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Asirios
Una historia de cinco milenios
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Índice
3 Presentación
Carlos Antaramián, Los asirios de ayer y de hoy
Dossier
i. lengua e historia
11 Sargon George Donabed, Una breve historia del pueblo asirio
91 Arturo Ponce Guadian, Elías de Babilonia o de San Juan (Ilyās ibn al-qissīs ḥannā
al-Mawṣilī) y sus ideas sobre el Nuevo Mundo
iii. El genocidio
105 Anahit Khosroeva, Breve historia del genocidio contra los asirios en el Impero
Otomano: Del sultán Abdul Hamid II a los Jóvenes Turcos (1895-1918)
119 Hannibal Travis, Acerca de clasificar retroactivamente como genocidios
algunos acontecimientos históricos
iv. La Diáspora Asiria
135 Abdulmesih BarAbraham, Los asirios en la república turca y el caso
del monasterio de Mor Gabriel
151 Heitor de Andrade Carvalho Loureiro, La negociación por el asentamiento
de asirios en Brasil en la década de 1930: De la esperanza a la xenofobia
167 Apéndice iconográfico
Notas y diálogos
175 Mauricio Sanders, Manuel Gómez Morín: Libros de Don Quijote
Cajón de sastre
183 jean meyer
Presentación
Todos los lectores de este dossier tendrán presente los nombres de Asiria, Babilonia,
Mesopotamia y de reyes como Asurbanipal o Nabucodonosor, pero es posible que
poco sepan de los grupos modernos que reclaman ser descendientes de ese Impe
rio y de todos los problemas que han enfrentado en la época moderna. Este nú
mero de Istor, con la colaboración de académicos de seis países y especialistas en
arqueología, historia y lingüística aramea, busca dar a conocer el pasado y presen
te del pueblo asirio.
Sargon Donabed, académico de la Universidad Roger Williams, nos dice en
el artículo introductorio que geográficamente los asirios son un pueblo transna
cional nativo del norte de Mesopotamia, originarios de esos poblados próximos a
las ciudades en donde floreció el Imperio Asirio y que se ubican actualmente en
el noreste de Iraq, noroeste de Siria y sureste de Turquía. Son hablantes de asirio,
una forma moderna del arameo mesopotámico y también utilizan el siriaco, el
arameo de Edesa, como lengua eclesiástica. Hoy sus descendientes pertenecen a
alguna de las siguientes comunidades cristianas: la Iglesia Católica Caldea, la
Iglesia Asiria del Este (conocida como nestoriana), la Iglesia Siria Ortodoxa (co
nocida como jacobita) y la Iglesia Católica Siria, además de algunos miembros de
distintas denominaciones protestantes. Desde hace casi dos milenios han sido
estas designaciones eclesiales, más que su etnicidad, lo que los ha identificado
como grupos y ha producido su balcanización.
Los asirios fueron víctimas del genocidio (llamado seyfo, “espada” en arameo)
contra las comunidades cristianas que se llevó a cabo en el Imperio Otomano a
3
Carlos Antaramián
partir de 1915; al término de la Primera Guerra Mundial fue otro de los grupos
a los que las potencias occidentales negaron también la posibilidad de consolidar
un Estado, como le fue negada a kurdos y armenios. En los años siguientes las
comunidades asirias sobrevivientes fueron desplazadas y se asentaron en las in
mediaciones de sus territorios ancestrales; refugiados de Edesa se asentaron en
Alepo, aquellos de las montañas de Hakkâri terminaron en Iraq o en Illinois, los
de Diyarbakır en California. Los asirios crearon entonces una diáspora con nodos
en Líbano y en Sudamérica, en México y en Cuba, actualmente el espectro es
amplísimo y cuenta con comunidades desde Australia hasta Suecia. Aquellos que
se quedaron en Irán e Iraq, en Turquía y Siria, fueron participantes de los diferen
tes movimientos políticos de los Estados en que vivían y en muchas ocasiones
nuevamente víctimas de represión y masacres, como la de Simele en 1933 en Iraq,
o la represión que el gobierno turco practicó en todo el oriente de Anatolia en la
década de 1980, que provocó nuevas oleadas de desplazados asirios que se refu
giaron en Europa occidental.
La anexión que hizo Daesh (autollamado Estado Islámico) del norte de Siria e
Iraq en 2014 provocó que muchas comunidades asirias fueran desplazadas e in
cluso hubo masacres contra grupos yezidíes. Hoy, la invasión que el gobierno
turco de Recep Tayyip Erdoğan realiza en el norte de Siria ha generado temor de
que se repitan los desplazamientos forzados e incluso las masacres contra los asirios,
yezidíes y kurdos por parte del ejército turco. Debemos, pues, temer la desapari
ción —ya sea por expulsión, masacre o migración— de grupos minoritarios como
los asirios en Medio Oriente ya que, nos dice Donabed, es con su otredad como
“crean una representación más vívida y un tejido más denso de la historia, la
cultura, las tradiciones y, sobre todo, el rumbo del Medio Oriente”.
Eckart Frahm, profesor de Asiriología de la Universidad de Yale, nos lleva en su
colaboración para este número de Istor, intitulada “Historia y cultura de la antigua
Asiria”, a un recorrido que comienza a mediados del tercer milenio y que se con
solida en los siglos viii y vii a.C.; época en que Asiria era el imperio más grande
del mundo y cuya historia es casi universalmente conocida a través de reyes como
Nabucodonosor o Sargón, personajes e historias como la de Semiramis o Gilga
mesh, que figuran en muchos textos clásicos y de manera especial en la Biblia.
Desde el siglo xix Asiria ya no sólo fue conocida en fuentes secundarias y
terciarias, pues a partir del desciframiento de la escritura cuneiforme, de la que el
autor es un especialista, se conocen de primera fuente detalles fascinantes sobre la
vida cotidiana de esta sociedad; quejas sobre plagas de polilla en los textiles, cien
4
Los asirios de ayer y de hoy
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Carlos Antaramián
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Los asirios de ayer y de hoy
creía que el apóstol Santo Tomás, evangelizador de los asirios, había llegado tam
bién al Nuevo Mundo y predicado en este continente, al que nunca llama Amé
rica porque conocía las discusiones historiográficas que consideraban a Américo
Vespucio como un usurpador, por haberse “apoderado” de los derechos y privile
gios de Cristóbal Colón. Aun cuando don Elías inició su viaje con la finalidad de
pedir limosna, en su largo viaje resalta su deseo de visitar los centros de riqueza,
es decir, las minas de oro y plata más importantes; al final se convirtió en un co
merciante y prestamista con intereses.
En su colaboración para este dossier la doctora Anahit Khosroeva, historiado
ra de la Academia de Ciencias de la República de Armenia, nos ofrece una breve
historia del genocidio asirio desde el sultán Abdul Hamid hasta los Jóvenes
Turcos. A finales del siglo xix en el Imperio Otomano había alrededor de un
millón de asirios (nestorianos, caldeos y siriacos) que habitaban en las estriba
ciones de las montañas de Hakkâri, al sur del lago Van, pero también en
Diyarbakır, Jarpert y Bitlis. Desde la época del sultán Abdul Hamid se imple
mentó contra los asirios una política de exterminio que llevó a la muerte, en
1895, a casi 30 000 de ellos, en especial en la ciudad de Diyarbakır. Asimismo,
al estallar la Primera Guerra Mundial, el gobierno de los Jóvenes Turcos apro
vechó el manto del conflicto para exterminar a cerca de dos terceras partes de su
población cristiana. Para el caso asirio el inicio del genocidio fue en Tur-Abdin,
en donde unas diez mil personas fueron masacradas; para 1919 alrededor de
250 000 asirios habían muerto. Aun cuando el genocidio contra la población
armenia del Imperio Otomano se conoce cada día mejor y más Estados alrededor
del mundo lo han reconocido, el genocidio contra la población asiria, que se
realizó al mismo tiempo y con la misma finalidad, dista mucho de ser conocido
y reconocido y, al igual que pasa con el genocidio armenio, el gobierno de la
actual Turquía continúa negándolo. Uno de los argumentos para su negación es
considerar que la palabra genocidio fue acuñada en 1943 y la Convención para
la Prevención del Genocidio se creó en 1948, ¿es posible aplicar de manera re
troactiva algunas categorías legales?
Esta es la pregunta detonadora del artículo de Hannibal Travis, investigador
de la Universidad de Florida, quien en su artículo explica como la República de
Turquía, a través de su orwelliano brazo de información, la Sociedad Histórica
Turca, insiste en que los combates de la Primera Guerra Mundial no dieron como
resultado crímenes de guerra y mucho menos un genocidio. Esta postura ha sido
utilizada por distintos gobiernos estadounidenses, ingleses y otros para evitar el
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Carlos Antaramián
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Los asirios de ayer y de hoy
dar a conocer la historia de este grupo de Medio Oriente al que pocas páginas se
le han dedicado en México. Agradezco también a nuestros colaboradores, en es
pecial a Sargon Donabed, cuyas conversaciones y asesoría fueron fundamentales
para contactar a muchos especialistas, así como el apoyo de la Universidad de Yale,
en especial a Miguel Arturo Pérez Cabello. Agradezco también las traducciones
de Mauricio Sanders, así como al equipo editorial de Istor.
9
Dossier
Introducción
En 1853, mientras realizaba excavaciones en la ciudad septentrional de Mosul,
un joven arqueólogo llamado Hormuzd Rassam desenterró unas tabletas de arci
lla que contenían el poema narrativo más antiguo que se conozca: la épica de
Gilgamesh. Con los años, Rassam descubrió cientos de artefactos del mundo
antiguo; muchos de estos objetos pintaban un cuadro mucho más sólido y vibran
te del antiguo Medio Oriente. En aquella fragua se forjaron las más antiguas so
ciedades humanas, y ahí, donde Asiria y su progenie encuentran, de manera
literal y figurada, su origen y algunos todavía hallan su porvenir, surgieron las
tres religiones de Abraham y la transición de cientos de sistemas políticos.
Contexto histórico
Para poder mirar hacia adelante y enfrentar el futuro inminente con esperanza y sin
temor, es preciso recordar el pasado. Si el hado quiso que mi origen yaciera entre de
solación y ruinas, ni ultrajes ni lamentos evitarán que yo admitia el hecho de que aquí
está asentada mi morada. Quisiera escribir en el cielo para que todo el mundo lo vea.
Qusiera escribir también en el corazón de los niños de Ashur, para alcanzar sus corazo
nes, por donde se extiende el alma de Ashur.1
David Barsum Perley
* Universidad Roger Williams, Bristol. Adaptación del artículo “Persistent Perseverance: A Trajectory of
Assyrian History in the Modern Age”, en Paul Rowe (ed.), Routledge Handbook on Minorities in the Middle
East, Londres, Routledge, 2018. El autor dedica el presente trabajo a quienes siguen sufriendo a manos de
gente que los considera de poca importancia. Para la manada de lobos de Profanity Peak.
1
D.B. Perley, A Collection of Writings on Assyrians, Tomas Beth Avdalla (ed.), Nineveh Press, 2016, p. 207.
11
Sargon George Donabed
sobre todo durante los últimos dos mil años se extendieron hacia el norte (por lo
que fue la antigua Asiria y sus alrededores) y alcanzaron al norte del Iraq moder
no, el sureste de Turquía, el noroeste de Irán y el noreste de Siria. Su lengua y su
cultura material constituyen una de las más viejas tradiciones ininterrumpidas
del Asia occidental y el Medio Oriente.
Desde la antigua Arba’ilū hasta Arbela, entre los siglos v y xv de la era cris
tiana, en la provincia eclesiástica de Adiabene se construyó la cultura de los pue
blos de la Mesopotamia superior, que todavía perduran en nuestros días. Mosul,
que en 2014 conoció la expulsión de la totalidad de su población cristiana bajo el
régimen de Daesh, fue la antigua capital de Nínive. Kirkuk, ciudad acremente
disputada, rica en petróleo, que se ubica al norte de Iraq, alguna vez durante el
periodo cristiano fue conocida como Karkā d-Beth Slōkh, la región de Beth Gar
mai ( “casa o lugar de huesos”), y mucho antes, más o menos 2000 años
antes de Cristo, fue la Arrapḫa de la Antigüedad asiria. Ubicada en lo que ahora es
el Kurdistán iraquí, la ciudad de Dohuk alguna vez fue la provincia eclesiástica de
Bēt Nūhadrā, bajo los auspicios de la Iglesia Oriental Asiria. La ciudad de Midyat,
en el sureste de Turquía, era la antigua Matiate, que aún sigue siendo el centro de
la región de Tur-Abdin, nombre que a veces se traduce del asirio-arameo como “la
montaña de los adoradores”, en la región histórica de la cristiandad siriaca (asiria).
Este pueblo habla asirio, llamado entre ellos sūrayt y sūreth, forma moderna
del asirio de Mesopotamia. En el léxico de los eruditos, esta forma de arameo es
mejor conocida como neoarameo o neosiriaco. Como idioma eclesiástico, también
usan el siriaco (el arameo como se habla en Edesa y sus alrededores, que se trans
formó en lengua literaria codificada).2 Los dialectos modernos tal como se hablan
tienen influencia de Acadia, lo cual no resulta sorprendente en tanto que el arameo
y el acadio se usaron al mismo tiempo como idiomas oficiales del Imperio Neoasi
rio (911-605 a.C.).3 Ésta siguió siendo la norma e incluso el arameo era la lengua
de uso en la región, hasta que con el paso de tiempo fue suplantada por el árabe,
tras las invasiones de los musulmanes de Arabia en el siglo vii d.C. Aquellos
asirios que hablaban algún derivado de este idioma hoy se identifican a sí mismos
como sūrōyō o sūrāyā, que se deriva directamente de la palabra neoasiria, que
2
Algunos de los primeros asirios en Estados Unidos llamaban a su idioma “asiriaco”.
3
Para un artículo sobre el idioma asirio, véase Geoffrey Khan, “Remarks on the Historical Background of
the Modern Assyrian Language”, Journal of Assyrian Academic Studies, vol. 21, núm. 1, 2007, pp. 1-6, así
como el Modern Assyrian Language Documentation Project de Cambridge, disponible en: http://www.
research.ames.cam.ac.uk/research-groups/modern-middle-east-rg/public-policy-engagement/maldp.
12
Una breve historia del pueblo asirio
“tenía una variante más breve [Sūrāyu] en el s. vii [d.C.]”.4 Hoy usamos la palabra
“asirios” para nombrar a estos pueblos.
Con la llegada del cristianismo, los asirios de diferentes regiones, con frecuen
cia aislados de la mayor parte de sus hermanos, adaptaron y adoptaron los princi
pios de las nuevas realidades políticas. Por entonces, al mismo tiempo que
declinaba el idioma acadio, comenzó a declinar la religión de la antigua Mesopo
tamia, que reverenciaba a diversos dioses y diosas, desde Nabu (dios del conoci
miento o la sabiduría) hasta Shamash (dios-sol), pasando por Sin (diosa-luna),
Ishtar (diosa del amor y la guerra), Adad (dios-tormenta) y Ashur, que estaba a la
cabeza del panteón. Todavía en los siglos i y ii d.C. se pueden encontrar pruebas
de la continuidad de ambos.
Los habitantes de los reinos de Adiabene, gobernada por Narsai, y Osroene
(con capital en Edesa), gobernada por Abgar V, se convirtieron al cristianismo en
el siglo iii, a través de la obra de Tadeo de Edesa, conocido entre los asirios como
Addai, uno de los setenta y dos discípulos de Jesús. Sin embargo, algunos ya
habían hecho su contribución al mundo cristiano que estaba emergiendo. Tacia
no, renombrado teólogo de la época, fue discípulo de Justino Mártir y creó el
Diatessaron, una versión sinóptica de los Evangelios que sirvió como texto común
para las iglesias de Asiria y sus alrededores durante los tres siglos siguientes.
Con el paso de los años, los cristianos asirios se dividieron en multitud de
sectas. Hoy, muchos se afilian a alguna de entre un puñado de denominaciones
religiosas, varias de las cuales nacieron en los primeros siglos del cristianismo. La
Iglesia Oriental Asiria (conocida peyorativamente como Iglesia Nestoriana y
anatematizada por el Concilio de Éfeso en 431 d.C.) representa la tradición anti
gua del cristianismo asirio. Algunos miembros de la Iglesia Oriental se separaron
en una rama católica, conocida como la Iglesia Católica Caldea de Babilonia que,
si bien entabló conversaciones con Roma desde 1552-1553, fue aceptada en ple
na comunión sólo en 1830. Otra iglesia tradicional es la Iglesia Ortodoxa Siria (o
siriaca, como se ha dado en llamarla más recientemente), a veces denominada
Iglesia Jacobita en honor de Jacobo Baradeo, obispo del siglo vi. De esta Iglesia
Ortodoxa Oriental también se separó una rama católica, la Iglesia Católica Siria
(o, como se llama ahora, siriaca) de Antioquía, que entró en plena comunión con
Roma en 1782. Entre los asirios, también hay numerosas denominaciones pro
4
Simo Parpola, “National and Ethnic Identity in the Neo-Assyrian Empire and Assyrian Identity in Post-
Empire Times”, Journal of Assyrian Academic Studies, vol. XVIII, núm. 2, 2004, pp. 16-17.
13
Sargon George Donabed
14
Una breve historia del pueblo asirio
vuelto a fungir como santuario para los asirios que escapan a la amenaza del ge
nocidio; con todo, también se convirtió en campo de batalla, disputado por kur
dos, árabes y asirios.
Sin misericordia alguna se lucha y se mata, muchos mueren o son deportados,
y pierden hogar y patria, según el precedente sentado a comienzos del siglo xix:
Los asirios de Urmia (hoy conocida como Rezayeh), en el Irán de la actualidad,
designan a este periodo como Raqa raqa o, de manera más llana, “el escape” o “la
huida”; en ese entonces, un éxodo masivo de 30 000 hombres, mujeres y niños de
Urmia, junto con sus hermanos de Hakkâri, atravesaron la región, viajaron más
de 600 km hasta Baqubah, un campo de refugiados a 45 km al noreste de Bagdad.
Los registros calculan que una tercera parte de los exiliados murió en el camino,
debido a las inclemencias del viaje o asesinados por bandidos. En Tur-Abdin, gran
parte de la población huyó a través de la sierra de Isala hasta las planicies de Nu
saybin (la antigua Nisibis), para asentarse en un lugar conocido como Bēṯ Zālin,
que llegó a ser uno de muchos frágiles santuarios.
Al darse cuenta de la gravedad de la situación, a mediados de marzo Mar
Benyamin Shimun XXI, patriarca de la Iglesia Oriental, convocó a un consejo de
guerra, durante el cual él y los jefes tribales acordaron acercarse a los rusos, en
busca de ayuda para romper el asedio que sufrían e impedir la lenta destrucción
de su pueblo. Hubo promesas de apoyo, que alentaron en los asirios el deseo de
vincularse con las fuerzas aliadas, con la esperanza de que los aliados se unieran a
los rusos para pedirles ayuda.5 Mientras ésta llegaba, Benyamin Shimun fue ase
sinado el 3 de marzo de 1919, a manos de Ismail Agha Shikak (Simko), un jefe
kurdo con el cual sostuvo un encuentro al amparo de una tregua para negociar.
En otros lugares, los asirios continuaron con la lucha, encabezados por Raphael
Khan, Agha Petros Elia, Malik Khoshaba y otros. Además de los jefes militares,
hubo aguerridos literatos que lucharon con la pluma, para convertirse en “tapones
de la maquinaria”, al decidir que ya no tenían valor alguno. Ashur S. Yousif
(Yousouf), nacido en el pueblo de Harput, en el Imperio Otomano, fue un filóso
fo que puso en marcha el periódico Murshid Athuriyon (Guía Asiria). Respetado y
prominente profesor en el Colegio Éufrates, Ashur Yousif, quien enseñaba a rmenio
clásico, era alguien a quien los asirios de todas las denominaciones podían con
siderar con reverencia (escritores de Irán e Iraq lo tenían por un icono). En 1915,
Algunos segmentos de la sección anterior fueron tomados de S.G. Donabed, Reforging a Forgotten History,
5
15
Sargon George Donabed
murió en la horca junto con otros intelectuales, a manos de las autoridades turcas.6
La región de Urmia estaba dividida; algunos territorios, gobernados por Qajar,
quedaban en el Irán contemporáneo; ahí, en fecha tan temprana como 1848, unos
misioneros estadounidenses ayudaron a producir Zahrirē d-Bahra (Rayos de Luz),
un periódico asirio. Se publicó de manera ininterrumpida hasta que la imprenta
fue destruida. Por ese tiempo aparecieron muchas publicaciones asirias; quizá la
más independiente de todas era Kokhva (La Estrella) fundada por Qasha Baba
Nwiya-d-Wazirabad (un sacerdote).7
Al desbaratarse el Imperio Otomano y caer la dinastía Qajar, en el Medio
Oriente surgieron nuevas naciones-Estado a la medida, y numerosas comunidades
comenzaron a expresar sus deseos de soberanía y autodeterminación. Con ese fin,
cuatro diferentes grupos de asirios tomaron parte en la Conferencia de Paz de
París de 1919; uno de los grupos era de Irán, otro del Cáucaso, uno más de Iraq
y el último, del Patriarcado jacobita. Los deseos de uno de estos segmentos que
daron plasmados por escrito en un manifiesto formulado como The Claims of the
Assyrians as Presented to the Paris Peace Conference of 1919; ahí se definía al pueblo
asirio, que incluía a nestorianos, caldeos, jacobitas, un elemento maronita, asirios
persas, los asirios de Rusia, y un grupo de asirios musulmanes, entre quienes es
taban los shakkak (shikkak) y los yezidíes.8 Si bien sus deseos no prosperaron, se
abrieron varias líneas de comunicación entre diversas comunidades asirias que
antes habían estado divididas por las fronteras políticas y las creencias religiosas.
En años siguientes, los asirios desplazados trataron de encontrar un nuevo
hogar. En Siria, Qamishli llegó a ser una ciudad próspera. Los refugiados de Urfá
(Edesa) se establecieron en Alepo. Los asirios que huían de Bohtan y Hakkâri, en
Turquía, se fueron para Iraq, Illinois y California. Los de Harput y Diyarbakır
ahora están en California, Massachusetts y Nueva Jersey, a dos horas por carrete
ra de aquellas familias de Urmia con quienes podían entablar relaciones y casar a
las hijas. Otras familias de Siria y Turquía emigraron a Sudamérica. En el contexto
“occidental”, encontraron instituciones étnicas y religiosas que los ayudaron a
preservar su herencia y transmitirla a las futuras generaciones.9 Sin importar la
6
G.D. Sefer, “A Dream of a Long Journey”, s.f., Modern Assyrian Research Archive (mara).
7
La historia de los asirios en Urmia se examina con mayor detalle en Arianne Ishaya, “From Contributions
to Diaspora: Assyrians in the History of Urmia, Iran”, Journal of Assyrian Academic Studies, vol. 16, núm. 1,
2002, pp. 55-76.
8
S.G. Donabed, Reforging a Forgotten History, op. cit., pp. 13-19, 39, 263-264.
9
Para ver en detalle la historia fotográfica de las comunidades en Estados Unidos, véase N. Donabed y S.
Donabed, Assyrians of Eastern Massachusetts, Charleston, Arcadia Publishing, 2006; M. BetGivargis-McDa
16
Una breve historia del pueblo asirio
niel, Assyrians of New Britain, Charleston, Arcadia Publishing, 2007 y V. Shoumanov, Assyrians in Chicago,
Charleston, Arcadia Publishing, 2001.
10
D.B. Perley, A Collection…, op. cit., p. 206.
11
Esto puede verse en los numerosos escritos de Naum Faik y en los de Mor Philexinos Yuhanon Dolabani,
Metropolita Ortodoxo Asirio de Mardín, así como en las carpetas y fotografías hoy resguardas en el Modern
Assyrian Research Archive. Agradezco la ayuda de Tomas Beth Avdalla.
12
Véase Assyrian Orphanage and School Association of America, http://www.schoolassociation.org. Resulta inte
resante que la asociación se transformó, pues ahora sólo cuida de “los niños cristianos ortodoxos sirios del
Medio Oriente”, y hay una escuela completamente orientada hacia la religión, donde alguna vez hubo una
misión para los asirios en su definición más amplia. Versiones preliminares de la organización, antes de que
cayera en el sectarismo, se pueden encontrar en: http://www.schoolassociation.org/gallery/?album=3&gallery=6.
13
Véase S.G. Donabed, Reforging a Forgotten History, op. cit., pp. 37 y 61.
17
Sargon George Donabed
14
J. Gilbert Browne, The Iraq Levies, 1915-1932, Londres, Royal United Service Institution, 1932, p. 6.
15
Ibid., pp. 1-15.
16
Durante largo tiempo los asirios habían ocupado lugares prominentes en los partidos comunistas de Iraq,
Siria, Turquía e Irán.
18
Una breve historia del pueblo asirio
Los soldados se quedaron en la aldea, se quedaron para ver si había por ahí algún hombre y
entonces matarlo. Al atardecer entraron en los lugares [se refiere al fuerte y a las casas donde
mujeres y niños se habían juntado]. Entre las mujeres y niños había cerca de cien varones y
muchachos que, puesto que no tenían armas para defenderse, se habían disfrazado de mujer.
Fueron descubiertos por los soldados y la policía (pues examinaron a todas las mujeres y a
cualquier otra persona que portara vestimenta femenina) y fueron ejecutados. Vi cómo el sar
gento de la policía estrelló contra la pared a los hijos del sacerdote, de cuatro y seis años de edad,
porque, prendidos a su padre, gritaban mientras se lo estaban llevando. Se llevaron afuera a
Qasha Ishmail y lo pusieron con otro sacerdote, Qasha Irsanis [Arsanis], a quien la policía había
encontrado en otra casa. Ambos fueron asesinados un poco abajo del fuerte, frente a la casa que
decían era de Khishaba [Khoshaba]. Les cortaron la barba y les embutieron el pelo en la boca.17
Tras matar a todos los varones, los soldados despojaron a los muertos de sus ropas
y de todos sus objetos de valor, para entonces ir tras las mujeres. Árabes y kurdos
saquearon la aldea. Manosearon y desnudaron a las mujeres que encontraron más
atractivas, y luego las dejaron ir. La esposa de Yako, supuesto líder de los asirios
que había partido para Siria, fue violada en numerosas ocasiones; a ella y a sus dos
hijas les arrancaron la ropa y luego las dejaron ir.
Los hechos se prolongaron a lo largo de un mes, y la muerte de más de tres mil
asirios no pasó totalmente desapercibida. El joven Raphael Lemkin la usó como
catalizador para lanzarse a la escena internacional, confrontando el asunto de la
destrucción física y material, que a fin de cuentas salió a la luz en la Convención
para la Prevención del Genocidio de 1948. Sin embargo, mientras que los acon
“Statement Made by Miryam, Wife of David Jindo, a Corporal in the Iraq Levies, Exhibit D to Supplemen
17
tary Petition, Dated September 24, 1933, from the Mar Shimun, ‘Catholicos’ Patriarch of the Assyrians to
the League of Nations”, League of Nations Official Journal, 14, 1933, p. 1826.
19
Sargon George Donabed
tecimientos parecían suscitar una discreta discusión internacional, los asirios es
taban envueltos en un torbellino interno. La identidad sectaria resurgió con
violencia y las comunidades comenzaron a aplicar contra sí mismos y contra su
identidad asiria los poderes que habían conseguido con gran esfuerzo. Entre el
clero católico caldeo y el de la Iglesia Ortodoxa Siria proliferaron políticas anti
asirias que más tarde afectaron a sus adeptos.
En ese periodo comenzó la balcanización de la identidad o, como se suele decir
en el Medio Oriente, el asirianismo sectario. Al comenzar las masacres de 1933,
las distintas comunidades eclesiales abogaron a favor de identidades separadas.
Aunque no era una distinción étnica en el sentido literal de un periodo de etno
génesis, ésta era palpable; lo era a tal grado que, al finalizar la década de 1950,
todas las iglesias jacobitas comenzaron a despojarse del nombre de asirios, para
sustituirlo con el de sirios. Hay pruebas que sugieren que esto coincidió con el
surgimiento de la Organización Democrática Asiria (ado, por sus siglas en inglés),
un movimiento secular al interior de la Iglesia de rito jacobita establecido en 1957.
La interconexión entre la influencia y la presión externas y el cambio en las
ideas émicas resulta intrincada. A veces, los grupos cambian o modifican su iden
tidad por el deseo de sobrevivir; a veces lo hacen porque, después de años de in
ternalización, han llegado a creer en una nueva forma de identidad. En otras
ocasiones, el cambio se produce sin que haya aceptación consciente de ninguna
clase. Por ejemplo, tras años de turquificación, “los asirios quedaron tan violen
tados y oprimidos que, cuando el expresidente turco Celal Bayar visitó Mardín
en 1956, el pueblo sirio lo saludó con banderas que decían: “Dichoso aquel que
dice, ‘Yo soy turco’”.18
En medio del cambio étnico que se hizo completamente visible en la década
de 1960, en Turquía hubo quien se sumergió en los partidos y en la ideología del
movimiento izquierdista (como también ocurrió en Iraq y en otros lugares), pero
acabaron por ser consumidos por elementos kurdos, muchos de ellos pertenecien
tes al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (pkk), que eran mucho más
abundantes. Miles de asirios escaparon de Turquía debido a la continuada políti
ca de apropiación cultural, que iba desde la anexión de territorios físicos hasta la
aceptación de nombres extranjeros para familias y lugares. Para 1967, habían
emigrado a Suecia, Alemania, Austria, Suiza y otros lugares.
Orhan Miroglu, “Court Battle Puts Spotlight on Turkey’s Assyrians”, Al-Monitor, 19 de marzo de 2013,
18
20
Una breve historia del pueblo asirio
Más al este, los asirios emprendieron un cambio urbano que duplicó su pobla
ción en las ciudades, que pasó de 10 000 a 20 000 entre 1950 y 1970. En parte,
esto se debió al crecimiento normal de la población, pero también fue provocado
por el miedo rural remanente tras el arrasamiento, con pillaje y violaciones, co
metido en 1947 contra docenas de aldeas asirias de la región de Urmia. Ante los
asirios de Irán, educación y vida urbana abrieron oportunidades que éstos capita
lizaron. El 21 de febrero de 1950, se fundó en Irán la Sociedad Cultural de la
Juventud Asiria (sīʿtā saprētā d-ʿlaymē atūrāyē), ligada a personas talentosas, como
el doctor Pera Sarmas, y a la obra de escritores afamados, incluyendo a Freudun
Bet-Abram (Aturaya), fundador del Partido Socialista Asirio, uno los primeros
partidos políticos asirios.19 Esta activa organización sirvió como base para construir
la Alianza Universal Asiria (aua), pavimentando el camino para que fuera cons
tituida el 13 de abril de 1968 en Pau, Francia.
Los asirios siguieron teniendo el reconocimiento del sistema político iraní, si bien
como minoría religiosa, y se les ofreció un lugar entre los Majlis de Irán. En 1959,
el rabino William Ebrahimi fue electo como diputado por cuatro años. En el si
guiente periodo electoral, hubo mayor participación y los asirios, cuya presencia
se mantenía, buscaron cargos de elección popular. Homer Ashiria se mantuvo en
el cargo hasta la revolución islámica de 1979, cuando huyó del país con muchos
otros asirios.
En los años siguientes, las comunidades a lo largo y ancho de Irán padecieron
nuevas presiones gubernamentales, inspiradas en la religión. Se obligó a las escuelas
asirias a cambiar de nombre (práctica normal en el Iraq del partido Ba’ath, y lleva
da a cabo durante largo tiempo en Turquía). Por ejemplo, por estos tiempos la
Escuela Susana, una escuela para niñas, se convirtió en la Escuela Mariam.20 Proce
sos como éstos no salían de lo ordinario y, en medio de una respuesta que oscilaba
entre la indiferencia y el temor silencioso, la política seguía siendo política.
El poder y el alcance de la propaganda fueron ilimitados. Si bien los asirios
estaban conscientes de la necesidad de discursos y enfoques, se esperaba algo de
internalización. En los años siguientes, los periódicos asirios en lengua persa se
convirtieron en una espada de doble filo; por un lado, generaban más lectores y
19
Quizá el carácter determinante de la organización lo haya dado la literatura, pues propagaba ideas y pensa
miento en asirio. Esto queda ilustrado por la fundación de la Biblioteca Nacional Asiria en 1974. Hay nu
merosas anécdotas de los asirios radicados en Iraq y Siria (de los ritos jacobita, caldeo y ortodoxo oriental),
que recuerdan a niños que escondían panfletos y periódicos de Irán, para pasarlos a adultos educados en sus
pueblos natales, en especial en Qamishli, Siria.
20
Eliz Sanasarian, Religious Minorities in Iran, Cambridge, Cambridge University Press, 2000, p. 76.
21
Sargon George Donabed
21
Para literatura sobre el periodo posrevolucionario, véase Marcin Rzepka, “Payām-e āšuriyān, the Assyro-
Chaldean publications in the Persian language in post-revolutionary Iran”, Orientalia Christiana Cracovien-
sia, 2, 2010, pp. 93-99.
22
S.G. Donabed, Reforging a Forgotten History, op. cit., pp. 138-139.
22
Una breve historia del pueblo asirio
En un momento dado, Baba se contaba entre los atletas más famosos del país, jun
to con Edison David y Douglas Aziz.
En la historia general de Iraq, su participación en política resultó notable en
las décadas de 1960 y 1970, con los batallones del comandante Hirmiz Malik
Chikko, o con Ethniel Shlimon, de la aldea de Dūre en la región de Barwari Bala,
el primer mártir de la causa “kurda”, cuyo monumento se yergue en ‘Amēdīyāh,
Iraq. A lo largo de la década de 1980, los asirios participaron en grupos oposito
res al gobierno; el Movimiento Democrático Asirio, fundado en 1979, fue el más
popular entre ellos. Al entrar Iraq en el nuevo milenio, era el partido político
asirio más prominente, pues había ganado mayores espacios de libertad. En estos
continuos vaivenes demográficos, la comunidad en su conjunto navegaba por un
periodo de incertidumbre.
