha conformado la comunidad Nue- cación y Liberación. Sus demandas han
va San Juan Copala, que ahora alberga girado en torno a infraestructura básica
a cerca de mil quinientas personas. Es- y la defensoría jurídica, para lo cual al-
ta comunidad ha comenzado a celebrar gunos se han capacitado como intérpre-
una importante mayordomía, la de San tes. Han participado en programas ra-
Juan, que se realiza del 22 al 24 de ju- diofónicos, logrando llamar la atención 35
nio. Esta celebración reúne exclusiva- de la comunidad triqui migrante y gene-
mente a la población triqui, que provie- rando procesos organizativos propios.
ne sobre todo del Valle de San Quintín, Algunos trabajan como locutores en La
de Ensenada y otros asentamientos de Voz del Valle, emisora enlazada a la ra-
Baja California. diodifusora de la Comisión Nacional
Al igual que otros migrantes indíge- para el Desarrollo de los Pueblos Indí-
nas del país, los triquis son objeto de genas (CDI) en Tlaxiaco y con Radio Bi-
discriminación étnica, tanto en los cam- lingüe en Fresno, California.
pos agrícolas de Sinaloa como a lo lar- En Oaxaca, la migración ha repercu-
go del corredor agrícola de Baja Califor- tido en la organización social de las co-
nia. Pero a diferencia de los campos de munidades, propiciando una menor par-
Sinaloa, donde los migrantes continúan ticipación en el sistema de cargos, como
viviendo en los galerones que los pro- en el caso de la Mayordomía del Carna-
ductores han dispuesto dentro de sus te- val en Concepción Itunyoso. En algunas
rrenos, los triquis asentados en el Valle comunidades de Oaxaca la migración
de San Quintín han logrado regularizar ha implicado el abandono de la escuela

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Gráfica 1. Población triqui según distritos de residencia en Oaxaca, 2000

Centro 480 Tlaxiaco 2 723


Otros 574

Putla 5 027

Juxtlahuaca 9 176
36

Fuente INEGI, XII Censo General de Población y Vivienda, 2000.

y la pérdida de la lengua. En otras, co- ca; otros salen temporalmente desde sus
mo Chicahuaxtla, el reciente estableci- asentamientos en Baja California. A tra-
miento de bachilleratos ha retardado el vés de la gestión del Frente Indígena de
proceso migratorio en unos tres años. Lucha Triqui, los migrantes radicados en
El programa Oportunidades, impulsa- San Quintín establecieron contacto con
do por la Secretaría de Desarrollo Social sus paisanos en California, incluso con
(SEDESOL), también ha contenido ligera- aquellos que provienen directamente
mente la salida de los jóvenes. desde Oaxaca. El papel de este Frente
Hace 15 años los migrantes triquis ha sido fundamental, tanto para la con-
permanecían en territorio nacional, pero centración de remesas como para la agi-
ahora ya se han incorporado al mercado lización de los lazos de una comunidad
laboral de California para trabajar tem- triqui transnacional emergente.
poralmente en los campos agrícolas. Al- Uno de los resultados más admi-
gunos llegan directamente desde Oaxa- rables de la migración triqui hacia San

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Quintín ha sido la estabilidad social y la Una imagen gráfica de los contextos


tregua política que sus habitantes logra- migratorios de la población triqui nos
ron a lo largo de varios años de vida en ayuda a entender dónde están los tri-
el exilio. Inicialmente, Nueva San Juan quis: en el estado de Oaxaca, además de
Copala en San Quintín estuvo conforma- estar en las jurisdicciones históricas (Jux-
da por triquis que provenían de diversos tlahuaca, Putla y Tlaxiaco), los triquis ra-
barrios de San Juan Copala en Oaxaca, dican en la capital del estado (Distrito
pero progresivamente ha venido inclu- Centro) y, en muy pocos casos, en dis-
yendo a otros que llegan desde la región tintas partes de la misma entidad (otros).
alta (Chicahuaxtla e Itunyoso). Vemos La mayoría de la población triqui
así que la migración triqui no sólo está migrante se concentra fuera del estado
logrando un contexto de armonía y con- de Oaxaca, especialmente en el centro
vivencia, sino que también está aportan- de la república y en el norte del país.
do elementos de unificación étnica. La información censal sobre grupos de

