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LUNÁTICA

Ensayo sobre la Luna,


la energía astrológica más antigua
en los seres humanos
Mimy Cirocco

LUNÁTICA
Ensayo sobre la Luna,
la energía astrológica más antigua
en los seres humanos

EDICIONES URANO
Argentina - Chile - Colombia - España
Estados Unidos - México - Perú - Uruguay - Venezuela
Cirocco, Mimy
Lunática. - 1 a ed. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Edicio-
nes Urano, 2014.
320 p.; 21x14cm.
ISBN 978-950-788-148-0
1. Astrología. l. Título
CDD 133.5

Dirección Editorial: Anabel Jurado


Edición; Carla Pandolfo
Diagramación: Fernanda Rodríguez
Diseño de tapa: Fernanda Rodríguez

Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida,


sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las
sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o
total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos
la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución
de ejemplares mediante alquiler o préstamo públicos.

© 2013 by Mimy Cirocco


© 2013 by EDICIONES URANO S.A. - Argentina
Paracas 59 - Cl 27SAFA - Ciudad de Buenos Aires
info@edicionesurano.com.ar
www.edicionesurano.com.ar

1' edición

ISBN 978-950-788-148-0
Queda hecho el depósito que establece la ley 11.723

Impreso en PRINTING BOOKS S.A.


Mario Bravo 83S, Avellaneda.
Febrero 2014

Impreso en Argentina. Printed in Argentina


Dedico este libro a mi madre, Dora Estela,
«la madre». Y en homenaje a mis dos abuelas
cancerianas, Dora y Rita.
Índice

Introducción ............................................... 17
La Luna como antiguo factor astrológico
en los seres humanos ....................................... 17
El porqué de este libro ..................................... 17
¿ Qué es Lunática? . .......................................... 22
¿A qué nos referimos cuando hablamos de la Luna? ....... 23

Capítulo l. El origen ...................................... 27


Primitivo. Instintivo. Ello ................................. 27
Matriarcados ................................................ 30
Tribus primitivas. El clan .................................. 31
De la guerra del fuego a la reunión
nocturna en torno al fuego................................. 32
La similitud ................................................. 33
Tres mojones en el paisaje lunar .......................... 35
El miedo ..................................................... 35
La defensa ................................................... 40
El don ........................................................ 42
El desarrollo del don oculto en la información lunar ...... 43
Guía simbólica lunar ....................................... 44
Los animales totémicos y el zodíaco...................... 49
Las Runas ................................................... 54
Los árboles .................................................. 58
Los árboles y sus propiedades mágicas................... 60
Capítulo 2. El enraizamiento ............................. 63
Las raíces de la Luna ....................................... 63
Astronómicas ............................................... 63
El Mecanismo de Anticitera............................... 64
Algunas características de nuestro satélite ............... 65
Algunas curiosidades lunares.............................. 67
Etimológicas ................................................ 68
Mitológicas .................................................. 68
Psicológicas ................................................. 76
Correlato Ello-Luna ........................................ 78
La ecología de la excusa .................................... 78
Físicas ....................................................... 79
Luna y cerebro antiguo .................................... 79
Luna y neurociencias ...................................... 83
Luna y útero ................................................ 84
Luna y mamas............................................... 85
Idea de raíz .................................................. 86
Árbol genealógico .......................................... 89
El reloj de arena............................................. 90
La pirámide invertida de los ancestros,
historia que da pie .......................................... 90
Lo que ya estaba ahí cuando nacimos .................... 91
Descendencia propia y la responsabilidad
que involucra ................................................ 91
Otras raíces .................................................. 92
Herencia ..................................................... 92

Capítulo 3. El crecimiento................................ 95
Pasajes obligados dentro de la energía lunar............. 95
Proceso de gestación ....................................... 95
Parto: partir desde una madre, partida en dos........... 96
Crianza.Infancia............................................ 96
Memoria que se origina en el proceso
de crecimiento .............................................. 96
De la Luna hay que salir, un mito a cuestionar .......... 98
¿De qué se puede salir, y de qué no,
para individualizarse? ...................................... 98
Volver es avanzar ...........................................104
El regreso como posibilidad de cierre y apertura ........104
Ciclicidad lunar ............................................105
Las fases de la Luna........................................ 105
Importancia de la fase lunar de nacimiento............. 107
Materia lunar ............................................... 110
¿Cuál es la materia prima de cada signo lunar? ......... 112

Capítulo 4. La Luna ......................................125


Representación de lo lunar y sus funciones
en la perspectiva psico-astrológica ...................... 125
Una particularidad lunar a tener en cuenta .............127
Madre .......................................................131
Arquetipo de la Gran Madre .............................131
Concepto y complejo de madre .........................133
Clases de madres .......................................... 135
Clases de madres según los signos
de la propia Luna .......................................... 138
Necesidades y defensas ... : ...............................161
Satisfacción o insatisfacción de
las necesidades básicas.................................... 161
Descripciones sobre las necesidades
básicas de cada signo lunar ............................... 161
¿Qué necesita cada Luna? ................................162
Mecanismo de defensa como recurso
primordial para vivir y sobrevivir ........................163
Defensas reactivas y defensas creativas .................164
Descripciones sobre las defensas lunares ...............165
¿Qué defiende, cómo y de qué se defiende
la Luna según cada signo? ................................ 165
Pertenencia .................................................168
El sentimiento de pertenencia ...........................168
¿Cómo percibe su sentimiento de pertenencia
cada signo lunar?...........................................169
La afectividad ..............................................173
Familiaridad y parentesco ................................173
La intimidad................................................174
¿Cómo es la intimidad de cada signo lunar? ............ 175
El mundo de las emociones ..............................176
Los horrores arcaicos .....................................176
Trampas, veladuras y tentaciones ....................... 179
¿Facilita o fagocita? .......................................183
La multiplicidad inabarcable
del abanico emotivo ......................................184
Emociones y estados positivos ..........................188
¿Cuáles son las emociones bajas
y las emociones altas? .....................................189
Comportamiento emocional ............................191

Capítulo 5. Doce lunas ...................................193


Signos solares y signos lunares ...........................193
¿Qué significa tener Sol y Luna
en los signos del zodíaco? .................................190
¿Cómo es tener la Luna y el Sol
en un mismo signo? .......................................194
Diferencia entre pertenecer y ser ........................195
Una forma valiosa de autotrabajo........................ 195
Propuesta para descubrir la propia pauta lunar ........195
Doce lunas ................................................. 199
Las doce casas de la Luna ................................. 200
En las casas de la Luna de todo mucho hay ............ 201
Variadas descripciones de la Luna
en cada uno de los doce signos zodiacales .............206
Si la Luna me enseñó a sobrevivir,
la Luna me permite seguir ................................ 251

Capítulo 6. La fuerza terapéutica de la Luna .......... 253


La oscuridad sanadora en la potencialidad lunar ....... 253
Cualidades de la oscuridad terapéutica
de cada signo lunar ........................................ 264
Luna para curar Venus ....................................272
Aprovechar las cualidades lunares propias
para sanar lo vincular herido ............................. 272

Capítulo 7. El uso del don ............................... 275


Aplicación del don lunar
en lo personal y colectivo ................................. 275
El primer amor .............................................275
Los poetas ..................................................276
Ecología emocional ....................................... 279
Saber parir ..................................................280
Cocinar es ancestral ....................................... 288
Crear y cuidar en sentido colectivo ..................... 289
El regreso consciente a la necesidad de lo grupal ....... 291
Wesak y las meditaciones mundiales
en Plenilunio .............................................. 292
Más talento lunar aplicado en lo social:
cuando la solidaridad se vuelve creativa ................293
Los global shapers ..........................................293
Personas mundialmente conocidas
por su actitud lunar utilizada como un don.............294
Algunos ejemplos .........................................295

Capítulo 8. Costumbres bien argentinas ...............301


Argentum-Plata-Luna .....................................301
¿Qué es Argentum en Homeopatía?.....................301
El Río de la Plata ...........................................302
La Luna como regente nacional..........................302
Nuestra lunaridad particular ............................. 304
Cosas y personajes muy argentinos ...................... 304
Volver y volver a lo viejo, consecuencias
de la inmadurez ............................................304
Más cosas que pasan en Argentina ......................306

Capítulo 9. Lunática esencial............................311


La esencia de la Luna......................................311
Secretos esenciales de cada signo lunar .................314
A MODO DE PRÓLOGO

Aún estás a tiempo


de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras,
enterrar tus miedos,
liberar el lastre,
retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros,
y destapar el cielo.
Aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda,
y se calle el viento.
Aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños.
16 LUNÁTICA

Porque no hay heridas que no cure el tiempo.


Abrir las puertas,
quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.
Vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa,
ensayar un canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas
e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos.
Porque cada día es un comienzo nuevo.
Porque esta es la hora y el mejor momento. 1

l. Fragmentos extraídos de un poema vinculado al poder de la resiliencia,


atribuido a Mario Benedetti, escritor y poeta uruguayo. 14 de septiembre
de 1920 - 17 de mayo de 2009.
INTRODUCCIÓN

La Luna como antiguo factor


astrológico en los seres humanos

El porqué de este libro


Con Lunática se pueden descubrir y redescubrir las cua­
lidades lunares necesarias para la vida, con todas sus caras y
fases como las de nuestro satélite. Es un libro para reterritoria­
lizar los espacios y los tiempos que representa la Luna, acercar
información para tratar de disolver los presupuestos atávicos a
los que fue sometido cierto contenido de su simbología y ver
sus caras luminosas y oscuras, teniendo en cuenta que en el
arte de la interpretación astrológica, tanto los acontecimien­
tos como las palabras y los pensamientos suelen tener sentidos
múltiples, muchas lecturas y diferentes ángulos. Por eso con­
viene abrir cada letra, cada tema para comprenderlo mejor.
Este es un libro que intenta quitar presión a la discon­
formidad general que existe con respecto a la historia
familiar, o hacia la madre biológica, con descripciones
18 LUNÁTICA

de las cualidades lunares, las defensivas y reactivas, y las


curativas de las heridas de amor, cuando lo afectivo se ha
dañado por amores imposibles o por la toxicidad de cier­
tos vínculos.
Al descubrir la propia pauta lunar, y volver conscien­
temente una y otra vez a su refugio nutriente, mucho se
puede aprender y sanar, aun los corazones más rotos.
En mis libros anteriores describí exhaustivamente los
signos del zodíaco como andamiaje para proveer de un
lenguaje que hiciese de base para el acceso a otros estra­
tos del ser. Ahora, el material de Lunática colabora para
acompañar el descubrimiento de conductas aniñadas,
para el desarrollo de los propios procesos terapéuticos, y
para comprender más la información recibida al respecto
de la propia Luna, en la interpretación de la carta natal. El
contenido de este trabajo nos lleva a investigar dónde se
es defensivo, compulsivo, instintivo, con actos reflejos e
impensados, condicionados por cierta memoria que, las
más de las veces, trasciende lo personal, familiar o cultu­
ral, para adentrarse en lo más hondo de la historia ances­
tral de la especie humana.
Este factor subyacente de la constitución del ser huma­
no está representado en la carta natal por la Luna, entre
otros factores. Destapar y ver aunque sea algo de su fun­
cionamiento provoca y favorece el crecimiento; se trata
de aprender a ver que en esas mismas características de­
fensivas, reactivas o patológicas, existen otros modos de
expresión que pueden llevar a la persona a ser talentosa y
creativa de algo en particular, beneficioso para su vida y las
de quienes la rodean.
Introducción 19

Frente a la vulnerabilidad y susceptibilidad con que al­


guien reacciona cuando se siente amenazado por peligros
reales, inconscientes o imaginados, hay formas concretas
de trascender los umbrales que eso representa, usando
la misma energía, pero a la inversa, para actuar no como
niños indefensos que buscan satisfacer sus necesidades
mediante reiterados mecanismos automáticos, sino como
adultos que aprenden a canalizar sus energías a través de
valiosos recursos propios. Carl Gustav Jung2 explicaba que
«el ser humano está más amenazado por sus propias fuer­
zas psíquicas elementales y estas son superiores a todas las
potencias del mundo, dado que la conciencia es insisten­
temente atraída a repetir su propia oscu_ridad, evitando el
juego de la luz y la sombra», y sin prestar atención a la
relación que existe entre ambos factores. Es allí donde Lu­
nática se instala con los nuevos enfoques y alcances de la
Astrología, a activar ese dinamismo tan prometedor.
La visible contundencia de la Luna en el espacio azul
del cielo, diurno y nocturno, constituye el ejemplo más
concreto para comprender la ciclicidad de la vida. Ade­
más, ¿quién no ha escuchado alguna anécdota sobre la
Luna, en el campo, las siembras o las cosechas, el movi­
miento de las abejas, o en otro ámbito, acerca del corte de
pelo, mejor en cuarto creciente que en menguante? Por
eso el libro contiene el concepto de regularidad de los ciclos
lunares para mostrar, como lo hace el diseño de la rueda
zodiacal, que avanzar es regresar al origen porque la vida

2. Carl Gustav Jung, médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo. 26 de


julio de 1875 - 6 de junio de 1961.
La cita figura en Astrología del Autodescubrimiento, de Tracy Marks. Buenos
Aires, Editorial Kier, 1993.
20 LUNÁTICA

es redonda y nos muestra el punto del que partimos, cada


vez que termina un ciclo.
Junto con su teoría, este trabajo contiene descripcio­
nes, pautas y ejercicios, y propone desmontar la carga ex­
tra que se crea en las vivencias, las emociones dolientes,
las contracturas estructurales y existenciales, esas que se
interponen como fieros obstáculos ante la lisa y llana in­
formación energética que brinda cada Luna según su po­
sición zodiacal.
Lunática recobra el concepto de oscuridad terapéutica
y también gestativa, porque es la Luna la que favorece la
esperanza de integración entre la oscuridad y la luz. Cabe
recordar que nuestra Astrología es solar, mientras que en
India es lunar, y que la antigua Astrología de los mayas con­
tiene ambos factores, lo solar y lo lunar. Será hora, tal vez,
de reintegrar ambas filosofías como ellos lo hicieron con
su calendario, y continuarlo. Ellos usaban, por ejemplo, el
número trece. Antiguas tablillas talladas con trece muescas
representaban el poder femenino en ese número, que no es
mala suerte, sino el símbolo, entre otros, de las trece mens­
truaciones del año. Lo solar, yang, masculino; y lo lunar,
yin, femenino, reunidos como pares complementarios. A
lo largo de la historia occidental estos pares complemen­
tarios, lo femenino y lo masculino, quedaron separados, y
en ello radica la mayoría de las problemáticas actuales. Sin
embargo, en nuestra Astrología existe un factor donde el
encuentro entre la luz y la oscuridad es accesible, y se ma­
nifiesta en el Ciclo de Sol y Luna progresados, y se observa
en la fase lunar con que se ha nacido.
A partir de los filósofos contemporáneos que hablan de
encontrar y recorrer lo inexplorado, lo que sucede en el puro
Introducción 21

devenir1 este libro procura resignificar a la Astrología como


una herramienta útil para acompañar el proceso evolutivo
personal despojándola de las erróneas interpretaciones que
se han hecho de ella. Allí se inserta este libro1 para que
la Astrología acompañe ese puro devenir personal1 despo­
jándola de las erróneas interpretaciones que se hacen de
ella para que1 cada día1 muchas más personas se den cuen­
ta de la inmensa utilidad que tiene.
En mis libros suelo citar todo tipo de frases1 autores1 libros
y películas1 para que sea más gráfico lo que explico. A veces
lo hago a través de contenidos no tradicionales1 o variando la
manera de expresarlos1 con ejemplos de otros autores1 o de
ciertos personajes; no siempre sigo el lenguaje estrictamen­
te astrológico1 porque así1 la sugerencia va enfocada directa­
mente a ejercitar la capacidad asociativa de relacionar una
cosa con otra1 algo absolutamente necesario en el camino
de la Astrología. Otras veces1 repito conceptos de mis otros
libros1 ya que lo redundante hace más fácil la integración en
los aprendizajes. Además1 considero que las mismas cosas,
vistas desde distintos ángulos1 enriquecen la mirada. Sigo
las características de los ensayos1 en el término literario de
la palabra1 para tratar con mayor libertad los temas1 según
cómo yo he ido descubriendo la Astrología durante mi vida;
por el101 se puede estar o no de acuerdo en cómo planteo
algunos de sus contenidos.
Escribo para difundir esa inmensa otra parte de la As­
trología que existe por fuera del universo de las predic­
ciones1 casi única especialidad con que se asocia a la As­
trología1 a pesar de que tiene tanto más para demostrar1 y
para ser utilizado. El tema de las predicciones automáti­
camente traza una divisoria de aguas, mientras que los
22 LUNÁTICA

conocimientos más allá de estas no provocan divisorias de


ningún tipo; muy por el contrario, suman, y hacen ver con
más seriedad la trama de su saber sobre el ser humano.

¿Qué es Lunática?
Lunática es un compendio con nociones, explicaciones,
descripciones y secretos esenciales sobre la energía lunar.
Provee de un nutrido material para reconocer miedos, me­
canismos defensivos, trampas, tentaciones y refugios donde
cada signo se esconde para no crecer, o, en el mejor de los
casos, para gestarse y acondicionarse en su proceso de cre­
cimiento. Hace entender el porqué de ciertas maneras de
relacionarse con los seres queridos, la forma de casa que se
habita, el hogar que da seguridad ... pudiendo determinar
así cuál es el propio patrón lunar, directamente por iden­
tificación, o leyendo sus variadas descripciones. Cuando
alguien se siente parecido a algunas de estas descripciones,
aunque no se trate exactamente del signo de la Luna en su
carta natal, si se ha identificado con cierta descripción, sig­
nifica que por ahí ronda su pauta lunar. Seguramente estas
identificaciones estarán dadas por la casa donde está ubi­
cada o por los aspectos de la Luna personal con otros pla­
netas, u otros factores relacionados con la Luna, aún más
antiguos, como los que se obtienen de las cartas dracónicas,
que estudian, a su vez, capas más profundas de lo lunar.
Lunática colabora para descubrir capas primitivas y
sondear la información heredada que está en los profun­
dos estratos del ser humano. En él se muestran las defensas
naturales que cada signo levanta ante la dificultad, tanto
como sus dones y virtudes. Para quienes saben Astrología,
esta es una materia fundamental dentro del aprendizaje de
Introducción 23

su lenguaje, ya que abre el espectro de oportunidades del


crecimiento humano, mostrando los vericuetos secretos
del factor Luna, la más antigua, íntima y formal energía de
las características astrológicas. Y, de manera propicia para
los lectores que aún no saben Astrología, muestra cómo,
cuando sus cualidades no son observadas concienzuda­
mente, se pueden configurar en un cerrojo, trampa o limi­
tación, que impide dar el punto de partida para la propia
individuación. Como en la vida misma, todo aprendizaje
se produce con avances y retrocesos; desde el punto de
vista astrológico, avanzar es regresar1 en la rueda de la vida,
el zodíaco, la herramienta de síntesis, mapa y cartografía
que demuestran los círculos espiralados por donde cada
uno realiza su camino de conocimiento. Lunática investi­
ga dónde cada signo es defensivo, compulsivo, instintivo1
con actos reflejos, impensados y condicionados por una
memoria que, las más de las veces1 trasciende lo personal,
familiar, o cultural, para adentrarse en algo muy viejo de la
historia ancestral de la especie humana.

¿A qué nos referimos cuando hablamos


dela Luna?
En términos de interpretación astrológica, ver dónde
alguien tiene la Luna es explicar uno de los tres componen­
tes fundamentales de la carta natal, que responden a las
preguntas existenciales, ¿de dónde vengo, quién soy y a dón­
de voy?, a partir de la Luna, el Sol1 y el Ascendente. Estu­
diar la Luna busca responder el primero de estos factores.
La Luna es una de las llamadas luminarias junto con el Sol.
La Luna representa especialmente a la madre como per­
sona, y el vínculo madre-hijo, además de la internalización
24 LUNÁTICA

o representación interna que se haya hecho de estos.


Uno de los temas psicológicos más importantes que se
pueden abordar al estudiar su contenido es el que remite
a los sistemas de defensa que se crean para sobrevivir y
subsistir ante las amenazas externas y las necesidades bá­
sicas de la vida, como comer, dormir y estar a resguardo;
representando también el modo en cómo se repite una
defensa, mecánicamente.
En la antigua Astrología las funciones y cualidades de
la Luna estaban asociadas a la Tierra, y contenían simbo­
logías y significados que hoy son otorgados a los planetas
transpersonales, Urano, Neptuno y Plutón, y al planetoide
Quirón. Esto explica las imágenes de una Madre-Tierra
dadora pero a la vez destructora y devoradora. Son con­
ceptos difíciles de asociar, pero fáciles de observar en el
planeta Tierra como cuerpo planetario donde vivimos;
nexos entre lo antiguo y lo reciente, entre lo sensible y lo
poderoso, donde las funciones de la vida representadas
por la Tierra, la Luna y los planetas que están más allá de
Saturno pueden ser observadas.
El componente lunar está en todas las cartas natales, lo
cual significa que todos tenemos Luna en uno de los doce
signos zodiacales. El libro propone que, en lugar de arreme­
ter contra la propia madre, la historia familiar o las costum­
bres heredadas, es preferible aprender y comprender que esa
energía lunar ya estaba en la carta natal, desde el momento
de nacer, representando una pauta que viene tanto con guión
escrito como con libertad para expresarlo hasta convertirlo
en un don. Ese guión no es una cárcel, sino el patrón zodiacal
de tal Luna, signo, casa y relaciones con otros planetas. Así,
cada persona nace con una determinada pauta lunar, con el
Introducción 25

fin de reconocerla en su madre, en su sentimiento de perte­


nencia, en la historia familiar que la precede, y no para ale­
jarse, pelearse, rechazarla o negarla; es parte de su sistema,
a nadie se le ocurriría rechazar lo propio, y menos cuando
sabe lo que eso significa. Es un concepto muy delicado e
importante para entender, aceptar e integrar en la concien­
cia; porque es su yo superior o self el que eligió el sistema de
carta natal completo que necesita para desarrollarse como
individuo y ser quien es. Esa Luna está en su carta natal y su
centro o self la mantiene cerca y le otorga los recursos para
poder desenvolverla.
La Luna, como cada componente de la carta natal, es
parte de un todo, no se puede salir ni extraer nada de ella.
Solo se puede comprender de qué se trata y vivirlo en li­
bertad y con conciencia, y que no sea esa energía la que
domina a la persona, sino la persona quien, al conocer su
totalidad energética, pueda elegir las capacidades propias
para expresarse, mostrarse y ser ella misma. La madre que
cada uno tiene figura en la representación de esa pauta lu­
nar implícita en la carta natal; para qué peleada, criticarla,
salir o escapar de ella, si es desde esa forma ya dada que se
vivencia la relación con la madre real, sustituta o imagina­
ria. Lo importante y lo que vale es saber que esa pauta es
perfectible. Porque, como ya les he contado muchas veces,
en Astrología las cosas funcionan al derecho o al revés, las
usas o te usan. Cuanto más autotrabaje una persona, me­
diante su carta natal o con terapia, mayor será la compren­
sión que pueda tener de por qué vive como vive y elige
seguir viviendo así.
Lo lunar es lo más antiguo en el ser humano, y en cada
carta natal señala la forma concreta, emocional, ancestral,
26 LUNÁTICA

biológica y atávica con la que se ha vinculado con el mun­


do de las emociones, el cual incluye a todos los integran­
tes de la pirámide familiar, hacia atrás y hacia adelante,
junto a toda la historia y memoria genética, personal, fa­
miliar y cultural. La Luna es esa historia, todo lo que se ha
vivido ya en el pasado, el pasado mismo, y todo el árbol
genealógico. Es una antena que capta la aventura cíclica
de la vida a la que respondemos con nuestro cuerpo, sen­
timientos e instintos.
Mucho abarca el alcance y significado que tiene la Luna
en una carta natal. Para acompañar este concepto basta
observarla en el cielo durante un mes, y sacar obvias y vi­
sibles conclusiones. O imaginarla en distintos paisajes y
horarios, o según las cuatro estaciones. Hagan el ejercicio
y después me cuentan ...
CAPÍTULO 1
EL ORIGEN

«Desde que salimos tambaleándonos de la bruma, hemos


tenido inagotable anhelo de esta Gran Madre. Desde tiempos
inmemoriales, no h ay fuerza femenina con mayor compasión,
entendimiento de las extrañezas, y capacidad de amar las va­
riaciones salvajes y asombrosas del ser humano. »
Clarissa Pinkola Estés

Primitivo. Instintivo. Ello


Existe un trasfondo energético en el ser humano, muy
antiguo, que nos hace sentir siempre en el mismo lugar,
aunque h ayamos crecido y entendido muchas cosas acerca
de nuestra vida. Ese trasfondo tiene que ver con las emo­
ciones, los estados de ánimo y del humor, tan cambian­
tes y variables, que se han instalado en nuestro carácter, y
también con los hábitos y las costumbres que responden
más a alguna clase de memoria ancestral que a nuestros
propios deseos o gustos. Algo que suele entramparnos en
28 LUNÁTICA

la repetición de conductas y apegos resistentes, primitivos,


de nosotros, de nuestra familia, cultura o historia, que nos
hace a menudo caer en el mismo bache. Un espacio inter­
no, íntimo, conocido, cómodo o incómodo, pero que elegi­
mos para encerrarnos, para no crecer o hacerlo de manera
incompleta, y que funciona como un recuerdo de cuando
alguien satisfacía nuestras necesidades básicas de supervi­
vencia sin que nosotros tuviéramos que hacer nada.
Hay allí cierta seguridad, aun cuando eso pueda resul­
tar incómodo, y hasta siniestro. 3 Se compone de una vie­
ja pauta existente desde antes de nacer, y se siente como
un molde, apretado o más suelto, pero siempre cerrado.
Cuando estamos en él nos sentimos cobijados y seguros,
porque es un refugio, aunque sea la misma intemperie;
ahí se expresan nuestros sentimientos y comportamientos
más infantiles. Sigmund Freud lo definió con dos palabras
opuestas ( heimlich-unheimlich) que si bien pueden tradu­
cirse como hogareño, doméstico, íntimo, secreto, familiar,
es también aquello que resulta inhóspito, revelando a la
vez, algo que resulta conocido y agradable pero que tam­
bién está oculto y amenaza. Es un miedo olvidado de la

3. Lo siniestro, u ominoso, es considerado un sentimiento de extrañeza, am­


biguo, que se produce con la aparición en lo real, de algo que recuerda lo más
íntimo o reprimido en el pasado. Este sentimiento genera a la vez atracción
y repulsión, seduce y rechaza con la misma intensidad. El director de cine
David Lynch, estadounidense, nacido el 20 de enero de 1946, lo considera
y lo ha tratado en sus filmes como recuerdos que se han tergiversado, con­
vertido en una invención por encima de esa realidad incómoda, para poder
vivir sin remordimientos pero con una máscara compuesta por todas esas
capas olvidadas, reprimidas, y por tanto inquietantes y abrumadoras cuando
reaparecen ... Lynch suele ubicar lo siniestro en personajes que transmiten
cierta perversidad, llanto y ternura, en una ambivalencia irresoluble.
Capítulo 1. El origen 29

infancia, relacionado con la familiaridad, la comodidad y


también la incomodidad.4 En este caso, lo he menciona­
do para introducir el concepto a dos puntas que tiene la
energía lunar, representada en antiguas figuras como ma­
dre nutricia y dadora, y también amenazante, devoradora
o destructora, y siempre la misma madre.
En otro sentido representa las tradiciones que nos ligan al
pasado, tanto como la herencia que nos brinda el sentimien­
to de la pertenencia a una familia, donde hacer pie para se­
guir creciendo; sin embargo, las más de las veces se configura
en forma de limitaciones, resistencias y veladuras frente a la
posibilidad de individuación y autotrascendencia.
En el lenguaje de la interpretación astrológica, el factor
Luna muestra las características infantiles de una persona,
su enganche con el pasado más que con su presente, y un
indicador claro de cómo y ante qué levanta las defensas.
Es lo que hace responder a los calificativos de lunático, ci­
clotímico, miedoso, dependiente, inseguro, melancólico,
encerrado... conformando una pauta o patrón repetitivo,
mecánico y enraizado que se dispara reactiva e instintiva­
mente frente a lo que nos atemoriza del afuera, y también
de nosotros mismos. Algo que, solamente descubriéndo­
lo, y comprendiendo cómo funciona, puede generar ma
superación de su circuito vicioso para capitalizar y usar la
esencia de su utilidad como un componente muy impor­
tante del potencial energético. Así se podrá crear el desti­
no singular de la persona, habiendo trascendido el pasado
para vivir el presente, habiendo hecho el ritual de pasaje

4. Sigmund Freud, médico austríaco, neurólogo, padre del psicoanálisis.


Moravia, 6 de mayo de 1856 - Londres, 23 de septiembre de 1939.
30 LUNÁTICA

de lo pasado hasta lo actual, observando y cuestionando


costumbres, tradiciones y fijaciones, que por muy buenas
que parezcan, solo limitan y mantienen a la persona como
cuando era un niño.
La Luna es el lugar de la carta natal para inspirarse a res­
ponder la primera pregunta existencial: ¿y yo de dónde ven­
go? Las terapias empiezan por trabajar esta materia prima
de la que provenimos, como cuerpo formal, que si bien es
como la tierra y la maceta para una planta, no conforma
todo el ser, sino su nutrición, la base, lo que se necesita
satisfacer para formarse, ser y cumplir con su propósito.
Primero es necesario aprender a observar las reacciones,
la defensividad exagerada, el repliegue provocado por el
miedo o las fascinaciones, para luego encontrar modos de
superación de lo tramposo de su comodidad y hacerse ex­
perto de la misma energía, sin quedar retenido por ella.

Matriarcados
En la remota prehistoria, las mujeres y sus valores feme­
ninos no estaban subordinados a los valores masculinos.
Esto no quería decir que los hombres eran afeminados, ni
que las sociedades eran más femeninas. Marilén Stengel5
cita a Riane Eisler, 6 quien dice: «Parecen haber sido socie­
dades donde la identidad masculina no se identificaba con
la dominación y la conquista de mujeres, de otros hombres,
otras naciones, o de la naturaleza». Según Stengel, «en
5. Marilén Stengel, escritora argentina. La mujer presente. Buenos Aires,
Ed. B, 2008.
6. Riane Eisler, escritora austríaca. 1937. La transformación social y lo fe­
menino: de la dominación a la colaboración solidaria. Ser mujer. Barcelona,
Editorial Kairos, 1999. Citada en el libro La mujer presente.
Capítulo 1. El origen 31

esas sociedades que funcionaron 7000 a 4000 años a. C., las


mujeres no solo no estaban supeditadas a los hombres, sino
que eran artesanas y sacerdotisas, por lo que no sorprende
que su deidad suprema fuera femenina. En ellas se mantu­
vo la paz, se descubrió la agricultura y florecieron las artes.
Acciones que se relacionan con los atributos de creatividad,
inventiva y convivencia pacífica que el mundo necesita hoy
de manera angustiosa y que, como antaño, lo femenino está
en condiciones de aportar».

Tribus primitivas. El clan


El clan es una de las imágenes arquetípicas para compren­
der global e intrínsecamente lo lunar. En el paleolítico, las
tribus primitivas estaban compuestas por clanes de entre 25
a 50 personas, que se agrupaban en clanes de varias familias
en una cueva, en invierno, y tenían campamentos estacio­
nales para el verano al aire libre. No permanecían siempre
en el mismo lugar, eran nómadas, y todos los hombres se
ocupaban de cazar, pescar o recolectar frutos y leña, excepto
el chamán y los artesanos. Dentro de esquemas patrilinea­
les, matrilineales o multilineales, el liderazgo no implicaba
privilegios, no era vitalicio ni hereditario. Los clanes eran
grupos de gente reunida por lazos de parentesco y ascen­
dencia vinculados por la percepción de ser descendientes
de un mismo ancestro común, real o mitológico. La palabra
clan proviene del gaélico y significa hijo, descendiente. En la
Escocia antigua y los pueblos británicos de origen celta, era
ese antepasado común el que daba el nombre al clan.
La integración a la naturaleza era posible por la adhe­
sión al grupo de manera igualitaria, donde todos trabaja­
ban, no por beneficio propio ni por obligación, sino por
32 LUNÁTICA

una voluntad y convencimiento fundamentados en crite­


rios naturales de supervivencia común. Para ahondar en
estos temas recomiendo la lectura de los libros de Jean
AueF donde se ha descrito la forma de vivir de las tribus
primitivas con certera y absoluta precisión, de forma sen­
cilla y novelada.

De la guerra del fuego a la reunión nocturna en


torno al fuego
La película La guerra del fuego 8 nos dejó atónitos por
la contundencia feroz del recuerdo, o pensamiento tácito
de reconocer que hemos sido también esas personas pri­
mitivas, salvajes, capaces de saciar el hambre comiendo
pájaros o insectos vivos cazados al vuelo y con la mano.
En cuanto al fuego, lo más preciado, conseguido en incen­
dios naturales que provocaban el sol o los rayos en las tor­
mentas, era conservado transportando sus brasas como
la vida misma; que se extinguiera se volvía sencillamente
fatal. Eran esos otros de los que hoy provenimos todos.
Lo desalentador fue la sensación al salir del cine y percibir
que muchas cosas siguen siendo parecidas. Hay un cierto

7. Jean Auel, novelista estadounidense, nacida el 18 de febrero de 1936;


escribió la saga de libros llamada Los hijos de la tierra, compuesta entre otros
por El clan del oso cavernario. Puso en práctica, ella misma en persona, ac­
ciones de la Era del Hielo, en cursos de supervivencia para aprender a vivir
en esas condiciones, construir el espacio apropiado, tallar piedras, prender
el fuego con estas, curtir cuero ... y visitó los yacimientos donde se encuen­
tran las pinturas rupestres, para nutrir las descripciones de sus libros, ade­
más de estudiar en las bibliotecas, y posteriormente viajar a reunirse con los
autores de esos libros.
8. La guerra del fuego, película francesa de 1981, dirigida por Jean-Jacques
Annaud, basada en novela homónima de J. H. Rosny.
Capítulo l. El origen 33

salvajismo en las rivalidades humanas que viene descen­


diendo por el reloj de arena, junto con todo lo demás.
La Luna que teme, también avanza, y hace algo con sus
miedos, no solo penar y sufrir. En las aldeas primitivas el
fuego era encendido como núcleo aglutinante de sus inte­
grantes y para el diario ritual de los clanes, centro donde
contarse y recordar la historia de los ancestros, perpetuar
la memoria y fomentar el sentimiento de pertenencia al
grupo. Fuego protegido y fuego protector. Dos maneras
que dejan ver hoy la luz de la conciencia, correlato de ese
fuego central, para saber y conocerse más.

La similitud
En su libro La gaviota,9 Sándor Márai sostiene que «si­
militud es una palabra que da miedo, provoca escalofríos.
Todo lo que es el destino cabe en esa palabra, un término
infernal que ilumina las profundidades, donde en un taller
que nos estremece yacen en estado larvario las formas an­
cestrales de la existencia humana, millones y millones. En
ese taller van combinándose una docena, o tal vez, diez
docenas de patrones». Y también: «Al palpar la similitud
y los límites del yo y el otro, uno está en realidad hurgando
con dedos temblorosos entre la materia ancestral».
Me recuerda el descubrimiento que hace Neo cuando
finalmente ve la Matrix, la matriz que reproduce los bebés
humanos idénticos, exactamente iguales, uno tras otro,
preparados para hacer lo mismo sin cuestionar ni pensar.
Idea no demasiado estrafalaria cuando a lo lunar también
se lo llama molde. Sí, molde o maceta, recipiente, cuerpo,
9. La gaviota, de Sándor Márai, novelista y periodista húngaro. 11 de abril
de 1900 - 22 de febrero de 1989. Barcelona, Salamandra, 2008.
34 LUNÁTICA

biología, memoria, persona que si no piensa ni hurga en sí


mismo para ver más se ha de quedar repitiendo por siem­
pre el mismo patrón, la misma historia, la misma política,
las mismas familias, perdiendo la vida que existe por fuera
del molde. Eso es lo que saben Neo, Morfeo, Trinity y sus
compañeros de ruta en el film Matrix. 10 Eso es lo que todos
pueden descubrir y ponerse a trabajar para despertar a los
calcados. Claro que primero tendrán que enfrentarse con los
agentes de inteligencia artificial, esas figuras anuladoras de
cualquier intento libertario, empeñados y entrenados para
destruir todo atisbo de creatividad, individualidad y con­
ciencia real.
Y así como están las similitudes también están las di­
ferencias. Y ambas construyen la vida de los seres huma­
nos. A veces las personas más diferentes son las que más se
atraen y viceversa. Esto último es algo que hace preguntar­
se a la protagonista de La elegancia del erizo: 11 «¿Podemos
ser tan semejantes y vivir en universos tan distantes? ( ... )
¿Es posible que compartamos un mismo frenesí, cuando
sin embargo no somos del mismo suelo, ni de la misma
sangre, ni la misma ambición?».
La similitud tiene algunas aristas o muchas caras. La tra­
to acá, porque me recuerda las características lunares. Lo
lunar masifica, uniforma, pone a todos similares, pareci­
dos, no solamente con la ropa, sino también con las ideas,
las escuelas donde mandar a los chicos, el diario que leer,
así por supuesto todo es más seguro y estar todos juntos no
es hostil. La moda se vuelve lunar cuando uniforma a las
10. Matrix, trilogía cinematográfica ( 1999- 2003) creada por los hermanos
Wachowski.
11. La elegancia del erizo, Muriel Barbery, Buenos Aires, Emecé, 2007.
Capítulo 1. El origen 35

personas a vivir toda una temporada vestidos de la misma


manera. Después cambia, y vuelve tras varios años. Cuan­
do era adolescente, ante lo que me compraba como nuevo,
mi madre decía: «¡Pero esto se usaba hace veinte años!»,
y después, yo también dije lo mismo. Vemos así cómo la
Luna y la moda siempre cambian y siempre vuelven.

Tres mojones en el paisaje lunar


En una misma energía lunar se pueden observar distin­
tos estadios donde esta se expresa. Estos son el miedo, la
defensa y el don, y están comprendidos en cada signo lunar.

El miedo
El miedo es una de las palabras más asociadas con la
Luna. Como en el signo de Cáncer regido por la Luna, el
miedo es a lo desconocido, a lo que se encuentra por fue­
ra del círculo que protege la privacidad y la intimidad. Un
miedo natural que origina todo tipo de defensas y pre­
cauciones, no solamente parálisis. Para poder entenderlo
hay que remontarse a las épocas primitivas, donde se vivía
prácticamente a la intemperie, y sentirse allí, vivenciarse
en un entorno hostil por naturaleza, por desconocido, por
contener la amenaza real de animales grandes y pequeños,
venenosos y de dientes afilados, con pozos o ciénagas, lu­
gares resbaladizos, inhóspitos, oscuros, claros, peligrosos.
No alcanzan estas descripciones para percibir el miedo
primigenio, el más antiguo, pero tiene su lugar en la me­
moria corporal. Ese miedo primitivo no se ha perdido con
ninguno de los avances del progreso tecnológico o cientí­
fico. Algunas de estas cuestiones lograron que el miedo se
acomodara en otro sitio o en otra temática, pero continuó
36 LUNÁTICA

siempre recreándose a sí mismo. Como también se recrean


las formas de menguado y de aumentarlo.
A partir de diversos estudios y enfoques acerca del mie­
do, realicé un resumen de algunos de sus alcances y signi­
ficaciones que bien pueden asociarse a los distintos signos
lunares, y de hecho se encuentran incorporados a las des­
cripciones de aquellos en este libro.
Según el Diccionario de la Real Academia Española, el mie­
do «es una perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo
o daño real o imaginario». En términos biológicos, el miedo
es un esquema adaptativo y constituye un mecanismo de su­
pervivencia y defensa, que surge para permitir responder ante
situaciones adversas con rapidez y eficacia; en este sentido, es
sano y beneficioso para el individuo y para su especie.
A nivel neurológico el miedo es una forma de organiza­
ción del cerebro primario; un complemento y una exten­
sión de la función del dolor que alerta sobre los peligros
y amenazas a la salud o a la existencia. Es una emoción
que se desata en el cerebro reptiliano, encargado de regular
acciones esenciales para la supervivencia como comer o
respirar, y en el sistema límbico, encargado de regular las
emociones de lucha, huida y evitación del dolor. Aun du­
rante el sueño de la persona, este sistema revisa toda la
información que recibe a través de los sentidos. El mie­
do produce cambios fisiológicos, como el aumento de la
presión sanguínea y mayor producción de adrenalina. La
frente que se arruga o los labios estirados, los ojos agran­
dados y las pupilas dilatadas, para ver más y dejar entrar
más luz, también en función de la defensa.
Psicológicamente, es un estado afectivo y emocional,
necesario para la correcta adaptación del organismo al
Capítulo 1. El origen 37

entorno que le provoca angustia y ansiedad. Se puede


aprender a temer ciertas cosas, y también aprender a no
temerles. El miedo se relaciona con otros sentimientos y
guarda estrecha relación con distintos elementos de la cul­
tura. Puede manifestarse como miedo al miedo, miedo al
amor, miedo a la muerte o miedo al ridículo.
Etimológicamente, la palabra miedo viene del latín me­
tus. El término admite matices y graduaciones en palabras
asociadas: temor, recelo, aprensión, canguelo, espanto, pavor,
terror,fobia, susto, alarma, peligro, pánico. Es llamativa la eti­
mología de algunos de estos términos. Veamos ejemplos.
Riesgo proviene de resecare, que es cuando se rompe el
casco de una embarcación contra un risco.
Peligro, de raíz indoeuropea, per, que significa ir hacia
delante, penetrar en un sitio.
Temor es el miedo a algo que se supone que ya ha sucedido.
Aprensión, la aversión a tocar algo.
Desconfianza, miedo interpersonal.
Canguelo, del caló, significa apestar por las consecuen­
cias del miedo sobre los esfínteres.
Pavor, de peu, que significa golpear; de ahí también
proviene pavura y espanto.
Pánico es el miedo sin fundamento, colectivo y descon­
trolado; proviene del dios Pan y refiere al miedo a los rui­
dos perturbadores de la naturaleza.
Alarma, etimológicamente viene de la orden « ¡A las
armas!».
Terror es el estado pronunciado de miedo, posterior al
horror sentido frente a un peligro inmediato que provoca
acciones atípicas e irracionales.
38 LUNÁTICA

La antropología y la sociología muestran que el miedo


tiene una modulación cultural. A veces se aceptaba la co­
bardía a confesar los miedos como una prueba de inofensi­
vidad. Como sentimiento colectivo o individual el miedo
varía con las épocas y los contextos históricos, pudiendo
ser un arma de dominación política y de control social, o
un arma de guerra. También está inmerso en ciertos siste­
mas religiosos o del adoctrinamiento de diversos orígenes.
Para el contexto de la interpretación astrológica con
orientación psicológica, básicamente el miedo tiene dos
grandes asideros, miedo a perder algo o miedo a ser atacados.
Se considera que son un imán donde se atrae eso tan temido.
Al respecto, Siri Hustvedt 1 2 dice: «Kierkegaard escribió en
su diario que el temor es atracción, y tenía razón. El temor
es una llamada y podía sentir su tirón, pero, ¿por qué; qué
habría visto u oído que me hacía sentir aquel suave pero fir­
me tirón? La percepción no es nunca pasiva. No solo somos
receptores del mundo que nos rodea, también somos sus ac­
tivos creadores. En toda percepción hay algo alucinatorio y
es fácil crearnos ilusiones». Este concepto de que el temor
es atracción es fundamental en la interpretación astrológica.
El miedo es una emoción primaria caracterizada por un
intenso sentimiento incómodo y probablemente desagra­
dable, que proviene de sentir un peligro, verdadero o fan­
taseado, actual, futuro o antiguo, y es un rechazo a los ries­
gos o las amenazas. Pero, si riesgo es el miedo a rompernos
contra el risco, corroboramos entonces que ... el miedo no
es zonzo; mejor preguntémosle qué tiene para contarnos.

12. Siri Hustvedt, novelista, poeta, ensayista norteamericana. El verano sin


hombres. Barcelona, Anagrama, 2012.
Capítulo l. El origen 39

Puesto que del miedo que paraliza se puede pasar al mie­


do que genera soluciones, la persona puede sacudirse de
encima la rigidez que le provoca y, según su nivel de resi­
liencia, enfocarse con la misma energía en generar, pensar
y crear concretas maneras de resolverlo.
Existen raíces de los miedos, o raíces en los miedos, que
están instaladas en las sombras de la psique y son muy anti­
gu as, profundas, olvidadas, y por eso potenciadas, aumen­
tadas, guardando memorias de saqueos, asedios, abusos,
guerras, traumas ... Clarissa Pinkola Estés escribe que los sa­
queadores, los dictadores y los abusadores de todo el mundo
replican eso, atacan el yo verdadero empezando por des-ma­
drar lo sagrado del ánimo de la gente: «Parecería que tomar
pueblos y tierras sin su permiso es un proceso arquetípico
y por tanto sigue caminos predecibles».13 Lo primero que
hacen es atacar los pilares de una persona o de un pueblo.
En términos astrológicos devastan su Sol, su Luna y su Júpi­
ter, respectivamente su centro o yo consciente, su sistema de
pertenencia que le da seguridad, y sus creencias. Como este
miedo y dolor queda arraigado y silenciado por la misma pa­
rálisis que produce, vuelve a reflotar en las siguientes gene­
raciones. Estés dice: «Alguien tiene que pararse y poner un
palo en la rueda». Eso es lo que hace quien se anima a mirar
en el espejo de su memoria, de su historia y de su herencia,
con o sin ayuda. Las terapias tradicionales, o las constela­
ciones familiares, 14 la observación minuciosa de la historia
energética de la carta natal enriquecidas por el estudio de
13. Clarissa Pinkola Estés. Desatando a la mujer fuerte, Buenos Aires, Pla­
neta, 2012.
14. Constelaciones o colocaciones familiares: según el término en alemán,
es un estilo de terapia sistémica a partir de teorías recopiladas por el psico­
terapeuta alemán Bert Hellinger.
40 LUNÁTICA

las cartas dracónicas, la historia de vida que aporta el con­


sultante y las sinastrías, hacen encontrar esa materia prima
del miedo y la muestran, la destraban, intentando liberar a
las generaciones anteriores y posteriores de la carga de ha­
berlo silenciado. Círculo vicioso del miedo y el dolor que
los dictadores conocen muy bien para utilizar, aun llenán­
dose la boca de palabras de progreso para el pueblo y mejo­
ras futuras de bien común. Atacar a la Luna cuando se hace
una carta natal, sin proponer su desenvolvimiento hasta el
don, es prácticamente lo mismo. 15

La defensa
Todos los signos y los planetas tienen sus propias defen­
sas y se los suele personalizar para su comprensión e inter­
pretación. Pero hablar de la defensa, o las defensas, en sen­
tido general, es referirse al patrón lunar de toda carta natal,
como un sistema existencial automático. 16
La defensa es una consecuencia de la inseguridad, el mie­
do, el temor, el pánico, el terror, la ansiedad, la aprensión,
el desconocimiento. Es crearse unas barreras delimitado­
ras, protectoras, para no morir, para no sentir más mie­
do y buscar alivio o relax para poder sobrevivir. No son
negativas; no son necesariamente patológicas. Tienen
una utilidad y sin ellas no se puede vivir. Lo que genera
problemas es quedarse a vivir siempre ahí adentro, detrás
de las barreras, porque eso congela el deseo o lo inhibe,

15. Las cartas dracónicas y la sinastría son estudios astrológicos comple­


mentarios que permiten investigar en profundidad, por debajo de las capas
de la carta natal y encontrar más significados, factores y componentes del
estado de desarrollo psicológico de una persona.
16. Dr. Lair Ribeiro, El poder de la complejidad. Barcelona, Urano, 2007.
Capítulo 1. El origen 41

y dificulta el crecimiento, la posibilidad de individuación


y la realización personal. Es entonces necesario elastizar
las defensas, ir cambiándolas por otras y volverse creativo
para defenderse de otro modo cada vez, y con cada tema.
Las defensas estereotipadas provocan circuitos cerrados,
círculos viciosos, condicionamientos en el carácter, es­
tancamientos de energía y algunas enfermedades. La as­
tróloga Liz Greene 17 ha mostrado la faceta positiva de lo
defensivo, como recurso no solo para sobrevivir sino para
asegurarse, prepararse y crearse una plataforma desde
donde salir a crecer.
La defensa es un mecanismo psicológico no razonado
que reduce las consecuencias de los acontecimientos estre­
santes. Es un sistema automático de protección contra el
peligro; y el instinto de supervivencia que activa y represen­
ta aquello que proviene desde el mundo más arcaico. Se de­
fiende lo que más se necesita y valora. Por lo tanto las defen­
sas son siempre necesarias, ellas son inteligentes y están al
servicio de propósitos que pueden resultar inconscientes,
pero que es necesario descubrir porque preservan la vida y
defienden contra la muerte, física, emocional o espiritual.
Cuando las defensas se vuelven patológicas y hacen su­
frir, entonces habrá que recurrir a los profesionales de la
salud para encontrar alguna clase de equilibrio; existe una
gran diferencia entre las defensas saludables, móviles y
creativas y estar compulsivamente dominado por ellas. En
ese caso la persona no puede separarse de la matriz fami­
liar de origen, se estanca y no puede encarar con soltura su
desarrollo individual. Cuando las defensas están demasiado

17. Liz Greene, Barreras y límites. Buenos Aires, Kier, 2008.


42 LUNÁTICA

arraigadas es como si quedáramos separados de ciertas


partes de nosotros mismos. Las defensas son patológicas
cuando provocan sufrimiento. La terapia y la carta natal
proveen herramientas de conciencia para desmantelar lo
negativo de estas y ayudar a descubrir otras maneras me­
nos ajustadas de vivir. Tener defensas es una necesidad
fisiológica, instintiva, que favorece relajarse y agruparse
para sentir seguridad. Las defensas útiles permiten resistir
porque facilitan sentir seguridad; lo patológico del com­
ponente defensivo surge cuando se convierte en un estado
cerrado donde se detiene el flujo natural de su desenvol­
vimiento energético y se bloquean importantes circuitos
existenciales. Lo mismo que acontece con las neuronas,
según los descubrimientos contemporáneos sobre el ce­
rebro; y con los músculos ... y los ligamentos, y todo el
cuerpo. Parece ser que lo que no se usa o bloquea termina
provocando problemas.
Aprender a defenderse para superar las defensas, más allá
de las redundancias, compone una buena frase sobre la
cual reflexionar para expandir su concepto.

Eldon
Hablar del don es nombrar el lado virtuoso de una
energía que, habiendo sido desarrollada e internalizada, se
utiliza con un propósito. Requiere haber pasado por todas
sus etapas, donde al principio solo se la padece, como si
un destino se encarnizara con la persona trayéndole eso
una y otra vez; para luego de repetir todas esas reiteracio­
nes ajenas y propias, descubrir que es experta en lo que
describe su Luna. El último paso es usar esa energía lunar
beneficiosamente para sí y fundamentalmente en sentido
Capítulo l. El origen 43

colectivo ya sin esfuerzos ni sufrimientos, sino con la gra­


tificante sensación que da hacerlo con ganas.
En este libro el don es entendido como la habilidad o
facilidad para hacer algo. Su acepción en el sentido de dá­
diva o regalo, también es tomada, ya que la Luna represen­
ta eso que estaba ahí cuando nacimos, y al ser tan cono­
cido, vivenciado y experimentado se puede sentir como
algo innato. El don es un regalo, como si fuera un talismán
heredado de los ancestros, con el que nos resarcimos al
decodificar sus símbolos. Su uso se logra con la cualidad
de la libertad bien desarrollada, como en las siguientes pa­
labras: «La libertad no consiste simplemente en tener la
oportunidad de hacer lo que se quiera; tampoco simple­
mente en tener la ocasión de elegir entre dos conjuntos
de alternativas. La libertad es ante todo, la oportunidad
de formular las opciones disponibles, de discutirlas y des­
pués, la oportunidad de decidir». 18
Hablar del don de cada signo lunar es referirse a las
cualidades de la Luna en cada uno de los signos zodiacales
cuando estas ya se han desarrollado y puesto en valor y en
práctica. Es el escalón de la cima de todo su contenido. Y
es el tema principal de Lunática.

El desarrollo del don oculto


en la información lunar
Todo el libro promueve lo que dice este subtítulo. Co­
nocer a fondo los temas lunares para alcanzar el don en sí
mismo de la Luna, que cada uno tiene en su carta natal,
darse cuenta de sus reclamos y repeticiones, reconocer sus
18. Charles Wright Mills, La imaginación sociológica, México, Fondo de
Cultura Económica, 1961.
44 LUNÁTICA

tendencias, aceptarlas, y usar esas mismas energías creati­


va y positivamente. La Luna seguirá siendo la Luna, con
la particular historia que a cada uno le otorga, pero ha­
brá cambiado la conciencia sobre ella, su alcance, lo que
brinda y lo que quita, como sucede con cualquiera de los
demás componentes y con la totalidad de la carta natal.

Guía simbólica lunar


El zodíaco astrológico es una rueda o círculo cuyo
nombre proviene de dos posibles significados, zoé, que
significa vida, y zoon que alude a los animales. Rueda de la
Vida y Rueda de los Animales. De hecho, los signos están
simbolizados por animales en su mayoría, salvo Libra, el
único en el zodíaco representado por un objeto, una ba­
lanza; y los signos de Géminis, Virgo y Acuario, represen­
tados por personas; los hermanos gemelos, la virgen, y el
aguador, respectivamente. La representación de Sagitario
es la de un animal mítico, a saber, el centauro arquero.
En este capítulo acompañaremos a los signos zodiacales
con otros lenguajes primitivos con el objetivo de enrique­
cer el significado y alcance de lo lunar mediante otra clase
de \Sistemas simbólicos. En Astrología usamos los mitos,
las metáforas y los símbolos especialmente para dos cosas,
ejemplificar y desmitificar.
Los simbolismos a continuación refieren a una antigua
rueda medicinal de animales, las runas y los árboles, y son
sistemas primitivos utilizados para reaprender las temáti­
cas existenciales, y para configurar rituales de transforma­
ción mediante el uso de la metáfora.
Según una antigua costumbre ritual céltica, las muje­
res solían tejer, junto con los hilos y pequeños objetos que
Capítulo l. El origen 45

adosaban en las fundas de las espadas, palabras llenas de


poder y de un enfocado sentido de protección. El solo he­
cho de tocar esos objetos y los símbolos les daba mayor
valor a los caballeros para llevar adelante sus desafíos. En
general, todos los rituales y simbologías contienen algún
tipo de estrategia que funciona por identificación, para lo­
grar, al invocarlos, estados de bienestar personal y general.
La rueda medicinal 19 está compuesta por cartas de tarot
representadas por distintos animales, simbolizando sus
cualidades, poderes y estrategias de supervivencia. Los
antiguos chamanes utilizaban estos símbolos para obser­
var y señalar previamente, cómo y dónde debían realizar
sus sanaciones.
La referencia a estas cartas, en su representación
de los animales y funciones, los pone en el foco como
guías y protectores para acompañar el desenvolvimiento
interior de una persona. A partir de la rueda medicinal de
los animales he construido un correlato, entre las carac­
terísticas que simbolizan ciertos animales y la energía de
cada signo lunar, con el objeto de ampliar el conocimien­
to primitivo que se tiene de la Luna. Son mis asociaciones
libres, que no provienen del chamanismo, ni del zodíaco
chino tradicional, también basado en animales, ni refie­
ren al mismo, más allá de que, en algunos casos, existen
los mismos animales en ambos sistemas. Utilizo aquí su
simbología a los efectos de enriquecer el significado de las
características lunares.
Las runas constituyen un sistema oracular y de conoci­
miento usado por tribus nórdicas de Europa, para entrar

19. La rueda medicinal,Jamie Sams y David Carson, Ed. Integral, 1997.


46 LUNÁTICA

en contacto con las fuerzas de la naturaleza y con lo que


esas fuerzas representan.
Y por último, incluyo también otro correlato, con las
propiedades mágicas de ciertos árboles, asociados a los
signos del zodíaco.
Con este material, cada uno podrá configurar una guía, a
su gusto y sapiencia, sus propios rituales o rutinas, siguien­
do estas simbologías en diseños de talismanes20 (por ejem­
plo con las runas, para elevar el nivel de confianza, la estima,
el foco en los objetivos), y como un acompañamiento con
base en la fuerza que cada uno de esos símbolos evoca. Sin
el ánimo de que esto se parezca a prácticas ocultas, sino so­
lamente como un incentivo para observar de muchas mane­
ras diferentes una misma energía de las letras astrológicas.
Es un artilugio colorido y simpático con un único fin: ejer­
citar la función mental de asociar una cosa con otra y me­
jorar el acceso al autoconocimiento. Un modo de recordar
y entrar en contacto simbólicamente con la parte sanadora
y orientadora de la más antigua y ancestral energía del zo­
díaco, la Luna, que al fin y al cabo rige a todo esto también.
La Luna representa todos esos lenguajes, y los símbo­
los, figuras, imágenes, estructuras, jeroglíficos, esculturas y
códigos antiguos, tallados o pintados en piedras, rocas o
grutas, en las estelas, 21 las laderas de ciertas montañas, o en
las paredes interiores o externas de ciertas pirámides. Len­
guajes que denotan la vida que se desenvolvió y se expresó

20. Talismanes, piedras u objetos grabados con símbolos tallados que ejer­
cen una notable y poderosa influencia en los sentimientos y las acciones
humanas.
21. Estelas, monumentos monolíticos erguidos sobre el suelo, con inscrip­
ciones talladas sobre todas sus caras.
Capítulo 1. El origen 47

antes, y de la cual provenimos. Encontrarse con lengua­


jes antiguos pone cara a cara con esa sensación de ambi­
valencia que produce comprobar la existencia previa a la
nuestra, desconocida y con otra sabiduría y cosmogonías
diferentes de pueblos aborígenes. Muchas veces, compro­
bar esa clara superioridad provoca una herida narcisista o
una sagrada solemnidad.
De forma similar acontece con el contenido simbóli­
co de la propia Luna, pues ella guarda para nosotros, re­
sabios, recursos, estrategias de supervivencia, códigos y
memorias ancestrales. Tener en cuenta todo ese bagaje es
caminar hacia adelante en la vida, sin desprenderse de la
sabiduría anterior, sino usándola como cuerpo, recipiente,
o como savia que nos recorre y nutre, y nos da suelo seguro
desde donde continuar, como siempre ha sucedido. Por­
que todo, hasta los saltos cualitativos, mutantes, que traen
algo que nunca existió, parten de sumas, de recorridos, de
sinergias, de aglutinaciones y compendios, de síntesis, de
todo lo que hubo antes conformado y configurado ahora
como estación y planchuela de largada. Y esa es la cualidad
creativa de la Luna: partir.
Pinturas en las pirámides. En algunas pirámides de Mé­
xico aún existen restos de imágenes pintadas en sus muros.
Tuve la oportunidad de escuchar a un descendiente náhuatl
hablando sobre las pirámides; estas eran como las universi­
dades actuales, lugares de aprendizaje, de acumulación de
conocimientos, fuentes de sabiduría. Según él, en las pirá­
mides de Teotiwakan se enseñaba Astronomía, mientras
que en la de Tetitla se impartía Medicina. Este guía náhuatl
tenía un alto grado dentro de su proceso de iniciación, co­
rrespondiente a formar discípulos, y transmitir lo que había
48 LUNÁTICA

recibido por transmisión oral impartida por el Consejo de


Ancianos: la historia de su raza de los últimos 6.000 años.
Él nos enseñó a subir de un modo determinado los an­
gostos escalones de las pirámides del Sol y de la Luna, tal
como lo hacían en el pasado, a danzar ciertos movimien­
tos ancestrales, y saludar a los cuatro puntos cardinales y
al centro. Pampas de Nazca. En ciertas laderas de Nazca,
en Perú, existen diseños que solo pueden verse desde el
aire y suponen la representación de un antiguo calendario
agrícola o astronómico; son misteriosas y perfectas líneas
y figuras esquemáticas que seguramente guardan todavía
muchos otros datos que aún no se han descubierto. Pero
ellas están ahí como recuerdo visible y sapiente de lo que
hubo antes aunque nosotros no lo conozcamos.
Pinturas rupestres. La palabra rupestre deriva de roca;
son dibujos prehistóricos realizados sobre piedras, rocas
o cavernas. Es el arte prehistórico en petroglifos, pinturas
que muestran cómo el ser humano primitivo organizaba
sus propios sistemas de representación artística, religiosa
o mágica. Muchas de estas se encuentran en cuevas inacce­
sibles, otras más a la vista; pueden haber sido santuarios,
o lugares donde se asentaba lo cotidiano. Constituyen la
representación interna de una integración entre el arte, lo
religioso, lo doméstico y lo espiritual. Se encontraban en
cantos rodados, en esculturas, en cerámicas decoradas y
objetos ornamentales. En general, coincidentemente re­
presentan la época de los cazadores, en todos los lugares
del mundo en que se hallan. Las más primitivas son hue­
llas de manos, con distintos colores alrededor.
Piedras talladas. Me gusta nombrar entre estas, las pie­
dras con las soñadoras talladas allí en posición de dormir, tal
Capítulo l. El origen 49

como muestra Vicki Noble22 en su libro El poder natural de


la mujer¡ figuras femeninas que representan la función lunar
de soñar lo necesario para el beneficio de la tribu entera.

