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La atracción gravitatoria de la Luna sobre la Tierra hace subir el nivel del océano a
ambos lados de nuestro planeta y crea así dos abultamientos. A medida que la Tierra
gira de oeste a este, estos dos bultos, de los cuales uno mira siempre hacia la Luna y el
otro en dirección contraria, se desplazan de este a oeste alrededor de la Tierra. Al
efectuar este desplazamiento, los dos bultos rozan contra el fondo de los mares poco
profundos como el de Bering o el de Irlanda. Tal rozamiento convierte energía de
rotación en calor, y este consumo de la energía de rotación terrestre hace que el
movimiento de rotación de la Tierra alrededor de su eje vaya disminuyendo poco a
poco. Las marcas actúan como un freno sobre la rotación de la Tierra, y como
consecuencia de ello los días terrestres se van alargando un segundo cada mil años.
Pero no es sólo el agua del océano lo que sube de nivel en respuesta a la gravedad lunar.
La corteza sólida de la Tierra también acusa el efecto, aunque en medida menos notable.
El resultado son dos pequeños abultamientos rocosos que van girando alrededor de la
Tierra, el uno mirando hacia la Luna y el otro en la cara opuesta de nuestro planeta.
Durante este desplazamiento, el rozamiento de una capa rocosa contra otra va minando
también la energía de rotación terrestre. (Los bultos, claro está, no se mueven
físicamente alrededor del planeta, sino que, a medida que el planeta gira, remiten en un
lugar y se forman en otro, según qué porciones de la superficie pasen por debajo de la
Luna.)
La Luna no tiene mares ni mareas en el sentido corriente. Sin embargo, la corteza sólida
de la Luna acusa la fuerza gravitatoria de la Tierra, y no hay que olvidar que ésta es
ochenta veces más grande que la de la Luna. El abultamiento provocado en la superficie
lunar es mucho mayor que el de la superficie terrestre. Por tanto, si la Luna rotase en un
período de veinticuatro horas, estaría sometida a un rozamiento muchísimo mayor que
la Tierra. Además, como nuestro satélite tiene una masa mucho menor que la Tierra, su
energía total de rotación sería ya de entrada, para períodos de rotación iguales, mucho
menor.
Así, pues, la Luna, con una reserva inicial de energía muy pequeña, socavada
rápidamente por los grandes bultos provocados por la Tierra, tuvo que sufrir una
disminución relativamente rápida de su período de rotación. Hace seguramente muchos
millones de años debió de decelerarse hasta el punto que el día lunar se igualó con el
mes lunar. De ahí en adelante, la Luna siempre mostraría la misma cara hacia la Tierra.
Esto, a su vez, congela los abultamientos en una posición fija. Uno de ellos mira hacia
la Tierra desde el centro mismo de la cara lunar que nosotros vemos, mientras que el
otro apunta en la dirección contraria desde el centro mismo de la cara que no vemos.
Puesto que las dos caras no cambian de posición a medida que la Luna gira alrededor de
la Tierra, los bultos no experimentan ningún nuevo cambio ni tampoco se produce
rozamiento alguno que altere el período de rotación del satélite. La Luna continuará
mostrándonos la misma cara indefinidamente; lo cual, como veis, no es ninguna
coincidencia, sino consecuencia inevitable de la gravitación y del rozamiento.
1. El signi cado contextual del término “minando”, que aparece en el 3er. párrafo, es:
a. disminuyendo.
b. transformando.
c. observando.
d. aumentando.
a. causalidad.
b. contraste.
c. adición.
d. reformulación.
fi
b. a la rotación de la Tierra, la cual conlleva a que los días sean de mayor duración.
d. a los días terrestres, los cuales se van alargando un segundo cada mil años.
5. De acuerdo a lo expresado en el 6to párrafo, las causas por las que la luna mostrará
siempre la misma cara, son:
c. la gravitación y el rozamiento.
a. adición.
b. causalidad.
c. contraste.
d. secuencia.
7. El signi cado contextual de la palabra “desplazan”, que aparece en el 1er párrafo, es:
a. de enen.
b. ubican.
c. observan.
d. trasladan.
a. corteza sólida.
ti
fi
fi
b. luna.
c. Tierra.
9. Según lo expresado en el 2do párrafo, la causa por la que los días en nuestro planeta
se alargan un segundo cada mil años, es:
ti