Una explicación básica de los resultados de la Conferencia se encuentra en Zinda Magazine IX, núm. 34, 27
23
de octubre de 2003, en traducción del escritor Fred Aprim, disponible en: http://www.zindamagazine.com/
html/archives/2003/10.27.03/index.php y para una explicación posterior, el Proyecto Democrático Susten
23
Sargon George Donabed
Inspirados por la tragedia de los mártires de Iraq, chiítas y sunitas, árabes, kurdos y
turcomanos, y de todos aquellos que componen el pueblo, y en memoria de aquella
hora oscura de la destrucción de las ciudades santas y del sur, con la rebelión
Sha’abanuyya, devorada por las llamas del dolor de las tumbas colectivas en los pan
tanos Al-Dujalil y otros, y articulando el sufrimiento causado por la opresión racial
de las masacres de Halabcha, Barzán, Anfal y de los kurdos de Fayli, e inspirados
también por los padecimientos de los turcomanos de Basheer […] por la desecación
de sus pozos culturales e intelectuales; así es que, mano en mano, hombro con hom
bro, buscamos construir un nuevo Iraq, el Iraq de un futuro libre del sectarismo, el
racismo, los complejos locales, la discriminación y la exclusión.25
table de Iraq, ChaldoAssyrians: Resolving the Assyrian/Chaldean/Syriac Identity Crisis, núm. 2, julio de 2007,
disponible en: http://www.iraqdemocracyproject.org/issuefocus_chaldo.html
24
M.L. Chyet, “A Preliminary List of Aramaic Loanwords in Kurdish”, Asma Afsaruddin y A.H. Mathias
Zahniser (eds.), Humanism Culture and Language in the Near East, Winona Lake, Eisenbrauns, 1997, pp.
288-289.
25
Tomado del preámbulo de la Constitución de Iraq. Véase http://www.icla.up.ac.za/images/un/use-of-force/
asia-pacific/Iraq/Constitution%20Iraq.pdf
24
Una breve historia del pueblo asirio
26
A. Higgins, “Defending the Faith”, Wall Street Journal: Battle Over a Christian Monastery Tests Turkey’s
Tolerance of Minorities, 7 de marzo de 2009, disponible en: http://www.wsj.com/articles/SB123638477632658147
y O. Miroglu, “Court Battle Puts Spotlight on Turkey’s Assyrians”, Al-Monitor, 19 de marzo de 2013,
disponible en: http://www.al-monitor.com/pulse/culture/2013/03/turkey-assyrians-monastery.html
27
S.W. Walker, “World Briefing”, New York Times Magazine, 22 de diciembre de 2000. Akbulut volvió a
encontrarse en dificultades en abril de 2016, cuando varias iglesias, entre ellas la suya, fue confiscada por el
gobierno turco, además de sufrir daños durante las escaramuzas militares del gobierno insurgente de los
kurdos.
25
Sargon George Donabed
Véase Nick Cumming-Bruce, “isis Committed Genocide Against Yazidis in Syria and Iraq, U.N. Panel
29
26
Una breve historia del pueblo asirio
el artículo “For modern-day Assyrians Their Present is under Attack from isis, as
is Their Past”, publicado en el diario británico The Spectator el 27 de febrero de
2015, Ed West prestó oídos al tuit del historiador Ted Holland, quien observó
lo siguiente: “Lo que hace #ISIS con el pueblo y la cultura de #Asiria se compara
con lo que hicieron los nazis. Nadie puede decir que no lo sabía”.30 Después, en
entrevista para The Guardian, Holland declaró: “Es un crimen contra Asiria,
contra Iraq y contra la humanidad. Si destruyes el pasado, controlas el presente.
Lo sabían los nazis y los Jemeres Rojos y, obviamente, el Estado Islámico también
lo entiende”.31
Aproximadamente seis meses después, el 8 de octubre de 2015, el is hizo
circular un video, supuestamente grabado la víspera de la festividad musulmana
conocida como Fiesta del Sacrificio (īd al-aḍḥā ( ), el cual muestra con
horrible detalle la ejecución a quemarropa de tres asirios. Se trataba del doctor
‘Abdel-Maseeh Aniyah de Tel Jazirah, Ashur Rustam Abraham de Tel Jazirah y
Bassam Issa Michael de Tel Shamiram, tres aldeas de las riberas del río Khabur,
en la región de Al-Hasakah. Mientras los ejecutados caían, otros tres, vestidos con
overol anaranjado, tomaban su lugar. Mientras tanto, el is amenazaba con ejecutar
al resto de los 280 cautivos que tomó en febrero si, en las semanas siguientes, no
se pagaba un rescate de 50 000 a 100 000 dólares por cada rehén.32
Mientras tanto, los supervivientes que no fueron apresados por Daesh, perci
biendo la amenaza, huyeron a países vecinos para escapar de la persecución, con
el fin de esperar ahí el momento oportuno para salir de la región; aquellos que se
quedaron lo hicieron en calidad de refugiados internos en sus países de origen.
Los miembros de la diáspora se encuentran dispersos alrededor del mundo, inclu
yendo por lo menos 100 000 que viven en Estados Unidos de acuerdo con el
censo estadounidense de 2009, si bien esta cantidad seguramente aumentó en los
siete años transcurridos desde entonces. No obstante, en medio del éxodo masivo,
la cultura asiria que, con su idioma propio y sus tradiciones religiosas constituye
un elemento de una historia universal integral, sigue gravemente amenazada.
30
E. West, “For Modern-day Assyrians Their Present is Under Attack from isis, as is Their Past”. American
Spectator, 27 de febrero de 2015.
31
Kareem Shaheen, “Outcry over isis destruction of ancient Assyrian site of Nimrud”, The Guardian, 3 de
junio de 2015, disponible en: https://www.theguardian.com/world/2015/mar/06/isis-destroys-ancient-
assyrian-site-of-nimrud [consultado: 20 de julio de 2017].
32
isis Executes 3 Assyrian Christians in Hasakah, Syria, Heavy, 8 de agosto de 2015, disponible en: http://heavy.
com/news/2015/10/new-isis-islamic-state-news-videos-pictures-executing-christian-execution-executed-
assyrian-assyrians-ngo-ngos-full-uncensored-youtube/ [consultado: 20 de julio de 2017].
27
Sargon George Donabed
20 de marzo de 2015.
Para un examen a fondo de los urfalitas, véase M. Tomass, “Multiple Resource Sharing Groups as Basis for
34
Identity Conflict”, en Ö.A. Cetrez, S. Donabed y A. Makko (eds.), The Assyrian Heritage: Threads of Conti-
nuity and Influence, Studies in Religion & Society 5, vol. I, Uppsala, Acta Universitatis Upsaliensis, 2012,
pp. 243-277.
28
Una breve historia del pueblo asirio
35
Paul Knabenshue, embajador de Estados Unidos en Iraq, se dirige a Wallace Murray, remitiendo la carta
de Cumberland al secretario de Estado, 13 de septiembre de 1933, 890g.4016 Assyrians/110.
36
Mardean Isaac, “The Assyrians of Syria: History and Prospects”, Syria Comment, 20 de diciembre de 2015,
disponible en: http://www.joshualandis.com/blog/the-assyrians-of-syria-history-and-prospets-by-mardean-
isaac/
37
Mardean Isaac, “Under Fire from All Sides: Syria’s Assyrians”, Syria Deeply, 3 de junio de 2016, disponible
en: https://www.newsdeeply.com/syria/community/2016/06/03/under-fire-from-all-sides-syrias-assyrians
29
Sargon George Donabed
Véase https://ninevehplaindefensefund.org donde se encuentra una explicación detallada acerca de sus rela
38
30
Una breve historia del pueblo asirio
za contra un Kurdistán homogéneo, donde no serían más que una minoría reli
giosa, que podría ser denominada como cristianos kurdos o cristianos kurdistanos
(a semejanza de los cristianos turcos, los turcos semitas, los cristianos árabes, etc.),
sin poder ni historia propios.
A lo largo de los últimos dos siglos, la amenaza contra la existencia de la co
munidad asiria se ha generado a partir de por lo menos dos intimidaciones dis
tintas. Las fuerzas externas escogieron como blanco al pueblo, ejerciendo diversas
formas de violencia, en particular la violencia de género, en forma de rapto o
violación de mujeres y niños, llegando hasta cometer ejecuciones, asesinatos y
limpieza étnica. También se vieron envueltos en el intento de atacar la identidad
asiria por medio de actos etnocidas, es decir de genocidio cultural, como la des
trucción de monumentos, predicada y justificada desde el rigorismo religioso, o
alentada por medio de pogromos educativos y políticos. A veces la comunidad
internaliza esta clase de presión externa en un tiempo posterior, que crea un ciclo
continuo de persecución, incluso a costa de sí misma. En un nivel más teórico, en
tanto que son una minoría de múltiples facetas, con frecuencia enfrentan la ame
naza de ser absorbidos por la historia o la narrativa de la generalidad. Esta narra
tivización subordinante es un elemento de la gran amenaza contra la existencia
de la vida que se encuentra en riesgo.39 Algunos asirios mantienen la poderosa
convicción de que la única defensa que les queda contra la violencia, el desplaza
miento y el despojo está en el renacimiento del “guerrero asirio”.
Conclusiones
Este texto pondera la historia moderna de las comunidades asirias, al ilustrar las
razones por las cuales se han convertido en blanco de atrocidades, la clase de poder
y actividad que pueden ejercer y, por último, cuál ha sido la suerte de estas co
munidades. Así, podremos ver cuál es el lugar que corresponde al pluralismo en
el presente y el futuro del Medio Oriente, que peligra a causa de una especie de
monoculturalismo que teme incluso la diversidad interna.
La crisis actual no sólo ha servido como un recordatorio más de la amenaza que
se cernía y se cierne sobre la comunidad asiria, en tanto que constituye una mi
39
Incluso diría que este caso se observa con mayor frecuencia en el mundo no humano. De manera rutinaria
se esconden bajo la alfombra especies de plantas y animales, así como a los individuos y el ambiente en su
totalidad (con excepción de los elementos que son importantes para la humanidad), que entonces se con
vierten en “víctimas” del progreso o simplemente en algo que carece de importancia para un modo de vida
antropocéntrico. Para mayores detalles sobre la narrativización subordinante, véase también S.G. Donabed,
Reforging a Forgotten History, op. cit.
31
Sargon George Donabed
noría étnica, religiosa, cultural y lingüística. Esta comunidad, aun siendo nativa,
tiene un carácter transnacional, que la coloca fuera de las narrativas oficiales y de
las perspectivas mayoritarias del Medio Oriente. En la liza del Medio Oriente
(Asia occidental) circula una noción tácita que considera a las minorías, en este
caso, los asirios, como meros objetos, víctimas de circunstancias que escapan a su
control. A ellos les suceden cosas y rara vez son ellos quienes hacen cosas de valor;
quizá por esta razón, su importancia disminuye. Los asirios, el caso que aquí se
muestra, sirve como advertencia ante tales supuestos.
En el sentido más verdadero, los asirios por sí mismos son una paradoja. Siguen
estando profundamente segregados y balcanizados, y cada organización o jerarquía
religiosa exige una identidad étnica separada, basada únicamente en la afiliación re
ligiosa. Al volver a aparecer criptoasirios en lugares como Diyarbakir, Turquía, y
otros, el diálogo relativo a la inclusión de asirios musulmanes también ha salido a
la superficie.40 Con esto en la mezcla, la comunidad asiria sigue siendo trascendente,
en el pasado y en el presente, con respecto a las fronteras regionales, n acionales,
religiosas, lingüísticas y de otras clases.41 Aunque enfrentan graves dificultades en
el Medio Oriente, siguen produciendo grandes artistas y maestros, atletas y sabios.
Tan sólo de la diáspora han surgido talentos como el del actor F. Murray Abraham,
el director y productor Terrence Malick, el fenómeno del tenis Andre Agassi, y
el escritor y locutor John Batchelor. Con lazos quizá aún más estrechos con el
mundo académico, se encuentra Alexander L. George, quien fue profesor emérito
de ciencia política en la cátedra Graham H. Stuart de la Universidad de Stanford
y miembro de la Fundación MacArthur.
Más de 150 años después de Rassam, mientras otros huían durante la invasión
de Iraq que Estados Unidos encabezó en 2003, el arqueólogo Donny George
Youkhann permaneció en el Museo Nacional de Iraq, para ahuyentar a decididos
ladrones. Si no fuera por él, las miles de reliquias que Rassam rescató de una an
tigua civilización hubieran pasado a formar parte del mercado negro de antigüe
dades. Era un hombre sencillo que, con los momios en contra, llegó a ocupar el
puesto de director general del Museo Nacional de Iraq, director de la Junta Esta
tal de Antigüedades y Patrimonio, y presidente de la Junta Nacional de Antigüe
Véase la página de Facebook de Diyarbakır Süryani Kültür Derneği, donde se describe como Müslüman
40
32
Una breve historia del pueblo asirio
dades y Patrimonio del gobierno de Iraq. Gracias a él, subsisten más evidencias
de un pasado venerable. Hay asirios como él que todavía encarnan, defienden y
renuevan la cultura de Mesopotamia, y así ayudan a reflexionar en lo que fue y lo
que podría volver a ser. Si bien viven amenazados en una región hostil donde
luchan por sobrevivir, crecen y prosperan.
Practican su cultura única, con formas musicales tales como los rawe y los lilya-
ne y realizan el Somikka (una fiesta dedicada a los muertos) y el Akitu/Ha b-Nison, su
celebración del Año Nuevo. En la “patria” y en la diáspora, aún existen escuelas
asirias; si bien algunas han caído bajo el influjo de poderes regionales, brindan
enseñanza sobre diversas materias en asirio moderno, el sūrayt o sūreth. Los artistas
crean obras de poesía, danza, escultura, y florecen en la medida en que la educación
mejora en los ambientes de la diáspora. Otra vez se siente la necesidad imperiosa
de aprender acerca del pasado y de reinventarlo en el futuro previsible.
Con regularidad, los asirios se adentran en las profundidades de su pasado
lejano y distante; a veces para asombrarse de lo que hubo, a veces para lamentar
la destrucción presente del pasado, o para fantasear acerca de una era que se fue.
Otros más plañen por el presente y especulan acerca de la retribución cósmica o
kármica por faltas anteriores. A pesar de la confusión en la zona y al interior de
la comunidad como conjunto, siguen avanzando, sin apegarse a su país natal ni a la
identidad eclesiástica. Así pues, no es posible aglomerar la historia asiria ni
la historia de sus comunidades en una sola zona geográfica o en un periodo en
particular, y tampoco se puede dividir en compartimentos; hay que observarla
como parte de una sola trayectoria, en la cual unos y otros se integran y entretejen,
mientras mantienen vínculos con la región más grande.
Las “minorías” y las comunidades indígenas (igualmente marginadas por los
grupos dominantes), entre las cuales se cuentan los asirios, sirven para probar con
ácido la sociedad y la cultura del Medio Oriente. Más aún, la conservación de su
patrimonio resulta beneficiosa, y es una necesidad para los asirios y para la socie
dad en su conjunto, pues establece límites y contrapesos. “Una minoría es impo
tente mientras no se somete a la mayoría, entonces ya ni siquiera es minoría; sin
embargo, es irresistible cuando interpone la totalidad de su fuerza”.42 Su carácter
diferente nos recuerda que, tan sólo por existir, los asirios son muy importantes
para la región. Al igual que las otras minorías, sirven para revelar verdad y sabi
duría que son formidables por derecho propio, intrínsecamente conectadas con el
42
H.D. Thoreau, Civil Disobedience [1849], Mineola, Dover Publications, 2017, p. 9.
33
Sargon George Donabed
34
Historia y cultura de la antigua Asiria
Eckart Frahm*
Los inicios del reino asirio se remontan a mediados del tercer milenio a.C. Tras
una larga historia de eventos militares, políticos y económicos, Asiria se consoli
dó en los siglos viii y vii a.C. como el Imperio más grande de su época. Entre 615
y 609 a.C. se gestó un colapso dramático que puso fin al Estado asirio; sin embar
go, elementos de la cultura asiria sobrevivieron, sobre todo en el territorio nuclear
de Asiria en la zona media del río Tigris. Las historias sobre Asiria continuaron
circulando en Oriente y Occidente gracias a fuentes secundarias y terciarias, como
la Biblia hebrea y otros textos clásicos. La oportunidad de estudiar Asiria a través
de fuentes primarias se presentó a mediados del siglo xix, cuando se condujeron
excavaciones arqueológicas de las ruinas de ciudades como Asur, Calah y Nínive.
El desciframiento de los textos cuneiformes encontrados en estos sitios permitió
que el mundo asirio se pudiera estudiar una vez más, ahora en sus propios térmi
nos. En estas páginas se ofrece una revisión concisa de la historia y la cultura de
la antigua Asiria, con el foco puesto en su periodo imperial.
* Profesor de Asiriología del Departamento de Lenguas y Civilizaciones del Cercano Oriente, Yale Universi
ty. Traducción de M. Arturo Pérez-Cabello.
35
Eckart Frahm
Un Estado territorial
A pesar de su amplio alcance comercial, durante el antiguo periodo asirio, Asur
no rebasó la escala de ciudad-Estado y, alrededor de 1800 a.C., fue incorporada
brevemente al reino de la Alta Mesopotamia fundado por Shamshi-Adad I. En el
curso del siglo xviii, una serie de disrupciones de gran magnitud alteraron las
condiciones que habían facilitado la latencia y el florecimiento de la antigua Asi
ria; se inició así una “era oscura” y poco documentada. A lo largo de los siguientes
250 años el Estado hurrita de Mittani, con sede al este de Siria, controló de ma
36
Historia y cultura de la antigua Asiria
nera intermitente gran parte del Tigris medio. Asiria emergió de la oscuridad
transformada en un Estado territorial gobernado por monarcas bien establecidos
en una zona triangular demarcada por las ciudades de Asur, Nínive y Arbela al
norte de Iraq.
Durante el siglo xiv a.C., el poder asirio compitió con otros Estados relevantes
en la región, incluidos Babilonia, Mittani, el reino hitita y Egipto. En su calidad
de nueva potencia, Asiria se sintió obligada a adoptar medidas particularmente
agresivas para alcanzar sus objetivos y proteger sus intereses. A través de guerras
brutales, sobre todo contra Mittani y Babilonia, varios reyes asirios lograron ob
tener la posesión de grandes porciones de Mesopotamia y vastos territorios al este
del Éufrates.
No obstante, el belicismo desplegado no impidió que la Asiria del periodo
Medio (ca. 1450-1000 a.C.) también participase pacíficamente en una red econó
mica y cultural que definió la escena internacional de su tiempo. Los reyes asirios
intercambiaron regalos con faraones egipcios, y un sacerdote de Marduk llamado
Marduk-nadin-ahhe, originario de Babilonia, se convirtió en el principal escriba
del rey asirio Ashur-uballit I (ca. 1353-1318 a.C.).
La gran disrupción
Las inscripciones reales asirias casi siempre glosan fracasos políticos imaginarios
o consumados. A mediados del siglo ix a.C., el rey Asurnasirpal (1049-1031 a.C.)
registró una serie de quejas amargas dirigidas a la diosa Ishtar: “Me lamento
frente a tu divinidad. Estoy en un constante estado de ansiedad, [acato] en la os
curidad. Detesto la fanfarria y el sonido de las cuerdas, la ofrenda [real].”
Es posible que la angustia del monarca haya sido causada por una aflicción
física, pero la situación política pudo haber contribuido. Al principio del siglo xii
a.C. una mezcla de factores políticos y ecológicos detonó la transformación del
complejo sistema estatal formado al final de la Edad de Bronce en Asia occidental.
Los llamados “pueblos del mar” atacaron las ciudades de la costa mediterránea.
La presencia de Egipto en el Levante llegó a su fin, y el poderoso Estado hitita en
el centro de Anatolia quedó completamente eliminado. Grupos étnico-tribales
como los filisteos, los hebreos, los árabes y los arameos empezaron a ocupar el
lugar de las viejas potencias.
En un principio, estos acontecimientos no afectaron a Asiria de manera dra
mática. De hecho, el caos en el Levante le permitió a los reyes asirios Tiglat-Pile
ser I (1114-1076 a.C.) y Ashur-bel-kala (1073-1056 a.C.) marchar hacia el
37
Eckart Frahm
La nueva capital
En 864 a.C., el rey Asurnasirpal II (883-859 a.C.) invitó a 69 574 personas, asirios
y dignatarios extranjeros, a un banquete en la ciudad de Calah. De acuerdo con
la “Estela del Banquete” se sirvieron “cien bueyes gordos, mil becerros y borregos
del establo, diez mil pichones, diez mil palomas tortuga, diez mil pescados, diez
mil huevos, diez mil hogazas de pan” y cantidades igualmente masivas de uvas,
cebollas, miel, dátiles, fruta y bebidas alcohólicas. La ocasión para este extraordi
nario festín fue la inauguración del nuevo palacio monumental de Asurnasirpal,
que se convertiría en la nueva residencia de la corte real asiria. Dejar la ciudad de
Asur, el asentamiento del dios del Estado asirio, era una decisión arriesgada para
un rey asirio. Aproximadamente 350 años antes, Tukulti-Ninurta I (ca. 1233-
1197 a.C.) había pagado con su vida cuando intentó crear una nueva capital. El
asesinato fue perpetrado por sus propios hijos. Sin embargo, la mudanza de Asur
nasirpal a Calah fue exitosa. Con el refuerzo de los enormes flujos tributarios
asegurados a través de nuevas conquistas, el monarca transformó la ciudad en un
centro urbano glorioso, donde un enorme grupo de artesanos creó nuevas formas
de arte, incluyendo toros colosales y grabados en piedra con escenas religiosas y
militares que se convertirían en emblemas icónicos de la civilización asiria.
Bajo el reinado de Salmanasar III (858-824 a.C.), hijo y sucesor de Asurnasir
pal, la expansión de Asiria continuó. En el año 836 a.C., las tropas reales avanza
ron hasta Hubushna y Karahüyük (en la moderna Capadocia), uno de los puntos
más lejanos al occidente alcanzado por la armada asiria. Las campañas como ésta
rebasaron las capacidades del Estado asirio y dieron paso a la lenta erosión de la
38
Historia y cultura de la antigua Asiria
autoridad real. Al final del reinado del avejentado Salmanasar los generales y
oficiales civiles empezaron a concentrar más poder y, poco a poco, a lo largo de los
siguientes ochenta años, sus actividades militares y económicas con frecuencia
eclipsaron las de los monarcas asirios, quienes continuaron sirviendo formalmen
te como jefes de Estado. Durante este periodo destaca el ascenso de la poderosa
reina Sammu-ramat, madre de Adad-nirari III (810-783 a.C.), quien dominó la
vida política de Asiria al inicio del reinado de su hijo y se convirtió en el modelo,
celebrado en fuentes griegas, de la legendaria Semiramis.
La gran expansión
En 745 a.C., Tiglat-Pileser III (744-727 a.C.), uno de los más formidables reyes
asirios de todos los tiempos, se hizo con el trono. El nuevo gobernante restringió
el poder de los oficiales influyentes. En el haber de sus conquistas militares se
encuentran Damasco, en 732, y Babilonia en 729. Al término de su reinado se
había logrado expandir en más del doble el territorio directamente controlado por
Asiria. En contraste con sus predecesores, Tiglat-Pileser no se contentó con saquear
a sus enemigos y pedir tributos, sino que prefirió la anexión de las tierras conquis
tadas para convertirlas en provincias asirias e imponer impuestos regulares a sus
habitantes. Las deportaciones masivas diluyeron las identidades de poblaciones
beligerantes y proporcionaron fuerza laboral en otras partes del Estado donde
había mayor necesidad de mano de obra. Al ser una entidad política poderosa, de
enorme tamaño, bien organizada, multiétnica y multilingüe, la Asiria de Tiglat-
Pileser puede describirse como un Imperio; quizá el primero en la historia mundial
que amerita el uso de este término. Los sucesores de Tiglat-Pileser, Salmanasar V
(726-722 a.C.), Sargón II (721-705 AC) y Senaquerib (704-681 a.C.), continua
ron con las políticas de dominación, apabullaron rebeliones y consolidaron la
expansión del Estado asirio, que a mediados del siglo vii a.C. abarcaba 75 provin
cias. Lo que sabemos de la compleja maquinaria del Imperio Asirio proviene de
numerosas inscripciones reales y de más de dos mil epístolas de los archivos esta
tales de Asiria, que en su mayoría fueron escritas durante el reino de Sargón II.
Los autores de esta correspondencia incluyen príncipes, generales, espías, sacer
dotes, físicos, informantes anónimos e individuos con diversos perfiles.
39
Eckart Frahm
corte real asiria del siglo vii a.C. Al sur y al oeste, los límites fronterizos del Im
perio Asirio en el punto máximo de su apogeo están marcados por el desierto y el
Mediterráneo, donde se ubica la ciudad fenicia de Sidón. A diferencia de los feni
cios, los asirios no desarrollaron habilidades marítimas y tampoco se aventuraron
a explorar el desierto, como lo hicieron los árabes alrededor del siglo x a.C., con
ayuda de camellos que con frecuencia eran considerados como “navíos” imagina
rios utilizados para surcar el vasto mar de arena. En consecuencia, los asirios no
lograron establecer control territorial ni provincias en la costa mediterránea ni en
los asentamientos desérticos de la península Arábiga; de hecho, estos factores
geográficos frenaron y limitaron la expansión asiria. No obstante, inscripciones
reales y otros textos en escritura cuneiforme contienen mucha información sobre
el origen de estos pueblos y sus interacciones con Asiria. Por ejemplo, un detalle
inesperado en relación con las confederaciones de tribus árabes en los siglos viii y
vii es que éstas estaban gobernadas con frecuencia por mujeres dignatarias.
Los textos asirios también proporcionan datos sobre dos grupos étnicos que
más tarde dominarían el Mediterráneo y el Medio Oriente durante largos periodos:
griegos y persas. Las tropas de Sargón II pelearon contra piratas jónicos, y un
documento asirio del reino de Asarhaddón menciona a un probable mercenario
griego llamado Antikritos. El territorio de Parsuaš, ubicado cerca de Kermanshah
en lo que hoy es Irán y claramente asociado con los persas, fue atravesado por el
ejército asirio en 843 a.C. y más tarde, en 744 a.C., se convirtió en una provincia
asiria. A mediados del siglo vii, los asirios registraron la presencia de persas en un
área del sureste lejano en la moderna provincia de Fars. El rey persa Kuraš o “Ciro”,
ancestro y homónimo del famoso fundador del Imperio Persa en el siglo vi, se
sometió al monarca asirio Asurbanipal y envió a su hijo, Arukku, como prisione
ro a la corte asiria.
Un rey fantasma
Uno de los hechos más traumáticos en el curso de la historia imperial de Asiria
fue la muerte del rey Sargón II. En el verano del año 705 a.C., cuando rondaba
60 años de edad y tras haber mudado su corte real a una ciudad recientemente
construida, Dur Sharrukin (“la fortaleza de Sargón”), Sargón decidió comandar
su ejército personalmente en una campaña contra Gurdi, gobernante de Ku
lumma, en Anatolia central. El saldo fue desastroso. Las tropas enemigas llega
ron al campamento asirio, mataron a Sargón, y partieron llevándose el cuerpo
del rey muerto.
40
Historia y cultura de la antigua Asiria
Los detalles de esta triste noticia llegaron rápidamente al corazón del territo
rio asirio. En Calah, el día 27 del mes de Du’uzu del año 705, el erudito asirio
Nabû-zuqup-kenu, uno de los más influyentes asesores de la corona asiria y
probablemente el autor de muchas inscripciones reales, copió en la decimosegun
da tableta final el famoso texto épico de Gilgamesh, que concluye con un diálogo
sobre el orden del inframundo entre Gilgamesh y su amigo Enkidu. Los últimos
versos de este texto delinean el miserable destino de aquellos que “mueren en
batalla y cuyos cuerpos son desechados, y cuyos espíritus no tienen quien les
provea ofrendas”. Sin duda, Nabû-zuqup-kenu debió pensar en Sargón al escribir
estas líneas.
Por miedo a que el fantasma de su padre pudiese deambular en la nueva capi
tal de Dur Sharrukin, el sucesor de Sargón, Senaquerib, mudó la corte real a Nínive
y en el cercano poblado de Tarbisu reconstruyó el templo de Nergal, el dios de la
violencia y la muerte. Ansioso por evitar cualquier contaminación espiritual,
Senaquerib nunca mencionó a Sargón en sus propias inscripciones. Aun así, tam
bién estaba destinado a morir violentamente —asesinado por varios de sus hijos.
Asarhaddón, el sucesor de Senaquerib, lidió con el brutal fin de su abuelo y su
padre de manera más abierta. Recurrió a ceremonias de adivinación (extispicium) en
las que se interpretaban mensajes expresados en órganos animales, como hígados
de cordero, para inquirir si la muerte de Sargón se debía a que éste había favore
cido a los dioses de Babilonia sobre los de Asiria, e intentó exorcizar la dolorosa
historia de sus antepasados con registros inscritos en una losa en el santuario más
recóndito del templo de Asur. Ahí se postraba Asarhaddón frente al dios durante
las ceremonias religiosas.
Asimismo, el libro bíblico de Isaías parece mencionar la muerte de Sargón: el
tono de burla de un canto fúnebre sobre un tirano innombrable se refiere muy
probablemente al desafortunado rey asirio. Más tarde, entre los Padres de la Igle
sia, el pasaje de Isaías fue reinterpretado como una alusión a Lucifer y se convirtió
en un importante pilar para la construcción cristiana de la figura del diablo.
41
Eckart Frahm
les continuaron desafiando al rey asirio. Uno de ellos fue Hezekiah de Judá cuya
capital, Jerusalén, fue sitiada por Senaquerib.
El sitio de Jerusalén no fue el primer conflicto militar entre asirios y hebreos.
Algunas décadas antes, Tiglat-Pileser III había reducido el tamaño del reino de
Israel de forma sustancial entre los años 722 y 720. Shalmanasar V y Sargón II
habían conquistado Samaria, la ciudad donde los reyes israelitas habitaban, y así
fue anexado el resto de su Estado. Israel fue dividido en varias provincias y pobla
do con extranjeros, incluyendo babilonios y árabes. Al mismo tiempo, los israe
litas fueron deportados al norte de Siria y a Media en el este; estos hechos
inspiraron la leyenda de las diez tribus perdidas de Israel.
Especialistas de nuestra era han llegado a describir lo sucedido en Jerusalén en
el año 701 como “el primer acontecimiento mundial”, porque además de asirios
y judíos, involucró a egipcios, nubios, fenicios, filisteos, árabes y babilonios. Este
hecho ha sido abordado en la historiografía y bibliografía de asirios, judíos, grie
gos y otros pueblos. La Biblia, en particular, describe con gran detalle el uso del
factor psicológico-militar para someter a la gente de Jerusalén. Dado que el sitio
fue abortado sin dramatismo y que Hezekiah continuó siendo el rey de Judá,
aunque convertido en vasallo de Asiria, el nivel de interés en este momento his
tórico puede parecer un tanto irónico.
Conflicto en Babilonia
Para Senaquerib el conflicto con Judá fue importante, pero no tuvo el peso de los
conflictos con Babilonia. Los asirios siempre tuvieron una relación especial con
sus vecinos del sur; relación comparable con la de romanos y griegos. Los habi
tantes de Babilonia hablaban una lengua semejante y una gran proporción de la
religión, la literatura y el conocimiento asirio eran de origen babilónico.
Conquistada por Tiglat-Pileser III décadas atrás, Babilonia aceptó la hegemo
nía y el control político de Asiria a cambio de algunos privilegios. Durante el
reinado de Senaquerib una serie de rebeliones interrumpió brevemente la domi
nación asiria y arrastró la relación entre los dos reinos a una crisis sin precedentes.
En el año 694 a.C., Asur-nadin-shumi, hijo de Senaquerib y rey de Babilonia
durante seis años, fue capturado por notables babilonios y entregado a los elami
tas para ser ejecutado. Senaquerib tuvo la oportunidad de vengarse en 689 a.C.
cuando su ejército reconquistó Babilonia. Las tropas asirias arrasaron la ciudad y
destrozaron estatuas divinas en los templos, además reencauzaron el Éufrates para
que su corriente se llevase los desechos.
42
Historia y cultura de la antigua Asiria
43
Eckart Frahm
Pileser III y Sargón II y cuyos nombres pueden ser hebreos o árabes. En 1989,
durante la excavación del palacio noroccidental de Asurnasirpal II en Calah, ar
queólogos iraquíes descubrieron las tumbas subterráneas de Yaba y Atalya y en
contraron objetos funerarios de riqueza y calidad comparables a los hallados en la
tumba de Tutankamón en Egipto. Estos descubrimientos dieron pie a nuevas
perspectivas e interrogantes sobre las dinámicas familiares de la realeza asiria.
En general, los reyes asirios tenían sólo una esposa oficial que servía como
reina y cabeza del hogar real, pero tenían acceso a otras mujeres en harenes reales
ubicados en varias ciudades. Los “decretos del palacio” en el periodo asirio medio
estipulaban que, aparte del rey, sólo otras mujeres y eunucos tenían permiso de
entrar en los espacios interiores del harén, y a aquellas mujeres que peleasen entre
sí o blasfemaran se les castigaría cortándoles la garganta.
En contraste, la familia y el hogar promedio de los ciudadanos asiros era pe
queño y estaba compuesto por el esposo, una esposa, sus hijos y posiblemente
algunos esclavos traídos a Asiria como prisioneros de guerra.
44
Historia y cultura de la antigua Asiria
Un rey intelectual
En su mayoría los reyes asirios de los siglos viii y vii a.C. fueron políticos y mili
tares astutos y ambiciosos, interesados en masivos proyectos de construcción y
conquista. Asurbanipal (669-631 a.C.), hijo y sucesor de Asarhaddón, fue un
monarca diferente: más intelectual que guerrero. Incluso en relieves grabados
donde el monarca pelea con leones, se ilustra su inclinación intelectual con un
instrumento de escritura bajo el cinturón.
El interés de Asurbanipal en las artes y las ciencias se remonta a su juventud
cuando aprendió, como se explica en una de sus inscripciones, “el oficio de Adapa
el sabio, el conocimiento secreto de las artes escribanas [y estudió] presagios ce
lestes y terrestres [y] complejas divisiones y multiplicaciones matemáticas [y]
“examinó cuidadosamente inscripciones de antes del Diluvio”. Libbali-sharrat,
esposa de Asurbanipal, compartía las aspiraciones intelectuales de su esposo. Esto
le causó consternación a Sherua-etirat, hermana del rey, quien consideraba que la
curiosidad intelectual de la reina era inapropiada. En la inscripción que describe
la educación de Asurbanipal se dice que también “galopaba en caballos de sangre
pura, montaba sementales y arrojaba lanzas como si fuesen jabalinas”. Sus atribu
tos de cazador se ilustran en una serie de relieves del palacio norte de Nínive,
considerada una de las más hermosas que se hayan producido en Asiria, donde se
45
Eckart Frahm
muestra al rey combatiendo con leones feroces. Estas escenas eran sin duda ficticias.
Tratándose de actividades de guerra, el rey prefería dejarles esas labores a sus
ejércitos mientras él permanecía en su palacio. Se hacía presente sólo cuando un
conflicto concluía y las tropas regresaban. Entonces Asurbanipal torturaba y hu
millaba a los prisioneros de alto rango con actos de violencia coreografiados.