Los animales totémicos y el zodíaco


Las siguientes descripciones nombran a los animales
como símbolos y tienen como objetivo reflejar caracterís­
ticas básicas de los signos lunares, evocando lo que esos
animales representaban para las culturas primitivas. Son
asociaciones libres para entender funcionamientos y com­
portamientos lunares, desde lo netamente simbólico, si­
guiendo las explicaciones de los contenidos de la rueda
medicinal con interpretaciones personales.
Aries
Tejón.
De vista limitada, tiene muy desarrollados el olfato y el
oído¡ si bien es gregario, tiene inmensa fuerza para pene­
trar y avanzar excavando la tierra. En la simbología de la
rueda medicinal, representa la fuerza de la conquista para
atacar y defender¡ contiene agresividad y violencia, enten­
didas como empuje, ímpetu y vigor.
Tauro
Alce, ante, búfalo, tortuga.
Representan la fuente de sustento, la Madre Tierra, la
abundancia, la asistencia, la plenitud, la fuerza, la persis­
tencia, la depuración, la lentitud, la protección. Enseñan a
honrar la naturaleza y el acceso a la espiritualidad sagrada,
reuniendo lo material con lo espiritual¡ a preguntarnos si
estamos honrando lo que hacemos, y a verificar si nuestra
22. El poder natural de la mujer, Vicky Noble, Buenos Aires, Ed. Planeta,
1994.
50 LUNÁTICA

vida concuerda con los más altos valores, agradeciendo


todo lo que somos y tenemos al reconectarnos con el sen­
tido profundo de la existencia. Impulsan a renovarse, pro­
tegerse, honrar los propios sentimientos, la fuente creativa
en el propio ser; aprender a enraizar, con lentos, firmes
pasos que realizan el camino completo con la tierra como
aliada. Hacen desarrollar las ideas antes de expresarlas.
Géminis
Colibrí, halcón, zorro.
Representan el vuelo veloz, la altura, el cambio, el ca­
muflaje para la adaptación. Enseñan a observar lo obvio
en lo que hacemos y en señales que da la vida; a mirar glo­
balmente y ver desde otra perspectiva para descubrir eso
que impide volar; a resolver las dualidades y contradic­
ciones, cambiar la vibración, abrir el corazón, saborear la
esencia y radiación de los colores. Promueven el encuen­
tro con gente, los viajes para alcanzar ideales, o la salida
rápida de la discordancia y la disarmonía. Enseñan a tratar
de pasar desapercibido, y ser inteligente para observar los
actos más que las palabras. Son mensajeros de gran poder
que facilitan ver para percibir, aceptar y usar las propias
habilidades, y saber cambiar rápidamente y decidir. Son
protectores de maniobras tontas o brillantes pero certeras,
que despiertan las propias capacidades de anticipación.
Cáncer
Armadillo, conejo, mapache.
Son protectores generosos que definen su lugar y se
vuelven sobre sí mismos para preservarse y procrearse.
Enseñan a no temer para no atraer, ya que lo que se re­
siste persiste; a no preocuparse por el futuro ni robarse
energía a sí mismo; a salir de la autoconmiseración ha-
Capítulo 1. El origen 51

ciendo algo por los demás con generosidad y compasión;


y pensar opciones prácticas para los desafíos naturales de
la vida cotidiana.
Leo
León de la montaña, pavo real, alce.
Representan la autoestima, la centralización, el pavo­
neo, el liderazgo. Enseñan a realizar un balance entre el
poder, la intención, la fuerza física y la gracia, y que la pri­
mera responsabilidad del líder es decir la verdad. Instan a
regalar y dar con generosidad de espíritu, sin esperar nada
a cambio, y a salir de la idea de que el mundo les debe algo.
Dar no tiene regreso. Promueven el autorrespeto aun en el
reír y el jugar.
Virgo
Ratón, castor, hormiga.
Representan el trabajo, el escrutinio, la paciencia. En­
señan a discernir y observar lo que falta, como si fuera mi­
rarse la espalda. Son hacedores, constructores de pasadi­
zos con entrada y salida, con rutas alternativas de escape.
No se quedan en los rincones1 ponen las ideas en acción.
Tienen la sabiduría de que para construir un sueño se ne­
cesita un equipo de trabajo, con la conciencia de ser parte
de algo mayor, y siendo activos colaboradores, planifica­
dores en conjunto. Es la capacidad de trabajar para el bien
del todo; saben esperar y hacer su parte aunque la tarea sea
titánica y les lleve años.
Libra
Mariposa, nutria.
Representan la transmutación, la mediación, la sabi­
duría de basar el ciclo de sus transformaciones a través
de interrogantes, con claridad mental, creatividad y alas
52 LUNÁTICA

para volar. Constituyen la gracia de la energía femenina.


No inician peleas a menos que las ataquen. Crean un lugar
para los demás sin preconceptos ni sospechas, comparten
la alegría, no celan ni envidian.
Escorpio
Serpiente, araña, murciélago, águila, pantera negra, ja­
guares, cuervo, caimán.
Representan las transformaciones, el renacimiento, la
integración, la fusión, la transmutación, el ciclo de la vida
que resurge, el crecimiento y la comprensión. También
la capacidad de enfrentar sin temor a lo desconocido, y
explorar las oscuras conductas del ser. Conectan arriba
con abajo; contienen las herramientas más sagradas para
limpiar el aura. Convocan a alimentar el cuerpo y el alma,
y a mirar más alto descubriendo que existe belleza en la
sombra tanto como en la luz. Enseñan a tener paciencia y
esperar el momento oportuno, siguiendo el tiempo inte­
rior; ven las partes sin perder el todo; remueven la propia
rigidez, honran las victorias sin pasar rápidamente a los
resultados sino integrando el crecimiento obtenido y la
inclusión de distintas variables.
Sagitario
Lobo, caballo.
Representan la confianza, la transmisión, la lealtad,
el sentimiento de la familiaridad. Con estos símbolos se
inspiran cambios en el concepto de los límites y el reco­
nocimiento de reconocer que el saber da poder y que, sin
abusar de este, se alcanza la sabiduría. Enseñan a tener en
cuenta las necesidades de los demás, enseñanza que solo
es otorgada a quienes son responsables. Proponen el des­
cubrimiento del maestro interno, difundir y compartir el
Capítulo l. El origen 53

conocimiento, haciendo visibles las ideas que están aún


bajo la superficie de la conciencia. Promueven la com­
prensión de las experiencias como si fuesen maestros.
Capricornio
Ardilla, oso, lechuza, zorrino.
Representan la constancia, la introspección, la planifi­
cación, la sabiduría, la reputación, el don de la previsión, el
conocimiento interior, la silenciosa observación. Enseñan
a estar atentos, aprender de la decepción, amigarse con la
propia sombra y saber solicitar ayuda superior en el pasaje
obligado hacia sus metas concretas. Instan a usar la sabidu­
ría que proviene de ver aquello que otros no ven; revelan
verdades ocultas porque saben que la verdad siempre trae
iluminación, y sugieren mirar en lo profundo, donde anida
la voz de la conciencia. Con estos símbolos se adquiere el
don de la previsión y la reserva, y se desvanecen los temo­
res futuros. Enseñan a no acumular y verificar si la carga
que se lleva es lo que sirve a los objetivos del momento, y a
reconocer cuerpo-mente como canalización del alma.
Acuario
Delfín, reno, águila.
Representan el vislumbrar, la visión anticipada, la ca­
maradería, la gracia, el reír, divertirse, distenderse, respirar
para alinear y combinar los ritmos internos con los exter­
nos. No temen alcanzar las metas sagradas, y son gentiles
con quienes intentan entorpecer su camino. Curan las he­
ridas y demuestran que donde hay amor y compasión no
hay temor.
Piscis
Libélula, cisne, cuervo, lagartija.
Representan el ensueño, el lirismo, la gracia, la fluidez, la
54 LUNÁTICA

imaginación corno puerta a las nuevas ideas y creaciones.


Muestran la diferencia entre la ley sagrada y la ley humana.
Ayudan a hacer balance entre pasado, presente y futuro,
y a crear hoy quien se quiere ser más adelante, siguiendo
los propios sueños corno mensajeros, con entrega, deján­
dose ir con la corriente, fluyendo, arriba y abajo, adentro
y afuera. La transformación llega cuando se aceptan los
cambios y el poder de anticiparse a los hechos para saber
qué hacer con el conflicto interior. Instan a confiar en los
planes y en la protección del gran espíritu, desarrollar la
intuición y aceptar las propias cualidades sanadoras, hon­
rando la sensibilidad. Sugieren la actividad física para des­
cubrir la magia y el poder transformador de la naturaleza;
y fundamentalmente a realizar lo que se sueña y no ser el
resultado de sueños ajenos.

Las Runas
Como en todo sistema de lenguaje simbólico, cada una
de las runas23 tiene su propio significado y representación
sobre ciertas áreas de experimentación o lineamientos
generales, como los nuevos comienzos, el dinero, las po­
sesiones, comunicaciones, materias legales, protección,
fertilidad, victoria, salud y bienestar, amor, suerte, viajes.
Suelen ser consultadas como un oráculo, y también como
guía de protección y sabiduría. Muchas personas se con­
feccionan talismanes, grabando en ellos alguna runa que
necesitan, o que les gustan, para evocar cierta energía o
simplemente porque sienten afinidad con su símbolo.
23. A Practica/ Cuide to 1he Runes, de Lisa Peschel. Llewellyn Publications.
St. Paul, Minnesota. 1994. The Book of Runes, de Ralph Blum. St. Martin's
Press. Nueva York. 1982.
Capítulo 1. El origen SS

Veamos un correlato generalizado de los signos lunares


y algunas de sus características, para luego asociar con el
listado de las runas, más abajo.
Luna en Aries: fuerza guerrera, atravesamiento.
Luna en Tauro: fertilidad, abundancia.
Luna en Cáncer: protección, crecimiento.
Luna en Leo: autocentración.
Luna en Virgo: trabajo y cosechas.
Luna en Libra: relaciones.
Luna en Escorpio: conflicto, luchas internas.
Luna en Sagitario: viajes, suerte, guía interior.
Luna en Capricornio: aquietamiento,
conquistas personales.
Luna en Acuario: apertura a lo desconocido.
Luna en Piscis: cambios, fluir.
A continuación, las runas con algunos de sus significa­
dos, sin interpretaciones, para que cada lector las elija por
su propio sentimiento de identificación.
1.Mannaz
Representa a la humanidad como un todo; y los pode­
res de la mente.
2. Gebo-Gifu
Intercambio igual de energías que se mantienen en
equilibrio y armonía, por ejemplo entre dos o más perso­
nas; es el equilibrio mental y físico, la sinergia; un regalo
que alegra el corazón. Supone un don divino de la vida y
la entrega.
3.Ansuz
Refiere a las comunicaciones, las canciones, la poesía,
los exámenes, las entrevistas.
56 LUNÁTICA

4. Othila-Othel
Se la asocia con la patria, la herencia y las posesiones ma­
teriales. Indica cambios donde se deja atrás lo viejo.
S. Uruz
Indica el poder de manifestar en la forma. Simboliza la
fuerza y la vitalidad.
6. Perth-Perdhro
Rige los secretos y las cosas escondidas; tiene que ver con
el tiempo y los cambios; es aliada de las energías kármicas.
7. Nauthíz-Níed
Cubre las necesidades, protege para sobreponerse del
dolor, la pena y la angustia. Ayuda a alcanzar metas.
8. Inguz-Ing
Es muy positiva, representa algo así como el marido de
la Madre Tierra, la fertilidad, y la liberación de energía.
9. Eíhwaz
Simboliza la fortaleza, el centro que todo lo contiene;
previene, y es defensa y protección ante las dificultades.
10. Algíz-Eolh
Poderosa runa de protección, antiguamente la tallaban
en las armas. Su figura como de pie, con los brazos exten­
didos y en alto, invoca a los dioses; es un puente entre los
dioses y los hombres.
11. Fehu
Simboliza el fuego primordial, sin control, salvaje. Es
como la energía del big bang. Promueve los cambios radicales.
12. Wunjo
Es la runa de la celebración después de la victoria.
13.Jera
Cosecha las recompensas y los premios que llegan a su
tiempo. Refiere a la fertilidad, y a la legalidad.
Capítulo 1. El origen 57

14. Kano-Kenaz
Es una runa de fuego, más controlado, gentil, que per­
mite crear.
15. Teiwaz-Tir
Es una runa primaria masculina que refiere al espíritu
de lucha con iniciativa, y al combate sin miedo. Refiere al
liderazgo, da coraje.
16. Berkana- Beorc
Es la gran madre, simboliza la fertilidad, protege las
casas y los templos, es femenina, nutritiva¡ armoniza los
hogares y los asuntos familiares.
17.Ehwaz
Tiene que ver con los cambios, está asociada al movi­
miento y a las nuevas moradas.
18. Laguz-Lagaz
Representa la intuición y la imaginación. Es una runa
femenina y con fuerza asertiva.
19. Hagalaz-Hagall
Representa los procesos evolutivos dentro de un marco.
De naturaleza fija, promueve seguridad; no deja entrar
energías negativas a su espacio.
20. Raidho-Raido
Rige los movimientos, los viajes, la luz del relámpago,
las leyes cósmicas del orden, lo correcto y la justicia. Es el
destello de la propia iluminación.
21. Thurisaz
Es el poder cósmico de defensa, pura voluntad sin con­
ciencia.
22. Dagaz-Daeg
Rige los nuevos comienzos, los cambios de actitud para
sí y para otros.
58 LUNÁTICA

23. Isa
Refiere a la entropía, la inercia; congela situaciones; de­
sarrolla la voluntad y el deseo.
24. Sowelu-Sigel
Simboliza la voluntad, energía espiritual que guía a los
verdaderos buscadores. Tiene que ver con el éxito, la vic­
toria, da fuerza, autoconfianza y es sanadora.
25. Odin-Wyrd
Esta runa es blanca como la suma de los colores y de
todas las demás runas. A veces se le marca un punto en el
medio, simbolizando nuestra guía hacia ese centro, a nues­
tro corazón.

Los árboles
Los más antigu os templos o santuarios fueron los bos­
ques naturales. Eran los árboles y los bosquecillos sagrados,
donde entre la vegetación se realizaban rituales y danzas de
gran influencia vivificadora y fertilizante.
El árbol simboliza el cosmos, la vida, la juventud, la
inmortalidad, la sabiduría, la salud, por su regeneración
periódica. Es una madre generando más vida.
Recuerdo un pequeño libro, El caminante, con ilustracio­
nes de acuarelas realizadas por su autor, Hermann Hesse.24
Allí, dedica unos tramos a los árboles de donde extraje algu­
nos párrafos. Dice: «Los árboles han sido para mí los predi­
cadores más eficaces ( ... ) los árboles son santuarios. Quien
sabe hablar con ellos, quien sabe escucharlos, logra aprender
la verdad. Un árbol dice: en mi vida se oculta un núcleo, una
24. Hermann Hesse. Escritor, novelista, poeta, pintor alemán de naciona­
lización suiza. 2 de julio de 1877 - 9 de agosto de 1962. Recibió el premio
Nobel de Literatura en 1946.
Capítulo 1. El origen 59

chispa, un pensamiento, soy vida de la vida eterna. Es única


la tentativa y la creación que ha osado en mí la madre eterna.
Única es mi forma y únicas las vetas de mi piel, único el juego
más insignificante de las hojas de mi copa y la más pequeña
cicatriz de mi corona. Mi fuerza es la confianza. No sé nada
de mis padres, no sé nada de los miles de retoños que todos
los años provienen de mí. Vivo hasta el fin el secreto de mi
semilla ( ... ) confío en que mi tarea es sagrada. Los árboles
son más sabios que nosotros. Cuando aprendemos a escu­
charlos, la brevedad, rapidez y apresuramiento de nuestros
pensamientos adquieren una alegría sin precedentes. Quien
ha escuchado a los árboles, no desea ser un árbol. No desea
ser más de lo que es».
El roble era un guardián sagrado y protector de los rituales
célticos, y todo tipo de circunstancias iniciáticas, emblema
heráldico de los vascos, y venerado en todas las culturas pri­
mitivas desde la prehistoria. Se consideraba sanador pasar por
debajo de un roble joven, por la adjudicación de propiedades
terapéuticas y mágicas. De gran longevidad e imponente es­
tatura y fronda, lo asociaban con el Sol, el signo de Leo, lo
masculino, el principio yang, el fuego, y el chakra del ombligo
que rige el autocontrol. Existe en los orígenes etimológicos
una asociación entre roble y druida. Su poder ta1ismánico es
muy grande. Se dice que tanto el roble como la encina tienen
gran poder de atracción de los rayos solares y de derivarlos a
la tierra para su vitalización. En los ritos iniciáticos simboliza
la solidez y la sabiduría. Representa a Thor, el dios del cielo, la
lluvia y el trueno en la mitología nórdica. Los helenos llama­
ban a los robles primeras madres.
El muérdago era para los druidas una planta mágica, so­
bre todo cuando crecía en los troncos de los robles. Los
60 LUNÁTICA

magos celtas lo recogían por motivos de protección y para


curar ciertas enfermedades. Es una planta parásita que
crece a grandes alturas. En la actualidad se utilizan sus ex­
tractos ( viscum album) para la prevención de infecciones
de la proliferación de células cancerígenas, y para elevar
las defensas. También existen controversias por su uso. Se
lo conoce porque da buena suerte y por ello se lo coloca
en las puertas para la Navidad.
La novelista y editora norteamericana Marion Zimmer­
Bradley25 describe en sus libros la isla de Avalon26 con sus
rituales e historias, donde la presencia de los árboles refle­
jaba esta información, y más.

Los árboles y sus propiedades mágicas


Protección
Fresno, álamo, saúco, olmo, enebro, nogal, sauce, tejo.
Prosperidad
Cedro, saúco, roble, pino.
Curación
Roble, pino, nogal, sauce.
Amor
Arce, manzano, sauce.
Fertilidad
Pino, manzano.

25. Marion Zimmer-Bradley es una escritora estadounidense, novelista de


ciencia ficción, con cierta perspectiva feminista. 3 de junio de 1930 - 25 de
septiembre de 1999. Sus libros referidos a Avalon son: La casa del bosque,
La dama de Avalan y Las nieblas de Avalan.
26. Avalon, en el lenguaje de los celtas, proviene de aba! que significa
«manzana»; en bretón, aval; en galés, afal. Avalon era Annwyn, el Reino
de las Hadas, lugar correspondiente a Glastonbury y a las historias del Rey
Arturo en el siglo V y Vl.
Capítulo 1. El origen 61

Veamos un correlato posible que encontré entre los ár-


boles y los signos del zodíaco, extensivo a los signos lunares.
Luna en Aries, roble.
Luna en Tauro, cedro.
Luna en Géminis, olivo.
Luna en Cáncer, nogal.
Luna en Leo, jacarandá.
Luna en Virgo, acacia.
Luna en Libra, mirto.
Luna en Escorpio, ciprés.
Luna en Sagitario, abedul.
Luna en Capricornio, pino.
Luna en Acuario, fresno.
Luna en Piscis, sauce.
Lo anterior conlleva la idea de que cada uno pueda
elegir animales, runas y árboles para conformar su propia
guía simbólica lunar.
CAPÍTULO 2
EL ENRAIZAMIENTO

Las raíces de la Luna


La vida puede enraizarse en la vida porque existe un fac­
tor gestativo y generador que la hace perpetuarse.
A continuación veremos algunas nociones de astrono­
mía, psicología, etimología y mitología para graficar la idea
y concepto acerca de lo que la Luna rige y puede abarcar.

Astronómicas
Desde la antigüedad, la Luna ha sorprendido al hombre
por la imagen de gran tamaño que puede alcanzar a través
de sus ciclos orbitales y fases cambiantes y cíclicas. Para la
vida humana, la Luna es uno de los cuerpos más impor­
tantes del Sistema Solar. Esa mirada del hombre hacia el
cielo se convirtió en la Astronomía, y se volvió capaz de
crear instrumentos, monumentos, señales que, a la vista
o no, perduraron para sorprendernos. Un ejemplo de ello
64 LUNÁTICA

es el Mecanismo de Anticitera.27 Reuniendo pasado y pre­


sente, a su vez y en la actualidad, el Telescopio Planck28 ha
logrado capturar «la luz del universo», en hiperfrecuen­
cias de hace 13.800 millones de años.

El Mecanismo de Anticitera
Hace unos años se descubrió entre los restos de un
naufragio en Grecia un dispositivo astronómico pareci­
do a una calculadora, o computadora, que data del siglo
I a. C., precisamente el año 87 a. C., según consta en el
mismo mecanismo. Ha sido creado hace veintiún siglos
con una ingeniería o tecnología que para nosotros re­
cién surgió en el siglo XVI d. C. Se trata de un complejo
sistema de 32 ruedas y placas, con datos inscritos relati­
vos a los signos del zodíaco y los meses. Funcionaba con
engranajes diferenciales, y su conjunto, al colocarle fe­
chas determinadas, era capaz de indicar el estado de los
cielos durante décadas venideras, con los movimientos
de los cuerpos celestes: la posición del Sol, la Luna, los
planetas, las fases de la Luna y los eclipses. (Los engra­
najes diferenciales se descubrieron en 1600, sin embar­
go, como se pudo ver, ya habían sido utilizados antes.)

27. http://www.ciencia-explicada.com/2012/12/el-mecanismo-de­
anticitera.html
28. El satélite tiene un espejo de l,S metros y está situado a más de un mi­
llón de km de la Tierra, donde no sufre interferencias de esta ni de la Luna.
Fue puesto en órbita en 2009, para captar radiaciones de alta y de baja fre­
cuencia. En 2010 emitió su primera imagen, y el 21 de marzo de 2013 logró
captar las hiperfrecuencias de la luz inicial que se mantienen congeladas en
el universo. Fue nombrado así en honor al científico alemán Max Planck,
premio Nobel de Física en 1918.
Capítulo 2. El enraizamiento 65

Esta perfecta obra de relojería se perdió en el fondo


del mar por 2000 años. Parece que quienes construyeron
la máquina tenían unos conocimientos astronómicos,
geométricos, matemáticos y mecánicos muy sofisticados
y todo eso se perdió, sin dejar rastros. Una pérdida de
más de quince siglos de progreso. No se sabe quiénes lo
hicieron, pero se sospecha y se conoce que hubo otros
parecidos.
¿Computación analógica, mecánica? Lo cierto es que
ha sido reproducido y se ha comprobado su exactitud.
Además, utiliza una serie de engranajes especiales para
tener en cuenta la excentricidad de la órbita lunar, con
sus variaciones de velocidad aparente que consideraba
su trayectoria elíptica y no circular. Usaba para eso un
engranaje sobre otro engranaje que modificaba la velo­
cidad de la Luna de manera exacta, al igual que con la
órbita elíptica del Sol alrededor de la Tierra.
Obviamente el Mecanismo de Anticitera es más sofis­
ticado de lo que se creía. Y otra prueba de cuántos sím­
bolos, sabiduría y conocimientos existieron antes de que
nosotros solo los descubriéramos, porque ellos ya estaban
ahí. A muchos de ellos aún no les hemos podido decodifi­
car sus alcances.

Algunas características de nuestro satélite


Lo que hace tan importante a la Luna es a la vez algo
real y una visión óptica. Realmente el tamaño de la Luna
como satélite es bien grande con respecto al planeta Tie­
rra. Y se la ve tan grande como el Sol cuando atraviesa el
plenilunio o Luna llena, siendo, como lo es, muy pequeña
con respecto a este.
66 LUNÁTICA

La Luna es el quinto satélite más grande del Sistema So­


lar, un cuarto del diámetro de la Tierra, grande en la com­
paración planeta-satélite. Dado que se encuentra en una
relación de sincronía con la Tierra siempre muestra la mis­
ma cara, porque tarda lo mismo en dar una vuelta sobre sí
misma que alrededor de la Tierra. Son 27 días, 7 horas y43
minutos en dar una vuelta alrededor de la Tierra, conside­
rándola sobre el fondo estelar, esto es la revolución sideral¡
y 29 días, 12 horas y 44 minutos, si se la considera con res­
pecto al Sol, y a esto se lo llama revolución sinódica, que es
el lapso que tarda la Tierra en dar una vuelta alrededor del
Sol, con ella a cuestas. Es esta última revolución la que rige
las fases de la Luna, los eclipses y las mareas lunisolares.
La gravedad de la Tierra ha frenado la velocidad de
la Luna, debido al gradiente gravitatorio. Es así que cada
día, la Luna tarda una hora más en salir, recorriendo
aproximadamente unos 12 ° por jornada. El tamaño que
tiene la Luna ha hecho pensar que es un desprendimien­
to de la Tierra que quedó ligado a esta por su gravedad, y
se la llama Tierra-Luna, o planeta doble.
La rotación de la Luna es uniforme pero su traslación no
lo es, y por la distancia entre ambas, y sus velocidades, esto
hace que su órbita sea elíptica, no circular. La órbita de la
Luna es compleja¡ su plano está inclinado 5 ° con respecto
a la eclíptica. Cada vez que la Luna cruza la eclíptica, si la
Tierra y el Sol están alineados, Luna llena o Luna nueva, se
produce un eclipse lunar, o uno solar, respectivamente. Los
nodos de la Luna involucrados en los eclipses no están fijos,
y dan una vuelta en aproximadamente 19 años. El eje de la
elipse lunar tampoco está fijo, yeso genera apogeo yperigeo,
dando una vuelta en unos 9 años. Toda la periodicidad de la
Capítulo 2. El enraizamiento 67

Luna ha servido como forma de calendario para muchas


culturas; sus aproximados 28 días corresponden a las cua­
tro fases: Novilunio o Luna nueva, que es la Luna oscu­
ra, Cuarto creciente, Plenilunio o Luna llena, y el Cuarto
menguante.
En la prehistoria se la consideraba una deidad o un fenó­
meno sobrenatural; y es en 1606, que el astrónomo Galileo
Galilei la vio por primera vez con un telescopio. Dato inte­
resante para corroborar lo antedicho sobre el Mecanismo
de Anticitera, que en el año 87 de nuestra era, la tenía ya
estudiada con pelos y señales.
Son estas cuestiones astronómicas las que luego dan
letra a las interpretaciones astrológicas de las que trata el
presente libro.

Algunas curiosidades lunares


La palabra México significa en el centro de la Luna, o en
el lago de la Luna.
El día lunes refiere a la Luna, en italiano lunes se dice
lunedí, en francés lund. De donde provienen las palabras
novilunio y plenilunio.
Selenitas son los supuestos habitantes de la Luna, sien­
do Selene la diosa griega equivalente a la diosa lunar ro­
mana. Selene pasó a ser Artemis o Artemisa entre las dio­
sas griegas, y Diana en la mitología romana.
Claro de luna: se llama así a la iluminación nocturna de
la Tierra, provocada por la luz solar, reflejada sobre la Tierra
por la Luna. El claro se produce cuando la luz solar que un
astro refleja sobre otro disipa las tinieblas de este último.
Animales que la representan: rana, sapo, liebre, conejo. Es­
tos simbolizan las características y funciones de resurrección,
68 LUNÁTICA

renacimiento, fertilidad, intuición, y luz en la oscuridad. Los


dos primeros son portadores de agua, elementos húme­
dos. Los segundos son en el horóscopo chino animales
que presagian; todos ellos representantes del principio lu­
nar, femenino, yin, receptivo.
El símbolo de la media Luna: representa los cuernos de la
vaca, exponente representativo de la receptividad y la doci­
lidad, según el I Ching. También fue un atributo de Isis, la
reina de los cielos; y es constitutivo del símbolo de Tauro.
La luminosidad lunar: muchos estudios consideran la lumi­
nosidad lunar esencial para la vida y el desarrollo de las plan­
tas. A diferencia de la luz solar, esta ejerce directamente una
fuerte influencia sobre la germinación de las semillas, cuyos
rayos lunares penetran sutilmente y a relativa profundidad.

Etimológicas
Originalmente la palabra luna del latín losna proviene de
una misma raíz para lux, lucís, lucere, y del griego, leukos, y
significa la luminosa, la que ilumina, y la que evoca una fuer­
za activa en las emociones. De allí también provienen lunes,
lunático, interlunio, plenilunio ...

En inglés, la palabra mes se dice month, que proviene de


moonth, una antigua palabra que significaba Luna. En China
y Japón Luna y mes se escriben con los mismos caracteres.

Mitológicas
Mucho se ha escrito sobre las caras mitológicas de la
Luna. Por ejemplo, en Barreras y límites29 existe un esquema

29. Barreras y límites. Liz Greene y Howard Sasportas. Barcelona, Urano, 1993.
Capítulo 2. El enraizamiento 69

gráfico que contiene sus variadas simbologías. Es debido a


los tantos cambios que muestran sus caras que a la Luna
se la consideraba, entre otras cosas, traicionera, ya que
«las primeras deidades lunares fueron paradójicas y de
carácter ambiguo».
Veamos algunos factores, palabras, diosas o conceptos,
asociados a las distintas facetas lunares, a modo de ilustra­
ción. (Un listado con muchas diosas aparece más adelante.)
La emperatriz es una carta del Tarot que representa al
arquetipo de la madre, madre de la tierra, de la naturaleza
y de todas las cosas, como también regente de la fertilidad,
el mundo tangible y visible; ella ama a todos, en especial
a los niños, y además enseña a amar. A su vez, suele ser
asociada con la Vía Láctea.
Eva es la primera mujer según el mito de la creación de
las religiones abrahámicas.
Las Bacantes eran mujeres griegas adoradoras del dios gre­
co-latino Baco-Dionisio; ellas hacían rituales, alejadas de los
hombres, llenos de arrebato, danza, furia y profecía.
La rueda de la fortuna es una carta del Tarot que repre­
senta la excentricidad, la fortuna y la desventura, dando lo
que se necesita, no lo que se quiere.
Yggdrasil es el árbol del mundo. (Véase más adelante, en
el ítem Idea de raíz.)
Albedo significa blanco, es uno de los recipientes alquí­
micos. Tiene que ver con la reflectividad terrestre.
Yesod, Malkuth, son los dos sephirot inferiores de la co­
lumna central del Árbol de la Vida de la Cábala, represen­
tantes de la personalidad o el yo inferior, asociados a las
características lunares.
70 LUNÁTICA

Otras de sus representaciones, y algunas de las cuales


se tratan en Lunática, son: vida, noche, oscuridad; útero,
gestación, fertilidad, flujo, sangre; caverna, tumba; fami­
lia, casa, patria; bóveda celeste.
Antiguamente, las diosas representaban potencialidades,
funciones y cualidades que resumían los arquetipos de la
mujer dadora, protectora, defensora, sabia, poderosa, ma­
dre, guerrera, maga, hija, reina ... con toda su luz interior.
Si bien muchas de las diosas nombradas a continuación
no son lunares o son distintas manifestaciones de una sola
diosa, sus características pueden ser correlacionadas a los
signos lunares. Ejemplos: una diosa del fuego o diosa gue­
rrera puede ser asociada con la Luna en Aries; una diosa
solar, con la Luna en Leo; las diosas de la fertilidad, con la
Luna en Tauro, las de sabiduría, con la Luna en Sagitario,
etc. Para hacer el ejercicio solo se necesita conocer las ca­
racterísticas y temáticas de los signos del zodíaco (amplia­
mente desarrolladas en mis libros anteriores).
Nombrar a las diosas sirve para recuperar, ya sea por
identificación, por haber postergado y en el peor de los
casos rechazado, las funciones, cualidades y características
del poder femenino. Un poder conformado por los princi­
pios de Luna y Venus y otros factores que simbolizan sa­
biduría, intuición y sensibilidad como las funciones de los
planetas Júpiter y Neptuno, guías filosóficos y espirituales
de la receptividad.
En su libro Las diosas de cada mujer, 30 Jean Shinoda Ba­
len trata acerca de siete diosas de la mitología griega, como
arquetipos que anidan en el ser interior, y se activan, según

30. Jean Shinoda Balen, médica psiquiatra, analista junguiana, escritora y confe­
renciante. Autora de Las diosas de cada mujer, Barcelona, Editorial Kairós, 1997.
Capítulo 2. El enraizamiento 71

sea el carácter de cada mujer, representando distintas fun­


ciones, a veces predominando unas por sobre otras. Pero
en este universo existen infinitas diosas, muchas, de las que
nombraré a unas cuantas, para ejercitar y descubrir semejan­
zas con los signos lunares.
Artemisa-Diana, diosa autónoma de la mitología grecorro­
mana, gran diosa de los animales salvajes, la caza y la Luna.
Atenea-Minerva, diosa de la mitología grecorromana de
la sabiduría, las artesanías, guardiana y protectora de los
héroes y los guerreros. Es fría, estratega, privilegia el pen­
samiento por sobre los instintos.
Deméter-Ceres, diosa de la mitología grecorromana de
las cosechas, la agricultura; es la madre nutritiva, el arque­
tipo de la Gran Madre o Madre Tierra.
Afrodita-Venus, diosa de la mitología grecorromana del
amor y del romance, de la belleza y del amor sexual y pasio­
nal. Es creativa, libre y comprometida con esos principios.
Hera-Juno, diosa de la mitología grecorromana del ma­
trimonio y las mujeres, de la fidelidad y la fertilidad.
Hestia-Vesta, diosa de la mitología grecorromana de la
casa, el fuego y el hogar, propiciadora de la unidad familiar.
Hécate, diosa de origen arcaico, preolímpica. Es com­
pleja, misteriosa, oscura, inquietante y transformadora, de
inmenso poder, asimilada como diosa griega, y contraria
de Artemis. Diosa del esplendor lunar en la noche, repre­
senta la oscuridad y sus terrores. Es una de las potestades
de las entradas, de las encrucijadas, de los muertos, y reina
de las brujas. Constituye la versión griega de la Trivia, una
diosa triple que representa las encrucijadas de los tres ca­
minos o tres direcciones de los romanos. Es la reina de las
72 LUNÁTICA

zonas salvajes, los bosques y las fronteras, las murallas, los


cementerios y las puertas de las antiguas ciudades. Corres­
ponde al personaje de la tragedia Macbeth, de Shakespeare.
Perséfone-Proserpína, diosa de la mitología grecorroma­
na de la inocencia ante el descubrimiento del poder feme­
nino; la gran diosa de los infiernos y de las cosechas.
Selene-Luna, diosa de la mitología grecorromana, noc­
turna, relacionada con la luz.
Gea-Gaía, diosa griega representativa del planeta Tierra.
Cibeles, diosa frigia, representación de la tierra fértil, las
cavernas, montañas y animales.
Medusa, en la mitología griega clásica representa a la
equivalente occidental de la diosa oscura con poderes
curativos, regenerativos y sexuales. Medusa es una de las
tres gorgonas, protectora y guardiana. Con su cualidad
de petrificar con la mirada se la utilizaba en talismanes
y en el frente de determinados lugares como forma de
protección.
Circe, diosa y hechicera de la mitología griega, con co­
nocimientos de brujería, herboristería y medicina.
Nemesís, diosa griega de la justicia divina y de la venganza.
Morgana, diosa celta del agua y de la magia, protectora
de las sacerdotisas.
Brígít, diosa celta del fuego y la poesía, guardiana y pro­
tectora.
María, la Madre, muchas de las diosas-madres, la reina
de los cielos, María, madre de Jesús, en el cristianismo del
culto católico.
Kwan Yin, diosa asiática de la compasión; entre otras
madres protectoras tiene semejanzas con la Virgen María,
Tara, Isis y Parvati.
Capítulo 2. El enraizamiento 73

Isis, diosa egipcia de la fertilidad, la maternidad, y el


nacimiento, es la gran maga, fuerza fecundadora de la na­
turaleza.
Nut, diosa egipcia del cielo que cubre la tierra con su
cuerpo de estrellas, imagen de la bóveda celeste; creadora
de los astros y protectora de los difuntos, a quienes daba
el poder de renacer.
Hathor, diosa egipcia de la alegría, las fiestas y el amor.
Bastet, diosa egipcia de la abundancia, el placer y la ale­
gría, la armonía, la femineidad calma y la dulzura maternal.
Ninnin, diosa fenicia equivalente a Ishtar.
Baubo, diosa de la mitología griega, de la risa curativa
por medio de chistes picantes y gestualidad obscena. Se dice
que lo que ella representa, todas las mujeres lo sabemos intui­
tivamente. En medio de los peores momentos Baubo se hace
presente con comentarios jocosos que arrancan lágrimas de
risas y suavizan así los malestares, las situaciones desgracia­
das o los duelos.
Tara, diosa del budismo tibetano del amor y la compa­
sión; tiene empatía con todos los seres como una madre
con sus hijos.
Dakinis, diosas del budismo tibetano, agentes de prue­
ba y desafío; figuras que evocan el libre movimiento de la
energía del espacio¡ como la diosa hindú Khali, tienen po­
der para transmutar el dolor y el sufrimiento.
Bimbaio, diosa lunar reina del cielo, así llamada por los
papúes.
Parvati, diosa hindú consorte de Shiva, ambos insepara­
bles como materia y espíritu.
Khali, diosa hindú destructiva y creadora, de gran po­
tencia y protección.
74 LUNÁTICA

Lakshmi, diosa hindú de la riqueza, la belleza, la felici­


dad, la prosperidad y la abundancia.
Sarasvati, diosa hindú de las palabras, el aprendizaje y el
arte de la música.
Durga, diosa hindú radiante, valiente, compleja y de
múltiples manifestaciones, tiene diez brazos, todos arma­
dos, y monta sobre un tigre; su nombre significa difícil de
acercarse.
Lilith, diosa de la mitología mesopotámica, primera es­
posa de Adán antes de Eva. Hermosa, pelirroja, inteligente,
alada y bruja.
Uzume, diosa japonesa de la risa curativa.
Freya, diosa vikinga de la mitología nórdica, de la pri­
mavera, la belleza y el amor, reina de las walkirias a las que
presidía con una espada.
Xochiquetzal, diosa de la mitología mexicana, de la belle­
za, el amor, el placer amoroso, las flores, las artes, relaciona­
da con la fertilidad de la naturaleza.
Amaterasu, diosa del Sol y de la luz en el sintoísmo, anti-
gua religión japonesa.
Nephtys, diosa egipcia de la sorpresa.
Pele, diosa del fuego y los volcanes entre los hawaianos.
Éride, diosa griega de la discordia.
Ishtar, diosa semita de la sexualidad y la fertilidad, la
guerra y la curación.
Turan, diosa etrusca del amor y la belleza, de los jardi­
nes y su vegetación.
Inanna, diosa surneria que representa a la Gran Madre.
Yemanya, diosa afro-brasileña de las aguas, el mar y las
fuerzas creadoras del universo.
Pachamama, diosa de los pueblos originarios andinos
Capítulo 2. El enraizamiento 75

de América del Sur, protectora de la tierra, las cosechas,


los artesanos y los animales silvestres.
Coyolxauqui, diosa de la Luna-Tierra de la mitología
náhuatl de México, con serpientes de cascabeles en la cara,
hija de la diosa madre Coatlicue.
Coatlicue, cuyo nombre significa la de la falda de ser­
pientes, o también llamada Tonatzin, es en la cosmología
precolombina una representación de la vida basada en la
intrínseca relación de la vida y la muerte. En la mitología
mexicana, diosa de la fertilidad, patrona de la vida-muer­
te-vida, guía del renacimiento; es la parte femenina de la
dualidad universal.
Pehuame, diosa de la Luna en la cultura mesoamericana.
Benten, diosa japonesa del amor, la fertilidad y la sen-
sualidad, y del arte de la música.
Musas, diosas griegas de la inspiración.
Belona, diosa romana de la guerra, esposa de Marte.
Nomas, diosas de la mitología celta, las tres hermanas
tejedoras del destino.
Maat, diosa egipcia de la justicia divina y el equilibrio.
Fortuna, diosa romana favorecedora del destino.
Aradia, diosa romana de las brujas.
Flora, diosa romana de la primavera, las flores y la ve­
getación. En su honor se celebraba anualmente la Floralia,
un festival dedicado a la fertilidad con rituales promiscuos.
Astarté, diosa fenicia de la naturaleza, la fertilidad, la
fecundidad.
Arianrhod, diosa de la mitología celta de las estrellas y
la reencarnación.
Cerridwen, diosa de la mitología celta de la Luna y las
cosechas.
76 LUNÁTICA

En algunas partes del libro aparecen algunas otras re­


presentaciones mitológicas en función de ciertas explica­
ciones, como también se encontrarán mencionados cier­
tos dioses masculinos de la Luna.
Lo mitológico en sus descripciones remite también a lo
psicológico.

Psicológicas
La Luna representa el mundo de la afectividad, las
emociones, los recuerdos, la necesidad de satisfacción,
los refugios interiores donde acondicionarse para crecer
o para encerrarse cómodamente; también la defensividad
y el sentirse indefenso, la memoria instintiva, los hábitos
adormecedores.
Como emocionalidad recurrente y sufriente, produce
sensación de carencia, demanda, ciclotimia, inseguridad,
llanto, nostalgia. Como sensibilidad natural anida la ternu­
ra, el placer de amamantar y cambiar a los bebés, cuidar y
estar con niños, trabajar en una guardería infantil, o escuela
primaria. Cuando se utilizan sus cualidades desarrolladas
con conciencia produce sentimientos poéticos, y la nece­
sidad de dar acompañamiento o protección a personas en
situación de calle y con carencias; promueve trabajar para
ayudar, en la defensa civil, del consumidor, en sociedades
de fomento o socorros mutuos. Lo lunar produce sentirse
gregario, pueblo, gente, muchedumbre, el sentimiento de
seguridad y de pertenencia que da ese tipo de agrupamiento,
o de ser descendiente, integrante de un linaje familiar, del
club del barrio o de la patria.
Las emociones básicas lunares, miedo, ansiedad y angus­
tia, son inevitables; solo se requiere aprender a manejarlas
Capítulo 2. El enraizamiento 77

creativamente para que no provoquen sufrimiento. Estas


ansiedades primarias pueden redundar directamente en
las temáticas referidas a la alimentación y la seguridad.
Etimológicamente, angustia se traduce como modera­
ción o angostamiento, y es un estado de carácter afectivo,
la reacción frente a un peligro desconocido, o a una impre­
sión. Viene acompañada de malestares psíquicos y orgáni­
cos, como elevación del ritmo cardíaco, temblores, sudo­
raciones, falta de aire, opresión en el pecho. Es equivalente
a la ansiedad y el temor, como un miedo que corroe. Freud
la asociaba a la represión, y la diferenciaba del duelo.
En cuanto al alimento, sabemos que comer es una fun­
ción lunar para nutrirse, crecer y desarrollarse, pero cuan­
do se producen condicionamientos o mecanismos com­
pulsivos, pueden aparecer los trastornos del comer como
anorexia, bulimia o alergias alimentarias. También se ge­
neran sustitutos de la comida, con la sensación de «comer
o morir ... por miedo a la extinción», y en función de ase­
gurar la vida se traducen en acumular dinero, comprar la
casa, el coche, joyas, ahorrar, tener la pensión asegurada.
« Surgen funcionamientos lunares defectuosos por el mie­
do irracional vinculado a la pérdida.» Esto a su vez gene­
rado por los velos de maya ... La ilusión hace que la Luna
empiece a oírse como un disco rayado, con distracciones
y tentaciones y no como recurso de experiencia personal.
«A veces el hambre lunar es despiadado y destructivo.»31
Históricamente, la alimentación sobre la Tierra ha
tenido cambios como saltos, quedando guardados en la
memoria colectiva muchos de sus recursos, pero también
algunos problemas. Son tres esos grandes cambios: «El
31. Los luminares. Liz Greene y Howard Sasportas. Barcelona, Urano, 1999.
78 LUNÁTICA

hombre cazador y recolector, el agricultor y el hombre


creador de la agricultura industrial: granjas de animales,
alimentos genéticamente modificados, alimentos proce­
sados, congelados, comida rápida, comida con conser­
vantes, aditivos y potenciadores del sabor, hornos a mi­
croondas, y una repercusión desfavorable en las funciones
lunares de reunión: no compartir la comida en familia».32
El enfoque psicológico de la energía lunar remite direc­
tamente al concepto de Ello.

Correlato Ello-Luna
Freud señala con este concepto psicoanalítico de Ello a
la instancia o estructura más antigua del aparato psíquico,
donde no hay noción del tiempo, ni de lo que está bien o
mal; allí residen los procesos primarios con sus impulsos
instintivos y los deseos más rudimentarios, con datos al­
macenados desde el nacimiento, hasta con recuerdos del
vientre materno o del parto. Está íntimamente conectado
con lo biológico y actúa por el principio de placer, agrado
y satisfacción, respondiendo a las necesidades del organis­
mo. También contiene las primeras manifestaciones men­
tales del recién nacido, y es heredado.

La ecología de la excusa
A veces hay entre los condicionamientos de la energía
lunar algo con un sabor a clara excusa. En nuestro lenguaje,
diría que es algo así como una buena astro-excusa ... para
no crecer. Tengo unas palabras que escribí hace mucho
justamente con ese título.

32. Bueno chicas, esto se acabó. María Jesús Balbás. Barcelona, Ed. B, 2007.
Capítulo 2. El enraizamiento 79

La ecología de la excusa
«Me sorprende el acomodo que hace la excusa.
Olvida. Mete para adentro. Tapa.
Deja de lado.
Somete a la espera.
Recurre al tema de los tiempos a diferencia del insight.
Sin embargo, tiene la excusa, un ecosistema capaz de
resguardo.
No tiene, eso sí que no, reparos.
Cuando ataca, cubre totalmente la conciencia.
Casi diría que es el opuesto dialéctico del famoso clic
del darse cuenta.
Es el freno. Es tan soportable que permite dormir en paz.
Relaja y alivia después de experiencias encumbradas o
de las otras.
Por eso me remite a nombrar su poder de acomodo.»

Físicas
En el cuerpo humano la Luna representa «los ciclos del
crecimiento, los fluidos de todo el cuerpo, sus humores y flu­
jos; el sistema linfático, el sistema nervioso simpático, el pe­
cho, donde anidan las emociones; el estómago, los órganos
reproductivos, las funciones femeninas de la gestación, la le­
che materna, el útero, las mamas y la lactancia, la menstrua­
ción, el embarazo, el parto, la menopausia, el climaterio».33

Luna y �erebro antiguo


Al leer sobre las características del cerebro antiguo es
fácil observar similitudes con las cualidades de la Luna.

33. Qué es ... astrología. Mimy Cirocco. Buenos Aires, Longseller/ Deva's, 2008.
80 LUNÁTICA

Veamos el correlato: el cerebro antiguo es llamado repti­


liano, tiene una inteligencia biológica, corporal y desarro­
llada, útil para la supervivencia, siendo responsable del as­
pecto instintivo del ser humano que protege ciertas áreas
de la vida para preservar el orden, la seguridad y el bienes­
tar personal con habilidad para vivir según rutinas. Refiere
al hipotálamo que regula el hambre, la sed, los impulsos
sexuales y la temperatura corporal, y al sistema límbico con
su inteligencia afectiva y de los estados de ánimo. Cuando
responde desde este espacio cerebral, la persona se siente
afectada por el compromiso de mantenerse vinculada a la
vida, está impresionada y dice: «Siento» o «Estoy sin­
tiendo», con la necesidad de adaptarse y seguir viviendo.
Al referirnos a la Luna como factor antiguo en los se­
res humanos también podemos acercarnos al concepto de
adaptación, a partir del cual Darwin sostiene que «la espe­
cie que sobrevive no es la más inteligente o la más fuerte,
sino la que mejor se adapta», y lo hace según un proceso
contextuado, crucial para la supervivencia y el éxito.
Como la Luna, que es errática en el cielo y diferente
cada día cuando la vemos, «la naturaleza humana no es
estática ni finita; se modifica y crea nuevos sistemas según
las condiciones de vida». 34 Ese continuo adaptarse crean­
do formas de seguridad apropiadas según las condiciones
de vida es el aspecto generativo, tecnológico y creativo
que subyace al trasfondo de las cualidades lunares, para
ser aplicado frente a la adversidad y el miedo ante los fenó­
menos de la naturaleza y de la vida, modificando formatos
que le proveen de mayor seguridad.

34. El poder de la complejidad. Lair Ribeiro. Barcelona, Ed. Urano, 2007.


Capítulo 2. El enraizamiento 81

Es ese mismo cerebro antiguo que, como la Gran Madre


protectora, guía a la gente que cruza el desierto, y le hace
referirse a ella expresando palabras como las siguientes:
<<Nos muestra que donde sea que exista una presa ape­
nas muerta h ay agua en esa presa. Nos muestra cierto tipo
de insecto volador que sabe qué cactus almacena agua lo­
dosa en su base. Nos muestra que dondequiera que haya
pájaros de cierto tipo, hay agua ... agua escondida en los
cuencos de piedra muy abajo de las mesas ... Y al seguirla a
la Seüora nuestra, arrastrándonos de panza por debajo de
las salientes de arena, encontramos su agua allí escondida.
Metemos los rostros de lleno en su mano y bebemos pro­
fundamente de su recompensa clara y fresca.»'-'
Energía lunar, cerebro antiguo, tremenda experiencia.
Conocerla a fondo en sus funciones permite ver y analizar
eso que nos hace actuar en automático, repitiendo y cal­
cando, pero también reactivar y usar, a favor y no en con­
tra, el inmenso caudal de su sabiduría experta, terapéuti­
ca, gestativa y nutritiva, que aflora así, naturalmente y sin
invocarla, porque es parte de nuestra constitución como
seres humanos también.
Como lunar es el discurso de Judith cuando relata su
encuentro casual en el puente reconstruido después del
asedio, con quien fuera su marido, y sorprendida por verlo
tan impecable como antaüo, dice de sí misma y de otras
personas:
«Vivíamos como en la prehistoria, cuando aún no ha­
bía registro de la propiedad ni casas numeradas ni guías
de teléfonos ... Vivíamos de cualquier forma, dormíamos

35. Fragmento de un poema del libro Desatando a la mujer fuerte. C. P. Es­


tés. Buenos Aires, Planeta, 2012.
82 LUNÁTICA

donde nos parecía. Y había algo hogareño en el desorden,


en la despreocupación de la vida errante. Tal vez vivieron
igual las personas antes de que existieran el hogar y la nación,
cuando solo había tribus nómadas y hordas que vagaban de
un sitio a otro con carros cargados de mujeres y niños en un
peregrinaje sin destino ... No estaba mal aquella vida. Resul­
taba familiar de alguna forma ... Al parecer, bajo la costra de
suciedad que la memoria forma, los seres humanos conser­
van el recuerdo de la antigua vida nómada.» 36
Imágenes, metáforas, recuerdos, vivencias reales, vivi­
das y sentidas, dejando entrever ese algo que surge para
cuidar, proteger, acompañar; un algo preexistente, un sis­
tema de valores abierto, con todas sus adaptaciones y cam­
bios, y con infinitas formas de manifestación.
Desde el punto de vista astrológico en la interpretación
de cartas natales como puntos de partida, se sabe que hay
límites para cada ser humano, los patrones energéticos con
que ha nacido, pero que estos vienen con libertad debajo
del brazo para jugarlos de muchas maneras posibles. «El
horno sapiens tiene un cerebro grande para poder desarro­
llar nuevos sistemas que le permiten hacer frente a nuevos
problemas existenciales.» 37
Las cartas natales también son siempre mayores de lo
que parecen, y de lo que se estudia de ellas, porque lo que
representan está constituido para seguir desplegándose,
en función de los nuevos desafíos del ser humano frente a
sus propios cambios, y frente a aquellos que se encarga de
proveer la Madre Naturaleza y el Padre Destino.
36. La mujer justa, Sándor Márai. Barcelona, Salamandra, 2008.
37. El poder de la complejidad. Lair Ribeiro. Barcelona, Urano, 2008.
Capítulo 2. El enraizamiento 83

Luna y neurociencias
Hoy el cerebro es estudiado por las neurociencias,
y con ello, se ha descubierto su plasticidad neuronal, ya
que está en permanente proceso de transformación a lo
largo de toda la vida. Richard Davidsoff:is explica los es­
tilos afectivos según los procesos cerebrales. Ha observa­
do cómo el estado cognitivo-emocional de la compasión
está asociado a un espectacular aumento de la actividad
eléctrica de una zona del cerebro, en la precorteza fron­
tal izquierda, correspondiente al asiento de las emociones
positivas como el entusiasmo y la alegría, mientras que, en
la zona contraria derecha se encuentra la zona de la nega­
tividad y el estrés. Este investigador ha realizado estudios
con monjes budistas en situación de meditar, para obtener
conclusiones científicas; dichos monjes vienen realizando
sus prácticas desde hace 2500 años para controlar y entre­
nar el cerebro y las emociones. Meditando en la compa­
sión hacen que las emociones negativas circulen hacia el
lado positivo y se transformen, transmutando. De acuerdo
con estos informes, es obvio entonces asumir que el cere­
bro se puede entrenar, mediante el relax, la meditación,
la contemplación, la alimentación y ciertas prácticas de
respiración capaces de modificar el flujo de las emociones.
Son prácticas budistas redescubiertas y observadas a
través de las neurociencias que se han empezado a aplicar
en la medicina y en la psicología occidentales. Los orienta­
les han promovido desde siempre «prestar atención de ma­
nera consciente a la experiencia del presente, con interés,
38. Richard Davidson, neurocientífico norteamericano profesor en psico­
logía y psiquiatría, neuropsicólogo, nacido en Brooklyn, el 12 de diciembre
de 1951. Creó un centro de investigaciones sobre las mentes saludables.
84 LUNÁTICA

curiosidad, aceptación y sin juzgar», en todos los desafíos


de la vida, tanto en el dolor, el estrés, la enfermedad o las
pérdidas, como en la alegría y la felicidad. En la actualidad,
estas prácticas se conocen en Occidente, entre otras for­
mas, como mindfullness, 39 atención plena o presencia men­
tal, con técnicas para observar y evaluar el estrés, aumentar
la autoconciencia y reducir los síntomas físicos y psicológi­
cos provocados por el estrés. Cuando se vive en el descui­
do, el olvido y el aislamiento, con reacciones automáticas y
des-adaptativas, poner en práctica la atención plena logra la
recuperación del equilibrio interno.

Lunayútero
Una de las máximas expresiones de la energía lunar en
el cuerpo humano con todos sus símbolos y significados
es el útero. Su etimología proviene del griego, hysteron, y
también se lo llama matriz, formando parte del sistema
reproductivo ubicado en la pelvis femenina. Es el órgano
de la gestación, muscular, hueco, con forma de pera inver­
tida, que durante el proceso gestativo se expande por la
extraordinaria estructura muscular de la mucosa del en­
dometrio, cumpliendo su función de albergar, proteger y
alimentar al feto, para expulsarlo luego de los 280 días que
dura la gestación, o desprender sus productos en la mens­
truación cuando no está gestando. Es el órgano por don­
de pasan la menstruación, los espermatozoides, el feto. Los
músculos uterinos se contraen también durante el orgasmo,
tiene una forma irregular capaz de estirarse, achicarse y bailar
dentro del vientre, arriba y abajo. En el ítem Saber parir de

39. Mindfullness. En Argentina existen organizaciones que ofrecen semina­


rios, workshops, talleres, conferencias y asesoramientos interdisciplinarios.
Capítulo 2. El enraizamiento 85

este libro incorporo una información que clama por «la re­
cuperación del latido del útero». 40

Lunaymamas
En la anatomía humana las mamas están situadas bajo
la piel del tórax, y tienen una estructura generalmente asi­
métrica, siendo la izquierda mayor que la derecha, en casi
todos los casos. Formadas por tejido adiposo, los conduc­
tos galactóforos y las glándulas mamarias, encargadas de
la producción y secreción de leche, mediante una intrin­
cada red de duetos radiales que convergen en el pezón. El
desarrollo de las mamas en la pubertad obedece al estí­
mulo de las hormonas ováricas, su apariencia externa no
condice con la potencia de la lactancia; pueden crecer de
manera no simultánea, y su completo desarrollo inaugura
la madurez sexual femenina. En el período de la gestación
las mamas aumentan de tamaño, se vuelven más turgentes
y se intensifica la pigmentación del pezón y de la areola.
La alimentación con leche materna se conoce como lac­
tancia o amamantamiento, su producción comienza desde
antes del parto, pero la salida del líquido no sucede hasta
ese momento, donde son predominantes la prolactina y la
oxitocina, haciendo segregar el calostro, un líquido espeso
con suaves propiedades laxantes que facilitan la evacua­
ción del meconio del intestino del recién nacido. El calos­
tro sigue durante 3 días hasta dar paso a la leche madura,
la cual posee numerosos nutrientes: proteínas, aminoá­
cidos, vitaminas y minerales esenciales, con anticuerpos
40. La frase pertenece a Casilda Rodrigáñez: citada en el libro Bueno chicas,
esto se acabó. Una guía para desdramatizar la menopausia. María Jesús Bal­
bás. Barcelona, Ed. B, 2008.
86 LUNÁTICA

protectores ante posibles infecciones. La psiquiatría estu­


dia la relación madre-hijo en la lactancia como semblanza
del afecto humano.
Las mamas constituyen también una zona erógena de
importancia en las relaciones sexuales. En ambos sexos los
pezones tienen capacidad eréctil en respuesta a estímulos
sexuales, y al frío.
El fetichismo existente proviene desde la prehistoria
donde se exaltaban los atributos femeninos exagerando el
tamaño de las mamas, las nalgas y los labios vaginales, como
en las Venus paleolíticas, de hace unos 22.000 años, repre­
sentación del principio femenino, símbolos unidos de las
funciones Luna-Tierra-Venus demostrando abundancia,
fertilidad, sensualidad, sexualidad, seguridad y bienestar.
Pareciera que estos símbolos, a lo largo de los tiempos,
se hicieron trizas contra el suelo. Sin embargo, en la actua­
lidad, renacen y existe mucha información para volver a
reunir sus partes.

Idea de raíz
¿Qué sentimos cuando hablamos de raíces? Porque ha­
blar de raíces es evocar nuestro origen. A veces hay una
ilación continua con el propio origen y se puede construir
el árbol genealógico como hasta el año 1000, o más, y en
otros casos, el hilo está cortado. Pero no por eso se carece
de raíces, ellas están ahí aunque no las conozcamos.
Cuando por primera vez usé Internet para buscar el apelli­
do de mis padres, o el lugar de nacimiento de mis abuelos, sen­
tí que me crecían raíces hacia atrás y hacia arriba. En verdad
lo que aconteció es solamente que las descubrí, porque esas
raíces-personas ya habían estado ahí. Las raíces de nuestros
Capítulo 2. El enraizamiento 87

ancestros en la mayoría de los casos fueron cortadas por las


guerras, pero solo en lo material, ya que en lo intangible, afec­
tivo y subjetivo, la pertenencia de sus memorias las contiene
archivadas, sanas o maltrechas, para emerger cuando quieran
y como puedan, sin que nadie se lo proponga.
La Luna es a la vez raíces hacia arriba y hacia atrás en el
tiempo del pasado, y raíces hacia abajo y adelante, que se
dejan plantadas en la descendencia. Una raíz que también
nos remonta a la idea de la Tierra como planeta, donde
Luna-Tierra es un conjunto inseparable, en los tiempos
primitivos considerado un solo cuerpo. Astronómicamen­
te sabemos que pudo haber sido parte de su cuerpo, un
desprendimiento de la Tierra, imantado a quedarse en su
órbita por la fuerza de gravedad terrestre.
Raíz también es la piedra antigua sobre la que se
construyeron las iglesias, destruyendo primero los
templos sagrados, pero capciosamente hechos allí en
los centros de energía del planeta, tan bien conocidos
por los antiguos habitantes. Las pirámides nuevas se
construían sobre las viejas, pero con otro objetivo «El
propósito real de construir sobre otros edificios en los
viejos tiempos era para honrar los pies, es decir, para ve­
nerar que lo nuevo nunca se pone encima sino que crece
desde la raíz de lo Santo». 41 Imágenes del cuerpo de la
Gran Madre de los seres humanos donde siempre hay
raíz. La misma autora dice: «Lo que realmente sostie­
ne, nutre y da apoyo a todo es lo que está bajo tierra».
Y eso es Luna en el lenguaje astrológico que se usa para
interpretar.

