Está en la página 1de 173

Foto de Portada:

Lápida y León del Maristán


de Granada, s. XIV
(Museo de la Alhambra)

Manuscrito de la Materia Médica


de Dioscórides, Bagdad, 1224
(Freer Gallery of Art, Washington D.C.)
La Medicina
en al-Andalus
La Medicina
en al-Andalus
Edita: Junta de Andalucía, Consejería de Cultura

Coordinación editorial e ilustraciones: Inmaculada Cortés


Maquetación: Grupo sur - F3D
Diseño portada: Rosa Mérida. Grima Comunicación
Impresión: Copartgraf

Reservados todos los derechos.


Prohibida la reproducción total o parcial sin la debida autorización.

ISBN: 84-930615-2-2
Depósito Legal: GR-1752-99

© Fundación El legado andalusí


C/ Mariana Pineda s/n. Edif. Corral del Carbón.
18009 Granada
Tel.: (958) 22 59 95 / Fax: (958) 22 86 44
e-mail: info@legadoandalusi.es
Printed in Spain
COORDINACIÓN
Camilo Alvarez de Morales
Emilio Molina

COLABORADORES CIENTÍFICOS
Luisa Fernanda Aguirre de Cárcer
Joaquina Albarracín
Michel Barchin
Ron Barkai
Juan Castilla
Miguel Cruz
Francisco Franco
Luis García
Fernando Girón
Rosa Kuhne
Eloísa Llavero
Carmen Peña
Concepción Vázquez de Benito

AGRADECIMIENTOS

Nuestro más sincero agradecimiento a todas las instituciones y


personas que han colaborado en la realización de este libro.
A todos expresamos nuestra profunda gratitud.
Esta es una más de las acertadas iniciativas científicas y editoriales promovidas por el Legado Andalusí, fruto del

esfuerzo permanente de sus planteamientos y actuaciones con proyección de futuro, tendentes a la recuperación del
Patrimonio Histórico y Cultural.
El resultado del fortalecimiento y de la continuidad de este amplio concepto de Patrimonio Histórico es este libro
sobre la Medicina en al-Andalus. El Legado Andalusí asumió en su momento con entusiasmo este trabajo que hoy, procede
a entregarlo tanto a los profesionales de la materia como a los diferentes medios, con la misma ilusión con la que ha
abordado otros temas.
Sin duda, es mucho lo que la ciencia de siglos posteriores debe al legado de al-Andalus, ciencia que en los campos de
la Astronomía, Botánica, Agronomía o Medicina, pese a su humilde punto de partida, resultó a la larga una experiencia
fructífera y original. La Medicina es parte, y sólo parte, del inmenso legado científico andalusí. A través de esta obra se
podrá constatar, una vez más que, en esos dilatados, permanentes y enriquecedores caminos de relación del Islam con lo
europeo, al-Andalus constituirá el establecimiento más temprano, duradero e importante, original, fecundo y mutuamen­
te enriquecedor enlace entre la Antigüedad, el Islam y la Europa Renacentista.
La amplitud de aspectos contemplados y el reconocido prestigio científico de los colaboradores hacen de esta obra un
modelo de fértil conjunción entre administraciones, instituciones e investigadores, los cuales han permitido unir sus
esfuerzos para garantizar lo mejor posible la conservación, recuperación y difusión de nuestro patrimonio histórico y
cultural: el hombre ante la enfermedad, la medicina hospitalaria, la medicina en su desarrollo histórico, de Galeno,
Hipócrates y Dioscórides a al-Zahrāwī, Avenzoar y Averroes, la asistencia y tramiento médico a pacientes ilustres, la
odontología como especialidad médica, la farmacología, la medicina popular, la presencia de los judíos en la medicina
andalusí, las prácticas médicas entre los moriscos, etc., son sólo algunas pinceladas de los aspectos tratados en esta obra.
Muchos de nosotros hemos confiado plenamente en este trabajo. Por eso, sin dejar de felicitarnos por esta publicación,
quiero aprovechar para agradecer este esfuerzo colectivo que, en definitiva, revierte en la sociedad, la única razón de su
existencia, para la que todos trabajamos.

Carmen Calvo Poyato


Consejera de Cultura
INDICE

El patrimonio científico de al-Andalus. Su elaboración y transmisión.............................................................................................................................. 13


Camilo Alvarez de Morales, Emilio Molina López

Noticias médicas en fuentes árabes sobre al-Andalus............................................................................................................................................................ 29


Juan Castilla Brazales

El hombre ante la enfermedad.................................................................................................................................................................................................. 69


Camilo Alvarez de Morales

La prevención de la enfermedad en el al-Andalus del siglo XII........................................................................................................................................ 89


Carmen Peña, Femando Girón, Michel Barchin

La asistencia al enfermo en al-Andalus. Los hospitales hispanomusulmanes................................................................................................................... 135


Francisco Franco Sánchez

Farmacología andalusí................................................................................................................................................................................................................ 173


Luisa Fernanda Aguirre de Cárcer

La medicina estética, una hermana menor de la medicina científica................................................................................................................................ 197


Rosa Kuhne Brabant

La odontología en al-Andalus.................................................................................................................................................................................................. 209


Eloísa Llavero Ruiz

La magia en la medicina de los musulmanes andalusíes, los mudéjares y los moriscos................................................................................................. 223
Joaquina Albarracín Navarro

Esencia y estructura de la medicina de Averroes.................................................................................................................................................................. 237


Miguel Cruz Hernández

La triaca o antídoto universal: La triaca de Averroes............................................................................................................................................................ 255


María de la Concepción Vázquez de Benito

La medicina árabe-andalusí y el desarrollo de la medicina hebrea medieval................................................................................................................... 265


Ron Barkai

El sanador morisco entre el empirismo y la ciencia médica escolástica........................................................................................................................... 277


Luis García Ballester
- LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

EL PATRIMONIO CIENTÍFICO DE AL-ANDALUS.


SU ELABORACIÓN Y TRANSMISIÓN
Camilo ALVAREZ DE MORALES
(Escuela de Estudios Arabes) (CSIC)

Emilio MOLINA LÓPEZ


(Universidad de Granada)

a ciencia árabe se formó con la mezcla perto, mientras que el simple lingüista o no Islam, solían prolongarse varios años, de modo

