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Vivir Con La Luna - PAUNGGER Y POPPE PDF
Vivir Con La Luna - PAUNGGER Y POPPE PDF
ThomasPoppe
Vivir con
la luna
Guí
apar
aunavi
daenar
moní
a
conl
osci
closl
unar
es
I
lust
racionesde
Hi
ldegard Kl
epper-
Paar
Traducci
ón de
LucíadeStoia
CÍRCULO DE LECTORES
In d ic e
Prólogo............................................................................. 15
El reloj lunar..................................................................... 23
Al principio fue la observación.................................................. 23
Olvido en el torbellino de los tiempos modernos....................... 26
Un tesoro por desenterrar......................................................... 30
El instante del contacto............................................................. 33
La única herramienta................................................................ 34
Nota para los lectores del hemisferio sur................................... 36
3. En profundidad........................................................... 109
Ganancia por la pérdida: la sangría......................................... 109
La práctica de la sangría..........................................................113
El momento idóneo.................................................................114
Días malos en el transcurso del año......................................... 117
Para la piel y el cabello............................................................ 117
Trastornos y enfermedades de la piel...................................... 118
Abscesos..................................................................................118
Acné........................................................................................118
Alergias...................................................................................119
Erupciones cutáneas................................................................120
Ampollas de fiebre (Herpes simplex).......................................120
Prurito.....................................................................................121
Hongos....................................................................................121
Neurodermitis.........................................................................121
Verrugas..................................................................................122
Ulceras por decúbito................................................................123
Cuidado de la piel y del cuerpo............................................... 123
Limpieza profunda del cutis ...................................................123
Cuidado del cabello.................................................................125
Cuidado de las uñas................................................................126
Es t
ar sano y cur ar
se..
. por el pr opi
o esf uer
zo. De eso t rat
ará es t
e
libr
o y nosot ros quer emos ayudar l
e a consegui rl
o. Quer emos i ni-
ciarl
oen unosconoci mientosquepueden acompañar l
odurantetodalavida,que
le all
anen elcami no a la experi
enci
a dir
ecta,personal
,de todo aquell
o que
fort
alece o debi
li
ta su cuerpo,su mente y su al
ma...si
n darun rodeo porel
consejodeexper t
osyaut oridades.
Olf
ato, vista y exper ienci
a son l a l
lav
e par a demasi
adas cosas de
la naturalez
a que l a cienci
a no puede desvelar
, al menos no con
sus medi os limitados y con las muchas ínf
ulas que le gust
a darse.
Por consiguiente, no espere hall
ar aquí una obr a de consult
a con
«f
undament os ci entí
ficos»
, una r ecopil
ación de r ecetas pat enta-
das que l e ahorren un t rabajo que deber á hacer por sí mi smo. No
pret
endemos l anzar una nueva moda par a una di eta r ev
oluciona-
ri
a, ni hacer pr opaganda de un nuev o es t
il
o de vi da, ni of recer
mill
ares de panaceas. Que nadi e pi ense que debe vi vi
r si gui
endo
un model o. Cada per sona es úni ca e i rrepeti
ble. Lo que ayuda a
uno,puedenot enerningúnef ectoenotrooi nclusohacer ledaño.
Afort
unadamente, hoy hay muchas per sonas en t odo el mundo
que van por el buen cami no para dej
ar t ras de sí el pensami ent o
fal
so que les han i mpues
to: el anhel
o de poseer bi enes materi
ales;
el afán de reconocimi
ento y la carr
era; el mi edo y l a seguri
dad, el
aumento de poder ; lo que otros hombr es e i ns
tituciones conside-
ran normal y j usto; l
a aburri
da y a v eces f at
al ideologí
a de « creo
sól
o en l o que v eo»
; la convicci
ón nar coti
zant
e y par al
izante de
que « el i
ndivi
duo ai sl
ado no puede hacer nada» . Muchos hombr es
empiezan a vivir hoy con más ampl it
ud de mi r
as, con sent i
do co-
mún, moder ación y obj eti
vos cl
aros. Per
ciben cuánt a alegr
ía, cuán-
tasereni
dad,cuántapazinter
iortr
aeconsi
gounavi daconabso-
El ol fat o de que habl amos se hace sent ir algunas v eces como una
sil
enciosa « voz i nt
erior »
. En el l enguaj e cot i
diano l o conocemos
con l os nombr es más di versos: i nt
uición, cor azonada, per cepción,
sensaci ón, conci enci
a, ol fat
o, i nsti
nto, buena nar i
z, y a menudo,
también, sext o sentido. El poder de per cepción de que se si r ve es ta
voz i nt eri
or sabe en t odo moment o qué es l o v erdadero y ef ect
iva-
ment e út il para el cr ecimiento per sonal i nt
erior y ext erior, y cono-
ce a l a per f
ecci
ón l as causas de l os pr obl
emas y l as enf ermedades.
La v oz di ce qué hay que hacer ..
., si para l a cur aci
ón espont ánea es
necesar ia l a ayuda de un fil ántropo, o si uno puede l ograrlo sol o.
Tambi én di ce cuándo se debe nadar a f avor o cont r
a cor riente; di ce
qué ayuda, qué daña. .
., a menudo en abi erta oposición a l o que
ustedpi ensa,asust emor esyesper anz as.
All
í donde f racasan nues t
ros sent i
dos, l a v oz nos i ndica el
camino jus
to. Fue ella l
a que i nspi
ró a un hombr e l
a idea de inves-
ti
gar, de una v ez por todas, l
os efectos noci
vos del asbest
o par a la
salud. Es el
la la que empuj a a un ser humano, con l a rapi
dez de
unr ayoysi nl
amenorvaci
laci
ón,al
anzarsealaguaysal
varaunniñodemori
r
ahogado. .. cont
ra su propi
o temor y cont
ra t
oda
reflexión.
Y así , paulati
namente, hemos per dido la confianza en esa v oz,
ll
evados con demasi ada f recuenci
a t ras la luz de otras voces aje-
nas, de v oces estr
epitosas y de v oces «
exper
tas». En la verdadera
acepci
óndel apal
abra:traslaluz.Enl assombrasdelavida.
Pero quer emos dar le una cer teza: si está convenci do de que l e
fal
ta ese ol f
ato infal
ible, es por que l
e falt
a el v al
or par a apr obar
lo
y confiar en él. Se trata sól
o de una cues ti
ón de cor aje.
.. y de amor
a sí mi smo. El camino de acceso a es t
e valor, al amor a sí mi smo y
al olf
at o, pasa por l a aceptación incondi
cional de l a r esponsabi
li
-
dad por l a propi
a vida, por cada paso ai sl
ado, por cada uno de sus
pensami
ent
os,desuspal
abr
as,desushechos,hoyyenelf
utur
o.
Si es así
, no t ar
dará en ll
egar el éxi
to. La t
ormenta amai
nará en
su cor
azón y la calma que l
e si
ga agudizar
á el oí
do par
a la voz que
sal
edesuinter
ior
.
Aunque el ol f
ato indique el cami no haci a un f racaso o er ror
inevi
tabl
e, hacia una si t
uación desagradabl
e o dol orosa, ese cami no
sigue siendo el único justo y posibl
e, ya que sól o a t r
avés de los
error
es come ti
dos en un ci ento por ci
ento con t odo el corazón y sin
búsquedaul t
eri
ordelculpablepodemosaprenderycrecerconellos.
JOHANNAPAUNGGER
THOMAS POPPE
Elr
elojl
unar
Desde hace mi ll
ones de años, la l una, una bola r ocosa y desol
ada,
gira soli
tar
ia e i mpertérri
ta alrededor de nues tra t i
err
a..
. A v eces
niega su pr opi
a exist
encia cuando, dur ante la fase de l una nuev a,
vuelve haci
a nosotros su l ado negro como l a noche; otras, en luna
ll
ena, casi opaca el bril
lo de las es t
rel
las y resplandece en el cielo
nocturnoconlaluzquetomapr est
adadelsol.
La f uerza centríf
uga de su despl az
amient
o af ect
a a cada pun-
to de l a ti
erra, y también a cada ser humano, cada ani mal, cada
plant
a, cada át omo de nues t
ro pl anet
a. Esta energía de repercusio-
nes t an v ar
iadas y profundas, y l as fuer
zas de las fases lunares y
de la posi ci
ón de l a luna indicadas en el zodí
aco, nos acompañar án
a t rav és de muchos capí t
ulos de es te li
bro. Pero par a empez ar,
quisi
ér amos habl arl
e sobr e el or igen y l a i mportanci
a del « r
eloj
lunar»
Alpr
inci
piof
uel
aobser
vaci
ón
Los habi t
antes de l os hi elos e t
ernos, l os esquimales, viv
en en l as
condici
ones ambi entales más dur as que se pueda i maginar. Su
idi
oma posee cuarenta palabras diferentes para descr
ibirla ni
eve y elhiel
o,
porque su observaci
ón l
es enseñó a di
sti
nguir cuar
enta
estados dif
erent
es del agua hel ada. Sól o dos de est as cuarent a cl
a-
ses de hi elo y nieve son aptas par ala const
rucci ón de l os iglúes, sus
pabellones de caz a. No cabe duda de que l os i ndios norteamerica-
nos podí an di f
erenciar y descr ibi
r muchos más t onos mar rones y
verdes en l os bosques y pr ader
as de l o que pueden hacer lo hoy l os
habi t
antes de l a ciudad. Por ot ra part
e, es indi scutible que l as per -
sonas que vi ven en l a ci
udad tienen menos dificultades que l os esqui -
mal es y l os i
ndios par a ori
entarse en una ciudad desconoci da. En t o-
dos l os campos de l a vida, la experi
encia y l a necesi dad agudi zan
nues tropoderdeobser vaci
ón.
Además del es t
ado de l as cosas, el hombr e investi
gó el cambi o
cons t
ant e de condi ci
ones ent r
e ese es tado y el r espectivo momen-
to de l a obser
vación, como la hora del día, el dí
a del mes y l a esta-
ción del año, l a posición del sol
, de la luna y l as estr
ellas. Así des-
cubr i
ó que muchos f enómenos natural
es, tales como l a baj amar y
la pl eamar, el embar azo, los cambios climáticos, el compor tamien-
to de l os animales y muchos más, est án en es t
recha relación con l a
rotacióndel aluna.
Al v ol
ver se sedent ario, el hombr e se per cató t ambién de que
hay di ferentes energías que i nciden sobre t odas l as pl ant
as y sus
par t
es de un dí a a ot ro, y que conocer esas ener gías es decisi
vo par a
el éxito del culti
v o, el cuidado y l a cosecha de l os productos agríco-
las. Así , por ej emplo, l as hi erbas medicinal es r ecogi
das en ci ertas
épocas del año sur ten un ef ecto muy di ferent e al de l as r ecogi-
das en ot ras épocas. Los pr oductos agrícolas sembr ados en de ter-
mi nadosdí assedesarrollanconmayorr api
dezyr esist encia.
Fue necesar i
o el aborar especi ficaciones cl aras y pr eci
sas par a l as
influencias y r egul ar
idades obser vadas, per o sobr e todo, desarrol
lar
un si st
ema gr áfico que f uese vál ido par a si empr e y en t odas part
es,
y que posi bil
itar a l a pr oyección de l as i nfluenci
as venideras. Como
las ener gí
as r etor naban de acuer do con l as es t
aci
ones y el cur so
de l as es t
rell
as r esultó evidente que habí a que buscar una especi e de
calendar i
oquer egi straraotrav ezlosi mpul sos,añoporaño.
El sol , l a l una y l as es t
rellas, el mar co ext eri
or nat ural
, se
transformar on así en l as maneci l
las y l a esf
era de un r eloj del fir-
mament o. El mot ivo es evi dente: cuando un de t
ermi nado i mpulso
de ener gía —f avorable, por ej empl o, para l a recolección de una
hi erba medi cinal, par a el t ratami ento de un de t
ermi nado ór gano y
par a el al macenami ento de pr oduct os del campo— dur a dos o t r
es
días por mes, y en ese l apso l a luna recorr
e siempr e l as mi smas
es tr
ell
as di spersas, es l ógi
co r euni rlas en un gr upo y dar l
e a es ta
«cons t
elación» un nombr e que descr iba de maner a gr áfica la par -
ticulari
daddeesai nfluenciaenconcr eto.
Ol
vidoenelt
orbel
linodel
ost
iemposmoder
nos
En el t r
anscurso de pocos si glos, el conocimi ent
o sobre las influencias
determinadasporl aposici
ón del al unacayócasien elol vido,hast
at alextremo
que en l a act
ualidad muchos i ndividuos reaccionan con asombro y caut ela
cuandooyen habl ardeel l
o.Losmot i
vosdees t
oson múl tipl
es,perounodel os
más pr ofundos es l
a aparición,hace ya al gunos sigl
os,de un nuev o mé t
odo
radical de examen de l a nat uraleza, que habr í
a rel
egado al reino de l a
super s
tici
ónlosmé todosantiguosdeexper i
ment ación.
Par aeles t
udiodel anat uraleza,eseespí ri
tuinvesti
gadordelserhumanoquees
la ciencia —-en especi
al,l a occi
dent al
—,se deci dió de manera arbitr
aria por
concept os y mét
odos rígidos,a l av ez que decl
araba invál
idas t
odas las otras
formasdeexper i
ment ación.Almi smot i
empo,descubr ióqueun gr an númer ode
fuerzasquei nter
vienen en lanat uralezasepueden exami narsepar adasunasde
otras. Logró domi nar esas f uerzas, repeti
r algunos hechos y pr edeci
r con
exact i
tudde t
erminadosr esultados.
En su pr udente visi
ón delmundo,si n embar go,la ciencia ha actuado con
imprudencia.Secompor t
a comoelhombr equesedi cea sími smo:« Ayerclavé
con éxit
oelpr imercl avo demivi da,porl oquecon es temar t
il
lotienequeser
posibl
er eparartambiénes tereloj
..
.».Latécni
cayl amedicinamoder nasnoshan
prome t
ido las soluci
ones más r ápidas parat odos los problemas de l a vida
coti
diana yhas ta hoynoshan dej ado dormircon la seguridad i
lusoria deque
también podían cumpl i
resapr omesa.Sinoeshoy ,serámañana.Yent onces,de
un pl umaz o,la observaci ón y elsegui miento del osr it
mosy demuchasot ras
leyesdel anat ural
ezapar ecieronhaber sehechoi nnecesar ios.Sobretodosecr eyó
poderpr escindirdel a pacienci a,una del asf acultadesmási mportantesen l a
relación ent reelhombr eyl anat ur aleza.Y dees temodo,elconoci mientodel a
vida como un t odo sól o sobr evivió en al gunos oasi s de f el
icidad, que
consci entement enosesome ti
eronalr it
mov elozimpuest oporl aindus t
rializ
ación
yel« pr ogreso»yl av eneración del avi sión cientí
ficadelmundo.Todoseguí avivo
allídondel aadmi racióndel anat ur aleza,laobser vacióndi r
ecta,laintuiciónyl a
fei nmuni zabancont ralasi nfluenciasegoí stas,lapar cial
idad,elcálculof r
íoyl os
falsospr ofetas.
Ali gualquel ossacer dot es,chamanes y cur ander os denues tros antepasados,
muchosmédi cosdehoyopi nan quel osser eshumanosno son máqui nas,que
son al go más que un si st
ema malque bi en or denado de huesos, ner vios,
múscul os y ór ganos que se compl ement an unos a ot ros,y que se mant ienen
unidos porl a casual idad de una ev olución ci ega.Par a ellos,cuer po,ment ey
alma f or man una uni dad insepar able consi go mi sma y con t odo lo que nos
rodea...,con ot r
osser eshumanos,con l a nat ur alez a y has t
a con l ases t
rel l
as.
Poco a poco se van dando cuent a —por l os mot ivos que sean— de que l a
enfermedad apar ececuandoelhombr enopuedemant enerelequi l
ibrionat ural
entrel os muchos el ement os de la vida,ent r et ensi ón y relajación,ent re sano
egoísmo y ent rega,ent rel os inevitables y a l av ezi ndispensabl es alt
ibaj
os del
destino.Al gunos,i ncluso,sabenquel amej ormedi cinadelhombr eeselamor .La
percepci ón clar a de estos profesional es de l a medi cina nos l leva de regreso a
mé todosi ntegral esdet erapia,en l osqueor aci ón ymedi taci
ón,magi aycont acto
curativ
o,subsi
stenenpiedei gual
dadjunt
oal aut i
liz
acióndehierbascurati
vas,
junto a modernas t
écni
cas de anál
isi
s,int
ervenciones qui
rúr
gicas y t
erapias
fí
sicas.
Unt
esor
opordesent
err
ar
• Lunanueva
• Cuartocrec
ient
e
• Lunal l
ena
• Cuartomenguante
• Posi
cióndelalunaenunsi
gnodelzodí
aco
•
Si bi en la i nvesti
gación de l as causas debe conf ormar se t odaví a
con especulaciones, opiniones o convi cci
ones, desde hace mucho t iem-
po se ha i mpues t
o un l enguaje uni f
orme par a r eferi
rse a l as influen-
cias de la luna. Se di ce, por ejemplo, que « el si gno Piscis actúa sobr e
los pies» o que « la luna l lena influye en el al ma». Para si mplificar
las cosas, en casi t odos l os capít
ul os de es t
e l ibro hemos mant eni do
estas formas de expr esión, aun cuando no r eflejan con t oda exact i
-
tud los hechos r eales. Como por ej empl o cuando se di ce que l a l una
sólohacelasv ecesdeunaespeci edemaneci l
ladereloj.
Los i
mpul sos de l
os dí
as de l
una nueva no se per
ciben con l
a misma f
uerza
i
nmedi at
aquel osdelalunal l
ena,porquelanuevaor ient
ación del
asenergí
as,
delcuar
tomenguantealcuartocr
eci
ent
e,nosepr
oducecon l
ami
smavi
olenci
a
quealainv
ersa,conl
unallena.
Lalunahacompl et
adoporfinl ami taddesu vi ajeal rededordel atierra,su l
ado
vuelt
ohaci aelsolestáenl unal l
ena,unpl atol
umi nosoyr edondoenelci elo.En
loscalendari
os,lalunal l
enaes tádibujadacomoundi scobl anco.Tambi énes t
as
pocashor asejercen en l
at i
erra una influenci
a cl arament eper ceptiblesobreel
hombr e,los ani
mal es y l
as plantas.Los sonámbul os deambul an,l as heri
das
sangran más de l o normal,las hierbas medi cinales r ecogidas ese díat i
enen
mayoreficacia,los departamentos de pol i
cíar efuerzan sus dot aciones porque
aument a elnúmer o de deli
tos y accidentes,l as par teras establecen turnos
especi
ales.
Lentament e,l
al unasiguesu cami no,su ladodesombr alaapl ast
a.Empi ezala
fasedeunoscat or
cedí asdel unamenguant e(t
ercer
oycuar t
ocuar tos).Unav ez
máshayqueagr adeceranues tr
osant epasadoseldescubr i
mi entodei nfluenci
as
especial
esdur anteesteperíodo:mayorí ndicedeéxitosen l
asoper aciones;aquel
queenest osdíascomemásquedecos tumbr e,noaument arát anrápidodepeso;
losmecani smosdel i
mpi ez
aydesi ntoxi
cacióndelcuer poser
ánahor amuchomás
benefici
ososqueconl unacr eciente.
En elvi aj
equer eali
zal at ierra al
rededordelsol ,a l olar
godeun año—desde
nues t
r opunt odevi sta—,elsolsede ti
enedur ant
et odoun mesen un si gnodel
zodí aco.En l os v ei
nt i
ocho dí as de su rotación alrededorde l ati
erra,l
al una
recor relosmi smossi gnos,aunquesól osede t
ienededosat resdíasencadauno
de el los.Par a nosotros,los humanos,cada posi ci
ón de lal una en elzodíaco
ejerce i nfluencias especí ficas sobr e nues tro cuer po y nues t
ros órganos;
influenciasquet rataremosconmásde t
all
eenelsi guientecapítul
o.
En es telibro quisiér
amos familiarizarl
et ambién con ritmos muy especi ales:
regl
as par a determinados días delaño,que no dependen en absol uto de l a
posici
ón del aluna.Per t
enecen al oshechoseni gmáti
cosquesepr oducen ent re
elcielo ylat i
erra.¿Cómo podr í
amosexpl i
carelhecho dequel asuñasdel as
manosyl ospiessemant i
enensanasyf uertessiselascortasi
empr eenvi ernes?
Confiamos en que haya l ect
ores interesados y curi
osos que l
isa y l
lanament e
compr ueben lav er
acidad deestasl eyessingulares.Son t
an válidascomot odas
lasotrasreglas.
Eli
nst
ant
edelcont
act
o
La respuest
a a est
a pregunta qui
zá sueneun poco eni
gmáti
ca,pero en el
la se
escondeunpr i
ncipiofundament aldel«art
edelmoment opr
eciso»
:eli
ns t
antedel
contactoeself
actordeterminante.
Cont actar es un t ér
mi no af ín de «ent r
ar en cont acto, tocar, concent rar
se,
reflexionar,coger».Sitocoun obj et
ooun servi voen un de terminadomoment o,
bien con l asmanos,con her ramientasocon l ament e,entoncesen esemoment o
transmi tof uerzasyener gí
assut i
lespormedi odemiv olunt adi nt
erioryext erior.
En cada segundo demivi da.La di rección demipr oceder,elobj etiv
o finalque
per sigocon mi smanosocon mipensami ento—yaseaposi ti
voonegat i
vo—,de
alguna maner a ser
á siempr e evidente en elmundo mat erial
,hoy ,mañana o
dent rodedi ezaños.Lasf uer zasquees tán marcadasporelmoment opr eci
so—
lasf asesdel alunayl aposi ción delal unaen elz odíaco— act úan av ecescomo
un espej ous t
orioqueuni ficami sdeseosymeper mi teobt enerun ef ectomayor
quesies t
uviesendispersos.
Por muchí si
mas car tas que hemos r eci
bido de t odo el mundo
(nuestros l
ibros se han t r
aducido a ocho i di
omas, por el moment o),
sabemos qué i nter
esa especi
almente a nues tr
os l ect
ores en relaci
ón
con est e cal
endario y qué han experi
ment ado con él a l o lar
go de
muchos años. Pues bi en, ahora podemos t ransmit
irl
es esas expe-
rienci
as.
Nues t
ro cal endar i
o l unar es tá cal culado de acuer do con l a
posici
ón de l a luna en el z odí aco. Todas l as experienci
as posi t
ivas
que damos a conocer en nues tros l ibr
os en el campo de l a medi ci
-
na y de l a her bori
stería y de l a hor ti
cultura, agri
cultura y silvi
cul-
tura biol
ógicas,se apoyan en es t
e cal endar i
ol unar.Hoy sabemos que t iene
vali
dez en t odo el mundo. Per o como es t
e l ibro ser á l eído
por per sonas de di ferentes países, en el cal endari
o adj unto fal
ta el
dato sobr e l a hor a exact a de ent rada de l a luna nueva y l a luna
ll
ena, que var í
a de un huso hor ario a ot ro. Las fechas y hor as exac-
tas, i mpor tantes par a muchas act ivi
dades, es t
án i ndicadas en
muchos cal endarios comunes, con segur idad t ambién en un al ma-
naquequeus tedpuedeconsegui rensupaí s.
Por úl t
imo, hay pequeñas di f
erenci
as de cal endari
o por un
motivo sencil
lo que no r evist
e gr an impor
tancia: la t r
ansf
erenci
a
de las fuer
zas de influencia se hace de maner a gradual
, no de un
segundo a otro. Las influencias que anunci
a l a posici
ón de la luna
en el z odíaco se super ponen y se mez cl
an, sobr et odo cuando un si g-
no es tá i ndicado t res dí as segui dos en el cal endar io. Ent onces, l a
mayor í
a de l as v eces en el pr i
mer o o en el t er
cer dí a, ant es o des-
pués, se per cibe i ntensament e l a f uerz
a del si gno v ecino. Di os no
trabaja con t anta es tr
echez de mi ras como par a obl igamos a cor tar-
nos bi en el pel o sólo has t
a l as once de l a mañana, si después per -
mi te que se nos cai ga sol o. El ha or ganizado l a nat uraleza de t al
modo que par a cada f echa fija, desapr ovechada o es tropeada por el
clima, haya sufici entes al t
er nati
vas o di sposi ción par a al canz ar
resul t
ados i gual de buenos. Cuando se t rata de l a f echa de una
oper ación que puede ser fij ada por el paci ente, senci l
lamente t en-
dr í
a que pr estar atenci ón a la l una menguant e y al si gno del z odíaco
que ej erce su poder sobr e la z ona del cuer po af ectada, y evi tar esa
fecha. Ent onces ya no t i
enen i mpor tancia l as di f
erencias ent re l os
calendar ios.
La nat ural
eza no se dej a some t
er a un si st ema rígido ni « gober-
nar » de acuer do con r ecetas fácil
es de manej ar, aun cuando nues-
tra comodi dad l as reclama muchas v eces. Nosotros creemos que es
una de l as caracter
ísti
cas más her mosas y dador as de vi da. El ca-
lendario lunar es una val i
osa ayuda, ni más ni menos. No debe sus-
tit
uir a l a observación y exper ienci
a per sonales. Al cont rar
io: pue-
de ser vir como l l
ave par a ampl i
ar el poder de obser vación. De es t
a
experienci
a r esul
ta una f uerza que puede ser de ut il
idad en t odas
lasesferasdelavida.
Not
apar
alosl
ect
oresdelhemi
sfer
iosur
Todas las regl
as sobre l
os ri
tmos de l a luna y de la nat
ural
eza t
ie-
nen la mi sma validez par
a el hemi sf
eri
o nor t
e que para el hemis-
fer
io sur, de maner a que no i mporta si estamos en Alaska o en
Argent
ina,enSueci
aoenSudáf ri
ca,enJapónoenAus t
ral
ia.
Muchos l ect
ores suel en sal
tarse el pról
ogo de l os libr
os para no per -
der tiempo e i r direct
amente al meol lo del asunt o. No obstante, si
usted se ha sal tado el nuestro, qui
siér
amos pedi r
le que, por una v ez,
lo lea con t r
anqui l
idad antes de segui r adelante. Déjese acompañar
a l o lar
go del l ibr
o por l as sensaci
ones que ext raiga de él
. Muchas
de l as i nf
ormaciones e i ndicaci
ones que of recemos a cont inuaci
ón
adquiri
rándees temodopar aust
eduncar izalgodi
fer
ente.
Movi
mient
oenequi
libr
io
En l a nat ur
aleza todo es rit
mo, soni do, respi
raci
ón, l
uz, vibraci
ón. En
el universo, t odo está en movi miento, nada es i namovible, durade-
ro, inmut abl
e. Desde l os sol
es has ta las células más pequeñas, t odo
nace, crece y muer e, para volver a despertar a la vi
da con ot ra con-
figur
aci
ón,conot ral
uz.Tambiénnosotros,loshumanos.
En es te per pet
uo movi mient o de ol as, en el i r y v eni
r de t odas
las cosas, todo está vinculado con t odo. Ni una sol a gota de l l
uvi a cae
sobre l a t i
erra sin salpicar a un come ta dist
ant e años l uz. Ni nguna
ideabuenasedesvanecesi ndej arhuel l
a:enal gunapar tedeunaes t
rellar emota
hace que se abr a una flor .
.. o qui zá en su casa, en su
propio j ardín. ¡
Tanto mayor es l a int ensidad con que nos af ecta el
rit
mo cons tante de l
at raslación de l al una! El vientol imar llega has ta
el nivel más pr of
undo de cada cél ul
a del cuer po y agi ta a t odos l os
organismos vi vos. Sentirlo, t ransfor
mar se en un buen nav egant e con
su br i
sa, puede ser nos de gr an ayuda par a encont rar una maner a
sanadevi vi
r,unavidaenequi li
br i
oar mónico.
Una « vi
da en equi librio» si gnifica no desacat ar per manentemen-
te los movi mi
ent os ondul ator
ios a que es tá some t
ido nues tr
o cuer po,
o nadar si empre cont ra l a cor ri
ent e. Signi
fica est
ar at ent
o, con pa-
ci
encia, a los ritmos de l a natural eza, de las est
aciones y del pr opi o
cuerpo, aprender a compr ender sus señal es y adapt ar se en ar moní a
—como un buen sur fista— al per manent e subir y baj ar de l as olas.
Una habi li
dad i napreciable si se qui er
e afrontar con éxi t
o l as tem-
pest
adesquel avidat i
enepr eparadaspar acadaunodenosot r
os.
Por ot ra par t
e, vi vir en equi libr
io no si gnifica, de ni ngún modo,
obedecer ciegament e al vi ento y a l as olas y l levar una vi da que se
ri
ja por el mi nutero del r el
oj o por el cal endar i
o. La r eglament ación
y l a comodi dad r í
gidas, un t ranscurr
ir i ndolent e, monót ono y t i
bio
del tiempo y de l a vi da, van en cont ra de l a nat ural
eza. La desobe-
diencia dosificada, al guno que ot ro exceso i nt enso, goz oso, noches
pasadas en ent rañable compañí a o con un t rabaj o urgente, t odo eso
es por l o menos t an i mpor tant
e par a estar y mant enerse sano como
una vi da cot i
diana or denada. Cada ór gano, cada ser vi vo, necesi ta
de v ez en cuando sacudi das espiri
tual
es y f í
si cas par a avanz ar has-
ta el l í
mite de sus posi bi
li
dades de desar r
oll
o y par a abr i
rse como
unafloral atotalidadpar alaquef uepensado.
Nuest
ro cuerpo, el vehí
cul
o par a el vi
aje por la vi
da, es una
obr
a mar avi
ll
osa. Dur
ante décadas par
ece perdonar
lo t
odo: al
imen-
tación i rraci
onal , escasez de movi mi ent o, es trés, pr ejuicios, codi cia,
alcohol y ni cot ina en demasí a, así como l a f alta de at enci ón a sus
ritmos nat urales dur ant e muchos años. Es ta r obust ez, si n embar -
go, no t rae sól o v ent ajas. En el caót i
co campo de t ensi ón ent re el
pasado y el f utur o, l a memor i
a de un br eve espaci o de t iempo,
pr onto nos hace pasar por al t
o pequeñas i ndisposi ciones, t ras tor-
nos y señal es cor por ales i mpor t
ant es. A menudo desapar ecen t an
rápi do como vi ni eron o apenas pene tr
an en nues tra conci enci a
cot i
diana, medi ante l a cooper ación act i
va de medi cament os que
anes t
esi an o el i
mi nan r ápidament e l as pequeñas mol es ti
as: una
jaqueca por aquí , un ext raño t ir
ón en l a z ona del es tómago por al lá.
Deahíquenor esul t
ef áci les taral ertaal asseñal esdenues tr
ocuer po,i nv es ti
gar
las verdader as causas y cambi ar los hábi tos de
vida. Son t ant as l as cosas que se han conver ti
do en una r utina
agr adabl e y cómoda, que l as per sonas pr efieren conf ormar se con
una anes tesi
a psí qui ca y padecer t ras tor nos f ísicos ser ios, ant es que
apr ender a segui r si n r eser vas l as l ecci ones del cuer po y del des ti-
no. Como l a educaci ón act ual nos ha pr ivado de t ant a i nfor maci ón
vital y nos ha embot ado con conoci mi ent os i nnecesar i
os —por i g-
nor anci a, basándose en absur dos pr ogr amas de enseñanz a cont ra-
rios a l a nat uralez a, y en concept os expl icados de f orma i ndebi da
por l a ci encia y l os medi os de i nfor maci ón—, hoy es tamos más f a-
mi li
ar i
z ados con l a vi da i nterior y el f unci onami ento de l os aut omó-
viles y de l os super mer cados que con l a f unci ón de un ór gano i nter-
no. Ni apr endemos a i nter pretar bi en l as señal es de nues tro cuer po
ni a cui darlo par a pr eveni r l as enf er medades; mucho menos a r e-
conocer qué r i
tmos act úan sobr e él y a acept ar l as enf ermedades f í-
sicas como una f orma de mensaj e y enseñanz a o a capt ar el sent i-
do f atal que a v eces se ocul ta de trás de el los. Nues t
r a act itud f rent e
al aenf er medadnosponeenf er mos.
Prestar atenci
ón al cuer po y darle lo que necesi ta es un deber
primordi
al con el que venimos al mundo. Qui en no se t oma por lo
menos t rei
nta mi nut
os diari
os para las necesidades legí
ti
mas de su
cuerpo, seguramente hal
lará más placer y pr ovecho en l a enf
erme-
dadqueenl asal
ud.Esaeslapuraver
dad,aunquequi zásuenedura.
Elcuar
tomenguant
e
La l
una menguant e desint
oxica e i
rriga, suda y espi
ra, seca,
fortalece, invita al esfuerzo y al consumo de ener gía. Cuant o
más cer ca est é de la l una nueva, tanto más f uerte ser
á el
efectodesui nfluenci
a.
Si us ted t i
ene l i
bert
ad par a elegi r el per íodo de apl i
cación de
todas l as medi das que t engan por obj et
o una desi ntoxi
caci
ón del
cuerpo, hágal o si empre dur ante l as dos semanas de cuar to men-
guante. Una cur a de desi ntoxi
caci
ón en pr i
maver a, por ej empl o con
infusi
ón de or tigas, t iene un f uer t
e ef ect
o pr eventivo y pur ificador
y a v eces dura t odo el año, mi ent r
as que l a mi sma medi da t omada
con cuar to crecient e, es mucho menos, o nada, ef ecti
va. El ef ecto
desintoxicant
e del cuar to menguant e se per cibe i ncluso en l as t a-
reas domés ti
cas: t odo l o que sea l impiar, fregar y l avar es mucho
máseficazymásf áci lder eali
zarquedur anteelcuar t
ocr eciente.
En l a actual
idad, la vener
aci
ón que se t i
ene por l as especi
ali
-
dadesnoshahechoperderl
avisi
óndelconj
unt
o.Unapruebadeest
apérdidaes
l
a l
ocur
a de prohi
bir por l ey a l
os médi
cos, dent i
s-
tas, t er apeut as y masaj istas que ej er zan su pr ofesi
ón en el mi smo
consul tor i
o. De es ta maner a, l a per sona que acude, por ej empl o, al
otorri
nol ari
ngól ogo con una i nflamaci ón cr ónica de l os senos par a-
nasales, t iene muchas posi bil
idades de que el especi al
ista no r eco-
nozca l as causas en un f oco i nfeccioso dent al
, por ej emplo en un
mol ar del maxi lar super ior que supur a, por que su r adiografí
a sól o
ll
ega al bor de i nferi
or de l a nar iz. Muchí simas enf ermedades,
desequi librios o t r
as t
ornos, t anto f ísi
cos como psí quicos, no son más
que sí nt omas excl usivos de una i ntoxi cación o de su pr opagación
por t odo el cuer po, que t iene su or i
gen en uno o var i
os punt os del
organismo o en el medi o ambi ente. Segur o que l a mi tad de l as per-
sonas i ngr esadas en cl í
ni cas psi quiátr i
cas es tán af ectadas por i n-
toxi
caci ones semej antes, y podr í
an l levar una vi da nor mal y l lena
de sent ido si se l es hubi era concedi do el benefici o de una desi nt
oxi-
caciónr adical.
Confíe más en su ol f
ato y en su sent i
do común que en el de l
os
demás. Desintoxí
quese, a ser posi ble durante el cuart
o menguan-
te, ya que tendrá mayor es probabi
lidades de éxi
to. En est
e l
ibr
o le
ofr
ecemosmuchosr ecursosymétodosparael l
o.
Ot ra cues t
ión a t ener en cuent a es que l as posibili
dades de éxi -
to en l as intervenci ones qui rúr
gicas r eali
zadas dur ante el cuar t
o
menguant e son mucho mayor es y el pr oceso curati
vo más cor to. Las
her i
das no sangr an t ant o y es menor l a posibil
idad de que queden
cicatri
ces, poco est éticas, que además bl oquean el fluj o de ener gí
a
en el cuer po. Est
et ema es t an i
mpor t
ant e que le hemos dedicado un
capítulo especi
al,« No t oques con hierr
o», en el apar tado 3 de l a Pri-
mer aPar t
e.
Eldí
adel
unanueva
Eneldíadel
unanueva,ladi sposi
cióndelcuerpoparal
adesint
oxi
caciónest
áen
su punt
omáximo.Quien t
ienepornor mahacerun díadeayunoen lunanueva,
hacemuchoporlapr
evencióndeenf ermedadesdetodot
ipo.
Si us ted qui er
e dar le la debi da i mport
ancia a es t
a i nformaci ón,
tenga siempre pr esente que l as mal as costumbr es son con f recuen-
cia «malas» sólo por que se nos convence de que debemos cal ificar-
las como t al
es. Con el lo no pretendemos defender a l as personas que
hacen r ui
do al comer , pero es un buen ej emplo que si r
ve par a de-
mos t
rar que una act ivi
dad t an importante para el cuer po como ést a
es víct
ima de r eglas soci
ales extrañas a la nat ural
eza. Nosotros t am-
poco har í
amos r uido al comer en públ i
co, pero sí en pr i
vado, por que
esta«malacostumbr e»ti
enesusent i
do( v
éaselapágina150).
Con f recuenci
a, las mal as costumbr es son t ambi
én l a mani f
es-
taci
ón ext er
ior de energí
as mal or ientadas, que sól
o necesit
an un
nuevo objeti
vo que las haga val
iosas y út il
es para nosot
ros mismos,
yconell
opar anuest
roprój
imo.
Elcuarto cr
eci
ent
e es elt
iempo de l
aregener
aci
ón,de l
arecol
ecci
ón y del
abas
teci
miento:
El cuart
o cr eci
ente sumi nistra, planta, recoge, cr
ea, i nhala,
almacena energías y repone las fuerzas necesari
as para el cuidado y
recuperaci
ón de la sal ud. Cuanto más cer ca esté de la luna llena,
tantomayorser áelefectodesui nfluencia.
Lo que us t
ed haga en l as dos semanas de cuar to cr eci
ente para
el fort
alecimi ento del cuer po, de sus ór ganos y del organi
smo en ge-
neral, ar r
ojar á r esul
tados mucho mej or es que dur ante el cuar to
menguant e. El cuer po está pr epar ado par a asi
mil
ar y, con l as mis-
mas cant i
dades de comi da, ahor a t ambi én aument a un poco de
peso. De t odos modos, debe t ener en cuent a que l
os medi os y mé-
todos r econs tit
uyentes y f ortalecedor
es t i
enen mucho más éxi to
cuandoelcuer pohasi dopreviament edesintoxicado.
Cuant
o más cer ca esté de l a luna llena, t anto más desf avor
a-
bl
es son l
as pr
obabi
li
dades de éxi
to y el proceso curat
ivo de l
as ope-
r
aci
ones,yl
afor
maci
óndeci
cat
ricesesmási
ntensa.
Eldí
adel
unal
lena
Tambi én en l una l l
ena ti
ene sus ventajas ayunarun día enter o,precisament e
porque elcuer po asimila muy bien t odas las mater
ias,incluso l os diver
sos
aditi
vos artifici
ales que nues tr
os productos ali
mentici
os contienen en gr andes
cantidades.Enes tosdías,elaguaseacumul amásr ápi
doenl ost ej
idos,elteji
do
conjuntivo se abl anda.Si n embargo,es laf ase l
unarmenos f avorable para el
procesocur at iv
odespuésdel asoperaciones,yaquel asheridassangr an másde
lonor mal.
La exper i
enci
a con l as secuel as que dej an l as vacunas ha de-
mos t
rado que no se deben fij ar l
as fechas de vacunaci ón en los tres
días previos a l
a l una llena y mucho menos el mi smo dí a de entra-
da de l al una l
lena. Tambi én es importantet rat
ar a los niños vacuna-
dos, dur ante al
gunos dí as, como si conval eci
eran de una enf erme-
dad: no deben r eali
zar gr andes esfuerzos, ni deportiv
os ni de ot ra
natural
eza,niandardescalzosporelsuelofrío.
Lasf
asesdel
alunaenl
avi
dacot
idi
ana
A gr andes r asgos, és t
as son l as f uerzas de i nfluenci
a fundament a-
les de las fases de l a luna. Ahor
a us ted ya cuent a con una base de
inf
ormación que, como se demos t
rará, l e será de gr an util
idad par a
su f ut
ur a evolución f í
sica y ment al
. Del mi smo modo, l a medi cina
actual podrí
a dar un gr an paso adelante, con sól
o conocer la influen-
ciadelasfaseslunar es.
Si n embar go, bas ta con que us ted dé ese paso. Si , poco a poco,
obser va el ef ecto que ej ercen sobr e us ted cada una de l as dos gr an-
des f ases l unar es, podrá i ncorporar ar mónicament e los r i
tmos a su
vida cot i
diana. Es así de senci ll
o: desi ntoxicarse en cuar to men-
guant e, fort al
ecer se en cuar to creciente. Ahor a bi en, no se concen-
tre sól o en l o que l e di ce este libro: obser v
e por su cuent a, mi re,
investigue..
. Us ted puede v er y r econocer por sí mi smo es t
as i n-
fluencias. ( ¿Ha not ado que después de un baño cal i
ent e se suda
mucho más en dí as de l una menguant e que en l os de l una cr eci
en-
te?) Es evi dente que en l a actuali
dad es di f
íci
l adapt ar l a vida co-
tidiana a esos r it
mos. Casi t odas l as act ivi
dades, los r ituales y cos-
tumbr es de l a vi da pr ivada y pr ofesi
onal no t ienen en cuent a l os
impul sosnat uralesycondemasi adafrecuenci acedemosal apre-
si
ón y l l
egamos a conv encemos de que es tamos obligados a olvi
dar
y a hacer caso omi
so de las señales, el ol
fat
o y el sentido común que
nos viene dado por nat ur
alez
a. ¡ Esta compul si
ón, si n embar go,
muchasvecesessóloi
maginaria!
Nuestrocuerporeaccionayser ebel
acuandoloobl gamos per
i manent ementea
hacercasoomi sodesusr it
mosynecesi dades naturales.Alpri
nci
pioapenaslo
perci
bimos, cuando somos jóvenes y nos qui t
amos de enci ma los ef
ect
os
negati
voscomosif uesengotasdeagua,ocon unaaspi ri
na.Sinembargo,pocoa
poco,esosnumer osospequeñosi mpul
sos seacumul an hast
aquedesembocan
en un trastorno serio.Poresa r azón, tambi én qui siér
amosi nsisti
ren señal ar,
unayot rav ez,quees telibronoes unapanacea,un r emedi ocont ratodosl os
males,yquenocont ieneni nguna r eceta mági ca.Losefectosquesepr oducen
pornopr estaratenci ón al osr i
tmosnat uralest ar
dan en apar ecer;asítambi én
unavi daenar moní aconl osr itmosmos trar
ál entamentesusef ectosposit
ivos.Si
uno se t oma unos cuant os mi nutos cada dí a parar eflexionar sobr e qué
acti
vidadescot i
dianassepuedenr eali
zarenconcor danciaconl osr it
mosl unar es,
con toda certeza encont r
ar álassol uciones.Per onoen elsent ido deuna t area
quehayquer eali
zarporobl igación,sinocomor esultadodeunaobser vación que
conduceal aacciónadecuadasi nni ngúnder r ochedeener gía.
Enl at abl
adel apágina43encont r
aráde t
erminadosórganosyz onasdelcuerpo
asociadoscon cada signo.Porr egl
a gener al
,sehabl a dequecada signo «
rige»
determinadas zonas delcuer po.Es te domi ni
o va tan lej
os que,en elseno
mat erno,un embrión vacreci
endoen e tapasgui adasporlaposici
ón delaluna:
la cabeza en Aries,elcuel l
o en Taur o,br azos y manos en Gémi nis y así
sucesivamente,unasdi ezórbi
tascompl etasdelal unaat r
avésdelzodí
aco.
Nues t
ros antepasados v
ersados en medici
na actuaban, en rel
ación con la
posici
ón de lal una en elzodí
aco,de acuerdo con l
os sigui
entes pr
inci
pios
fundamentales:
Todo lo que se hace por el bienestar de las regiones del cuerpo y los órganos regidos
por el signo que en ese momento recorre la luna, es doblemente efectivo y
beneficioso, con la única excepción de las intervenciones quirúrgicas en esa zona del
cuerpo. Ejemplo: un masaje en las zonas reflejas del pie, en Piscis.
•
Todo l
o que pr
oduzca una molesti
a o suponga un esf
uer
zo especi
alparalas
z
onasdelcuer poylosór ganosregi
dosporelsi gnoqueen esemoment orecor
re
l
al una,surt
eunefectodoblementedesf
av or
ableoincl
usoperjudici
al.
Ej
empl
o:unenf
riami
ent
odel
aregi
óndelcuel
lo,enTaur
o.
Cuent
a menos l a f
orma de ter
api
a —medi cament
os, masaj
es, gi
mnasi
a,
hi
drot
erapi
a,e
tc.
— queelfinúl
ti
moqueseper
sigueconell
a.
El pr i
nci pi
o, el punto de par ti
da y el ef ect
o de l as fuerzas que i ndi
ca
l
a posi ci
ón de l a luna en el z odíaco, no son demasi ado di f
íci
les de
describir. Sin embar go, quer emos poner en sus manos una her ra-
mient a lo más ampl ia posible par a sacar el mayor pr ovecho del co-
nocimi ento del calendario limar. Además del anál isi
s en de tal
le de las
fuerzas de i nfluencia de l os si gnos del z odíaco, también deber í
a sa-
ber cómo se pueden combat i
ry t ratar al mismo t iempo un si nnúmer o
de t rast
ornos por medi os nat urales. En pr imer l ugar, qui si
éramos
present ar
le el plan par a el vi aj
e a t r
avés del cuer po, la ar ti
culaci
ón
i
nt er
nadel oscapítulosdedicadosacadasi gnodelzodíaco.
Lai
nvi
taci
óndel
ospensami
ent
os
Si nues t
ra convi cci
ón í nt
ima no se pi erde en l a br uma del
autoengaño, ent onces l l
ega a nues tra conci enci
a y nos conduce a
una deducci ón clara: los t ras
tor
nos y l as enfermedades físi
cas son
casi siempr e obra nues tra. Somos nosotros los que car gamos con la
responsabi
lidadporeles tadodenues t
rocuerpo,ynadi emás.
Es casi inevitabl
e que l a lenta t oma de conci enci
a de est a rel
a-
ci
ón y el r econoci
mient o de las causas de nues t
r os pr
oblemas provo-
quen angustia y despi ert
en sentimi entos de cul pa y mal a conci
encia.
Con fr
ecuencia nos llevan, de nuev o, a retroceder espant
ados ante es
t a
cl
aradeducci
ón,oi ncl
usoaoponer lefir
mer esi
stencia.
Per oparti
mosdelsupues t odequel oqueponemosasu al cancecon est
el i
brolo
alentará hacia elsi
ncero deseo de segui
rsano o de cur arse.No obstante,si
quer emos per manecer fieles a nues
tras i
ntenciones, debemos recordarl
el a
relaciónefect
ivaentrecuer po,enf
ermedadysal ud,menteyal ma.
¿Quélesucedeent
onces,en cues
tión desegundos,asu cansanci
oyasu dol
or
decabez
a?
Con es t
e ejemplo quer
emos que empiece a v
er clara una rel
ación.Y hacer
le
entender,conelti
empo,quesicompr endeestarelaci
ónni ngúncami nopasar
áde
lar
go,si empre que usted qui
era permanecer sano y curarse por su pr
opio
esf
uerzo.
Lamal aconcienciaylossent i
mi ent
osdecul paquesepr esentan av ecescuando
ust ed recorre est
el argo camino delconoci miento son un l as t
rei nnecesari
o.
Pueder enunciaraélcon t odat ranquil
idad,en pazyl ibertad.Cl aroquecuando
nosdamoscuent adequel osagujerosenquecaemosl oshemoscavadonosot ros
mi smos,no es pr eci
sament e para est
arcont entos.La per sona que ha est ado
encer radaenunaj auladur antedécadasyqueundí acompr uebaquesi empreha
teni dolallav
eenelbol si
ll
odelpant alón,quiz
áesdemasi adoor gull
osapar aabr i
r
lapuert
a.Sin embargo,unasegundami r
adadeber
íapermit
irl
er egoci
jar
se.Sól
o
lavidaf
ueradel aj
aul aypl
ani
ficadaporunomismomerecerecibirelnombrede
vida.
Los sent i
mientos de cul pa son el r esultado de una educaci ón mojigata,
fundament ada en falsosconcept osmor al essobr eelbien yelmal ,queper mite
quesenosdomi neymani pulemásf ácilment e.Est ambién elresult
adodeuna
educación parala comodi dad:paral a mayor ía delasper sonasesmáscómodo
atribui
ra un «desi gnio delcielo»l
asenf ermedadesocasi onadasporbact eriasy
virus, asícomo l os acci dentes. Quien, por elcont rar
io, ti
ene elcoraje de
reconocerque l a enfermedad es de su pr opia cosecha,termina con l
al uc ha,
porquesabequesecombat easími smo.
Medi
dasdepr
evenci
ón,f
ort
aleci
mient
oyapoyo
La soluci
ón del eni gma puede r esi
dir en l as cual
idades del día:
sus caracter
íst
icas especiales, rel
acionadas con el si gno del zodía-
co que rige en ese moment o, y cuyo conoci
mi ent
o puede ser de al-
gunauti
li
dadpar alaprevencióndeenfermedades.
Se habla de dí
as cál
idos cuando l
a l
una es
tá en l
os si
gnos Ar
ies,
LeoySagit
ari
o.
Días f r
íos o dí as de el emento t ier
ra son Taur o, Vi r
go y Capr i
-
cornio. En esos dí as, aun cuando el t er
móme tro exteri
or marque
temper atur
as elevadas, uno siempr e deberí
a l l
evar algo de r opa de
abrigo y mant as si sale de excursi
ón. Cuando el sol se ocult
a det
rás
de l as nubes, la tier
ra se enf r
ía y es mayor el pel igr
o de contr
aer
resf
r i
adosycist
iti
s.
Nosotr
os le ofrecemos aquí al gunos mé todos que puede empl ear por
sí mismo o con l a ayuda de su médi co de confianz a par a eli
minar
el medio en que pr osperan de ter
mi nadas enf ermedades y t r
astor-
nos, val
iéndose de l os r i
tmos l unares. Par a la ut il
ización de hi er-
bas, en la segunda par t
e de es t
e l i
bro encont rará indicaci
ones pr e-
ci
sas sobr e la época más f avorable de r ecolecci
ón y sobr e su
prepar
aci
ón.