41. Clarissa Pinkola Estés. Desatando a la mujerfuerte. Buenos Aires, Planeta,


2012.
88 LUNÁTICA

Bella imagen la de un árbol para significar la vida. La


usaron en India, donde aquel se reproduce en dibujos, es­
culturas, mantas y tapices, justamente como el Árbol de la
Vida; los celtas lo muestran mediante el concepto e ima­
gen de Yggdrasil, el árbol del mundo. En la actualidad, el
director de cine norteamericano Terrence Malick42 refiere
al devenir de la vida con la imagen de un árbol, en su tan
creativo, imaginativo y dramático film también llamado El
árbol de la vida.
La imagen conceptual de un árbol permite interpretar
por asociación el funcionamiento de la energía lunar, con
sus ciclos desde la semilla que espera, a la semilla plantada
en la tierra con su crecimiento en brotes, hojas y flores, y
su fronda en el cielo hasta la apoteosis de sus frutos; árbol
que late en potencia dentro del pequeño espacio de una
sola semilla.
«La tierra es matriz y tumba.» Así reza un escrito en las
paredes del metro de México. Una representación más de
lo lunar unido a la tierra, materia y lugar, escenario, don­
de nacemos y a donde volvemos, como hermosamente lo
describe la escritora norteamericana Ursula Le Guin, 43 en
Un mago de Terramar, donde un determinado árbol es re­
fugio para vivir y también para ir a morir.
Una imagen de Yggdrasil lo muestra con la forma comple­
ta de un árbol, su parte aérea, su parte terrestre y la subterrá­
nea. Tiene 9 capas que son reinos, graficando las muchas par­
tes que conforman al hombre y el universo que representa.

42. Terrence Malick, director, productor y escritor de cine norteamericano,


nacido el 30 de noviembre de 1943.
43. Ursula Le Guin, novelista y escritora de cuentos norteamericana, naci­
da el 21 de octubre de 1929.
Capítulo 2. El enraizamiento 89

Arriba de todo en su fronda, los pájaros, las alas; sobre


la tierra los animales de cuatro patas, y abajo entre sus raí­
ces, los animales sin patas, gusanos y serpientes de todo
tipo y color. Así representaban los pueblos primitivos de
la Tierra a sus propios ocupantes. Las pirámides en Cen­
troamérica contienen estos mismos símbolos, abajo ser­
pientes a la altura de los seres humanos, arriba los dioses,
los seres alados. Pero también tenían la figura de Quetzal­
coatl, la serpiente emplumada, demostrando que en los
seres humanos ambos principios, lo pasional y lo sublime,
pueden coexistir; arrastrarse hasta los submundos, parir y
nacer en la oscuridad, crecer y convertirse en seres sabios,
meditar y sentir que se puede volar sin cuerpo, alados, li­
vianos, etéreos, bien cerca de los ángeles.
Estas imágenes son tenidas en cuenta y comentadas mu­
chas veces y por mucha gente, no importa lo que hagan o
en qué contexto las estén utilizando, que sepan o no qué era
Yggdrasil o Q!ietzalcoatl; son tan valiosas y gráficas que vale
repetirlas, volverlas a escuchar, a pensar, porque siempre re­
crean y pueden dar significados nuevos sobre la vida. Nuevas
visiones de eso que permaneció en el tiempo hasta que lo
descubrimos. Son cosas que nos hacen volver a ver y escu­
char de otro modo nuestra historia como seres humanos,
como eslabón entre el suelo y el cielo. Debe ser por eso que
las más antiguas sabidurías, como la Astrología, guardan la
memoria de la relación entre el cielo, la naturaleza, el hom­
bre y la mujer, y todo como parte del caos-cosmos universal.

Árbol genealógico
La Luna es y contiene el árbol genealógico.
La pirámide invertida de nuestros ancestros por encima
90 LUNÁTICA

de nuestra cabeza, nosotros en el centro, y por debajo nuestra


descendencia, constituyen una figura similar al reloj de arena.

El reloj de arena
Esta es una imagen que se me ocurre al pensar el árbol
genealógico; su forma es como la de un reloj de arena, an­
cho arriba con todos los ancestros, angosto en medio, no­
sotros, y abajo, ensanchándose de acuerdo a la descenden­
cia. Ese pasar la arena de arriba hacia abajo es como pasa
la historia, el tiempo a través de las generaciones, para
confluir a través de nosotros mismos como intermediarios.
La pirámide invertida de los ancestros, historia
que da pie
Conocer el árbol genealógico hace descubrir cosas ocul­
tas de nuestro origen, historia, familia y cultura. Aunque a
veces hay cosas que no están ocultas pero que igual no las
vemos, o porque están tan cerca que no podemos distin­
guirlas con claridad. Hoy está facilitado construirlo y hasta
se lo puede hacer por Internet con datos concretos que los
integrantes van aportando, o trabajando el tema en terapias
que se ocupan de eso.
Siempre, en cualquier caso, es altamente propiciador de
descubrimientos, hace elucubrar de otro modo la informa­
ción que veníamos escuchando de una determinada mane­
ra, pero sin comprenderla a fondo, y sin embargo, esa «ig­
norancia» es algo que también nos constituye. Hablar de la
historia es evocar la memoria del pasado, de lo vivido; de
eso que deja huellas, marcas, cicatrices; la historia, como
memoria cultural, familiar, genética, compendio de hábi­
tos, hechos, usos y costumbres, tradiciones y valores he­
redados, sin importar, si útiles o no, si mejores o peores.
Capítulo 2. El enraizamiento 91

Lo que ya estaba ahí cuando nacimos


La Luna representa todo eso que estaba ahí cuando llegamos
al mundo: madre, padre, hermanos, abuelos, parientes, casa,
hogar, familia1 barrio, costumbres, hábitos, patria, memoria, his­
toria1 cultura, raza, civilización ... Patria.
Descendencia propia y la responsabilidad que involucra
Esta es la construcción de la propia pirámide1 donde
el punto superior somos nosotros mismos, en la intersec­
ción, entre dos triángulos, el invertido histórico y ancestral
por encima nuestro, y el que se va formando y ampliando
en su base, a partir de nuestros hijos. Imagen del reloj de
arena que evoca al tiempo, a Saturno, su representante, el
par opuesto y complementario de la Luna. Ambos, forma
y estructura, madre y padre, son corno una casa, donde lo
interior es lo lunar, y lo exterior es lo saturnino que la sos­
tiene. Una carta del Osho Zen Tarot muestra esto de mane­
ra parecida, se llama Past lives, vidas pasadas.44
Me gusta esa imagen donde sobre los hombros de una
anciana mujer hay una más joven, y sobre los hombros de
esta una aún más joven, y otra más, así hasta una niña pe­
queñita. Esa anciana es como la Luna, la más vieja, la más
antigua de todas en su representación arquetípica, capaz de
cargar con todas las demás en sus hombros <lesde su hija
mayor hasta sus nietas más chiquititas « ... I aradas en los
hombros de las que están paradas en los hombros ... ». La
más vieja sabe que así tiene que ser. Porque es la Luna, ella
puede gestarlos y sostenerlos a todos.45

44. Osho Zen Tarot, The Transcendental Game of Zen. St. Martin's Press,
Nueva York, 1994.
45. C. P. Estés, Desatando a la mujer fuerte. La imagen también aparece en
su otro libro, Mujeres que corren con los lobos.
92 LUNÁTICA

Otras raíces
Herencia
Hay algo de la historia que se hereda. Ese algo se
configura como memoria en la persona y se repite, por
transmisión continuada de generación en generación.
En debates científicos se trata de ver qué factores tie­
nen más peso, si la cultura o la naturaleza genética, la
influencia de los genes versus la magnitud de la edu­
cación y el medio ambiente. Por naturaleza genética
llega el color de la piel, el cabello y los ojos; entonces
hay que saber si también se transmiten los gustos, los
rasgos del carácter, la personalidad, y las capacidades
como la inteligencia. Se habla de naturaleza versus cul­
tura, entre lo innato y lo adquirido. Algo que puede
asociarse también a la representación par, inmutable y
cambiante de una carta natal, ya que si bien existe el
determinismo genético, el sistema mental no es inmu­
table, porque gracias a su plasticidad cerebral trae cons­
tantes cambios y nuevos circuitos neuronales, a partir
de las experiencias y los aprendizajes, que aportan a su
vez la libertad de expresión.
Ciertos aspectos de la herencia necesitan ser desple­
gados y entendidos para descubrir sus significados perso­
nales ulteriores; como lo que se olvida se repite, entonces
conviene focalizar e iluminar esa oscuridad, que arquetí­
picamente se seguiría configurando por sí misma con toda
la carga de lo antiguo. Herencia como lo que se recibe, de
lo que se transmite a través de las generaciones; doble fun­
ción de lo lunar que remite a la ascendencia y la descen­
dencia, ya sabiamente expresado en ese dicho popular que
dice « de tal palo tal astilla».
Capítulo 2. El enraizamiento 93

Contamos con una película argentina que refiere jus­


tamente a lo que la palabra significa: Herencia, de Paula
Hernández (2001).
CAPÍTULO 3
EL CRECIMIENTO

Pasajes obligados dentro de la energía lunar


Los seres humanos nacemos sin terminar, incompletos,
con parte del proceso de crecimiento en latencia. Existe
una dependencia absoluta y una fusión regresiva al ori­
gen; basta observar el nacimiento de ciertos animales para
comprobar la diferencia.

Proceso de gestación
El período de gestación suele designarse con la pala­
bra embarazo, término que contiene también el concepto
de estar en problemas, o metido en un lío. Me parece más
apropiado decir que una mujer está gestando en lugar de
decir que quedó embarazada, como si se hubiera metido
en problemas; al menos pensar por qué o de dónde pro­
viene la cuestión.
96 LUNÁTICA

Parto: partir desde una madre, partida en dos*


Todos los seres humanos incuestionablemente llega­
mos a la vida desde el parto de una madre, cuando ella se
convierte en dos; y desde una madre y un padre anterior­
mente en la concepción.
Para hacer la carta natal se toma precisamente la hora
del instante en que un ser se manifiesta en el mundo, el
momento en que parte y sale de la madre, nace y respira
aire por primera vez.

Crianza. Infancia
Nuestra crianza, desarrollo e infancia son temas referidos
a la Luna; dado que nacemos sin terminar, es función de al­
guna Luna-madre completar ese desarrollo. En la infancia se
configura y se condiciona la adultez, allí se levantan los proto­
tipos de las defensas que irán deviniendo en condicionamien­
tos, memoria, repeticiones, hábitos, costumbres, tendencia a
determinados estados de ánimo y emociones. Pero no todo
nace ahí, sino que esos factores se enraízan como vimos en
los hilos de tramas anteriores, y todo eso a su vez, viene en­
tremezclado en las energías de la carta natal, y sustanciando
la materia prima de cada ser humano, y de cada signo lunar.

Memoria que se origina en el proceso


de crecimiento
«Así comofunciona la memoria, si hay una buena razón para
que algo quede indeleble en ella, ahí se quedará toda la vida.»
Kazuo Ishiguro

*«Partida en dos.» Frase de Roxana Sanda en la Agenda de las Mujeres de 2012.


Capítulo 3. El crecimiento 97

En el proceso de desarrollo se imprimen, como en un


molde, características que acompañan a la persona duran­
te toda su vida. Para determinar las distintas maneras que
tiene la memoria de plasmar su información, distinguire­
mos dos clases de memorias.
Está la memoria histórica, antigua, anterior, más o menos
repetida, y está la memoria nueva, la que se va configurando
en el proceso de crecimiento. Ambas se aglutinan para for­
mar un lindo combo de vivencias; algunas generan mucho
ruido y hacen sombra, y por eso van a parar a la mochila car­
gada en la espalda, y es lo que se abre en terapia para poder
alivianarla y encarar lo nuevo como nuevo. Dejar que la mo­
chila se cargue pesadamente hace enfrentarse a lo nuevo con
la fachada vieja, clara señal de las posteriores crisis existen­
ciales, ya que solo la memoria que no olvida hace que las co­
sas no se repitan. Pero vivir de memoria, que no es lo mismo,
hace actuar o por el contrario estar pasivos sosteniendo ante
los ojos esas veladuras que obturan ver la realidad presente
tal cual es. El hacer «de memoria» no deja ver el presente,
no permite vivenciar las nuevas experiencias como nuevas,
y provoca la activación de toda la ronda de las repeticiones,
reacciones, sentimientos y emociones de antaño, una vez y
otra vez, y otra más.
La memoria es una función del cerebro y un fenómeno
de la mente que permite retener experiencias pasadas; se
ubica en una zona del cerebro llamada hipocampo que re­
fiere también al aprendizaje. Se sabe que la memoria o los
recuerdos se archivan en distintas partes del cerebro, y que
muchos de nuestros automatismos se almacenan en el ce­
rebelo. Los recuerdos son imágenes del pasado, archivados
en la memoria que, suscitados por la emoción, traen algo o a
98 LUNÁTICA

alguien al presente. Se definen también como una reproduc­


ción de algo anteriormente aprendido o vivido, por lo que
están directamente vinculados con la experiencia. Según el
psicoanálisis, aferrarse a un recuerdo puede generar depre­
sión y, en algunos casos, una ruptura con la realidad actual.
Existe una memoria sensorial, que es la capacidad de re­
gistrar sensaciones percibidas por los sentidos. Es aquí don­
de se inscribe siempre a Marcel Proust y su libro En busca del
tiempo perdido, como el ejemplo por excelencia, cuando él
describe las famosas magdalenas que tantos buenos recuer­
dos le traían de su madre y de su tía. 46

De la Luna hay que salir, un mito a cuestionar


¿De qué se puede salir, y de qué no,
para individualizarse?
En el mundo de las jergas astrológicas se escucha decir
que de la Luna hay que salir. Una frase ambigua que es ne­
cesario analizar en profundidad porque así pronunciada
suele confundir más que aclarar.
En realidad es una frase o concepción, con diferentes
lecturas. Después de 9 meses en la panza de mamá, y aun­
que el ser humano depende de ella o de quien haga de ma­
dre, y hasta bien crecidos (porque no nos ponemos de pie
inmediatamente como una jirafa recién nacida), del ámbi­
to maternal y familiar siempre se sale, tarde o temprano. Es
así como lo sumergido llega a término y emerge. Y cuando
no lo hace ya sabemos lo que acontece. Entonces veamos
qué es lo que ata, lo que mal se entiende al respecto de esta

46. Marce! Proust, escritor francés (10 de julio de 1871 -18 de noviembre
de 1922), célebre por su monumental novela de siete tomos, En busca del
tiempo perdido (Alianza Editorial).
Capítulo 3. El crecimiento 99

energía, que lleva a decir que de ella hay que salir. Salir de
ella sería como pretender estar fuera del cuerpo, del ham­
bre, de la sed, o de ir al baño. Es cierto que se puede salir,
fuera del cuerpo en un viaje astral, o en estados meditati­
vos, pero al volver, el cuerpo suele marcar su presencia con
alguna que otra contractura, para que no nos olvidemos
que la vida, lo viviente está enmarcado en la ecuación es­
pacio-tiempo, o sea, cuerpo y edad, y aunque se lo quiera
estirar para acá o para allá, las representaciones de Luna y
Saturno, irremediablemente se pronuncian.
La Luna, como forma que nos constituye, es cuerpo,
emociones e historia, y también pertenencia familiar, cul­
tural, racial, ancestral. Imposible esquivar ese cuerpo real,
genético, histórico, esa forma heredada sin ningún esfuerzo.
Y, dado que de nada de lo que tenemos en la carta natal po­
dremos escapar, ya que eso nos hace ser quienes somos acá,
ahora y en esta encarnación, lo único que podemos hacer
es aprender a apropiarnos y utilizar esas energías a favor y
no en contra, con nuestra propia creatividad, sin que nos
perjudiquen o hagan sufrir.
Algunas descripciones sobre los signos lunares, en libros
antiguos de Astrología, suelen ser un tanto deprimentes.
También es cierto que los refugios que propone la Luna,
según su signo, pueden llegar a ser siniestros, agobiantes
o encerrados. Pero como yo nací con Luna en Sagitario, y
me gusta estudiar, enseñar e interpretar las cosas con más
perspectivas, propongo contemplar con mayor jerarquía los
temas de la vida cotidiana, encontrarles el sentido, un orden
o el hilo conductor que las enhebra, para aprovechar las ex­
periencias lo mejor que sea posible en el bien propio y el de
los demás.
100 LUNÁTICA

La Luna hace ver y saber de dónde venimos: de un útero,


de una probeta, de una madre, de una determinada familia,
siempre de un recipiente, de una forma anterior. La Luna es el
recipiente-útero donde crecer, nutrirse, formarse y desarro­
llarse. En ese sentido la frase en cuestión sobre salir de ella,
es correcta ... parcialmente. Necesario es observar el instante
en que el recipiente se convierte en molde, porque es ahí donde
comienza el copiado, el acostumbramiento y la repetición de
algún patrón viejo. Más de lo mismo.
Tratar el terna de la repetición propone mirar de qué hay
que salir dándose cuenta de lo repetido, lo reiterado mecá­
nicamente con condicionamientos, costumbres y hábitos
inconscientemente arraigados y obturadores. De eso sí hay
que partir; no huir de ellos, sino atravesarlos, para saber de
qué están hechos y luego poder superarlos. La repetición
en Astrología no es mala palabra, porque permite rever algo
hasta agotar la experiencia. Es cierto que la mayoría de las
veces, repetir no deja avanzar, pero también nos da la sor­
presa de descubrir cosas no vistas corno cuando vernos por
segunda vez una película, o corno repetir el año cuando no
se aprueba una materia, y al final se aprende más. Lo nocivo
es repetir mecánicamente una actitud infantil, un patrón de
conducta estigmatizado, propio, impuesto o heredado, lle­
no de veladuras que enturbian la mirada.
Cuando la repetición no hace descubrir nada, no solo
tiene un sonido chirriante, sino que a su secuencia se le
suman muchas consecuencias nocivas, atrapantes y fago­
citantes, tanto que irremediablemente la persona se atrasa,
posterga o se anula en cualquier iniciativa. Esa secuencia
está generalmente envuelta en alguna clase de miedo, u otra
emoción similar, tiene reacciones instintivas y además hace
Capítulo 3. El crecimiento 101

levantar defensas. Por eso conviene no tapar, rechazar, negar


o analizar solo intelectualmente la cuestión. Qµerríamos
decir ya está, listo, ya sé de qué se trata, pasemos a otra cosa,
pero allí hay algo importante que ver antes de tomar la pos­
ta y continuar usando la experiencia adquirida con mayor
libertad. La repetición defensiva entrampa a la persona en
un círculo vicioso, surge la necesidad de preguntarse, qué
es lo que se está repitiendo y en qué tipo de circunstancias. Se
trata de salir del mecanismo automático que no deja ver casi
nada, ni hacia afuera ni hacia adelante, que tironea hacia el
pasado y hace repetir de memoria la historia que viene así,
cómoda o incómoda, pero segura . . . para soltarse y empe­
zar el trabajoso camino del desarrollo propio y el crecimien­
to personal.
En la concepción de la Astrología de orientación psi­
cológica y filosófica, repetir forma parte del despertar de
la conciencia, como los avances y retrocesos en cualquier
tipo de aprendizaje; pero a veces, y en el caso de lo lunar
especialmente, es necesario transgredir la propia comodi­
dad o seguridad envolvente, y en lugar del molde carce­
lario, hacer que esa rica historia de la que se proviene sea
la plataforma donde hacer pie para saltar hacia afuera y ser
uno mismo. «Tanto va el cántaro a la fuente que al final se
hace sabio.» Teniendo en cuenta esta frase -que rearmé a
mi gusto-, repetir puede ser posibilitador, pero solo por un
tiempo, el justo, ni un rato más ni uno menos, como el feto
en el útero.
Salir, lo que se dice salir, implica alejarse de la asfixia
de relaciones afectivas tóxicas, de la sobreprotección atra­
pante de algunas madres o los condicionamientos propios
que nos encierran, o de la obligación de tener que hacer la
102 LUNÁTICA

misma profesión o trabajo que hicieron los padres u otros


antecesores ... así, sin cuestionar. Pero no se trata de salir
de la historia familiar, la cultura, la época, la sociedad na­
tal. Se pueden entender, analizar, superar los escollos que
aniñan, pero no se puede cambiar una pauta energética
por otra, aunque creamos que la podamos cambiar yén­
donos a vivir a otra familia, a otra ciudad u otro país. Ese
bagaje anterior, biológico, genético, histórico, familiar es
interior, siempre estará ahí, como el ombligo, la marca en
el cuerpo que nos recuerda especialmente nuestro origen.
Salir de la Luna creativamente significa observar las
reacciones defensivas, o las alteraciones en los estados de
ánimo propios, viendo si son siempre iguales y reiterados,
para proponerse cambiarlos de alguna manera; u obser­
vando esas costumbres arraigadas que sin ser enfermizas,
quitan energía. Sin esa mirada crítica sobre las propias re­
peticiones, difícilmente se pueda trabajar en ello, y mucho
menos cambiar los automatismos. Hace falta aprender a
salir de lo naturalizado; muchas conductas parecen nor­
males pero solo se han convertido en algo natural de puro
repetirlas sin cuestionar. Cuestionar es desnaturalizar lo
que se repite dañando. Es el propósito de este libro brindar
información acerca de lo que sí es nocivo en el compor­
tamiento lunar, y de cuánto vale despegarse de eso, por­
que hay muchos dones y virtudes que rescatar en la propia
Luna para que la vida sea más completa. Salir o no salir, esa
es la cuestión ... ¿ Se sale? A veces, tal vez haya que entrar.
Son estas, palabras problemáticas; muchas veces lo semán­
tico obstaculiza la comprensión, o hace lío en la traducción
de lo simbólico al entendimiento. Cierto es que la Luna
viene con sus veladuras, como la ensoñación del lactante,
Capítulo 3. El crecimiento 103

gozando, mientras recibe gratis su alimento. Solo se puede


dejar la teta, el biberón, la maceta-recipiente-molde-Luna­
madre-familia atrás, cuando hubo satisfacción¡ entonces,
alimentados, nutridos y crecidos, formados suficiente­
mente, y aceptando que ya no se cabe más en la cueva,
solo en ese momento, podrá inaugurarse el sentimiento y
las ganas de gestar una nueva acción, la nueva vida u otra
manera de vivir. Y eso se hace llevándose el patrón lunar
internalizado con conciencia, en lugar de dejarlo reaccio­
nar mecánicamente.
Muchas son las sorpresas de quienes, avanzados en el
estudio de la Astrología, descubren que las cosas no son
como las aprendieron cada una y por separado. Por su­
puesto. La carta natal es una totalidad donde las partes
están relacionadas entre sí, en un continuo movimiento
de cosas superpuestas que funcionan todas juntas y a la
vez, y no para el mismo lado, que proponen situaciones
contradictorias para hacer la vida más divertida, o verda­
deramente dinámica. El recorte es solo para observar, para
después pensar el conjunto sin perder el contexto general.
Por ejemplo, ¿cómo es la Luna en Libra, en una carta natal
donde Marte está potenciado y el Ascendente es Escor­
pio?, donde lo que dice el recetario sobre la Luna en Libra
por separado se modifica gracias a este contexto¡ esa inte­
rrelación la obliga a agregar otras cualidades.
Al igual que en las relaciones humanas, solos, cada uno
por su lado, es de una determinada manera, pero relacionado
con este o con aquel otro, el comportamiento, si bien conser­
va la esencia, va cambiando. Así funcionan las cosas en el uni­
verso de la Astrología, como en la Vida misma que estudia,
brindándonos su vieja sabiduría, tan vigente, tan activa, tan
104 LUNÁTICA

útil. ¿Por qué entonces complicarse con frases ambiguas?


Mejor, desmenuzarlas para ver de qué están hechas y luego
integrarlas, ya que de todos modos la vida contiene sus mu­
chas ambigüedades, al derecho o al revés según se las acepte
o rechace, se entiendan o no, se hagan conscientes o no.
Hay también repeticiones colectivas muy significati­
vas y necesarias de observar y enfocar, como la moda o la
educación. La moda, venusina y neptuniana, cuando no es
creativa y uniforma vistiendo a todos por igual, se vuelve
lunar. Con la ropa que se usa se siente seguridad; estar to­
dos iguales y uniformados da tranquilidad, no hay críticas,
ni comparaciones, ni sobresaltos como cuando alguien de­
cide y se anima a ser diferente y vestirse tal cual le viene en
gana, todo un desafío para sostener con la frente bien alta.
A algunos de los signos lunares les sale bastante bien, o
mejor que a otros. También es lunar la educación que en­
seña a todos lo mismo, sin personalizar. Otro tema que no
es ni bueno ni malo, sino lo que hay. Empieza a agrandarse
el abismo entre lo que se avanza navegando e investigan­
do personalmente por Internet y lo que se aprende en las
escuelas en colectivo despersonalizado y sin renovación.
¿No habrá llegado la hora de parar de repetir?

Volver es avanzar
El regreso como posibilidad de cierre y apertura
La rueda zodiacal, como círculo representante de la vida,
muestra que al avanzar se regresa, y que al regresar se avanza
nuevamente. Basta con imaginar el recorrido por una cir­
cunferencia para darse cuenta. El mismo punto que da final
da comienzo. Así, volver puede ser, creativamente, empezar.
Muchas veces regresar al origen, al pueblo natal, a la casa
Capítulo 3. El crecimiento 105

de los padres, al barrio de la infancia o el país donde se ha


nacido, si bien es algo que remite al pasado, a los recuerdos,
a la historia, y puede sonar altamente regresivo y movilizar
emociones nostálgicas, en verdad contiene una magia y es la
de hacer dar la vuelta, redondear, concluir, nutrir de eso que
tanto se conoce, y reorientarse para comenzar de nuevo, con
los bríos de los inicios y el bagaje de lo propio como síntesis
en la memoria. No siempre hay que temerle a ese regreso,
puede favorecer más que entorpecer el camino; es solo por
un tiempo, no para quedarse para siempre. Un regresar para
recargar baterías, resetear iniciativas y continuar hacia de­
lante, decididamente y reflexionando no por el reflejo auto­
mático de querer seguir pegado a familiares, situaciones del
pasado o hábitos tradicionales que apresan y atrapan. En un
caso hay deseo, en el otro mecanismo-repetición.

Ciclicidad lunar
«Parece que en la vida todo ocurre al ritmo de un cronó­
metro invisible. La vida se encarga de tomar las decisiones
de una forma maravillosa y sorprendente ... y entonces todo
resulta sencillo y natural.»
Sándor Márai
Las fases de la Luna
La Luna se llena y se vacía de la luz del Sol. Esos en­
cuentros y alejamientos van dando mayor o menor luz,
potencia y materia prima a lo que conocemos como las
fases de la Luna. Desde la perspectiva terrestre, estas se
conforman por la relación entre el Sol, la Luna y la Tierra,
haciendo que la Luna tenga más o menos luz, de acuerdo
a su ubicación con respecto al Sol, en su girar alrededor de
la Tierra, y ambos alrededor del Sol.
106 LUNÁTICA

Esos encuentros de la Luna con el Sol van construyen­


do una reserva de experiencia que transforma la visión
que se tiene de la vida. Se produce una onda rítmica en­
tre la Luna nueva y la Luna llena, pasando por los cuartos
(de cuadratura), que son las fases creciente y menguante,
y que presentan puntos de inflexión en la toma de decisio­
nes. Las fases de Luna nueva y llena refieren a determina­
dos comienzos, mientras los cuartos creciente y menguan­
te hablan de redondeos, conclusiones y finales.
Veamos en principio los momentos del ciclo lunar, y de
todo ciclo, que surgen de dividirlo en dos grandes mitades
o hemiciclos.
Cuando la Luna va creciendo, aumenta su luz y la fuer­
za de su materia prima como una semilla que se despliega
desde la conjunción o Luna nueva hasta la oposición o Luna
llena. Es tiempo de formación, un proceso interno que
concentra energía para gestar formas. Son nuevos comien­
zos y proyectos con ideas emergentes, acciones espontá­
neas e instintivas, temas concretos, mundanos, donde se
establecen compromisos desde las intenciones propias.
En esta etapa del ciclo se produce el crecimiento instintivo
de la estructura básica.
Cuando la Luna va decreciendo, mengua y disipa la luz
solar recolectada en el período anterior, iniciándose el se­
gundo hemiciclo correspondiente al tiempo entre la oposi­
ción o Luna nueva y la conjunción o Luna llena, es tiempo
de un impasse para desconcentrar y soltar las formas ante­
riores y gestar una determinada conciencia que va a clari­
ficar los valores inconscientes. Es un proceso exterior de
crecimiento consciente, de descarga creat:iva y realizacio­
nes, dando a otros, diseminando las semillas para construir
Capítulo 3. El crecimiento 107

futuro y satisfacer necesidades ajenas. Es el momento de


la producción de resultados desde la experiencia y con
mayor sabiduría.
En medio de estos dos grandes procesos o hemiciclos,
se producen crisis de cambio, en los cuartos creciente y
menguante, respectivamente de forma y de conciencia.
Tanto la mitad del ciclo como los últimos momentos an­
tes de cerrarse por completo, conllevan claves a descubrir,
porque se está pasando a una etapa diferente. En la mitad
del ciclo se pasa de lo individual a lo social, y en el final del
ciclo se pasa por lo que termina para vivenciar el comien­
zo de un nuevo ciclo.
«La Luna es el recipiente de nuestra encarnación físi­
ca, nuestro instrumento de recepción; nuestra conexión
con el mundo temporal. Siempre está cambiando (fases) y
sin embargo, repite su ciclo, de una manera inmutable.» 47

Importancia de la fase lunar de nacimiento


Según el astrólogo Dane Rudhyar, las fases de la Luna
dan la estructura de la personalidad con datos psicológi­
cos significativos. Esa información permite entender la
naturaleza más profunda de los mecanismos de la vida
dentro de la personalidad de un individuo. 48 Veamos algu­
nas características personales para cada fase.
Luna nueva
La persona que nace en el período de la Luna nueva tiene
mucho impulso, inocencia y deseo; es inquieta, le gusta ex­
plorar, trabajar con otros pero sin relacionarse demasiado.

47. Los luminares, op. cit.


48. Dane Rudhyar. El ciclo de las lunaciones. Barcelona, Sirio, 1987.
108 LUNÁTICA

Experimenta su vida a puras pruebas de ensayo y error, y


todo desde un plano de gran subjetividad. Cuando se le
aclara el proyecto, puede sustanciarlo con ánimo realiza­
dor y plasmarlo en lo real y concreto, y a su vez, darlo a
conocer.
Luna creciente
Q!iienes nacieron en la fase de cuarto creciente viven­
cian tensiones, generalmente como crisis entre lo pasado
y lo que vendrá o en los momentos en que se presenta el
desafío de un cambio. La persona siente resistencias, está
entre la espada y la pared ante la toma de decisiones y de­
finiciones a futuro. Se le presentan aprendizajes de termi­
nar algo y completarlo, para poder empezar otra cosa. Una
vez que define, puede centrarse y emprender con pragma­
tismo y eficacia lo nuevo. Algunas funciones de esta fase:
conduce, proyecta, admite, construye, absorbe, inhala,
almacena energía, acumula fuerza, invita al cuidado y al
restablecimiento.
Luna llena
Quienes han nacido en la fase de Luna llena conllevan
una división interna entre dos cosas que parecen irrecon­
ciliables pero que pueden complementarse, una vez supe­
rado el conflicto. Existe gran dependencia de la opinión
ajena y se necesita distancia para clarificar las ideas o para
verle la cara a ese otro tan necesario, reflejo donde mirarse
y reforzar la identidad. Son personas que precisan evaluar y
equiparar y tienden a la reconciliación con una mayor obje­
tividad. Tienen una personalidad estratégica, brindan ideas,
promueven el encuentro, el entendimiento en los vínculos,
la mediación. Diseminan lo que han aprendido, aconsejan­
do, y estructuran su experiencia en algo concreto.
Capítulo 3. El crecimiento 109

Luna menguante
La persona que ha nacido en la fase del cuarto men­
guante de la Luna le teme a la sensación de vacío, y de no
hacer nada, porque este período es disolvente más que for­
mante. Necesita descubrir que la oscuridad une. Aprende
a su vez, a integrarse a alguna clase de totalidad, y que si
bien los cambios de conciencia son críticos, le permiten
redescubrir sus cualidades internas, con respuestas que
provienen de su interior. Cuando logra integrar su yo en
un todo mayor, se vuelve solidario, espiritual, se motiva
con búsquedas que dan sentido colectivo a su propia tras­
cendencia. Produce resultados más abstractos y se identi­
fica con el resto de la humanidad, lo cual la refuerza para
brindar su sabiduría. Algunas funciones: aclara, exhala,
invita a la actividad y al gasto de energía.
En el libro Los luminares, sus autores refieren a la ciclici­
dad de la Luna y afirman que «la Luna da valor a lo temporal,
con sus momentos de nacimiento, fecundidad, desintegra­
ción y muerte». También nombran «una tríada de deidades
lunares» que se asocian a las fases de la Luna; son las diosas
que representan los ciclos femeninos más importantes:
Per séfone, asociada a la pubertad, la menarquia y la
menstruación.
Deméter, correspondiente al período de la reproducción.
Hécate, referida a la menopausia y el climaterio.
Menarquia y menopausia son dos fechas concretas,
puntuales, los momentos exactos en que se inicia y se
despide la menstruación. El período posterior a la fecha
de la menopausia, o retiro de la menstruación, se llama
climaterio, pero generalmente se lo confunde con la me­
nopausia.
llO LUNÁTICA

Es impactante registrar el modo en que Vicki Noble resti­


tuye el poder femenino representado en la sangre menstrual.49
También son sugestivas aquellas palabras de gran sig­
nificado sobre la función femenina que expresan: «Desde
su propia carne y sangre, y desde los ciclos que llenan y
vacían el rojo jarrón de su vientre, una mujer comprende
física, emocional y espiritualmente que los cenits se des­
vanecen y expiran y que lo que queda renace, con formas
inesperadas y por medios inspirados para reducirse de
nuevo a nada y ser concebido otra vez en toda su gloria». 50

Materia lunar
Veremos ahora ¿de qué está hecha la Luna de cada signo?
O sea: cuál es la materia prima que tiene adentro cada Luna,
según la cual en las fases nueva, creciente, llena o menguante,
la Luna tendrá más o menos luz, de acuerdo a las cualidades
que cada signo lunar representa.
Las personas que nacieron entre las fases que van de
Luna nueva a Luna llena tienen las cualidades o caracterís­
ticas de su materia prima más en latencia que en experiencia
consumada. Y cuando la fase de la Luna de nacimiento está
comprendida entre la Luna llena y la Luna nueva tienen me­
nos potencia en las cualidades de su materia prima, y más
caudal en experiencia. Estas cuestiones marcan los matices
y diferencias en la expresión de un mismo signo lunar y en
la forma de ser de las personas con esa Luna, por supuesto

49. Vicki Noble. El poder natural de la mujer. Hacia una nueva conciencia
femenina. Buenos Aires, Planeta, 1994.
SO. Textual de C. P. Estés citado en el libro Bueno chicas, esto se acabó. Una
guía para desdramatizar la menopausia, de María Jesús Balbás, Barcelona,
Ed. B, 2008.
Capítulo 3. El crecimiento 111

sumándole a eso, las características y modificaciones que


recibe por las posibles relaciones con otros planetas, y por
la casa que ocupa en la carta natal.
La fase de Luna nueva se produce cuando el Sol y la
Luna se encuentran en el mismo signo. Puede haber ex­
cepciones, por estar una luminaria en los últimos grados
de un signo y la otra en los primeros grados del siguiente,
pero la cualidad intrínseca del asunto refiere a la relación
o aspecto de conjunción, o sea juntos en una misma zona de
su carta natal.
La Luna llena se da cuando el Sol y la Luna se hallan
situados uno a 180 ° del otro, o sea uno frente al otro, en lo
que se llama aspecto de oposición, entre signos opuestos y
complementarios. Todos los meses cuando hay Luna llena,
esto es así porque ella se ha llenado de la luz del Sol de ese
mes. Por ejemplo, cuando el Sol está en Escorpio, la Luna
llena de ese mes será en su signo opuesto y complementa­
rio, a saber, Tauro¡ y así, todos los demás. Muchas veces se
escucha nombrar la Luna llena de Tauro, cuando en verdad
la Luna está en Escorpio, y lo que se quiere decir es que
la Luna está llena de la luz del Sol de Tauro ... como en el
festival de Wesak; para abreviar se la menciona así, pero
se genera confusión. En Astrología, cuanto más sencilla se
ponga la mente más abstracciones podrá absorber.
Las descripciones que siguen refieren a posiciones del
zodíaco patrón. Por ejemplo, si alguien nació con la Luna
llena en Leo, lo es porque la Luna está frente al Sol de
Acuario. La luz o materia prima de esa Luna es la luz del
Sol de Acuario, que tiene frente a sí misma brindándole
rayos de luz de su propia naturaleza. Así, todas las Lunas
llenas lo están de la sustancia que les ofrece su Sol opuesto,
112 LUNÁTICA

o sea del signo que tiene enfrente, que es su opuesto y


complementario. Esta es la fase donde más plenamente se
ve aquella cualidad que complementa a cada Luna. Si, en
cambio, alguien nació con la Luna en Leo en la fase de
cuarto menguante, la potencia de esa sustancia es menor,
es el último cuarto del ciclo, y ha menguado, disminuido
la luz obtenida del Sol de Acuario, pero se ha incremen­
tado en la conciencia esencial de mayor experiencia para,
en este caso, guiar a otras personas en el encuentro de su
propio centro.
El ciclo de Sol y Luna es también el modelo de base para
entender el ciclo de cualquier relación planetaria. Para vi­
sualizar y ampliar la comprensión de estas ciclicidades es
útil dibujar sobre una rueda del zodíaco en blanco, la po­
sición de la Luna. Si, además, obtenemos la información
sobre la Luna anual, podremos descubrir en qué fase se en­
cuentra la Luna el día del cumpleaños y qué material apor­
ta durante esa revolución solar.

¿Cuál es la materia prima de cada signo lunar?


A continuación veamos entonces algunas características y
asociaciones libres sobre la materia prima de las lunas y sus
fases de nacimiento, mediante imágenes referidas a los cuatro
elementos para darle colorido y hacerlo más comprensible.
Luna en Aries
Su luz o materia prima está compuesta por el fuego ardien­
te de la ansiedad, el peligro y la impaciencia, propios y ajenos.
Tiene una memoria grabada en todo su cuerpo de estar y ser
apurado, con y sin motivo, siempre con algo o alguien empu­
jándolo desde su popa, para emerger, salir y seguir su camino,
aunque no quiera o quiera hacerlo libremente.
Capítulo 3. El crecimiento 113

La fase de Luna nueva es como el fuego incipiente de las


brasas, apenas empezando a prenderse, con potencia de
encendido para hacer estallar su deseo, y mucho impulso
pero poco volumen; siente que no le alcanza para expan­
dirse aún en función de esa intensidad y efervescencia.
La fase de cuarto creciente es como el fuego bien en­
cendido y adherido, a punto de propagarse, impulsivo y
poderoso, se escucha su voz, se lo ve venir, es ardoroso,
vivaz. Se siente su presencia, su amenaza, su tensión, está
por gritar sus decisiones ya tomadas a los cuatro vientos.
La fase de Luna llena muestra toda la luz de su fuego
interno, se ve desde todos lados como en pleno día pero su
deseo queda dividido entre lo vivenciado y lo que vendrá,
o entre opciones, personas, situaciones que están lejanas
una de otra. Tiene que aprender a reunir, y se le imponen
vivencias de límite que le demuestran lo que ha sido capaz
de hacer o provocar.
La fase de cuarto menguante tiene el fuego de los rescol­
dos, con menor potencia y más experiencia. Sabe contar has­
ta diez antes de levantar la mano y decir «yo voy» o «yo lo
hago ya». Su impulso es sosegado y puede aplicar su fuerza
iniciadora con poca ansiedad y más asertiva direccionalidad.
Luna en Tauro
Su luz o materia prima está hecha de la compacta, nu­
tritiva y contundente cualidad de la materia misma, con­
vertida en cuerpo-tierra-naturaleza-campo-dinero. Tangi­
ble pero también receptiva, dócil y potente.
La fase de Luna nueva es la preparación y antesala de la
prosperidad y la abundancia que vendrá. Siente que puede
lograr más de lo que verdaderamente hace porque se de­
tiene demasiado tiempo en cada etapa.
114 LUNÁTICA

Lafase de cuarto creciente contiene un estado de tensión


entre dos temas que parecen estar en pugna, obtener lo
que le da seguridad en la vida, o hacer lo que le da placer.
De todas maneras, sus necesidades palpables lo enfrentan
a tomar decisiones, planteándole salir de la preocupación,
y ocuparse de sus asuntos.
La fase de Luna llena muestra con claridad y con cre­
ces la superación de conflictos interiores. Eso lo lleva a
un sentimiento de plenitud en lo material o en su sistema
de seguridad y autovaloración, aunque lo aleja de gozar
del ocio.
La fase de cuarto menguante contiene la posibilidad de
combinar sus experiencias con las facilidades que le permi­
te la materia acumulada, propia y/ o heredada, para enfocar­
se y disfrutar de los resultados, sin distracción ni dilaciones,
como algo natural e innato. Sin embargo, sigue sintiendo
cierta tensión, como si le faltara obtener algo más.
Luna en Géminis
Su luz o materia prima está compuesta de una sustancia
aérea, que es volátil y liviana como los papeles, los pensa­
mientos y las ideas, que van y vienen, y pueden cambiar tan
rápidamente que nadie se daría cuenta.
La fase de Luna nueva es como la germinación de las
plantas, como las ideas en ebullición aún sin forma. Puede
tomar la forma de un diálogo interno como el bullicio de
las lluvias de ideas.
La fase de Luna creciente contiene los pensamientos que
empiezan a tomar forma y se impone escribirlos o contarlos,
manifestarlos. Hay dudas, crisis de elección ante variables
muy diferentes y en cantidad, o por sus gustos tan variados.
Se tensa, quiere elegir todo. Un conflicto que se soluciona
Capítulo 3. El crecimiento 115

integrando la diversidad en un sentido específico sin disper­


sarse en la especificidad.
La fase de Luna llena contiene a las claras una dupla
alumno-profesor, discípulo-maestro, que aprende y ense­
ña, que toma y da a la vez, y puede lograr buenísimos ense­
ñajes. Esto podría otorgarle sensación de plenitud, pero el
atractivo tironeo de volver para atrás y aprender algo más
lo atrapa, sintiéndose más satisfecho en eso, que ponién­
dose a dar cátedra.
La fase de Luna menguante contiene muchos aprendi­
zajes realizados, para contar, comunicar, explicar, difundir
informaciones y conocimientos varios, y ayudar a otros a
asumir los caminos de las distintas formas de aprender.
Sin embargo, suelen planteársele dudas y crisis de con­
ciencia frente a las necesidades de cambio, donde se im­
pone incluir los sentimientos, no solo la letra de las ideas.
Tiene suficiente soltura y experiencia para sobrellevar los
conflictos pero le cuesta más sentir que pensar.
Luna en Cáncer
Su luz o materia prima está compuesta de una sustancia
acuática, sensible, de alto impacto en la receptividad y la
emocionalidad; incluye factores históricos y familiares pro­
pios e íntimos en su interior, excluyendo por naturaleza lo
ajeno y desconocido. Tiene hondura, se agranda y también
se contrae, busca acomodarse en recipientes-contenedores
seguros por los cuatro costados, por abajo y arriba también.
La fase de Luna nueva es como una semilla germinando,
tiene en latencia la forma implícita del patrón que reprodu­
cirá, y lo nutre, cuida, protege y acuna con enorme ternura.
La fase de Luna creciente provoca tensiones por miedo
a avanzar pero también a quedarse donde está. Necesita
116 LUNÁTICA

máxima protección para preparar el nacimiento de lo que


gesta y requiere de toda su atención.
La fase de Luna llena permite la expansión dentro de
límites de contención. Siente plenitud con respecto a sus
decisiones anteriores, donde gestó lo que hoy ve con total
claridad, pero añora más aquel estado ante la incertidum­
bre que le da lo que está por venir.
La fase de Luna menguante le hace sentir confianza pero
también cierto resquemor por ver que la forma alcanzada
se va perdiendo o va llegando a una instancia donde se
impone soltarla, entregarla, dejarla ir.
Luna en Leo
Su materia prima está compuesta de una sustancia como
de fuego-ego-oro-corazón, absolutamente visible, tangible,
presente, diferenciada, contundente, vibrante y vigorizante.
La fase de Luna nueva promete un yo singular, claro y
diferenciado como el momento inicial de toda indepen­
dencia: aún no se sabe por dónde saltará su propia indi­
vidualidad, pero se percibe lo que empieza con mucha
potencia, sin la forma definida aún de su próxima auto­
imagen ni de la manera en que ha de expresarse.
La fase de Luna creciente ya tiene ideas fuertes al respec­
to del rol y lugar que ocupará individualmente. Es una fase
ruidosa, llena de la búsqueda del aplauso a cualquier precio
donde se tensa entre mostrarse tal cual es o crearse una más­
cara, una personalidad diferente de lo que aprendió o siente
en su interior. Debe definir sus acciones concretamente con
el único objetivo de su propia ubicación en el mundo.
La fase de Luna llena se produce con una clara incorpo­
ración de algo excéntrico, un matiz que supera lo común;
alcanzando instintivamente la plenitud de sus deseos,
Capítulo 3. El crecimiento 117

definiciones y decisiones tomadas con anterioridad. Se


muestra, se ve, surge el reconocimiento, h ay notoriedad
en el sentido de lo que haya elegido.
La fase de Luna menguante contiene sensaciones calmas
como las del sol del atardecer, apaciguadas las luces de los
faros del ego, dejando lugar al brillo de otros yoes. Promue­
ve la proyección social con el aprovechamiento de los dones
adquiridos, más hacia el bien común que hacia sí mismo.
Luna en Virgo
Su luz o materia prima está compuesta por la tierra fértil de
las cosechas. Es como esas vistas aéreas, o desde lejos, de te­
rrenos parcelados con variedad de sembradíos, pulcramente
dispuestos, y milimétricamente mensurados y diferenciados
por distintos colores. Todo preparado para la cosecha eficaz
que alimentará a toda una población, y que implica tremenda
dedicación, esfuerzo y jornadas enteras de labor.
La fase de Luna nueva es como nacer en una familia de
labriegos que saben reflexionar sobre cada cosa antes de
definir sus acciones; cualquier acto impulsivo o espon­
táneo sin pensar podría ser el origen de grandes proble­
mas. La sensación que tiene es de restricción hasta tanto
acate el don que subyace a los frenos y delimitaciones
aparentemente impuestos desde el exterior.
La fase de Luna creciente contiene un estado constante
de alerta, tenso, crítico, todo parece ser problemático, caó­
tico, desordenado, porque se instalan las opciones y hay
que elegir una entre miles, y trabajarla teniendo en cuen­
ta cada letra, cada ítem, cada instancia, para poder definir
cómo seguir realizando los siguientes pasos.
La Jase de Luna llena se siente como en el cenit de sus me­
tas serviciales y laborales a través de su tarea ininterrumpida.
118 LUNÁTICA

Puede ver dónde y cómo empezó todo, y hacia dónde


se encaminan sus proyectos solidarios a continuación, y
siente ese tironeo entre una forma más concreta y otra
más abstracta para ejercer su tarea.
Lafase de Luna menguante favorece entender naturalmen­
te que las crisis y los problemas son como maestros, los cua­
les proponen prácticas y técnicas especiales para encontrar
soluciones a lo que antes eran solo fuertes dolores de cabeza.
Ahora toma un papel, escribe el nombre del problema, haz
el desarrollo del planteo, observa, reflexiona y concluye el
trabajo con varios resultados posibles obtenidos.
Luna en Libra
Su luz o materia prima está compuesta del aire de las
abstracciones mentales, las ideas, ideologías y sugeren­
cias, con gran impulso para promover los encuentros, el
consenso, y la armonía entre las partes, revoloteando en
torno como sutiles mariposas que suavemente dicen al
oído lo que es necesario escuchar.
Lafase de Luna nueva es una promesa de relacionamien­
tos en constante búsqueda de equilibrio en todos los ámbi­
tos. Tiene mucha energía para estas cuestiones en latencia,
pero todo está aún en los pasos previos a su desarrollo.
La fase de Luna creciente produce un estilo de conflictivi­
dad por tener que elegir entre dos cosas diferentes, como por
ejemplo lo conyugal en un país y lo profesional en otro, las
relaciones públicas y la propia autotrascendencia, una espe­
cie de yo o nosotros, siendo el secreto y la clave armonizar y
no separar, pero eso le resulta bastante difícil de llevar a cabo.
La fase de Luna llena contiene la posibilidad máxima de
ver cómo están funcionando las cosas tanto en lo personal,
como en lo vincular y lo social. Se siente añoranza por lo
Capítulo 3. El crecimiento 119

que no se puede elegir, pero ve claramente qué partes co­


laboran y cuáles tienden a hacer lo suyo propio.
La fase de Luna menguante saca del error de creer que se
puede elegir entre esto y aquello. Tiene la suficiente expe­
riencia en vinculaciones sociales, y sabe cómo ejercer una
combinación consensuada de los factores, en tranquilos
desafíos de definiciones posibles.
Luna en Escorpio
Su luz o materia prima está compuesta de un líquido pas­
toso, como la lava volcánica de las potentes y ocultas pulsio­
nes del deseo. Peligrosa, intensa, liberadora de las tensiones
internas. Un campo propicio para hacer crecer algo muy
blanco; una oscuridad-luz, ni buena ni mala pero inquie­
tante. También puede ser una materia prima seca, rocosa,
apagada, de lava retorcida y solidificada que provoca sensa­
ciones amenazantes ante la potencialidad del poder oculto.
La fase de Luna nueva es como la previa de una erup­
ción volcánica, puro latir, temeridad e inquietud, intensi­
dad corporal, emociones alteradas, necesidad de enfren­
tar riesgos con impulsos entrecortados y ansiedad. Tanta
potencia sin acciones puede provocar estados de tensión
donde todo está por acontecer.
La fase de Luna creciente necesita pasar de la inquietud
interna propia a los cambios extremos exigidos desde lo
externo. Se enfrenta a su propia sombra y necesita definir
entre seguir a oscuras o dejarse iluminar por los rayos de las
tormentas, que si bien son conflictivos y críticos, también
dejan ver el camino en la oscuridad.
La fase de Luna llena vivencia cara a cara lo destructivo y
lo constructivo en la contundente solidez de lo que significa
conservar formas, en lugar de eliminar todo por los aires.
120 LUNÁTICA

De todos modos esas formas ya no son concretas como


una roca, sino que contienen un futuro previsible y tirante,
donde su luz se volverá cada vez más esencial, como en los
remedios homeopáticos.
La fase de Luna menguante tiene ricas cualidades pro­
pias y adquiridas de la experiencia común sobre el dolor,
que inspiran tácitamente a saber dar acompañamiento
sincero, terapéutico y saludable a quienes se encuentran
en situaciones de crisis, sufrimiento, pérdida, y los senti­
mientos provocados por el duelo.
Luna en Sagitario
Su luz o materia prima está compuesta por el fuego
eléctrico de necesidades como los ideales que dan sentido
a la vida. Es de naturaleza centáurica con esa doble fuerza
de lo humano y lo animal, que lleva lejos y más alto, donde
lo superior reordena y guía lo inferior, en cualquier siste­
ma donde se encuentre.
La fase de Luna nueva promete la conquista de los idea­
les innatos y de los que se autoimponga. Atraviesa todo
tipo de aprendizajes no convencionales, no meramente
académicos, sino aquellos que dan los viajes, las lecturas
y estudios diferentes, y el estar confiadamente en contacto
con los materiales elegidos para su crecimiento.
La fase de Luna creciente siente una tensión expansiva por
tener que definir obligadamente entre situaciones de confian­
za y escepticismo. Ante esa perspectiva, no avanzar lo deprime
y avanzar lo predispone temerariamente a una pugna entre el
disfrute de sus propios placeres y las acciones colectivas.
La fase de Luna llena produce un sentimiento de ple­
nitud por haber alcanzado grandes verdades que a su vez
transmite y comunica a los demás, pero que se le imponen
Capítulo 3. El crecimiento 121

con muchas dudas abriendo nuevas opciones ante su vis­


ta para elegir hacia dónde reorientar su camino. De todos
modos, ese nuevo sendero lo sigue inspirando a ir por más.
Lafase de Luna menguante contiene la síntesis de lo que
ha nutrido sus ideales y experiencias en la búsqueda y en­
cuentro de sentido pero siente el tirón obligatorio de la
limitación que resulta de sentarse a plasmar los resultados
de su producción. Solo la perspectiva de dar un marco de
referencias significativo a su saber, que a su vez será una
guía para otras personas, le genera una gran satisfacción.
Luna en Capricornio
Su luz o materia prima está compuesta por la sabia
quietud que da sentir firmeza al apoyarse en la sólida y
continente estructura de la tierra. Se parece al aplomo de
las montañas, que parten hacia arriba desde un suelo se­
guro y un ancho apoyo, a la conquista de la más alta cima.
La fase de Luna nueva es pura estructura en latencia,
una promesa de crecimiento que habrá de realizarse con
mucho esfuerzo, voluntad y consecuencia.
La fase de Luna creciente hace sentir tensión entre lo
tranquilo y lo impulsivo, entre alturas heladas y fuegos
de deseo. Definir en circunstancias así los problematiza,
conflictúa y pone entre la espada y la pared, con bastante
malhumor, a la hora de elegir lo mejor para sí.
La fase de Luna llena hace sentir un estado de plenitud
con un trasfondo de tensión entre lo profesional y lo fa­
miliar, o entre su conquistadora satisfacción personal y
una sentimentalidad que lo pone demasiado sensible. La
distancia entre una cosa y la otra le provoca cierta nostalgia
que si bien reconoce, no atiende, porque sabe que lo dis­
traería durante demasiado tiempo.
122 LUNÁTICA

La fase de Luna menguante contiene el sentimiento de


satisfacción de las cosas realizadas eficazmente pero nece­
sita redefinir sus objetivos incluyendo a los demás, espe­
cialmente a integrantes de sus relaciones más íntimas. Si
bien su aprendizaje es no superponer o confundir, necesi­
ta aprender a superar no solo logros profesionales y perso­
nales sino también afectivos.
Luna en Acuario
Su luz o materia prima está compuesta de un aire elec­
trizado de rayos y centellas, truenos y relámpagos, sacudi­
das intermitentes, visiones de otros mundos, tan diferen­
tes de lo común y ordinario que lo extraordinario lo rebasa
por completo.
La fase de Luna nueva contiene un sentimiento pare­
cido a los resortes a punto de soltarse y dispararse hacia
cualquier lado, rebotar y saltar, volver a caer y seguir sacu­
diéndose por largo rato. Tiene muchas imágenes internas
de ideales diversos, aún sin tomar forma.
La fase de Luna creciente hace que sus abstracciones
se encuentren con el freno de lo material y sus muchas
etapas y escalas. Preferiría quedarse alternando pero se le
impone decidir cómo plasmar en la realidad concreta al­
guna de sus ideas inverosímiles de inventos acumulados.
Siente calma cuando integra su creatividad con alguna
clase de técnica ordenadora y orientadora.
Lafase de Luna llena le hace ver que hay un centro atrayén­
dolo para compensar sus intermitencias y excentricidades. Es
un llamado al equilibrio, mirándose en el otro como si fuera
un espejo, uno solo, donde puede observar eso de sí mismo
que tanto le cuesta encontrar si lo busca en mil espejos.
Capítulo 3. El crecimiento 123

Lafase de Luna menguante impone la necesidad de incluir


la sombra, lo oscuro y profundo de sí mismo con toda la
fuerza de una fusión que le resulta conflictiva. Cuando esto
se vuelve posible y puede aceptar la intensidad entonces
cede la fragmentación y se siente más reunido en sí mismo.
Luna en Piscis
Su luz o materia prima está hecha de agua de mar, de
mucha más agua que en los otros dos signos de este ele­
mento; significa sensibilidad, empatía y compasión multi­
plicadas ad infinitum.
La fase de Luna nueva es como un mar calmo de verano
en bajamar, al amanecer, plateado, brillante, todo está aún
por suceder y desarrollarse.
La fase de Luna creciente contiene un oleaje bravío, que
crece en altura, hace mucho ruido, con espuma que vue­
la hacia todos lados. Allí siente la presión de definiciones
muy importantes tales como dirimir con qué recipiente ha
de vivir en semejante marejada.
La fase de Luna llena es más fuerte que la pleamar, so­
brepasa los límites de la playa, hay mucha más sensibilidad
y la certeza de tener que hacer algo concreto, práctico y
servicial con toda esa compasión sin fin que siente. En sus
sueños ha visto claramente la misión que debe ;.-mprender.
La fase de Luna menguante es como la e Jma después
de una tormenta, parece un bálsamo para los sentidos, sin
potencia pero con la experiencia de todos los signos ante­
riores acumulados en su interior, convertidos en una fuen­
te inagotable de sensibilidad, intuición e imaginación,
donde viven los arquetipos, especialmente reunidos, los
de todas las personas sensibles, imaginativas e intuitivas
de la humanidad.
CAPÍTULO 4
LA LUNA

Representación de lo lunar y sus funciones


en la perspectiva psico-astrológica

La Luna revela lo que más nos gusta, en qué lugar so­


mos más sensibles y cómo es nuestro niño interno.

