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DEPARTAMENTO DE BIBLIOTECAS

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Jesús Mosterín

EL REINO DE LOS ANIMALES

UNIVERSIDAD DEL Vfl.LLE


División d� Bibliotecas

2014 ü!C. 1 7

ADQUISICIONES

Alianza Editorial
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ÍNDICE

Reservados todos los derechos. El contenido de esca obra está protegido por la Ley, que establece penas de
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reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren públicamence, en codo o en parre, una obra literaria,
artíscica o cienáfica, o su transformación, incerprecación o ejecución artística fijada en cualquier cipo de
soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la preceptiva autorización.

PRÓLOGO·····-···················-··--·-········-·········································· 13

l. LOS SERES VIVOS ............................................................. 19


Cosas concretas ..................................................................... 19
Individuos............................................................................. 22
Organismos y colonias .......................................................... 26
¿Qué es la vida? ..................................................................... 29
La noción aristotélica de vida ................................................ 29
© Jesús Mosterín de las Heras, 2013 Definiciones de 'vidá en general............................................ 30
© Alianza Editorial, S. A., Madrid, 2013 Definición termodinámica .............................................. . 31
Calle Juan Ignacio Luca de Tena, 15; 28027 Madrid: teléf. 91 393 88 88 Definición metabólica ...................................................... 33
www:alianzaeditorial.es Definición reproductiva .................: ...··:······················· ..·· 34
ISBN: 978-84-206-7450-6
Definición por la complejidad.............,:........................... 35
Depósito legal: M. 2.404-2013
Definición evolutiva......................................................... 36
Primed in Spain

2. VIDA TERRESTRE Y EXTRATERRESTRE·..................... . 39


SI QUIERE RECIBIR INFORMACIÓN PERIÓDICA SOBRE LAS NOVEDADES DE ALIANZA Ciencia teórica y ciencia histórica.......................................... 39
EDITORIAL, ENVÍE UN CORREO ELECTRÓNICO A LA DIRECCIÓN: La vida en la Tierra................................................................ 42
alianzaeditorial@anaya.es
Bases materiales de la vida ................................................ 45
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f.":!; CAPÍTULO 9
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Los animales, como todos los seres vivos, conseguimos resistir la


corriente universal hacia el caos y la entropía, conseguimos sobrevi­
vir y reproducirnos a base de usar la información disponible en
nuestro medio. La información a largo plazo la recibimos ya codifi­
cada en el genoma. La información a corto plazo la detectamos cada
uno con nuestros propios receptores sensoriales y la procesamos en
el cerebro, donde se generan nuestras percepciones. El cerebro es un
procesador mucho más rápido (aunque menos seguro) que el geno­
ma; puede procesar la información recién recibida en fracciones de
segundo. Por eso el cerebro es más eficaz que el genoma a la hora de
producir adaptaciones inmediatas a cambios repentinos del ambiente.