L de sus propios conocimientos y, sobre


todo, de los saberes griegos -localiza­

-precedentes de la Escuela de Ŷundiṣāpūr-, e


entendía lo que leía y dejaba una laguna o
interpretaba erróneamente.
dos en Siria, Asia Menor y Alejandría-, persas Se puede considerar que el siglo IX, con
la dinastía ‘abbasí instalada en Bagdad, es el
que quien allí iba solía volver con informa­
ción, más o menos amplia, tanto oral como
escrita.
Además de la información que procedía
hindúes, de los que antes de la formación del momento culminante en este proceso de tra­ de Oriente, y posiblemente estimulados por
Islam ya tenían noticia los árabes y a los que ducciones, que iba a permitir que todo cuan­ ella, los andalusíes se interesaron en conocer
pudieron tener acceso directo tempranamente. to los textos foráneos encerraban se dispersa­ de manera directa los textos latinos que aquí
Las primeras etapas de expansión les lle­ ra por el mundo que los musulmanes contro­ había, con lo que el camino de formación de
varon hasta los grandes centros de ciencia de laban. A la traducción siguió una asimilación, una ciencia andalusí iba a tener en su arran­
los países dominados, con sus bibliotecas re­ también bastante rápida, de modo que la pro­ que un elemento común con el oriental, que
pletas de obras que rápidamente fueron tras­ ducción de obras originales árabes iba a ser fue el de traducir obras al árabe. Allí la traduc­
ladadas a Oriente. Prescindiendo de otras vías, casi inmediata. ción se había hecho del siriaco, primero, y lue­
a la corte, primero de los omeyas y luego de En al-Andalus tardaría algún tiempo en co­ go directamente del griego; aquí se haría del
los abbasíes, las obras llegaron o por medio de nocerse aquella ciencia. Los musulmanes que latín. Parece que la primera de las que se tiene
embajadas, o como botín de guerra y una vez entonces la ocupaban eran, en su mayoría, noticia fue la de un tratado de astrología, El
recibidas en la sede del califato, se procedió a hombres de armas, con un alto porcentaje de libro de las Cruces, realizada en tiempos de al-­
traducirlas al árabe en la llamada Bayt al-ḥikma beréberes, dedicados todos a resolver proble­ Ḥakam I por el astrólogo de su corte ‘Abd al-­
o Casa de la Sabiduría, fundada en el siglo IX mas de índole militar y a organizar la admi­ Wāḥid b. Isḥāq al-Ḍabbī.
por iniciativa de los califas abbasíes Hārūn al-­ nistración del territorio; sus preocupaciones Este proceso de traducciones iba a tener
Raṣīd y al-Ma’mūm. iban por otros caminos. Ante la ausencia de como resultado que en al-Andalus lo griego
Las noticias que tenemos de la técnica se­ ciencia propia, la de los mozárabes era la úni­ iba a ser doble fuente: de los textos latinos
guida por los traductores nos dicen que lo más ca que existía en la Península, con una espe­ que los musulmanes encontraron en la Pe­
aceptado era que debía traducirse por párra­ cial predominancia en el caso concreto de la nínsula y tradujeron y de los que de Oriente
fos o frases completas, más que por palabras, medicina. Era aquella una ciencia que se con­ traían ya traducidos de su lengua original.
buscando una aproximación conceptual lo más servaba, prioritariamente, en los monasterios Aquel resurgir del saber de la Grecia clásica,
perfecta posible, antes que una literal, ya que y estaba basada en los textos latinos clásicos o conservado, a veces, con cierta fidelidad,
en muchos casos no encontraban en árabe un había sido elaborada por hombres de ciencia reinterpretado las más, pero siempre valorado
término que tradujera exactamente otro de del periodo visigodo, teniendo como expo­ al máximo, sería uno de los mayores logros y
distinta lengua. nente a san Isidoro de Sevilla y sus Etimolo­ una de las más importantes aportaciones de la
Una vez hecha la primera versión, el tra­ gías. cultura árabe.
ductor solía pasarla a un especialista en la Mediado el siglo IX, el que en Bagdad fue La sede de la primera ciencia que entre
materia que revisara lo escrito y confirmara o el siglo de las grandes traducciones, al-Andalus, nosotros se desarrolló estuvo en Córdoba.
corrigiera lo que científicamente era acepta­ con ‘Abd al-Raḥmān II en el poder, empieza Capital del emirato omeya, lugar de reunión,
ble o reprobable. Finalmente, un buen escri­ a recibir hombres y escritos que desde la ca­ por tanto, de políticos y letrados formados en
tor se ocupaba de supervisar el estilo. La ex­ pital del califato y otros núcleos importantes Oriente, a ella llegaban los viajeros y en ella
periencia demostró que si la traducción la de Iraq, Siria o Arabia , traen nuevos conoci­ depositaban lo que en Oriente habían apren­
hacía, o al menos la corregía o revisaba, al­ mientos científicos que aquí aún se ignora­ dido.
guien conocedor de la materia, solía ser más ban. Esto iba a suponer, a su vez, el despertar En este siglo IX, que se considera como el
fiable que si la llevaba a cabo alguien que sólo de inquietudes entre los andalusíes cultos que primero en el que se puede hablar de ciencia
conociera la lengua, pues, a veces, un texto viajaron Oriente en busca de los maestros que andalusí, sobresalen las figuras de Yaḥyà al-­
borroso o una palabra incorrectamente escri­ allí había. Tales viajes, en muchos casos con Gazāl, ‘Abbās b. Firnās y ‘Abd al-Malik b.
ta, podía ser problema subsanado por el ex­ objeto de peregrinar a los lugares sagrados del Ḥabīb. En medicina además del último cita­

13
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

do, deberíamos incluir a al Ḥarrānī, médico El segundo de los citados, ‘Abbās b. Firnās, Mapa de la Península Ibérica, Geografía de
personal de ‘Abd al-Raḥmān II, quien se vió supo de la alquimia, introdujo en al-Andalus Ptolomeo, Biblioteca Nacional de Madrid.
mezclado en intrigas palatinas, con veneno la talla del cristal de cuarzo, cuya evidencia se
incluido. Pero esta es otra historia que no tie­ puede comprobar en las figuras del ajedrez
ne nada que ver con la ciencia. que se hicieron, y fue un excelente conoce­
Al-Gazāljugó un importante papel como dor de la astronomía. De sus saberes astro­
embajador del emir y en condición de tal re­ nómicos queda memoria de que construyó
corrió el norte de Europa, Bizancio y el Próxi­ en una habitación una representación de la
mo Oriente, pero para la ciencia interesa por­ bóveda celeste, con truenos y relámpagos
que pudo ser el introductor de la fabricación incluidos. Con conocimientos de mecánica,
de la seda y del juego del ajedrez, además de construyó diversos tipos de relojes (de sol,
conocer la astrología. Precisamente la conjun­ clepsidras, mecánicos). Pero una de las cosas
ción de tal conocimiento, su condición de que más fama le reportó, y, seguramente, le
poeta y su participación en las intimidades de hizo más conocido entre sus contemporáneos
la corte, le involucraron en el tema del enve­ y generaciones posteriores, fue su intento de
nenamiento en el que también se vió com­ volar pertrechado con un traje de seda al que
plicado al Ḥarrānī. había cubierto de plumas. Su vuelo falló, o

14
- LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Tres sabios reunidos en la Casa de la Sabiduría,


Bagdad, 1287. Biblioteca Suleymaniyye, Estambul.

mejor su aterrizaje, porque, según cuentan, se sabe que se tenía noción de la esfericidad
olvidó ponerle cola. de la tierra, la diferencia de clima en cada he­
Ibn Ḥabīb nunca había figurado entre los misferio en la misma época y los nombres de
andalusíes que merecieron el nombre de cien­ los distintos planetas del sistema solar. Final­
tíficos, y tal vez no lo sea en el estricto senti­ mente, apuntar que en este siglo IX ya se co­
do de la palabra; su gran fama se debió a su nocía la brújula.
condición de jurista y de experto en derecho El siglo X, el del califato de Córdoba, su­
malikí. El incluirlo entre los hombres de cien­ puso el momento de verdadero desarrollo de
cia se debe a su condición de autor de un la ciencia andalusí. La ciencia se asienta ya en
tratado sobre medicina, del que, por el mo­ una Córdoba con peso propio, contando a su
mento, sólo nos ha llegado un resumen. El favor con el interés que muestran los dos pri­
interés de este texto es grande porque permi­ meros califas‘Abd al-Raḥmān III y al-Ḥakam
te descubrir diversas facetas de la medicina II, su hijo. El primero potencia las relaciones
que entonces se conocía en Medina, en la que científicas con el Oriente musulmán y con
las artes procedentes de los primeros años del Bizancio, mientras el segundo favorece la crea­
Islam, la que se ha llamado Medicina del Pro­ ción de grandes bibliotecas, con la suya pro­
feta por ser él quien dictaminaba en temas y pia como ejemplo máximo, de la que noti­
casos concretos, alternan con prácticas mági­ cias, posiblemente exageradas pero que pue­
cas en uso también en aquellos momentos e den ser orientativas, nos hablan de 400.000
incluso siglos más tarde, y, sobre todo, porque volúmenes que, junto a una mayoría de tex­
siendo coetáneo de los primeros traductores tos de contenido humanístico, contenían obras
de obras griegas, mezcla las teorías humorales de geometría, aritmética, astronomía, música
con su dominio de la flora oriental, que él o alquimia. Sería, sin duda, la mejor, pero no
debió conocer directamente, en su paso dia­ la única. Las mezquitas y las casas de familias
rio por los zocos de Medina. nobles, además de las bibliotecas personales
Dos únicas citas para cerrar este primer de los eruditos, también debían tener impor­
momento de la ciencia en al-Andalus. Por tantes fondos bibliográficos.
unos versos de un poeta cordobés, Ibn ‘Abd Como en lo político, también en lo cien­
al-Rabbihi, dirigidos contra un astrónomo, tífico Córdoba se independizó de Bagdad y