En las descripciones de la Luna se tiene en cuenta el


elemento de su signo, fuego, tierra, aire o agua, porque
eso es lo que los signos lunares tienen adentro, como ,i la
forma-cuerpo estuviera llena de eso. Por ejemplo, la L ma
en Aries, tienefuego adentro, la Luna en Piscis tiene agua en
su interior, la Luna en Libra tiene aire adentro, y la Luna en
Tauro tiene tierra en su mundo interno. Este concepto del
«elemento adentro» sirve como factor orientativo en la
comprensión del funcionamiento de sus energías, y vale
para cada uno de los tres signos lunares dentro de cada
elemento. Que la Luna en Libra, por ejemplo, tenga aire en
126 LUNÁTICA

su interior, significa que lo afectivizado en su mundo re­


fiere a las ideas, los pensamientos, las informaciones, las
relaciones, lo social, las comunicaciones, o sea, los temas
asociados a ese elemento siempre desde la necesidad y las
defensas. Cada uno de los signos de un mismo elemento
expresa los matices de sus cualidades de manera similar,
como en las siguientes imágenes.
El fuego interno de la Luna en Aries bulle, estalla y se
propaga, tipo incendio o veloz mecha encendida¡ el de la
Luna en Leo, es el calor centralizado en un hogar a leña en
su plenitud, y el de la Luna en Sagitario, es como la piro­
tecnia de los fuegos artificiales, vistosos, ruidosos, resta­
llantes y festivos.
La tierra que tiene adentro la Luna en Tauro es la del
campo abierto, natural y fértil¡ la de la Luna en Virgo es
como la de los terrenos cultivados por parcelas demarca­
das, cada uno con un cereal y un color distinto, con sus
arados y cosechadores en plena tarea¡ la tierra de la Luna
en Capricornio es como la de una montaña, alta, enhiesta,
ancha en s1, base y coronada de nieve en su cima.
El aire que tiene adentro la Luna en Géminis es como
la lectura de todos los diarios a la mañana temprano¡ el
de la Luna en Libra es como las relaciones en los congre­
sos, las juntas y los encuentros pro algo, donde todos se
conocen más o menos, hay cortesía, saludos, sin grandes
afectaciones¡ el de la Luna en Acuario es como el deseo de
los astronautas.
El agua que tiene adentro la Luna en Cáncer es como el de
la laguna donde la gente acampa a su alrededor, van las fami­
lias, pescan, hacen fogones por la noche, tocan la guitarra y
cantan las canciones del recuerdo; el de la Luna en Escorpio es
Capítulo 4. La Luna 127

como los rincones de aguas estancadas donde crecen las flores


acuáticas más vistosas; el de la Luna en Piscis es como el océa­
no inmenso, oloroso, ruidoso, salitroso, lleno de algas y espu­
ma y formas distintas en su superficie cada día, de repente con
altísimos oleajes, o plano como un espejo de plata reflejando
a las brillantes luminarias; verde, azul, grisáceo, con horizonte
o sin él, con las brumas envolviéndonos, o las lejanas ovejitas
blancas, solo en invierno, enojado y altanero, y lleno de la colo­
rida gente que reúne a millares en sus olas de verano.
Para sintetizar estas ideas, podemos decir que las Lunas
de fuego son vivificantes, entusiastas, subjetivas, de pre­
sencia visible, y tienen la necesidad de adherir a algo para
sobrevivir; las Lunas de tierra son corpóreas, tangibles,
receptivas, objetivas y tienen la necesidad y las defensas
materiales para sentir que pueden subsistir; las Lunas de
aire son abstractas, etéreas, intangibles, sutiles y sublimi­
nales, con la necesidad de hablar, estar con otras personas,
y sentir que así pueden respirar; y las Lunas de agua son
sensibles, receptivas, íntimas, intuitivas, con la necesidad
de fluir y de sentir que de esa manera sobrevivirán.

Una particularidad lunar a tener en cuenta


El siguiente es un concepto para quienes saben Astro­
logía, y también, para quienes quieran aprenderla y com­
prender más sobre las diferencias existentes en las descrip­
ciones lunares.
En el signo de Cáncer regido por la Luna, hay una parti­
cularidad que define las ambivalentes acciones de la ener­
gía lunar en la Tierra tanto como en la madre, y también en
los estados de ánimo y emociones. Surge de observar los
tres decanatos del signo de Cáncer y de los planetas que
128 LUNÁTICA

los rigen a cada uno. Si bien la Luna rige a todo el signo


de Cáncer, los decanatos tienen además otros representan­
tes, a partir de los regentes de los siguientes signos de agua,
respectivamente. Esto es así en cada uno de los signos del
zodíaco, tiene su regente principal, y otros más, llamados
co-regentes.51
Los tres decanatos en que se subdivide el signo de Cán­
cer son representados por sus regentes y co-regentes de la
siguiente manera:
1 er. Decanato, regido por la Luna.
2do. Decanato, regido por Marte y Plutón. ( O sea, por
los regentes del siguiente signo del elemento Agua en el
zodíaco, que es Escorpio.)
3er. Decanato, regido por Júpiter y Neptuno. (Regentes
del siguiente signo del elemento Agua en el zodíaco, des­
pués de Escorpio, a saber, Piscis.)
Como mencioné antes, todos los signos contienen sus
propias corregencias planetarias, realizadas con el mismo
método. Invito a graficarlos para observar los matices de
sus tres decanatos.
Esto define y aclara las diferencias dentro de un mis­
mo signo lunar y explica cómo o por qué el arquetipo de
la Gran Madre la muestra tanto gestadora, protectora y
nutritiva, como destructiva, liberadora y transformadora,
pudiendo además ser santa y sabia. Parecen muy opuestos
esos factores pero son fácilmente comprobables por sus co­
rrelaciones mitológicas y por la posibilidad que tenemos al

51. Como siempre, vuelvo a aclarar para quienes recién se acercan a la As­
trología, que suele agruparse a la Luna y al Sol dentro de la categoría de
los siete planetas personales, solamente en calidad de su regencia sobre los
signos, siendo en realidad considerados como las luminarias.
Capítulo 4. La Luna 129

observar las expresiones de la Tierra: en erupciones volcá­


nicas, huracanes y otros fenómenos que se vivencian como
calamitosos desastres. Mientras que, a la par de todo eso,
es en ella donde obtenemos casi todo lo que necesitamos
para subsistir y de la que también aprendemos la sabiduría
existente en los ciclos de la vida. Siguen esas regencias y
corregencias las siguientes anotaciones de manera literal y
metafórica a la vez. Además, se puede interpretar como un
proceso de la propia pauta lunar, pasando por cada una de
esas etapas, en un desarrollo de superación.
Decanatos del signo de Cáncer, regidos por la Luna y
sus co-regentes:
ler. Decanato: gesta la vida, la cuida, alimenta y prote­
ge, preparándola para su crecimiento.
2do. Decanato: impulsa a la salida, expele, o destruye lo
construido, en representación de los principios de polari­
dad, o del natural proceso del ciclo vital, con sus funcio­
nes transformadoras: nacimiento, desarrollo, crecimiento
y muerte. Es altamente liberador.
3er. Decanato: a partir de la sabiduría acumulada por sus
experiencias, y de la conciencia ampliada, producto de sus
propios aprendizajes, aparece la tendencia a dar sentido y
significación a todo lo vivido. Entonces liga, religa, une y
siente una sagrada comunión con todo lo que existe, con
la consecuente recreación confortante y beneficiosa de esa
misma energía. Es el nivel donde ya se puede homenajear a
la vida, a la propia vida, y celebrar con los demás los dones
conquistados.
A estos tres niveles de expresión de los signos lunares den­
tro de la misma energía les he confeccionado, además, un
correlato con otros tres conceptos que pueden ser asociados
130 LUNÁTICA

con las temáticas de los tres decanatos y sus regentes y algo


más. Son tres formas en que puede expresarse la energía lu­
nar, de manera salvaje, sabia y santa. 52
En la terminología de la interpretación astrológica con
orientación filosófica y psicológica son factores que refie­
ren a lo lunar de la siguiente manera:
Expresión Salvaje: es lo más instintivo y antiguo de lo anti­
guo; la loba, lo irracional, lleno de impulsos primarios, orgá­
nicos, biológicos, latentes, observables en el correlato con la
rueda medicinal de los animales. Corresponde este estadio a
una representación aguda de Ello.
Expresión Sabia: a través de reconocer sus conductas re­
petitivas, emociones y estados de ánimo recurrentes, va en­
contrando y aprendiendo algún cierto modo de despegar la
carga de eso tan pesado por reiterado, en el orden de realizar
sus propios aprendizajes latentes. Es ahí donde reitero que
sabiduría viene de «sabor», del sabor que dejan las propias
experiencias, vivencias y aprendizajes. 53 La persona se hace
experta en su propia energía lunar, habiendo comprendido y
aceptado lo mecánico y habiéndose dado cuenta del para qué
se repetían patrones ancestrales en su conducta. Correspon­
de este estadio a una representación de las defensas creativas
de la Luna.
Expresión Santa: en la superación que se va conquistan­
do dentro de la misma energía lunar se facilita el acceso al
don escondido, a la esencia que, como un alma, habita en las

52. Clarissa Pinkola Estés. Son los tres conceptos que sintetizan cada una
de sus obras, la naturaleza salvaje de Mujeres que corren con los lobos¡ la na­
turaleza sabia, en sus audios, la naturaleza santa, en Desatando a la mujer
fuerte. Conceptos que he tomado para hacer los correlatos.
53. Jaime Barylko, escritor, ensayista y pedagogo argentino. La sabiduría de
la vida. Buenos Aires, Emecé, 1994.
C ap ítulo 4. La Luna 131

honduras más antiguas de la psique humana. Y de eso tan


viejo y amarrado a las viejas costumbres estigmatizadas, del
reconocimiento en la etapa anterior, entonces se logra esta­
blecer un anclaje diferente de esa misma energía, para poder
acceder al uso de lo más profundo y sabio, sagrado (por eso
santo) que también contiene el símbolo. Corresponde este
estadio a una representación de la esencia del don lunar.

Madre
Veamos algunos de los nombres de madre en distin­
tos idiomas, según Pinkola Estés, en Desatando a la mujer
fuerte, donde la autora dice que esta es la «primerísima
palabra inscrita en los corazones de toda la humanidad a
lo largo del planeta entero».
«Ma, Mama, Mami, Madre, 1�1.amo, Mommie, Makuahí­
ne, Mají, Majka, ManaAnya, Móthair, Maman, Máti, Mére,
Okaasan, Mutter, Mor, Mari, Motína, Matka, Mother.»
Agrego mamá, en el decir argentino, y mamma en italia­
no. Y seguramente la lista puede continuar.

Arquetipo de la Gran Madre


Un arquetipo es una forma arcaica formada por una
serie casi inabarcable de factores, que se repiten incons­
cientemente a lo largo de la historia; contiene toda la va­
riedad de personas, personajes, y sus actividades, oficios
y profesiones. Es suma. La palabra arquetipo viene del
griego y significa fuente, origen, principio, modelo, im­
presión; es un factor ejemplar que modela las actitudes,
ideas y pensamientos de un individuo o de una sociedad.
C. G. Jung introdujo el término en la psicología analítica
para designar a cada una de las imágenes del inconsciente
132 LUNÁTICA

colectivo, comunes a la humanidad, como el arquetipo de


la gran madre, o el del viejo sabio. Los arquetipos configu­
ran ciertas vivencias individuales básicas y suelen mani­
festarse simbólicamente en los sueños.
El arquetipo lunar contiene determinados aspectos o
factores, como los que menciono a continuación; son solo
algunos ejemplos para comprender de qué se trata.
Personas y actividades: madre, abuelos, ancestros, ma­
drastra, suegra, mujer, niñera, comadrona, matriarcas, gi­
necólogos, parteras, baby-sitter, cocineras, nodrizas, ama
de leche, ama de llaves, maestra jardinera, artesanos, case­
ros, nurse, neonatólogos, poetas.
Divinidades: Diosa Madre, Reina Madre, María, Ma­
dre de Dios, la Virgen, Pachamama, Medusa, la Diosa de
las Serpientes de las ruinas de Cnosos, en Grecia. Selene,
Soma, Isis, Coatlicue, Coyolxauqui, Ninkursag.
En sentido amplio: la Iglesia, la universidad, la ciudad, el
país. Pila bautismal. Círculo mágico. Las estancias y chacras;
la plaza; un búnker o refugio, los comedores; el arenero, la
calesita. El agua del planeta; los ciclos de la vida, la noche,
las mareas. El nacionalismo, la comuna; defensa civil. El
pueblo, la muchedumbre. Las asociaciones de planificación
familiar; el cuidado de la especie, la memoria celular.
En la intimidad: la cama, la bañera, la cocina, el lugar
del nacimiento.
En el cuerpo: útero, mamas, sistema reproductor; estó­
mago, pecho.
En la naturaleza: sembrados, jardín, cueva, árbol, pozo,
concavidades, lagunas, cavernas, colmenas. Las perlas, el
nácar, el ópalo. Las minas de plata, aluminio, feldespato.
Las flores que se abren en la noche.
Capítulo 4. La Luna 133

Animales: sapo, rana, serpiente, vaca, liebre, caracoles,


cangrejos, perros, abejas. Y el animal útil, para trabajar,
acompañar o curar.
Objetos: olla, horno; moldes, matrices; viandas, bibe­
rón; la platería; la salamandra.
En la espiritualidad de India: la Luna representa los tres
gunas o aspectos de prakriti, la materia: bondad, pasión,
oscuridad.
En palabras de Clarissa Pinkola Estés, 54 «el arqueti­
po de la madre es una combinación de amor y ferocidad
ardiente». Considero a Pinkola Estés una gran madre, al
escribir y trabajar para las mujeres, las familias y las socie­
dades como lo hace. La cito a menudo por esa razón, sus
libros son altamente despertadores y sanadores. Y si de la
Luna se trata, qué mejor que volver a invocarla, para que
nos siga acompañando en el desenvolvimiento de nuestras
funciones, principios y energías.
Según Carl Gustav Jung, el arquetipo de la gran madre
representa «lo maternal, la mágica autoridad de lo femeni­
no; la sabiduría y la alta espiritualidad más allá del intelecto;
lo bondadoso, sustentador, protector, lo que da crecimiento,
fertilidad y alimento; ellugar de la transformación mágica del
renacer; el instinto o impulso que ayuda; lo secreto, escondi­
do y tenebroso; el abismo, el mundo de los muertos¡ lo que
devora, seduce y envenena, lo angustioso e inevitable». 55

Concepto y complejo de madre


Existen distintos niveles de energía dentro del arqueti­
po, el concepto y el complejo de la madre (más adelante

54. Véanse datos biográficos en el Capítulo 7.


SS. Los arquetipos y el inconsciente colectivo.
134 LUNÁTICA

explicitados), como también existen distintos tipos de ma­


dres que pueden ser descritos según los signos del zodíaco.
Si bien las características lunares corresponden a una
descripción general, no es lo mismo tener una Luna-ma­
dre ariana que una Luna-madre canceriana. En estos temas
mucho se cuela aquello de si es primero el huevo o la galli­
na, porque según la Luna de nacimiento de una persona,
así es como vivencia psicológicamente a su madre, además
de su modo de vincularse realmente con ella. Y si tiene
esa madre, es porque así lo requiere su yo superior o self,
esa otra parte de sí misma, más integral, que necesita tal
o cual patrón lunar para experimentar ese vínculo y con­
figurarse su propia representación interna de madre. Por
eso, los distintos hijos de una misma madre la vivencian y
representan cada uno de manera distinta, según su propia
Luna de su nacimiento, y de toda la pauta lunar completa.
Mucho de lo que se le critica a la propia madre, está en la
propia carta de la persona, valga la redundancia.
Madre real, madre internalizada, entonces, ¿cuántas
madres hay? «Siempre en el adulto hay una doble madre
que habla en su psique; que actúa y responde igual que
su madre real de la primera infancia. En la psique profun­
da este laberinto se llama complejo de la madre» 56 y estas
madres tienen un particular estilo y condición de hablar,
actuar y responder, teniendo en cuenta que esto no es un
trauma sino una totalidad, una complejidad. Es un aspecto
esencial de la psique que hay que reconocer para reforzar
o eliminar factores innecesarios, según el caso.
El complejo de madre es entonces una suma de factores.

56. C. P. Estés. Mujeres que corren con los lobos. Ed. B. 1998. España.
Capítulo 4. La Luna 135

Allí están representadas la madre personal y real, genética,


biológica o sustituta, la madre interior o representación
interna que se construyó, el cómo la vivenció, y otras figu­
ras maternas elegidas, o no, con las imágenes de buena o
mala madre que se tenían en la época de la infancia, más
ese factor de doble madre que remite al enfoque de Mela­
nie Klein sobre la teta buena y la teta mala. 57

Clases de madres
Según el signo de la Luna en la carta natal, se puede
hacer una descripción de cómo es la madre de alguien, y
cómo es la relación de esa madre con ese hijo. Es la in­
formación que se extrae del estado zodiacal de la Luna
en su carta natal, de acuerdo a la casa del zodíaco en que
está emplazada y según las relaciones que pueda tener con
otros planetas, factores que en conjunto hacen su expre­
sión más o menos facilitada, o difícil.

Madre elegida
Es una cualidad o arquetipo que necesitamos buscar
más allá de lo que representa para nosotros nuestra madre
real, para que nos satisfaga mejor con recursos y cualida­
des, que en verdad son propios, pero que no son fáciles de
desarrollar en el propio hábitat. Generalmente contienen
una cierta libertad, o cualquier otro ingrediente que en
casa no hay, pero que están presentes entre las energías
de la propia carta natal. Clarissa Pinkola Estés dice que en
realidad estábamos destinados a esa otra madre y familia,

57. Melanie Klein, psicoanalista austríaca creadora de una teoría del fun­
cionamiento psíquico. Viena, 30 de marzo de 1882 - Londres, 22 de sep­
tiembre de 1960.
136 LUNÁTICA

pero que en su vuelo a nuestra verdadera casa, la cigüeña


tropezó, y al caer los huevos por el camino, nacimos en
otra parte¡ por eso la añoranza y esa búsqueda de otra cla­
se de pertenencia, madre o grupo familiar.

Madres-Patito Feo
Dentro del arquetipo y complejo de la madre, existe un
estado donde ella se siente insólita y desvalida «como una
equivocación», tal como le ocurre al Patito Feo del cuen­
to. Esa madre vive en constante ambivalencia y división,
sintiéndose derrumbada, aniñada, no mimada, atacada,
exiliada, no incluida. Clarissa Pinkola Estés impulsa a
«animarse a resistir hasta encontrar a los propios, la pro­
pia manada». Dice también que «en el antiguo México la
Madre y la Memoria estaban unidas como una fuerza»¡
un concepto que resuena con lo astrológico.
Si la Luna tiene que ver con el pasado, la historia y los
recuerdos, existe en su arquetipo una memoria guardada
que se reedita a través de la madre, o por la herencia matri­
lineal, en función de sus hijos. Veamos este informe sobre
las hijas creativas o desterradas, de la misma autora y libro.
«Las niñas que poseen una acusada naturaleza instintiva
suelen experimentar un considerable sufrimiento en las
etapas iniciales de su vida. Desde su más tierna infancia se
sienten cautivas y domesticadas, y les dicen que son tercas
y se portan mal. Su naturaleza salvaje se revela muy pron­
to. Son niñas muy curiosas y astutas y ponen de manifies­
to unas excentricidades que, debidamente desarrolladas,
constituyen la base de su creatividad durante todo el res­
to de sus vidas.» La niña desterrada exactamente por las
mismas razones que vemos en el Patito Feo siente que es
Capítulo 4. La Luna 137

«débil, fea e inaceptable y así seguirá creyendo por mucho


que se esfuerce en modificarlo».58

Madres precoces
Generalmente sucede por desinformación de las niñas
adolescentes, quienes en muchos casos no registran que
han sido víctimas de abuso. Están muy vulnerables, y pue­
den quedar afectadas biológica, psicológica y socialmente.

Madre-Matrix
Hay madres y madres ... Cualquier parecido con la rea­
lidad puede ser una verdadera coincidencia.
La Matrix es un sistema, pero un sistema de control. Es
una gran máquina, un molde inconmensurable donde se
producen bebés en serie, que son sacados con una pinza
cuando ya están listos para nacer, y luego de haber sido
alimentados con líquido de cadáveres. Imagen bastante
pavorosa, que lleva a hacer muy interesantes reflexiones ...
La Matrix es una prisión para la mente donde los seres
humanos son cultivados en campos sin fin. Mientras ella
exista, la raza humana no será libre porque la gente que de
ella proviene es muy dependiente y tiene miedo al cambio,
tanto, que pelearían para proteger al sistema. El sistema es
controlado por unos agentes o programas conscientes, in­
destructibles, entrenados y en servicio para matar la creati­
vidad, lo diferente, el cambio, la apertura, cualquier atisbo
de algo nuevo. Además, cunde una común ignorancia ya
que en un sistema de control como este, solo se tienen

58. C. P. Estés, Mujeres que corren con los lobos. Cap. 6. «El hallazgo de la
manada. El patito feo. La dicha de la pertenencia».
138 LUNÁTICA

retazos de información. Cuando Neo, el protagonista de la


película Matrix, renace en el otro mundo, con sus propó­
sitos libertadores, le hacen acupuntura para reconstruir­
le los músculos atrofiados, y él pregunta: «¿Por qué me
duelen los ojos?». «Porque nunca los has usado ... », le
responden.59

Clases de madres según los signos


de la propia Luna
Las siguientes descripciones sobre la madre, según los
signos de la Luna natal del hijo, surgen a partir de ciertas
preguntas como las siguientes:
¿ Cómo es la madre personalmente?
¿ Cómo es la relación entre madre e hijo?
¿ Cuál es su lado oscuro?
¿Qué emociones y estados anímicos atraviesa?
¿Qué se aprende de ella?
A veces la madre no hace, dice o fomenta conscien­
temente las cosas que ahora se leerán en las descrip­
ciones ... simplemente nuestra propia Luna hace que
sea así con nosotros. La Luna representa el mundo más
interno, instintivo, emocional e inconsciente de toda la
carta natal, y de la relación madre e hijo. Suele manifes­
tarse de manera mecánica y sentirse como innata, bio­
lógica, heredada. Cada hijo atrae tal tipo de madre de
acuerdo a cómo sea ella, se comporte y actúe, siguiendo
tácitamente su propia pauta lunar (la de ese hijo). Por
eso, como dijera líneas arriba, es diferente para cada
uno de ellos. El lado oscuro de esa misma madre es algo
59. Matrix. Me refiero única y exclusivamente a la primera de las tres pelí­
culas de la saga, con guión y dirección de los hermanos Wachowski ( 1999).
Capítulo 4. La Luna 139

que ella transmite a su hijo, algo que viene bajando in­


conscientemente a través de las generaciones.
También vemos en las descripciones cómo es cada
Luna-Madre desde otros distintos niveles de expresión,
algo tradicional en mis libros, a los que denomino for­
mas de expresión básica, clásica y consciente, que mues­
tran diferencias dentro de un mismo signo. Además, una
visión de la madre según otros tres estadios, a saber, in­
migrante, instalada y convocante, siguiendo el correlato
con los tres decanatos del signo de Cáncer regido por la
Luna. Y por último, la descripción de la madre cuando es
salvaje, sabia, o santa.
La primera de estas categorías:
Madre de expresión básica, no tiene ningún tipo de filtro
en su forma de ser y de relacionarse con sus hijos.
Madre de expresión clásica, es un estilo de madre ecuá­
nime, considerada en sus funciones.
Madre de expresión consciente, es la que conociendo las
cualidades de sus energías, las expresa de modo libre, creati­
vo y no solo familiar sino también socialmente.
En la siguiente expresión:
Madre inmigrante: por algunos avatares de su vida ha
quedado con una mano adelante y otra atrás, y según cada
signo responderá a las circunstancias de uno u otro modo.
Madre instalada: es la madre que se siente segura en la vida
por distintas razones, por ejemplo, cuando está bien casada,
si es posible por iglesia, con los hijos bautizados, la casa y b
comida aseguradas. De alguna manera ella se ha acomodado
a las circunstancias familiares, sociales y tradicionales, y des­
de allí genera que sus hijos se sientan seguros y se nutran para
realizar su propio camino.
140 LUNÁTICA

Madre convocante: es la madre reunidora y en pos de


mejoras grupales, sociales, colectivas, siguiendo las carac­
terísticas de cada signo.
En las últimas tres categorías:
La madre salvaje es la que saca los colmillos, las pinzas,
las uñas y dientes, grita, sacude o empuja, con un solo ob­
jetivo: delimitar el espacio para que su prole tenga su lugar
donde alimentarse y crecer de manera segura. (Equivalen­
te al correlato con el primer decanato del signo de Cáncer,
regido por la Luna.)
La madre sabia es la que sabe romper, cortar, tirar, des­
truir, transformar, reiniciar y resetear lo viejo y obsoleto
en pos de lo nuevo y favorecedor. (Equivalente al corre­
lato con el segundo decanato del signo de Cáncer, regido
por la Luna y por sus corregentes, Marte y Plutón; por eso
se mencionan esas contundentes funciones liberadoras.)
En el tercer ítem, la madre santa, esta funciona como
la muñequita de Vasalissa, representante de la herencia
intuitiva maternal. Si bien el cuento se llama « Vasalissa,
la Sabia», yo adapto su función de guía intuicional a este
estadio o nivel de la interpretación de lo lunar, ya que este
factor permite recuperar una función de la esencia lunar,
presente en todos los seres humanos. Esta es la madre que
homenajea a la Vida en la vida de sus hijos. (Equivalente
al correlato con el tercer decanato del signo de Cáncer, re­
gido por la Luna y por sus corregentes Júpiter y Neptuno.)
Muchos niveles, muchos ejemplos, otras formas de
comprender los signos lunares, y variadas maneras de ver
cómo se expresa la misma energía de una sola pauta lunar.
Para comprender estas descripciones la pregunta a for­
mularse a ustedes mismos, según su propia Luna natal,
Capítulo 4. La Luna 141

sería: ¿cómo es mi madre, y mi relación con ella, si yo tengo


en mi carta la Luna en tal signo? Esto se debe a que los pla­
netas y las luminarias cumplen funciones personales inter­
nas en nosotros mismos, pero también representan gente
de nuestro entorno. En el caso de la Luna, representan la
figura de la madre, y de aquellas personas protectoras y
nutritivas, en relación con nosotros, cualquiera sea el rol
donde se desplieguen esas funciones, como por ejemplo,
abuelos o baby-sitters.
Veamos las descripciones de estas distintas clases de
madres según el signo lunar propio.

Luna e11 Aries


Quien nació con esta Luna tiene una madre valiente,
apurada, expeditiva, furibunda o gritona, que está siempre
al frente de todo, y se involucra arrojándose, toda colora­
da, a rescatar, defender y salvar a su prole.
La relación madre-hijo es tirante, tensa. Ella lo hace vol­
ver a pasar por las situaciones de equívoco, tropiezo o do­
lor, para que aprenda sí o sí, las cosas que ella dice y sabe
que son así como le anticipa; parece un sargento.
El lado oscuro de esta madre es la violencia, la furia, la ira,
los golpes, la agresividad manifiesta y latente, el estar yéndo­
se siempre de las circunstancias como si estas la retrasaran,
aun cuando se trate de la crianza de su hijo.
Las emociones y estados de esa madre rondan la ansie­
dad, el atropello, los impulsos instintivos e intuitivos de
liberación, defensa y belicosidad. Y también la alegría de
sentirse libre.
De ella se aprende a iniciar y emprender cosas, solos,
independientemente, con fuerza y siguiendo las propias
142 LUNÁTICA

pasiones, el deseo, las intenciones y aquellas inquietudes


que pugnan por salir a la superficie. Ella brinda e inspira gran
empuje, coraje y capacidad para ir adelante.
De acuerdo a los otros modos de expresión, la madre
puede ser:
Básica: golpeadora.
Clásica: defensora.
Consciente: liberadora.
Y también según estas otras categorías:
Madre inmigrante: frente a la adversidad, se vuelve a le­
vantar, lucha para emprender una nueva vida con garra y em­
puje aun cuando no tenga nada ni a nadie, ni siquiera donde
caerse muerta; mostrará los colmillos, sacará uñas y dientes,
para enseñar a sus hijos cómo defenderse, pelear por lo pro­
pio y que eso no siempre es en contra de algo o de alguien.
Madre instalada: una madre bien casada, con casa y co­
mida, se siente segura, se acomoda a las circunstancias, y
empuja al hijo fuera del nido en el momento justo en que
este debe empezar a andar su propio camino. Suele incul­
carle el entrenamiento físico para enfrentarse a los even­
tuales de su vida con la fuerza, voluntad, valor y coraje de
los antiguos guerreros.
Madre convocante: parece una paradoja decir Aries y
convocante o reunidora, sin embargo, esta madre recibe
en su hogar a sus hijos, los amigos y compañeros de ellos,
para alguna clase de objetivo o emprendimiento liberador
colectivo. Los guía desde lo profundo de su propia volun­
tad para que sepan desde pequeños cómo conectarse con
la potente voz interna llena de intuiciones, basadas en el
recuerdo y el afán de seguir adelante contra viento y ma­
rea, con todas sus ganas, ímpetu y valor.
Capítulo 4. La Luna 143

Madre Salvaje: furiosa.


Madre Sabia: conquistadora.
Madre Santa: independiente.

Luna en Tauro
Cuando alguien nació con esta Luna tiene una madre
proveedora que le satisface todas sus necesidades y más.
Trabajadora, terca, cabeza dura, no da el brazo a torcer
ni por asomo. Ama la naturaleza y la comprende, pero le
cuestan los cambios, prefiere la calma del hogar, la comida
en cuatro tiempos, y la seguridad que dan el confort, los
bienes materiales y el dinero. La relación madre-hijo pue­
de estancarse y no ir ni para atrás ni para adelante, pero
seguramente tendrá todo tipo de sabores y aromas para ir
sobrellevando cualquier conflicto. Es la madre que va sin
avisar a la casa de su hijo, a llevarle las compras del super­
mercado, llenar sus alacenas y esperarlo cocinando para
una semana entera, amén de dejarle un freezer atiborrado
de promesas concretas. Por si fuera poco, suele regalarle
dinero y algún objeto valioso para que vaya sabiendo aho­
rrar y acumular bienes desde joven.
El lado oscuro de esta madre es no dar nada de lo antes
nombrado, sino más bien restarle a su hijo con afán consumis­
ta y posesivo. Su mayor defecto es la posesividad mediante la
cual ella da y satisface los deseos de su hijo, sin que este le
pida nada, sino por satisfacerse a sí misma, seguramente por
alguna vieja historia de carencias o conflictos ancestrales ani­
dados en su propia memoria.
Las emociones y estados de esta madre rondan la tran­
quilidad, hasta que un revés le provoca tal enojo que la
situación se torna peligrosa e intensa. Un revés puede ser
144 LUNÁTICA

apurarla o cambiarle los planes. De esta madre se aprende


temprano a conectarse con el placer tanto como con las
obligaciones. Ella enseña a satisfacer las necesidades bási­
cas, a ahorrar, a ser generoso y concreto, a amar y querer, a
conectarse con el placer, y a no ceder ni un gramo el gusto
por el dinero, la seguridad, el confort y la buena vida.
De acuerdo a los otros modos de expresión:
Básica: tacaña.
Clásica: ahorrativa.
Consciente: generosa.
Madre inmigrante: es rústica como una topadora, impa­
rable. De la carencia aprende tanto y tan bien que consi­
gue hacer su primer millón por su redoblada constancia y
tenacidad.
Madre instalada: es la madre dadora por excelencia, se­
gura, firme, autovalorada, recipiente de las necesidades de
su prole como esas vasijas preincaicas de las antiguas ma­
machas con las caderas bien anchas.
Madre convocante: es la que reúne a su familia en el pa­
tio, el quincho o la casa de campo para que todos disfruten
de un buen día de sol, aire puro, mucha comida y naturale­
za. Regala budines, panes amasados por ella, plantas aro­
máticas en macetas para llevarse a casa, todo preparado
con amor durante varios días. Tiene mucho para dar en lo
intangible también, como esa percepción de lo corporal,
sensitiva, sensual y gozosa, la noción del cuerpo a cuidar y
respetar, como vehículo de la vida que es.
Madre Salvaje: tosca.
Madre Sabia: práctica.
Madre Santa: mágica.
Capítulo 4. La Luna 145

Luna en Géminis
Quien tiene esta Luna en su carta natal, tiene una ma­
dre movediza, parlanchina, que ama viajar, andar, contar,
hablar, escribir, aprender. Es una persona suelta, ágil, crea­
tiva, abierta, amante del cambio y la novedad o de hacer
varias cosas distintas a la vez.
La relación madre-hijo fluye porque hablan todo, con­
versan, sacan para afuera, sobrevuelan los problemas, los
miran de lejos y solucionan rápido, comparten lecturas,
viajes, intereses, juegos, hobbies. Les gusta llamarse por te­
léfono y hablar de todo un poco.
El lado oscuro de esta madre es que vive a dos puntas.
Tiene más de una cara, y la manía por el chisme; divulga lo
íntimo, difama, miente. Privilegia y afectiviza lo mental e in­
telectual, antes que sus emociones. Muchas veces obliga a su
hijo a hacer simultáneamente dos cosas muy diferentes. Sus
emociones y estados de ánimo van de un extremo al otro
en la gama de todo lo posible. Variadita para no aburrirse,
predominando el cambio brusco de la alegría al malhumor,
o de generar confianza hasta reaccionar con sarcasmo.
De ella se aprende a despegar y desapegarse de lo que ata
o comprime, y a valorar la necesidad de desarrollar su indi­
vidualidad y libertad. También a conectarse, usar la nueva
tecnología, y conversar cara a cara los temas más difíciles
con suma tranquilidad. Esta madre enseña que los libros no
muerden, pero que también existen otras formas de apren­
der, como las relaciones, los niños, la naturaleza, los viajes.
De acuerdo a los otros modos de expresión:
Básica: chismosa.
Clásica: conversadora.
Consciente: sapiente.
146 LUNÁTICA

Madre inmigrante: si la dejan hablar, contar, decir, se


salva y salva a su prole de cualquier naufragio, pero nun­
ca se sabrá con qué gemelo viene cada vez, si con el lado
suave o con el revoltoso. Tenaz, trabajadora, consecuente.
Madre instalada: promueve la amistad, las relaciones, todo
tipo de vínculos. Se moviliza para ir a visitar a sus hijos y man­
tenerlos a todos de alguna manera conectados entre sí. Por
sobre todas las cosas, inculca el valor de aprender de todo
mucho y poner en palabras cuanto se pueda.
Madre convocante: le gusta que sus hijos se reúnan en el
hogar para aprovechar y relatarles las últimas novedades
de la familia y del mundo. Los guía desde pequeños en el
ejercicio de hablar con propiedad, buena dicción, y con un
buen diálogo amigable entre la razón y la intuición .
.Madre Salvaje: verborrágica.
Madre Sabia: sincera.
Madre Santa: creativa.

Luna en Cáncer
Quien tiene esta Luna en la carta natal atesora el ar­
quetipo de la Gran Madre como su propia madre. Ella es
afectuosa, cuidadosa y protectora, a veces sobreprotecto­
ra. Casera, intimista, buena cocinera, mullida, sin aristas.
La relación madre-hijo tiene el carácter de los abrazos
y los mimos, pero a veces el hijo necesita un poco de aire
para poder convertirse en él mismo y madurar, algo que si
bien le resulta doloroso, termina favoreciéndolo.
El lado oscuro de esta madre es el encerramiento, el so­
foco del no dejar salir a crecer. El pasar rápidamente de la
ternura y el acompañamiento, a la agresividad o la ofensa.
Capítulo 4. La Luna 147

Sus emociones y estados de ánimo son ciclotímicos y


cambiantes como un subibaja.
De ella se aprende a ser responsables afectivamente en
la vida y a ejercer las funciones lunares descritas a lo largo
de todo este libro.
De acuerdo a los otros modos de expresión:
Básica: asfixiante.
Clásica: protectora.
Consciente: facilitadora.
Madre inmigrante: anda llorando por los rincones, mi­
rando fotos amarillas, hablando de cómo todo era mejor
antes. Pero tiene bien afiladas las pinzas para defender a sus
hijos, su casa, su familia entera, cuando surge una amenaza,
y no importa si está sensible, no dudará en sacarlas para
ahuyentar cualquier peligro con cara de pocos amigos.
Madre instalada: brinda justo lo que le hace falta a su
hijo y en el momento oportuno. Emplea el método de
contar cuentos para que deje de llorar por lo inalcanza­
ble, y antes bien, le inculca sencillas formas de jugar y
pasarla bien.
Madre convocante: tiene un tiempo interno confiable al
que dan ganas de acercarse; se encarga de hacer sentir esa
profunda y sensibilizadora emoción que liga a los presentes
con los ausentes, en cada reunión familiar, barrial o popular.
Madre Salvaje: agresiva.
Madre Sabia: defensora.
Madre Santa: nutritiva.

Luna en Leo
Quien nació con esta Luna en su carta natal tiene una
madre que lo empuja a convertirse en divo o diva, estrella
148 LUNÁTICA

de cine, o el mejor, el más, el único, o melhor do mundo, cual­


quiera sea el tema, proyecto, estudio o cosa que emprenda.
La relación madre-hijo es asimétrica en verdad. La ma­
dre le da excesivo espacio, donde el hijo aprovecha para
agrandarse y sentirse como un rey, aunque sea en miniatura.
El lado oscuro de esta madre es el desmedido abuso de
su ego, insuflándole al hijo todo lo que ella no hizo en la
vida y convirtiéndolo en el centro de sus proyecciones de
insatisfacción o incompletud. Se preocupa más por sí mis­
ma y quiere realizarse a través de él. Con esto le provoca
narcisismo, no colabora para que su hijo genere un rostro
propio o autoimagen.
Sus emociones y estados son de soledad, vacío, angus­
tia, se siente irreal por dentro, y anda buscando espejo en
todos lados para armar su propia identidad.
De ella se aprende a hablar y ser escuchado, a hacer co­
sas para ser reconocido, y estar siempre en el centro de la
atención como si en ello se fuera la vida.
De acuerdo a los otros modos de expresión:
Básica: egoísta.
Clásica: centrada.
Consciente: superadora.
Madre inmigrante: es esa clase de personas que disimu­
lan carencias diciendo « si hay miseria que no se note».
Ante las desgracias no pierde el aplomo ni la entereza,
hace lo que tiene que hacer, vistiendo, maquillando y arre­
glándose como si nada hubiera pasado.
Madre instalada: reúne a sus hijos una vez por mes,
compra comida o la hace preparar, no quiere desperdiciar
ni uno de sus minutos libres.
Capítulo 4. La Luna 149

Madre convocante: es la madre que, cual directora de


una orquesta, hace que cada uno de sus hijos se destaque
con brillo propio.
Madre Salvaje: leona.
Madre Sabia: coherente.
Madre Santa: noble.

Luna en Virgo
Quien nace con esta Luna tiene una madre eficiente,
perfeccionista, controladora, virtuosista, obsesiva por la
limpieza y el orden, por su trabajo y sus manías o rutinas
de hacer todos los días lo mismo, siguiendo paso a paso
una grilla o agenda detalladamente.
La relación madre-hijo tiene sus bemoles, porque al
controlar todo y cada detalle se pierde espontaneidad en
la comunicación. H ay demasiados recovecos que cuidar,
limpiar o pulir antes de salir a pasear, algo que seguramen­
te queda postergado una y otra vez por estar ella muy ocu­
pada en sus asuntos domésticos, laborales o cotidianos.
El lado oscuro de esta madre es la crítica mordaz y soca­
rrona. Ella se siente como una cenicienta, y de ese modo tien­
de a opacar las iniciativas de su hijo, sobre todo si este quiere
brillar, destacarse o diferenciarse de las miserias familiares.
Sus emociones quedan relegadas para poder hacer su
trabajo. Suele estar en estado de tensión aplicada, con el
ánimo bastante cambiante, y siempre dentro del marco de
la ironía mordaz, con un poquito de humor negro.
De ella se aprende a separar la paja del trigo y que nada
se mezcle o se pierda. Incita al orden y la meticulosidad
para que la vida en el día a día funcione con esmero, efica­
cia y lo más perfectamente posible.
150 LUNÁTICA

De acuerdo a los otros modos de expresión:


Básica: crítica.
Clásica: sencilla.
Consciente: trabajadora.
Madre inmigrante: es la máxima cenicienta de la histo­
ria, con el príncipe azul a años luz en el tiempo y el es­
pacio. Aunque se haya quedado sin nada, con puras ca­
rencias, limitaciones y restricciones, es tan práctica como
pocas para arreglárselas con esa nada, y ser productiva y
provechosa. Pero no deja de emitir lacónicas críticas des­
tructivas hacia el sector de donde supone provienen sus
problemas.
Madre instalada: pasa desapercibida, está más allá, y
bien lejos de las manifestaciones del ego o del afecto, de
los cánones de la belleza y de la moda; pero se ocupa de
su salud y la de su familia de manera racional, y hace muy
bien lo que tiene que hacer, tanto en el trabajo como en
su casa. Necesita que cunda la pulcritud, el orden y la lim­
pieza, en objetos, lugares y también en sus relaciones, para
sentirse cubierta y a salvo.
Madre convocante: es servicial, colabora, y siempre tie­
ne un minuto para hacer algo por su hijo. Pero nada más.
Le enseña a cultivar valores, moral, colaboración, para
que desde temprano en la vida sepa trabajar y producir su
propio modo de sustentación, o saber emplearse donde le
paguen un buen sueldo.
Madre Salvaje: obsesiva.
Madre Sabia: eficiente.
Madre Santa: virtuosa.
Capítulo 4. La Luna 151

Luna en Libra
Qµien nació con esta Luna natal tiene una madre ama­
ble, coqueta, que valora la belleza, el arte, las cosas bellas
y confortables. Es diplomática y le escapa al conflicto, al
punto de levantarse e irse a otro lugar cuando en una reu­
nión se está criticando a alguien.
La relación madre-hijo es fluida, agradable, sin grandes
matices, ni exabruptos, sino más bien con vaivenes entre lo
que se debe y lo que está bien de acuerdo a las normas de
la convivencia, la etiqueta, el protocolo y el sentido común.
El lado oscuro de esta madre es decir siempre que sí, que
está todo bien y en equilibrio, cuando se ve a las claras que
todo se ha convulsionado, revolucionado o derrumbado.
Sus emociones rondan los estados de gracia, beatitud y
contemplación que le provocan distracción de las obligacio­
nes hogareñas, y una gran lentitud en la toma de decisiones.
De ella se aprende a llevar una sonrisa en los labios
(pintados) aun en situaciones críticas. A seguir los dicta­
dos de la moda, las buenas costumbres, el qué dirán; a ser
atinado, y a tomar en cuenta cada tema por separado antes
de tomar una decisión, oscilando, calibrando y calculando
respuestas que no hieran a nadie.
De acuerdo a los otros modos de expresión:
Básica: falsa.
Clásica: agradable.
Consciente: afable.
Madre inmigrante: es como esas damas cultas, refina­
das y elegantes, huyendo de la guerra en los navíos hacia
el Nuevo Mundo, asustadas pero sin perder el aplomo, la
sonrisa o el gesto amable para quienes lo pasan peor. Tra­
tan así a sus hijos en los momentos difíciles, diciéndoles
152 LUNÁTICA

algo tranquilizador, aunque no hagan nada operativo.


Puede ser como el lobo disfrazado de cordero, y saltar
como un resorte que de repente se suelta, pero sin oca­
sionar el más mínimo conflicto.
Madre instalada: prepara la buena vida de su hijo propi­
ciándole las seguridades y comodidades básicas que lo ha­
gan sentirse en un lugar donde crecer con armonía, además
de inculcarle el buen gusto y el amor al arte.
Madre convocante: guía a su hijo en la búsqueda de las
bondades de las leyes sociales, las relaciones públicas, el
amor al prójimo. Difícilmente le haga encontrar una so­
pera humeante en la cocina, cuando vuelva por la noche
tarde después de trabajar y estudiar durante todo el día.
Madre Salvaje: despistada.
Madre Sabia: diplomática.
Madre Santa: contemplativa.

Luna en Escorpio
Las personas con la Luna en este signo tienen una ma­
dre que por las dudas sufre, que se anticipa a los peores
acontecimientos que puedan llegar a pasar, que es apasio­
nada, abnegada, sobreprotectora, controladora, entregada
y obsesiva con ciertos temas y negadora de otros. Dice las
cosas tal cual le salen de adentro, como un latigazo enve­
nenado, explotando luego de haber guardado y no dicho
en su momento lo que le molestaba.
La relación madre-hijo es ríspida, difícil, de cuidarse
todo el tiempo; sin espontaneidad, salvo cuando se han
traspasado muchas capas de crisis conjuntas; solo enton­
ces empieza a surgir el lado depurador y alquímico del
signo que deviene altamente curativo para el vínculo en
Capítulo 4. La Luna 153

general, su hijo en particular y para todo el entorno por


añadidura.
El lado oscuro de esta madre es victimizar o victimizar­
se. Suele sentirse imprescindible y con eso sobreproteger,
atrapar y no soltar. Guarda siempre algún secreto, o infor­
maciones-de-eso-no-se-habla, cual típica y oculta novela
familiar. Suele crear conflictos en los que se entrampan
todos, donde la energía no fluye con facilidad; tiende a
estancarse, y entonces hay muchos pozos que sortear.
Sus emociones y estados van de las profundidades más
hondas a las alturas más elevadas, de a saltos sin escalas.
De ella se aprende a ser cauteloso, profundo, percepti­
vo, y a saber que los conflictos y las crisis son necesarios e
inherentes a toda relación, para ser superados y crecer, no
para quedarse a dormir allí.
De acuerdo a los otros modos de expresión:
Básica: atrapante.
Clásica: combativa.
Consciente: transformadora.
Madre inmigrante: tiene todas las marcas y cicatrices de do­
lores antiguos sufridos en su familia por las guerras, las emi­
graciones, el corte con sus orígenes, las separaciones, los abu­
sos y las pérdidas. Más allá de sus dolores ancestrales es capaz
de hacer cualquier cosa si alguien se atreve a tocar a sus hijos.
Madre instalada: colabora con su hijo aunque sea de
manera distante, cuidando, encontrando el modo de
abnegarse por ellos, pero también dejándolos libres a su
aire para que la vida los foguee.
Madre convocante: le gusta la reunión familiar donde
los problemas han de transformarse por sí mismos; ella
hace como si nada hubiese pasado, y mantiene una unión
154 LUNÁTICA

invisible con su prole, mostrándoles la importancia de es­


tar atentos ante los futuros peligros.
Madre Salvaje: peligrosa.
Madre Sabia: estratégica.
Madre Santa: alquímica.

Luna en Sagitario
Con esta Luna en la propia carta natal, se tiene una ma­
dre permisiva, que fomenta más salir al mundo que que­
darse lavando los platos. Idealista, agrandada, sapiente,
guía, maestra en lo suyo, se la pasa aconsejando beneficio­
samente con algo especial para cada etapa de la vida.
La relación madre-hijo es un aprendizaje constante en
sus distintas manifestaciones. Las riendas maternales pa­
recen holgadas, permitiendo soltura para viajar, indepen­
dizarse, conocer lugares, paisajes, países, otra gente. Ado­
ra que le cuenten acerca de lo visto, vivido o aprendido
fuera del hogar; es alguien que te manda afuera para que
vuelvas y le traigas.
El lado oscuro de esta madre es hacerle creer a su hijo
que toda esa libertad que él siente se la brinda y regala ella.
Sus emociones y estados de ánimo suben y bajan y van
desde la seriedad de una figura dogmática, intelectual o filo­
sófica, hasta las contagiosas carcajadas a mandíbula batien­
te de las personas optimistas y entusiastas.
De ella se aprende a confiar, a saber, a transmitir. Im­
prime la tendencia a tener siempre una meta que seguir,
para ir a conocer, aprender, enseñar, ser idealista, mejo­
rador o benefactor. Tratar bien a todas las personas, ser
justiciero, y siempre dejar el mundo mejor de como lo
ha encontrado. Si es necesario y para que no se olvide, le
Capítulo 4. La Luna 155

pone un cartelito en el escritorio con alguna referencia a


esas cuestiones.
De acuerdo a los otros modos de expresión:
Básica: negadora.
Clásica: mejoradora.
Consciente: benefactora.
Madre inmigrante: es el arquetipo de la persona que
emigra buscando otros horizontes más prometedores, para
empezar todo de nuevo; va sonriendo, con confianza y
mucha esperanza en todo lo que va a poder hacer, brindar,
narrar y difundir en la nueva patria, aun cuando se ha que­
dado sin nada. Se siente honrada de llevar conciencia allá
donde vaya, y así sale a la selva, a buscar lo que le haga falta.
Madre instalada: siente alegría y la transmite aun sin
emitir palabra. No le importa romper con patrones de
pensamiento o creencias que le dieron resultado hasta ese
momento en pos de otra cosa que les sirva mejor a todos.
«Resignificar lo vivido», es su frase favorita.
Madre convocante: una vez alcanzadas todas sus metas,
cierra el ciclo, el círculo, y promueve crear un sentido par­
ticular para seguir reunidos desde la confianza mutua. Se
vuelve más espiritual, con un profundo sentimiento reli­
gioso, que religa, une, hace sentir la vibración de lo que ele­
va, como cuando sale el humo blanco de la C 1pilla Sixtina
y el mundo anuncia habemus papam, con ese verdadero la­
tir al unísono que resuena en el corazón, y a la vez en todo
el mundo.
Madre Salvaje: desaforada.
Madre Sabia: guía.
Madre Santa: espiritual.
156 LUNÁTICA

Luna en Capricornio
Quien nace con esta Luna en su carta natal tiene una madre
que calcula su hacer o accionar, ..�on paciencia en lo referente
a cada una de las etapas y ciclos de la vida. Exigente, planifica­
dora, abstracta, poco afectuosa pero muy propiciadora de au­
torrealizaciones e independencia personal, antes que planchar
camisas, cocinar o trabajar en relación de dependencia. Cosas
en las que, llegado el caso, puede aconsejar también.
La relación madre-hijo es seria, parece desafectivizada
porque prioriza y promueve la exigencia, el trabajo, la ma­
durez, el esfuerzo, la solidez antes que cualquier forma de
relax, distensión o distracción. Es una relación de respeto
mutuo con valoraciones sobre las cualidades de cada uno.
El lado oscuro de esta madre es el distanciamiento y
la frialdad que se vivencian como desatención, abandono,
carencias afectivas o materiales.
Sus emociones y estados de ánimo quedan dentro de
un bloque de hielo, congela para poder sobrevivir, pero
después no vive porque se ha congelado. Justamente el
mundo emocional es su propio desafío.
De ella se aprende a escalar posiciones, a diferenciarse
de lo ordinario en pos de lo extraordinario y a cumplir los
objetivos con premura, sin perder el tiempo, distraerse ni
aflojarse con emocionalidades que considera inoperantes.
De acuerdo a los otros modos de expresión:
Básica: desafectada.
Clásica: esforzada.
Consciente: proyectada.
Madre inmigrante: la carencia puede llevarla a la de­
presión, pero su exigencia es mayor a los sentimientos
de restricción y/ o la sensación de abandono. Cuando la
Capítulo 4. La Luna 157

máxima rigidez cunde, aprovecha cualquier punto de in­


flexión para des-arrodillarse, e instintivamente se impone
cumplir con la ascensión a una nueva cumbre. Abandona
ella misma cualquier sentimentalismo, y presurosa, sale
temprano del hogar y se va sola al bosque en pro de lo que
necesita su tribu. Sufre el frío y las inclemencias de la in­
temperie y del camino, pero nada la detiene ante la obliga­
ción sagrada que se ha impuesto: salvar a los suyos de las
limitaciones reinantes.
Madre instalada: despierta a todos a las S de la mañana,
los hace marchar como un ejército en la niebla, les inculca la
importancia de la responsabilidad propia en todos sus actos,
el respeto a la investidura de las autoridades, y que es una
obligación reestructurar lo que se ha dañado usando la expe­
riencia propia y la acumulada por todos. Se exige, esfuerza y
trabaja duro para sostener y dar lo mejor a su familia.
Madre convocante: se propone y logra eficazmente la
creación de una estructura fraternal y por añadidura fa­
miliar, que supere las conflictividades de las generaciones
anteriores, con ganas de mejorar la especie. Siente y trans­
mite la satisfacción de haber cumplido sus planes, obje­
tivos, fines y propósitos, y de haber sobrevivido gracias a
sus esfuerzos, a las máximas crisis, hecatombes y dolc res,
como si fuera una experta terapeuta postraumática.
Madre Salvaje: rígida.
Madre Sabia: resistente.
Madre Santa: ejemplificadora.

Luna en Acuario
Quien ha nacido con esta Luna en su carta natal tiene
una madre que es libre y fomenta la libertad en sus hijos
158 LUNÁTICA

aun desde muy pequeños. Para ello los deja solos o acompa­
ñados de otras personas, y se va a hacer la suya. Es creativa,
vanguardista, libre de hacer, pensar y sentir a su aire. Trans­
gresora, diferente, se anima a cosas que a las otras madres
ni se les ocurriría ni podrían siquiera fantasear. Puede tener
y criar a sus hijos sola y sin ayuda. Es idealista, vive según
sus propias utopías e ideas extravagantes; se viste informal­
mente y no le importa para nada el qué dirán.
La relación madre-hijo es distendida, aun cuando el hijo
le reclame atención o cuidados. Se hablan cosas insospe­
chadas, diferentes, impensables. Lo insólito o lo extraordi­
nario tiene más lugar que lo común u ordinario en su casa.
El lado oscuro de esta madre es no estar presente cuan­
do más se la precisa. Su irse a otra parte no es por causas
innobles o desinterés ante lo familiar, a veces está persi­
guiendo libertades ajenas, como Erin Brockovich60 con su
no estar a la hora de las primeras palabras de su hijo pero
salvando muchas vidas de una contaminación encubierta,
gracias a sm intuitivas transgresiones.
Sus emcciones y estados de ánimo son una sorpresa a
cada instante; transita con facilidad la simpatía, pero pue­
de ponerse fatal frente a las injusticias.
De ella se aprende a ser independiente, a animarse a
trabajar en cosas poco comunes; a ir por la vida siguiendo

60. Erin Brockovich, nacida el 22 de junio de 1960, empleada estadouni­


dense en una oficina jurídica, sin haberse formado para ello. Su actuación
allí fue fundamental en la reconstrucción de un caso contra la compañía de
gas y electricidad de California, investigando una coincidencia entre indem­
nizaciones inmobiliarias y solicitudes de atención médica, y descubriendo
la contaminación del agua en ese lugar con un metal dañino para la salud
humana. Pudimos ver esta historia en la película homónima, protagonizada
por Julia Roberts y dirigida por Steven Soderbergh estrenada en 2000.
Capítulo 4. La Luna 159

ideales superiores para la sociedad humana¡ a ser creativos


para la vida, en el arte o en cualquier tipo de disciplina a la
que se dedique, sin importar si hay que cambiar de tema
cada tanto.
De acuerdo a los otros modos de expresión:
Básica: abandónica.
Clásica: diferente.
Consciente: creativa.
Madre inmigrante: salta desapegada y des-afectadamen­
te a otro mundo, con total soltura y a caballo de rarezas in­
comprensibles para los demás, y sin sentir nada, ni dolor,
ni resentimiento, ni emoción alguna.
Madre instalada: no es una madre tendiente a estar de­
finitivamente en ningún lado¡ su forma de asegurarse es
encarando el cartel indicador de todos los cambios posi­
bles y de caminos imposibles.
Madre convocante: su casa recibe a mucha gente, no so­
lamente a los miembros de la propia familia sino también y
exclusivamente a los amigos, colegas, artistas, defensores de
alguna causa, embajadores, escritores, sanadores, personas
de cualquier parte del mundo y de todos los estratos sociales.
Madre Salvaje: transgresora.
Madre Sabia: excéntrica.
Madre Santa: liberadora.

Luna en Piscis
Cuando se nace con esta Luna en la carta natal la ma­
dre es soñadora, y habla de sus sueños como si fueran la
realidad de «al pan, pan, y al vino, vino». Es intuitiva o se
polariza en la más exacta de las matemáticas. Fantasiosa,
imaginativa, flexible.
160 LUNÁTICA

La relación madre-hijo tiende a ser fluida, simbiótica,


armoniosa, amorosa. No se llaman por teléfono, ella sabe
qué necesita él y se lo lleva sin que llegue a pedírselo.
El lado oscuro de esta madre es el engaño, las adiccio­
nes, el exceso de fantasía que no deja vislumbrar horizon­
tes de realidad por ningún resquicio.
Sus emociones y estados de ánimo son todos los posi­
bles que puedan imaginarse, hilados por la hipersensibili­
dad, la intuición y la empatía. Es melancólica y profunda,
esquiva, compasiva y servicial, siente lo que sienten otros,
más allá de su propia familia.
De ella se aprende a no ser siempre tan realista, y a
perseguir los sueños, las fantasías y también las metas del
alma, para completar el ser total que cada uno es, en lugar
de escapar, esconder o negar esos estados.
De acuerdo a los otros modos de expresión esta madre
puede ser:
Básica: huidiza.
Clásica: sensible.
Consciente: samaritana.
Madre inmigrante: se pierde en la espesura de los conflic­
tos, pero encuentra lo que necesita siguiendo su intuición,
su sexto sentido; para eso tiene un radar siempre encen­
dido. Además, no suele quedarse sola en situaciones de
crisis o desamparo, tiende a buscar la reunión con otras
personas en similares etapas, para sentirse acompañada,
ayudar y ser ayudada.
Madre instalada: los integrantes de su familia ya no se
sorprenden al sentarse a la mesa acompañados por cual­
quier persona que ella encuentre en la calle en situación de
necesidad, tanto como por amigos, parientes o compañeros
Capítulo 4. La Luna 161

de algún grupo. Es lo que1 a su vez1 le inculca a su hijo tá­


citamente1 con esa rutina sagrada de los seres compasivos.
Madre convocante: la mesa y la casa de esta madre está abier-
ta a todos los que quieran llegar1 nutrirse y aportar de lo suyo.
Madre Salvaje: tiburónica.
Madre Sabía: balsámica.
Madre Santa: piadosa.

Necesidades y defensas
Satisfacción o insatisfacción de las necesidades básicas
Este es el tema que ha dado base a las mayores especula­
ciones sobre la conducta de un adulto1 dependiendo de cómo
fue criado de niño. Muchos tomos de psicología1 muchas teo­
rías y enfoques1 para dilucidar los traumas provocados por la
teta buena o la teta mala. Muchas personas creen que dan lo
mejor a sus hijos1 y que lo que hacen1 dicen u ordenan es por
el bien de la prole ... pero ... los invito a buscar el material es­
crito por Alice Miller1 para comprobar cuán mala puede ser
una buena teta ... 61

Descripciones sobre las necesidades


básicas de cada signo lunar
Para desarrollar este tema me baso en la premisa de que
cada signo lunar tiene una necesidad perentoria1 al extremo
de sentir que1 si no lo obtiene1 se muere. Las descripciones

61. Alice Miller, escritora polonesa criada en Suiza, donde se doctoró en


Psicología, Filosofía y Sociología; es conocida por sus investigaciones sobre
el abuso y el maltrato infantil y sus efectos en la sociedad y la vida indivi­
dual. 12 de enero de 1923 - 12 de abril de 2010. Sus libros, El drama del
niño dotado, Por tu propio bien, El saber proscrito, La madurez de Eva, La llave
perdida, El cuerpo nunca miente, investigan los recovecos más profundos de
la psique humana.
162 LUNÁTICA

se parecen mucho a los signos solares; la diferencia la dan


las distintas funciones y principios que tienen la Luna y el
Sol. Mientras que la energía del signo permanece1 la Luna lo
activa de un modo y el Sol de otro. Vale volver a decir que
el Sol en un signo hace que la persona sea de esa manera1 de
acuerdo a sus características; mientras que la Luna en ese
mismo signo necesita ser como indican sus cualidades. En el
caso de la Luna1 eso que necesita ser o hacer surge por diver­
sas razones. Por ejemplo para que lo quieran1 o porque si no
hace o tiene eso que describe el signo de su Luna1 siente que
se muere de inanición1 indefensión o inseguridad.
Cuando la necesidad y la defensividad se agudizan1 la
pregunta puede ser1 ¿a qué es adicta cada Luna?1 sin que
necesariamente signifique una adicción patológica1 sino la
misma necesidad o defensa llegada a extremos que provo­
can malestares o sufrimiento.

¿Qué necesita cada Luna?


Refiere justamente a lo que necesita cada signo lunar al
punto de que si le falta1 siente que no podrá subsistir.
Luna en Aries
Necesita adrenalina1 acción1 batalla.
Luna en Tauro
Necesita el condimento de la seguridad material1 y la
comida abundante.
Luna en Géminis
Necesita libros1 juego1 estudio.
Luna en Cáncer
Necesita familia1 pertenencia1 hogar seguro.
Luna en Leo
Necesita miradas.
Capítulo 4. La Luna 163

Luna en Virgo
Necesita limpieza, ordenamiento, trabajo, salud.
Luna en Libra
Necesita quietud, calma, cortesía, lo formal y lo neutro.
Luna en Escorpio
Necesita intensidad en el placer, el dolor o el sufrimiento.
Luna en Sagitario
Necesita saber, conocer, leer, viajar.
Luna en Capricornio
Necesita estructura de sostén y apoyo.
Luna en Acuario
Necesita libertad.
Luna en Piscis
Necesita la común-unión con los demás.