Tampoco f al
tará al guna que ot ra i ndicación sobr e l a t er api a de
los col ores. Cual quier per sona un poco obser vador a de sí mi sma y
desu ent or noconocer áelef ectobenefici osoqueej ercenl oscol ores,l asmues tras
de col or es y l a ar moní a de col ores sobr e el equi l
ibrio
psí quico y , por ende, di rect
ament e sobr e el bi enest ar f ísico. Per o
todaví a es poco conoci da l a eficaci a de l a ut il
izaci ón t erapéut i
ca que
se hace de l a l uz y el col or.( Por ej empl o en l a acupunt ur a con co-
lor es.) Por eso, después del vi aje a t ravés del cuer po, al abor dar l as
for mas de t er apia ( secci ón 3 de l a Pr imer a Par te), habl ar emos con
más de talle sobr e el ef ect o de l os col ores en l a r opa, en l a comi da,
et cétera. Cuando habl amos de col ores nos r efer i
mos, nat ur almen-
te, a col ores pl anos, pur os, no a l as mez clas o t onos pas tel
. En el aná-
lisis de l os si gnos del z odíaco l ei ndicaremos qué col or l e cor responde
a cada uno de l os si gnos. Por ej empl o: Escor pio ( órganos sexual es,
ur é t
er) = r ojo. Us ted qui zá pueda ut iliz
ar es t
a i nformaci ón par a
imagi narse que l a r egi ón del cuer po al udida est á envuel t a en el
col or cor r espondi ente, o par a l levar una de t
er mi nada pr enda de
ves tirdeesecol or.
En enf er
medades de todo ti
po, el blanco es siempre el color más
conveni
ente para la ropa de cama, cami sones y pi jamas, porque
permite que el cuer
po absorba sin t r
abas las vibraci
ones curat
ivas
del medio ambient
e. Por el cont
rar
io, el negro serí
a l o mismo que
poner
sev
eneno,por
quel
asbl
oquea.
Ant
esdecomenzarelvi
aje,cuat
roadver
tenci
asmás:
•Cuar tayúl ti
ma:Mi entr
asl eeest
el i
bro,porf
avor
,nool videqueustedesunser
li
bre,dueño absolut o de sus decisi
ones.Nosotr
os no or denamos,no damos
inst
rucciones,no presumi mosdesaberquéesl o queleayuda o leper j
udi
ca.
Tomet odasl asinf
ormaci ones,datosy consej
oscont eni
dosen estelibr
o,como
mat erial que le puede servi
r de base par a hacer acopi o de sus pr opi
as
exper ienci
as.Ybúsqueseunmédi cofil
ánt
ropo.¡Existe,ymuycer cadeus t
ed!Ese
médi co nunca r echaz
ará con una sonri
sa de suficiencialas afir
maciones que
figuran en es t
as pági
nas,sino que,junto con usted,buscar á elmejorcami no
par a ayudarlea combatiruna situaci
ón dif
íci
l,un t ras
torno o una enfermedad
dolorosos,con osi nlaayudadel osconocimientoscont enidosen esta obra.La
decisiónúl ti
maes táensusmanos.Noenl asnuestras.
En pocaspalabr
as:sobrelosri
esgosy posi
blesef
ect
os secundari
os
deri
vadosdeesteli
bro,consul
teconsusenti
docomún.
LalunaenAries:
del
acoroni
llaal
anar i
z
Lashi
erbasmedi
cinal
esconoci
dasporsusbenefici
osaspr
opi
edades
par a al i
viardol oresdecabeza,mol esti
asen l osoj os( eufr
asia)ypr oblemas
en la nari zy senosf ront al
esy par anasal es(floresdeheno) ,tienen mayor
efecto si se recogen en los días de Aries.
Cuandoset rata demol esti
asqueser epiten const antement e,esi mport ant e
prestar at ención al moment o de l a recolecci ón de l as hi erbas. Par a
almacenar las,habrí a quer ecogerlascon cuart ocr ecient
e,pocoant esdel a
luna l lena,dej arlassecary guar dar l
assól o despuésdel aluna l lena,no
import a siAri esri geesosdí as(véasel apági na211) .
La razón de que l osdol ores de cabeza y j aquecas se pr esent en con
mayorf recuencia obedece a l a apremi ante ener gía de Aries,concent rada
en la part ef rontal.Aveces,en l os días pr evios,uno ha desat endi do o
dejado pasar al gunas obl igaciones y por eso qui ere« darse de cabeza
contral aspar edes» .
Dol
oresdecabez
a/j
aquecas
La invi
tación ment ala l
os dolores de cabeza:«
Me va a expl
otarla cabeza»
.
«¡
Tantotraj
ín!
»«Avecestengolasensación denoserdueñodemími smo.»«Tengo
miedodenosat i
sfacerlasexi
gencias.
»«Estoafect
amuchoamiment e.
»
Un ant í
dot o eficazcontra elefecto nocivo que tales pensamientos representan
par ala salud esadmi ti
rquel a cabez a va a explotar,en lugarder epri
mi rsey
oponer r esist
enci a. Asítomará conci encia de que eldí a no t i
ene más que
veinti
cuat r
ohor as,queus tednopuededi vi
dir
seencuat ropar t
es,yquet odasl as
prisasyner viossi emprevienen dedent ro,nuncadef uera.Obsér veloporus t
ed
mismoy ,en lamedi dadel oposible,tratededej arl i
bresdees trésydepr esi
ón
losdíasdeAr i
es.Sinol oconsigue,dejequel osacont eci
mi ent
ossi gan su curso.
Pasel oquepase,nuncal ecostarálacabez a.
Unamedida muybuenaparapreveni
rlasjaquecasestomarmuchaaguapur a
enl
osdí
asdeAr i
esyrenunci
arporcomplet
oalcafé,alchocol
ate,alaz
úcaryal
a
clara de huevo ( un posi ble desencadenant e de l os dolores de cabez a)
. Si n
embar go,esteconsej o sólol er esul t
ar á út i
l,comoen t antasot rasocasi ones,si
us t
edhaapr endi doaconfiaren l asseñal esdesu pr opiocuer po.Qui en domi na
elidiomadesupr opiocuer popuedef ormar seunai deacl aradel oquel eayudao
le perjudica.Par a un mi smo t ras t
orno nos l lueven mi les de bienintencionados
consej os,mi lesdemedi cament os,i nf usionesy ungüent osquepodr ían ayudar .
Sin embar go,sius t
edescuchasu i nter i
or ,lebastaráunosol odees tosr emedi os
o,enal gunoscasos,ni nguno.Dependedecadai ndi vi
duo,nodeunaest adí st
ica,
odel oque« esbuenopar alamayor í
a».Si nembar go,par aes t
amaner adeact uar,
us t
ednecesi t asindudaunol fat ofino,yaqueamenudonot endr ásufici
ent econ
laopi nión delent orno.Jus tament epar al osenfermoscr ónicos,un buen consej o
sería deci r
les que consi der en su enf ermedad como una opor tunidad par a
aprender ,enl ugardeent r
egar seamanosdel amedi ci
na.Per osiunmédi col eda
aent enderquel er esultamol est asu act itudpar tici
pativaydeseosadeapr ender
fr
ent ea l a enf ermedad,desapar ezca l o más r ápido que pueda y búsquese un
verdader opr ofesional,unmédi cofilánt ropo.
Con l aact i
tudadecuadasepueden prevenirl
osdol or
esdecabez aen losdíasde
Ar ies y consegui
rmucho más que un escéptico que bebe l
itr
os de agua para
aliviarsu dolordecabezaypi ensa:«
Av ersiesci ert
oquef unci ona».A élnole
ser vir
á.Ent renuest
rosamigos,estemé todoha ayudadomuchasv eces,peroal
finyalcabonoesmásqueunasuger encia.Nosepuedegener al
izar.
En pr i
ncipio,Ar ies no es un día bueno nimal o paralaz ona de la cabeza.
Depende de l o que se haga.Qui en enAr i
es tr
abaje mucho con l a mente,por
ej
empl o,pronunci eunaconf erenciasi ntenerexperienci
a,nodeber íaasombr arse
siacabal ajomadacon l asensación dequeelv olumen yelpesodesu cabez ase
handupl icado.Sit i
enel osojosirritadosocansadosser ádegr anut il
idadaplicar
unascompr esasen l osojos.Obser vedetenidament equélet raen a ust
ed estos
días;cómol osor ganiza,ysicon ci ertaregulari
dad« pasan al
gunascosasporsu
ment e»
.
Hemor
ragi
asnasal
es
Lainvitación ment
alal ashemorr
agi
asnasales:«
Sialmenosal
gui
en sefij
ara
enmí..
.»
.« Nadiemequi
ere.»«
Nadi
emevalor
a.»
Ronqui
dos
La invi
tación mentala r
oncar
:« A míno me pr
eocupa».« Lo que es
taba bi
en
antes,no puede es
tarmalahora.
»«Asícomo yo veo l
as cosas,deber í
averl
as
cualqui
era.
»
Elant í
dotoconsist
een comprenderquet
odaslascosassiguen su cur
so,quel
o
únicoseguroeslatransi
tor
iedad,yqueunopuedeentregarseconconfianz
aala
cor
r i
entedelatr
ansformaci
ón.
Nuest
ra natural
eza es cambio per
manent
e, desar
rol
lo y madur
ez, no
per
duraci
ón,cons
tanci
ayarrai
go.
Algunasper sonasnuncapuedensent i
ral egría,pr eci
sament eporquetodopasa,y
has t
asi entenenvidiadeotr osquehanconser vadol aalegr
íainfanti
lporl aviday
porl ascosassenci l
las.Estosindivi
duossól ot ienen miedoat r
escosas:pr i
mer o,
asu af ándeaf errar
seat odol obell
oydes tr
oz arlo,despuésalmi edodeper der
lo,
y porúl ti
mo aldol orque porf uerza debe t raerconsi go haberl
o perdido.Si n
embar go,aquelquenunca seaf erraal ascosas,da l ibertad ypaza t odosl os
seresvi vosypuedeal egr
arseport odo.
Lavi ejarece
tacaseradeat arseunapañoletacon un nudogr
uesoal aespal
da,
para despertar cuando se duerme de espal
das, t
iene más desventaj
as que
ventajas.Alalar
ga ¿quéesmenossano:i nt
errumpirconti
nuament eelsueñoo
roncar?
Pól
ipos
Lai nvi
tación ment
alal ospól
ipos:«
Nosoportol
atensi
ónpermanent
equeflot
a
en elair
eent r
enosotros»
.«Lomejoresmantener
medi s
tanci
adoynocruzarme
enelcami nodenadie.
»
Lospól i
posnasalesson muyf recuentesenlosniñosdef amil
iasquer espi
ran un
ambient ecar
gadodet ensionessubliminal
esysent imi
ent osnegat
ivosimplíci
tos.
No bas t
a con r
epresentarl a comedia dequeelni ño esbienveni
do,cuando en
real
idadnoesnibi envenidoniquer ido.Elverdader
oamornosepuedecompr ar
enni ngunajugueterí
a.
Resf
riados/gr
ipe
La i
nvi
taci
ón mentala l
osr esfr
i ados:«Meha t osi
do enci
ma yporesomehe
cont
agi
ado»
.«Cada i
nvi
erno pi
llot res r
esf
riados.
»« ¡
Est
oy hart
o!»«
¡Ya no puedo
más,noséquéhacer
!»«
Suspal abrasmehanher i
do.»
Esta espir
aldepensami entosquei nvi
ta alresf
riado sedesi
ntegra cuando uno
pi
ensa:« Seguroquecoj
ounr esf
riadoolagripesipr epar
oelterrenoparaello».Al
mismo t i
empo,cualquierforma de debil
idad par atomardecisiones y elfalso
or
gulloinfluyenenel
lo.
«Unodebeconsi der
artodosl osfactoresantesdet omaruna decisión.»Siust ed
practi
caes t
epensami entohas taellí
mi t
e,nuncasedecidirá,yaqueesi mposible
considerartodaslascircunstanci
asdeunadeci si
ón.Sin ol
fatoyconfianza,toda
decisi
ón ser á una tortura. ¿Y qué es lo que nos mant iene vivos si
no l o
inesperado?
Lamayoríadelasveces,losli
monesnosi
rven par
acur
arun r esf
riado.Todoel
poderpr
event
ivo ycurat
ivo delasf
rut
asquesecompran en l
ast i
endasseha
volat
il
izado cuando han pasado más de dos dí as desde elmoment o de la
recol
ección.Elpel i
grodecont agi
oenepi demi asdegr ipeoder esfriadonoexi ste.
No caemos enf ermos porque nos contagien,si no que nos cont agian porque ya
estamos« enfermos».Dicho en otr
aspal abr as:nues tro sist
ema i nmunol ógi
co ya
está debili
tado por otra causa. En gener al, el for t
aleci
mi ent o del sist
ema
inmunol ógi
co es la mej
orpr evención contral a gripe y los r
esf riados.Tambi én
puede serde gr an ayuda una sangr ía.Cont r
al a fiebre,elvi gésimo sexto dí a
después de l una nueva, y par a un f ortalecimient o general, el duodéci mo,
decimoctavo yvigésimo primerdí a despuésdel al una nueva ( ¡Prest
arespeci al
atenciónal aformadecont ar!Véansel aspági nas114- 115.)
Pr
obl
emasenl
ossenospar
anasal
es
La i
nvitaci
ón ment al a l
os problemas en l
os senos paranasales: Es
tos
tr
ast
ornosson con fr
ecuenci
aelsíntomafísi
codeunaav er
sión i
mplícit
acontra
unapersonacercana.«¡
Senci
ll
amentenopuedoniv er
la!
»
Lasinflamacionescrónicassedebenamenudoal amalacost
umbrequesetiene,
enlajuv ent
ud,desal i
ral acal
leconelpel
omojado.Almenoseni
nvi
erno,nunca
sedeber í
asalirdecasaodel aescuel
aconelpelomojado.
Lospr oblemasen l
ossenospar anasal
es—comomuchosot rostras
tor
nosfísi
cos
—t ambiénpuedentenersuorigen,aveces,eneldespl
azamient
odeunav ér
tebra
(segunda vér
tebr
a cervi
cal
),queun quiropráct
icoexperi
mentadopuedearregl
ar
conéxito.
Pr
obl
emasenl
avi
sta
La invi
tación ment ala los probl
emas en l a vista:«He per dido de vi
sta el
ver
dadero obj
eto demivi da ytengo miedo alfut
ur o»(miopía)
.« No meat rev
oa
mirarhaci
aél .
»« Loi
nmedi at
oyl ocotidi
anonomei nter
esa,elpr esentenot i
ene
muchoqueof recerme»(hi
permetropí
a).«Meindignaloquev eo»(
ojossecos).
Antídoto:Verelpresentetalcomoes:deunabellez
aincreíbl
eydeunaf ealdad
i
nconcebibl
eyav ecesambascosasalmi smot
iempo.Reconocerelfuturocomo
un product
o del a pr
opiaimaginaci
ón,quesól
o seharár eal
idad cuando yo l
o
i
nvit
econmi spensamientos.
..enlobuenoyenlomalo.
Un método anti
guo y muy ef ect
ivo parala vi
sta cansada es humedecer
se los
pár
padoscerradosconl apropi asal
ivaporlasmañanasyenayunas.Dosgr anos
depimi
entamas t
icadosantesdeldesayuno,hacen desapar ecerrápi
dament elas
bol
sasdedebajodel osojos(sacoslacrimal
es)
.
Además,lostr
ast
ornosdelavis
t ason muchasv ecessínt
omasconcomi t
ant esde
undesplazami
ent
odev ér
tebr
a(segundav ért
ebracer vi
cal
).Esbastant
efrecuente
que,despuésdelapri
merasesión,un quir
oprácticoexperi
mentadosolucioneel
probl
ema.
Conj
unt
ivi
ti
s/or
zuel
o
La invitaci
ón ment al a la conj
unt i
vit
is y al or
zuel
o: «Es
toy f
uri
oso y
desi
lusi
onado por l
o que veo;de alguna manera,me si
ent
oi mpot
ente par
a
cambiarl
o».
La furi
a yl a desilusi
ón se l
as pr
oduce uno mi
smo.Ninguna ot
ra per
sona y
ningunasi t
uación soncausantesdeell
as,ysu magni
tuddependedelaspropi
as
expect
ativas,l
asaliment eunoconrazónono.
•••
Quépuedehacer se:Laconjunt
ivi
ti
sesconfrecuenci
así nt
omadeunaactivi
dad
renaldefici
tar
ia.Preci
samenteen l
osdíasdeAr i
esdeberíatomarmuchol
íquido,
sobretodoagua.(Enl apágina92encontr
arámássuger enci
as.)
Est
as indicaci
ones son vál
idas también para l
os orzuel
os, i
nflamaci
ones
pur
ulentasonodel asgl
ándulassebáceasdelaspes
tañas.
Quer
ati
ti
soi
nflamaci
óndel
acór
nea
La i
nvi
tación ment
ala l
a quer
ati
tis:«
¡Nuncahabí
aes t
adotan f
uerade mí
!»
.
«Es
taconf
usiónmeagot
a.»«Noséquéhacercont
antascontr
adi
cci
ones.
»
La capaci
dad de senti
r una profunda al
egrí
at iene un pr eci
o elevado: la
capaci
dad de sent
irun pr
ofundo pesar
.Per
o en r
ealidad no esningún pr eci
o.
Ambascapacidadessur
gendeunaúni caymismafuente:suolfato.
Quépuedehacer se:Lafaltadevi
taminaA puedepr oducirgrav
esinflamaciones
en lacórnea.Suminist
rarmuchavitaminaA,especialmentecuandol alunaes tá
en cuart
ocr eci
ent
e,leali
viarál
amol es
tiacon bas
tant er
apidez.Sin embargo,si
ust
ednot aunaal t
eraci
ónenl acór
nea,¡acudaalmédi codeinmediato!
La vit
ami na A esliposolubleyes tá en l
aspar tesv erdesdel asplantas,en las
raí
cesr oji
zas(zanahorias)yen l asgr asasanimal esamar i
ll
as( mantequil
la,yema
de huev o). Sise quiere sat isfacer las necesidades de vi t
ami na A sólo con
verduras,habr áqueañadi rsi empr eunchor rit
odeacei te,porquedel ocont r
ario
elcuer po no podrá asimilarl a vitamina.La vi tamina A t i
ene efect
o sobrel a
capacidad visual,sobrel a cór nea y lar et
ina,asícomo sobr etoda la pieldel
cuerpo( deahílacoloraciónamar il
lentaqueseobser vaenl api eldespuésdeuna
sobredosisdevi t
aminaA)yl amucosa.
LalunaenTauro:
maxil
aresycuel
lo
Laz onadelcuerpocorrespondi
enteal osmaxi l
aresyalcuel l
or eci
beunaf uert
e
influenci
acon laentradadel alunaen elsignoTaur o.A estaregión per
tenecen
losdi ent
esylosmaxilares,l
osoídos,l
al ar
ingeyl osórganosdelhabla,elcuelloy
l
anuca,yt ambiénlanomenosi mportanteglándulati
r oi
des.
Taur oesun si
gnodet ier
ra,elcar
ácterdeldíaesf rí
o,conectadoalatierr
ayen
ciertomodo«reali
sta»
;su coloresun az ulintenso.En Taurosedeber íasali
rde
casaunpocomásabr igadodeloquepar ecer ecomendarelt ermómet
ro.Enes tos
días,unacorrient
edeai reen l
aregión delcuelloeselcami nomásrápidopar a
contraerunatortí
coli
s.Porotraparte,unmasaj eenl aszonasdelcuell
o,lanuca
yl oshombrosseráunaobr adecaridadenl osdí asdeTauro.
Aunque las inflamaciones de gar ganta —f ar
ingi
tis— y l os resf
riados no son
contagi
osos,en es tas f
echas se podr í
al legara pensarque síl o son,ya que
justamenteen pr i
maverayen ot oñoTaur ohacequemuchagent ehablecon voz
ronca y l
lev
et odo eldí a un pañuel o o una bufanda enr ol
lados alcuello.Por
supuesto,no ent i
enda esto como un « ahora hay quet enerdol orde garganta»
.
Perosindudasedanl ascondi ci
onespar aquel aposibi
lidaddei nflamaci
onesde
gargantaseamayor .
En los dí
as f
ríos de Taur o protéjase l
os oí
dos,pues son más sensi
bles a l
as
corr
ient
esdeai reyalr uido.Dev ezencuandounagot adeacei t
edecor azonci
llo
leayudaráapr evenirmásdeunaenf er
medaden eloído,sobretodosilasflor
es
decorazonci
ll
opar a extr
aerelacei tefuer
on recogi
dasen díasdeluz( Géminis,
Libr
a,Acuari
o)oencuar tocreciente.
Dol
oresdegar
gant
a/ami
gdal
it
is
La i nvit
ación ment ala lafar
ingiti
sy l a amigdal
iti
s:« Dir
íatantas cosas
t
r is
tes,bell
as,colér
icas.
..
,per
o no meatrevo»
.«Tengo miedo deexpr
esarmeen
vozal t
ayl aspalabrassequedan en l
apuntadel alengua.»«Mecuestamuc ho
t
r agármelo.
»
En la actuali
dad,t enemos poco desar rol
lada la capaci
dad de expr esarlo que
queremos decir,sean palabras de afect
o,de t rist
eza o de indi
gnación.Es to se
debe a que cons t
antemente no somos escuchados nicompr endidos,y mucho
menosbi envenidos.Siempreesunr iesgoexpr esarseconf ranqueza.Noobs tante,
arri
ésguese,conmoder aci
ón.Ser ámej orquel ei nter
pret
en malnuevev ecesper o
queleescuchenuna,conf r
anquez aei mpar ci
alidad,acallardiezvecespormi edo
yrecelo.
La invi t
ación ment al a l os probl
emas de oí dos: «No me gus ta en
absol
ut o lo que tengo que escuchar, es demasiado dol
oroso»
.« Lo que
me di ce mi v oz i
nteri
or es cier
to, per
o no quiero admiti
rlo, y mucho
menosact uarenconsecuenci
a.»
Hi
per
tir
oidi
smo
Evit
e elconsumo de carne fibr
osa si
empre que l
e sea posi
ble.Un r
égimen de
al
imentos crudos ser
ía una medida de apoyo muy eficaz.Más adelant
e,un
régimen vegetari
ano será una buena maner
a decontenerla hi
perf
unci ón dela
glándulatiroi
des.Tengaencuent aademásquel asépti
mav ér
tebracervicali
ncide
sobrel at i
roides y l
os desplazamient
os en esa z
ona pueden agravar elmal
funcionamientodel aglándula.
Hi
pot
iroi
dismo
Ant í
doto: Acéptese tal como es. Si n per os que val gan, sin au-
toflagel
ación.Elcari
smaqueadqui r
irí
aconest aacti
tudatraeráalmismot i
empo
y de manera automáti
ca a l
as per
sonas cer
canas a
ust ed, que también poseen esa condici
ón nat ural
. Ya que sól o el que
se acept a sin condici
ones puede v er a l os demás t al como son...y
acept ar
los.
Pr
obl
emasdent
ales
La invit
ación mental a los problemas dent al
es, desde l as cari
es y
lasi
nflamacionesdeencí
ashastalost rat
ami ent
osdel araí
z:«Sencil
lament
e
nopuedodecidir
me,mefal
tagarr
a».«Haytantasalt
ernati
vasyt anpocotiempo.
..
Ycuandoporfinmehedecidi
do,nuncasésihehechol oi
ndicado.»
Eli
mpulsodeGémini
senelcuer
poafect
aal oshombr
os,l
osbr
azosyl
asmanos
yenpar
te,tambi
én,alaf
unci
ónpul
monar .
Loqueus t
edhagaporloshombros,losbrazosyl asmanosenl osdosot resdí
as
de Gémi ni
s,t
endrá un ef
ect
o dobl
ement e benéfico,pr
event
ivo y cur
ati
vo.Con
excepci
óndeinter
venci
onesyoperacionesenesaz ona.
Todoloquesigni
fiqueun esf
uerzomayorparahombros,br
azosymanosen los
díasdeGémi
nis,tendráconsecuenci
asmásperj
udi
cial
esqueenlosot
rosdí
as.
Sideusteddependefij
arl af
echaparaunainter
venciónuoper
aciónenhombr
os,
braz
osymanos,evitel osdíasdeGémi ni
s,ysobretododel21demayoal21de
j
unio.El
ijapar
al ai
nter v
enciónelper
íododecuart
omenguante.
Qué flot a en el ai r
e en Gémi ni s: La ener gí
a de los días de Gémi ni
s
es activa, se mueve a sal tos. La per severancia y la tenacidad no son
su f uerte. La sucesi ón de i deas encadenadas se di versifica picada
por la cur iosidad y no dej a pi edra sobr e piedra. La caracter í
sti
ca del
día es el airel impio, aun con un ci elo cubierto de nubes; lal uz puede
serav eceshiriente.Elcoloresazulclaro.
Los reumát i
cos a veces tienen dolor
es en l os dí as de Gémi ni
s, pero
a menudoelmot iv
o son l
oscambi osbruscosdelt i
empo quecon frecuenci
a se
producen en est e signo. Como l os pul mones t ambién se v en
af
ectados,enGéminispodríanserúti
lesej
erci
ciosder espir
aci
ón.
Pr
obl
emasenl
oshombr
os
La invi
taci
ón ment al a los pr
oblemas en l os hombros: «
Esta expe-
ri
enci
a es una car ga pesada de soportar
».« A veces t
engo la sensa-
ci
óndequetodoelpesodelmundor ecaesobr
emi shombros.
»
Reumat
ismo
La invi
taci
ón mental a l os dolor
es reumáti
cos: «¿Par
a qué me mato
tr
abaj
ando todo el año?»
.« Si nadie me quiere, ¿por qué v
oy a dar
nadademí?»«Lavi
dati
eneunr egust
omuyamar go.
»
Mientr
as haya que compensar prestaci
ón con contrapr
esta-
ci
ón, dar con r eci
bir
, antes de que l a per sona pueda dar al go de sí
misma, sur gir
án r el
aci
ones comer cial
es, per o no amor y ami stad.
El que cr ee haber naci do con el der echo de sat i
sfacer sus expect a-
ti
vas, t ambién abandonar á el mundo con ese der echo.
.. si n haber
encont
rado j amás un j uez benévolo que l e confir
me si n l í
mites sus
pret
ensiones.Elquenoesper anada,lor eci
bet odo.
Qué puede hacer se: Cual
quier dolor r
eumático exige, en primer l
u-
gar, una desintoxi
cación del cuer
po. Para est
o hay un si nnúmero de
posibi
li
dades, como t omar una infusi
ón de ort
igas entre las t
res y l
as
sie
te de lat arde, con cuart
o menguante( v
éase la página 149)
, a modo
decuradepr i
mav era.
Manos«
frí
as»
Mientr
asnuestromundosebaseen l a hi
pocresía yla comodidad,si
empr enos
quemaremoslosdedos,noi mpor
taquéempuñemos.Si emprehayper sonasque
ti
enen al
go que crit
icamos,ya que las que abordan un pr oblema son una
amenazaparalasquenoqui er
enhacerl
o,paral osquenoqui erenhacerfrent
eal
sent
idodesuexistencia.Lasmanosfrí
assecalientanfrotándol
as.
Laener gí
aquer einaenl osdíasdeCánceractúasobr eelpecho,lospulmones,el
estómago,elhí gadoyl avesí
cula.Con fr
ecuencia crea unaliger
ai ntr
anquili
dad
en nues tro estado general, por
que el mundo de l as sensaciones gana en
profundidad y peso,como sucede con todos l
os signos de agua.En ocasiones
sucede,der epent e,queuno v ecosasquehan est ado guardadasbaj ollav
een
nues t
rointeri
or,yent oncessemuev eporunt er
renopocosegur o.
Lo que ust
ed haga por elpecho,l
os pul
mones,eles t
ómago,elhí gado y la
vesícul
aen l
osdosot resdíasdeCáncer,t
endráun efectodobl
ementebenéfico,
preventi
voycurat
ivo.Conexcepci
óndelasint
ervenci
onesyoper aci
onesenes tos
órganos.
Sideus t
ed dependefij
arlafecha paraunainter
vención u oper
ación depecho,
pul
mones,es t
ómago,hígadoov esícul
a,evi
tel
osdí asdeCáncer ;sobretodo,del
21 de j
unio al22 de j ul
io.Eli
ja paralaintervenci
ón elper í
odo de cuarto
menguante.
Desde juli
o has ta enero,l os días de Cáncercoi nciden siempr e con elcuar t
o
menguant e;después,dur antet odo un semes tre,con elcuar t
o creciente.No l o
ol
vide:con cuar tomenguant esedepur a,sedesi nt oxica,con cuartocr ecient ese
administr
an l os mejores remedi os posibles.En consecuenci a,los tratami entos
parala cur ación y desi
ntoxicación tant o deles tómago como delhí gado t ienen
másposi bili
dadesdeéxi t
oent reelv eranoyeli nvier no(entreinviernoyv er ano
en elhemi sferi
osur ),queent rei nvi
ernoyv er
ano( entreveranoei nviernoen el
hemisfer
iosur ).
Br
onqui
ti
s
La invitación ment al a la br
onquiti
s: «De cual
quier modo, el asunto
no me convi ene, per
o tengo miedo de decir lo que realment
e pi en-
so»
.« Podría haber muchos des t
rozos y yo podrí
a causar más de l os
queyahay .
»
¿Qui er
e t oser
le a al guien? ¡Aní
mese! Más val
e un at
err
ador
finalsi
ncer
oqueelter
rorsi
nfindel
ahipocr
esí
a.
Asmabr
onqui
al
La i nvi
tación mental al asma: «Me f
alt
a el air
e».«Me quier
en aco-
rral
ar, pero yo me r esi
sto.
» «
Mient
ras la si
tuación no cambie, no
podrérespi
rartr
anqui
lo.
»
Aci
dez
Lai
nvi
taci
ónment
alal
aaci
dez:«
Tengomi
edo»
.
I
nflamaci
ónest
omacal
/úl
cer
agást
rica
Cuandonotepresi
ón odolordees tómagoporculpadelosnervios,si
n quehaya
unacausaorgáni
caqueloj us
tifique,hágasetr
atarconcol
orrojolaparteexter
na
del
ar odi
ll
aporunt er
apeutaquet engaexper
ienci
aenlaterapi
adel oscolor
es.
Pr
obl
emasdehí
gadoyvesí
cul
a
La i nvi
taci
ón ment al a l os pr oblemas de hí gado y vesícula: «Esto
me es tá des t
rozando el hí gado» .« Son l os demás l os que se equi vo-
can, y no yo.»« Ell
os tienen la cul pa de que haya sal ido mal; no t
engo
nada que r eprocharme.» «¿A qui én puedo quej arme? No me ext raña
que esté t an amar gado.» (Problemas de hí gado.) «
¡No pueden hacer
eso conmigo. ¡ Conmigo no! Ent onces, ¿qué pi nto yo aquí? ¿Con quién
secreenquees tánhablando?»( Cálculosbil
iares.
)
El color amar il
lo puede ser vir de ayuda en l os tras
tornos he-
pát
icos. Ayuda t ambién al quiropr
áct
ico, ya que una desvi
ación de
l
a cuar t
a o qui nta v ért
ebr
as dorsal
es podrí
a ser causa secundar
ia
delostrastor
nosdevesí
cul aehí
gadoquepadece.
LalunaenLeo:
cor
azónycir
culaci
ón
La energíaintensa,concent
rada delosdí
asdeLeo act
úa sobr
eelcor
azón yl
a
ci
rculación,asicomosobr el
aespaldayeldiaf
ragma.
Loqueus t
ed hagaporelcoraz
ón yl acircul
ación en l
osdosot r
esdí asdeLeo
tendráunefectodobl
ementebenéfico,pr
eventi
voycur ativ
o.Conexcepcióndel
as
i
nt er
venci
onesyoperaci
ones.
Todoloquesigni
fiqueun esf
uerzomayorpar
aelcorazón ylacircul
aci
ón en l
os
díasdeLeot
endráconsecuenciasmásperj
udi
cial
esqueenl osot
rosdías.
Sideusted dependefij
arlaf
echaparaunaoperaci
ón decoraz
ón,evi
telosdías
deLeo;sobretododel22 dejuli
oal23 deagos
to.Eli
japaralaint
erv
ención un
dí
adelcuartomenguant e.
Qué flot
a en el air e en Leo:Elcar áct er de l
os días de Leo es ardiente
y seco; el col
or,v erde. En el verano del hemi sf
eri
o norte, sobre t odo
en agosto y al r
ededor de Leo, se r egist
ran a menudo l as t emper a-
turas más al t
as del año, acompañadas a v eces de f uert
es t ormen-
tas. En est a época es muy i mportant e ingerir mucho l í
quido, por -
queLeoejerceunfuer t
eefectodesequedad.
Por lo gener al
, el impulso de Leo acel era la ci rcul
aci
ón. Los
dol
ores de espalda son a veces más fuert
es y el cor
azón se desboca
con frecuenci
a. Los tras
tor
nos circul
ator
ios y las noches de insom-
nio pueden dar mucha guer r
a en Leo, pero la mayoría de las v
eces,
antes del si
gno Virgo, ya ha pasado t
odo. No pierda de vi
sta l
os días
en que Leo l e haga br i
ncar el cor
azón. Dicho sea de paso, a veces
los enfer
mos car dí
acos ya per ci
ben durante los días de Cáncer que
Leoestáenmar cha.
Pr
obl
emascar
díacos
Invit
ación mental a l os pr oblemas del cor azón: «Desde hace t i
em-
po, se me par t
e el corazón».« No si ent
o al egrí
a por nada. »« La vi
da
no es más que un cont inuo es t
rés.» (Pr
oblemas car díacos.
) «El di-
nero gobierna el mundo. » « ¿Qué val e hoy l a ami stad?» (At
aque
cardí
aco.) «
Nunca encontrar
é el amor y el r econoci
miento que nece-
sit
o.¡Per
onodejar
édeintentarl
o!»(Trombosiscoronaria.)
Pr
esi
ónar
ter
ialal
ta
La i nvi
tación ment al a la hipertensi
ón: «Hace mucho que arras
tro
este probl
ema, y cada dí a tengo más l a sensaci
ón de que voy a
explot
ar. Pero no se me ocur r
e ni nguna soluci
ón. Tendr
ía que ser
algo que me per mitier
a segui
r teniendo la sart
én por el mango, ya
quecuandonol otengotodobaj
ocontrolmeinvadeelmiedo».
Tambi én habr
á que tener en consideración l
as i
nfluencias
aceler
adoras de l a presi
ón sanguí nea, como dor mir en una z ona de
perturbaci
ones o mal or i
entados. Duer ma si empr e con l a cabeza si -
tuada hacia el norte o haci a el oeste. Si vi ve cerca de una cor rien-
te de agua, ent onces acuéstese en sent ido t ransversal a la dirección
en que baj a el agua, i ndependient
ement e del punt o cardinal. Las
personas que duer men en l a mi sma di recci
ón de un r í
o a menudo
se despi
ertan sin fuer
zas; y si se acues
tan en l
a di
recci
ón cont
ra-
ri
asuelenlevant
arseconpesadezdecabez
a.
Pr
esi
ónar
ter
ialbaj
a
La i nvi
taci
ón ment al a una pr esi
ón sanguí nea demasi ado baj
a:
«Para qué t ant
o esf
uerz
o, nada me sale bien».« Esto no conduce a
nada.» « No t i
ene el más mí ni
mo i ncent
ivo.
» « Tr
abajos de amor
perdidos.
»
No es di f
ícil verl
o t odo negr o. Basta con poner se las gafas ade-
cuadas y al i nst
ante desapar ece cualqui
er at isbo de esperanza; «uno
no puede hacer absol ut amente nada», baja l os brazos y l a circula-
ci
ón se de t
iene. Sin embar go, quien qui er
a cosechar por ant icipa-
do, en ot oño, lo que a él y a sus semej antes les permit
irá pasar l a
época de i nvierno, pensar á, sent
irá y act uar á de otra maner a... y
alfincosechará,siDi osquiere.
Anemi
a
La invi
t aci
ón ment ala l
a anemia:«Mis dudas son f
undadas,ya l overéis»
.
«Cr
eéis que con mipesimi
smo os aguo l
a fies
ta,pero ya t
endr
éis ocasi
ón de
agr
adecér melo.
»«Siyonopuedoal
egrarme,vosotrost
ampocodeberíai
shacer l
o.»
Got
a
La época de l as r el
aci
ones pat ri
arcales señor -esclavo va t ocan-
do a su fin ( aun cuando t odavía dur ar
á al gunos si glos)
. ¿Por qué?
Puespor queelal ejami entodelcor az ón yelpensami entoel i
tistaimpi den con l a
mi sma eficacia que l
a dist
ancia espaci al l a unión del
uno con el ot ro. Si n embar go, t odos l os pr oblemas uni v er
sal es,
especialment e en el ár ea de l a des trucci
ón del medi o ambi ente, sól o
podr án sol uci onar se con éxi t
o en el f uturo a t r
avés de una aut én-
tica uni ón de t odos al mi smo ni vel. Y el el ement o fundament al par a
las r elaciones ar móni cas de dos puebl os es l a convi vencia en pl ena
confianz a en l os ni v
eles más baj os..
., entre v eci
no y v ecino. Segui -
rá habi endo guer r as y confli ct
os f r
onteriz
os en t anto l os val lados de
mader a y l as cer cas deban v el
ar por l a paz ent rel as per sonas, y no
la act itud y l a f uerza de pensami entos afect uosos que hacen i nne-
cesar i
acual qui ercer ca,cualquierrivali
dad.
Qué puede hacer se: En los casos de got a, una depur aci
ón intensi
va
de la sangr e es muy i mpor t
ante. La i nfusi
ón de or ti
gas actúa como
prev
ent i
vo y curati
vo, si se toma r egular mente dos veces al día, ent
re
l
as t res y las siete de la t arde, dur ante catorce días y en cuar to
menguant e. Compruebe que el l ugar donde duer me no se hal le en
unaz onadeperturbaci
onesyr adiaci
ones.(Véasel apági
na293. )
LalunaenVirgo:
ór
ganosdeladi
gestión
La ener
gía especialde los dí
as de Vi
rgo se hace sent
iren l
a act
ivi
dad de l
os
ór
ganosdel adi gest
ión.
Act
úasobr
eeli
ntes
tinodel
gadoyeli
ntes
tinogr
ueso,sobr
eelbaz
oyelpáncr
eas.
Loqueus t
ed haga en l
osdíasdeVi rgoporl a di
gest i
ón,elbazoyelpáncr eas,
tendrá un ef
ect
o doblement
e benéfico,preventi
v o y curat
ivo.Con excepci
ón de
i
nt er
venci
onesyoper aci
onesenestaz ona.
Todoloquesi
gni
fiqueun esf
uerzomayorparalosórganosdel
adiges
tión en l
os
díasdeVi
rgot
endráconsecuenci
asmásnocivasqueenot r
osdí
as.
Si de us
ted depende fij
ar lafecha para una int
ervenci
ón u operación de
est
ómago,bazoopáncreas, evi
tel
osdíasdeVi r
go;sobretododel23deagos toal
23desepti
embre.Eli
japar alaint
ervenci
ónelperí
ododecuar tomenguante.
Qué flota en el ai
re en Vi rgo: Los días de Vi rgo, de carácter f
río y
húmedo, son l os días de t ier
ra por ant onomasi a. Su col or es el
amarill
o. En la hort
icul
tura y en l a agr icult
ur a, el signo del z odía-
co desempeña un papel de suma i mportancia. Dur ante este si gno,
se ven favor
eci
dos casi todos los trabajos en el huer t
o, el campo y
elbosque.
En es t
os dí as, l as personas del icadas del es t
ómago y l os intes-
tinos, a menudo t ienen problemas con l a di
gest
ión. Por eso, dur
ant e
es t
os tres dí as, ser í
a conv enient
e que r enunci
aran, aunque no es
fácil
,ainger
ircomi daspesadasor i
casengr asas.
Pr
obl
emasi
ntest
inal
es
La invit
ación ment al a l os probl
emas i ntesti
nal
es: «
Así de sencill
o.
No tengo tiempo para digeri
r todo eso. Y aunque lo tuvi
era, pr
efiero
mir
araot rol
adoydistraer
me».«¡Est
oytanaburrido!
»
Qué puede hacer se: Muchas per sonas con pr oblemas i nt esti
nales y
digest i
vost i
enent endenciaat omarmedi dasexager adas.Casisiempr e,ycomoen
tantas otras ocasiones, detrás de ello se escon-
de l a i mpaciencia y l a esper anza de obt ener resul t
ados r ápidos. Si n
embar go, l as conduct as y l os hábi tos al i
mentarios pr acticados du-
rante muc hos años no se pueden cambi ar de la noche a l a mañana.
Y aunque así f uera: el cuer po r eacciona muy l entament e a l os cam-
bios, i gual que una t ierra agotada r eacciona con mucha l ent i
tud a l os
mé todos nat ural
es de cul ti
vo. Se necesi ta tiempo par a volver a r ecor
-
dar l o nat ural y adapt arse a l os ritmos de l a nat ural
eza. A menudo,
el i ntestino debe v ol
ver a apr ender pr i
mer o a r econocer sus pr opias
señal es.
Es
treñi
mient
o
La i nvi t
ación ment
al al est
reñi
mi ento: «
El pasado t iene más que
ofrecerme que el present
e y el f
utur o. Y además: ¿a mí qui én me
regala al go? De mí no conseguir
éis nada». «¿Superfluo? Nada es
super fluo.»
Ant í
doto: Reconocer que l a mor taj
a no t iene bol
sil
los. Saber
vivi
r si gni
fica vi
ajar si
empre con poco equi
paj
e, tant
o en l os pen-
sami ent
oscomoenl avi
dareal
.
El color amar il
lo en l a r opa puede pr oduci
r un ef ect
o f avorabl
e
en una di gest
ión lent a. Algunos terapeutas que pract
ican los masa-
jes en las zonas reflejas de los pies, combinados con la terapia de
color
es (event
ualmente en l os días de Pi sci
s), han obtenido muy
buenos r
esult
ados. En l
a mayorí
a de los casos y en un lapso de t
iempo
rel
ati
vament
ecorto,l
ospacient
espuedendej
ardet omarlaxant
es.
Di
arr
eas
Evi
te ves
tirse con ropas de col
or amar
ill
o. En el caso de di
arr
ea
sur
teunefectoperj
udi
cial
.
Excesodepeso
Pr
obl
emasdepáncr
eas
La invi
tación ment al a l os problemas con el páncr
eas: «
Nada me
pr
oduce alegrí
a de vi vir
. De al guna manera, t
odo me da i gual
. Ya
nohaynadadul cequeregoci
jemilengua».
Por ot r
a par t
e, no ponemos ni nguna obj eción cont r
a el « hambr e
de dul ce», y si se ve en l a necesidad de sat i
sfacer
la, satisf
ágala. Pero
sepa que l a puede domi nar y que l as golosinas son, l a mayor í
a de l as
veces, sólo un sus ti
tut o de l a verdadera dul zur a de la vi da, que es-
pantamos con expect at i
vas desmesur adas. Suya es l a deci si
ón de
aprender de est e razonami ento. (
Dicho sea de paso, l a mi el no es un
buen sus ti
tuto del az úcar. No hay sufici entes abej as par a pr oducir
toda la mi el que se v ende en el mundo. Por ot ra parte, l
as al i
ment an
conaz úcar.)
LalunaenLibr
a:
cader
as,ri
ñonesyvej
iga
Lafuerz
amásbi enneut
raldelosdíasdeLi
braaf
ect
aen especi
alal
azonadel
a
cader
a,asícomoalavej
igaylosri
ñones.
Loqueus t
edhagaenlosdosotresdíasdeLi braporlascaderas,l
osr
iñonesyl
a
vej
iga,t
endráunef
ect
odoblementebenéfico,pr
event
ivoycur ati
vo.
Conexcepci
óndei
nter
venci
onesyoper
aci
onesenesaz
ona.
Todoloquesigni
fiqueunesf
uerzomayorparalascader
as,losr
iñonesyl
avej
iga,
tendr
áconsecuenciasmásperj
udici
alesqueenotr
osdías.
Side us t
ed depende fij
arlaf echa par
a una i
ntervención u operaci
ón en l
as
caderas,l
os ri
ñones y lav eji
ga,evit
elos dí
as de Libr
a,sobret odo del23 de
septi
embre al23 de oct ubre.Elij
a paralaint
ervención elper í
odo de cuar
to
menguante.
Si bi en l
a parti
culari
dad del dí a es el ai
re puro, en estos días
es más f áci
l contr
aer inflamaci
ones de veji
ga (ci
sti
ti
s) o de r iñón
(nef
rit
is)
, por
que dej ar
se si mpl
emente el bañador moj ado sobr
e l a
piel puede af
ect
ar a l
a zona renal y a l
a zona pel
viana. Por eso, i
n-
tent
emant enersi
empr
ebientempl
adaestazonadelcuer
po.
Pr
obl
emasr
enal
es
La invit
aci
ón ment al a los probl
emas r enales: «
Estoy t an desi
lusi
o-
nado.
.. Me habí
a propuesto muchas cosas, y he fracasado. ¿Qué dirá
l
agente?Est
oytanav
er gonz
ado.
..
».
Ci
sti
ti
s
La i nvitaci
ón ment al a las i nflamaciones de veji
ga: «Nadi
e podrá
apart
ar me de mi s convi
cciones. ¿Qui én puede asegur
arme que l as
nuevas i nvenci
ones me ayudar án a conduci rme mejor? ¿Quién me
logaranti
za?».«
Estoyhar
todetodoses tostrastosdeúl
ti
mamoda.»
Ninguna afir
maci ón, ni nguna declar
ación de gar antí
a, ni ngu-
na pr omesa, ni nguna fianza, lo va a pr eservar de la v erdad: eso que
ayer era válido y daba buen r esult
ado, hoy puede ser i nút
il y sin
senti
do..
. y a menudo l o es. El t i
empo que us t
ed necesi te para ha-
cerse amigo de l os alt
ibajos de la vida, si es que al guna v ez l
ol ogr
a,
es algo que l a permanent e tr
ansformación no t iene par a nada en
cuent a. Afor
tunadamente, ya que de no ser así no habrí
a ningún
nacimi ent
o ni ni nguna muer t
e, dos acont
eci
mient
os liber
ador
es y
vi
vificador
es.
Un despl azami
ent
o de l a t ercer
a vér
tebra lumbar es a v eces
causante de l a cont
inua aparici
ón de i
nflamaci
ones de v
eji
ga. Con-
vieneconsult
arconunquiropr
áct
ico.
Pr
obl
emasdecader
a
Mi si t
uación ant e l a vi da, mi movi miento haci a del ant e, has-
ta qué punt o confío en mí y con qué f aci
li
dad l o inesperado puede
ar roj
arme f uera del cami no... Todo es to jamás depende de i nfluen-
cias ext ernas. Los hay que come ten una i nfr
acción de t r
áfico y su
falso or gull
o l os lleva a hacer de el lo una buena ocasi ón par a r e-
clamar , con una vi st
osa pues t
a en escena, sus « der
echos como per -
sona» ant e el tribunal. Otr
os pi erden todos sus bi enes en un i ncen-
dio y después de l a primera r eacción de páni co, pi
ensan y si enten:
«¡Pues bi en! Empez ar de cero es l a mejor maner a de segui r vivo y
mant enersejoven»
.
Ni
ngún si
gno delzodí
aco i
nfluye t
ant
o sobr
elos ór
ganos sexual
es y l
as ví
as
ur
inar
iascomoEscorpi
o.
Loqueus t
edhagaenl osdosot r
esdíasdeEscorpi
oporl azonadei nfluenciade
l
osórganossexual
estendráunefect
odobl ement
ebenéfico,prevent
ivoycur at
ivo.
Conexcepci
óndeintervenci
onesyoperaci
onesenesazona.
Todol
oqueafect
econ másf uerz
aalosórganossexualesylasví
asuri
nar
iasen
est
osdí
ast
endráconsecuenciasmásper
judici
alesqueenotr
osdías.
Side ust
ed depende fij
arlafec ha par
a una i
nter
venci
ón u operación de l
os
ór
ganossexual
es,evi
tel osdíasdeEscor pi
o,sobretododel23 deoctubreal22
denovi
embre.Eli
japaral ai
ntervenci
ónelperí
ododecuar t
omenguant e.
Es
ter
ili
dad
I
ncapaci
dadpar
alapr
ocr
eaci
ón(
impot
enci
a)
Y cuando el empuj
e y l
as expect
ati
vas de su par
eja se t
ermi
nen,
hágase en si
lencio la pregunta: «¿Dónde est
á ent
onces el amor
?».
Sinamornohayvida..
.,has
taahíes
t amosdeacuer
do.
Qué puede hacer se: Todos los mot ivos que hemos menci onado como
posibl
es causant es de l a es teril
idad, pueden apl i
carse t ambi én par a
los casos de i mpotenci
a. Las posi bles medidas de ayuda val en asi-
mismo en es te caso. Sin embar go, un desencadenant e frecuente de
la i mpot enci
a y l a es ter
ilidad mascul ina es el conv encimiento
general
izado de que, a par ti
r de ci erta edad, sería « nor
mal » que no
pasase nada más en l a cama. Es to es un di spar
ate. Ese convenci mien-
to es el que hace i mpotente a un hombr e, no la natur al
eza. Y qui zás
elhechodedesconocerl osdatosquel eof r
ecemosacont inuación.
¿Por qué cr ee us t
ed que l os testículos penden f uera del cuer -
po? Pues muy senci l
lo, porque bas taría l a t emper at
ur a nor mal del
organismo, de casi t reinta y si e
te gr ados, par a condenar al semen
a l a i mpotencia. La temper at
ura de l os t es
tícul os, más f r í
a en com-
paración con l a del resto del cuerpo, así pr evisto por l a nat ur
aleza,
mant iene l a capacidad de f ecundaci
ón del semen. Temper at
ur as de-
masi ado el evadas como, por ej emplo, l as que se consi guen l lev
an-
do pant alones o cal zonci
llos muy aj ustados o por cual quier ot ro
mot i
v o son un v eneno par a el semen y par a l a capacidad de f ecun-
dación. Los chi nos, l
os ár abes y muchos ot ros puebl os l o sabían y
todavía lo saben: por eso en l a actual i
dad no se cubr en con nada.