15
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

buscó sus propios caminos. Muchos de ellos había despertado enorme interés en Oriente lógico. Sólo quienes eran autores de obras,
serían comunes (tal es el caso de Bizancio o la y había allí sido traducida. La traducción orien­ médicos de la corte o traductores, han conse­
corte de los Otones centroeuropeos, además tal había dejado bastantes lagunas y un núme­ guido que su nombre se perpetúe. Así era en­
del mismo Oriente musulmán) pero los que ro relativamente alto de nombres de plantas tonces y así es ahora. A los que cada día acu­
llevaban al Norte de la Península iban a ser sin identificar ni saber, exactamente, sus pro­ dían a su consulta nadie los conoce. O tal vez
más propios de al-Andalus. Eran caminos en piedades. Junto al libro, el emperador bizanti­ sí, pero si buscamos en otros campos distintos
los que el latín y lo latino predominaban, frente no advertía al soberano de Córdoba que, para a los de las clásicas historias de la medicina,
a la mayor presencia griega de otros campos. sacar todo el provecho a la obra, debía buscar como podrían ser los repertorios biográficos
Así se pudo configurar una ciencia andalusí buenos conocedores del griego que no en­ y la literatura jurídica.Tanto unos como otros
con características propias, a pesar de los mu­ contraran las dificultades que, según se decía, nos proporcionan dobles datos: el nombre de
chos préstamos que había recibido y seguía habían tenido en Bagdad. A tal fin, llegó a la médicos por una parte y, por otra, en biogra­
recibiendo. corte cordobesa un monje llamado Nicolás fías normales, cuando se habla de la causa de
Frente a lo mucho que al-Andalus había que, junto a los médicos que ‘Abd al-Raḥmān la muerte de alguien, podemos saber cuales
recibido de fuera, en este mismo siglo tam­ tenía en su corte, emprendió la tarea de tra­ eran las enfermedades más frecuentes; los se­
bién comenzaba a dar: en la Marca Hispánica, ducir al árabe la obra completa, cosa que, a gundos cuando el médico en cuestión es re­
y gracias a los mozárabes que allí llegaron, se excepción de una decena de drogas, se consi­ querido para dictaminar sobre un o una es­
conoció la cultura árabe, se inició su traduc­ guió, logrando así identificar la mayoría de clava o persona con algún padecimiento o le­
ción al latín y, con el Ródano y el Rin como los simples que Dioscórides citaba y superar sión, nos da, así mismo, la noticia de las enfer­
vías, empezó a penetrar en Europa. La ciencia la traducción oriental. medades o lesiones más frecuentes.
andalusí se hacía ya presente más allá de nues­ Con algunas matizaciones a este relato, que Nos hemos ocupado de modo relativa­
tras tierras. debemos a Ibn Ŷulŷul, y a sus aseveraciones, mente extenso de la medicina porque, como
Aquella ciencia fue dividida en dos gran­ lo cierto es que la obra de Dioscórides supu­ ya se señaló, los médicos jugaron un impor­
des grupos, según su origen: el formado por so un hito en la ciencia andalusí y que, desde tante papel en la corte califal, sobre todo con
las consideradas ciencias autóctonas o musul­ que fue conocida, se convirtió en una refe­ al-Nāṣir, pero, lógicamente, no fué la única
manas, que eran teología, gramática, ciencias rencia indispensable para todos los científicos rama científica en encontrar acogida en Cór­
jurídicas, filosofía..., y el de las ciencias im­ del momento y de siglos posteriores. doba. Los estudiosos tenían también a su al­
portadas o no árabes, aquellas que tradujeron Uno de los autores de obras médicas más cance las obras clásicas de griegos y orienta­
de otros pueblos, fundamentalmente los grie­ reputados en la historia de la medicina de al- les, fundamentalmente, y de modo concreto,
gos, y eran medicina, aritmética, geometría, Andalus, e incluso de toda la medicina árabe, en cuanto a matemáticas y astronomía se re­
astronomía, música, alquimia, mecánica... Den­ es un contemporáneo de los personajes y los fiere, las de Ptolomeo y al-Juwārizmī, que per­
tro de ellas, la medicina va a ocupar un lugar hechos que se narran. Se trata de Abū l-Qāsim mitieron determinar distancias entre la tierra
destacado, por su propia importancia como al-Zahrāwī, el Abulcasis del medievo, autor de y el sol, apreciar fenómenos celestes, construir
ciencia y, posiblemente también, por la rele­ una magna obra,al-Taṣrīf, compuesta de treinta relojes de sol, etc. El científico más destacado
vancia adquirida por los médicos que desem­ tratados entre los que se ha destacado, tradi­ fue Maslama, natural de Madrid.
peñaban cargos políticos y realizaban funcio­ cionalmente, el último de ellos por estar de­ Otras dos manifestaciones fueron la de nu­
nes cortesanas dentro y fuera de Córdoba, en dicado a la cirugía, rama de la medicina de la merosos muñecos mecánicos, de complicados
representación del califa. Si hubiera que citar que se escribieron muy pocas obras. y variados movimientos, accionados por agua,
nombres valdrían los de Ibn Ŷulŷul y el judío En cuanto al tipo de medicina que en la mercurio o juegos de bolas de distintos pesos,
Ḥasday Ibn Šaprūt que, además de actuar en Córdoba del s. X se practicaba, las únicas no­ y la alquimia, entendiendo como tal la faceta
la esfera política y de realizar su oficio de ticias son las que proporciona Ibn Ŷulŷul y que la asemeja a la actual química, plasmada
sanadores, van a narrar, sobre todo el primero por las que nos enteramos que en Córdoba, a en la confección de jabones o perfumes.
de ellos, la historia de los médicos de su épo­ falta de los hospitales que en Oriente funcio­ No se debe cerrar un periodo tan impor­
ca y anteriores, y además, van a recibir y tratar naban, a los pobres se les atendía en las de­ tante como el del califato sin dejar de men­
en su calidad de expertos la obra de pendencias del palacio de Madīnat al-Zahrā’, cionar otra obra, también de suma importan­
Dioscórides, la Materia Médica, tan importan­ o en ciertas instituciones (rabaḍ al-marḍà) de cia, como es el Calendario de Córdoba, curioso
te y que tanto revuelo levantó. Como siem­ los arrabales de Córdoba, aunque parece que libro, de tradición babilónica, en el que mes a
pre se ha hecho al referirse a la evolución de estos últimos tenían un carácter de lazaretos. mes y día a día se van haciendo pronósticos
la ciencia en al-Andalus, nos detendremos a El resto de los enfermos acudían a las consul­ del tiempo, se dan consejos sobre sementeras,
analizar, desde luego brevemente, este suceso. tas que los médicos tenían establecidas y cu­ se anuncian plagas, se indican momentos de
Desde Bizancio, el emperador Constantino yas salas de espera eran las sillas que en la calle, parideras. En suma, un compendio de noti­
VII Porfirogeneta mandó, entre otros regalos, frente a la puerta, se colocaban. cias en el que, posiblemente, uno de los datos
al califa ‘Abd al-Raḥmān un ejemplar de la Los médicos que atendían a aquellos clien­ más a destacar, sea el hecho de ser bilingüe
Materia Médica de Dioscórides, obra que ya tes nos son en su mayoría desconocidos. Es latino-árabe. Fue su autor el médico ‘Arīb b.

16
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Interior del Salón Rico de Madītat al-­


Zahrā', Córdoba.

