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Pontificia Universidad Católica de Chile

Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas

FIL3010

Ética de la Propiedad Privada, la


Privacidad, y el Big Data

Integrantes:
Pablo Madrid
Rodrigo Parsons
Vedran Razmilic
Cristian Rivera
Elisa Salas
Jorge Sarquis

Profesor:
Fernando Arancibia
Propiedad y Carácter Moral: ​Los individuos al vivir en una sociedad van a apropiarse de los
atributos de aquella sociedad y a medida que ella va creciendo. Platón plantea que la propiedad no
puede desvirtuar el carácter de una persona, entendiendo que para él, la propiedad (ya sea privada o
comunal) es aquello que determina la riqueza o la pobreza. En cuanto a la propiedad privada,
reconoce que es importante restringir su distribución ya que es relevante preservar los valores de una
sociedad. Por su parte, Aristóteles no cree en una propiedad comunal, pero sí cree en que los
planificadores deberían promover la benevolencia de los poseedores de propiedades, es decir, poner a
disposición a la comunidad. Para este pensador, existen dos virtudes que requieren de propiedad
privada: la liberalidad y la templanza. Desde el liberalismo, Locke entiende el derecho a la propiedad
como un único derecho natural que debe ser resguardado y garantizado por el Estado, por ejemplo, el
derecho a la vida. Desde el idealismo, Kant entiende la propiedad como una ocupación que requiere
de dos actitudes: disposición y posesión. Además, el reconoce que debe ser resguardado por una
sociedad civil que valide la propiedad, y asimismo, plantea que la propiedad es necesaria para que las
personas se sientan completas y autónomas.

Propiedad y el Buen Vivir: Aristóteles primero propone la noción de Buen Vivir como el fin último
de todo ser humano. En particular, Aristóteles establece que el desarrollo humano hacia el buen vivir
requiere de la interacción con otros. Con esto en mente, Aristóteles propone distintos regímenes de
propiedad para así favorecer el desarrollo humano y promover el Buen Vivir. Más que los regímenes
en sí, lo relevante de esto es la concepción de la propiedad privada como un instrumento para la
consecución del desarrollo humano. Por otro lado, Tomás de Aquino, expande esta propuesta, en una
línea similar. En particular, Tomás de Aquino establece que la propiedad está supeditada al desarrollo
humano, de forma que las necesidades humanas siempre son prioridad. El enfoque moderno del Buen
Vivir y la propiedad recopila estas dos visiones y las complementa con nociones nuevas, como la
noción de los Capabilities. Con esto, el desarrollo del Buen Vivir requiere de un régimen de propiedad
que facilite la adquisición de Capabilities cruciales para ello.

Privacidad: ​La privacidad se puede definir como la condición de no tener conocimiento


indocumentado sobre uno mismo en manos de otros. En línea con esto, la información personal
consistiría en un conjunto de hechos relativos a una persona que esa persona no quiere que sean de
conocimiento general, más allá de un círculo selecto de personas conocidas. En base a estas
definiciones, se puede establecer la privacidad como un derecho moral. Tomando el valor de ella en
base al argumento de la autonomía de las personas: éstas tienen la libertad de decidir a quién dar
acceso a hechos sobre su persona. Sumado a esto, por temas de seguridad, la privacidad tiene valor
para evitar tanto chantajes como discriminación. Dado esto, se puede establecer un derecho moral a la
privacidad. Al mismo tiempo, se pueden definir legítimas invasiones a la privacidad.

