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INSTITUTO DE EDUCACIÓN SUPERIOR PEDAGÓGICO PÚBLICO “INDOAMÉRICA”

PSICOLOGÍA DEL DEPORTE

Semana Nro. 7

CONTENIDO TEMÁTICO
Espectadores deportivos

DOCENTE: Manuel Enrique Zegarra Aspajo


INSTITUTO DE EDUCACIÓN SUPERIOR PEDAGÓGICO PÚBLICO “INDOAMÉRICA”

I. Espectadores deportivos

La calidad la define el cliente (Deming,


1986). La lucha por alcanzar la preferencia
del cliente cautiva a organizaciones de
todo tipo de servicios. Así, durante los
últimos años se han realizado numerosas
investigaciones sobre la calidad en las
organizaciones deportivas. Las
investigaciones se han centrado en
distintos ámbitos de la gestión deportiva, siendo un tema recurrente el análisis de la calidad ofrecida y la
satisfacción de los usuarios de los servicios deportivos (Afthinos et al., 2005; Alexandris y Palialia, 1999;
Alexandris et al., 2004; Bodet, 2006; Martínez y Martínez, 2008; Tsitskari et al., 2006).
El estudio de la calidad de servicio resulta fundamental para asegurar los procesos de fidelización y
mantenimiento de unos estándares que permitan la comparación con otras organizaciones o con la misma en
procesos de gestión de la calidad. A través del estudio de la calidad percibida por los clientes se puede observar
si los esfuerzos realizados por la organización para mejorar el servicio repercuten en la satisfacción de éstos
(Dorado, 2006).
Al detenernos a observar, aunque sea sólo de momento un espectáculo deportivo, la primera impresión visual
y auditiva que se nos presenta es el bloque compacto de una determinada cantidad de público, que, aunque
rugientes, todos están muy atentos a lo que sucede. Internamente se hayan divididos, pero observamos que
unos gritan, otros fuman, aplauden, se irritan o realizan bruscos movimientos en sus asientos. Otros callan
siguiendo muy atentos todo lo que allí se está desarrollando, pero en esencia se observa que la impaciencia
rebota.
Esto nos dice que un espectáculo deportivo, ejerce no solo sobre quienes los visitan, sino también sobre quienes
lo observan o escuchan, notables efectos psicosociales, éticos, estéticos y hasta biológicos, pues ante la
situación de estrés a que están sometidos, se elevan las concentraciones de epinefrina, adrenalina,
noradrenalina... posibilitando así la movilización de recursos energéticos.
Considerando los fenómenos que se desarrollan dentro de una competencia, todos están subordinados a los
objetivos que esta se propone, que resultan bien precisos; el rompimiento de un record, alcanzar la victoria y
este resultado aunque aparentemente es solo una conquista de los deportistas, los espectadores también la
hacen suya, expresándose así uno de los momentos de la personificación y en todo este proceso un resultado
no deseado o inesperado en el curso de la competencia influye directamente en el modo de actuar de ese
aficionado.

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Las victorias o las derrotas en un número significativo de espectadores provocan cambios que se conservan
durante cierto tiempo, e influyen notablemente en la forma de actuar de ellos.
Las reacciones que produce una competencia sobre los aficionados son disímiles, pues las vivencias que
provocan, convierten al aficionado en un coparticipante haciendo real su presencia en el mismo.
Pudiéramos citar que, en caso de victorias, se pueden apreciar reacciones, como el deseo de compartir esa
alegría, en la familia, con amigos, en el trabajo (incluso existen investigaciones que plantean que eso influye en
el aumento de la capacidad de trabajo) mayor animosidad, buen carácter, regocijo, alegría, vigor y optimismo.
Pero en el caso contrario, si un atleta o su equipo pierde, rápidamente el estado de ánimo decae, no se muestra
buen carácter, hay abatimiento, depresión, irritabilidad y pocas veces se analizan detenidamente de forma
relajada las causas del fracaso.
Resulta también una forma de reaccionar en los espectadores la, devoción que sienten sobre los grandes
deportistas, convirtiéndolos en ídolos, además éstos le brindan su apoyo, le muestran su simpatía, buenos
sentimientos, son bien recibidos en cualquier lugar que estén, les muestran confianza por sus futuras
presentaciones, pues de sus hazañas han sido fieles testigos, además son alagados, admirados, también
cuestionados. Esas estrellas deportivas tienen por lo general un gran círculo de amigos, (que pueden o no ser
conocidos por ellos) que les dan opiniones, consejos sobre su forma de actuar; además algo muy importante es
que estos espectadores sienten el deseo de imitarlos, seguramente pensarán Si yo fuera él... Cuando yo sea así.
Los espectadores se convierten en comunicadores sociales en esta esfera, divulgando una faceta específica de
la cultura y la educación, que resultan importantes elementos de instrucción, formación y desarrollo.
En el espectáculo deportivo, el espectador alcanza rápidamente el máximo de intensidad como coparticipante
en la actividad, aumentando en la medida que éste avanza, al darse muestras de maestría, destreza y acción, se
comienza a producir una correlación conmocionar entre los atletas y el público, explicándose así los valores tan
grandes que tiene la presencia de los espectadores.
En investigaciones realizadas los espectadores
nos plantean que es tal la simbiosis emocional que
se crea en ellos con los deportistas que se sienten
responsables por lo que sucede, se solidarizan con
su atleta preferido ante algún hecho concreto, e
inclusive se sienten más partícipes del grupo que
conformaron en el estadio, que al grupo habitual
de personas que pertenecen, bien procedentes
del centro de trabajo o estudio, el grupo de
vecinos, el grupo de amigos que gusta reunirse
para una actividad específica.