Es opor t
uno añadi r que l os cal
zoncil
los son una i nvención de nues-
trosiglo.
La i nvi
tación ment al a l os pr oblemas menst ruales: « De alguna
maner a, no me sirve de mucho mi condi ci
ón de muj er»
.« No me sien-
to segur a en absolut o de mi sexual idad. Pref
eri
ría hacer caso omi -
so de el la.
» «¿Recuerdos agradables? No me ayudan. » «Además, el
doctor « f
ulano de t al» ha di cho/escrit
o que una deber ía..
.» «
Tengo
vergüenza.»
Ser muj er en l a época act ual no es nada f ácil, por que el ol fato
natur al par a i ntui r l o que eso si gni fica queda sepul tado baj o un
verdader o al uvi
ón de l i
bros, ar t
ículos y pr ogramas de t el
evi
sión que
creen saber lo t odo. ( Esto val e t ambi én par a el hombr e.) Casi todos
los cr it
erios act ual es que est ablecen l as di f
er encias ent re ambos
sexos son ar ti
fici
al es y t raídos por l os pel os, alejados de l a nat ura-
leza y de t odo sent i
do común. .. No i mpor ta qui én haya ar mado es te
bricolaje de paut as fij as: l os psi cólogos, l a i glesia, l a políti
ca, l os
medi os de comuni cación u ot ros, l o úni co que consi guen es muj e-
res i nsatisf
echas e i nfel
ices, y hombr es insatisfechos e i nfeli
ces...
,
los mej ores client es en nues t
ra soci edad de consumo. ¿Qui én pue-
de,ent onces,estari nt eresadoenest oscr i
ter i
os?
Losdí
asdeSagi
tar
iot
ienen ef
ect
osobr
elapr
olongaci
ón del
acol
umnav
ert
ebr
al
ylosmusl
os.
Todoloquesigni
fiqueunesf
uerzomayorparalosmusl
osenl
osdí
asdeSagi
tar
io
tendr
áconsecuenciasmásperj
udici
alesqueenotr
osdí
as.
• Loqueus tedhagaporlasrodil
las,lapi elylaest
ruct
uraóseaenl osdoso
tr
esdíasdeCapr i
corni
ot endráun ef ectodobl
ementebenéfico,pr
event
ivo
ycurat
ivo.Conexcepci
óndei ntervencionesyoperaci
onesenesaz ona.
• Todoloquesi gni
fiqueun esf
uerzomayorpar ahuesos,rodil
lasypi elen
los dí
as de Capri
corniot
endrá consecuenci
as más perj
udici
ales que en
otrosdías.
• Sideus t
ed dependefij
arlafechaparaunai nt
ervenci
ón u operaci
ón en
l
os huesos (
especi
almente en l
as r
odi
ll
as)y en l
a piel
,evi
tel os dí
as de
Capri
cor
ni o,sobr
et ododel21 dedi
ciembr
eal20 deener
o.El
ij
apar
ala
i
nter
venciónelperíododecuart
omenguante.
Una sangr í
a en el vi gési
mo t ercer dí a después de l una nueva
(
¡atenci
ón a l a f or
ma de cont ar!
, v éanse las páginas 114-115) pro-
ducirá un ef ecto muy beneficioso par a toda l
a es tr
uctura ósea, a la
vez que ser á apr opi
ada como medi da terapéuti
ca supl ementar
ia
para cual quier enf ermedad de l os huesos y ar t
icul
aci
ones, como
reumatismo,esclerosi
smúl ti
ple,ar
trosis,etcé
tera.
Los dí as de Capr i
corni
o son i dóneos par a aplicar cual qui
er
trat
amient o de cui dado de l a piel o par a ter
apias específicas cont
ra
las enfermedades que l a afect
an. Por ot ra parte, son muy numer o-
sos los t rastor
nos y desequi l
ibr
ios internos que mues tr
an sus pr i-
meros sí ntomas a t r
avés de l a piel. Este tema es t an ampl io y de
tanta impor t
ancia, que v ol
veremos a t r
atarl
o con más de talle en la
página118) .
Pr
obl
emasdel
acol
umnav
ert
ebr
al
Est
e t ema tan import
ante ref
eri
do a los «Probl
emas de l a col
um-
naver
tebral
»,l
otr
atamostambi
én,conmásde
tal
le,enlaspági
nas136-
140.
Lal
unaenAcuar
io:
pi
ernas
Laenergí
adelosdí asdeAcuar ioact
úasobrelaspi
ernasylasar t
icul
aci
onesde
lostal
onesyla si
enten en especi
all
aspersonasquedeben per
manecermucho
tiempodepi
e.
Loqueus t
ed haga porlaspier
nasen losdosotresdíasdeAcuari
ot endrá un
efect
o dobl ement
e benéfico, preventi
vo y curat
ivo. Con excepción de
inter
venci
onesyoper aci
onesenesaz ona.
• Todoloquesigni
fiqueun esf
uer
zomayorparalaspi
ernasen l
osdí
asde
Acuari
otendr
áconsecuenciasmásper
judi
cial
esqueenotrosdí
as.
• Sideusted dependefij
arlafechapar aunaintervención u operaci
ón en
l
aspiernas,evit
elosdíasdeCapr icor
nio,AcuarioyPi sci
s;sobr etododel
20deeneroal18def ebrero.Eli
japaralaint
ervenciónelperíododecuar t
o
menguante.
Qué flot
a en el ai re en Acuar io: La caracter
íst
ica del día es el ai
re
pur
o, la mente trabaja con ciert
a inconstancia. Se presta más oído a
l
os pensamientos intuit
ivos y no se admi ten at aduras, tampoco las
i
maginari
as.Elcol
oreselaz ulcl
aro,yazuloscuroenl ostobil
los.
La flebit
is no es ni nguna r ar
eza en Acuar i
o. Si dispone de tiem-
po, debería poner l
os pies en alto y dar
les un l
igero masaj
e con un
ungüento de consuel da, u ot ro semejante. Qui
en sea pr openso a
l
asvar i
ces,deberí
aevi
tarenestosdíasper
manecermuchot i
empodepie.I
ncluso
un si
mpl
e paseo por l
a ci
udad puede aguar t
oda
l
afies
ta.
Var
ices
Qué puede hacer se: Las var ices son un si gno de una i nsuficiente
acti
vidad ci r
culator
ia, muchas v eces acompañada por obs t
rucci ones.
Estar muc ho t i
empo de pi e, some ter a esfuerzo a una sola part e del
cuerpo y t eji
dos conjuntiv
os débi les, son a v eces l
os f
actores desen-
cadenantes. Pero t ambién un despl azamiento de l a quinta v ér tebra
lumbar puede ocasi onar trastornos ci rcul
atori
os, pies f
ríos, debi lidad
enlasarticul
acionesdeltal
ónycal ambr esenl aspiernas.
Elmoment oidóneopar al
asoper aci
onesdevar icesdeber íafijarseen elper í
odo
de cuarto menguant e.Evite Capri
cornio,Acuar i
o y Pi scis,¡en t odo caso y
si
empr eAcuar i
o!Qui enseoper elasvaricesconcuar tocreciente,esmej orquese
quede en cama y obser ve cómo vuel ven a cr ecer. No v olver
áat ener la
oportunidaddeel egirunafechamásf avor abl
e,porquet ambi énl acicatri
zaciónes
muy l ev
e.Apl iqúese ungüentos parar eforzar
,y dé l os masaj es con cuidado
si
empr een dirección alarodil
la.Silohaceen cuar t
ocr ecienteserámáseficaz ,
porquelapielabsor bemejorelungüent o.
¡En ningún caso apli
que ventosas con una inflamación de l
as venas,porque
exi
ste elpel
igro de una obst
rucción vascular(embolia)!No nos cabe l
a menor
dudadequeus t
ed yahaoí doyl eídomi lvecesqueelmovi mientoesunadel as
medidaspreventivasmáseficacescontralasvar i
ces.
Cal
ambr
esenl
aspi
ernas
Qué puede hacer se: Una causa f recuente de l os cal ambr es noctur-
nos en l as pi ernas es l a defici encia de magnesi o, que puede r eme-
diarse con una al imentación apr opi ada o con pas ti
llas de magnesi o.
Per o como t ratami ent
o de ur genci a, a v eces si rve es tirar bien l os
talones y dobl ar l os dedos haci a ar r
iba. El l i
copodi o es, en gener al,
muy ef ecti
vo cont ra los cal ambr es. Cosi do dent ro de una al moha-
dill
a y col ocado a l os pies de l a cama, puede pr estar un buen ser vi-
cio a l as muj er
es embar az adas que suf ren de f recuent es calambr es
noct urnos en l as pi ernas. ( ¡Plant a pr ot
egida! Por f avor, compr ar en
la f ar
maci a.)A v eces t ambi én se v en af ectados l os dedos de l os pi es
y l os huesos del me tat
ar so: un buen qui r
opr áctico puede ayudar le
asol ucionarelpr obl ema.
Lal
unaenPisci
s:
pies
• Todo l
o que si
gnifique un esf
uer
zo mayorparalos pi
es en l
os dí
as de
Pisci
stendráconsecuenciasmásper j
udi
cial
esqueenot r
osdías.
Si bien es ci er
to que l os días de Pisci
s af ect
an a una par t
e r e-
l
ativamente pequeña del cuerpo (l
os pi
es y l os dedos de l
os pi
es), de
hechoestazonaesmáscompl i
cadadeloqueparece.
Todol oqueus tedi ngieraen est osdíast
endráun ef ect
omuchomásf uertedelo
normal .
..sea nicotina,al cohol,ali
mentos o medicamentos.Una celebraci
ón en
Pisci
senl aquet odosl osi nvi
tadosconsumenl acant i
dadhabitualdevinopuede
transfor
mar seenunsucesodel omásextraño,comosepodr áv erporlacant i
dad
deoj oshinchadosydol oresdecabez aqueapar eceránaldíasi
guiente.
Nosesabecon cer t
ezaaquésedebees to.Quiz áaqueen l ospiessehal lan l
os
puntos finales det odos losmer idianos delcuerpo,ya quepr ácticamente cada
zona,cada ór gano,puede r ecibir un estímulo pr event
ivo,paliati
vo o curati
vo
medi antel aexcitación dede termi nadospunt osen l ospies.A es t
at écni
ca sela
ll
ama r eflexot
erapia,y consul tarcon un exper t o en la materi
a será haceruna
verdadera obr a decar i
dad par a con uno mi smo.En l a página 152 hablaremos
conmásde tal
lesobr ees t
o.Det odosmodos,r eiteramosquel osdíasdePi scisson
ideal
espar aaplicarestat écni
ca.
EnPi sci
ssepuedent ratarconbuenaspr obabi l
idadesdeéxi t
olasver rugasenl os
pies.(No obstante,¡ no se somet a a ninguna i ntervenci
ón en estos dí as!
)Es
impresci
ndible,sin embar go,quehagat odol oposi bl
epar aqueelt ratami entose
reali
ceen cuar t
omenguant e.Con cuar to crecient
epuedesuceder l
equet rasla
curaapar ez
candepr ontocincoverrugasenl ugardet res.Ynol oolvide,enes t
os
díasen especial
,qui en sufrader eumat i
smonodebesacaraai r
earsu r opaal a
ventanaoalbal cón,por quequedar áimpr egnadaporl ahumedad( sobr et odolos
edredonesdepl umas) .
Cal
los/dur
ezas
Ningún i ndi
viduo está l ibre de l a cól era, el dol or y l a t ris
tez
a,
o de pensami entos r encorosos cuando suf re una desgr acia o un
agravio. Sólo que: ¿Cómo l o manej o? ¿Adqui ero y acumul o l as ex-
periencias negati
vas has ta que me ahogan, has ta que obser vo el
presente, a pesar de que sea l o más sat isf
actori
o, a t rav
és de unos
lentes negros? ¿O l as acept o como l o que son: exper i
encias que me
mues tran algo sobr e mí , que me per miten apr ender y cr ecer
, y de
las que me despi do sin ar repenti
mi ento y sent i
mientos de v enganza
paraabr i
rmealnuev odí
a?Lael ecciónesnues tra.
Quépuedehacer se:A veces,loscall
ossonunsi gnodel aexistenciadez onasde
perturbación odeun f oco inf
eccioso en l
osdientes.Quien conoz ca a f
ondo l
as
zonas reflej
as de l
os pies,puede leer,poreles tado de l
as callosi
dades en l
as
plantasoen l osdedos,quépar t
edelcuer po,oquéór ganoestápar t
icul
armente
afect
ado.
Apli
qúese elpar
che par
a cal
los con cuarto menguant
e en Acuar
ioyr e
tírel
o
despuésdelosdí
asdePisci
squelesiguen( despuésdeunoscuatrooci
ncodí as).
Parapreveni
rdol
oresenlospi
esycal l
os,eviteest
renarz
apatosenCapricorni
oo
enAcuar i
o.
Ver
rugasespi
nosas
La i
nvi
tación mentalal asverrugasespi
nosas:«
¡Todosehaidoapi
que!Mi
re
dondemir
e,nov eoningunaperspecti
vadeunfutur
opr ome
tedor
».
Has taaquíelci
clodelasinfluenciasdel osr i
tmoslunar es.Quienlehayasegui do
lospasospocoapocoen su pr opiocuer po,aun sin contarcon un calendari
oy
observado por símismo,ya no t endrá que andar más con cui dado. En el
transcurso de un mes se le puede dar alcuer po,de l a cabezaal os pies,
exactament el
oquenecesi t
a ypr es t
arespecialatención a l
asz onasdelcuer po
quesehal lenbajoal
gunainfluenci a.Unapr ácti
caf áci
lenar moníaconl osrit
mos
del aluna:Ari
es,noesfor
zardemasi adolacabeza;Taur o,nosali
rsinunechar pe
en los dí
as f
rescos niper mit
iruna i
nter
venci
ón en l
a muela delj
uici
o;y así
sucesi
vamentehas taPiscis,elmej
ormoment opar
at omarbañosdepiesydar se
masajesenlasz onasreflej
asdelospi
es.
Unapal abramássobr eelt rasladodel ospr eceptosdel osr itmoslunar esal avida
cotidi
ana.Cont i
nuament e nos encont r
amos con per sonas que han hecho del
mi edol aesenci adesu vi da.Son és t
asl asquedespuésdel eerestelibr o,en Leo
yanoseat reven siquieraaasomarl acabez afuer adecasa,pormi edoasome t
er
aun gr an esf
uer zoalcor az ón yal aci r
culación.Tambi én lashayquesedi cen a
sími smas:« ¡Ot r
av ezal goal oquedebosuj etarmepar all
evarmicuer poabuen
término! ».Qui en piense así ,no nos ha compr endido.Cl aro que nosot ros no
podemosi mpedirquel asper sonasmanej en es t
osconoci mi entosdemaner atan
fanáticacomoqui eran.Si n embar go,ésanoesr az
ón suficienteparaquenol os
demosaconocer ,comoal gunasv ecessenoshai nsi
nuado.Anadi esel eocur ri
r í
a
prohibirl a sal,por que tomada en gr an cant idad puede mat ara una per sona.
Nadi e prohíbe un cuchi l
lo de cocina,por que pueda sef vira ot ros fines menos
inocent es.
Enl aspáginassiguientesqui
siér
amosdar leaconocermuchasot rasexperienci
as
ynor maspar aestarsanoporelpr opi
oesfuerzo.Yaseapor quehubieranexcedido
elmar codeunodel osmuchoscapí t
ulosdellibro,opor quetr
atan un temaque
bien merece un apar t
ado propi
o.Tambi én ell
as se basan en observaci
ones y
experi
enciasdemuchosaños,comoenunasabi duríatransmi
tidaypr obada,que
enlapr áct
icadiariahamos tr
adoquesi guetanvi gentecomosiempre.
Gananci
aporl
apér
dida:l
asangr
ía
Que nues t
r a sangr e es una savi a muy especi al no l o sabemos sól o
desde que l os manual es de medi cina descr ibier
on sus pr opi
eda-
des. Desde el t r anspor te de oxígeno y de sus tancias nut rientes, pa-
sando por l a t ransmi sión de i nfor
maci ón a t ravés de l as hor monas,
has ta la desi ntoxicación, r eali
za una mul ti
pli
cidad de t areas mar a-
vil
losas par a conser var l a vida. Tal vez esta mul t
ipl
ici
dad sea uno de
los mot i
vos por l os que su vi st
a, bien en una her ida abiert
a o en una
películ
a de t error,a v eces haga que nos cor ra una cor ri
ente f ría por
la espalda y que mos tremos respeto, casi en exceso, ant e es t
e fluido
tan especial. Tant o respet o que la mayor ía de las madr es echan mano
deunespar adrapoencuant ounniñosehaceunapequeñaher i
da.
La sangr í
a bi en hecha es una pér dida de sangr e pr emedi tada.
Con un bi st
ur í especial o con una aguj a para v enas, un t erapeut a
hace una pequeña her i
da en una v ena del hombr e o del ani mal de
la que puede fluirli
br ement
el a sangr
e.( En elhombre por lo generalen l a
curvat
ur a del br azo.
) Después de un determinado tiempo,
dependiendo de l a cant i
dad o el color de la sangre, se da por t ermi-
nada l a sangr ía. ¿Por qué es te mé todo tan acreditado no se ense-
ñaenni ngunaf acult
addemedi ci
nacomomaner aváli
dadecur ar?
A veces sucede que un conoci miento de miles de años en el campo
de la ciencia médica se ol
vida y que, ant e su r edescubr
imi
ent
o, de-
bemos inventar una nueva palabra para descri
bir
lo.
.. como es el caso,
porej
empl o,delbi
orr
itmohumano( véaselapági
na224).
Es t
e mé t
odo de cur ación ut i
li
zado desde hace mi les de años se
consi dera hoy , en el mej or de l os casos, una cur iosidad del cur ande-
ri
smo medi eval
. ¿Por qué es te cambi o de opi nión? Sól o podemos
sospechar l os mot i
vos. Si n embar go, es segur o que uno de l os pr i
n-
cipales es que t ampoco en es to se sabe —como en el caso de l os rit-
mos de l al una— por qué f unciona tan bi en. ¿Por qué un par de got as
de sangr e (casi si empr e i r
nos 100 mi li
lit
ros, una qui nt
a par te de l a
cant i
dad que se ext rae en una donaci ón de sangr e) deber ía surtir un
efecto t an cont undent e, un ef ecto que no se puede expl icar ni físi
ca
ni quí micament e? A deci r v erdad, nosot ros t enemos al gunas sospe-
chas por l o que se r efiere al mecanismo i nt er no de su acci ón, pero no
quer emos ent retenemos con especul aciones. En l ugar de eso, us t
ed
deber ía responder se a sí mi smo nues tr
a pr egunta: ¿Por qué deber ía-
mos r enunciar a est e val i
oso enr i
quecimi ent o de nues tros mé t
odos
cur ativ
os sól o por el hecho de desconocer t odavía l a respues t
a? Lo
quenues traexper ienciademues t
raesquees temé todof unci ona.
Otro mot i
vo para que se haya r enunciado a l a pr áct
ica de l a
sangr í
a es que se la ut il
izar
a muchas v eces como úl timo recurso, es
decir
, cuando ya er a evidente que l a persona estaba al bor de de l a
muer te. De hecho, era de t al magnitud l a experiencia posit
iva en
rel
ación con l
assangr
ías,quesenci l
lamenteser azonaba:silasangr í
atampoco
ayuda, ent onces no hay nada más que hacer
. Segur a-
ment e, médicos muy ansi osos o par i
entes angus ti
ados debi eron de
excederse a menudo en medi o de su páni co, haciendo sangr ar al
paciente reit
eradas veces, sin observar los pri
ncipios y l
as regl
as de
la sangr í
a que, como v er
emos más adel ant
e, son de una i mportan-
cia medul ar para su ef ect
o. Per
o por ot ra parte, en un caso de ur-
gencia,¿quiénpregunt
asieselmoment oidóneoono?
Has t
a no hace mucho, t odavía exi s
t í
an al gunos t ext
os escr i
tos
en latín, es deci r, en l
al engua de l aI glesia, sobrel af or ma idónea de
practi
car una sangr í
a. Con es ta suj eci
ón al l atí
n, l o que l a I gl
esia
perseguía ant iguament e er a pr oteger baj o su mant o l os conocimi en-
tos oficial
es sobr e el arte de cur ar y, en ej er
cicio de su poder absol u-
to, per mitir que sól o de termi nadas par t
es de el l
os l legaran a l as
grandes mayor ías. Ya sea por que se j uzgaba que el puebl o no t enía
todavía l a suficiente madur ez, o por que el saber er a demasi ado pe-
li
groso...paralasper sonasopar alasubsi stenciadel aI glesia.
Igual de conveni
ente será cuando se t r
ate de descont
ami
nar el
cuerpo.Enl
apágina293encont
rar
álasconexi
onesexact
as.
Lapr
áct
icadel
asangr
ía
El efect
o f
avorabl
e de l a sangr
ía depende en gran medi da de que se
real
ice en el moment o idóneo y de observar algunas r egl
as básicas.
Por esta razón, qui siér
amos poner el mayor énf asi
s en encar ecer-
l
e, como paci ente, que obser ve usted mismo es tas r eglas, y como
médicoocuranderoquel ascumpla:
• Laregl
amási mport
ante:¡Lasangredebefluirli
brementedelasvenas!No
hayqueext raerl
aniobs t
aculi
zarlaen su sal
ida.Silasangrí
asepr acti
ca
en unav enadel acurvat
ur adelbrazo,habráqueceñi relbrazocon una
goma,comosehaceenunaext racci
ónnormaldesangr e.
• Lacanti
daddesangreextr
aídapuedeserdeent re80y150mi l
il
it
ros(más
omenosun t ar
rodeyogurl l
eno).Siobser
vaun liger
ocambiodecoloren
la sangr
e..
. dé por t
erminada la sangrí
a, i
ndependi
ent
ement e de l
a
canti
daddesangrequehayasalido.
• Lasangrí
adeberí
ar eal
izarseen ayunas.Si
n embar
go,l
ahor
aen quese
pract
iquecar
ecedeimport anci
a.
• Para la pr evenci
ón y desintoxicación general
,l a sangr í
a debería
practi
carse como máxi mo una v
ezalaño ( a serposibl
e en primaver
a)y
entrelostreintayci ncoylossetentaysi eteañosdeedad.Sielpaci ente
estáenfermooset r
atadeunaur gencia,seconsideran edadeslí
miteslos
veint
iochoyl osochentaycuatroaños.
• Porúl t
imo,l a at
mósfera que se respir
a dur antel
a sangr í
a es de vi
tal
importancia.Debería ser di
stendida y plácida.Hay que per mit
irl
ea l a
sangreabandonarelcuer poyl l
evarseconsi goloqueunoqui ereeli
minar.
Ninguna pr esión, ni
nguna obl i
gación, ni nguna agi
tación, nada de
expect
ativasencubiert
as.
Los médi
cos y t
erapeut
as exper
iment
ados en sangr
ías saben en
qué l ugares del cuerpo se encuent ran las v enas más apr opi
adas
para pr acti
car una sangr ía. En general
, son apt as l as mismas ve-
nas del br azo que se usan par a la ext
racción o donaci ón normal de
sangre. Si la sangrí
a tiene por objeto la prevención, habrá que usar
elbrazoderechoenloshombr es,yeli
zquier
doenl asmuj eres.
Elmoment
oidóneo
Par
apoderl
levarl
acuent
a,eldí
adel
unanuevasecal
cul
aasí
:
Silaúlt
imalunanuevaent
róant
esdel
as12.
00(
13.
00env
erano)
,eldí
adel
una
nuevasecuent
a
comodí
a1,elsi
gui
ent
ecomodí
a2,yasísucesi
vament
e.
Cuando l
a úl
ti
ma l
una nueva ha ent
rado después de
l
as 12. 00 (13.
00 en v er
ano), el dí
a de l una nueva cuen-
t
a como dí a 0, el si
guient
e como día 1, el que si gue a
ést
ecomodí
a2,yasísucesi
vament
e.
Ej
empl
o:
sábado 13-11-1993, luna nueva a las 22.35 = día 0, domingo 14-11-1993 = día 1.
¡I
mportante!Algunasv ecescompr obar
áqueeldía30 yelsi
guientedíadeluna
nuevacoinciden.Cuandoen es t
edí al
alunanuevaentr
aantesdel as12.
00,el
día30quedael iminado,comoqui endice,ycuent
aent
oncesotr
av ezcomodía1.
Enotraspalabras:
¡
lacuent
aempi
ezasi
empr
econl
unanueva!
Auncuandol
ahoradeent
radadelalunanuevaestémuycercadelas12.
00,no
cambi
aennadal
avali
dezdelosdat
ossigui
ent
essobreelef
ect
odelasangr
ía.
Ej
empl
o:
l
unanuevaal
as11.
58=dí
a1;l
unanuevaal
as12.
02=dí
a0.
Si usted ya ha de ter
mi nado el dí a 1 de acuer do con estas indi
-
caci
ones, ahora puede l eer en la tabla cr
onológi
ca de la página 116
qué días después de la ent rada de luna nueva son los más adecua-
dos para reali
zar una sangr ía. Det
rás de algunos de los dí
as se in-
dica entr
e par ént
esi
s par a qué es especialmente buena una sangr í
a
enesedía.
Tabl
acr
onol
ógi
capar
alasangr
ía
Dí
a 1 malo
Dí
a 2 malo
Dí
a 3 malo
Dí
a 4 muymalo
Dí
a 5 malo
Dí
a 6 bueno (acti
vidadrenal)
Dí
a 7 malo
Dí
a 8 malo
Dí
a 9 malo
Dí
a 10 malo
Dí
a 11 bueno (anorexia)
Dí
a 12 bueno (parat odoelcuerpo)
Dí
a 13 malo
Dí
a 14 malo
Dí
a 15 bueno (anorexia)
Dí
a 16 muymalo
Dí
a 17 muybueno(¡
cont arconexactitud!
)
Dí
a 18 bueno (parat odoelcuerpo)
Dí
a 19 malo
Dí
a 20 malo
Dí
a 21 bueno (parat odoelcuerpo)
Dí
a 22 muybueno
Dí
a 23 bueno (paraelesqueletoyencasosde
esclerosismúlti
pleyr eumat
ismo)
Dí
a 24 bueno (paral ospulmonesyencasosdeasma)
Dí
a 25 bueno
Dí
a 26 bueno (encasosdehi pertensiónar
teri
al
ofiebre)
Dí
a 27 muymalo
Dí
a 28 bueno
Dí
a 29 malo
Dí
a 30 malo
Dí
asmal
osenelt
ranscur
sodelaño
Mes Dí
a
Enero 234 18
Febrero 368 16
Marzo 131415 29
Abril 19
Mayo 31022 25
Junio 17(muymal
o) 30
Juli
o 192228
Agosto 1(muymal
o) 17212229
Septiembr
e 212223 2425262728
Octubre 3611
Noviembre 12
Par
alapi
elyelcabel
lo
y ci rcul atori
os pueden v erse en l a super fici
e de nues tr
o cuer po. El
trastorno sobr e la pi el nos cont empl a como si l o hi ci
era a t rav és de
una v ent ana. No hay un sol o grano que unos oj os av ezados ( como l os
de un acupunt or) no sepan i denti
ficar
, por el l ugar en que sal e, como
excrecenci a de un ór gano que se es tá desi ntoxicando por es ta ví a. Si
us t
ed padece de pr oblemas de l a pi el , comunes en l a act ual idad a
muchas per sonas, lo pr i
mer o que t iene hacer es i nvestigar l as v er-
dader as causas que se esconden muy por debaj o del ni vel de l a piel
y t ratar l
as. Las expl i
caci ones ci entíficas no son i mpor t
ant es par a
el médi co nat uri
sta. Par a él l o i
mpor tante es saber si l a l esión de l a
piel pr ocede de f uera ( causada por ej emplo por par ásitos) o de den-
tro. Ent onces, de i gual maner a que se t ratar
ían l as al teraciones de
la pi el, debe t r
atarse el mal de f ondo. Las cur as de desi ntoxi caci
ón
como t rat amient
o adi cional ( véase l a pági na 148) , pueden hur t
arle
terrenoaungr annúmer odet ras
tornosdel apiel.
Tr
ast
ornosyenf
ermedadesdel
api
el
Abscesos
Un absceso ir
rumpe a v eces como un pequeño vol
cán y nos habla
de una sensación de vulner
abil
idad y humil
laci
ón que nos negamos
aadmit
irantenosot
rosmi
smos.
Las hoj as de f ár
fara son muy eficaces par a el trat
ami ent
o de
abscesos. Lo ideal es r ecoger
las en cuar t
o menguante y dej arlas
secar en cuar t
o creci ente. Póngalas dent r
o de una ol l
a esmal t ada,
vier
ta apenas un poco de agua sobr e el
las, hi
erva l
a mezcl
a y déj e-
lareposar
.Incl
usoessuficienteconr ehogar
lasalvapor
.
Disponga l
as hoj as todo l o cal i
ent
es que pueda, per o sin quemar-
se, sobr
e el absceso, y repita el pr
ocedimient
o teni
endo en cuent
a su
tol
eranci
a al calor
. Deje r eposar la apli
caci
ón entre dos y tr
es hor
as
o, como prefier
en algunos, dur ante toda la noche. No hay que ol
vi-
dar que en cuarto menguante el absceso se abrirá con mayor faci
-
l
idad y se curar
á mucho más r ápi
do. Par
a f av
orecer la ci
cat
riz
aci
ón,
dej
edeali
ñarsuscomidasconvinagr
edur ant
eunt i
empo.
Acné
El acné apar
ece con f recuencia en los niños y adolescentes durant
e
l
a pubertad, muchas v eces como r esul
tado de no sent i
rse acept
ados
ynopodermantenerelcontroldelasnuevassensaci
onesf
ísi
cas.Es t
o
no es nada extr
año, cuando los propi
os adul
tos l
es mues tr
an lo poco
que el
los mismos han sabido darse maña con las cosas natur
ales del
mundo,conelcuerpoyl
asexualidad.
Al
ergi
as
Los al érgi
cos sal dr
án beneficiados con l a lect ura del pr óximo
capítulo sobre alimentaci
ón sana, ya que un al iment o que pr oduce
alergi
a no l o hace todos los dí
as con la misma fuer z
a. Si consult
a el
calendario lunar podr á saber rápidament
e qué i nfluenci
a ej er
cerá la
propiedad nut r
iti
va del día y con qué f uer
za actuar á una sus t
ancia
desencadenant
edeal
ergi
asegúnseconsumaundí
auot
ro.
Los col or
antes de l as pr endas de v es
tir actúan muchas v eces
como desencadenant es de l as aler
gias; también l os product os an-
ti
parasi
tari
os de l as plant as, los me tal
es pesados, al rededor de
3.000 mat er
iales de constr ucci
ón y , por úl t
imo, los resi
duos de j a-
bones y de tergent
es. Establezca unas paut as: l
av e bien t odas las
prendasnuevasant esdeusarlas,aserposibleencuartomenguan-
te. En est os dí
as la ropa queda más l i
mpi a, los detergent
es se pue-
den el i
mi nar casi por completo con el acl arado de l as prendas, y
l
a suci edad se desprende con mayor f aci
li
dad ( sobre todo en l os dí
as
de Acuar io y, mejor aún, en l os de Piscis, aunque t ambién en los
días de Escor pio y Cáncer )
. La l una cr eciente favorece una mayor
producción de espuma y per mi te que queden gr andes cant i
dades de
deter
genteenl aprendaquesehal avado.
Er
upci
onescut
áneas
Ampol
lasdefiebr
e(Her
pessi
mpl
ex)
Las ampol l
as de fiebre se f or
man a v eces como r eacción a l os sen-
timient
os de cól er
a y por el mi edo a r econocer l
os. Muchas pueden
haber si do l as causas desencadenant es: de terminados al i
mentos
(col
orantes, conservantes), me t
ales de l os cubi ertos, l os bor des de
copas usadas, demasi ado sol, e tcé
tera. Consi dérelo us t
ed mi smo:
¿qué hi zo, pensó o sint i
ó poco antes de l a apar ición de l as ampollas
de fiebre? Muchas v eces, con un poco de t rabajo de tecti
vesco, se le
puedesegui
relr
ast
roalf
act
ordesencadenant
e.
La Rescue Cr eam de l a t er
apia flor
al de Bach puede pr est
arle
un buen servi
cio si se apl i
ca t an pr
onto como se obser
van l
as pr i
-
meras señal
es. También l a t er
apia y l a acupunt
ura de los col
ores
handadopruebadesereficaces.
Pr
uri
to
Es t
a mol est
ia suel
e apar ecer si n cambi os visi
bles en l a piel y en
algunos casos es si gno de l a exi stenci
a de una enf ermedad hepát i-
ca, agot amient
o ner vioso o debi l
idad seni l. En gener al
, la comez ón
en l a piel es una señal que pr oduce el cuer po cuando quier
e desem-
barazarse de agent es mol est
os, de r adi
aci
ones o pensami ent
os
negativ
os. Así pues, en es te caso, l a el i
minación de l a v er
dadera
causapr ofundadeber
íaconvertir
set ambi énenunapr i
or i
dad.
Hongos
Los hongos en la pi
el,en los pi
es y en l
as uñas de las manos en todas
sus f or
mas, encuent ran un campo abonado en aquel l
as per sonas
que se r esi
sten a liberar
se de ideas superadas. Fl
orecen en el pen-
samiento con l a nostal
gia de los tiempos pasados, con el apego al
ayer
,conelmi edoanteelcambio.
Las baños y l avados con agua sal ada son un r emedio muy eficaz
contra hongos per si
stentes de pi el y de pi es. Sin embar go, sólo en
cuar t
o menguant e. Tambi én l o son l as f ri
egas con al cohol o con hi er-
bas de Sueci a (siempr e en cuar t
o cr eciente)
. Para l os hongos de l as
uñas, si ga l os pasos si gui
ent es: Arréglese l as uñas ( cortar y l imar)
siempr e en vi ernes ( ¡
también si es t
án sanas! ). Acto segui do, empa-
pe un bas t
onci l
lo de al godón con t ónico de hi erbas de Sueci a o de
fr
ut as y humedez ca con él el l echo ungul ar y l as líneas ent r
e los
bordes de l as uñas y l as cutículas. El tónico de hi er
bas de Sueci at i
ñe
demar rónloslugar eshumedeci dos.Noquedaboni to,peroeseficaz
.
Neur
oder
mit
is
La neur odermit
is af
ecta sobr e todo a los niños que es tán bajo pr e-
sión, y en especial
,a l os que se hal l
an baj o la presi
ón t áci
ta que
ejercen algunos padr es, que de puer t
as af uera afirman que no
exigendemasiadoasuhi jos,ydepuer t
asadentrol
esdemandancons tant
ement e
un mayor r
endi mi
ento o deposi
tan expectat
ivas
exageradasenell
os.
Para al i
viar este trast
orno de l a pi el quisiér
amos r evel
arl
e una
viej
a r ecet
a muy eficaz, aun a r iesgo de que cuando l a lea tal vez
arquee l as cejas con incredulidad: moj e l as partes af
ectadas de l a
piel con la orina de un niño que t odavía no haya cumplido dos años.
Si no l a t i
ene a su disposici
ón, su pr opi
a or i
na surti
rá casi el mis-
mo ef ecto. Este remedi
o tambi én es excel ent
e par a l
a psor i
asi
s y el
zóster
.
Lea t ambi
én el capí t
ulo sobr
e « La cienci
a del l ugar bueno» ( pá-
gina 293) y tómese muy en ser i
o los consej
os que allí se l
e ofr
ecen
como r emedi
o cont ra los malos lugar
es. Muchas per sonas aqueja-
das de neur odermit
is duermen o t r
abajan en zonas de t ur
bul
encias.
Si se trat
a de l actant
es o de niños pequeños, pr
uebe a cambi ar l o
másr ápi
doposiblel
acamadesi t
io.
Ver
rugas
La savi a de l a cel i
donia —cr ece casi en t odas par tes, t ambién
en l as ciudades— es un r emedio pr obado y sumament e eficaz con-
tra las v err
ugas. Empi ece el tratamiento con est a planta el dí a de
luna llena, fr
otando con ella la verr
uga t odos los días. Basta con que
arranque una hoj a con l a mano: l a savi a t
iene un col or anar anj
a-
do y br ot
a del t al
lo quebrado. Continúe el tratamiento hasta l a luna
nueva, aunque l a ver
r uga haya desapar
eci
do. Tenga cui
dado de no
manchar se la ropa: las manchas de savi a de celi
doni
a son muy
di
fí
cilesdeeli
minar
.
Ul
cer
aspordecúbi
to
Dos r emedi
os muy ant iguos que no han per di
do nada de su efica-
cia se prestan muy bi en como mé todos pr
eventi
vos contr
a las úlce-
ras por decúbito: ponga debajo de la cama una pal angana de agua
con un huev o f r
esco dentro. O use como sábana bajera una pi
el de
venado.Losresul
tadoshablaránporsísol
os.
Cui
dadodel
api
elydelcuer
po
Li
mpi
ezapr
ofundadelcut
is
Lo mej or es r eal
izarl
a en cuar to menguant e, sobre t odo si son ne-
cesar ias pequeñas i ntervenci
ones cont ra asper ez as, espi nil
las y
otras cosas por el es t i
lo, ya que en es tos días casi nunca se f or man
cicatrices. Hay un gr an sur ti
do de pr oductos de l impieza del cut is,
pero si opt a por l as hi erbas, debe deci dir qué ef ecto concreto qui e-
re al canzar. Ant ii
nflamat orio: consuel da, f árfar
a, e t
cé t
era; as t
rin-
gente: or égano, fárfar
a, e t
c. A par tir de l a página 202 encont rar á
más i nformación sobr e l as pr opiedades de l as di f
erentes hi erbas.
Por ot ra par t
e, si lo que qui ere es que se adhi eran a l a piel de t
er -
mi nadassus tanci
as,comol asquecont ienen l
ascr emasvitami nadas,lascr emas
repar adoras y l
as humect antes, l
a f
ase de cuar to
crecient e será la mej or par a ello. Si además qui er e pr est
ar atenci ón
al z odíaco, no deberí
a desaprovechar los días de Capr
icor
nio. Son
apropiados para cualquier cl
ase de t ratami
ento par
a el cuidado de
lapiel.
A l os inst
itutos de cosmét
ica les serí
a muy f ácil comprobar la
difer
encia entre cuart
o menguante y cuar t
o creci
ente: de las int
er-
venciones reali
zadas en cuarto menguant
e, por ejemplo, no quedan
cicatri
ces(
¡ymenosdurantel
osdíasdeCapri
cor
nio!)
.
Y t odavía un br eve pár rafo par a dar por acabado el t ema del
cuidado de l a pi el: hace poco t iempo, una i mpor t
ant e empr esa es-
tadounidense de cosmé ticos l l
evó a cabo una i nves ti
gaci
ón par a
determinar, ent re di fer
ent es cat egor í
as pr of
esional
es de muj eres,
cuáles t enían mej or el cut is. Dado que f uer
on l as monj as de un
conv ent
o l as que se l l
evar on l a pal ma por un ampl i
o mar gen de
dif
erencia, el r esultado de l a i nvestigaci
ón no se di o nunca a cono-
cer. ¿Por qué? Pues por que es t
as muj er
es no usan ni ngún pr oduc-
to par a el cui dado de l a pi el
. Nat uralment e, nosotros no quer emos
pasarporal to que ese pr i
merpues to se debe t ambién a otros mot i
v os:es t
as
muj eres siguen un régimen ali
ment icio más sano, y su
cuti
s, por ot
ra par
te, no est
á expuest
o conti
nuament
e a l as f
atigas
de la vi
da de l
a ci
udad ni de l
a vi
da al ai
rel i
bre(¡
demasi
ada radia-
ci
ónsolar!
).
Cui
dadodelcabel
lo
Qui en esté at
ento y se dedique al cuidado de su cabel l
o en el mo-
ment o idóneo podr á ahorrarse muchos pr obl
emas con el pr inci
pal
ornamento de su cabez a. Se harán innecesarios los productos espe-
cial
es, regener
adores del pelo y contra l a caspa; el cabell
o fino se
volv
erámásconsi st
ente,nohabráelmenorpeligr
odecal vi
cie.
Vaya var i
as v eces a l a peluquer ía los días de Leo y obser ve qué
sucede. (Es t
e consejo es i nteresante sobre t odo par a los hombr es.
)
Las per manent es, en cambi o, es mej or r ealizar
las en l os dí as de
Virgo porque el cabel l
o se ensor ti
jar
ía demasi ado en Leo. De t odos
modos, qui en no t enga ni ngún pr obl
ema con su pel o deberí
a hacér -
selo cortar en Vi r
go, por que t anto el cor t
e como el es til
o dur an
mucho más t iempo. Si us ted no puede pr estar atenci
ón a l a f echa
idónea, por l o menos deber í
a r enunciar al cor te y al l avado del
cabell
oenl osdíasdePi sci
syCáncer .
Con or t
iga también se consi guen los mi smos r esultados. Recoj
a
l
as hojas con cuar to creci
ente y desenti
err
e l as r aíces con cuar t
o
menguant
e. Ponga en un f r
asco o bien cuel
e en agua l as hojas si
n
l
avar y l
as raí
ces cepi
ll
adas a fondo (
es más fáci
l si se hace en cuar t
o
menguant
e).
Ya se tr
ate de orti
gas o de hoj
as de abedul, en alcohol
, coci
das
o sumer
gidas en agua.
..
,la mejor ayuda ser
á siempr
e l a que más
agr
adeasussent
idos.
Cui
dadodel
asuñas
El moment o más apr opiado par a dedi carse al cui dado de l as uñas
de pi es y manos ( cortar y l i
mar ) es el vi er nes después de l a pues ta
del sol . Si por alguna r az ón se l e pasa, no l o deje para el sábado: es
el dí a más desf avorable par a es te pr opósi to. Cuando se cor tan o
li
man en vi ernes, las uñas de manos y pi es se ponen más dur as y
resis
tent es y no se qui ebr an con f acili
dad. Es to hace innecesari
os l os
product os par a endur ecerlas, ya que con el los sólo se at aca el sínto-
ma y no l a causa. En gener al,los dí as de Capr i
cornio son favorables
para t odas l as medi das que se t omen con r especto al cuidado de l as
uñas. ( Además, l a obser vaci
ón es t
ricta del « momento i dóneo» v ela
tambi én por una dent adur a sana. ) Le r ecomendamos l amer de v ez
en cuando el pol vill
o que se pr oduce después de haber las limado
(¡
siempr e que no est én esmal t
adas!). Act úa como r emedio homeopá-
ti
copr eventiv
ocont raungr annúmer odeachaques.
Corregi
r o cor t
ar uñas encamadas deber ía hacer se si empre en
cuarto creciente. Si l
o hace en cuar t
o menguant e, volv
erán a cr e-
cer mal una y ot ravez, a no ser que se deci
da por la ext
irpaci
ón t
otal
de l a uña: es t
a pequeña i nt
er venci
ón tendr
á mayor éxi to en cuar -
tomenguant e.(Evit
arentodoloposiblelosdí
asdePisci
s.)
For
masdet
erapi
a:delmovi
mient
oal
ahomeopat
ía
En es te capí tul
o se habl ar
á sobre las f ormas de t erapia más efica-
ces y de mayor éxi t
o, que en par te tambi én pueden sacar pr ov echo
del conocimi ento de l os r it
mos l unares. Cuando no se mani fiest
e
ninguna r elación con l os r it
mos, nos l i
mitaremos a descr i
bir br ev
e-
mente el mé todo, tal como l o hemos deduci do a través de su sent i-
do y su val or. Los «moment os i
dóneos» par a las respect
ivas formas
de t er
apia se encont rar án en el apar t
ado Vi aj
e a t ravés del cuer po
(capí
tuloanterior)
.
No obs t
ant e, no vamos a emi t
ir ni ngún j ui cio compar ativo
sobr e los benefici os de l as t erapi as aquí expues tas, ya que es us ted,
en úl t
ima i ns t
anci a, qui en debe deci di
r si t i
enen sent i
do, de acuer do
con su i nformaci ón, sus punt os de vi sta y su pr opi
o ol fato. Y se t rate
de i mposi ción de manos, de t erapia de oxi genación gr adual según
el pr ofesor Ful ano, de masaj es, qui roterapia o t rabajo cor por al
«Feldenkr ais», de peni cil
ina o t erapia con flor es de Bach. .. o de
innumer ables f ormas de t erapi a, par a un mi smo t r as torno o enf er-
medad, cada una se di fer enci a de l a ot ra, con mayor o menor f un-
dament o, en el mat erial empl eado, i nversión de t iempo, cos t
e, ob-
jeti
v o de l a t erapia, fil osof í
a, y en muchas ot r
as cosas más. A
menudo t ambi én en l a v ehemenci a con que se asegur a que es l a
úni ca posi ble par a la cur ación. Per o t odas es tas di ferencias no t i
e-
nen l a menor i mpor tanci a, no sól o por l o que se r efierea l a est
adí s-
tica sobr e l os éxi t
os cur ativos, si no t ambi én en l o t ocant e al r eco-
noci mient o que reciben por l a medi cina «oficial». Ni nguna
es t
adística del mundo si rve par a un caso par ticular..
. y ése es si em-
pr e su caso. Por ot ra par te, numer osos mé todos que par a us ted
pueden ser cur ativ
os no encuent ran el r econoci mient o de l a medi -
cinaofici al.
Conocemos ment al i
stas y adi vinos a l os que r ecurren numer o-
sos médi cos di pl omados. .
. ¡ si empr e de noche! La « i
magen» que l a
per sona qui ere sal var a cual qui er pr eci
o y l a maní a de buscar pr ue-
bas, son sí ntomas de l a peor de l as enf ermedades que j amás haya
az otado a l a t i
er ra: l a enf ermedad del or gull
o per sonal . Cuánt as
veces no ha ocur rido que un pr oducto de r eciente desar rol
lo, un
nuev o medi cament o, una amal gama, e tc.
, se ha demos trado des-
pués de años de uso que es per j
udi ci
al. Pues bi en, el daño mat eri
al
der ivado de ese pr oducto es muchí si
mo más gr ande a par tir del
moment o en que l os « cír culos pr i
vil
egi ados» ( fabri
cant es, ci ent
ífi-
cos) conocen, o sospechan, sus ef ectos. Y es to es así por una senci -
lla r azón: en l o sucesi vo, l a f abr icación, di f
usión y ut i
liz
aci ón de ese
pr oducto ya no i rán acompañadas de pensami entos l lenos de con-
fianz a sino de pensami ent os l lenos de angus ti
a. Los mi ll
ones de em-
pas tes de amal gamas que t odaví a hoy se col ocan di ar i
ament e en
todo el mundo, ahor a env enenan mucho más el cuer po que ant es,
por que hoy l os dent ist
as son consci entes de su car ácter nocivo.
(Véase t ambi én l a pági na 161. )Per o nunca se deber ía haber l l
egado a esto,
cuando no se i mpidi eron las consecuenci as i nevitables por
or gullo per sonal ( o por mi edo a l as denunci as por daños y per j
ui -
cios) . «Nos hemos equi vocado, el pr oduct o es per judicial a l argo
pl azo.Porfavor ,nol osi ganempl eando. »
Es t
e ej emplo se puede t rasl
adar a i nfini
dad de casos: desde el
celi
bato y l os aerosoles has ta l as r adiaciones pr oducidas por l as
pantall
as. ¡Es que l a f al
ibil
idad es t an humana, t an nat ural, y es tá
tan firmement e anclada en nues tra nat ur al
eza! Si n rodeos ni cal l
e-
jones sin sal i
da no hay apr endizaje. ¿Qué pl acer encuent ro, a l argo
plazo, en al go que domi no « a l a per fecci
ón»? ¿Qué ef ecto posi t
ivo
emana de una per sona que l e hace sentira t odos que «lo sabe y lo puede
todo»? A v eces, l
a úni ca posi bil
idad de cur ación para l a enf ermedad
del orgullo es perder t ot
al mente l a imagen y vi vi
r la exper iencia de
que, a pesar de l afalt
a de i magen, t odavía hay per sonas que t e acep-
tanyt equieren.
Conf í
e en su ol fat o y t enga el val or de di st
ingui r lo mal o ( el
veneno) de l o bueno, f í
sico, ment al y psí quico, sin esper ar pr uebas.
Sólo así podr á vi vir si n i nt
oxi carse. La capaci dad de di scernimiento
la adqui ri
rá muy r ápi do a t r
av és de l a i nformación y de l a obser va-
ción exact a de l as cosas. Las per sonas hambr ientas de pr uebas, en
cambi o, no v en mot ivo par a empr ender al go cont ra l os venenos f ísi-
cos o psí qui
cos que i nvaden el cuer po, en t anto no se concl uya con el
«aporte de pr uebas» . Per o nosot ros l e asegur amos que nunca l l
ega-
rán a una concl usi ón defini ti
va. El f utur o no nos va a per miti
r por
más t iempo el lujo de quer er pr obar y demos tr
ar lo eficaz y lo evident e
que es un t ratami ent o ant es de ut il
izarlo. Tambi én por mot i
vos eco-
nómi cos: no podr emos despi lf
ar rar mi llones par a demos trar que l as
hierbas medi cinales cur an, que l a ser enidad aní mica pr evi
ene enf er-
medades y que l a t ierra es r edonda. La r espuesta a l a pregunt a «¿por
qué y cómo f unci ona?» t iene sent i
do y es necesar ia al l
í donde l a res-
puestat engasentidoyseanecesar ia.Muchasv ecesnol oes.
El hombr e ti
ene derecho a no dej ar
se env enenar, ni la mente
ni el cuer
po. Es
te der
echo nos conci
erne a t odos. Por lo t
ant
o, us-
tedobt
endráunéxi
tomayorsiser
ecl
amaeseder echoasími smo.
Lat
erapi
adelmovi
mient
o
Todos l
os seres humanos nacen con el placer por el movimient
o. La
música es
tá en la sangr
e de todos. Es
té usted del
gado, l
leno de ener
-
gí
as, en l a flor de l
a vida; se sienta como un depor ti
sta, dotado par a
el baile, o bi en como un oso, r edondo como una bol a; t
or pe, maci
z o,
o r í
gido como un ar mazón..
., vivir ese placer innato o v olver a des-
cubrirl
o es un f undamento sól ido par a mant enerse sano por el
propio esfuerz o. Son muchísi
mos l os li
bros que nos expl i
can l a razón
de es t
o, per o bas t
a una sola frase par a defini
rlo: l
o que no se mue-
vedegener a.