Receptores

Los animales necesitamos detectar la información relevante disponi­


ble en nuestro entorno. Para eso poseemos detectores o receptores de

22. Gorila hembra descansando en el suelo junto a su grup� en el Parque Nacional Impenetrable de Bwindi,
Uganda. (Foco Rafael Muñoz de Bustillo).
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señales. Nuestros receptores son los órganos de los sentidos. Ya Aris­ información recibida del entorno con el cálculo del movimiento más
tóteles había distinguido los clásicos «cinco sentidos»: el tacto, la adecuado es aquí complicadísima, y requiere todos los recursos del
vista, el oído, el gusto y el olfato, localizados en la piel, los ojos, los sistema nervioso y en especial del cerebro del mamífero.
oídos, el paladar y las fosas nasales. También hay otros receptores: Los primates (y especialmente los humanes) poseemos el sistema
quimiorreceptores, fonorreceptores (incluyendo los emisores y re­ _nervioso más desarrollado; en él la distancia entre receptores y efec­
ceptores de infrasonidos que permiten la ecolocación), fotorrecepto­ tores es máxima y la coordinación se realiza a través de muchos pro­
res, magnetorreceptores (sensibles a los campos magnéticos), baro­ cesos, de los cuales solo unos pocos son conscientes. La mayor parte
rrecetores (que captan la presión), georreceptores (de la gravedad), del procesamiento de la información y de la toma de decisiones tiene
propioceptores (del automovimiento), higrorreceptores (de la hu­ lugar sin que nos demos cuenta de ello, afortunadamente para noso­
medad), termorreceptores (de la temperatura), etc. No todos los tros. Es lo que nos permite dormir, por ejemplo, o concentrar toda
animales disponemos de todos los receptores. Los humanes, por nuestra atención en una sola tarea, confiando en que nuestros proce­
ejemplo, no podemos detectar los campos magnéticos ni los ultraso­ sos inconscientes ya se ocuparán del resto.
nidos (excepto con ayuda de la tecnología, claro).
A través de los receptores sensoriales penetra toda la información
que recibimos no-genéticamente. Una vez detectadas las señales y re­ El mundo perceptivo
cibida la información, necesitamos procesarla, construyendo una re­
presentación o mapa del entorno. Para eso está el cerebro, que elabora El universo está constantemente emitiendo señales, portadoras de
ese mapa y lo compara con su propio mapa ideal, infiriendo las medi­ información objetiva. Nosotros solo detectamos una minúscula por­
das a tomar para hacer que el entorno real se ajuste mejor a sus necesi­ ción de esa información. Por ejemplo, no detectamos las ondas de
dades y deseos. Los animales, finalmente, interferimos en el entorno radio que emiten todas las emisoras de radio del mundo y que inun­
para modificarlo en el sentido indicado por el cerebro. Para eso están dan la habitación en que nos encontramos. Necesitarnos un receptor
los efectores: los músculos y las glándulas exocrinas. El cerebro dirige de radio (que no forma parte de nuestro cuerpo) para captarlas y
las acciones de nuestros efectores teniendo en cuenta la información transformarlas en ondas de presión del aire, que sí podemos recibir
recibida sensorialmente y con vistas a nuestra supervivencia, a nuestras en nuestros oídos.
homeostasis o equilibrios vitales y a la consecución de nuestros objeti­ Aunque hay un solo universo objetivo, cada animal tiene su pro­
vos. Todos los animales «superiores» poseemos receptores sensoriales, pio mundo subjetivo, en el que el universo objetivo solo se refleja
sistema nervioso con cerebro y efectores con músculos y glándulas. parcial y sesgadamente. De la inmensa cantidad de información
Si la temperatura sube por encima de cierto umbral, nuestras objetiva presente en su entorno, cada animal detecta solo una parte,
glándulas sudoríparas se ponen a sudar y nos enfrían. Si la tempera­ aquella que está genéticamente programado para detectar, interpre­
tura baja por debajo de cierto umbral, nuestros músculos se ponen a tar y experienciar 1 • Las señales recibidas por los receptores sensoriales
tiritar y nos calientan. Así nos adaptamos al ambiente, al menos son procesadas en el cerebro y dan lugar a las percepciones, que a su
dentro de ciertos límites. Este tipo de adaptación es especialmente vez se mtegran en nuestras vivencias o experiencias y generan cono­
simple y directa, pero los animales «superiores» necesitan también cimientos, sentimientos y emociones. Cada especie animal tiene su