17
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Sa‘īd en colaboración con el obispo mozárabe Córdoba. En la agricultura se ha de manifes­ dico práctico que dedicó algunos de sus tra­
Rabīʿ b. Zayd. tar de modo más palpable que en otras cien­ tados a otros médicos que, como él, ejercían a
Algo muy importante acabamos de apun­ cias, pero no por ello debemos olvidar otras diario su profesión. Las recetas que describe
tar: el tema del bilingüismo por lo que social­ manifestaciones del saber de este momento. son asequibles por sus ingredientes y por la
mente supone. El califato, además de todo lo En alquimia, la figura de Abū Maslama facilidad de preparación y la sencillez con que
expuesto, será grande en la historia de la cien­ ocupa todo este siglo. El origen de sus cono­ las describe. Además de su faceta médica y su
cia por ser el momento en que la tolerancia cimientos se halla en los autores griegos y, de servicio en la corte, fue encargado de organi­
política hace posible la convivencia de judíos, modo destacado en Aristóteles, el sabio por zar la conocida “Huerta del Rey”, jardín bo­
musulmanes y cristianos con el consiguiente excelencia e, indiscutiblemente, el hombre que tánico en el que tuvo la oportunidad de desa­
aflujo de monjes y eruditos, aunque pocos en en más campos y en más autores árabes influ­ rrollar la segunda de las facetas que nos ocu­
realidad, del norte de España a Córdoba para yó. En esencia su teoría, la de Abū Maslama, pan: la agrícola.
traducir al latín obras árabes que les interesa­ es que el químico debe ser hombre práctico, La agricultura va a comenzar en este siglo
ban o para traer obras latinas, no siempre de buen conocedor de los metales y de la posibi­ su verdadero despegue. Tres corrientes surten
ciencia, que a su vez se traducían al árabe en lidad de trasmutación de éstos. Cree que la el caudal de conocimientos de esta disciplina:
Córdoba. naturaleza siempre obra con lógica y ella debe una que viene de Oriente y se centra en los
Desaparecido el califato en los primeros servir de modelo a los alquimistas. En cuanto escritos greco-romanos y en la famosa Agri­
años del siglo XI, en los reinos taifas se conti­ a la famosa posibilidad de convertir un metal cultura Nabatea; otra que se encuentra en el
nuó la tarea que hasta entonces se venía reali­ precioso en otro, concretamente la plata en propio solar peninsular y está encerrada en
zando en Córdoba, acusando una cierta espe­ oro, no parece que descubriera la piedra los textos latinos y una tercera, en realidad
cializaron cada uno de los reinos en cuanto a filosofal y lo lograra, a pesar de que lo intentó. elemento que aglutina ambas, que es la apor­
los científicos que recibió. De entre las distin­ Una de sus obras se tradujo posteriormente tación mozárabe. Con estas fuentes, la agri­
tas cortes,Toledo sobresalió en el campo de la en la corte de Alfonso X y trascendió a Occi­ cultura hispanoárabe iba a alcanzar muy altas
ciencia, en el sentido moderno del término, dente con el nombre latino de Picatryx, que cotas.
por ser la ciudad que albergó más eruditos Vernet supone corrupción de Hipócrates por Dos serán las tendencias de esta agricultu­
dedicados a ella. También aquí la protección creerse que la obra era suya. ra: una teórica, basada en el estudio de los tex­
real favoreció el desarrollo de las investigacio­ En astronomía, sin silenciar la importante tos consultados y otra práctica, resultado de
nes de los estudiosos que allí vivían. En este obra que, sobre todo como maestro, realizó el su observación directa. Los geóponos anda­
siglo los campos de la ciencia que van a desta­ aludido cadí Ṣā‘id, descuella y brilla, Azarquiel. lusíes supieron hacer una agricultura experi­
car sobre las demás son alquimia, medicina, Su labor no sólo como observador del uni­ mental que llega a maravillar por su minucio­
astronomía y agricultura, rama que va a al­ verso sino incluso como ejecutor de instru­ sidad, fielmente recogida en las obras que se
canzar un enorme desarrollo, con una influen­ mentos astronómicos, alcanzó gran difusión dedicaron a este género. En un tratado de agri­
cia en la España posterior que superará en el en las traducciones del rey Alfonso X, cono­ cultura andalusí clásico se estudian los distin­
tiempo y en su alcance a casi todas las demás. cidas por Libros del saber de astronomía. Otra tos tipos de tierra, abonos, clases de plantas,
Aunque también en este caso, sin olvidar cuan­ gran obra suya, Las tablas toledanas, fueron tam­ podas e injertos, se dan noticias sobre época
to de valor tuvo, haya que reconocer, de ma­ bién estudiadas por el mismo rey. En general, de recolección, de siembra o de barbecho (aquí
nera específica, las numerosas huellas griegas la aportación de Azarquiel, dentro de su mul­ la influencia de los calendarios se deja notar),
y romanas que hay en ella. tiplicidad e importancia, podría concretarse el sistema de regadío y la forma de combatir
El gran informador de este periodo fue su en perfeccionamientos del astrolabio que da­ plagas o insectos que dañen a las plantas, como
coetáneo el cadí Ṣā‘id de Toledo. En su obra rían como resultado la creación de la azafea y elementos fundamentales. Junto a ello, ade­
Tabaqát al-umatn, además de hacer una histo­ del ecuatorio, instrumento este que servía para más, suelen dedicar un apartado a los anima­
ria de la ciencia árabe, recoge los nombres más representar los movimientos de los planetas y, les domésticos, en sus aspectos de crianza, re­
notables de ella, sobre todo en la parte de al- como consecuencia, conocer la situación de producción, cuidados, aclimatación, es decir,
Andalus, que es la que nos interesa, dando deta­ los mismos sin necesidad de cálculos. la zootecnia, algo importante y digno de re­
lles sobre su vida y obras hasta llegar a los más La medicina y la agricultura iban a tener saltar porque da paso a la veterinaria, de la
rigurosos contemporáneos suyos. Nombres a como nombre más representativo a un mis­ que tan pocas noticias tenemos.
destacar son Azarquiel en el campo de la astro­ mo personaje: Ibn Wāfīd. En el primero de Como última apreciación, nuestra consulta
nomía, Abū Maslama (discípulo de Maslama) los campos, el médico, fue, sin duda, el autor de los textos agrícolas nos hace ver que, en
en el de la alquimia e Ibn Wāfid en los de la de más talla. Heredero de los saberes de los muchos casos, lo teórico corresponde a las
medicina y la agricultura. El monarca que médicos cordobeses, incorporó a su obra da­ noticias recogidas de autores greco-latinos u
protegió a todos y propició sus trabajos fue tos tomados de los griegos y de las dos gran­ orientales y la parte más práctica suele co­
al-Ma’mün, quien hizo que Toledo se pro­ des figuras de Oriente: Rāzī y Avicena. Ibn rresponder a observaciones o acciones em­
yectara en el ámbito científico de su momen­ Wāfīd fue médico de la corte de al-Ma’mūn, prendidas por ellos mismos. En el tema de la
to, de modo similar a como antes lo hiciera erudito autor de obras, pero también un mé­ zootecnia es muy evidente.

18
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

El siglo XII fue, seguramente, el que más progreso significativo como ocurre en el tra­ Astrolabio planisferio), s. XI.
gloriosos nombres y hombres dió a la historia tamiento de las drogas simples. Dioscórides,
siempre presente para los estudiosos, vuelve a Tablas astronómicas de Ibn Banna e Ibn al-Raqqam,
de la cultura andalusí. Avempace, Avenzoar,
Museo Naval de Madrid.
Maimónides, al-Gāfiqī, Averroes, son figuras ser orientación de botánicos y farmacólogos
universales, tanto en Oriente como en el andalusíes y se escriben diccionarios de plan­
Occidente que comenzaba a apuntar hacia el tas y otras drogas simples al estilo de la Materia
Renacimiento. Algún otro les acompañará y Médica. Un siglo más tarde, con el malagueño
aquí será recordado, pero, indudablemente, esta Ibn al-Bayṭār, se llegará a lo más alto.
breve lista es suficientemente representativa. Otra característica,que nada tiene de nuevo
La difusión de sus obras fue muy rápida, y pero que en estos dos siglos se acentúa, es el
para ello pueden valer dos razones: de una carácter de polígrafos de los grandes sabios.
parte, la labor previa que sabios anteriores Así, vemos a Averroes y a Maimónides discu­
habían realizado, logrando que cuanto aquí se tir las teorías astronómicas de Avempace, o las
hacía tuviera ya un prestigio y fuera algo esti­ médicas de Avenzoar, con igual autoridad, al
mado y buscado; la segunda sería la movilidad tiempo que creaban sus propias obras y ejer­
de los personajes citados, quienes, por propia cían su profesión. Ibn Ṭufayl será otro ejemplo.
iniciativa o forzados por avatares políticos, tra­ Avempace fue, con Ibn Ṭufayl, el gran es­
bajaron indistintamente en Zaragoza, Sevilla, tudioso de Ptolomeo. Sus teorías sobre los mo­
Valencia, Córdoba y Marraquech. Todo ello vimientos de los astros, discutidas como aca­
supuso una mayor dispersión de núcleos de bamos de decir, por Maimónides y Averroes,
saber, la necesidad de colaboradores que ayu­ suponen nuevos pasos en la escala que la cien­
daran en sus obras a los maestros (es decir más cia andalusí iba subiendo.También se sabe que
gente trabajando en torno a la ciencia) y un fue un estudioso de las matemáticas, que
mayor número de bibliotecas, así como una aprendió entre Zaragoza y Játiva (otra mues­
mejor comunicación con los cristianos y en­ tra de lo extendida que estaba entonces la
tre ellos mismos. población científica de al-Andalus).
Las ramas científicas que cultivaron siguie­ Pero el grupo más importante de sabios
ron también la línea marcada ya, con algún de este periodo lo constituye el de los gran­