Gráfica 2. Población triqui según principales entidades de residencia, 2000 37

Distrito Federal 831


Baja California 1 929
Sonora 785

Otros 699 Sinaloa 1 215

Estado de México 1 722

Oaxaca 17 980

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edad y su distribución entre hombres y cala estatal, 94.1 por ciento de su po-
mujeres —aunque no se incluye— es blación radica en los mismos territorios
interesante porque nos muestra, por un ancestrales. En cambio, las cifras nacio-
lado, el incremento de la población tri- nales señalan que poco más de 28 por
qui joven y, por el otro, el asentamiento ciento del total de la población triqui
de familias enteras, de hombres y muje- del país vive fuera de Oaxaca. El cre-
res que reconstituyen sus familias fuera cimiento de la población joven que no
de su territorio ancestral. Considerando vive en el estado, aunado a las condi-
que el hábitat histórico de la población ciones de la migración triqui hacia el
triqui en Oaxaca se distribuye en tres norte del país y los procesos de recons-
distritos (Putla, Tlaxiaco y Juxtlahuaca), titución de las identidades fuera de los
las cifras censales muestran que, a es- contextos tradicionales, nos deja la ta-

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Madre e hija cocinando. San Andrés Chicahuaxtla, Oaxaca.


Fotógrafo: César Ramírez Morales, 1986.
Fototeca Nacho López, CDI.

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Iglesia de San Andrés Chicahuaxtla, Oaxaca.


Fotógrafo: César Ramírez Morales, 1986.
Fototeca Nacho López, CDI.

rea de repensar el horizonte de las rela- articulación. Los católicos asumen los
ciones entre territorio e identidad. cargos religiosos, mientras que los ci-
viles son obligatorios para todos los de-
DINÁMICA POLÍTICA, más. A pesar de esta escisión, se han re-
ORGANIZACIONES SOCIALES ducido los conflictos entre personas de
Y POLÍTICA DE ALIANZAS una misma comunidad. Los principales,
En la región alta, el sistema de cargos ha los mayordomos y el consejo de ancia-
sufrido importantes transformaciones, nos tienen poca injerencia en la desig-
como la desarticulación entre el sistema nación de las autoridades municipales y
cívico y el religioso. La aparición de las los cargos han dejado de asumirse obli-
iglesias protestantes desempeñó un pa- gatoriamente en forma ascendente, ade-
pel importante en este proceso de des- más de que los más bajos han desapa-

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recido (los topiles). Los triquis atribuyen derazgo se disputó permanentemente


