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Técnica rápida para

acelerar la velocidad de
lectura en solo 7 días
DoblaTuVelocidadDeLectura.com

Carlos Gallego
Carlos Gallego

Tabla de contenidos

Página

Introducción........................................................................... 2
¿Por qué lees lentamente?................................................... 3
Determina tu punto de partida.............................................. 6
La clave para acelerar tu ritmo de lectura............................ 9
Recomendaciones finales..................................................... 13

1
Carlos Gallego

Técnica rápida para acelerar la


velocidad de lectura en solo 7 días
DoblaTuVelocidadDeLectura.com

Advertencia: Con la técnica que te enseñaré en este libro, vas a leer más rápido
en apenas 7 días. Queda en tus manos decidir qué harás con el tiempo que te
sobre.

Introducción

Seguramente habrás pensado muchas veces en todo lo que podrías hacer si


lograras leer todos los artículos, libros y documentos que tienes acumulados, en la
mitad del tiempo que te tomaría su lectura completa.

Esto es posible si aprendes y aplicas metódicamente las técnicas de lectura veloz.


Muchas de estas técnicas no son más que modificaciones en los hábitos de lectura
que has adquirido cuando aprendiste a leer, y que se han arraigado en ti a través de
los años. Otras, tienen que ver con el entrenamiento de la vista y aprender a
descubrir y dominar la visión periférica.

También influyen mucho en tu velocidad de lectura algunos factores externos, como


el ambiente donde lees, su iluminación, el ruido o el movimiento a tu alrededor. Y,
naturalmente, también estás condicionado por factores internos, que tienen que ver
con tu capacidad de concentración, tu actitud frente a la lectura, y la motivación que
tienes cuando realizas esta actividad.

Con un curso de lectura veloz, aprenderás a controlar de forma integral todas estas
variables que afectan directamente tu ritmo y velocidad al leer. No solo aprenderás
técnicas y métodos para que tu vista avance sobre el texto mucho más rápidamente
y tu cerebro se acostumbre a procesar una gran cantidad de información en
milésimas de segundo. También harás cambios en tu entorno y reemplazarás
hábitos inadecuados por otros mucho más eficientes que harán que tu velocidad de
lectura se duplique en pocos días.

Como todo aprendizaje, estos cambios requieren mucha constancia y esfuerzo de tu


parte, de modo que tienes que aceptar este desafío y comprometerte contigo mismo

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a alcanzar tu objetivo. Tan solo piensa en todo lo que podrías hacer si pudieras leer
todos esos libros que te ayudarán a progresar profesionalmente y en tu negocio, y
además, te sobrara tiempo para dedicarlo a otras cosas... ¿suena realmente
interesante, verdad?

En este breve documento te enseñaré una de las técnicas clave de la lectura veloz,
el método que te hará acelerar tu ritmo de lectura desde el mismo momento que lo
pongas en práctica. Y con pocos minutos de entrenamiento diario, podrás dominarlo
en apenas unos días.

Este va a ser el puntapié inicial para que finalmente te conviertas en un maestro de


la lectura veloz, y dupliques tu productividad. Así que... no te demoro más con mis
palabras, y ¡vamos a poner manos a la obra!

¿Por qué lees lentamente?

Para poder avanzar y obtener el máximo beneficio de la lectura veloz, es


fundamental que detectes y reconozcas a cada uno de los factores que afectan
negativamente tu velocidad de lectura. Básicamente, debes tratar de conocer a tus
enemigos, para poder combatirlos de la forma más eficaz.

Quizá te ha enseñado a leer una persona que también lee despacio, y absorbiste
técnicas poco adecuadas. Quizá nunca alcanzaste a sentir un verdadero entusiasmo
por la lectura. Esto pasa con frecuencia, pues si tienes dificultad para leer, es muy
difícil que te divierta esta actividad, probablemente te parece aburrida, no te atrae...
y así, lees cada vez menos, y cuanto menos lees, menos progresas. Este es un
círculo vicioso que debes vencer.