Desde una perspectiva moderna, el mayor logro del reinado de Asurbanipal
fue la creación de una biblioteca masiva en Nínive, la primera de carácter “uni
versal” en la historia del mundo. El rey recolectó cualquier texto en escritura
cuneiforme que tuvo a su alcance, especialmente en Babilonia. La colección de
tabletas incluía mitos y épicas, trabajos historiográficos, composiciones de come
dia y proverbios, así como textos de estudiosos y sabios sobre liturgia, ciencia, y
medicina. Desde que los arqueólogos británicos redescubrieron la biblioteca de
Asurbanipal en 1840, ésta continúa siendo la fuente más importante, utilizada
por historiadores modernos, para reconstruir la tradición literaria, filosófica y
religiosa de la antigua Mesopotamia.
La ambición intelectual de Asurbanipal benefició a muchos escribas e intelec
tuales, pero la competencia era fuerte entre ellos. No fueron pocos los que enfren
taron, en ocasiones, destitución y desempleo, como sucede en el caso de algunos
de los graduados de instituciones de educación superior hoy en día. Cuando
Asurbanipal despidió a su médico y exorcista Urad-Gula, ésta fue su queja: “no
tengo dinero ni para comprar un par de sandalias. No tengo una muda de ropa y
adeudo casi seis minas (3 kg) de plata. La gente me dice: ‘¿Qué harás cuando
llegues a la vejez? ¿Quién te ayudará a cubrir tus gastos?’”
46
Historia y cultura de la antigua Asiria
El fin de un Imperio
Cuando Asurbanipal murió en 631 a.C., nadie hubiera podido predecir que en el
lapso de dos décadas el imperio asirio experimentaría un colapso total. Es cierto
que Egipto se había perdido tiempo atrás y que otros pueblos habían recuperado
su independencia. Pero Urartu y Elam, enemigos tradicionales de Asiria, estaban
muy debilitados y había calma en Babilonia
Hasta cierto punto las causas del colapso continúan siendo un misterio. Fac
tores estructurales como la extensión excesiva del Imperio tuvieron peso, al igual
que hambrunas provocadas por sequías en las zonas sobrepobladas del corazón
territorial asirio. Otro punto vulnerable del Estado asirio fue que los pueblos
sometidos por el Imperio quizá no tuvieron incentivos para defenderlo. El miedo
y los impuestos que la dominación asiria trajo consigo —al menos a aquellos que
se sometieron al yugo asirio— con frecuencia superaban el valor de la paz provis
ta por el orden imperial. Factores personales también contribuyeron. Las idiosin
crasias del reino de Asurbanipal estuvieron seguidas por varios años de conflicto
entre dos de sus hijos y el influyente jefe de los eunucos, quien logró instalarse
como rey durante unos meses exacerbando la crisis de legitimidad de la dinastía
47
Eckart Frahm
48
Historia y cultura de la antigua Asiria
Sherua en los mismos días del mes de Nisannu que había sido sagrado en la era
del Imperio Asirio. Estas viejas prácticas se abandonaron cuando las tropas sasá
nidas conquistaron el corazón del territorio asirio en el año 240. Incluso entonces,
elementos de la civilización asiria sobrevivieron, sobre todo entre los miembros
de la Iglesia Asiria del Este, establecida en los primeros siglos de nuestra era por
cristianos del reino de Adiabene en la región de Arbela.
El legado de Asiria se extendió por otros medios: su estructura política, orga
nización militar y aparato burocrático sirvieron como modelo para el reino neo-
babilónico de Nabopolasar (626-539 a.C.), el imperio persa de Ciro el Grande en
539 a.C. y, de manera indirecta, para muchos otros imperios de Oriente y Occi
dente que siguieron el ejemplo de sus predecesores.
Lecturas comentadas
Frahm, Eckart (ed.), A Companion to Assyria, Hoboken, Wiley Blackwell, 2017. Este
libro incluye referencias a los datos, citas y fechas mencionados en estas páginas y
contiene información de importantes estudios académicos sobre los temas aborda
dos en este ensayo.
Radner, Karen, Ancient Assyria: A Very Short Introduction, Oxford, Oxford University
Press 2015. Este libro ofrece una introducción general breve, bien documentada y
a un precio accesible.
Brereton, Gareth, I am Ashurbanipal, King of the World, King of Assyria, Londres, Thames
& Hudson, 2018. Este catálogo de una reciente exhibición ilustra y documenta el
reinado de Asurbanipal, las bibliotecas patrocinadas por él y el gran arte creado
durante su reinado.
49
La importancia de los nestorianos
en la traducción de textos filosóficos
y su repercusión en las polémicas
cristiano-musulmanas
Un tema rara vez estudiado por la literatura académica dedicada a la historia in
telectual de Medio Oriente es el papel que desempeñaron algunas comunidades
cristianas en la traducción de textos filosóficos y científicos durante la edad de oro
o renacimiento islámico a partir del siglo viii.1 La labor de estos cristianos fue
crucial en el proceso de transmisión y adaptación de varios tratados de diversas
disciplinas como, por ejemplo, la lógica, las matemáticas y la medicina. Es rela
tivamente poco conocida la labor de los cristianos armenios, coptos, melquitas,
jacobitas y nestorianos en este terreno, a pesar de su importancia en la historia
temprana del cristianismo (siglos i-vi). Estas comunidades fueron, casi todas,
fundadas por los discípulos de Cristo, o son divisiones muy tempranas en el pro
ceso de fundación de la Iglesia Católica. Sus jerarcas participaron en los primeros
concilios, en donde se determinó la postura oficial de la Iglesia acerca de la natu
raleza de Cristo. A raíz de las controversias que ahí se suscitaron, varios de sus
integrantes tradujeron y produjeron literatura teológica y filosófica en distintas
lenguas, especialmente en griego, armenio, copto, siriaco y árabe. Más tarde, con
51
Luis Xavier López Farjeat
la expansión musulmana a partir del siglo vii, todas estas iglesias encontrarían la
forma de mantenerse activas en tierras islámicas.
Un estudio lo suficientemente detallado acerca de los orígenes de cada una de
estas comunidades, sus aportaciones filosóficas, sus respectivas teologías dogmáti
cas y su desarrollo e influencia en la cultura cristiana de Medio Oriente, ameritaría
varios volúmenes de largo aliento. Aquí me referiré sólo a una de esas comunida
des, a saber, la nestoriana, enfatizando su importancia en la traducción de tratados
filosóficos del griego a su lengua litúrgica, el siriaco, y del siriaco al árabe. La
tradición filosófica griega, en particular varios escritos de Aristóteles y algunos de
sus comentadores neoplatónicos, proporcionó a los nestorianos y a varias otras
comunidades cristianas el vocabulario y los argumentos sobre los cuales constru
yeron su teología.2 Los nestorianos produjeron teología filosófica relevante y, más
tarde, cuando los territorios en donde se habían instalado fueron islamizados,
convivieron con los musulmanes y contribuyeron a la transmisión de la filosofía
griega a la civilización islámica.
En lo que sigue, reconstruiré, primero, los orígenes del nestorianismo o dio
fisismo. Este último fue el término utilizado para designar la postura nestoriana
sobre la naturaleza de Cristo, a saber, dos naturalezas distintas, diferenciadas y
completas, la divina y la humana, como si en Cristo hubiese dos personas igual
mente distintas, el Padre y el Hijo. El diofisismo fue condenado desde el Concilio
de Éfeso (431) y los nestorianos fueron expulsados del Imperio Romano de Orien
te. A pesar de lo anterior, lograron mantenerse como Iglesia. La mayoría habita
hoy en territorios ubicados entre Siria e Iraq, en Irán y en la India. Actualmente
no suele denominárseles nestorianos; en los territorios islámicos de Medio Orien
te se conocen como los nasranim (nazarenos). También se conocen como la Iglesia
Asiria y, los sectores iraquíes que en 1994 se unieron a la Iglesia Católica, se re
conocen como la Iglesia Caldea. Ha sido una de las comunidades cristianas más
perseguidas de Medio Oriente. Sus persecutores —al igual que la mayoría de los
cristianos romanos— ignoran cuán importantes fueron los nestorianos en la ciu
dad de Bagdad, capital del califato abasí (750-1258), en plena época de esplendor
de la civilización islámica. A ello me referiré después de hablar sobre los orígenes
del nestorianismo. Después apuntaré las aportaciones del traductor nestoriano
más destacado, Ḥunayn ibn Isḥāq (m. 873), con especial atención a su valoración
L.X. López-Farjeat, “La tradición siriaca como intermediaria en la transmisión del pensamiento filosófico
2
griego al entorno islámico: las Categorías de Aristóteles”, Estudios de Asia y África, núm. 54, 2019, pp. 27-56.
52
La importancia de los nestorianos en la traducción de textos filosóficos
social de la filosofía en la Bagdad interreligiosa del siglo ix. Por último, a mane
ra de conclusión, mostraré las particularidades de la cristología nestoriana y cómo
uno de los teólogos más destacados, ‘Ammār al-Baṣrī (m. aprox. 850), polemizó
con los musulmanes. ‘Ammār al-Baṣrī participó activamente en la temprana ar
ticulación de la teología cristiana en árabe. Sirvan estas observaciones para recu
perar el valor intelectual de una comunidad cristiana antigua que hasta la fecha
intenta mantenerse viva a pesar de las adversidades en algunos de los territorios
en donde habitan sus fieles.
L. Ayres, Nicaea and Its Legacy: An Approach to Fourth-Century Trinitarian Theology, Oxford, Oxford Univer
3
53
Luis Xavier López Farjeat
Nestorio, pero también el de otras comunidades cristianas: por una parte, los
monofisitas sostenían que la naturaleza humana había sido absorbida por la divi
na; por otra parte, los miafisitas afirmaban una única naturaleza de Cristo (la unión
de la divina y la humana en una sola) para evitar así el diofisismo.
Los jacobitas4 (actualmente la Iglesia Ortodoxa Siriaca) compartían con los
nestorianos la lengua litúrgica, el siriaco, un dialecto del arameo, aunque se sepa
raron doctrinalmente y optaron por el miafisismo. Otras iglesias no siriacas, como
la armenia y la copta, también tomaron distancia de Calcedonia y por lo tanto se
consideraron, a veces con cierta imprecisión, “monofisitas”.5 Todos estos debates
teológicos se construyeron sobre una base filosófica, puesto que había que precisar
el sentido de los términos —provenientes de tratados filosóficos griegos— utili
zados en las discusiones (sustancia, naturaleza, persona, hipóstasis). Para estos
efectos, se sabe que el vocabulario aristotélico y la metafísica neoplatónica fueron
un apoyo importante en la construcción de las diversas teologías que se derivan
de cada una de estas comunidades. Detrás de estas discusiones se vislumbran dos
formas distintas de hacer teología filosófica, a saber, la de Antioquía y la de Ale
jandría: mientras que los antioquenos preferían la filosofía aristotélica y una
metodología histórico-literal en su exégesis escrituraria, Alejandría optaba por la
metafísica neoplatónica y por la exégesis alegórica.6
Lamentablemente, la controversia entre Nestorio y Cirilo en el Concilio de
Éfeso no es exclusivamente filosófico-teológica, sino que también refleja la rivali
dad política entre los patriarcados de Antioquía, Alejandría y Constantinopla. Es
posible que detrás de los argumentos teológicos tan sofisticados que se formularon
en el marco del Concilio la preocupación primordial haya sido la lucha por la
supremacía del patriarcado.7 En realidad, la postura cristológica de Nestorio era
idéntica a la de otros antioquenos como Diódoro de Tarso (m. 390) y Teodoro de
4
Así denominados porque representaban la postura “monofisita” de Jacobo Baradai, obispo de Edesa, quien
en 544 consagraría al primer patriarca de la Iglesia Ortodoxa Siriaca.
5
X.L. López-Farjeat, “Cristologías de Medio Oriente: armenios, coptos, nestorianos, jacobitas, maronitas y
melquitas”, Istor, 76, 2019, pp. 7-24.
6
D.S. Wallace-Hadrill, Christian Antioch: A Study of Early Christian Thought in the East, Cambridge, Cam
bridge University Press, 1982, pp. 52-66; 96-116. Un clásico en donde pueden conocerse con detalle los
contrastes entre Antioquía y Alejandría es R.V. Sellers, Two Ancient Christologies. A Study in the Christological
Thought of the Schools of Alexandria and Antioch in the Early History of Christian Doctrine, Londres, Society for
Promoting Christian Knowledge, 1940. Véase también Donald Fairbairn, Grace and Christology in the Early
Church, Oxford, Oxford University Press, 2006. Fairbairn pone especial énfasis en la controversia entre
Cirilo y Nestorio.
7
S. Wessel, Cyril of Alexandria and the Nestorian Controversy: The Making of a Saint and of a Heretic, Oxford,
Oxford University Press, 2004, pp. 138-180.
54
La importancia de los nestorianos en la traducción de textos filosóficos
Mopsuestia (m. 428).8 Había salido a relucir a partir de la controversia acerca del
papel de la Virgen María como madre de Dios (Theotokos, en griego: la que dio a
luz a Dios). Nestorio afirmaba que María podía ser madre de Cristo (naturaleza
humana), pero era una equivocación llamarla madre de Dios (naturaleza divina).
De este modo, Nestorio dejaba clara la división de las dos naturalezas: Cristo
hombre tiene una madre, pero a la naturaleza divina de Dios Padre no le corres
ponde tener una madre humana. Cirilo aprovechó entonces para mostrar cuán
equivocado estaba Nestorio: Cristo es completamente humano y completamente
divino y, en consecuencia, María es madre del Padre y el Hijo, que son uno solo.
Existen testimonios escritos de la fuerte rivalidad entre estos dos personajes. Ci
rilo redactó doce anatematismos9 e incluso una serie de cartas tratando de corregir
la postura de Nestorio:
El santo y gran Concilio [Nicea I] declaró que “el Hijo unigénito”, “engendrado” por la na
turaleza “del Padre”, “Dios verdadero de Dios verdadero”, “luz de luz”, a través de quien el
Padre hizo todas las cosas, Él mismo “descendió, se encarnó, se hizo hombre, sufrió, resucitó
al tercer día y ascendió al cielo”. Estas declaraciones y estas doctrinas también debemos seguir
las, tomando nota de que la Palabra de Dios fue “encarnada” y Él “se hizo hombre”. No que
remos decir que la naturaleza de la Palabra se cambió y se hizo carne o, por otro lado, que se
transformó en un hombre completo que consta de alma y cuerpo, sino que afirmamos esto:
que la Palabra se unió sustancialmente a la carne, dotada de vida y razón, de una manera mis
teriosa e inconcebible, y se convirtió en hombre, y fue llamado “Hijo del Hombre” uniéndose
sustancialmente, no sólo a través del favor divino o la buena voluntad, pero tampoco supo
niendo una mera apariencia externa. Aunque las naturalezas se unieron para formar una unidad
real, son diferentes, y a la vez Cristo es uno. Cristo e Hijo proceden del Padre, lo que no im
plica que la diferencia entre las naturalezas se haya abolido a través de su unión, sino que, por
el contrario, la divinidad y la humanidad nos han dado al único Señor, Cristo e Hijo por su
misteriosa e inexpresable unificación.10
8
En 438 Cirilo de Alejandría redactó un tratado titulado Contra Diodorum et Theodorum en donde, en efecto,
acusa a estos dos personajes, Diódoro de Tarso y Teodoro de Mopsuestia de haber confundido a Nestorio.
Por eso, también ellos dos fueron condenados en el Sínodo de Constantinopla en 499. Para mayor informa
ción sobre la biografía y las obras de estos dos teólogos antioquenos, cf. Johannes Quasten, Patrology. Vol III:
The Golden of Greek Patristic Literature. From the Council of Nicaea to the Council of Chalcedon, Maryland, Chris
tian Classics, 1986, pp. 397-423.
9
J. Quasten, Patrology. Vol III: The Golden of Greek Patristic Literature. From the Council of Nicaea to the Council
of Chalcedon, Maryland, The Newman Press, 1986, pp. 126-127.
10
Cirilo de Alejandría, Segunda Carta a Nestorio, en L.R. Wickham (ed. y trad.), Cyril of Alexandria: Selected
Letters, Oxford, Clarendon Press, 1983, pp. 3-11 [par. 3, p. 5-6].
55
Luis Xavier López Farjeat
Como puede constatarse en este pasaje, Cirilo fue firme en su defensa del credo
niceno, aunque se sabe que hubo quienes utilizaron sus argumentos para defender
en realidad el monofisismo.11 No obstante, lo que pretendía era asentar la verdad
oficial del cristianismo: dos naturalezas, la divina y la humana, unidas en una sola
persona, la de Cristo. Tras el Concilio de Éfeso, Nestorio fue confinado, primero
a Antioquía y más tarde al desierto de Libia. Sus seguidores, ya lo decíamos, fue
ron expulsados de los territorios dominados por el Imperio Romano de Oriente.
Los nestorianos, como se verá, huyeron hacia los territorios persas gobernados por
los sasánidas.
posible que en algún momento se haya inclinado hacia el diofisismo o que quizá haya dado lugar a postura
monofisitas. Cf. Hans van Loon, The Dyophysite Christology of Cyril of Alexandria, Leiden, Brill, 2009; parti
cularmente importantes son los capítulos segundo, tercero y quinto.
12
J.M. Zamora, “Damascio y el cierre de la escuela neoplatónica de Atenas”, Revista Española de Filosofía Me-
dieval, 10, 2003, pp. 173-187.
56
La importancia de los nestorianos en la traducción de textos filosóficos
13
H.H. Schöffler, Die Akademie von Gondischapur. Aristoteles auf dem Wege zum Orient, Stuttgart, Verlag Freies
Geistesleben, 1980.
14
Para ahondar en el interés de Cosroes I en la filosofía griega, cf. Pamela Huby, Sten Ebbesen, David Langs
low, Donald Russell, Carlos Steel y Malcolm Wilson (trads.), Priscian: Answers to King Khosroes of Persia,
Londres, Bloomsbury Academic, 2016.
15
A. Hourani, A History of Arab Peoples, Cambridge, The Belknap Press of Harvard University Press, 1991,
pp. 7-97.
57
Luis Xavier López Farjeat
Las traducciones siriacas y persas sirvieron como base para facilitar las traduccio
nes al árabe durante el califato de al-Mansur (de 754 a 775). Más tarde, ya en el
califato de al-Ma’mūn (de 813 a 883), comenzó a haber traducciones del griego
al árabe, sin la mediación del siriaco. En el siglo ix florecerá, en Bagdad, la Casa
de la Sabiduría, el centro más prolífico de traducciones auspiciado por al-Ma’mūn,
en donde colaboraban traductores cristianos nestorianos con pensadores y cientí
ficos musulmanes, entre ellos, el primer filósofo de los árabes, al-Kindī.
En Bagdad se tradujeron obras y fragmentos de varios filósofos, médicos,
matemáticos y astrónomos griegos.16 Se discute hasta qué grado habría sido impor
tante la labor de los traductores cristianos hasta antes de la Casa de la Sabiduría.
Por ejemplo, Dimitri Gutas piensa que, si bien hay traducciones siriacas de Aristó
teles (especialmente de los tratados lógicos) desde el siglo v, la mayor parte son
deficientes y de baja calidad.17 Por lo tanto, no sería preciso sostener que la cultura
griega floreció gracias a los cristianos siriacos, sino que fue necesario esperar a que
los pocos cristianos cualificados encontraran un entorno adecuado para traducir.
Gutas considera que este número reducido de traductores no habría podido cubrir
la demanda de traducciones que había en el entorno cultural islámico.
La postura de Gutas, sin embargo, es debatible. Vagelpohl sostiene, con a cierto,
que las traducciones siriacas que han llegado a nosotros cuentan la historia par
cialmente: la influencia cristiana no es visible sólo a través de las traducciones,
sino que hace falta ir más allá.18 Sabemos que eran los cristianos siriacos (la mayor
parte nestorianos) quienes podían en un principio consultar las fuentes griegas,
interpretarlas y utilizarlas en otra clase de comentarios, debates y textos filosóficos
y teológicos. En otras palabras, además de la influencia proveniente de las traduc
ciones, hay una influencia indirecta —es decir, a través de la literatura filosófica
16
En el caso de Aristóteles, prácticamente todas sus obras fueron traducidas al árabe, aunque existen ciertas
dudas respecto a la Política. Para un estudio más completo a este respecto son imprescindibles dos trabajos
de F.E. Peters, el primero es Aristoteles Arabus, Leiden, E.J. Brill, 1968; el segundo, Aristotle and the Arabs,
Nueva York, Nueva York University Press/University of London Press, 1968. Cf. también Paul Moraux:
Les Listes Anciennes des Ouvrages d’Aristotle, Lovaina, Ediciones Universitarias, 1951; Richard Walzer: “New
Light on the Arabic Translations of Aristotle”, Greek into Arabic, vol. 6, núm. 1, 1962, pp. 91-142, esp. pp.
60-113; Moritz Steinschneider: Die Arabischen Übersetzungen aus dem Griechischen, Beihefte zum Zentralblatt
für Bibliothekswesen, Zeitschrift der Deutschen Morgenländischen Gesellschaft, 1896. Varias de las refe
rencias hechas por estos autores han sido extraídas de Ibn al-Nadim: The Fihrist, Bayard Dodge (trad.),
Nueva York, Columbia University Press, 1998.
17
D. Gutas, Greek Thought, Arabic Culture: The Graeco-Arabic Translation Movement in Baghdad and Early
‘Abbāsid Society (2nd-4th/8th-10th Centuries), Nueva York, Routledge, 1998, p. 137.
18
U. Vagelpohl, Aristotle’s Rhetoric in the East: The Syriac and Arabic Translation and Commentary Tradition,
Leiden, Brill, 2008, pp. 17-18.
58
La importancia de los nestorianos en la traducción de textos filosóficos
y teológica producida por los cristianos y empleada además en las polémicas entre
cristianos y musulmanes—, que no debe perderse de vista. Por otro lado, la in
fluencia del cristianismo siriaco en la civilización islámica ha de plantearse con el
suficiente cuidado y los matices pertinentes para evitar conclusiones imprecisas y
equívocas que le resten importancia y originalidad al desarrollo de la filosofía
entre los musulmanes.
Se pueden reconocer algunos aspectos llamativos en el proceso de transmisión
de Aristóteles del siriaco al árabe en el caso, por ejemplo, de los tratados lógicos,
mismos que fueron los primeros textos de Aristóteles traducidos entre los cristia
nos siriacos. En este proceso de transmisión, junto con la de los nestorianos, es
también importante la labor de los jacobitas y de algunos ortodoxos. Entre los
siglos v y vii cristianos como Proba de Antioquía (m. aprox. 650), Atanasio de
Badi (Patriarca de Antioquía, m. 686) y Jorge de Kufa (jacobita ortodoxo, m. 724)
tradujeron del griego al siriaco las Categorías, Sobre la interpretación, Analíticos
Primeros y Tópicos. Entre los siglos viii y ix destaca, entre varias traducciones, la
del patriarca nestoriano Timoteo I (m. 823) de los Tópicos,19 quien, por cierto,
sostuvo en el siglo viii un diálogo con el califa al-Mahdī, en el que se discutieron
precisamente dogmas como el de la encarnación y la trinidad.20
Ya hacia la segunda mitad del siglo ix, cuando se habían perfeccionado los
métodos de traducción, en algunos casos se integraron a las traducciones fragmen
tos o trabajos enteros de algunos comentadores con tendencias neoplatónicas, por
ejemplo, de Amonio, Temistio y Alejandro de Afrodisia. En este mismo siglo se
ubican los traductores más destacados que, además, ya eran trilingües (conocían
el griego, el siriaco y el árabe) y, por lo tanto, su trabajo con los textos griegos fue
mucho más preciso. Esta clase de traductores evitaba la literalidad y se esmeraba
en capturar el significado de los textos. En algunos casos tradujeron del griego al
árabe y en otros el siriaco siguió como intermediario. Ḥunayn ibn Isḥāq (m. 877),
su hijo Isḥāq ibn Ḥunayn y Thābit ibn Qurra, son figuras esenciales en esta etapa,
por decirlo de alguna forma, de madurez. Aunque esta clase de personajes están
considerados “simples traductores”, su alta cualificación para interpretar los tex
19
B. Laughlin, The Aristotle Adventure: A Guide to the Greek, Arabic, Latin Scholars who Transmitted Aristotle’s
Logic to the Renaissance, Flagstaff, Albert Hale Publishing, 1995, pp. 104-112.
20
S.K. Samir (ed.), The Patriarch and the Caliph: An Eighth-Century Dialogue between Timothy I and al Mahdīi,
W. Nasry (trad.), Utah, Brigham Young University Press, 2018. Algunos de los argumentos de Timoteo
influirán en controversias posteriores como las que sostuvo ‘Ammār al-Baṣrī. Aunque el debate entre Timo
teo y el califa se habría llevado a cabo en árabe, Timoteo contó a un amigo acerca de su contenido en una
carta redactada en siriaco que, más tarde, se traduciría también al árabe.
59
Luis Xavier López Farjeat
21
G. Bergstrasser, Hunain ibn Ishak und seine Schule, Leiden, Brill, 1913; M. Cooperson, “The Purported Au
tobiography of Ḥunayn ibn Isḥāq”, Edebiyāt, núm. 7, 1997, pp. 235-249; Ibn Abū Uṣaybi‘a., ‘Uyūn al-anbā’
fī ṭabaḳāt al-aṭibbā’, N. Riḍā (ed.), Vol. 2, Beirut: Dār Maktabat al Hayāt, 1965, pp. 257-259, y G. Stroh
maier, “Ḥunayn b. Isḥaḳ al-‘Ibādī”, en P. Bearman, T. Bianquis, C.E. Bosworth, E. van Donzel y W. P.
Heinrichs (eds.), Encyclopedia of Islam, Leiden, Brill, 2012.
22
Ḥunayn ibn Ishaq, Ḥunain ibn Ishaq on His Galen Translations, J.C. Lamoreaux (ed. y trad.), Utah, Brigham
University Press, 2016.
23
Ibn al-Nadim, The Fihrist, B. Dodge (trad.), Nueva York, Columbia University Press, 1998, pp. 592-594.
24
Ibid., pp. 594-606.
60
La importancia de los nestorianos en la traducción de textos filosóficos
25
G. Anawati y A.Z. Iskandar, “Ḥunayn ibn Isḥāq”, en Dictionary of Scientific Bibliography (suppl. 1), Nueva
York, 1978, pp. 230-249; B. Laughlin, op. cit., p. 106.
26
C. D’Ancona presenta un concentrado de las traducciones de Ḥunayn basándose en la información provista
por el Fihrist, op. cit.; C. D’Ancona, “ Greek Sources in Arabic and Islamic Philosophy”, en E.N. Zalta (ed.),
The Stanford Encyclopedia of Philosophy, 2017, disponible en: https://plato.stanford.edu/archives/win2017/
entries/arabic-islamic-greek/
27
G. Bergstrasser (ed. y trad.), Ḥunain ibn Isḥāq: Über die Syrischen und Arabishcen Galen-Übersetzungen, Leipzig,
Deutschen Morgenländischen Gesellschaft, 1925 y Neue Materialen zu ḥunain ibn Isḥāq’s Galen-Bibliographie,
Leipzig, Deutschen Morgenländischen Gesellschaft, 1932; G. Strohmaier, op. cit.
28
S. Griffith, “Ḥunayn ibn Isḥāq and the Kitāb ādāb al-Falāsifah: The Pursuit of Wisdom and a Humane
Polity in Early Abbasid Baghdad”, en G.A. Kiraz (ed.), Malphono w-Rabo d-Malphone: Studies in Honor of
Sebastian P. Brock, Piscataway, Gorgias Press, 2008, pp. 135-160, esp. pp. 140-141.
29
D. Urvoy, Les penseurs libres dans l’islam classique, París, Albin Michel, 1996, pp. 66-92.
61
Luis Xavier López Farjeat
(Sentencias de los filósofos).30 Durante el siglo xiii este tratado se tradujo al castella
no por un autor anónimo que lo tituló Libro de los buenos proverbios.31 En ese mismo
siglo se tradujo también al hebreo bajo el título Sefer Musré ha-Filosofim (Libro de
las morales de los filósofos). Se sabía poco del texto árabe hasta que Badawi lo editó
en 1985 con base en el manuscrito que se encuentra en la Real Biblioteca de El
Escorial y el que se encuentra en la Hofund Staatsbibliothek de Múnich. A pesar
de que esta edición tiene algunos inconvenientes porque, al parecer, Badawi modi
ficó los rasgos dialectales del texto,32 es sin embargo una fuente valiosa para re
conocer el valor social que dio Ḥunayn a la filosofía como un recurso idóneo para
motivar el diálogo entre judíos, cristianos y musulmanes, sobre un suelo común:
las enseñanzas de los filósofos.
El tratado reúne una serie de sentencias y aforismos de los filósofos griegos
(Sócrates, Platón, Aristóteles, Diógenes, Pitágoras, Hipócrates, Galeno, Ptolomeo,
etc.); sin embargo, se refiere también al modo en que los judíos, los cristianos y
los musulmanes asimilaron la filosofía griega, como si pretendiera construir una
especie de historia de la filosofía de la que participan también los tres monoteís
mos.33 Para Ḥunayn era relevante establecer una relación cercana entre la tradición
filosófica griega y la tradición intelectual de cada uno de los tres monoteísmos,
puesto que en ésta encontraba una base común a partir de la cual podía discutir
se, desde la razón, el contenido de algunas proposiciones que resultaban contro
vertidas desde el punto de vista religioso. Dicho en otras palabras, los tres
monoteísmos habían asimilado, a su manera, la filosofía de los griegos, con lo cual
discutir los problemas filosóficos desde los tratados filosóficos era, al mismo tiem
po, una manera de discernir, como ya decíamos, lo falso de lo verdadero en la
religión. Ḥunayn estaba dando a la filosofía y a la ciencia un lugar privilegiado
30
A. Badawi, ādāb al-falāsifa, Kuwait, Éditions de l’Institute des Manuscrits Arabes, 1985. Rafael Ramón
Guerrero sostiene que esta obra debería atribuirse al hijo de Ḥunayn, es decir, a Isḥāq ibn Ḥunayn; Cf. “Al-
Hikma al jālida (La sabiduría eterna) de Miskawayh como fuente de la literatura sapiencial”, Memorabilia, 12,
2009-2010, pp. 351-359, esp. pp. 352-353. Mohsen Zakeri ha hecho notar que, aunque Ibn Abī Uṣaybi‘ah
(véase n. 18) afirma que Ḥunayn escribió un tratado con ese nombre, es probable que, en efecto, él se haya
hecho cargo de traducir los fragmentos y materiales en griego y en persa al árabe, pero posiblemente quien
editó los pasajes y le dio forma al tratado fue ‘Alī al-Anṣārī; Cf. Mohsen Zakeri, “ādāb al-Falāsifa: The
Persian Content of an Arabic Collection of Aphorisms”, en Emma Gannagé (ed.), The Greek Strand in Islamic
Political Thought, Beirut, Université Saint Joseph, 2004, pp. 173-190.
31
J.K. Walsh, “Versiones peninsulares del Kitāb ādāb al-falāsifa de Ḥunayn ibn Isḥāq”, al-Andalus, 16, 1951,
pp. 355-384.
32
M. Abumalham, “Alejandro ‘Ḍū l-Qarnayn’ en el Kitāb ādāb al-Falāsifa”, Anaquel de Estudios Árabes, 2,
1991, pp. 75-118.
33
S. Griffith, “Ḥunayn ibn Isḥāq and the Kitāb ādāb al-Falāsifah…”, op. cit., pp. 149-150.
62
La importancia de los nestorianos en la traducción de textos filosóficos
que más tarde sería bien valorado entre los filósofos de la tradición islámica, entre
ellos al-Fārābī (m. 950) e Ibn Sīnā (Avicena, m. 1037) quienes, dicho sea de paso,
se beneficiaron de la labor de los traductores siriacos.
S. Gouguenheim, Aristote au Mont Saint-Michel: les racines grecques de l’Europe chrétienne, París, Seuil, 2008.
34
S. Griffith, “The Unity and Trinity of God: Christian Doctrinal Development in Response to the Challen
35
ge of Islam. A Historical Perspective”, en M. Root y J. Buckley (eds.), Christian Theology and Islam, Oregon,
Cascade Books, 2013, pp. 1-30, esp. p. 21.
63
Luis Xavier López Farjeat
36
S. Griffith, “ ‘Ammār al-Baṣrī’s Kitāb al-Burhān: Christian Kalām in the First Abbasid Century”, en The
Beginnings of Christian Theology in Arabic. Burlington: Ashgate, 2002, pp. 145-181.
37
M. Hayek (ed.), ‘Ammar al-Baṣrī, apologie et controverses, Beirut, Dar el-Machreq, 1977.
38
S. Griffith, “Ḥunayn ibn Isḥāq and the Kitāb ādāb al-Falāsifah…”, op. cit., pp. 147-148.
64
La importancia de los nestorianos en la traducción de textos filosóficos
Cuando ellos [los musulmanes] dicen que los cristianos diferimos entre nosotros, hemos de
responder que, en efecto, diferimos, pero únicamente en lo que respecta al cuerpo [de Cristo].
Algunos creen que es una hipóstasis y otros niegan [este punto de vista]. En lo que respecta al
Creador no hay desacuerdo: se dice que Dios es “uno”, “incomprensible”. El acuerdo [entre los
cristianos] en lo que respecta a la encarnación del Creador, en que hay un solo Dios con tres
hipóstasis, en que es omnipresente e incomprensible, es más fuerte que las diferencias en torno
a la naturaleza de Su cuerpo. [En este último aspecto] hay tal desacuerdo que unos sostienen
39
T.W. Ricks, Early Trinitarian Christian Contributions to Trinitarian Theology: The Development of the Trinity in
an Islamic Milieu, Mineápolis, Fortress Press, 2013, pp. 140-141.
40
Éstos son: 1) la confirmación de la existencia de Dios, 2) las pruebas a favor de la religión verdadera, 3) las
razones para aceptar el cristianismo, 4) la refutación de la acusación de los musulmanes hacia los cristianos
de haber corrompido las escrituras, 5) los argumentos a favor de la trinidad, 6) los argumentos a favor de la
unicidad divina, 7) la encarnación, 8) la crucifixión, 9) el bautismo, 10) la eucaristía, 11) la cruz, 12) acer
ca de los placeres carnales en la otra vida.
41
En este tratado los temas relevantes son la revelación cristiana, los evangelios, la trinidad y, precisamente,
la encarnación.
