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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO PARA EL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION


U.E.COLEGIO CATOLICO SANTA ANA
CATEDRA: RELIGION

INFORME ANALITICO

SANTA ANA DE CORO, NOVIEMBRE 2020


ANALISIS DE LA TRANSCENDENCIA DEL HOMBRE EN LO MATERIAL Y ESPIRITUAL

El ser-trascendente es una temática compleja, fundamentada desde lo


teleológico, lo ontológico y lo axiológico de la naturaleza humana. La búsqueda de
la trascendencia, es una necesidad natural del ser humano consciente en dejar un
legado o unas huellas a ser seguidas. 

Desde la perspectiva cristiana el sentido del ser y de la vida humana está fuera
del mundo, procede de la trascendencia. Existen unos valores morales objetivos,
existe una finalidad para la existencia humana y también hay un porqué del ser
nítidamente establecido. Pero todos estos elementos no pertenecen a la
naturaleza, sino que la trascienden otorgándole al mundo su sentido desde un
más allá.

Así, el sentido de la vida para el cristiano no sería alcanzar la felicidad


entendida como placer, por supuesto. Pero tampoco lo sería alcanzar la sabiduría
(como sucedería en Platón), puesto que la verdad no nos es dada a través de la
razón exclusiva ni principalmente. La verdad nos es ofrecida a través de la
revelación, esto es, de la fe y de la gracia concedida por Dios. De modo que no
tendría sentido dirigir la vida hacia la propia vida, esto es, no tendría sentido
intentar una vida más placentera o intelectualmente rica. El verdadero sentido de
la vida cristiana sería alcanzar una virtud cristiana en vida (mediante el
cumplimiento de los mandamientos, la evitación de los pecados y, en general,
sacrificio y ascetismo), lo cual supone en realidad una renuncia a la vida corporal
en pos de una vida espiritual futura (en el más allá). Por tanto, el sentido en tanto
que porqué de la vida, sería Dios, causa eficiente de todo; el sentido en tanto que
hacia dónde se dirige la vida sería hacia la virtud cristiana, caracterizada por una
vida de contención, sacrificio y fe; y el sentido de la vida en tanto que para qué
sería para alcanzar la felicidad en el más allá. De ahí que podamos concluir
diciendo que el sentido de la vida para el cristianismo es trascendente, procede
causalmente de algo separado del mundo (Dios) y va dirigido a negar el mundo
(deseos y pasiones) para alcanzar un más allá sobrenatural (el Cielo) donde se
halle la plenitud de la existencia.

ANALISIS DE LA FRASE DE SAN AGUSTIN

Con palabras poéticas, en su libro Las Confesiones, describe San Agustín su


propia conversión a Dios. Es un texto bello, conciso y entrañable. Es una plegaria
de admiración y adoración.

“¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Tú estabas
dentro de mí y yo fuera, y por fuera te buscaba; y deforme como era me lanzaba
sobre estas cosas hermosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, pero yo no
estaba contigo; me retenían lejos de ti cosas que no existirían si no existieran en ti.
Pero tú me llamaste y clamaste hasta romper finalmente mi sordera. Con tu fulgor
espléndido pusiste en fuga mi ceguera. Tu fragancia penetró en mi respiración y
ahora suspiro por ti. Gusté tu sabor y por eso ahora tengo más hambre y más sed
de ese gusto. Me tocaste y con tu tacto me encendiste en tu paz”.
Cuando nos encontramos lejos de Dios, podemos afirmar como Agustín: “Tú
estabas dentro de mí y yo fuera”. La conversión es un don, una gracia, no una
iniciativa nuestra voluntarista. El que acaba con nuestra sordera y nuestra ceguera
es Nuestra meta es Dios.

Nuestro inicio radica en Dios y nuestra meta definitiva es Él.


Nuestra existencia es un proyecto que se inicia gracias a Dios y en Dios y que
un día terminará en Él Entender esto significa dar un sentido profundo a nuestro
ser y actuar.
Sin Dios, somos como seres perdidos en el universo, que desconocen su inicio,
ignoran su camino y carecen de meta.
Sin Dios, el ser humano no es nada y anda errante por la vida sin rumbo ni destino
y privado de auténtica felicidad.
Dios es el principio y el fin de nuestro existir. Y nuestra vida no es más que el
trecho entre estos dos puntos básicos que debemos aprovechar al máximo para
alabarle, darle gracias y servirle en los hermanos más necesitados.

En este sentido, en la frase de san agustin se puede observar que es asi como
podemos tener y dar sentido a nuestra vida al tener a Dios en nuestro corazón, lo
tenmos dentro, no afuera y por lo tanto, asi transcendemos con el y podemos vivir
en su reino desde ya aquí en la tierra.

Poseer la felicidad es un derecho que todos los hombres tenemos, forma parte
del ideal de cada hombre y también del designio de Dios. ¿En dónde la buscas?,
¿ya la encontraste?, ¿te interesa conseguirla?, ¿qué medios estás poniendo para
poseerla? Muchas veces la buscamos fuera en las cosas que se nos presentan
amables, buenas y en otras no tan buenas; como sedientos después de varios
días en el desierto, nos queremos saciar de ella, pero estoy seguro que
llegaremos a la misma conclusión de San Agustín. Es la sed insaciable de la que
todos tenemos necesidad. Su experiencia de la felicidad plena la encontró en
Dios, la Verdad misma que daría sentido a sus interrogantes.

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