Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
CAMPUS TOLUCA
La acusación contra Peña Nieto está explicada por la Fiscalía como una “ayuda” que le
dio el exsecretario de Hacienda, Luis Videgaray, para que entre el 1 de diciembre de
2012 y el 30 de noviembre de 2018 –el periodo completo de su sexenio– “recibiera
indebidamente por interpósitas personas” casi seis millones de dólares, además de 84
millones de pesos, depositados en una cuenta radicada en el Principado de Liechtenstein
–un paraíso fiscal en Europa–, o entregados en efectivo por parte de la empresa brasileña
Odebrecht y su filial petroquímica Braskem.
La Fiscalía asegura que ese soborno fue para que Odebrecht fuera beneficiada en la
adjudicación del contrato para acondicionar y conformar plataformas en la refinería
Miguel Hidalgo, en Tula, y dar continuidad al Proyecto Etileno XXI en Coatzacoalcos.
El primera data del 15 de febrero de 2014, y el segundo del 19 de febrero de 2010. Los
dos contratos fueron dados a conocer por Pemex, cuando José Antonio González Anaya,
quien sustituyó a Lozoya, ordenó una investigación en diciembre de 2016, realizada
conjuntamente con la Secretaría de la Función Pública, tras lo cual presentó un mes
González Anaya alertó a las autoridades, pero la dupla Gertz Manero-Lozoya reformuló
la imputación, cambiando de personajes. Ya no fue Lozoya quien recibió sobornos, sino
Peña Nieto, quien también se comprometió, según la Fiscalía, a intervenir para que
diputados del PRI y de la oposición en el Pacto por México aprobaran la reforma
energética. Para el contexto, la iniciativa del PRI la había propuesto el PAN desde el
gobierno de Felipe Calderón, y el PRD votó en contra.
Los sobornos que recibió Lozoya, de acuerdo con los brasileños, fueron por 10.5
millones de dólares, cifra equivalente a unos 105 millones de pesos, al tipo de cambio de
2013. Si se revisan los montos que Gertz Manero asegura recibió Peña Nieto de
sobornos, suman alrededor de 144 millones de pesos. Con este monto, Lozoya no sólo
queda liberado ante los ojos de la Fiscalía General de cualquier soborno, que le transfirió
al expresidente, sino que le añadió más dinero a la acusación de corrupción que no se
sabe de dónde salió.
Al igual que con el dicho de que la empresa de su familia –de donde hay pruebas de que
se giraron depósitos desde Suiza a su cuenta personal– sólo sirvió para transferir dinero
al expresidente, la forma tan simple como arma la ingeniería financiera corrupta,
únicamente es superada por la forma inverosímil como el fiscal construye su acusación
contra Peña Nieto y Videgaray.
Otra de las inconsistencias es que la Fiscalía General sólo menciona a Braskem, pero
omite de su acusación a Idesa, con la cual se fusionó para buscar esos dos contratos, con
las mismas obligaciones y responsabilidades. La razón visible es que Idesa es propiedad
de la familia política del exsecretario de Comunicaciones lopezobradorista, Javier
Jiménez Espriú, que era consejero de Braskem-Idesa cuando obtuvieron los contratos.
Nada que toque al régimen actual se incluye en la imputación de Lozoya y, menos aún,
en la denuncia de Gertz Manero.
CONCLUSIÓN / COMENTARIO
Una de las grandes cuestiones que tiene este famosos caso que se ha vuelto una
tendencia entre críticos políticos y así mismo como políticos de ambos bandos es
que mas parece una farsa y una farándula mas que un caso solido que buque
imputar justicia a los mexicanos juzgando al expresidente y a su gabinete, por el
contrario lo que parece mas es que buscan mencionar un culpable para que
ignoremos otro tipo de noticias, como la falta de medicamentos, las empresas
fantasma que se la han encontrado a la 4T.