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COMUNICACIÓN ORAL

Para hablar de este tema, hay que partir entendiendo que la comunicación oral es una habilidad
innata al ser humano, es parte de su naturaleza y a la vez es esencial para sobrevivir como especie
en una sociedad.

Ahora, entrar a analizar la comunicación oral de una manera integral, es un proceso bastante
complejo, toda vez que, para poder realizarlo, es necesario tener en cuenta que la misma se nutre
o esté conformada por otras disciplinas auxiliares, tales como: la lingüística, la sociología, la
semiótica, entre otras.

Platón consideraba que la escritura era una “tecnología externa y ajean”, algo similar a lo que las
personas piensan sobre la computadora en la actualidad, sin embargo, debido a que la escritura ya
la hemos internalizado, es decir, ya no es una novedad para nosotros, sino que, por el contrario, es
algo que aprendemos a muy temprana edad, ya no representa una tecnología, como si lo fue en su
momento la imprenta o recientemente, la computadora.

Pese a lo anterior, la escritura es la base de las tecnologías de la actualidad, con ella se inició, por
ejemplo: el proceso de reducción del sonido dinámico al espacio inmóvil, la separación de la
palabra del presente vivencial, que es el único espacio en el que pueden existir las palabras
habladas, es decir, transformó e inmortalizó las palabras y en general, el proceso de comunicación.

La habilidad de hablar implica que el hombre debe poseer una gran capacidad para transformar
símbolos y genera que la comunicación sea un fin en sí mismo, pues el hombre es el único animal
que hablar por el simple deseo de hablar, de comunicarse.

El lenguaje resulta ser la manera en la que el hombre puede modelar su naturaleza y formar una
vida en comunidad.

Algo importante que es necesario señalar es que el arte de hablar bien, de encontrar las palabras
adecuadas para cada situación, fue siempre importante para el ser humano, ya sea en el espacio
público o en su esfera privada.

Sin embargo, no todas las comunicaciones orales con naturales, por ejemplo: una conferencia, un
sermón o un discurso inaugural, requiere de un proceso de preparación previa, es decir, requieren
de un soporte escritural en forma de texto, guion o notas. en muchas ocasiones, llegar a dominar
este tipo de procesos, no es sencillo; pues para lograr cumplir a cabalidad este objetivo o tipo de
comunicaciones, se hace necesario desarrollar la competencia comunicativa oral que de igual
manera hace parte del de la educación lingüística desde la antigüedad en esto consistía en muchas
ocasiones la enseñanza de la retórica y de la oratoria en la antigüedad clásica.

Ahora, la comunicación oral tiene alguna similitud con la comunicación escrita, esto en lo que hace
referencia a las funciones sociales, por ejemplo, la función social básica de la oralidad consiste en
permitir o fomentar las relaciones sociales, en muchas ocasiones de esto depende que el ser
humano pueda vivir en sociedad. Por ejemplo, dejarse hablar con alguien en la actualidad equivale
a romper una relación con esa persona, él habla, por lo tanto, es en sí misma una acción, es decir
es una actividad qué nos hace personas, que nos hace seres sociales; a través de la palabra
podemos ser capaces de llevar a cabo la mayoría de nuestras actividades cotidianas desde las más
sencillas hasta las más complejas.

Según Tusson: “mientras podemos conversar mantenemos el contacto con el mundo, el silencio
prolongado es un castigo, es decir, un síntoma de locura o una forma de entrega y renuncia”.

Además de las múltiples funciones que tienen la comunicación oral, es decir la habilidad de hablar
en la esfera privada, desde los inicios de la vida social esta modalidad de comunicación ha venido
teniendo un lugar muy importante en la vida pública, institucional y religiosa, como, por ejemplo:
en la política, la jurisprudencia, los oficios religiosos, la enseñanza, los cuales son algunos ejemplos
de los ámbitos de la vida social en la que se puede aplicar estabilidad. Cuanto más democrática es
una sociedad, más espacio ocupa el habla; en las sociedades con regímenes totalitarios el ejercicio
de la palabra en la discusión pública se convierte casi en un delito.