19
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

des médicos.Tres nombres se imponen en éste La figura de Alfonso X será importantísima fue cumplido y en 1802 apareció la versión
y en el resto de la historia de la medicina en la historia de la ciencia hiapanoárabe. En castellana, realizada por Josef Banqueri.
hispanoárabe: son los mencionados Maimó­ su corte encontraron acogida muchos cientí­ La segunda figura destacada de este mo­
nides, Averroes y Avenzoar. Este último, ficos andalusíes que, tras la desaparición del mento y, posiblemente el que más ha brillado
miembro de una familia dedicada a este arte poder almohade, prefirieron quedarse en la como botánico entre los hispanoárabes, es Ibn
y, según se dice, el primer médico andalusí Península en vez de buscar nuevos destinos al-Bayṭār, el Dioscórides español según
que sólo escribió de medicina, fue autor, so­ por el norte de Africa u Oriente, como mu­ Menéndez Pelayo. Autor de diversas obras
bre todas, de una obra denominada Taysīr, chos otros hicieron. En cualquiera de los ca­ médicas, con claro predominio de las
manual de terapéutica y profilaxis en el que sos y con independencia de las rutas que to­ farmacológicas, buen conocedor de Dioscóri­
se describen por primera vez el abceso del maron, casi todos se mantuvieron en contac­ des, se lanzó a la aventura de un largo viaje
pericardio, se recomienda la traqueotomía y to gracias a la gestión y al interés del rey cas­ por el norte de Africa y Oriente clasificando
la alimentación artificial a través del esófago tellano que, de este modo, concentró en su cuantas plantas iba encontrando. Sus noticias,
o el recto y se habla del arador de la sarna. Su corte personas y escritos que contribuyeron a recogidas en una gran obra, el Kitāb al-ŷāmiʿ,
fama como clínico le llevó a gozar de la ad­ la gran tarea que el rey se había planteado. De se refieren a unos 1.400 simples, entre vegeta­
miración del gran Averroes. entre lo mucho que llevó a cabo, tal vez lo les, animales y minerales. Esta cifra rebasa bas­
Averroes es ajuicio deVernet“el español más conocido sea la recopilación de escritos tante la de la Materia Médica, tenida entonces
que mayor influjo ha ejercido en todo lo lar­ científicos realizados en al-Andalus en los si­ y siempre como modelo. Sus fuentes son nu­
go de la historia sobre el pensamiento huma­ glos XI y XII y su traducción, bien directa­ merosas, pero sus observaciones originales
no”. En medicina su gran obra fue el Kitāb al-­ mente al castellano, bien al latín y de esta len­ también lo son. Como la obra de Ibn al-­
Kulliyyātfī l-ṭibb, magno tratado que en siete gua al castellano. Otra labor básica fue la de ‘Awwām, mereció la atención de Campoma­
libros se ocupa de la anatomía, fisiología, pa­ sus contactos, primero diplomáticos y luego nes, pero la suerte de su traducción fue dis­
tología, semiótica, (diagnóstico y pronóstico), científicos, con eruditos orientales que le tinta. Sólo versiones parciales, y no siempre
terapéutica, higiene y medicación. Averroes mandaban sus obras, intercambiando cono­ afortunadas, se llevaron a cabo y hubo que
conoce a fondo la materia. Cita autores de cimientos. Para concretar algo, indicar que tales esperar al pasado siglo para que se tradujera al
renombre, con Galeno a la cabeza, pero los contactos político-científicos fueron fundamen­ francés y pudiéramos, así, disponer de una
rectifica cuando su experiencia o su observa­ talmente con los mongoles y que la ciencia más versión fiable en un idioma moderno.
ción lo aconsejan. Si hubiéramos de destacar cultivada fue la astronomía, llegando, incluso, a El siglo XIII será, también, el del nacimien­
algo, sobre lo muchísimo que de esta obra se intentos de determinar el peso de la tierra. to del Reino Nazarí.
podría hacer, sería la vigencia que muchos de En lo que perduraba de al-Andalus, el si­ La España musulmana, reducida ya al Rei­
sus conceptos tienen, dictados por un cerebro glo XIII será científicamente importante so­ no de Granada, aún dio hombres que se ocu­
dotado de un gran sentido común. bre todo por las ciencias de la naturaleza: agri­ paron de quehaceres científicos orientados a
Maimónides, filósofo, teólogo y médico cultura y medicina, esta última vista en fun­ la astronomía, la astrología y la medicina. Allí
judío nacido en Córdoba, forzado a abando­ ción de la botánica. En la primera, es el sevi­ se concentraron eruditos musulmanes proce­
nar al-Andalus por problemas de intransigen­ llano Ibn al-‘Awwām quien en su Libro de dentes de otras zonas de la Península, que ha­
cia religiosa que le obligaban a una conver­ agricultura recoge prácticamente todo cuanto bían llegado empujados por el avance cristia­
sión no deseada, acabó sus días en el Cairo. se había dicho y escrito desde los clásicos grie­ no, junto a otros estudiosos granadinos que,
Sus obras médicas acusan una orientación ha­ gos a los más recientes compatriotas suyos. En en su momento, habían acudido a Toledo para
cia aspectos hgiénicos y de conservación de los treinta y ocho capítulos que lo componen buscar información o completar la que ya te­
la salud, con alguna incursión en el campo de se hace una amplia exposición de tipos de tie­ nían y, a su vez, habían transmitido a sus discí­
la farmacopea. rra y de agua, abonos, plantaciones y semen­ pulos lo aprendido. La medicina fue uno de
Acabado el periodo almohade, es decir, ha­ teras, injertos, conservación de semillas y, como los campos científicos más sobresaliente, o,
blamos ya del siglo XIII, se abre una etapa en la colofón, un amplio apartado dedicado a la cuando menos, uno de los que dio hombres
que, aún haciéndose evidente la decadencia cien­ zootecnia, con especial atención al caballo. de más relieve y cuyas aplicaciones prácticas
tífica, todavía dura el impulso de los siglos ante­ Como en otro momento señalábamos, lo teó­ fueron más palpables. Sin embargo, el declive
riores y siguen floreciendo figuras y obras en rico suele corresponder a los griegos y lo prác­ respecto a épocas anteriores ya es evidente,
nuestro suelo. Será un siglo en el que la presen­ tico a los árabes. siendo este periodo definido, acertadamente,
cia de Alfonso el Sabio y de la Escuela de Tra­ La importancia del libro de Ibn aI-‘Awwām por uno de nuestros mejores especialistas en
ductores de Toledo va a suponer un factor deci­ fue tal que en el siglo XVIII el ministro Historia de la Ciencia, el Dr. Samsó, como el
sivo pues, además de contribuir a notables em­ Campomanes recomendó su traducción al cas­ de “la larga agonía de la ciencia”.
presas científicas, hará posible que Europa co­ tellano para que los agricultores de su tiempo En el espacio que media entre la consoli­
nozca plenamente lo que en al-Andalus se ha­ pudieran aprovechar las muchas noticias de tipo dación del sultanato de Granada y su fin se
bía hecho en los siglos anteriores, especialmen­ práctico que contenía, buscando así mejorar la pueden traer a colación tres figuras de sufi­
te en el XI y el XII, el de los mejores logros. agricultura española de este siglo. Su encargo ciente talla. El primero de ellos es Muḥammad

20
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Madraza BenYussuf, s. XIV,


Marraquech.