¿Cuáles son los principales motivos que no te dejan “ir más allá” en tu lectura? Las
causas son varias, y muchas de ellas seguramente conviven contigo desde hace
mucho tiempo. Esta lista te ayudará a detectar rápidamente cuáles son los factores
que te afectan a ti en particular:

Problemas en la vista:
Esto no suele tomarse en cuenta con la debida atención, pero los problemas
en la vista son una de las causas principales de una lectura lenta o agotadora.
Si te cansas al leer, te sientes agobiado y te fastidias al hacerlo, tus ojos te
pican al fijar la vista por un tiempo prolongado, te duele la cabeza, tu vista se
nubla por momentos o te parece que las palabras se mueven frente a tus

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ojos, es probable que haya alguna causa física que está afectando tu
capacidad visual.

Por ello es importante que antes de comenzar tus prácticas de lectura veloz,
hagas una consulta con un médico oculista, para descartar problemas de la
visión que podrían entorpecer tu progreso.

Regresión:
La regresión es el hábito de releer la misma frase o párrafo dos o tres veces,
sin necesidad. Obviamente, esto te hace avanzar lentamente y perder tiempo
cada vez que vuelves a leer lo que ya has leído. La lectura debe fluir siempre
hacia adelante, avanzando por las palabras, sin volver atrás
innecesariamente.

Subvocalización:
Subvocalizar es la tendencia, muchas veces inconsciente, de "pronunciar
mentalmente" las palabras a medida que las vas leyendo. No significa que
muevas necesariamente los labios al hacerlo, pero es como si escucharas tu
voz dentro de su cabeza cuando lees cada palabra.

Este es un hábito muy frecuente, pues es la consecuencia natural de la forma


en que aprendemos a leer: primero pronunciando las sílabas, después las
palabras completas, y finalmente pronunciando en voz baja las oraciones. Si
rompes con este hábito, pasarás inmediatamente a otro nivel de velocidad de
lectura.

Lectura lineal:
La lectura es un acto que implica ver las palabras. Estamos habituados a
percibir las palabras una tras otra, de forma lineal, una a una. Sin embargo,
nuestro cerebro y nuestra vista están capacitados para captar más de una
palabra por vez, es decir que pueden procesar bloques de palabras y de
información en un solo paso.

La vista se mueve dando saltos sobre el texto, avanzando de izquierda a


derecha y de arriba hacia abajo. Cada uno de esos saltos es una fijación. Por
costumbre, y porque así lo hemos aprendido desde la infancia, damos
pequeños saltitos de palabra en palabra, y así avanzamos lentamente sobre
las oraciones, desaprovechando el potencial que tenemos. Una de las claves
de la lectura veloz, es disminuir el número de fijaciones, dando saltos cada
vez más grandes, y también reducir el tiempo de cada fijación, aprendiendo a
percibir bloques de palabras en décimas de segundo.

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Poca concentración:
Si tu mente no está en el estado de concentración correcto, se desvía
continuamente hacia pensamientos que no tienen relación con lo que estás
leyendo. Tus ojos avanzan con la lectura, pero tu mente está a muchos
kilómetros de distancia.

Este factor está muy relacionado con el entorno de lectura y el ambiente que
has elegido para leer, con tu predisposición y energía en el momento que
lees, y también con la motivación y el interés que sientes por el libro, artículo
o documento que estás leyendo.

Alterar el orden de las palabras:


En algunas oportunidades los ojos alteran el orden de las palabras al captar la
frase, y esto hace que no comprendas bien el significado o el sentido de lo
que lees y por ello tengas que volver a leer la oración o el párrafo completo
(regresión).

Saltear oraciones o párrafos completos:


Si bien una de las técnicas de lectura veloz enseña a pasar por alto o a
saltear párrafos e información irrelevante, si haces esto sin conocer el método
correcto y salteas oraciones o palabras para ir más rápido con tu lectura, solo
estarás afectando negativamente tu nivel de comprensión. Y si no entiendes
lo que lees, no sirve de nada que avances por el texto a la velocidad de la luz,
pues tendrás que regresar inevitablemente a leer todo lo que no
comprendiste.

Falta de retención:
La falta de retención te impide recordar posteriormente los conceptos
principales de lo que has leído. Esto no debería sucederte, pues tu cerebro
tiene la capacidad suficiente para almacenar la información que has leído hoy,
ayer y varios años atrás. Es importante detectar las ideas principales del
texto, y preparar tu mente con anticipación, para que absorba esos conceptos
y puedas recordarlos cada vez que quieras.