De igual manera, lo oralidad cumple funciones estéticas, como, por ejemplo: los cuentos, los
mitos, las leyendas, las novelas, los refranes o los chistes tienen un lugar o tienen un origen en la
comunicación oral.

En la esfera privada de los seres humanos, es necesario tener en cuenta que muchas veces las
claves del éxito social y profesional reside en poder desarrollar de manera integral esta habilidad
de hablar de manera espontánea o adquirida, es decir, tener la competencia de transmitir de
manera clara las ideas que nosotros tenemos ante un auditorio.

Se hace necesario tener en cuenta que en las culturas orales las formas de vida, la conservación de
los valores, la transmisión de conocimientos, se llevan a cabo de una manera muy distinta a como
se hace en las sociedades que combinan la comunicación oral y la comunicación escrita.

Las diversas maneras de poder cultivar y conservar la memoria, conllevan una organización social
muy diferente, es por este motivo que el encuentro entre culturas orales y culturas escritas que en
algún momento han incorporado estos dos procesos, suele ser a veces traumático y están
estrechamente relacionados con la imposición de estructuras económicas y de dominación.

Actualmente la oralidad secundaria, de los medios de comunicación de masas, tiene una presencia
omnímoda, es decir con capacidad para transmitir la palabra de personas de toda índole, como,
por ejemplo: debates en el Parlamento, declaraciones de autoridades u opiniones de la gente
común; en estos medios de comunicación masiva, la palabra es protagonista de una manera tal,
como nunca tuvo importancia en la historia.

1. Diferencias entre el habla y la escritura:

Estas diferencias se pueden establecer desde: de vista el con textual y el textual:

 Diferencias contextuales:

Las diferencias contextuales tienen relación con la situación en que se produce la comunicación, es
decir, éstas se derivan del entorno comunicativo inmediato, se manifiestan en el soporte físico, en
la inmediatez y en la interacción de la comunicación, en el tipo de información temporal y espacial
en que se apoyan.
 Soporte físico: El habla se produce mediante sonidos y ésta se percibe por el oído la
escritura por el contrario se producen mediante imágenes, letras, signos y se percibe por
la vista. En el habla, los sonidos se emiten de una manera sucesiva, ordenados en el
tiempo. En la escritura por el contrario las imágenes se graban en un soporte fijo y estable,
por ende, no se puede escuchar un texto escrito, a menos que sea por medios
electrónicos, más deprisa o más despacio, ni de una forma distinta a cómo éste se
produce; sin embargo, sí se puede leer un texto al ritmo que se desee, al ritmo propio o
bien en un orden distinto al que le dio el autor.

La comunicación oral es esencialmente transitoria, mientras que la comunicación escrita


es permanente y duradera, un texto escrito por ejemplo, puede independizarse del
momento y el lugar en el que este es producido, de esta manera, la escritura funciona
como una especie de testigo de los hechos que recoge por parte del autor, mientras que
en un texto oral, se tiene más riesgo de sufrir alteraciones en su transmisión puesto que
en muchas ocasiones lo que una persona escucha no es lo mismo que lo que el autor
quiere transmitir en un momento determinado.

 Inmediatez e interacción: La inmediatez en el tiempo y en el espacio es una característica


propia de la comunicación oral, puesto que permite una interacción instantánea entre los
interlocutores.

El hablante en este caso puede ver la reacción del oyente y modificar sus palabras y al
mismo tiempo el oyente puede guiar al hablante en la estructuración y producción de su
propio discurso. Esta inmediatez comunicativa, obliga a quien habla a tener un control
especial sobre todo lo que dice.

La comunicación escrita por el contrario, no permite esa interacción entre los


participantes, el escritor simplemente puede imaginar la reacción que va a tener el lector
al leer sus palabras y el lector tampoco puede influir en el discurso del autor, puesto que
solamente está leyendo e interpretando lo que el autor quiere expresarle a través de esa
escritura; sin embargo esta posibilidad de diferir la comunicación qué ofrece la escritura,
permite al escritor corregir de alguna manera, borrar o modificar su discurso sin que nadie
se entere y permite al lector poder elegir cuándo, cómo y dónde leer, por este motivo, se
establece que la comunicación escrita se independiza del tiempo y del espacio, en la que el
texto es producido por parte del autor.