¡ w m W 'i- w i

21
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

al-Šafra, levantino de origen, al que debemos los andalusíes Ibn al-Bayṭār e Ibn Zuhr,junto los que practicaban la medicina hubieran de
la segunda obra de cirugía de toda la historia a opiniones propias, sobre todo en el campo hacerlo entre las clases más humildes (aunque
de la medicina musulmana de al-Andalus,jun­ de la oftalmología. en momentos concretos alguno de ellos lle­
to con la citada de al-Zahrāwī. La obra es de La Granada nazarí, además de estos cientí­ gara a ser consultado por la propia Corte de
gran curiosidad porque narra con un estilo ficos señeros, albergó a otros que, en otros cam­ Castilla), con continuas cortapisas, cuando no
directo y vivo las andanzas profesionales del pos y a otros niveles no queremos olvidar. persecuciones, por parte de la Inquisición, y
autor y describe de manera gráfica los proce­ En agricultura, la rica tradición que cul­ mal vistos por sus “colegas” cristianos.
dimientos para extraer flechas, curar minó en el sevillano Ibn al-‘Awwām, tendrá En lo que se refiere a la formación del
luxaciones, seccionar miembros etc. en el almeriense Ibn Luyūn su último expo­ sanador (curandero) morisco, vistas las difi­
Un almeriense, Ibn Jātima,se hizo famoso nente de renombre. Autor de un poema sobre cultades que, salvo casos excepcionales, tuvie­
por su tratado contra la peste, epidemia que tema agrícola, el texto, que en su día fue com­ ron para adquirir conocimientos universita­
tuvo ocasión de vivir personalmente y a la parado, con más ilusión que acierto, con las rios, la medicina que practicaban la habían
que,junto con el granadino Ibn al-Jaṭīb, con­ Geórgicas de Virgilio, toca nuevamente los te­ aprendido, fundamentalmente, por haberla
tribuyó a combatir con medidas muy adelan­ mas usuales de los tratados agrícolas, sin que visto ejercitar a otros, por puro empirismo, o
tadas a su tiempo y muy superiores a las to­ la parte de zootecnia apenas figure y sí dando por transmisión oral, normalmente entre
madas por los cristianos que se habían visto curiosos consejos sobre el emplazamiento ideal miembros de una misma familia. De este
afectados por la misma epidemia. de las casas de campo. Ibn Luyūn fue víctima modo, quedaba configurado un tipo de “cien­
Surgida, al parecer, en Asia Central en de la peste que asoló su patria chica. cia médica” compuesta por un bagaje míni­
1334, se extendió por Crimea y, a través de Y la Granada nazarí cerró con brillantez y mo y básico de medicina científica tradicio­
distintos puertos mediterráneos, se fue pro­ originalidad la ciencia andalusí con dos insti­ nal (con la teoría humoral griega en lugar
pagando hasta llegar en 1348, casi simultánea­ tuciones hasta entonces casi desconocidas en­ destacado), un alto componente de prácticas
mente, a Barcelona y Almería. Precedida por tre nosotros: la madraza y el maristán. Cuerpo populares y mágico-creenciales y un gran
la terrible fama de la enorme mortandad que y espíritu encontraban el lugar idóneo para conocimiento del mundo vegetal y sus apli­
causaba a su paso por los distintos países, nada, fortalecerse y sanar. Otros lugares hubo antes caciones terapéuticas. Así, pasados siete siglos,
al parecer, podía detenerla ni, inclus o, paliar­ que sirvieran para ello pero nunca con la si­ en la Península volvía a difundirse el mismo
la. Fueron los dos andalusíes quienes, adelan­ militud de los que en Oriente habían sido de esquema médico que se conoció por primera
tándose a los medios y a la mentalidad de su uso extendido y largo.Al-Andalus,justo cuan­ vez en al-Andalus, traído de Oriente por el
tiempo, pusieron en práctica una serie de do iba a desaparecer como tal, se terminaba granadino Ibn Ḥabīb en la primera mitad del
medidas profilácticas, como emplear de asimilar a sus orígenes orientales. siglo IX.
fumigaciones en las casas de los afectados, pro­ Desaparecido el reino nazarí, aún queda­ Los médicos-sanadores moriscos solían
curar el aislamiento de los enfermos y la pu­ ría como vestigio de una ciencia andalusí, ya curar todo tipo de dolencias. Por los interro­
rificación de sus ropas y utensilios, imponer la totalmente reducida a la medicina, la practi­ gatorios que la Inquisición hizo a alguno de
prohibición de que frecuentaran los baños cada por los moriscos. Será una medicina sin ellos nos enteramos que hacían sangrías, cu­
públicos y, todo ello, completado con una ali­ figuras destacadas en la que sólo quedan unos raban llagas de diversas clases, la perlesía, las
mentación adecuada en la que se evitaba co­ hombres que ejercen su arte en contacto con hemorragias, afecciones del bazo, hígado, útero,
mer carne, salazón o dulces, y se recomendaba el pueblo, hombres cuya calificación científi­ vejiga, pulmón, ojos y, en general, cualquier
comer pan de harina pura, beber agua con vi­ co-profesional se podría asimilar más a la de enfermedad que se les presentase.
nagre, tomar mucho zumo de limón e ingerir sanador (cuando no curandero) que a la de Procedimientos muy frecuentes para cu­
frutas frescas. médico. rar enfermedades, sobre todo si se creían pro­
El aludido Ibn al-Jaṭīb fue, tal vez, la últi­ Entre 1492 y 1550 se mantiene un nivel ducidas por demonios o causadas por el mal
ma gran figura de las ciencias y el pensamien­ aceptable, parecido, en cierto modo, al de los de ojo, era el empleo de exorcismos, rezo de
to en la historia de al-Andalus. Con amplia y últimos años nazaríes, con algunos textos clá­ oraciones, uso de trapos o trozos de papel en
notable intervención en la política granadina, sicos aún vigentes tanto entre la comunidad los que se habían escrito oraciones o fragmen­
poeta, biógrafo e historiador, autor de muy musulmana como en la Universidad española tos coránicos, bien colocándolos sobre el en­
altos vuelos en cada una de las ramas que tocó, que entonces crecía. Pero la situación cambió fermo, bien comiéndoselos, imposición de las
autor de lenguaje difícil pero rico en noticias rápidamente al desaparecer aquellos textos para manos o aplicación de la saliva del sanador al
y agudo en apreciaciones, fue la medicina el dar paso a una nueva orientación de la medi­ enfermo.
campo del saber científico que más le ocupó. cina académica. Enmedio de todo este cúmulo de elemen­
Figuran en su haber obras sobre higiene, Este hecho y el que los moriscos tuvieran tos mágico-creenciales aparecen rasgos de una
embriología, patología, un tratado sobre la múltiples impedimentos para acceder a los medicina más científica en los que el diagnósti­
Peste y un poema de carácter didáctico. Sus estudios de aquella Universidad, hizo que, salvo co se hace tras un examen de la orina del enfer­
fuentes fundamentales fueron los clásicos muy contadas excepciones como las de Alonso mo o un estudio de sus características humorales,
orientales, con al-Rāzī en lugar destacado, y del Castillo o Miguel de Luna, la mayoría de según la más pura tradición galénica.

22
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Tratado de agricultura de Ibn Luyūn, s. XIV


Escuela de Estudios Arabes (CSIC), Granada.

Dioscórides enseñando, ilustración procedente del libro


Materia Médica de Dioscórides, 1229. Biblioteca del
Museo de Topkapi.

23
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Con la figura del sanador morisco asisti­ pio eje, así como la probable teoría heliocén­ complicado de reunir sus ingredientes, lo la­
mos al final de una largo recorrido en el cual trica, que no llegó a prosperar. La falta de te­ borioso y lo costoso de su preparación, su
el médico ha pasado de ser uno de los más lescopios y cronómetros no les permitió avan­ uso se reservaba a enfermos con los que otros
destacados representantes de la ciencia andalusí, zar en este terreno. medicamentos fracasaban y se consideraban
para caer en la mayor degradación como pro­ En agricultura, sobre lo que ya se habían casi deshauciados, o para los miembros de las
fesional. La medicina musulmana ha llegado encontrado de los romanos y ellos aprendieron familias reales y personas de alta posición.
al final de su proceso. en los tratados griegos y en la agricultura nabatea, En sus tratamientos emplearon todo tipo
Tras este rápido repaso cronológico de las desarrollaron enormemente sus técnicas, utili­ de preparaciones: píldoras, pastillas, cataplas­
principales figuras y las principales ciencias que zando, como en su momento se indicó, méto­ mas, lavativas, supositorios, pastas dentífricas,
en al-Andalus se cultivaron, ofreceremos una dos experimentales. La creación por parte de pastas depilatorias, emplastos, ungüentos...
visión muy esquemática de lo que fueron las monarcas de jardines botánicos, aunque con un En cirugía, pese a lo poco que se sabe por
aportaciones básicas que ellos hicieron en uso fundamentalmente farmaco-lógico, favore­ la escasez de obras de este género, tenemos
aquellos aspectos de la ciencia de los que se ció, al mismo tiempo, el desarrollo de esta cien­ noticia de que practicaban todo tipo de ope­
ocuparon. cia. Perfeccionaron el sistema de regadío, sobre raciones, como la de extirpar amígdalas y ve­
En matemáticas fueron los introductores la base de los canales que en muchas regiones getaciones, hacer la traqueotomía, quitar he­
en Europa del sistema de numeración a base ya existían, siendo, tal vez, el ejemplo más co­ morroides y fístulas o reducir luxaciones y
de cifras. Con ello la aritmética cambió, si bien nocido el de Madrid, con su red subterranea de hernias. Dentro de los distintos tipos de ope­
siguieron manteniendo las definiciones grie­ qanats yfoggaras o jattaras (también maŷrà), con raciones, las de los ojos, y sobre todo las de
gas acerca de los números iguales, y la igual­ pozos de aireación. Introdujeron en Occidente cataratas, eran muy frecuentes. El procedi­
dad; los desiguales y la desigualdad; los núme­ plantas como la caña de azúcar, el algodón, la miento habitual seguido en estas últimas era
ros mayor o menor, par o impar, múltiplo o alcachofa, el albaricoque, el limón, la berenjena, el de sentar al enfermo entre las rodillas del
divisible, divisor o parte alícuota, números el jazmín y otras. Algunas de ellas ya eran cono­ médico quien con ellas le sujetaba la cabeza,
primos, números compuestos, etc. En sus tra­ cidas por chinos, persas o indios, pero fue con que debía estar colocada de manera que la
tados se explican de modo perfecto las razo­ los árabes con los que se logró su difusión ge­ luz le diese de lleno. Se procedía entonces a
nes, las proporciones, las reglas de tres simple neralizada en Occidente. Tal cosa ocurrió tam­ la operación, empleando una aguja de punta
y compuesta, y otras operaciones. Conocie­ bién con la seda y el papel, material este del que triangular con la que se empujaba la catarata
ron y practicaron la potenciación, la radica­ hay testimonio que en la Córdoba del siglo X hasta que el enfermo podía ver, o, bien, se
ción y las ecuaciones. En geometría, basándo­ se escribieron libros en él. tomaba una cánula muy fina y con ella se
se sobre todo en los datos indios sobre senos y En el ámbito general de la ciencia, la me­ succionaba la catarata. El material empleado
cosenos, crearon una trigonometría plana y dicina fue, posiblemente, el campo en el que solía ser bronce.
esférica. los árabes alcanzaron sus más importantes lo­ Para realizar las operaciones quirúrgicas
En al-Andalus, cierta rigidez de orden re­ gros. Dentro de ella la anatomía fue la faceta empleaban anestésicos a base de opio, beleño,
ligioso impidió un temprano desarrollo de las que menos se desarrolló, posiblemente por mandrágora o hachich (cannabis).
matemáticas y la astronomía, a las que sólo se condicionantes religiosos que impedían la di­ Visto, a grandes rasgos, lo que los hispano­
les aceptaba de buen grado en sus aspectos sección de cadáveres. La rama más importan­ árabes conocieron, veamos ahora cómo lo co­
prácticos de parcelación de terrenos, partición te fue la farmacología, favorecida por la crea­ nocieron y cómo transmitieron sus conocimien­
de herencias, determinación de tiempos váli­ ción de jardines botánicos, a los que antes alu­ tos: estamos hablando de las traducciones.
dos para las plegarias rituales (regidas por la díamos, y por la tradición árabe de ser bue­ Siempre hemos de tener en cuenta que en
posición del sol), situación de la alqibla y el nos conocedores de las plantas. Como medi­ algunos aspectos del desarrollo de las ciencias
establecimiento de un calendario lunar. De camentos utilizaron mucho los de origen ve­ Oriente estuvo muy por delante de al-Andalus.
aquel periodo de intransigencia se salió en el getal y menos los de origen mineral (atutía, Fueron los primeros en tomar contacto con
califato, institución que, además de permitir antimonio, galena...), casi siempre empleados la ciencia antigua, después comenzaron a pro­
el libre estudio de estas ciencias, autorizó su en oftalmología, así como los de origen ani­ ducir la suya propia y, además, contaron con
enseñanza pública y protegió y estimuló la mal. De estos últimos los más usados fueron un mecenazgo real, plasmado, entre otras rea­
creación de una escuela cuyo fundador puede las hieles de distintos animales, el excremen­ lizaciones, en la Bayt al-ḥikma, a nivel de cen­
considerarse Maslama al-Maŷrītī. to de otros (ratón, gallina, paloma), la sangre tros de traducción o en los hospitales y
En astronomía siguieron, por lo general, de pichón, la de gallo, las leches, especialmente madrazas, que en al-Andalus o no los hubo o
las teorías de Tolomeo, sobre todo en lo refe­ la de mujer, etc. fueron mucho más tardíos y de menor nivel.
rente a la inmovilidad de la tierra a cuyo alre­ De sus medicamentos compuestos el más Pero al-Andalus, a cambio de ello, tuvo un
dedor giran los planetas. Acerca de si el movi­ famoso es la triaca, en la que entraban hasta papel superior a Oriente en cuanto a difusión
miento de éstos era circular o helicoidal hubo sesenta componentes. Inicialmente pensada de cultura. Asimiló lo que de Oriente le lle­
distintas opiniones. Llegaron a plantearse la para combatir los venenos, pronto se convir­ gaba, mezcla de lo traducido del griego y de
posibilidad de que la tierra girase sobre su pro­ tió en una especie de panacea, aunque por lo lo original en árabe, lo incorporó a lo que

