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Para iniciar este escrito parto de la idea que tiene Jenófanes en cuanto al rechazo al
antropomorfismo, en relación con el vínculo entre divinidad y ser humano, diciendo que
para Jenófanes es claro que la imaginación de los hombres es la que adjudica características
humanas a los dioses, verbi gratia: que los dioses escuchan, ven, y tienen figura humana,
etc. Y que en última instancia esas características resultan desacordes con su naturaleza.
Por tal razón, para Jenófanes no se puede justificar el que nosotros los humanos le
adjudiquemos o más bien les atribuyamos a los dioses características y/o formas humanas.
En este mismo orden de ideas, se presentan dos personajes que de alguna manera me
ilustran esta concepción antropomórfica: Hesíodo y Homero. Ellos nos describen que si
“los animales tuvieran la capacidad de expresar a través de la pintura, mostrarían a sus
dioses semejantes a ellos” […] (Conf. Los filósofos presocráticos I. Tales, Anaximandro y
Anaxímenes. Pitágoras. Alcemón. Jenófanes). Esto para indicar que los dioses en plural no
pueden existir, y que por lo tanto sólo debe existir un dios, y éste a su vez debe ser inmóvil
e inengendrado, ya que los dioses son una invención nuestra. Por lo tanto todo ello
resultaría una representación de la cultura, terminando con que los dioses son desemejantes
a nosotros.
2) ¿En qué consiste el problema del mal? ¿Cómo San Agustín cree resolver el
problema del mal? Detalle paso a paso la argumentación de Agustín para resolver el
problema del mal.
Para San Agustín el problema del mal es la ausencia del bien, así como la oscuridad o las
tinieblas son ausencia de la luz, indicando con esto que el mal no tiene una esencia en sí,
sino que es un alejamiento de Dios en el cual prima más la voluntad que la razón. Por ende
el mal no existe por sí sólo, entendiéndose éste como una “privación” de algún bien que
tiene como objeto algo físico o moral, en este caso, se encuentra un sujeto que lo genera: el
hombre cuando se aleja de Dios y rompe el orden establecido por ÉL.
San Agustín cree resolver el problema del mal, diciendo que Dios es bondad, perfección e
infinitud, y es un Dios omnipresente, es decir que se encuentra en todas partes. Por ende ÉL
no pudo haber creado el mal en ninguna de sus formas. De esta manera se establece que el
mal es causa del libre albedrío que adquiere el hombre, es decir el que está condicionado
por el mal moral.
Por lo anteriormente escrito, me surgen dos preguntas: a sabiendas que Dios no puede ir en
contra de lo que ha hecho ¿se podría pensar que el libre albedrío puede hacer parte de la
condición de Dios? Y si lo tuviera podría decirse que ¿Por su libre albedrío sería capaz de
generar el mal?
Bibliografía
Epicuro. Carta a Meneceo. En: Obras. Trad. Jufresa, M. Altaya: Barcelona, 1994.
San Agustín. Confesiones. En: Las obras de San Agustín II. Madrid: Bibliotecas de autores
cristianos, 1974.