 Información contextual: Las características anteriormente mencionadas, es decir, la


inmediatez y la inmediación de los interlocutores, genera que en la comunicación oral sea
muy importante la información contextual que se deriva del entorno inmediato espacial y
temporal en la que se produce esta comunicación, pues mucha de la información implícita
sobre la que se construyen las conversaciones o los textos orales, dependen directamente
de la situación comunicativa.
La escritura de igual manera genera dependencia de la información contextual, pero es
otro tipo de información contextual relevante, en este caso, es una información más
universal, de experiencia socialmente compartida y el conocimiento acumulado
culturalmente.

Esto quiere decir, que la situación de enunciación oral prototípica se caracteriza


básicamente por los siguientes rasgos:

a. Participación simultánea de las personas que intervienen.


b. Presencia física de quienes interactúan
c. Y, por último, los participantes construyen y negocian en la interacción una
relación interpersonal basada en sus características psicosociales.

En la interacción social cara a cara se puede distinguir:

Encuentros mínimos o espontáneos, tales como: saludos, charlas, conversaciones,


excusas, elogios, discusiones o encuentros elaborados, tales como: conferencias,
acuerdos, juicios o debates, en los que como se ha mencionado anteriormente, se
requiere de una preparación previa, que, en muchas ocasiones, tiene como base un
proceso de comunicación escritural, es decir este es un soporte físico.

De igual manera las situaciones de comunicación oral se pueden clasificar dependiendo del
número de personas que participan, su motivación, en la forma en la que se estructuran, entre
otras. En el habla, son fundamentales algunos rasgos paralingüísticos y extralingüísticos para
poder reforzar estas interacciones comunicativas.

Los rasgos paralingüísticos aportan mucha información: el ritmo o el tono, puede informar acerca
del estado físico o emocional de la persona, es decir, del hablante o de la forma o intención con la
que habla, los enunciados pueden ser dichos, murmurados o gritados; en ocasiones, nos puede
molestar o gustar una determinada expresión, no por su contenido en sí, sino por la forma en las
que estas son expresadas.

Los gestos, la postura y la distancia son rasgos extralingüísticos que contribuyen a la formación del
significado lingüístico, las reglas de construcción y organización del discurso escrito son
independientes de las normas que rigen en la forma de construir el lenguaje oral, la entonación y
puntuación no corresponden exactamente, si no queda son herramientas de organización y
cohesión textual, que no están muy relacionadas con la forma de producción respecto a la
comunicación oral.

 Diferencias textuales:

En cuanto a las diferencias textuales, es necesario tener en cuenta que en el proceso de habla es
frecuente el uso de una sintaxis un poco compleja que permite procesar la información de una
manera más fácil.

La inmediatez, hace que se produzcan cambios en la manera de organizar el discurso, así como el
uso de muletillas; en la comunicación escrita, por el contrario, se le permite al emisor leer lo que
previamente ha escrito y hacer algunas correcciones, de esta manera, en la escritura es posible
una mayor elaboración de la información, lo que se refleja en una sintaxis un poco más compleja
sin utilización de muletillas y con una mejor cohesión.

Por la inmediatez comunicativa de la oralidad, el hablante tiende a repetir o parafrasear lo que


dice para asegurarse de que esa información haya sido entendida por los destinatarios de su
discurso, en el habla de igual manera abundan los deícticos, cuyo significado depende de la
persona que lo dice y cuando lo dice; porque los interlocutores comparten espacio – tiempo y
enunciación y no necesitan explicitar lingüísticamente las coordenadas espacio temporales en las
que se producen sus enunciados.