24
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

aquí se tradujo del latín y a sus propias crea­ vienen clérigos y estudiosos que se interesan
ciones y, todo este enorme bagaje lo fue in­ por la ciencia árabe. Así, Barcelona, Toledo o
corporando a Europa. Tarazona son centros donde se vierten al la­
Las primeras traducciones del árabe al la­ tín, y también al hebreo, los textos árabes. La
tín se hicieron en la Marca Hispánica, ya en el difusión de éstos serviría, con el paso de los
siglo X. Su centro fue Ripoll y su monasterio siglos, para recuperar obras cuya versión ori­
el de Santa María; su origen, los mozárabes ginal se había perdido o era incompleta. Se
procedentes de la España musulmana. Con los puede ver, por tanto, un claro paralelismo con
monjes que desde Alemania o la Galia llega­ lo ocurrido cuando se tradujeron las obras
ban a estudiar en este monasterio o enVic, se griegas al árabe.
comienza a tener conciencia de lo superior Este siglo XII dará ya nombres de traduc­
que era lo que los árabes podían ofrecer a lo tores conocidos, siendo de destacar los de
que ellos poseían,y el interés se despierta.Junto Gerardo de Cremona, Hugo de Santalla y
a los textos, o como consecuencia de lo que Abraham ben Ezra. Las obras más traducidas
los textos traducidos decían, Europa pudo siguen siendo las astronómicas, con una clara
conocer y fabricar en este siglo astrolabios y aplicación posterior para la navegación, ade­
cuadrantes, así como los relojes de sol.Vemos, más de dejar su huella en el gran número de
pues, que la astronomía fue lo primero que nombres árabes que las estrellas han adquiri­
atrajo la atención. do. Obras de Aristóteles o de Euclides se tra­
Habrá un breve intervalo en el siglo XI en ducen al latín a partir de versiones árabes y el
el que cesan las traducciones, en parte por la género literario de las tablas astronómicas co­
misma conmoción de la fttna, o, como Vernet mienza a difundirse, dando lugar a las Tablas Contemplación de una puesta de sol (Fresco de la
apunta, porque los musulmanes se dolían de alfonsíes. Biblioteca de El Escorial).
que sus autores no eran citados en las traduc­ En óptica se introduce la de Euclides, tam­
ciones latinas, noticia que toma de en un tex­ bién a partir de su versión árabe, y la de Tolomeo. Mujer y niño moriscos. Das Trachtenbuch de
to sevillano del siglo XII en el que, entre otras En medicina se traducen al latín diversas Christoph de Weiditz.

cosas, se prohíbe la venta de libros de ciencia obras de Razī, la Cirugía de Abulcasis, el Ca­
árabe a los cristianos. Ello indica que tal co­ non, de Avicena y el Libro de los medicamentos
mercio existía y sirve, además, de muestra del simples de Ibn Wāfid. Esta obra es un ejemplo
interés con que se seguía la ciencia musulma­ de salvación a través de una lengua distinta al
na. árabe: durante mucho tiempo se ha conocido
A partir del siglo XII la traducción al latín en una versión catalana del XIV. Reciente­
de obras árabes vuelve a tomar cauces de nor­ mente se ha descubierto un manuscrito
malidad. Ampliado el marco geográfico de la aljamiado hebreo y gracias a él se ha podido
España cristiana, a sus principales ciudades reconstruir el original árabe.

25
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

El siglo XIII es el más importante en esta una mejora en los métodos de destilación, y otra saberes griegos traducidos al árabe que, tal vez,
faceta de trasvase de la ciencia árabe a Europa. de repercusiones casi fabulosas, como la bús­ de otra forma se hubieran perdido y, además
La conjunción de Federico II en Sicilia y Al­ queda de la piedra filosofal o elixir que permi­ de ello, había proporcionado cuanto aquí se
fonso X en Toledo, aunque no coincidieran tiera el cambio de metales vulgares en plata y había producido. Un pueblo que entraba en
cronológicamente, unida a la presencia de los oro, lo que, como consecuencia, trae la búsque­ la historia con las manos prácticamente vacías
mogoles que desde Oriente iban a mandar en da de otro elixir capaz de alargar la vida (el de la de ciencia, había sido capaz de repartirla lue­
sus embajadas a las cortes europeas libros re­ eterna juventud), de tanto impacto en las men­ go de manera abundante.
cogidos en sus conquistas, logró que Occi­ tes del medievo y cuyo eco se mantuvo tanto
dente se saturara de pensamiento y de ciencia tiempo después. Bibliografía de referencia
árabe. También en este siglo pasarán a Europa a
La corte del rey Alfonso adquirió papel través de España el uso del papel y de la seda, ALVAREZ DE MORALES, C., El Libro de la al­
mohada, de Ibn Wafid de Toledo,Toledo, 1980.
primordial en la tarea de traducir textos ára­ así como técnicas de irrigación y máquinas
BOLENS, L., Agronomes andalous du Moyen Age,
bes, con la peculiaridad de que, a partir de hidraúlicas, como la noria.
Ginebra-París, 1981.
estas fechas, las traducciones hebreas alcanzan, En medicina, las obras de Averroes, al-
IBN ḤABĪB, Mujtaṣar fi l-ṭibb (Compendio de me­
prácticamente, el mismo volumen y nivel de Gāfiqī o Avenzoar, se difunden en traduccio­ dicina), Introducción, edición crítica y traduc­
las latinas. También con Alfonso X se inician nes latinas y alcanzarán una vigencia que lle­ ción C. Alvarez de Morales y F. Girón Irueste,
las traducciones del árabe al romance. gará hasta el siglo XVII. El papel de al-Andalus Madrid, 1992.
Europa, por su parte, iba a conocer el de transmisor de ciencia fue tal que el mismo GARCÍA BALLESTER, L., Los moriscos y la me­
nacimiento de las primeras universidades, Avicena fue considerado andalusí durante bas­ dicina. Un capitulo de la medicina y la ciencia mar­
con lo que los núcleos interesados y recep­ tante tiempo. ginadas en la España del siglo XVI, Barcelona,
tores de la ciencia árabe se amplían y serán En los siglos siguientes (XIV-XVI) el nú­ 1984.
MIELI,A., La science arabe et son rôle dans l’evolution
ya tres las instituciones poderosas que bus­ mero de traducciones desciende notablemente.
scientifique mondiale,Leiden, 1939 (reimp. 1960).
quen y reciban esta ciencia: la iglesia (o sus Pero lo importante ya se había hecho. Su di­ MILLÁSVALLICROSA.J.M., Estudios sobre His­
monasterios), las cortes (o algunas de ellas) fusión en las universidades, favorecida por la toria de la Ciencia española, Barcelona, 1949.
y las universidades. No olvidemos las sina­ aparición de la imprenta en Europa, contri­ — Nuevos estudios sobre Historia de la Ciencia
gogas a las que también afluían las traduc­ buyó a que lo mejor del pensamiento euro­ española, Barcelona, 1960.
ciones hebreas. peo conociera y diera a conocer la ciencia SAMSÓ.J., Las ciencias de los antiguos en al-Andalus,
Dentro del conjunto de obras que van a árabe que, en no pocos casos, trascendió más Madrid, 1992
traducirse destacan algunas como los comenta­ allá del Renacimiento y llegó hasta el siglo SÁNCHEZ PÉREZ, J. A., La ciencia árabe en la