a la institución escolar un papel impor- en alianza con fuerzas políticas locales
tante en el debilitamiento de la función que estuvieron vinculadas con organi-
rectora del sistema de cargos al interior zaciones y partidos políticos naciona-
de la comunidad. En el caso de las ma- les, entre ellos la Central Independien-
yordomías, el número de los integrantes te de Obreros Agrícolas y Campesinos
para realizarlas se ha incrementado co- (CIOAC), la Coordinadora Nacional Plan
mo una estrategia para distribuir los gas- de Ayala (CNPA), la Coalición Obrero
tos rituales, además de que el crecien- Campesino Estudiantil del Istmo (COCEI)
te peso de la asamblea comunitaria ha y el Frente Nacional Cardenista contra la
contrarrestado su obligatoriedad. De he- Represión (FNCR). Fue en alianza con es-
cho son voluntarias para los propios ca- tas organizaciones que en 1981 se creó
tólicos, quienes al asumirlas no dejan el MULT. Poco antes, a fines de los seten-
de obtener prestigio y autoridad moral. ta, se buscó crear una representación ét-
En Copala, y a diferencia de la re- nica pancomunitaria y regional a través
gión alta, el asentamiento era caracte- del Consejo Supremo Triqui que, dados
40 rísticamente disperso hasta que los pro- los conflictos locales y las actitudes verti-
gramas gubernamentales de desarrollo, cales promovidas desde el exterior, cayó
la introducción de la carretera y la pre- en el vacío. En la facción opuesta a las
sencia de grupos religiosos transforma- alianzas que desembocaron en la crea-
ron el antiguo Chuma’a o centro polí- ción del MULT estaba la administración
tico y ceremonial. Los conflictos y la estatal que pretendía anular las fuerzas
desestabilización política condujeron de la oposición, constituyéndose así la
a la pérdida de la categoría de muni- Unión de Bienestar Social de la Región
cipio en 1948 (ocho años después que Triqui (UBISORT).
en Chicahuaxtla) y a la subordinación Aunque no permeadas por el cli-
de Copala al poder mestizo de Santia- ma de violencia e inestabilidad políti-
go Juxtlahuaca. Desde entonces, el po- ca, en la región alta también se forma-
der político triqui en esta región se ron organizaciones sociales, tales como
circunscribe a cada una de las comuni- el Consejo de Autoridades de la Tri-
dades o barrios de Copala y los mayor- qui Alta (CATA) en 1990 y la Organiza-
domos desempeñan sus funciones sólo ción de Autoridades Comunales y Mu-
dentro de sus respectivos barrios. El li- nicipales de la Triqui Alta (OACYMTA) en

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1995. Desacuerdos en torno a la perti-


nencia de la participación de las auto- Los triquis atribuyen a la institución
ridades municipales dentro de esta or- escolar un papel importante
ganización motivaron la creación, dos
en el debilitamiento de la función
años después, de la Unión de Comuni-
rectora del sistema de cargos
dades Triquis (UCT).
En suma, esta síntesis comparativa
al interior de la comunidad.
entre ambas regiones nos permite afir-
mar que, en la zona baja, la organiza- ejercicio del poder explica que las alian-
ción de la población triqui ha predo- zas no sean definitivas, tanto entre los
minado con base en liderazgos que no propios líderes como entre éstos y las
necesariamente se articulan con la es- instancias externas, como son las orga-
tructura municipal, es decir, quienes go- nizaciones sociales o el propio gobierno
biernan en la región no son autoridades estatal. El éxito de las alianzas depende
electas por sus comunidades, como los en gran medida de los recursos econó-
agentes de policía o los agentes munici- micos que se logren concentrar para ser
pales. Otra particularidad de esta región distribuidas al interior de las comunida- 41
es que las dirigencias no se circunscri- des. En este sentido, el éxito del MULT, y
ben a una sola comunidad o barrio, sino como antes lo fuera del UBISORT, es pre-
que buscan tener influencia en toda la cisamente el haber inaugurado un mo-
región de Copala. Esto de debe en parte delo de gestión para el beneficio de los
a la historia misma de conformación de barrios aliados a la organización. Aho-
este asentamiento que se ha ido reconfi- ra bien, este mismo modelo de gestión
gurando a partir de los últimos cincuenta se enfrenta a tensiones internas desde el
años. Asimismo, los liderazgos no tienen momento en que los beneficios no lo-
un tiempo definido para el ejercicio del gran distribuirse en forma equitativa. A
poder y sus dirigentes establecen alian- esto se debe, en parte, que la alianza de
zas con los líderes de otras comunidades líderes que integraba el MULT haya en-
para alcanzar el poder. trado en fuertes contradicciones y que,
Es esta lógica política la que explica, por tanto, se haya escindido reciente-
a grandes rasgos, los permanentes con- mente (2006), motivando la formación
flictos en la región. Desde luego, la na- del Movimiento de Unificación y Lu-
turaleza misma de esta racionalidad del cha Trique-Independiente y Democráti-