Estos son entonces los enemigos de la lectura veloz, y de la lectura en general.


Anota en una libreta cuáles de ellos son los que más te afectan a ti, para que puedas
vencerlos uno por uno.

Algunos te darán más trabajo que otros, pero yo voy a ayudarte para que puedas
derribar uno a uno todos estos obstáculos que se interponen en tu camino.

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Como verás, ninguno de estos factores tiene que ver con tu edad, tu preparación, tu
inteligencia... Es decir que cualquier persona puede aprender la lectura veloz, todos
podemos mejorar nuestra velocidad y obtener más beneficios de la lectura, no hay
condicionamientos, no tienes excusa para no intentarlo.

Ahora que ya conoces tus enemigos y contra qué cosas debes luchar, vamos a
definir cuál es tu situación actual, para tener un punto de partida y de referencia y
evaluar tu progreso.

Determina tu punto de partida

Para saber si estás progresando con el aprendizaje de la lectura veloz, es


importante que antes de comenzar a entrenar y practicar, realices una prueba para
evaluar tu velocidad de lectura inicial.

De esta forma, tendrás un punto de referencia que te servirá como parámetro para
medir tu avance.

Lo ideal es acompañar la prueba de velocidad con diez preguntas relacionadas con


el texto que has leído, para saber también si tu nivel de comprensión está
mejorando. Pero para ello, necesitarás que alguien realice para ti un breve
cuestionario, porque si lo haces tú mismo sabrás de antemano las preguntas y
condicionarás tu lectura, así que los resultados no tendrán mucho sentido.

Voy a enseñarte una técnica simple y efectiva para calcular tu velocidad de lectura.
Puedes hacer esta prueba tú solo y no necesitarás más que un cronómetro o reloj
con segundero, y el texto.

Con respecto al texto que vas a usar, es conveniente que sea similar a aquellos que
estás interesado en leer posteriormente. Es decir que sea un texto del estilo y
complejidad de los documentos que sueles leer por tu profesión o tu actividad. Sin
embargo, si deseas tener un concepto más global de tu velocidad de lectura, repite
este ejercicio con distintos tipos de textos y anota el tiempo para cada uno de ellos.

Paso 1:
Calcula la cantidad de palabras que tiene el texto que utilizarás como prueba.
Si el texto está digitalizado es fácil contar las palabras con su procesador de
textos. Si no tienes la posibilidad de usar una herramienta informática, no te
preocupes. No se trata de calcular con precisión astronómica este valor, sino

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de hacer una aproximación aceptable. Para ello, cuenta la cantidad de


palabras que hay en 5 líneas, y divide este valor por 5, para sacar un
promedio de palabras por línea. Luego, multiplica esta cifra promedio por la
cantidad de líneas que tiene el texto que vas a leer.

Paso 2:
Asegúrate de tener cerca tu reloj o cronómetro, lápiz y papel para tomar nota
o responder preguntas si estás haciendo también una prueba de
comprensión.

Paso 3:
Anota la hora, minutos y segundos de inicio, y comienza a leer. Si usas un
cronómetro, simplemente ponlo en marcha.

Paso 4:
Lee el texto a una velocidad normal, no te esfuerces por ir más rápido de lo
habitual. Lee lo suficientemente despacio como para comprender el texto,
aquí no estás jugando una carrera sino midiendo tu velocidad de lectura sin
aplicar ninguna técnica de lectura veloz.

Si sueles leer en voz alta, hazlo; pronuncia cada palabra tal como
acostumbras.

Paso 5:
Cuando termines de leer el texto seleccionado, anota la hora, minutos y
segundos de finalización. Si estás usando el cronómetro, detenlo.

Paso 6:
Divide la cantidad de palabras que tiene el texto, por la cantidad de minutos
que te llevó leerlas. Por ejemplo, si el texto tiene 450 palabras y tardaste 5
minutos en leerlo, habrás leído 90 palabras por minuto (450 palabras /5
minutos).

Anota esta cifra en un cuaderno o libreta, para compararla más adelante.


Incluso, puedes llevar el control en un archivo Excel y crear un gráfico de
barras que muestre tu progreso a medida que avanzas con la práctica de las
técnicas de lectura veloz.