otros tipos de adaptación mucho más compleja. Piénsese en la veloz propio ámbito de percepciones, vivencias y experiencias posibles,
huida de un conejo perseguido por un zorro. La coordinación de la su propio mundo perceptivo, vivencia!, experiencia! y emocional.
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La experiencia consciente que se da en muchos animales es subje­ inmediato, como ocurre con los receptores del gusto presentes en las
tiva. Difícilmente podemos imaginar o concebir las experiencias papilas gustativas de nuestra lengua. Estos receptores permiten dis­
subjetivas de otros animales con aparatos sensoriales y cerebros muy tinguir cinco sabores: salado, dulce, amargo, ácido y umami (palabra
· distintos a los nuestros, como los murciélagos. El filósofo Thomas procedente del japonés que significa 'sabroso' y tiene que ver con el
Nagel se formuló esa pregunta en su famoso artículo «What is it like glutamato).
to be a bat?» (¿Qué siente uno al ser un murciélago?) 2. Cada uno Los sentidos o receptores sensoriales son las ventanas por las que
percibe solo sus propias percepciones, tiene sus propias experiencias los animales nos asomamos al mundo. A través de esa ventana pene­
y vive sus propias vivencias. Únicamente por analogía con nuestras tran del exterior, entre otras señales, moléculas portadoras de infor­
propias experiencias podemos concebir o imaginar las experiencias . mación acerca de los objetos que las soltaron. El gusto y el olfato son
de los demás. Esta analogía es tanto más apropiada cuanto más simi­ ios sentidos humanos que detectan esas señales químicas. El origen
lares a nosotros (en su filogenia, en su conducta y en su aparato del gusto y del olfato es común. Partiendo de quimiorreceptores
neurosensorial) son los animales a los que la aplicamos. No tiene ancestrales, que tienen incluso los protistos, hace cientos de millones
sentido preguntarse cómo son las experiencias realmente, con inde­ de años se formaron los primeros órganos gustativos y olfativos, que
pendencia de cómo le aparezcan a quien las tiene, pues las experien­ luego fueron evolucionando separadamente. La estructura y locali­
cias consisten precisamente en apariciones subjetivas de procesos zación de los sentidos son muy diversas. Las mariposas tienen recep­
neurológicos subyacentes. tores gustativos en las patas (para identificar las flores cuyo néctar
succionan) y un olfato muy sensible situado en las antenas.
El aire que nos rodea está lleno de moléculas portadoras de infor­
Señales químicas y olfato mación potencialmente interesante para el animal capaz de captar-.
las. Las hormigas y otros muchos insectos se orientan e interaccio­
El olfato es el sentido más antiguo y universal del reino animal. Casi nan fundamentalmente a través de feromonas, sustancias químicas
todos los animales tienen algún tipo de quimiorreceptores. Ciertas muy volátiles que funcionan como señales mediante las que unos
moléculas presentes en el entorno son señales químicas que pueden individuos se comunican con otros de la misma especie. Quimiorre­
transmitir información útil al animal estimulando sus quimiorrecep­ ceptores como las neuronas del órgano vomeronasal detectan las fe­
tores. Un quimiorreceptor en un receptor sensorial que detecta esos romonas y otras señales químicas de los congéneres. Los insectos
estímulos químicos y los transduce (transforma) en potenciales de tienen este tipo de quimiorreceptores en las antenas, la boca y las
acción en una neurona sensorial del animal. Varias de estas neuronas patas. En los insectos la emisión de feromonas es imprescindible
se unen en un nervio que eventualmente transmite la información al para el apareamiento. Las hembras receptivas emiten feromonas y el
cerebro. Aunque la transmisión neural misma es digital e inodora, macho las capta por quimiorreceptores situados en sus antenas (muy
el cerebro crea la sensación cualitativa del olor. grandes entre las mariposas nocturnas). Las feromonas desencade­
Algunos quimiorreceptores detectan la señal emitida a cierta dis­ nan en el macho una respuesta nerviosa, que lo impulsa a levantar el
tancia, como ocurre con las neuronas receptoras del sistema olfativo. vuelo en busca de la hembra y a no cejar en su empeño hasta dar con
Tanto las serpientes como los perros, por ejemplo, tienen agudos su amada. La oruga de la mariposa de la seda (Bombyx mori) produ­
quimiorreceptores olfativos, que les permiten detectar el olor a dis­ ce el capullo que cubre su crisálida y del que se obtiene el hilo de
tancia. Otros quimiorreceptores detectan las moléculas por contacto seda. Las antenas del macho de esta mariposa pueden reconocer una