Hayquesudarunavezaldía,
senti
rverdader
ahambreunavezaldí
a,
fat
igarseunavezaldí
a.
No v emos l a necesidad de coment arlo, per o segur o que i ntere-
sar á como anécdot a a l os « hambr ientos de pr uebas» . Hace poco, es ta
regla f ue confir mada en un ampl io es tudio que se l levó a cabo en
Est ados Uni dos sobr e 5. 000 per sonas que habí an al canz ado l os 100
años de edad con un buen es tado de sal ud. Al pr i
nci pio, l os i nves-
tigadores se fij aron el obj et
ivo de descubr ir el secr eto de l a l onge-
vidad de es tas per sonas. ¿Qué el ement os en común se obser vaban?
¿Obedecí a a l a al i
ment ación, al es ti
lo de vi da, a l a act itud f rente a
la vi da, a l a sobr i
edad, al gi nseng de aj o, a el ixires de hi erbas mi s-
teriosas? Elr esult
ado sor prendi óal os ci entíficos:no se descubr ió ni ngún
element o en común, a excepci ón de una sol a cosa. Al gunos
fumaban como chi meneas, ot r
os se bebí an medi o l i
tro de vi no t in-
to al dí a; algunos er an v egetari
anos, ot ros se l evant aban a l a una
de l a madr ugada par a z ampar se una enor me t aj ada de t ocino; al -
gunos t ení
an qui nce hi j
os y se tenta ni e t
os, ot ros vi vían como mon-
jes, e tcéter
a. En ot ras pal abras: no habí a nada que pudi era i ndicar
la exi stencia de una r ecet a uni versal par a l a sal ud y l a l ongevi dad,
a excepción, como ya hemos di cho, de una única cosa: todos los
ent
revist
ados mani f
est
aron que, una v ez al día, sudaban copiosa-
mente, ya f uera porque r eal
izar
an l argas cami
natas, cort
aran leña,
bai
laran,amaranoloquef uese.
Masaj
esyt
rabaj
ocor
por
al
Poco después de l a Pr i
mer a Guer ra Mundi al
, un j oven médico que
trabaj
aba en uno de l os numer osos asi l
os de huér f
anos de Eur opa,
advirt
ió que los bebés de una de terminada sección er an más al egres
y act iv
os, par ecí
an mej or alimentados, muy r aras v eces enferma-
ban y , en general
, gozaban de un es tado de salud mucho mej or que
los de ot ras secciones. Es to desper t
ó su cur iosidad. Al pr i
ncipio,
pensóquealguiendebíadees t
arali
mentándol osaescondidas.
De cor
azón a cor
azón, a t
ravés de l
a pi
el. Un cami
no di
rect
o,
si
nrodeos.
Pr
imer
o: La mayor
ía de l
os pr
ocesos f
ísi
cos dependen de que el
torrente de fluidos cor r
a si n i mpediment o por los si stemas de ór ga-
nos, y l os masaj es y el t rabaj o corporal pueden fav orecer esta circu-
laci
ón. Cada una de l as cél ulas del cuer po debe r ecibir
, sin interr
up-
ción al guna, sus t
ancias nut rientes, oxígeno, hor monas, ant i
cuerpos,
así como ot r
as sus tanci
as i nmunol ógi
cas. No hay ni ngún t eji
do en el
cuer po que no pueda debi l
itarse y t ermi nar dest
rui do por una pr o-
longada i nt
errupción de es t
os múl t
ipl
es flujos. Así
, el masaj e es una
excelente prevención cont ra enf er
medades de t odo t i
po. Act úa como
desintoxi
cante y es tabil
izador sobr e el cor az
ón y l a ci r
culación, y
esti
mul alaactivi
daddet odosl osór ganosinternos.
Paralosmasaj
esquet
engancomofinali
dadl
arel
ajaci
ón,el
iminarcont
ract
urasy
desi
ntoxi
car
,esmuyapropi
adoelperí
ododecuar
tomenguante.
Siunmasajedebetenerunefectopr
inci
palment
er egenerat
ivoyf
ort
alecedor,yse
ayudacon l
osacei
tesadecuados,al
canzar
ámej or
esr esult
adosen elperí
odode
cuart
ocreci
ent
e.
En ambos r esul
tados se ponen de mani fies
to los aspectos me-
cánicos del masaje y el t rabaj
o cor
poral
, así como las leyes que ri
-
gen l a hidrául
ica, l
a elas
ticidad y el modo de elongaci
ón de l os t
e-
ji
dos,etcé
tera.
Tercer
o: El masaj
e y el trabaj
o cor por
al no son, en r eal
idad,
ni
nguna for
ma de ter
api
a en el sent
ido en que l
o ent
iende la me-
dicina ofici al
, sino una f orma de educar l a per cepción. No se aña-
de ni se qui ta nada, t ampoco hay dosi ficaciones exact as ni ci fras
estadí st
icas de éxi to. El masaj ist
a exper i
ment ado no t r
ata pr o-
blemas con una l ocali
zación concr eta ni ut il
iza un i nst
r umental es-
peci ali
zado par a alcanzar de t
er minados obj etivos. Más bi en gene-
ra, con mucha caut el
a, una cor riente de i nfor maciones sensor i
ales
muchas v eces exper i
ment adas haci a l a ment e del paci ent
e...
,
infor maciones nuevas que cont radicen la ant erior i magen ment al
de i nmovi l
idad y dol or y que l e mues t
ran al paci ente que « puede»
hacer muc ho más de l o que creía. A par t
ir de aquí , se procural a«re-
par ación»..
.,l a adaptaci
ón debi da a una pos t
ur a del cuer po, la dis-
tribución más eficaz de l os lí
qui dos, y la mej or r elaci
ón ent re ner-
viosymúscul os.
Friegas sobr e l a pi el
, pr esión sobr e l os t eji
dos pr of undos, y su
desplazami ento... De es ta f or ma no sól o se t rabajan t odas l as f or-
mas de masaj e y de t rabajo cor por al, sino que es l a maner a de que
nues t
ro cuer po se obser ve a sí mi smo, est o es, a t rav és del movi -
miento y l a f rotación. Mi ent ras nos si ntamos bi en baj o nues t
ra pi el
,
este pr oceso pasar á i nadv ertido. A es to se debe que no r econoz ca-
mos a l a pr i
mer a los posi bles pel i
gr os de l os model os de movi mient o
y pos tur a que nos i ncul can, y mucho menos en l a i nf anci a. Además,
aunque un t rastorno o una enf ermedad nos ar roje f uer a del cami -
no más adel ant e, pocas v eces sospechamos que l a r espuest a par a
ell
o podr ía es t
ar en modos de conduct a ar raigados desde ant i
guo.
Los masaj es y el t rabaj o cor poral, r ealizados con af ect o y des treza,
pueden ser vi
r como un medi o par a i nterr
umpi r el ci rcui t
o di aból i
-
co ent re hábi tos de pos tura y de movi mi ento y ent r
e t ensi ón e i nmo-
vil
idad. Masaj es y t rabaj o cor por al , depor te, qui ropr áct ica, f r i
egas
y pr esiones que no se habí an sent ido ant es, movi mient os a l os que
noseest abaacos tumbr ado,pr oduceni nevi t
ablement esensaci ones desconoci das
que pueden servirl
e a l
a ment e par a componer una
nueva i magen del cuer po y , de acuer do con el la, r evivi r
lo y hacer -
lomásmóvi l
.
Qui
ropr
áct
ica
Igual de r eprobable es l a l i
ger eza con que a menudo t rat
amos
a nues tra col umna v ertebral, y muy en especi al l a col umna v erte-
br al de nues tros hi jos. Casi el 90% de l os ni ños pr esentan al guna
forma de def ecto pos t
ural; per o se pr es
ta poca at ención a es te pr o-
blema y menos t odavía a l as consecuenci as noci vas que t endrá a
largo pl azo. Y no habl emos ya de enseñar los a mant ener una r el
a-
ción j us ta y nat ur
al con el pr opi o cuer po. Como sabemos, l os niños
se mueven cada uno a su ai re y mucho más que l os adul t
os. Por eso,
si en al gún moment o se l es desví a una v ér
tebra, por al gún peque-
ño acci dent e, por ej empl o, el t ras t
orno se ar r
egla t an r ápi
do como
se pr oduj o. Si n embar go, a medi da que se hacen mayor es, las in-
fluencias i nhi bitori
as del movi mi ento act úan con mayor i ntensi-
dad, bi en por l as i deas t i
mor atas que se l es ha i nculcado o por l a
compul sión a l a i nmovi li
dad que af ecta a l a vida cot idiana del ado-
lescente.
Tambi én nues t
ra mente, nues t
ros pensami entos y nues tr
as
actit
udes f rente a l a vida pueden obl i
gar a l a col umna v ert
ebral a
poner se de r odi
ll
as (en el sent i
do l i
teral de l a pal abra). Por ej em-
plo, pensami entos como ést os: « Sencil
lament e no l o sopor t
o, es te
asunt o me depr i
me». O: « Siempr e tengo que acomodar me a al go o
a al guien. Tengo mi edo, ando con r odeos, t rato de ser j usto con
todos». En l a pos t
ura cor poral de un i ndividuo, unos oj os ej ercita-
dos pueden l eer su act i
tud f r
ente a l a vida. ¿Pesa al go sobr e él, se
lo toma t odo a pecho, o vi aj
a con poco equi paje por que no hay nada
que mer ezca l a pena tomar en ser io, a excepci ón de l a madur ación
de su al ma? Casi par a cada es t
ado de r igidez cor poral hay un equi -
valente en el mundo de nues tr
os pensami entos, que coi ncide con l a
dimensi
ón de la i
nmovi
li
dad f
ísi
ca. Una ment
e r
ígi
da l
leva a un
cuerporí
gido.
En caso cont r
ario, l o pr imero que har á es pr ecal
entarle l os
músculos ( habit
aciones t empl
adas, f oment os de bar ro)
; después,
con sus manos exper t
as, conseguir
á hacer r echinar y cr uji
r t odo
su esquel
eto, desde la cabez a hasta los huesos de l os dedos de l os
pies, y por último l ograr
á que sus v értebras ocupen de nuev o su
lugar y l e reparará una desvi aci
ón de l a pelvis. Una v erdadera
bendici
ón para su caso especi al o par a su es tado general de sal ud,
cosa que podr á exper i
ment ar en los mi nut os y hor as siguientes al
tratami
ent
o.
¡
No obs
tant
e, ahor
a l
lega el moment
o cr
uci
al! Los múscul
os,
que dur ante años se han acos t
umbr ado al desequi li
br i
o, es tán
endur eci
dos, al argados, o bi en han per dido su t ensión ( t
ono) nat u-
ral, por l o que har án t odo lo posible por r est
abl
ecer el es tado ante-
rior
, l a pos tura vi ciada, la ant igua pr esión sobre l os ner vios, cosa
que a v eces consi guen en sól o unos dí as, unas hor as, cuando el
cuerpo ha « ol
vidado» el t ratamiento del qui ropráct
ico. Por ese
mot i
vo, r ef
uerce el t ratamiento con masaj es, termoterapia, gimna-
sia o un ent renami ento que se concent re direct
ament e en esos
múscul os que han apr endido a ol vidar l a arquit
ectura sana del
cuerpo. Un buen qui roprácti
co l e aconsej ará y apoyar á si us ted
quieredar l
eunapi staal amemor i
amuscul ar.
Ter
api
adel
oscol
ores
«Incluso una t az a de t
é t e obl igar
á a cont est
ar si t e la tomas.
» Así
reza un ant i
guo y eni gmát ico r ef
r án de Af ganis
tán. Per o qui z
á
entendamos mej or su significado si l o cambiamos por l a siguiente
frase: «I
ncluso un cuadr o hor ri
ble de col or
es vi vos ejer
ce un ef ecto
sobr e nosot
r os aunque sólo l o obser vemos por el r abil
lo del oj
o». La
luz y el col or nos permit
en vi vi
r,l a luz y el color pueden envenenar,
laluzyelcol orpuedencurar.
Mi
re y obser
ve por us
ted mi
smo. ¿Cuánt
as v
eces en l
a vi
da
diari
a el col or de un obj et
o de t
ermina una deci si ón o un sentimien-
to? ¿Cuánt as v eces l o que comemos no es el ar roz si
no el col
orante
amar il
lo del cur ry? Lo mi smo pasa con l a ensal ada y su color v er
-
de. ¿Cuánt as v eces determina nues t
ra conduct a el col or de la r opa
que l leva la per sona que t enemos enf r
ente, el col or de los ali
men-
tos, de l os coches o de l o que sea? ¿Cuánt as v eces, por l
a mañana,
elegi
mos una pr enda de v esti
r por su col or? Los es t
rat
egas de l a
publici
dad saben muy bi en cómo i nflui
r en nosot ros y envasan sus
product os venenosos dent ro de un v erde claro. Y, como es de espe-
rar,nosotrospicamos. ..
Roj
o
El r ojo es el col
or de l a r egión pel
viana; de l
a l una en l os signos
Li bra, Escorpi
o y Vi rgo. I
nfluye sobre el centro del cóccix y esti
mul a
ener gías creat
ivas, vital
es, firmes. Alienta la pasión y el t r
ato es-
pont áneo, y por eso si empr e debería usarse con di screci
ón y dosi -
ficado. Un pi j
ama r oj
o sólo t endrá sentido si us t
ed encuentra más
pl acerenestardespier
toquedor mi do.
En i nvi
erno, los calcet
ines y la r opa int
eri
or r
ojos ayudan a
sopor
tarbieni
ncl
usolosdíasdefr
íomási
ntenso.
El r ojo act i
va l a función del hí gado y f avorece la producción de
glóbulos rojos. Cuando l a z ona r oja, la r egi
ón pel vi
ana, se debi l
ita,
también se debi li
ta t
odo el cuer po. El r ojo, como col or de la fuerz a
que desi ntoxica medi ante secr eciones, l i
bera de conges t
iones y
obstrucci
ones con flemas y es benefici oso en casos de f alt
a de hi erro.
Ayuda a el evar el nivel de adrenali
na en l a sangr e y a superar mej or
la somnol encia y l a per eza. Es adecuado cuando se est á resf
r i
ado
o se padecen t embl
ores crónicos de f río. El r oj
o no se deber í
a usar
en caso de inflamaciones o infecci
ones. Es poco conv
eni
ent
e par
a
per
sonasquesei
rritanconfaci
li
dad.
Nar
anj
a
El nar anj
a es el col or de la regi
ón abdomi nal, de la z ona de las
vért
ebras lumbares ( baz
o) y de la par te superior de los muslos; de
l
a l una en Virgo y t ambién en Libra. El naranja es opti
mi s
ta y fia-
bleydespiert
alaconfianzaenunomismo.
Amar
ill
o
El amar
ill
o es el col
or de l
a zona est
omacal y de l
a part
ei nf
eri
or de
l
os muslos; de la luna en Li br
a, Escorpi
o y Sagi
tar
io. Es el col
or
del
asenergíasment
alesyanalí
ti
casydelarazón.
El amar il
lo es ti
mul a l os j ugos gás t
ricos y ayuda en l os t rastor-
nos de l a diges t
ión y el es t
reñimiento. Act úa como t r
anqui l
izant e
de l os ner vi
os y cont r a estados de agot amiento ment al y ner vi
oso:
un buen col or par a las aul as de enseñanz a y l as ofici
nas. Puede
prestar un buen ser vi
cio en es t
ados de áni mo depr esi
vos, sobre t odo
si se l leva pues to. Es sedant e par a el baz o, act iva el si stema l i
nf á-
ti
co y ayuda en af ecciones hepát icas. Un hí gado dañado deber í
a ser
trat
ado r egular
ment e con amar ill
o, has t
a que r ecupere l a es t
abi -
li
dad i nterior y l a capaci dad de desi ntoxicarse. ¡ No empl ear nun-
ca cuando haya fiebr e, inflamaciones o i nfecciones agudas, di arrea
opalpitaciones!
Ver
de
I
nfluye sobr
e l
a gl
ándul
a pi
tui
tar
ia (
hipófisi
s), por l
o que i
nter
-
vi
ene en l a regular
izaci
ón del me taboli
smo. Vel a por un equili
brio
entr
e hígado y baz o y t iene un efect
o r egenerador sobr
e músculos
ytej
idosconj
unt
ivos.Esbenefici
osoyt
ranquil
izant
epar alosoj
os.
Azul
El azul es el col
or de lar egión de hombros, cuel
lo, pi
ernas y tobi
ll
os;
de la luna en Taur o, Géminis, Cáncer y Acuari
o. El color de l
a fuer-
zacreadoraydeldiscerni
mient
opr of
undo,delafeyladevoci
ón.
I
ndi
goyvi
olet
a
El índigo y el vi
ole
ta son l
os colores de l
a regi
ón de la cabeza y de
los pies; de la luna en Ar i
es, Tauro y Pisci
s. Son los color
es del
conoci
mi ent
oint
uiti
vo,delaper
cepci
ónpr of
undaydel amodes
tia.
Bl
anco
En r eali
dad, el blanco no es un col or, por
que concent r
a en él t odos
los col ores. Quien usa el bl anco, se mues t
ra abi ert
o a t odas l as
fuerzas que l o r odean. Las par edes blancas surten un ef ect
o neu-
tral
, agl utinante y t r
anquil
izante. La l uz del sol es bl anca por que
contiene t odos los colores. Un br eve baño de sol di ari
o, digamos de
unos di ez mi nutos, le otorgará al cuer po la posibil
idad de r egene-
rarse y ext raer del espectro cr omát i
co del sol todas l as vibraciones
quenecesi ta.
Si está enf
ermo, usar r opa blanca de cama y como at uendo par a
dormir l e permiti
rá r eci
bir con mayor f aci
li
dad l as vi braci
ones
curat
ivas y los col ores que necesita para su r est
ableci
mi ento. Por
est
a r az
ón, el bl
anco es t ambién muy apropiado para par edes y r opa
de cama de hospi t al
, con al gunos cuadros boni t
os que i nfundan
optimismo. Aunque hoy es tá de moda pi
ntar de color las par
edes de
los hospit
ales, si l
a elecci
ón no ha sido hecha por ojos expert
os, el
efect
oquepuedensur tirenlosenf
ermosesmásbiencosadelazar.
Negr
o
El negr
o no es un col
or. El negr
o se «t
raga» l
os col
ores y l
as vi
braci
o-
nes.Unadel
asrazonespri
ncipal
esporlasqueseutili
zaelnegr
o
Es tas br eves i ndicaciones qui zá si r van par a dej ar claro por qué l a
terapi a con col ores y l a acupunt ura con col ores también figuran hoy
entr e l a var i
edad de mé todos empl eados por numer osos médi cos
y t erapeutas. La ant iquí
sima ci encia empí ri
ca de l a acupunt ur a se
basa en el hecho de que nues t
ra pi el act úa como un ampl i
ficador
que r egi
stra t odas l as i nformaci ones r eci
bidas y l as r et
ransmi te
haci a adent ro. Numer osos punt os y z onas de l a pi el
, establecidos
con absol ut a pr ecisi
ón, act úan como puer tas de acceso a de termi-
nadas cor rientes de ener gí
a, ór ganos y z onas del cuer po. Su es tí
mu-
lo —sea con masaj es, presión, aguj as, cor ri
entes eléctri
cas o t am-
bién por l a r adiación con de t
er minados col or
es— pr oduce un ef ecto
favor abl
esobr eelór ganoencues ti
ón.
La t er
api a con col ores —por ej emplo como i r
r adiación con l uz
que pasa a t r
avés de hoj as de col ores, o con l ámpar as de col or es (¡
luz
roja!)— ya ha pr obado su eficaci a en es tados dol orosos de t odo t i
po.
Se apl ica con éxi to par a aliviar dol or
es de huesos y ar ti
cul aci
ones,
par a acel erar l a sol dadur a de huesos f r actur ados, en car tí
lagos
dañados, par a el t r
at amiento ul t
er i
or de her idas qui rúrgicas, par a
trasplant es y en quemadur as y var i
ces abi ertas. ( ¡Es tas úl ti
mas
tratarlas sól o en cuar to menguant e!) Puede t ener un ef ecto cal man-
te y cur ati
v o en casi t odas l as enf ermedades de l a pi el
, desde her -
pes y ecz emas has t
a l as r eacciones al érgicas. La acupunt ur a con
colores se ha mos trado especi al
ment e eficaz par a al i
vi ar dol ores de
cabez a y j aquecas. Su v entaja f rente a l a acupunt ur a cl ási ca con
aguj as es que no se pr oduce ni nguna l esión en l a pi el y no exi ste
peligroal gunodecont agio.
Curarl
o mi
smo con l
o mi
smo:homeopat
ía/t
erapi
a con flor
es de
Bach
Es t
as pr eguntas son l as que uno se hace cuando el des tino nos
depar a una ( apar ente) desgracia, sea en f orma de acci dent
e, enfer-
medad gr av e o pér di
da. Us t
ed no se l o va a cr
eer a la primera, per
o
la r espuesta a t odas esas cues ti
ones es la misma que nos hacemos
cuando pr eguntamos: « ¿Cómo f unci
onan l a homeopatí
a y l a terapi
a
con flores de Bach?» .Y t ambi én lo es parala pregunt
a: «¿Por qué una
inyecciónmepr eservadede terminadasenf er
medades?»
.
Asimismo, l a t erapi
a con flor es, apl i
cada a de t
er mi
nadas enf er-
medades o empl eada par a un f ort
aleci
mient
o gener al del cuer po,
es conocida desde hace mucho t iempo. Los indios navaj os de Nor -
teaméri
ca dobl aban el tall
o de las flores y dejaban r eposar un r ato
al sol el cáli
zyl as hoj
as dentro de un cuenco con agua ( ¡si
n ar
ran-
carl
as!)
, par a después beberse el agua, con el mi smo obj eto y efec-
toquehoyconocemos.
Tal vez en es t
e breve capít
ulo l ogr
emos hacerl
e comprender el
sent
ido y el gr
an valor del método de trat
amient
o homeopáti
co, y
rev
elar
le al mi
smo tiempo una correl
aci
ón entre us
ted y el si
gni
ficado
deungr annúmerodesucesosapar
ent
ementecasual
esensuvida.
Es deci r
, exist
e un mot i
vo par a que una y ot ra v ez cai
gamos en las
mi smas situaci
ones di f
íci
les, para que una y ot ra v ez tengamos que
luchar con pr oblemas par eci
dos. Esto es así por que no hemos acep-
tado ni apr endido la lección que se despr ende de l a aparent
e adver-
sidad. Por l o tanto, podemos es t
ar segur
os de que una y ot ra vez
vamos a pasar por l a mi sma exper i
enci
a, de que una y ot ra vez va-
mos a suf rir la mi sma adv er
sidad, hast
a que hayamos capt ado su
sentido,obi
enmur amos.
Sólo cuando yo acept e sin condi ciones y apr enda a amar t odo
lo que l a vi
da me t ransmit
e en exper ienci
as, acont eci
mientos, tri-
bulaci
ones y ci r
cunstancias felices ( cada exper iencia en par t
icul
ar),
seré capaz de dar el paso si guiente. Lo semej ant e busca siempre l o
semejante. Y lo semejante sólo puede ser super ado por l o semejante.
Yo segui r
é come t
iendo el mi smo er ror, hasta que el er r
or esté «cu-
rado»atravésdelaaceptaci
ónydel av er
dad.
Senti
ré i ra y f uria f rent
e a de termi
nados sucesos, i ndivi
duos
o cosas, mient
ras los vea como algo ajeno, que no me pert
enece, que
no soy yo. Pero sólo cuando reconozca que es a mí mi smo a qui en
odi
oycombat o,podr
édespr ender
medeel l
oysegui rmicamino.
El pr ov
erbi
al mal v eci
no seguirá si endo malo has ta que yo l o
acept
e tal como es y si n condiciones; hast
a que yo haya descubi er-
to en mí mi smo al «
mal v eci
no» y vea que no soy diferent
e de él. Si
después de mi examen l e abro l
a puer t
a, o no lo dejo ent r
ar en mi
casanuncamás,esunacues t
ióndeolf
atopersonal
,nodemor al.
Sent
iré f
uri
a ant
e l
a expl
otaci
ón, se apr
ovechar
án de mí
, en
tanto yo mi smo sea ínti
mamente un explotador
..
. con l a esper
an-
za de que un dí a val
ga la pena dej
ar que se apr ov
echen de mí.
Cuando yo descubr a a mi pr opi
o expl
otador inter
ior
, dejar
án de
aprovechar
sedemí.
Seguir
é si endo un expl otador en l a medida en que yo t ambién
me deje expl
otary consumi
rpordent ro.
..pormiansiedad y mimi edo.Sólo
cuando reconozca mimanipulaci
ón y miimpot
encia,podr
é dejar de ser un
expl
otador.
Algo dent r
o de mí me l l
eva a caer si empre en l os mismos er ro-
res, porque ínt
imamente l o invi
to..
. con la imagen inter
ior de lo que
me sucede por f uera y por apar ente casual
idad. Si yo me v eo como
vícti
ma, estaré abri
éndole los br azos a cada ej ecut
or. Si soy yo el
ejecutor
, siempre encontraré vícti
mas. En ambos casos, t odo segui-
rácomoant eshastaquereconozcaenmími smoaladv er
sari
o.
Así funci
ona la vacunaci
ón, así f
unci
ona l
a homeopat
ía, así
f
unci
onanlavi
dayelamor
.
Asípues,cuandounmedicament
onopr oduceningúnef
ecto,tómesel
ocomouna
cuesti
ón desuer
teen l
ugardeenjui
ciarelmétodo,enj
uici
arsea símismooal
facul
tati
vo.
Last er api
ascon la pr
opia sangredeberían real
izar seen díasdet ier
ra( Tauro,
Virgo,Capr i
cor
nio)
.Sicoi nciden con cuarto creciente es
tor ef
orzará elefecto
positivo,ya queelcuerpo en estosdíasesmásaccesi blea lainformación que
contiene.I nt
errúmpala cuando se pr
oduz ca elefecto.No siempre es necesario
seguir l
asegúnunesquemar í
gido.
Mét
odosdedesi
ntoxi
caci
ón
Exist
en muchoscami nosat ravésdel oscualeselcuerpopuededesembar azarse
desus tanciasnoci vas,product osme tabol
izadosyr adiaciones.Hígado,riñones,
int
estinos,pi el
,pul mones...,t odos el
los t
rabajan j
unt os paral i
brarnos de lo
dañinoysuper fluo.Loquef or t
aleceestosórganosfort
alecet ambiénlacapaci dad
delcuer popar adesi ntoxi
car se.Algunosmé t
odosdedesi ntoxi
caci
ón ti
enen tanto
éxi
toyson t an eficacespar apal i
arlostrastor
nosyenf ermedadesmásdi versos
que nosotros los r ecomendamos una y ot rav ez.Para no t enerque repetirl
os
constantement e,loshemosr euni doenes tecapítul
o.
Or
tiga:demal
ahi
erbaahi
erbamedi
cinal
Una cur a de depur aci
ón de l a sangr e con or ti
ga puede ser muy be-
nefici
osa par a al ivi
ar y cur ar un gr an númer o de achaques f í
sicos.
Si se pr acti
ca en pr imav era con i nfusión de or tigas, expulsar
á r ápi-
dament e la f ati
ga pr i
mav eral de l os mi embros en cual quier persona
sana. La cur a es timula v eji
ga y r iñones, f avor
ece l a act i
vidad de todos
los ór ganos de l a digesti
ón y l e sumi ni
s t
ra al cuer po un gr an núme-
ro de sus tancias mi neral
es y vi tami nas. Si us ted hace l a cur a para
cont r
olar un t r astorno f ísi
co o una enf ermedad, pi ense que puede
notar al pr incipio un empeor amient o de l os sí ntomas, como sucede
conl ahomeopat í
aymuchasot rasformasnat uralesdet erapia.
Lomej
oresquer
ecoj
alasor
tigasencuar
tomenguant
e.
Util
ice solamente hojas nuevas, déj elas secar y al macénel as en
cuarto menguante. No lave las plantas antes de poner l
as a secar .
(Una sugerenci
a: en caso de que qui er
a usar las hojas f rescas par a
preparar una ensalada, pásel
es por enci ma varias v eces el r odill
o
de cocina. Con es t
o har á que revi
enten los fol
ícul
os que cont ienen
elagentei
rri
tanteyyanopicarán.
)
Elpoderdelacei
tedegi
rasol
Un mé todo ant i
guo y eficaz par a la desintoxicaci
ón y el f or
tal
eci
-
mi ento de t odo el cuerpo, así como para la descont aminaci
ón de los
dientes ( v
éase la página 319), es pasar el acei
te. Cada paso del mé-
todo es i mpor t
ante y se debe respet
ar si se quiere conseguir un buen
resultado.
• Lo important
e ahora es mant ener el acei
te en la boca y no t ragár-
selo.Deje que elacei
te ci
rcule y se deslice por l
a cavi dad bucaly l os
dientes y compr ímalo ent r
e l os espacios i nterdent al
es, despacio,
casicomodepasada,par anopr oducirunexcesodesal ivación.
¡
Hágal
o dur
ant
e unos qui
nce mi nut
os! (
Si experi
menta antes de ese
t
iempo una necesi
dad i
rresi
sti
ble de t ragár
sel
o, escúpal
o i nmedi
a-
t
amente.
)
• Después de un cuart
o de hora, escúpal
o, enj
uáguese bi
en la boca
y l
impie a conci
enci
a el l
avabo o l ugar donde l
o haya v er
tido. El
acei
te se habrá convert
ido en una sus t
ancia cargada de v
eneno, que
no dej
a crecer l
a hierba al
lí donde cae. No se asombre de que cam-
biedecol
or:sehabrávueltoblanco.
Hi
erbasdeSueci
a
Tomenot
a:
10 gr aloe;
10 gr raíz de angélica;
5 gr raíz de carlina;
10 gr maná de fresno;
5 gr mirra;
10 gr alcanfor natural;
10 gr raíz de ruibarbo;
0,2 gr azafrán;
10 gr hojas de sen;
10 gr raíz de ácoro.
Para preveni
r dolores y enfer
medades se ha de t omar t
odos los
dí
as, por la mañana y por la noche, una cuchar
adi
ta de es
te tóni
co
amargosuecodil
uidoconunpocodeaguaot é.
Ayuno
Elayuno es ot r
a buena medi da par a desintoxi
cary restablecerelcuer po.Si n
embar go,al argopl az o,rar asvecest ieneéxi t
oen loqueser efier
eaper derpeso.
Lascausasqueor i
gi nan esesobr epesoper manecen inamovi blesyen l amayor ía
de l os casos los vi
ej os hábi tos de comery de pensarvuel ven a haceract o de
presenci a.Siaun asíqui ere ayunar ,beba mucho l íquido por que todos los
órganosquehadedesi ntoxicarsel oexi gir
án.Per opresteatenci ón al«
moment o
idóneo» :en generalesmej orayunaren cuar t
omenguant e,porqueelcuer poestá
más di spues t
o a desi ntoxicarse. La cuar esma, época de ayuno después de
car naval,esunper íododependi ent
edel aluna,dur anteelcualesespeci almente
eficazmant eneruna« die
t aabsol ut
a».Tambi én l
osdíasquevan desdeelpr i
mer
domi ngo de advi ent o al24 de di ciembr e( elmenos conoci do,elayuno de
advi ento)son muy adecuados par al l
evar una vida un poco más sobr iay
desi ntoxicar
se.
Comoyasehadi cho,ladesintoxi
caci
ón delcuerposerámuchomáseficazsise
real
iza eldía de l
una nueva,aunque comer puede f r
enar o i
nter
rumpir es
te
proceso. En cambio, en luna ll
ena el cuerpo asi
mila muy bien t
odas las
sustanciasqueseleincorporan.Poreso,enestosdosdíasesmejorcomerpocoo
nada.
Masaj
esenl
asz
onasr
eflej
asdel
ospi
es
Con est a t er
apia, como ya vi mos en l a pági na 58, t ambi én pue-
de pr oduci
rse al pr i
ncipio un empeor amiento de l os sí ntomas de l a
enfer
medad. Es t
a buena señal , si
n embar go, no deber í
a hacer l
e clau-
dicar en su intenci
ón: si el masaje en l as zonas reflej
as de l os pies se
hace bi en, será una v erdadera obr a de car i
dad par a l as per sonas
sanas y puede cur ar y aliviar l
os síntomas en l as que es t
án enf ermas.
El «moment o idóneo» no es en es te caso demasi ado i mpor t
ant e, pero
la fuerza de l os dí as de Pi sci
s f avorecerá los resultados consegui dos
con este tipo de masaj es. En es t
os dí as se deber ía aplicar con espe-
cial cuidado ya que est amos especi al mente sensibles. Qui en acuda
por pr i
mer a vez a un t erapeuta o a un masaj ista par a r eci
bir un
masaje en l as z onas r eflejas de l os pi es, hará bien en evi tar, dentro
de lo posible, los dí as de Pi sci
s. Si l o que se pr et
ende con el los es
esti
mular l a desi ntoxicación de ór ganos, ser án más eficaces, por l o
general
,encuar t
ocr eci
ent e.
«
Not
oquesconhi
err
o»:sobr
eint
ervenci
onesenelcuer
po
El f amoso médi co gr i
ego Hi pócrat
es ( 460-370 a. C.) escribió en su
diario: «No t oques c on hi err
o l a par te del c uerpo r egi
da por el si g-
no del zodí ac o que at raviesa l a luna en ese pr ec
iso moment o». Con
el
lo expr esaba que un médi co no debe pr acticar ni nguna i nterven-
ci
ón qui rúrgica en l a r egión del cuer po regida por el si gno del z o-
díaco que r eina en ese moment o. He aquí al gunos ej emplos de l o que
hay que evi t
ar : oper
aciones de cor az ón en los dí as de Leo, oper acio-
nes en l as ar ticul
aciones de cader a en l os dí as de Li bra, operaci
ones
enl asarticulacionesder odill
asenCapr icorni
o,etc.
Nool
videl
aregl
a:
Todol
oquesehagaporelbi enest
ardel asregionesyórganosdelcuerporegi
dos
porelsi
gno que en ese momento at
raviesa l
al una es dobl
ement
e opor
tuno y
dupl
ica su ef
ect
obenéfico.
..con excepci
ón del
asi
nter
venci
onesqui
rúr
gicasen
esaz
onadelcuer po.
A si mple vi st
a se compr ende que l as i ntervenciones qui rúrgi
-
cas sean una excepci ón a l a r egla. Si bi en se pr actican con la inten-
ción de ser vir al bi enes
t ar del ór gano r espectiv
o o de t odo el cuer-
po, en el mi smo i nstante de l a oper ación y en l os i nstant
es que l a
siguen pr oducen un ef ecto agr avante par a l a r especti
va z ona del
cuerpo. ¡ Es t
o val e i gualmente par a l a ext ir
pación t ot
al de ór ganos!
Una i nterv ención en el moment o equi v
ocado l e har á más di fí
cil al
cuerpo el t rabajo de r esar
cirse de l a pér dida. La r egla para l as
intervencionesqui rúrgicasdecual qui eríndoler eza:
Sipuedeelegi
r,haga quel
eoper en en cuart
omenguante.Elperí
ododecuar to
cr
eci
enteesdesfavorabl
e,tant
omáscuant omáscer
ca estédelaluna l
lena.El
dí
aexactodelunallenaarr
ojalosresult
adosmásnegati
vos.
Las inter
venci
ones qui
rúrgi
cas en laregión delcuerpo que r
ige elsigno del
zodí
aco que recor
relal una en ese moment o,producen ef
ect
os agravant
es y
debi
li
t ant
es,demaneraquesonmásper judici
alesqueenotrosdías.
Tal v
ez us
ted ahor
a se pr
egunt
e: «
¿Qué pasa ent
onces con l
a i
n-
fluencia negat
iva de los dí as de Li br
a cuando caen en el per
íodo más
favorable de cuarto menguant e ( que sería de octubre a abr
il) si yo
per mit
o que me oper en de l a cadera?». En un caso semejante pre-
valecerá el pr i
ncipio: l a influencia favorabl
e de l a luna menguan-
teesmásf uert
equel ainfluenci
anegat i
vadel osdíasdeLi
bra.
Y si gui
endo con el mi smo ejempl
o, a continuaci
ón damos una
relaci
ón de i nfluenci
as f
avor
abl
es y desfav
orabl
es par a una oper
a-
cióndecaderas:
Bueno cuart
omenguante,noenLibr
a
Buenoaregular cuart
omenguanteenLibra
Malo cuart
ocreci
ent
eenotrossi
gnos
Muymalo cuart
ocreci
ent
eenLibra
Lomásdesfavorabl
e lunall
enaenLibr
a
Es
te orden de sucesi
ón se puede t rasl
adar sin ningún pr
obl
ema
at
odasl
asdemási
nter
vencionesqui
rúr
gicasyregi
onesdelcuer
po.
Y ahí va un coment ar
io sobr
e las operaciones de urgenci
a: en caso
de accident
es o es
tados agudos que requieran una acción inmediat
a,
nat
uralmente ust
ed no podr á escoger con t r
anqui
li
dad l a f
echa de
l
aoperación.
Losr
itmosl
unar
esenodont
ologí
a
¿En qué es t
ado se encuent ran sus di entes? No, no debe t ener ni n-
gún car go de conci encia si anda por ahí con al gunos empas tes,
coronas o puent es en l a dent adur a. No es t
á sol o en es to, ya que a
un 90% de l as per sonas l es va i gual que a us ted. La buena not icia
es que l as fuerzas de i nfluencia de l os r itmos l unares t ambi én son
benefici
osas par a la cur ación y el cui dado de l os dient es. La menos
buena es que sól o con paci encia y un ci erto grado de di sci
plina par a
cambi ar l os hábi t
os cot idianos, podr á obt ener a l ar go pl azo una
mejor í
a en el est ado de sal ud de sus di entes. Seguro que est o ya l o
ha oí do muchas v eces, per o es l a verdad. No esper e de nosot ros una
recet
a pat ent
ada que haga i nnecesari
o el cui dado di ario de l os di en-
tes. En el mej or de l os casos, l as directrices que l e exponemos a
continuaciónlefacil
it
ar ánes tet r
abajoi mprescindible.
El de t
eri
oro de l os di entes mar cha al compás de t odos los demás
estragos de l a ci vi
li
zaci ón, como son: una al imentaci
ón ant i
natur al
,
falt
a de cui dado, t r
astor nos f í
sicos que a t r
avés de l as vías r eflejas
y de ener gí
a dañan t ambi én l os dient
es, y l a acti
tud i nt
er i
or. Par a
prevenir todo esto se t endr í
a ya mucho ganado si se pr estase at en-
ción a una al i
ment ación nat ural,r i
ca en vi taminas y sus t
anci as mi -
nerales. Es t
a al imentaci ón deber í
a empez ar en l a i nf
ancia, mej or
aún desde el mi smo embar azo. En est e caso, aunque la limpiez a di a-
ria de los dientes se real
izara sin ni ngún pr oducto de limpi
eza, no
estarí
an tan dañados como l o están ahor a. Por ot ra part
e, l
os dul-
ces, cuyo v erdadero carácter noci vo se encuent ra en el t err
eno
anímico,hal
larí
an menor terreno abonado para atacar los di
ent
es (
véase l
a
página 246). En l a segunda par te de es te l i
bro v er
á qué es
loquenosotr
osent endemosporali
ment aciónnatur
al.
Lo ci er
to es que se pr esta poca at ención a l os peli
gros que se ci er-
nen sobr e todo el cuer po por cul pa de l os focos purul entos en l os
dient es.
.., algunas v eces i ncl
uso por pequeñas, casi mi croscópi
cas,
inflamaci ones en l a r aíz dent ar
ia. Tal es f ocos pat ógenos pueden
volver l oco al af ectado, en el sent ido l i
ter
al de l a palabr a. Son nu-
mer osos l os t rastornos, enf ermedades y es tados dolorosos que se
der ivan de f ocos i nfecciosos no descubi ert
os en l os di entes: dolores
en l a col umna v ertebral, inflamaciones de l as fosas par anasal
es,
reumat i
smo,es tadosdeagot amientogener al
,e t
cétera.
En t al
escasos,unova deun especi alist
a aot r
o,si n quesel legueai dentificar
una causa or gánica concr eta.Muchas v eces,empas taruno o var ios dientes o
extraerelcausant edelpr oblema puedepr ocur arun al ivi
ool a curación tot al
.
Pero pordesgr aci
a algunosf ocosi nf
ecciososyz onasdet ras t
orno no sev en ni
siquier
a en l as radiogr af
ías.Ahor a bien,un t erapeut a exper imentado puede
descubr i
rsihay que buscarl a causa delmalf í
sico en al guna r aí
z dent ar i
a.
Acupunt ura,acupr esión,masaj es en las z onas reflej
as de manos y pi es,son
buenosemi soresdeseñal esparadescubr i rlostrastornoscir culatori
osdeener gía
entrelosdient esyl ossistemasor gánicos.
El
imi
naci
óndelsar
rodent
al
Cor
onasypuent
es
Cual qui
erodontól
ogopodríacompr obarsi
n ningún esf
uerzolainfluenciadelos
rit
mosl unaresconsólobuscarensuficherotodosloscasosenquel ascoronasy
lospuent esnodurar
onloquedebí an.Unasimpl econfr
ontaci
ónent relafechade
colocaci
ónyelcalendari
odef asesl
unaresconfir
mar í
alareglasi
gui ente:
Dentro del
o posibl
e,l
a col
ocaci
ón decor
onasy puent
esdeber
íar eali
zarseen
cuar
tomenguant e.Dur
aránmuchomásquesisecolocanencuartocreciente.
I
nflamaci
óndel
asencí
as(
par
odont
osi
s)
Si pr esent
a una l iger
a i nflamación en l as encí as ( gi
ngivi
ti
s),
apli
qúese en la zona, con l a ayuda de un cepi l
lo de di ent
es blando,
masajes con mano fir me var i
as v eces al día. No use pas t
a dent íf
ri-
ca para esto. Antes de efect
uar el masaj e, sumerja el cepil
lo en una
inf
usión de sal via. Par a inflamaci ones agudas, haga un enj uague
conmanz ani
llaycepil
leconsuavidad.
Ext
racci
ones
Si usted qui
ere o debe extr
aer
se una pieza dental —l
as muelas del
j
uici
o, que a v eces r
equi
eren una oper
ación, o para ataj
ar un foco
purul
ento en l a r aí
z del diente—, sería adecuado que pr es
tara
at
enci
ónal«
moment
oidóneo»
.Puedeahor
rar
lemásdeundi
sgus
to.
De es t
a maner a, las her i
das y l os focos i
nfecci
osos se curarán
con mayor facil
idad. Muchas v eces también se consigue que el sí
n-
tomaf
ísicooeldolordesapar
ezcaninmediatamente.
Suger
enci
assobr
esal
uddent
alyel
imi
naci
óndeempas
tes
Av ecesesuna desvent aj
a queelcuer po asimilecon mayorf aci
li
dad todasl as
sustancias que se lei ncorporan en cuart o creci
ent e.Un empas te dentalcon
amal gama(aleación demer cur
iocon cinc,cobr e,plat au oro)dejamásmer curio
en la sangre apli
cado en cuar to cr
eciente que apli cado en cuart
o menguant e.
Pocoapocoseest ádemos trandoqueelmer curioenl aboca—yporendeent odo
elcuer po— noespr ecisament elomási ndi
cadopar anues tr
asalud.Noobst ante,
nuest r
o obj
e t
ivo no esdemos t
raraquíquel a amal gama essumament enociva.
Sabemosquel oes.
¿No es ext
raño,pues,que se t
rate,maneje y el
imine l
a amalgama como un
resi
duo dealtatoxi
cidad,yalmi smo t
iempo nosquieran hacercr
eerquees t
a
basuranoocasionaelmenordañoanues t
rocuerpo?
¡Par
ecement
ira,per
otodaví
a hoysesi
guen col
ocando di
ari
ament
emi
ll
onesde
empast
esdeamalgamaentodoelmundo!
Paraelodont ólogot
ambi én t
endríamuchosent idoacabarcon estedisparate,ya
quealhacerl osempas t
esaspi r
al asemanacionesr esul
tantesysei ntoxi
ca,no
sóloélsinotambi én susayudant es.(
A un dent
istaconocidonuestrolev ol
vióa
crecerelpel
odespuésdehacer secambi arl
ospropiosempas t
es.)
• Pídal
e a un t erapeuta o médi co de su confianza que le prescr
iba
un remedio homeopát i
co hecho a su medida, que le ayude a neutr
a-
li
zar las t
oxinas liberadas. (
Depuraci
ón, t
erapia con l a pr
opia san-
gre,e
tc.)
Si ant es de acudi
r al denti
sta se t
oma un buen vaso de l eche (no
pasteuriz
ada ni homogeneizada)
, la caseína conteni
da en ell
a puede
absorber el mercuri
o que se pueda llegar a tragar mi
ent
ras le cam-
bianlosempastes.
• Desgraciadament e t odaví
a no exi st
e el sus ti
tuto i deal para l as
amal gamas, o por que l a duración de l os nuev os mat erial
es es l i
mi-
tada o por que se desconocen sus ef ectos a l argo pl az o. Al parecer
,
el mej or de t odos, por ahor a, es un cr istal si
nt é
tico muy car o, cono-
cido con el nombr e comercial de Char isma. En es te sentido, un
renombr ado t oxicólogo al emán r ecomi enda no ut ilizar absoluta-
ment e ni ngún me tal en l os t ratamientos odont ológicos, y mucho
menos var ios me tal
es al mi smo t iempo. Has ta el or o podr ía presen-
tar i nconvenientes, cuando, por ej emplo, t i
ene que convi vir durante
décadas con empas tes de amal gama en l a dent adur a. El or o, como
antagoni s
ta del mer cur
io, impedirí
a que l os residuos de l a amal ga-
mapudi erandi solverseenl oshuesosydespuésel i
mi narse.
Hi
gieneypr
ofil
axi
sdent
al
Aunque se ha oído mi
lv eces, en r
aras ocasi
ones se cumple: si
ga un
régi
men ali
mentici
o natur
al, r i
co en vitaminas y mi neral
es, y lim-
píese los dientes con r egulari
dad, si es posi bl
e tr
es v eces al dí
a. La
li
mpi eza de l os di entes es i mpor t
ante en cualquier posici
ón de l a
luna. Y t odas l as medi das pr eventivas para l
a higiene de dientes y
encías, a l as que se l e agr eguen ot r
as sustancias —enj uagues,
mi neral
es, etcétera—, ser án bi en acogi das en cuar to creci
ente, por-
queelcuer polasasi mil
arámej or
.
En es t
e pár raf
o sól o quer emos señal ar que ¡ l
os di entes irr adi
ados
ejercen un ef ecto debili
tante sobr e l as encías y l os arcos reflejos de
muchas z onas y ór ganos del cuer po que se hal l
an en es tr
echa r e-
lación con el los! El mé todo del acei t
e par a desintoxi
car el cuer po
descr i
to en l a pági na 150 t ambi én si rve para descont aminar l os
dientes. Su eficacia es i ndependi ente del est ado de l a luna. Muchas
personas con pr oblemas dent ales, o que han pasado por si tuaciones
de gr an esfuerzo y agot ami ento f ísico, han aplicado con éxi to este
mé todo, y aún hoy , al
gunas de el las no sal en de viaje sin una bot e-
lli
tadeaceitedegi rasolensuequi paje.
Sobr
e l
a técnica de hi
giene dental
: Transmi
ti
ra l os ni
ños una téc-
ni
ca de higi
ene dental eficaz y peri
ódica es como una « his
toria
intermi nable», ya que hay que t ener en cuent a que l a mayor ía de
los padr es ni l a conocen ni l a r espetan. La adopci ón de es ta costum-
bre en l a vi da di ari
a, un pr oceso abur r
ido par a los ni ños inquietos
de es ta er a de l os medi os audi ovi
suales, sól o se cumpl e cuando el
dent íf
ricotienebuen saboryl ospequeñosseavi enen aacer carseallavabo.Per o
no se debe pasar por alto ninguna medida, siempr e
que no se qui er
a al lanar el cami no a f uturos « t
erceros dientes».
Láv ese l os dient es después de cada comi da y ant es de irse a dor mi r
.
¡No t ome nada después de l a úl t
ima l impi ez
a! I ncl
uso un pequeño
trago de l i
monada puede ani quilar el buen ef ecto para t oda la no-
che. No ut i
lice un cepi ll
o demasi ado gr ande ( mej
or pequeño que
muy gr ande) y apl ique el masaj e a l as encí as, siempr e en la di rec-
ción que mar que l a dent adura, es deci r, en el maxi l
ar super ior de
arribaabaj o,yenelmaxi larinferi
ordeabaj oar riba.
Si l o que us t
ed ahor a esper a de nosot ros es un consej o par a
salir air
oso de es t
a f ase para acos
tumbr arse a una buena t écnica de
limpieza, como ni ño o como adul to, entonces debemos decepci onar-
lo. Desde el principi
o, la decisi
ón de hacer al go por sus di
entes es tá
en sus manos. De l a mi sma maner a que l a decisi
ón de per severar
con sus hi jos y hacer f r
ente a su r esi
stenci
a con suavidad per o con
firmeza.
Sobr
eelt
rat
oconl
osmédi
cos
Antes de dar por acabado es t
e capí t
ulo, quer emos br i
ndar le una
ayuda para eltrat
o con los médicos.Después de este cort
o vi
aje através del
cuerpo, qui zá us ted se haya f ami l
iar
izado ya con el co-
nocimient
o de l os ritmos de l a l una y es t
é pr eparado par a r astrear-
los en la vida cotidiana y descubr ir sus enor mes benefici
os. Per o es
muy posi bl
e que ahor a se pl antee esta pr egunta: ¿Cómo r eaccionará
mi médi co o mi dent i
sta, cuando qui er
a cambi ar l a hora de vi sit
a
porque cae en un dí a desf avor
able? o, más gener al: ¿Estará abi er-
toaes t
osconocimient
os?
• En casi t
odo el mundo, l
os bancos conceden crédit
os por gr
andes
sumas de di ner
o a los médicos jóvenes para que es t
abl
ezcan sus
consult
ori
os. ¿Qué consecuenci
as t endrá esto en l a acti
tud del
médico,enlamarchadesuconsult
ori
oypar asuspacientes?