Problemas con visión tradicional: Existen muchos autores que han criticado que la visión
tradicional de la propiedad intelectual sea del todo útil para poder comprender la ética que implica la
propiedad y uso de los datos. En particular, Hummel, Braun & Dabrock (2020) orientan estas críticas
en 4 grandes ejes, que sirven para orientar la discusión acerca de la ética del Big Data. Estos son:
Propiedad vs Cuasipropiedad (¿Se puede ser dueño de un dato?), Comerciabilidad vs Inalienabilidad
(¿Hay cosas que el dinero no puede comprar?), Protección vs Participación (¿Si alguien tiene mi
información, puede hacer lo que quiera con ella?), Interés Individual vs Colectivo (¿Es ético pasar a
llevar los derechos de privacidad en búsqueda de maximizar un bienestar social?)
Derecho de Propiedad e Información Privada: ​se puede argumentar a favor de la asignación de
derechos de propiedad sobre la información privada en tres líneas. En primer lugar, un argumento
basado en Locke dice que, dado que la información privada tiene como fuente a la persona misma,
esta información no es un recurso sin asignar, por ende, sin perjuicio de que alguien pueda usar su
trabajo para conseguir esta información, la información pertenecería a su fuente. Por otro lado, un
argumento Utilitarista establece que el hecho de no asignar estos derechos es ineficiente, por la
externalidad negativa que esto tiene sobre las personas que son la fuente de esta información y los
costos que estas personas incurren para proteger su privacidad. Finalmente, un argumento es que la
información privada se podría considerar como propiedad personal, y por ende en un grado
inalienable, la cual es parte necesaria para el desarrollo del Buen Vivir.

Big Data: ​ Los datos hoy en día han llegado a un alcance que permitió mutar la esencia de estos
mismos, permitiendo obtener nuevos usos con estos. Dejan de ser algo estático que perdía su uso
luego de completar el objetivo (por ejemplo calcular el número de ventas de cierto producto), ahora
son algo dinámico capaz de obtener nuevos usos con estos, entender patrones, establecer
correlaciones, que permiten a la vez crear nuevo valor a los mismos. La reutilización de los datos
convirtió a estos en palabras del autor en un ​“manantial de innovación y servicios nuevos”​.

Esta nueva concepción lleva también hacia una nueva forma de entender las cosas. Los datos son
capaces de establecer correlaciones, pero no por ello establecen la causalidad que la humanidad
siempre busca. Depender del Big Data, y sus conclusiones nos lleva a despojarnos de la causalidad. El
autor se refiere a esto como ​“dejar hablar a los datos”.​ Parte de esta transformación se debe a la
inmensidad de datos con los que se trabajan que dificulta el establecimiento de causalidades y sus
interpretaciones. Solo para dimensionar, Google hoy en día procesa más de 24 petabytes​1 de datos al
día. Si en el año 2000 el 25% de la información del mundo se encontraba en formato digital, hacia el
2007 estos llegan al 93% del total.

En la actualidad los avances tecnológicos han permitido el procesamiento de información de manera


rápida y a bajo costo. Mientras a la RDA​2 le costaba todo un cuerpo policial la investigación y
supervisión de sus ciudadanos, 20 años después se puede hacer lo mismo de manera mucho más
simple (y sin tener que necesariamente espiar a las personas), los datos están ahí, en la internet,
públicos, los mismos usuarios los entregan, sus geolocalizaciones, suben fotos de donde andan,
actualizan estados, plantean pensamientos, discuten sobre ideas, realizan compras por internet que
plantean patrones, el tamaño y la escala de los conjuntos de datos seguirá creciendo a medida que los
costos de almacenamiento bajan. Producto de esto el autor establece que ninguna de las tres formas de
proteger la privacidad están funcionando correctamente. Hoy en día la ​anonimización perfecta no
existe, la gran inmensidad de información es capaz de triangular y determina a qué persona se refiere
con bajas probabilidades de fallo​. La exclusión voluntaria tampoco sirve pues no acceder a entregar
información también es una forma de entregar información. Finalmente el ​consentimiento falla pues
gran de valor de la información se debe a usos secundarios, por ejemplo empresas de electricidad
desarrollan contadores eléctricos “inteligentes” que permiten recrear “firma de carga”, cada una
distinta por hogar, lo cual permite inferir si hay por ejemplo un computador, una televisión, y una
infinidad de aparatos, además de los horarios en que hay más cargas, etc. El consumo mismo de
energía revela información privada sin que haya un consentimiento explícito.

1
1 petabyte = 1.000.000 gigabytes.
2
República democrática alemana.

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