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feromona de hembra de su especie entre un millón de millones de Señales acústicas y audición (fonorreceptores)
moléculas presentes en el aire, lo que le permite localizar a la hembra
en plena noche y a más de 1 O km de distancia. Los sonidos son ondas de presión en el aire. Nuestro sentido del
Para que algo huela, es necesario que libere moléculas y que di­ oído, que capta la información contenida en esas ondas sonoras, es
chas moléculas sean transportadas a través del aire (o del agua) hasta muy importante en nuestra vida social humana y constituye la base
llegar a nuestro órgano olfativo. Es preciso que los quimiorrecepto­ de nuestra comunicación lingüística. Sin embargo, el abanico de
res olfativos sean sensibles a la sustancia olorosa y que el número de frecuencias que captamos es limitado. Nuestro oído no detecta los
moléculas supere el umbral mínimo de percepción. Si no se cumplen sonidos muy agudos o ultrasonidos, de frecuencia superior a 20
estas condiciones, el olor no existe. Estas moléculas, generalmente kHz. Tampoco detecta los muy graves o infrasonidos, de frecuencia
orgánicas, están formadas sobre todo por carbono, hidrógeno, oxíge­ inferior a 20 Hz.
no, nitrógeno y azufre. Tienen un bajo peso molecular, lo que per­ Los murciélagos del suborden de los microquirópteros (Microchi­
mite una mayor volatilidad, y son al menos ligeramente solubles en roptera) son mamíferos voladores bien adaptados a la oscuridad en la
agua para poder atravesar la mucosidad olfativa. Una característica que frecuentemente habitan o cazan. Se orientan por ecolocación
única del olfato es la persistencia del estímulo externo, incluso en mediante ultrasonidos (sónar), sonidos de alta frecuencia que el oído
ausencia del animal u objeto que lo ha emitido, ya que las sustancias humano no percibe. El murciélago emite ultrasonidos que rebotan
olorosas emiten moléculas identificables mucho tiempo después de en los objetos del entorno; su eco rebotado es captado a través de las
haber sido soltadas al aire. grandes orejas del animal. Comparando lo emitido con lo recibido,
También los mamíferos detectan las señales químicas emitidas o el cerebro del murciélago construye un plano del entorno que le
secretadas por sus congéneres o las que delatan la presencia de po­ permite orientarse en la oscura caverna o en la penumbra de la no­
tenciales predadores o presas de otras especies. El zorro percibe la che, localizar sus presas y esquivar los obstáculos a su vuelo.
trayectoria que ha seguido el conejo, detectando con su fino olfato Los guácharos (Steatornis caripensis) son unas aves del orden de las
las moléculas que el cónejo ha dejado a su paso prendidas en los Caprimulgiformes (como el chotacabras). Cuando no hay luz, los
matorrales. Las feromonas forman parte también de la sexualidad guácharos se orientan por sonidos audibles. Habitan la cueva del
de muchos mamíferos, como los perros, cuyos machos se enteran Guácharo (en Caripe, Venezuela), que ya atrajo la atención de
por ellas de que cierta hembra está en celo, y se sienten irresistible­ Alexander von Humboldt, y otras cuevas de la costa septentrional de
mente atraídos por ella. Esta situación puede llevar al perro a huir Sudamérica. Sus pollos, antes de echar plumas, acumulan tanta gra­
de su casa en busca de la hembra. De hecho los mamíferos primi­ sa (de ahí su nombre Steatornis, 'pájaro de grasa' en griego) que pesan
tivos eran de hábitos nocturnos y todavía ahora la mayoría de los más que los adultos. Los indígenas chainas de Caripe los. capturaban
mamíferos se fían más del olfato que de la vista. Entre los mamífe­ y cocían para obtener aceite. Cuando hay luz, los guácharos pueden
ros, solo los primates nos orientamos sobre todo visualmente, ver con los ojos. En la oscuridad de la cueva o de la noche (cuando
como las aves. Nuestro propio sentido del olfato está bastante salen a alimentarse de los frutos de la selva) usan su sónar, que les
atrofiado y tiene una muy pobre capacidad discriminativa, por lo permite la ecolocación mediante clics o chasquidos de baja frecuen­
que las percepciones olfativas juegan un papel muy limitado en cia que emiten y cuyo eco captan. Hacen lo mismo que los murcié­
nuestras experiencias y apenas podemos imaginar el mundo olfati­ lagos, pero en frecuencia audible para nosotros. Pueden volar en
vo en que viven otras especies. multitud sin confusión, pues cada guácharo tiene su propia frecuen-