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co (MULTI), antes conocido como “MULT tos violentos que ahora se están gene-
democrático”. Siguiendo la misma lógi- rando entre las comunidades del MULT
ca de la política de alianzas, el MULTI y las que conformaron la nueva facción
ha ampliado el horizonte de sus aliados política. Persisten, de esta forma, el con-
y ha tenido una participación activa en flicto y la violencia como estrategia pa-
la Asamblea Popular de los Pueblos de ra el control político local, provocando
Oaxaca (APPO) en el contexto del con- muertes diarias y sin que alguna instan-
flicto social y magisterial que se gene- cia externa esté atendiendo el problema
ró en el estado de Oaxaca en 2006. Es- o intentando intervenir en él.
ta estrategia recuerda en cierta forma las La región alta del territorio triqui tie-
antiguas experiencias del MULT en su ne otro tipo de organización política.
alianza con grupos radicales, tanto re- Las comunidades han adaptado el siste-
gionales como nacionales. ma de cabildo municipal, o cabildo indí-
La escisión del MULT ha llevado a gena (Huerta Ríos, 1994), a su dinámica
una reconfiguración del mapa político interna, lo cual posibilita una dinámica
en la región baja, lo cual se refleja en la política más institucional y, por lo tan-
42 reciente alianza del MULTI con la orga- to, un contexto social de mayor equili-
nización presumiblemente menos radi- brio. Las autoridades son electas para
cal de la región, la UBISORT. Asimismo, periodos definidos y los cargos munici-
durante las recientes elecciones presi- pales son rotativos entre los integrantes
denciales se presume que el voto cor- de cada comunidad. Dada la relativa so-
porativo del MULT fue entregado al PRI, lución de los problemas agrarios en es-
mientras que la alianza UBISORT-MULTI ta región, los eventuales conflictos limí-
apoyó la candidatura del PRD. Con todo, trofes no trastocan la actual situación de
es lamentable que persistan los conflic- estabilidad. A diferencia de los copalas,
la mayoría de las comunidades en la re-
gión alta son autónomas en tanto que no
A diferencia de los copalas, la mayoría se establecen relaciones jerárquicas y
de las comunidades en la región alta de imposición de unas sobre otras. Esta
son autónomas en tanto que no se configuración sociopolítica regional des-
establecen relaciones jerárquicas y de plaza toda posibilidad de disputa que es-
imposición de unas sobre otras. té encaminada al establecimiento de un
poder regional por medio del liderazgo,

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estrategia que por cierto tiene muy poca cambio, con el gobierno municipal y es-
adhesión entre las comunidades de esta tatal a través del Partido Revolucionario
zona. Sin embargo, hay que mencionar Institucional. A pesar de que estos movi-
que algunas comunidades de esta región mientos locales no son, en modo alguno,
(particularmente aquellas que adminis- equiparables con la dinámica política
trativamente tienen una categoría me- que prevalece en la región baja, coyun-
nor) están atravesando por un proceso turalmente logran alterar el contexto de
que, paulatinamente, les está otorgando relativo equilibrio. Como en otras regio-
una mayor independencia, porque ca- nes del estado, los maestros también han
da vez tienen más capacidad para inte- buscado incorporar a sus comunidades
ractuar y negociar directamente con las al movimiento social y magisterial que
cabeceras municipales. El futuro de esta se originó en la capital de la entidad.
relativa autonomía administrativa proba- Por último, no podemos dejar de
blemente entre en conflicto con la mo- destacar la trascendencia política y so-
dalidad colectiva e incluyente que todas ciocultural de la figura de los comisa-
ellas asumen como segmentos de una riados de Bienes Comunales. Como he-
misma unidad territorial. mos descrito ya, esta instancia aglutina 43
Con todo, la dinámica local tampoco a diversas comunidades que, por un la-
es inmune a los acontecimientos políti- do, tienen una dinámica independiente
cos que se suscitan fuera de las comu- o paralela en términos políticos y, por
nidades. En la región alta, el magisterio el otro, confluyen al compartir intere-
local constituye el eslabón idóneo para ses colectivos: el territorio étnico. En es-
canalizar intereses en ambas direccio- te sentido, el aspecto agrario y territorial
nes. En este sentido, algunas personas, constituye un referente cultural panco-
apoyadas por ciertos sectores de la co- munitario y aglutinador. Asimismo, el
munidad magisterial, han buscado es- simbolismo asociado a prácticas rituales
tablecer alianzas con organizaciones de una sociedad indisolublemente ligada
políticas externas para, a la usanza del a la tierra y la defensa incondicional del
MULT, concentrar recursos que permitan territorio siguen expresando la vigencia
obtener algún tipo de representación y de instituciones colectivas y cohesiona-
legitimidad en sus respectivas comuni- doras. Estos aspectos centrales de la vi-
dades. Algunas de estas alianzas se han da triqui siguen enfrentando una serie de
dado con la izquierda radical, otras en adversidades, como las condiciones de