• En l
as farmacias de Dinamarca se ofrecen siete mil medicamen-
t
os dif
erent
es, en Estados Uni
dos, ci
en mi l
. ¿La es t
ruct
ura fí
sica de
l
osdanesesesmássencill
aqueladelosestadounidenses?
• Las palabras tr
anquil
izadoras y la carici
a amabl e de un enf erme-
ro, su amor por el ser humano, pueden ej er
cer un efecto milv eces
más cur ati
vo que cual quier medicamento, cualquier i
nyección. Pero,
¿qué salari
or eci
be el personal de enf
ermería en compar aci
ón con l os
médicos?
Todos est
os hechos y l
as respuest
as que usted mismo ya ha dado no
son ni mucho menos mot ivo para echar pest
es cont
ra l os médicos,
y menos aún par a acusar en bl oque a la medici
na ofici
al. Es
ta se
basa en un úni co f
actor común: nuestra i
gnoranci
a y nues tr
a situa-
cióndeinf
eri
ori
dad.
No nos cues t
a mucho ent ender por qué l a medicina ha ev olu-
ci
onado has
ta ir a parar en la actual
idad a est
e cal
lejón si
n sal
ida.
A los buenos médicos no l es resul
ta preci
sament
e f áci
l conv
ert
irse
enbuenosmédi
cos.
Con es te li
bro queremos ayudar a r educi
r el númer o de per so-
nas que vi ven sumidas en la desconfianza y volver a t r
azar un
camino i nt
ermedio. Queremos desper
tar de nuevo l a confianza y l a
esperanza, sobre todo en su capacidad de discer
nimiento y en su
olf
ato..
.Eseesnues t
roobj
eti
vo.
Apar
te de eso, l
as posi
bil
idades económi
cas y l
as not
as acadé-
mi cas son hoy l as que deci den, en l a mayor ía de l os casos, qui én
puede ser médi co y quién no. ¿Recuer da us ted sus años de es tudian-
te? ¿Se acuer da del « t
repa» de l a clase? Se es tá come t
iendo un t re-
mendoer roralper miti
rquesól oestudien medici
na losquet i
enen dinero olos
que sacan buenas notas. Estas personas, con algunas
excepciones, t emen a l a vi da. Temen pr eci
sament e esas exper i
en-
cias que har í
an de el l
os buenos médi cos, como ser í
a conocer l a vida
de l a cabeza a l os pi
es y mani f
estar amor y compr ensión por t odos
los seres humanos. Es como si l leváramos un Rol ex es t
ropeado a un
gar aj
e y pusi éramos el gr i
to en el ci elo al ver que el mecáni co co-
gíaunal l
aveinglesa,conintenciónderepararlo.
No ti
ene porqué jus
tificar
se nidi
sculparse.No es
tá obl
igado a enumerarsus
raz
ones.Estemédicotodavíanecesi
taráalgúntiempoparaabr i
rseal oevi
dent
e.
Desde l as patat
as hast
a el caviar
, desde el asado has
ta las col
es de
Bruselas, desde el café hast
a el cacao, hay una enor me var iedad
de pr oductos al
iment
ici
os de los que a di ari
o hacemos una selección
para que ent r
en en nues tro cuer po. De el l
os depende nues t
ra
supervivenci
a, sin duda también nues tr
a sal ud, y para muchos de
nosot
r osunabuenapartedenuestraalegr
íadevivi
r.
Al contr
ari
o de l o que nos qui
eren hacer creer desde hace déca-
das, en es
ta sel
ecci
ón no ti
ene i
mportanci
a alguna para la sal
ud l a
cant idad que comemos y l a composi ci
ón que t i
enen nues t
ros alimen-
tos. Si l o único que us t
ed esper a de es t
e capítulo es el mil
ésimo con-
sejo par a l l
evar una al i
ment aci
ón « equili
brada», encont
rar t abl
as de
vitami nas, cal orí
as y mat eri
as cont enidas, y ot r
as cosas par ecidas,
ent oncessálteselo.Nopodemosniquer emossat isf
acersudeseo.
Enl
ajungl
adel
asnor
masal
iment
ici
as
¿Us ted creequeesposi bleal imentar sedur ant et oda la vida con medi at aza de
maí zymedi at azadecer vezademaí zaldí ayalmi smot i
empocor rerentr ev einte
ycuar entaki l
óme t r
os?Porsupues toqueno,cont estaráenelact o.Puesbi en,l os
indiost ar
ahumar asdelnor tedeMéxi covi ven hoy ,ydesdehacesi glos,con es ta
dieta másquef r
ugal .Y has t a se reúnen una v eza l a semana par a cor rerun
mar at ón decuar ent a a ochent a kilóme t
ros.Despuésdel a carrera,susl at idos
cardí acosson aún másbaj osquealcomi enz o.Sin embar go,sihacen unadi eta
«sana y equi l
ibrada»,r i
ca en vi t ami nas y mi ner
ales, cont raen af ecciones
cardí acas, hipertensión ar ter i
al, enf ermedades de l a pi el y car i
es..., ant es
desconoci das en su t ri
bu.I nvesti
gador es occident al
es int eresados en elt ema
siguier on el
losmi smoseser égimen al i
ment i
cio ynecesi t aron casiun año par a
obtenercasielmi smor endi mi entofísico.Suscuer possehabí ansome t
idoapenas
sinpr otes
taralespí rit
ui nvest i
gador.
Ci
ent
os de ej
empl
os como és
te se pueden encont
rar por t
odo el
mundo: desde al gunos cl anes de esqui mal es que se al i
ment an ex-
clusi
vament e de car ne y gr asa, a l os campesi nos de l as mont añas
del Tirol que, según l as nor mas vigentes, llevan una vi da poco sana
pero llegan a l os nov enta años si n haber padeci do ni nguna enf er-
medad, has t
a l os faquir es de l a India que comen t an poco que, de
acuerdo con t odas l as nor mas de l a cienci a di e
tét
ica, hace mucho
que deber ían haber desapar ecido de l a t i
erra. En ni nguna par te del
mundo exi ste un r égimen al i
menticio que ar roje el mi smo r esulta-
do par a todas l as personas: o sea, l a exper iencia personal de al imen-
tarse de maner a sana y vi gori
zante. ¿Se acuer da del r esul
tado de
la i nv
es t
igaci
ón r eal
izada ( página 132) con ci nco mi l centenar i
os?
No habí a nada en común en sus hábi tos al imentici
os. Por lo t anto,
¿quésededucedet odoesto?
La r eal
idad t i
ene otr
a car a: es ust
ed mi smo, por su pr opi
o esfuer-
zo, qui en t i
ene que descubr i
r la ali
mentaci
ón que l o mant i
ene sano
yf el
iz. Puede cambiarl
a de hor a en hor
a, de día en día, de edad en
edad y has ta de un l ugar a otr
o. Y para adel
gazar
, cuando es abso-
lutament e necesario, no necesita más que un cambi o de act it
ud
ment al haci a la comida, ¡pero no una di et
a o un r égi
men al i
men-
tici
oespeci al
.¡Esonunca!
Olvídese defini ti
vament e de t odas l as di e t
as y r ecet
as i nf
alibles
y escuche con at enci
ón lo que su cuer po l e dice día a dí a. Usted es
único y nadi el e conoce mej or que us ted mi smo. Tampoco debe l uchar
nunca cont ra l os at aques de « v
oracidad»; i nvesti
gue l a verdader a
causa y act úe cont ra ell
a en consecuenci a y con af ecto. Hast
a ahor a
ninguna per sona se ha vuel to más del gada, sana y menos aún f el
iz
con pr ohi
biciones, aut omortificaci
ón y l amentaciones. Sí l o ha con-
seguido, en cambi o, después de or ientar en ot ro sent i
do sus pensa-
mientos y acci ones. El cal endar io lunar l e r esult
ará de gr an ayuda
paraello.
La úni ca pr egunta que deber ía formul arse ant e una comi da es:
¿Qué ef ectos t endrá esta comida, est
e al imento, es t
a t aza de caf é
sobre mí , sobr e mi cuerpo, sobre mi espí rit
u y sobr e mi capacidad
inmunol ógica? En ot ras palabras: ¿Recibo ener gí
a vital? La r es-
puest a no se l a podrá dar ningún consej ero del mundo. El exper to
es us t
ed. De termine por sí mi smo qué al i
ment os o qué pr oductos
«est
imul antes» l e perj
udican o l e benefici
an en cada moment o. Sól o
el olfato personal decide, en el sent
ido más l i
ter
al de la palabra, su
sentidodelgus to.
1
■
Lossei
spi
lar
esdeunaali
mentación
yunadi
gest
iónsanas
En el t err
eno de l a al imentación, usted t ambién puede r ecuperar
una gr an parte de l a r esponsabil
idad que t antos « sect
ores i nter
e-
sados» quieren arrebatarnos de l as manos. Más al l
á de t odas l as
regl
as y l eyes que exi sten act ualmente par a l l
evar una al imenta-
ción sana, nosot ros qui si
éramos nombr arle seis pr i
ncipios f unda-
ment al
es, que apuntan a un sol o objet
ivo: despertar el sentido par a
la al i
mentación sana en su caso per sonal
. Encuent re su pr opio
ri
tmo, actúe con i ndependencia, si
n i nfluenci
as externas, y t endrá
asegurado el éxi
to. Alo l ar
go del cami no par a desarroll
ar su ol f
ato
personal y su infali
ble sentido del gus t
o, que se r íe de t odos l os
consejer
os y t ablas de cal or
ías.
.. usted encontrar
á l as provisiones
necesari
asenlaspróxi
maspági nas.Susingr
edi ent
esson:
Dos car diólogos nor teamer icanos, Meyer Fr iedman y Ray Roseman,
some ti
eron a i nv estigación dur ante sei s meses a un gr upo de aseso-
res fiscales. A és t
os se l es pi dió que l l
evaran un r egistro de su r égi-
men al i
ment icio, por que ambos i nvestigador es quer ían saber cómo
repercutía la al iment ación en el cor azón y l a circul ación. Al comen-
zar el mes de abr il
,l a época de mayor t rabaj o par a l os asesor es fis-
cales en Es tados Uni dos, se v erificó un aument o consi der abl
e en l os
índices de col est erol, que al canzó ni veles que est aban por enci ma de
losvaloresnor mal es...¡aunquenohabí an hechoni ngún cambi oen sushábi tos
alimentici
os! Después de l
a present ación de las declara-
ciones de r ent a a fines de abr il y de l a di smi nución de l a responsa-
bili
dad i nher ent e a ese t rabajo, t ambi én descendi ó el ni v el de col es-
terol has ta v olver a sus v al
ores nor mal es... si n ayuda de ni nguna
clasedet erapia,medi cament osocambi osenl aaliment aci
ón.
Una z anahor
ia pel ada con pensami entos amabl es (porque uno
sabe que a él /ell
a le gustan l
as zanahori
as),le caen mejor a la di-
gesti
ón y a t odo el cuer
po que la z anahori
a del mejor huert
o «bio-
lógi
co»,quesecompr asól
oporquesedi
cequeser á«sana»
.
Has
ta el caf
é en polvo l
iofil
izado es más sano que el mej
or caf
é
r
eci
én moli
do, cuando el coraz ón que guí
a la cuchar
a tr
abaj
a con
pensamientos amabl
es haci
a el des
tinat
ari
o de esa bi
enhechor
a
bebidacali
ente.
«¡
Per o yo no puedo saber qué act i
tud tenía l a per sona que ha
elaborado la comi da del comedor de l a empresa, del r est
aurante, o
de l os pl atos pr ecocinados envasados! » ¡Pues cl ar
o que sí ! Puede
controlar
lo todos l os dí as. Ras tr
ee el efect
o que l a comi da ti
ene sobr e
us t
ed. ¿Cómo se si ente después de comer ? Deje que sea su ol fat
o el
que deci da si l a pr óxima v ez no ser ía mejor comer se una r ebanada
de pan con hi erbas f rescas ar omáticas que us t
ed mi smo o una per -
sona bi en di spues ta hayan pr eparado, que echar se en el es tómago
cualquier comi da basur a elaborada si n el menor car iño o un pl ato
precocinado. Nosot ros sabemos por pr opi
a exper iencia qué bi en
sabe l a comi da en un r estaurant
e cuyo coci nero est á enamorado o
esfeli
zensumat ri
moni o.
En t odas l as acciones de l a vi da, no sól o cuando comemos o coci na-
mos, l as buenas i nt enci
ones son más i mpor tantes que l a ment e
calcul ador a. Comemos l a at mósf era, el amor ,l os pensami entos y l os
sent imi entos. Con el los nos r est ablecemos o nos debi litamos. Per o
mi entr as una per sona no pueda pr escindir de l as cosas super fici
a-
les y no conf í
e en su ol f
ato, apenas podr á not ar l a diferencia ent re
la sopa de l a abuel a, el aborada con t omat es cul ti
vados con amor y
de maner a nat ural,y l a sopa l ista par a el mi croondas, hecha con
tomat es de i nvernader o, f ertili
zados y madur ados ar ti
fici
almente.
Sin embar go, la di f
er encia exi ste. Tal v ez se cuent e us ted ent r
e l as
per sonasquesear man deval orpar av ol
v era sentirl a diferenci
a,si n exigirla
«prueba» en el act o. La pr ueba l a r ecibirá más adel an-
te,aunquepar aal gunasper sonasyaser ádemasi adot ar de.
2.Elr
itmoper
sonaldel
aal
iment
aci
ón
¿Alguna vez le ha l l
amado la atenci
ón el hecho de que un mi smo
ali
mento sepa más sal ado unos días que otr
os? ¿Que su pl at
o f
avo-
ri
to unas v eces l
e sienta de maravi
ll
a y no l e produce ni
ngún ef
ec-
tosecundari
odesagradabl
eyotrasl
ecausapesadezdeestómago?
Y a l a inversa, es fr
ecuente que con cuar to menguant e uno
pueda comer un poco más que de cost
umbre sin que eso redunde en
un aumento de peso. El cuerpo tampoco reacci
onará mal a al guna
que ot
ra comida abundant
e. Aunque se las tome j us
to ant
es de i r
se
alacama,notendránelmi
smo«peso»queconcuar
tocrecient
e.
En l a act ual
idad, se habl a const antement e de l a necesidad de
una al i
ment aci
ón equi librada, basada en el cr i
teri
o de que hay que
cubr i
r en t odo l o posi ble la demanda es tadís
tica di
aria de sus tan-
ci
as nut r
ientes: al búmi na, hi drat
os de car bono, grasa, mi ner
ales,
vi
t aminas, e t
cétera. Pero es t
e cr i
ter
io no t iene en cuent a el hecho de
que no t odos l os días el cuer po transforma de l a mi sma maner a
determinados el ement os pr imiti
vos de nues t
ros al i
mentos: gr asa,
albúmi na,hidratosdecar bonoysal .
¿A qué i
nfluenci
as pres
taban at
ención nuestros antepasados
antes de poner l a mesa? La t abl
a siguient
e descr
ibe l a inter
acción
ent
r e la posi
ción de la luna en el zodíaco y l
a « cual
idad nut ri
ti
va»
deundí a.
Signodel Cualidad Part
ede Si
stemade
nutritiva
zodíaco l
aplant
a órganos
Ari
es albúmi
na f
ruto órganossensor i
ales
Tauro sal r
aíz circulaci
ón
sanguí nea
Géminis grasa flor sistemagl andular
Cáncer carbohi
drat
os hoja sistemaner vioso
Leo albúmina fruto órganossensor i
ales
Vir
go sal raíz circulaci
ón
sanguí nea
Li
bra grasa flor sistemagl andular
Escorpio carbohi
drat
os hoja sistemaner vioso
Sagit
ar i
o albúmina fruto órganossensor i
ales
Capricorni
o sal raíz circulaci
ón
sanguí nea
Acuari
o grasa flor sistemagl andular
Pi
scis carbohi
drat
os hoja sistemaner vioso
Cuando l a l una es tá en Ar i
es, Leo y Sagi t ari
o, en el mundo
vegetal reinan l os días de f ruta. En gener al, estos dí as son benefici o-
sos par a l a si embra, el cr ecimi ento, el cuidado, la cosecha y el al ma-
cenami ento de f rutas. Es t
os dí as t ienen las mej ores cual idades de
albúmi na, con especi al i nfluencia sobr e los órganos sensor ial
es. En
Taur o, Virgo y Capr icornio, l os dí as de r aí
z, pr edomi nan las mej ores
cualidades de l a sal,f avorabl es par a l a nutri
ción de l a sangr e. Gémi -
nis,Li bra y Acuar io,los días de flor,of recen l
as mejor es cuali
dades gr asas y
oleaginosas e i
nfluyen sobre el si st
ema glandul ar
. Cáncer ,
Escor pio y Piscis,los días de hoj a,poseen buenas cual i
dades de hi dratos de
carbonoyact úansobr eelsi st
emaner vioso.
Ahor a bi en, ¿qué si gnifica « cualidad nut ri
ti
va»
, por ej emplo, cuan-
do con l a l una en Pi scis pr edomi nan buenas cual idades de hi dr
atos
de car bono? En el cul ti
vo de ol ivos, los campesinos saben que al gu-
nos dí as obtienen de sus f rutos casi el dobl e de acei
te que otr
os. Mu-
chos de el l
os conocen muy bi en l a relaci
ón exist
ente y siempr e con-
sultan el cal endari
o l unar par a cosechar en l os días de gr asa de
Gémi nis, Libra yAcuar i
o. Los pl antadores de t é en Chi na se guí an
siempre par a l a cosecha por un cal endario agrí
cola que t oma en
consideraciónelr ecor
ridodel al
una.
A pesar de l as muchas i nf
ormaciones cont enidas en es t
e l ibr
o,
estas influencias no se pueden conver ti
r en un mé todo fáci
l de
manej ar
, en una r eceta inf
ali
ble según l a cual us t
ed se pueda gui ar
en l o sucesi vo. Sólo su pr opi
a obser vación personal le hará dedu-
cir toda su t rascendenci
a y l a utili
dad del conoci mient
o de l as cua-
li
dadesnut ri
tivas.
Pongamos un ej empl o:a us ted le gus tan mucho l os gui sos de v er duras con
salchi
chas.Per o aunqueelsaboressi empr edesu agr ado,compr ueba queno
todos los días le sientan de la mi sma maner a.Hay dí as que l e pr oduce de
inmedi ato esa mol esta sensación de es tar ll
eno,flat ulencias u ot ros est ados
parecidosydesagr adables.Poreso,cadav ezquecomaes tegui so,anot elaf echa
yr egi
s tr
et ambién quédí aslesupomej orynoapar ecier on efectossecundar ios.
Alcabodepocot i
empo,compr obará quecuandouna comi da si enta bi en,ono
tan bien,muchas v eces ri
gen lasmi smas cual idades nut ritivas y losmi smos
signosas trol
ógicos.¿Fuer onlosdí asder aízlosquehi cieronqueesascomi dasl e
quedar an en elest ómago,o en esa f echa r egían díasde f ruta,flor es u hoj as?
Observet ambién elefectoquel ecausar on comi dasen lasquepr edomi naban l os
hidratos de car bono ( pan, al imentos f arináceos, etc.), grasas, f rut as o el
contenidosal i
no.
A par
tirdees
taobser
vaci
ón per
sonal
,esmuyf
áci
lconf
ecci
onar
seunal
ist
acon
l
osdí as« buenos»o« malos»paratomaresealimentoen concr
eto.Nosot
rosnol o
podemos ayudaren l a conf
ecci
ón deuna li
sta semej
ante,nidarl
esugerencias
preci
sas,por que cada persona r
eacci
ona de manera di
fer
ent
ea las cual
idades
nutri
tivas.Posibi
li
dadeshaymuchas:
•En l
osdí
asdeal
búmi
na deAr
ies,Leo ySagi
tar
io,al
gunasper
sonast
oler
an
muybien l
asf
rutasoloshuevos;ot
rasmuymal .Observ
esisu menú cont
iene
muchaopocaalbúmi
naofrutasyquéefect
oej
ercesobreust
ed.
Una l ist
a como és ta puede conv ert
irse en un i nstr
ument o muy
útil
, sobret odo paral os alér
gicos, ya que no en t odos los días del mes
un al imento que pr oduce al er
gia l o hace con l a mi sma i ntensidad.
Con l a ayuda del cal endari
o l unar, se puede descubr ir con f acil
idad
si influye y de qué maner a lo hace l a cuali
dad nut ri
tiva sobr e el
confli
cto entre el cuerpo y el al i
ment o. Esto val
e par a todo: la r enun-
cia a de termi
nados pr oductos aliment icios en unos pocos dí as del
mes, que qui zá sea necesar ia después de haber t omado sus anot a-
ciones, seguro que no es t an di f
ícil de sopor tar como un r égi
men
severodeal i
mentacióndur antetodalavida.
En unsent i
dogener al,noexist
en losal i
mentosqueengor dan oadelgazan.Cada
indi
viduo t i
eneuna maner atotalment epersonalder eaccionara lascomi dasy
bebidas,yt ambi én alaposici
ón delal unaen Ar iesoen Capr icor
nio.Valedecir
queaunqueal gunosdí astenga sólo ganasdecomerensal adaso fruta,o bien
pan o v er
dur as de raíz
,de ninguna maner a debe tenermi edo de reci
biruna
ali
ment ación incompleta.Talvezsól o se t
rate de que ha desper tado su olf
ato
natural.
3.Comerpr
oduct
osaut
óct
onos
Pero par a saber has ta dónde l lega l a capaci dad de adapt ación
de l as pl antas y ani males a de t
erminados ambi ent es, v eamos el
siguiente ej empl o. Una pl anta mexi cana, l a gober nadora, cr ece
sobre r ocas calizas cubier
tas por una finí sima capa de humus. Si
se hace un anál i
sis quí
mico de sus component es, en el la se encuen-
tran casi el dobl e de sus tancias ( me t
ales, mi neral
es, e t
c.) que en
la t ierra en que cr ece. Mat er
ias que no pr oduce el la mi sma, si no
que l as ha absor bido del ai
re de sus al rededores. Esto es i gual para
todas l as plantas y ani males: t oman l o que i nt
egra el medi o am-
biente en que habi t
an, tanto l o posi t
ivo como l o negat iv
o. Lo po-
siti
vo l e si r
ve al cuer po par a r econsti
tuirse y f orti
ficarse; l o nega-
ti
vo —r adiaci
ones, bacter
ias, det
erminadas toxi
nas— lo uti
li
za
como i nf
ormación y l o el abor
a igual que un medi cament
o ho-
meopát
ico(véaselapági
na145)
.
Elr
efr
ándi
ce:«
Dondef
uer
es,hazl
oquevi
eres»
.
También en est
e caso, el j
ust
o medio es el cami
no hacia l
a me ta.
Por supues
to que usted no debe r
enunci
ar por compl
eto a las t
en-
tadoras bananas, a l as v erduras y f rut
as exóticas, ni al t ierno bis-
tec ar genti
no, per o la pal abr a clave es moder ación. Hágal o por su
salud: concédal e prior
idad a l os ali
ment os autóctonos. Por l o menos
las hi erbas f rescas deber í
an pr oceder si empre de l os al rededor
es,
con pr efer
encia del pr opio al máci
go de hi erbas ( que t ambi én se
pueden cul t
ivar con gr an pr ovecho en l a ciudad, sobr e el al f
éizar de
la v entana). Est as pequeñas cent rales de ener gí
a de l a nat ural
eza
no l e van a abandonar cuando se t r
ate de mant enerse sano por su
propioesfuerzo.
Es l a mi sma t orpez
a que se come te t ambi én con l a agr i
cul
tu-
ra. En cada paí s son pr ecisamente l os pequeños agr i
cultores y l as
pequeñas empr esas l a esperanz a de f uturo par a l a pr oducci ón de
aliment os genui nos, ya que son el l
os l os úni cos que tienen l a posi-
bili
dad de pr oduci r alimentos de al t
a cal idad, en ar moní a con l as
leyes de l a nat ur al
eza y si n dañar el medi o ambi ent
e. Las gr andes
empr esas agr ícolas, por mot i
vos « económi cos», muchas v eces no
quieren per mitirse el l ujo de dej ar que l os frutos de la t ierra y l os
animal es cr ez
can de f orma adecuada par a que l os pr oduct os al i
-
ment icios que se obt i
enen de el los sean r ealmente pr oduct os vita-
lesynopr oductospar asaciar
,hincharol l
enar .
Es te es el pr incipal mot i
vo de que en l a er a de l os gr andes
comedor es colecti
vos y de l os pl atos de comi da r ápi
da haya caí do
casi en el ol vi
do l a sabi a pr emi sa de que en nues tros al i
mentos
nat ur ales se deben conser var t odas l as pr opiedades y l a ar monía
inter i
or . Es deci r, deben cul t
ivarse si n fer
til
izantes ni adi tivos tóxi
-
cos que acel er
en su cr ecimiento. No puede haber al i
ment os de
primer a cal idad cuando l os pr oduct os quími cos o mecáni cos han
des troz ado sus pr opi edades nat urales. Todas l as sus t
ancias i mpor
-
tant es, secundar i
as y compl ement arias, vit aminas, mi neral
es y
oli
goel ementos, e i ncluso l as que l es dan col or y ar oma, han si do
grav ement edañadasoel iminadas.
Son múl t
iples l os medi os de l os que echa mano una pol íti
ca
agr ar ia enemi ga del hombr e, y sus ef ect
os no se dej an sent ir úni -
cament e en l a cont aminaci ón de l as aguas subt err
áneas o en l os
resi duos t óxicos que quedan en l os al i
mentos, si no t ambi én, por
ejempl o, en l a maner a ar tifici
al en que se mant i
enen más al tos los
gas t
os de al macenaj e que l os cost os de t ransporte. Tambi én se
mant ienen baj os de maner a ar ti
ficial de t
erminados pr ecios, por que
la consi gna es compr ar en l ugar de hacer lo uno mi smo. Hoy es
bas tant e f recuent e en Eur opa que l os campesi nos deban pagar par a
deshacer se de l a leche, después de muchos años de haber subv en-
cionado a l a i ndus t
r i
a l echer a. El bot ón de mues t
ra es i gual en casi
todo el mundo: l as deci siones pol í
ti
cas, más al l
á de l a r egulación de
pr eci os « desde ar ri
ba» y medi ante pr omesas que se cumpl en sól o a
lar go pl az o, l levan a l os campesi nos a l a dependenci a de de t
ermi -
nados pr oduct os y mé t
odos de cul tivo. Después se cambi a la pol í-
tica yl a dependenci a delospr eciosydelv olumen dev entasl l
eva a lar uina a
numer osospequeñosagr i
cul t
or es.Yl asfábr icasdepr oductosagr ícolascrecen.
Sepodr í
aseguirhast aelinfini
tocon l ali
stadeej emplos.Sin embar go,l
oúnico
i
mpor tante es el r esult
ado i nevit
able: parece evidente que l os ali
mentos
producidos por pequeñas empr esas con amor,cui dado y en ar monía con l
a
naturaleza,degran calidad ysanos,noson deseados« desdear ri
ba»,porquese
hace todo para minar l
e elt er
reno a aquellos que quieren l
levarl
os a nuest
ra
mesa.
Al compr ar pr oduct os al i
ment i
cios naci onal es, us ted act úa en
cont r
a de es ta nav egaci ón aguas abaj o; poco a poco gana el cont rol
sobr e lo que l lega a su mesa, sobr e su or igen y cal idad y deci de si
los numer osos e i nnecesar i
os t ranspor t
es aument an l a cont ami na-
ción del ai re, si nues tras t ierras deben v olverse ár i
das y conv ertirse
en desi ertos i ndus triales y er i
ales, o bi en es tar ahí par a nosot ros,
talcomo Di os l o desea y elhombr el o necesi ta. Pero es evi dente que un
compr ador i rreflexivo sól o necesi ta l a manz ana. La paga: mer -
cancí a por di ner o, y fin de l a di scusi ón. No i mpor t
a si l a manz ana
ha dado l a vuel ta al mundo o si vi ene del huer to frutal del campe-
sino del pr opio paí s. Lo esenci al es l a manz ana y ni ngún gusano
debe acer cár sele. Per o el f r uticultor sabe que si n ár bol no hay
manz ana. Un ár bol necesi ta espaci o y cui dados. Y el hecho de que el
consumi dor no deba pr eocupar se por el ár bol, no qui er e deci r que
és te deba ser lei ndi f
er ente, ni t ampoco el est ado del suel o en que ec ha
raí ces, ni el sol , ni l os vi entos ni l as nubes que se congr egan sobr e él,
ni su vi talidad ni l a f uer z
a que ha r eci
bido y que concent r
a en cada
uno de sus f r utos. Si n ár bol no hay manz ana. Tal v ez el cl i
ent e no
llegue a v er nunca en su vi da el ár bol que pr odujol a manz ana, per o
tampoco l l
egar ía nunca a v er l a manz ana si el ár bol no cr eciera en
al gunapar te.
Si se deci
de a seguir nuest
ras indicaci
ones, con el tiempo debería
encont
rar una respuesta para dos pr egunt
as. En pr imer lugar:
¿Dónde consi
go pr oductos ali
mentici
os sanos cul t
ivados orgánica-
mente?
La segunda pr
egunt
a es: ¿Cómo puedo cul
ti
var yo mi
smo al
imen-
tossanos?
La nat ur
aleza se ha ocupado de que nadie tenga que viaj
ar muy
lej
os par a reci
birlo que su cuer
po necesi
ta. Lo que nues
tro cor
azón
necesit
a es tá aún mucho más cerca, a menos de un palmo de no-
sotros.
4.Comerconl
osoj
os,l
anar
izyl
alengua
Comer con l os oj
os, l
a nari
zyl al engua. Dej
e que l
os color
es, el ol
or
y el sabor de los al
iment
os sean los que deci
dan qué puede entrar en
sucuerpoyquéno.Enr esumen:escuchelamúsicaensucomida.
Conf í
e en su ol fat o: si us ted qui ere descubr ir por su pr opio
esfuerzolo que le sient a bien y l o que no, en cada moment o, su olf
ato
no lo va a dejar plant ado así como así , de una comi da a ot r
a, de una
sensación de hambr e a ot ra. El ol fato l e permiti
r á despedi r
se con
toda confianza del convenci mi ento de que si empre hay al go que es
bueno, que ayuda en t odo moment o. Us ted ya no t endrá que acep-
tar ni t ampoco pr opagar i deas como: « Un r égimen de al i
mentos
crudos es si empre bueno. La manz ani ll
a si empre ayuda. La man-
tequil
la es per j
udicial /sana par a t odos». Lo que l e di ce su ol f
ato
nunca se puede gener ali
zar. Lo que es bueno y adecuado par a us-
ted puede no ser l
o par a sus hi j
os e i ncluso has ta puede hacer les
daño,sobretodosius t
edqui ereimponér selo.
5.Elor
dendesucesi
ónyl
acombi
naci
ónj
ust
a
Lael ecci
óndelordendesucesi
ónyl
acombinaci
óndel
ascomi
dast
ieneunagr
an
influenci
asobresuefect
oybuenadi
ges
tibi
li
dad.
También revisteimpor t
ancia qué r eúne alaz ar en su pl ato,por ej emplol a
combinaci
ón de v erduras. Todo campesi no y t odo hor t
icultor lo saben: la
adecuada integraci
ón de las pl antas sobrel a superfici
e cul ti
vada contribuye
muchoaal lanarelcami noder egresoalcult i
voconformeal asl eyesnaturales.El
«cul
ti
vo mixto»,como se l ollama hoy ,es de un valori ncalculable,porque las
pl
ant
asseayudanunasaot
rasamant
enerar
ayayar
epel
erdesdeunpr
inci
pio
l
aspl
agasdeanimal
es.
Las pl antas al i
menti
cias que pueden convi vir en l a nat ur
ale-
za t ambién se combi nan con ar monía en nues t
ros platos. Si
n em-
bargo, no t odo el mundo t ol
era comer dos clases dif
erentes de ver-
dura a l a vez. Si us t
ed t i
ene un es t
ómago delicado, no deber ía
hacerlo; ingi
éral
as una t ras otra. Las ver
duras que ni en el huer to
conviven en ar monía, t ampoco se deber ían servi
r j untas en un
mismopl ato.
La r egl
a f undament al es pr ocur ar una buena y equi li
brada
relaci
ón de l os frutos del campo que cr ecen baj
o y sobr e la superfi-
cie. Tbdo desequi l
ibrio en es ta r elación ( por ej
empl o sól o patat
as y
cebollas o sól o t omat es y al ubias) t endr á vast
as consecuenci as que
repercutir
án en t oda l a persona, t anto en el cuer po como en el es ta-
do de áni mo. Has ta las bebidas al cohól icas que se obt ienen de f r
utos
de l a t i
erra —v odka de pat atas, whi sky de gr anos, licores de f r
u-
tas de pepi ta, aguar di
entes de f rutas de hueso—, t ienen un ef ect
o t o-
talment edif
erentesobrecuer poyespí ri
tu.
En muchos l ibr
os de hor t
icul
tur
a podr á encont
rar qué pl ant
as
pueden convivi
r en el huert
o y con el l
o t
ambién en el plat
o. En l a
tabl
a siguiente se muestr
a una par t
e de las múlti
ples posibi
li
dades
decombinación:
Ver
dur
a sepuedencombi
narcon.
..
Patatas coles,espi nacas,judí as,colinabo,enel do
Zanahor i
as cebollas,espi nacas,lec huga
Pepinos cebollas,judíasdet repador a,api o,remol acha,
pereji
l,l echuga,colinabo,col es,j udíasdear busto
Gui
sant
es apio,lec huga
Api
o judíasdear bus t
o,espi nacas,cebol l
as,judí asde
trepador a,tomat es,puer ro,col i
nabo,pepi nos
Espi
nacas tomat es,judíasdet repadora,col inabo,z anahor ias,
patatas,col es
Tomat
es apio,espi nacas,cebol las,per eji
l,coles,colinabo,
lechuga,puer ro,judíasdear bus to,zanahor i
as
Lechuga cebollas,tomat es,judí asdet repadora,judí asde
arbus to,rabani t
os,r ábanobl ancopi cante,enel do,
guisant es,pepinos,f resas,zanahor i
as,puer ros
Cebol
las tomat es,fresas,pepi nos,per ejil
,lechuga,col inabo
De mal a combinaci ón t
anto en el huer to como en el pl ato son:
las judías con l
as cebollas; el perej
il con la lechuga; l
a col con las
ceboll
as; la remolacha con los t omates; las patatas con l
as cebollas;
los tomates con l os gui
santes; la col lombarda con l os t
omat es; los
guisantesconlasj
udí as.
Si la pat at
a int egr
a l a li
sta de sus al i
mentos bási
cos y t i
ene un
papel pr otagoni
sta en su comi da, si
empre debería añadir
le pereji
l,
cebol
lino u ot r
as hi er
bas frescas. Muchas de estas hier
bas aportan
poderosas ener gías que pueden cont rarr
est
ar la acent uada «pesa-
dezdel atierr
a»subt er
ránea.
6.Escucharalcuer
po
No sólo es i mpor t
ante escuchar con at ención la músi ca que emer -
ge de l os ali
mentos, si
no t ambién la músi ca del cuerpo. Es impres-
cindi
ble para obt ener una al imentación y una di ges
tión sanas, y
para estar sano por el propio esfuer
zo entender sus soni dos y seña-
lesyaprendersuidi
oma.
Si es tá r esfri
ado, por ej emplo, not ará una ci erta i napetenci
a.
¡Así debe ser ! No coma nada, al menos nada pesado o l as cant i
da-
des acos tumbr adas, y beba mucho l í
quido. Todos los ani males ac-
túan bi en por i nst
into cuando es tán enf ermos o her i
dos: dejan de
comer al imentos sólidos y descansan. Cada uno de l os órganos que
inter
vienen en el pr oceso de l a di gest
ión consume pr i
mero ener -
gía, antes de que el cuer po vuelva a poner la a nues tr
a disposici
ón.
El cuer po nos i ndica con l a debi da ant elaci
ón cuándo necesita nue-
vas ener gí
as. Y es t
e moment o l lega, casi si empre, mucho más
tardedel oquenosot r
ospensamos.
La r egl
a númer o dos se r efier
e a l os pr ocesos de di gesti
ón y
evacuación. Muy pocos t emas en l a prevención sani tari
a y en el
tratamiento de l as enf ermedades son t r
at ados con t anta super -
fici
ali
dad y negl i
gencia como nues tr
os pr ocesos di gest
i v
os. Un
signo evidente de ello es el est
ado en que se encuent ran muchos ba-
ños públ i
cos. Sólo en casos muy excepci onal es son l ugar
es a l os
que uno acude con agr ado, porque l
a at mósf era invita a l a rel
a-
j
ación para dedi
car
se a uno de l
os pr
ocesos más nat
ural
es y «sa-
t
isf
actori
os» del mundo. Hast
a el pr i
mer mi ni
str
o debe visi
tar-
l
osapi e.
Reflexioneunav ezen si
lencioycon calmasobr eloquevaal eeracont i
nuaci
ón,
grábeselo en la cabeza y más t ar
de vuelva sobre el
lo. A si
mpl e vis
ta, l
a
inf
or macióntalvezlepar ez
capocodi gnadecr édi
to,peroestácorroboradaporla
exper i
enciadetodaslasgener aci
oneshumanas.Nues traesperanz
aesqueus ted
descubr asuverdaderosignificadoporsupropioesfuer
zo.
¿Qué pi ensa us ted de est a i nformación? ¿Por qué al gunas per sonas
tienen t odavía la i dea de que hay que « domi nar» a l a nat ur
alez
a,
cuando el la nos t rata con t anta sabi dur í
a y gener osidad? ¿Sabí a
us tedquemuchasdenues tr
as« malashi er
bas»—del aor t
igaalegopodi o,delas
mar gari
tas al di ent
e de león— t
ienen un gran poder
cur ativ
o par a numer osas dolencias f í
sicas? ¿Por qué l a vi st
a de l a
nat uraleza i nduce a t antas per sonas a ext er
mi narla si n pi edad, en
lugar de cer ciorar
se de sus enor mes benefici os? ¿Qué nos i mpide
actuar de acuer do con l o que t odos sabemos en el f ondo de nues t
ro
coraz ón,esdeci r
,quesól osomoshoj asenelár boldel anat uraleza?
Tal v ez us ted v ea ahor a con ot ros oj os el mundo mul t
icolor y
var iado de l as pl ant as medi cinales y ar omát i cas, de est as cent ra-
les de ener gía en mi nif
ormat o. Se puede deci r que casi no hay
padeci miento f ísico ni enf ermedad que no puedan ser mi ti
gadas o
cur adas medi ant e el uso de l as hoj as, flores, f r utos o r aí
ces de una
de l as pl ant as exi st
entes en l a nat uralez a. La per sona que en su
coci na empl ee l as hi erbas con car iño y sabi dur í
a no sól o consegui -
rá el aborar una comi da sabr osa, sino t ambi én sal ud par a los que l e
rodean. Muchas de nues t
ras hi erbas cul inar i
as t ienen ef ectos pr e-
vent ivos y cur at i
v os sobr e numer osas enf ermedades: el per ej
il, el
cebol lino, el r omer o, l a salvi
a, el l eví s
tico o api o de mont e, l a ar te-
mi sa... Por desgr aci a, con f r
ecuenci a sól o se l as consi dera un i ngr e-
di ent e más par a r ealzar el sabor . Una pr opiedad del t odo i nsigni-
ficant e, si se conoce el enor me benefici o que pueden t ener par a
us t edypar aunavi dasana.
Las r azones pr i
ncipal
es de l a decadenci a de l a herbori
ster
ía en
el últi
mo si glo no hay que buscar
las sólo en l
a aparici
ón de lai ndus-
tria farmacéut i
ca, si
no sobre todo en el hecho de que dos de sus
«secr
etos» han caí do casi en el ol vido. Descubr
irl
os de nuev o es
nuestroobj e
tiv
o.
Secr
etosdel
aher
bor
ist
erí
a
Cont
eni
dodevi
tami
naC,
enmgporcada100grdepar
tecomes
tibl
e(val
oresmedi
os)
Ver
dur
asdecul
tivoPl
ant
assi
lvest
res
endi via 10 mar gar i
tas 87
achicor ia 10 fár f
ar a 104
lechuga 13 álsine 115
judíasv er
des 20 di entedel eón 115
espár r agos 21 aceder a 117
guisant esverdes 25 gal adeFr anci a(bal
samina) 125
puer ro 30 ficar ia 131
escar ola 35 quenopodi o 157
colc hina 36 mal vasi l
ves t
re 178
acelga 39 per ifoll
o 179
colriz ada 45 quenopodi odelr eyEnri
que 184
repollo 46 egopodi o 201
collombar da 50 quenopodi obl anco 236
espinacafr
esca 52 acanto 291
berro 59 berrodeaguaomas tuerzo 314
coli
flor 73 orti
ga 333
colverde 95 hierbadeSanAntonio 351
brécol 11 pimpinel
aosanguisorba 360
4
coldeBr
usel
as 11 ar
gent
ina 402
4
Val
ormedi
o 46 209
,6
e:Ver
Fuent dur
asdecultiv
o: Hierbassi
lvest
res:Fr
ankeyKensboc
k,
1981,Souciyotr
os,1986-1987 1981,Schneider1984
Uno de l os secret
os de todos los buenos herbolari
os es haber llegado a
compr enderque cada plant
a con efect
o curat
ivo despl
iega su podercomo un
todo;que las sustanci
as acti
vas que conti
ene,nide l ejos t
endrán elmi smo
resul
tadoensuf or
maquí micamentepur a,ynuncal otendrán..
.apesardet odas
lasafirmaci
onesencont radelaciencia.
Util
izar las sus tancias act i
vas pur as es t an absur do como afir -
mar que l as mat eri
as fibr osas son i nnecesari
as en l a al i
ment aci
ón,
cosa que hi z
o a fines del si gl
o pasado l a persona que desar rol
ló la
diet
ética. Nat ur
alment e, l as pl antas cont ienen sustanci
as que
parecen inúti
les o i neficaces cuando se l as disgrega y se exper imen-
ta con el l
as en ser es humanos y r atones dentro de l os mé t
odos l i
-
mi t
ados de l a ci encia. Al gunas de est as sus tancias en apar iencia
super fluas poseen i ncluso un ef ecto tóxi
co más o menos débi l según
sea l a dosis. No hay que ol vidar en es te sent
ido que l a natur al
eza,
en su i nmensa sabi duría, ha i ncorpor
ado t ambi én esas sus tancias
tóxicas a l a planta, pr ecisament e par a que act úen en el l
a como
antídot o cont r
a l a dosi ficación excesi va de l as sus tanci
as act ivas
curat ivas. Toda sus t anci
a act iva « buena» en es tado pur o posee, en
dosificaciones alt
as, un ef ect o tóxico a v eces de igual fuerza que l os
component esdedébilt oxici
daddel apl anta.
Es i nsensat
o r omper el conci ert
o, la consonanci a de t odos l os
componentes de una pl anta. La nat ur
aleza no trabaja de esa ma-
nera, obli
gándonos a ext raer lo «bueno» de las hi er
bas medici
nales,
con mucho esf uerz
o, despliegue de medi os y cos
t es el
evados, antes
dequenosseaút il.
No se acobar de y ut i
lice siempre l a t otal
idad de una pl anta
medi
cinal o una de sus par t
es: f
ruto, r
aíz, hoja o flor
,o todo j
unto.
En cualquier buen manual encont r
ará i ndi
cadas las part
es de una
pl
ant
aquet ienenmayoref
ect
o.
¿Quéhi
erbamedi
cinalesmáseficaz
?¿Us
tedquépi
ensa?
Una semi l
la de sal vi
a el ige un l ugar de termi
nado par a br otar
,
crecer y madur ar
; de otro modo no br otarí
a en absoluto. En su l ugar
«j
us to» germina, soporta el sol , los vi entos y el cl i
ma, l ucha par a
imponer se, echa r aí
ces profundas par a al canzar l
a humedad y l os
mi neral
es vi tal
es par a su exi s
tencia, cr ece en l a proximidad de
muchas ot ras pl ant
as, y par a sobr evivi
r se adapt a a l a r adi
ación
de l a atmósfera y ot ras influencias negat ivas de las inmedi aci
ones.
Esta sal vi
a si lvestr
e, de cr ecimiento espontáneo, será r ecolectada
después por manos exper tas, secada o al macenada con car i
ño y
esmer o en el « moment o i
dóneo» , transf
ormada en una i nfusión par a
los trastornos de hí gado y v esícula, y bebida en el «moment o i dóneo»
por una per sona enf erma que vi ve en el mi smo medi o ambi ente y
en l as mi smas condi ci
ones cli
mát icas que l a propi
a plant
a. En ot ras
palabras:lasalvi
acr eci
ópar aesteindividuoenfer
mo.
Ot r
a semi l
la de sal vi
a cr ece en una pl antación l ejana, es sem-
br ada ar bi
trar i
ament e, t al v ez madur ada, mi mada, r egada y cui -
dada en un i nv ernadero, t ratada con pes ti
cidas, l i
br e de mal as
hi erbas, echa r aíces endebl es y pl anas, se l a cosecha en cual qui
er
moment o y se v ende a un l aboratori
o f armacéutico. Al gún dí a, no
impor t
a cuándo, al l
íl a vuel ven a el aborar y desmenuz ar, aísl
an las
sus tancias act i
vas y l as t ransforman en un pr eparado par a los
tras tor
nos de hí gado y v esícula que va a par ar a un mayor ist
a y,
finalment e, aterriza en l as far maci as de ot r
o paí s y un médi co se la
pr escribe a un i ndividuo enf ermo. En ot ras pal abras: ¿par a qué
cr ecióestasalvia?
Este ej empl
o esconde el segundo secr et
o de t odos l os exper tos
en hi er
bas medi
cinales: el «
moment
o idóneo» de cosecha, elaboraci
ón y
util
izaci
ón, como t ambién la resi
dencia ecológica de l a pl an-
ta,determi
nansueficacia.
Talv ezus t
ed enti
enda ahora con un poco másdecl ari
dad nuest
ro consej o de
util
izaryconsumi r,si
empr equeseaposi bl
e,verduras,frutasyotrospr oduct os
ali
ment iciosdesupr opiopaís.Sius t
edt i
enelaposibil
idaddepr est
arat enciónal
«moment oidóneo»paratratarseconhi er
bas,entoncesl l
egar
áaconocert odasl as
regl
asr elacionadasconellas.
Elmoment
oidóneoenl
aher
bor
ist
erí
a
Las pocas hi er
bas que es tán pr otegi
das por l a l ey, cómpr el
as
exclusivamente en l as her bori
ster
ías, aunque con el lo no t enga
ningún cont r
ol sobre el or igen y l os moment os precisos de cul ti
vo
y r ecolecci
ón. No se pr eocupe, el espí ri
tu de la pl
ant a t odaví
a est á
vivo y puede ser le út
il si la util
iza en el momento idóneo, sobret odo
si us ted confía en la pl anta y en sus pr opi
as fuerzas de cur ación
espontánea.
La ener gí
a de una hi erba si lv
est r
e no es tá di stri
bui da de
maner auni formeport odal apl anta.Algunasépocassonmuydesf avorabl espar a
la recol
ección por que en ese instante la sus tancia
activa se encuent r a en l a raíz, cuando l o que us ted va a ut ili
z ar son
las flores. Tambi én puede suceder que us t
ed coseche flor es u hoj as
justo cuando el poder cur ati
vo es tá concent rado en el f ruto. En l a
elecci
ón del moment o i dóneo de r ecolección si empr e deber ía ant e-
poner su pr opi
a sensi bilidad, así como l a obser vación de l as condi -
ciones me teorol
ógicas. Par a l a r ecol
ección de flor es, los dí as más
adecuados son por l o gener al los de flor es ( Gémi nis, Libra, Acuar i
o).
Sin embar go, si el ci elo es tá cubi er
t o y hace f río, tampoco ayudar á
mucho el moment o f avor able. Mant enga si empr e l os ojos bi en abi er-
tos par a v er qué es opor t
uno y f actible hoy y qué no. No obs tante,
las r ecomendaci ones sobr e l a época apr opiada par a la cosecha de
hierbas son muy val iosas; si l as condi ciones me teor
ológicas no son
buenasysecas,l ar ecoleccióncar ecerádesent ido.
Lamej
orest
aci
óndelaño
Lapl antaposeesumayorpodercur at
ivocuandot odavíaesj oven.Elesf uerz
oque
ha r eal
izado para germi nar y crecer aument at ambién l a ener gí
a que nos
sumi nist
ra.En laspl antasjóvenessesepar an con mayorf aci l
idad lasmat erias
contenidas;en las viej
as,a v eces no es posible hacerlo(porej emplo elácido
sil
íci
co).Pores t
ar azón,l a pri
maver a escasisi empr ela es t
ación máspr opicia
paral arecol
ección dehierbas.Sinembar go,enot rasestacionesdelañot ambién
encont r
arámuchaspl antasdehi er
bast odavíajóvenes( porl omenoshoj as),que
leper miti
ráncubrirsusnecesi dades.
Lamej
orhor
adeldí
a
A serposi
ble,desenti
err
elasraí
cesporlanoche,demadr ugadaoalanochecer
.
Las úl
timas horas de l
a mañana,cuando se ha secado elrocí
o,es elmej
or
moment o par
al ar ecol
ección de hojas.Las flores deben estarcompletamente
abiertasyserr ecol
ectadasapl enaluzdelsol.Pocoant esdequesemar chit
en,
su poder cur at
ivo es escaso.Las semi l
las y los frutos se pueden r
ecoger a
cualquierhoradeldí a,yaqueson menossensi blesquel asdemáspar tesdel a
planta.Sinembar go,sedeber í
anevitarlashorasdecal ordelmedi odí
a.
Posi
cióndel
alunaenelz
odí
aco
En lar ecolección y en la ut i
liz
ación de hierbas medi cinales,desempeñan un
papelmuyi mpor t
antelaf asedel alunaysu posi ci
ón en elz odí
aco.Unahi erba
medici
nalr ecogida para curación ofor t
aleci
mi ent
odeuna z onadelcuer poque
ri
geelsi gnodelz odíacodeldí adecosecha,pr oduceun ef ectobenéficoespecial
.
Lashierbas r ecogidas en díasde Taur o,porej emplo,pr estan una gran ayuda
paraali
vi arlos dol or
esdegar ganta.Conor t
igamuer tar ecogidaendí asdeLi bra
sepuede pr epararunai nfusiónexcel entecontralacisti
tis.