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208 EL REINO DE LOS ANIMALES PERCEPCIÓN 209

cia y reconoce su propio eco, ignorando el de los demás, lo que le sensibles a los movimientos, a los perfiles que se mueven. Los ojos
permite orientarse. compuestos de los insectos proporcionan una visión imprecisa, ca­
El oído y la comunicación acústica está presente en los insectos y leidoscópica, de pixeles, pero detectan fácilmente el movimiento. La
en los vertebrados, sobre todo en las aves y los mamíferos, a los que calidad de la visión cromática depende en gran parte de la variedad
permite comunicarse, atraerse y amenazarse, además de advertirles de fotorreceptores del color (es decir, de conos). La mayoría de los
de cambios relevantes y peligros en el entorno. Las ondas de presión mamíferos tienen solo dos tipos de conos en la retina y ven bastante
transmiten energía, mil veces más energía en el agua que en el aire. mal los colores; quizás ello se deba a que empezaron a evolucionar en
Por eso, cuando los tetrápodos abandonaron el agua del mar por la un medio nocturno, pues durante el día los dinosaurios aún domi­
tierra firme y el aire, tuvieron que desarrollar un transformador acús­ naban la tierra. La principal excepción somos los primates, que tene­
tico que transmite y amplifica las ondas de presión del aire: el tímpa­ mos tres tipos de conos en la retina y vemos bien los colores. Las aves
no, que se conecta a un delicado sistema de huesecillos móviles que los ven todavía mejor con ayuda de sus cuatro tipos de conos, que les
induce un potencial de acción en el nervio auditivo. De hecho, el permiten percibir también el ultravioleta. Muchos insectos, como
oído de los vertebrados incorpora dos órganos y dos funciones: un las abejas, tienen muy buena visión cromática. Y las mariposas del
órgano auditivo, que permite la audición, y un órgano vestibular (los género Papilio tienen nada menos que seis tipos distintos de conos
canales semicirculares) que proporciona información sobre la postu­ en los ojos.
ra y el estado de equilibrio del animal. Dos nervios especializados, el Diversas combinaciones de bastones (sensibles a la intensidad
auditivo o coclear y el del equilibrio o vestibular, se juntan en el luminosa, al blanco y negro) y conos (sensibles a los colores) en la
nervio vestibulococlear; así llegan al cerebro, al que transmiten la retina permiten al animal detectar la información del ambiente más
información recibida en el oído para su interpretación. necesaria para su supervivencia. El guepardo (Acinonysjubatus} tiene
en medio de la retina una zona de mayor densidad de conos que le
permite enfocar mejor una franja horizontal en medio de su campo
Luz y visión (fotorreceptores) de visión, lo que le ayuda a otear más eficazmente el horizonte de la
sabana en busca de presas. En el agua salada, lejos de la superficie, no
El Sol es una fuente de radiación electromagnética (fotones) que, al se ve el rojo (absorbido por el agua), solo el amarillo y el azul. Las
rebotar en los múltiples objetos sobre los que cae, adquiere informa­ aves pescadoras (como el pelícano, el martín pescador o el águila
ción sobre los mismos, información que nos transmite con los fotones pescadora) filtran y eliminan los reflejos .de la superficie del agua,
rebotados que impactan en nuestra retina. La mayor parte de la infor­ viendo lo que hay debajo.
mación que los primates recibimos del mundo nos llega por el sentido Nosotros somos incapaces de detectar direccionalmente la radia­
de la vista, que es sensible a la radiación electromagnética de longitud ción infrarroja, aunque a veces la notamos en forma de calor. Por eso
de onda entre 0,4 y 0,7 micrómetros (un micrómetro= 10-6 m), o, no podemos ver de noche, cuando todos los animales seguimos emi­
equivalentemente, de frecuencia entre 4,2 x 10 14 Hz y 7,5 x 10 14 Hz. tiendo en infrarrojo. Sin embargo, muchas serpientes de las familias
Para el resto del espectro electromagnético somos ciegos. de los boidos (Boidae), como las pitones y las boas, y de los crótalos
Muchos animales que detectan la luz visible procesan la informa­ (Crotalidae), como las serpientes de cascabel, detectan direccional­
ción que contiene de modos muy diferentes y así obtienen percep­ mente el infrarrojo. Los crótalos poseen dos fosas situadas entre el
ciones visuales distintas. Las ranas no ven nada estático, solo son ojo y las fosas nasales, más grandes que las de la nariz y más pequeñas