Mecanismo de defensa como recurso


primordial para vivir y sobrevivir
Un mecanismo de defensa es un sistema automático
de adaptación a la realidad. Está compuesto por las dis­
tintas formas de defensas, necesarias para la subsistencia
básica.
Las defensas de cada signo lunar pueden ser asociadas
con los cuatro elementos, ya que ambos representan fun­
ciones adaptativas.
Las defensas orales refieren al elemento agua y están vin­
culadas al pecho materno y la lactancia. Refieren al ham­
bre y a la alimentación como bastiones contra la ansiedad.
Las defensas anales, referidas al elemento tierra y la ma­
terialidad, se asocian al control de esfínteres, generando
conductas retentivas, de poder y control ante la posibili­
dad de sufrir pérdidas.
164 LUNÁTICA

Las defensas edípicas, relativas al elemento fuego, cons­


tituyen la instancia donde se instala la rivalidad mamá­
papá-hijo, con características de tensión para ganar la pul­
seada y vencer.
Las defensas disociativas, correspondientes al elemento
aire, controlan el dolor, desconectando, negando, trasla­
dando, sublimando.

Defensas reactivas y defensas creativas


Las defensas reactivas constituyen un estilo de defensa
inconsciente, mecánica, impensada, irracional, o patoló­
gica, que deja adentro y en la inmadurez. Por otro lado,
las defensas creativas son conscientes, constructivas, tec­
nológicas, y predisponen a la construcción de sistemas
que brinden seguridad para el crecimiento.
Algunos términos relativos a las defensas frente a lo
intolerable, investigados por Freud, son: represión, racio­
nalización, aislamiento, anulación, regresión, proyección, subli­
mación, introyección.
Como vimos, las defensas tienen que ver con las fun­
ciones de adaptación; si bien cada signo lunar va a de­
fender lo que más valora, la persona está también recor­
tando, escindiendo, dividiendo, o dejando afuera parte
de su propia materia prima energética natal. Es necesa­
rio aprender a no atacar las defensas, porque no se irán
nunca, son cualidades esenciales del ser humano. En el
mejor de los casos podemos cambiarlas o hacerlas más
creativas. Veamos para qué sirven cuando no son pato­
lógicas ni hacen sufrir.
Las defensas orales-elemento agua proveen de alimento
y compañía.
Capítulo 4. La Luna 165

Las defensas anales-elemento tierra sustentan la vida con


tenacidad, usan el poder de decir no, ponen límites, y ayu­
dan a tomar decisiones concretas.
Las defensas edípícas-elemento fuego impulsan a la ac­
ción, a levantarse a hacer las cosas, diferenciarse de lo que
ata para poder superarse a sí mismo.
La disociación-elemento aire permite manejar el dolor
y el sufrimiento, desconectarse para poder dormir cuando
asoman los terrores nocturnos, y ayudar a poner en pala­
bras lo que se siente.

Descripciones sobre las defensas lunares


Las doce lunas tienen distintos modos de ejercer sus
defensas en uno u otro sentido según lo descrito anterior­
mente. Cabe preguntar de qué se defiende porque siente
temor, y qué defiende y cómo lo hace, porque no quiere per­
der algo que considera vital. Estos factores responden a
los dos miedos básicos en el ser humano: miedo al ataque
y miedo a la pérdida. Fundamentalmente la Luna suele
tener una «reacción defensiva contra la pérdida de raí­
ces», según Liz Greene.

¿Qué defiende, cómo y de qué se defiende la Luna


según cada signo?
Luna en Aries
¿Qué defiende? Su impulso, su vitalidad, su cuerpo.
¿Cómo se defiende? Accionando, sabiendo que la mejor
defensa es un ataque.
¿De qué se defiende? Del encierro, del pasado, de las ata­
duras.
166 LUNÁTICA

Luna en Tauro
¿Qué defiende? Todo lo que posee, dinero, valores mate­
riales, personas que ama.
¿Cómo se defiende? Acumulando, consumiendo, coci­
nando, comiendo, ahorrando.
¿De qué se defiende? De la carencia y la pobreza; del apu-
ro y lo vacío.
Luna en Géminis
¿Qué defiende? Su mente, su cerebro, su movilidad.
¿Cómo se defiende? Escabulléndose, camuflándose; es-
tudiando eternamente.
¿De qué se defiende? De la ignorancia, los vínculos aho-
gantes¡ de quienes prohíben cosas.
Luna en Cáncer
¿Qué defiende? Su hogar, su prole, su privacidad e intimidad.
¿ Cómo se defiende? Levantando defensas, poniendo ce-
rrojos, candados, garita, guardianes.
¿De qué se defiende? Del desarraigo, lo desconocido, ex­
terno, lejano, futuro; y de las agresiones.
Luna en Leo
¿Qué defiende? Su lugar, su rol, su ego, su coronita, su
fama, el aplauso y el reconocimiento.
¿Cómo se defiende? Mirándose al espejo y reforzando
aún más su autoestima.
¿De qué se defiende? De la soledad, el encierro opaco, la
mediocridad, la rutina y la excentricidad.
Luna en Virgo
¿Qué defiende? Su trabajo, que todo esté en su lugar; su
salud psico-física.
¿Cómo se defiende? Ocupándose más, ordenando más,
detallando todo más.
Capítulo 4. La Luna 167

¿De qué se defiende? De las personas alteradas, desorde­


nadas y caóticas; de ser prescindible.
Luna en Libra
¿Qué defiende? A los demás; su calma interior, su orden
embellecido por el arte, la música, el buen gusto.
¿Cómo se defiende? Sonriendo con evasivas o muecas
atinadas pero estereotipadas.
¿De qué se defiende? De los conflictos, la crítica, las si­
tuaciones desagradables; de las personas exaltadas, ner­
viosas o egoístas.
Luna en Escorpio
¿Qué defiende? Su intimidad, sus secretos, su mundo in­
terior.
¿Cómo se defiende? Con uñas y dientes, latigazos sarcás­
ticos, críticas destructivas; sufriendo, culpando a otros, o
explotando de rabia.
¿De qué se defiende? De quienes osan pasar las vallas de
su libertad, su decencia o privacidad.
Luna en Sagitario
¿Qué defiende? Su dogma actual, su tiempo libre, la li­
bertad para viajar, conocer, leer y aprender.
¿Cómo se defiende? Con evasivas soberbias llenas de
sentido y contenido; negando la realidad; confiando en la
benéfica y dadora vida que satisface sus necesidades.
¿De qué se defiende? De la ignorancia y la mediocridad.
Luna en Capricornio
¿Qué defiende? Su tiempo; sus ganancias, sus esfuerzos
y desafíos individuales.
¿Cómo se defiende? Con prudencia; desarraigándose,
subiendo más alto, distanciándose, alejándose de todo
aquello que distraiga o amenace sus empedernidos planes.
168 LUNÁTICA

¿De qué se defiende? De llorar; del desatino, lo superfluo


o inútil a sus proyectos; de pedir ayuda.
Luna en Acuario
¿ Qué defiende? La urgencia de sus utopías e ideales, ge­
neralmente vanguardista o anacrónicos.
¿Cómo se defiende? Desapegándose, yéndose a otro lu­
gar, cortando relaciones o procesos que funcionan bien.
¿De qué se defiende? De lo pasado, y de quienes atrapan
con el afecto, lo familiar, conyugal o institucional.
Luna en Piscis
¿ Qué defiende? Lo sutil; sus sueños, su sensibilidad y es­
piritualidad.
¿Cómo se defiende? Con adicciones; escondiéndose;
meditando, rezando, misionando, colaborando, haciendo
lo que otros no harían; o agrupándose.
¿De qué se defiende? De la xenofobia, de la racionalidad
atea, apolítica, agnóstica, separatista; de la indiferencia y
el desamor.

Pertenencia
El sentimiento de pertenencia
La Luna representa el sentimiento de pertenecer, a un li­
naje o línea familiar, conyugal, barrial, cultural o institu­
cional ... y/ o... a alguien ... con todo lo que esto último
implica. No refiere solamente a pertenencias materiales,
sino al cúmulo de situaciones, emociones, recuerdos, sen­
sación de seguridad, satisfacciones, que la persona contie­
ne en su interior como un solo sentimiento que la hace
sentir instalada, segura, contenida, sostenida.
Capítulo 4. La Luna 169

¿ Cómo percibe su sentimiento de pertenencia cada


signo lunar?
Las siguientes descripciones reflejan cómo la Luna
en cada uno de los doce signos vivencia su propio senti­
miento de pertenencia. Entendiendo pertenencia como la
suma de emociones referidas al origen, las costumbres, las
tradiciones que le dan seguridad y contención a la manera
de vivir de cada signo lunar.
Luna en Aries
Las personas con esta Luna no prestan atención o no
les interesa recordar lo pasado, salvo que sean las gestas
liberadoras de ancestros valientes y aguerridos. Suelen
desapegarse y diferenciarse con facilidad de sus orígenes
y de la historia anterior¡ no les gusta mucho eso de perte­
necer a algo o a alguien, por el contrario, se sienten solos
en el camino, no desde el ego, sino desde no haberse dado
cuenta todavía de ser uno en una red mayor.
Luna en Tauro
Las personas con esta Luna tienden a apegarse fuerte­
mente a lo que consideran su pertenencia, sea esta ancestral,
material o sentimental, porque eso les da mayor seguridad
en el presente. Suelen construir y reforzar ese sentimiento
a lo largo de toda su vida, respetarlo y alimentarlo, porque
les da pie, forma y asideros sólidos.
Luna en Géminis
Las personas con esta Luna tienden a buscar su linaje
de antepasados y construir el árbol genealógico, más por
curiosidad que por otra cosa. Se alejan de su pertenencia,
pero vuelven una y otra vez. Piensan, investigan, se intere­
san, quieren saber qué es eso de tener tantas raíces. Cuan­
do las descubren, encuentran sorprendidos las semejanzas
170 LUNÁTICA

con esas personas de las que provienen, aun sin haberlas


visto, ni sabido nunca de ellas.
Luna en Cáncer
Este signo contiene el símbolo más gráfico acerca del
sentimiento de pertenencia. Las personas con esta Luna
sienten que su pertenencia, su hogar, su estirpe, familia,
cultura y tradiciones son como su propio cuerpo, que con­
forma la firmeza y seguridad, el suelo donde se afirman y
sienten identidad familiar e histórica.
Luna en Leo
El sentimiento de pertenencia con esta Luna es como
un bastión donde centrarse aún más en sí mismo. Como
si fuera un linaje real observan a cada uno de sus ascen­
dientes, eligiendo por afinidad a aquellos que les brindan
mejor imagen de poder, fortaleza, personalidad y carácter,
para luego contar al mundo-entorno acerca de las proe­
zas que ellos acometieron, demostrando así que tienen tal
estirpe, y afirmándose en una pertenencia contundente y
sólida, que les aumenta el brillo.
Luna en Virgo
Las personas con esta Luna están demasiado atareadas
para ocuparse de su sentimiento de pertenencia. Antes
bien pueden pensar y colaborar prácticamente en cual­
quier tema que se acerque a ese concepto, sea relaciona­
do con su propia familia, con ellos mismos, con el lugar
donde trabajan. Ahora bien, cuando lo hacen son los que
suelen encontrar ascendientes hasta el año 800 a. C., y con
esos datos confeccionar bien completito, prolijo y perfec­
to, su árbol genealógico.
Luna en Libra
Las personas con esta Luna sienten que pertenecen a
Capítulo 4. La Luna 171

su entorno social o cultural, más que a lo familiar. Lo his­


tórico de su estirpe les interesa en función de sus metas
actuales o futuras, pero no por apego sentimental. Nece­
sitan predisponerse al trabajo comunitario, pasar las fies­
tas lejos del hogar, o ayudando a personas en situación de
calle. Y ese sentimiento es más fuerte aún que el que le
pueda brindar su ascendencia. Prefieren empezar de cero,
sin mucho contacto con lo cotidiano o tradicional, cum­
pliendo con lo justo como se debe, y salir a buscar afuera
aquello que los complemente.
Luna en Escorpio
Las personas con esta Luna suelen tener un fuerte sen­
timiento de la pertenencia como parte de su poder per­
sonal, o negarlo totalmente si eso no les aporta nada ...
Sienten que sus raíces contienen dolor, sufrimiento y con­
flictos, por haber sido de alguna u otra manera cortadas.
Cuando hacen trabajo terapéutico para sanear esos males­
tares primitivos pueden entonces regenerar su sentimien­
to de pertenencia perdida. Y como todo lo que conlleva
Escorpio, renacen de sus propias cenizas, con renovados
bríos para configurar su sentimiento de pertenencia con
orgullo a pesar del dolor.
Luna en Sagitario
Las personas con esta Luna tienen un gran sentimien­
to de pertenencia, global antes que familiar. Muchas cosas
más allá de lo hogareño pueden constituirse en ese estado
para ellas, adherir a partidos, creencias, estudios, militan­
cias, ideologías, aprendizajes, ya sean religiosos, metafísi­
cos, esotéricos, sociales, sanadores, mejoradores o políti­
cos, y siempre de índole colectiva; y a esto lo consideran
fuente y base de su propio sentimiento de pertenencia.
172 LUNÁTICA

Luna en Capricornio
Las personas con esta Luna necesitan dejar atrás la per­
tenencia, distanciarse, alejarse para conquistar su propia
realización personal y distinguirse así de su origen. Cuan­
do logran sus objetivos y deciden conformar su casa, ho­
gar, familia, lo hacen con impecabilidad, pero prefieren
como hogar su vocación o profesión porque de esta ma­
nera se siguen autoperteneciendo.
Luna en Acuario
Las personas con esta Luna no se apegan ni sienten
pertenencia a nada ni a nadie. Tal vez sí al universo de las
galaxias, con ideales sociales, comunitarios, siempre des­
de las alturas y con un pie afuera si es posible; no pueden
sentir que pierden ni un ápice de su libertad, y tal vez esa
es su única y verdadera pertenencia. Pero, a veces, cuan­
do se polarizan y se hacen más terrenales, suelen disfrutar,
unos pocos días al año, del sentimiento de pertenencia
que les brinda lo familiar. No tanto por la sentimentalidad
afectiva, sino como reunión social, cultural o de amigos. Y
es desde esa retroalimentación que vuelven a salir volando
hacia nuevas metas colectivas o personales.
Luna en Piscis
El sentimiento de pertenencia de esta Luna es colecti­
vo, omniabarcante y basado en el amor universal. Se sien­
ten parte de la fuente primordial de la vida, ya sea esta es­
piritual, energética, metafísica, biológica o transpersonal.
La humanidad como un todo es el lugar donde anida el
sentido, la emoción, la ilusión y la realización de lo que
entienden como pertenencia mundial.
Capítulo 4. La Luna 173

La afectividad
Familiaridad y parentesco
Uno de los temas relevantes de la información lunar
es lo familiar. La familia, como sistema constituido por
miembros unidos mediante relaciones de alianzas y con­
sanguineidad, ordenados por mitos y reglas heredadas, in­
teractuando y creando su particular modo de organización.
Su etimología proviene del latín y refiere a siervos o es­
clavos pertenecientes a un jefe; y también de la raíz fames
que significa hambre. O sea que podemos inferir que una
familia es un grupo de personas agrupadas para alimen­
tarse y satisfacer sus necesidades más básicas en conjunto.
La familia es como un círculo cerrado por asociación
con la forma de graficar lo lunar, o abierto y en transfor­
mación, por identificación con la ciclicidad lunar, que
pese a los cambios permanentes se mantiene a lo largo del
tiempo manifestando conductas redundantes que le otor­
gan una determinada singularidad.
Hay muchos estilos de familiaridad. No existe un úni­
co tipo de familia. Veamos algunos ejemplos: aglutinadas,
con límites difusos; disgregadas, con los límites rígidos;
ensambladas, cuando adultos divorciados, viudos o sepa­
rados vuelven a armar parejas reuniendo hijos y hasta nie­
tos¡ de un solo progenitor, cuando las mujeres se quedan
con la casa y con los hijos al separarse; compuestas por
personas del mismo sexo; integrando personas de distinta
cultura, etnia o religión; familias abandónicas, que dejan a
sus hijos en situación de calle; familias desconectadas por
la tecnología, en la suposición de mejoría mediante las co­
nexiones virtuales; familias extensas, que incluyen abue­
los, tíos, primos.
174 LUNÁTICA

La familia es un elemento universal y fundamental de la


sociedad establecido mediante alianzas como el matrimo­
nio, y de filiación, o sea por los hijos. Contiene un vínculo
fundante, estable, generoso, que da lugar a nuevas gene­
raciones. Es una de las instituciones más sensibles a los
cambios de la sociedad.
Hoy asistimos a una deconstrucción de lo familiar
porque en las sociedades globalizadas, posindustriales o
posmodernas, se están diversificando sus formas de orga­
nización. Así es como vemos cambiada a la familia y bien
entrada en crisis, porque ya no representa la institución
disciplinaria que era; la gente no se casa ni tiene hijos que­
dándose juntos para siempre.
El tema de la familiaridad y el parentesco dio lugar al ori­
gen de la antropología moderna, un campo que observa la
pertenencia a un grupo social, la transmisión de una heren­
cia, los derechos de un linaje y la dinámica de las relaciones
sociales. Los lazos de parentesco son un producto cultu­
ral que no necesariamente pasan por la consanguineidad.
Como hemos visto, parientes son quienes están alrededor
de la mujer que está pariendo; un concepto impactante,
como todas esas palabras que usamos así como así, y un
día nos enteramos de otro significado por debajo de su so­
nido. Como todo lo que indica la Luna misma, nos une lo
mismo que nos trajo al mundo.

La intimidad
En una nota de La Nación Revista, el escritor Sergio
Sinay cita a Paula Sibilia, 62 autora de La intimidad como
62. Paula Sibilia, antropóloga argentina, 1967. Sergio Sinay, escritor argentino,
1947. Atentos estudiosos de las metamorfosis de la cultura contemporánea.
Capítulo 4. La Luna 175

espectáculo. Me interesa y busco información, ya que la


intimidad desde el punto de vista lunar es la antítesis del
título de ese libro, y de lo que hoy acontece en el mundo al
respecto. Dice la autora: «Lo privado se hizo espectáculo,
abriéndose a las cámaras y la cotidianeidad banal, eso que
antes se guardaba con pudor».
La intimidad generalmente se desarrolla en la oscuri­
dad, no es enfocada ni visible, salvo cuando es llevada al
cine o al teatro... pero en la actualidad lo íntimo personal
es llevado a las multiplicadas redes virtuales, mal llamadas
redes sociales, y eso denota que estamos en serios proble­
mas. La mayoría de las personas que buscan notoriedad de
esta manera se terminan arrepintiendo. «En las décadas de
1960 y 1970 algo empezó a cambiar de una forma comple­
ja desdibujándose la frontera entre lo privado y lo público.
Desde entonces la intimidad pasó a mostrarse en el espacio
público», sostiene Sibilia en la entrevista citada.

¿ Cómo es la intimidad de cada signo lunar?


Luna en Aries
A la vista, encendida, fugaz, apurada.
Luna en Tauro
Tranquila, sensual, gozosa.
Luna en Géminis
Juguetona, libre, inventiva, entretenida.
Luna en Cáncer
Continua, reservada, muy íntima.
Luna en Leo
Radiante, vital, presente, amorosa.
Luna en Virgo
Escasa, disociada, interrumpida, latente.
176 LUNÁTICA

Luna en Libra
Emperifollada, discreta, formal.
Luna en Escorpio
Escondida, intensa, pasional.
Luna en Sagitario
Como en un globo aerostático.
Luna en Capricornio
Helada, desprovista, limitada.
Luna en Acuario
Una montaña rusa, fugaz, impaciente, esporádica.
Luna en Piscis
Como en las olas del mar, los sentidos y el placer en re­
lax; u oculta, en la más oscura de las profundidades.

El mundo de las emociones


Los horrores arcaicos
Horrar era el nombre del dios del mal que Arthur
Koestler63 mencionaba en su libro autobiográfico Flecha
en el azul, sintetizando las palabras horror y arcaico, sus
miedos más antiguos y feroces. El autor, habiendo sufri­
do gran impotencia en operaciones quirúrgicas traumáti­
cas de niño, y situaciones de encarcelamiento, construyó,
ya adulto, esos, por así decirlo, dioses del bien y del mal.
Los abrevió Horrar, el horror arcaico, y Bapan, por el Ba­
rón del Pantano, de los Cuentos del Barón de Munchausen,
quien al caer en un pantano, antes de morir ahogado de­
cidió sacarse de allí tirando hacia arriba de sus cabellos.
En una de esas operaciones que le provocaban terror y

63. Arthur Koestler, novelista, ensayista, historiador, periodista, activista


político y filósofo s9cial húngaro. 5 de septiembre de 1905 - 1 de marzo de
1983. Flecha en el azul, 1952.
Capítulo 4. La Luna 177

pensando en esos cuentos, tuvo una idea tranquilizadora


mientras lo llevaban en ambulancia nuevamente, hacia el
quirófano: «La salvación del Barón me gustó tanto, que
me reí en voz alta, y en ese mismo instante descubrí la
solución del problema que me torturaba. Decidí arran­
carme yo mismo del pantano de mis temores, sostenien­
do con mis propias manos la máscara de éter, hasta perder
el conocimiento. De ese modo sentiría que dominaba la
situación y el terrible instante no se repetiría».
Actualmente muchos odontólogos proveen de un espejo a
los pacientes para acompañar el tratamiento y menguar el te­
mor. Lo mismo sucede en algunos consultorios ginecológicos
donde se puede participar, mirando en una pantalla de tele­
visión y por un circuito cerrado, el recorrido que va haciendo
el espéculo. Y el espejo que contiene el sillón de partos crea­
do por el Dr. Moisés Paciornik para que la mujer pueda ver
cómo nace su hijo en el momento exacto de estar pariendo,
ella en cuclillas, sosteniéndose de una barra con ambas ma­
nos, el espejo colocado frente a su vulva, haciéndola de esta
forma partícipe de su momento más trascendente. Pareciera
que participar genera que baje el umbral del temor, y del dolor.
Arthur Koestler comprendió que podía hacer algo po­
sitivo con sus temores, provenientes de situaciones reales,
en lugar de aumentar su ansiedad: «Llegar a un acuerdo
amistoso con nuestras propias neurosis parece una contra­
dicción; sin embargo, creo que es posible, siempre que uno
reconozca sus complejos y los trate con respetuosa corte­
sía, por así decir, en vez de luchar contra ellos y negar su
existencia. Creo que el hombre posee ese poder. El Barón
del Pantano abreviado "Bapan'� vencedor de "Horrar" ha
llegado a ser para mí un símbolo y una profesión de fe"''.
178 LUNÁTICA

Como también busca un modo de curarse Elisewin,


una de las protagonistas de la novela Océano mar, 64 cuan­
do habla con su médico, y le cuenta y le pregunta ... «Pero
no es miedo, exactamente miedo ... , es algo distinto ... , el
miedo, viene de afuera, eso lo he comprendido, tú estás
allí y se te viene encima el miedo, estás tú y está él ( ... )
en cambio lo que me sucede a mí es que de repente yo ya
no estoy, solo queda él. En cierto modo es como sentirse
morir o desaparecer. Parece como si los ojos se te despren­
dieran de la cara y las manos se convirtieran en las manos
de otro, y entonces tú piensas ¿qué me está sucediendo?,
mientras tanto el corazón te late dentro una barbaridad,
no te deja en paz ... y por todas partes es como si algu­
nos trozos de ti se desprendieran, ya no los sientes ... y en
resumen, que estás a punto de desvanecerte, y entonces
yo me digo tienes que pensar en algo, tienes que mantenerte
aferrada a un pensamiento, si consigo hacerme pequeña en
ese pensamiento, después todo pasará, solo hay que resistir,
pero lo cierto es que ... , eso es de verdad el horror ( ... ) ya
no queda ni un pensamiento, sino solo sensaciones, ¿com­
prendes? Y la más grande es una fiebre infernal¡ algo que
te muerde y te hace pedazos.»
Cuando el temor es terror, pánico o paranoia, la aten­
ción queda fijada en el peligro, aumentando los síntomas
de presión arterial y ritmo cardíaco que, a su vez, retroali­
mentan el miedo e impiden ponderar el riesgo auténtico.

64. Alessandro Baricco, novelista, dramaturgo, periodista y ensayista ita­


liano. Explora y revela con sus personajes y con toda crudeza los rincones
recónditos del alma humana. Licenciado en Filosofía. Nació en Turín el 25
de enero de 1958. Océano mar, Barcelona, Anagrama, 2012.
Capítulo 4. La Luna 179

En el caso de las fobias, se es incapaz de prestar atención a


otra cosa de aquello que la provoca, magnificándose el peli­
gro ante la incomprensión de los presentes. En casos referi­
dos al miedo, con determinados métodos psicoterapéuticos
se puede lograr la comunicación y conexión entre ciertas
partes del cerebro donde este se activa, para que la persona
pueda aprender a actuar con mayor seguridad en sí misma.

Trampas, veladuras y tentaciones


A partir de la descripción de ciertas trampas leídas en
el libro Mujeres que corren con los lobos, he elaborado una
serie de veladuras-trampas lunares, asociando esas ideas,
y las que corresponden a las cualidades de la Luna, con
acciones condicionantes, muy lejos del darse cuenta y mu­
cho más distantes aún de los dones que guarda profunda­
mente y en espera cada Luna.
Trampa de la seducción tentadora
Es algo que parece muy atractivo o más fácil, y que está
allá ... Muchas cosas atraen a la persona con engaños, pero
no es el deseo de eso lo que la entrampa, sino el precio que
va a pagar por eso.
Trampa de la repetición
Se empieza a aplanar lo que es vibrante; repetir daña y
desconecta el hilo que une con el alma.
Trampa de la insatisfacción
La persona ya no diferencia entre el fuego de la trans­
formación y el fuego de la pérdida. Sufre excesos, su ham­
bre-deseo voraz la desequilibra y le obnubila el juicio.
Trampa de la captura
Se lesiona el instinto de conservación y la persona pierde
determinación; siente captura, como si estuviese atrapada, y
180 LUNÁTICA

sobrevienen emanaciones nocivas como el tedio, la an­


siedad o la depresión. Cuando su instinto está sano apro­
vecha ese tiempo desde su pauta creativa para seguir; en
cambio, cuando está herido, no tiene ninguna opción. Ins­
tinto herido es igual a hambre del alma salvaje que hace
tomar decisiones equivocadas. Reconocer la clase de cap­
tura que la retiene es primordial para sanarse.
Trampa de la división
Reprimir y postergar genera sombra, es como llevar una
vida secreta. Tiene vergüenza, temor al castigo, al ridículo
y la humillación. Sufre una dualidad, adentro versus afuera.
Trampa del temor a lo colectivo
Preferencia de lo gregario por necesidad, y temor a lo
colectivo social.
Trampa de la opresión
La persona oprimida no quiere encajar porque siente
que se muere si lo hace.
Trampa de la normalización de lo anormal
Todo es una gran simulación y una aceptación que en­
claustra y no deja ver la realidad ni cuestionar lo anormal
disfrazado de normal. Norberto Levy nos recuerda que
«no todo es aceptar».
Trampa de la salvadora
Se queda con el adicto desde un sentimiento maternal,
de cuidado y de atención desmesurada; o se ocupa de los
demás con soberbia y superioridad.
Trampa de la indefensión
Tiene dañados sus instintos y no puede reaccionar. Es una
desvalorización aprendida, como cuando las mujeres se que­
dan con el golpeador. Ya no pueden defenderse a sí mismas,
ni a sus hijos., ni salvar lo suyo propio.
Capítulo 4. La Luna 181

Trampa de la carencia
Se siente vacía, como desarraigada, no puede recurrir ni
siquiera a sus herramientas o cualidades innatas.
Trampa de las obsesiones
Cuando ha perdido su eje y exagera, con el fin de con­
trolar todo.
Siguiendo con este eje temático sobre las trampas y ve­
laduras que pueden provenir de los mecanismos lunares,
veamos qué dice Marilén Stengel65 acerca de la feminei­
dad, en estos casos. Ella nombra siete formas en que la
mujer suele autoengañarse y quedar atrapada, de las cua­
les he seleccionado las que a mi parecer dejan entrever si­
tuaciones características de lo lunar.
«Un hombre me completa física, emocional y espiritual­
mente.»
«La pareja es la relación que establezco con un hombre
que necesariamente es mi par emocional.»
«La familia es el espacio en el que mi compañero y yo se­
remos proveedores afectivos de los hijos que criemos juntos.»
«Postergar mis necesidades en favor de las de mi familia
me vuelve una buena mujer (¡y feliz también!)»
En todas estas afirmaciones no solo se huelen depen­
dencias y veladuras, sino también, como expresa la auto­
ra, «mitos o creencias equívocas que han echado raíces
poderosas en la esencia misma de la identidad femenina.
Esto las convierte no solo en peligrosas sino en fuentes
de frustración y dolorosa insatisfacción. Son promesas
peligrosas porque entrañan un anhelo que es o bien irrea­
lizable o porque no guarda necesariamente una relación

65. La mujer presente. Hacia un verdadero protagonismo femenino, de la escri­


tora argentina Marilén Stengel. Buenos Aires, Ediciones B, 2008.
182 LUNÁTICA

con la realidad del mundo y de los vínculos que en él se


establecen». La autora convoca a las mujeres a «no ser
víctimas de sus propias creencias».
Desde el punto de vista astrológico, cuando una mujer
necesita, o fantasea con la necesidad de alguien o algo para
sentirse entera, completa, sea porque no tiene hijos, pareja,
familia, trabajo o lo que fuere que organice su sistema de
creencias, está teniendo una actitud lunar. Y esa actitud es
infantil, viene de cuando solamente alguien-madre la nutría
dándole todo el alimento y la seguridad que necesitaba para
no morirse. Pero ahora que es grande, necesita aprender a
sentirse entera por sí misma antes de ir a la pareja, la familia
y los hijos, para no perpetuar en su descendencia el comple­
jo de insatisfacción que viene acarreando. Cuando las muje­
res son lunares, no encuentran hombres como compañeros,
sino varones que actúan como padres o hijos, y esto es sim­
plemente una cuestión energética. Solo la mujer que sin­
tetiza su principio femenino, e incluye lo venusino, puede
atraer hombres más pares a su estado de desarrollo natural.
Este concepto de veladura, velos, ver o no ver, ver cuándo,
cuánto, es lo que hacía preguntarse a Nietzsche66 sobre «cuán­
ta verdad puede una persona soportar». Podríamos preguntar
cuánto se anima a mirar o ver por fuera de las veladuras lunares.
Es cierto que la Luna con sus veladuras no deja ver todas
las cosas, o cómo tal cual estas son, pero lo lógico es que
lo haga solamente por un tiempo, hasta crecer y poder salir
del encierro-cascarón. Los velos de la Luna son protectores,
pero pueden prolongar la ceguera de la inmadurez.
66. Friedrich Nietzsche, escritor, filósofo, lil<',lllgo .1il'111.ín. Considerado
uno de los pensadores más influyentes del siglo XI X. ( 1 S de octubre de
1844 - 25 de agosto de 1900).
Capítulo 4. La Luna 183

¿Facilita o fagocita�
A veces decimos que es mejor mantener a la Luna con­
tenta, es decir satisfecha, con las necesidades básicas que
su energía representa colmadas. Porque inconscientemen­
te la Luna fagocita, mientras que en conciencia la Luna
puede facilitar. Esas pocas letras de diferencia son las que
permiten una expresión de lo lunar de nuestra carta como
alimento y cuidado para nosotros y los demás sin trampas.
Cuando el alimento, el descanso, la protección están ase­
guradas, se sale al mundo con mayor energía y confianza;
en cambio, de la insatisfacción surgen los funcionamien­
tos defectuosos y los excesos defensivos de sus propias
funciones. La Luna es el propio cuerpo con el que se va al
mundo, tanto como el que entra a alimentar y acomodar el
refugio, para volver allí cuando es necesario.
Liz Greene en el libro Los Luminares dice que «la Luna
es distracción», y hace referencia a los velos de maya, la
ilusión, según la filosofía de India. Así como es distrac­
ción es tentación. Me recuerda a «Las zapatillas rojas», 67
un cuento antiguo recreado de manera brillante para com­
prender la tentación de algunas trampas lunares. (Es a
partir de ese cuento y de las explicaciones de su autora que
dispuse esta serie de trampas anteriormente descritas.)
Las tentaciones lunares son como automanipulaciones
que solo consiguen aniñar, enviciar y perpetuar conductas del
pasado. Muriel Barbery68 resalta «la facultad que tenemos de

67. «Las zapatillas rojas», cuento popular cuyo simbolismo se estudia en


el libro Mujeres que corren con los lobos, de Clarissa Pinkola Estés. Barcelona,
Ed. B, 1999.
68. Muriel Barbery, profesora de filosofía y novelista francesa nacida en
Marruecos, el 28 de mayo de 1969. La elegancia del erizo, Buenos Aires,
Seix Barral, 2006.
184 LUNÁTICA

manipularnos a nosotros mismos para que no se tambaleen


lo más mínimo los cimientos de nuestras creencias». Y agre­
ga: «Es un fenómeno fascinante». Concuerdo.

La multiplicidad inabarcable del abanico emotivo


«No se comenzó por razonar sino por sentir.»
J.J.Rousseau69

No solo existen emociones, como alegría o tristeza,


sino que también tenemos estados de ánimo, como estar
contentos, o tener hábitos o tics que se repiten y distin­
tas reacciones o sentimientos. Algunas ideas para trabajar
el tema a continuación provienen de distintos médicos
como el Dr. Norberto Levy. 70 Otras corresponden al sis­
tema floral del Dr. Edward Bach71 y la Dra. María Luisa
Pastorino; y otras, al Dr. Lair Ribeiro.
Cada emoción, reacción o estado de ánimo tiene una
razón de ser; se ha provocado por algo y para algo. Existen
métodos terapéuticos para observar, desplegar y escuchar
los mensajes que traen las emociones, estados y sentimien­
tos desde lo más profundo de la psique.
«Edward Bach descubrió que las esencias de ciertas
flores silvestres actúan sobre las emociones humanas,
equilibrándolas. Y trabajó, fundamentalmente, sobre las
siguientes emociones.»72
69. J.J.Rousseau, escritor suizo. La cita fue tomada del libro Etimología de
las pasiones, de lvonne Bordelois, poeta, ensayista y lingüista argentina. Li­
bros del Zorzal. 2006.
70. Norberto Levy, médico y psicoterapeuta argentino, creador del Método
de Auto-Asistencia Psicológica.
71. Edward Bach, médico cirujano, bacteriólogo, patólogo, homeópata. Licencia­
do en Ciencias. Inglaterra, 24 de septiembre de 1886- 27 de noviembre de 1936.
72. Frase de la contratapa del libro de la médica, psiquiatra, psicoanalista
Capítulo 4. La Luna 185

Veamos un poco de toda esta gama emocional.


Temor, incertidumbre, falta de interés en lo que se está ha-
ciendo, soledad, desaliento.
Hipersensibilidad a influencias e ideas ajenas. Desesperación.
Preocupación excesiva por el bienestar de los demás.
La Dra. María Luisa Pastorino recupera estas emociones
(en un libro prologado por el Dr. Florencio Escardó, maes­
tro de la medicina argentina), bajo consignas novedosas en
su tiempo, dentro del campo de la medicina donde ella se
desenvolvió, invocando las premisas de una medicina huma­
nística, una medicina del futuro y una medicina espiritual.
Todos estos médicos nombrados, asumieron el primer
ítem del decálogo hipocrático, que establece, ante todo,
«no hacer daño».

Más emociones
Ira, miedo, resentimiento, celos.
Culpa, envidia, exigencia, enojo, tristeza, competencia, de-
pendencia.
Angustia, sorpresa, vergüenza.
Sensación de abandono.
Resistencia y boicot. Sobre estos dos conceptos, N. Levy
trata, antes de juzgar a alguien con ellos, de ver qué tienen
adentro, o sea, qué mensajes (en general muy provechosos)
tienen para que la persona descubra y escuche.
Rechazo. Hay situaciones en las que es bueno rechazar.
«No todo es aprender a aceptar.» Hay emociones que es
mejor rechazar. ¿Cómo? «El rechazo también es útil. El

y homeópata argentina Dra. María Luisa Pastorino, La medicina floral de


Edward Bach. Editorial Club de Estudio. 1987. Argentina.
186 LUNÁTICA

organismo rechaza el vacío de aire, y respira. Rechaza la


sed, y busca tomar agua ... »73
En cada una de las emociones hay una potencialidad a
veces creativa, a veces sanadora.

Los cambiantes estados de ánimo


Ciclotimia, melancolía, dependencia, reclamos, caprichos,
acostumbramientos, añoranza del pasado que no deja experi­
mentar el presente ni aceptar elfuturo. Condicionamientos. El
temor o la desconfianza a que algo «no cierre».
Según el psicólogo y psicoterapeuta existencialista es­
tadounidense Rollo May, 74 «la depresión es la incapacidad
de construirse un futuro». Muchas veces es una suma de
emociones provocada por el estrés y la fatiga de hacer do­
ble o triple jornada de trabajo, sumados a abusos, acoso y
violencias varias.
Un estado de ánimo ¿es una emoción que se ha instalado
más largamente? La respuesta es sí. Según algunos investiga­
dores, es un sentimiento de fondo que persiste en el tiempo,
siendo menos específico que una emoción pero más durade­
ro y menos propenso a ser provocado por situaciones exter­
nas. Puede ser provocado tanto por la sensación de estar a
gusto como por todo lo contrario, por ejemplo por el ago­
tamiento. Es así como se pueden agrupar en sentimientos
activados o deprimidos, estar de buen ánimo o con mal

73. Norberto Levy, op. cit.


74. Rollo May, psicólogo y psicoterapeuta existencialista estadounidense,
pionero de la psicología y psicoterapia existencial en América. 21 de abril de
1909 - 22 de octubre de 1994. La necesidad del mito: la influencia de los mo­
delos culturales en el mundo contemporáneo. Barcelona, Paidós Ibérica, 1992.
Capítulo 4. La Luna 187

ánimo. Llegado a la patología se habla de trastornos del


estado de ánimo. Pero hay estados que se revierten a par­
tir de descubrirlos, conocerlos y observarlos con técnicas
que lo facilitan.
También están las reacciones frente a las emociones. Al­
guien que habla hasta por los codos, por ejemplo, tal vez
está sintiendo demasiado, y necesita descomprimir el peso
o la angustia que le provoca tal emoción o estado, hablan­
do de cualquier cosa, y mucho. Buena forma sería llamarlo
a resumir, y contar lo que siente; pero lo que siente, no lo
que piensa que siente ...
Según el doctor Norberto Levy, los desacuerdos interio­
res se pueden desplegar mediante su técnica del asistente
interior. Una técnica que respeta, ante todo, cada estado,
cada emoción y cada reacción, considerándola como un
mensajero, con voz y con voto para expresar algo de lo que
pasa en el mundo interior.
Añoranza del pasado. Reaparece la imagen de las ma­
dalenas o magdalenas, esas masas dulces que provocaron
en Marcel Proust descripciones detalladísimas, con mu­
cha letra, en su extenso tratado, En busca del tiempo per­
dido, al volver a probarlas; e impecable su candencia del
recuerdo a partir de ellas: «Pero cuando nada subsiste ya
de un pasado antiguo, cuando han muerto 1 os seres y se
han encumbrado las cosas, solos, más frágiles, más vivos,
más inmateriales, más persistentes y más fieles que nun­
ca, el olor y el sabor perduran mucho más, y recuerdan, y
aguardan, y esperan, sobre las ruinas de todo, y soportan
sin doblegarse en su impalpable gotita el edificio enorme
del recuerdo».
188 LUNÁTICA

Emociones y estados positivos


Humor, alegría, risa, felicidad, compasión.
La unión con el todo de los estados meditativos, sentirse em­
bargado, arrobado, exaltado, transportado, el estado que provo­
can la devoción, la entrega, la creatividad, el amor.
Caricaturizar. Usar el humor como fenómeno liberador.
El humor descomprime, y puede ser agresivo, evasivo,
colaborador, ofensivo, cínico, burlón, irónico, sarcástico,
pomposo, absurdo, incómodo, inoportuno, u oportuno.
Es utilizado en psicoterapia para aprender a atravesar
los conflictos y convertir el sufrimiento en placer, para re­
solver desacuerdos distendiendo, desacralizando, en pare­
ja, en otras relaciones tensas, y en los momentos llamados
serios. El humor «más que una emoción es una decisión,
un reto». «Somos felices porque reímos»,7 5 y no al revés.
Humor y cerebro feliz. El humor es un mecanismo innato
en el ser humano que se da de la misma forma en todas las
culturas y en todas las edades. El sentido del humor modifi­
ca el cerebro, fortalece el cuerpo y es beneficioso de manera
general. Cuando se escucha contar chistes, en el momento
del giro hacia el absurdo se produce algo muy interesante
en la «central de errores», región ubicada entre los dos he­
misferios cerebrales, donde se detecta el «error» y se sin­
croniza lo lógico y lo ilógico de la narración. Esto da una
recompensa y el cerebro libera dopamina,76 una hormona
75. Roxana Kreimer, escritora argentina, licenciada en Filosofía, doctora en
Ciencias Sociales, coordinadora de los cafés filosóficos de Buenos Aires. Fue
l'lla quien atribuyó la frase a WilliamJames, filósofo estadounidense, profesor
de psicología y fundador de la psicología funcional. 11 de enero de 1842 - 26
de a�osto de 1910. Era el hermano mayor del escritor Henry James.
76. /lo¡,amina, hormona y neurotransmisor con muchas funciones en el
cerebro, incluyendo papeles importantes en el comportamiento y la cogni-
Capítulo 4. La Luna 189

que genera la sensación de regocijo, inmediatamente so­


matizada en la carcajada, algo que fortalece el corazón y
genera otras respuestas saludables en el cuerpo.
En las mujeres el mecanismo de procesamiento de las
emociones es más intenso, por lo cual necesitan que lo ab­
surdo sea divertido, ya que una cosa simplemente absurda
no les causa gracia.
La risa es alegría y felicidad universalmente y en todas
las edades. «La risa es convivencia.» 77

¿Cuáles son las emociones bajas


y las emociones altas?
Un buen ejemplo gráfico para consultar sobre este tema
es la Rueda de la Vida Tibetana.78 En su centro y para dar
inicio y movimiento a la misma, se encuentran las emocio­
nes más densas del ser humano simbolizadas por un gallo
rojo, una serpiente verde y un cerdo negro, en representa­
ción de la codicia, la ira y la ignorancia, y formando el eje
central de la rueda, donde en un círculo, los tres se están
mordiendo la cola uno al otro.
Los sabios antiguos conocían profundamente la psico­
logía humana. Sabían, como hoy sabemos, que el cuerpo
del ser humano es un auténtico laboratorio de sustan :ias

ción, la actividad motora, la motivación y la recompensa, la regulación de la


producción de leche, el sueño, el humor, la atención y el aprendizaje.
77. Nota del diario español La Vanguardia, de Natalia López, bioquímica y
bióloga molecular.
78. La Rueda de la Vida Tibetana es una imagen clásica del Budismo Tibe­
tano¡ un mandala de profunda sabiduría mediante el cual los maestros bu­
distas enseñan a sus discípulos la esencia de la psicología humana, las causas
del sufrimiento y la posibilidad de liberación. www.visionintegral.com.ar
190 LUNÁTICA

curativas y destructivas. «Las moléculas de las emociones


emiten vibraciones, medibles; estas, dan el punto de atracción
y el punto de encaje con el que nos relacionamos con el mun­
do, y la sintonía vibratoria que emitimos para atraer y crear las
experiencias de nuestra vida.» 79
Veamos los niveles que existen en las emociones y las
vibraciones.
Emociones y vibraciones altas
Amor, alegría, felicidad, pasión, libertad, gratitud.
Emociones y vibraciones medias
Entusiasmo, ilusión, optimismo, esperanza.
Emociones y vibraciones bajas
Aburrimiento, insatisfacción, impaciencia, agobio,
duda, inquietud, desánimo, pesimismo.
Emociones y vibraciones densas
Irritación, ira, decepción, vergüenza, celos, frustración,
terror, miedo, desesperación, impotencia.
Los actores, al meterse en los personajes, trabajan cada
una de las emociones y estados, desplegándolas exhausti­
vamente.
Completando el mundo de las emociones diremos que se
pueden asociar todas estas emociones, reacciones, estados y
sentimientos a los signos y también a los planetas. De hecho,
este es un material que se encuentra ya repartido, intercalado
e inmerso en Lunática, en la mayoría de las descripciones so­
bre los signos lunares.

79. El poder de las emociones, de Alejandra Plaza. http://alejandraplaza.


com/2011/08/el-poder-de-las-emociones/
Capítulo 4. La Luna 191

Comportamiento emocional
El comportamiento lunar nos hace gregarios, o nos lle­
va hacia atrás y hacia el pasado, a buscar en la memoria, o
a guardar el recuerdo en nuestras emociones, percepcio­
nes, y en el cuerpo. A veces esa memoria que nos lleva a
repetir una y otra vez algo, no se torna en aprendizaje, y
entonces se convierte en trauma. «La Luna es regresiva
por naturaleza, nos conduce hacia el vínculo madre-hijo,
porque nuestras emociones y necesidades corporales bá­
sicas, esencialmente no cambian.»80
Marcela Serrano le hace decir a uno de sus personajes
algo que sintetiza lo que vengo explicando: «Me impre­
siona cómo corremos todos a adherirnos a nuestro grupo,
haciendo hincapié en lo que más nos diferencia de los de­
más. Para hacernos iguales».81 Y continúa diciendo: «Así
seguimos, remando contra la corriente empujados sin
pausa hacia el pasado. Es una imagen maravillosa, que re­
presenta la condición humana. El pasado es un refugio se­
guro, una tentación constante y, sin embargo, el futuro es
el único sitio donde podemos ir. Los cuerpos retienen la
historia. La buena memoria puede tornarse abusiva ( ... )
debemos organizar el olvido».82
En la interpretación astrológica se hace hincapié en di­
ferenciar la memoria de lo nuevo. O sea, tratar de encarar
lo nuevo sin la carga de lo pasado.
80. Los Luminares, Liz Greene, op. cit.
81. El personaje es Layla, en la novela Diez mujeres, de la escritora chilena
Marcela Serrano. Buenos Aires, Alfaguara, 2011.
82. Diez mujeres, frase subrayada por el personaje de la terapeuta Natasha,
sobre algo que dijera el arquitecto Renzo Piano, galardonado con el premio
Pritzker.
192 LUNÁTICA

Si frente a la nueva experiencia seguimos respondiendo


desde la misma memoria histórica que guarda algún trauma
o vivencia problemática, crítica, difícilmente aprendamos
algo de lo nuevo que trae eso nuevo, mucho menos podre­
mos integrarlo en la conciencia para apropiarnos de la ener­
gía liberada que estuvo ahí escondida por debajo de su peso.
Responder desde la memoria es hacerlo desde el mecanis­
mo lunar, desde el pasado, desde el niño que no ha madu­
rado, que actúa repitiendo algún formato, del molde seguro
que no quiere cambiar.
En el siguiente capítulo encontraremos las descripcio­
nes correspondientes al comportamiento emocional y al
sentido del humor de cada signo lunar.
CAPÍTULO 5
DOCE LUNAS

Signos solares y signos lunares

¿Qué significa tener Sol y Luna en


los signos del zodíaco?
Al Sol y la Luna los llamamos luminarias o luminares
para diferenciarlos de los planetas en el ámbito de la inter­
pretación. «Una luminaria es una fuente de luz, o alguien
que sirve de ejemplo encarnando lo mejor.»
Sol y Luna son los auténticos «instructores del zodía­
co», teniendo en cuenta a la Luna como el primer mode­
lo, el primer amor, «la luz que nos enseña a relacionarnos,
a cuidar de nosotros mismos y de los demás, a pertenecer
y sentir compasión»,8 3 mientras que el Sol está asociado
al arquetipo del héroe, ese que «nos hará diferenciar para

83. Textuales de Los Luminares. Liz Greene. Howard Sasportas. Barcelona,


Urano, 1993.
194 LUNÁTICA

ser nosotros mismos». Ambos constituyen el cuerpo a


través del cual canalizamos las energías de nuestra carta
natal; el Sol tiene una energía más constante, en relación
con el yo consciente, mientras la Luna refiere a los cam­
bios del cuerpo, las emociones y los instintos.
El Sol en un signo, y una casa del zodíaco como datos de
nacimiento, es el lugar donde se asienta nuestro yo soy yo,
nuestra conciencia en latencia que se va desarrollando a lo
largo de la vida. Es el yo consciente que nos guía con su luz
para desarrollarnos individualmente.
La Luna en un signo, y una casa del zodíaco como datos
de nacimiento, es el lugar donde se asienta nuestro mundo
emocional (y todos los temas que trata este libro). Es el
sitio desde donde decimos yo siento, a mí me pasa, estoy
sintiendo. Y también en plural, sentimos.

¿Cómo es tener la Luna y el Sol


en un mismo signo?
Cuando alguien nace con las dos luminarias, el Sol y la
Luna, en el mismo signo, tiene dos maneras, mediante las
dos funciones, de canalizar la energía de ese signo, como
si fuera madre y padre a la vez. Están reunidas las funcio­
nes de ambos, y los sentimientos de ser y pertenecer, o lo
individual y lo gregario, coloreados por las mismas cua­
lidades y características. Esto les da un impulso especial
para proyectar y emprender con bríos, los temas referidos
a ese signo y casa en que están. Este impulso será más po­
tente aún si el Sol y la Luna están en relación o aspecto de
conjunción, en un orbe o área de acción de hasta 10° de
distancia uno del otro en la rueda zodiacal.
Capítulo 5. Doce lunas 195

Diferencia entre pertenecer y ser


Pertenecer y ser remiten a las energías de la Luna y el Sol
respectivamente, de acuerdo a su posición zodiacal. El Sol
nos da identidad personal, individual. Es el centro donde
nos instalamos a ser quienes somos para irradiar y emanar
nuestras cualidades en creaciones propias; y enfocar nues­
tro camino de realización individual. Somos quienes so­
mos en relación con la luz de la conciencia solar indicada
por nuestro signo de nacimiento. La Luna nos da la iden­
tidad y memoria histórica de la que provenimos todos los
integrantes de una misma familia, conformando con esos,
y otros factores, el sentido de la pertenencia como hilo
que nos une y enraíza con nuestros antepasados. Pertene­
cemos a un determinado linaje o estirpe, a esa familia, a
ese apellido, a ese origen ...

Una forma valiosa de autotrabajo


Propuesta para descubrir la propia pauta lunar
La pauta lunar, cuando no se conoce la posición de la
Luna en la carta natal, se puede descubrir investigando y
respondiendo por ustedes mismos las preguntas que plantea
Lunática a lo largo de todo el libro. Este es un ejercicio para
hacer con curiosidad y como si se tratara de un juego para re­
conocer las características de la propia identidad lunar. Tam­
bién es útil para comprender los conceptos lunares cuando
sí se conoce el dato, pero abordándolo de otra manera.
Para realizar el ejercicio es necesario leer las descripcio­
nes de los capítulos referidos a la pertenencia, la madre1
las defensas, los refugios, las emociones de su comporta­
miento habitual1 los temas de los decanatos, las esencias
secretas de cada Luna y anotar las que resuenan como
196 LUNÁTICA

propias. A partir de ese material y registrando las descrip­


ciones con las que mayor identificación siente, podrá con­
cientizar, de manera autónoma, todo el proceso de su me­
canismo de defensas, reacciones, repeticiones, veladuras,
como también la creativa satisfacción de sus necesidades
básicas, hasta la aplicación del don de esa energía. Si bien
la lectura de todas las descripciones del libro sirve para
guiar el ejercicio, pueden auxiliarse con algunas de las si­
guientes explicaciones y preguntas para orientarse mejor.
iQué se entiende por «pauta lunar» l
La pauta lunar es todo el conjunto de factores que re­
fiere no solamente a la ubicación y estado zodiacal, por
signo, casa y aspectos de la propia Luna en la carta natal,
sino además a las vivencias que se tienen en relación a los
temas lunares: la relación con la madre, las emociones que
despierta ese vínculo, la manera en que se vive, o aquello
que nos hace defendernos.
La Luna es el primer escalón desde donde partimos a la
vida independiente. Ver eso que cada uno repite sin darse
cuenta es fundamental porque en la repetición mecánica
develada está el cabo para tirar del hilo y extraer mucha
información. Generalmente ese hilo tiene una cola lar­
guísima y puede demostrar de dónde provienen las reac­
ciones irreflexivas, la repetición de algún hábito familiar,
porque «mi mamá me lo enseñó así o la abuela lo hacía
asá», reproduciendo algo que seguramente tenía otra ra­
zón de ser muy distinta. Un ejemplo muy ilustrativo es el
hecho de que varias generaciones de mujeres bordaban un
sol en algún bolsillo de su ropa. No sabían por qué lo ha­
cían. ¿Símbolo metafísico, o de especial linaje, espionaje
secreto, señales extraterrestres, recuerdo de algún escudo
Capítulo 5. Doce lunas 197

familiar? Nadie lo sabía, pero todas lo repitieron como


costumbre establecida y porque así lo hicieron antes todas
las demás ... sin preguntar; para un día enterarse de que la
tatarabuela solo lo había hecho para tapar una manchita ...
Imaginar este mismo ejemplo multiplicado en el mundo
emocional, en las costumbres, los secretos, esos silencios
de miradas con tanto para decir, las broncas guardadas, ge­
neración tras generación ... Mejor preguntar, como hacen
los chicos, una y otra vez; será una cuestión infantil, pero
altamente reveladora para sacudir lo anquilosado, conocer
más y poder poner un palo en la rueda de repeticiones me­
cánicas incuestionadas.

Estas son algunas preguntas sugeridas


para responder y preparar las hipótesis
¿ Qué es lo que valoro tanto como si fuera un tesoro?
¿ Qué no quiero perder porque lo siento como parte de mi
cuerpo?
¿ Cómo lo defiendo?
¿Qué me da seguridad?
¿Qué hago cuando me siento deprimido, temeroso o ame-
nazado?
¿ Cómo satisfago mis necesidades básicas?
¿ Cómo encaro la insatisfacción de estas necesidades?
¿ Con qué me alimento?
¿ Cómo es mi madre, y mi relación con ella?
¿ Cómo y con qué he reemplazado la leche materna?
¿ Cómo me gusta vivir y asegurarme en mi refugio?
Las respuestas a estas preguntas indican muchas cosas.
Fundamentalmente describen la materia o sustancia pri­
mordial de la cual está hecha la pauta lunar propia, con sus
198 LUNÁTICA

necesidades inherentes. Hablar de alimento es primordial


y fundante. Primero en el cuerpo, como el verdadero nu­
trimento que satisface el hambre y nos repone las energías,
pero también es importante ver en qué se ha transformado
la leche materna¡ descubrir si son hábitos, objetos, acostum­
bramientos de los cuales sentimos que no podemos despe­
gar, o son las actitudes superadoras de ese apego, usando
las mismas características de manera beneficiosa y útil.
En cuanto a la forma de gestar el hábitat, casa, hogar, re­
fugio, es clave ver por qué se lo configura abierto o cerrado,
con tal sistema de seguridad, protegido con siete llaves, rejas
y garita, o nada de eso y sin llave, en la ladera de una mon­
taña, risco, acantilado o volcán, o en un edificio donde las
paredes son de vidrio y da sensación de estar en el aire. Res­
ponder qué suele hacer cuando se siente mal o deprime, si
patalea como un chico, o si la situación lo incentiva y lo pone
creativo. Todo esto da claves sobre la propia pauta lunar.
Cuando con esta guía se descubre un hilo conductor en las
respuestas, entonces, pueden hacerse estas otras preguntas:
¿ Qué es lo que más he repetido en mi vida?
¿ Cuáles son las respuestas reactivas emocionales, aními­
cas, mecánicas y automáticas de mi conducta?
De esta manera se pueden empezar a aglutinar las
respuestas, y configurar la hipótesis general, y personal,
acerca de cómo es el patrón lunar con que se ha nacido.
En el caso de verificar que no coincide exactamente con
el dato preciso y real de donde se tiene la Luna en la carta
natal, de todas formas el ejercicio y su descubrimiento
es altamente significativo. Observar toda la elaboración
realizada aporta unos cuantos porqués y para qué se han
vivido así sus temas correspondientes, reconociendo
Capítulo 5. Doce lunas 199

que hay cosas que tal vez no están en el gráfico de la carta


natal, ni en las devoluciones de los astrólogos, pero sí en
ese espacio interior, íntimo, de cada uno, con todas sus
diferentes caras.
Esa información puede aparecer en las sinastrías, o en
las cartas dracónicas, o también en las ejercitaciones de
distintos estilos de terapia con que hoy se cuenta. Por eso
es un ejercicio muy valioso de hacer aun cuando se sepa
cuál es la propia Luna. Lo que digo puede parecer una
astroexcusa pero en realidad es algo que he descubierto y
transmito con conocimiento de causa. Más allá de saber
si alguien tiene la Luna en Géminis, Capricornio o Piscis,
conformar todo este conjunto de averiguaciones sobre sí
mismo, hace ahondar de otra manera en esa complejidad
histórica que anida en su interior.

Doce lunas
Siempre que se habla de Luna se alude a comporta­
mientos repetitivos, mecánicos, reiterativos, antiguos, que
siguen los instintos, lo infantil, lo pasado, antes de que lo
consciente se pueda instalar. Pero la buena noticia es que
toda esa mecanicidad instintiva puede ser descubierta y
transformada en algo útil.
En la carta natal, la Luna se encuentra en un signo de­
terminado, y ubicada en una de las doce casas del zodía­
co (áreas de experimentación de los temas concretos de
la vida), y puede o no encontrarse relacionada con otros
planetas. Todos estos factores la modifican, le imprimen
nuevas características que intensifican o menguan, enri­
quecen o restringen sus cualidades esenciales, haciéndo­
la más llana o más compleja. Lunática trata cómo es cada
200 LUNÁTICA

Luna según la energía del signo en que está emplazada. O


sea, los signos lunares, no los solares, aun cuando la ener­
gía de los signos solares y lunares sea la misma.
Antes de continuar, comparto un párrafo con muchas for­
mas de expresión de lo que una madre puede. Son palabras
de Clarissa Pinkola Estés. «Y como nosotras las madres de
familia también sabemos: la madre marca la pauta para todos
en la mesa. La madre marca la pauta para la familia entera.
Si da consejos amables; si es amarga y resentida; si está tan
ocupada tratando de subir por la escala laboral en lugar de es­
tar cerca de sus hijos; si es de apoyo en lugar de rencorosa; si
es receptiva y ayuda felizmente de formas reales, o está llena
de lugares comunes, promesas rotas, y repite el cliché de que
"tengo las manos atadas" en lugar de resolver de verdad los
problemas, guiada por su corazón roto e intuitivo, si se mueve
en el amor, siempre en el amor, no solo moviendo la boca con
la palabra "amor" de forma manipuladora; si tiene una suave
fiereza en ella; si no tiene ataques de resentimiento, porque
insiste en recordarles a todos que deben preocuparse por
ella ... » 84 Y sigue nombrando más y más formas de expresar
esa pauta marcada en la mesa y para toda la familia.

Las doce casas de la Luna


Las 12 casas coinciden con los 12 signos en el zodíaco
patrón de 1 a 12 y de Aries a Piscis. Tener la Luna en una
determinada casa se parece a las cualidades y características
del signo (y también de sus planetas regentes) correspon­
diente, teniendo en cuenta que las casas son áreas de expe­
rimentación de situaciones, temas y relaciones concretas; y
los signos, las cualidades abstractas que los colorean y visten.

84. Desatando a la mujerfuerte, op. cit.


Capítulo 5. Doce lunas 201

Es sabido que donde está la Luna h ay muchas posibi­


lidades de eso que simboliza; hay una mayor cantidad o
cualidades de lo que su signo y casa representan, ya sea
en experiencias, gente, estudios, trabajos o relaciones. Es
como tener un master, o el know how, un conocimiento
y experiencia especial, heredado y propio, respetado, de
cómo hacer, vivenciar o relacionarse con los temas de esa
casa y signo, al por mayor. Como se trata de la Luna, eso
mucho que hay en cada casa o signo, lo será siempre ins­
tintivamente, en función de necesidades o defensas, sin
diferenciar entre bueno o malo. La energía no tiene ni mo­
ral ni sentido del humor, simplemente se expresa tal como
es, para aquí o para allá; es la conciencia quien al recono­
cerla puede o decide usarla en un sentido u otro, por eso se
habla de la responsabilidad de los propios actos.
La ubicación de la Luna en las casas, o ámbitos donde
se experimenta lo concreto, provoca también multiplici­
dad de emociones en relación a los temas respectivos a
esas áreas, con todo tipo de cambios, estados y ciclotimias,
tal cual como la vemos en el cielo, donde es siempre la
misma, pero de muchos modos diferentes, de día como de
noche, y con un lado oculto que nunca vemos. Este con­
cepto de igual y variable es fundamental para comprender
cualquier cosa referida a la Luna.