El uso de deícticos no es tan frecuente en la lengua escrita, por ejemplo: la internación, el acento y
las pausas, funcionan en el lenguaje oral como organizadores del discurso; sin embargo, estos
rasgos están ausentes en la comunicación escrita, por lo que ésta no sólo debe recurrir a la
puntuación, sino también al empleo de numerosos conectores y símbolos para la organización de
un texto coherente y comprensible para el lector, es decir para el destinatario de este tipo de
comunicación.

Los recursos del sistema de la lengua son los mismos para ambos tipos de comunicación y a pesar
de que cada uno tiene sus rasgos y características propias y específicas, no hay ningún factor
lingüístico que impida que en el habla aparezcan palabras o estructuras características de un estilo
elaborado o que en la la escritura, aparezcan rasgos característicos de un estilo conversacional, lo
importante en este caso, es la selección de rasgos lingüísticos adecuados para cada tipo de
comunicación ya sea la comunicación escrita o la comunicación oral.

2. Distintas situaciones de comunicación oral:

En lo que respecta al contenido del discurso, no existen situaciones comunicativas exclusivas de la


oralidad o de la escritura, es decir se pueden tratar los mismos temas de manera oral o escrita.

Los avances tecnológicos han producido o han generado aproximaciones entre las dos
modalidades de comunicación, por ejemplo: el fax o el correo electrónico consiguen hacer
inmediata en el tiempo la comunicación escrita y las diversas funciones de un teléfono o el
grabador permiten diferir la comunicación oral; pero incluso en estos casos, esas diferencias
esenciales de comunicación entre ambos medios se mantiene, es decir en la comunicación oral
solo hay sonidos que percibir y el escrita letras imágenes o símbolos que reconocer.

En las interacciones cara a cara hay que controlar toda una serie de aspectos que tienen que ver
especialmente con el contenido informativo de lo que se está hablando y con la situación misma,
aquí nuevamente volvemos a hablar de la información contextual y de la inmediatez.

Oralmente el proceso y el producto se dan a la vez, una prueba clara de ello es que, por ejemplo: si
nos equivocamos hablando, decimos algo inconveniente, pronunciamos mal una palabra o de
manera incomprensible, no podemos borrar o tachar las palabras ya dichas, la única manera de
corregirlo es seguir hablando y tratar de reparar lo mejor posible este error.
Hay muchas otras maneras que pensar sobre la marcha y organizar nuestra contribución a partir
de los elementos nuevos que ofrecen nuestros interlocutores, allí se hace necesario tener en
cuenta que los grupos humanos se articulan en torno a una serie de textos que se producen en los
diferentes ámbitos de la vida social y que existen precisamente gracias a estas prácticas
discursivas.

- La conversación: Es la forma primaria y universal de la realización de la comunicación


oral, además, funciona como un marco o como una base para otras actividades discursivas
como, por ejemplo: exposiciones, argumentaciones, relatos, explicaciones.

La conversación es una actividad verbal en la que participan dos o más personas que
interactúan de una manera coordinada, requiere además que los participantes compartan
una serie de conocimientos pragmáticos, en este tipo de textos, en muchas ocasiones se
omiten muchos elementos y esto se debe a que los interlocutores tienen acceso directo a
una información subyacente es decir ya saben quiénes son, dónde están, quienes están
entrando y conocen a la persona de manera general.

Kerbrat, define la conversación de la siguiente manera: “lo que caracteriza la conversación


es el hecho de implicar un número relativamente restringido de participantes, cuyos
papeles no están previamente predeterminados, sino que gozan en principio de los
mismos derechos y deberes, tienen un carácter familiar e improvisado, los temas que se
abordan, la dirección del intercambio o el orden de los turnos de palabra se determinan
paso a paso de una forma relativamente libre e improvisada”.

Por otro lado, en 1934 Jefferson había señalado, después de realizar un análisis amplio
detallado e integral de conversaciones espontáneas, qué éstas presentaban las siguientes
características:

1. El cambio del hablante es recurrente, es decir, una de las características es que es


dialogal.