Enl
atabl
asi
gui
ent
eresumi
mosl
aspr
opi
edades.
Si
gno Recogerhi
erbaspar
a..
.
Ari
es doloresdecabez a,af ecci onesdel osoj os
Tauro doloresdegar ganta,af eccionesdeloí do
Géminis tensionesenl abandamuscul ardel oshombr os,
inhalaci onesenenf er medadespul monar es
Cáncer bronqui t i
s,tr as t
ornosdees t
ómago,hí gadoy
vesícula,af ecci onespul monar es
Leo trastornoscar díacosyci rculat ori
os
Vir
go trastornosdel osór ganosdel adi gestiónydel
páncr eas,af ecci onesner viosas
Li
bra doloresdecader a,enf er medadesder iñónyv eji
ga
Escor
pio enfermedadesdel osór ganosgeni t
alesyot ros
relacionadosconés tos;buendí ader ecol
ección
par atodasl ashi erbas
Sagi
tari
o enfermedadesdel asv enas
Capri
corni
o doloresdehuesosyar t i
cul aciones,afecciones
del api el
Acuari
o enfermedadesdel asv enas
Pi
scis doloresdepi es
No ol vi
de, sin embargo, que el t i
empo debe ser seco par a proce-
der a la recol
ecci
ón. Ya sabemos que a v eces hay que esper ar mucho
hasta que se dan las condi
ciones favor
ables, pero tenga en cuenta que
muchas enf ermedades cróni
cas de l arga dur aci
ón se pueden t ratar
fr
ecuentemente con hi er
bas r ecogi
das baj o el si gno pr eci
so del z o-
díaco.
Lunal
lenayEscor
pio
La luna ll
ena y l
a luna en Escorpi
o son el moment o i
deal par
a r
e-
col
ectart
odasl
ashi
erbasyparat
odosloscamposdeapl
icaci
ón.
En l
una l
lena, l
a pl
ant
a es
tá act
iva en t
odas sus par
tes. Qui
zá sea
éste el mot ivo por el cual ant
es se mi raba con desconfianza a l os
herbolarios, ya que a menudo sal í
an (y salen) de noche a r ecoger
hierbas, porque es cuando el poder cur ati
vo se hall
a en su punt o
más al t
o y t ambién porque la luz de l
a l una ll
ena favor ece su l o-
cali
zación.
Laspar
tesi
ndi
vidual
esdel
apl
ant
a
• Par a l
a r ecolección las frutas y semi ll
as deben es tar madur as, es
decir, ni verdes ni pasadas. A eso se debe que l as úni cas épocas f a-
vorables par a la r ecol
ecci
ón sean el v erano o el ot oño. Más i mpor -
tante que l a hor a del día es el t i
empo seco; si n embar go debe evi -
tar las hor as de mayor cal or,las del medi odí
a. Las f r
ut as y semi llas
recogidas con cuar t
o creci
ent e se pr es
tan mej or par a su ut i
liz
ación
inmedi at
a, por que son di f
ícil
es de secar y echan demasi ado z umo.
Los mej ores dí as par a la r ecol
ección de f ruta son l os de f r
ut a
(Aries, Leo, Sagi t
ario) con cuar to menguant e: garantizan una l ar-
ga conser vación. Los dí as más desf avorables son los de Capr icornio,
Piscis,CánceryVi r
go.
Hi
erbasmedi
cinal
espar
aal
macenar
El cui dado me ti
culoso es el mandat o supr emo par a conser var,
secar, almacenar y guar dar
. La v erdad es que ser í
a l ament
abl e que
un er ror echar a a per der gr andes canti
dades de est os valiosísi
mos
regalos de l a naturalez
a. Para secar l as plant
as, póngalas a la som-
br a y dél es l a vuelta con frecuencia. Uti
li
ce como sopor te un mat e-
rial nat ural per meable al air e, por ejempl o una r ej
il
la de mader a
o papel ,¡ pero nunca, en ni ngún caso, una l ámina de me tal o de
mat eri
alsintético!
Después de es
tas i
ndi
caci
ones qui
zá l
legue us
ted a l
a concl
usi
ón de
que l as hi erbas que se v enden en f ar maci as, t iendas de pr oductos
dietéti
cos y her borist
erías no t i
enen ni ngún val or por que en el las
(¡
todaví a!
) no se ha t omado en consi deración el ar t
e del moment o
idóneo. Si n embar go, no deber í
a subes timar l a f uer za de es t
as pl an-
tas, que t ienen su val or y ayudan bas t
ant e sobr e t odo cuando se
usan con l a act i
tud ment al adecuada. I nvit
e ment alment e a l a
plant a par a que se al íe a sus pr opias f uerzas de aut ocuración y
compr obar á con sor presa que a v eces bas ta con mas ticar algunas
briznas de cebol l
ino par a al ivi
ar un r esfr
iado. Sól o cuando se t ra-
ta de enf er medades cr ónicas, de di f
ícil cur aci
ón, r eviste una es-
pecial i mportancia el moment o i dóneo de l a r ecol
ecci ón y ser ía
impr escindi
bl e pr estarl
e at ención. Los éxi tos obt enidos por l os
versadosenl acuraconhi erbashabl anporsími smos.
Pr
epar
aci
ónyempl
eo
Con f r
ecuenci a, l os mejores r esultados con hi erbas medi ci
nales se
obti
enen cuando se comen cr udas, en ensal ada (ber
ro de agua, dien-
te de l eón), como v erdura (salvia, flores de saúco), o espinaca (or-
ti
ga, aj o si l
v estr
e). Pero además exi s
t en muchas ot r
as f ormas de
preparación y uso, i gual
ment e eficaces, sobr e l
as que se nos dan
vali
osos consej os en numer osos t ratados; así por ejemplo, qué f or-
ma de ut il
ización pr omete el mej or r esul
tado en de t
erminados pr o-
blemas, e tc. A cont inuaci
ón quer emos habl ar de algunos de es tos
mé t
odos.
•I nf
usi
ones y t isanas: Para la el
aboraci
ón de una infusi
ón son apr
o-
piadas, sobre todo, l as hier
bas j óv
enes que cont i
enen acei
tes vol
á-
ti
les, de r ápi
da evapor aci
ón. Un t i
empo prolongado de cocción di
s-
mi nui
rásupodercur ati
vo.
• • Cocci
ón (
tisana): La cocción si
rve par
a l as pl
ant
as con mat
erias
cur
ati
vas de di f
íci
l solubil
idad (áci
do si l
íci
co, sus
tanci
as amargas
y áci do tánico)
, especial
ment e para mader as, raí
ces o t al
los. Colo-
que l as plantas dentro de una cacer ola esmalt
ada con agua f r
ía y
ll
évelas a hervira f uego lent
o. El ti
empo de cocción es una cues ti
ón
personal; por regl
a general bastan unos qui nce minutos, a veces un
poco más. Si es posi ble, no util
ice ol
las de acero inoxi
dable, hi
erro,
cobreoal uminio.
• • Extract
of río: Para un ext ract
o de est etipo hay que echar en agua
fr
ía las hier
bas del icadas y dej arl
as r eposar toda l a noche. Al día
si
guiente se l
as puede her vir un poco con agua l i
mpia (si
n el líqui
-
do obtenido de l a extracci
ón en f r í
o) para obtener así las rest
antes
sust
ancias cur at
ivas. Es tos extract
os son flui dos densos que, mez -
cl
adosconaceites,danl ugaral i
niment oslí
quidossuav es.
•
• • Tinturas: Las ti
nturas son ext r
actos de fluidos sutil
es, que casi
siempre se obti
enen con al cohol di l
uido. Eche un puñado de hi er
-
bas dentr
o de una botell
a de cr i
staloscuro y vierta en el
la,por ejem-
plo, un aguardi
ente de frut
as has ta cubri
rlas. Al cabo de unas dos
semanas de mant enerl
a en r eposo en un l ugar templado, la ti
ntu-
raestar
álist
aparasuuso.
• Ungüent os y pomadas par a empl ast os: Se preparan con mat eri
as
grasas blandas, pl antas y ext r
actos de pl ant
as trit
uradas y r ecoci-
das. Si tiene l a posibil
idad de compr ar car ne a un campesi no que
cría a sus ani males con mé todos nat urales, pí
dale la grasa de un
cerdo sacrificado en luna l l
ena ( es posible que él sepa, incl
uso, que
la carne es mucho más sucul enta y se conser va mej or
). Der r
ita la
grasa a una t emperatura moder ada y en cuar to menguant e. No l o
haga en l os dí as de Vi rgo, porque entonces se enmohece con f acil
i-
dadynoest andur adera.
Es t
a gr asa es de un val or i ncal
cul
abl
e, tant
o como base par a
ungüent os como par a la elaboración de compresas y cat apl
asmas.
Caliente bien la grasa de cer do y agr éguel
e hierbas fr
escas (por
ejemplo, caléndul
as) y póngalo t odo a cocer dur ante unos mi nu-
tos, más o menos el t iempo que necesita una escalopa. Con dos
puñados de hi er
bas tendrá suficient
e para un f r
asco de mer mel
a-
da l l
eno de gr asa. Dejer eposar la mezcla toda la noche en un l ugar
fresco y cal iéntela ligerament e al dí a si
guiente has t
a que vuel va a
poner se líqui
da. Cuél ela a t rav
és de un fil tro fino en f rascos de
vidrio limpios y déj el
os en un l ugar oscuro. Un ungüent o como és te
es un r emedio excel ente par a di f
erent
es dol enci
as; si r
ve, por ej em-
plo, para dar f riegas en el pecho cuando hay t os o br onqui
ti
s, o par a
lasvar i
ces.
Lael
ecci
óndel
apl
ant
aindi
cada
Ahor
a bien, ¿cómo elegir la plant
a que cor r
esponde? ¿Qué hi
erba
oquémez
cladehierbasdar
ál osmej
oresresul
tados?
Pero no ol vi
de que l as l is
t as de hi erbas y l os dat os sobr e sus
ef
ectos t ienen, en r esumi das cuent as, poca i mpor tancia si l os com-
paramos con l os benefici os que pueden apor t
ar su act it
ud f rente al
uso y su ol f
ato en l a el ección de l a planta indicada. Casi t odas l as
hierbas ayudan a al i
viar numer osos t r
as t
ornos y enf ermedades; y a
lai nver sa, a menudo exi s
te un gr an númer o de hi erbas par a una sol a
enfermedad, que hay que t ener en cuent a como medi o pal i
ati
vo y
curat ivo. Por ot ra par te, no t odas l as plantas tienen el mi smo ef ecto
en t odas l as per sonas. Así pues, mi entr
as una per sona enf er ma puede
no t olerar en absol uto una hi er
ba medi cinal
, a ot r
a puede pr oporcio-
narle una r ápida cur ación, aun después de una l arga dol encia. Per o
aunque una v ez l e haya i do muy bi en una de terminada hi erba, por
ej
empl o una i nf usión de manz anill
a, en ot r
a ocasi ón, con el mi smo
cuadr o de mol estias, puede no ser vir
le en absol uto. No exi ste ningu-
na r eceta i nfalible ni un r emedi o cur alot
odo, no hay nada que ayu-
desi empr e.
GOETHE
Tant o si l o admi t
imos de buen gr ado como si l e oponemos una en-
conada r esistencia; t ant o si l o qui ere conocer nues tro espí rit
u i n-
ves t
igador como si , par a nues tr
a desgr aci a, no nos quer emos dar
por ent erados, el át omo y l a piedra, la plant a y el ani mal , y con el l
os
el ser humano que l leva en su i nterior cada una de es tas f ormas de
ener gí
a, t anto en l a cr eación como en l a des trucción, t odo es t á
some t
ido a r i
tmos y ci clos, al movi mi
ent o t ransmut atorio. Desde el
aliento has ta el l ati
do car díaco, desde l a ci rculación de l os humo-
res cor porales has ta el ci clo del naci miento, l a muer t
e y el r enaci -
mi ento, por t odas par tes nues tr
a vi da se v e r ozada y af ectada por
un vai vén, por un mar chi t
arse y r enovar se, por el cr ecimi ento y el
declive de múl ti
ples f uerz as..
., no sól o l
as de l a l una. La vi da mi s-
ma es ci rculación, agi tación, vi bración, osci l
ación...; en una pal a-
bra: una danz a. En cambi o el « crecimient o per petuo», i dolatrado en
la act ualidad, es cont rar i
o a t oda nat uraleza, un i nvent o ar ti
ficial
de nues t
ro t i
empo l oco y mi ope (del punt o cent ral), en el que se con-
sidera nor mal oponer se a cual quier pr eci o al movi mient o de r et r
o-
cesoyales tancami ento.
Para desper
tar y mant ener despi
ert
a su al egría por l a danz a
de la vi
da, en esta par
te hemos querido presentarle dos r
itmos, de
l
os que ningún ser humano puede z afar
se: el bi orri
tmo y el rit
mo
di
ariodel
osórganos.
Enelcampodef
uer
zasdelbi
orr
itmo
Lost
resr
itmosdel
avi
da
Las f uer
z as del biorri
tmo humano act úan sobr e cuerpo, ment e y al ma
desde el mi smo dí a de nues t r
o nacimi ento. Dan color a muchas de l as
cosas que hacemos, sent imos y pensamos. Tomar conci encia de es t
e
juego de col ores puede ser muy benefici oso en muchos campos de l a
vida, tant o prof
esional como pr i
vada, ya que sus ef ect
os son pr ede-
cibles en muchos aspect os. Los médi cos de l a anti
gua Gr ecia ya t o-
maban en consi deraci
ón l os dí as « buenos» y « malos» de sus paci en-
tes. Per o después de muc hos años de ol vi
do y de per manecer
ador meci
das en Occi dente, l os r edescubridores en nues tr
o si gl
o de
estas fuerzas les han r eser vado un nombr e que en español suena casi
como en gr i
ego o l atín, bi or r
itmo. En nues tro idi
oma si gni fica pr eci-
sament e«compás»,«rit
mo»o« pul sodel avida».
• elri
tmocor
poral,c
onunaduraci
ónde23dí
as,
• elri
tmopsí
quicode28días
yelr
itmomental
,queduraexac
tament
e33dí
as.
Estos r it
mos nos r egal an una f ase al t
a has t
a l a mi t
ad de su
duración, que se va el evando has ta un punt o culmi nante. Justo en
el punt o culminant
e, y en el pl azo más br ev
e posi ble, hace un cam-
bio br usco y casi vertical hacia abajo, hasta el punt o de ar ranque y
se convi ert
e en una f ase baj a descendent
e par a alcanz ar el punto más
bajo. Desde al lí
,t ambi én de maner a brusca y v ert
ical, vuelve haci
a
arribahas taelpr
inci
pio,dondeempi ezadenuev oelpulsoal t
o- baj
o.
Para i l
ustrar este r i
tmo, ut il
ice como ayuda el di agrama que
le mos tramos abajo, donde se r epr
oduce el cur so algo si ngul
ar de
una de est as curvas. Par a este ejemplo hemos el egido el r i
tmo
psíquico de 28 dí as. Si us t
ed ya es t
á un poco f ami
liar
izado con el
biorri
tmo, tal vez se sorprenda ante este gr
áfico. Un poco de paci en-
cia,seloaclarar
emosenl apágina228.
En el esquema gr áfico puede v er cómo la curva del rit
mo psí -
quico ti
ende primero haci a arri
ba, en el día 14 —el pri
mer dí a de
cambio ( A)— desciende br uscamente hasta el «punt
o cero» y des-
pués, dur ant
e cator
ce dí as corre haci
a el punto baj
o. En el segun-
do día de cambi o, después de v ei
nti
ocho dí
as (B)
, se complet
a una
onda.Elritmoempiezadesdeelpr i
ncipi
o.
El r it
mo cor poral toma exact amente el mi smo curso, per o l a
fase al
ta t
ermina después de once días y medi o, y t
odo el ci
clo l
le-
ga a su fin después de vei
nti
trés dí
as. El cur
so de su curva es en-
toncesmásabrupto.
El r i
tmo ment al termina l a f ase alta después de dieciséis días
y medio y allí cambia. Después de tr
eintayt res dí
as en t
otal,laf ase
baj
a si gui
ente alcanza el punto de ar ranque de un nuevo ci cl
o. Por
l
o t anto, su cur va mues t
ra el ascenso y el declive más moder ados
detodoslosrit
mos.
Es
tos t
res r
itmos i
nfluyen si
n cesar en t
odos nosot
ros, si
n di
sti
nci
ón
de cl ase ni sexo. Además se compene t
ran, fortalecen y debil
it
an
entre sí a l a vez que entr
an en int
eracción con muc has ot
ras in-
fluencias como el es t
ado de sal
ud, la edad, i nfluenci
as del medio
ambi ente,es
trés,e
tcét
era.
Elbi
orr
itmocor
por
al(
23dí
as)
Conocer el biorr
itmo corporal es i nt
eresante sobre t odo para aque-
l
las personas que se dedican a alguna act i
vidad físi
ca, ya sea en el
deport
e o en l a prof
esi
ón: masajis
t as, bail
arines, obreros de l
a cons-
trucci
ón, e t
c. Es t
as per sonas perci
ben l
a i
nfluenci
a del bi
orr
itmo
corporalconmayorclar
idadqueotras.
Por r egl
a gener al
, en l a f
ase al ta uno se si ente vi
tal y con una
gran r esi
stenci
a, l os t r
abaj
os f í
si cos se reali
zan sin esfuerzo, t
odo
sale con más f aci
lidad y en el depor t
e generalment
e se t i
ene mayor
capacidad de r endi mient
o. También se v en influi
dos el espír
itu em-
prendedoryeldinami smo,laautoconfianzayelcoraj
e.
Pero l
o normal es que en cada dí a de cambi
o r ei
ne un moment
o
crí
ti
coenelr
itmocor
poral
:desdeelpunt
odevist
adelasal
ud,se
Muchas par t
eras conocen muy bien el bi or
rit
mo corpor
al.
Saben que el dí a 11 (el día de cambi o en el r it
mo cor por
al) es un
moment o cr ít
ico par a los recién naci dos. En ese dí a, algunas v e-
ces se pr esentan con mayor f recuencia v ómitos u ot r
os síntomas
fí
sicos que ser án mot iv
o de pr eocupación. «Después de un mes, l os
bebés ya han hecho l o más di fícil
.» Este razonamiento de las par -
teras y los pedi at
ras se basa, entr e otr
as cosas, en el hecho de que
después de t rei
nta y t res días, l os pequeños han pasado por pr i
-
mer a vez por l os tr
es r i
tmos, con sus f ases alta y baja y sus dí as
decambi o.
La f ase baj
a mar ca una paul ati
na pér dida de ener gía y di smi -
nución de l a elasti
cidad cor por
al; los gr andes esfuer
zos r equi
eren
ahora pausas y descansos más pr olongados. Una excur si
ón por l a
mont aña en los días de f ase baj
a, antes del segundo día de cambi o,
exigi
rá mucho más esf uerz
o que si se hi ci
era durante la fase alt
a.
Preci
samente los últimos dí as de la fase baja son el moment o opor -
tuno par a la recuperación y el descanso, par a poder reunir nuevas
fuerzas.
Elbi
orr
itmopsí
qui
co(
28dí
as)
Este r i
tmo i nfluye sobre nues tr
as f uerzas i nternas y externas de
percepción y obser vaci
ón, y en gener al sobr e el mundo de nues t
ros
sentimientos, sobre l a int
uición y l a fuer z
a cr eadora. Ti
ene especial
impor t
ancia par a l as prof
esiones que i mpl i
can t ener que trat
ar con
otr
as per sonas...
, par a educador es, médi cos, per sonal de hospital,
pastoresdeal mas,e t
c.
En l a f ase alta se es tá inst
int
ivamente más movi do y se r eco-
nocen con mayor f aci
lidad los aspectos positi
vos de l a vida. No se
hace di f
ícil obt
ener
, y conser var
, una vi si
ón opt imi
sta de la vida. Los
que t rabajan en pr of
esiones de car a al públ ico —ya sean camar e-
ros, maes t
ros o pas t
or es de almas— se encami nan just
o en es te
moment o haci a su mej or forma; l a f uer
za de l os pensamientos
posit
ivospuedebeneficiarmucho.
A inter
val
os de catorce días, coincidi
endo siempr
e con el dí
a de l
a
semanadesunaci
miento,elri
tmopsí quicoledepar
aundí ade
Las mal as not icias, por ej emplo, si empre se asi milan peor
durante la f ase baj a y uno se desl iz
a con f aci
li
dad haci a un es tado
de áni mo pesi mista, depr esi
vo y ansi oso. Ahora se per cibe con más
fuerza la falta de sent ido de muchas cosas en l a vida. Qui en tenga
tendenci
a a dej ar gober nar su vi da por l a mal a conciencia, se con-
verti
rá estos dí as en una ví ct
ima más dóci l que nunca. Sobr e todo
hacia el final de l a fase baja, es necesari
a una mayor di sciplina para
no ceder l
e demasi ado espacio al pesi mismo. Soltar un ser món a l os
niños que en ese moment o atravi
esan justo la fase psíquica baj a, es
unaempr esaes téri
l:lesentraporunoí doyl essaleporelot
ro.
Elbi
orr
itmoment
al(
33dí
as)
Segur
o que usted puede imagi
nar
se qué ef ect
o tiene l
a fase al
ta
en el r
itmo ment
al:todas l
as act
ivi
dades i
nherent
es a la mente r
e-
ciben apoyo, se compr enden con r apidez los mat er
iales didácti
cos e
infor
maciones i nt
electuales y se pueden asi milar y t r
ansmi t
ir con
más f aci
li
dad. El poder de concent raci
ón es mayor : si uno asiste a un
seminario de per feccionami ento en la f ase alta, segurament e r endi
-
rámuchomásqueenl osdi eci
séisdí
asymedi odelafasebaja.
Elbi
orr
itmoenl
avi
dacot
idi
ana
De es t
a maner a, cual quier empr esa di f
ícil
, cuya f echa de ej e-
cución se fij e en un dí a biorrí
t mico favorable, prome te muchísimas
más pr obabi
li
dades de éxi to: exámenes de t odo t i
po ( ¡t
ambi
én, y
muy en especi al
,l os exámenes de conduci r!)
, entrevistas de empl eo,
conversaciones con subor dinados y super i
ores, resolución de t r
aba-
jos di f
ícil
es. Con depor t
ist
as de i gual ni v
el de r endimi ent
o que se
enfr
ent an a compe ti
ciones i mportantes habr ía que t ener en cuen-
taaaquel l
osquees t
ánenelpunt oalt
odelbi or
r i
tmo.
Sin comprensi
ón no hay ninguna posi
bil
idad de aut
énti
ca
ayuda. La fal
ta de int
ui ci
ón mata una r el
aci
ón. La t ol
eranci
a es sólo
un pr i
mer paso y muy pequeño. La compr ensi
ón, en cambi o, t
rae
luzaunomi smoyal apersonaqueleacompaña.
Así pues, us
ted podrá sacar el mayor benefici
o del conoci
mient
o del
bi
orr
itmosiobser
valassigui
entesr
egl
aseindicaci
onesgener
ales:
• Si la ej
ecución de un pr oyect
o important
e no se puede apl az
ar y
r
esult
a que se va a r eali
zar en un día en que us t
ed atravi
esa jus-
t
ament ela fase baja o en un dí a de cambio, si
empre podrá prepa-
r
arsemejor
.Es tarbi
enpreparadoescasicomohaberganado.
• Vivi
r el pr opio bi or
rit
mo es en esenci a una exper i
enci a per sonal
que no se puede endosar a nadi e. Su conoci miento sólo es apl i
cable
a us ted. De el l
o no puede der ivar ninguna r ecomendaci ón sobr e
cómo debe manej arse otra persona con su pr opio biorritmo. A v e-
ces es posible que uno exper i
ment e un punt o alt
o ment al o f ísi
co de
forma más agot adora que la fase baj a. En el caso ext remo, con t o-
das las cur vas en baj a, a lo mej or uno adqui ere un di scernimiento
completament e nuev o con l a rapi dez de un r ayo, ya que f alt
a l a
fuerza para r obustecer los propios pr ejui
cios e i deas fijas, los pr o-
piosmecanismosment al
esdedefensacont ralav er
dad.
Di
ficul
tadesi
nici
alesdeunaant
iguasabi
dur
ía
La ant i
gua sabidurí
a del bi orri
tmo humano t odaví
a no ha r ecupe-
rado, ni mucho menos, el l ugar que se mer
ece. Esto hay que atr
i-
buirl
o,dehecho,atr
esfact
ores:
Pr i
mer o: en el mundo act ual
, organizado de f orma cont rar i
a a l a na-
turaleza, es di fí
cil prest
ar at enci
ón al bi or r
itmo de cada ser huma-
no. Ni ngún j efe de empr esa lo acept aría como excusa por no haber
acudi do al t rabajo o par a pedir al menos que no l e encomi enden
tareas del icadas. De hecho, l as pr ogramaci ones de es tudi os de nues-
tras escuel as se el aboran en ofici
nas apar tadas de l a nat uralez
a y por
personas que t ambi én están apartadas de el la, a las que l es impor ta
bien poco el v erdadero bienes
tar de l os ni ños. Por eso, en def ensa de
su desi di
a, en muchos de esos cí rculos hay un i nterés apenas di si
mu-
lado de hacer caso omi so e i ncl
uso r epri
mi r el conocimi ento sobr e el
biorritmo. Y eso a pesar de que, si se l ev ol
vier
a a pr es tar atención,
dej
arí
an de ser necesari
as esa infini
dad de horas de cl ases par
ticu-
l
ares y se podrí
a evit
ar en gran medi da el f
racaso escol
ar. Por últi
-
mo, en t
odos los campos de l
a indus t
ria yla economía habría muc ho
menosdeesoquehoysehadadoenl l
amar« f
all
ohumano».
Segundo: un mot i
vo i mpor t
ante para el vaci l
ante relanzamiento del
conocimiento sobr e el biorri
tmo hay que buscar lo en que l a represen-
taci
ón gr áfica que aparece en t odos l
os l i
bros sobre el tema e i ncluso
en l os pr ogramas de or denador es i nexacta, por lo que uno t iene
entoncesunai mpresi
ónequi v
ocadadesuv er daderaevol
ución.
Nosot r
os no sabemos l a razón por l a cual, hast
a ahor a, se ha
representado el bi or r
itmo como una l í
nea ondulada ( cur
va senoi -
dal)
. Los r edescubri
dores y l os aut or
es actual
es sobre el tema qui -
zá no han si do capaces de i maginar un r i
tmo de la natural
eza con
un cur so más ext raño: ascenso suav e, caí
da abrupta al punto de
partida, descenso suav e y subi da empi nada al punto de par tida..
.
como una vál vula que se abr e lentamente y se ci
erra con la rapidez
deunr
ayo.
Por ot ra par t
e, l a r epresentación de una l í
nea ondul ada da l a
impr esi
ón dequej usto en elmedi o escuando sesent irían con másf uerzalas
fases al t
a y baj a. Si n embar go, es to no coi nci
de con l a
per cepción de l a per sona que conoce el bi orrit
mo, que l o ha r ast
rea-
do con exact it
ud y que sabe que l as fases alta y baj a actúan con más
fuer za al final, poco ant es de l os dí as de cambi o. Así pues, con l a
línea ondul ada queda abi ert
a l a si guient
e pr egunt a: ¿por qué j us-
tament e l os dí as de cambi o, que deber ían mar car un moment o
cr í
tico, están r epresentados aquí como un pasaj e suav e a t ravés del
punt o cero? Si se si gue el cur so r eal de la cur va del bi orr
itmo uno
se puede i maginar muy bi en por qué son t an cr ít
icos los días de
cambi o: el cambi o se v eri
fica rápidament e, en el t ranscurso de pocas
hor as.
No l o ol vi
de: capítulo t r
as capí t
ulo le hemos r ecordado que muy
dentro de us t
ed se ha desar roll
ado un ol f
ato i nfali
ble para la v er-
dad. Si us ted se i nici
a ahor a en el conoci mient o de es t
a f uerz
a
natural, aunque nunca ant es haya oído habl ar del bi orr
itmo, podrá
aceptarl
o y t rasl
adarlo a su vi da cot i
diana, si empr e y cuando l o
sienta tal y como es en r eal
idad. Sígale el r as t
ro a su bi orri
tmo
personal y exper i
ment e sus ef ect
os. Ent onces compr ender
á su
exist
encia y su ut i
lidad y no podr á dejarse per suadir por nada ni
pornadiedel ocontrari
o.
El t ercer
o y t al vez el mot i
vo más i mport
ante para la r elat
ivamen-
te escasa f amiliari
dad con el bi orr
itmo es que ¡hay que sent irl
o! Y
ése es el mayor pr oblema: cuando uno, como hacen t antas per sonas,
organiza su vi da par a senti
r y exper i
mentar l
o menos posi ble y no
percibi
r l a reali
dad, cuando t iene mi edo a las sensaci
ones y cont ra-
golpes negativos de l a vida y t rata de adormecerl
os, entonces t am-
poco exper iment ará más l as f ases alta y baja del bi orri
tmo y el
moder adocaosdel osdíasdecambi o.
El hecho concr et
o es que qui en se nar coti
za o t oma es timul an-
tes en l a f ase baja, nar cotiza tambi én t odo su poder de sensaci ón y
de per cepción y en consecuenci a t ambi én l a per cepción de l as f uer-
zas f av
orables de l as fases al tas. El r esul t
ado es una vi da tibia: es
decir, una vi da en apar iencia sin baj as, per o t ambi én si n la i nt en-
sa exper iencia de l os punt os al t
os que t oda vi da t i
ene par a ofr ecer,
una vi da envuel ta en del icados al godones, si n movi miento. Y una
vida semej ant e t ranscurre si n ni nguna pr epar ación par a super ar
los baches que t oda vi da nos t i
ene r eser vados y si n los cuales no es
posibleunaut énti
coapr endi
z aje,unaut énticodesar roll
oi nterior.
De es t
e modo, l
a pérdi
da del animal de compañí
a quer
ido se con-
ver
tir
á en un gol
pe del des
tino, y no habl
emos de l
a muert
e de un
ser queri
do. Por ci
ert
o, el sent
ido de l
a vida no r
eside en permiti
r
que a cada per sona le vaya siempre mejor
, si
no en ol vi
dar
se de
ret
enerl
a. Qui
en quiere r
etener a una mari
posa l
a mata. Todo lo que
seret
ienemuere.
Elcál
cul
odelbi
orr
itmo
Para el pr i
mer mé t
odo de cálcul
o necesi
ta una cal cul
ador
a nor mal
de bol si
ll
o. Si us t
ed deja cons
tanci
a del result
ado en un calendari
o,
real
ice el cál cul
o sólo una vez y más adel ante t
rasl
ádel
o sól
o par a
control
.Procedamospasoapaso:
¡Atenci
ón!Sisuañodenac imientoesbisiest
o,sumeundí
aparaeseañosól
osisuf
echa
denac i
mient
oesanteri
oral29def ebr
ero.
Sielañodecálcul
oesbi si
esto,sumesól
oundíasieldí
apar
a
elqueustedcal
culaelbi
orr
itmoc aedespuésdel29defebr
ero.
Unej
empl
odecál
cul
o:
Fec
hadenac
imi
ent
o 2-
2-1952
Fechadelc ál
c ulo 27-4-
1993
Edad( 41)mul ti
pli
cadapor365 = 14.965di
as
Númer odedí asdesdeelúl t
imocumpleaños= 84“
Díasadicionalesdel osañosbi
sies
tos = 11“
Ent ot
alhant ranscurri
do = 15.060dias
Canti
dadt
otaldedí
asvi
vidos 15. 060
Di
vidi
dopor23 (
ri
tmoc or
poral) 654,782
Di
vidi
dopor28 (
ri
tmopsíquico) 537,857
Di
vidi
dopor33 (
ri
tmoment al) 456,
363
Para el r
itmo corporal mult
ipl
ique ahor
a por 23 el guar
ismo si
gui
ent
e
alacoma(enelejemplo,782)yobtendr
áasílacant
idaddedí
asque,
Losot
rosdosr
itmossecal
cul
andel
ami
smamaner
a.
Para el r i
tmo psí quico mul t
ipl
ique por 28 el guar i
smo después
de la coma ( en el ejemplo, 857). El resul
tado es 23,
9 (24 si se re-
dondea la ci f
ra). La persona del ej emplo se encuentra entonces en
el día 24 del r itmo psí qui
co. Tambi én ha sobrepasado ampl i
amen-
te el dí
a cent r
al de cambi o después de cat or
ce dí
as y lleva ya unos
díasenlafasedescendentedelrit
mopsí qui
co.
Para el r i
tmo ment al multipl
ique por 33 el guar i
smo si gui
en-
te a l a coma (en el ejempl
o, 363). Resul
tado: 11,9. La persona vive
entonces el dí
a 12 de su r itmo mental y en medi o de la fase alt
a,
cuatrodíasymedioantesdeldí
adecambi oalafasebaja.
Si us ted anot a ahor a en su cal endar io, en l a fecha del cál cul o, el
númer o 18 par a el ritmo cor por al
, el númer o 24 par a el ritmo psí quico
y el númer o 12 par a el r it
mo ment al y después, par al os dí as siguien-
tes, aument a siempr e l as cifr
as en un dí git
o, puede segui r y sacar
provecho del r i
tmo con una ant i
cipación de meses e i ncluso de años,
sin necesidad de r epetir el cálculo. Per o no ol vide que después del 23
(corporal
), del 28 ( psíquico) y del 33 ( mental)
, siempre debe v olver a
empez ar con 1. La t abla de l a pági na 241 mues t
ra cómo se v ería el
período abril/mayo de 1993 en el cal endar i
o de l a per sona del ej em-
plo. A si mple vis
ta, esa per sona podr í
a v er que el fin de semana del
1 y 2 de mayo no se encont r ará pr eci
sament e en l a mej or for
ma: l os
tresrit
moses tánfrenteal osdíascr í
ti
cosdecambi o.
Us ted podr á verificar la corrección de su cál culo si empr e que los
días de cambi o del r i
tmo psíquico concuerden con el dí a de la sema-
na de su naci mi ento. Digamos que us ted naci ó un mi ér
coles: l
os nú-
mer os 14 y 28 deben caer si empr e en mi ér
coles. De no ser así ,las r
e-
present aci
ones numér icas no concor darían y t endría que r epeti
r el
cálculo. ( La per sona del ej empl o nació un sábado. ) Par a control
ar
el cont eo, le recomendamos ef ectuar de nuev o el cál culo siempre que
sehal leant euncambi odecalendarioounaf echaimpor tant
e.
Tal vez en l as lí
neas que siguen hall
e una r
espues
ta convi
ncen-
teaestaspr
eguntasquenosi
ntr
iganatodos.
Los ri
tmos de l os ór
ganos se compor
tan como se i
ndi
ca en l
a
tabl
adelapági
na243.
Ór
gano Faseal
ta Fasebaj
a
dea dea
Estómago 7-9 9-
11
Baz oypáncr eas 9-
11 11-13
Cor azón 11-13 13-15
Intesti
nodel gado 13-15 15-17
Vejiga 15-17 17-19
Riñones 17-19 19-21
Circulación 19-21 21-23
Recoleccióngener aldeener
gía 21-23 23-1
Vesículabili
ar 23-1 1-3
Hígado 1-3 3-5
Pulmones 3-5 5-7
Intesti
nogr ueso 5-7 7-9
Desi
eteanuevedel
amañana:est
ómago
El i ntest
ino gr ueso se t oma un descanso después de haber cumpl i
-
do con su t area; el estómago t
rabaj a a toda marcha y es tá pr
eparado
para el r eabastecimient
o de ener gía. ¿Pero qué ener gías? ¿Con qué
empi ez
a el dí a en su casa? ¿Con oj er
as, ci
gar
ril
los, una t az
a de café
y el di ari
o de l a mañana? ¿O con un desayuno equi l
ibrado de cer
ea-
les,ali
ment osintegraleseinf
usi
óndehi erbas?
El t ormento de l a elecci
ón t al v ez le facili
te ll
egar a l a concl usión
de que el moment o en que se l evanta yl os primeros mi nutos siguien-
tes son l os que a menudo deci den cómo t ranscur r
irá el rest
o del día...
,
algo parecido a la canci ón fav
or i
ta que acaba de escuchar por l ar adio
y que t odavía resuena en sus oí dos mat i
z ando las vivencias siguien-
tes. No hay duda de que el caf é y los cigarri
ll
os mat utinos son per -
judi
ciales paral a salud. Pero si us t
ed cree que eso es l o que necesi ta
para empez ar el día sereno, de buen humor y opt i
mi s
ta, ¡entonces no
sedej epersuadirpornadi eparacambi arsuhábi to!
Pr eci
sament e l as pr i
mer as hor as de l a mañana son una bue-
na opor tunidad par a conocer su ol f
ato y manej arse de acuer do con
él; par a es tructur ar
, por ej emplo, su desayuno como más l e gus t
e.
(Siempr e que us t
ed ya pueda confiar en su ol fat
o. Dos vasos de
whi sky de ent rada no ponen en absol ut
o de mani fiest
o un ol fato
desar roll
ado par a opt ar por l o v erdader amente necesar io.
..) Es
realment e triste asi s
tira l o que en l as últimas décadas se ha quer i-
do i mponer como « desayuno sano» . Por supuest o que l os r egímenes
crudos y l os pr oductos integral
es son sanos, per o nadi e l os si gue.
Si a us ted le si enta mejor el café que el té, ¿por qué no t omar l
o? Si
un ci garri
ll
o por l a mañana mant iene la r egular
idad de sus evacua-
ciones, ¿por qué no fil márselo? Si l
os paneci l
los de har ina blanca con
mucha mant equi ll
a enci ma l e gustan más que el pan i ntegral, no
esnecesar i
oquer enuncieael l
ospar asi
empr e.
Por l a mañana es muy i mportant e r odear se de una at mósfer a
dist
endida, libre de es t
rés. Per o ¿de qué f orma se or ganizan al gu-
nas per sonas es te comi enzo del dí a? El desper tador suena a una
hora que apenas dej a espaci o suficiente par a despachar , con agi ta-
ción y es t
rés, el aseo per sonal y las necesi dades fisiol
ógi cas, el desa-
yuno, el cuidado de l os niños, etcé
tera. Es como si uno f uera a t ener
remor di
mientos por no empez ar el día sumer gi
do en un caos a t oda
mar cha, como si t uvi
era que demos t
r arl
e al go a al guien. A muchos,
el diario l
es sir v
e de ampar o y pant alla par a protegerse de l a verbo-
rrea de su par ej
a, de l a tensión ment al y del par l
oteo de l os niños;
es l a única maner a de poder di sfrut ar de l a t r
anqui l
idad necesar ia
al menos por al gunos segundos. Y con t odo, no si empr e funciona,
dado que es muy pr obable que t odaví a se cr ea que el di ario refleja
yhabl adelar eal
idadydel avida.
¡
Quéder
rochedeener
gía!
Denueveaoncedel
amañana:bazo/páncr
eas
El páncreas control
a el ni v
el de az úcar en l a sangre (glucemia).
Si en estas dos horas se calma el pequeño ape ti
to con algo dul ce,
aumenta el nivel de azúcar y el páncr eas debe trabaj
ar duro par a
bajar
lo. Por esta razón, un bocado con un el evado contenido de
azúcar es sól
o una ayuda pr ovi
sional
, ya que al cabo de poco t iem-
po se ocupa de que sobr evenga ot
ra di sminuci
ón de ener gía, que a
menudo es superada de maner a ar t
ifici
al con café.
.., l
o que agr a-
va aún más l a sit
uación. Aunque suponga un v erdader
o esf uer
z o
par
austed,i
ntent
eduranteestasdoshorasnot omarnadadulce.
Las i nf
ecciones se cur an más r ápido por l a mañana que por l a t ar-
de, debi do a que el baz o pr oduce gl óbul os bl ancos en cadena, col a-
bor adores i mpor tant es de nues tras f uer z
as de cur ación espont ánea.
Per o el hec ho de que el baz ot rabaj ea t oda mar cha por l as mañanas
tiene un ef ecto secundar io interesant e. Por l o general,l os análisis de
sangr eser ealizan a esashor asdeldí a ycasisi emprehayquepr esent
ar seen
ayunas; por es t
a r azón nunca se esper a has t a l a t ar
de,
lo que per mit
e que l a per sona pueda apl acar el gr uñi do de l as t ri-
pas. Per o, no obs tante, habr í
a que r eflexionar sobr e el hecho de que
los anál isi
s ar r
ojen si empr e un r esult
ado al go diferente, si en l ugar
de r eal
izar
se ent re l as nuev e y l as once se hacen ent r e las once y
la una ( en l a fase de r eposo del baz o). A esa hor a es más al t a l a
velocidad de sedi ment aci
ón gl obul ar. Por r egla gener al, l as diferen-
cias no son gr aves, per o en al gunas enf ermedades i nfluyen muc ho
enl at er
apiapos terior,loqueesunadesvent aj a.
En l os hospital
es, sin embar go, la pr áct
ica habi t
ual es hacer
control
es de sangre en seri
e dur ante l
a fase alta del bazo, si
n pres-
tar atenci
ón a es t
e hecho. Por eso ser
ía de ut i
li
dad, en los casos en
que es tar en ayunas es lo de menos, apl azar el análi
sis hasta la
tarde para obtener así un resultado más contundente y poder or i
en-
tarmejorlater
apia.
Deoncedel
amañanaaunadel
atar
de:cor
azón
Durante la fase al ta de l a acti
vidad car dí
aca, no car gue nuestra
bomba fiable har tándose de comi da has ta r eventar
. Coma sól o lo
necesar
io para cal mar el ape ti
to. De t odos modos, l a sensaci
ón de
saci
edad se pr esenta por l o general cinco mi nutos después de ha-
ber comenzado a comer . Por desgraci
a, no si empr e es posibl
e tomar-
se un descanso r eparador tras la comida, per o por l o menos aplace
paraotrahor
adeldí aesaestresant
esali
dadecompr as.
Si no r eal
iza un t rabaj
o que r equi
era esf
uerzo fí
sico, intente
renunci
ar al almuerzo del comedor de la empresa o del restauran-
t
e. ¿Por qué una persona que trabaj
a media j
ornada a menudo r inde
l
o mi smo que un t rabaj
ador de jomada complet
a? La respuesta se
l
adamosacont inuaci
ón.
Deunaat
resdel
atar
de:i
ntes
tinodel
gado
La v ej
iga, un importante órgano desi
ntoxi
cant
e, t
rabaj
a especi
al-
ment
ebi endel
ast
resalascincodelatar
de.
Desi
etedel
atar
deanuevedel
anoche:ci
rcul
aci
ón
Denueveaoncedel
anoche:acumul
aci
óngener
aldeener
gía
Es t
as dos hor as de l a «acumul ación gener al de ener gí
a» se conocen
en Chi nacomo« eltiempodelt r
iplecal entador»
,queseder i
va deun mer i
diano
del cuer po. Si en es tas dos hor as us ted si ent
e f r
ío y
sólo puede dor mirse en una habi taci
ón con cal efacci
ón, no deber í
a
pasar por al to es ta señal. Algún equi li
brio f
ísi
co o psí quico se ha
trastocadoynecesit
aquesel epr est
eat ención.
Aun después de haber dor mido di ez hor as, una vi da monót ona
puede hacer que t ambién nos f ati
guemos r ápidamente dur ante el
día. Por for
tuna, los jóvenes se toman a menudo l a l
iber
tad de seguir
su ins t
into natur
al . No deberían permi t
ir que se l o quitaran, aunque
aún hoy es posi ble conocer a un j oven que par ece más r eposado que
suspadr esyqueseangus ti
amásqueel losporsuj ubil
ación.
Deoncedel
anocheaunadel
amadr
ugada:vesí
cul
a
La v esícula bi l
iar, el ór gano que con sus secr eciones cont ri
buye a
la t ransformación de l os al i
mentos en el i ntestino del gado, y el
hígado, el ór gano desi ntoxicante por excel encia, t ienen su gr an
moment o ent r
e l as once de l a noche y las t res de l a madr ugada.
Qui en se despi ert
e r egular ment e a esas hor as t iene mot i
vos sobr a-
dos par a pr estar at ención a l a función vesicular y hepát i
ca. En
general,r enuncie a l as comi das grasas por la noche. Las cenas r icas
en gr asas son una car ga adi ci
onal par
a estos ór ganos y no l es per -
mi t
enf uncionardemaner aópt ima.
Si t i
ene problemas con l a v esí
cula, le irán muy bi en unas com-
presas de calor húmedo apl i
cadas ent re l
as once y l a una. Además,
tome a sor bos una i nfusi
ón caliente. En ningún caso bebi das fr
ías.
El jugo de r ábano blanco pi
cante es un buen r ecurso adi
cional
. Hay
que l i
mpi
ar el i ntes
tino, y en caso necesar i
o vaci ar
lo del todo con
unenema;elcuer posedebemant enercalient
e.
Tr
abajar de noche es un v eneno par a los probl
emas de v
esí
cul
a
ehígado,por
queni
ngunodees
tosdosórganospueder
eponerse.
Deunaat
resdel
amadr
ugada:hí
gado
La ni cot
ina y l as bebi das al cohólicas en gener al desgastan
mucho más el organismo entre la una y l as tr
es de la madrugada
que en las demás horas del día. Esto nos per mit
e acl
arar una frí
a
est
adí
sti
ca, según la cual l as muj eres padecen mucho menos de
enf
ermedades del hígado, porque las bebedor as se entregan a su
adi
cci
óncasisi
empreensecret
oydur ant
eeldí a.
Det
resaci
ncodel
amañana:pul
mones
A t odo esto hay que añadi r que la per sona que se despier
ta
si
empr e a la mi sma hora por l
a noche ti
ene buenos motiv
os par a
pensar que algo no anda bi
en en el ór
gano que, j
usto a esa hora,
atr
aviesaporsufaseal
ta.
Deci
ncoasi
etedel
amañana:i
ntest
inogr
ueso
Losalimentospermanecenmásomenosdoshor aseneli nt
esti
nodel gadoyunas
vei
nte horas en elint
esti
no gr
ueso.La diarrea es si
gno evidente de que hay
probl
emasdi gest
ivosenelint
esti
nodel
gado,mi ent r
asqueeles treñi
mi entoindi
ca
un ti
empodeespesami ent
odemasiadolargo.Pr eci
sament eentrelasci ncoylas
sie
tedel amañanaescuandounopuedef avorecereltrabajodesintoxicant
edel
i
ntest
inogruesosibebeunvasodeaguat
ibi
a,ol
opuedeact
ivarsicomeal
gunos
f
rutossecos.
La vi da diaria nos per mite dar nos cuent a de que ser f eliz no
ti
ene nada que v er con l a edad o l ar iquez a, y t
ampoco con l a salud,
sino con l a paz i nterior
, l a sati
sfacción con uno mi smo y con el
mundo, con t ot
al i ndependenci a de cuál sea el es tado del mundo
exter
ior y del pr opio cuer po. Segur o que sus pensami ent
os pueden
cambi ar de maner a evi dente, pero de f or ma muy l enta, el es t
ado del
mundo ext eri
or.A v eces i ncluso no l o pueden cambi ar en absol uto.
Pero su mundo, el mundo i nt
eri
or,l o puede cambi ar en una f rac-
ción de segundo,sise deci de a hacerlo sint enerque cerrarl os ojos ant
e el
mundo. Bas t
a con saber que l as quej as no han cur ado t oda-
víaanadi enihansol ucionadoni ngúnpr oblema.
Jalil Gibran
Algunas v eces, sin embar go, l a pericia del capi tán no si rve de
nada si el más t
il está podr i
do. La mej or v ol
untad, l
a act it
ud más
sana fr ent
e al cuer po y f rent
e a l a vida, nada puede hacer cuando
el peligro vi ene de f uera, cuando l a i gnorancia, l
a negligencia, l
a
cruel
dad de l a compe t
encia y l a avidez por ganar convi erten nues-
tras casas y hogar es en z onas de t urbulenci
as y en f uent
es de sus-
tanci
asnoci vasqueent i
errannuestrasal
ud.
Las sus
tancias tóxicas y l as radi
aci
ones que emanan de nues tras
moder
nas vi vi
endas, «de avanzada»; de los materi
ales de construc-
ci
ón con los que decor amos, pint
amos, barni
zamos, sel
lamos, pega-
mos y aislamos, convier
t en muchos hogares y segundas resi
dencias
en f ocos de debi li
dad y cansanci o que avanz an a paso l ento, has ta
pr oduci r daños gr av es o l a pr opi a muer t
e. El concept o House Si c-
kness Syndr ome —sí ndr ome del mal de l a casa— se ha acuñado en
Est ados Uni dos par a desi gnar, en gener al, una ser ie de t ras tornos
físicos gr av es y enf ermedades que t i
enen como causa común l a
inhal ación o el cont acto con gases o sus t
ancias t óxicas cont enidos
en l as par edes y en l os mat eri
al es de acabado i nterior de l as cons-
trucci ones nuevas, que emanan en f or ma de gas o pol vo y que i ne-
vit ablement e aspi r
amos. De l a mi sma f orma que l os mi neros se han
resi gnado a acept ar que su si l
icosis es una enf ermedad asoci ada con
su pr ofesión, muchos de nosot ros nos hemos acos tumbr ado, cons-
cient e o i nconsci ent ement e, por dej adez o r esignaci ón, a convi vir
con es tos v enenos y con l as enf ermedades que nos ocasi onan a l ar-
go pl azo. Y l as aut or i
dades públ icas l o foment an cuando decr e t
an de
maner a ofici al l os val ores l í
mi t
e que pueden al canz ar l as cant idades
de sus tancias noci vas en el ai re, en l os pr oductos al i
ment i
cios y en
los mat eriales de cons trucción, según paut as que t al v ez se v ean
bi en en el l aborat or i
o, per o que nunca son vál i
das par a cada caso
en par ticular . Y es to es así por que un v eneno casi nunca act úa sol o
sino en i nt eracción con muchas ot r as sus tancias; segundo, por que
las t ablas de val or es l ími t
e casi si empr e cont empl an sól o l os ef ec-
tos noci vos a cor to pl azo; y t ercero, por que sól o se i ncluyen l as
sus tancias noci vas conoci das, per o no l as nuevas, de cuya i nocui -
dad o t oxi cidad t odaví a t enemos que convencer al f abricant e con
pr uebas concl uyent es ( es deci r
, con numer osos casos de per sonas
quehayanenf er madoomuer to).