En las casas de la Luna, de todo mucho hay


Luna en casa 1
Inaugurada por el Ascendente, la primera casa se pare­
ce a Aries, aunque esté en cualquiera de los doce signos, y
es la puerta de entrada a la vida. La Luna ubicada allí au­
menta la energía del calor-rojo-fuego-pasión, con cualidades
202 LUNÁTICA

que se traducen en una emocionalidad ardiente, pasional,


enfocada en lo que quiere, sin diferenciar entre deseo y ne­
cesidad, y con gran ímpetu para gestar cualquier cosa que
surja en el área de sus intenciones. Es una necesidad con­
tradictoria entre salir, arrancar, empezar, renacer, liberarse y
quedarse a gestar. La síntesis es gestar lo nuevo. La persona
no se reconoce en esta descripción, pero los demás sí la ven
así, cuidadosa y nutricia aunque apurada e impaciente.
Luna en casa 2
La Luna en esta casa representa, desde antes de nacer,
la necesidad de asegurarse concretamente en la vida. Tiene
muchas capacidades y recursos para gestar y relacionarse
muy bien con la valoración de lo propio, y lo logra a través
de poseer u obtener, tener, juntar, consumir, para estar y sen­
tirse bien. Sin embargo prima satisfacer más comodidades
y reaseguros, mediante el dinero, la acumulación de objetos
nuevos o viejos, los bienes materiales, cosas, gente, a veces
cosificada como una posesión. Si bien está satisfecho y tie­
ne ya lo que necesita, siempre quiere más. Y, dependiendo
del signo en que se encuentre, se verá cómo lo hace.
Luna en casa 3
Cuando alguien nace con la Luna en esta casa, tiene va­
rias personas qu� hacen de madres, o son sus hermanos
a los que trata como a hijos, los cuida, alimenta y ayuda
para que crezcan sanos y felices. Por el contrario, también
puede sentirse como un niño y son los más grandes quie­
nes lo cuidan. Es una Luna gestadora de ideas, cambios,
mudanzas, viajes cortos de ida y vuelta, discursos escritos
o hablados, chistes, cuentos, narraciones completas, y una
inmensa capacidad para enseñar a los más chicos y a los
carenciados. Tiene mucha información, papeles, juegos,
Capítulo 5. Doce lunas 203

viajes, estudios, hermanos, primos, colegas, relaciones pú­


blicas, movimientos, mudanzas y todo eso lo alimenta a la vez
que alimenta a otros.
Luna en casa 4
La ubicación de la Luna en esta casa promueve la
memoria y la presencia fuerte de la madre o figuras pro­
tectoras, la vida familiar, la historia propia, cultural, o
ancestral. Honra los lazos consanguíneos con suma con­
fianza, tanto su ascendencia como su descendencia. Ne­
cesita sentir asegurado y protegido todo lo hogareño, o
lo institucional referido al barrio, el pueblo o la ciudad.
Aumenta el sentimiento de pertenencia, hay mucha ma­
dre, reuniones familiares, sobreprotección y nutrimento.
Por supuesto, el signo de la Luna y sus aspectos darán la
tónica y el matiz a estos temas.
Luna en casa 5
La ubicación de esta Luna hace que la persona se desta­
que desde su presencia, imagen y apostura, generalmente
visible, acogedora, tierna, cuidadosa, y al frente de situa­
ciones en defensa de cualquier proceso de individualidad.
Considera a la familia como un centro donde crecer y apo­
yarse, para luego asomar la nariz y salir a ver qué pasa afue­
ra. Allí hay mucho ego y necesidad de demostrar o brindar
lo que sabe, lo que hace, lo que piensa, lo que hizo o va a
hacer. Son vastas las cualidades para el show off y el show
business, y subirse a hacer discursos en algún escenario.
Luna en casa 6
La ubicación de esta Luna refiere al cuidado y protec­
ción en relación a los temas laborales, su entorno y su gen­
te, ocupándose de casas, hogares o situaciones familiares.
Los temas referidos a la salud son su resguardo, el recurso
204 LUNÁTICA

y la forma de brindar su ayuda a otros. Favorece los am­


bientes ordenados, limpios y puros¡ y genera la necesidad
de beneficiar a otros¡ tiende al contacto con médicos, en­
fermeros o personal de hospital para satisfacer alguna que
otra emoción hipocondríaca, o de dar servicio al prójimo.
Luna en casa 7
Esta ubicación de la Luna hace a la persona conyugable,
vincular y dedicada a los demás a través de cuidados mater­
nales. Necesita estar siempre en relación de pareja o asocia­
da, para sentirse acompañada, protegida y segura, y suele
convertir a maridos o esposas en consentidos hijos para
poder cuidarlos. Su gran interés instintivo por las relacio­
nes sentimentales y afectivas, en sociedades o asociaciones,
son a la vez un espacio donde comprometerse y depender.
El área de los otros en general es de su incumbencia.
Luna en casa 8
Con esta ubicación lunar la persona calla y escucha; ab­
sorbe energía de todo lo que tiene a su alrededor y controla
sin que la vean. Teme y es temeraria, manipula, se mete en
conflictos, levanta defensas, las destruye, se siente indefen­
sa y poderosa, débil y fuerte, guarda viejos secretos familia­
res, o lealmente el secreto profesional, salvo que esté en sig­
nos de aire, entonces, las palabras vuelan fácilmente. Como
conoce los límites de la vida, vive intensamente cada una
de sus etapas, sabiendo sondear y descubrir los pormeno­
res de su sombra, y la de los demás. Necesita sumergirse en
las ocultas aguas que revelan saberes profundos, antiguos,
con cualidades mágicas, psíquicas, alquímicas y sanadoras.
Luna en casa 9
Con esta ubicación lunar la persona vivencia el mun­
do como su hogar con algún dios incluido, elige vivir en
Capítulo 5. Doce lunas 205

el extranjero, o en situaciones de estar rodeado de otras


culturas, las necesita para sentirse alimentada. O vive en
un ashram donde recibe casa, comida y las enseñanzas de
un maestro; también toma a la naturaleza como madre
abierta llena de metas a alcanzar. Hay allí exageraciones
de todo tipo. Genera dogmas e ideologías como bastio­
nes que defiende y refuerza con su saber metafísico, fi­
losófico, político o religioso. Ama viajar como si fuera su
alimento primordial; busca maestros, satisfacer placeres,
aprendizajes y búsquedas, y vivir la vida con un claro sen­
tido a seguir.
Luna en casa 1 O
La ubicación de esta Luna hace popular a la persona.
Se la ve por sus capacidades para ocuparse y referirse al
mundo a través de recursos de seguridad y protección
como base de su profesión o vocación, que además le
sirven como una forma de alimento y de defensa para sí
misma. Abundan en su vida las figuras de autoridad que
se comportan como madres o padres, de manera soste­
nedora y nutritiva, allanándole cada paso en los ascensos
que necesita transitar para alcanzar su meta. Estas perso­
nas o situaciones lo imbuyen de tradiciones, mandatos y
proyecciones de conquistas familiares con posición social
prominente y relevante.
Luna en casa 11
La ubicación de esta Luna aumenta la necesidad de es­
tar en grupos, en tareas de índole cultural o social, como
en el ámbito de las amistades, por sentir pertenencia en
lugares más allá de lo familiar, o por afectivizar esos espa­
cios que lo alimentan, y lo defienden, de sus propias ansie­
dades existenciales. Algo que usa creativamente, o como
206 LUNÁTICA

mecanismo de escape para no crecer. Tiende a dedicarse


muy especialmente a satisfacer necesidades de otras per­
sonas y mejorar el bien común, social y futuro. Cuenta con
muchos amigos, proyectos, grupos que tienden a ir a la
vanguardia de las costumbres establecidas.
Luna en casa 12
La ubicación de esta Luna le da a la persona una viven­
cia de máxima disolución o entrega, en los temas referidos
a la maternidad, las defensas, la protección y seguridad
propias, familiares y universales. Todo eso se le aparece
como disuelto en el agua, y tiene la sensación de no con­
tar con una madre, o hijos, o certezas de ninguna índo­
le. Por eso, suele perderse en la empatía global que siente
por todas las emociones, dolores, sufrimientos o alegrías
ajenas, como si fueran suyas. Tiene muchos sueños y fan­
tasías; siente una gran indiferenciación por las múltiples
y variadas direcciones a seguir, y la constante necesidad
de cumplir con algún tipo de misión que le haga sentir el
profundo éxtasis de la trascendencia espiritual.

Variadas descripciones de la Luna


en cada uno de los doce signos zodiacales
A modo de un Emocionario, va el siguiente ordena­
miento que siguen las descripciones.
l. Descripciones sensoriales
2. ¿ Cómo es tener la Luna en cada signo?
3. Descripciones alimentarias
a. Alimento del cuerpo
b. Alimento del carácter, el alma y las emociones
3. Descripciones habitacionales y de seguridad
a. ¿Dónde vive?
Capítulo 5. Doce lunas 207

b. ¿Cómo es su casa?
c. ¿Dónde se siente más seguro?
4. Descripciones emocionales
a. ¿Cuál es el refugio de cada signo lunar?
b. ¿A qué le tiene miedo cada Luna?
c. ¿Qué le provoca enojo, resentimiento e inquietud a
cada signo lunar?
d. ¿Cuál es el escenario que arma cada Luna para
complicarse la vida?
e. ¿Con qué se entrampa cada Luna?
6. Descripciones de la conducta lunar en cada signo
a. ¿Cómo es el comportamiento de cada signo lunar?
2. Descripciones humorísticas
a. ¿Cómo es el sentido del humor de cada signo lunar?
b. ¿Con qué juguetes se divertía de niño cada Luna?
3. Un bonus plus de descripciones
a. Dime qué madre tienes y te diré de quién te enamoraste
b. Algunas frases para cada signo lunar
3. Lunas famosas
a. Lunas de personas conocidas cuya interpretación
es prácticamente unívoca
1. Descripciones sensoriales
Veamos una forma de expresión del factor Luna de
acuerdo a lo sensorial mediante alusiones a colores, textu­
ras, aromas, temperaturas, sonidos, seres vivientes, paisa­
jes. Para entender a cada Luna desde sus cualidades. Esto
permite ir entrando desde lo energético hacia las descrip­
ciones personales.
Luna en Aries
Color rojo. Aspereza. Huele a calor, a aire caliente,
como la arena del desierto o la playa ardiente. Sonidos
208 LUNÁTICA

metálicos, estridentes, de restregar vidrios. Rujen como


felinos, muestran sus dientes. Fiereza en los ojos. Voces
humanas subidas de tono; chistidos, gritos, silbidos. Ca­
rrera. Vidrios rotos. Aroma de ajillo frito chisporrotenado
en la sartén. Carne cruda. Matadero. Dunas al sol. Múscu­
los. Amanecer potente. Pimentón. Comida picante. More­
tones. Tabaco. Ortiga que hace arder la piel. Flechas que
pasan zumbando.
Luna en Tauro
Aromas de la naturaleza toda. Placer cenestésico de es­
tar ahí, recostado en el pasto recién cortado, sostenido por
la tierra húmeda, fresca. Verdes claros, oscuros, siempre
verdes. Tonalidades terrosas, crudas, y cocidas como la­
drillos. Dulce de leche. Comida casera. Se siente todo cer­
ca y alrededor, olores, aromas, sonidos, trinos, mugidos,
árboles, el cielo, los frutos, el pasto, animales, el cuerpo, lo
sensorial. Suavidad pesada, mullida, silenciosa. Un tambo.
El campo. Un prado. Ladridos de un perro lejano. El olor
del dinero.
Luna en Géminis
Viento suave, o fuerte, brisas. Revoloteos de alas. Sen­
saciones intangibles, ausentes y presentes. Arriba. Mo­
vimiento impenetrable. Tibio, frío, caliente, cambiante.
Ruido. Superficie. Los tonos del aire que no se ven, como
los lilas azulados de la atmósfera. Transparencias, veladu­
ras; rincones camaleónicamente disfrazados de un nuevo
color. Aves. Zumbidos. Vuelos. Zancudos. Pilas de libros,
olor a librería. Polvillo. Polen. El sonido de las páginas al
pasarlas, el de las teclas en el piano, o de los ríos torren­
tosos y las calles bulliciosas. El tábano y el moscardón. El
cielo rojizo que anuncia viento para mañana.
Capítulo 5. Doce lunas 209

Luna en Cáncer
Blancura de perlas iridiscentes, adentro, como en las val­
vas de las ostras. Envolventes y mullidos brazos, abrazos que
reciben en su seno. Aguas termales. Sonidos apagados sobre
alfombras. Comodidad, reposo, cuidado. Frutas deliciosas,
higos, granadas, mangos, pulposos, sabrosos. Calidez. El
aroma de las comidas de la infancia. La sopa. Vapor tibio
relajante. El fragante jardín de invierno. Toallas calentitas
en el cuerpo. Meterse en la cama. Respirar el olor de los jaz­
mines, las madreselvas, los azahares del limonero entrando
por la ventana. La huerta multicolor del abuelo. Las dalias.
Las rosas de dos colores. La parra y el naranjo en flor.
Luna en Leo
Amarillos, naranjas, relámpagos de oro y de dorado.
Calor suave, intenso y suave otra vez. Latidos. Destellos
de la luz solar en todo su recorrido. Sabor a vida. Todo
creciendo. Brillantes espejos de imágenes devueltas. Fron­
das decoradas. Bordados con relieve. Acariciar terciopelo,
suavidad lujosa. Frutos tropicales en bandeja de orfebre,
joyas preciosas, coloridas, destellantes servidas, visibles,
al alcance de la mano. Margaritas sin deshojar. Elixires sa­
brosos y espirituosos, manjares de reyes. Sombreros con
plumas y perfume francés. La luz que da sombras. El de­
corado oro y azul sobre el blanco de la porcelana. La piel
bronceada. La reposera y el libro.
Luna en Virgo
Peltre. Semillas. Grises. Lo intermedio, lo neutro, tibio
tirando a frío. Seco. Áspero, o liso perfecto, pulido, bru­
ñido. Azogue de espejos donde se miran otros. Campos
cosechados, rollos de cereales listos para desgranarse en
los silos. Olor a limpio, sano, natural. Verduras. Pastizales.
210 LUNÁTICA

Lavanda. Perfumadas camisas planchadas impecablemente.


Trigal amarillo. Cajones ordenados, ropa apilada por colores.
Oquedades. Ruido de máquinas en funcionamiento. El cami­
no de ida y vuelta al trabajo. Sacarse los zapatos al entrar a casa.
Los brotes de alfalfa creciendo en la cocina. Cereales de todos
colores. Antiguos frascos de farmacia con etiqueta grande.
Luna en Libra
Sabor de azúcar o de miel. Suavidad. Colores pastel.
Lo bello al tacto, la mirada y el oído. Etéreo y sutil como
alas de palomas blancas, o mariposas fugaces. Sonidos de
flauta dulce. Armonía impresionista. Verdes, rosas, lilas,
celestes, grises. Tonos, pases aéreos. Sonatas. Claro de
Luna. Revistas prolijamente apiladas, de arte, decoración,
moda. Sedas. Sillones de estilo para sentarse cuidando las
formas. Contemplación. Paisaje tibio en la ventana. Aro­
ma de té con canela. Floreros con rosas blancas, romero y
alelíes. La pasarela llena de moda mezclada con perfumes.
La ropa elegante, con sombrero y guantes.
Luna en Escorpio
Los rojos oscuros, el carmín y el púrpura. Escarlata.
Áspera textura incómoda con tachas. Perfumes intensos.
Agujas. Flores y plantas que atrapan los sentidos. Piercing
en la boca. Sonidos peligrosos. Blancura de lotos sobre lo
negro. Paisaje sombrío, inquietante, oscuro. Interiores bo­
rrosos. Filos. Aristas. Cornisa de cráter y lava. Petróleo. El
olor del miedo y la sangre. Flujos del cuerpo. Orquídeas.
Y la luz verde que llega a curar, sanar, refrescar, las heridas,
las pasiones o el amor intenso. Comida afrodisíaca. Pi­
cor de pimienta y mentol. Lo untuoso. Masaje profundo.
Amanece después de la tormenta. El horno encendido, la
luz apagada. Chocolate espeso. Otoño. Fragor.
Capítulo 5. Doce lunas 211

Luna en Sagitario
Olor al mapa desplegado de lugares ignotos, visitados.
El multicolor de las aventuras. Comidas diferentes. Textu­
ras suaves, cálidas, sedosas, amables. Paisajes de horizon­
te lejano como meta. Ruido de maletas al cerrarse. Tra­
queteo del tren antiguo. Rugido de turbinas despegando.
Memoria del olor del mercado en cada pueblo. Papayas,
sandías, paltas, jícamas. Calor. Gozo en los sentidos. Co­
mer rico, colorido, sabroso, intensamente, mucho. Largas
sobremesas. Alegría. Amapolas. Jengibre alimonado y pi­
cante. Paseo en globo. El té de todas partes del mundo.
Una taza de café recién molido. Las hortensias inmensas
en el delta. La miel que viene de la selva.
Luna en Capricornio
Negro azabache, grises oscuros y negro carbón. Dureza
de cristal y diamante. Liso, frío, transparente. Montañas
de cimas nevadas, escalonadas, escarpadas, inaccesibles.
Altura. Poco oxígeno, mucha vista. Amplio panorama.
Desfiladeros. El olor del frío, de la nieve, de la helada.
Chocolate. Carne salada. Agua de vertiente mineral, tan
pura. Batir de alas de águilas y cóndores. Escaleras al cielo.
Brillo de sol, opaco nevado. El sonido de las pisadas en el
suelo escarchado. Glaciar. Ballenas de los mares del sur.
Paisajes elevados, yermos. Los pies y las manos en la ba­
randa al precipicio. La casa pintada de blanco por dentro
y por fuera. Sin estantes, sin adornos, sin libros. Vista des­
pejada. Armadura de metal.
Luna en Acuario
Aromas, sonidos, colores del cielo. Tocar lo fragmenta­
do. Ver en la luz del rayo lo por venir. No hay textura única,
cada pedazo difiere, caliente, rayado, con relieve, sin forma,
212 LUNÁTICA

insólito. Sonido de alas batientes que despegan y se elevan,


se van. Aviones. No hay volver. Galaxias. Luces de otros
mundos. Tonalidades metalizadas del gris, el celeste, el vio­
leta. El color de las semillas, de la copa de los árboles más
delgados y altos. Prisa. Rascacielos que dan vértigo. Trans­
parencias angelicales. El fuego de los dioses en la tierra. Mú­
sica acústica, electrónica, disarmónica, disonante. Trajes de
astronautas. Fotos de lugares inverosímiles del suelo y de la
altura. Comunicación telepática. Mirada fotográfica.
Luna en Piscis
Amanecer de sol brillante sobre el mar inmenso al fren­
te. Olas que rujen. El olor de la arena mojada. Meter las
manos en el agua, tocar los caracoles, las algas, las anémo­
nas. Sumergirse y ver otras cosas, salir a respirar. Hundir­
se, navegar y volver a salir. Frescura de brumas. Espuma de
mar. Estrellas de mar. Todos los peces del mundo, su movi­
miento, su silencio, sus colores. Presencia del fondo oscuro
inalcanzable. Tonos de tornasol, iridiscencia. Luces huidi­
zas, hipnóticas, variables. Aromas embriagantes. Cocina
mediterránea. Olivas negras. Mariscos. El vino y las vides
alineadas, infinitas. La inmensa alegría de la danza circular.
La paz de meditar. Oír música para relajarse y dormir.
2. ¿Cómo es tener la Luna en cada signo?
Las descripciones no son taxativas, algunas son rea­
les, otras metafóricas, o son recuerdos de cosas que he
oído o visto. Tienen el fin de sugerir ideas para ir pensan­
do cuánto abarcan las instintivas doce lunas.
Luna en Aries
Es como tener una historia de guerreros. Con esta Luna
la persona es fogosa, pasional, corajuda, independiente.
Necesita ser la primera en decir «yo voy, yo lo hago», aun
Capítulo 5. Doce lunas 213

sin terminar de escuchar el pedido o la consigna completa.


¿Sentir? Siente puro deseo de empezar, algo lo impele a
salir, ser, seguir para adelante, no importa lo que deje en
el camino.
Luna en Tauro
Es como venir de una familia de banqueros o terra­
tenientes. A la persona le gusta ir sobre seguro; necesita
masticar cada tema antes de hablar, informar o comentar
algo, y se toma todo su tiempo antes de hacerlo. Mejor no
molestarla cuando está descansando o comiendo. ¿Cam­
biar? No. Tiene mucho que disfrutar donde está instalada,
segura e inamovible.
Luna en Géminis
Es como haber nacido en la Biblioteca Nacional. Con
esta Luna la persona quiere seguir aprendiendo, no cono­
ce los límites, no tiene piso ni techo en ese sentido. Se di­
vierte mucho con libros, diarios, cuadernos, cámaras de
foto, lapiceras, lo último en tecnología, gente, juegos de
mesa, teléfonos, bailar, pasear; y necesita todo eso para
después informar y hablar mejor, con léxico enriquecido.
¿Quedarse quieta? No puede. Tiene energía para andar de
acá para allá sin parar. Hay demasiadas cosas buenas en la
vida como para perdérselas.
Luna en Cáncer
Es como haber nacido con el sello puesto del arqueti­
po universal de la Gran Madre. Es la persona que necesita
celebrar y honrar la vida sintiendo que tiene una familia, o
que pertenece a una congregación, club, institución, aun­
que más no sea, una sociedad de fomento. A la hora de re­
unirse con su gente se transforma, se le pasan los temores,
el malhumor, la ciclotimia, los dolores, todo eso que suele
214 LUNÁTICA

aquejada; y cocina, se arregla y se prepara como de fiesta


para cuidar, alimentar, dar consejos y sobreproteger a sus
parientes, alumnos, vecinos, amigos y clientes más allega­
dos. Si no lo hace así, siente que nadie la va a querer más.
¿Viajar? ¿A dónde, para qué? Si está tan bien en su casa.
Luna en Leo
Es como haber nacido en una familia de actores, di­
rectores de orquesta, aristócratas, divos, actrices, artistas
o dirigentes. La persona conoce el escenario, creció entre
personas con mucho ego y presencia que le satisfacían sus
caprichos de hijo preferido o único. Necesita sentir esa
diferencia, cómoda o incómoda, que a su vez genera su
propia originalidad. ¿Ceder el asiento? Ni se le ocurre, y si
se lo hacen notar, tardará un buen rato en reaccionar.
Luna en Virgo
Es como haber nacido en una familia de labriegos,
donde todos trabajan de sol a sol, planificando, orde­
nando, previendo cada detalle y reflexionando antes las
cosas, mucho. Con esta Luna la persona conoce perfec­
tamente los pasos de un ciclo, o de un proceso laboral;
necesita ser servicial y colaboradora, de manera eficiente
y eficaz. ¿Obsesiva? Y sí, un poco. Lo sabe, pero mejor no
hablar de eso; tiene bastante energía para seguir acomo­
dando las cosas, siempre falta algo para que todo luzca
impecablemente.
Luna en Libra
Es como provenir de una estirpe de diplomáticos, cón­
sules, agregados culturales, abogados o mediadores. Aun
cuando el mundo se viene abajo, la persona con esta Luna
tiene buen ánimo para alentar a la gente a tranquilizarse
y estar bien. ¿Si se preocupa por eso en lo personal? Para
Capítulo 5. Doce lunas 215

nada, continúa adelante con la mejor predisposición¡ si


hay desgracia que no se note. La vida es más linda cuando
se la vive con calma, buen humor y amigos con quienes sa­
lir a pasear. Además, hay tantas cosas que se pueden pen­
sar para este mundo en llamas.
Luna en Escorpio
Es como haber nacido en un hospital de guerra. Cuan­
do no tiene un problema propio la persona con esta Luna
se busca uno ajeno, la cuestión es estar enrollado en algo.
Necesita sentir esa intolerable presión que la oprime bien
apretadamente, para poder accionar, si no, eso no es vida,
tanto sea para sufrir como para gozar, o sanear heridas.
¿Asumir lo que le está pasando o sintiendo en ese momen­
to? Nunca. Siempre se puede ir un poquito más abajo, más
hondo, más oscuro y peligroso.
Luna en Sagitario
Es como haber nacido en un país extranjero y haber
emigrado a su patria desde joven¡ la diferencia ya lo ha
marcado. La persona con esta Luna suele decir que es me­
jor cien pájaros volando que uno en mano. Muchos dichos
al revés le caben, no porque quiera hacerse la diferente1
sino porque sabe1 conoce o ha visto1 estudiado o leído algo
que los demás no saben, y eso le da una sensación suma­
mente placentera. ¿Qué puede hacer con eso? Y... cantar­
lo con felicidad y alegría a los cuatro vientos.
Luna en Capricornio
Es como haber nacido en una familia de montañeses.
Son personas serias, circunspectas1 andan con cuidado,
con la atención puesta en el precipicio1 la niebla1 la nieve1
las piedras1 llevando poca carga1 pero gran solemnidad1 y
la tenacidad de quienes saben cómo hacer las cosas para
216 LUNÁTICA

subir y bajar, llegar hasta lo más alto y volver. Suele pedir


que le den el desafío de un objetivo (en lo laboral, claro),
para cumplirlo. Eso le sale perfecto, pero en la intimidad
está dentro de un blindaje a siete llaves, y no se relaja nun­
ca; sigue proyectando nuevas escaladas. Los demás le re­
claman lo difícil que es llegar hasta ella, pone demasiadas
barreras. ¿Llorar? Jamás, y menos delante de la gente.
Luna en Acuario
Es como haber nacido en un avión volando a diez mil
metros de altura y con turbulencia. La persona con esta
Luna ha sufrido la sensación de soledad y vacío desde
chica. Justamente la metían en un tren o avión para ir a
ver a su papá en otra ciudad o al otro lado del mundo,
o la dejaban en su casa, acompañada por una baby-sitter
diferente cada vez. Entonces hacía cosas raras, se escon­
día, colgaba los muñecos del cuello por el balcón para
sorprender a los vecinos de abajo, se hacía la muerta o la
enferma, dibujaba en las paredes; algo tenía que inventar
para no aburrirse. ¿Sentir? ¿Qué es eso? Generalmente
no siente nada.
Luna en Piscis
Es como haber nacido en una familia de misioneros,
siempre hay alguien más a quien ayudar, salvar, invitar, o
llevar de regreso a su casa. Es la persona que lava todos los
platos, cacerolas y cubiertos, vasos y fuentes, antes de irse
de la fiesta donde fue invitada. Pueden ir a su casa, ahí tie­
ne lugar para todos. ¿Qué van a comer, o dónde van a dor­
mir? No sabe, ya se le va a ocurrir algo. Lo que sí sabe es
confiar en que les va a llover maná del cielo, ya que siem­
pre consigue usar efectivamente su varita mágica.
Capítulo S. Doce lunas 217

3. Descripciones alimentarias
Estas descripciones refieren a cómo cada signo lunar
sustituye la leche materna. Veremos cómo lo hace a nivel
corporal, y también en cuanto a cómo alimenta su carácter,
el alma y su emocionalidad. Son metáforas para sugerir ideas
y dar información sobre cómo son las Lunas.
a. Alimento del cuerpo en cada Luna
Luna en Aries
Animales de caza.
Luna en Tauro
Carne, verduras, legumbres, queso, cereales, frutos se-
cos, postres, y todo lo demás.
Luna en Géminis
Semillas. Jugos de frutas. Licuados.
Luna en Cáncer
La leche. La sopa, el puchero, las pastas del domingo.
Caramelos.
Luna en Leo
Faisanes. Caviar.
Luna en Virgo
Comida dietética, sin sal ni conservantes.
Luna en Libra
Frutas, sushi, flores.
Luna en Escorpio
Carnes rojas.
Luna en Sagitario
Carnes ahumadas, jabalí, ciervo, salmón. Trufas. Pos­
tres chocolatosos con frutas tropicales. Mucho.
Luna en Capricornio
Comida sintetizada, resecada, congelada.
218 LUNÁTICA

Luna en Acuario
Comida de astronautas.
Luna en Piscis
Comida molecular.
b. Alimento del carácter, el alma y las emociones de
cada signo lunar
Las siguientes descripciones también son metafóricas,
incluyen la necesidad de alimentar la propia manera de
ser, a veces el alma, o la emocionalidad, el carácter, cuando
cada Luna ya conoce su propio don.
Luna en Aries
Alimento muscular: carrera, caminatas, música fuerte
de rock pesado, artes marciales.
Luna en Tauro
Alimento material: ocio en la hamaca, reposera, aire li­
bre, campo, un sustento nutritivo lleno de verde, cielo y sol.
Luna en Géminis
Alimento intelectual: nuevos estudios, revistas, cru­
cigramas o libros, comprados en cantidad, con anticipa­
ción, para no quedarse nunca sin algo para leer, o resol­
ver. Salidas de fin de semana, siempre distintas, siempre
con otras personas.
Luna en Cáncer
Alimento casero: la ronda familiar de contarse lo que
han hecho en el día. La buena comida, una cama inmensa
con colchón de agua. Escuchar las voces queridas, cancio­
nes de cuna, sonidos de risas infantiles.
Luna en Leo
Alimento real: buena vida, llena de viajes y placeres.
Miradas que nutren tanto como la comida. La gimnasia de
moda. Algunas meditaciones, buen cine y mejor literatura.
Capítulo S. Doce lunas 219

Luna en Virgo
Alimento sano: poco, lo bueno si breve dos veces bueno.
Luna en Libra
Alimento vincular: la belleza. Las relaciones calmas y
armoniosas.
Luna en Escorpio
Alimento purificador: el poder que absorbe de otras
fuentes. Las novelas de ficción donde la vida pende de un
hilo. Temazcal cada tanto para revivificarse.
Luna en Sagitario
Alimento superior: el conocimiento, aprender y dar sa­
ber. Su alma toma del cielo, el prado y el paisaje la mejor
sustancia para subsistir.
Luna en Capricornio
Alimento top: el ascenso del sueldo y de su rol en el es­
calafón, en su proceso de autorrealización trascendental.
Luna en Acuario
Alimento instantáneo: lo que sintetiza las cosas de la
vida cotidiana, las novedades, lo rápido. Ir más allá.
Luna en Piscis
Alimento marino: hidromasajes, buceo, nadar. La co-
laboración.
4. Descripciones hahitacionales y de seguridad
a. ¿Dónde vive?
h. ¿Cómo es la casa que habita?
c. ¿Dónde se siente más seguro?
No sé si los lugares que habitan los lectores con estas
lunas son exactamente como los describo. En todo caso,
sirven como imágenes para seguir conociendo cómo es
cada signo lunar, cómo se comporta, cómo siente, dónde
se siente mejor, con qué espacios a su alrededor, con qué
220 LUNÁTICA

colores u objetos en su hábitat. Las descripciones siguen


siempre la energía del signo.
Luna en Aries
¿Dónde vive?
En un lugar tórrido, tropical, selvático, o en la playa, es­
pacioso, abierto, plano, con sol, luz natural, amplitud. En
la jungla, el monte, la selva, donde el riesgo se presenta
todo el tiempo.
¿Cómo es su casa?
Abierta, grande, sin objetos-obstáculos en el cami­
no, con un jardín enorme y sin plantas, solo césped bien
cortado al ras, para tener la sensación de poder correr,
revolcarse, disfrutar de su frescor y poder caminar des­
calzo allí. Sabe cómo defenderse, no necesita rejas. Sí le
gusta tener unos cuantos perros bravos, más por gusto e
identificación que por defensa. Tiene un lugar preparado
para hacer fogones a la noche y una enorme parrilla para
los asados o barbacoas.
El interior del hogar es simple, rústico, amplio, prefiere
eso y no le importa ni el buen gusto ni el confort. Pinta
alguna pared de rojo tomate, para vivificar y estar activado
en todo momento. Buena iluminación natural, mesas y si­
llas o bancos que a los demás les resultan ásperos. Nunca
dos sillas o sillones iguales o de a pares.
¿Dónde siente más seguridad?
Le da más seguridad estar afuera que adentro.
Luna en Tauro
¿Dónde vive?
Donde haya paisajes tranquilos de la naturaleza como
un valle fructífero, prado o bosque de árboles frondosos,
añosos y fuertes.
Capítulo 5. Doce lunas 221

¿Cómo es su casa?
Cómoda, confortable, sin importar si es casa o departa­
mento, tiene suficiente espacio para colocar los objetos de
valor que va adquiriendo. Sobre todo alfombras mullidas,
enormes y silenciadoras. Detrás de algún cuadro, la caja
fuerte. Sus muebles son de buenas maderas nobles lustra­
das, los sillones, grandes, amplios, para hundirse en ellos,
con almohadones para disfrutar del ocio, la chimenea,
o la vista al exterior. La iluminación es leve y apropiada
para cada rincón o espacio, no todo está iluminado parejo
desde arriba para ahorrar energía. Aprecia la luz natural
que entra por las ventanas que miran al cielo o a los árbo­
les¡ necesita ver verde. Si es posible tiene un jardín, fondo
o terreno bien florido, con árboles frutales y una buena
huerta. Bajo un tilo coloca una mesa y sillas para comer
afuera. Hamacas entre otros árboles. Si no, patio o balcón
con aromáticas en macetones. Necesita que el placer esté
presente cada día de su vida.
¿Dónde siente más seguridad?
Adentro, en su casa tan acogedora, en verano refrigera­
da, en invierno caldeada, con una salamandra y troncos de
quebracho, fragantes, duraderos.
Luna en Géminis
¿Dónde vive?
En la ciudad y en el campo, en la playa y la montaña,
siempre en más de un lugar para tener la excusa justa para
viajar, ir y venir, y andar comunicando o interconectando
a los de allá con los de acá. Si vive en un departamento,
o en una casa con muchos ambientes pequeños, procura
tener, o visitar, una quinta en las afueras en la ciudad.
222 LUNÁTICA

¿ Cómo es su casa?
Su casa tiene muchos recovecos, espacios y rincones lu­
minosos, coloridos, pequeños, llenos de libros, carpetas,
papeles, ordenadores, teléfonos, radios, diarios, aparatos
de televisión de última generación. Más parece una biblio­
teca que una casa. Necesita tener varios escritorios, uno
solo no le alcanza, para cambiar, de día en uno, de tarde
en otro, y a mediodía o de noche tal vez la mesa del come­
dor o de la cocina, o de un bar, se convierten también en
lugares de estudio y trabajo. Los pisos son de materiales
fáciles y rápidos de limpiar. Los muebles, livianos, de ca­
ñas, o maderas suaves, claras, que casi no se ven; todo tie­
ne muchos cajones y estantes. Hay objetos en el camino,
dispersos por todas partes, sobre o debajo, o al costado, y
arriba de la heladera. Mantas de distintas etnias sobre los
sillones cómodos y bien iluminados para recostarse a leer.
Un balcón lleno de plantas, de diversa naturaleza, aromá­
ticas, orquídeas, crasas, enredaderas, en macetas pintadas
de variados colores; parece un jardín abigarrado. De todos
modos no tiene tiempo para quedarse ahí y disfrutarlo.
¿Dónde siente más seguridad?
Afuera y adentro, arriba y abajo, todo le gusta por igual,
siempre variando para no cansarse. No piensa en la inse­
guridad, se olvida de cerrar con llave, las puertas se abren
de repente con el viento, y ríe a carcajadas.
Luna en Cáncer
¿Dónde vive?
En un barrio cerrado y custodiado las 24 hs del día los
365 días del año. En el campo, en lugares como quintas,
chacras o estancias, countries.
Capítulo 5. Doce lunas 223

¿Cómo es su casa?
Su hogar parece un búnker o una fábrica, por fuera gris
opaco, por dentro todas las comodidades imaginables, ha­
bitaciones amplias, de colores cálidos bien claritos, con si­
llones de cuero suave y blando, chimenea encendida nueve
meses al año, la cocina con una mesa enorme donde reunirse
cada día todos juntos en familia a desayunar, almorzar, me­
rendar y comer por las noches, siempre adentro, aunque el
jardín o terraza o patio sean también grandes y confortables.
Decora con colores tradicionales, coloca gran cantidad de
fotos sobre los muebles, hay cochecitos y juguetes por ahí.
¿Dónde siente más seguridad?
Esta es la Luna que mayor seguridad necesita en su casa.
Pone todas las formas de reaseguro que existan: rejas, va­
rios sistemas de alarmas simultáneos, si falla uno está el
otro, perros fieros, garita con guardián armado en la misma
puerta de entrada, y otra en lugar vulnerable. Mejor que
la fachada sea bien austera para engañar¡ adentro h ay algo
muy valioso que cuidar: la familia, los niños, los mayores,
las pertenencias heredadas. Si vive en un departamento eli­
ge esos que tienen muchas puertas antes de llegar al ascen­
sor, con vigilancia las 24 hs. Es necesario anunciarse para
que el portero vea si el visitante invitado está anotado en la
lista de entradas, y anunciarlo antes al dueño.
Luna en Leo
¿Dónde vive?
En un barrio estilo parisino. En hoteles de lujo. En ba­
rrios residenciales en las afueras de las grandes ciudades, o
en los nuevos barrios hipermodernos, con edificios inteli­
gentes, vista el río, al mar o a la montaña, en el mejor piso,
con el sol del amanecer y también el del atardecer.
224 LUNÁTICA

¿Cómo es su casa?
Su casa debe sentirse palaciega aunque sea un departa­
mentito. Con más placards que otra cosa, e inmensos espe­
jos en sus puertas o en las paredes de todas las habitacio­
nes, cuanto más grandes, mejor. Su disfrute y placer deben
coronar cada uno de sus días. Coloca cuadros suntuosa­
mente enmarcados con pinturas importantes. Las puertas,
contramarcos y dinteles de las habitaciones tienen artísti­
cas molduras doradas a la hoja. Le gusta el brillo, el lujo, lo
costoso, y eso se ve muy bien distribuido y acomodado en
su hogar: libros, obras de arte, tapetes orientales, muebles
de estilo, sillones principescos amarillos, naranjas, rojos, y
hasta dorados.
¿Dónde siente más seguridad?
En el lugar más visible de su casa, en terrazas y balcones
a la calle o donde haya mucha gente, música, buenos pai­
sajes y vistas extraordinarias.
Luna en Virgo
¿Dónde vive?
En un barrio industrial fuera de la ciudad, cerca de la fá­
brica donde trabaja, o en algún pueblo pequeño, aireado,
típico, con su plaza limpia y los monumentos pulidos; si es
en la ciudad, vive en barrios periféricos, o en pleno centro,
donde cada casa, edificio y departamento son iguales.
¿Cómo es su casa?
Necesita vivir con pocos objetos y el mobiliario justo y
útil, en espacios delimitados y reducidos. Limpieza profun­
da constante para liberar los ambientes del polvo, los ácaros
o cualquier germen que pueda acarrearles alergias a los inte­
grantes de la familia. Las paredes son blancas, pero rebajado
con un poco de gris para que no encandilen. Prefiere los
Capítulo 5. Doce lunas 225

objetos artesanales, de cerámica, madera o peltre; los ma­


teriales y utensilios no extravagantes sino útiles, afilados,
pulidos, limpios, listos para ser usados, y no como meros
adornos. Gusta de colocar biombos y puertas corredizas
de papel como en las casas orientales. Los pisos son de
mosaicos, o de madera encerada, no le gustan las alfom­
bras por razones higiénicas, juntan polvo.
¿Dónde siente más seguridad?
En la oficina, en el escritorio de su casa, trabajando acti­
vamente, delimitando cada espacio y situación para no mez­
clar una cosa o situación con otra. Le encanta plantar aromá­
ticas en la huerta, arreglar el jardín, o acomodar el galponcito
del fondo. Cuando se le aumentan los miedos, necesita estar
cerca del timbre de emergencia, con una agenda bien nutrida
al alcance de la mano. Y, en líneas generales, siente seguridad
en lugares donde pueda brindar sus cualidades serviciales.
Luna en Libra
¿Dónde vive?
En el barrio más coqueto, chic y bien de la ciudad, don­
de los edificios parecen embajadas, con ornamentos, pla­
zas de ensueño y flores por todos lados.
¿Cómo es su casa?
Tiene una casa cómoda, confortable, con un gran living
o sala de estar para recibir y hacer reuniones. Necesita sen­
tirse libre en esos espacios amplios aun cuando los llena
de adornos, floreros con crisantemos u orquídeas blancas,
obras de arte, estantes con libros de decoración perfecta­
mente acomodados, lámparas modernas de iluminación
no directa, mejor difusa. Le gusta hacer pintar las pare­
des con algún toque de color suave, tranquilizante. Pone
cuadros con láminas o pinturas de la naturaleza, floreros
226 LUNÁTICA

llenos de flores multicoloridas, o cestas de frutas, como


nota de vivacidad natural artística y estética.
¿Dónde siente más seguridad?
En su consultorio, bufete, sala, o galería; en un cóctel orga­
nizado en su estudio, por sus asistentes, y para homenajear a
alguna persona importante que visita la ciudad.
Luna en Escorpio
¿Dónde vive?
En lugares peligrosos, donde otras personas no querrían
estar, como esos lofts en barrios antiguos, fabriles, oscuros,
mal iluminados por las noches y vecindario escaso.
¿Cómo es su casa?
Oscura, cerrada, escondida de la vista de los demás
hacia afuera, pero por dentro con una personalidad to­
talmente diferente. Cómoda, amplia, suntuosa como un
castillo, con mobiliarios de películas antiguas, paredes an­
chas y colores como el carmín, y si es posible algún pasillo
pintado de marrón o negro para que las tijeras, sables u
otras armas que cuelgue como adorno luzcan sus propios
brillos. Adorna también con obras de arte dramático, pin­
turas de batallas, cruzadas, salvatajes marinos. Pone corti­
nados de terciopelo color violáceo cayendo desde el techo
hasta el suelo, y gruesas alfombras para silenciar y atenuar
los sinsabores de la vida.
¿Dónde siente más seguridad?
Escondido, refugiado, y con calma, silencio, tranquili­
dad y sosiego, en alguno de los rincones más inaccesibles
del inmueble que habita.
Luna en Sagitario
¿Dónde vive?
En cualquier país. En las afueras de la ciudad.
Capítulo 5. Doce lunas 227

,Cómo es su casa?
Enorme, con muchos espacios, amplios, cómodos,
muy iluminados, cada uno de un color diferente, en to­
nalidades llamativas como fucsia, amarillo, naranja; lu­
gares confortables de techos altísimos, sillones inmensos
de varios cuerpos donde descansar, estar ocioso, o estar
acompañado, o leer por horas y horas. Los ventanales dan
al campo, la playa, el río, la bahía, no se imagina viviendo
de otro modo. Si vive en un departamento elige los pisos
altos con balcón terraza y lo llena de plantas, se compra
un telescopio, y se ubica allí a mirar las constelaciones
estelares. Tiene objetos utilitarios que trae de sus viajes,
adornos, cacharros, mantas, hamacas, especieros llenos de
coloridas sustancias, distintas latas de tés; o lámparas, si es
posible la de Aladino, para seguir invocando su imagina­
ción, su genio, su guía, su suerte.
,Dónde siente más seguridad?
Afuera, en el jardín, o en los alrededores de su caserón
por el campo abierto, ideando sus futuros viajes, o planes,
escritos o publicaciones.
Luna en Capricornio
,Dónde vive?
En algún sitio bien alto sobre el nivel del mar, en el ris­
co, la ladera de una montaña, o en un penthouse, departa­
mento en altura, on top, arriba de todo.
,Cómo es su casa?
Su casa grande o pequeña es siempre el resultado de lo
que en decoración se llama net, menos es más o minimalis­
ta, poco, justo lo necesario, exquisito, de muy buen gusto,
precio y formato, en blanco, negro o gris, formal. O suma­
mente económico pero serio y tradicional. Luces en cada
228 LUNÁTICA

sitio, nunca generalizada, sino bien enfocada. Lámparas


innovadoras. Cocina con mármoles blancos o negros, me­
tal en las alacenas y mesadas. Pocas ventanas, luz artificial.
El cuarto parece la celda de un monje, austero, frío, pe­
numbroso, con una cama enorme de colchón muy duro,
sábanas negras y un acolchado verde oscuro, almohadas
chatitas, y sin alfombras sobre el piso de cemento alisado.
Guarda su ropa en un vestidor donde cuelga sus equipos
de ropa repetida, del mismo color y bien planchada. Los
zapatos lustrados en estantes especialmente diseñados
para el caso.
¿Dónde siente más seguridad?
Yéndose de su casa a seguir escalonando sus éxitos.
Luna en Acuario
¿Dónde vive?
En una nave espacial, metáfora de lugares inverosími­
les, en el último piso de un rascacielos de cincuenta pisos,
todo vidriado, o en una casita en el árbol con forma de
huevo y alta tecnología en su interior.
¿ Cómo es su casa?
Rara, distinta, llana, minimalista, todo blanco como
en los lofts. No h ay puertas, ni divisiones, todo está a la
vista, la intimidad no se esconde. No existen las llaves, tal
vez algo ultramodemo que nadie conoce como sistema
de seguridad, confía en que nadie va a tocar lo que no es
propio. Pone pocos adornos, los estantes contienen algu­
nos objetos extraños, creaciones de sus artistas favoritos,
o propios, con sus inventos también desparramados por el
espacio. Casi siempre su casa está llena de amigos, conoci­
dos y los desconocidos de siempre atraídos por sus excen­
tricidades y reunidos porque sí y a cualquier hora. Música
Capítulo 5. Doce lunas 229

extraña, de fondo, o bien alta. Comida para comer con las


manos, obviamente traída por delivery. Elige obras de arte
que para otras personas resultan inadmisibles.
¿Dónde siente más seguridad?
Fuera de la casa o en la terraza si es adentro.
Luna en Piscis
¿Dónde vive?
En las cercanías del mar, la playa, en el barranco o male­
cón desde donde se pueda ver el infinito horizonte¡ o en el
mar, trabajando en un barco¡ o tal vez su hábitat se parezca
a una pecera, pequeños espacios para sentirse contenido.
También le gusta vivir cerca de los cines del barrio, del bar
o del estadio de música.
¿Cómo es su casa?
Su casa suele tener varios pisos¡ abajo, un jardín abi­
garrado de nutrida vegetación tropical ambientado con
música New Age para que las plantas crezcan mejor, un
invernadero para cultivar aromáticas y rarezas de todo
el mundo. En el primer piso un salón inmenso donde
recibir, meditar, hacer yoga, o danzar, con hamacas y al­
mohadones para reposar y soñar. En el segundo piso, su
habitación, que parece el camarote de un barco: peque­
ño, justo con el lugar para la cama y estantes para una
buena cantidad de libros, películas y discos. En la terra­
za, con vista al mar, río, lago, laguna, una larguísima pis­
cina o cualquier otro tipo de charco, hidromasaje, ducha,
o manguera, con un quincho, mesas, bancos, reposeras,
hamacas colocadas en puntos estratégicos, un refugio del
sol con techo de cañas de bambú, y una zona de juegos.
Cuando algo de todo esto no es posible por alguna ra­
zón, entonces igual se lo imagina, o tal vez ponga una
230 LUNÁTICA

pileta de plástico, porque sin agua no piensa quedarse,


quiere seguir chapoteando en cualquiera de todos esos
hidro-lugares, o durmiendo, soñando, entre palmeras,
fantaseando mejores momentos aún.
5. Descripciones emocionales
¿ Cuál es el refugio emocional de cada Luna?
Las defensas suelen configurarse como refugios donde
instalarse a sentir alivio, tranquilidad, seguridad. Utilizo
aquí el concepto de refugio, no como casa u hogar, sino
como el lugar donde esconderse psicológicamente, para
sentir alivio y seguridad, sin necesidad de tener que de­
fenderse. Es un lugar afectivizado, aunque esté hecho de
clavos como la cama del faquir; el lugar más cómodo en el
sentido de que da seguridad y contención, porque allí se
siente que no existe la inquietud, el temor o la amenaza que
produce lo externo.
Luna en Aries
La trinchera.
Luna en Tauro
La alacena. El Banco.
Luna en Géminis
Internet, las relaciones públicas.
Luna en Cáncer
Las sábanas blancas, el comedor, la bañera.
Luna en Leo
El escenario.
Luna en Virgo
La oficina.
Luna en Libra
El living-room.
Capítulo S. Doce lunas 231

Luna en Escorpio
La penumbra, no importa si en el rincón, el sótano o el altillo.
Luna en Sagitario
La biblioteca.
Luna en Capricornio
La cima.
Luna en Acuario
El avión.
Luna en Piscis
El cine. Un concierto. El bar.
¿A qué le tiene miedo cada Luna?
Considerar que eso mismo a lo que le teme se va a con­
figurar en aquello de lo que se volverá una persona exper­
ta, aprovechando ese miedo no solo para quedar paraliza­
da, sino para realizar las ideas y soluciones prácticas que
también le provee. Por ejemplo, si una persona vive en el
campo, y le teme a los rayos, tiene dos chances, o se que­
da acurrucado y aterrado en el sótano cuando se viene la
tormenta, o pone un pararrayos en el techo y continúa con
sus cosas, con el temor amenguado. En las siguientes des­
cripciones vemos ejemplos de los dos casos.
Luna en Aries
A quedar atrapado.
Por eso sale con un destornillador, soguita, alambre o
celular en el bolsillo.
Luna en Tauro
A la carencia, lo escaso, lo poco, a quedarse sin nada.
Por eso ahorra.
Luna en Géminis
Al aburrimiento; a no poder hablar, a quedarse sin in­
formación o sin viajar.
232 LUNÁTICA

Por eso compra libros, discos y pasajes.


Luna en Cáncer
A la aniquilación, la fragilidad, debilidad, desamparo,
expulsión, soledad, desarraigo.
Por eso se casa, hace terapia, tiene una familia nume­
rosa, un hogar seguro, un marido que sale a trabajar. Y si
es una persona sola, igual hará todo eso con sus allegados
más íntimos.
Luna en Leo
A lo incierto, a la oscuridad, a no ser visto.
Por eso se sube a la mesa y llama la atención.
Luna en Virgo
Al caos, la mugre, el desmadre, y al resultado del estrés.
Por eso trabaja y tiene un buen salario, para comprar
entre otras cosas, cajoneros extra, o más estantes, un baúl
antiguo, y acomodar en ellos cada cosa en su lugar, sobre
todo, un botiquín con bastantes remedios, por si acaso.
Luna en Libra
Al conflicto; a lo no bello.
Por eso estudia psicología, abogacía, diplomacia, me-
diación, arte o decoración.
Luna en Escorpio
A todo o a nada.
Por eso se refuerza con medicamentos nutracéuticos y
ejercicios físicos, no importa si de Occidente o de Oriente.
Luna en Sagitario
A la ignorancia, la tristeza, la injusticia.
Por eso se forma, estudia, viaja, aprende, para luego ser un
maestro y enseñar, difundir y diseminar semillas de sapiencia.
Luna en Capricornio
A la chatura; a la frustración.
Capítulo 5. Doce lunas 233

Por eso tiene una profesión para escalar y elevarse so­


bre el terreno de base.
Luna en Acuario
Al encierro, a las comunidades conservadoras, a la hi-
pocresía.
Por eso se va a otra galaxia.
Luna en Piscis
A las agresiones, a la maldad. A tener que renunciar a
sus sueños.
Por eso misiona, soluciona los problemas y les cumple
los sueños a los demás.
¿Qué le provoca enojo, resentimiento o inquietud a
cada signo lunar?
Luna en Aries
La sumisión.
Luna en Tauro
La escasez.
Luna en Géminis
El límite.
Luna en Cáncer
La exclusión.
Luna en Leo
El rechazo.
Luna en Virgo
El desquicio.
Luna en Libra
La desgracia.
Luna en Escorpio
La deslealtad.
Luna en Sagitario
El sinsentido.
234 LUNÁTICA

Luna en Capricornio
El derroche.
Luna en Acuario
La rutina.
Luna en Piscis
El desamor.
¿Cuál es el escenario que arma cada Luna para com­
plicarse la vida?
Luna en Aries
Las trifulcas en la calle, sobre todo cuando maneja el
auto o saca a pasear al perro.
Luna en Tauro
Un estado de sopor perezoso, en bata y pantuflas, don­
de la inercia lo inmoviliza.
Luna en Géminis
Querer hacer todo a la vez, cocinar, recibir, estudiar, ha­
blar por teléfono y leer las noticias. Así se olvida de lo más
importante, tapa con excusas de apuro, mentiras piadosas,
se le pasa la comida, habla y repite sus mil peripecias, las
cosas nuevas que está aprendiendo.
Luna en Cáncer
En sus consabidas encerronas, quejas y demandas llo­
rosas, aceptando cosas que después le dan bronca, o por
intentar retener a todos bajo su ala.
Luna en Leo
Con el exceso de exposición, de la cual termina queján­
dose por haber perdido su intimidad.
Luna en Virgo
En sus revoloteos sin fin antes de terminar o salir, tra­
bajando de más y pasado su horario, criticando al jefe por­
que no le aumenta el sueldo ni le paga las horas extras.
Capítulo 5. Doce lunas 235

Luna en Libra
Diciendo a todo y a todos que sí, de puro consecuente
o diplomático, por no saber decir que no a tiempo, y enci­
ma creer que va a poder con eso sin pedir ayuda.
Luna en Escorpio
Metiéndose en situaciones taxativas a todo o nada,
donde priman lo impuro, la presión, los inconvenientes;
si no se atormenta un poco la vida no tiene ni sentido ni
pimienta.
Luna en Sagitario
Exagerando, postergando o negando la realidad. Querien­
do abarcar mucho y saltar más allá de lo que sabe o puede.
Luna en Capricornio
Enfriando las relaciones para poder alejarse sin culpa, y
cuando está lejos darse cuenta que le falta algo, se olvidó
de lo más importante, los afectos, pero congela un poco
más y listo.
Luna en Acuario
Programando hacer diez mil cosas en un día, concate­
nadas y comprometiendo a otras personas, algo impensa­
ble, porque cuando le falla un eslabón, por más que grite y
se ponga nervioso los planes le saltan por el aire.
Luna en Piscis
Todas las situaciones posibles que se nos puedan ima­
ginar son escenarios donde se puede atorar, confundir,
ilusionar o estancar.
¿Con qué se entrampa cada Luna?
Luna en Aries
Con su furia.
Luna en Tauro
Con su empecinamiento.
236 LUNÁTICA

Luna en Géminis
Con su avidez informativa.
Luna en Cáncer
Con su dependencia.
Luna en Leo
Con su ego.
Luna en Virgo
Con sus manías.
Luna en Libra
Con el qué dirán.
Luna en Escorpio
Con el control.
Luna en Sagitario
Con su descreimiento.
Luna en Capricornio
Con su exigencia.
Luna en Acuario
Con su intermitencia.
Luna en Piscis
Con su somnolencia.
6. Descripciones de la conducta lunar
de cada signo
¿Cómo es el comportamiento de cada signo lunar?
He puesto a modo de ilustración el nombre de algunas
cartas del Osho Zen Tarot, 85 no porque me dedique al Tarot,

85. Op. cit. «El Osho Zen Tarot no es un Tarot tradicional para obtener predic­
ciones; es un juego trascendente basado en la sabiduría Zen que refleja el mo­
mento presente, el aquí y ahora, sin juicios ni comparaciones. Es un juego que
propone dirigir la atención a afinar la sensibilidad, la intuición, la receptividad,
el coraje y la individualidad. Sus imágenes están vivas y el impacto que provo­
can es innegable porque nos hablan en un idioma que nuestro ser más profun­
do reconoce. Son imágenes que despiertan compasión y provocan claridad.»
Capítulo 5. Doce lunas 237

ni porque me haya convertido en devota o sanniasin de su


ashram, pero sí como admiradora sensible de sus palabras
recopiladas, y en este caso, de los diseños bellamente com­
puestos para acompañar la sabiduría zen vista por este maes­
tro. Estas cartas han sido prefiguradas y diseñadas a partir de
meditaciones colectivas.
Los conceptos de estas asociaciones se pueden pensar de
acuerdo al comportamiento de cada signo lunar en sí mis­
mo, y también de acuerdo a lo que provocan en los demás.
Luna en Aries
Su comportamiento es sobresaltado, apresurado, extro­
vertido, impulsivo, adelantado, colérico, activo, exaltado,
un hervidero. Sin miramientos.
Cartas:
Breakthrough, rompimiento y atravesamiento de límites.
Rebirth, renacimiento.
Fighting, pelea.
Courage, coraje.
Luna en Tauro
Su comportamiento es como agua de pozo, calmo, in­
trovertido, perceptivo, quieto, tozudo, apacible, consu­
mista, posesivo, cómodo, seguro, inamovible, receptivo.
Cartas:
Laziness, pereza.
The miser, el mísero.
Possibilities, posibilidades.
Abundance, abundancia.
Slowing down, aminorar.
Receptivity, receptividad.
Flowering, florecimiento.
238 LUNÁTICA

Luna en Géminis
Su comportamiento es alegre, chispeante, pensativo,
sonriente, serio, cambiante, extrovertido, revoltoso, rebelde.
Cartas:
Mind, mente.
Politics, la política.
Playfulness, jugar plenamente, diversión, travesuras.
Creativity, creatividad.
New vision, nueva visión.
Understanding, comprensión.
Luna en Cáncer
Su comportamiento es tímido, reservado, receloso, te­
meroso, chapado a la antigua, demandante, introvertido,
melancólico. Con reclamos inesperados, anacrónicos y
llenos de lamentos.
Cartas:
Clinging to the past, enganchado en el pasado.
Conditioning, condicionamiento.
Postponement, postergación.
Ordinariness, lo común y corriente.
Patience, paciencia.
Luna en Leo
Su comportamiento es egocéntrico, dramático, extro-
vertido, presente, evidente.
Cartas:
Success, éxito.
Ripeness, madurez de la fruta.
Maturity, madurez de la edad.
Sharing, compartir.
Luna en Virgo
Su comportamiento es obsesivo, laborioso, servicial,
Capítulo 5. Doce lunas 239

incansable, esquivo, remilgado, detallista, virtuoso, prác­


tico, eficaz, mental.
Cartas:
Exhaustion, cansancio, vaciamiento.
Control, control.
Stress, agotamiento.
Healing, sanación.
Luna en Libra
Su comportamiento es componedor, mediador, agradable,
ecuánime, afable, sin altibajos, prudente, atinado, subliminal.
Cartas:
Projections, proyecciones.
Comparison, comparación.
Compromise, compromiso.
Harmony, armonía
The lovers, los amantes.
Luna en Escorpio
Su comportamiento es victimoso, culpógeno, denso,
temeroso, temerario, oscuro, ambiguo, inquietante, peli­
groso, arriesgado, amenazante, transformador, sanador.
Cartas:
Intensity, intensidad.
Control, control.
Guilt, culpa.
Suppression, restricción.
Healing, curación.
Transformation, transformación.
Luna en Sagitario
Su comportamiento es confiado, convincente, entu­
siasmado, eufórico, comprensivo, orientador, confiable,
fogoso, indagador, formativo, extrovertido.
240 LUNÁTICA

Cartas:
Politics, política, políticos.
Traveling, viajar.
Sharing, compartir.
Guidance, guía.
Adventure, aventura.
Trust, confianza.
Experiencing, experimentar.
Celebration, celebración.
Luna en Capricornio
Su comportamiento es medido, estructurado, rígido,
esforzado, frío, distante, apaciguado.
Cartas:
The burden, el sobrepeso.
Moment to moment, tiempo al tiempo, paso a paso.
Ice-olation, (juego de palabras en inglés) soledad helada.
Aloneness, soledad.
Maturity, madurez.
Morality, moralidad.
Luna en Acuario
Su comportamiento es intermitente, arriesgado, creati-
vo, libre, rebelde, vanguardista.
Cartas:
The outsider, el forastero.
The fool, el tonto, el loco.
Schizophrenia, esquizofrenia.
Breakthrough, rompimiento y traspasamiento de límites.
The rebel, el rebelde.
Thunderbolt, trueno.
Participation, participación.
Totality, totalidad.
Capítulo 5. Doce lunas 241