2. En general no habla más de una persona a la vez.

3. El orden de los turnos de palabra no está previamente determinado.

4. La duración de los turnos de habla no es fija puesto que tiene haber un cierto
equilibrio.

5. En general, tampoco está determinado el contenido con antelación.

6. La duración de la conversación no se no se especifica de manera previa.

7. Existen mecanismos para reparar los errores o las transgresiones en la toma la


palabra.
A partir de este análisis, se puede establecer que las conversaciones espontáneas suelen tener un
alto grado de indefinición e imprevisibilidad y de improvisación por parte de los interlocutores, sin
embargo, eso no significa que a pesar de la aparente simetría de la que habla que el Kerbrat, se
produzcan todo tipo de juegos de poder o se pugna por el control del espacio discursivo.

El carácter espontáneo e improvisado de una conversación cotidiana, tiene interés tanto desde un
punto de vista gramatical, como social, debido a que en la conversación tenemos la oportunidad
de observar un comportamiento lingüístico poco planificado, lo que hace aflorar diversas
estructuras subyacentes, por ende, observar quien tiene la palabra, cuántas veces, de qué manera
y cuánto tiempo ocupa a lo largo de esa interacción, aportó una información muy clara y valiosa
para poder analizar los roles comunicativos que adoptan cada uno de los participantes.

De igual manera, como en todo proceso lingüístico, el sentido discursivo suele ir siempre más allá
del significado literal o referencial de las palabras; en una conversación espontánea, por ejemplo,
la distancia que hay entre un significado literal o conversacional puede ser demasiado grande, esto
es, debido a la inmediatez característica propia de la comunicación oral en la que se produce la
interacción.

- El debate: cada uno de los participantes en un debate debe construir su imagen y su


mensaje discursivo en la mente, esto quiere decir, a través de la implementación que hace
de recursos verbales y no verbales creando de esta manera un discurso más o menos
agresivo, más o menos populista o respetuoso con unos o con otros; sin embargo, a pesar
de que se haya preparado previamente por parte de cada uno de los participantes
respecto a su mensaje y la forma en que quiere expresarlo, la propia dinámica del debate,
puede provocar cambios en la actitud, el tono, del grado de respeto a las reglas y en el
marco general que se ha pactado previamente.

Si bien es cierto ese tipo de interacción cara a cara está bastante alejada de una
conversación espontánea, pues como manifestamos con anterioridad, se necesita un
soporte físico escritural o simplemente oral, previamente preparado; no deja de compartir
con la comunicación oral, ciertas características similares sobre la creación en la marcha, la
improvisación, los males entendidos, la transgresión de las normas, la negociación o la
provocación de conflictos, que están sujetos a este intercambio comunicativo de persona
a persona; por ejemplo: en un debate oral podemos encontrar todos los elementos del
discurso argumentativo, eso quiere decir que cada participante debe encontrar el
momento oportuno para hablar, argumentos útiles para mantener y reforzar su tesis,
defender las propias ideas qué está sosteniendo o para cambiar o ajustar su opinión
teniendo en cuenta las objeciones que va recibiendo.

El prestigio que se deriva del hecho de ser convocado a debatir en una reunión sobre un
tema determinado y el sentirse protagonista pareciera que conlleva la obligación de
defender posiciones propias a capa y espada y a recurrir a cualquier instrumento para
hacer prevalecer su propio punto de vista; sin embargo, estos tipos de debates en los que
los protagonistas no están dispuestos a ser un poco más flexible respecto a sus propias
posturas a partir de las razones que los demás personas exponen, se dan sobre todo en el
campo político.
En las sociedades democráticas un debate político que es televisado y emitido en vivo
entre los candidatos que representan diversas opciones, suelen tener algunas reglas del
juego previamente establecidas que son un poco rígidas, sin embargo, esto no implica que
en algún punto se transgredan estas normas.

Habitualmente, antes de que se produzca el debate, se negociaron una serie de


circunstancias, como, por ejemplo: la distribución del espacio, la organización del tiempo,
el orden de los turnos, los temas en los que se discutirá, la actuación del moderador, las
indicaciones fuera de cámara; pero incluso, a pesar de que se negoció todo esto
anteriormente, estas reglas se pueden transgredir sobre la marcha.

