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¿No ha cambiado el Nuevo Testamento debido a las

tantas veces que lo han copiado durante toda su historia?


Un concepto erróneo muy común es que el texto de la Biblia no nos ha llegado de la
manera como fue escrito originalmente. Abundan las acusaciones acerca de celosos
monjes que han cambiado el texto bíblico a lo largo de la historia de la Iglesia, Este
asunto es de suma importancia, pues un texto alterado haría grave daño a la
credibilidad de su relato.
Como dice F. F Bruce: “La definitividad histórica del cristianismo, que lo distingue
de las religiones y sistemas filosóficos que no tienen relación especial con ninguna
época en particular, hace de la seguridad de los escritos que se supone que registren
esta revelación un asunto de primera importancia". (The New Testamrnt Documents:
Are They Reliable? p. 8).
Afortunadamente, el problema no es la falla de evidencias. Hay tres tipos de
evidencias que se deben usar en la evaluación del texto del Nuevo Testamento. Estos
son los manuscritos griegos, las diversas versiones de las traducciones del Nuevo
Testamento y los escritos de los Padres de la Iglesia.
El Nuevo Testamento fue compuesto originalmente en el idioma griego. Hay unas
5.500 copias del Nuevo Testamento en existencia, parciales o totales. Aunque no
poseemos los originales, existen copias de fechas muy tempranas.
El Nuevo Testamento fue escrito entre el 50 d.C. y el 90 d.C. El fragmento más
antiguo data del 120 d.C. más o menos y unos 50 fragmentos más se remontan a unos
150 a 200 años después del tiempo de su composición.
Dos manuscritos principales, el Códice Vaticano (325 d.C.) y el Códice Sinaítico
(350 d.C.), una copia completa, datan de unos 250 años del tiempo de composición.
Esto puede parecer mucho tiempo, pero es mínimo si se compara con la mayoría de las
obras antiguas
La copia más antigua del Comentario de la guerra de las Galias, de Julio César,
dala de unos 1.000 años después que fue escrita, y la primera copia completa de la
Odisea de Homero, de 2.200 años después que fue escrita. Cuando se compara el
intervalo entre el momento en que fue escrito el Nuevo Testamento y sus copias más
antiguas, con otras obras de la antigüedad, el Nuevo Testamento resulta mucho más
cercano al tiempo del original
Las 5.500 copias son con mucho el mayor número de copias que se tiene de
cualquier obra antigua. Muchos escritos antiguos nos han sido transmitidos con unos
pocos manuscritos (Catulo, tres copias; la más antigua, de 1.600 años después que él
escribió; Herodoto, ocho copias y 1.300 años).
Los documentos del Nuevo Testamento no sólo tienen más evidencias en cuanto a
manuscritos y un intervalo más cercano entre el momento en que fueron escritos y su
copia más antigua, sino que fueron traducidos a otros idiomas en fecha mucho más
temprana La traducción de un documento a otro idioma era rara en el mundo antiguo;
por lo que esto es una ventaja más para el Nuevo Testamento.
El número de copias de las versiones pasa de 18.000, y posiblemente lleguen a las
25.000. Esta es una evidencia más que testifica a favor del texto del Nuevo
Testamento.
Aunque no poseyéramos los 5.500 manuscritos griegos ni las 18.000 copias de las
versiones, el texto del Nuevo Testamento todavía se podría reproducir hasta a unos
250 años de su composición. ¿Cómo? Por los escritos de los primeros cristianos. En
comentarios, cartas, etc., estos antiguos escritores citan el texto bíblico, dándonos así
otro testimonio a favor del texto del Nuevo Testamento.
John Burgon ha catalogado más de 86.000 textos de los Padres de la Iglesia
primitiva, que citan diferentes partes del Nuevo Testamento. Vemos pues, que hay
muchas más evidencias respecto de la seguridad del texto del Nuevo Testamento, que
de cualquier otro escrito comparable del mundo antiguo.
F. F. Bruce hace la siguiente observación: “Las evidencias a favor de nuestros
escritos del Nuevo Testamento son muy superiores a las de muchos escritos de autores
clásicos, cuya autenticidad nadie se atreve a poner en duda.”
También afirma: “Y si el Nuevo Testamento fuera una colección de escritos
seculares, su autenticidad sería generalmente considerada fuera de toda duda” (The
New Testament Documents: Are They Reliable? p. 15).
Sir Frederic Kenyon, ex director y bibliotecario principal del Museo Británico, fue
uno de los más destacados expertos en manuscritos antiguos y en su autoridad. Poco
antes de su muerte, escribió lo siguiente respecto del Nuevo Testamento:
“El intervalo entre las fechas de la composición original (del Nuevo Testamento) y
la evidencia más antigua en existencia se vuelve tan pequeño que es en realidad
insignificante y el último fundamento para cualquier duda de que las Escrituras nos
han llegado sustancialmente como fueron escritas ya se ha quitado. Tanto la
autenticidad como la integridad general de los libros del Nuevo Testamento se pueden
considerar como totalmente seguras al fin” (The Bible and Archaeology, pp. 288-89).

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