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explotación económica, la creciente mi- las relaciones internas y obstaculiza las


gración en condiciones poco favorables, iniciativas que, eventualmente, intentan
la desarticulación política en la región constituirse en un sujeto político colecti-
baja, la participación desigual en la eco- vo, un sujeto que ciertamente desea per-
nomía política regional y el incoheren- manecer apegado a la tradición cultural
te tejido político-administrativo impues- de la diversidad interna que ha caracte-
to desde el exterior. Todo ello entorpece rizado la historia del pueblo triqui.

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CARACTERÍSTICAS DE LA POBLACIÓN EN HOGARES TRIQUIS, MÉXICO 20001


Total % Hombres Mujeres

Población en hogares 29 018 13 793 15 225

Población de 0 a 4 años 4 467 15.4 2 243 2 224

Población de 5 a 14 años 8 992 31.0 4 596 4 396

Población de 15 a 24 años 5 821 20.1 2 619 3 202

Población de 25 a 44 años 6 087 21.0 2 733 3 354

Población de 45 a 64 años 2 544 8.8 1 120 1 424

Población de 65 y más años 940 3.2 400 540

Población de edad no especificada 167 0.6 82 85

Población de 5 años y más hablante de 20 443 9 551 10 892


lengua indígena2
Población de 15 años y más 15 392 6 872 8 520

Sin instrucción escolarizada 5 562 36.1 1 747 3 815

Con algún grado de primaria 5 873 38.2 2 857 3 016

Con posprimaria 3 719 24.2 2 172 1 547

No especificado 238 1.5 96 142


47
Población ocupada 8 449 5 084 3 365

Ocupados en actividades agropecuarias3 4 358 51.6 2 978 1 380

Ocupados sin ingresos4 1 757 20.8 989 768

Viviendas habitadas 5 498

Con agua entubada 3 951 71.9

Con drenaje 1 204 21.9

Con electricidad 4 505 81.9

Notas
1
Se refiere a la población en hogares en donde el jefe, el cónyuge o algún ascendiente declaró ser hablante de lengua
triqui.
2
Incluye hablantes de triqui y de otras lenguas indígenas de 5 años y más.
3
La diferencia entre la población ocupada y la población agropecuaria está distribuida en otras actividades económicas.
4
La diferencia entre la población ocupada y la población sin ingresos está distribuida entre otros rangos de ingresos.

Fuente: Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas / Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo,
“Sistema Nacional de Indicadores sobre la Población Indígena de México”, 2002, con base en XII Censo General de
Población y Vivienda, México, Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, México, 2000.

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Triquis, de Pedro Lewin Fischer y Fausto
Sandoval Cruz, se terminó de imprimir
en diciembre de 2007 en los talleres de
Impresora y Encuadernadora Progreso,
S.A. de C.V., San Lorenzo 244, Col.
Paraje San Juan, Deleg. Iztapalapa,
C.P. 09830, México, D.F. El tiraje fue de
6 000 ejemplares.
Las tareas de digitalización y retoque
de imágenes, composición tipográfica,
diagramación y cuidado de edición
estuvieron a cargo de la Coordinación
Editorial de la CDI.

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Falta mapa

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