Por lo tant
o, cuando un bebé enf er
ma por r espirar el for
maldehí-
do que emana del acabado de los muebl
es, nos es del t odo i
ndi
feren-
tesihaymuchosot
rosniñosquetodaví
apuedensoportarlo.
Hoy , por desgr acia, son r ar as l as v eces en que una cons tructo-
ra acat a l as r egl
as fundament ales e i ntemporal
es de l a cons tr
uc-
ción sana a l a que t odo ser humano t iene derecho (
tal vez porque
la mayor ía de los constructores y ar qui
tectos no van a vivi
r en esos
edifici
os)
. La v oluntad pol í
ti
ca se hal la sumi da en un pr ofundo
sueño, y además se car ece de i nformación sobre una base ampl ia.
Así pues, se desconoce, en par t
icular, el hecho de que cons truir y
vivi
rdemaner asanadeni ngúnmodot ienequesermáscar oque
constr
uir de acuer do con l os mét
odos usual es, especi
almente si en
el cálculo de cos
tes se i ncl
uye l
a r ecuper
ación y el r espet
o por el
medio ambi ent
e. ( ¿Qué cues t
a eliminar, por ej emplo, la basur a
ext
rapr oduci
daporlasellador
adeunsuelodepar qué?)
El ar te de de t
erminar el moment o i dóneo de l as di ferentes e t
a-
pas de cons trucción y acabado, y sobr et odo el ar t
e de di ferenciar unos
de ot ros los buenos de l os mal os lugares han caí do casi en el ol vi
do.
Allí donde pr evalece la i nt enci
ón benev olente de cons truir con sen-
tido humani t ario, aún después de años se desesper an por que es tas
dos ar tes les son desconoci das y dan al t rast
e con todos l os esfuer z
os.
Nues tro obj e
t ivo es i nt
ent ar desper t
ar de nuev o a la vi da es t
as ar -
tes, ya que el hacer caso omi so de el las puede r etardar muchí simo,
y en al gunos campos i ncluso bl oquear, el desarrol
lo de l a bi ol
ogía de
l
a cons trucción, como t ambi én sepul tar su deseo de es t
ar sano por su
pr opi
o esf uer zo. Si n embar go, si us ted t oma en consi der ación es tas
pocas r eglas f undament ales, habr á dado un paso muy i mpor tante
par a hacer del ambi ente de su vi vienda un l ugar de r eposo y f or t
a-
l
eci miento.
Sin duda, l os ecol ogistas y l os defensores del medi o ambi ente ya han
hecho muc ho par a ami nor ar l a mar cha f urti
va de l a aut ointoxica-
ción, y en al gunos t errenos has ta la han de tenido. Asbes to, formal -
dehído, dioxina... son nombr es de sus t
ancias tóxicas que nos r ecuer -
dan l os persistentes esf uer zos de es tos hombr es por l ograr un medi o
ambi ente más nat ural y di gno par a vi vir
. Si n embar go, al gunos
pioneros y r edescubr idores de l a cons t
rucci
ón y l a vi da bi ol
ógi cas
no nos hacen ni ngún f av or, ni se l o hacen a sí mi smos, cuando
luchan con t anto f anatismo por l a buena causa, o cuando, a l a vi s-
ta de l a situación gener al, se conf orman con r esi
gnarse. La amar -
gura es compr ensible, per o nunca debe conduci r a que uno se l an-
ce a una guer ra de t rincher as contra l a economí a, l
a pol í
tica y l a
indus t
ria y des t
ruya con el l
o mucho de l o bueno que podr ía r epor-
tar es te t
rabajo. Si n confianz a en uno mi smo y en el f uturo, todo
seguirácomoant es.
• Mientras la pol
ít
ica y l
a economí
a t
rabaj
en codo con codo par
a
mantenernossi
nvoznivot
o.
• Mient
ras debamos seguir esperando una demos traci
ón ci ent
ífi-
ca, antes de que unos pol
ít
icos o fabr
icant
es i
rresponsables se de-
cidanahacer«al
go»
.
• Mientr
as no se procese por daños y perjui
cios e i
ncluso por homi
-
ci
dio invol
untar
io el hecho compr obado de que una r adiaci
ón o una
sustanci
a mantienen sus pr opi
edades nocivas para la salud durant
e
años.
Somos nosot
ros l
os que debemos t
omar el asunto en nues
tras manos
ydesper
tar
.Yaunquel
asituaci
ónhayatomadofinal
ment
eungiro
posi
tiv
o, debemos ser consci
entes de que eso ha sucedi do por
que nos
mantenemos despiert
os, porque ya no hemos del egado más l a r
es-
ponsabil
idadpornues
trasvi
das.Nosot
ros,l
os«part
icul
ares».
Si a par t
ir de es te moment o, usted no car ga nunca más l a res-
ponsabi l
idad de sus act os y sus consecuenci as sobr e ot r as perso-
nas, y menos aún sobr e los pol í
ticos, exper tos o empr esas cons-
tructoras, no t endrá r azón par a sent irse amar gado o r esignado. Si n
duda, en ci er
ta medi da, est
amos obl igados a t ener confianz a cuando
probamos y adqui ri
mos un pr oducto. Per o la confianza ci ega está
tan f uera de l ugar aquí como en cual qui
er otr o campo de l a vi
da,
ya que l o úni co que qui ere decir es: « Asume t ú la responsabi li
dad.
Si todo sal e bi en, yo tengo razón. Si al go sale mal,t ú er es el cul-
pable».
• Con su deci
sión, usted deter
mina qué se va a pr oduci
ro i mpor-
t
ar y a qui
én l e pagará con su di
nero por el
lo. Ya sean ver
duras,
mader
a, pi
nturas o si stemas de calef
acci
ón, usted, el cli
ente, es
quien manda. Cada una de sus deci
siones es milveces más r
evol
u-
ci
onaria que l
a entrega de su voto o un di scur
so polí
ti
co de tr
es
horas.
• «
Efecto r ápido» no es si empre la manera deli
cada de deci r que
los pr oductos son « tóxi
cos»
...¡pero muchas v
eces sí! Por el contr
a-
rio, «efect
o l ento» es el dist
inti
vo de un producto sano.
..¡pero no
siempr e!
• Sóli
do, r esi
stent
e, indestructi
ble, de l ar ga vida.
.. Cada una de
estas propiedades de eficacia publ ici
tari
a deber ían ll
evar
le a pr e-
guntarse: ¿Puede este producto ent r
ar en el ci clo de la natural
eza
sin repercusi
ones posteri
ores? ¿O dent ro de mi l años los arqueól
o-
gos medi rán nuestra insensatez en l a t oxici
dad de nuestros vert
e-
derosyenelcont eni
dotóxicodenues t
roshuesos?
• El que se vanagl or
ia lo necesi
ta: el fabri
cant e de un pr oducto
bueno, amigo del ser humano, no necesit
a conv encer
...
, es sufici
ente
con que l
o dé a conocer con di
screci
ón. Las empr esas que se preocu-
pan sobret odo por la sal
ud de los consumidores de sus pr oductos,
amenudosepr esent
anenv ozmuybaja.
Const
rucci
ón,acabadoyr
enovaci
ónenelmoment
oidóneo
Cons t
rui r y habit
ar en ar moní a con l os rit
mos de l a naturaleza y de
l
al una es más f áci
l y agr adabley , a cort
ool ar
go plazo, más barato.
Es un paso gi gantesco que l o acerca a la intención de no explotar la
naturaleza y de vi vi
r de maner a sana. Son muchos l os probl
emas que
podrían evitarse si se r eali
z ar
an l os trabaj
os en casa de acuer do con
l
a posi ci
ón de l a l una y se ut ili
zara madera —nues tr
a mat er
ia pri-
mamásval i
osa— deár bol
est aladosenelmoment oidóneo.
Poco a poco nos hemos ador meci do, con el convenci miento de
que las emanaci ones de bar niz se t ransforman en ai r
e sano, que l os
productos par a conser var l a mader a envasados en l atas v er
des
deben ser i nof
ensivos, que l a cor ri
ent e el éctri
ca viene del enc hufe,
que un pr oducto de l i
mpi eza cáus ti
co se t ransfor
ma en agua pot a-
ble clara en cuant o lo echas en l a pi l
a, y que l a vida real sólo se
puede apr ender a t ravés de l a televisión. Y sobr e todo, que t enemos
un der echo i nal
ienable a l a rápida sat i
sfacción de nues tros deseos,
alaefici
enciainmediata.¡Planeadohoy,listomañana!
Como es nat ur
al, con l os años se han der i
vado muchas obl iga-
ciones de l a afir
mación unilateral de l a l i
bert
ad y de l os der
echos
fundament al
es, también en l a cons tr
ucci ón y r enovación de una
casa: abrumados por el es trés, los mat ri
moni os que t rabajan se v en
obligados a tomar decisi
ones r ápidas, a r ecurri
r al consej o de exper-
tos y a confiar en los prospectos publicit
ar i
os. Con el r espal
do de l a
indus tr
ia y de l a publ icidad,elt rabajo alr
ededor y dent r
o de l a casa se ha
conver t
ido en un mal necesar i
o o en un hobby . Todas l as pr o-
mesas par a l ibrar nos de est as obl i
gaci ones f ueron r ecibidas con
alegría, sin t ener en cuent a l as consecuenci as: el aument o vi olen-
to del consumo de el ectri
cidad ( que en un el evado por centaje no se
car ga a l a cuent a de l a indus tri
a si no al pr esupues t
o par ticular)y
la cont aminación t ant o del ai r e interior como del medi o ambi ente.
Per o ant e t odas est as medi das par a f acilitamos l a vi da pasamos por
alto el ef ecto ef ímer o que t ienen y el v erdadero act o de r apiña que,
en ar as de l a r api dez y l a « comodi dad» , se come t e con nosot ros
mi smos y con l a nat ural
eza. ¿Sabí a que par a f abr icar una bat ería
se gas t
a ci ncuent a v eces más ener gía de l a que j amás sumi nistra-
rá l a bat ería? ¿Y que par a fabr i
car un aut omóvi l se necesi t
a por l o
menos t anta el ectricidad como l a que gas tará una f ami l
ia medi a
dur ante di ez años? Qui en medi te sobr e t odos es tos aspect os ya no
quer rápagarmáselpr eci odeesasobr eexplotación.
El cambi o de l as r egl
as para obt ener una vi vienda sana y l as
informaciones y ayuda que l e brindamos en es te capítulo, y a l o
largo del l i
bro, exigen como úni ca inversión: pacienci
a. Para el l
o es
necesario r esponsabili
zar
se de al gunas cosas que nor malment e
confiar
ía al ar quit
ecto o a l a empr esa cons tr
uctora: desde l a elec-
ción de l os mat eri
ales de const
rucción al t ipo de t ermoaisl
antes, el
sistema de cal ef
acción, de las pinturas y bar ni
ces, has t
a la el abo-
ración deun calendar i
odeacuerdocon lasreglasdelmoment oidóneopar alas
dif
erentes etapas de l
a cons
trucci
ón. Todo eso r
e-
quierepacienci
aei nf
ormación.
Talv
ezl
esi
rvadeayudapar
atomart
alesdeci
siones,cont
est
arest
aspr
egunt
as:
¿Cuántasvecesseconst
ruiráustedunac asa?
Sil
aviviendaesparaotros..
.¿vivi
rí
austedenl aatmósf
eradeesac asa?
¿Hastaquépunt oesimportanteparaustedesasaludabl
esensaci
óndehaber
hechotodol oqueestáensusmanosporsal vaguardarl
asaluddelaspersonasquevana
habit
aral l
í?
La nat ural
eza tiene mucha paci enci
a con nosot ros, l os huma-
nos, y por l o tanto, nosotr
os t ambién deber
íamos t ener pacienci
a
con ell
a, con su propio ri
tmo, lent
o y mesurado. Las flores de man-
zano se abren a veces de la noche a la mañana, pero las yemas se
hanformadoyaenotoño.
Desdeelest
udi
odelsuel
oal
aconst
rucci
óndecami
nos
Según nos ha i nf
ormado un ar quit
ecto que cons
truye casas bi
oló-
gi
cas, últi
mamente ha decli
nado el ent usi
asmo por la constr
ucci
ón
ylasref
ormasnocont
aminant
esdelasvivi
endas.
El mot ivo es t
r i
ba en que cada cont rat is
ta que acome te l a cons-
trucción de una casa de es t
et i
po, si bi en en pr incipio pr esta atención
a que se ut i
li
cen mat eriales nat urales de cons trucción y si st
emas de
calefacción no cont ami nant es, con el t iempo al guna que ot ra expe-
riencia desagr adablel e hace cambi ar. Es evi dent
e que l a mej or de l as
volunt ades puede t ambal ear se cuando el ent ramado de vi gas del t e-
jado se comba o l a mader a se r aja alcabo de pocos años. Av eces, t
am-
bién pasa que mader as y ot ros mat er
iales que con l a mej or intención
se dej ar on en su est ado nat ur al, por ejempl o en l as f achadas, después
de al gunos años deben r ecibir un cos toso t ratami ento con pr oduc-
tos de i mper meabilización. Aunque haya buena v ol untad, una ma-
dera cada v ez más húmeda o que amenaz a pudr i
rse hace que más de
un pr opiet
ario desi sta de l a empr esa. Par a esas per sonas puede ser
todaunar evelacióngui arseporl osr itmosdel al una.
Est
udi
odelsuel
o
Elestudio delsuel
oreali
zado porun expert
o par
al a medici
ón de l
as zonas de
pert
urbación deberí
a ef
ect
uarseen c
uar t
ocreci
ente.Cuantomásc er
ca delaluna ll
ena,
tant
omej or,ya quea medida quecr
ec elal
una,mássei ntensi
fic
an lasr
adiacionesdel
suel
o.
Excavaci
óndelsót
ano
Losmovimientosdetier
raylaexcavaci
óndelsubsuel
odeber í
anll
evar
seacaboen
c
uart
omenguant e.Noesi mpresc
indi
ble,per
osíconveni
entereal
izarl
osendíasdeti
err
a
(
Taur
o,Virgo,Capri
corni
o).
Ci
mient
os
En general, l
os cimi
entos se pueden hacer en cual quier momento.
Quien quier
a andar sobre segur
o, deberí
a evi
tar l
os signos de agua
(
Cáncer
, Escorpio, Pi
sci
s), ya que ent onces la losa conser
va más
ti
empolahumedadyelsecadonoesunif
orme.
Sót
ano
Serí
a r ealment
e una desvent aj
a l evantar l as par edes del sót ano
sin pr estar atenci
ón al moment o i dóneo. El t rabajo reali
zado en
un si gno de agua ( Cáncer
, Escorpio, Piscis) hace que l as paredes
sequen mal y pr oduce una humedad ambi ental demasi ado al t
a,
con lo que el pr oceso de secado es muy l ent
o, y podr ía aparecer
comoconsecuenci aunper manentecaldodecultiv
opar aelmoho.
Lar
egl
arez
a:
Elmomentomásf avor
ablepar
al evantarl
asparedesdelsótanosonlossignosde
l
uzy calor(
Gémini
s,Libra,Acuar
ioy Aries;Leoy Sagi
tari
o).Sihay pr
obl
emasc on l
os
pl
azosparaconc
lui
rlaobra,t
ambiénlossignosdeti
erra(Taur
o,Vir
go,Capri
cor
nio).
Techodelsót
ano,t
echosdepl
ant
a
Elcolado de los t
echos delsót ano se puede haceren c
ualqui
ermomento,con
excepci
ón de los dí
as de Leo,par a evit
arun sec ado demasi
ado r
ápido.¡
Sieso no es
posibl
e,entonceshabráquemant enerlosiemprehúmedodur ant
eeldía!
Edi
ficaci
ón,par
edes
Ent
ramadodelt
ejado
Un ent ramado de t ej
ado r eal
izado con mader a tal
ada en el momen-
to idóneo (véase la página 278) , montado asimismo en el moment o
i
dóneo, es una v erdadera bendi ci
ón. Muchos cont rat
ist
as de obr a
y car pi
nter
os saben muy bi en por experienci
a l o que puede suce-
der poco t i
empo después de haber lo colocado: mader a car
comida
y podr i
da, tejas desplaz
adas y r ot
as, daños causados por el agua,
etcé
tera.
Losentramadosdet
ejadodeber
íanmontar
seencuart
omenguante,aserposi
ble
en elsi
gnodeCapri
corni
o.Tauropodr
íaserasi
mismoun momentoaptoparael
tr
abajo.
¡
Elsi
gnoCáncer
,encambi
o,deber
íaevi
tar
sesi
empr
e!
Techado
La col ocaci
ón del t ejado tambi én puede benefici ar
se del moment o
idóneo. Las t ej
as col
ocadas en cuar to creci
ent e algunas v eces no se
mant i
enen bi en uni
das, se desplazan y pueden r omperse. Se deberían
evit
ar los días de agua ( Cáncer
, Escorpio, Piscis)
, porque el t echo se
ensuciamásf ácil
menteysefavor
ecelaformaci
óndemusgo.
Lac ol
ocaci
óndeltej
adodeberíareal
izar
sesi
empr eencuar
tomenguante.Losdías
de l
uz y calur
osos son l
os más adec
uados (Gémini
s,Libr
a,Ac uar
io y Ar
ies;Leo y
Sagi
tar
io)
.
Revoqueext
eri
orei
nter
ior
,revest
imi
ent
oext
eri
or
Incl
uso en l as cons t
rucciones nuevas se puede obser var a menu-
do r esquebr ajaduras en el r evoque, y has t
a f r agment os ent eros
que se han despr endido poco t iempo después de concl uida l a obr a.
Los r eves
timi entos ext eri
ores de mader a o con l is t
ones de made-
ra se t uercen y def or man ( v éase la página 278, si se desea obt e-
ner más i nformación sobr e l a mader a)
. Muchas v eces, l os mot ivos
de es to no hay que buscar los en l a cal
idad del mat erial empl eado,
en l as condi ci
ones me t
eorológicas o en l as fuertes di ferenci
as de
temper atura y humedad del ai re, sino en el moment o i ndebi
do en
que se r ealizó el t rabajo. Semej antes consecuencias no deseadas
puedenevi tarse:
Tabi
ques,escal
erasdehor
migónypi
edr
a,i
nst
alaci
ónel
éct
rica
La mader a corroí
da, que se deshace y se r aj
a, la que cr uje y rechi-
na,ol asescal
erasdecaracolen queav eceshastasesuelt
an lasjuntas,son un
ver
dader o problema en muchas casas. Eso si
n con-
tar con el hecho de que es muy posi bl
e que l a mader a haya si do
cort
ada en el moment o equivocado o no se haya t enido en cuent a
la fecha adecuada par a la i nstal
ación, l
o que de termina en gr an
medidal aapari
cióndeesasconsecuenciasnodeseadas.
Las esc al
eras de madera deben i nst
alar
se en c uarto men-
guant
e. Los dí
as de Capr
icor
nio son los mej
ores. ¡Evi
tar
si
emprelosdí
asdeCánc er
!
Sumi
nist
rodeaguayt
rabaj
osdei
nst
alaci
ón
Por fin un trabaj
o para el que son beneficiosos l os días de agua. El
efect
o que puede sur t
ir en es te caso pr estar at enci
ón al moment o
idóneo se basa excl usivament
e en l a exper i
encia y no se puede
fundamentar: agua potabl e más cl ara, corrosión más l ent
a o ni n-
gunaent odasl
ascañerí
asyapar atos(óxi
do,sediment aci
ón,e t
c.)
.
Si ust
ed tambi
én qui
ere goz
ar de es
tos pr
ivi
legi
os, pr
est
e at
enci
ón
al
aregla:
Todosl
ostrabaj
osdesumi nist
rodeaguaei
nst
alac
ióndeber
íanef
ect
uar
seendí
as
deagua(Cáncer
,Escor
pio,Pi
sci
s).
Vent
anasypuer
tasdemader
a
Lasvent
anasypuertasdemaderadeberí
aninstal
arseencuart
omenguant
eyen
ni
ngúncasoendíasdeagua(Cánc
er,Esc
orpi
o,Pi
sci
s).LosdíasdeCapri
cor
nioc
oncuar
to
menguant
esonlosmej
ores.
Cuando se qui er
e cal entar por pr imera vez una cons t
rucción nue-
va, val
e la pena prest
ar at enci
ón al moment o idóneo, ya que de este
modo l a chi
menea f uncionará mej or
,l a casa se caldeará r ápi
damen-
te, se ir
án de l as par edes los últimos rest
os de humedad y más
adel
anteserámuchomenorl aformaci
óndehol l
ín.
Lacalef
acc
iónhadeenc ender
seporpr
imer
avezenl
asc
onst
ruc
cionesnuevasc
on
l
unamenguant
eenAries,LeooSagit
ari
o.
Esta r egl
a es vál
ida también par
a el primer dí
a que se enci
enda l
a
cal
efacciónenot
oño,antesdeentr
arenelper
íodoinv
ernal
.
Revest
imi
ent
odel
ossuel
os
Lar
egl
aessi
mpl
e:
La c
oloc
ac i
ón de c
ual
qui
ert
ipo de r
evest
imi
ent
os de suel
os se deber
á hac
eren
c
uar
tomenguante.
Suel
osdemader
a
La moque t
a no se ha i mpues to porque se haya oper ado un cambi o
de gus tos en mat eri
a de decor aci
ón sino porque l a mader a se cor ta
y se i nst
ala en el moment o indebi
do, además de ut i
li
zar v eneno
puropar aelselladodelparqué(¡basuraextr
a!)
;todoelloleshaaguadol afiestaa
los que querían gozar de un auténtico suelo de
mader a. Ahor a bien, no hay nada más boni t
o y más f avorable par a
el medi o ambi ente que un suel o de mader a nat ural, no t ratada, que
al fin y al cabo cues talo mi smo que la mejor moque ta pero dur a cien
años más. ¡ Pero eso sí, sería una gr an ventaja r ecibi
r mader a t ala-
dat ambiénenelmoment oi
dóneo!
Lossuelosdemader
adebeninst
alarseconpref
erenc
ia enc
uartomenguant
e.Los
dí
asdeCapri
corni
osonl
osmej
ores.¡
Nocolocarenl
osdíasdeCáncer!
Techosdemader
a,r
evest
imi
ent
omur
al
Elmejormoment
opar al
acol
ocaci
ón det
echosyrevest
imi
ent
osdemader
a esen
c
uar
tomenguant
eyenni ngúnc
asoenlosdí
asdeCáncer
.
Tr
abaj
osdepi
ntur
a,bar
nizado,i
mpr
egnaci
ónypegado
Muchas pi nt
ur as, di luyentes, bar ni
ces y pegament os pudi eron
imponerse a las suav es pi nturas a l a cal y a l os productos fabri
ca-
dos con component es nat urales, sólo por que pasaron por enci ma
—enelsent i
dolit
eraldel apal abra— delasinfluenciassuti
lesdelosr i
tmosdel a
natural
eza e hici
eron que par ecier
a i
nnecesari
o ob-
ser
varelmoment oi dóneo.
Si se t rabaj
a con cuar t
o menguant e, las emanaciones y l os pol-
vos t
óxi cos permanecen más fir mes dentro del product
o y cont ami-
nan menos el ai re que se respir
a. Est
o no qui er
e deci
r que el pr
oduct
o
y el objeto trat
ado sean ahor a menos tóxicos, si
no que la emanaci
ón
desustanciasnocivasesmenor.
En cambi o, l as pi ntur
as, bar ni
ces y pegament os ext endi
dos en
cuar t
o cr eci ente pr opagan con mayor i ntensidad y por más t i
empo
los di sol
vent es y l as sus t
ancias tóxicas. Si se qui ere quitar de
muebl es y si milar
es l as pi nt
uras o bar nices tóxi
cos (mediante pu-
lido o l ijado), ¡ es i mpresci
ndibl
e hacer l
o en cuar to menguant e!
Pr i
mer o por que ser á más f ácil
; segundo, por que el cuerpo no es t
a-
rá t an di spuest o a absor ber los venenos. ( Ya le hemos expli
cado la
r
azón de esto en la pri
mera part
e de est e li
br o.
) Al mismo ti
empo,
l
a luna no deberí
a est
ar ni en Cáncer ni en Gémi ni
s (¡
esf
uer
zo pul-
monar!
),t
ampocoenLeo(¡
esf
uer
zocardí
acoycirculat
orio!)
.
Uti
li
ceonounpr oduc t
onat ur
al :pi
nte,barnice,i
mpr egneypeguesi empr eencuart
o
menguante.¡ No tr
abaje en l os días de Leo y Cánc er!En est os últ
imos se aspir
a
demasiado tóxi
co y puede quedarhumedad ent rel a pi
nturayl a madera.En Leo,la
pint
ura seca demasiado r ápido,por l o que puede resquebrajar
se y desc amarse.En
general
,elprocesodesec adoesmásl entoenlosdíasdeagua( Cáncer,Escor
pio,Pi
sci
s)y
nohayqueexc l
uirl
apost er
iorapar i
cióndehongos.
Val
las,post
es
Elperí
ododec uartomenguanteesapropiadoparal ac ol
ocac
ión orenovaci
ón de
l
as vallas de l
os j
ardines,sobr
et odo l
os dí
as de ti
err
a( Tauro,Vir
go,Capr i
cor
ni o)
,o
tambiéneldíadel unanueva.Losdí asdeCánc ersondesfavor
ablesporquelospostesse
afloj
anysepudr enmásr ápi
do.
Col
ocaci
óndebal
dosas,mi
rador
esyconst
rucci
ón desender
os
Muchos ar quit
ectos, cons tructores y decor adores ya han t enido
que pasar por l a exper iencia de que l as bal dosas colocadas fuera
dela casa a v
eces seaflojen;queelsuel o de losmi r
adores y delossenderos
hechos con piedras pr esenten ondulaciones y que l os ca-
minos peatonales se er osionen o mues t
ren baches al cabo de muy
poco tiempo..
.t odo est o a pesar del cui dado y l a per i
cia con que
fuer
on hechos l os t rabajos. Si n embar go, en ot ra ocasión, también
sobre suelo nat ural, todo se mant iene como si es t
uviese fij
ado con
hormigón, y l a r eparaci
ón de l os cami nos peatonales se conser va
durante mucho t iempo. Y es que t ambi én aquí es deci sivo el mo-
mentoidóneo:
Si ust
ed le ha t omado confianz
a a estas regl
as, es posibl
e que aho-
ra se pr
egunte: ¿Cómo se lo di go a mi hi
jo? ¿Cómo podr é convencer
a una empr esa constr
uctora o a un capat az para que acept e mi s
i
deas sobre el moment o idóneo en l as respect
ivas etapas de cons-
t
rucci
ón?
Detall
e de un regi
str
o en elcalendario de los per
íodos f
avor
ables paralas
dif
erentese
tapasdecons t
rucci
ón ytrabajosreali
zadosen l
acasa( en elej
empl
o,
paraunent ramadodeltej
ado)
Mader
aenelmoment
oidóneo:
mat
eri
aldeconst
rucci
ónnúmer
o1
En ot ros t i
empos, y sobr e t odo en l as r egiones al pinas de Eur opa,
los l eñador es se gui aban escr upul osament e por l as épocas de t al a que
fuesen más f avorables par a l os ár boles. Er a i mpr escindible el abor ar
planes anual es aj us tados al cal endario l unar por que l os mej or es
per í
odos par a cada caso var ían de año en año. En aquel l
os t i
empos,
ningún ser humano t uvo que padecer l os ef ectos t óxicos de l os pr o-
duct os que se ut i
li
z an hoy par a pr eservar l a mader a: sól o con l a
elección del moment o i dóneo par a l a t ala se podí a obt ener la cal i
dad
de mader a yl a capaci dad de car ga deseadas. Así pues, obser var est as
reglas, vi gentes desde hace mi les de años, en l a act ualidad t ambi én
puede ser una gr an cont ri
buci ón par a l l
evar una vi da sana en un
medi o ambi ente nat ur al. No l o ol vi
de: l a mader a t r
at ada y sel lada
con bar nices y pr oduct os ( par qué, r evestimi ento de par edes, e t cé-
tera) es basur a ext ra. ¡ Ni siqui er a sir
ve par a at izar el f uego por que
alquemar sesel iber
ar í
annumer ososv enenos!
Has t
a qué punt o nues t
ros ant
epasados domi naban el t ema queda
reflej
ado con toda cl ar
idad en el ampl ísi
mo pliego de r eglas proce-
dent e del Tir
ol aus trí
aco que t r
anscri
bi mos en l a pági na siguien-
te. Redactado en t i
empos muy r emot
os, la t ranscr
ipci
ón dat a de
1912. Todas las r egl
as que se dan en ese document o son hoy t an
válidascomoantes.
porLudwi gWeinhold.
AnotadasporMi chaelOber
,
maest
r ocarrocer
odeSt .Johann,Tirol
.
Tr
anscri
tasporJosefSchmut zerel25dedi ci
embrede1912.
1. Son días de poda el 3 de abril, el 30 de julio y en San Acacio, mejor aún cuando
están todavía en cuarto menguante o en un día de la Virgen. Estos días son
buenos también para escardar.
2. Cortar madera que se mantenga compacta y sólida: es bueno hacerlo durante los
ocho primeros días después de la luna nueva, en diciembre, cuando cae sobre
ella un signo débil. Para que la madera recta o de herramientas, el haya,
etcétera, se mantenga sólida y compacta, debe cortarse en luna nueva y
Escorpio.
3. Talar madera que no se pudra: debe hacerse en los dos últimos
días de marzo, con cuarto menguante en Piscis.
4. Talar madera que no se queme: hay un solo día en el mes de
marzo, el 1- de marzo, mejor aún después de la puesta del sol.
5. Talar madera que no merme: debe hacerse el tercer día de otoño. Comienzo del
otoño: el 24 de septiembre, cuando la luna nueva tiene tres días y en un día de
la Virgen, cuando rige Cáncer.
6. Cortar leña que rebrote: debe hacerse en octubre, en el primer
cuarto de luna creciente.
7. La madera para aserrar debe ser cortada en Piscis con cuarto
creciente, así las tablas no se agusanan, del mismo modo los
maderos.
8. Para puentes y arcos, la madera se debe cortar con cuarto
menguante en Piscis o Cáncer.
9. Cortar madera que se vuelva ligera: debe hacerse en
Escorpio y en agosto. Si corta en Tauro, cuando la luna en
agosto ha perdido un día, se mantiene pesada.
10.Cortar madera que no se agriete o se abra: debe hacerse antes
de la luna nueva en noviembre.
11.Cortar madera que no se rompa: el 24 de junio entre las 11 y
las 12 de la mañana.
12.La madera recta o de herramientas debe cortarse el 26 de
febrero con cuarto menguante, pero mejor aún cuando Cáncer
cae sobre él.
Todases
tasi
ndi
caci
oneshansi
dopr
obadasydemos
tradas.
Mader
adur
a,i
ncor
rupt
ibl
e
Esta cali
dad de mader a se obt i
ene durante los dos úl t
imos dí as del
mes de mar z
o en que el cuar t
o menguant e está en Pi scis. Por cier-
to, es
to no sucede todos los años en que el si gno Pi scis coincida con
el cuart
o menguant e. Sin embar go hay fechas al t
ernativas: el dí a de
Año Nuevo, el 7 de enero, el 25 de ener
o y el l apso de t iempo que va
del 31 de enero al 2 de febrero. La madera cortada en es tos seis dí
as
no se pudre ni se agusana. Además, si se cor ta el dí a de Año Nuev o
odel31deener oal2def ebrer
o,conelt i
emposevuel v
emuydur a.
Mader
aincombust
ibl
e
Sí,lo que es t
ál eyendo es cierto:¡l
a mader a cortada elpr i
mero de mar z o,en
especialdespuésdel apuestadelsolydespuésdeal macenar l
acomoeshabi t
ual
,
sevuel v
er esist
entealfuego!Espr obablequeconelpasodelt iempolar esinaque
conti
eneset ransforme.Unconoci donues tro,ebani staypr of
esorespeci
alizadoen
este campo,hi zo que un i
ns t
ituto ci
entífico r
ealizara un testde estet ipo de
mader aconf ormeal asregl
asdelofici o.Leot orgaron lacategorí
aigníf
ugaF 60,
¡porlo quese l a puedeut i
l i
zarcomo r eves t
imientoi nter
iordel osedifici
os sin
ningunacl asedet r
atamient
odepr ot
eccióncont r aelfuego!
Otros dí as alternati
vos para l a t al
a son l os de l una nueva en
Libra (es
to ocurre sólo una o dos v eces al año: es
ta madera no men-
gua y t ambién puede ser t rabaj
ada v erde, sin haberl
a almacenado
previamente)
, el últi
mo día antes de l a l
una nueva de di ci
embreyl as
últi
mascuar entayochohor asant
esdel alunanuev ademar z
o.
Mader
aquenomer
ma
Mader
apar
aher
rami
ent
asymuebl
es
Se pr est
a bi en par a este fin la mader a cor t ada en l os ocho pr i
mer os
días después de l a luna nueva de di ciembr e, en Acuar i
o o en Pi sci
s.
Tambi én l a l una nueva en Escor pio ( casi si empr e en novi embre), y
el 26 de f ebrero en cuar to menguant e, sobr e t odo cuando al mi smo
tiempo l a l una est á en Cáncer . Sin embar go, l a mader a cortada en
Escor pio debe ser descor tez
ada en segui da por que si no l a i nvaden
los bós tr
icos. En cambi o, par a qui en pr es t
e at ención al moment o
idóneo ( por ej emplo ent re el 21 de di ciembr e y el 6 de ener o), no
es i mper i
oso que l a descor tece ensegui da, por que l a i nvasión de
los insectos es mucho menor o no se pr oduce en absol ut
o, ¡aun cuando
en l a i nmedi ata pr oxi
mi dad haya t r oncos i nvadidos! El descor teza-
mi ento t i
ene l a desvent aj
a de que cuando l a mader a es t
á baj o una
pr ol
ongada r adiación del sol , apar ecen pequeñas r ajaduras que no
per mitenunapr ovechamientopar ade t
er minadosfines.
Leña
Siempr e que se corte madera para hacer leña es de desear que t odo
vuelva a brotar bien. Los dí
as más apr opiados son l os si
ete primeros
del cuarto creci
ente en octubre. Después del solst
ici
o de i nvi
erno, sin
embar go, la mader a para l eña deber í
a cor t
arse sólo en cuar to
menguant e (no l e corte ensegui
da l as punt as y déj el
a r eposar un
ti
empocabez aabajo).
Madera para t
abl
as, par
a cor
tar con si
err
a y par
a l
a
const
rucci
ón
Elper í
odomásapt oparaobtenermader apar
at abl
asypar acort
arcon si
erraes
eldecuar tocreci
enteenPiscis,por
queentoncesnilastablasnil
osmader osson
atacadosporpar ásit
os.Elsigno Pisci
saparecesólo desepti
embrea mar z
o en
cuartocrecient
e.
Mader
apar
asuel
os
Es ta mader a —qui z
á par a muebles o t all
as de mader a— debe cor -
tarse pr efer
ibl
emente ant es de l a l una nueva de novi embre. Otras
alternat
ivas igual de vál
idas son 25 de mar z
o, 29 de j uni o y 31 de
diciembre. La mader a cor tada en es
t os tres dí as no se as ti
ll
a ni se
resquebraja. En es te caso, t ambién habr ía que dej arl
a r eposar
cabez aabajodurant
ealgúnt iempoparaext r
aerlosr estosdesavi
a.
Ripi
as de mader
a par
a par
ed ext
eri
or y t
echo,
canal
onesdemader
a
Las r i
pias para l os techos deberí
an cor rer der echas o con un
li
gero gir
o hacia la izqui
erda. Cuando el tiempo es húmedo, l a ta-
bli
ll
a se expande. Cuando hace sol , en cambi o, se comba levemen-
teypermitequepaseair
esecopordebajodelasuperficie.
Después de es ta li
sta de regl
as, segur
o que l o pri
mero que se le
ocurri
rá preguntar es: ¿Cómo puedo es tar seguro de que reci
bo la
madera cortada en el moment o más f avor
able para el tr
abajo que
pret
endoreali
zar
?
Nat ural
ment e, a muchas compañí as l es es i ndi f
erent e el mo-
ment of av
orable.Ya sea porque hoy no se l e concede ninguna i mpor tanciao
porque l a compañí a se ha hecho demasi ado gr ande. Las
grandes empr esas no pueden ( o no qui eren) prestar at enci ón a l a
calidad, por que la pr oducción a gr an escal a excl uye l as par ti
cula-
ridades, lo adecuado par a cada cl iente, y por que l a dur abilidad no
da benefici os. Por el cont rario, las pequeñas empr esas t ienen l a
posibili
dad de descubr ir l a sat isf
acción por l a pr opia r esponsabi l
i-
dad, por mant enerse en es tr
echo cont acto con el cl iente y , sobr e
todo, por l a enorme sat i
sfacci
ón que r epresenta pensar y act uar de
acuerdo con l as leyes de l a natur al
eza. Desde el egir uno mi smo l os
árbol
es apr opiados en el empl azami ento adecuado has ta l a t al
a en
el moment o i dóneo y el asesor ami ento al cliente con r eferencia al cui -
dado, por ej empl o, de un suel o de mader a, us t
ed puede l l
evarlo todo
a buen t érmino, al i gual que ot ras pequeñas empr esas. Pr ecisamente
son és t
as l as que pueden cui dar el mi cr
oclima del l ugar en que es-
tán es t
ablecidas mucho mej or que l as grandes empr esas, que ganan
más con l a expl ot
aci ón abusiva que con l a pr otección ambi ental.
Además, así se podr ían evi t
ar los l argos trayectos de l os transpor t
es
demer cancíasyl aconsigui ent
econtami naciónambi ental.
Por ot r
a par te, si bi en muchas empr esas mues tr
an buena v o-
luntad, t odaví
a l es fal
ta conocimi ento; t
ambi én se per ci
be en ell
as
un ci erto gr ado de r eserva. A si mple vista, observar el moment o
idóneo par ece algo extraño, complicado y cos toso, pero no lo es en
absoluto. De t odos modos, el t r
abaj o se debe hacer y l a el
abor
aci
ón
deunpr ogramaanualesunt rámit
er ápido.
Per mita que l e demos una cl ara r ecomendaci ón: ¡ Siempr e que
sea posi ble, ut i
li
ce mader a del país! Los mot ivos par a ello l os pue-
de deduci rde la segunda part
e de es
t elibr
o,en la que hemos habl ado de l
a
impor tancia y el val or nut r
itiv
o de l os pr oductos al imen-
ti
cios l ocales. La madera del lugar donde us ted vi ve posee t odas las
propiedades par a conver
tir su vivienda en un campo de f uerzas for-
talecedoras, mi entr
as que muchas mader as t ropi
cal
es ( como por
ejempl o l a caoba) emi ten r adi
aciones debi l
itadoras par a nues tr
o
organismo.
El r edescubrimi
ent
o y l a obser vaci
ón de l as ant iguas normas
para el cuidado de l
os bosques y l a tal
a de los ár
boles pueden con-
tri
buir en gr an medi
da a l a construcci
ón de una vi vi
enda sana. Por
eso,est
éalertaynosedejeenr
edar.¡Elcli
enteesqui
enmanda!
Suger
enci
aspar
aconst
rui
rvi
viendassanas
Par a termi
nar, algunas i ndi caciones más r elaci
onadas con el cam-
po de l a construcción que r epercut
en di recta o i ndirect
ament
e en
la salud y el medi o ambi ente. Ya sea por que us t
ed necesi t
a menos
recursos para ll
evarlas a cabo, o por que el t r
abaj
o no l e demanda
esfuerzoyessenci
ll
oopor queencuent ramáspl aceralapli
carlas.
Li
mpi
ezadesuel
osdemader
aydepar
qué
Engener
al,parat
odosl
ostr
abaj
osdelavadoyli
mpiezaesvál
idal
aregl
a:t
odose
hac
emej
or,másfáci
lymásafondoencuar
tomenguant
e.
Li
mpi
ezadevent
anasyvi
dri
o
Cuando se l impian l as v ent anas, es nor mal que queden mar cas de
l
íneas o es trías. Sin embar go, si us t
ed r eali
za el trabajo en cuarto
menguant e, en un dí a de l uz o de cal or (Gémini
s, Libra, Acuario y
Aries, Leo, Sagitar
io), eso bas tará para ot or
garl
e una vi si
bil
idad cl
a-
ra: agua con un chor rit
o de al cohol y papel de di ario. No necesi
ta
productos fuer t
es o concent rados. Además, par a limpi ar mar cos de
ventana sucios, obtendrá aún mej or
es resul
tados si l
o hace en un dí a
deagua( Cáncer,Escorpio,Piscis).Laesperavalelapena.
Li
mpi
ezadel
oscanal
onesdelt
ejado
Los c
anal
ones no se obst
ruyen c
on t
ant
afac
ili
dad sise l
os l
impi
a en c
uar
to
menguant
e.
Enmoheci
mient
o
Vent
il
aci
óneficaz
Desf
avor
abl
e Muydesf
avor
abl
e Desvent
ajasdel
moment oindebi
do
--- --- ---
encuar
tocr
eci
ent
e cuart
ocr eci
ent
e elaguasubt er
ráneaper manece
enCáncer , muchot iempoenl azanj
a
Escorpi
o,Pisci
s defundación
enCáncer, --- lalosasemant iene
Escor
pio,Pi
sci
s húmedamuchot iempo
enCáncer, lahumedadsequedamás
Escor
pio,Pi
sci
s ti
empoopar asiempreenl a
mani pos
terí
a;mayorpel i
gr ode
ataquedemoho
--- Leo se raj
a más f ácilmente después
deunsecadodemasi adorápido
--- --- ---
--- Leo muchasv eceselt echoseca
demasi ador ápido;pel i
grode
grietas
cuar
tocr
eci
ent
e cuar
tocreci
ent
e lamader anoseacomoda
enCáncer bien,pel i
gr odequese
levanteodespl acet odoel
entramado
cuar
tocr
eci
ent
e cuart
ocr eci
ent
e eltechosemant ienehúmedo
enCáncer , demasi adot i
empo,porl oque
Escorpi
o,Pisci
s aument al asuci edadyl a
formaci óndemoho
cuar
tocr
eci
ent
e cuar
tocreci
ent
e peligrodegr iet
asy
enCáncer despr endimi entos;l amadera
trabajamásf uerte
--- --- ---
cuar
tocr
eci
ent
e cuar
tocreci
ent
e sedesencaj
af áci
lmentede
enCáncer lasj
untas,intensotrabajode
lamaderayf uertescruji
dos
--- --- ---
___ ___
Act
ivi
dad Perí
odoi
deal Favor
abl
e Vent ajasdel
moment oi dóneo
Agua/ Cáncer ,Escor
pio, Cáncer, Escor o ant
pi eser amási mpor tante
inst
alación quehoy ,por quenose
Piscis Pisci
s
tomabani ngunamedi da
prev ent ivacont rala
obs trucci óndecañer í
as;
menorcor r osi
ónyagua
máscl ar a
Ventanas/ encuar t
omenguante encuarto per manecenfir mes,ci er
ran
puertas de enCapr i
corni
o,Acuar
io, menguante bienysecanr ápi do
mader a Gémi nis peronoenCáncer , despuésdef uer t
es
Escorpi
ooPiscis torment as
Encenderl a encuar t
omenguante - -
- -- lachi meneat i
rasi empr e
cal
efacción enAr ies,Leo, bien,elcal orsedi str
ibuye
porpr imeravez Sagitario másr ápi do
Revestimiento - -
-- - encuarto colocaci ónuni forme,
desuel os menguante sindesec hos
Suelosde encuar t
omenguante encuarto granr esi stenciae
mader a enCapr i
corni
o menguante,pero insensi bilidad;
noenCáncer lamader anosepudr ey
siguet eni endobuen
aspect o
Techosde --
--- encuarto ningúnhueco,ni ngún
mader a/ menguante,pero despl az ami ento
paneles noenCáncer
Trabajosde encuarto elevadaconsi stencia,nose
pintura, menguante,pero rompe,f áci lpreparación,
barnizado, noenLeooCáncer menorconsumode
impregnación, mat erial,
pegado pene t
raciónuni for
me
Colocaci
ón l
unanueva encuart
o cadav ezmásfir mesconel
depos t
es menguanteen tiempo,el evadadur abilidad,
Taur
o,Virgo, menorposi bi l
idadde
Capri
cor
ni o put r
efacción
Bal
dosas/ encuartomenguant
e encuart
o lasbaldosassesos tienen
mir
adores
enTauro,Virgo, menguante solas,seacopl ansol as
Capri
cornio alsuelo
Caminos/ encuartomenguant
e encuart
o suelocadav ezmásdur o,
sender
os
enCapricornio menguante lasrepar acionesdur anmás
Desf
avor
abl
e Muydesf
avor
abl
e Desvent ajasdel
moment oi ndebi do
Taur
o,Virgo, enar enadouobs trucciónde
Capri
cornio afuer a,f uer tecor rosión
cuartocr
eciente cuart
ocr eci
ent
e vent anasypuer tasse
enCáncer , dobl anconf aci li
dad;
Escorpi
o,Pisci
s lahumedadper manece
enl amader a;l amader ase
pudr e
-
---
- cuart
ocr eci
ent
e el humo r e
t rocede a v eces;
enCáncer , fuer
te formaci ón de hollí
n
Escorpi
o,Pisci
s enlachi menea
cuar
tocr
eci
ent
e -
---
- av ecessej unt an,sef orman
ar rugasenr eves timient osde
telaodemat er i
alsi nt éti
co
cuar
tocr
eci
ent
e cuar
tocreci
ent
e despuésdeunosaños,el
enCáncer suel osepudr eysedesni vela,
peligr odef or maci ónde
gr i
etas;f uer tescr ujidos
cuar
tocr
eci
ent
e cuar
tocreci
ent
e formaci óndehuecos,f uerte
enCáncer chir ridoconl oscambi osde
tiempo
cuart
ocr eci
ent
e cuar
tocr
eci
ente enLeo,despr endi mi ent ode
enCáncer , enLeooCáncer pint ur aypr obl emas
Escorpi
o, circul atoriosporl as
Pisci
s,Leo emanaci ones;enl osdí asde
Cáncer ,pr obl emaspul monar es
poremanaci onest óxicasy
humedadent relapi ntur a
yl amader a( peligrode
put refacciónydespr endi miento)
cuar
tocr
eci
ent
e cuar
tocreci
ent
e lospos tesseafloj an,no
enCáncer seaguant anysepudr en
rápi dament e
cuar
tocr
eci
ent
e cuar
tocreci
ent
e lasbal dosassemuev enyse
enCáncer aflojan,sel evant an
siempr eydebaj osef orma
unacol oniadecar acoles
cuar
tocr
eci
ent
e cuar
tocreci
ent
e caídadegr ava,l as
enCáncer mej or asdur anmuypoco
Enlosdíasdeluzycalor(Gémini
s,Libra,Ac
uar
io/Ar i
es,Leo,Sagi
tar
io):vent
il
ar
bien.Enlosdíasdet i
err
a y agua (
Tauro,Vir
go,Capr
icor
nio/Cánc er
,Escor
pio,Pisci
s):
sólounpocoyr ápi
do.
Pormediodel
ast abl
asdelaspági
nasanter
ior
es,us
tedpuedeverlosmomentos
fav
orabl
esydesf
avorabl
esparalostr
abaj
osdeconstrucci
ón yr
enovaci
ón desu
casa.
Laci
enci
adell
ugarbueno
Cons tr
uir y vi vir de maner a sana: para qui en tenga la sensaci ón de
que qui ereot i
ene que hacer algo en estet err
eno... En las páginas si-
guientes quer emos encauz ar sus pensami entos y su at enci
ón en una
direcci
ón que hoy por hoy puede pr oducir sorpresa o i ncl
uso ext ra-
ñez a y r echazo. Conocemos muy bi en t odas y cada una de l as reac-
ciones que se puedan concebi r
..
., desde un f río desint
erés has t
a una
expresión i róni
ca. Sin embar go, no cr eemos que sea nues tra mi sión
despejar dudas o escept i
cismos, si
no dar a conocer a nues t
ros lecto-
resnues tr
asexper ienci
aspersonal
esynues tr
osconoci mi
entos.
Elt
emaqueset
rat
aenes
tecapí
tul
opueder
esumi
rseenpocaspal
abr
as:
En la nat
ur al
eza,en nuest rasc i
udadesyen nuest rospuebl os,en c ada casa,en
cada pi so, en todas par tes, hay buenos y mal os lugar es para el ser humano,
i
ndependi entemente de lo que se encuentre en ese lugar.Sea un c ampo,un ár bol,un
muro,una mesa,una si ll
a deesc ri
tori
o,una c ama,un exc usado,muebl esdec ocina o
alf
ombr as.La per manencia pr ol
ongada en lugar es malos c asisiempret iene un ef ec
to
negat
ivo y hasta perjudici
alpar al a salud.Debi li
ta nuestroc uerpo y nuestras fuerzas
i
nmunol ógicasydeaut oc
urac ión.Exi
stelaposi bi
li
dadder ec onoceryevitaresosl ugares.
Di f
íci
lmente puede haber un t ema en es te l i
bro que se sus trai
-
ga t anto a l a mental
idad y a las demostraci
ones cientí
ficas conven-
cionales actual
es o uno que al mi smo t i
empo sea t an i mportante
para t odos nosot
ros y de tan ampl
ia tr
ascendencia para la salud del
serhumano.
la cama mal or i
entada, todo el esfuerz
o habr á si
do en vano. Las
posi
bles consecuencias que se der ivar
án de ello pueden i r desde un
sueño pesado has ta dolores de cabez a recur
rent
es, la apar ici
ón de
tumores e i ncluso el sui cidi
o. (Las personas con t endenci
as suici
-
dassiempreduermenmalor ient
adas.
)
¿Qué i nfluenci
as y energí
as conviert
en un si t
io determi
nado en
un lugar bueno o malo? Par a r
esponder a es
ta pr
egunta, quer
emos
re
trot
raer
nosaépocasyapasadas.