65
Luis Xavier López Farjeat
que es una hipóstasis (qunūm), otros sostienen que hay dos hipóstasis (qunūmain), pero esto es
menos relevante que su coincidencia en que el Creador se manifestó con un cuerpo y un alma.42
1) Los cristianos coinciden en que la Palabra eterna y el ser humano creado temporalmente
coinciden en un Mesías, en quien se unen dos naturalezas (yawharain). En Cristo las dos natu
ralezas (ṯabā’ain) o dos hipóstasis (qunūmain) están unidas (Respuestas 1-4).
2) La naturaleza humana no afecta a la divina. En la encarnación Dios decide compartir su
naturaleza divina y eterna y, por lo tanto, engendra al Hijo en el vientre de la Virgen, en
donde su unen las dos naturalezas (Respuestas 5 y 10).
3) La naturaleza humana es enteramente humana y, en consecuencia, comparte los mismos
padecimientos de los seres humanos (sufre, come y bebe), pero la naturaleza divina no experi
menta este tipo de padecimientos (Respuestas 6-9).
El argumento que aquí presento se desprende de las diez preguntas que ‘Ammar responde en la sección
43
dedicada a la unión entre lo divino y lo humano en Cristo. La presentación y el análisis de las diez respuestas
puede verse en Mark Beaumont, Christology in Dialogue with Muslims. A Critical Analysis of Christian Presen-
tations of Christ for Muslims from the Ninth and Twentieth Centuries, Oregon, Wipf & Stock Publishers, 2011,
pp. 73-76. En las páginas subsecuentes también puede leerse la respuesta a las preguntas relacionadas con
la corporeidad de Dios y sobre si Dios fue afectado por la encarnación, que se relacionan directamente con la
cuestión de las dos naturalezas.
66
La importancia de los nestorianos en la traducción de textos filosóficos
que interesa resaltar aquí es que tanto las polémicas cristiano-musulmanas como
las propias tensiones internas del cristianismo, obligaron a distintas reformula
ciones de los dogmas —tanto el trinitario como el cristológico— y, además, al
refinamiento del vocabulario filosófico-teológico en siriaco y árabe, algo que en el
caso de ‘Ammar es todavía incipiente. En esta clase de polémicas existe diversidad
de aproximaciones e intentos por encontrar la terminología adecuada para enten
der los dogmas fundamentales del cristianismo. El disenso y el debate son esen
ciales en la construcción de una tradición viva. No es casualidad que, en 1994, el
papa Juan Pablo II y Mar Dinkha IV, el patriarca catholicós de la Iglesia Asiria
de Oriente, asociada históricamente al nestorianismo, hayan firmado una decla
ración cristológica común en donde se lee:
67
Luis Xavier López Farjeat
Cualesquiera que hayan sido nuestras divergencias cristológicas, hoy confesamos unidos
la misma fe en el Hijo de Dios que se hizo hombre para que, mediante su gracia, pudiéramos
llegar a ser hijos de Dios. De ahora en adelante queremos testimoniar juntos esta fe en el úni
co, que es el camino, la verdad y la vida, proclamándola del modo más adecuado a los hombres
de nuestro tiempo, para que el mundo crea en el evangelio de salvación.44
44
Versión española de L’Osservatore Romano, 46 (núm. 1.351), 18 de noviembre de 1994. Publicado en Diálo-
go Ecuménico, 30, núm. 97, 1995, pp. 257-259. Cf. “Camino hacia la unidad plena: Sobre la Declaración
cristológica común entre la Iglesia Católica y la Iglesia Asiria de Oriente”, Diálogo Ecuménico, 30, núm. 97,
1995, pp. 243-255.
68
Los asirios y su lengua
Épocas antigua y moderna
Efrem Yildiz*
Introducción
La lengua arameo-asiria moderna, denominada por sus hablantes suret en dialecto
oriental y surayt en el occidental es la lengua vehicular de los cristianos orientales
de Siria y de los asirios, adscritos a varias ramas eclesiales de Mesopotamia.
La lengua aramea está por desgracia catalogada como lengua muerta, aunque
sigue siendo lengua madre de varios grupos orientales, entre ellos, el más nu
meroso es el “asirio” cuyo dialecto se habla en Iraq, Irán, Siria, Líbano, Turquía
y en la diáspora, en lugares tales como Estados Unidos, Europa, Australia y
América del Sur.
Para utilizar la nomenclatura correcta debemos considerar los aspectos étni
cos y religiosos de sus hablantes; por un lado, desde el punto de vista étnico, es
asirio y, por otro, desde el punto de vista religioso, debemos contemplar varias
confesiones: los mal llamados nestorianos o duofisitas, que en la actualidad llevan
el título de Iglesia asiria de Oriente; los caldeos, unidos desde el siglo xvi a la sede
romana, por lo que constituyen la rama católica asiria, y los siro-antioquenos o
jacobitas (monofisitas y católicos), caracterizados por el uso del arameo-asirio
moderno occidental.
Para clarificar la cuestión, partiré de una clasificación sencilla, que después se
tratará con más detalle para mostrar la compleja división de la lengua aramea, es
tructurada en cinco grandes periodos: antiguo, imperial, medio, tardío y m oderno.1
* Universidad de Salamanca.
1
Para más información véase E. Yildiz, ‘”The Classification of the Aramaic Language”, Journal of Assyrian
Academic Studies, 13, 1999, pp. 15-30; “El desarrollo histórico de la lengua aramea”, Miscelánea de Estudios
Árabes y Hebraicos, 49, 2000, pp. 13-37 y Gramática del arameo moderno, Córdoba, Universidad de Córdoba,
2015 (es la primera gramática publicada en lengua castellana).
69
Efrem Yildiz
Época antigua
Las lenguas, tanto el asirio como el arameo, pertenecen a la familia lingüística
semítica, que a su vez se subdivide en tres ramas lingüísticas principales que se
remontan a un protosemítico común. De modo que tenemos: el semítico noro
riental: acadio del que proceden el asirio (antiguo, medio y neo), y el babilonio,
70
Los asirios y su lengua
semítico oriental:
acadio: asirio, babilonio
semítico occidental:
semítico noroccidental: arameo, cananeo (hebreo, fenicio, moabítico)
semítico suroccidental: árabe, etiópico
71
Efrem Yildiz
semítico oriental:
acadio, eblaítico
semítico occidental:
+semítico occidental central: árabe
semítico noroccidental: urgarítico, cananeo (hebreo, fenicio, moabítico, amonítico,
el-amarna), arameo, deir alla
+semítico suroccidental:
oriental: soqotri; mehri, harsusi, jibbali
occidental: árabe antiguo del sur; semítico etiópico: noretiópico (ge’ez, tigre, ti
grinya); suretiópico (amharic, argobba; harari, gurage oriental [silte, wolane,
ulbarag, inneqor, zway]; gafat, soddo, goggot; muher; gurage occidental; mäsqan;
central [ezha, chaha, gura]; periférico [gyeto, ennemor, endegen])
72
Los asirios y su lengua
73
Efrem Yildiz
Diagrama 1. Arameo
74
Los asirios y su lengua
Las primeras inscripciones arameas se datan entre los siglos x y vii a.C. Du
rante esta época el arameo se presenta como una lengua articulada en distintos
dialectos que adquirieron homogeneidad durante el periodo del arameo imperial,
con frecuencia denominado arameo clásico u oficial. El hecho de que existieran
distintos dialectos conforme a los estados arameos no implica que en sus comien
zos carezcan de una serie de isoglosas compartidas que señalan muchos elementos
comunes a pesar de sus diferencias.
El mal estado de conservación de los textos arameos llegados hasta nosotros,
hace que los expertos en esta materia no sean unánimes en sus análisis e interpre
tación. Las divergencias aparecen ya al datar los textos. Por lo general existen dos
tendencias. La primera, la más restrictiva, limita la lengua aramea a los siglos
x-vii14 y otros como Segert15 amplían el periodo del arameo antiguo hasta la últi
ma época del arameo oficial incluyendo el arameo bíblico.
Tal como indicamos en la primera estructuración de las ramas lingüísticas
semíticas, las inscripciones del arameo antiguo van desde los primeros escritos
hasta los del arameo oficial, la lengua aramea presenta distintos elementos pecu
liares que subrayan el fenómeno dialectal según su ubicación geográfica, es decir,
durante esta primera fase del arameo antiguo, existieron varios dialectos que más
tarde desembocaron en el arameo oficial.16 De este modo se puede decir que exis
te una serie de dialectos atestiguados en las inscripciones adscritas al arameo an
tiguo; estos dialectos arameos adquirieron cierta unificación desde finales del siglo
vii a.C., pero hubo discrepancias entre los expertos a la hora de clasificar los dis
tintos dialectos adscritos al arameo antiguo. Degen, más restrictivo, excluye el
dialecto de Sam’al del arameo antiguo, mientras Segert, junto con Dion,17 sí lo
adscriben al arameo antiguo. El mismo problema se presentó con respecto a los
dos textos de Deir ‘Alla. Los últimos avances en la investigación científica en este
campo demuestran que existen razones obvias para incluir las dos inscripciones
en el grupo del arameo antiguo. Los argumentos primordiales son la existencia
14
R. Degen, Altaramäische Grammatik der Inschriften des 10-8 Jh. v. Chr., Wiesbaden, F. Steiner, 1969.
15
S. Segert, Altaramäische Grammatik, Leipzig, Verlag Enzyklopädie, 1975; E. Martínez, Gramática del arameo
antiguo, Barcelona, Universitat de Barcelona, 1996, p. 9.
16
Con la deportación de los arameos a Asiria bajo el dominio asirio, el arameo no tardó en convertirse en el
principal vehículo de comunicación imponiéndose a la lengua vernácula. E. Yildiz, “The Assyrians a His
torical and Current Reality”, Journal of Assyrian Academic Studies, vol. 13, núm. 1, 1999, pp. 15-30, p. 20;
V. Hug, Altaramäische Grammatik der Texte des 7. und 6. Jahrhunderts v. Chr., Heidelberg, Orientverlag,
1993, p. 20s.
17
P.E. Dion, La langue de Ya’udi. Description et classement de l’ancien parler de Zincirli dans le cadre des langues sé-
mitques de nord-ouest, Waterloo, 1974, p. 323ss.
75
Efrem Yildiz
1. Grupo central
Las inscripciones se ordenan según la fecha de su descubrimiento o publicación:
La estela de Zakkur, descubierta en 1903 en Afis, a 45 km al suroeste de Alepo,
en el territorio del antiguo reino de Hamat, y publicada por Pongon en 1907.19
Las estelas de Sefire (= Sef.) 1-3, pueblo situado a 25 km al sureste de Alepo,
territorio que formaba parte del antiguo reino arameo de Arpad, fueron publica
das en distintas fases.20
Los graffiti de Hamat, descubiertos por la expedición danesa y publicados por
Ingholt.21
La estela de Bar-Hadad,22 descubierta en 1939 en Bredch, a 7 km al norte de
Alepo. Su deteriorado estado de conservación hace difícil su lectura. La identifi
cación propuesta por Albriht,23 atribuye al personaje Bar-Hadad, reconocido en
la inscripción, al Benhadad de Damasco.24 Peuch la data a finales del siglo ix a.C.25
18
J. Hoftijzer y van der Kooij (eds.), The Balaaam Text from Deir ‘Alla Re-evaluated, Leiden 1991, especialmente
P.K. McCarter, The Dialect of the Deir ‘Alla Texts, pp. 87-99 y D. Pradee, The Linguistic Classification of the
Deir ‘Alla Text Written on Plaster, pp. 100-105; E. Lipinski, Studies in Aramaic Inscriptions and Onomastics II,
(Orientalia Louvaniensia Analecta 57), Lovaina, 1994, pp. 168ss; E. Martinez, Gramática…, op. cit., p. 9.
19
H. Pongon, Inscriptions sémitiques de la Syhrie, de la Mésopotamie et de la région de Mossoul, París 1907-1908; cf.
H. Donner y W. Röllig, Kananäische und aramäische Inschriften, I-III, (= KAI) Wiesbaden, 1964-1966, núm.
202; J.C.L. Gibson, Textbook of Syrian Semitic Inscriptions II, (= TSSI) Oxford, 1975, núm. 5. Es una estela
votiva y conmemorativa que se remonta a alrededor de 800 a.C.
20
S. Ronzevalle, “Fragments d’inscriptions araméennes des environs d’Alep”, (= Sef 1) Mélanges de l’Universi-
té Saint-Joseph, 15, 1930-1931, pp. 237-260, del mismo autor “Une inscription araméenne inédite de Sfiré”
(ed. de Sef 3), Bulletin du Musée de Beyrouth, 13, 1956, pp. 123-141; la ed. de Sef 1 y Sef 2 la hizo A. Du
pont-Sommer, Les inscriptions araméennes de Sfire (Stèles I et II), París, 1958 ; cf. H. Donner y W. Röllig, KAI
núms. 222-224; J.C.L. Gibson, TSSI II núm. 7-9 que estudia sólo Sef 1 A y C; Sef 2 C; Sef 3. Con mucha
probabilidad se datan a mediados del siglo viii a.C y son unas estelas que transmiten unos tratados de jura
mento entre el reino de Arpad y otros reinos, principalmente arameos.
21
H. Ingholt, Rapport préliminaire sur sept campagnes de fouilles à Hamat en Syrie (1932-1938), Copenague, 1940,
pp. 115-117, cf. H. Donnery W. Röllig, KAI núms. 203-213; J.C.L. Gibson, TSSI II núm 6. Contienen
títulos de algunos personajes y se datan entre los siglos ix-viii a.C.
22
Cf. H. Donnery W. Röllig, KAI núm. 201; J.C.L. Gibson, TSSI II núm. 1
23
W.F. Albright, “A Votive Stele Erected by Ben-Hadad I of Damascus to the God Melcarth”, Bulletin of the
American Schools of Oriental Research, 37, 1942, pp. 23-29.
24
Cf. Re 1 Re 15, 18.
25
É. Peuch, “La stèle de Bar-Hadad à Melqart et les rois d’Arpad”, Revue Biblique, 99, 1992, pp. 311-334,
aquí p. 332.
76
Los asirios y su lengua
2. Grupo siro-oriental
La expedición alemana encontró en 1931, en Tell Halaf, un pedestal inscrito en
arameo32 que fue publicado en 1940.33 Esta inscripción puede considerarse una de
las más antiguas (comienzos del siglo ix) entre los textos hallados hasta la fecha.
Los últimos estudios demuestran que se trata de un pedestal que formaba parte de
una estatua.34 Con los desórdenes de la Segunda Guerra Mundial el pedestal des
apareció del museo estatal de Berlín. Gracias a unas fotografías antiguas del mismo
se ha podido descifrar el contenido de la inscripción; en los primeros intentos de
revelar el contenido, se pensó que se trataba de la base de un pequeño altar.
Otra inscripción muy próxima a Tell Halaf es la estatua hallada en Tell Fekerye,
en 1979, con una doble inscripción en asirio y en arameo, que con mucha proba
bilidad data de entre los siglos ix y viii a.C.;35 fue publicada en 1982.36 El texto
26
Cf. H. Donnery W. Röllig, KAI núm. 232; J.C.L. Gibson, TSSI II núm. 2.
27
Cf. É. Puech, “L’ivoire inscrit d’Aslan Tash et les rois de Damas”, Revue Biblique, 88, 1981, pp. 544-562.
La interpretación que hace este autor se diferencia de la realizada por Gibson en TSSI II, p. 4s.
28
Cf. I Eph’al y J. Naveh, “Hazael’s Booty Inscriptions”, Israel Exploration Journal, 39, 1989, pp. 192-200;
F. Bron y A. Lemaire, “Les inscriptions araméennes de Hazaël”, Revue d’Assyriologie et d’Archéologie Oriental,
83, 1989, pp. 35-44.
29
N. Avigad, “An Inscribed Bowl from Dan”, Palestine Exploration Quarterly, 100, 1968, pp. 42-44.
30
B. Mazar, “‘ein Gev. Excavations in 1961”, Israel Exploration Journal, 14, 1964, pp. 27-29.
31
Cf. A. Biran y J. Naveh, “An Aramaic Stele Fragment from Tel Dan”, Israel Exploration Journal, 43, 1993,
pp. 81-98; también E. Lipinski, Studies in Aramaic Inscriptions and Onomastics II, pp. 83-101.
32
Cf. H. Donner y W. Röllig, KAI núm. 231; J.C.L. Gibson, TSSI II núm. 10.
33
J. Friedrich, “Die Inschriften von Tell Halaf”, Archiv für Orientforschung (= AFO). Beiheft 6, Berlín, 1940,
p. 69s.
34
Cf. G. Dankwarth y C. Müller, Zur altaramäischen “Altar”-Inschrift von Tell Halaf, en AFO 35 (1988) 73-78;
también E. Lipinski, Studies in Aramaic…, op. cit., pp. 15-18.
35
Ibid., pp. 21-30.
36
A. Abou-Assaf, P. Bordreuil P.y A.R. Millard, La statue de Tell Fekherye et son inscription bilingüe assyro-ara-
méenne, París 1982.
77
Efrem Yildiz
bilingüe presenta una doble inscripción votiva dedicada a Hadad para que con
ceda prosperidad al gobernador-rey Hadadyit’i y a su reino.37
3. Inscripciones de Zincirli
Estos textos adquirieron el nombre del arameo antiguo samaliano por el territorio
en que fueron encontrados, el antiguo reino de Sam’al, al sur de Turquía, en el
límite con Siria. Fueron hallados en la actual Zincirli, descubiertos por la expe
dición alemana entre 1888 y 1902.38 A este grupo del arameo antiguo pertenecen
la inscripción segunda de Kilamu,39 datada de finales del siglo ix a.C, y las dedi
cadas a Hadad40 y Panammu.41
El arameo imperial
Ya hemos mencionado que las masivas deportaciones de arameos propiciaron su
posterior absorción por parte del Imperio Neoasirio y su inclusión en la entidad
superior político-administrativa, lo que llevó a la unificación de los distintos
37
Cf. E. Martínez B., Gramática…, op. cit-, p. 13.
38
F. von Luschan, Ausgrabungen in Sendschirli I-V, Berlín, 1893-1943.
39
Cf. H. Donner y W. Röllig, KAI núm. 25. A pesar de que algunos autores la consideraran fenicia, los ex
pertos más representativos la incluyen en el corpus samaliano. Destaca sobre todo la aportación de A. Du
pont-Sommer, “Une inscription nouvelle du roi Kilamou et le dieu Rekoub-el”, Revue de l’Histoire des
Religions, 133, 1947-1948, pp. 19-33; P.E. Dion, La Langue de Ya’udi, op. cit., p. 16; J. Tropper, Die Ins-
chriften von Zencirli (Abhandlungen zur Literatur Alt-Syrien-Palästinas, Band 6), Múnich, 1993, p. 50.
40
Ibid., KAI núm. 214; J.C.L. Gibson, TSSI II núm.13. Esta estatua, hallada en 1890, con una inscripción
dedicada al dios Hadad, se erigió en la primera mitad del siglo viii a.C. y fue publicada por vez primera por
F. von Luschan y E. Sachau, Ausgrabungen in Sendschirli I, Berlín, 1893.
41
Cf. H. Donner y W. Röllig, KAI núm. 215; J.C.L. Gibson, TSSI II núm. 14. Esta inscripción data de la
segunda mitad del siglo viii a.C. y, aunque se encontró en el cementerio de Tahtale Pinar, los expertos
opinan que provenía de la provincia de Gercin, a unos 7 km de Zincirli.
42
J. Hoftijzer y G. van der Kooij, Aramaic Texts from Deir’Alla, Leiden, 1976.
43
A. Caquot y A. Lemaire, “Les textes araméennes de Deir’Alla“, Syria, 54, 1977, pp. 189-208.
44
M. Weipert, The Balaam Texts from Deir ‘Alla and the Study of the Old Testament, J. Hoftijzer y G. van der
Kooij (eds.), Leiden, 1991, pp. 153-158.
45
E. Lipinski, Studies in Aramaic…, op. cit., pp. 103-170.
78
Los asirios y su lengua
Época moderna
Tras la época antigua vamos a adentrarnos en la época moderna, para escudriñar
con más detalle la evolución y fusión de dos lenguas de una forma natural a lo
46
Es muy probable que el arameo central haya tenido más importancia que cualquier otro dialecto por su
posición geográfica y la importancia de Estados como Damasco y Arpad.
47
Cf. H. Donner y W. Röllig, KAI núm. 216-221; J.C.L. Gibson, TSSI II, núm.15-17; J. Tropper, Die In-
schriften…, op. cit., pp. 132-152
48
Las más extensas son las tres primeras, descubiertas en 1891. La primera y la tercera fueron publicadas por
F. von Luschan, Asugrabungen in sendschirli IV, Berlín, 1911, p. 345s. La segunda fue publicada más tarde
por H. Donner, “Ein Orthostatenfragment des Königs Barrakab von Sama’al”, Mitteilungen des Instituts fü
Orientforschung, 3, 1955, pp. 73-98. Las inscripciones 4-6, unos pequeños fragmentos fueron editados por
M. Lidzbarski, Handbuch der nordsemitischen Epigraphik, Weimar, 1898, reimpreso en Hildesheim, 1962.
Para el resto (7-10) cf. F. von Luschan, Ausgrabungen…, op. cit., V, Berlín, 1943, pp. 73s. y 119-121.
49
C. Clermont-Ganneau, Études d’Archéologie Orientale, 2, 1897, pp. 182-223; cf. H. Donner y W. Röllig, KAI
núm. 225-226; J.C.L. Gibson, TSSI II, núm. 18-19.
50
J. Naveh, The Development of the Aramaic Script, Jerusalén, 1970, p. 17s, las sitúa en el siglo vii a.C.; J.C.L.
Gibson, TSSI II, p. 94 cree que se datan del inicio del siglo vii a.C.; S. Parpola, “Si’gabbar of Nerab Resu
rrected”, Orientalia Lovaniensia Periodica, 16, 1985, pp. 273-275; del mismo autor, “The Correspondence of
Sargon II, Part I: Letters from Assyria and the West”, State Archives of Assyria Bulletin,1, Helsinki, 1987, p.
149, la data en el 710 a.C.
51
Cf. H. Donner y W. Röllig, KAI núm. 233; J.C.L. Gibson, TSSI II, núm. 20.
52
M. Lidzbarski, “ein aramäischer Brief aus der Zeit Asurbanipals”, Zeitschrift für Assyriologie, 31, 1917-1918, pp.
193-202. y posteriormente en Wissenschaftliche Veröffentlichungen der Deutschen Orient-Gesellschaft, 1921, pp. 5-15.
79
Efrem Yildiz
largo de los siglos. Es probable que el territorio asirio fuera el primero donde
convivieron dos idiomas simultáneamente; tal fenómeno ocurrió unos tres siglos
antes de la caída del Imperio Asirio. Como es bien sabido, el Imperio Neoasirio
consistía en un Estado multiétnico que incluía a muchos pueblos y Estados de
diferentes orígenes53 y permaneció como tal hasta el final del Imperio. Dicha so
ciedad multiétnica brinda la oportunidad a muchas minorías étnicas de mantener y
conservar sus identidades en un sistema macro imperial. Tales casos se mencionan
en los documentos legales procedentes de Ashur, Nínive y Dur-Katlimmu, que
datan de las últimas décadas del Imperio y mencionan los nombres de ciudadanos
asirios de diferentes estados, que estaban bajo el poder asirio, pero que, como
sugiere un autor moderno, no tenían conciencia étnica.54 Existen otros casos, que
podrían considerarse una excepción en aquellas áreas inaccesibles dentro de las
fronteras de Asiria, de personas que no estaban completamente bajo el control
asirio. Concretamente, Babilonia tuvo un estatus especial debido a sus peculiari
dades políticas, que le permitieron conservar sus instituciones tradicionales e
infraestructuras administrativas, lo que contribuyó a preservar su identidad étni
ca.55 Además de estos casos, con total certeza, el proceso de asimilación e integra
ción se llevó a cabo durante siglos. Así ocurrió con la política de deportaciones
masivas iniciada por Asurnasirpal II, Salmanasar III, Tiglat-Pileser III y la dinas
tía de Sargón, que cambió por completo el mapa demográfico y lingüístico de
Oriente Medio. Una cantidad muy elevada de personas de todos los confines del
Imperio Asirio fueron expulsadas de sus hogares y se establecieron en otros luga
res, sobre todo en el corazón de Asiria. Tales movimientos de masas se debieron
en su origen a objetivos políticos y económicos, pero después acarrearon grandes
consecuencias sociales, culturales y, en especial, lingüísticas.
Las lenguas asiria y aramea coexistieron debido a la deportación de muchos
grupos arameos, entre otros, al territorio asirio. Muchos cientos de miles de per
53
Para más información, cf. J.N. Postage, “Ancient Assyria. A Multi Racial State” in ARAM I/1 (1989) 1-10;
véase también S. Parpola, “Assyrian Identity in Ancient Times and Today”, disponible en: www.nineveh.
com pp. 1-18; H.D. Baker (ed.) The Prosopography of the Neo-Assyrian Empire, vol. 2/II, Helsinki, 2001.
54
Cf. R. Zadok, “The Ethnolinguistic Composition of Assyria Proper, in the 9th-7th Centuries BC”, en
H. Waetzoldt y H. Hauptmann, Assyrien im Wandel der Zeiten, Heidelberg, 1997, pp. 209-216.
55
S. Parpola, “Assyrian …”, op. cit., p. 3, n. 9: “Babilonia de facto se convirtió en parte de Asiria en 731 a.C.,
cuando Tiglat-Pileser III, siguiendo un patrón ya establecido por Salmanasar III (858-824) y Adad-nerari
III (810-783), invadió el país invitado por el sacerdote de Marduk y asumió el reinado de Babilonia. Pese a
muchas revueltas, la zona pudo permanecer nominalmente independiente hasta el final del Imperio. Algu
nas regiones (Dur-Sharrukku, Lahiru, Der, Ur y Sealand) fueron, sin embargo, anexadas a Asiria como
provincias ya en el siglo viii, y la zona entera fue incorporada al sistema provincial en 656 como muy tarde”;
cf. G. Frame, Babylonia 689-627 BC. A Political History, Leiden, 1992, p. 271.
80
Los asirios y su lengua
81
Efrem Yildiz
59
J.N. Postgate, “The Land of Assur and the Yoke of Assur”, World Archaeology, 23(3), 1992, pp. 247-263;
véase también, O. Pederson, Archives and Libraries in the City of Assur, II, Uppsala, 1986.
60
S.C. Melville, The Role of Naqia/Zakutu in Sargonid Politics, Helsinki, 1999; A. Kamil, “Inscriptions on
Objects from Yaba’s tomb in Nimrud”, en M. Damerji, Gräber assyrischer Königinnen aus Nimrud, Jahrbuch
des Römisch-germansichen Zentralmuseums, 45, Mainz, 1999, pp. 13-18.
61
S. Parpola, “Assyrian Identity…”, op. cit., p. 6.
62
Para más detalles véase, S.A. Kaufman, “Akkadian Influences on Aramaic”, Assyriological Studies, N.S, 19,
Chicago, 1975.
82
Los asirios y su lengua
63
S. Parpola, “The Leftovers of God and King: On the Distribution of Meat at the Assyrian and Achaemenid
Imperial Courts”, en L. Milano y C. Grottanelli (eds.), Scelte alimentari e identità nel mondo antico, Padova, 2002;
M.A. Dandamayev, “Assyrian Traditions during Achaemenid Times”, en S. Parpola y R.M. Whiting (eds.),
Assyria 1995. Proceedings of the 10th Anniversary Symposium of the Neo Assyrian Text Corpus Project, pp. 41-49.
64
R.C. Steiner, “Why the Aramaic Script was called ‘Assyrian’ in Hebrew, Greek and Demotic”, en Orientalia
N.S, 62, 1993, pp. 80-82.
65
En los rollos del Mar Muerto se constata esta realidad (1QM 1, 2.6: [El rollo sobre guerra]; R.C. Steiner,
“Why the Aramaic Script was called…”, op. cit., pp. 80-82.
66
Para más detalles, cf. S. Parpola, “Assyrian Identity…”, op. cit., p. 15; Josephus, Antiquities, 13.6.6: “170
years of the kingdom of the Assyrians, which was after the Seleucos, who was called Nicator, got the do
minion over Syria”.
67
J.B. Segal, Edessa. The Blessed City, Londres, 1970, p. 9s.
83
Efrem Yildiz
68
Para este tema véase especialmente G. Kahn, “Remarks on the Historical Background of the Modern As
syrian Language”, Journal of Assyrian Academic Studies, 21, 2007, pp. 4-6.
69
E. Yildiz, “The Assyrians: A Historical and Current Reality”, Journal of Assyrian Academic Studies, 13, 1999,
pp. 15-30.
84
Los asirios y su lengua
Después del genocidio de 1843-1846, perpetrado por los kurdos, y el del siglo
xx, llevado a cabo tanto por los turcos como por los kurdos,70 muchas comunida
des sirio-caldeo-asirias huyeron al mundo occidental, donde trataron de mantener
sus tradiciones y herencia lingüística con enorme esfuerzo.
Un número considerable de asirios, debido a las continuas persecuciones y
masacres, se vieron obligados a huir o emigrar al mundo occidental. Esta trágica
situación no comenzó a principios del siglo xx, como se afirma regularmente en
la mayoría de las obras relacionadas con el genocidio asirio, sino que, en mi opi
nión, se remonta a mediados del siglo xix cuando la mayor parte de los asirios,
los habitantes del norte de Asiria (desde Tiyari superior e inferior hasta Botan,
Tur-‘Abdin, etc.) fueron masacrados por los kurdos, dirigidos por Nurallah, Su
leymanbeg y Bedrchan. A partir de esta terrible masacre, el pueblo asirio no sólo
fue diezmado sino sometido a continuas persecuciones en su tierra natal. Estas
circunstancias los obligaron a buscar otras regiones para establecerse y vivir con
más seguridad. Debido a esta situación, se crearon muchas comunidades asirias
en la diáspora, especialmente en Estados Unidos, Europa, Australia y América del
Sur. Intentan conservar sus tradiciones, lengua y herencia con gran esfuerzo, en
un mundo inmerso en muchos cambios continuos y sujeto a la corriente de glo
balización predominante. En esta nueva era, las minorías no tienen posibilidades
de sobrevivir. Ahora más que nunca, corren el peligro de desaparecer. Por un lado,
tienen la posibilidad de desafiar a la sociedad, pero desde el otro punto de vista se
encuentran en una situación que podría dañar y quizás destruir todo aquello por
lo que han luchado durante siglos.
85
Efrem Yildiz
cierto modo, fueron abocados al bilingüismo por una cuestión de mera sobrevi
vencia. La principal diferencia entre esta primera situación y la segunda consis
te en el hecho de que las comunidades asirias, en su tierra natal, tuvieron la
oportunidad de mantener su idioma e identidad con más facilidad. Hoy la ma
yoría de ellos son multilingües por necesidad. Cuando un grupo está bajo presión,
mantiene mejor todas esas características que fortalecen los vínculos en diferen
tes niveles y lo distinguen del grupo dominante; por ejemplo, podríamos men
cionar la presión musulmana ejercida sobre los grupos cristianos asirios en Medio
Oriente, pues esta y muchas otras circunstancias constituyeron la principal
fuente de preservación y conservación de sus tradiciones y lengua ancestrales a
lo largo de los siglos. La discriminación y las persecuciones hicieron posible
mantener viva una forma de vida étnica y cultural en su tierra natal y cohesio
naron al pueblo.
Ahora bien, tras el proceso de inmigración, muchos grupos asirios, establecidos
en el mundo occidental, están lingüísticamente en mayor peligro que los que
fueron sometidos en su tierra natal, que fue dividida y repartida entre diferentes
países vecinos por los poderes políticos y militares occidentales de los últimos siglos.
El fenómeno de la migración masiva comenzó, para los asirios contemporáneos,
en el siglo pasado y se dirigieron a los países occidentales. El proceso de llegar,
establecerse, adoptar y asimilar la cultura occidental puede considerarse desde dos
perspectivas diferentes. Es normal que un grupo de personas que emigran deban
enfrentarse a muchos elementos nuevos que les permitan integrarse en una socie
dad que no sólo tiene un idioma diferente sino también distintas costumbres y
mentalidades que serán absorbidas por el inmigrante de manera gradual. Tal es
el caso de los diferentes grupos asirios que se establecieron en Europa, Estados
Unidos, Australia y América del Sur.
La primera generación estuvo involucrada y ocupada sólo en los aspectos que
se caracterizaban esencialmente, por aquellos elementos que podrían ayudarlos a
sobrevivir y vivir en mejores condiciones en su día a día. Después de establecerse
en su nuevo hogar, la segunda generación absorbió tantos elementos sociales oc
cidentales, que podría considerarse como un abandono de los ideales de la prime
ra generación, cuyos objetivos eran obtener mejores condiciones de vida para el
futuro, sin perder sus orígenes nacionales o étnicos, pero se descuidó el tema
principal, que consistía en conservar sus raíces étnicas, lingüísticas y culturales.
Se dice que los componentes de la identidad, los símbolos del grupo que refuerzan
los idiomas más allá de sus existencias instrumentales, podrían crear una asociación
86
Los asirios y su lengua
Revitalización de la lengua
La mayoría de las comunidades de emigración están mucho más preocupadas por
qué harán sus hijos en su futura vida profesional en lugar de concentrarse en cómo
enseñarles su idioma y así transmitirles su legado. Los esfuerzos de revitalización
deben llevarse a cabo; de lo contrario, no hay posibilidad de mantener el principal
instrumento de continuidad, que es la lengua.
En algunas comunidades asirias, hay miembros aislados que son aprendices
consumados, ya sea individuos del grupo étnico relevante que no se criaron con
el idioma ancestral o extranjeros que se han casado con miembros del grupo ét
87
Efrem Yildiz
88
Los asirios y su lengua
Consideraciones finales
Los aspectos lingüísticos descritos en este trabajo muestran la extrema necesidad
de sentar las bases para la implementación de la lengua asiria en diferentes centros
educativos. Mucho más importante es la insistencia en aquellos aspectos que
preservan la lengua asiria en la diáspora. Estas medidas deben iniciarse y cultivar
se primero en la familia, luego en la comunidad y después en las escuelas y en las
universidades. Este proceso crearía una red que podría abarcar no sólo el tema
lingüístico, sino que también ayudaría a mantener el patrimonio cultural e his
tórico como un grupo étnico diferenciado y de acuerdo con su idiosincrasia. Esto
les permitiría revelar quiénes son, cuál es su realidad y cómo pueden desarrollar
se como personas en su tierra natal y en la diáspora.
Lo que sabemos sobre ellos podría considerarse como resultado de trabajos
serios y documentados, aunque la mayoría de las investigaciones han sido reali
zadas por académicos occidentales. Se necesita con urgencia la creación de peque
ños grupos asirios en diferentes campos, así como un comité de académicos bien
preparados.