Creativity, creatividad.
Friendliness, amistad.
Trust, confianza.
Awareness, darse cuenta.
Luna en Piscis
Su comportamiento es ambiguo, tímido, reservado,
fantasioso, introvertido, generoso, compasivo.
Cartas:
Integration, integración.
We are the world, nosotros somos el mundo.
Beyond illusion, más allá de la ilusión.
Harmony, armonía.
Going with the flow, seguir la corriente.
Letting go, dejarlo ir, soltarse.
Ihe dream, el sueño.
Turning in, introspección.
Completion, completitud, consumación.
Consciousness, conciencia.
Receptivity, receptividad.
7. Descripciones humorísticas
¿Cómo expresa su sentido del humor cada signo lunar?
Luna en Aries
A carcajada batiente. Sin mucha intención, espontánea­
mente. Se le sale la risa, se tienta cuando no debería, porque
no aguanta más, y ríe tanto que le saltan las lágrimas. Puede
ser agresivo, de humor subido de tono, incómodo, no muy
elaborado ni pensado, pero lleno de frases picantes, chistes
verdes, palabras desubicadas, que más que causar gracia,
generalmente enojan a alguno.
Luna en Tauro
Su sentido del humor contiene cierta inocencia, pero
242 LUNÁTICA

a veces también bromas pesadas, o connotaciones ideo­


lógicas. Tarda en pescar los chistes rápidos, pide que se
los cuenten otra vez, y con eso divierte a la audiencia a la
que mira como sin entender por qué se ríen, lo cual genera
más sonrisas, y todo eso en una tonalidad afable.
Luna en Géminis
Tiene un sentido del humor saltarín, evasivo, a puro chis­
te, que descomprime tensiones, yendo de la máxima simple­
za a la crítica mordaz, a veces usando la verdad y otras min­
tiendo en broma descaradamente. Se pone colorado cuando
miente, nadie se lo recrimina, es tan simpático y entrañable,
que se dejan mentir con ganas.
Luna en Cáncer
Su sentido del humor es una herencia beneplácita, re­
querida, esperada; son los mismos chistes que contaba el
abuelo y que todos saben pero quieren volver a escuchar.
Les da alegría, confianza. A veces su humor es crítico y
mordaz, las más de las veces amable, y eso lo hace sentir
muy bien a él y a los demás.
Luna en Leo
Tiene un sentido del humor natural, alegre, rápido, tea­
tral, que hace sonreír; no contiene maldad, pero llama la
atención. Es ubicuo, certero, oportuno, diciendo algo que
todos esperan. Siente la acción benéfica de la risa en sí mis­
mo e irradiando a su entorno. A veces cambia una sílaba de
lugar y hace reír a todos con su natural espontaneidad.
Luna en Virgo
Su sentido del humor es inteligente, irónico, sarcástico;
a veces puede resultar inoportuno, u ofensivo, y resaltar co­
sas que podrían pasar desapercibidas; o puede ser crítico y
cínico. Después, cuando se hace el simpático, nadie le cree.
Capítulo 5. Doce lunas 243

Su humor conlleva su mentalidad aguda, sagaz, analista,


que puede incomodar.
Luna en Libra
Tiene un humor teledirigido, refinado, con trasfondos
subliminales que parecen chistes inocentes pero no lo son,
van cargados de órdenes o informaciones que no se ven
en superficie. Puede ser falso, elucubrado, pero por fuera,
humor de salón, puras sonrisas inofensivas y bienvenidas.
Luna en Escorpio
Este es el verdadero humor negro, sarcástico, despec­
tivo, mordaz, degradante, inoportuno, e inquietante. Hi­
perrápido y de acierto punzante. Muestra y dice lo que
nadie quiere escuchar, y cuando menos se lo quiere oír. Es
el sentido del humor del quirófano, donde se dicen cosas
terribles para aflojar tensiones, o el de esas películas de te­
rror en sorna. Un primor.
Luna en Sagitario
Su sentido del humor es restallante, idealista, ingenuo,
hilarante, el típico jajaja simpático y superficial, pomposo,
pensado, a veces realista y revelador. Suele reírse siempre,
y eso a algunas personas les parece una burla, pero no lo
es, sino que así anda por la vida, entusiasta, fomentando el
terapéutico poder que contiene la risa.
Luna en Capricornio
No suele expresar su sentido del humor, y cuando se le
entrevé, es apenitas una sonrisita de costado, o ese humor
medio agrio, desangelado. No se tienta, se mantiene serio
cuando todos ríen, con una tenacidad que a veces provoca
la risa de los demás.
Luna en Acuario
Ríe siempre, se tienta, oportuna e inoportunamente,
244 LUNÁTICA

con tics espasmódicos en todo el cuerpo. Su sentido del


humor suele ser burlón, perspicaz, fundado en el absurdo
y lo ridículo, lleno de chistes originalísimos, sobre temas
que dejan pensando. Es el humor del bufón, puro tembla­
deral, porque en broma, cuenta toda la verdad.
Luna en Piscis
Hace chistes inofensivos, coloridos, con imágenes in­
verosímiles, oníricas, que se parecen a los cuentos chinos,
en el peor de los casos al cuento del tío que él se compra.
Cuando su humor es así de engañoso, se entrampa él mis­
mo y no sabe cómo despegarse de las fantasiosas situacio­
nes que provoca. Fuera de eso, tiene un humor sano, naif,
que puede ser reflexivo cuando muestra el lado oculto de
las miserias humanas, que saca a relucir, o tapa, ·riendo
para no llorar.
¿Con qué juguetes se divertían de niños
los 12 signos lunares?
Como la Luna remite a la infancia veamos con qué ju­
guetes jugaron los signos lunares. También es posible infe­
rir en qué transformaron esos juguetes después.
Luna en Aries
Armas, dardos, piedras, cosas para lanzar lejos.
Luna en Tauro
Formas que encastran unas dentro de otras.
Luna en Géminis
Autitos, libros, pizarrón con tizas y borrador.
Luna en Cáncer
Muñecas, juego de ladrillos, el ajuar para su mascota.
Luna en Leo
Trajes de reyes y de princesas. El yo-yo.
Capítulo 5. Doce lunas 245

Luna en Virgo
Escobas y baldecitos, crucigramas y rompecabezas.
Luna en Libra
Los tacos altos, las barbies.
Luna en Escorpio
El maletín del doctor, los transformers, martillos para
romper todo.
Luna en Sagitario
Banderines de todas partes del mundo.
Luna en Capricornio
Ajedrez, puzzles o rompecabezas, relojes y escuadras.
Luna en Acuario
Barriletes, cohetes a la Luna, avioncitos.
Luna en Piscis
Disfraces, discos, flauta y batería. La varita mágica.
8. Un bonus plus de descripciones
Dime qué madre tienes y te diré de quién te enamoraste.
Las siguientes son algunas descripciones sobre el
primer amor con un poco de humor, y para entender el
funcionamiento lunar automático. Puede suceder total­
mente al revés ... pero es lo mismo ... porque hacer lo
contrario, surge de la misma fuente, y es preciso obser­
var y cuestionar todo eso, un poquito más aún. Veamos
las dos formas.
Luna en Aries
Tu madre te gritaba: «¡Te enamoraste de un cabrón!».
Por el contrario, elegiste al modelo de pasarela.
Luna en Tauro
Tu madre te sobrealimentaba, te enamoraste del dueño
de un restaurante.
Por el contrario, elegiste al anoréxico.
246 LUNÁTICA

Luna en Géminis
Tu madre te enseñó a leer a tus dos añitos, te enamoras-
te de un escritor, maestro, o bibliotecario.
Por el contrario, elegiste al analfabeto.
Luna en Cáncer
Tu madre te sobreprotegió, te enamoraste de un hom-
bre tipo padre.
Por el contrario, elegiste a un carenciado.
Luna en Leo
Tu madre te hizo brillar como un sol, te enamoraste del
presidente.
Por el contrario, elegiste al mecánico de automóviles
de tu barrio.
Luna en Virgo
Tu madre te dio muchos remedios, te enamoraste del
farmacéutico.
Por el contrario elegiste al que necesita que lo cures.
Luna en Libra
Tu madre te enseñó a agradar, te enamoraste de un me-
trose:xual.
Por el contrario, elegiste al deshollinador.
Luna en Escorpio
Tu madre te conflictuó la vida, te enamoraste de la
víctima.
Por el contrario, elegiste a un terrateniente, calmo y
tranquilo con quien tomar mate mirando un atardecer
bucólico.
Luna en Sagitario
Tu madre te mandó al mundo, a estudiar en una univer­
sidad famosa de otro país, te enamoraste de un extranjero.
Capítulo 5. Doce lunas 247

Por el contrario, elegiste a un hippy de la plaza en tu


pueblo.
Luna en Capricornio
Tu madre te restringió el cariño, te enamoraste de un
empresario ejecutivo full time.
Por el contrario, elegiste un hombre afectuoso que te
soba el lomo y te da besos mojados a cada rato.
Luna en Acuario
Tu madre te enseñó a ser libre, te enamoraste de un
transgresor.
Por el contrario, elegiste un padre de familia de esos
que, además, trabajan en casa.
Luna en Piscis
Tu madre te engañaba, no te decía la verdad, te enamo­
raste del príncipe azul.
Por el contrario, elegiste a un juez del tribunal mayor.

Algunas frases para cada signo lunar


Con estas frases se puede jugar a crear guiones para
cada signo lunar.
Luna en Aries
Abrir la puerta para ir a jugar.
Actividades voluntarias.
Luna en Tauro
«Hay dulces que son como soluciones a las situaciones
imposibles.» Clarissa Pinkola Estés.
Luna en Géminis
«La vida es una elección a cada momento.» Sinead
O'Connor.
248 LUNÁTICA

«Escribir abre la reja de par en par para que el alma ex­


plique a su propia voz única cómo percibe el universo.» 86
Clarissa Pinkola Estés.
Luna en Cáncer
«En guardia emocional todo el tiempo.» Clarissa
Pinkola Estés.
«Un atajo, la necesidad.» Clarissa Pinkola Estés.
«El niño que nace ya tiene un pasado.» Casilda Rodrigáñez.
Luna en Leo
Concentración en sí mismo.
«Pobre Narciso, no te envanezcas. Al fin y al cabo, tú
también, al igual que el resto de la gente, eres solo uno
más.» Sándor Márai.
«El Sol también es una estrella.» Dane Rudhyar.
Estos conceptos muestran lo dual y necesario de cono­
cer en el aprendizaje de la Luna en Leo, a saber, sentirse el
centro del universo, y a la vez percibirse como parte de un
todo mayor, no simplemente único como le hicieron creer
cuando era un niño.
Luna en Virgo
«:En la antigua Grecia no se podía curar a nadie sin rec­
tificar el género de vida que lo había enfermado.» María
Jesús Balbás.
Luna en Libra
«Ocultar el ocultamiento.» Sinead O'Connor.
La paradoja de la elección.
Luna en Escorpio
Alquimias de lava.

86. C. P. Estés. Desatando a la mujerfuerte. Planeta, Buenos Aires, 2012.


Capítulo 5. Doce lunas 249

«Luz negra. Milagro de luz que sale directamente de la


oscuridad.» Clarissa Pinkola Estés.
«La confesión es más sutil1 hace hablar; la censura hace
callar.» Paula Sibilia.
«No había manera de detener aquella continua alter-
nancia de creación y destrucción.» Alessandro Baricco.
Luna en Sagitario
A los sinsabores1 con sabores.
«Reír es clave1 reír nos eleva a frecuencias superiores
que ni podemos imaginar.» Matías De Stéfano.87
Luna en Capricornio
«Ella dice lo que es necesario escuchar.» Del film Matrix.
«Los acontecimientos decisivos en la vida maduran en
el tiempo1 es decir1 muy poco a poco.» Sándor Márai.
Luna en Acuario
«Todo lo que está vivo pulsa1 late1 sigue un ritmo.»
Casilda Rodrigáñez.
<<Y sin embargo1 uno tenía la certeza de que ese gran
roble también podía echar a volar1 que iba a ser tan rápido
como el viento1 a pesar de o gracias a sus grandes raíces.>>
Muriel Barbery.
Luna en Piscis
Loba solitaria vestida de oveja gregaria.
«Oracionadora 1 rezandera.» «La santa lactancia.»
Clarissa Pinkola Estés.
«Tú sabes algo que no puedes explicar1 sientes que hay
algo raro en este mundo.» Del film Matrix.
87. Nacido en agosto de 1987, en Venado Tuerto, Argentina. Considerado
como niño índigo, tiene el don de recordar, y lo hace hasta edades prehistó­
ricas y más allá también. Asume, transmite y se dedica a anclar el saber de
una conciencia nueva. (Para más datos véase Capítulo 8.)
250 LUNÁTICA

«Estamos hechos de la misma naturaleza de los sue­


ños.» William Shakespeare.
9. Lunas famosas
Lunas de personas conocidas cuya interpretación es
prácticamente unívoca.
Hitchcock tenía Luna en Escorpio. ¿Quién puede du­
darlo? Hizo películas de terror y suspenso, y le gustaba ha­
cer bromas pesadas de muy mal gusto.
Algo muy claro y notorio fue que las lunas predomi­
nantes, en las cien o más cartas natales que vi de per­
sonas conocidas mundialmente, son en Leo, después en
Sagitario, Pisc is y Acu ario. Pero solo encontré tres perso­
nas con la Luna en Virgo. Si han leído cuidadosamente las
descripciones, ustedes sabrán por qué ...
A continuación solo nombraré a esas personas y sus lu­
nas. Quienes deseen conocer las cartas natales completas
o sus historias de vida, pueden navegar en los sitios co­
rrespondientes en Internet para obtenerlas. Veamos los
ejemplos.
Luna en Aries. Jorge Luis Borges, AngelinaJolie, el per-
sonaje Tarzán.
Luna en Tauro. MickJagger, Meryl Streep, Carl GustavJung.
Luna en Géminis. Lionel Messi, Barack Obama.
Luna en Cánc er. Raúl Alfonsín, Sai Baba.
Luna en Leo. Susana Giménez, Paul McCartney; Eva Perón.
Luna en Virgo.Jodie Foster, Madonna, Laurence Olivier.
Luna en Libra. Louis Vuitton, Leonardo Di Caprio.
Luna en Escorpio. Alfred Hitchcock, Elizabeth Taylor.
Luna en Sagitario. Albert Einstein, Liz Greene, Jiddu
Krishnamurti.
Capítulo 5. Doce lunas 251

Luna en Capricornio. Tim Burton, Ernest Hemingway.


Luna en Acuario. John Lennon, Richard Wagner, Woo­
dy Allen.
Luna en Piscis. Diego Maradona, MichaelJackson, Ste­
veJobs.

Si la Luna me enseñó a sobrevivir,


la Luna me permite seguir
¿Qué es pasado, presente y futuro en la pauta lunar? Es
el proceso lunar en sí mismo, el proceso de pasaje entre
estar adentro, formarse, prepararse para salir y el parto, la
partida o delivery, como se dice parto en inglés.
La Luna nos forma y nos conforma, como cuerpo,
como emociones; nos da el alimento, nos protege, nos
cuida, y según con qué Luna nacimos y cómo se encuen­
tre en nuestra carta natal, así se desarrollarán con mayor o
menor facilidad o con dificultad sus funciones, de modo
llano o más intrincadamente. También, cómo hemos de
vivir la expresión de sus cualidades y funciones.
Para comprender este tema basta recordar algo tan sim­
ple como la gestación, cuya plenitud dura nueve meses, y
luego el organismo de la madre puja, empuja y hace nacer,
salir. El que está adentro también colabora, sabe que lle­
gó el momento, y querer quedarse ahí es muerte segura.
Por eso, la frase del título de este apartado se completa
con «me permite seguir», porque después del proceso de
preparación y materialización viene la salida al mundo, a
continuar la vida. La retención es solo psicológica, lo físi­
co y lógico es que desde ese alimento, cuidado y gestación
siempre se parte hacia nuevos devenires.
252 LUNÁTICA

Y en el salir y seguir, adviene el reconocimiento de que


somos piezas de algo mayor, haciendo parte del camino
adentro, otras afuera, acompaúados, o solos, tanto de un
modo como de otro, como para decir:
«Somos creadores de músicas,
y fabricantes de sueños,
que vagamos por desnudos arrecifes,
y nos sentamos junto a corrientes desoladas;
perdedores, y a la vez salvadores,
en este mundo sobre el que brilla la pálida Luna.
y, no obstante, según parece,
somos quienes movemos y conmovemos a este mundo,
para siempre.» 88

88. Eddington. «Defensa de la mística», del libro Cuestiones cuánticas. Es­


critos místicos de los físicos más famosos del mundo. Editado por Ken Wilber,
ílarcelona, Kairós, 2007.
CAPÍTULO 6
LA FUERZA TERAPÉUTICA
DE LA LUNA

La oscuridad sanadora en la potencialidad lunar


A partir de las descripciones de los capítulos anterio­
res, daremos un paso más hondo en el conocimiento de
la energía lunar sabiendo que las profundidades son os­
curas, no siempre aterradoras, para acceder a algo todavía
no descubierto. Como cuando soñamos o escuchamos
un cuento, y entendiendo oscuridad como inconscien­
te, reconocemos que existe en el ser humano un nú, leo
central que por sobre todas las cosas es autosanador. Un
centro hacia donde se dirigen los remedios homeopáti­
cos, unicistas, antroposóficos, para reforzarlo cuando se
desequilibra el cuerpo, y sea desde allí que se empuje ha­
cia fuera la dolencia.
Basta observar cómo una lastimadura en la piel se cura
sola para imaginar lo que sucede en otros niveles del orga­
nismo. Claro que se requiere de un núcleo sano y reforzado,
254 LUNÁTICA

y para eso hoy contamos con mucha información, y ade­


más sabemos que la autosanación se puede entrenar, brin­
dándole alimentos saludables, aire, sol, mirar el verde de
la naturaleza, amar, caminar, sonreír, meditar, tener mas­
cotas, contemplar el arte, participar en reuniones sociales
y familiares. Cosas que si no las pensamos, ejercitamos y
defendemos con esfuerzo y ganas, son progresivamente
robadas por lo virtual y tecnológico, facilitador de lo fu­
gaz, tan limpito, rápido, desafectado y descomprometido,
y que va ganando espacio como cuando avanza la nada en
La historia sin fin. 89
Quién, en la actualidad, no ha asistido, a la escena de
una abuela que, en una reunión familiar, observa cómo
casi todos en la mesa miran más sus pantallitas que a los
asistentes; o hablan pero en términos incomprensibles.
Ella, con toda su paciencia de vieja santa se pregunta, y se
le ve en los ojos, cómo va a hacer para compartir todo su
afecto en un tiempo y espacio como ese. Ella sabe cómo, y
lo intenta. Muchas veces lo logra, casi siempre, aunque sea
por un ratito. Y no siempre es por haberse comprado ella
también una de esas pantallitas ...
Cuando lo virtual prevalece demasiado, entonces se
hace presente el cuerpo con sus contracturas, acortamien­
tos, estrés, ansiedades diversas, cambios en el ritmo respi­
ratorio y en el dormir, y demás desastres actuales; aparece
la Luna a recordarnos que somos cuerpo.

89. La historia sin fin, novela y película, de Michael Ende, escritor alemán.
12 de noviembre de 1929 - 28 de agosto de 1995. Escribió mucha literatura
infantil. Y es relevante su novela Momo. Los hombres de gris, 1973, por la que
obtuvo el Premio de Literatura Juvenil de Alemania.
Capítulo 6. La fuerza terapéutica de la Luna 255

Tracy Marks90 dice que somos conscientes de manera


equivocada porque no dejamos que la inconsciencia nos
cure con su poder. «Y esto no tiene por objeto una glo­
rificación de lo afectivo ni un maridaje con él, ni siquiera
un aferrarse a él, sino moverse a través de él con plenitud
y darle rienda suelta al volvernos a unir con las cálidas y
nutricias energías "del agua" y las sólidas y sustentadoras
energías "de la tierra" que están en lo recóndito de nues­
tro ser. Necesitamos desprendernos de nuestros intentos
solares de racionalidad y control, y franquearnos ante la
oscuridad, no para permanecer en esta sino para despertar
a nuestra conciencia lunar y sus energías curativas.»
Aquello desconocido, inconsciente, oculto, no desen­
vuelto, rechazado, postergado, y hasta siniestro en térmi­
nos psicoanalíticos como hemos visto, hostil y amena­
zante, motoriza las defensas. Hay algo latente ahí, en el
interior de la psique, todavía más allá del don, necesario
de ser redescubierto. Un lugar oculto a la vista externa,
mullido, cálido, acogedor, transformador, alquímico, una
oscuridad donde se producen las gestaciones, el amor, la
intimidad. Allí reside una oscuridad potencial de la Luna
que es curativa, terapéutica y sanadora, pero asustada, en­
mascarada por los temores, las defensas y las necesidades,
y por las brutales intervenciones que a lo largo de la histo­
ria quisieron mejorar la vida de las personas. Olvidada allá
abajo, desvalorizada, sin ejercitar su potencia casi atrofia­
da, o funcionando en automático y sin que nadie advierta
su poder curativo, esa función de la Luna que permanece
90. Tracy Marks. Psicoterapeuta y astróloga, conferenciante y profesora
estadounidense, nacida el 26 de septiembre de 1950. Astrología del Auto­
descubrimiento, op. cit.
256 LUNÁTICA

en general poco utilizada, muchas veces es considerada


como algo sucio, brujeril o retrógrado.
Lunática le quiere dar voz y voto para que se desplie­
guen sus misterios. Es una función oculta que aflora cuan­
do las personas están más abiertas y se encuentran en es­
tados de desorientación, en crisis o descontentas; en esos
momentos en que, intuitiva e instintivamente, aprovechan
a hacer cosas diferentes o lo mismo pero de otro modo,
y entonces leemos en el diario que un físico-químico es
cocinero, o que un renombrado científico medita. Resal­
to situaciones de cambios movilizadores en varones que
descubrieron en sí mismos un caudal de energía sensible
que les hace muy bien. Son casos notorios, públicos pero
es una cualidad esencial inherente a todos los seres huma­
nos, sin mencionar los casos donde se elige una profesión
que expresa directa y deliberadamente la oscuridad sana­
dora tanto como las cualidades más conocidas de la Luna.
Existen numerosas representaciones de este lado oscu­
ro y sanador de la Luna en la simbología antigua. En Perú,
México, Bolivia, Grecia, India, ciertas deidades femeninas
simbolizan la cualidad curativa de la oscuridad. Y también
dioses masculinos de la Luna, como Yah, judeo-egipcio,
llamado en Babilonia, la o Ya. O como el dios Thot del an­
tiguo Egipto encargado de regular el calendario y enseñar
artes y ciencias, equivalente del dios griego Hermes. Tam­
bién Sin, en la mitología antigua mesopotámica, y Tsuki­
Yomi, dios lunar de Japón.
En el caso de las diosas oscuras es preciso desmitificar
el carácter de verlas solamente como terribles y sanguina­
rias. Una de las más potentes y malinterpretadas figuras en
el universo mitológico, es el de la gorgona Medusa. Existen
Capítulo 6. La fuerza terapéutica de la Luna 257

estatuillas que la representan con la lengua afuera como


la diosa Kali de India, en una clásica postura de alumbra­
miento, y como Artemisa, flanqueada por animales. La
Medusa es el equivalente occidental de la diosa oscura con
todos sus poderes curativos, regenerativos y sexuales, que,
junto a otras diosas oscuras del período de transición, ha
sido demonizada y convertida en un monstruo. Que esas
diosas tengan cabellos de serpientes significa muy otra
cosa que malvadas. Malvadas se volvieron como defensa,
como la Tierra cuando escupe fuego por la boca de los vol­
canes. La serpiente, y muchas víboras, indican el despertar
de su poder kundalini, transmisor de energía y sabiduría
saliendo de su cabeza como rayos en todas las direcciones.
«Su lengua saliente está relacionada con su antigua fun­
ción de diosa parturienta en el momento de dar a luz, o
como lo sugirió Robert Graves, puede ser una advertencia
para los intrusos que se inmiscuyen en los misterios de la
iniciación femenina.» 91
Algunas de esas figuras han sido confundidas con el dios
Sol, pero posteriores observaciones, descubrimientos y
comparaciones muestran esas mismas cabezas con los dien­
tes apretados en mujeres de cuerpo acuclillado y pariendo,
con sus pelos serpentinos radiales y expandidos hacia todas
partes. En Bolivia y también en México estas diosas, como
la Cuatlicue con su cabeza y falda de serpientes, sostienen a
su vez estos animales en las manos, como la bellísima Diosa
de la Serpiente de las ruinas de Cnosos, en Creta, y podrían
estar demostrando su rol de matriarcas, la función de su

91. Ideas y notas tomadas de El poder natural de la mujer. Vicki Noble, Bue­
nos Aires, Planeta, 1994.
258 LUNÁTICA

fertilidad, su poder de destrucción transformadora y de


curación, y ciertamente una notable actitud de poder, rara
vez visto en mujeres occidentales. «La serpiente se vincu­
la con la menstruación y la fuerza de kundalini, ambas re­
lacionadas también con la capacidad femenina de recibir
información del reino del espíritu y expresarla en forma
de oráculo verbal.» 92 Mientras tanto a muchas vírgenes las
han esculpido y pintado aplastando la serpiente bajo sus
píes, ¿en señal de sublimar, o de reprimir la incomprendi­
da y aterradora oscuridad de su potencia sexual, alquímica
y regeneradora?
Nombrar el poder curativo de la Luna, lleva a desplegar
nociones que involucran serpientes, no solo como símbo­
lo. Mientras que el poder de la oscuridad sanadora suele
asociarse con el chamanísmo, sabemos que va también
más allá; en Homeopatía se utilizan dosis del veneno de
diversas serpientes para curar algunas dolencias o enfer­
medades y para acompañar ciertos estilos del carácter.
Forman parte también del símbolo en el caduceo herméti­
co, utilizado para representar el concepto de la Medicina:
dos serpientes entrelazadas a un eje central, la vara de Her­
mes, o a una sola, en la vara de Asclepio-Esculapio, dios de
la medicina en la mitología grecorromana.
Kali y otras diosas representadas como diosas-mujeres­
oscuras, las madres negras, están aludiendo a los oscuros
poderes de la Tierra, destructivos y regenerativos. Como
esas mujeres de México mencionadas por Clarissa Pínkola
Estés, buscando entre las cenizas, maderitas oscurecidas
en los rescoldos de las brasas porque en algunas de ellas

92. Ibíd.
Capítulo 6. La fuerza terapéutica de la Luna 259

veían la figura y el rostro de la Gran Madre, purificada por


el mismo fuego.
En el lenguaje astrológico estas cualidades se ven cla­
ramente representadas en el signo de Escorpio, su regente
Plutón y la octava casa, energía que pasa directamente a
formar parte de la Luna en Escorpio, como la más represen­
tativa de todas estas cuestiones, energía que forma parte
de las oscuras profundidades de cada uno de los signos
lunares y en cada uno de los seres humanos.
Para abordar el tema de la fuerza terapéutica de la oscu­
ridad lunar, es necesario volver a preguntarse dónde cada
uno se encuentra con respecto al proceso de lo lunar en su
vida. Y saber si aún está en el encierro del hábito, o en la
gestación del don, listo para procesar el camino de ese en­
cierro, hábito, costumbre, o refugio nutriente como recur­
so y reservorio de energías, hacia la gestación y desarrollo
de las virtudes representativas y sanadoras de los distin­
tos dones lunares. Porque, cuando la pauta lunar deja de
ser un mecanismo reactivo, y llega a ser la expresión de su
energía como experiencia, talento, don o virtud, todavía
hay más cosas para desarrollar. Y eso refiere a re-concep­
tualizar y resignificar lo que se entiende por oscuridad en
la naturaleza oculta de la energía lunar.
Este concepto de oscuridad lunar sanadora es desple­
gado por Tracy Marks cuando dice que «una de las leccio­
nes de la Luna -casi completamente ignorada por la socie­
dad occidental- se relaciona con las propiedades curativas
de la inconsciencia».
Los amantes, como las mujeres gestantes, los meditado­
res y los artistas, «conocen el profundo nivel de realiza­
ción y regeneración que surge cuando se deja de controlar,
260 LUNÁTICA

interpretar1 organizar1 analizar y entender». Además1


«el nacimiento comienza en la oscuridad1 allí germina la
vida1 en la oscura cavidad del útero, en esa "negrura rica
y fértil del suelo'\ donde se juntan la tierra y la sernilla1 en
la fresca humedad necesaria para que con la luz solar por
fuera vivificando1 se acepte su relación con la oscuridad
interior». Fácil de ver: la vida se gesta y desarrolla en la
oscuridad gestativa intrauterina y el parto es el momento
del alurnbrarniento1 de dar a luz.
En otros uníversos1 en general se asocia a la oscuridad
solamente con «la rnuerte1 la depresión1 el aislamiento y
el mal. Nos aferrarnos a nuestra conciencia vigil y le res­
tarnos valor a esa tercera parte de nuestras vidas que está
constituida por el dorrnir1 a esa oscuridad a la que nos
abandonarnos en virtud de la siguiente alborada» 1 expre­
sa Tracy Marks. Y eso tiene más de equivocación que de
superación, o algo natural1 corno que la luz solar divide en
luz y sornbra1 mientras que el poder de lo lunar es reunir
en la oscuridad1 corno su brillo y el de las estrellas cuando
iluminan la noche.
Un ejemplo de lugar curativo lunar son las pozas y ter­
mas de agua caliente del rnundo1 pero también aquellos
sitios que hoy se recrean y utilizan1 llamados ternazcales.
Temazcal es el nombre tanto de un espacio corno del ri­
tual que en él se realiza1 viene de temazcalli1 del náhuatl
(temaz, vapor y calli, casa); es una casa-templo de vapor1
una herramienta de sanación holística basada en el poder
curativo del vapor para depurar y purificar el cuerpo. Ac­
tividad muy antigua empleada en la medicina tradicional
meso-norteamericana realizada en un espacio interior
tipo cueva, representando un útero1 lugar cerrado1 con
Capítulo 6. La fuerza terapéutica de la Luna 261

piedras calientes sobre las que se vierten líquidos de hier­


bas curativas, todo lo cual rememora el vientre materno
con su alto valor terapéutico. Esos baños eran colectivos y
se realizaban con propósitos curativos y religiosos; obvia­
mente prohibidos por los españoles que no soportaban la
desnudez (menos que menos colectiva), por más religiosa
que fuera ... En la cultura maya se llamaban zumpul-ché
y en México, ñihi. Culturas donde se consideraba que en
un cuerpo limpio, el pensamiento también lo estaba. Esos
lugares tenían su diosa protectora, era Toci o Teteo Inan, la
abuela y madre de los dioses, y especialmente de los baños
de vapor, patrona de los médicos, las parteras, yerberas,
adivinos y temazcaleros. Espacios así existen también en
otras partes del mundo, como los hammam o baños tur­
cos, antes romanos, como variante húmeda del baño-sau­
na; antiguamente centros de reunión social, en barrios y
pueblos. Esto me recuerda la película El baño turco. 93
«La medicina occidental tiende a separar las partes del
cuerpo humano como si fuesen unidades aisladas que no
pertenecen a un todo.» 94 Además, ciertas ramas de la psi­
cología tradicional y algunas religiones también escinden la
cabeza del cuerpo como si fueran cosas diferentes. Tuvieron
que llegar los corporólogos a gritar que la cabeza está en el
cuerpo, y que tenemos cuerpo como señal de la vida. «El
cuerpo sabe qué hacer; y cuando se le permite actuar libre­
mente se comporta de una manera milagrosa y amorosa­
mente correcta, determina qué necesita y cómo obtenerlo.»

93. Harnrnarn1 o El baño turco. De Ferzan Ózpetek1 director y guionista ·


turco-italiano. 1997.
94. Vicki Noble. El poder natural de la mujer.
262 LUNÁTICA

En esos lineamientos circula también el saber de la nue­


va medicina germana del Dr. Ryke Hamer, quien a partir
de un hecho traumático para él y con reactiva enferme­
dad incluida, sabiendo como lo sabe ya la humanidad que
la mayoría de las enfermedades son de origen psíquico,
elaboró sus teorías, hoy empezándose a difundir, con alto
sentido de revelación. Como otrora lo fuera el libro La
enfermedad como camino, de otros alemanes (Dethlefsen
y Dalke), quienes nos hicieron reflexionar acerca de las
dolencias y los síntomas de las llamadas enfermedades,
como un reequilibrio de la salud y no como un opuesto
de la misma.
En los avances curativos de la ciencia se cuela y se ha
colado la oscuridad sanadora de lo lunar cuando sugirió y
acompañó el descubrimiento de las vacunas, los antibióti­
cos, los corticoides, y los actualizadísimos psico-fármacos,
todos ellos grandes milagros de nuestra época, capaces de
reconstruir y devolverle la vida a un cuerpo, en los casos
más extremos, hasta desahuciados. O como los remedios
que distraen a una parte para poder actuar y curar a otra,
equilibrar excesos sin dañar, o recuperar los jugos que se
van gastando en el organismo.
La medicina contemporánea avanza y puede curar de
modo cada vez menos invasivo, más sutilmente, y existen
progresos increíbles en este sentido, pero como Lunática
es un libro sobre el factor más antiguo de los seres huma­
nos, es que ando buscando otros ejemplos, de allá atrás
en el tiempo, o actuales, pero con nuevas orientaciones, y
en ese sentido también se están rescatando muchos de los
remedios de la abuela.
Capítulo 6. La fuerza terapéutica de la Luna 263

En la oscuridad terapéutica y curativa de la Luna existen1


además1 una gestatividad y una obscenidad curativas1 en las que
aparecen inmediatamente las diosas Baubo y Uzume ( véase
Capítulo 21 ítem: Mitológicas) para inspirar la recuperación
del humor1 ver películas y reírse a carcajadas1 hacer saltar y
despegarse del suelo para descargarse1 y reír hasta llorar; o bai­
lar en círculos de mujeres1 practicar danzas circulares todos
juntos como en la antigüedad1 bailar tangos con los hombres
y dejarse llevar; sonreír1 disfrutar de momentos distendidos.
Son cosas que se deciden y se hacen1 con trabajo1 voluntad,
deseo, ganas. El tango es lunar¡ eso siempre se dijo en la jerga
astrológica, pero lo es también en esta cualidad del hombre
llevando a la mujer1 ella secundando, él abriendo el espacio
para que ella muestre todo lo sensual de su femineidad, y lo
espléndida que es al danzar, y de paso gestar los buenos ci­
mientos de la relación Marte-Venus1 varón y mujer.
Bellas costumbres recuperadas, o al menos recupera­
bles1 como nociones de su oscuridad positiva que suelen
hacerle un gran bien al alma, al restituir el poder que quedó
cortado alguna vez con palabras cargadas de negatividad,
como cuando se le dijo bruja a la mujer-que-sabía-mucho­
de-todo lo que estamos nombrando, interpretando tan mal
ese concepto1 del puro miedo que les producía. La bruja
reprimida, la emoción no expresada1 la vida no vivida pro­
vocan depresión y conductas antisociales1 porque se pierde
el poder de lo femenino1 la intuición1 la anticipación y la
fuerza autosanadora de la propia oscuridad. Allí radica «el
poder misterioso y sagrado de la menstruación1 reconoci­
do y honrado en todas partes1 antes de que interviniera la
cultura patriarcal y lo declarase tabú y demoníaco». 95
95. El poder natural de la mujer.
264 LUNÁTICA

Las antiguas sibilas y sacerdotisas emitían sus oráculos


durante la menstruación; de hecho Delfos alude a útero
como centro del mundo. Durante la menstruación es fá­
cil sentir este poder que parece destructivo, y en verdad
es el impulso de la bruja por ser ella misma, para recrear­
se cuando se está sintiendo cruda, sin vitalidad. Son los
momentos de meterse libremente en las profundidades a
buscar recursos que sacar a la superficie. Pero domesticar
ese poder conduce a la mujer hacia la angustia y el des­
encanto irremediablemente. Es necesario recordar que la
menstruación, el parto, la menopausia y el climaterio no
son patologías, sino etapas de los ciclos naturales femeni­
nos; no requieren de tratamientos, requieren de dejar salir
la sabiduría de cada uno de esos períodos trascendentes
de su vida con soltura, naturalidad y sapiencia; reapren­
diendo cuándo, y qué es lo necesario.
En la antigüedad las mujeres climatéricas eran las abue­
las sabias, pero hoy aquellas se sienten gastadas, desvalo­
rizadas, e intentan seguir siendo jóvenes con medicación
y cirugía estética, debido a ese temor, solamente cultural,
de convertirse en material descartable.
Las cualidades de la oscuridad sanadora desde el pun­
to de vista de los signos lunares, más allá de lo descrito a
nivel femenino, abarcan también a hombres, mujeres, jó­
venes, niños, adultos mayores, abuelos y ancianas sabias.

Cualidades de la oscuridad terapéutica


de cada signo lunar
La oscuridad lunar de los signos es generadora, gesta­
tiva, alquimizadora; describe las cualidades innatas tera­
péuticas, sanadoras, curativas y transformadoras tanto en
Capítulo 6. Lafuerza terapéutica de la Luna 265

su función aplicada hacia los demás, como también au­


tosanadoras. Responden a la pregunta, ¿en qué es experta
cada Luna?; algo que se responde reconociendo a la que
sabe dentro de cada uno.
Oscuridad terapéutica de la Luna en Aries
Da el ímpetu vital.
La energía yang de la Luna en Aries es energía de trans­
formación positiva, capaz de revivificar lo estropeado, da­
ñado o desvitalizado con el soplo vital de su fuego rena­
cido. Es como una inyección de adrenalina, fuerza, calor,
coraje, que permite sacudirse de encima todo mal, dolor,
síntoma o enfermedad y re-emerger después de cualquier
final. Parece un torbellino que sacude el interior del cuer­
po y sale dirigido como un rayo láser a la zona afectada, o
hacia la persona desvitalizada. Cura con el aire libre, los
ejercicios físicos, la comida potente y energética.
Oscuridad terapéutica de la Luna en Tauro
Otorga estabilidad corporal.
En su interior se cuecen con energía de procesamiento y
elaboración los recursos sanadores que satisfacen las necesi­
dades de la alimentación. Es una fuerza fértil, viva, sensual,
oscura como la tierra, interior, receptiva, fresca, húmeda,
que nutre, sustancia. Llena de vida la vida, la forma y el cuer­
po. Provoca esa sensación de «me volvió el alma al cuerpo»,
como cuando se toma un café caliente después de un shock.
Cura con el hedonismo, haciendo recuperar sensualidad,
placer, la armonía de los cinco sentidos, y con eso hace re­
valorizar desde la solidez corporal, la estima necesaria para
cualquier destino o proyecto que se tenga. Aporta confianza
en la prosperidad natural de la vida. Serena los nervios de
toda prisa y hace enraizar concretamente en suelos fértiles.
266 LUNÁTICA

Oscuridad terapéutica de la Luna en Géminis


Ofrece el dinamismo.
Usa todas las máscaras necesarias para enriquecer la
pluralidad, la improvisación frente a los imponderables de
la vida. El humor, el juego y la risa son sus mejores reme­
dios. Propone la conexión de la mente con el cuerpo para
eliminar la sensación de dispersión, marginación o dico­
tomía. Brinda su saber sobre el color, el sabor y la forma,
además de los nutrientes que deben tener los alimentos
para satisfacer todas las partes del cuerpo y sus funciones.
Cura haciendo hablar, desahogarse, caminar, y airearse
no solo físicamente sino también mentalmente, incor­
porando otros contenidos más sutiles, livianos, sueltos y
descomprometidos. Ayuda a descomprimir tensiones y
contracturas. Sabe acompañar con sus mil datos y mensa­
jes cualquier duda o interrogante, y explica con ejemplos
sencillos las cosas más difíciles.
Oscuridad terapéutica de la Luna en Cáncer
Da el cobijo.
Es como esa mujer vieja y sabia que recibe a un ancia­
no desarticulado y maltrecho, y lo acuna durante toda la
noche, hasta devolverlo al bosque hecho un niño nue­
vamente.96
Esta es una oscuridad generadora de vida que cura
los conflictos del pasado con ternura, comida y afecto.
Ensalza la necesidad de continuar la especie y tener des­
cendencia, recuperando las antiguas formas de parir, sin
entregar el cuerpo a otros por más expertos que sean, sino

96. Alusión a un cuento del libro Mujeres que corren con los lobos, de C. P.
Estés.
Capítulo 6. La fuerza terapéutica de la Luna 267

reaprendiendo lo que el cuerpo sabe hacer por sí mismo.


Colabora y ayuda a valorar la propia sensibilidad, que no
es debilidad ni vulnerabilidad, sino el poder más intenso
de la vida para dar a luz, dar vida, alimentarla y protegerla.
Un poder que puede satisfacer las necesidades de per­
tenencia, afectividad y las funciones nutritivas de la fami­
lia, de la gente y de los pueblos carenciados. Cura con la
más natural e innata de las funciones humanas, la ternura
y el amor.
Oscuridad terapéutica de la Luna en Leo
Da la vitalidad y la entereza.
Al generar luz, conciencia, calor en su interior gesta sa­
lud y permite revivificar el eje de una persona desvalida
brindándole la fuerza necesaria para levantarle la estima y
promover su singularidad.
Ilumina cualquier sombra de malhumor, pesimismo,
rencor, pérdida o resentimiento, con una nueva manera de
ver las cosas, justamente quitando veladuras que opacan,
debilitan o sostienen la matriz del miedo.
Su oscuridad sanadora es paradójicamente luminosa,
vital, y acompaña cualquier proceso de sanación haciendo
escuchar los latidos del corazón en el pecho de otro ser hu­
mano. Cada uno es un yo diferente pero no único, y sentir
esos otros latidos hace vibrar la conciencia de individualidad
en el seno de otras individualidades.
Oscuridad terapéutica de la Luna en Virgo
Da la salubridad.
Parece una redundancia, y lo es, porque alude al saber
curar con salud, con alimentos, con el bienestar natural
que todos necesitamos para trabajar, dormir, comer, y ser
seres ecuánimes y felices. Esta oscuridad sanadora pone
268 LUNÁTICA

límite al exceso, es experta en la reconstrucción y revalori­


zación de los recursos autocurativos psicosomáticos, ense­
ñando a pulirlos y ponerlos a punto para que las funciones
orgánicas se armonicen y permitan vivir una vida plena.
Promueve las dietas racionales, donde cada persona pueda
descubrir qué es lo mejor para sí. No acuerda con las dietas
generalizadas, sino que prefiere métodos alimentarios per­
sonalizados, siguiendo la estructura psico-física general de
cada individuo. Sabe focalizar cada parte del organismo con
conciencia de holograma, como sistema complejo e inte­
gral, reconociendo que curar una parte reacomoda el todo.
Oscuridad terapéutica de la Luna en Libra
Da la serenidad.
Su experiencia en la vincularidad humana hace que la
oscuridad sanadora de esta Luna promueva la socialización
de las personas. En el encuentro entre dos seres humanos
se produce un intercambio natural de energías muchas ve­
ces altamente saludable porque se establecen oscilaciones
energéticas capaces de equiparar los excesos de uno u otro
extremo, provocando un equilibrio más suave y parejo en­
tre ambos. Se parece al dinamismo de la figura simbólica
del yin y el yang. Nada es estático allí, todo está en perma­
nente balanceo y acomodamiento de los pesos, tamaños y
formas, con el fin de llenar lo vacío y vaciar lo excesivamen­
te lleno, bajar lo que subió demasiado, y hacer ascender lo
que se quedó abajo. Hace que mengüen los ánimos exalta­
dos, y se animen los deprimidos. Elimina la noción de ene­
mistad e inaugura el concepto de relación entre personas
que pueden hacer ajustes constantes cuando algo de ellas
se sale de cauce. Es la experta sanación y el don de proveer
el reequilibrio en las relaciones humanas.
Capítulo 6. La fuerza terapéutica de la Luna 269

Oscuridad terapéutica de la Luna en Escorpio


Da la potencia.
Promueve el encuentro con la propia sombra, represen­
tante de lo rechazado, desconocido o temido de sí mismo
y de la vida. Provoca enfrentarse con el peligro que atemo­
riza, conmueve y empuja a arriesgarse para transformar lo
que enferma en vitalizante. Su oscuridad sanadora llega al
fondo de los temas tabúes de ciertas culturas y hace son­
dear en la propia intimidad cómo ha sido, es o sigue des­
envolviéndose el despertar de la sexualidad en cada edad.
Hace comprobar la fuerza y la sanidad del orgasmo en las
relaciones amorosas, donde la fusión con el otro provee
de un natural restablecimiento de la energía.
Su potencia sanadora radica en su facilidad para ocu­
parse del enfermo o del herido y curarlos con sus propias
manos, con remedios, compañía o consejos. Conoce pro­
fundamente los ciclos vitales, por eso cura enseñando a
vivir intensamente hoy como si fuera el último día.
Oscuridad terapéutica de la Luna en Sagitario
Da el sentido.
Sagitario viene de sage, que en inglés significa sabio,
por eso la oscuridad sanadora de esta Luna es luminosa,
una cualidad proveedora de conciencia y resultados bené­
ficos para aquello que se ha salido del eje. Utiliza concep­
tos filosóficos para generar autoconfianza y conectar con
el propio maestro interno, la voz d_e la conciencia, y el nú­
cleo autosanador interior humano; y desde ahí recuperar
el sentido perdido.
Su poder curativo es ordenador; da consejo, cura con
la medicina natural de los espacios abiertos, el aire libre,
las cabalgatas, caminatas, paseos, avistajes, la comida co-
270 LUNÁTICA

lorida y sabrosa; y se ubica como guía solamente cuando


es necesario; si no, deja hacer, crecer y desarrollarse con
confianza a cada uno libremente. Sabe calmar la sed de
quienes salen a experimentar en busca de maestros, cono­
cimientos, sendas espirituales; sugiriendo cómo hacerlo
desde lo personal, redimensionando su vida con el para­
digma que mejor le sirva a cada uno en cuerpo y alma.
Oscuridad terapéutica de la Luna en Capricornio
Da el eje.
Sus capacidades sanadoras se hunden hasta las raíces
para poder alcanzar las más altas frondas, y alimentar cada
parte del cuerpo, la mente y ese espíritu que persigue cre­
cimientos no solamente materiales.
Hace encontrar, estructurar y volver al eje cuando la sa­
lud psicofísica se inclina o debilita. Suele aconsejar comer
poco, y no acumular peso extra ni en el cuerpo, ni en la
vida o la mochila. Mide los valores, y cura con la ración
justa y equilibrada de los nutrientes necesarios, ni un gra­
mo más ni uno menos, a la hora que corresponde y siem­
pre la misma cada día.
Cura con su oscuridad sanadora muy zen: cuando
come, come; cuando duerme, duerme; cuando trabaja, tra­
baja; cuando se entrena, se entrena; sin mirarse al espejo y
llevando la atención afinadamente enfocada a cada una de
todas estas cuestiones.
Oscuridad terapéutica de la Luna en Acuario
Da la fuga.
Usa el poder de la risa para ayudar a salir de las ener­
gías conflictivas que dañan la integridad del ser. Descom­
prime lo denso y desmantela rigideces en pos de sanear
los vaivenes emocionales de la gente, promoviendo una
Capítulo 6. La fuerza terapéutica de la Luna 271

mentalidad diferente, más flexible, abierta e inventiva.


Propone desafíos de crecimiento superior, y para ello
hace transgredir el pesimismo, los miedos y los horrores
arcaicos; derrite cualquier morbosidad con sus rayos de
electricidad sanadora y fomenta la creatividad, el no te­
mer al ridículo, porque es bueno reírse de uno mismo.
Provoca carcajadas en los demás, conociendo más que
nadie las virtudes terapéuticas del buen humor. Cura ha­
ciendo saltar para despegarse del piso, como aconsejaban
los maestros de India, y así soltar, descargar y alivianarse
de las propias e insistentes broncas. Sugiere meditaciones
dinámicas: bailar y cantar, para oxigenar la sangre y el ce­
rebro, inventando el propio modo de vitalizar el cuerpo, la
mente y el alma.
Oscuridad terapéutica de la Luna en Piscis
Da la integración.
En su seno se configura la energía de la síntesis o siner­
gia, el blanco de la reunión de todos los colores; y eso lo
plasma en cualidades sanadoras sugiriendo la meditación,
las disciplinas de imposición de manos, la musicoterapia,
el poder de escuchar la voz interior que sabe, conoce y en­
cuentra respuestas cuando se cierran los ojos.
Utiliza el caos como un posibilitador para hacer emer­
ger nuevas formas de vivir la vida, más reunidora y solida­
riamente, y para gestar las misiones imposibles.
El lema de esta oscuridad curativa es que nada es impo­
sible, y sabe lograrlo en la integración de lo personal con
lo colectivo mediante la fe absoluta en ese paradigma. Tie­
ne todos los remedios de todas las medicinas guardados en
su haber para utilizarlos, teniendo en cuenta el momento, la
situación y el contexto de cada persona en particular. Pero
272 LUNÁTICA

sabe, e inculca globalmente, que el amor en cual quiera de


sus manifestaciones es la única medicina capaz de curar to­
das las heridas.

Luna para curar Venus


Aprovechar las cualidades lunares propias
para sanar lo vincular herido
Se pueden usar las cualidades lunares propias para sa­
nar lo vincular herido o en problemas. «El destino de to­
dos los cuerpos es hacerse regazo y no coraza.»97
La cualidad sanadora de lo lunar me lleva a recordar y men­
cionar otra imagen suave y protectora de tan solo percibir su
tersura y delicadeza en las manos, en las siguientes palabras:
« Si pudiéramos todos ser un poco como las sedas, capaces de
proteger,.envolver con ternura lo que queda de nosotros y de
los demás, después de un largo penar, aun si nos queda solo
una lastimera semillita ... ».98
Los signos lunares son expertos, cada uno en determina­
das cualidades, como hemos estado viendo.Es desde esa pre­
cisa capacidad, que resume calidez, contención y nutrimen­
to, que se pueden sanar las heridas del corazón.
El poder de lo femenino se perdió por mucho tiempo, y
es bueno reconocerlo para empezar a recuperarlo, porque
es necesario devenir mujer; hombres y mujeres necesita­
mos devenir mujer.

97. Casilda Rodrigáñez. Citas de una entrevista que le realizaron en el año


2004. Escritora española nacida en Madrid el 16 de mayo de 1945. Los títulos
de sus libros son: La represión del deseo materno y la génesis del estado de sumi­
sión inconsciente. 1996. La sexualidad de la mujer. 1999. El asalto al Hades. La
rebelión de Edipo. l •. Pte. 2001. Pariremos con placer, 2007. La sexualidad y el
fundamento de la dominación. La rebelión de Edipo, 2•. Pte. 2007.
98. Las sedas son las barbas del choclo. Desatando a la mujer fuerte.
Capítulo 6. La fuerza terapéutica de la Luna 273

Muchas cosas se han integrado pero otras han quedado


enajenadas, alienadas, como resultado de influencias que
sutilmente siguen mortificando a las personas, aun cuando
pareciera que han recuperado sus fuerzas.
Todavía falta, porque en realidad, más que perdido, el
poder de lo femenino fue robado, y lo que quedó está te­
rriblemente asustado o atrofiado. «Nuestra salud, nues­
tra maternidad, nuestra crianza, nuestra sexualidad, el
principio y el fin de nuestras reglas están en manos de los
Estados, de los sistemas de salud, de las religiones, de los
maridos, de los médicos, de los abogados, de los epide­
miólogos, de los economistas, de la industria farmacéuti­
ca, de los publicistas ... todo menos en nuestras manos.»99
A ello, Vicki Noble lo llama «ginicidio».
La imagen de los temazcales nos devuelve la esperanza;
cuando una mujer se sentía cruda por parir o vivenciar co­
sas difíciles en su vida, necesitaba meterse ahí para cocerse
de nuevo, como dice una canción mexicana; los temazca­
les son curativos, depuradores y sanadores para todos por
igual, como sus primos hermanos los baños termales, los
baños de vapor, y cualquier tipo de hidro y calor reunidos.
Preciso es que la recuperación de lo femenino sea total,
general, y que nos abarque a todos. Si no, la evolución de
la especie humana seguirá estando renga, ciega, atemori­
zada, ignorante, defensiva, reactiva y desde esa debilidad
no hay posibles transformaciones.
En las descripciones generales de los signos lunares
brindo muchas claves para llevar a cabo este estilo de Luna
para curar a Venus, que es una forma de decir, una manera

99. De una entrevista realizada a Casilda Rodrigáñez en 2004.


274 LUNÁTICA

de poner en valor los poderes de la oscuridad sanadora de


la Luna para reactivar sus potencias, nutrir y hacer crecer la
cualidad faltante o en desmedro, en la actualidad mundial.
Hemos visto que cada signo lunar posee sus propias
cualidades curativas y autosanadoras. Es entonces a par­
tir de todas las descripciones que se pueden encontrar
el modo, los métodos, remedios, consejos y guías para
aprovechar sus cualidades y sanar el corazón herido. Cu­
rar con el amor, olvidado en las desavenencias de los
temas no resueltos en las relaciones amorosas. El amor
es venusino, sanador en sí y por sí mismo, y para todos
por igual, pero a veces se necesitan caricias de nuestra
parte madre-lunar para acunarnos y permitirnos rena­
cer. Me viene la imagen de Oliverio 100 cuando Ana se va,
y él permanece, con su pecho y corazón lleno de curitas, y
lo que en ese momento él reflexiona: ella se va y se pierde
la oportunidad de tener un corazón herido como señal de
haber amado. Se va con su corazón intacto, cerrado, sin
haberse abierto a las consecuencias de aprender a amar.
Es una tarea posible usar las cualidades de la oscuridad
lunar propia para sanar las heridas que sobrevienen de las
relaciones vividas, del vacío de las no vividas, y mejorarse
para las que vendrán con sus nuevos desafíos.

100. Oliverio y Ana son los personajes de la película El lado oscuro del cora­
zón, del cineasta argentino Eliseo Subiela. 1992.
CAPÍTULO 7
EL USO DEL DON

Aplicación del don lunar


en lo personal y colectivo
El primer amor
El primer amor no es el noviecito o la noviecita de la
adolescencia. El primer amor es la madre. Contundente
afirmación que escuché y me pareció pertinente poner acá1
ya que existe una ligazón tremendamente fuerte y signifi­
cativa entre el primer amor-madre y el primer amor-amor.
Es invisible o como una veladura1 llegando a convertirse
en atadura en ciertos casos. Es como una soga corta1 apre­
tada1 muy suelta o muy larga, pero soga al fin. Esa tensión
la dará la historia familiar y el estado zodiacal de la Luna
en la carta natal. Es la pauta lunar la que sienta las bases
de cómo1 con quién y en qué tipo de relación, o relacio­
nes1 se verá involucrada una persona1 teniendo en cuenta,
además1 que existen otros significadores astrológicos que
potencian o menguan esas cuestiones.
276 LUNÁTICA

Como hemos visto, se puede jugar con la conocida frase


«dime cómo es tu madre y te diré de quién te enamoraste
primero ... ». Hay mucho para recuperar de las primeras re­
laciones para comprender cómo expresar luego Venus, en las
posteriores relaciones a ese primer amor de estilo familiar,
ya sea por mandato directo o por transgresión al mandato.
Habiendo leído algunos textos de Casilda Rodrigáñez
queda por decir que, ojalá, cada uno pueda en su primer
amor-amor ejercer su sexualidad impregnada de sensuali­
dad, recuperando el sentir en todo el cuerpo, sin que esto
sea olvidado ni vivido como pecaminoso.

Los poetas
Los poetas escriben desde las distintas emociones; son
sensibles a expresar los temas de la condición humana desde
todos sus ángulos. Ellos no son solamente románticos, pobres
o bohemios, como a menudo se los imagina.
Los poetas, o vates en el lenguaje literario, son aquellas
personas que dicen y describen el mundo interno y que
los rodea mejor que nadie, con hondura, en otras palabras,
siempre sinceros, aun cuando usen la licencia poética. Pero
cuando nos referimos a la poesía romántica, los primeros
exponentes que aparecen son Neruda y Bécquer, con her­
mosas coincidencias entre otros factores, porque la poesía
romántica es lunar, como lo son también la música y las
películas de ese estilo. La expresión que más se identifica
con los poetas es la de la Luna en Cáncer o en Piscis.
Veamos algunos ejemplos, técnicos, sobre estas palabras.
Pablo Neruda 1 º 1 era del signo de Cáncer, en ese signo

101. Pablo Neruda, poeta chileno, activista político y embajador. 12 de julio -


Capítulo 7. El uso del don 277

tenía el Sol, la Luna, y además1 cuatro planetas: Neptuno,


Marte, Venus y Mercurio. O sea, seis componentes en el
mismo signo, regido por la propia Luna, y siendo Nep­
tuno y Mercurio, allí, potenciadores de sus inclinaciones
hacia la poesía romántica. La reunión de varios planetas
(conocida como stellium) en un solo lugar de la carta suele
generar tendencia hacia algo específico.
Gustavo Adolfo Bécquer tº2 era de Acuario, con la Luna
en Piscis junto a Urano y Mercurio, estando el Sol y estos
tres componentes en la casa 12 de su carta natal (lugar que
refiere a Piscis-Neptuno en el zodíaco patrón). Es decir, con
una máxima tendencia de sensibilidad, entre otras cosas.
Gabriela Mistral tenía Sol en Aries, Ascendente en Pis­
cis y la Luna en Cáncer. 103
Osho 104 decía que «el poeta ha muerto», viéndolo
como puente entre el científico y el místico, y así «la crea­
tividad fue cambiando por la productividad». Sostenía,
y concuerdo plenamente, que era bueno «crear: pintar,
esculpir, escribir, volverse creativos, no en el sentido de
expresarse para no volverse locos, sino ser creativos para
contemplar belleza». Sobre la India dijo: «No es única­
mente una nación, un país, una mera extensión de tierra.
Es algo más: es una metáfora1 poesía, algo invisible pero
muy tangible». A veces leer las palabras de Osho puede ser

23 de septiembre de 1973. Recibió el premio Nobel de Literatura en 1971.


102. Gustavo Adolfo Bécquer, poeta y narrador español. 17 de febrero de
1836 - 22 diciembre de 1870. Son famosas sus Rimas y leyendas.
103. Gabriela Mistral, poetisa chilena, pedagoga, diplomática y feminista. 7
de abril de 1889- 10 de enero de 1957.
104. Osho, maestro espiritual, místico de India. 11 de diciembre de 1931 -
19 de enero de 1990. lndia, mi amor, un viaje espiritual. Buenos Aires, Gaia
Ediciones, 2002.
278 LUNÁTICA

emocionante1 de esas emociones que embargan el alma ...


vean si no el libro India, mi amor1 donde se recopilan sus
profundas palabras sobre India1 no como un espacio geo­
gráfico sino espiritual.
Si la Luna va de la defensa al don, volverse creativos es la
manera de procesar concretamente ciertas angustias exis­
tenciales, porque al recorrer cada paso de las dificultades
que presenta el proceso creativo, se va aprendiendo como
por añadidura, a observar, detenerse a pensar, reflexionar,
usar la imaginación1 repensar, resolver sumando los dicta­
dos de la intuición a las cuestiones prácticas, todo lo que
hace falta en la vida para comprender los avatares del des­
tino no como desgracias, sino como maestros que pueden
mostrarnos caminos necesarios de ser recorridos1 y que no
haríamos sin el empuje o situación que nos proponen.
Redimensionar las defensas en este sentido hace recu­
perar los recursos y valores de una creatividad que yace en
la imaginación de cada ser humano. La Luna guarda mu­
cha materia prima para ello, siempre hay más1 en latencia,
y es trabajo nuestro desplegar eso una vez que lo sabemos
y lo hemos descubierto.
Lunática va por ese carril, intenta recordar a sus lectores
que todos somos creativos; no meramente en el sentido de
pintar o danzar, sino en el sentido de hacer algo personal con
las herramientas de la propia carta natal.
Si a la Luna la dejamos a su aire, nos hará vivir cómodos
como cuando éramos niños. Si, en cambio, la observamos
en sus etapas, fases, factores y funciones1 entonces podre­
mos usar su materia prima para desplegar todo nuestro
potencial1 y hacer crecer al niño que llevamos dentro1 y
que ella representa.
Capítulo 7. El uso del don 279

Me gusta, siempre, promover la creatividad, buscando,


buceando, haciendo descubrir que eso está ahí dentro,
durmiendo, postergado, latente, anhelando despertar y
colaborar.
Es difícil hablar de Astrología sin llamar al Arte, la creati­
vidad y la individualidad. Son los patrones que necesita el
pensamiento concreto para abrirse camino hacia su mundo
infinito. Es dotar a la mente, a la percepción, a la Luna de la
propia carta con otro alimento, otros hábitos, otras costum­
bres menos atrapantes y más liberadoras.

