Etimológicamente: La palabra administración se forma del prefijo ad-
‘hacia’ y ministrare ‘servir’ o ‘cuidar’. Este término fue empleado por los romanos para referirse al acto o a la función de prestar un servicio a otras personas. Desde el punto de vista jurídico el término administración posee dos acepciones: en el ámbito del derecho civil, la administración es vista como el manejo de un bien o conjunto de bienes o patrimonio; mientras que desde el punto de vista de derecho público, administración significa asegurar la aplicación diaria de las leyes y la marcha cotidiana del servicio público.
4.1. Enfoques sobre la definición de Administración Pública
En la actualidad, no existe una definición uniforme de la Administración
Pública; sin embargo, existen parámetros que pueden acercarnos a su definición, entre los cuales se puede identificar principalmente a los siguientes:
Concepto sintético. Define a la Administración Pública como a un
sistema de elementos heterogéneos en interacción; es decir, reconoce la autonomía del derecho administrativo cuyas reglas se encuentran dentro del contexto económico, jurídico y psicológico que le dan dimensión social. Concepto funcional. Señala que la actividad de la Administración Pública tiene como característica principal el interés público; por ello, su función no es solo ejecutar la ley de manera irrestricta, sino que deberá realizarlo sobre la base de dicho interés público, de modo que trascienda de un ámbito individual a un ámbito general. Concepto microanalítico. La Administración Pública es la fase del gobierno que consta de la ordenación cooperativa de las personas, mediante la planificación, organización, educación y dirección de su conducta para la realización de los fines del sistema político. Concepto sociológico. Sociológicamente, la Administración Pública es considerada como la organización social generada por la voluntad del Estado para actuar a su servicio en lo concerniente a la realidad nacional, y en orden a los intereses que define el poder político. Concepto negativo o residual. Administrar es todo aquello que no sea legislar ni juzgar.
4.2. Características de la Administración Pública
Una vez establecida una aproximación a la definición de Administración
Pública, es posible establecer las características principales que la constituyen como tal.
Complejidad en su organización. La Administración Pública se
caracteriza por su compleja organización; tiene en cuenta no solo el personal que labora en ella, sino también el presupuesto que se destina para las funciones de la misma. Complejidad en su estructura. La Administración Pública está conformada por un sinnúmero de administraciones diferenciadas dentro de la misma. Multiplicidad de tareas. La Administración Pública, al estar conformada por diferentes tipos de administraciones, lleva consigo una variedad de tareas que debe realizar con el fin de garantizar el interés público. Titular de un poder extraordinario. La Administración Pública tiene como característica el ejercicio de poder de coacción, implícito del Estado. Sujeto a un derecho especial. La Administración Pública se organiza y actúa con sujeción a un derecho especial, en este caso, el derecho administrativo.
4.3. Actividades de la Administración Pública
La función administrativa es la función ejercida por la Administración
Pública, es en merito a esta función que la administración desarrolla una serie de actividades. A continuación, enumeramos tales actividades:
Actividad policial. O actividad de limitación de derechos con la
finalidad de adecuar el comportamiento del particular en función del interés general. Es aquí donde la Administración Pública puede otorgar autorizaciones, licencias y permisos con el fin de otorgar derechos para que los particulares desempeñen determinadas funciones. Actividad prestacional. Mediante esta actividad, la Administración Pública supervisa el manejo de los servicios públicos. En otras palabras, un servicio público es la prestación obligatoria, individualizada y concreta de bienes y servicios para la satisfacción de las necesidades primordiales de la comunidad. Actividad de fomento. Esta actividad consiste en la realización de determinadas acciones con el fin de promover o estimular la realización de ciertas actividades por parte de los particulares, las mismas que son consideradas de interés público. Esta actividad de fomento se manifiesta a través de incentivos económicos o también a través de incentivos jurídicos. Actividad normativa. Esta actividad consiste en la emisión de normas jurídicas de rango secundario, es decir, inferior al de la ley, denominadas en forma genérica reglamentos. Los reglamentos pueden ser autónomos o subordinados. Actividad sancionadora. Esta actividad consiste en la facultad de la administración para sancionar a los particulares por la incursión de determinadas infracciones, las mismas que no poseen la calificación de delitos, que son exclusivos del ámbito penal Actividad cuasi jurisdiccional. Esta actividad consiste en la resolución de controversias entre particulares o entre estos y el Estado a través del procedimiento administrativo trilateral.
4.4. Principios que rigen a la Administración Pública
Entre los principios que deben guiar a la Administración Pública, debemos
mencionar a los siguientes:
Principio de legalidad. Este principio pretende resaltar el
sometimiento de la administración a las normas emanadas del Poder Legislativo y, en general, a las reglas que integran el sistema normativo. El objetivo de este principio es que la Administración Pública deba cumplir y hacer cumplir las normas dictadas dentro del ordenamiento jurídico con el fin de garantizar al ciudadano y demás sujetos privados o públicos que se relacionen con ella, el respeto de sus derechos y, en general, al sistema jurídico. Principio de tutela jurisdiccional. Este principio está referido a la existencia de un conjunto de mecanismos de control a través de los cuales se pueda asegurar eficazmente el sometimiento de la administración al sistema normativo. Principio de competencia. La competencia debe ser entendida como el conjunto de funciones cuya titularidad es atribuida por el ordenamiento jurídico a unos entes o a un órgano administrativo con referencia a otros con la finalidad de que no excedan las atribuciones que le han sido jurídicamente conferidas. Principio de unidad. En virtud de este principio, el comportamiento total de la Administración Pública debe seguir una visión, misión y estrategia única. Principio de descentralización y desconcentración. La descentralización y la desconcentración son dos fenómenos que buscan facilitar la realización de algunas actividades, de modo que permitan que estos no se hagan en un solo lugar o por un único grupo humano. Principio de coordinación y colaboración. Este principio busca armonía y equilibrio en la actuación de la Administración Pública, adoptando acciones que busquen la coherencia y la actuación sincronizada o jerarquizada.
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