Vivir en la diáspora y cultivar esos aspectos indispensables que caracterizan,
en este caso, al pueblo asirio, requieren, como primer y principal paso, la mejora
de la lengua asiria entre los miembros de la comunidad. Iniciativas adicionales
como campamentos de verano o cursos de idiomas en algunos monasterios y
cursos en línea deben ser apoyados con medios económicos. Se debe crear un
fondo común para tales fines.
El proceso bilingüe aplicado a los miembros de la comunidad asiria es un tema
importante y los miembros responsables deben insistir continuamente en ello y
proporcionar a las personas las herramientas necesarias que les ayuden a cultivar
su idioma de manera eficiente.
Los puntos mencionados a lo largo de estas páginas subrayan precisamente
aquellos aspectos que podrían ser útiles para el mantenimiento de su idioma en
un entorno que ofrece muchas posibilidades para cultivar su patrimonio. Vivir en
la diáspora y preservar el idioma supone un doble esfuerzo, pero no es imposible
si existen una voluntad y una perspectiva de convertirse en un pueblo, cuyo ob
jetivo final es recuperar su autonomía en su país de origen.
89
Elías de Babilonia o de San Juan
(Ilyās ibn al-qissīs ḥannā al-Mawṣilī)
y sus ideas sobre el Nuevo Mundo
Introducción
En la breve presentación a la edición del viaje de Ilyās ibn al-qissīs Ḥannā al-
Mawṣilī, el sacerdote jesuita Antoine Rabbāth (Rabbāṭ) resumió la importancia
del largo itinerario en las Indias Occidentales, y destacó además el empleo que el
viajero caldeo había hecho de textos históricos, en su mayoría españoles, y su
traducción al árabe para la redacción de la Historia de la conquista de América, que
dejó manuscrita.1 Rabbāṭ escribió:
Libro de los viajes del cura Elías hijo del clérigo ḥannā al-Mawṣilī de la familia de la casa
caldea ‘Ammūn, en el que se informa sobre la tierra de la India Occidental (al-Hind al-Magrib)
y la razón de la conquista de esa tierra por los españoles, así como lo que vio el autor con sus
ojos durante los doce años que permaneció en el reino de Nueva España (Yeni Dünya)2 y en la
tierra de Perú. El autor también extrajo de los libros históricos de maestros confiables algunas
noticias y las tradujo del español a la lengua árabe, organizando y ordenando el material en
una historia, el año de Cristo de 1680 en la ciudad de Lima en Perú.3
91
Arturo Ponce Guadian
El objetivo de este artículo es presentar algunas de las ideas sobre el Nuevo Mun
do expuestas por Elías de Babilonia o de San Juan en su relato de viaje, con la fi
nalidad de enmarcar esas opiniones en el contexto particular de su conversión
religiosa al catolicismo y las implicaciones de ese acontecimiento en la conforma
ción de su visión de América y su población nativa.
En este sentido, el artículo intenta aclarar algunas aseveraciones de estudiosos
que lamentaron el hecho de que las opiniones del viajero babilonio no reflejaran
una visión sobre América y los indios americanos más distintiva o personal, pues
to que él provenía de Medio Oriente.4
La santa Iglesia (al-kanīsa al-muqaddisa) —esposa del Señor, Cristo, quien después de su as
censo glorioso estableció a San Pedro, la Roca, como su cabeza y su administrador, así como
después de él a sus sucesores— no ha dejado de difundirse y expandirse al grado de que no hay
un lugar o región (iqlīm) en los cuatro lados del mundo habitado (maskūna) en los que no se
haya predicado el evangelio (al-Inŷīl) y la verdadera y correcta fe entre las diferentes comuni
dades y las diversas lenguas.5
4
N. Matar, Turks, Moors…, op. cit., p. 90.
5
A. Rabbāt al-Yasū‘ī, op. cit., p. 2.
6
A pesar de que Elías se convirtió al catolicismo, no faltaron en Europa algunos religiosos que pusieron en
duda la sinceridad de su conversión, como el sacerdote Richard Simon que había conocido a Elías cuando
éste estuvo en París en 1670. El sacerdote francés escribió en una carta: “Me he enterado de que los señores
Arnauld y Nicole han asistido esta mañana a la misa que Elías, padre caldeo, ha celebrado en su lengua en
la iglesia de Chartreux, pero quizá ellos no saben que algunos señores de Charenton han estado ahí presentes
y que han tenido curiosidad de escuchar las cuestiones que vuestros buenos amigos han propuesto a este
padre caldeo, que es de la dependencia del patriarca nestoriano de Babilonia. Será bueno que usted les diga, sin
mencionarme, que Elías ha sido siempre nestoriano en el fondo del corazón, aunque él quiere aparentar estar sujeto a la
doctrina de la Iglesia Romana. Él ha pasado por Roma, en donde permaneció algún tiempo. Se le ha dado
permiso de celebrar la misa en caldeo o siriaco, con la condición de que se sirviera del Misal caldeo, impreso
en Roma para el uso de los maronitas, pero él tiene otro misal manuscrito que yo he visto y que es una es
92
Elías de Babilonia o de San Juan (Ilyās ibn al-qissīs ḥannā al-Mawṣilī)
Cuando las mencionadas comunidades se separan del seno de la santa Iglesia, Cristo Señor quiso
que otros pueblos de diferentes géneros y naturalezas la remplazaran, con lenguas y expresiones
diferentes, que habitan en estepas y montañas llevando una vida salvaje sin diferencia entre
ellos y las bestias, atormentados y condenados por el extravío de Satán. Algunos pueblos de ellos
adoran a las piedras, otras comunidades adoran a los animales y otras a los árboles. Otros o frecen
sacrificios de ellos mismos al maldito Satán. Estos pueblos habitan en el cuarto continente que
estuvo oculto a las miradas y velado a los pensamientos, que incluso el gran santo, maestro de la
santa Iglesia, San Agustín, pensaba que este continente no estaba habitado por seres humanos.8
pecie de eucologio, porque no sólo contiene las misas o liturgias siriacas, sino también muchas otras oracio
nes y ceremonias según el rito de los nestorianos” (la traducción y el subrayado son míos); R. Simon, Lettres
choisies, Ámsterdam, Pierre Mortier, 1730, v. 3, pp. 18-19.
7
A. Rabbāt al-Yasū‘ī, op. cit., p. 2.
8
Idem., Véase, San Agustín, La ciudad de Dios, libro XVI, parte IX, México, Porrúa, 2011, p. 439. José de
Acosta, Historia natural y moral de las Indias, Madrid, Promo Libro, 2003, p. 77, fue una de las fuentes his
tóricas de Elías. Acosta incluyó en su Historia natural y moral de la Indias un capítulo sobre las ideas de San
Agustín que negaban la posibilidad de la existencia de un cuarto continente habitado, y señala que “Estu
vieron tan lejos los antiguos de pensar que hubiese gentes en este Nuevo Mundo, que muchos de ellos no
quisieron creer que había tierra de esta parte” (Acosta, op. cit., p. 57). Sin embargo, Francisco López de
Gómara, Historia general de las Indias, Madrid, Espasa Calpe, 1922, vol. 1, p. 14, mencionó que Averroes,
Avicena y Alberto Magno, entre otros, afirmaron la posibilidad de que la tierra de la zona tórrida estuviera
poblada. Además, Bartolomé de las Casas ya había destacado que Ptolomeo, Avicena, Averroes y Alberto
Magno habían dicho que la zona tórrida, así como la cuarta de la tierra, era no sólo habitable, sino que su
habitación era “delectabilísima” (B. de las Casas, Historia de las Indias, vols. 1 y 2, México, Fondo de Cultu
ra Económica, 1995, vol. 1, pp. 39-41).
93
Arturo Ponce Guadian
9
A. Rabbāṭ, op. cit., p. 3, el subrayado es mío.
10
Ibid., pp. 76-83. Resumen en inglés en C.E. Farah (ed. y trad.), An Arab’s Journey to Colonial Spanish
America. The Travels of Elias al-Mûsili in the Seventeenth Century, Syracuse, Syracuse University Press, 2003,
pp. 94-104. En la edición de Rabbāṭ aparece con el título “Reliquias cristianas en el centro y el sur de
América”, pero en los manuscritos de Londres y de Alepo lleva el título (Sobre la misión del discípulo
de Cristo, Santo Tomás Apóstol, quien viajó a la India Occidental (J.P.A. Ghobrial, op. cit., p. 272). El
manuscrito de Alepo se encuentra actualmente depositado en el Vaticano (Sbath MS 108; J.P.A. Gho
brial, op. cit., p. 265).
11
Al parecer, poco después de la conquista española aparecieron historias difundidas por frailes acerca de la
predicación del apóstol Tomás no sólo en la India, sino también en América, véase C.A. Page, “El apóstol
Santo Tomás en América según los relatos de los antiguos jesuitas del Brasil y Paraguay”, Revista de Historia
Iberoamericana, vol. 10, núm. 2, 2017, pp. 92-121, esp. p. 95. En los años en los que estuvo don Elías en la
Nueva España, Carlos de Sigüenza y Góngora había escrito una obra, que dejó manuscrita, exactamente
sobre ese mismo tema, pero identificaba a Tomás apóstol con Quetzalcóatl: “El Fénix de occidente, Santo
Tomás Apóstol, llamado Quetzalcóatl, descubierto entre las cenizas de las antiguas tradiciones, conservado
en las estelas, en los poemas y canciones de los tultecas, teochichimecas y mexicanos”, véanse J.F. Ramírez,
J. F. “El Apóstol Santo Tomás en el Nuevo Mundo. Colección de noticias y memorias relativas a la predi
cación del Evangelio en América antes de su descubrimiento por los españoles”, en N. León, Biblioteca
mexicana, vol. 1, parte 3, México, Imprenta de la viuda de Francisco Díaz de León, 1906, p. 355, y J.J.
Eguiara y Eguren, Historia de sabios novohispanos, México, unam, 1998, pp. 151-152. En el siglo xviii,
Francisco Javier Clavijero, Historia antigua de México, México, Porrúa, 2009, p. 215, rebatió esas ideas en su
obra y escribió: “Yo no he podido jamás asentir con estos autores”.
94
Elías de Babilonia o de San Juan (Ilyās ibn al-qissīs ḥannā al-Mawṣilī)
unas llaves de hierro (mafātiḥ ḥadīd ) y un ancla de un bote (marsāt al-markab). Los indios no
sabían lo que significaban las llaves, el ancla y las letras (al-aḥraf ), pero cuando los españoles
llegaron a esta tierra y construyeron puertas con llaves de hierro y los indios vieron las anclas
de los botes y las letras escritas entendieron lo que representaban. Así que, cuando el discípu
lo [el apóstol Tomás] no pudo llevarlos a la fe de Cristo, dejó entre ellos las llaves de San Pedro
como un signo y prueba de la llegada de cristianos para predicarles la fe de Cristo” (Rabbāṭ,
1906, p. 78; Farah, 2003, pp. 95-97).12
12
Véanse A. Rabbāṭ, op. cit., p. 78 y C.E. Farah, op. cit., pp. 95-97. En la edición de Rabbāṭ de 1906, que
incluye el capítulo once, no aparecen los símbolos ni las letras, sin embargo, sí están contenidos en el
manuscrito de Londres. También aparecen en un manuscrito de Mosul que estuvo en posesión de Da’wud
Chalabi, al que J.P.A. Ghobrial (op. cit., p. 267) se refiere al mencionar que este manuscrito contiene dos
dibujos; aunque no los describe, esta afirmación resulta extraña porque el texto de D. Chalabi, Kit āb
majṭūṭāt al-Mawṣil, Bagdad, Maṭba‘at al-Furāt, 1927, p. 269, hace una breve descripción de los dos di
bujos, uno incluido en el capítulo diez y otro, en el capítulo once. Sobre este capítulo escribió: “En el
capítulo once hay una imagen (ṣūra) de un pie, un ancla y algunos símbolos que parecen letras, se dice
que el autor los vio en la roca cerca de Lima”. En otro manuscrito que fue propiedad de Ya‘qub Sarkis,
Mabāḥit ‘iraqiyya, Bagdad, Šarīka al-Taŷāra wa l-Ṭabā‘at al-Maḥdūda, 1948, vol. 1, pp. 334-335, en
Bagdad, y que había pertenecido al erudito armenio el vartabed Nerses Sayeghian, se hace referencia a los
dos dibujos contenidos en los capítulos diez y once, señalando que el primer dibujo es obra de la mano
de alguien no experto en dibujo, como la de un muchacho; sobre el segundo, se dice que es una imagen
(ṣūra) con unas letras (aḥraf ) impresas.
13
Respecto al tema del nombre incorrecto dado al cuarto continente, Elías hizo suya una pugna historiográ
fica que acusaba a Américo Vespucio de usurpador. El iniciador de esta disputa al parecer fue fray Bartolomé
de las Casas (1474-1566), pues él mismo lo denunció así: “Desta falsedad o yerro de péndola o lo que haya
sido, de saber bien y por buen estilo relatar y parlar y encarecer Américo sus cosas y navegación, y callar el
nombre de su capitán, que fue Hojeda, y no hacer más mención que de sí mismo, y escribir al rey Renato,
han tomado los escritores extranjeros ocasión de nombrar la nuestra Tierra Firme América, como si Améri
co solo, y no otros con él y antes que todos, la hubiera descubierto; parece [pues, cuánta injusticia se hizo, si
de industria se le usurpó lo que era suyo, al Almirante D. Cristóbal Colón, y] con cuánta razón al Almiran
te D. Cristóbal Colón (después de la bondad y providencia de Dios, que para eso lo eligió), este descubri
miento y todo lo sucedido a ello se le debe, y cómo le pertenecía más a él, que se llamara la dicha tierra
Columba, de Colón o Columbo que la descubrió, o la tierra Santa o de Gracia, que él mismo por nombre le
puso, que no de Américo denominarla América”. En consecuencia, Fray Bartolomé concluyó: “digo y afirmo
haber sido gran falsedad y maldad la de Américo, queriendo usurpar contra justicia el honor debido al Al
mirante”, véanse B. de las Casas, op. cit., vol. 2, pp. 40, 116, y G. Arciniegas, Américo y el Nuevo Mundo,
Madrid, Alianza Editorial, 1990, pp. 340-341.
95
Arturo Ponce Guadian
tensión y amplitud que los otros tres continentes conocidos como Asia, África y
Europa. Le han dado un nombre nuevo, le llamaron de manera errónea América”.14
Al recordar la historia del descubrimiento, en la Historia de la conquista de
América, don Elías abundó sobre el nombre del nuevo continente:
14
A. Rabbāṭ, op. cit., pp. 2-3.
15
Nota 1, que reproduce el texto del manuscrito, en A. Rabbāṭ, op. cit., p. 3, n. 1. Américo Vespucio en su
famoso mapa Mundus Novus publicado en 1503 afirmó con firmeza, a diferencia de Colón, que las nuevas
costas exploradas en el hemisferio sur eran tierra firme continental, no islas, observando que ese conti
nente está más densamente poblado que Europa, Asia o África, por lo que era lícito llamarlo Nuevo
Mundo (E. O’Gorman, La invención de América, México, Fondo de Cultura Económica, 2012, pp. 155-156,
esp. p. 236; F. Fernández-Armesto, Américo. El hombre que dio su nombre a un continente, Barcelona, Tusquets
Editores, 2008, p. 27). En 1507 se publicó un tratado titulado Cosmographiae Introductio, en el que se
sugiere que el nombre del Nuevo Mundo debía ser “América” en honor de Américo, el descubridor, como
tierra de Américo o América, y se incluye además el mapamundi del cosmógrafo Martin Waldeseemüler
en el que aparece “América” para designar al nuevo continente (O’Gorman, op. cit., pp. 169-172). Sin
embargo, Waldeseemüler en su mapa de 1513 se retractó y retiró su apoyo a Vespucio, renombrando el
Nuevo Mundo como “Terra Incognita”, atribuyendo su descubrimiento a Colón (F. Fernández-Armesto,
op. cit., f. 9, p. 175).
16
Traducción de la sección V del mapa en A. Afetinan, The Oldest Map of America, Drawn by Pirî Reis, Ankara,
Türk Tarih Kurumu Basimevi, 1954, pp. 28-29, y P. Kahle, “A Lost Map of Columbus”, Geographical
Review, vol. 23, núm. 4, 1933, pp. 621-638, esp. p. 624; F. Franco Sánchez, “El almirante Pīrī Re’īs y la
información de los turcomanos sobre los dominios españoles”, Revista del Instituto de Estudios Islámicos en
Madrid, vol. 35, 2003, pp. 141-158, esp. p.147.
96
Elías de Babilonia o de San Juan (Ilyās ibn al-qissīs ḥannā al-Mawṣilī)
Por otra parte, entre 1583 y 1584, un escritor anónimo escribió la obra otomana
más antigua sobre el Nuevo Mundo, titulada Tarihi-i Hindi-i Garbi (Historia de
la India Occidental).18 Esta obra fue de una gran importancia porque dio a conocer
en el mundo otomano las “nuevas noticias” (Hadis-i Nev) acerca del descubrimien
to del Nuevo Mudo (Yeni Dünya). La Historia consiste en tres partes, la primera
trata aspectos cosmológicos, geográficos y cartográficos, la segunda y la tercera se
centran en los océanos y los mares de las nuevas tierras descubiertas, de sus pueblos
y los relatos de los principales navegantes y conquistadores: Cristóbal Colón,
Vasco Núñez de Balboa, Fernando de Magallanes, Hernán Cortés y Francisco
Pizarro.
En la parte correspondiente a la conquista de México, se presenta una breve
descripción de la Ciudad de México y su ubicación particular: “Se informa que
México (Meşiqu) se encuentra en medio de un gran lago (buhayre azime) de unas
noventa millas de circunferencia… La ciudad está dividida en dos partes. Una de
ellas se encuentra sobre la mitad salada y en ésta reside Moctezuma (Mutezuma),
17
El libro tuvo varias versiones, en las bibliotecas europeas y turcas existen 29 manuscritos, véase su descrip
ción en A. Afetinan, op. cit., pp. 19-21.
18
Hind al-Garb (India del Occidente) es la versión árabe de la expresión “Indias Occidentales”, que utilizaron
los cronistas y geógrafos españoles a partir de la llegada de Cristóbal Colón a esas tierras en 1492: “las cuales
las llamaron Occidentales, a semejanza de las Orientales que tomaron este nombre del río Indo, que está en
ellas”, véase J. López de Velasco, Geografía y descripción universal de las Indias, Madrid, Establecimiento Ti
pográfico de Fortanet, 1894, p. 6. Entre los historiadores árabes, la expresión al-Hind al-Garbiyya (India
Occidental) fue usada en el siglo xvi por el historiador marroquí Abū Fāris ‘Abdal al-Fištālī, mientras que
en el siglo xvii el escritor morisco Ahmad bin Qāsim empleó la expresión al-Hunūd al-Magribiyya (Indias
Occidentales) (N. Matar, Turks, Moors…, op. cit., p. 186). La expresión turca Yeni Dünya (Nuevo Mundo,
en árabe, al-‘ālam al-Yadīd o al-Dunyā al-Yadīda) se remonta al siglo xvi, cuando un escritor turco anóni
mo escribió, entre 1583 y 1584, la obra titulada Tarihi-i Hind-i Garbi (Historia de la India del Occidente,
manuscrito número 4969, Beyazid Library de Estambul), véanse T.D. Goodrich, “Tarihi-i Hind-i Garbi:
An Ottoman Book on the New World”, Journal of the American Oriental Society, vol. 107 núm. 2, 1987, pp.
317-319, disponible en: http://www.dx.doi.org/10.2307/ 602841 y del mismo autor The Ottoman Turks
and the New World: A Study of Tarih-i Hind-i Garbi and Sixteenth-Century Ottoman Americana (N.S., vol. 3).
Wiesbaden, Otto Harrassowitz, 1990; P. Lunde, “A Muslim History of the New World”, Aramco World,
vol. 43, núm. 3, 1992, pp. 56-, pp. 26-33; S. Gruzinski, ¿Qué hora es allá? América y el islam en los albores de
la modernidad, J.J. Utrilla (trad.), México, Fondo de Cultura Económica, 2015, pp. 18-19; A. Ponce Guadian,
“El viaje de Ilyās ibn al-qissīs ḥannā al-Mawṣilī (Elías de Babilonia o de San Juan) a Europa y la Nueva
España (1668-1675, 1681-1685)”, Estudios de Asia y África, vol. 53, núm. 3167, 2018, pp. 627-666, esp.
pp. 645-547.
97
Arturo Ponce Guadian
19
Tarihi ul-Hind il-Garbi el-musemma bi Hadis-i nev. (1730) Qustantiniya, Dar al-Tiba‘ah al-Ma‘murah; S.
Gruzinski, ¿Qué hora es allá?…, op. cit., p. 215.
20
A. Ponce Guadian, op. cit., p. 641.
21
Ibid., pp. 642-646.
98
Elías de Babilonia o de San Juan (Ilyās ibn al-qissīs ḥannā al-Mawṣilī)
no a la Nueva España. En este sentido, el relato del viaje es una especie de informe,
a veces muy detallado, sobre las zonas más ricas, productoras de plata y oro, y la
prosperidad de los españoles establecidos en las ciudades que recorrió.
En el arribo a Sudamérica, la primera descripción que hizo el canónigo de
Babilonia fue cuando relató: “descubrimos una tierra llamada Caracas (Karakis)
y de allí llegamos a una isla nombrada Margarita (Markarita), las dos bajo el go
bierno español. Se nos ha dicho que durante veinte años los buzos han estado sa
cando del mar de esta isla ostras que contienen grandes perlas de fino color”.22
Al llegar al puerto de Portobelo [Panamá], mencionó que “el tesoro transpor
tado para el rey ascendía a veinticinco millones [y que] los mercaderes de España
venden sus productos a los comerciantes del Perú y reciben plata y oro de éstos,
así como ciertos productos como una especie de lana conocida como vicuña
(vīkūnya) y cacao (kākāw), que se parece al café en aroma y sabor, pero es más rico”.
El primer encuentro con una zona minera fue al viajar a una villa llamada
Zaruma (en Ecuador) y las montañas donde se encontraba una mina de oro, en
ella —nos dice— “yo examiné todo el proceso por el cual se extrae el oro de las
rocas” y comentó que compró “de ese oro 400 meticales, porque no era la época
de laborar a toda capacidad”.23
Después se dirigió al prestigiado pueblo de Huancavelica (en Perú) que tiene
la montaña en la que se encuentran los famosos depósitos de mercurio, éste es
importante porque es el insumo indispensable para la refinación del oro y la pla
ta. Al respecto, don Elías relató: “Ciertamente yo fui a ver la mina con el gober
nador de la región y vimos la grandeza de esta mina [luego] celebré misa en el
altar que tienen en medio de la mina y bendije a los trabajadores y a sus minas”.24
En sus viajes por la región visitó varias minas de plata, entre ellas una mina,
cerca de Oruro (Bolivia), “tan rica que la plata se extraía sin la ayuda del mercurio
[…] No se puede encontrar plata más fina que ésta. Yo fui a la mina y compré
quinientas piastras de plata pura”.25
La culminación de ese viaje exploratorio fue, sin duda, la visita a la p restigiada
Villa Imperial de Potosí,26 que ya en 1645 había alcanzado su máximo de explo
22
A. Rabbāṭ, op. cit., p. 14, C.E. Farah, op. cit., p. 17.
23
A. Rabbāṭ, op. cit., pp. 27-28, C.E. Farah, op. cit., p. 34.
24
A. Rabbāṭ, op. cit., pp. 35-36, C.E. Farah, op. cit., pp. 43-44.
25
A. Rabbāṭ, op. cit., p. 48, C.E. Farah, op. cit., p. 58.
26
En la Capitulación de Potosí de 1561 dejó de ser el asiento de Potosí y se le concedió el título de Villa Im
perial de Potosí, empezó a llamarse así “a devoción del emperador Carlos V; véase B. Arzáns, Historia de la
Villa Imperial de Potosí, Providence, Brown University Press, 1965, vol. 1, pp. 120-121.
99
Arturo Ponce Guadian
tación minera, a cien años de su descubrimiento (1545), como don Elías relató:
“A un lado de la villa está la montaña de la mina (ŷabal al-ma‘din), que es conoci
da en todo el mundo por su excesiva riqueza, pues se han extraído de ella innume
rables fortunas desde hace ciento cuarenta y cinco años”.27 El viajero de Babilonia
permaneció cuarenta y cinco días en Potosí, pues fue muy bien recibido por sus
autoridades, e hizo una breve descripción de la casa de moneda, pero, sobre todo,
realizó una detallada descripción de la extracción de la plata.28
Esta secuencia de la exploración emprendida por don Elías revela algunos as
pectos del largo itinerario por Sudamérica, pues resalta su intención de viajar
directamente a los centros de riqueza que eran, como él mismo señaló, conocidos
en todo el mundo. Ahí descubrió una verdadera fuente de riqueza, por lo que las
limosnas que recibió, que no fueron pocas, pasaron a segundo plano. Al grado de
que se convirtió en un comerciante y prestamista con intereses, gracias a la adqui
sición de metales preciosos, como el mismo sacerdote relató: “Después de ocho
días llegamos a la ciudad de Lima y me alojé en la casa del Inquisidor, es decir, el
presidente del Consejo de la Fe (Dīwān al-Imān), que era mi amigo desde España.
Le había prestado mil cuatrocientas piastras en la ciudad de Portobelo [Panamá]
y él me pagaba ahora con un interés de cuarenta piastras por cada cien de ellas,
como los mercaderes lo hacen en esta región”.29
De esta manera, América se convirtió para don Elías en una verdadera tierra
de promisión30 y salvación, por eso su viaje no duró los cuatro años que tenía
permitidos, sino que se extendió durante diez (1675-1685).31
27
A. Rabbāṭ, op. cit., pp. 47-48, C.E. Farah, op. cit., p. 59.
28
A. Rabbāṭ, op. cit., pp. 47-49, C.E. Farah, op. cit., pp. 59-61.
29
A. Rabbāṭ, op. cit., p. 32, C.E. Farah, op. cit., p. 40.
30
N. Paradela, El otro laberinto español. Viajeros árabes a España entre el siglo xvii y 1936, Madrid, Siglo XXI
Editores, 2005, pp. 23-24.
31
A. Ponce Guadian, op. cit., pp. 665-666.
100
Elías de Babilonia o de San Juan (Ilyās ibn al-qissīs ḥannā al-Mawṣilī)
Había en este lago [Titicaca] una isla de dos leguas de extensión habitada por indios infieles
(hunūd kafara), que rendían culto a una montaña que se erigía enfrente de ellos, llamada la
Montaña Roja. Nadie podía llegar a ellos porque tenían instrumentos de guerra como lanzas,
flechas y lanzaderas. Solían hacer salidas a campo abierto y capturar españoles, capturaban
también mulas machos para matarlos y comérselos. Mi amigo el gobernador ordenó a los jefes
de las aldeas de esa región que se reunieran, conjuntaron una fuerza de cuatro mil hombres y
construyeron cuarenta barcos y pusieron en ellos sacos llenos de tierra y algunos caballos.
Después tomaron las armas y cruzaron el lago en los barcos. Cuando estaban cerca de la tierra,
los indios de la isla se alinearon para enfrentarlos en batalla y les lanzaron flechas, los soldados
españoles les respondieron con balas […] cuando llegaron a tierra los jinetes montaron sus
caballos y cargaron contra los indios, los vencieron, mataron a muchos de ellos y capturaron
al resto, ascendiendo a trescientos indios, sin las mujeres y los niños. En la batalla murieron
seiscientas almas de ellos. Después, sacaron a los indios de la isla y los llevaron a la villa de
Cusco. El gobernador le pidió al obispo de la región que instruyera a esos indios y les enseña
ra los principios de la fe de Cristo, que los bautizara y los distribuyera en la región.34
32
A. Rabbāṭ, op. cit., p. 33, C.E. Farah, op. cit., p. 41.
33
Idem.
34
A. Rabbāṭ, op. cit., pp. 44-45, C.E. Farah, op. cit., pp. 55-56.
101
Arturo Ponce Guadian
Como comentó Matar,35 en relación con este relato, el sacerdote caldeo no criticó
la violencia española ejercida contra los indios ni se compadeció de ellos, por el
contrario, parece justificar el derecho de guerra contra los indios. Sin embargo, la
convivencia que don Elías tuvo con los indios que estuvieron a su servicio en di
versos lugares, así como en los encuentros que tuvo con comunidades indias, lo
llevó a comprender la diversidad de sus culturas y modos de vida, al tiempo que
reconoció la difícil situación de los indios en relación con la dominación españo
la. En este aspecto, resalta una conversación que tuvo con un indio, cuando le
preguntó por qué razón no informaban a los españoles la ubicación de las minas,
el indio le contesto: “He visto a indios más viejos que yo, que revelaron sus ubi
caciones a los españoles, pero terminaron muriendo bajo las torturas. Ésa es la
razón”. Don Elías comentó: “Yo creo en sus palabras, en virtud de la tiranía (al-
ẓulm) que he observado que ellos ejercen sobre los indios”.36
En otras ocasiones, don Elías actuó en ayuda de algunos indios, por ejemplo,
cuando el sacerdote de los indios (qissīs al-hunūd) le informó a don Elías que en la
prisión de un gobernador estaban siete indios confinados por asuntos menores,
dirigiéndose en seguida a la prisión para liberarlos.37
Por otra parte, el doctor Diego Andrés Rocha Pérez (1607-1688), oidor de
la Real Audiencia de Lima y autor de un libro sobre los orígenes de los indios
americanos, conoció a don Elías en Lima y narró una entrevista en la que éste
expresó su opinión sobre el parentesco entre los indios y los pueblos mongoles
(“tártaros”). El doctor Rocha escribió: “me ha dicho un canónigo de Babilonia
que está en la ciudad de los Reyes, nombrado D. Elías de San Juan, que estos
indios, en los cuerpos, gestos, ojos, color, rostros y acciones son verdaderos tár
taros, y que en esto no se puede poner duda, por los muchos que ha visto y tra
tado en Babilonia y en el Oriente”.38
Conclusiones
Las ideas de don Elías en torno al Nuevo Mundo estuvieron influidas en gran
parte por su conversión al catolicismo, pues a partir de este acontecimiento adop
tó la misión evangelizadora de la Iglesia Católica en el mundo entero y aceptó que
35
N. Matar, Turks, Moors…, op. cit., p. 189.
36
A. Rabbāṭ, op. cit., p. 53, C.E. Farah, op. cit., p. 66.
37
A. Rabbāṭ, op. cit., p. 35, C.E. Farah, op. cit., p. 56.
38
D.A. Rocha, Tratado único y singular del origen de los indios del Perú, Méjico, Santa Fe y Chile, vol. 1, Madrid,
Tomás Minuesa, 1891, p. 216, H. Taboada, “Extrañas presencias en las Indias: acerca de los otros medite
rráneos”, Revista de Historia de América, núm. 144, 2011, pp. 43-69, p. 20; A. Ponce Guadian, op. cit., p. 632.
102
Elías de Babilonia o de San Juan (Ilyās ibn al-qissīs ḥannā al-Mawṣilī)
ésta era la verdadera fe y que, por lo tanto, debía ser difundida a los pueblos pa
ganos, incluidas las poblaciones originarias del Nuevo Mundo. En esa perspecti
va, el sacerdote caldeo retomó la leyenda de la prédica del apóstol Tomás en
América antes de la conquista española para justificar esa misión evangelizadora
y civilizatoria entre los indios de las nuevas tierras. El prólogo que don Elías es
cribió a su relato del viaje ilustra claramente esa misión, aceptando la suprema
autoridad del papa.
Asimismo, don Elías reconoció la trascendencia del descubrimiento de las
nuevas tierras, a las cuales se negó a calificar con el nombre de América, al tomar
partido a favor de una corriente historiográfica, iniciada por Bartolomé de las
Casas, que acusaba a Américo Vespucio de usurpar los derechos y privilegios de
Cristóbal Colón. En este aspecto, cabe plantearse la posibilidad de que don Elías,
además de conocer las fuentes históricas españolas, pudo también conocer las
primeras obras escritas en el Imperio Otomano acerca de la historia del descubri
miento del Nuevo Mundo, sin que él mismo las cite, pero debe tomarse en con
sideración qué el conocía el turco otomano y que había estado en contacto con
autoridades otomanas; asimismo, la influencia de esta lengua se refleja en su rela
to de viaje y su Historia.
Por otra parte, para don Elías el Nuevo Mundo se convirtió materialmente en
una fuente de riqueza y oportunidades, pues transformó la vida misma del sacerdo
te, que se convirtió en un hábil mercader y prestamista. Así, el deseo de conocer
directamente los centros de producción de oro y plata en Sudamérica hizo que su
permiso concedido por cuatro años se prolongara durante diez. De esta manera, su
viaje al Nuevo Mundo resultó altamente productivo y enriquecedor en varios aspec
tos, además del material, pues le permitió crear una red importante de relaciones
políticas, religiosas y económicas entre el Nuevo Mundo, España y el Vaticano.
Por último, las ideas de don Elías sobre los indios del Nuevo Mundo estuvie
ron muy influidas por la adopción de esa misión evangelizadora y civilizatoria de
la Iglesia Católica, cuyo objetivo era la conversión de los pueblos originaros de las
nuevas tierras, al considerar que sus antiguas creencias y costumbres religiosas
justificaban la empresa de conquista y colonización española. Sin embargo, la
convivencia con los indios que le sirvieron en sus diferentes recorridos y el con
tacto con diversas comunidades indias lo llevó a reconocer la diversidad de sus
culturas y sus modos de vida. Este cambio en su visión hizo que en varias ocasio
nes actuara a favor de los indios e incluso criticara la actitud tiránica de los espa
ñoles hacia ellos.
103
Arturo Ponce Guadian
40
agi, Contratación, leg. 5440, N. 2, R. 135.
104
Breve historia del genocidio contra
los asirios en el Impero Otomano
Del sultán Abdul Hamid II a los Jóvenes Turcos (1895-1918)
Anahit Khosroeva*
Entre los pueblos más antiguos de la tierra se cuentan los asirios, cuyos antepasa
dos, los asirios, participaron en el nacimiento de la civilización en el mundo y
contribuyeron en muy gran medida al desarrollo de la cultura. Aunque han pa
sado más de dos mil años desde que cayó el reino de Asiria (605 a.C), los descen
dientes de los asirios, mientras habitaban sus territorios históricos (el antiguo Beth
Nahrain, que está entre el Golfo Pérsico, el Mar Mediterráneo, el Lago Urmia y
los desiertos de Mesopotamia), sufrían de manera continua la opresión de persas,
árabes, mongoles, turcos otomanos y kurdos. Ahora, este pueblo siempre sufrien
te ha buscado refugio en las fronteras entre Iraq, Irán, Turquía y Siria, en un te
rritorio limitado de la Mesopotamia Superior.