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210 EL REINO DE LOS ANIMALES PERCEPCIÓN 211

que los ojos. En 1936, A. Schmidt y G. Noble descubrieron que esas insectos. De hecho, la mayoría de los insectos tienen dos ojos com­
fosas son órganos sensoriales que captan la radiación infrarroja y puestos grandes a ambos lados de la cabeza y, además, tres ocelos si­
detectan minúsculas variaciones de temperatura, de menos de una tuados en la parte superior de la cabeza.
centésima de grado Celsius. Cada fosa sensorial tiene una membrana Los ojos compuestos constan de miles de omatidios («miniojos»,
finísima cubierta por unas 150 000 terminaciones nerviosas. Estos cada uno con su córnea, pigmento y fotorreceptor, cada uno orien­
receptores de infrarrojo producen una imagen térmica o termografía tado en una dirección distinta siguiendo la curvatura de la lente
del objeto, a poco más caliente que esté el objeto que el entorno. Así, convexa compuesta. Cada omatidio tiene su propia terminación
el crótalo detecta por la noche un ratón (capta su imagen termográ­ nerviosa, que conecta y se integra con el nervio óptico propiamente
fica) en completa oscuridad a una distancia de medio metro, lo que dicho. Estos ojos son muy eficientes para detectar movimientos y
le permite cazarlo y comerlo. Los boidos tienen alrededor de la boca quizás incluso puedan formar imágenes. Son típicos de los artrópo­
(encima de los labios superiores) unas fosas que detectan también la dos, sobre todo de insectos, crustáceos y miriápodos
radiación infrarroja. Aunque las serpientes tienen buena visión nor­ Los ojos complejos tienen una estructura comparable a la de una
mal (en el espectro visible), la detección del infrarrojo les ayuda a cámara fotográfica. Detrás de la córnea y la pupila tienen la lente,
localizar las presas, tanto de día como de noche, en que solo sus ór­ que enfoca la luz, y detrás de una cavidad o cuerpo vítreo, la retina,
ganos sensoriales de infrarrojo les permiten cazar pequeños organis­ donde están los fotorreceptores: bastones (que captan la intensidad
mos homeotermos, más calientes que su entorno. Las señales detec­ de la luz en blanco y negro) y conos (que captan los colores). Han
tadas tanto en el ojo como en las fosas de infrarrojo se combinan y sido especialmente estudiados los ojos de los vertebrados y de los
transmiten al téctum del mesencéfalo a través del mismo nervio óp­ cefalópodos. Hay diferencias entre unos y otros. En los cefalópodos,
tico. La detección del infrarrojo complementa la visión, al igual que los fotorreceptores están en el lado de la retina que recibe la luz; en
la percepción del color complementa la de la forma o el oído com­ los vertebrados están al revés, por detrás, una pifia de la evolución.
plementa la visión. Algunas mariposas y luciérnagas (Lampyridae, En los vertebrados, para enfocar la imagen los músculos cambian la
una familia de coleópteros) detectan también el infrarrojo cercano forma de la lente; en los cefalópodos, los músculos mueven la lente,
(hasta 690 nm de longitud de onda). acercándola o alejándola de la retina. El mayor ojo del mundo es el
Los fotorreceptores sensoriales poseen pigmentos sensibles a la de la sepia gigante, con casi 40 cm de diámetro.
luz, como los carotenoides o la rodopsina (presente en los bastones), Aunque la mayor parte de la radiación ultravioleta emitida por el
que absorben la energía 'de los fotones y generan un potencial de Sol es absorbida por la capa de ozono, una porción suficiente llega a
,,
acción. En las lombrices de tierra, los fotorreceptores son células
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la superficie terrestre como para ponernos morenos cuando toma­ . ,I'