Ecología emocional
La ecología emocional es un concepto para designar «el
arte de transformar y dirigir la propia energía de manera que
tenga un impacto mejorador en nuestro crecimiento perso­
nal, la calidad de nuestras relaciones y el cuidado de nuestro
entorno. Un mundo interior y exterior emocionalmente eco­
lógico no se improvisa ni se encuentra hecho. Hay que tomar
conciencia de que formamos parte de un ecosistema humano
y natural en el que somos piezas importantes y que influimos
en el conjunto». 105
Los autores citados enseñan un modo para lograr la eco­
logía emocional trabajando los contenidos de tres frases que
empiezan con R y que se conocen como las 3R.
Reducir los contaminantes emocionales.
Reciclar los recursos emocionales.
Recuperar la armonía.

105. Ecología emocional es un concepto, un instituto y el nomhrl' d<' un li"


bro, cuyos creadores son María Mercé Conangla y Jauml' SoleL
280 LUNÁTICA

Y esto se hace teniendo en cuenta ciertos principios


éticos como la libertad, la responsabilidad, la coherencia
y la prevención, y reduciendo el nivel de toxicidad, que
emanamos, reutilizando y reciclando capacidades y habi­
lidades adormecidas, y también reparando heridas para
conseguir armonía.
Cuando se realiza el despliegue de la energía lunar des­
de el miedo y la defensa hacia el descubrimiento del don y
su aplicación, entonces se está en condiciones de ejercitar
las 3R.
Algo que se logra preguntándose lo siguiente en orden
de mejorar la propia estabilidad.
¿ Qµé es tóxico en mi emocionalidad?
¿ Qué puedo hacer yo para disminuir esos contaminantes?
Sobre la base de estos influjos más positivos se puede
lograr, con los recursos propios, la recuperación de una
cierta armonía emocional que permita continuar despe­
gando de las veladas trampas y tentaciones que, al fin y al
cabo, son meramente infantiles.

Saber parir
Antiguamente se sabía parir sin grandes intervencio­
nes ajenas. En ciertos casos hoy se está recuperando la
conciencia de que el parto es cosa de mujeres, no úni­
camente de los hospitales o los médicos. Estos deberían
ser lugares y profesionales para recurrir cuando lo natural
no puede encararse eficazmente. Pero, ¿cuál es el terror al
parto? ¿De dónde proviene? Los hospitales como los co­
nocemos son bastante cercanos en el tiempo, si los com­
paramos con los nacimientos, que se vienen produciendo
a lo largo de la vida ...
Capítulo 7. El uso del don 281

Conviene enterarse lo antes posible que ya existen mu­


chas instituciones y profesionales, escritores y médicos
dedicados a fomentar la vuelta al parto en casa, vertical,
en cuclillas, natural, o en el agua, con la mínima inter­
vención ajena posible. Pero para ello hace falta tener en
cuenta factores muy importantes, como si tales actitudes
son naturales para todas las mujeres por igual, porque no
tienen la misma fuerza las mujeres citadinas que las indias
de la floresta.
Hay una considerable pérdida de la flexibilidad gineco­
lógica. Las indias de la floresta, las mujeres del altiplano
saben acuclillarse y parir, así simplemente, como cuando
hacen sus otras necesidades, porque siempre suben y ba­
jan en cuclillas, y no usan sillas. Vale referir una vez más la
tarea de los doctores Moisés y Claudio Paciornik, w6 padre
e hijo, médicos ginecólogos y obstetras brasileños, y a su
libro, Parto en cuclillas, aprenda a nacer con los indios. Existe
una descripción de todo esto en el ítem referido al signo de
Cáncer en mi libro Doce reinas. w7 Allí, cuento mi experien­
cia en Brasil cuando conocí a estos dos médicos en un con­
greso realizado por la unidad humana. Desarrollaban una
labor maravillosa promoviendo y educando para el parto y
el nacimiento sin violencia. Era el año '82 y tuve la oportuni­
dad de traducir ese libro, del portugués al español. Notorio
es saber que en Argentina, la posibilidad de su publicación

106. Moisés Paciornik, médico obstetra brasileflo. 4 de octubre de 1914 26


de diciembre de 2008. Hasta antes de sus 94 aflos subía y bajaba por las esca­
leras hasta su departamento en el piso 19, en el que vivía, en Curitiba. Prac­
ticaba la postura de cuclillas y enseflaba a hacerlo, demostrándolo él mismo
a toda hora. Su hijo Claudio continúa con la obra que emprendieran juntos.
107. Doce reinas, el zodíaco y lo femenino, de Mimy Cirocco. Buenos Aires,
Ed. B, 2011.
282 LUNÁTICA

llegó 17 años más tarde. Cuando yo volví a mi país en aquel


entonces y quise difundir su obra, me sacaron corriendo
casi todos los médicos, obstetras y parteras a quienes visité
con el material. La secretaria más suave de uno de esos mé­
dicos me dijo: «zapatero a tus zapatos». De todos modos,
hice muchas copias de mi traducción en manuscrito y las
repartí a quienes sí tuvieron ojos para ver y oídos para es­
cuchar. Y luego, cada tanto en mi vida, me encontraba con
alguien que había conocido o usado ese material.
Los Paciornik eran unos adelantados en recuperar lo
antiguo e integrarlo a su clínica. Había otros en el mundo
por ese camino, como Frederick Leboyer, el médico gine­
cólogo y obstetra que escribió el resultado de sus prácti­
cas en el libro que en Brasil se llamó Nacer sonriendo, y en
Argentina Por un parto sin violencia, con el revolucionario
método de volver a hacer nacer a la gente en la calidez y
penumbra de la intimidad de sus hogares, o en el agua ti­
bia de la bañera, y no en los hiperiluminados, asépticos y
helados hospitales llenos de gente alrededor.
Los Paciornik hicieron sus propias experiencias. Habían
recorrido, hace muchos años, el sur de Brasil en un colecti­
vo transformado en consultorio ginecológico para concien­
tizar a la población femenina de la importancia de hacerse
los chequeos pertinentes. Fue de ese modo que también
llegaron a las florestas donde descubrieron que la salud
ginecológica de las nativas era mucho mejor que la de las
señoras citadinas que atendían. He ahí el origen del libro y
de la adaptación del parto en Curitiba, en la Casa de Saúde,
que ellos fundaron, donde me invitaban a ver partos, y don­
de vi a una mujer parir con un orgasmo y sonriendo. En otra
sala de partos, una señora de 40 años daba a luz a su hijo
Capítulo 7. El uso del don 283

encajado de pies, el cual nació naturalmente y gracias a las


posturas de cuclillas. Cosas ... que no son siempre posibles,
pero que no tienen por qué ser imposibles.
Michel Odent 1°8 dice que lo orgásmico del parto no se
produce por la actividad del neocórtex en la mujer, justa­
mente cuando este tiene que ponerse en reposo para fa­
cilitar la producción del torrente hormonal de un cóctel
orgasmogénico que permite el relax, en la cumbre de la
trascendencia femenina.
Ideas¡ prácticas, obras¡ todas de alcance lunar, para ejem­
plificar la función general de la Luna¡ cuando se abre con
toda la potencia de sus más profundos dones y poderes.
En Argentina¡ Tita Merel10 109 colaboraba cuando decía,
cantando: «Muchacha¡ hacete el Papanicolaou».11 º
Alguien dijo que tal vez quepa enterarse que los terri­
bles dolores del parto pueden estar ocultando una gran
afluencia de placer que ha quedado atrapado por muchas
cuestiones que nada tienen que ver con la intimidad de
una mujer.
Veamos entonces los dichos¡ que permiten obtener esa
conciencia, de Casilda RodrigáñezJ 111 como una de las
representantes más acérrimas en la defensa de la mujer
en pos de devolverle a ella el adueñamiento de su propio

108. Michel Odent, médico obstetra francés, nacido en 1930. Uno de los
defensores más notables del parto natural, entendiendo por natural la míni­
ma intervención externa¡ popularizó el alumbramiento en el agua.
109. Tita Merello, actriz y cantante argentina, estrella del tango, el cine y la
radio. 11 de octubre de 1904 - 25 de diciembre de 2002.
110. Papanicolaou: estudio ginecológico para prevenir el cáncer de útero,
creado por el médico griego Georgios Papanicolaou.
111. Casilda Rodrigáñez. Citas de una entrevista que le realizaron en el año
2004.
284 LUNÁTICA

cuerpo tanto como la flexibilidad de su sexualidad y sen­


sualidad par� toda su vida y actividad sexual, menstrua­
ción, orgasmo, gestación, partn, lactancia, y después me­
nopausia y climaterio. Ella dice que «el parto entendido
como acto sexual es algo íntimo de la vida sexual de una
mujer» y propone «recuperar el latido del útero».
Cuenta Rodrigáñez que, según los chamanes, la mujer
posee en el útero la intuición, la videncia y la percepción
extrasensorial, pero que, al no lograr ejercer la liberación
de su matriz, no puede usar su poder completo, porque
por siglos eso le ha sido negado. Ya sea física o inconscien­
temente es algo que viene sucediendo por tres o cuatro
milenios. A esto Rodrigáñez lo llama castración. En la mis­
ma entrevista, ya citada, entre otras preguntas le hicieron
la siguiente: «¿Cómo hemos llegado a negarnos la existen­
cia del útero?». Veamos su respuesta. «De niña nadie te
dice que tienes un útero, y creces sin moverlo, sin sentir su
excitación, su latido; ves a las mujeres de tu alrededor vivir
con posiciones rígidas, sin mover la pelvis ni el vientre, sin
ver ni vivir las pulsaciones uterinas»; y nombra las danzas
del vientre como resabios de antiguos rituales femeninos
donde sí se sabía y se conocía el carácter móvil del útero,
y la necesidad de acompañarlo en sus latidos, tanto en el
orgasmo como en el parto, con movimientos envolventes
e hipnóticos, vinculado con el cerebro antiguo, que no es
racional sino instintivo.
En algunas culturas antiguas la rana era uno de los sím­
bolos representativos del útero, porque «salta, palpita y se
mueve, y es así que al test de embarazo se lo llama el test
de la rana». También se lo simboliza con un pez, por su
manera de moverse.
Capítulo 7. El uso del don 285

Rodrigáñez acota: «Las niñas de esas culturas conocían


la existencia del útero1 porque aunque este es interior y no
se ve1 podían relacionar los símbolos con sus propias pul­
saciones». En cambio1 «la mujer frígida es la que tiene el
útero rígido1 bien arriba y quietecito; de ahí viene el califi­
cativo de histérica» (de hysteron1 que significa «útero»).
Menciona que la ropa apretada nos separa aun más del úte­
ro1 a diferencia de las mujeres que usaban solamente túni­
cas para cubrir su desnudez y de ese modo conservaban sus
percepciones del cuerpo y de su sensualidad. Aun también
en costumbres de ir a los baños termales y públicos1 donde
el erotismo era algo natural en ellas1 como forma de tener
presente el movimiento del útero en su interior1 y favorecer
así sus orgasmos y sus partos. «La sexualidad femenina es
húmeda1 es agua. Por eso los símbolos de la rana y el pez.
Y también el de la sirena1 otro símbolo de la femineidad no
falocéntrica por excelencia. Nadar como una sirena hace
sentir1 al apretar las piemas1 que el movimiento solo es po­
sible desde la pelvis1 una danza del vientre en el agua. El
mundo simbólico es muy importante porque actúa de ma­
nera inconsciente sobre el inconsciente; es por eso que po­
nen una mujer delante de un auto para venderlo. Nuestro
origen es el agua1 el medio acuático1 el líquido amnióti, 01 y
el útero no es una víscera más. Filogenéticamente1 está pre­
visto que el parto sea un acto placentero1 lo que no está pre­
visto es que la niña se haga mujer sin desarrollar su sexuali­
dad con el útero rígido1 espástico. Los dolores menstruales
y los de parto provienen de la rigidez del útero. FI parto
con placer se produce cuando el útero se abre suavemente,
relajadamente; con cada latido los músndos 1111·1 11111•, •u·
distienden y aflojan, entonces el 1111·110 ,.,. v,1 11•l,q,111d11 y
286 LUNÁTICA

abriéndose poco a poco, y cada latido es al mismo tiempo


una oleada de placer.» 112
«Durante siglos, la mayoría de los úteros han sido es­
pásticos, y por eso los nacimientos han sido dolorosos»,
expresa también Wilhelm Reich. 113
Digo, ¿no produce más dolor aún, sentir y pensar y sa­
ber de este robo al placer de la mujer al parir y de los ni­
ños al nacer? Por fin el mundo va despertando gracias a
las personas, profesionales o no, que intentan restituir de
a poquito estos saberes en pos de algo mayor, la recupera­
ción, el desarrollo y el uso del poder femenino, esa poten­
cia tan temida por los antiguos patriarcados que guarda
en su interior la mujer. <<Con el solo hecho de saber estas
cosas se puede recuperar la percepción sensible del útero.
Es difícil pero no imposible perder la rigidez e insensibi­
lidad producida por la represión de la sexualidad básica, a
lo largo de una socialización castradora, que usa técnicas
como la episiotomía, y el corte del útero en las cesáreas,
tantas veces innecesarias, o justamente debidas a la rigidez
del útero que no puede abrirse con su propia elasticidad
y palpitar en el acompañamiento expulsivo del feto.» Y
agrega Rodrigáñez: «Muy pocas cosas justifican una cesá­
rea como la placenta previa», y cita a Michel Odent, quien
ha atendido alrededor de 300 partos de nalgas, por vía va­
ginal y en casa.
112. Ibíd.
113. Wilhelm Reich, médico psiquiatra y psicoanalista austríaco. 24 de
marzo de 1897 - 3 de noviembre de 1957. Se interesó por el tema de las
defensas, entre otros, en Análisis del carácter: «Las defensas no han de con­
siderarse separadas de la personalidad, ya que impregnan todos los aspectos
de esta». A ello, él lo denominó armadura caracteriológica.
Capítulo 7. El uso del don 287

El terror en el parto proviene de ver cómo se pare en


los hospitales, en una atmósfera totalmente opuesta a la
intimidad de uno de los actos sexuales más trascenden­
tes de la mujer. Luces de neón en lugar de penumbra, gri­
tos o voces apuradas en lugar del silencio o de las voces
queridas o de una música relajante; hombres y mujeres,
desconocidos, nerviosos, moviéndose alrededor, en lugar
de mujeres como en las tribus, con sus danzas del vientre,
hipnóticas y favorecedoras¡ sequedad en lugar de hume­
dad, o del agua tibia inductora y natural.
Hoy algunos varones se animan y acompañan a su mu­
jer a la sala de parto, pero muchas veces se desmayan en
lugar de acariciarle la espalda, y susurrarle al oído todo lo
que la aman. Algunos dirán que estas son prácticas primi­
tivas. Sí, lo son, pero parecieran tener un estilo de inteli­
gencia bastante coherente.
Por suerte, se están recuperando algunas esenciales y
naturales costumbres como las danzas del vientre, anti­
guamente ligadas a los ritos de la fertilidad y la materni­
dad de las sociedades matrísticas del neolítico, algo que
también redunda en volver a sentir la sensualidad des­
pierta, y mejorar en todo sentido la salud general.
También han surgido las doulas 114 para acompañar a las
familias de los parientes, y especialmente estar al lado de

114. Doulas es una palabra que proviene del griego y significa esclava. Por
esa razón se hacen llamar asistentes del parto. Existen asociaciones, semina­
rios y cursos de capacitación para las mujeres que deciden ser doulas. Sus
funciones son ayudar a las mamás para que la gestación, el parto y el pospar­
to sean experiencias saludables, plenas, gozosas y satisfactorias. También
colaboran para menguar el miedo, amamantar sin problemas y descansar
junto con su bebé sin culpa por no estar haciendo otras tareas. En general
apoyan todo el proceso del desarrollo psico-profiláctico perinatal.
288 LUNÁTICA

las mujeres a punto de dar a luz. Tienen la experiencia de


haber tenido hijos y saben cómo hacer todo este acompa­
ñamiento.
La cultura de estar sentados a la que pertenecemos ha co­
laborado en que se perdiera la fuerza perineal; y así no hay
energía ni potencia en la zona genital reproductiva, y en
cambio esta se escapa, se escurre, toda junta y hacia abajo.
Una lástima. Una lástima que puede revertirse subiendo
y bajando a las cuclillas, para que la sangre de las piernas
forzadas, suba hasta la cabeza y oxigene bien el cerebro.

Cocinar es ancestral
Cocinar es una manera práctica y concreta de ejercer una
de las funciones del poder lunar: dar de comer. Podríamos
pensar que las que más tienden a esto pueden ser la Luna en
Tauro, en Cáncer o Piscis. En la actualidad, se multiplicaron
los cocineros, la gente que aprende a cocinar, el gusto por la
cocina, se reeditan los saberes de las cocineras de los años SO,
como doña Petrona C. de Gandulfo115 (de quien conservo en
herencia, El libro de doña Petrona, ya gastadito de tanto mirar­
lo cuando éramos chicas, con el que nuestra madre nos pre­
paraba sus recetas), y también Julia Child.116

115. Petrona Carrizo de Gandulfo, cocinera argentina muy famosa, maestra


gastronómica de varias generaciones. Nació en Santiago del Estero, el 29 de
junio de 1896, y falleció en Buenos Aires, el 6 de febrero de 1992. Su libro lle­
va 102 ediciones y se trata de una obra enciclopédica de alrededor de 600 pá­
ginas, que no contiene solamente recetas sino también muchos consejos úti­
les para la mujer, en su rol matrimonial, de madre, ama de casa y trabajadora.
116. Julia Child, cocinera, escritora y presentadora de televisión norteamerica­
na. 15 de agosto de 1912 - 13 de agosto de 2004. Introdujo la cocina francesa
en Estados Unidos. Existe una bella película, comedia biográfica sobre la vida
real de dos mujeres en distintos tiempos, unidas por la cocina, ]11/ic e',· Julia,
dirigida por Nora Ephron y protagonizada por Meryl Streep y Amy Ad,1ms.
Capítulo 7. El uso del don 289

En épocas apocalípticas, cuando todo parece derrum­


barse, terminarse, o la amenaza de ello cunde escorpiana­
mente, surge Tauro, el opuesto complementario, repre­
sentante como lo es de la comida, el placer y la vida, para
equilibrar a Escorpio en sus destrucciones liberadoras.
Surgen con ello los amantes de la cocina por doquier, para
dar vida, alimento, sabor, color y futuro. La Luna no sola­
mente representa el tiempo pasado: al alimentar y cuidar la
vida está promoviendo un buen presente y un mejor futu­
ro. Rollo May hace referencia a «un poder nutricio: el po­
der capaz de estar en favor de nosotros mismos, y propiciar
también simultáneamente el bienestar en otras personas,
mientras al mismo tiempo proveemos su evolución». 117

Crear y cuidar en sentido colectivo


Cuidar en sentido abierto y colectivo es también una
función lunar. Una función en que hombres y mujeres se
involucran para crear y brindar verdaderas mejoras a otra
gente que no es la propia familia, a una ciudad, un pueblo,
una institución, un país. Y lo pueden hacer siguiendo pre­
misas con el siguiente sentido: «El proceso sociocultural
debe mirar hacia el futuro tanto como hacia el pasado. Este
ha creado unas condiciones que podrían dañar a los niños
que llevaran adelante su trabajo, y debe tratar de reparar
esas condiciones negativas a través del amor y del cuidado
físico. En la vida personal, el individuo debería cultivar sus
intuiciones espontáneas y sus sueños de crecimiento futu­
ro. A menudo son desarrollos frágiles que pueden ser fá­
cilmente distorsionados o destruidos por las presiones de

117. Poder e inocencia. Rollo May, citado por Tracy Marks en Astrología del
Autodescubrimiento.
290 LUNÁTICA

la vida cotidiana». 118 Se requiere de «una habilidad para


neutralizar las tensiones destructivas de la sociedad».
Hubo un hecho que considero lunar en lo social: cuan­
do en noviembre de 1951 se instaló el voto femenino en la
Argentina. Para los conservadores de las primeras décadas
del siglo XX, el voto femenino representaba una injerencia
en los derechos privados masculinos y una forma de alte­
rar el orden familiar. Se temía que el voto femenino pusiera
en riesgo la supuesta armonía familiar. El siglo XIX fue una
etapa hostil para las mujeres. Vivían recluidas en lo domés­
tico, con inferioridad jurídica, ya que en lo legal eran con­
sideradas como niños o discapacitados. Se las consideraba
irracionales, fácilmente presas de las pasiones; en cambio, el
hombre era considerado un ser racional.
Hoy puede parecer imposible de aceptar que la mujer
fuese considerada entonces un ser ingobernable, impre­
decible e inferior biológicamente. El nuevo mundo pro­
mueve pasar del control a la inspiración1 de la rigidez a
la apertura, hacia la improvisación y la flexibilidad1 y la
construcción de relaciones radiales, no piramidales, con
menos funciones jerárquicas y más trabajo en red. Se di­
ferencia entre empoderar y ejercer el poder o hacer juegos
de poder. Es distinto apropiarse del poder para usarlo en
bien de todos, dialogando, en lugar de imponiéndose.
Parecieran ser frases funcionales de la Luna en Libra
o de la Luna en Acuario cuando se dice que «empoderar
significa darle autonomía al otro, compartiendo la infor­
mación y construyendo relaciones de confianza».

118. Un manda/a astrológico. Dane Rudhyar. Símbolo referido a la respon­


sabilidad de la sociedad de asegurar el bienestar y la salud de las nuevas
generaciones.
Capítulo 7. El uso del don 291

También es lunar reflexionar sobre el hecho de que, en


la actualidad, se ha extendido la vida pero no la salud, y
que se ha producido un extraño salto pasando de cazado­
res a ecologistas. 119

El regreso consciente a la necesidad de lo grupal


Cada vez se hace más notoria la necesidad consciente
de lo grupal, símbolo de la Era de Acuario. Lo lunar y can­
ceriano genera grupos por necesidades básicas familiares,
y la reunión no se piensa mucho, se hace así para subsistir,
son agrupamientos instintivos, inconscientes, necesarios
para una mayor seguridad general. Pero los fenómenos
globales a los que estamos asistiendo, aunque sean al otro
lado del mundo, nos están mostrando una necesidad mu­
cho mayor que eso, más importante, y que es de corte glo­
bal, total, terráquea. Ya no hay vuelta atrás. Ya no alcanza
en ese sentido con cuidar de la propia quintita, porque esa
posibilidad de ver ha instalado otra realidad, y eso ahora
nos convoca a todos por igual, sin ninguna distinción en
las consabidas y siempre nombradas categorías. Es el tiem­
po de vivenciarnos como el conjunto de los terráqueos,
los seres humanos terrestres como partes de un todo que
vibra ante cualquier situación parcializada; somos los ha­
bitantes de nuestro planeta Tierra-Gaia-Gea, partes vi­
vientes entre todos sus otros seres vivientes, cuerpos de
su cuerpo-organismo-vivo que late, sufre, goza, como nos
pasa a cada uno de nosotros en lo personal y en lo familiar.

119. Ideas extraídas de distintas notas del diario La Nación en el Día de la


Mujer, 8 de marzo de 2013.
292 LUNÁTICA

Wesak y las meditaciones mundiales en Plenilunio


Wesak es un festival que se realiza en la Luna llena del mes
de Tauro, en India. Es la celebración más destacada del bu­
dismo; un homenaje a Buda con estas instrucciones que él
mismo dejó antes de morir: no llorar ante su muerte, ni hacer
ofrendas, sino seguir sus enseñanzas, llevando una vida no­
ble, desarrollando sus mentes, practicando la bondad amo­
rosa y trabajando para traer paz y armonía a la humanidad.
«Wesak simboliza la unión del futuro en un importan­
te desafío, reunir Oriente y Occidente, acercar las grandes
religiones del mundo. Cada Luna llena del mes de Tauro es
el nuevo germen, el punto de arranque de esa religión uni­
ficada, una religión del espíritu que sobrevuela las circuns­
tancias del tiempo y la geografía. En cada festival se tiene la
oportunidad de asumir ese impulso de gran potencia.» 12º
En la actualidad se han comenzado a realizar medita­
ciones en todas partes del mundo en el día de plenilunio,
la Luna llena de cada mes. Qµienes no meditan salen de
todas maneras a ver la Luna llena desde las terrazas, pla­
zas, entre las montañas, o frente al mar o el río. Se sabe
que esta ejerce un fuerte influjo, se perciben unas ganas de
honrarla al salir a mirarla, o se lo hace por puro romanti­
cismo. En el plenilunio se exaltan las emociones que ella
representa, todas.
Alice Bailey nos ha legado una breve invocación prepa­
ratoria para la festividad de Wesak, para que sea logrado el
impulso de gran potencia que se gesta en esa fecha.

120. Alice Bailey, escritora inglesa, esotérica, fundadora de la Escuela Arca­


na. Recibió por transmisión telepática del maestro tibetano Djwhal Khul,
la información de los 30 libros que escribió. 16 de junio de 1880 - 15 de
diciembre de 1949.
Capítulo 7. El uso del don 293

«Que las fuerzas de la luz iluminen a la humanidad.


Qµe el espíritu de la paz se difunda por el mundo.
Que el espíritu de la colaboración una a todos los hom­
bres de buena voluntad dondequiera que estén.
Que el olvido de los agravios por parte de los hombres
sea la tónica de esta época.
Que el poder acompañe los esfuerzos de los grandes
seres.
Que así sea y cumplamos nuestra parte.»

Más talento lunar aplicado en


lo social: cuando la solidaridad
se vuelve creativa
Los global shapers
Parece el nombre de una banda, y en verdad son una
banda, pero no de música. Shape en inglés significa for­
ma; esta frase significa algo así como dar forma en sentido
colectivo; por lo tanto, los global shapers son hacedores
globales, jóvenes que le dan nueva forma al planeta. Tie­
nen hasta 30 años de edad al momento de ser convoca­
dos por el Fondo Económico Mundial en pos de delinear
propuestas para el futuro, desde distintas profesiones,
actividades y disciplinas. Se reúnen en pequeños grupos
interdisciplinarios llamados hubs, y tienen un curador
para configurar las ideas y proyectos. Son 2000 jóvenes
convocados, de 200 ciudades, de los cuales algunos son
argentinos. Seleccionados por ser excepcionales en su
área de desarrollo, por sus logros y por sus ganas de con­
tribuir, colaborar y solucionar temas de las comunidades
en las que viven. Asumen la responsabilidad de dedicar­
se al planeamiento y desarrollo de proyectos, ser voceros
294 LUNÁTICA

y protagonistas de cambios en la construcción de me­


joras y beneficios para su país. Cuando alcanzan los 33
años, ellos mismos eligen a los próximos global shapers
para que todo siga dinámicamente su curso mejorador.
La nota que leí al respecto decía algo con lo que concuer­
do: que es absolutamente acertado pensar en el futuro
con los jóvenes del futuro.

Personas mundialmente conocidas por


su actitud lunar utilizada como un don
Son personas que cuidan lo colectivo con tareas de
gran alcance social mundial humanitario. Como Yunus
o la Madre Teresa, Emoto y sus descubrimientos acerca
del agua, Fukuoka en Permacultura, por nombrar solo
algunos de ellos. Pero sabemos que mucha gente joven
anónimamente dona sus fines de semana en actividades
solidarias; son jóvenes emprendedores apoyados hoy por
distintas ONG.
Lo lunar es gregario por naturaleza. Forma un colecti­
vo por necesidad, o buscando pertenencia. Difiere de los
grupos de estilo acuariano, donde el sello es participar, y
en lugar de festejar la Navidad con la familia van a recorrer
las calles y dar alimento a quienes están en situación de ca­
rencia. Es en esos casos, donde un estudiante de Astrolo­
gía se pregunta, pero ¿es lunar o es acuariana esta actitud?
Respuesta doble y conjunta: se parece a las características
de la Luna en Acuario (aunque h ay otros factores que im­
pulsan a eso mismo). Es este un dar desinteresado, desa­
pegado, que cuida a los más abandonados de la sociedad.
«Nada más importa cuando uno extiende la mano no
a los reconocidos, no al círculo interior, sino a los ham-
Capítulo 7. El uso del don 295

brientos, a los sedientos, los desconocidos; los que no


tienen ropa, están enfermos, presos, los conozcas o no,
los entiendas o no, sean lo que más quieres o no.» 121

Algunos ejemplos
En lo personal, y siguiendo las descripciones astrológi­
cas sobre la energía lunar y su contenido, considero personas
que aplican su pauta lunar a aquellas que de algún modo pro­
mueven una atención enfocada en el crecimiento, bienestar,
alimento, espiritualidad, educación, desarrollo de concien­
cia, de alcance social, colectivo, cultural o global. No son
ejemplos en los que haya tomado en cuenta sus cartas nata­
les ni la posición de sus Lunas, sino que los he elegido por la
singularidad de sus obras y acciones, que reflejan de manera
muy relevante las características de la energía lunar.

Wangari Maathai
Primera keniata ecologista galardonada con el premio
Nobel de la Paz en 2004, con muchos otros premios y ga­
lardones desde 1984, a quien se la conoce como la madre
de sonrisas victoriosas. Ella dice que «si uno desea prote­
ger el entorno, primero tiene que proteger a su gente, a su
pueblo. Porque si somos incapaces de preservar a la espe­
cie humana, ¿qué objeto tiene salvaguardar las especies
vegetales o animales?». Opina que «es imposible vivir
bajo un régimen político que atemoriza a la gente, que
destroza su creatividad». Y dice sonriendo: «Me siento
feliz la mayoría del tiempo; rara vez me deprimo. Es muy
difícil estar triste cuando se plantan árboles». Fundadora

121. Desatando a la mujerfuerte, op. cit.


296 LUNÁTICA

del Movimiento Cinturón Verde, activista política, biólo­


ga, veterinaria, fue la primera mujer africana en recibir el
premio Nobel de la Paz, «por sus contribuciones al desa­
rrollo sostenible, la democracia y la paz». ( 1° de abril de
1940 - 25 de septiembre de 2011.)

Sri Sri Ravi Shankar


Ravi Shankar Ratnam, llamado Guruji por sus segui­
dores, es un gurú nacido en India, el 13 de mayo de 1956.
Líder humanitario, espiritual, conocido por haber creado
la Fundación Internacional El Arte de Vivir, una ONG
educacional para globalizar la espiritualidad. Dice: «So­
lemos pensar en la antigüedad en términos de barbarie;
pero basta con mirar los juguetes que usan los chicos hoy,
y preguntarse: ¿representan esos objetos una sociedad ci­
vilizada o refinada?». Sostiene que la falta de desarrollo
espiritual ha generado dos tendencias graves, «suicidas
por un lado, y violencia doméstica y social por otro». En­
tiende la espiritualidad de un modo distinto a la religión,
porque considera que «la religión es la cáscara y la espi­
ritualidad es el fruto». Y conmueve a salir de los rituales,
prácticas y símbolos, donde la gente se ha quedado atasca­
da, para acceder a la esencia espiritual que es «la compa­
sión, la paz mental, la cordialidad, la alegría ... ».

Clarissa Pinkola Estés


Sus libros han sido altamente transformadores y posibi­
litadores en la recuperación de la mujer por la mujer. Es una
escritora, poetisa y psicoanalista estadounidense especialis­
ta en tratamiento postraumático. Nació en Indiana, el 27 de
enero de 1945 y creció en un poblado de 600 personas cerca
Capítulo 7. El uso del don 297

de los Grandes Lagos; mestiza, mexicana criada por inmi­


grantes refugiados húngaros, que no sabían leer ni escribir,
recibió de ellos su herencia magyar. Doctorada en estudios
interculturales, psicología etnoclínica, es psicoanalista jun­
guiana, guardiana, contadora y cantadora de cuentos de an­
tiguas tradiciones. Fue directora del Carl Gustav Jung Center
for Education and Research. Ha sido galardonada por su in­
tervención en hospitales con niños con lesiones graves, ve­
teranos de guerra con reacciones de estrés de combate, cam­
pañas de alfabetización en cárceles, y por brindar su ayuda
al colectivo vulnerable de Estados Unidos. Su libro Mujeres
que corren con los lobos ha sido traducido a 39 idiomas. Tie­
ne una serie de audiolibros bajo el título de The Dangerous
Old Woman ( cuya traducción literal sería La peligrosa vieja
sabia). Sus otros dos libros son El jardinero fiel, donde ha­
bla de uno de sus tíos europeos, contador de cuentos, re­
saltando la reserva de la sabiduría familiar que se transmite
de generación en generación; y Desatando a la mujer fuerte.
El amor inmaculado de la Madre Bendita por el alma salva­
je. He consultado las efemérides planetarias para el día de
su nacimiento y allí aparece la Luna en el signo de Cáncer.
Como no tengo el dato de su hora de nacimiento, no se pue­
de dar por confirmado, pero su naturaleza guardiana de las
tradiciones y sus propuestas de lograr una civilidad basada
en el alma, para una mejor asimilación y sostenimiento de
las distintas etnias, grupos culturales y tribales, podrían dar
crédito de esta información.

Muhammad Yunus
Banquero y economista bangladesí, nacido el 28 de
junio de 1940. Ganó el premio Nobel de la Paz en 2006
298 LUNÁTICA

«por sus esfuerzos por incentivar el desarrollo social y


económico desde abajo». Creó y aplicó el concepto del
microcrédito para las personas humildes que no podían
acceder a un préstamo bancario tradicional. Afirma que la
crisis económica mundial abre la posibilidad de desarro­
llar un sistema financiero para el pueblo y no para los ri­
cos, destacando que la hecatombe financiera no es la única
crisis existente y que no debe ocultar otras surgidas con
anterioridad, como las de la alimentación, la energía y el
clima. Sostiene que todas las crisis tienen el mismo origen,
han surgido de fallas estructurales de nuestro sistema por­
que la economía actual está orientada únicamente hacia la
búsqueda de un máximo de ganancias. «La más profunda
de las crisis puede generar la mejor de las oportunidades.
Mientras las cosas funcionan más o menos, nadie quiere
cambiar nada; pero ahora ya no funcionan, es el momento
adecuado. El sistema financiero debe ser repensado ínte­
gramente. ¡De todos modos no funciona para el pueblo!
Para los ricos sí, pero no para el pueblo. » Yunus propuso
para ello fundar un nuevo sistema «basado en lo concreto
y no en los sueños» de algunos profesionales de las finan­
zas. Dio como ejemplo de lo que puede hacerse, el banco
de microcrédito, Grameen Bank, que él mismo creó en
197 6 para financiar proyectos de aldeanos de Bangladesh
que no tenían acceso a las líneas de crédito tradicionales.
Tres décadas después, los créditos concedidos por el Gra­
meen Bank fueron reembolsados en un 98% de los casos.

Masanobu Fukuoka
Biólogo, agricultor, ecologista y filósofo japonés que
creó un sistema de agricultura natural enmarcado dentro
Capítulo 7. El uso del don 299

de la permacultura. Ganó el premio equivalente al Nobel


en Asia. Es autor de dos obras, La revolución de una brizna
de paja, y Senda natural del cultivo. Nació el 2 de febrero
de 1913 y falleció el 16 de agosto de 2008. Sus principios
de trabajo se basaron en la filosofía del Wu Wei: no in­
tervenir, no forzar las cosas. Estos implican, no arar, no
usar abonos ni fertilizantes, pesticidas ni herbicidas, no
eliminar las malas hierbas, no podar. Usaba otros modos
de protección, como las bolitas de arcilla, Nendo Dango,
donde se ponen las semillas y se plantan así; con las prime­
ras lluvias al deshacerse la arcilla, que mantuvo protegidas
a las semillas de los animales e inclemencias del tiempo,
estas brotan naturalmente. Sugería que los aviones en lu­
gar de arrojar bombas deberían tirar semillas.

Masaru Emoto
Enseñó a reconocer las propiedades receptivas del
agua. Las palabras, oraciones, sonidos y pensamientos al
ser dirigidos a una masa determinada de agua, influyen
en la forma de los cristales de hielo obtenidos de esta. Y
como de agua estamos hechos en nuestra casi totalidad,
con sus descubrimientos y experiencias demostró cómo
nos modifican las emociones que sentimos, las propias y
las ajenas. Estudió milimétricamente las moléculas del
agua, bajo una u otra emoción o estado de ánimo. De más
está decir que las moléculas del amor se acomodaron en
el agua con la forma del más perfecto cristal. Nació en
Japón el 22 de julio de 1943.
CAPÍTULO 8
COSTUMBRES BIEN ARGENTINAS

Argentum-Plata-Luna
¿Qué es Argentum en Homeopatía?
Veamos algunas curiosidades por similia-similorum so­
bre elArgentum-Tango.
Lo que sigue son asociaciones libres y capciosas sobre
nuestro satélite y más; no va con comentarios, solo lo agre­
go con la sugerencia de que vean si esto les recuerda a algo
o a alguien ... Seguramente lo van a comprender mejor los
mismos argentinos, o aquellas personas que los conocen
mucho, pero es universal ... y lunar.
Teniendo en cuenta que los remedios homeopáticos
son observados e interpretados de acuerdo a determinadas
personalidades o formas de ser, la personalidad Argentum
es la de alguien que está siempre apurado, ansioso, nervio­
so, es impresionable, impaciente, sobresaltado, aprensivo.
Es considerada la personalidad más miedosa en la materia
médica homeopática, incluso con diversas fobias. Til'IH'
302 LUNÁTICA

miedo a la gente, a salir a la calle, al fracaso que siempre


anticipa, a estar solo, al encierro, a pasar por determinados
lugares, sobre todo si tienen aristas, o porque se le puede
caer algo encima. Frente a eventos importantes transpira,
tiene palpitaciones, mareos, no puede dormir, va muchas
veces al baño, y como cree que va a fracasar no emprende
nada. Se agota pronto en lo que hace, es impulsivo en el
amor, y tiene accesos de ira. Sufre de un fuerte negativis­
mo, creyendo que todo lo malo le pasa a él.

El Río de la Plata
Es el río que nos precede frente al océano Atlántico, un
estuario en América del Sur, entre Argentina y Uruguay,
formado por la unión de las desembocaduras a ese océano
de los ríos Uruguay y Paraná; es considerado el río más
ancho del mundo.
Los españoles y portugueses que llegaron a nuestras cos­
tas lo llamaron Mar Dulce en un principio. Perseguían una
leyenda acerca de un rey blanco que seguramente tenía que
ver con ciertas minas de plata en Bolivia, de las cuales ba­
jaba gente ataviada con ornamentos de ese metal precioso.

La Luna como regente nacional


Argentina es del signo de Cáncer, regido por la Luna,
tomando como nacimiento el día de su independencia, a
saber, el 9 de julio de 1816, en Tucumán y al mediodía. Por
eso el signo solar de nuestro país es Cáncer, el único signo
del zodíaco regido por la Luna. (En términos técnicos, al
planeta que rige un signo solar se lo llama gobernante o re­
gente.) Si a alguien le interesa estudiar la pauta lunar de Ar­
gentina, tome el dato de que nuestro país tiene la Luna en
Capítulo 8. Costumbres bien argentinas 303

Capricornio. Así, el Sol y la Luna de nuestro querido país,


forman un aspecto o relación de oposición entre dos sig­
nos que son opuestos y complementarios, Cáncer y Capri­
cornio. No me explayaré acá sobre el particular, para que
cada uno pueda descubrir esas características por sí mis­
mo, leyendo las descripciones presentes en Lunática.

Costumbres argentinas
Este es el tema y título de una canción del grupo mu­
sical Los Abuelos de la Nada. Sorprendente coincidencia,
de múltiples miradas, ya que las personas que son abue­
los/ as forman parte del arquetipo lunar... También fue
una telecomedia argentina, con una historia entre dos fa­
milias cuyos integrantes se conocían desde chicos. A con­
tinuación, la letra de la canción.

Muerdo el anzuelo y vuelvo


a empezar de nuevo cada vez.
Tengo en la mano una carta
para jugar el juego cuando quieras.

Caminando, caminándote,
mi calle que quizás yo pueda cambiar.
Esperando, esperándote,
costumbres argentinas de decir no.

El problema es otra vez la situación,


cada vez peor del corazón,
yo camino todo y veo
cada vez que quiero y te espero.
304 LUNÁTICA

Caminando, caminándote,
mi calle que quizás yo pueda cambiar.

Esperando, esperándote,
costumbres argentinas de decir no.

Nuestra lunaridad particular


Además de todo lo ya visto podemos agregarle a nues­
tra lunaridad argentina otras cosas, personas y personajes,
para recordar, reconocer o enterarse ahora, como las si­
guientes.

Cosas y personajes muy argentinos


El tango. El mate. El dulce de leche.
Mafalda y la sopa.
Patoruzú e Isidoro Cañones.
Inodoro Pereyra.
Clemente. Gaturro.
Y en el sentido de las agrupaciones colectivas lunares
tuvimos y tenemos muchos diferentes estilos al respecto.
Conventillos, cooperativas, asilos, orfanatas, sociedades de
fomento, guarderías, sindicatos, lugares parafiestas infantiles,
villas de emergencia, countries, barrios cerrados, asambleas
gremiales, barrios con fuerte identidad, clubes y pueblos.

Volver y volver a lo viejo, consecuencias


de la inmadurez
Lo siguiente no sé si llamarlo costumbres o manías ar­
gentinas. En nuestro país todo se reedita, todo vuelve, pero
siempre de manera diferente. ¡Como la Luna misma, nuestro
regente nacional! Las crisis financieras, gubernamentales y
Capítulo 8. Costumbres bien argentinas 305

políticas se repiten y a la vez son siempre nuevas, super­


creativas y cada vez más insólitas y desestabilizadoras, por
ahora un uso un tanto desfigurado de la energía planetaria
hipercambiante del planeta Urano en la casa 2 de la car­
ta natal de Argentina. Esta casa, en cualquier carta natal
representa la estabilidad material, entre otros temas, pero
cuando Urano está allí, todo se desacomoda y desarticula,
pudiéndose generar crisis de distintos tenores y colores.
He leído una nota de Alejandro Rozitchner, 122 con el
título de «Arrebato por el futuro», que me viene muy
bien para seguir proponiendo reflexiones sobre los temas
lunares argentinos. Es hablar de esa memoria antigua que
tiende a dificultar la vivencia actual o futura; memoria de
algo que vivimos de una manera y no nos permite vivir­
lo de otra, que, en términos astrológicos resulta de un mal
uso de las energías de la Luna.
A continuación comparto algunos recortes del texto de
su nota, por resultarme de gran parecido con los desplie­
gues de las funciones, las características y los alcances de
la Luna, y porque mediante estos correlatos se puede des­
cubrir más Luna en todo lo que somos y nos rodea.
«¿Se busca la historia buscando identidad? Extraña
manera de encontrarse, buscando entre fantasmas ...
Para la tanguera pasión por el pasado a la que creemos
una virtud siendo exactamente lo contrario, resultan más
importantes los muertos que los vivos.
Cada hombre, cada mujer, desembarca en un mundo
nuevo. Parte de ese mundo ha sido formado por momen­
tos anteriores, claro está, pero el rol de las personas nuevas

122. Alejandro Rozitchner, filósofo, escritor de ensayos, novelas y guiones,


nacido en 1960 en Argentina.
306 LUNÁTICA

no es quedar capturadas por la consideración de lo viejo


sino producir lo nuevo, vivir su vida distinta y flamante.
Libertad implica futuro, presente y futuro. Nadie tiene
un hijo para atrás, hacia el pasado. El hijo es el futuro que
le sale del cuerpo a la mujer. El amor que nace con el chico
es fuerza de hacer mundo.
La mirada enamorada del pasado es tradicionalista,
conservadora. En otro tiempo la tradición pudo ser muy
valiosa, las cosas estaban más quietas y era orientador res­
petar formas establecidas, pero ya no es así.
En nuestro acelerado movimiento actual tradición impli­
ca retroceso, fracaso, melancolía y cerrazón. El que ancla en
el pasado es impermeable, no le entran las nuevas realidades,
las niega, intenta declararlas ilegítimas.
El desarraigo es falta de contacto consigo mismo y con
los otros, no es falta de pasado.
El hogar está en la intimidad presente que podamos
lograr con otros de carne y hueso que puedan estar a nues­
tro lado. La verdadera humanidad, la del potencial, es una
precipitación de fuerzas actuales que buscan el futuro
como las ramas buscan el sol.»

Más cosas que pasan en Argentina


En uno de mis viajes a Tandil tuve la oportunidad de
participar de una actividad muy singular, convocada por
Matías De Stéfano. 123 Era el anteúltimo paso antes de que,

123. Como se dijo más arriba, Matías De Stéfano es considerado «joven


índigo», y, en su caso, tiene abiertos los recuerdos de vidas pasadas hasta
las épocas de la Atlántida. Él mismo dice que su misión es recordar, y que
es como un bibliotecario de los registros akáshicos de la humanidad. Tiene
dos libros publicados y videos en Internet donde da cuenta de lo mucho
Capítulo 8. Costumbres bien argentinas 307

con su grupo, llegara al sur más sur de Sudamérica, y la


cuestión tenía por nombre La Gran Mujer. Fue el 12 de
diciembre de 2012, el coincidente día 12-12-12.
Cito sus propias palabras: «A lo largo de 2012, miles de
personas en conciencia hemos estado recorriendo el mun­
do por sus nodos magnéticos o centros de poder, donde
los pueblos de la historia de la humanidad se asentaron
alguna vez, o sitios que tomaron como sagrados tras miles
de generaciones. Unos pocos lo hemos hecho físicamente,
siguiendo un orden, tomando al planeta como un cuerpo
humano, y viajando por cada uno de sus órganos, recono­
ciendo la conexión de sus historias y la importancia que
cada una tiene para un proceso conjunto de evolución».
«Todas las culturas hablan de la Tierra como una
Gran Madre y hace mucho que la sociedad dejó de lado el
sentido de la misma. Esta gran entidad femenina nos crea
constantemente y nos pide que nos reconectemos con
ella.» Mirando el mapamundi, él descubrió en Argentina
«la figura de una mujer embarazada de perfil, con su gran
estómago en Buenos Aires, sus piernas en la Patagonia,
sus pies en Río Grande, sus brazos y su puño en Santa Fe
y Misiones, su hombro en Formosa, su cabeza entre Jujuy
y Bolivia, su columna en Chile, los Andes, y su corazón
en Tucumán».
Asistí al ritual de cierre, cuando todo ese gran grupo
reunido volvía de una intensa jornada de meditaciones
arriba en las sierras y fue imponente. En el pueblo de Vela

que sabe y recuerda. El 11-11-11 lideró un encuentro multitudinario en Ca­


pilla del Monte, en Córdoba, Argentina, y luego de eso se despertó en él la
necesidad de continuar un antiguo camino legendario llamado Harwitum
para reactivar los nodos planetarios de la rejilla magnética de la Tierra.
308 LUNÁTICA

a unos 40 km de la ciudad de Tandil estaba el punto jus­


to que indicaba el útero de esa gran mujer argentina, para
fecundarla, según la información que Matías De Stéfano
conocía. «La gran mujer es una tierra de gestación, de ger­
minación de una nueva humanidad, su historia y sus tierras
así nos lo dijeron. Era el momento de reconocerla, activan­
do su cuerpo, preparándolo para una gestación y un parto
planetario.»
El ritual se llevó a cabo en el Peñón Mapuche junto al
dique, en Tandil, capaz de albergar a mucha gente. Perso­
nas de todas partes del mundo estaban allí reunidas por
esa sagrada misión, aunadas por cánticos y sonidos suaves
de antiguos instrumentos, para sembrar en una escultu­
ra con forma de útero, la tierra que cada uno traía de sus
propios pueblos y países, y plantar un árbol-símbolo de la
nueva humanidad en gestación.
En su libro La mujer justa, Sándor Márai dice: «Hay
una ordenación invisible en la vida: cuando la situación
requiere que se lleve a cabo algo determinado, las circuns­
tancias se convierten en cómplices, e incluso el lugar y los
objetos, y las personas cercanas se ponen en connivencia
inconsciente con la situación».
No todas las cosas buenas que pasan en Argentina son
de índole espiritual como la mencionada. Cada persona
en Argentina conoce a otra persona, o a grupos de indivi­
duos dedicados a llevar a cabo planes mejoradores, crear
redes de seguridad, de trabajo social, rescates, acompaña­
mientos, concientizaciones de toda índole. Muchas obras
suceden tangencialmente a los gobiernos de turno, van
por otro lado, por otras vías más rápidas como cuando se
toma una diagonal.
Capítulo 8. Costumbres bien argentinas 309

Mientras completo la escritura de este libro pasan dos


cosas relevantes en Argentina. Por un lado, asume como
Papa un argentino, y se nombra como Francisco en honor
a San Francisco de Asís, promoviendo esa básica actitud
lunar en las personas, feligreses o no, de cuidarnos mu­
tuamente como seres humanos. Casi a la par, una inunda­
ción-catástrofe en la Ciudad de Buenos Aires y La Plata
levanta tal espíritu de solidaridad generalizado, capaz de
ocupar el rol que los municipios y gobiernos desatienden
o atienden escasamente.
Estamos en tiempos donde lo que se hace, en un sen­
tido u otro, es visible, quedando bien a las claras quién es
quién, qué hace y qué no hace, qué comete y qué omite.
Muchas veces comentamos con María Elena, mi asis­
tente, cómo haríamos para arreglar este mundo y hacer
trabajar a la gente que no hace nada. Nos gusta pensar en
la utilidad de conformar cuadrillas de personas que no
tienen trabajo, y activarlos a ganarse el pan limpiando las
calles de las hojas de otoño, de papeles, de pasteles calleje­
ros que los amos de los perros no recogen, de plásticos, de
basura que se acumula por todas partes. De brindar educa­
ción para todas estas cosas, para quienes tiran las latas y las
botellas en la calle, cuando hay tachos donde colocarlas.
De que los sábados y domingos son los días donde más
trabajo hay, porque más gente en la calle es más basura en
el piso. Y cuando está por llover es cuando esas cuadrillas
se deben organizar más aún para salir a recoger las bolsas
de la basura y que nada limite el fluir del agua hacia las al­
cantarillas. Tareas chiquitas, sencillas, barriales, todo eso
que vemos desatendido, olvidado, abandonado, y que se
convierte en obstáculo a la hora peligrosa.
310 LUNÁTICA

Nos preguntamos cómo quienes están en los roles y lu­


gares de poder para hacer todas estas cosas no las hacen,
no las encaran. Nos respondemos que hacen falta mujeres
de gran actitud, y capacidades lunares, para que no se sigan
repitiendo los patrones del poder masculino, separador y
guerrero, que solo ve y asume conquistas parciales, las más
de las veces personales. Es la cualidad lunar sanadora lo
que reúne, lo que ahora con conciencia nos hace falta a los
argentinos, y a los terráqueos. Sin esa función actualizada
y revivificada difícilmente podamos aprender que la soli­
daridad no es solamente para cuando hay desgracias.
CAPÍTULO 9
LUNÁTICA ESENCIAL

La esencia de la Luna

Tanto la defensa como el don constituyen las dos caras


de una misma moneda en cada signo lunar. Y estas son las
mismas cualidades de los signos solares, pero que en los
signos lunares funcionan como necesidad sine qua non,
en el grado superlativo de su expresión.
El objetivo de descubrir las esencias lunares parece es­
tar grabado en esta frase de Tracy Marks: 124 << Yo también
tengo oscuridad dentro de mí. Pero estoy aprendiendo a
no combatirla más ni a enfurecerme contra ella. En cam­
bio, me sumerjo en su centro: me sumerjo en ese vacío,
aferro las ondas-partículas que bailan dentro de mí, me
convierto en ellas y empiezo a usarlas para afirmar, para
abrir, para despertar, para amar. Ese es el secreto».

124. Astrología del autodescubrimiento, op. cit.


312 LUNÁTICA

Las descripciones esenciales se basan en dar un paso


más allá de la defensa o el don para alcanzar la octava
superior de su propio talento ya descubierto, reconoci­
do, desarrollado, integrado y expresado. En general, las
descripciones muestran procesos completos de desen­
volvimiento de las energías desde lo que es potencial,
pasando por la estructuración de una forma, con todas
sus repeticiones y aprendizajes, hacia la meta de alcanzar
alguna clase de expresión mejorada como conquista in­
terior más completa, para luego soltar y brindar a otros
algo de su virtud.
Cuando una persona ha sido bien cuidada y alimenta­
da, haciéndole sentir estabilidad interior, seguridad y un
sentimiento de satisfacción general, entonces desarrolla
confianza en la vida. A veces es al revés y aquellos que
más sufrieron y menos tuvieron son los que desarrollan
un mayor sentido de la supervivencia y así, entrenan sus
capacidades de resiliencia, tanto que ahora saben cómo,
cuándo y dónde hay que brindar a otros, aún mejor de
lo que ellos han vivenciado, recibido u obtenido. En la
etapa inicial de la vida, están los secretos, las referencias,
y·el quid de todas estas cuestiones; de eso Freud nos ha
dejado un buen legado.
Es ese paso más allá del don lunar el que quiero des­
cribir y transmitir. Seguramente para ello influyen más
factores que la Luna en la carta natal de una persona, y se­
guramente es algo que la trasciende, y que proviene de su
alma, del resultado de su historia ancestral, y de su propia
síntesis en la vida, algo que tal vez no se encuentre como
un factor zodiacal diferenciado, sino en la profundidad de
ese ser con quien se mantiene una conversación durante la
Capítulo 9. Lunática esencial 313

entrevista de su carta natal; pero a veces ni en ese diálogo


aparece. Se sabe que está, y que es superior a la descrip­
ción misma que se pueda hacer en palabras. Algunas las he
descubierto, otras las he pensado, o sospechado, no todas
pueden ser expresadas.
En el Osho Zen Tarot, hay una carta llamada Patien­
ce, paciencia, con una figura extremadamente calma que
sostiene con ambos brazos y manos su panza gestante;
los ojos los tiene entrecerrados, y un manto de vida colo­
rida se dibuja a su alrededor representado en plantas, flo­
res y colores; y danzando por encima de su cabeza están
todas las fases de la Luna. Es una carta de los arcanos me­
nores, el número 7 del set de arcoíris. En los comentarios
del libro que explica las cartas, encuentro unas palabras
que me parecen expresar una bella y necesaria síntesis de
las cualidades esenciales generales de todas las funciones
de la Luna:
«Nos hemos olvidado de cómo esperar; prácticamente
es un terreno abandonado, siendo que es nuestro más pre­
ciado tesoro saber esperar el momento oportuno. La exis­
tencia completa espera el momento oportuno. Los árboles
lo saben; cuándo es tiempo de flores, cuándo es tiempo de
dejar ir las hojas y quedarse desnudo de pie contra el cie­
lo; son hermosos aun en su desnudez, esperando el nuevo
follaje con gran confianza porque lo viejo se fue, y lo nue­
vo está por venir cuando las nuevas hojas empiecen a cre­
cer. En cambio nosotros nos hemos olvidado de esperar,
queremos todo enseguida. Es una gran pérdida para la hu­
manidad . . . Algo crece en el interior cuando se espera en
silencio el verdadero ser. Un día eso salta y se convierte en
una llama, y toda la personalidad se hace añicos, aparece
314 LUNÁTICA

un nuevo ser que sabe celebrar los ciclos de la vida. Pero


hay tiempos en que solo se puede esperar, cuando se han
plantado las semillas, cuando se está gestando un niño,
cuando el grano de arena en la ostra se está convirtiendo
en perla. Es una carta que recuerda cuándo es el momento
de estar así, paciente, alerta, esperando como la figura de
la misma, conectada, relajada, sin ninguna ansiedad; sim­
plemente esperando. Durante todas las fases que van pa­
sando sobre su cabeza, ella permanece paciente, tan a tono
con los ritmos de la Luna que se ha hecho una con ella.
Sabe que es tiempo de estar pasiva, dejando a la naturaleza
hacer su curso. Pero no está ni adormecida ni indiferente,
sabe que es tiempo de prepararse para algo trascendental.
Es un tiempo lleno de misterio, como las horas antes del
amanecer, un momento donde lo único que hay que hacer
es esperar. »

Secretos esenciales de cada signo lunar


Las siguientes descripciones constituyen lo superlativo
del don, su octava superior o esencia, eso que está más allá
de sus dones y talentos, y que es como una excelsa vir­
tud. Se debe recordar que tanto la necesidad o la defensa,
como el don, son dos caras de la misma moneda en cada
signo lunar, como lo son los conceptos de amarre y ancla­
je, instintivo y consciente. Presento la descripción de las
esencias de manera secuencial, siguiendo una ilación con­
tinua en su manifestación, para que pueda también leerse
como un proceso evolutivo, así como muestra siempre el
zodíaco en su gráfica representación de la vida.
« Uno no crea para mantener el statu quo, sino para real­
mente ver más allá del tiempo y de este mundo, y después
Capítulo 9. Lunática esencial 315

desatar una visión fresca ... para ampliar los horizontes del
conocimiento y el compromiso humano.» 125
Esencia de Luna en Aries
Surgir, ser y accionar la vida, como el estallido inicial
del big bang.
Esencia de Luna en Tauro
Otorgar constructividad mediante las sustancias propi­
cias para materializar y formar las iniciativas surgidas en la
explosión inicial.
Esencia de Luna en Géminis
Crear las vías propicias para el desarrollo de lo inicia­
do, mediante información útil y conectando a cada parte
interviniente.
Esencia de Luna en Cáncer
Dar forma, alimento y contención a la vida plane­
taria de todos los seres vivientes, surgida en el inicio
primordial.
Esencia de Luna en Leo
Hacer encontrar a cada uno su eje, para que se destaque
e individualice, fomentando la autocentración en la capa­
cidad dadora y generosa del corazón.
Esencia de Luna en Virgo
Hacer comprender el par complementaric caos-orden
y que acomodar y des-acomodarse no significa necesaria­
mente des-armonizarse durante el proceso.
Esencia de Luna en Libra
Relacionarse con el desconocido a escala de uno a uno,
sin negociar esto por aquello, sino con el absoluto tino de
conocer, aceptar y hacer algo a partir de las contradicciones.

125. C. P. Estés. Desatando a la mujerfuerte, op. cit.


316 LUNÁTICA

Esencia de Luna en Escorpio


Reconocer el poder alquímico del dolor y entregarse en
fusión sanadora al dolor ajeno.
Esencia de Luna en Sagitario
Vitalizar y reorientar el producto de lo alquimizado
con sentido liberador incluyente, involucrando distintos
estratos de evolución.
Esencia de Luna en Capricornio
Promover momentos trascendentales, aceptando la
intervención de la sabiduría natural y sagrada que la vida
tiene en sí misma, más allá de los intereses personales.
Esencia de Luna en Acuario
Informar y plasmar los ideales vislumbrados en capta­
ciones sintéticas, de manera social y colectiva.
Esencia de Luna en Piscis
Cerrar los ciclos con reuniones, celebraciones, rituales
y homenajes, honrando la vida que se desenvuelve en con­
junto, meditando en la compasión y aunando todo lo que
late, existe y vive.
En el inicio de su libro Sabiduría de la vida, Jaime Ba­
rylko coloca la siguiente frase de Dogen, 126 que yo utili­
zaré para cerrar este, que así permanecerá impregnado y
envuelto en las palabras de los poetas.
La vida, ¿a qué compararla?
Al reflejo de la Luna
en la gota de rocío
suspendida en el pico
de un ave acuática.

126. Dogen Zenji fue un maestro budista japonés, creador de una de las
escuelas de Zen. 19 de enero de 1200 - 22 de septiembre de 1253. Cita del
libro Sabiduría de la vida, de Jaime Barylco. Buenos Aires, Emecé, 1995.

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