Durante siglos, los asirios han tenido que luchar arduamente por su existencia
y, a lo largo de su historia, han pasado por numerosos episodios fatídicos. Duran
te la última década del siglo xix y los comienzos del xx, estuvieron sometidos a
la opresión de las autoridades otomanas y pelearon contra la dictadura de los
turcos. En este periodo, la persecución generalizada de civiles asirios por parte de
las autoridades otomanas constituyó una forma de genocidio, término que actual
mente se aplica al intento de destruir a un grupo nacional, étnico o religioso.
Cientos de miles de asirios perecieron como resultado de las ejecuciones, depor
taciones, hambrunas y enfermedades, del ambiente adverso y el maltrato físico.
De ninguna manera este genocidio fue inesperado o accidental; sino que fue el
resultado lógico de brutales políticas nacionalistas perseguidas primero por los
* Anahit Khosroeva pertenece a la facultad del Instituto de Historia de la Academia Nacional de Ciencias de
la República de Armenia. Su texto fue traducido del inglés por Mauricio Sanders.
105
Anahit Khosroeva
sultanes turcos y después por los Jóvenes Turcos contra otras nacionalidades. No
se trató de la política de algunos individuos sino de una política de Estado que
comprendía persecuciones y matanzas.1
¿Cuál fue la causa del genocidio de los asirios? ¿Era posible evitarlo? Para
contestar necesitamos algunos conocimientos sobre la última época del Imperio
Otomano.
A finales del siglo xix, el Imperio Otomano era un Estado multinacional, en
el que, además de los turcos, vivían árabes, armenios, asirios, albanos, griegos,
búlgaros, bosnios, judíos, serbios, kurdos y gente de otras nacionalidades. Todo
el poder político, militar y espiritual estaba en manos de los turcos y éstos sólo
velaban por su propio interés. En estas circunstancias, la única manera en que los
turcos podían mantener su autoridad era por medio de la violencia. En este pe
riodo, la historia del Imperio Otomano relata una serie de masacres, torturas y
humillaciones contra asirios, armenios, griegos y las otras nacionalidades que
conformaban el Imperio.
Había nutridas comunidades asirias (nestorianos, caldeos, siriacos),2 casi un
millón de personas3 con una lengua y una cultura comunes, que compartían tra
diciones nacionales y radicaban en las estribaciones de las Montañas Hakkâri en
la provincia de Van, en la Turquía oriental; en la Turquía occidental habitaban
en las provincias de Diyarbakır, Erzerum, Jarpert y Bitlis y, en Irán, los territorios
a lo largo del Lago Urmia. Como otros cristianos que vivían en el Imperio, los
asirios recibían tratamiento de ciudadanos de segunda clase. La suerte de algunos
cristianos otomanos era la esclavitud. Aunque muchos asirios estudiaban en ins
tituciones educativas turcas, después de recibir sus diplomas y títulos, no encon
traban oportunidades de empleo en puestos públicos dotados de autoridad, ni
siquiera pudieron desarrollar económicamente sus regiones. Las autoridades
turcas restringían los lugares donde los asirios podían vivir, así que no podían
constituirse en mayoría entre las otras naciones con las que vivían, esto se hizo
1
Anahit Khosroeva, The Assyrian Genocide in the Ottoman Turkey and Adjacent Turkish Territories (late 19th – first
quarter of the 20th century), Yereván: Institute of History, National Academy of Sciences, 2004 [armenio].
2
El Diccionario Político del Medio Oriente Moderno define a los asirios como “vestigios del pueblo de la
antigua Babilonia, descendientes de los súmero-acadios y los babilonios, con quienes forman una civilización.
Se encuentran entre las primeras naciones en aceptar el cristianismo. Pertenecen a alguna de estas cuatro
Iglesias: la Iglesia asiria oriental, la Iglesia católica caldea, la Iglesia ortodoxa siria y la Iglesia católica siria.
Debido a conflictos étnicos y políticos en el Medio Oriente, son mejor conocidos por su denominación
eclesiástica.
3
Mesrop Sahak, Armenian Almanac, Constantinopla, 1913, pp. 67-68 [armenio].
106
Breve historia del genocidio contra los asirios en el Impero Otomano
4
Taner Akçam, Insan Haklari ve Ermeni Sorunu: Ittihat ve Terakki’den Kurtulus Savasi’na, Ankara: Imge Kita
bevi, 2002, p. 93 [turco].
5
Joseph Naayem, Shall This Nation Die?, Nueva York: Chaldean Rescue, 1921, p. 274.
107
Anahit Khosroeva
6
Armenians at the Twilight of the Ottoman Era, V. Mekhitarian (comp. y ed.) y V. Ohanian (rev.), News Reports
from the International Press, V. I, The New York Times 1890-1914, Yereván: Centro de Documentación e In
vestigación sobre el Genocidio, 2011, p. 184.
7
Tigran Mkund, Amida’s Echos, Nueva York: Hye Gule Press, 1950, p. 234 [armenio].
8
Mkrtich Nersisian, The Armenian Genocide in the Ottoman Empire, Yereván: Armenian Academy of Sciences,
1966, p. 120 [armenio].
9
Asuri-Süryani-Keldani halkinin 1915 soykirim (seyfo) dosyasi, Bethnahrin yurtsever devrimci örgütü
Asuri-Süryani halkina yönelik 1915, Soykirimi ve katliamlari arastirma komisyonu [Archivo del Genocidio
(seyfo [genocidio asirio]) en contra de los pueblos asirio, sirio y caldeo: Bethnahrin, Organización Patriótica
Revolucionaria, Comisión para la Investigación del Genocidio y las Masacres cometidas en 1915 en Contra
del Pueblo Asirio-Siriaco], Fráncfort, 1999, p. 55 [turco].
10
Lev Sargizov, “A Friendship Coming from the Ancient Times (The Assyrians in Armenia)”, Atra, núm. 4,
1992, p. 71 [ruso].
108
Breve historia del genocidio contra los asirios en el Impero Otomano
109
Anahit Khosroeva
y revelaron los vicios del Estado otomano. A los ojos de todos los pueblos del
Imperio, incluso ante los del pueblo turco, la persona del sultán Abdul Hamid II
resultaba odiosa, pues simbolizaba sus desdichas, la violencia y la tortura. La idea
de deshacerse del sanguinario sultán creció y maduró: la pusieron en práctica los
Jóvenes Turcos. El 23 de julio de 1908, el Comité Unión y Progreso organizó un
golpe de Estado. El sultán Abdul Hamid II fue privado del poder, para ser des
tronado en 1909.
Los Jóvenes Turcos entraron a la lid turca con el lema de la Revolución fran
cesa: “Libertad, igualdad, fraternidad”. Todas las naciones del Imperio Otomano,
tanto musulmanes como cristianos, recibieron con entusiasmo el derrocamiento
del “sultán rojo”. El pueblo creía que había llegado la hora de una nueva era en
la historia del Imperio. Sin embargo, poco después resultó que los Jóvenes Turcos
eran fervientes nacionalistas disfrazados, que continuaron la política de opresiones
y matanzas llevada a cabo por los sultanes anteriores. Estaban a favor de la idea de
asimilar todas las naciones del Imperio para crear una nación pura turca y no se
detuvieron ante el asesinato en masa para alcanzar este objetivo.
De acuerdo con Johannes Lepsius, misionero y humanista alemán, el programa
del partido de los Jóvenes Turcos declaraba: “Tarde o temprano todas las naciones
bajo el control de los turcos serán turcas. Queda claro que no se convertirán de
buen grado y nos veremos obligados a utilizar la fuerza”.11
Durante una de sus reuniones secretas, el doctor Nazim, ideólogo de los Jóve
nes Turcos, declaró: “La masacre es necesaria. Quiero que sobre este suelo vivan
turcos y nadie más que turcos y que sean ellos quienes lo posean en plenitud. Al
diablo con todos los elementos que no sean turcos, sin importar cuál sea su nacio
nalidad o su religión”.12
Los Jóvenes Turcos no podían permitirse que las circunstancias definieran sus
políticas. Iban a buscar la oportunidad para seguir adelante con sus planes. En
1914, la ocasión se presentó más pronto de lo esperado, pues Europa se hundió
en la Primera Guerra Mundial; el triunvirato de los Jóvenes Turcos, conformado
por Talaat, ministro del Interior, Enver, ministro de Guerra, y Jemal, ministro
de Marina, había gobernado el Imperio Otomano desde 1913 y metió a su país
en el conflicto de manera tan secreta como entusiasta.
11
Johannes Lepsius, Bericht über die Lage des Armenischer Volkes in Türkei, Potsdam: Tempelverlag, 1916, p.
220.
12
Rifat Mevlan Zade, The Obscure Folds of the Ottoman Revolution and the Ittihad’s Plans for the Extermination of
the Armenians, Yereván: KPH, 1990, pp. 98-99 [armenio].
110
Breve historia del genocidio contra los asirios en el Impero Otomano
13
Johannes Lepsius, Deutschland und Armenien 1914-1918: Sammlung diplomatischer Aktenstücke, Potsdam:
Tempelverlag, 1919, p. 26.
14
Levon Mesrob, Survivers, Der Zor, Paris: 1955, p. 258 [armenio].
15
J.A.R. Marriott, The Eastern Question, An Historical Study in European Diplomacy, Oxford: Clarendon Press,
1958, p. 536.
111
Anahit Khosroeva
16
Taner Akcam, “The Ottoman Documents and the Genocidal Policies of the Committee for Union and
Progress (Ittihat ve Terakki) Toward the Armenians in 1915”, Genocide Studies and Prevention, vol. 1, núm.
2, 2006, pp. 133-134.
17
Henry Morgenthau, Ambassador Morgenthau’s Story, Ara Sarafian (ed.), Ann Arbor: Taderon Press, 2000, p. 214.
18
Ronald Stafford S., The Tragedy of the Assyrians, Londres: G. Allen & Unwin, 1935, p. 27.
19
Joseph Alichoran, Du génocide à la Diaspora: Les Assyro-Chaldéens au xx siècle, París: Revue Istina, 1994, p. 370.
112
Breve historia del genocidio contra los asirios en el Impero Otomano
Abdin, en donde diez mil asirios fueron asesinados: Dice en un documento: “Los
cráneos de los niños pequeños fueron aplastados con piedras; los cuerpos de niñas
y mujeres que se resistieron a la violación o a convertirse al Islam fueron destaza
dos; casi todos los varones fueron decapitados, o los tiraron al río cercano; los
clérigos, los monjes y las monjas fueron desollados o quemados vivos”.20
Los asirios también padecieron en la provincia de Van, donde el gobernador
Jevdet Bey levantó un regimiento de ocho mil carniceros, quienes ejecutaron
masacres sin precedentes. En Van, sesenta aldeas asirias fueron sometidas a atro
cidades. La gente fue asesinada de manera atroz. El pueblo de Kochanis, en don
de residía el patriarca asirio, fue totalmente destruido.
Así, cuando la sociedad cristiana quedó totalmente paralizada, el gobierno
publicó los edictos de deportación. A lo largo de la primavera y el verano de 1915,
a todo lo largo y ancho del Imperio Otomano, se ordenó a asirios y armenios que
se prepararan para ser despojados de sus hogares. No sabían cuál era su destino.
En la mayor parte de los casos, solamente se dio aviso unos días antes de que aldeas
y pueblos enteros fueran deportados. Miles y miles acabaron en los caminos,
obligados a dejar sus posesiones y sus hogares. En algunos días y semanas, el
viaje de los deportados se convirtió en una prueba de resistencia física y voluntad
de sobrevivir. Familias enteras, jóvenes y viejos, mujeres y niños, fueron lanzados
al campo abierto, para caminar de día y dormir en el suelo por la noche. Las fa
milias comenzaron a marchitarse por el cansancio. Era la manera más lenta de
morir. Debilitándose a diario al irse consumiendo las reservas de alimentos, de
cenas de miles perecían en silencio conforme sus cuerpos se reducían a piel y
huesos. Innumerables personas murieron de sed. El llanto de los niños que pedían
comida enloquecía a las madres. Algunas muchachitas encontraron empleo como
sirvientas; otras fueron capturadas para hacer de novias a la fuerza. Antes que
hacerlo, las mujeres prefirieron echarse a los ríos para ahogarse.
El 30 de junio de 1915, Leslie A. Davis, cónsul estadounidense en Jarpert,
escribió a Henry Morgenthau, el embajador de Estados Unidos en Constantinopla,
que los turcos habían encontrado otra forma de exterminar a los cristianos: la
emigración forzosa: “Se anunció públicamente que todos los armenios y sirios
Asuri-Süryani-Keldani halkinin 1915 soykirim (Seyfo) dosyasi, Bethnahrin yurtsever devrimci örgütü
20
Asuri-Süryani halkina yönelik 1915, Soykirimi ve katliamlari arastirma komisyonu [Archivo del Genocidio
(seyfo) en contra de los pueblos asirio, sirio y caldeo: Bethnahrin, Organización Patriótica Revolucionaria,
Comisión para la Investigación del Genocidio y las Masacres cometidas en1915 en Contra del Pueblo Sirio-
Asirio], p. 7.
113
Anahit Khosroeva
[asirios] debían marcharse”,21 ésta fue la manera en que comenzaron las deporta
ciones y masacres en la mayor parte de las regiones de la Turquía otomana.22
En junio de 1915, los ejércitos de Jevdet Bey y el general Halil Bey organiza
ron una masacre general en la provincia de Bitlis, que duró casi un mes. Sin nin
guna piedad, los asirios fueron asesinados en sus casas y en las calles.
Los asirios soportaron la matanza no sólo en el reino otomano, sino también en
su periferia. La destrucción de aldeas asirias acompañó las operaciones militares de
alemanes y turcos en Irán, pues pretendían usarlo como corredor hacia la región
petrolífera de Bakú, desde donde más tarde podrían intentar la invasión del Asia
central. De esta manera, Irán se convirtió en un campo de batalla, en donde los
actos de violencia en masa se perpetraron contra elementos indeseables, 70 mil
asirios de la región de Urmia se contaron entre los elementos más desafortunados.23
En septiembre de 1914, más de treinta poblados armenios y asirios fueron
arrasados en esta región. El periódico Baku publicó: “Al incendio sigue la bruta
lidad”. Tan sólo en la aldea de Kanachar, 200 personas fueron quemadas vivas.24
El 3 de octubre de 1914, Vedenski, vicecónsul de Rusia en Urmia, y el gober
nador local visitaron las aldeas asirias que ya habían sido arrasadas por kurdos,
turcos y la chusma iraní. Escribió: “Las consecuencias de la yihad (guerra santa) se
encuentra por doquier. En la aldea de Angar vi los cuerpos quemados de asirios
con grandes estacas puntiagudas clavadas en la panza. Las casas de los asirios han
sido quemadas y destruidas. El fuego todavía arde en las aldeas vecinas. Las fami
lias sirias se juntaron en los campos frente a la aldea. En un telegrama del 24 de
octubre de 1914, el vicecónsul Vedenski informó a San Petersburgo: “El río de
refugiados sigue. Flotan rumores de matanza inminente”. Dos días más tarde in
formó que 600 refugiados asirios habían cruzado la frontera entre Turquía e Irán.25
El 19 de noviembre de 1914, tropas rusas que operaban en Irán en lucha con
tra el ejército turco, ocuparon las porciones centrales de Hakkâri: Bashkale y Saray.
En diciembre de 1914, inmediatamente después de la destrucción de Akhorik,
21
Leslie Davis A., The Slaughterhouse Province. An American Diplomat’s Report on the Armenian Genocide, 1915-
1917, New Rochelle: Aristide D. Caratzas, 1989, pp. 143-144.
22
Vartkes Mikaelian, Die Armenische Frage Und Der Genozid an Den Armeniern in Der Türkei (1913-1919):
Dokumente aus dem Politischen Archiv des deutschen Auswärtigen Amts, Yereván: Institute of History, National
Academy of Sciences, 2004.
23
Anahit Khosroeva, The Ottoman Genocide of the Assyrians in Persia, The Assyrian Genocide: Cultural and Politi-
cal Legacies, Hannibal Travis (ed.), Londres y Nueva York: Routledge Publisher/Taylor & Francis Group,
2017, pp. 137-157.
24
Archivo Nacional de la República de Georgia, fólder 13, lista 27, b. 2, núm. 3361, p. 103.
25
Lev Sargizov, The Assyrians of the Near and Middle East, Yereván: Hayastan, 1979, pp. 25-26 [ruso].
114
Breve historia del genocidio contra los asirios en el Impero Otomano
26
A-Do, The Great Events in Vaspurakan in 1914-1915, Yereván: Luys, 1917, p. 117 [armenio].
27
Abraham Yohannan, The Death of a Nation, Nueva York y Londres: G.P. Putnam’s Sons, 1916, p. 120.
28
Periódico Mshak, Tiflis, núm. 55, marzo de 1915 [armenio].
29
Anahit Khosroeva, The Assyrian Genocide in the Ottoman Empire and Adjacent Territories, The Armenian Geno-
cide: Cultural and Ethical Legacies, Richard G. Hovannisian (ed.), New Brunswick: Transaction Publishers,
2008), p. 271.
30
J. Naayem, op. cit., p. 271.
31
A. Yohannan, op. cit., pp. 127-128, 134.
115
Anahit Khosroeva
32
J. Naayem, op. cit., p. 288.
33
Wolfgang Gust, Der Volkermord an den Armeniern 1915/1916: Documente aus dem Politischen Archiv des deutchen
Auswartigen Amts, Springe: zu Klampen Verlag, 2005, 121, Documento 1915-03-07-DE-011.
34
A Khosroeva, The Assyrian Genocide, op. cit., pp. 80-82.
35
Richard D. Kloian, The Armenian Genocide: News Accounts from the American Press (1915-1922), Richmond:
ACC Books, 1985, p. 9.
36
R.S. Stafford, op. cit., pp. 33-34.
37
R. Kloian, op. cit., pp. 188-189.
38
Ibid., p. 193.
116
Breve historia del genocidio contra los asirios en el Impero Otomano
entre la cual ha habido 250 mil víctimas, se habla mucho menos, es necesario
informar al mundo de lo sucedido”.39
Los propios asirios estiman que perdieron dos tercios de su población en la
Primera Guerra Mundial.
La forma sistemática en que se llevaron a cabo las masacres contra los asirios,
junto con las intenciones, bien documentadas, de los líderes turcos y el número
mismo de individuos asesinados, demuestran que el gobierno turco planificó y, en
buena medida, logró realizar una política de genocidio contra el pueblo asirio. La
Primera Guerra Mundial proporcionó el contexto ideal para que Turquía pudiera
alcanzar este objetivo: la guerra no sólo absorbió los recursos y la atención de las
principales potencias del mundo, sino que además creó una atmósfera de ambigüe
dad moral, en la cual la brutalidad y la muerte a escala masiva podía justificarse o
trivializarse. Los asirios soportaron miserias cuyas reverberaciones persisten hasta
nuestros días, pues los nacionalistas turcos percibieron en su identidad cristiana y
su perdurabilidad cultural obstáculos indeseables para lograr la nación panturca.
Un verdadero genocidio, según los criterios del derecho internacional, se ejecu
tó contra los asirios. Con la complicidad criminal de las principales potencias del
mundo, Turquía cometió un genocidio, el crimen más grave contra la humanidad,
aprovechando la oportunidad que le presentó la ley marcial. Las políticas crimina
les que el sultán Abdul Hamid II y los Jóvenes Turcos llevaron a cabo contra el
pueblo asirio permiten concluir que, a finales del siglo xix y durante la Primera
Guerra Mundial, el Imperio Otomano se transformó en un Estado genocida, para
convertirse así en la cuna del genocidio. Al llegar al poder los Jóvenes Turcos,
cambió la forma de gobierno, pero la República de Turquía siguió con la política
de exterminio contra los asirios. Al mismo tiempo que ocurría el genocidio de los
asirios, continuó la política de ocupar las propiedades asirias y el genocidio cultural.
De esta manera, se intentó eliminar todo rastro de los asirios en Turquía, así como
los testimonios sobre el hecho del genocidio. En diferentes partes de Turquía, persis
tieron las persecuciones contra los pequeños grupos que se islamizaron a la fuerza.
Aun cuando no se logró eliminarlo por completo, los daños y pérdidas sufridas
por el pueblo asirio cuando se perpetró el genocidio en su contra trajo consecuen
cias que pueden clasificarse de manera condicional en los siguientes grupos:
destierro, pérdidas humanas, pérdida de la herencia cultural, pérdidas económicas,
desórdenes mentales y complejos psicológicos.
117
Anahit Khosroeva
El genocidio asirio todavía es una herida abierta para ese pueblo. Es más, las
víctimas de este genocidio y su progenie étnica todavía luchan con una realidad
que el gobierno turco sigue negando en la actualidad.
La cuestión asiria exige una solución internacional. Durante demasiado tiem
po, el tema ha quedado fuera de la mirada de la comunidad mundial. Para resta
blecer la justicia, reconocer las identidades nacionales y el desarrollo cultural es
preciso que Turquía reciba una condena, pues:
118
Acerca de clasificar retroactivamente
como genocidios algunos
acontecimientos históricos
Hannibal Travis*
* Florida International University, College of Law. Traducción del inglés de Mauricio Sanders.
1
Michael Asch, On Being Here to Stay: Treaties and Aboriginal Rights in Canada, Toronto: University of Toron
to Press, 2014, p. 178.
2
Joseph Powderly, “Distinguishing Creativity from Activism: International Criminal Law and the ‘Legitimacy’
of Judicial Development of the Law”, en William Schabas, Yvonne McDermott y Niamh Hayes (eds.), The
Ashgate Companion to International Criminal Law: Critical Perspectives, pp. 223-250, Londres: Ashgate, 2013.
3
Alfred de Zayas, “The Ottoman Genocide Against the Greeks and Other Christian Minorities in the Light
of the Genocide Convention”, en Tessa Hofmann, Matthias Bjørnlund y Vasileios Meichanetsidis (eds.),
The Genocide of the Ottoman Greeks: Studies on the State-sponsored Campaign of Extermination of the Christians of
Asia Minor, 1912-1922 and Its Aftermath: History, Law, Memory, Nueva York: Caratzas, 2011. Sara Demir,
“The Atrocities Against the Assyrians in 1915: A Legal Perspective”, en Hannibal Travis (ed.), The Assyrian
Genocide: Cultural and Political Legacies, pp. 106-136, Abingdon y Nueva York: Routledge, 2017.
4
Dirk A. Moses (ed.), Genocide and Settler Society: Frontier, Violence, and Stolen Indigenous Children in Australian
History, Nueva York y Oxford: Berghahn Books, 2004 y del mismo autor, Empire, Colony, Genocide: Conquest,
Occupation, and Subaltern Resistance, Nueva York: Berghahn Books, 2008. Patrick Dumberry, “The Conse
quences of Turkey Being the ‘Continuing’ State of the Ottoman Empire in Terms of International Respon
119
Hannibal Travis
devastado por el genocidio? ¿En qué condiciones?5 Claramente, éstas son cues
tiones de peso.
Hay una tendencia a rechazar el reclamo a calificar un acontecimiento promi
nente como “genocidio”, incluso si éste cuenta con el apoyo de muchos otros
países, o de los académicos que desarrollaron el concepto legal de “genocidio”. En
el siglo xxi, la República de Turquía prohibió en los hechos las discusiones por
escrito acerca del genocidio armenio, al prohibir las críticas al ejército y los líde
res turcos.6 Las investigaciones de la Sociedad Histórica Turca, vinculada con el
gobierno de Turquía, indican que hubo combates durante la Primera Guerra
Mundial, los cuales no dieron como resultado crímenes de guerra y mucho menos
un genocidio.7 La Inglaterra de Blair y Estados Unidos en la era de Bush se nega
ron a reconocer el genocidio armenio en resoluciones conmemorativas. Estados
Unidos dio como explicación que, si bien “las masacres de 1915-1916 [significa
ron] una tragedia de proporciones históricas”, no era posible declararlas como
“genocidio” pues “faltan pruebas inequívocas que demuestren que el gobierno
otomano tomó la decisión específica de eliminar a los armenios que estaban bajo
su control en ese momento”.8 La administración de Obama continuó con esta línea.9
Se duda que en Camboya haya habido genocidio, debido a la participación del
mismo grupo étnico en ambos bandos del asesinato en masa, a pesar de que algu
nos de esos grupos, como los vietnamitas o los cham, que son musulmanes, per
sibility for Internationally Wrongful Acts”, International Criminal Law Review, vol. 14, núm 2, 2014, pp.
261-273. U.N. Economic and Social Council, “Study Concerning the Right to Restitution, Compensation
and Rehabilitation for Victims of Gross Violations of Human Rights and Fundamental Freedoms” U.N.
Doc. E/CN.4/Sub 2/1993/8, 2 de julio de 1993.
5
Manfred Nowak, U.N. Covenant on Civil and Political Rights: ccpr Commentary, Arlington: Engel, 1993,
p. 220.
6
Thomas Crampton, “Court Blocks Access to YouTube in Turkey”, International Herald Tribune, 7 de marzo
de 2007, disponible en: http://www.iht.com; National Public Radio, “Schism: Free Speech vs. ‘Insulting
Turkishness”’, 4 de octubre de 2006, disponible en: http://www.npr.org; Robert Tait, “Turkish Publisher
Convicted over Armenian Genocide Claims”, The Guardian (U.K.), 19 de junio de 2008, disponible en:
http://www.guardian.co.uk
7
Abdulmesih BarAbraham, “Turkey’s Key Arguments in Denying the Assyrian Genocide: A Brief Review
of Two Publications of the Turkish Historical Society”, Journal of Assyrian Academic Studies 25, núms. 1 y
2, 2012, pp. 77-89; “Assyrian Genocide Claims ‘Bogus’, Says Turkish Historian”, The New Anatolian, 27
de diciembre de 2006, disponible en: http://www.aina.org/news/20061227125027.htm; Bulent Özdemir,
Süryanilerin Dünü Bugünü: I. Dünya Savaşı’nda Süryanile, Ankara: Türk Tarih Kurumu Yayınları, 2008;
Speros Vryonis, “US Academicians and Lobbying: Turkey Uses Advertisement as Political Tool”, Journal
of the Armenian Assembly of America, 14, núm. 1, 1987, pp. 1-12.
8
U.K. Parliament, Lords Hansard Text for 14 April, 1999, pp. 190414-09, disponible en: https://publica
tions.parliament.uk/pa/ld199899/ldhansrd/vo990414/text/90414-09.htm
9
U.S. Court of Appeals for the Ninth Circuit, Movsesian v. Victoria Versicherung AG, Federal Reporter, Third,
629, 2010, pp. 903-904.
120
Acerca de clasificar retroactivamente como genocidios algunos acontecimientos históricos
10
William Schabas, “Problems of International Codification. Were the Atrocities in Cambodia and Kosovo
Genocide?”, New England Law Review, 34, 2000-2001, pp. 294-306.
11
Hillary Clinton, “Secretary Clinton Delivers Remarks at the U.S. Holocaust Memorial Museum”, YouTu
be, 25 de julio de 2012, disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=U6UWVGkyaKQ; Barack
Obama, “President Obama Launches Genocide Prevention Initiative at the Holocaust Museum”, YouTube,
25 de abril de 2012, disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=_xTGJxYp76w
12
U.N. General Assembly, 1992. U.N. Doc. núm. A/RES/47/121, 18 de diciembre. 1993, U.N. Doc. núm.
A/RES/48/153, 20 de diciembre. 1994. U.N. Doc. núm. A/RES/49/205, 23 de diciembre.
13
Adam Jones, Genocide: A Comprehensive Introduction, Abingdon y Nueva York: Routledge, 2016.
14
Rosa Freedman, “The United States and the U.N. Human Rights Council: An Early Assessment”, St.
Thomas Law Review, 23, 2010, pp. 99-135, disponible en: http://www.stthomaslawreview.org/wp-content/
uploads/2010/10/OFFICAL-FREEDMAN-MACRO.pdf
15
Ibid.
16
Rosa Freedman, The United Nations Human Rights Council: A Critique and Early Assessment, Abingdon y
Nueva York: Routledge, 2013.
121
Hannibal Travis
17
Mehmet Özkan y Birol Akgün, “Turkey’s Darfur Policy: Convergences and Differentiations from the
Muslim World”, Insight Turkey, 12, núm. 4, 2010, pp. 147-162, disponible en: http://files.setav.org/
uploads/Pdf/insight_turkey_vol_12_no_4_2010_ozkan.pdf
18
Roger Smith, “Introduction: The Ottoman Genocides of Armenians, Assyrians, and Greeks”, Genocide
Studies International, 9, núm. 1, 2015, pp. 1-10.
19
Adam Jones, Genocide: A Comprehensive Introduction, Abingdon y Nueva York: Routledge, 2006.
20
Idem.
21
Stephen K. Baum, Antisemitism Explained, Lanham: University Press of America, 2012, p. 199.
22
Israel Charny y Daphna Fromer, “A Follow-up of the Sixty-nine Scholars Who Signed an Advertisement
Questioning the Armenian Genocide”, Internet on the Holocaust and Genocide, núms. 25-26, 1990, pp. 5-6.
122
Acerca de clasificar retroactivamente como genocidios algunos acontecimientos históricos
23
Hannibal Travis, “Genocide and the International Arms Trade: The Law and Practice of Arming Genocidal
Governments”, en Samuel Totten (ed.), Impediments to the Prevention and Intervention of Genocide: An Annotated
Bibliography, New Brunswick: Transaction Publishers, 2012, pp. 195-222.
24
Hannibal Travis, “On the Original Understanding of the Crime of Genocide”, Genocide Studies and Prevention:
An International Journal, vol. 6, núm. 2, 2012, pp. 35-52.
123
Hannibal Travis
lianos, los maorís, los tasmanios y los pueblos del suroeste de África, entre los
cuales se encontraban los hereros.25 También analizó la deportación, la eliminación
de símbolos y líderes culturales y la separación de familias como “técnicas” de
genocidio.26 En cuanto a esta última técnica, Lemkin revisó ejemplos que van
desde los protestantes franceses hasta las víctimas de los comunistas en la guerra
civil griega de la década de 1940.27 Lemkin escribió que el genocidio incluye
“operaciones quirúrgicas realizadas sobre las culturas”.28
Los materiales legales utilizaban conceptos semejantes a los de Lemkin. Los
juicios de Nuremberg, contra los criminales de guerra nazis, concluyeron que los
nazis actuaron de manera genocida en Polonia porque su intención era destruir a
las naciones no alemanas.29 La devastación y el saqueo del patrimonio cultural de
los judíos también tuvo un papel central en los crímenes cometidos durante la
persecución de los judíos. Además de concentrarse en el exterminio como tal, los
tribunales también pusieron atención en ese crimen y, debido a ello, recayó sen
tencia judicial sobre un grupo de nazis —las SA también hubieran sido culpables
de este crimen como organización de no haber sido porque sus líderes sufrieron
una purga en 1934—.30 Los juicios subsecuentes presididos por los tribunales de
la Ley Número 10 del Consejo de Control determinaron que privar a los judíos
de sus propiedades era una forma típica de “persecución”.31
Al redactar la Convención sobre el Genocidio, delegados de todo el mundo,
autorizados por la onu para elaborar un tratado, clasificaron de manera retroacti
va como genocidios algunos acontecimientos históricos, que entonces quedaron
bajo los supuestos de los términos del tratado. El delegado de Cuba dijo que son
25
Michael McDonnell y Moses A. Dirk, “Raphael Lemkin as Historian of Genocide in the Americas”, Journal
of Genocide Research, 7, 2005, pp. 501-504, en esp. pp. 501-502, disponible en: http://dirkmoses.weebly.
com/uploads/7/3/8/2/7382125/moses__mcdonnell_lemkin_americas.pdf
26
Ibid., p. 504.
27
John Docker, “Are Settler-Colonies Inherently Genocidal?”, en Michael McDonnell y Moses A. Dirk (eds.),
Empire, Colony, Genocide: Conquest, Occupation, and Subaltern Resistance in World History, Nueva York: Bergh
ahn Books, 2008, p. 93.
28
Ibid., p. 97.
29
Véanse International Military Tribunal. 1947. Judgement. The Avalon Project at Yale Law School, dispo
nible en: http://avalon.law.yale.edu/imt/judorg.asp#leadership, http://avalon.law.yale.edu/imt/judwarcr.
asp#persecution y http://avalon.law.yale.edu/imt/chap15_part04.asp; International Military Tribunal,
1947, Trial of Major War Criminals before the International Military Tribunal, Nürnberg, 14 de noviem
bre de 1945-1 de octubre de 1946, pp. 120-121.
30
International Military Tribunal, 1947, Trial of Major War Criminals before the International Military
Tribunal, Nuremberg, 14 de noviembre de 1945-1 de octubre de 1946.
31
Idem.
124
Acerca de clasificar retroactivamente como genocidios algunos acontecimientos históricos
La Unión Soviética también propuso que el genocidio requería “la destrucción física de un
grupo racial, nacional o religioso, cometido por motivos raciales, nacionales o religiosos” y no
nada más la intención de destruir a un grupo, todo o una parte. Esta enmienda no prosperó
[junto con otras enmiendas que acotaban las definiciones].
Los encargados del tratado desecharon la propuesta de limitar el daño mental a “mutila
ciones y experimentos biológicos”. Estados Unidos arguyó que debían establecerse proteccio
nes contra daños físicos, incluso si no resultaban en mutilaciones o pérdidas permanentes. De
la misma manera, los encargados del tratado ensancharon el predicado de los actos de genoci
dio, haciéndolo pasar de “perjuicios causados a la integridad física” de los miembros de un
32
Organización de las Naciones Unidas, Official Records of the Third Session of the General Assembly, Part
I: Legal Questions, Sixth Committee, Summary Records of Meetings, 21 de septiembre a 10 de diciembre
de 1948, París: Palais de Chaillot, 1949, p. 23.
33
Ibid., p. 40.
34
Ibid., p. 82.
35
Ibid., pp. 116-117.
36
Ibid., pp. 183-184.
37
Ibid., p. 188.
125
Hannibal Travis
grupo a daños físicos o mentales de consideración provocados a éstos. China explicó que la
prohibición del genocidio era de capital importancia para ese país, pues los japoneses come
tieron genocidio en China por diversos métodos, entre ellos, distribuir opio. [En 2011] Japón
aún no había ratificado la Convención sobre el Genocidio de la onu.
[William A.] Schabas, estudioso del genocidio, hace notar que Estados Unidos y Canadá
encabezaron la oposición contra el “genocidio cultural”; lo que es más, se opusieron a incluir
grupos “étnicos” (o culturales o lingüísticos) en la Convención de la onu, aunque perdieron
la batalla, pues los grupos étnicos fueron incluidos junto con los grupos raciales.38
38
H. Travis, “On the Original Understanding…”, op. cit., pp. 35-36.
39
Organización de las Naciones Unidas, Official Records, op. cit., p. 200.