¿Quieres ir un poco más allá? Haz la siguiente prueba adicional, y compara los
resultados. Estoy seguro de que te asombrarás.

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Importante:
Antes de comenzar, concéntrate en aplicar estas reglas, tendrás que hacer un
esfuerzo consciente por cumplirlas:

• Lee con una actitud más “agresiva”: Aplica más intensidad, tenacidad y
concentración al leer; devora literalmente las palabras.

• No subvocalices: Controla tu tendencia a pronunciar las palabras y


esfuérzate por captar las palabras visualmente, sin “escucharlas”.

• Amplía tu alcance visual: No vayas leyendo de a una palabra por vez,


intenta percibir bloques de 5 a 10 palabras en una sola fijación.
Concéntrate en las palabras clave, y descarta las palabras de relleno.

Ahora, toma un nuevo texto de práctica (distinto al anterior, ¡no hagas trampa!) y
repite los pasos de la primera prueba, tomando el tiempo que te lleva leer este otro
texto.

Pero esta vez, no lo leas tal como sueles hacerlo, y haz los siguientes cambios:

• Lee en silencio, esfuérzate por no pronunciar las palabras mientras lees, no


muevas los labios ni las digas mentalmente.

• Haz que tu vista se mueva dando saltos grandes, captando más de 5


palabras por vez. Ayúdate con tu dedo, muévelo pasando rápidamente de un
punto de fijación a otro, tu vista se esforzará por seguirlo y se detendrá en el
mismo punto donde lo apoyas.

Cuando termines esta segunda lectura, calcula la velocidad como ya lo hiciste en la


prueba anterior. Anota el resultado, y compáralo con el valor que obtuviste la primera
vez. ¿Alcanzas a percibir la diferencia?

Imagina entonces el progreso que podrías tener si entrenas y dominas las técnicas
de lectura veloz en profundidad. ¡Esto fue solo un anticipo!

Ahora voy a enseñarte una técnica muy simple, que es fundamental para mejorar tu
velocidad de lectura. Es muy fácil de aplicar y si la pones en práctica duplicarás tu
velocidad en menos tiempo de lo que piensas.

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La clave para acelerar tu ritmo de lectura

Antes de mostrarte la técnica que te ayudará a duplicar tu velocidad de lectura,


quiero hacer una breve explicación de la forma en que funciona la vista, y cómo se
mueven los ojos cuando leemos.

Para poder ver las palabras y las cosas en general, los ojos necesitan estar quietos,
detenerse sobre ellas y hacer lo que se llama una “fijación”. Es decir, que mientras
están en movimiento, los ojos no ven más que una imagen borrosa, y solo captan
algo en detalle cuando se detienen. Si te tomas el trabajo de observar a alguien
mientras lee, podrás verlo claramente: sus ojos hacen pequeños saltos, se detienen,
captan las palabras, dan un nuevo salto, se detienen, y así sucesivamente.

Entonces, al leer, los ojos van alternando desplazamiento y fijaciones. Es un error


pensar que estas fijaciones van de palabra en palabra. Lo cierto es que en cada
fijación, la vista puede percibir grupos de palabras relacionadas.

Tomemos como ejemplo la siguiente frase:

Un pálido sol de invierno alumbraba el lugar señalado.

Para leerla, los ojos probablemente se fijarán en las palabras ”sol” y “lugar”. De
modo que en una primera fijación, captarán “Un pálido sol de invierno” y en la
segunda “alumbraba el lugar señalado”.

Esto es porque los ojos no solo ven la palabra que está en el punto de fijación, sino
que pueden captar lo que está a su alrededor.

Entonces, ¿qué crees que pasará si aprendes a reducir la cantidad de fijaciones, a


leer bloques de palabras cada vez mayores, a detenerte menos tiempo en cada
fijación y a desplazarte por el texto siempre hacia adelante? Exactamente, tu
velocidad de lectura será muchísimo mayor, y terminarás de leer tus libros y artículos
pendientes en la mitad del tiempo que pensabas.

¿Y sabes cuál es una de las herramientas clave para ayudarte a lograrlo? Tu dedo.
Sí, estás leyendo bien, tu dedo será tu principal ayudante en este aprendizaje de la
lectura veloz.

