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Ricardo Piglia y Roberto Arlt.

Roberto Arlt: la ficción del dinero (1974)

En su acertadísimo comentario, Piglia propone una lectura de Los siete locos-Los


lanzallamas y El juguete rabioso a partir del dinero. Pero no del dinero físico (cheques,
billetes u oro) sino de la necesidad de hacerlo, tanto mejor si es mediante arterias y actos
místicos. Hacer dinero de forma legal y mecánica, dice Piglia sobre la obra de Arlt, no
tendría mayor efecto creador; en cambio, la estafa y la mentira abren la posibilidad de
narrar. Como en la película de Robert Bresson, El dinero, Arlt requiere de su poder
simbólico para estimular la trama novelesca y la acción de cada uno de los personajes.
Existe una relación desfasada, podríamos decir, entre el deseo de hacer dinero y los medios
que necesita, es decir, los personajes buscan el dinero a partir de ideas un tanto místicas e
incluso ingenuas: una flor de plata, prostíbulos que mantengan económicamente una
revolución, hacerse el ciego y pedir limosna, hacer una fábrica de gases, crear una Jefatura
de Minas, etc. Ciertamente, muchas de esas formas de hacer dinero son condenables
moralmente, pero son las que permiten la construcción novelesca de Arlt. Piénsese, por
ejemplo, en la estafa del Astrólogo a Barsut: Los siete locos es un relato construido a partir
de la idea de secuestrar a Barsut para firme un cheque que sería el embrión económico a la
Logia, que, a la sazón, nunca se cristaliza. En otras palabras, desde el momento en que los
personajes deciden adherirse al proyecto de Lezin hasta el instante en ven frustradas sus
ilusiones, el dinero está ahí actuando como un catalizador, guiando los pasos de los sujetos
arltianos. Por supuesto que en esta lectura, las mentiras y las comedias juegan un papel
fundamental; diríamos que son uno de los reflejos del deseo del dinero.

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