40
Véanse Israel Charny (ed.), Encyclopedia of Genocide: A-H, vol. 1. Santa Barbara: ABC-Clio, 1999 y Leslie
Alan Horvitz y Christopher Catherwood (eds.), Encyclopedia of War Crimes and Genocide, Nueva York: Facts
on File, 2006.
126
Acerca de clasificar retroactivamente como genocidios algunos acontecimientos históricos
Por mor del contexto, retrocedamos en el tiempo, cuando el Blue Book Turkey,
una publicación inglesa, hacía referencia a 8 000 armenios y otros cristianos, que
fueron asesinados en el área de Diyarbakır entre 1895 y 1896; en esos hechos, más
de quinientas muchachas y niñas armenias fueron secuestradas en ese lugar y en
el área de Silvan.41 Una investigación británica encontró que los otomanos pro
clamaron que “ya no quedan más cristianos en el país”.42 Si bien en las décadas de
1840 a 1860 hubo brotes de persecución contra los asirios de Hakkâri, las masa
cres de 1894 ocurrieron mientras surgían organizaciones revolucionarias entre los
armenios y se formaba una caballería militar kurda, tal vez para imitar a los cosa
cos del Imperio Ruso.43 Esta serie de masacres aconteció en el área de Diyarbakır
y en las aldeas y los pueblos de las montañas de los alrededores. Bien puede ser
que nunca se llegue a saber con exactitud el número de muertes, aunque algunos
escritores afirman que llegó a las decenas de miles de asirios y que, para los arme
nios, puede ascender a decenas o cientos de miles: en este periodo, con frecuencia
las mujeres y los niños que no perecieron fueron secuestrados y traumatizados en
el sudeste de Anatolia.44 Un diácono asirio de Mosul escribió en 1895 una des
cripción de las masacres de cristianos ocurridas “en la ciudad de Amid y las aldeas
aledañas […] y en Se’erd y Batlis; y en todo el campo y en ciudades y villas,
donde había asirios y armenios, los mataron sin piedad, y a sus esposas y niños se
los llevaron como cautivos”.45 En la ciudad de Harput, “escondida en las ruinas
del barrio cristiano, había una muchedumbre de niños, mujeres y hombres, tem
blorosos y famélicos, que habían pasado por una experiencia similar [huir
descalzos]”.46 Bajo el encabezado “Turcos inventan nuevas torturas”, la Associated
Press escribió en 1895 acerca de “la persecución sistemática contra los cristianos
por todos los lugares del Imperio; en la región de Hakkâri, al norte de Mosul, las
fuerzas del sultán asedian y matan de hambre a los asirios”.47
41
Blue Book Turkey, núm. 8, 1896, p. 127.
42
Selim Deringil, “‘The Armenian Question Is Finally Closed’: Mass Conversions of Armenians in Anatolia
During the Hamidian Massacres of 1895-1897”, Comparative Studies in Society and History, vol. 51, núm. 2,
2009, pp. 344-371, esp. pp. 364-365.
43
Frederick David Greene, The Armenian Crisis in Turkey: The Massacre of 1894, Its Antecedents and Significance,
Nueva York: G.P. Putnam’s Sons, 1895, pp. 7-15.
44
Anahit Khosroeva, “The Assyrian Genocide in the Ottoman Empire and Adjacent Territories”, en Richard
Hovannisian (ed.), The Armenian Genocide: Cultural and Ethical Legacies, New Brunswick: Transaction, 2007,
pp. 268-269, disponible en: http://www.aina.org/articles/amitaatt.htm
45
Martin Sprengling, “Antonius Rhetor on Versification: With an Introduction and Two Appendices”, The
American Journal of Semitic Languages, núm. 32, 1916, pp. 145-238, esp. p. 204.
46
The New York Times, “Woes of the Armenians”, 4 de enero de1896, p. 5.
47
Chicago Daily Tribune, “New Torture Devised by the Turk”, 10 de junio de 1895, pp. 1-2.
127
Hannibal Travis
48
The New York Times, “Turkey Yet Wavers on Brink of War”, 27 de agosto de 1914, disponible en: https://
umdearborn.edu/dept/armenian/bts/Apr_8-27-1914_NYT_TurkeyYetWaversOnBrinkOfWar_copy.pdf
49
Walter Rößler, DE/PA-AA/Bo. Kons./B. 169, 6 de junio de 1915, telegrama del cónsul en Alepo a Wan
genheim, en la embajada en Constantinopla.
50
Vahakn Dadrian, “The Armenian Question and the Wartime Fate of the Armenians as Documented by the
Officials of the Ottoman Empire’s World War I Allies: Germany and Austria-Hungary”, International
Journal of Middle East Studies, núm. 34, 2002, pp. 59-85.
51
Vahakn Dadrian, “Documentation of the Armenian Genocide in German and Austrian Sources”, en Israel
Charny (ed.), The Widening Circle of Genocide: Genocide: A Critical Bibliographic Review, New Brunswick:
Transaction, 1994, p. 104.
52
Pallavicini, 1917.
128
Acerca de clasificar retroactivamente como genocidios algunos acontecimientos históricos
53
Isḥāq Armalto, Al-Qusara fi nakabat al-nasara, Beirut: s.e., 1919; Abed Mshiho Na’man Qarabashi, Dmo
Zliho: Vergoeten Bloed: Verhalen over de gruweldaden jegens Christenen in Turkije en over het leed dat hun in 1895
en in 1914-1918 is aangedaan, George Toro y Amil Gorgis (trads.), Glanerbrug: Bar Hebraeus, 2002, pp.
60-127.
54
Deborah Dwork y Robert Jan van Pelt, The Holocaust: A History, Nueva York: W.W. Norton & Co, 2002,
p. 38.
55
Gust, Wolfgang y Sigrid Gust (eds.), Armenocide, 2015, disponible en: http://www.armenocide.net/ ar
menocide/orphanchildren.nsf/7d8c0090e09515f1c1257cbf00474b41/e0806cc9885483cbc1257c42003f
c742!OpenDocument
56
Véanse Christoph Baumer, The Church of the East: An Illustrated History of Assyrian Christianity, Londres: I.B.
Tauris, 2006, p. 263; Joseph Yacoub, “La question Assyro-chaldéenne, les Puissances Européennes et la
Société des Nations (1908-1938), vols. 1-4, Tesis doctoral, Université Lyon II, 1985, p. 42 y, del mismo
autor, The Year of the Sword: The Assyrian Genocide, a History, Oxford: Oxford University Press, 2016, pp.
181-183.
57
Vahakn Dadrian, “The Historical and Legal Interconnections Between the Armenian Genocide and the
Jewish Holocaust: From Impunity to Retributive Justice”, Yale Journal of International Law, vol. 23, núm.
2, 1998, pp. 504-550, p. 331.
129
Hannibal Travis
Los asesinatos en masa se cometieron con mayor intensidad antes de agosto de 1915, cuando
el patriarcado armenio circuló un comunicado de prensa que calculaba en 835 600 el número
de muertes acaecidas hasta ese momento. Más tarde, al finalizar 1915, estimaba el número de
víctimas en “no menos de un millón” [Un registro otomano] que aparentemente data de fina
les del verano de 1915, presenta un total de 924 158 deportados. Hay múltiples razones para
considerar que, para la totalidad del periodo del genocidio, este número puede ser mayor en
muchos cientos de miles […]
[Hubo pérdidas] entre los asirios de todas las denominaciones, residentes del Imperio
Otomano o de Irán: nestorianos, ortodoxos sirios, caldeos, protestantes y católicos. Las dele
gaciones que asistieron a la Conferencia de Paz de París estimaron estas pérdidas en 250 mil,
lo cual constituye la mitad de la población original.59
58
Ibid., p. 501.
59
David Gaunt, “Ottoman Bystanders”, Reporte para el Foro for Levande Historia, 2007, disponible en: http://
www.atour.com/~history/1900/20110208a.html
60
A. BarAbraham, op. cit.
61
Eugene Griselle, Syriens et Chaldéens: Leur Martyre, Leurs Espérances, París, Bloud et Gay, 1918. Johannes
Lepsius, Deutschland und Armenien: Sammlung diplomatischer Aktenstücke, Potsdam y Berlín, Tempelverlag,
1919 y Der Todesgang des armenischen Volkes, Potsdam, Tempelverlag, 1919. Surma d’Bait Mar Shimun,
“Refugees from Hakkiari: Letter to W.A. Wigram”, en Sir James Bryce, Arnold Toynbee y Ara Sarafian
(eds.) The Treatment of Armenians in the Ottoman Empire, 1915-1916: Documents Presented to the Viscount Grey
of Fallodon, Princeton, Gomidas Institute, 2000. Joseph Naayem, Shall This Nation Die?, Nueva York,
Chaldean Rescue, 1921 y del mismo autor Les Assyro-chaldéens et les Arméniens massacrés par les Turcs. Documents
inédits recueillis par un témoin oculaire, París: Bloud et Gay, 1920, disponible en: http://www.imprescriptible.
fr/documents/naayem/ Y.M. Nisan, “Urmia”, en Sir James Bryce y Arnold Toynbee, op. cit. Jacques Rhéto
130
Acerca de clasificar retroactivamente como genocidios algunos acontecimientos históricos
mentó pueblo por pueblo las masacres contra los asirios de manera muy detallada.
Los jefes de la diáspora asiria declararon ante la Conferencia de Paz de París y la Liga
de las Naciones el sufrimiento del pueblo asirio bajo el dominio de turcos, kurdos
y árabes; contaron acerca de los asesinatos en masa, las violaciones y las torturas, la
devastación de hogares y pueblos y la demolición de iglesias y monumentos histó
ricos.62 En la segunda generación se cuentan académicos como Joseph Alichoran,
Joseph Yacoub y Gabriel Yonan,63 quienes lograron que nuestra comprensión
fuera más profunda y establecieron el canon de documentos y memorias del seyfo
[genocidio asirio]. En la tercera generación de académicos de la diáspora asiria hay
libros, capítulos de libros y artículos de Thea Halo, Sebastien de Courtois, Jan
Bet-Sawoce, Hirmis Aboona y Eden Naby64 que prueban con efectividad que,
antes de que existiera la palabra “genocidio”, en América y Europa ya había exper
tos en genocidio que se concentraban en el caso de los asirios. Thea Halo y yo se
ñalamos que asirios y griegos compartieron el sufrimento colectivo de los armenios
y padecieron 2.5 millones de muertes registradas no sólo por asirios y griegos, sino
también por estadounidenses, británicos, franceses y alemanes que vivían en el
Medio Oriente por aquellos tiempos. Hay académicos que, sin ser de origien asirio,
tienen vínculos con la comunidad asiria; éstos también han trabajado de manera
importante sobre el genocidio asirio y son particularmente notables Christoph
Baumer, David Gaunt, Tessa Hofmann, Martin Tamcke e Yves Ternon.65
ré, “Les Chrétiens aux bêtes” Souvenirs de la guerre sainte proclamée par les Turcs contre les chrétiens en 1915, Joseph
Alichoran (ed. y trad.), París: Éditions du Cerf, 2005. Y.H. Shahbaz, The Rage of Islam: An Account of the
Massacre of Christians by the Turks in Persia, Filadelfia, Roger Williams Press, 1918. Paul Shimmon, “Hak
kiari”, “Urmia, Salmas, and Hakkiar” y “Urmia, Salmas, and Hakkiari: Fuller Statement”, en Sir James
Bryce y Arnold Toynbee, op. cit. Ronald. S. Stafford, The Tragedy of the Assyrians, Londres, Kegal Paul, 1935.
Abraham Yohannan, The Death of a Nation, or the Ever Persecuted Nestorians or Assyrian Christians, Nueva York,
G.P. Putnam Sons, 1916.
62
Hannibal Travis, Genocide in the Middle East: The Ottoman Empire, Iraq, and Sudan, Durham, Carolina Aca
demic Press, 2010, p. 261.
63
J. Yacoub, “La question Assyro-chaldéenne…”, op. cit. y, del mismo autor, “The Assyrian Community in
Turkey”, en Ole Hoiris y Sefa Martin Yurukel (eds.), Contrasts and Solutions in the Middle East, Oakville,
Aarhus University Press, 1997. Gabriele Yonan, Ein vergessener Holocaust: Die Vernichtung der christlichen
Assyrer in der Türkei, Gotinga, Gesellschaft für bedrohte Völker, 1989.
64
Sebastian Courtois, Le génocide oublié. Chrétiens d’Orient, les derniers Araméens, París, Ellipses, 2002. Jan Bet-
Sawoce, “The Fall of Mëdyad/Midyat in the Time of Sayfo”, Parole de l’Orient, vol. 31, 2006, pp. 269-277.
Hirmis Aboona, Assyrians, Kurds, and Ottomans: Intercommunal Relations on the Periphery, Amherst, Cambria
Press, 2008.
65
C. Baumer, The Church of the East, op. cit. D. Gaunt, “Ottoman Bystanders”, op. cit. Tessa Hofmann (ed.), “Mit
einer Stimme sprechen, gegen Volkermord”, en Verfolgung, Vertreibung und Vernichtung der Christen im Osmanis-
chen Reich 1912-1922, Münster, LIT Verlag, 2004, y en el mismo libro Martin Tamcke, “Der Genozid an den
Assyrern/Nestorianern”. Yves Ternon, “Mardín 1915: anatomie pathologique d’une destruction”, Revue
d’Histoire Arménienne Contemporaine, 2002, disponible en: http://www.imprescriptible.fr/rhac/tome4/.
131
Hannibal Travis
En 2010, el parlamento sueco declaró que junto con el de los armenios, ocu
rrieron los genocidios de asirios y griegos. En 2010, el Congreso de Estados
Unidos también consideró emitir resoluciones acerca del genocidio, si bien tan
sólo en nombre de los armenios; sin embargo, al final las retiró. El gobierno de
Obama favoreció la posición de Turquía. En 2012, en Francia quedó prohibido
negar el genocidio de los armenios. Antes, el Consejo de la Unión Europea había
solicitado a todos los miembros que no permitieran que los crímenes contra la
humanidad fueran negados o trivializados. En 2013, un movimiento surgido en
el parlamento austriaco buscó el reconocimiento del genocidio armenio.
Iniciativas como menciones en el texto de las resoluciones del parlamento
europeo y de otros documentos, o como informes y congresos de la Comunidad
Europea y de la onu, han generado un mayor entendimiento de los padecimien
tos de los habitantes del este de Turquía. Se siguen produciendo estudios para
documentar la historia de Turquía oriental, en especial del área de Mardín, pero
también de Hakkâri y otras zonas, los cuales incluyen información relevante sobre
patrimonio, cultura e historias de familia.
132
Acerca de clasificar retroactivamente como genocidios algunos acontecimientos históricos
133
Los asirios en la república turca
y el caso del monasterio de Mor Gabriel
Abdulmesih BarAbraham*
135
Abdulmesih BarAbraham
Partido de los Trabajadores del Kurdistán (pkk) kurdo y el ejército turco, lo cual
resultó en la huida masiva lejos de la patria ancestral. Por último, el artículo
concluye con el caso del monasterio de Mor Gabriel y examina los procedimientos
judiciales en el contexto de las negociaciones para que Turquía pueda ingresar a
la Unión Europea.
Introducción
En la actualidad, la mayoría de los asirios (süryani en turco, también conocidos
como caldeos o sirios) habita en la región entre los ríos Tigris y Éufrates y se
concentran en particular sobre la parte norte de Mesopotamia, conocida entre los
asirios como Beth-Nahrin (Tierra entre los Dos Ríos). En Iraq, Irán, Siria y Tur
quía conforman una minoría étnica, lingüística y religiosa. Son uno de los pueblos
indígenas del Medio Oriente y pueden rastrear su origen hasta pueblos tan anti
guos como los asirios, los caldeos, los babilonios, los acadios y los arameos. Al día
de hoy, se les nombra según las diversas denominaciones, por lo cual los términos
más comunes para designarlos son sirios o siriacos, nestorianos, caldeos y jacobi
tas. Estos nombres son resultado principalmente de la fragmentación histórica de
las diversas denominaciones de las Iglesias de Siria (Iglesia Ortodoxa Siria, Iglesia
Oriental Asiria, católicos caldeos, sirio-católicos e Iglesia Evangélica Siria); sin
embargo, después de dos mil años de cristianización, todas las denominaciones
comparten el uso del sirio clásico como lengua litúrgica.
Durante el Imperio Otomano, los asirios quedaron fuera del sistema legal is
lámico, pues eran cristianos. Los miembros de las denominaciones individuales
fueron segmentados de acuerdo con el concepto otomano del millet.1 Como no son
musulmanes, sus relaciones con el Estado están determinadas por acuerdos espe
ciales de protección; considerados como Dhimmi, tenían que pagar el impuesto
especial islámico conocido como djizya.
En 1908, con la esperanza de mejorar su situación política y legal, los millets
no musulmanes recibieron con beneplácito el golpe militar de los Jóvenes Turcos,
que al principio defendían la reestructuración democrática del Imperio Otomano.
No obstante, las tendencias no turcas fueron reprimidas con celeridad. La perse
cución contra los cristianos alcanzó el culmen en la Primera Guerra Mundial.
Después de perder la Primera Guerra Mundial contra la alianza entre las po
tencias británica, francesa e italiana, Turquía surgió en 1923 con sus fronteras
Fatih Öztürk, Ottoman and Turkish Law, Bloomington, iUniverse llc Press, 2014, pp. 1-22.
1
136
Los asirios en la república turca y el caso del monasterio de Mor Gabriel
David Gaunt, Massacres, Resistance, Protectors: Muslim-Christian Relations in Eastern Anatolia During World
3
137
Abdulmesih BarAbraham
4
Gabriele Yonan, Der vergessene Holocaust: die Vernichtung der christlichen Assyrer in der Türkei [El holocausto ol-
vidado: Exterminio de los asirios cristianos de Turquía], Gesellschaft für bedrohte Völker, Hamburgo y Gotin
ga, Pogrom, 1989.
5
D. Gaunt, op. cit., pp. 197-272.
6
Nuriye Akman, 1915te bir tek Süryaninin bile burnu kanamadi, entrevista con Mehmet Çelik, periódico en
línea Zaman 27, abril de 2008, disponible en: http://www.zaman.com.tr/roportaj_mehmet-celik-1915te-
bir-tek-suryaninin-bile-burnu-kanamadi_681942.html [consulta: 20 de julio de 2014].
7
Abdulmesih BarAbraham, “Turkey’s Key Arguments in Denying the Assyrian Genocide: A Brief Review
of Two Publications of the Turkish Historical Society”, Journal of Assyrian Academic Studies, vol. 25, núms.
1-2, 2011, pp. 77-88.
8
Salahi Sonyel R., The Assyrians of Turkey: Victims of Major Power Policy, Ankara, Turkish Historical Society
Printing House, 2001.
9
Abdulmesih BarAbraham, Sweden Recognizes Assyrian, Greek and Armenian Genocide, Assyrian International
138
Los asirios en la república turca y el caso del monasterio de Mor Gabriel
139
Abdulmesih BarAbraham
chos que los musulmanes. La carta magna también garantiza la libertad religiosa.
No obstante, estos derechos no son sino tinta sobre papel. En general, el gobierno
proporciona protección insuficiente para las minorías. Después de todo, no hay
una tradición de tolerancia hacia las minorías cristianas. Así pues, la nueva Cons
titución de Turquía instituyó una forma diferente de opresión cultural contra las
minorías no turcas, poniéndola en ejecución a lo largo y ancho del país: la turqui
ficación (Türkleştirme) en masa.12
Los asirios, a diferencia de armenios, griegos y judíos, no recibieron la condi
ción de minoría en los términos del Tratado de Lausana (1923). Esto tuvo serias
consecuencias y las sigue teniendo, pues en los años siguientes quedó prohibido
enseñar su idioma y, en Tur-Abdin, en 1929 y 1930, fueron clausurados escuelas,
monasterios y seminarios para la formación de los monjes. Puesto que no se acep
taba a los asirios ni siquiera como minoría lingüística, las organizaciones cultu
rales asirias, así como sus libros y periódicos, también quedaron prohibidas.
Esta política de Estado, que perseguía la asimilación y turquificación sistemáti
cas de las minorías no turcas, se extendió por todas partes. Como consecuencia de
un decreto de 1934, los asirios debieron adoptar nombres turcos. Esta regulación
estuvo en vigor hasta la década de 1970. Con base en el párrafo 16 del decreto
núm. 1587 de 1972, los niños recién nacidos solamente podía ser inscritos en el
registro civil si su nombre era turco.13 Esta política siguió surtiendo efectos hasta
la década de 1980: Por ejemplo, cuando los trabajadores que vivían en países eu
ropeos intentaban registrar a sus hijos recién nacidos en los consulados de Turquía,
primero tenían que seleccionar un nombre de una lista oficial de nombres turcos.
Con base en una directriz de 1949, además de los nombres de personas, cien
tos de nombres de lugares fueron reemplazados por nombres turcos.14 Como
ejemplo, se pueden citar las aldeas aledañas a Midyat, en el sureste de Turquía,15
12
Ayhan Aktar, “Cumhuriyetin ilk yıllarında uygulanan “Türkleştirme” politikaları” [Políticas de turquifi
cación en los primeros años de la República], Tarih ve Toplum, núm. 156, 1996, pp. 4-18.
13
Mesut Yeğen, “Cumhuriyet ve Kürtler” [Die Republik und die Kurden], BiaMAG OnlineMagazine, 14,
marzo de 2006, disponible en: http://www.bianet.org/biamag/siyaset/75849-cumhuriyet-ve-kurtler [con
sulta: 20 de julio de 2014].
14
Orhan Kılıç, “Yer Adları Üzerine -1” [Zu den Orstsnamen], Günışığı Gazetesi, 10 de diciembre de 2013,
disponible en: http://www.gunisigigazetesi.net/y-6649-b-YER-ADLARI-UZERINE-1.html [consulta:
20 de julio de 2014].
15
Jan Bet-Sawoce y Abdulmesih BarAbraham, “Cumhuriyet tarihi boyunca doğu ve batı Asurlara Karşı -
Baskı, Zulüm, Assimile ve Kovulma” [Repression, Diskriminierung, Assimilation und Vertreibung der
Ost- und West Assyrer während der Türkischen Republik], en Fikret Başkaya y Sait Çetinoğlu (eds.),
Resmi Tarih Tartışmaları, 8, Türkiye’de Azınlıklar [Minorías de Turquía], Ankara, Özgür Üniversite
Kitablığı, 2009, pp. 175-251, esp. 221.
140
Los asirios en la república turca y el caso del monasterio de Mor Gabriel
16
Ibid., p. 235.
17
Ibid., p. 236.
141
Abdulmesih BarAbraham
abandonar sus hogares, para que los labradores, sin defensores, acabaran por salir.
En esta época, miles de personas huyeron, pues el abigeato y la destrucción de
huertos y campos derribaron los cimientos de la mayor parte de la población rural
asiria. Encontraron refugio principalmente en los países de Europa, donde muchos
asirios vivían desde la década de 1960, en condición de “trabajadores invitados”.
En el contexto de las acciones que las fuerzas de seguridad de Turquía emprenden por todo el
país en contra del pkk, las aldeas de los cristianos se hacen inhabitables y se expulsa o mata a
sus pobladores por medio de la fuerza militar, por lo cual no es posible diferenciar o distinguir
entre grupo étnico y grupo religioso. Esto se hace patente en el caso de dos aldeas, Kovankaya
(Mehri), en la provincia de Hakkâri, y Hassane, en la provincia de Şirnak. Tras regresar en
Véanse Aryo Makko, “Living between the Fronts: The Turkish-Kurdish Conflict and the Assyrians”, en
18
Pieter Omtzigt, Markus Tozman y Andrea Tyndall (eds.), The Slow Disappearance of Syriacs from Turkey,
Münster, lit Verlag, 2012, pp. 67-74; Abdulmesih BarAbraham, “Issues Facing the Christian Assyrians
in the Middle East and in the West”, ponencia presentado en el Primer Congreso Mundial de Estudios
sobre Medio Oriente (wocmes), Universidad de Mainz, Alemania, septiembre, 2002.
142
Los asirios en la república turca y el caso del monasterio de Mor Gabriel
1992 al pueblo de Kovankaya, incendiado por las fuerzas de seguridad en 1992, cerca del 4
de junio de 1994 los gendarmes volvieron a prender fuego a los residentes, quienes fueron
golpeados y dos de ellos desaparecieron. El pueblo de Hassane, en donde militantes del pkk
obtenían comida a la fuerza, fueron evacuados el 20 de noviembre de 1993 por esta razón. Para
enero de 1995, aproximadamente 140 de los 200 aldeanos se habían marchado. Es evidente
que los pobladores no recibieron compensación alguna. El descenso pronunciado y continuo
de la población cristiana de Tur-Abdin también representa otro claro ejemplo de esta situación.
143
Abdulmesih BarAbraham
144
Los asirios en la república turca y el caso del monasterio de Mor Gabriel
me de 2011 declara: “Son causa de preocupación los casos que actualmente lleva
la corte, algunos de ellos iniciados por el gobierno contra el monasterio ortodoxo
sirio de Mor Gabriel. Turquía debe garantizar el total respeto a los derechos de
propiedad de todas las comunidades religiosas no musulmanas y de otras
[comunidades]”.21
Algunos observadores abordaron la cuestión de las posibles motivaciones
políticas en la avalancha de demandas de las autoridades gubernamentales en el
caso de Mor Gabriel. A continuación, se presenta una breve valoración del profe
sor Basin Oran.
En el artículo “The Document Disappeared from the Records of Mor Gabriel”,
concluye que el gobierno de Erdoğan, “en contra de lo que declara ante la Unión
Europea, insta a diversas instituciones del Estado a que emprendan medidas lega
les contra el monasterio de Mor Gabriel, que tiene 1614 años de antigüedad, para así
destruirlo”.22 Esto sucede a pesar de que el mundo entero observa el caso de cerca.
Al revisar con más atención, se aprecia que los antecedentes del caso de Mor
Gabriel son más sutiles y complejos. Desde el comienzo aparecieron indicios de
que realmente se trataba de un caso político y no, como se sugirió antes, de un
asunto catastral sin resolver.
Cuando viajó a Midyat en 2008, para estar presente en una de las primeras
audiencias en el caso de Mor Gabriel, Nuri Kino, multipremiado periodista asirio
de nacionalidad suiza, realizó entrevistas con las partes involucradas en la dispu
ta, en busca de una manera para establecer un diálogo entre la gente de las aldeas
kurdas aledañas al monasterio, para así tener un acercamiento con Mor Gabriel.23
Nuri Kino se reunió con los notables del pueblo que había entablado la demanda
contra el monasterio y habló con los aldeanos, tratando de comprender sus moti
vos para demandar al monasterio. Los aldeanos indicaron claramente que su
abogado era Süleyman Çelebi, exdiputado del partido en el gobierno (akp), y que
fue él quien los ayudó a formular la “queja” contra Mor Gabriel. Así pues, las
21
Comisión Europea, “Conclusions on Turkey”, extracto del comunicado de la Comisión al Parlamento Eu
ropeo y el Consejo, “Enlargement Strategy and Main Challenges 2012-2013”, COM(2012)600 final, S.4,
disponible en: http://ec.europa.eu/enlargement/pdf/key_documents/2012/package/tr_conclusions_2012_
en.pdf [consulta: 20 de julio de 2014].
22
Baskin Oran, “Mor Gabriel dosyasından kaybolan evrak” [Das aus den Akten Mor Gabriels verschwundene
Dokument], Sonntagbeilage Zeitschrift Radikal, 24 junio de 2012, disponible en: http://www.radikal.com.
tr/radikal2/mor_gabriel_dosyasindan_kaybolan_evrak-1092244 [consulta: 20 de julio de 2014].
23
Nuri Kino‚ “The Assyrian Monastery and Its Muslim Neighbors”, Assyrian International News Agency, 14
de enero de 2009, disponible en: http://www.aina.org/guesteds/20090114120558.htm [consulta: 20 de
julio de 2014].
145
Abdulmesih BarAbraham
pruebas demuestran que el akp estuvo involucrado desde el principio en las de
mandas contra el monasterio. En una entrevista telefónica otorgada el 27 de
enero de 2009 a la televisora sueca acsa-tv (Qolo Hiro en sueco), Ismail Erkan,
jefe de la aldea de Yayvantepe, dejó claro que sin “Süleyman Çelebi no podría
haber ‘solución’ para el caso”. Çelebi estuvo presente cuando se abrió el procedi
miento contra el monasterio de Mor Gabriel, en su carácter de diputado de akp
ante el Parlamento Turco de Ankara. El 31 de enero de 2009, en un breve repor
taje del canal ard (Europa Magazin) de la televisión alemana, quedó clara otra de
las razones para los problemas del monasterio, a saber, que el monasterio no p agaba
“cuotas de protección” a las vecinas aldeas kurdas. Como no pudieron alcanzar su
meta de esta manera, los notables de la aldea vecina, con apoyo de influyentes
diputados del akp y medios legales cuestionables, obviamente trataron de apode
rarse de las tierras del monasterio.
En la entrevista antes mencionada, el presentador de acsa-tv preguntó qué
ganarían las aldeas si el Tesoro confiscara la propiedad del monasterio. Ismail
Erkan respondió sin titubear: “El ganado de los aldeanos podría pastar ahí”. Es
muy probable que los aldeanos no supieran que esta clase de invasión de tierras
indirecta tuviera consecuencias para el Estado.
Estos indicios señalan de forma patente que miembros y partidarios de akp,
un partido islámico, se involucraron en este asunto, y dejaron sentir su influencia
con apoyo de parlamentarios del akp. Con apoyo de instituciones estatales (el
Tesoro en este caso), con reclamaciones sobre los terrenos del monasterio y con
procedimientos legales adecuados, trataron de desmoralizar al monasterio y a sus
ocupantes, para que se dieran por vencidos y abandonaran la región.
En mayo de 2012, Millî Gazete, publicación afiliada al akp, publicó un artícu
lo de Ahmet Yavuz: “A Vatican Colony in Midyat!”. En el artículo, Yavuz afir
maba que “la venta de tierras a los extranjeros moviliza a nestorianos, sirios y
asirios, cuyo objetivo a largo plazo es crear un Imperio Asirio en el sureste [de
Turquía]”. Además dice: “según informes, un ejército de cabilderos asirios opera
contra Turquía desde Suecia, Australia y Estados Unidos, erigiendo tres monu
mentos que conmemoran el seyfo [genocidido de 1915], y ahora, con apoyo de los
países europeos, se moviliza para adquirir tierras en Turquía, especialmente en
Antakya, Urfá y Mardín”.24
Ahmet Yavuz, “Midyat’a Vatikan kolonisi!” [Eine Kolonie des Vatikans in Midyat], Milli Gazete, 23 de
24
146
Los asirios en la república turca y el caso del monasterio de Mor Gabriel
Que la población cristiana indígena del sureste del país representa una ame
naza para un país tan grande como Turquía es absurdo, pero ésta se refleja en la
sentencia del tribunal de casación, cuyo juzgado número 20 dictó veredicto final
sobre una de las disputas de tenencia de la tierra el 12 de junio de 2012. El vere
dicto hace referencia a Mor Gabriel, cuya existencia se remonta al año 297 d.C.,
como el “ocupante” [en turco işgalci] y, por lo tanto, debe entregar parte de su
propiedad al Tesoro. De acuerdo con la opinión de la prensa liberal de Turquía,
la decisión del tribunal de casación, según la cual el monasterio debe entregar al
Tesoro parte de unos terrenos que ha poseído desde hace 14 siglos es un escánda
lo legal. En una nota publicada en el periódico Radikal el 21 de junio de 2012,
Soner Önder describe con cinismo que el tribunal de casación es la misma insti
tución que, en 1974, contribuyó a empeorar la situación de las minorías, al dictar
sentencia contra las asociaciones no musulmanas.25 En aquella decisión, el tribu
nal de casación describió como “asociaciones de extranjeros” aquellos grupos de
minorías religiosas, a pesar de que sus miembros son ciudadanos turcos. Önder
concluye diciendo que no observa mejoría en las políticas del país hacia las mino
rías, a pesar de las reformas debidas al proceso de ingreso a la Unión Europea. En
particular, según Önder, se considera que las minorías no musulmanas son “los
otros y que, desde un punto de vista nacionalista y religioso, incluso se les consi
dera como ‘elementos hostiles’ a la sociedad, que carecen de confiabilidad” y por
lo tanto se debe recelar de ellos.
Con el veredicto del tribunal de casación, del 13 de junio de 2012, el monas
terio de Mor Gabriel perdió 24.4 hectáreas de tierra a favor del Tesoro. Tanto la
legalidad del proceso como la sentencia son en extremo dudosas, pues algunos
documentos importantes, como las declaraciones fiscales del monasterio del año
1937, que sirvieron para que el tribunal de casación de Midyat fallara a favor del
monasterio, no fueron tomadas en cuenta por la Corte de Ankara y desaparecieron
misteriosamente en el trayecto entre Midyat y Ankara.26 El caso también contie
ne violaciones flagrantes contra las normas legales internacionales, en particular
las de la Corte Europea de Derechos Humanos.
25
Soner Önder, “Mal sahibi ve işgalci” [Grundbesitzer und Besatzer], Radikal Gazetesi, 21 de junio de 2012,
disponible en: http://www.radikal.com.tr/Radikal.aspx? aType=RadikalDetayV3&ArticleID=1091941&
CategoryID=149 [consulta: 20 de julio de 2014].
26
B. Oran, Mor Gabriel…, op. cit.
147
Abdulmesih BarAbraham
Observaciones finales
Al iniciar el proceso de ingreso a la Unión Europea en 2005, Turquía se comprome
tió con el imperio de la ley y la independencia del poder judicial, de acuerdo con
los Criterios de Copenhague. Tales criterios, formulados en 1993, estipulan las
condiciones para que un país se convierta en miembro de la Unión Europea. En
suma, consisten en tres criterios principales y una condición referente a las faculta
des de la Unión Europea. Ademas de prerrequisitos económicos y del criterio de
integración, el criterio político representa una condición clave para la aceptación.
El criterio político invoca la estabilidad institucional como garantía del orden
democrático constitucional y el respeto a los derechos humanos de las minorías.
A pesar de progresos y reformas realizados al comenzar el proceso de ingreso, es
patente que Turquía tiene un grave déficit en cuanto al criterio político, de acuer
do con los informes de avance que periódicamente publica la Unión Europea. En
el informe de 2018, la Comisión Europea de Bruselas reveló el testimonio más
adverso contra Turquía hasta la fecha, confirmando que sufre de graves retrocesos
en el imperio de la ley, la libertad de expresión y la independencia del poder ju
dicial. “Turquía se aparta de la Unión Europea”, asegura el informe.28
Otmar Oehring, Servicio de Informaciones de los Cristianos de Oriente, núm. 47, p. 13.