Elt
rabaj
odeldomadordedr
agones
En muchas par t
es del mundo, per o sobr e t odo en l a ant igua
Chi na, poco a poco se ext endió el « arte de es tar en el l ugar i ndi ca-
do en el moment o que cor responde» . El pr i
mer l ibr o sobr e l a expl o-
ración de r adiaciones del suel o t iene hoy casi cuat ro mi l años y
procede del emper ador Yü ( en un gr abado es t
á r epresentado como
zahor i)
. Los chi nos l l
amaban a es ta pr ácti
ca Feng- shui, «viento y
agua» , y l os maes t
ros de es t
e ar te se l lamaban « los que cabal gan
dragones» . La habi li
dad de est os r astreadores, que t r
abajaban por
todo el mundo con l os más di versos nombr es, consi stía en l a per cep-
ción sensi t i
va del fluj o de ener gía en l a nat uralez a, en l a local iza-
ción de l os campos de f uerza y l as l í
neas de ener gí a que r odean y
atraviesan nues t
ra t i
erra como una r ed de mal l
a compact a, de
hecho, como un enr ejado. Su f unción consi stí
a en encont r
ar, par a
los hombr es y sus vi vi
endas es t
ables, esos l ugar es en l os que se
vieran f ortal eci
dos por l os campos de f uerza de l os al rededores. A
su j uicio, l evantar una vi vi
enda al az ar en el pai saje er a lo mi smo
que deci r
: « Este campo se i nunda t odas l as pr imav eras desde hace
cien años, per o a pesar de t odo cons trui
r é mi casa aquí por que qui zá
esteañonol luevat anto».
Unmundor
adi
ant
e
Ahor
abi
en,¿porqué«
radi
aci
ón»
?
La f í
sica moder na sabe hoy que el uni verso ent ero se compo-
ne de r adiaci
ones, ya que t odo obj etol as emi te, y de una f uerza muy
especial cuando se encuent r
a en un r ápido pr oceso de t ransforma-
ción o de desi ntegraci
ón. Eso val e par a todos l os « obj
etos», sea una
estrel
la, el sol , una pi edra o un or ganismo vi vo. Los mi neral
es son
radiación « estable»; los v eget
ales, l uz sol ar t ransfor
mada; l os ani ma-
les her bí
voros, l uz dobl ement e t ransformada; nosot ros, los humanos,
nos al iment amos de esas r adiaciones y esa l uz t ransformada y a su
vez emi t
imos r adiaci
ones: cal or ( luz i nfr
ar roj
a), ondas ment ales,
electr
icidades t
ática,fuerzasmagné t
icas,etcétera.
Nues tr
as posi bil
idades cognosci ti
vas act uales han l l
evado a l os f í
sicos a
descubr i
r que en t odo el uni verso hay i nnumer ables f
uent es naturales de
radiaci
ón.Est asfuentesemi tenr adiacionesdecal orydel uz,rayosdeneut rones,
protonesyr ayosX,quedef or
ma per manent ei nciden en nosotroscon mayoro
menorf uer z
a.Ademásdel asradi acionesnat urales,al asquenues trocuer pose
ha adapt ado bi en, en cues tión de pocos deceni os hemos aument ado
arti
fici
alment ela masa t otalde l as r adiaciones sobr elat ierra con nues tras
propiasacciones:ensayosnucl ear es,apar atoseléctr i
cos,pantallasdepr oyección,
ondasr adioeléct
ricasyradiofónicas,mi croondas,sat éli
tes,lí
neasdeal t
at ensión,
et
cétera.Es t
asondasar
tifici
alessesuman al
amasader
adi
aci
ón del
asf
uent
es
naturales.
Una bombi ll
a i rradia luz y cal or. El ur anio i rradia con una f uer z a
determinada que no es per ceptible a l os ojos per o que se not ar
á en
su ef ecto post eri
or. El hombr e es « radi
ant e» ya que i r r
adi a cal or,
afect
o, f rí
o, ser enidad o « fuerza de at r
acci ón». Cada uno de sus
pensami ent
os emi te r adiaci
ones haci a el mundo, donde se convi er-
ten en f ormas de l a r eali
dad par a después r egresar a él . Tomas de
corri
ente, pant all
as de pr oyección, l ámpar as de cuar zo, r adiotelé-
fonos, r adiodespertadores, l uci
ér nagas, un j ersey pol i
acr í
lico « car -
gado de el ectrici
dad», l ugares mal os... Todo emi te r adi
aciones, t odo
produce un ef ect o en el mundo vi si
ble, a v eces i nmedi ato, en l a
mayor í
a de l os casos sól o después de al gún t iempo, al gunas v eces
despuésdedécadas.
Por l o que se r efiere al ef ecto sobr e nosot ros, ese enor me r esto
de r adi aciones desconoci das —ya sean r adi aciones del suel o, ondas
ment ales, r adiaci
ones de neut rones u ot ras f ormas de r adiación—
pasa i nadver t
ido par a l a ci encia, baj o el l ema: « ¡Lo que ( t
odavía) no
es mensur able, no exi ste, y l os ci entí
ficos de terminamos cómo se
mi de!».La ci encia se encuent ra en l a sit
uación deldal tónico que sali
ó par a
descr ibir un ar co i ri
s y de r egreso escr ibió: de gr is oscu-
ro a gr i
s cl aro. Per o como el gr is claro a v eces supone demasi ada
poca i nformaci ón par a de termi nados fines de i nterés vi t
al, nues t
ros
ant epasados, que no er an t an t ontos como par a esper ar l as pr ue-
bas ci entí
ficas, conoci eron una par te de es t
as r adiaciones por ot ro
cami no más que el de l as l i
mitadísimas f or mas de conoci mi ento
vigent es en l a act ual i
dad. Es ta exper i
enci a es l a que quer emos
transmi ti
rledesdeaquí .
Nosot r
os afir mamos: sól o el hombr e, como el i nstr
ument o de
medi ci
ón más sensi ble del uni ver
so, es t
á en condi ciones de de ter -
mi nar con exact it
ud l a cali
dad de un l ugar par a dormir y par a tr a-
bajar. Al fin y al cabo, lo único que necesita es su olfatointer
ior. Por
otra par te, t ampoco hay una buena di sposición para i nv
estigar a
fondo l os f enómenos que, con buena v oluntad, se pueden demos t
rar
sin necesi tar demasi ados esfuerzos por el cami no del conoci mien-
to empí r
ico. Per o mi entr
as se si ga despr esti
giando a t odo ci entífi-
co que se l e ocurra inter
esarse por es te t ema, las cosas segui rán
igualtodavíaporalgúnt i
empo.
El conoci mi
ento sobr e las r adiaciones del suel o no es nuevo, como
tampoco l o es el conoci miento de l os rit
mos l unar es, de la sangr í
a,
del biorri
tmo y de t odas las ot ras cosas que us t
ed ha podi do conocer
at ravés de est
el ibro. Nuevo es, en el mej or de los casos, el gr
ado de
arrogancia con que muchos exper tos cr een poder r enunciar a l o
antiguo y acr editado. Por f ortuna, t odavía hoy exi sten los j i
netes
dedr agonesyloszahoríes.Susabi duríaaúnnosehaext inguido.
Losmaest
rosdell
ugarapr
opi
ado
¿Quéesunz
ahor
iycómot
rabaj
aenl
aact
ual
idad?
Cuando l os z ahor í
es expl or an l ugares buenos y mal os en una vi -
vienda, su ol f
ato pone en r el
aci
ón l a t otali
dad de l as condiciones de
radiación de un i ndivi
duo y el cl i
ma de r adi aci
ón del l ugar donde se
encuent ra, con i ndependenci a de si l a r adiación pr oviene de apar a-
tos eléct r
icos, líneas de al ta t ensión, r adiaciones del suel o, venas de
agua o j uguetes de pl ástico. ¿Qué cl ase de r adiaci
ón pr edomi na en
un de terminado l ugar, de or i
gen ar ti
ficial o nat ur al
..
.? La capaci dad
de cont estar a es ta pregunt a se desar rolla de di f
erente maner a en los
zahoríes, per o esto es i r
rel evante par a el r esultado final del « buen o
mall ugar».
Ant i
guament e se conducí a el r ebaño de ov ejas al sol ar donde
se pr etendía erigir l a vi vienda y se obser vaba su compor tamiento.
Allí donde se echaban a dor mir er a el empl azami ent
o jus t
o. Al ai re
li
bre, los ani males si empre buscan el mej or l ugar; en l os establos,
sin embar go, se v en per judicados. Los que son evasor es de r adia-
ciones pueden v olverse est ér
iles o enf er
mar si uno l os obliga a
permanecer en l ugares con r adiaciones negat ivas. Un hecho que
conocen muchos gr anjeros es que si se col oca la case ta del perro en
ellugarindebido,elani malsiempr elaevitará.
Ll
egados a este punto, ¿en qué ef ectos o sí nt
omas r econoce
ust
ed si est
á some
tido a ener
gías negat
ivas por permanecer en un
l
ugarmalo?
Lugardelhecho:«
lugarmal
o»
Cali
ficar a l os z ahoríes de « per
cept
ores de r adiaci
ones» es demasi a-
do i mpr eci
so, ya que t odos l os seres humanos si n excepción son
sensibles, es decir, perceptores, a las r adiaci
ones de cual quier ti
po.
A cor to o a l argo pl azo, todos y cada uno de nosot r
os ll
egamos a
darnos cuent a cuando es t
amos expues tos a r adiaciones nocivas si
durante mucho t iempo dor mimos o t rabaj amos en un mal l ugar. Es
bien conoci do por t odos el ef ect
o de l a r adiación sol ar i
ntensa. Sin
embar go, en es te capí t
ulo nos ocupar emos sobr e t odo de cómo l a
radi
ación negat i
va del suel o puede pr oducir un ef ecto nocivo para
lasalud.
Hemos per di
do l a pr áct
ica de pensar que cual quier trastor
no o en-
fermedad fí
sica puede t ener mucho que v er con dor mir y t rabaj
ar
en un mal l ugar. Como nadi e nos ha i nfor
mado, aut omát i
cament e
buscamos, ayudados por l a ci encia y l a medi ci
na convenci onal,
causas que se aj ust
en a l os act ual
es cl i
chés ment ales. Per o quien
se decida a cr eer que l a causa de una de t
erminada enf ermedad
cróni
ca sehall
a exclusi
vament een elcuerpo o en elalma,indagar á sól
o en el
cuerpo o en su act it
ud mental, y en t al caso ya no
tomará en consi
deraci
ón que un mal l
ugar puede ser el desencade-
nantedelaenf
ermedad.
Más de un maes t
ro compe tent
e y quer i
do por sus di scí
pul
os se
ve obli
gado un día a hacer se cargo de una cl ase «
mala»
, con l
a que
no se lleva bi
en, y si
n darse cuenta, se ayuda caminando de un l
ado
a otr
o del aula o sentándose una y ot r
a v ez sobrela mesa y no en
l
asill
a.
Antiguament
eseoí adeci
rqueende t
erminadascasasdelabranzaunacr i
adano
aguantabamásqueun pardemeses,quel ascampesinasyl oscampesinosdel
lugarmorían j
óvenes,o que elganado enf
ermaba con mayorfrecuenci
a,casi
comosiunamal dici
ónpesarasobreellas.
La r eacción i ndi
vidual a un mal l ugar es var iada. Al gunas
personas con un si st
ema i nmunológico bi en desar r
ollado pasan
largos años dur miendo en una cama si tuada sobr e un cr uce de
radiaci
ones, si n cont raer jamás una enf ermedad ser ia; ot ras, sólo
con est ar sentadas unos mi nutos en un mal l ugar se i nquietan o se
ponen ner viosas. Al gunas per sonas se han l legado a acos tumbrar
tanto a l as ener gí
as negat i
vas de un mal l ugar, que has ta se si en-
ten atraídas por el las como por un i mán... de la mi sma maner a que
los toxicómanos ya no pueden pasar si n su dr oga. Por lo t anto, sus
sensaciones f rente a un de terminado l ugar no si empr e son una
buenaseñaldel acali
daddeesesi t
io.
Suicidios: Las i
nves
tigaciones r
eali
zadas por radies
tesi
stas
compe tent
es y experimentados han r evel
ado que l a mayorí
a de l os
sui
cidas duer men con l a cabez a sobr e un cr uce de r adiaci
ones.
Antes de l l
egar a ese ext remo, la señal indicat
or i
a de que se est á
durmi endo en un mal l ugar son l as frecuentes depr
esi
ones que
padecenesaspersonas.
Lamuert
esúbit
ainf
anti
lsedebeaqueelni ñoencuest
ióndormíasobr
eunazona
defuert
eper
tur
baci
ón.¡Nopermi
ta queni
ngún ot
roniñovuel
va a dor
mirjamásen ese
l
ugar!
Esterili
dad: Con mucha f r
ecuencia, la es teri
li
dad es una señal
de que se duer me sobr e un cr uce de radiaci
ones en l a esfera de l
os
órganos sexual es. En est os casos es nor mal que a menudo se pr o-
duzcan embar azos i nesper ados dur ant
e las vacaciones, que a su v ez
terminan muchas v eces en abor t
o cuando, de r egreso en casa, se
vuelve a dor mi r en el mi smo l ugar. Los médicos a v eces aconsej
an
unas vacaci ones como r emedio cont ra la es t
eril
idad, por que saben
por exper i
encia l a r elaci
ón que hay ent r
e un cambi o de l ugar y el
embar azo.Ahoraus tedt ambi énlosabe.
Cáncer
:desdeelpr
inci
piounar
adi
opat
ía
Un exper i
ment
ado médi co y r adi
estesi
sta conoci
do nuestr
o l legó a
la concl usi
ón inequí
voca, después de muchos deceni os de i nves
t i
-
gaciones y éxit
os cur at
ivos, de que el cáncer es, casi si empr e, el
resultado de una mul t
ipli
cidad de f actor
es causal
es concomi tantes
y que nunca ent ra en consi deraci
ón una sol a y úni ca causa. La
combi nación de f actor es puede t ener muy di ferentes or í
genes:
desde fibr as de asbes to a caí das de l a bi ci
cleta, toma de una mues-
tra de t eji
do ( biopsia) en el moment o i ndebido, r adiaciones de t oda
clase o demasi ada l uz sol ar, has ta exper i
enci as psí qui cas traumá-
ti
cas que, en par t
e, pueden r emont arse a mucho t i
empo at r
ás. Cuan-
do el paque t
e de ef ectos noci vos ha al canzado una masa cr ít
ica, a
menudo es más que sufici ent e un pequeño i mpul so par a poner en
movi miento el desar rollo del cáncer . Por ej empl o, una pequeña i nter-
vención qui rúr gica, una caí da, una cont usión, al gunas fibr as de
asbesto, una quemadur a del sol . Dur ante sus es t
udios, descubr ió que
la pr esencia de r adiaciones de t odo t i
po es un f uer te desencadenan-
te y una i nfluenci a en al t
o gr ado debi l
itadora. Además de l as radi a-
ciones de or igen ar tificial
, l as r adiaci
ones de l a t ierr
a desempeñan
aquíelpapelde termi nant e.Sucons tataciónr eza:
En t
oda prol
if
eración pat ol
ógica en elc uerpohumano,sea quiste,tumoroc áncer
,
tienen parti
cipac
ión l
as r adiac i
ones nocivas,debi li
tadoras de l
af uerza i
nmunológi
ca,
ent r
eellastambiénlasr adiacionesdelsuel o.Si nlaexist
enciader adi
acionesnoci
vas,las
influenci
as que debil
itan laf uerza inmunol ógicall
evan siempre a otros t
rast
ornos y
enfermedades,per onoapr ol
iferacionespat ol
ógicas.
¡Qué l ocur
a! Imagínese lo que hubi er
a pasado si a l os médi cos
que hace ci en años se r esi
stí
an a usar guant es ester
ili
zados par a
asis
tir en un par t
o, se l es hubi era dado la raz ón por vía j udi
cial
,
simplemente porque « est
á ci entíficamente comprobado que t odo l o
quehacenes tábi
en»
.
Por f ortuna, hoy ya se encuent ran val ientes pi oneros ent re l os
investigador es y l os médi cos, que se han dado a l a t ar ea de r evelar
este er ror conoci do desde hace mucho en « cí
rculos secr et
os» y de
indicar le el nuev o cami no a l a ci encia. Qui en a pesar de t odo nece-
site pr uebas de l a r elación que exi ste ent re la f recuencia de casos
de cáncer y l a cant idad de r adiaciones, sól o deber ía echar un vi s-
tazo al aument o que han exper iment ado ambos en el mundo occi -
dent al dur ante l os úl ti
mos cuar enta años: por acci dentes nucl ea-
res ( no sól o en Cher nóbi l), aguj ero de l a capa de oz ono, pr oduct os
aliment i
cios i rr
adi ados, el ectri
ficación ( desde l as bat idoras de co-
cina has ta l os r adiodesper tador es)
, t ext i
les, jugue t
es, papel vi ejo y ,
por úl timo, aunque no el menos i mpor tante, el empl azamient o
arbitrar i
o de l os dor mi t
or i
os y l ugares de t rabajo. Los que ni egan
estas i nfor maciones ar gument an, evi dentement e, que el cáncer
era t an f r ecuente ant es como ahor a, sól o que no se l o reconocí a
comot al.Esoes,l isayl lanament e,oscur antismo.
Si bien l a cienci
a toma not a de que l a inci
dencia del cáncer en
Chi
na y Japón es tá todavía muy por debajo de l a media universal
,
i
gnoral as razones de ell
o, no sea que descubra que no se debe tanto
a la difer
enci
a en l os hábi t
os ali
ment
ici
os como al hecho de que al l
í
a casi nadie se le ocur ri
ría er
igi
r su vivi
enda sin el consej
o de un
j
ine
tededr agonesodeunz ahori.
Después de t odo es t
o, qui zá no l e sor prendan t anto nues tras
propias exper i
encias: hace t iempo, numer osos col egas acudieron a
este médi co conoci do nues t
ro y dej aron que l es t r
atara y cur ara,
tanto a el los como a sus hi j
os, y que expl orar
a los lugares malos y
las r adi
aciones del medi o ambi ente. En casi t odos los casos f uer
on
a consul t
ar lo de noche par a, en la medi da de l o posibl
e, no ser vis-
tos por nadi e. ¡
Y casi ni nguno de el los ha per mit
ido que es t
e cono-
cimientoredundeenbenefici odesuspr opi
ospaci entes!
Vi
gil
e,además,quel
osexámenespr
event
ivosol
ast
omasdemuest
rasdet
eji
dose
r
eal
icensól
oenc uar
tomenguant
e.
Hay una r az
ón que subyace escondi
da debaj
o de l a incapaci
dad
de la cienci
a y de muchos médi
cos par
a mi
rar de f
rent
e es
tos hechos
concr
etos.
¡
Todoenf
ermodec
ánc
erduer
meenunmall
ugarensuc
asa!
¡Escasicomounsui cidi
oinvolunt ar
io,despuésdeunaoperacióndecáncerode
una pr ol
ongada permanenci a en elhospitalporal
guna enf
ermedad decaráct
er
crónico,regr
esaracasayv ol
veraocuparl amismacamaen elmi smolugar!No
essegur o,porsupuest o,queelpaci entevuelvaaenfer
marosi gaenf
ermo,pero
lasfuerzasdebil
itadorasseguiránact uando.
Cami
noshaci
aelbuenl
ugar
:elzahor
icompet
ent
e
Desgr aci
adament e, en es to pasa l o mi smo que en t odas l as ár eas
en l as que no hemos pr estado at enci
ón a nues tro ol
fato en l as úl ti
-
mas décadas: el exper t
o en cues tión no vi v
e a la vuel ta de l a esqui -
na y t ampoco figur a en l as pági nas amar i
ll
as de l a guí a t elef
ónica.
De ahí que puebl en el paisaje un gr an númer o de pr e
tendidos z aho-
ríes, charlatanes y si mil
ares, que cont ribuyen a dar le mal a f ama a
este ar t
e. Por añadi dura, muchos de l os numer osos escr i
tos sobr e el
tema de l as r adiaci
ones de l a tierra y de l os zahorí
es han ocasi ona-
do más per j
uicios que beneficio, sobre t odo aquell
os que buscan pr ue-
basadmi si
blespar alacienci
a.
Un z ahor
i compe t
ente sabe que hay un sol o r emedio contr
a l as
radiaci
ones del suel o: ¡
mudar se a un buen l
ugar
! Él j amás lo indu-
cirí
a a pr ov
eer
se de cost osos, y a l
a lar
ga i
núti
les, aparat
os de pro-
tecci
ónocosaspar ecidas.
Incluso un pr i
ncipi
ante en el arte del buen l ugar que pi ense con
responsabi
li
dad, jamás se pr est
arí
a a una demos t
raci
ón públ ica de
su capacidad, y no habl
emos ya con el fin de ofr
ecer la pr
ueba ci en-
tí
fica de su ar t
e. El moti
vo de esto no r esi
de en una modes tia so-
bredimensi
onada de estos hombres, si
no en el hecho de que l a sim-
ple presenci
a de una sol a persona que dude de est
e arte, con laf uer
za
de sus pensami entos l l
enos de expectaci
ón o de escept icismo, puede
alt
erar el r esult
ado de l a medi ci
ón..
. con l a consecuenci a concret
a
de que sól o los zahoríes que saben que sobres
timan un poco sus ha-
bil
idades, par a expresarl
o con pr udencia, son los que se of recen a
lacienci
aoal osmedios.
Cami
noshaci
aelbuenl
ugar
:porelpr
opi
oesf
uer
zo
Pero est
amos seguros de que ése no es su caso, y por l
o tanto
creemos que podremos darle al
gún que ot
ro consej
o v
ali
oso en las
lí
neasquesiguenacont
inuaci
ón.
Eldespl
azami
ent
oocambi
odel
ugar
Si después de haber l eí
do l as páginas ant
erior
es, sospecha o tiene
mot i
vos para creer que us t
ed mi smo o un mi embro de su f amil
ia
duerme o t rabaja en un mal l ugar
, antes que nada pr uebe a cam-
biar de lugar los muebl es, despl
azando el escri
tor
io o l a cama. En
la mayor í
a de l os casos, sólo uno o dos me t
ros de di st
anci
a con
respect
o al vi ejo lugar bas tan par a adquir
ir una sensaci ón clara
sobresielnuevolugarsepercibemejor
.
«Eso no es posi bl
e hacerlo en mi casa. » Esta f
rase ya l a hemos
escuchado muchas v eces, y nues tra respuest
a siempre ha si do l
a
misma: no val en las excusas; además, en úl ti
ma instanci
a, siempr
e
ti
ene l a liber
tad de deci di
r has t
a qué punt o es i mportant
e para
ustedlasal
ud.
Después de un cambi o de lugar, ot
órguese un pl azo de por lo
menos cator
ce dí
as par
a probar con el ol
fato el nuev
o lugar
. La r
a-
zónparael
loes:
Eldespl
azami ento de un lugarmal
o a uno bueno puede l
levara sí
ndromes de
absti
nenci
a( empeorami entoinic
ialdespués de l
at oma de medi cament
os natur
ales)
,
sueñointr
anquil
o,nerviosismo,etcét
era.
Una per sona conoci da por nosot ros dur mió dur ante muc hos
años en un mal l ugar , y en esas fechas tuvo que pasar por t r
es ope-
raci
ones de cor azón. Par a su edad, dor mía demasi adas horas y su
sueño era poco r eparador. A pesar de su act itud escépti
ca, por fin
se deci
dió a despl
az ar l
a cama más o menos un me t
ro.Pasaron unas dos
semanas has ta que el sueño se nor maliz
ó, y ahor a duer me
menosymáspr ofundament e,ysedespiertadescansado.
Es t
e mé t
odo se basa, nat uralmente, en el pr i
nci
pio de pr ueba
y er ror y puede ser algo t
edioso. Sin embargo, es el mejor posible
cuando no puede acudi r a ningún buen z ahori para que expl
ore l os
lugares.
Gat
os
Per
ros
Con l os per r
os pasa l o cont r
ario. Son evasor es de r adiaciones. Don-
de el los se echan a gus to, casi si
empr e es un buen l ugar par a no-
sotros. No se asombr e si a veces encuent r
a a su per ro r ecostado en
su si l
lón favori
to. Lo que us ted apr eci
a, lo apr eci
a t ambi én él : un
lugar r epar
ador, l ibr
e de r adiaci
ones. Si n embar go, al gunas r azas
obtenidas por cr uce, ya sean gat os o per r
os, han per dido su ol f
ato
natur al. También l os animales muy apegados a su amo, a v eces se
tumban en un mal l ugar sólo para estar cerca de él. Por eso, obser ve
conat enciónasui nqui l
inoantesdeconfiarensuv er
edict
o.
Ot
rasmedi
dasdepr
ecauci
ónysaneami
ent
o
Para neut r
aliz
ar la cr eci
ent
e inter
acci
ón con ot r
as fuent
es de ra-
di
ación, us t
ed deber í
a t omar sus precauci
ones. Es import
ant
e co-
nocerlossi
guientesf
act
ores:
La di recci
ón indicada par a dormir es con l a cabez a or i
entada ha-
cia el norteyl os pies en dir
ecci
ón al sur, o con la cabeza al oes
tey
los pies al este. Si usted duerme con la cabez a orientada al nort
e,
vigi
le que no pase ni nguna lí
nea de alta tensi
ón o de el ectr
ici
dad por
esa par ed. (
Dado el caso, instal
e un interruptor de red o desconecte
losfusi
blesporlasnoches.)
Natural
mente, esto t ambi
én es vál ido par
a cambi ar en casa l a
cama de si t
io. Obser
ve a su hij
o y saque sus concl
usi
ones con r
es-
pect
oal oscambiosquepuedanpr
esentar
se.
Mat er
iales par a un col chón sano, en or den de sucesi ón de sus
bondades: paj a, látex nat ural (caucho),l ana de ov eja, crin de caba-
ll
o, látex si nt
éti
co. Tambi én se pr est
an los mat er i
ales esponj osos, pero
por al gunos ot ros mot i
vos no son r ecomendabl es par a de terminadas
personas ( ent
re ot ros, por el pel i
gro de car ga el ectr
ostática)
. Las
camas de muel les son r elati
vament e inofensivas, si empre que t oda
la super fici
e del col chón es té l i
bre de r adiaciones. En caso cont r
a-
ri
o, l os muel les me táli
cos espar cen la radiación por t odo el col chón,
aun en el caso en que sól o es t
é cruzado por l íneas de f uerza un
ángulodel acama.
Descont
ami
naci
ón
Par
a poder prevenir esa carga y poder descont
ami
nar
se de el
la,
l
osdosmét
odosmási mport
ant
esson:
Util
izar el agua: Lavar se las manos con f r
ecuenci
a, sólo con agua
fr
ía, si n jabón, hasta l os codos. En hombr os, manos y br az
os se
acumul a mucha r adi
ación: a v eces visi
ble en las venas muy hi ncha-
das del dor so de l a mano. Tan pr onto como exper i
mente una sen-
saci
ón desagr adable en esa z ona, picazón, quemazón o sensación de
pesadez,r egálese est
a buena acci ón: deje corr
er agua fría sobre las
manos has ta que mej ore la sensación. Sobre t odo en los niños, es
muy i mportante dejar cor r
er el agua sobr e sus manos y br az
os,
antes de mandarlos a la cama. De es
te modo ser
á dif
íci
l que t
engan
un sueño i ntr
anquilo o pesadi
ll
as, porque una buena parte de la
car
gadeldíadesaparece.
Por úl
ti
mo, practi
car t
odos los días la nat
ación es l a mej
or me-
di
daparamant
enerseunagranpart
edeldíal
ibr
ederadiaci
ones.
• Movimiento al ai
re li
bre: Los ni
ños se car
gan más rápido que los
adul
tos, pero se descargan, si
n saber
lo y con alegr
ía, cuando jue-
ganalair
elibre.
Trabajar al aire l i
bre, dar paseos en compañí a de buenos pensa-
mientos (sobre todo cerca de l os ár
boles)
, es uno de l os métodos de
descontaminaci
ón más eficaces. En es te sentido es t ambién muy be-
néfica l
a cercaní
a de ar r
oyos o del curso de un r ío: sent
arse fr
entea
l
a cor ri
ente de agua o i ncluso per
noctar alguna vez junto a el
la, si
em-
preensent i
dotransversalalcursodeagua,esalgomar avi
lloso.
En t odo l
o que l e hemos expli
cado en es te l
ibr
o, desde el rit
mo de
l
a l una y sus ondas de ener gí
a hasta l a const
rucción de un ent r
a-
mado par a el t
ejado de una casa en el moment o idóneo, nos hemos
dej
adoguiar,enúlt
imainstanci
a,pordospropósit
os.
En pr i
mer l ugar, hemos quer i
do poner al go apr opi
ado y eficaz
en manos de t odos los lector
es que necesiten las herr
amientas par
a
la aut
ocuraci
ón y par a seguir sanos; los conocimi
entos vál
idos que,
en parte han caí do en el ol vi
do, conoci
mientos que pueden ser de
uti
li
dadparalaprevenci
ónycur aci
óndeenf er
medades.
Hemos quer i
do hacer l
e r ecor
dar que sól o sus pensami ent
os
crean su r eal
idad, que usted no es ví cti
ma de las circunst
ancias en
que vive, que su vi da es l a expresi
ón vi si
ble y l
a consecuencia ne-
cesari
a de sus pensami entos y act i
tudes. En ot ras palabras: que
ustedsiemprecosechaloquesiembr aenelcor azónyenlamente.
En este úl ti
mo capí tulo, queremos r ecordar
le una v ez más que
su mente y su alma si empr e tr
aen consigo la buena simiente. Queda
en sus manos deci
dir si la saca a l
al uz y la dej
a convert
irse en vi
da,
osiqui
eresegui
resparci
éndola,sinvidayextr
aña.
En cada una de l as fr
ases sigui
ent
es, ust
ed puede ol er
, probar
,
comer l
o que l
e sepa bi
en, escupi
rlo que no le gus
te, di
ger
irlo que
le par ezca r azonable. Cada f r
ase sólo será vál ida par a us t
ed cuan-
do l e despi ert
e al go pr opi
o, algo personal, cuando l e toque per sonal-
ment e, cuando de al guna maner a le mueva. ..
, sea a l a apr obación,
al ensi mi smami ento o al r echaz
o. Nosot ros no r eivi
ndicamos en
absoluto que t engan una val i
dez general, aun cuando al gunas v eces
el capí t
ulo est é for mul ado como si f uese válido par a todo el mun-
do. Per o del mi smo modo que no hay ni nguna medi ci
na que ayude
de i gual maner a a t odas l as personas, tampoco hay ni nguna acu-
mul aci
ón de pal abr as que di ga lo mi smo par a t odas. Su compr en-
sión es su compr ensión. Y por el lo, la compr ensión de l a pr opia
verdadapenassepuedecompar t
irconalguienenelmundo.
La r esi
stencia es i nútil y ya no l a oponemos más. Los dol ores
del aisl
ami ento y de l a soledad, que l l
evamos dent ro de nosot ros
como un t esoro, como un ni ño pequeño, débil
, y que l uchan por l a
ver
dad y el amor , predominan poco a poco sobr el os dolores de acos-
tumbrarse a l a ment i
ra y hacen que l a hipocrecía y l a adaptación
a la locura par ezcan un mal menor . Al pr i
ncipi
o, t odaví
a nos damos
cuenta de que el pan de az úcar y las recompensas que deben ayu-
darnos a cal mar l os dolores de aprender a ment ir
, son pur o vene-
no, que sól o son el sobor no del «mundo nor mal »
, del mundo de l a
ment ir
a, l a dr oga que hace de sucedáneo del amor . Al pr i
ncipio,
todavía t r
atamos de r echazar
la por que nues tros sent i
dos y nues tro
corazón reconocen elveneno,per o ent
onces desfal
lecen nuestr
as f
uerz
as.Las
penitenci
asnosdanelúl ti
moempuj ónpar aaceptarloequivocadocomo«nor mal»
ypar aconformar nosconlasmi gaj
asdepanenelsót anodel acasadel averdad.
Alpr inci
pi osor prendidos,vacilantesy ,sin saber l
o,hambr i
ent osdel oesencial
;
másadel ante,ei ncl
usoacual quierpr ecio,quer emosacos t
umbr arnosal avida
equivocada,quer emosserdel apar ti
day« estarcerca»..
.senci l
lament eporquela
soledad delr econocimi entodel av erdad esi nsopor t
able,por quepar ecequeal l
í
nohaynadi equecompar talapr opiaobser vación,por quecasit odoslosmayores
ya han ol vi
dado elpr opio pasado en lal uz .Has ta queporfin nosdamos por
vencidos y nos conv erti
mos en mi embr os formales de la sociedad,t ot
almente
adaptados,quet omanpar t
eent odosl osj uegosequi vocados.
Pobreconsueloparaal gunos,poderosoaut
oengañoparamuchosqueal ientan l
a
idea:«Sitodosobran así,nopueden estartodosequi
vocados.Sit
odospi ensan
así,debedeserlojusto.Yosoyqui enestál
oco,cuandov eol
oqueveoypi ensolo
que pienso».Y así,poco a poco,se desvanece elrecuer
do de l
a época del
princi
pio,delaépocadel averdadyelamor .
Elmundo equi v ocado nos enseña a encubr ir y anes tesiar con subt erfugi os
ment ales l os padeci mient os a que nos some teyl os dol or es del cor az ón
hambr i
ent o:la codi cia yl a envidia se convier t
en en encomi abl e« ambi ción»y
mer it
oria« actit
ud ment aldeéxi to»
.Almi edol ol lamamos« di scr eción»,« t
act o»y
«prudenci a».Laper ezapar alizantees« sabervi vir,placidez ,oci o».Lai mpaci enci a
irri
tantesel lama « alegreexpect aci
ón,ansi edad cr eat
iva,euf or ia».Sedi spensan
aplausosa conf usasef usi onessent i
ment alesyhobbi est rivial esy sel osl lama
«creati
vidad»y « arte».La of uscada y agr adabl e confusión de sent imientos que
desapar ecet anr ápidocomol legó,sel aconf unde,poror den del osexper tos,con
«amor ».La sed de v enganz a yl a actit
ud i nt
r ansigente,l os psi coterapeut as l a
disculpan habl andode« traumai nf
antil»,l
oscur asde« i
radeDi os»yl ospol íticos
de « r
ectitud».Y l as sensaci ones f í
sicas de pl acer y sexo, l a medi cina más
mar avil
losayl i
ber ador aqueDi osnoshadado,pr oducen mi edo,r echaz oyhas ta
asco,por quenohaynadi eal l
íquepongat odosu car iñopar aenseñarelcami no
justo,perosobr et odopor quel asexual idadr epr i
mi daconvi er teal oshombr esen
seresdependi entesymani pul ables.
Toda mi
rada haci
afuer
a,t
odo mensaj
equehaga al
usi
ón a l
ali
ber
tad r
einant
e
más allá de los muros,se conv er
tir
á por fin en una amenaz a para nuestra
imagi
nar i
alibertad.Antesmat ábamosal osmensaj erosdef uera,l
oshér oesdel a
li
bert
ad quenosponí an del
ant edelosojosnues t
rar eal
idad;hoyhacemoscaso
omiso de el
los o bien los combatimos con elar ma más t emible que exi
ste:
nuestr
ospensami ent
os.
Jus t
ificamos o combat i
mos l a viol
enci
a y l a expl icamos como
propia de l a « natural
eza» humana, en lugar de reconocer lo que en
verdad es: si empr e el gr i
to de dolor de un al ma que qui er
e ser
amada i ncondicional
ment e alguna vez, porque el amor es su úni -
coaliment o.
Jus t
ificamos la comodi dad y l
ainter
pre
t amos como indolenci
a« congénita»del
hombr e,en l
ugarder econocerloqueen verdades:siemprel aseñaldeun al ma
quequi eredefendersecontraelabsurdo« sent
idodelavi da»queelmundol eha
inculcado,per oquesi n senti
dodeor i
entación ysi
n unadeci si
ón vali
ente,sigue
angus tiadaydesampar ada.
Jus t
ificamos la codi
cia yl
a calificamos de «saludabl
e ambi ci
ón»
,en l
ugarde
reconocerl oquees:siempreelintent odeuncor azóndesecado,ensumiedoant
e
l
amuer te,decubrirdeorol
acel dadel apr i
sión.
Jus t
ificamos l a energí
a nucl eary l aingeni erí
a genéti
ca y las definimos como
expresi ón del« afán deinves ti
gación i
nnato»delhombr e,en lugarder econocerlo
quesi gni fican:si emprel a expresión deuna ment eangus t
iada quequi eretener
todobaj ocont rol,yquenor econocequeelhombr eyaesper fect
ot alcomoes,
quel anat ur alezaleofrecet odol oquenecesi ta,queéll l
evaen su pr opiobolsil
lo
lal l
av e de l a celda de la pr isi
ón.Expr esión de un espírit
u que no qui ere
reconocerquet odo lo queesi mper f
ecto escapa a su propior aci
ocinio y a sus
sentimi ent osdesdeelpr i
nci pio.
Nosj usti
ficamosi ncesantemente,ymuchosdenosot rosincl
usol ogr
amosol vi
dar
has t
at alextremoelr ecuerdodelaverdad,del al ibert
ad ydelamor ,queporel
resto de nues tras vi
das nos damos por sat isfechos con una sombr a de la
verdaderaf el
icidad y pasamos nuestr
os días revisti
endo de or
ol as rej
as de l
a
celdadel apr isión onoscambi amossin descansodeunacel daaot r
a,inmersos
enelaut oengañodequeal go«cambi
a»o« mejora»coneso.
Yasíes,desdehacemuchot
iempo.
Estat ri
ste hi
stori
a que cada uno de nosotr
os ha vi
vido en las más di
ferentes
f
ormasycol ores,per
oen elfondosi empreigual,podr
íat erminaraquími smoen
desesperanza,sino t uvi
ésemos también esta buena notici
a:lal lav
e hacial a
l
ibertadyhaci alafuentedelverdaderoali
ment oquereclamanues t
raañor anza..
.
¡
lallevacadaunodent rodesí!
La ll
avey laf uenteexisten,aquíy ahor a,en es temismo moment o,accesi bles
paracadaper sonaenelmundo,par aus t
edypar anosotros.Nisiqui erat enemos
queapr enderaencont raresapuer ta.Sól otenemosqueacor darnosdeel l
ayde
queen t odomoment oposeemosell ibrealbedríodecr uzarla.En ot raspal abras:
únicayexcl usivament elaf uerz
adel ospr opiospensami entosper sonal escr eal a
ll
avedeest apuer ta.Ningunaot racosaapar t
edees t
ospensami ent os.Per oant es
de poderabr i
rla no es necesario ningún «medi o»especial,nir eali
z arni nguna
meditación concreta,nicumpl irprimer oconni ngunacondi ci
ón especí fica.Us ted
ti
enesiempr e,ent odomoment o,laal ternati
va.
Un hombr e que t
oma conci encia de estal i
bert
ad de elecci
ón se l evanta cada
mañana y t oma una deci si
ón lúcida.Se deci de porelpensami ento:«Ocur rir
á
todoloquenecesi topar avivir
».Cadamañanacul ti
vayal i
ment aelpensami ent o
por unos mi nutos y después se lot ransmi t
e a sími smo.No per mi t
e que el
pensami ent
o se conviert
a en una expr esión de deseo o en una i dea obsesiva.
Todaví
anadi ehahechounal l
avepar aabr irlapuer t
adel apr i
sión porl afuer za
delosdeseos,eldol oryelsuf rimiento.Perosíporl av ol
untad,lacompr ensi
ón y
laconfianzaclar
as.
Porr
eglagener
al,enl
aactual
idadyentodosl
osti
empos,hemosv eni
doel
igi
endo
dosotr
escaminosdif
erent
esparaaj
ust
arnosalavi
daenpr i
sión:
Creerenlament i
ra,alpr
incipi
osinest
arconv enci
dosdeell
o,adormecerdolor
es,
aceptar
,asumir,incor
poraryfinal
menteent raren l
a menti
ra deconver
tir
seen
su repr
esent
anteydependi ent
e.Elcami no másfácil
,elcaminodemuchos.El
caminohacialaceldador
adadel apri
sión.
Mant ener despiert
a la memor ia, no acept
ar, pr otestar,rebel ar
se, luchar
,
«baj
ar se»
.La lucha agot
adora contrala hi
pocresía,l a codi
cia y elmi edo.Un
caminopenosoquemuypocasv ecessepuedetr ansi
tarcon éxi t
o.Elcami nodel
cambi odeunacel daaotra,conlasensaci
óndequeal gose« modifica»
.
Par
a podertr
ansi
tarelt
ercercami
no,pr
imer
o debecompr
enderuna l
ey del
a
nat
ural
eza:
Las palabr
as que pr onuncia una per sona son sólo la expr
esi
ón
audi
ble de sus pensami ent
os, pr
opios o aj enos. Su ef
ect
o en el
mundoesmi lv
ecesmásf
uertequesushechos.
Los pensami entos de una per sona, sean amabl es, positiv
os y
cariñosos, o r ecel
osos, col
éricos y codi ci
osos, son si empr e una i nvi-
tación al mundo, que debe acept ar . Producen un ef ecto mi l veces
más f uer
te que l as palabras. En al gún moment o, en el f uturo cer-
cano o l ej
ano, siempr e se convierten en r eal
idad per cepti
ble y pal -
pabl e. Se piensan, se emi ten, per egri
nan haci a su punt o final y
regresanasucr eadorconunaf uer z
adiezv ecesmayor .
Paraterminar
,dos his
tor
ias v
erí
dicas le ayudar
án a compr
enderest
aley y a
acor
darsedeellaent
odomoment oyl ugar.
Hacemuchot i
empo,en al gún l
ugardel at ier
raexi st
íaun campodepr isioneros
cuyosocupant espadecí an una desnutrici
ón totalpor queelj ef
ey l osguar dias
encargadosdeélser epart
ían l
asr aci
onesent reellosol asv endían.Lasmuer tes
sepr oducí
an con regulari
dad en todosl osbar r
acones,muer tespori nanición..
.
con una única excepción:en elbar racón 27,l os prisi
oneros est aban lejos de
versetandesnut ri
dosyconsumi doscomol osdelres t
odelcampo,mant ení anun
estadodesal ud rel
ativamentebuenoyt odospodí an par ti
ciparr egularment een
lostrabaj
osforzados.
Al os guar dias l
es llamó la at ención esta dif
erencia,porl o que durante algún
ti
empo espi aron elbar racón;per o a pesarde t odo no vier
on que los reclusos
reci
bier an alguna r aci
ón adi cionalde comi da.Fi nal
ment e,elcomandant e del
campament ohizoquel levaranar as t
rasaunodel ospr i
sionerosdelbar r
acón27
aledificiodel osoficial
esyquel osome t
ieranaun i nt
errogatori
opar aarrancar l
e
larazóndesubuenes tadofísico.
«Esalgodif
ícildeexpl
icar—dijoelpr
isi
oner
o—,talv
ezresi
daenelhechodeque
todoslosdías,mañana,tardeynoche,nosjunt
amos,nossentamosen cí
rcul
oe
imaginamost enerant
enosot r
oselmejormenú detr
esest
rell
asqueunopueda
desear.Ent
oncescomemos,bebemos,mas ti
camosymovemoslascucharashasta
quetodosestamossatisf
echos.»
Hacemuchot i
empo,enal gúnl ugardel atierraexist
íaotrocampodepr i
sioner os
cuyos ocupant es tuvi eron que vi vir en l as peores condi ci
ones i maginabl es
dur antelar gosaños,mi ent r
asdur ólaguer r
a.Muchosdeel losnosobr evi
vierona
last orturas,al aal iment ación miserabl e,alaguacont ami nada,al asepidemi as.
Después de l al iberaci ón del campo, un médi co joven descubr i
ó entrel os
prisionerosa un hombr equet odosconocí an con elapodode« BillelSalvaje»y
que en su aspect of ísico se di ferenciaba por compl eto de las demás figur as
lúgubr es.Sev eíasanoyf uer teyt r
abaj abadi eci
ochohor asaldí a,par aayudaral
médi co y a l ossuper vivientes a recuper arf uerz
as.Ent ret odos lospr i
sioner os
pasabaporser« nues t
r oami goespeci al
»,dirimíalosconflictosent r
el osdif
erent es
gruposé tnicos,habl abasi eteidiomasconflui dez,ysemos trabasi empreamabl e,
debuenhumoryopt i
mi s tacont odos.Poreso,alpr incipi
oelj ovenmédi coes taba
conv encidodequeBi llelSal vaj
ehabí apasadomuypocassemanasen elcampo
depr i
sioner os.
Tantomayorf uesusor pr
esacuandopudodeduci rdelosregist
r osdelcampoque
BillelSal
vaj ehabíasi dounodel ospr i
merosr eclusos,yquedur anteañoshabí a
pasadoporl asmi smast ortur
asquet odoslosdemás.Alpr i
ncipio,Bil
lelSal v
aje
respondió con evasivasa laspreguntassobr esu or i
gen ysobr elar azón desu
estado,has ta que una noche ler el
ató su histori
a aljoven médi co con pocas
palabras.
«Doctor,eradenochecuando,hacesi eteaños,l l
ególami li
ciaynossacódel a
casa,amí ,amiesposayami scuat rohijos.Unav ezenl acalle,mat aronat i
ros
a miesposa y a mi s hij
os delante de mis ojos,uno detrás delotro.Yo caíde
rodil
lasfrenteaesosindividuosyl essupl iquéquememat arant ambién amí .El
cabecill
a delgrupo di
jo con toda fr
ialdad quet odaví
a podrían necesitarmepor
misconoci mientosdeidiomasyor denóquemeencadenar an.Esef ueelfinalde
mivi da:un par de di sparos le habían qui t
ado la vi
da a t odo l
o que has ta
entonceshabí aqueri
do.Lohabí aperdidot odo,yanohabí aningunaesper anz
ani
futuro para mí.Todo lo que habí a ocupado un l ugar en micor azón estaba
muer to.
»Enesemi smoi nstante,unav ozi
nteri
ormedi j
oqueer ahoradequet omar
auna
decisi
ón:oconsagr arí
aelr est
odemivi daalodi oyal aamargura,oapar t
irde
entoncesamar íaacadahombr esindiferenci
asnicondi ci
ones,sinqueimportar
a
lo que hubier
a hecho nilo que hici
era of uera a haceren elfutur
o.Créame,
doctor,nuncaenmivi damef uetanfáciladoptarunadeci si
ón.»
Qui záses t
asdoshi stor i
ascont engan par tedelmat eri
alqueus tednecesi t
apar a,
a par ti
rdeahor a,tomarsuspr opiasdeci sionesen l a vida.Y par a armar sede
valory confiaren su ol fato,sin dej arsei nflui
rport odasl asl eyesy r eglasdel
mundoext er
ior,sin quel oafecten suspensami ent ospositi
vosonegat ivosysus
sent i
mi ent
osper sonal esdeapr obación o r echaz o.A us t
ed,per sonalment e,nos
dirigi
mosynoalpúbl icoen gener aloaunade terminadaor ganización.Ol vídese
por al gún t iempo de l o que ami gos, v ecinos, par ej
a, hi j
os, su j ef
e, sus
subor dinados —es deci r
,« elmundo» — podr í
an decirde es te capí t
ul o y menos
aún desu r eacción per sonalsobr eél .Us ted siempr epuedeel egircómo qui ere
entenderyvi virlonuev o quev e,dei nstanteen i nstanteysi nl asat adur asde
compr omet erse a una de terminada i deología y a su pasado.Elpasado sól o
encadenacuandous t edsel oper mite.
Elfalsomundonoshapr ivadodelal i
mentoquenosdej acrecerymadur arhasta
elpunt o de que la añoranz a de éldetermina nues t
ra conducta.Elal imento
susti
tuti
vo en la cár
cel:la ciencia,elpoder,eldinero,la apar
entesegur idad.
..
,
todo eso nunca saciará su hambr e.Talvez le hayan ayudado a reconocer y
recor
dar los auténticos ali
ment os de l
a vida;acuér dese de el
los cuando los
encuentre.
No lo olvi
de:lanatur al
ezaseocupadequenunca tengaqueviajardemasi ado
lej
osparar eci
birl
oquesucuer ponecesi
ta.Yloquenecesi
tasucorazón,incl
uso
está mucho más cerca,a menos de un pal
mo.No busque l
o que ya posee..
.
Acuérdesedesul i
bertad.
Acuér
desedelamor
.
Porf
avor
,di
ri
girl
acor
respondenc
iaal
osaut
oresenal
emánoeni
ngl
ésa:
JohannaPaungger
/ThomasPoppe
PostBox190723
D -80607Munich
Alemani
a
Nos esf
orzaremos porr espondera t
odas l
aspr
egunt
as quenos hagan.Ahor
a bi
en,pedi
mos c
omprensi
ón,pues ant
e el
cúmulodec orrespondenciaquereci
bimosdemuchospaí
sesdelmundo,nopodemosdarningunacl
asedegarantí
adeque
podamosc ontestar
.
Apéndi
ceA
Hi
erbas,pl
ant
asyár
bol
esmenci
onadosenell
ibr
o
Unast
eri
scoi
ndicaqueelnombr
eserefier
e
avariasc
lasesdelamismafami
li
a
Español Latín
Abedul Heracleum sphondylium
Acanto Rumex acetosa
Acedera
Agrimonia Agrimonia eupatoria
Ajedrea de jardín Satureia hortensis
Ajenjo Artemisia absinthium
Ajo Allium sativum
Ajo silvestre Allium ursinum
Alholva o fenogreco Trigonella foenum-graecum
Alquimila o pie de león Alchemilla*
Alsine (hierba pajarera) Stellaria media
Angélica Angélica archangelica
Anís Pimpinella anisum
Anserina Potentilla anserina
Apio Apium graveolens
Apio de monte o levístico Levisticum officinale
Aquilea o milenrama Achillea millefolium
Arándano o mirtilo Vaccinium myrtillus
Arnica Arnica montana
Arraclán Rhamnus frángula
Artemisa Artemisia vulgaris
Asperilla o aspérula Asperula odorata
Avena Avena*
Azafrán Crocus sativus
Berro Lepidum sativum
Berro de agua o berro amargo Nasturtium officinale
Bistorta Polygonum bistorta
Bolsa de pastor Capsella bursa-pastoris
Borraja Borago officinalis
Brezo Caluña vulgaris
Calabaza Cucúrbita pepo
Caléndula Caléndula officinalis
Cambrón o tamujo Rhamnus catharticus
Candelaria o gordolobo Verbascum thapsus
Carlina Carlina acaulis
Betula*
Cír
culodeLectores,S.
A.(
SociedadUni
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Val
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ona
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Barcel
ona,1996.I mpr esoenEspaña
I
SBN 84- 226-6144-6
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N. 31054
E.N.E.R.O 2016 A.B.R.I.L 2016
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O.C.T.U.B.R.E 2016
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E.N.E.R.O 2017 A.B.R.I.L 2017
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