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5 intervenciones de historia de la medicina

¿Teniendo en cuenta la información de la Pandemia de Influenza H1N1 de 1918-1919, ¿qué


podemos hacer para que el impacto de la Pandemia COVID-19, genere los menores impactos
negativos sobre la salud de las personas y que experiencias podemos mejorar para que la
mortalidad sea la menor posible?

La historia y la experiencia vivida en la pandemia de Influenza H1N1 de 1918-1919 debe ser


utilizada para actuar de manera eficiente en la que tenemos actualmente por el COVID 19
siendo conscientes que la ciencia ha dado avances importantes en el manejo de la higiene y las
enfermedades infecciosas. Se deben emplear medidas de bioseguridad en la comunidad y
prevención, en las cuales el aislamiento y desinfección son claves en el manejo de la pandemia.
Es importante reconocer que el cuidado y prevención debe ser realizado por todos y no solo es
responsabilidad del estado, no podemos esperar que este tome acciones. Debemos reconocer a
las personas más vulnerables que no tienen recursos o que no cuentan con la calidad adecuada
de servicios públicos siendo este un detonante para la masiva propagación de la pandemia. La
solidaridad por parte de la comunidad es transcendental para sobrellevar la pandemia, la
individualidad solo empeoraría la situación mientras que la unión mejora las falencias.

Colombia como país democrático coloca su confianza en sus representantes políticos para
liderar la toma de decisiones y buen funcionamiento de todo en conjunto. Pero como lo vemos
en la historia y actualmente el Estado se queda corto en la toma de acciones frente a una
pandemia. El desinterés por parte del gobierno a la salud no es solo ahora en la pandemia sino
algo de siempre. El Estado debe ser responsable y brindar salud de calidad, con garantías para
el personal de salud, suministros médicos, medicamentos y equipos de protección personal que
permitan la prestación de un buen servicio y de un derecho como lo es la Salud. Debemos
utilizar la historia como una oportunidad de no cometer más errores como ignorar la gravedad
y magnitud de la pandemia. Somos una sociedad que está acostumbrada a obedecer solo con
un vigilante a lado, por ello se deben tomar medidas radicales como la cuarentena obligatoria,
prohibición de eventos masivos, restricción del transporte público, medidas sanitarias de
prevención, ampliación de hospitales y cierre de fronteras para el paso de personas que no
tengan un motivo necesario.

El trabajo en equipo es fundamental en una pandemia, el apoyo de todos los entes


gubernamentales reduce el empeoramiento de los contagios. La responsabilidad no solo está
en la parte médica, sino en todas las personas. Uno de los errores de la pandemia de 1918 fue
individualizarse y no ser radicales en la toma de decisiones, solo dejaron la responsabilidad en
las personas caritativas como la Junta de Socorro y la iglesia católica, que fueron los que
sobrellevaron a los enfermos y crearon más hospitales. Hoy se cuenta con la contribución
masiva de empresas privadas que tratan de aportar soluciones y un Estado más participativo,
pero la comunidad en general no lo toma enserio y con el aumento uso de tecnología hemos
perdido valores de caridad y solidaridad que tanto ayudaron en la pandemia pasada. Pensar en
plural también puede contribuir a la solución del COVID-19, vivimos en comunidad y debemos
ayudarnos unos a otros, protegernos y ser partícipes de acciones que permitan la salud de
todos. El humanismo debe ponernos en un solo camino, el del bien común.

El conocimiento es poder, y una medida importante para disminuir los impactos negativos del
COVID 19 y para el futuro es educar. Educar sobre la salud, higiene, cuidado, medio ambiente y
como buscar o utilizar la información. Estas medidas permitirían afrontar o manejar mucho
mejor la situación, puesto que muchas veces la ignorancia o desinformación solo genera pánico
y desobediencia de las recomendaciones higiénicas. Enseñarle a las personas como lavarse las
manos, como comer, valorar al agua y como cuidarse evita que muchos otros se enfermen. Esto
sumado a que el Estado garantice las condiciones de higiene y servicios públicos a todas
personas ayudara notablemente en la salud. El hacinamiento de cárceles y geriátricos debe
sobrellevarse con medidas estrictas de prevención e higiene para garantizar la salud. También
debemos educar en economía y en solidaridad, pues la historia muestra que la pobreza es un
factor de riesgo.

La pandemia no tiene fronteras y afecta la salud de muchas personas. Conocernos nos permite
evaluar cuáles son los factores de riesgo y posibles soluciones. Conocer permite saber cuáles
regiones serían más afectadas por sus condiciones climáticas, saber cuántas personas viven del
día a día, cuantas personas del sector salud están desempleadas y pueden prestar su servicio,
conocer la realidad de un servicio de salud con sus desventajas ayuda a ser drásticos en el plan
de contingencia. Reconocer nuestras desventajas permite utilizarlas para crear soluciones como
crear insumos médicos, apoyar a otros con mercados, educar a las personas en salud, enseñar a
utilizar medios virtuales, hacer partícipes a los estudiantes desde cada área a que se apropien
de la situación, ayudar a los abandonados, reconocer que somos seres humanos y que la salud
mental también se afecta en esta y muchas situaciones. Conocer la historia nos permite
utilizarla para no cometer los mismos errores y generar soluciones.

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