27
Comisión Europea, “Fact Sheet: Key findings of the 2018 Report on Turkey”, Bruselas, 17 de abril de 2018,
28
148
Los asirios en la república turca y el caso del monasterio de Mor Gabriel
29
Abdulmesih BarAbraham, “Warten auf Rückkehr”, Pogrom. Zeitschrift der Gesellschaft für bedrohte Völker, vol.
326, núm. 4, 2004, pp. 27-29, disponible en: https://www.gfbv.de/de/news/assyrer-warten-auf-rueckke
hr-230/ [consulta: 10 de mayo de 2019].
30
Harut Sassounian, Prime Minister Erdoğanğan Finally Admits Turkey Practiced Ethnic Cleansing, 29 de mayo de
2009, Azbarez Online Newspaper, disponible en: http://www.asbarez.com/2009/05/29/prime-minister-erdo
gan-finally-admits-turkey practiced-ethnic-cleansing/ [consulta: 20 de julio de 2014].
149
Abdulmesih BarAbraham
que viven aquí, quienes fueron víctimas de la limpieza étnica porque su identidad
étnica y cultural es diferente. Ha llegado el momento de preguntarnos por qué
sucedió eso y qué es lo que podemos aprender, pues no se ha realizado un análisis
adecuado; de hecho, esta conducta es resultado de posturas fascistas y hemos co
metido graves errores al conducirnos así”. De hecho, ésta es la primera ocasión en
la historia de Turquía en que un primer ministro admite abiertamente el trata
miento ilegal que, durante décadas, se ha dado a las minorías.
Sin embargo, como pone de manifiesto el caso de Mor Gabriel, todavía hay
razones para que los jueces liberales de Turquía sientan preocupación por el de
sarrollo de la justicia turca. Emine Ülker Tarhan, quien fuera juez supremo,
publicó un artículo en el Frankfurter Allgemeine Zeitung de Alemania donde llega
ba a expresar temor, pues el poder judicial de Turquía puede llegar a convertirse
en un secuaz del gobierno del akp, el partido de Erdoğan, colocando al país en
una línea islámica radical. “Solamente los musulmanes sunitas gozan de libertad
religiosa en nuestro país”, afirmó Tarhan.31
En los últimos años, numerosos políticos y diplomáticos europeos han salido
en masa para defender el monasterio de Mor Gabriel; al mismo tiempo, algunos
parlamentos de Europa, a saber, los de Alemania, Austria y Holanda, han emiti
do resoluciones para su preservación. Estas resoluciones instan al respeto total de
los derechos ciudadanos y políticos de las minorías, de acuerdo con los tratados
europeos e internacionales, para que así las minorías no musulmanas puedan
conseguir el reconocimiento legal y ejercer sus derechos plenamente.
Emine Ü. Tarhan, “Ich möchte keine Marionette der Regierung sein”, Frankfurter Allgemeine Zeitung, 11 de
31
150
La negociación por el asentamiento
de asirios en Brasil en la década de 1930
De la esperanza a la xenofobia
Introducción
El día 8 de enero de 2019, sólo una semana después de que Jair Messias Bolsona
ro asumiera la presidencia de la República Federativa de Brasil, el Ministerio de
Relaciones Exteriores informó a la Organización de las Naciones Unidas que el
país saldría del Pacto de Migración, suscrito por 120 de los 193 países miembros
de la onu. La salida de Brasil ya había sido anunciada en diciembre de 2018,
durante el periodo de transición entre el recién electo Bolsonaro y el entonces
presidente Michel Temer, quien había ordenado la adhesión brasileña al pacto
aproximadamente un mes antes.
La campaña electoral de Bolsonaro estuvo marcada por un discurso antiesta
blishment con críticas fuertes al llamado globalismo, una lectura de los efectos polí
ticos de la globalización que minarían la autonomía de las decisiones del
Estado-nación en pautas estratégicas ante el “poder político transnacional, glo
balmente activo e inmune a los deseos del pueblo”, cuyos principales paladines
serian George Soros, los Rockefeller, los Rothschild y, obviamente, la onu.1 Por
medio de su cuenta en twitter, el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Er
nesto Araújo, dijo que el pacto es un “instrumento inadecuado para lidiar con el
problema (migratorio)” y defendió que la “inmigración no debe ser tratada como
una cuestión global sino de acuerdo con la realidad y la soberanía de cada país”.2
* Doctor en Historia (Unesp). Profesor del curso de Relaciones Internacionales del Centro Universitario de las
Facultades Metropolitanas Unidas (fmu), São Paulo.
1
Cf. Thorsten Polleit, “A diferença básica entre globalismo e globalização econômica: um é o oposto do outro”,
Mises Brasil. Miércoles, 1 marzo 2017, disponible en https://www.mises.org.br/Article.aspx?id=2639
[consulta: 1 de mayo de 2019].
2
“Em comunicado a diplomatas, governo Bolsonaro confirma saída de pacto de migração da onu”, bbc
Brasil, 8 de enero de 2019, disponible en: https://www.bbc.com/portuguese/brasil-46802258 [consulta: 1
de mayo de 2019].
151
Heitor de Andrade Carvalho Loureiro
152
La negociación por el asentamiento de asirios en Brasil en la década de 1930
8
Cézar Augusto Benevides, “O perigo do estranho”, Revista Multitemas, núm. 3, 1997, p. 48.
9
Endrica Geraldo, “A ‘lei de cotas’ de 1934: controle de estrangeiros no Brasil”, Cadernos AEL: publicação do
Arquivo Edgard Leuenroth, vol. 15, núm. 27, 2009.
10
Jeffrey Lesser, A negociação da identidade nacional: imigrantes, minorias e a luta pela etnicidade no Brasil. São
Paulo: Unesp, 2001.
11
Ibid., p. 9.
153
Heitor de Andrade Carvalho Loureiro
que buscaban personas para trabajar en sus plantaciones de café en lugar de los ya
escasos y muy caros africanos. Con la promesa de acceso a la tierra, muchos inmi
grantes llegaron a Brasil en la segunda mitad del siglo xix, pero fueron colocados
bajo un régimen semejante al de la esclavitud por deudas, quedando atados a sus
patrones hasta que con su trabajo pudiesen pagar la inversión hecha en el viaje,
hospedaje y alimentación para que llegasen a Brasil. En algunos casos, los inmi
grantes se revelaron contra la situación que les imponían, lo que causó la prohibi
ción de emigración por parte de Prusia en 1859.12 Las denuncias de trabajadores
europeos sometidos a una situación de trabajo similar a aquella de los africanos y
afrodescendientes esclavizados se multiplicarían a lo largo de los siglos xix y xx.
Solamente en la década de 1860 el Imperio de Brasil incentivaría de forma orga
nizada la venida de inmigrantes europeos, no sólo para suplir la carencia de mano
de obra, sino como parte de un proyecto de blanqueamiento de una población
brasileña que, para entonces, estaba dividida por la mitad entre negros o mestizos
esclavizados y libres y blancos.13
De forma concomitante, las ideas eugenésicas y de darwinismo social ganaban
espacio en los círculos intelectuales y políticos brasileños. Figuras como Alberto
Torres, uno de los pilares del pensamiento autoritario y nacionalista de Brasil14
—cuya memoria sería alabada por una Sociedad de Amigos creada en su honor—
y Silvio Romero intentaban concebir la idea de un pueblo brasileño cuyo mesti
zaje era un factor constante en las discusiones. El mito de un pueblo compuesto,
inicialmente, por la confluencia de europeos, indígenas y africanos —según des
tacaba Karl Friedrich von Martius, para quien el componente portugués sería el
motor de esa mezcla—15 fue preciso actualizarlo con la llegada de otros pueblos
en el viraje del siglo xix al xx. Por un lado, los inmigrantes alemanes e italianos
que, en teoría, serían los preferidos para los defensores de la eugenesia, por ser
blancos y cristianos, ofrecían el riesgo de crear “quistes” en el interior de Brasil,
al no asimilarse a la sociedad receptora; por otro, los inmigrantes asiáticos colo
caban en jaque los conceptos de blanqueamiento, pues no encajaban en los paráme
tros de los “hombres de color” —negros e indígenas— pero tampoco podrían ser
colocados en el mismo grupo de los europeos occidentales. En el caso de chinos y
12
L.M. Schwarcz y H.M. Starling, op. cit., p. 276.
13
Idem.
14
Cf. Ricardo Luiz de Souza, “Nacionalismo e autoritarismo em Alberto Torres”, Sociologias, año 7, núm. 13,
2005, pp. 302-323.
15
Karl Friedrich Phillip von Martius, “Como se deve escrever a História do Brasil”, Revista de História de
América, núm. 42, 1956, pp. 433-458.
154
La negociación por el asentamiento de asirios en Brasil en la década de 1930
155
Heitor de Andrade Carvalho Loureiro
21
Amado Luiz Cervo y Clodoaldo Bueno, História da Política Exterior do Brasil, Brasilia, Editora da unb, 2011,
p. 215.
22
Cf. Heitor Loureiro, “Pragmatismo e humanitarismo: a política externa brasileira e a causa armênia (1912-
1922)”, tesis de doctorado en historia, fchs, Unesp, 2016.
23
Cf. Eugênio Vargas Garcia, O Brasil e a Liga das Nações (1919-1926): vencer ou não perder, Porto Alegre y
Brasilia: ufrgs/funag, 2000.
24
Afrânio de Melo Franco a José Félix Alves Pacheco. Oficio núm. 18, de 6 de octubre de 1924. Fondo amf, 74,
3, 4, núm. 78 (Sección de Manuscritos/Biblioteca Nacional).
156
La negociación por el asentamiento de asirios en Brasil en la década de 1930
en 1920: “Si lo que buscan en una patria, abrir horizontes para ustedes y sus seres
queridos, vayan a Brasil, tierra generosa, que ya acogió a tantos y los acogerá con
los brazos abiertos”;25 sin embargo, la práctica era bien diferente de la retórica.
En octubre de 1930, las oligarquías de Minas Gerais y Rio Grande do Sul lideraron
un movimiento para destituir al presidente de la república asociado a las oligar
quías de São Paulo, Washington Luís. La victoria de los “revolucionarios” c ondujo
a Getúlio Vargas a la presidencia provisional de Brasil en aquel año, ratificado en
el cargo por medio de elecciones indirectas en 1934 y transformado en dictador
por un autogolpe en 1937, iniciando así el periodo conocido como Estado Novo.
La Era Vargas promovió el recrudecimiento del nacionalismo brasileño y de posi
ciones xenófobas en relación con pueblos y religiones vistos como amenazas. En ese
contexto surgió la consulta de la Liga de las Naciones sobre la posibilidad de que
Brasil recibiese un contingente de inmigrantes oriundos de Oriente Próximo. No
obstante, esta vez no eran judíos, árabes o armenios, que a pesar de contar con la
25
Folha de São Paulo, São Paulo, miércoles, 20 de abril de 1966, 1º cuaderno, p. 9.
26
Consulado de Brasil en Constantinopla al Ministerio de Relaciones Exteriores, Alejandría, 14 de abril de 1930,
244/3/15 (Archivo Histórico de Itamaraty).
157
Heitor de Andrade Carvalho Loureiro
27
A Rua, Río de Janeiro, 7 de abril de 1917, p. 2, Biblioteca Nacional (hdb/bn).
28
O Jornal, São Luís, 11 de setiembre de 1920, p. 1 (hdb/bn).
158
La negociación por el asentamiento de asirios en Brasil en la década de 1930
159
Heitor de Andrade Carvalho Loureiro
Consentir que lleguen aquí 20 000 familias asirias, raza decadente que no conserva ni vestigios
de su civilización ancestral, raza sin iniciativas útiles, gente nómada, sucia y rapaz es un crimen
que atenta contra nuestro trabajo civilizador y que corromperá nuestras costumbres, compro
meterá nuestras leyes, quebrará el ritmo de nuestras tradiciones, alterará profundamente los
esfuerzos de racionalización […] gente turbulenta conforme el testimonio autorizado de no
tables brasileños que recorrieron todo Iraq, gente aventurera que según la expresión de los
técnicos del Ministerio de Agricultura “vendrá a contaminar los campos de pinos legendarios”
entregándose aquí a los mismos hábitos de rapacidad y de saqueo en el que viven en su tierra.36
32
Frederico Augusto Rondon apud J. Lesser, op. cit., p. 120.
33
Apud J. Lesser, op. cit., p. 120.
34
Diário de Notícias, 1 de febrero de 1934, apud J. Lesser, op. cit., p. 120.
35
Claudia Ferreira da Costa, Eugenia e Identidade: a campanha contra a imigração assíria para o norte do Paraná em
1934, Curitiba, Departamento de História-Universidade Federal do Paraná, 2003, p. 30.
36
Lindolfo Pessoa, Anuário contendo os fatos de maior relevância da sua atividade no ano social de 1934, principal-
mente a “Campanha contra a imigração dos assírios”, Curitiba, Instituto da Ordem dos Advogados do Paraná,
1936.
160
La negociación por el asentamiento de asirios en Brasil en la década de 1930
Estaba en curso una campaña contra la inmigración de los asirios, llevada adelan
te por miembros de la élite intelectual paranaense, en gran medida compuesta
por doctores en derecho. Esos hombres estaban influidos por los principales teó
ricos del pensamiento eugenésico brasileiro de las décadas de 1920 y 1930 y se
preocupaban por la formación de los “quistes” en el interior de Paraná, bolsones
de inmigrantes que no serían fácilmente asimilados por la sociedad brasileña, en
la medida en que podrían vivir aislados, preservando sus lenguas y costumbres.
Existía además un fuerte sentimiento antibritánico, que denunciaba los inte
reses de Gran Bretaña en la inmigración de los asirios hacia Paraná. Benjamim
Lins señalaba supuestas motivaciones ocultas en el proyecto:
Sabéis que la Compañía del Norte de Paraná tiene como socios principales al Príncipe de
Gales y Lord Lovat, ya célebres en estas incursiones económicas en naciones débiles, olvidables
desde el punto de vista de su autonomía; que dejándose seducir por el derrame de algunos
millares de libras, consienten que se organicen dentro del Estado político nacional un o algu
nos Estados económicos extranjeros.
Aquí, la falta de visión de los políticos del régimen decaído consintió que se formase la
mencionada Compañía, adquiriendo tierras maravillosas a precios irrisorios, con la promesa de
la construcción de carreteras y ramales férreos, de los cuales sólo construyeron aquellos que le dan
ventajas absolutas sobre los demás productores de aquella zona extremadamente productiva.
Como veréis, por detrás del repostero de la Compañía está el Estado inglés, en la persona
de un miembro de la casa reinante.
Pero ahora, después de rasgado el gran territorio paranaense, se sabe que la Compañía
vendió al Estado inglés toda o la mayor parte de aquellas tierras, por el triple del precio de
compra, y en esas tierras son las que viene a habitar el vagabundaje de Iraq, cuyas relaciones
con Inglaterra le garantizan el despliegue de un ejército de ocupación en tierras brasileñas,
protegido por la Sociedad de las Naciones.37
37
Apud C. Costa, op. cit., pp. 59-60.
161
Heitor de Andrade Carvalho Loureiro
todo de Gran Bretaña. En uno más de sus virulentos ataques, los opositores opi
naron: “si los ingleses están tan interesados en encontrar un refugio para los asirios,
podrían ser instalados en los millones de kilómetros cuadrados que forman el
Imperio Británico”.38 Los abogados paranaenses hicieron eco de la idea. Oscar
Martins Gomes afirmó que “no se trata, como se ve, de un caso de extrema nece
sidad, y sí de una preferencia, incluso con mala intención y tal vez con objetivos
ocultos para nuestro país, ya que Inglaterra dispone de otros recursos para solu
cionar la situación de los asirios”.39 Frente a la repercusión negativa del proyecto,
incluso los inmigrantes árabes ya establecidos reforzaban en sus periódicos los
estereotipos propagados sobre los asirios, con recelo de que la mala reputación de
aquellos se pudiese asociar, de alguna forma, a los sirios y libaneses ya integrados.40
De esta manera, el Ministerio de Relaciones Exteriores que veía con buenos
ojos, en principio, a la inmigración de los asirios iraquíes, pasó a relativizar los
beneficios de la entrada de esas personas a Brasil. Como destaca Jeffrey Lesser,
dejaron de usar la palabra “inmigrantes” asirios y adoptaron el término “refugia
dos” oriundos de Iraq para referirse a ellos en las circulares internas de Itamaraty:
“Como los inmigrantes cristianos asirios fueron transformados en refugiados
iraquíes (musulmanes), perdieron su condición de deseables”.41 Mientras tanto,
la ofensiva antiasiria continuaba en la sociedad civil. La Sociedad de los Amigos
de Alberto Torres, que reunía diplomáticos, políticos y dueños de periódicos,
tenía espacio reservado en la prensa de la capital para criticar el proyecto, presio
nando así al gobierno para que retrocediera.42
Al mismo tiempo, los parlamentarios se reunían en condición de asamblea
constituyente para escribir la Constitución brasileña, después de que las élites
paulistas se sublevaran contra Getúlio Vargas, para restringir los poderes del líder
del gobierno revolucionario y, al menos en teoría, debería ser provisional. En el
contexto de la asamblea constituyente, el debate acerca de la inmigración estaba
en la pauta del día y oponía, por un lado, a los hacendados que veían en los inmi
grantes —sobre todo japoneses en ese periodo— una oportunidad de mano de
obra barata y, por otro, a los nacionalistas que alegaban que “es un error suponer
que la inmigración trae la civilización”.43 Frente a la presión de los nacionalistas
38
A Nação, 7 de marzo de 1934, apud J. Lesser, op. cit., p. 121.
39
Apud C. Costa, op. cit., p. 63.
40
J. Lesser, op. cit., p. 122.
41
Idem.
42
Ibid., p. 123.
43
Pedro Aurélio de Góis Monteiro apud J. Lesser, op. cit., p. 125.
162
La negociación por el asentamiento de asirios en Brasil en la década de 1930
Conclusión
Brasil tiene una historia construida por el mestizaje. Eso no quiere decir, en hi
pótesis alguna, que ese proceso haya sido pacífico ni mucho menos que haya
creado una “democracia racial”, como tanto se defendió durante el siglo xx y
todavía encuentra eco al final de la segunda década de siglo xxi. Además de la
violencia inherente a la esclavitud de los pueblos originarios y africanos desde el
siglo xvi, las decenas de grupos que intentaron establecerse al sur del Atlántico
en los siglos siguientes tuvieron que lidiar con exclusiones y discriminaciones
cotidianas, prohibición de la enseñanza en sus lenguas maternas, vigilancia y re
presión por parte de las diversas denominaciones adoptadas por el Departamento
de Orden Político y Social (dops), creado en un contexto de represión política y
formación ideológica contra aquellos que fuesen juzgados como perjudiciales para
el mantenimiento del orden vigente, como los “extranjeros”.47
No obstante, la necesidad de atraer mano de obra en sustitución de los africa
nos y sus descendientes esclavizados hasta 1888 hizo que el gobierno brasileño y
los hacendados se dedicasen a la propaganda de un Brasil abierto y receptivo a los
inmigrantes, lo cual proporcionó coraje a los diversos pueblos de Europa y Asia
para encarar largos viajes en barco y finalmente desembarcar en los puertos del
país. Pero llegar a Brasil era sólo el inicio de los desafíos. Con excepción de los
44
Idem.
45
Ibid., p. 129.
46
Idem.
47
Regina Célia Pedroso, Estado autoritário e ideologia policial, São Paulo, Laboratório de Estudos sobre Into
lerância/Humanitas/fapesp, 2005, pp. 112-114.
163
Heitor de Andrade Carvalho Loureiro
Para el genocidio de los asirios otomanos, cf. Anahit Khosoreva, “The Assyrian Genocide in the Ottoman
49
Empire and Adjacent Territories”, en Richard Hovannisian, The Armenian Genocide: Cultural and Ethical
Legacies, New Brunswick, Transaction Publishers, 2007.
164
La negociación por el asentamiento de asirios en Brasil en la década de 1930
Cf. Roberto Grün, “Dinheiro no bolso, carrão e loja no shopping: estratégias educacionais e estratégias de
50
reprodução social em famílias de imigrantes armênios”, en Ana Maria F. Almeida y Maria Alice Nogueira
(coords.), A Escolarização das Elites: um panorama internacional da pesquisa, Petrópolis, Vozes, 2002.
165
Apéndice iconográfico
167
Apéndice iconográfico
Relieve de Asurbanipal en banquete. Cortesía del Fideicomiso del Museo Británico (fotografía de
Klaus Wagensonner).
168
Apéndice iconográfico
Coloso taurino del palacio de Sargón II en Dur-Sharrukin (Khorsabad). Cortesía del Fideicomiso
del Museo Británico (fotografía de Klaus Wagensonner).
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Apéndice iconográfico
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Apéndice iconográfico
171
Mapa del Cercano Oriente antiguo en el primer milenio a.C.
Mar Negro
Teishebani
LIDIA
Erebuni
Monte ararat
FRIGIA URARTÚ
Mar Caspio
Malatía Rusa-patari
Karatepe
Dur Sharrukin
Alepo ¿Musasir?
Al-Mina Guzana Nínive
Kaluh
Qarqar ASIRIA
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TIGR
Biblos
IS
Mar Mediterráneo
Sidón Damasco ¿Halule?
Tiro EÚ
FRA Sipar Der
Apéndice iconográfico
TES
ISRAEL Babilonia
Samaria Susa
Borsipa BABILONIA
Jerusalén Nipur ELAM
Lachish
Malamir
EDOM Uruk
Golfo Pérsico
0 400 km
Mar Rojo
Fuente: M. van de Mieroop, A History of the Ancient Near East ca. 3000-323 BC, 3rd ed., Malden 2016, p. 8.
Apéndice iconográfico
Fuente: Said Namik y Rustam Nedjib, La Question assyro-chaldéenne durant la Conferénce de la paix, París,
1919.
173
Mapa de la región de Tur-Abdin, actual Turqía
Hesno d’Kifo
TUR-ABDIN
Yardo Arbaye
Gercüs
Dayro Karboran
Keht Kafro Daslibo
Elayto Zaz Beth Kustan Derkube
Hapsis Mor Bote
Yakup Deklath
Sawro
Ahlah Hah
Urnus Kfarze Esfes
Aynwardo
174
Macsarte Midin Gziro
Mor Gabriel Hazax
Mzizah
Bsorino
Anhil Kartmin Irowon
Kafarze
Apéndice iconográfico
MArdín
Bnebil Kafro Tahtayto
Sare
Arbo
Dayro d’Zacfaran Xarabale
Mor Beth Mancam
Malke Ehwo
Dara Sedari Badıbe
Marbobo Birguriya
Xarabesmiska
.
Mor Avgin
Gremira Gundike di cito Suriye
. .
NSIBIN
Fuente: www.morgabriel.org.
Notas y diálogos
Mauricio Sanders
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Mauricio Sanders
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Manuel Gómez Morín
amigo Efraín González Luna, están vivas sus lecturas: Pasternak, Teillhard de
Chardin, Georges Simenon, Henri Lefebvre. Los amigos comparten diferencias.
Los libros de Sartre los ponen a conversar, con preocupación, sobre el existencia
lismo. Encuentran La región más transparente “desorientado y sucio”. El Juárez de
José Fuentes Mares los mueve a criticar la historiografía oficial.
De ciertas cartas podría extraerse un ensayo acerca de Ramón López Velarde, a
quien Gómez Morín conoció. Manuel quedó deslumbrado con el poeta y se hicie
ron amigos. Lo describe como “complejo sin complejos” y comprende su religio
sidad como un modo de encarar una cuestión social, no un problema psicológico.
El caso de la “desgarradora naturaleza íntima” de Ramón López Velarde le parece
que es “el de todos los jóvenes que mamaron el sentido católico de la vida”.
La amistad con López Velarde internó a Gómez Morín en la poesía moderna
de Francia: Arthur Rimbaud, Francis Jammes, Jean de Moreas y Jules Laforgue.
Gómez Morín lee poesía en voz alta y la memoriza. En una carta de 1927, dirigi
da a Vasconcelos, expresa su sentimiento hacia horrores mexicanos de entonces
citando el verso de Manuel José Othón: “a fuerza de pensar en tales cosas, me
duele el pensamiento cuando pienso”. En un discurso, deja caer este verso de John
Milton: “They also serve who stand and wait”. Gómez Morín leyó, subrayó y
anotó la tesis del ingeniero Gabriel Zaid: “Organización de la manufactura en
talleres de impresión para la industria del libro en México”.
***
Manuel Gómez Morín formó parte de la generación de los Siete Sabios, que nació
a la vida pública en la tolvanera de la Revolución. Para suavizar la realidad bron
ca de la guerra intestina, estos Sabios fundaron empresas culturales.
Gómez Morín era un chamaquito cuando fue subsecretario de Hacienda.
Después, en papel de eminencia gris, fue agente financiero del gobierno mexica
no en Nueva York. Al concluir esta comisión, Álvaro Obregón le ofreció la lega
ción de México en Japón, que rechazó, para volver a México a dar clases de derecho.
En 1922, Vasconcelos le encargó la dirección de la Escuela de Jurisprudencia que,
más tarde, se convirtió en Facultad de Derecho. Fue nombrado rector en tiempos
adversos para la libertad de cátedra en la unam y venció con firmeza y mesura.
Paralelamente a su carrera pública, Gómez Morín prosperó en su despacho de
derecho corporativo. Además, persiguió el sueño de construir una patria con libros.
El olor de la tinta lo embriagó desde adolescente: redactaba noticias y corregía
pruebas en diversos periódicos. Revisaba galeras. En 1924, quiso iniciar una co
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Mauricio Sanders
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Manuel Gómez Morín
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Manuel Gómez Morín
Gilson, Menéndez Pelayo, Gabriel Miró… Con un plan de publicar cuatro títulos
por mes, la editorial estaba en severos problemas de dinero cuando apareció Sal
vador Abascal, quien, fracasado en su fantasía civilizadora llamada Santa María
Auxiliadora, se ganaba la vida vendiendo casimires.
El sinarquista Abascal puso orden en la editorial entre 1945 y 1972. Patrón
enérgico y jefe paternalista, multiplicó por siete sus ingresos entre 1948 y 1954.
Para 1965, la situación era boyante. Aunque Gómez Morín y Abascal coincidían
en revisar la historia mexicana y difundir la cultura católica, a menudo chocaban,
porque donde Abascal quería reconquista y contrarrevolución, Gómez Morín
exhortaba al equilibrio y la ponderación, para ser crítico pero “dispuesto a conce
der todo lo positivo” a Benito Juárez o a Plutarco Elías Calles, al liberalismo del
siglo xix y al socialismo del xx.
Hay múltiples ejemplos de las discrepancias entre Gómez Morín y Abascal.
En 1953 difieren acerca de la publicación de Derrota mundial, best-seller favorable
al nacionalsocialismo. Gómez Morín lo aborrece. Después, sobre una biografía,
Calles: Un destino melancólico, que Gómez Morín califica de injusta, pues sólo habla
del Calles que persiguió a la Iglesia, sin hablar del estadista. El rompimiento
definitivo entre ambos comienza en 1968, con Hoja de combate, publicación perió
dica del catolicismo reaccionario, que va en contra de las reformas del Concilio
Vaticano II y de una de sus consecuencias menores, las ideas implícitas en la
nueva orientación política del pan.
En 1972, Salvador Abascal deja la gerencia de Jus, que algunos años estuvo
bajo responsabilidad de Consuelo Sáizar. Hacia 1998, un grupo brillante, al cual
pertenecían Mauricio Beuchot, Elsa Cecilia Frost, Hugo Hiriart, Julio Hubard,
Jean Meyer, Francisco Prieto, Javier Sicilia, Ignacio Solares y Gabriel Zaid, inten
tó reanudar la conversación con los orígenes de nuestra cultura, pero ya no fue
posible despertar a Jus del coma. La editorial ahora deambula en el limbo de los
demasiados libros, sin espinazo intelectual. En la Biblioteca Nacional están al
bergados cerca de dos mil de sus títulos.
Con los libros, Gómez Morín quiso mucho y logró poco. No obstante, sus
fallidas editoriales triunfaron como Don Quijote en sus salidas. Enseñan una
lección que todavía resulta de utilidad. Desde los libros, hay que hacer oposición.
Pero la oposición que importa no es contra un gobierno o un régimen. Es contra
la forma como se constituye una civilización con la cual solamente podrían estar
conformes Luzbel y Belcebú.
181
Cajón de Sastre
Jean Meyer
Un estudio del adn mitocondrial de los khoisán, que siguen viviendo como ca
zadores-recolectores, sitúa el origen de los humanos actuales en el lago Makga
dikgadi hace 200 000 años, en el Botsuana de hoy. Este trabajo publicado en
Nature (28 de octubre de 2019) por el equipo dirigido por Vanessa Hayes, de la
universidad de Sydney, no pone fin a la polémica sobre la cuestión de saber en cuál
lugar preciso de África (Etiopía, Kenia, Marruecos, Botsuana…) empezó nuestra
aventura.
Un panteón de hace 4 000 años muestra que los señores compartían techo con los
siervos; así lo manifiesta la fosa “donde yacen la desigualdad y el patriarca” (Daniel
Mediavilla en El País, 16 de octubre de 2019). La fosa del aristócrata se encuentra
en el valle de Lech, cerca de Augsburgo. Los ajuares de niños sugieren que el es
tatus se transmitía de padres a hijos.
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jean meyer
“Biberones de hace 3 000 años”. Miguel Ángel Criado cuenta en El País del 26
de septiembre de 2019, que vasijas con restos de leche animal muestran el ade
lanto del destete en las primeras sociedades urbanas en la Edad de Bronce. Se
encontraron tres vasijas en Baviera en tumbas de niños de muy corta edad. En una
fotografía se ve un bebé probando una reconstrucción fiel de una de las mamilas.
“La puerta de la muralla ziri estaba detrás de la ermita”. Javier Arroyo, en El País
del 12 de septiembre de 2019, presenta el hallazgo, en Granada, de un acceso
—que se creía destruido— a la fortaleza real del siglo xi. Los reyes ziri llegaron a
Granada en el siglo xi y estuvieron poco más de un siglo; construyeron una for
taleza, la Qasba Qadima o Fortaleza Vieja. Se levantó sobre una muralla anterior,
construida ocho siglos antes de Cristo y reformada por los romanos.
Estudios de antiguo adn en fosas comunes de la región del río Volga manifiestan
la presencia de la Muerte Negra, la gran epidemia que azotó Europa a partir de
1346. Los especialistas se preguntaban si la mortífera bacteria Yersinia pestis había
entrado en Europa por una sola vía (por ejemplo, mercancías de Asia introducidas
por mercaderes de Génova, desde el puerto de Caffa, en Crimea) o por múltiples
vías. El 2 de octubre de 2019, Nature Communications informó que la bacteria del
Volga difiere por una sola mutación de la que causó la Muerte Negra en Europa.
Eso no significa que esa región haya sido el punto de partida: esa bacteria pudo
venir de algún punto de Asia occidental, zona en la cual falta aún estudiar adn
antiguo de Yersinia pestis. Una vez llegada a Europa, la peste fue causada por una
sola cepa, que engendró otras variantes responsables de nuevos episodios fatales
entre el siglo xiv y el xviii.
Un fabuloso biombo de la conquista de México, de finales del siglo xvii, que salió
a subasta en Sotheby’s por internet, no encontró comprador. Lo sigue ofreciendo
a través de la venta privada. Una evaluación alcanza los cinco millones de dólares.
Perteneció a una familia aristocrática italiana, antes de llegar a Galerías La Gran
ja en la Ciudad de México. En 1991 la casa Morton lo vendió al actual y descono
cido propietario (El País, 12 de octubre de 2019).
Más vale tarde que nunca. En 1843 el marqués De Custine, joven oficial francés
reaccionario, después de regresar de Rusia hecho todo un liberal, publicó su fa
moso libro La Russie en 1839. Ahora, por la primera vez, lo publica Acantilado
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Cajón de sastre
bajo el título Cartas de Rusia. Una versión bastante incompleta, por cierto. En
Rusia, la primera publicación completa esperó hasta 1996. Custine aparece en la
película de Alexander Sokurov, El arca rusa (2002), cuando nos sirve de guía en
el Hermitage de San Petersburgo.
Otto Granados acaba de publicar una novela sobre el asesinato de su abuelo ma
terno, el senador Vidal Roldán y Ávila, en 1925. El Recuerdo y las heridas. El ase-
sinato de mi abuelo, México, Cal y Arena.
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jean meyer
En España, el historiador Fernando del Rey bien podría disgustar a tirios y tro
yanos con su Retaguardia roja (Galaxia Gutenberg, 2019, 654 páginas), radiogra
fía de la violencia en la zona republicana de Ciudad Real. “Los sublevados son
unos pirómanos que provocan un gigantesco incendio que da pie a la revolución,
produciendo esa inmensa bolsa de rehenes.”
Eric Hobsbawm, el gran historiador inglés, comunista de toda la vida, fue entre
vistado en 1995 por Sue Lawley; Hobsbawm le asegura que, en la época, no supo
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Cajón de sastre
nada del Gran Terror estalinista de 1937-1938 y añade: de todos modos, de saber
algo, no lo hubiera creído. Es cuando la sumamente cortés Sue Lawley brinca.
“—Usted está diciendo que su entrega y dedicación eran tales que, de existir
la menor posibilidad de realizar en su país la utopía comunista, su sueño, ¿cual
quier sacrificio hubiera valido la pena?
—Sí, eso pienso.
—¿Incluso el sacrificio de millones de vidas?
—Bueno, eso sentimos cuando peleamos en la Segunda Guerra Mundial ¿no?
—¿No hay cierta diferencia entre matar a alguien en la guerra y matar a su
propia gente?
—No sabíamos eso. Muerto es muerto (Dead is dead).”
(David Kynaston, “Historical Cosmonaut”, Times Literary Supplement, 8 de marzo
de 2019, p. 4).
“Some birds use discarded cigarettes to fumigate their nests against ticks” (The
Economist, 30 de septiembre de 2017, p. 72).
“La mitad de las aves más comunes en Europa y América del Norte han despare
cido durante las últimas décadas”, relata M.A. Criado en El País del 20 de sep
tiembre de 2019, citando un estudio del último número de Science.
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Istor, año xx, número 79, invierno de 2019-2020, se terminó de imprimir en el mes de diciembre
de 2019 en los talleres de Impresión y Diseño, Suiza 23 bis, Colonia Portales Oriente, 03570, Ciudad de
México. En su formación se utilizaron tipos Garamond 3 Medium de 11.4 y 8.2 puntos.