Está en la página 1de 3

CASO EL ABUELO

En una zona bajo andina del Perú un abuelo narra a su nieto una historia ajena pero cercana
a todos. Historia sobre los efectos de los casi inmanejables elementos de la naturaleza y
cómo estos por poco extinguen a 9 miembros de una familia campesina. Dicha historia
cuenta lo siguiente:

Las lluvias –como todos los años- acaudalaron en demasía las aguas del río que bordeaba
las tierras habitadas por la familia Pasonki y, en un desborde cortaron la vida de los padres
y dejaron en la orfandad 7 hermanos entre 11 a 17 años.

Luego de un corto duelo el mayor de los hermanos preguntó con voz trémula y enérgica a
la vez ¿y ahora, qué haremos para sobrevivir?

- Julio, de 11, dijo: yo tengo habilidad para pescar ‒me encanta hacerlo‒ y así traeré truchas
para todos.

- Junio, de 12, dijo: yo traeré leña seca –me encanta cortarla y soy muy hábil en ello‒ y así
cocinaremos para todos.

- Mayo, de 13, dijo: yo quiero cosechar naranjas y así habrá vitaminas para todos; pese a
que no me gusta cosechar y detesto las naranjas.

- Abril, de 14, dijo: yo quiero hacer algo para mí y no para los demás, por tanto yo cazaré y
comeré de mi trabajo, no necesito de nadie y nadie necesita de mí.

- Marzo, de 15, dijo: yo quiero hacer algo –porque me aburro fácilmente‒ pero no puedo
hacer nada ya que tengo los dedos derechos quemados por culpa de la leña ardiente que mi
padre me ordenó encender.

- Febrero, de 16, dijo: yo solo quiero contemplar la naturaleza, retratarla con palabras y
hacer poesía.

- Enero, de 17, dijo: yo quiero hacer las reglas de la familia, juzgar a quién se las aplica y
ejecutar su aplicación y, les comunico que detesto las truchas y las naranjas.
Luego, el nieto tras escuchar atentamente la historia formula la siguiente pregunta:

¡Caramba! ¿En la familia Pazonki no hay coincidencias –todos quieren cosas diferentes‒
por tanto nunca se pondrán de acuerdo?

El abuelo responde:

- Te equivocas, coinciden en algo trascendental y es que “todos quieren hacer lo que


quieren”, es decir, ninguno está dispuesto a renunciar al objeto de su querencia.

- Ahora, pon atención nieto mío, todos coinciden en la búsqueda de instantes de felicidad;
por tanto, todos desean lo mismo y es el poder elegir y hacer lo elegido; y, a ese poder
llamamos “libertad”.

Y, el nieto repregunta ¿Por qué es importante esa coincidencia?

El abuelo contesta lo siguiente:

- Es importante porque dicha coincidencia implica precisamente el deseo universal más


caro de la humanidad “el deseo de libertad” el cual aún no es un valor ni un derecho
fundamental, porque solo llegará a serlo cuando la razón humana reconozca al otro como su
semejante en lo esencial y descubra que para evitar que “la libertad de unos choque con la
de otros” es necesario delimitarla para llegar al ideal de “igualdad de oportunidades para
ejercer los ansiados derechos fundamentales”.

Y, el nieto formula sus dos últimos cuestionamientos:

Primero ¡Abuelo! ¿Te olvidas de lo más importante: ¡la vida! como condición necesaria
para ejercer precisamente la libertad e igualdad?

Segundo ¿Cómo se delimita la libertad en partes iguales?

El abuelo responde al primer cuestionamiento: Te felicito, tienes a quién salir en tus


inquietudes, te diré que la vida también es un valor y un derecho fundamental, pero tú sabes
que la historia ha demostrado que muchos han preferido morir antes de perder la libertad;
en consecuencia no hay jerarquías absolutas en estos valores y derechos, las jerarquías
como los caminos en la vida se hacen al andar.

Al segundo cuestionamiento responde: No es posible dividir en partes iguales el pastel de


las oportunidades –porque la “igualdad ideal” no coincide con el “mundo real” variopinto
por naturaleza; por tanto, las delimitaciones se hacen bajo criterios de un cuarto valor y éste
es el de la justicia, la cual implica usar la proporcionalidad para distribuir bienes en razón
de intereses, necesidades y méritos: y, esta tarea te la dejo para que reflexiones sobre las
diversas fórmulas para no incurrir en un desbalance en el goce y ejercicio de los bienes que
nos da la vida.

Finalmente el nieto llega a la siguiente conclusión: entonces el destino nos sortea un pedazo
de pastel grande o pequeño, dulce o amargo, y la justicia tratará de volver a sortear para
compensar las oportunidades de la vida

- Tú lo has dicho nieto mío mejor que yo.

También podría gustarte