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Ningún tipo de estudio ha encontrado algún patrón que esclaresca la tétrica muerte de los
músicos de los que hablaremos a continuacion.
Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin y Jim Morrison, es decir, 4/7 musicos de esta lista,
morirían a la edad de 27 años entre 1969 y 1971, pero en esa época, ni el público, ni los
medios establecerían ninguna conexión entre la coincidencia de edades. No sería si no
hasta la muerte de Kurt Cobain en 1994, casi dos decadas y media después, que la idea de
"el club de los 27" empezaría a captar la atención del ojo público. El músico de blues Robert
Johnson, fallecido en 1938, es a menudo considerado el primer miembro y, el más antiguo
de música popular del club.
El Rey Lagarto, igual que Kurt Cobain, jugó toda su corta vida con la idea de una muerte
suicida, haciendo historia en la lista del club de los 27. El cantante de The Doors también
murió en el mes de julio y, como en el caso de Brian Jones. Jimbo, harto de los conciertos y
las agotadoras sesiones de estudio, se retiró a París con su novia Pamela Courson y allí,
fue encontrado muerto, en la bañera de su apartamento. Este acontecimiento fue en 1971 y
no se realizó autopsia alguna. Al no encontrar drogas, se determinó que la causa de su
muerte fue, sencillamente, que su corazón había dejado de latir.
Igual que en el caso de Hendrix, un nuevo libro sobre Morrison ofreció información
alternativa a la versión oficial. En The End Sam Bernett, periodista y gerente del club Rock
and Roll Circus dijo la verdadera razón de su muerte fue una sobredosis de heroína en los
baños del garito. Había bebido demasiada cerveza y vodka, además había comprado una
dosis de heroína para Pamela y él. Bernett dice haber forzado la puerta de los baños para
poder entrar y encontrarlo con la cabeza entre las rodillas, los brazos colgando, su cara gris,
su nariz con un hilo de sangre y su boca llena de babas. Como el pasote de Uma Thurman
en Pulp Fiction. Bernett, cuenta también, que no llamó a la policía para evitar problemas.
El líder de Nirvana también tenía 27 cuando el 5 de abril de 1994 se pegó un tiro tras
inyectarse una bestial dosis de heroína. Su hermana y su madre se enteraron de su muerte
por la radio y en su nota de suicidio confesaba que llevaba odiando a todos los seres
humanos desde los siete años. “Tengo un dolor crónico sin cura en el estómago y durante
cinco años quise suicidarme todos los días. Estuve a punto de hacerlo varias veces”.
El arma que usó para matarse la guardaba en casa como autodefensa, una escopeta con
licencia, una Remington del calibre 22. La colocó entre sus piernas apuntando a su barbilla
y se voló la cabeza. El cadáver lo encontró un electricista tres días después junto a varias
latas de cerveza, dos toallas, la cartera con su documentación para ser identificado y su
nota de suicidio.
Amy Winehouse, la última en entrar en el Club de los 27( ya a este punto, saben por qué),
es otra de las artistas que murió en un día fatídico de julio. Fue en 2011. No fue por
sobredosis de drogas sino por beber hasta reventar. El límite de tolerancia etílico que tiene
el cerebro es de 3,5 gramos y ella tenía 4,16.
Su última noche la pasó bebiendo y viendo vídeos de sus actuaciones en su ordenador.
Según su guardaespaldas, Andrew Morris, Amy miró durante muchos minutos la pantalla,
se dio la vuelta y le dijo: “Sé cantar”. Esas fueron sus últimas palabras.
Tú dices lo de Amy:
Yo: cuáles serían tus últimas palabras?
Tú:No lo sé, pero espero que les haya gustado el espisodio radial de hoy. Yo: El primero de
muchos.
Tú: por cierto, Tengan cuidado si tienen 27 años.
Yo: José, recuerda que si tenemos unas últimas palabras.
Tú: claro, lo había olvidado, nuestras últimas palabras, por hoy, son: Gracias por pertenecer
a la tripulación de PiñaPop7, yo: hasta el próximo viaje.