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Como miembros de ese grupo de personas, no solo experimentan ese sentimiento de fascinación,
responsabilidad, confianza o admiración, sino que suelen sentir vergüenza o desilusión por una actuación no
esperada de su ídolo deportivo.
En el espectáculo deportivo, el espectador se auto
considera con plenos derechos, por seguir
consuetudinariamente los enfrentamientos de
forma ingeniosa, perspicaz, para alentar, animar,
estimular, exhortar, de ahí que él resulte un
colaborador activo-productivo de las relaciones
sociales que se gestan en la esfera deportiva.
El interés que despierta el espectáculo en el
aficionado se convierte a su vez, en interés por otras personas y por sí mismo, estableciéndose así una vía
mediante la cual se establece una relación viva del hombre por el hombre de interés general, siendo un factor
que fortalece la integridad de la sociedad.
Se considera que ser aficionado no es nada fácil, pues exige de sí una autorregulación y autoeducación de su
comportamiento muy grande, ya que ello demuestra la cultura conductual del espectador que a su vez refleja
la cultura deportiva.
Esta forma de comportarse debe comenzar a tener sus patrones más fuertes en la niñez, condicionada esta
educación por valores morales de envergadura.
Hemos podido apreciar que los aficionados al
asistir a un evento deportivo, no relajan sus
tensiones, sino que conscientemente se
someten a un tipo particular y deseado de
estrés. Mientras que en otros se aprecia como
una demanda psicosocial, donde en realidad los
asistentes logran romper con esas tensiones
que el mundo civilizado les impone.
Lo citado está en dependencia del tipo
particular de sociedad, de los rasgos característicos, de los motivos e intereses y de los objetivos que tenga ese
espectador al evento.
Además de lo que representa ese deporte, ese equipo o ese jugador en específico para el espectador, ya que
pueden existir relaciones que van más allá de las creadas producto al fanatismo (relaciones familiares, viejas
amistades...). También podemos tener presente para hacer dicha valoración, la complejidad del juego, si se
presentan conflictos, imprevistos, errores, desaciertos en la dirección, combinación de técnicas no
acostumbradas que puedan hacer ganar o perder a nuestros favoritos.

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Por tanto, podemos plantear, que a nuestro juicio en el espectador si se produce satisfacción del interés
cognoscitivo, sí encuentra en el evento algo novedoso, sublime, inclusive que contribuya al enriquecimiento
estético y emocional, esto será símbolo de animosidad y nivelación ética.

II. Actividad

1. Elabora un ensayo sobre las herramientas emocionales que debe existir en los espectadores y si los
espectadores logran cambiar el estado emocional de los deportistas.

III. Bibliografía

• "Encrucijadas de las emociones". Revista FISU Magazine Nº 26, octubre 1993.


• "Espectadores, medios de difusión, patrocinadores". Revista "Motion Sport in Finland" Nº 1/97.
• Estévez, José. "El espectáculo deportivo". Acta Congreso Mundial de Educación Física y Deporte,
Madrid 1986.
• Mayor, Federico. "Convertir al deporte en una escuela de lealtad". Revista Olímpica Mayo/93. Nº
307.

DOCENTE: Manuel Enrique Zegarra Aspajo

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