individuales dispersas en la epidermis del animal. En la mayoría de mos el sol. De todos modos, no la vemos. Sin embargo, las abejas
los casos, sin embargo, hay muchos receptores que actúan conjunta­ (Apidae) detectan la radiación ultravioleta reflejada por las flores,
mente, organizándose en ojos de uno de estos tres tipos: ocelos, ojos que resulta muy atractiva para ellas y a nosotros se nos escapa. Mu­
compuestos y ojos complejos. chas de las flores que las atraen son especialmente llamativas en ul­
Los ocelos ('ojitos' en latín) son ojos simples pequeños con unos travioleta. Los ojos de las abejas son sensibles a los fotones con lon­
cuanto� cientos o algunos miles de fotorreceptores. Proporcionan gitud de onda entre 345 y 550 nm. Su visión es tricrómica, como la
información sobre la dirección de la fuente y la intensidad de la luz, nuestra, pero sus colores primarios no son el rojo, el verde y el azul,
pero no forman imágenes. Son típicos los ocelos dorsales de los sino el amarillo, el azul y el ultravioleta cercano. También algunas
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mariposas (Lepidoptera) son sensibles al ultravioleta. Por ejemplo, los presas. También generan descargas débiles (de 20 voltios) para el
machos y hembras del género Cofias (de la familia Pieridae) nos pa­ sondeo o la comunicación. Las descargas eléctricas débiles van tan­
recen iguales, pero, fotografiados en ultravioleta, muestran grandes teando el agua alrededor del pez como un sónar, permitiéndole
diferencias, que ellas detectan. percibir el entorno.
Nuestro cerebro procesa la información que recibe de los recepto­ Otros vertebrados se orientan por el campo magnético terrestre
res o sentidos y ese procesamiento, previo a la emisión de instruccio­ para navegar largas distancias. En 1997 fue descrito por primera vez
nes y coordinaciones neuromotoras y neuroexcretoras, es sentido en detalle el sentido magnético de la trucha arco iris (Oncorhynchus
por dentro como experiencia subjetiva, como percepción consciente mykiss), basado en células magnetorreceptoras localizadas en la nariz
o vivencia. Los mamíferos en general tienen mala vista y no suelen de este salmónido y conectadas con la región del cerebro que proce­
ver los colores. Sus experiencias tienen con frecuencia marcado ca­ sa esa información magnética3 • Se piensa que las aves migratorias e
rácter olfativo. La excepción somos los primates, originariamente incluso las palomas mensajeras se orientan mediante su capacidad de
adaptados a la vida arbórea, donde la buena vista, el cálculo adecua­ detectar el campo magnético terrestre, lo que les permitiría determi­
do de distancias y la coordinación espacial de los saltos de rama en nar su posición, altura y dirección del vuelo y controlar su navega­
rama es esencial. Por eso nuestras experiencias o percepciones son ción aérea. De todos modos, y a pesar de medio siglo de investiga­
sobre todo de tipo visual. ciones, no se han encontrado los magnetorreceptores sensoriales ni
Nuestra visión es tan importante que la utilizamos sin darnos se acaba de entender su posible funcionamiento. Si a esto añadimos
cuenta como metáfora constante para la comprensión y la represen­ que los humanes carecemos por completo de este sentido y por tanto
tación abstracta y simbólica de la realidad. Hablamos de la «visión de las correspondientes intuiciones y experiencias, hay que recono­
del mundo», de cómo «ve uno este problema», de adoptar cierto cer que la magnetorrecepción nos sigue resultando bastante opaca.
«punto de vista», de considerar diversas «perspectivas», de que una
idea o dato «arroja luz» sobre una cuestión, o resulta «iluminadora».
La palabra 'teoría' significa en griego visión o mirada (del verbo Horizontes perceptivos
theoréin, ver, mirar). Incluso ' idea' proviene de idein, ver, y significa
apariencia, forma visible. Las percepciones de que carecemos producen en los animales que las
tienen experiencias y vivencias que no podemos imaginar siquiera,
pues caen fuera de nuestro horizonte perceptivo. Las experiencias
Señales magnéticas y magnetorrecepción subjetivas de los peces eléctricos con sus campos magnéticos o las de
los murciélagos cuando usan su sónar, por ejemplo, son inconcebi­
Algunos peces son capaces tanto de generar descargas eléctricas y bles para nosotros. Y menos aún podemos imaginar qué percepcio­
campos magnéticos como de percibir las variaciones del campo nes y vivencias pudieran tener los desconocidos organismos que
magnético presente. El pez eléctrico (Electrophorus electricus, del posiblemente pueblen otros rincones del universo alejados de nues­
orden de los Cyprinifarmes) vive en el agua turbia de los ríos some­ tro sistema solar, como ha subrayado Nicholas Rescher4 .
ros de la Amazonia. El 80 % de su cuerpo está dedicado a contener En sentido estricto, cada animal individual y concreto tiene su
órganos electrógenos, que producen fuertes descargas (de hasta propio mundo vivencia!, único e intransferible. De todos modos, los
800 voltios) para el ataque o la defensa, capaces de aturdir a sus mundos perceptivos de los animales de la misma especie se solapan
1,
...