También puedes usar un lápiz, o una lapicera, pero si no tienes uno de estos
elementos a mano, y deseas practicar tu lectura porque tienes unos minutos libres,
será tu dedo el que oficie de marcador para ayudarte a llevar un ritmo de lectura
cada vez más acelerado.

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La idea de usar un marcador de ritmo se basa sobre otra característica de nuestra


vista. Esta es que los ojos tienden a seguir un objeto en movimiento. Si una mosca
vuela a tu alrededor, los ojos tendrán automáticamente la tendencia a seguir su
desplazamiento. Cuando vas a una presentación, generalmente los disertantes usan
un puntero o un laser para ir señalando la pantalla y guiar tu vista por las palabras
importantes.

Y cuando lees un texto, si desplazas tu dedo por debajo de las palabras, siguiendo
un movimiento constante hacia adelante, sucede lo mismo: tus ojos se esforzarán
por seguir esa guía, y avanzarán al ritmo que tú le marques.

De esta forma, no solo mejorarás tu ritmo de lectura, sino que eliminarás las
regresiones y los retrocesos.

Voy a explicarte ahora la técnica para que la apliques y la practiques.

Cómo usar tu dedo como un marcador

Para aplicar esta técnica, vas a usar el dedo índice de tu mano “dominante”.
Recuerda que también puedes usar un lápiz, sosteniéndolo con la misma mano,
mientras mantienes tu otra mano apoyada sobre el texto o el libro.
La idea es que muevas tu dedo como si subrayaras imaginariamente las palabras,
fijando la vista sobre él.
Así, al desplazarlo a una velocidad mayor a la que tus ojos están acostumbrado a
leer, la vista se verá forzada a seguir tu dedo y avanzará más rápidamente sobre las
palabras.
Es importante aclarar que en un principio, el propósito de tus prácticas debe ser
únicamente incrementar tu velocidad de lectura. De modo que al hacer estos
ejercicios, no te preocupes por comprender lo que estás leyendo, simplemente
concéntrate en mover tus ojos cada vez más rápido y en ir haciendo saltos cada vez
más largos entre fijación y fijación.

Entonces, el primer ejercicio que vas a hacer, tiene que ver con acostumbrarte a
usar tu dedo como marcador, y en adquirir el hábito de usar siempre esta técnica al
leer un texto.

Ejercicio 1
Toma un texto de práctica, que no hayas leído previamente. Utilizando tu
dedo como guía, subraya imaginariamente las palabras, y sigue su
movimiento con la vista. Desplaza el dedo a una velocidad constante, más

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rápido que tu velocidad de lectura normal, y muévelo rápidamente hacia


adelante, forzando la vista a seguirlo.

Trata de lograr y mantener una velocidad de una línea por segundo.


Focaliza las palabras que están sobre el dedo, y no te preocupes por
comprender las ideas, solo sigue el dedo a la velocidad que este te marca.

Cuando pases a la página siguiente, incrementa la velocidad.

Realiza este ejercicio durante dos minutos completos, al menos 3 veces por
día.

Ejercicio 2
Para este ejercicio vas a usar la misma técnica que en el ejercicio anterior,
desplazando tu dedo a una velocidad de dos líneas por segundo.

El objetivo de esta práctica es fijara la técnica y además incrementar la


velocidad, así que tampoco debes preocuparte por comprender el texto, solo
por mantener una velocidad cada vez mayor y fijar la técnica aprendida.

Realiza este ejercicio durante tres minutos completos, sin disminuir en ningún
momento la velocidad. Repítelo al menos 3 veces por día.

A medida que practiques, tu cerebro se irá acostumbrando a absorber más


información en cada fijación, y se adaptará a tu nuevo ritmo. De esta forma, poco a
poco irá mejorando tu comprensión y sentirás el fruto de tu constancia.

Esta es la técnica clave y básica para alcanzar rápidamente una velocidad de lectura
superior. A continuación voy a mencionar otras variantes de este método, para que
puedas intercalarlos en tus prácticas.

Otras técnicas con marcadores

Las siguientes técnicas son variantes de la que te he explicado anteriormente. Todas


ellas te ayudarán a mejorar tu ritmo de lectura, y complementan a la que acabo de
enseñarte.