- El monólogo: El monólogo es una situación es la comunicación oral espontánea, en la que


los oyentes constituidos no participan más que para mostrar su acuerdo o desacuerdo, se
consideran monólogos a aquellas situaciones orales como la enseñanza en una clase
magistral, un sermón religioso, los comentarios de la radio o en la televisión, una
conferencia o exposición o un teatro unipersonal.

Ese tipo de situaciones orales suponen encontrar diversos grados de espontaneidad, por
ejemplo: los periodistas, políticos, docentes, abogados y predicadores, han manejado
previamente la preparación de apuntes o notas y generalmente cuentan con experiencia
anterior, de tal manera que en sus discursos hay elementos de preparación y repetición
que les aportan características de menor espontaneidad. Nos encontramos ante eventos
comunicativos básicamente mono gestionados, en los que una persona que habla, en
principio tiene un mayor control sobre lo que dice y la manera en cómo lo dice; un
ejemplo de esto puede ser una conferencia consistente en una tesis presentada y que se
defiende en el curso de una exposición, por lo tanto, una opinión o un debate sobre ella,
solamente podría producirse al final de la intervención de esta persona.

En esta ocasión, el conferencista ha preparado el tema con tiempo, con anterioridad, se


supone que lo conoce bien y que ha podido organizar su exposición de una manera
simplificada, teniendo en cuenta el tiempo que dispone, el espacio físico y el tipo de
auditorio al que se va a presentar; sin embargo, no por el simple hecho de que se trata de
un evento mono gestionado, una conferencia deja de ser interactiva, en este caso, la
audiencia podría manifestar con gestos, miradas u otros procedimientos sus reacciones
ante lo que va oyendo y esas manifestaciones afectan de igual manera al conferencista;
una persona experta en el tema ya sabe permanecer atenta a las miradas o reacciones del
auditorio y tiene la capacidad de flexibilidad o de dar un giro a su discurso de manera
espontánea e instantánea.

- La recitación: ese tipo de comunicación oral comprende situaciones que no entienden o


que no poseen espontaneidad absoluta en la conversación, pero hacen parte de la
tradición oral, como por ejemplo: contar cuentos, interpretar poemas o cantar canciones,
en este caso, este tipo de comunicación es mayormente utilizada en sociedades no
alfabetizadas.

- La ejecución oral de un texto: en ese tipo de situaciones de la comunicación oral se


realizan textos escritos y se pueden distinguir dos tipos: los textos para ser dichos como si
no hubieran sido escritos o los textos para hacer dichos sin ocultar su origen escrito, ese
tipo de situaciones se presentan mayormente en las culturas donde hay un importante
desarrollo de la escritura:

a. Textos para ser dichos como sino hubieran sido escritos:

En ese tipo de situaciones lo que se actualiza es un texto que se ha concebido para ser
dicho como si no hubiera sido escrito, ese tipo de texto, son los que encontramos en
las representaciones teatrales, en el cine o en los guiones de la radio y la televisión,
también en algunos discursos políticos, conferencias o exposiciones que
aparentemente son espontáneos pero que pertenecen a este modo de utilizar el
lenguaje.

b. Tex tos para ser dicho sin ocultar su origen escrito:

Algunos textos se escriben expresamente para hacer dichos, como, por ejemplo: los
discursos políticos, jurídicos o los de las conferencias, en este caso, los autores de este
tipo de textos y los hablantes que los oralizan, deben utilizar estrategias propias de la
oralidad que ayudan al auditorio a procesar este tipo de información y a comprenderla
una mejor manera.

Algunas estrategias son: utilizar un ritmo pausado de locución, repetir las ideas
principales de manera ligeramente distinta, de modo que el texto no parezca
demasiado repetitivo y finalmente, preparar el auditorio anticipándole sobre el tema
que se va a hablar y resumiéndoselo después de lo que ha dicho, es decir, como una
especie de conclusión.

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