214 EL REINO DE LOS ANIMALES PERCEPCIÓN 215

considerablemente, por lo cual podemos hablar del mundo percep­ Nuestro oído no detecta los sonidos muy agudos o ultrasonidos, de
tivo de la especie. Sin embargo, algunos animales individuales pue­ frecuencia superior a 20 kHz, pero nuestro aparato de sónar los uti­
den no tener acceso a parcelas del mundo perceptivo de su especie, liza para localizar objetos bajo el agua, o para el diagnóstico médico
como ocurre entre nosotros con los ciegos de nacimiento o con los y prenatal. Y mediante detectores adecuados, terrestres o montados
sordomudos. en satélites artificiales, somos capaces de detectar todo el espectro
El aparato neurosensorial de la especie solo responde a cierta gama electromagnético y no solo la ventana de la luz visible. Sin embargo,
de estímulos y solo detecta cierto tipo de señales, que procesa de una no hay que confundir la detección con un aparato construido por
manera característica, determinando así el tipo de percepciones y ex­ nosotros con la vivencia o experiencia nuestra. Nosotros no pode­
periencias de las que son capaces sus miembros. La frontera entre las mos tener la experiencia de las ondas (los fotones) de radio. Podemos
percepciones posibles y las imposibles para dichos animales constituye construir un transductor, un aparato de radio, que transforma esas
el límite de su posibilidad de percibir, es decir, su horizonte perceptivo. ondas de radio en ondas sonoras, y podemos escuchar esas ondas
No puedo tener cualesquiera sensaciones o experiencias, sino solo sonoras. Pero eso es una experiencia acústica, no una de radio.
aquellas que mi aparato neurosensorial, en contacto con los estímulos Nosotros, los mamíferos, organizamos la información sensible
a los que responde, pueda generar. Las percepciones y experiencias de que redbimos del exterior en forma de objetos concretos individua­
animales con aparatos neurosensoriales muy alejados de los nuestros les situados en el espacio tridimensional. No todos los animales
están más allá de nuestro horizonte perceptivo o vivencia!. Para el cie­ proceden de ese modo. Algunos solo notan los cambios o movimien­
go, las experiencias visuales están. también más allá de su horizonte tos bruscos; el mundo experiencia! de otros es un campo de intensi­
vivencia!. (Si un día se logra restaurar su visión, ese día se habrá am­ dades variables que no podemos ni imaginar.
pliado su horizonte perceptivo). El horizonte de mi mundo perceptivo Los animales procesamos en el cerebro la información que recibi­
marca los límites de mis experiencias posibles e incluso quizá de mi mos del entorno a través de nuestros receptores sensoriales. Gran
imaginación, aunque no de mi pensamiento abstracto, basado, por parte de ese procesamiento es inconsciente, pero otra parte da lugar
ejemplo, en ecuaciones ·y signos algebraicos. a experiencias subjetivas conscientes. Así nos apropiamos subjetiva­
Algunas limitaciones de nuestro mundo perceptivo se deben a mente del mundo objetivo y construimos un mundo propio, hecho
nuestra posición en el espaciotiempo. Estas limitaciones pueden ser de percepciones, experiencias y vivencias, de recuerdos, ganas y frus­
parcialmente superadas mediante la exploración o el viaje, es decir, traciones. Solo los animales nos enteramos de lo que pasa en nuestro
trasladándonos, acudiendo a otra posición espacial. Si carezco de la entorno e incluso llegamos a elaborar una «visión del mundo». Solo
experiencia de la nieve, porque vivo en un país cálido, puedo obtener­ los animales (entre todas las entidades del universo conocido) tene­
la yendo a uno frío. Si no he tenido nunca la experiencia de bañarme mos subjetividad y reaccionamos emocionalmente ante lo que perci­
en la mar salada, porque soy de tierra adentro, puedo conseguirla bimos. Nosotros, los humanes, como animales sociales que somos,
acudiendo a la costa. Pero no puedo compartir las experiencias de los podemos de alguna manera entender empáticamente a los otros
peces abisales en el fondo oceánico ni la de los buitres que planean en animales, podemos (hasta cierto punto) ponernos en su lugar. El
las térmicas a gran altura. Puedo sumergirme en una escafandra o volar resto del universo es desalmado y empáticamente opaco. Podemos
en avión, o incluso en ala delta, pero no es l.o mismo. describirlo mediante ecuaciones, pero no podemos ponernos en su
La tecnología nos permite construir extensiones artificiales de los lugar.
sentidos, que logran detectar señales que a nosotros se nos escapan.

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