Antes de continuar, quiero recordarte que cuando apliques estos métodos para leer
realmente un texto (no en las prácticas), tendrás que aprender a encontrar el ritmo
adecuado según la intención que tengas con esa lectura en particular.

Es decir que si se trata de una lectura simple, como un artículo poco complejo de
una revista o un resumen, podrás leer más rápidamente. Pero si necesitas estudiar

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el material para dar una presentación, tendrás que mantener un ritmo adecuado, que
te permita avanzar en la lectura y también retener la información importante.

Ahora sí, veamos cuáles son estas variantes con marcadores:

Con una tarjeta:


En lugar de usar tu dedo como marcador, en esta técnica vas a utilizar una
tarjeta, o un papel doblado por la mitad.

Coloca este marcador sobre el texto ya leído para evitar que la vista vuelva
hacia atrás. Muévelo hacia adelante y hacia abajo, a velocidad constante y
siempre más rápido de lo que avanza tu vista habitualmente, y fuerza la vista
a leer los párrafos antes de cubrirlos.

Con la mano - Saltos:


Otra técnica para marcar el ritmo es utilizando la mano, curvándola
ligeramente como si formaras una taza o un cuenco con ella, manteniendo los
dedos unidos.

Mueve la mano de derecha a izquierda, suave y lentamente, como si


subrayaras la línea que estás leyendo con tu dedo más largo.

Cuando adquieras cierta práctica, puedes implementar una variante, haciendo


saltar tu mano hacia adelante, en lugar de deslizarla sobre el papel. Cada
salto que hagas equivale a una fijación de la vista en el texto.

Los golpecitos que das al apoyar la mano después de cada salto, te ayudarán
a mantener un ritmo constante.

Con la mano – Zigzag:


Utilizando la mano como marcador, también puedes deslizarla de forma
diagonal sobre el texto, bajando unas tres o cuatro líneas, de izquierda a
derecha.

Luego, vuelves a la izquierda y bajas tres o cuatro líneas más, desplazándote


nuevamente en diagonal hacia la derecha.

Con este método irás barriendo la página por regiones, y tu mente irá
percibiendo las ideas principales, pero no los detalles.

Además de aplicar un ritmo constante a tu lectura, también es necesario


implementar descansos con una frecuencia periódica. Por ejemplo, realizar un
intervalo de 5 minutos cada hora te permitirá descansar la mente y prepararla para
leer una nueva tanda de información.

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Recomendaciones finales
Para finalizar, me gustaría recordarte que todos estos métodos pueden parecer
sencillos y de hecho lo son, pero una vez que aprendió la teoría es fundamental que
los pongas en práctica.

No debes desanimarte si al principio te cuesta romper con tus hábitos antiguos, este
es un proceso que te llevará tiempo y mucha constancia y voluntad. Tienes que
reforzar día a día tu compromiso, y practicar una y otra vez. Algunas personas leen
este material, pero nunca lo ponen en acción. Esto es inútil para ellos, y solo pierden
su tiempo consumiendo información que no llevan a la práctica, y por lo tanto nunca
cambiarán sus hábitos.

Modificar un hábito y reemplazarlo por otro, es un proceso que implica tres pasos
fundamentales. En primer lugar, debes hacer un compromiso muy fuerte contigo
mismo y estar absolutamente seguro y dispuesto a hacer todo lo que sea necesario
para cambiar tu hábito anterior. A continuación, tienes que aprovechar toda
oportunidad que se te presente para aplicar tu nuevo hábito, y no dejar pasar
ninguna de ellas. Finalmente, debes repetir tu nuevo hábito a diario, durante 30 días
como mínimo. No hagas excepciones hasta que tu hábito se haya arraigado en ti y
forma parte de tu naturaleza.

Piensa hasta qué punto están arraigadas en ti tus hábitos de lectura poco
adecuados. Seguramente será difícil vencerlos, y siempre estarán allí, esperando el
momento de regresar. Para salir adelante, superar estos obstáculos y alcanzar tus
objetivos necesitarás un grado de compromiso máximo, y será muy beneficioso para
ti seguir a alguien que te guíe y te ayude a progresar en todo momento.

Sinceramente,

Carlos Gallego

Si deseas seriamente dominar el arte de la lectura veloz y consumir libros DOS


VECES más rápido, lee esta página completa:

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