rios que Averroes hizo de la obra de Aristóteles, XVIII, en que los textos de los autores clási­ Edad Media, Madrid, 1954.
SARTON, G., La Historia de la Ciencia y el nuevo
como es el caso de la titulada De coelo et mundo cos árabes eran de obligada consulta para el
humanismo, trad.J. Babini, Rosario, 1948.
traducida por Miguel Escoto, o la ya aludida especialista.
SCHIPPERGES, H., Arabische Medizin im
traducción de tablas astronómicas hecha en la Con la introducción de la ciencia árabe
lateinischen Mittelalter, Heidelberg, 1975 (trad.
corte de Toledo, que permitió a Alfonso X com­ en Europa a través de las traducciones, la cul­ española, La medicina árabe en el Medievo Lati­
poner las suyas. También se traducen obras de tura andalusí habrá cumplido una etapa fun­ no, Toledo, 1989)
alquimia, que tendrán una doble repercusión: damental en la historia de la ciencia universal. VERNET,J., La cultura hispanoárabe en Oriente y
una centrada en aspectos prácticos, como el per­ Al-Andalus había sido intermediaria entre Occidente, Barcelona, 1978.
feccionamiento del alambique que dará lugar a Oriente y Europa, rescatando para ésta los — La ciencia en al-Andalus, Sevilla, 1986.

26
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Operación de una trepanación, según refleja una


edición del Tratado de Cirugía de al-Zahrāwī.

Imagen deAverroes, Córdoba.

Edición latina del Canon de Avicena, 1608.


Biblioteca Nacional de Madrid.

27
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

NOTICIAS MÉDICAS EN FUENTES ÁRABES


SOBRE AL-ANDALUS
Juan CASTILLA BRAZALES
Escuela de Estudios Arabes (C.S.I.C.)

uienes habitualmente utilizan las selección no es fruto del azar; antes bien, de­ dar que, además de elemento puramente trans­

Q fuentes árabes sobre al-Andalus


como una herramienta de trabajo

hispanomusulmana, saben que, por sí solas, estas


riva, en gran parte, de las posibilidades reales
de explotación que ofrece el material con el
que contamos. De acuerdo con estos crite­
que les permita adentrarse en la cultura
rios, hemos creído conveniente dividir este
misor, el Islam se comportó como una enti­
dad que aportó su propia personalidad a un
material científico del que, sin duda, regiones
norteafricanas e, incluso, orientales, pero, so­
peculiares obras encierran páginas donde tie­ estudio en dos secciones: una dedicada a las bre todo, las llamadas "áreas civilizadas occi­
ne cabida desde la reproducción de la más rica instituciones sanitarias, o relacionadas con la dentales", han de sentirse deudoras.
poética de inspiración árabe, hasta, por ejem­ medicina, y otra relativa a enfermos ilustres. Al igual que sucediera en otras zonas, el
plo, datos económicos relativos a ingresos fis­ Pero, de manera previa, también hemos esti­ espacio geográfico que conocemos por el
cales recaudados por el reino durante un de­ mado oportuno prologar ambos capítulos con nombre de al-Andalus se vio rápidamente
terminado año, pasando, además, por semblan­ un breve esbozo que reproduzca el devenir invadido por oleadas de ejércitos que, progre­
zas de personajes relevantes, listas de traslados de la ciencia médica hispanomusulmana, ha­ sivamente, islamizaron, y luego arabizaron, los
de miembros de la administración, gastos oca­ ciendo cierto hincapié tanto en sus momen­ territorios que conquistaron, en virtud de una
sionados por festividades especiales, o por cam­ tos de mayor esplendor como en los de me­ política expansiva dirigida desde el Próximo
pañas militares emprendidas contra los cris­ nor brillantez. Esto último, que no es más que Oriente. En concreto, la Península entró en
tianos, etc. Pues bien, entre esta amalgama de un elemento introductor, dará paso al cuerpo contacto con los invasores a comienzos del
información dispersa, es posible encontrar del trabajo ya aludido, para cuyo desarrollo siglo VIII, pocos años después de que esos
noticias médicas que, normalmente,se corres­ hemos tratado de combinar amenidad con avances organizados estuviesen llamados a
ponden con la llegada a al-Andalus de algún rigor científico. Para cubrir el primero de es­ extinguirse.
conocido médico, con la existencia de ciertas tos dos componentes, hemos recurrido a la Hemos de tener en cuenta que los prime­
obras médicas orientales, o con los éxitos que vieja técnica de intercalación de párrafos ver­ ros contingentes militares llegados a nuestras
éstas pueden haber cosechado en tierras tidos de las fuentes originales, a fin de que tierras, en su condición de gente dedicada a
hispanomusulmanas. Otras pueden fechar la éstos ilustren el contenido de las noticias y guerrear, carecían de una mínima cultura.
muerte de algún galeno prestigioso que haya proporcionen una lectura más suelta y agra­ Además, sus filas se nutrían, principalmente,
ejercido la medicina en la corte de un deter­ dable. Para satisfacer el segundo, hemos sor­ de hombres de raza beréber, desconocedores
minado califa, referir las enseñanzas imparti­ teado a medias el tinte divulgativo de la pu­ de la lengua en que se expresaban los con­
das por eruditos venidos de Oriente, las lec­ blicación, de tal modo que la ausencia pre­ quistadores árabes. Si reparamos en que la pre­
ciones recibidas de éstos por gente de ciencia meditada de exhaustivas precisiones a pie de sencia de aquéllos fue infinitamente superior
nacida en suelo andalusí, o, simplemente, dar página se ha visto compensada con la inclu­ a la de éstos, entenderemos entonces que, hasta
cuenta de los viajes de formación que discí­ sión final de un escueto y básico apartado bi­ bien entradas las primeras décadas del siglo
pulos avezados emprenden fuera de su tierra bliográfico. IX, no se pueda hablar de una cultura orien­
para, después, volver a ella y transmitir los ha­ tal suficientemente afianzada en tierras hispa­
llazgos médicos aprendidos. nas como para que fuera susceptible de ser
Como se comprenderá, tratar de reunir Introducción transportada a las esferas de la cristiandad, así
datos de naturaleza tan dispar, aunque todos como tampoco nos ajustaríamos a la realidad
tengan como denominador común la ciencia Mucho se ha hablado del alto grado de si dijésemos que la lengua árabe se hallaba
médica, constituía una empresa imposible de conocimientos que llegó al ámbito del Islam sólidamente implantada antes de las postri­
materializar en el reducido espacio que pro­ procedente de lo que comúnmente enten­ merías del siglo X. En todo caso, sólo las exi­
porciona un trabajo de estas características. Ello demos por "la antigüedad". De todos es sabi­ gencias técnicas de la nueva administración
planteó, por tanto, la necesidad de seleccionar do que la cultura islámica desempeñó un pa­ habrían requerido para la redacción de docu­
información uniforme y, a la vista de ella, fijar pel primordial en el proceso de traspaso de mentos el que la lengua de los recién llegados
unos apartados que diesen cuerpo a noticias esos mismos conocimientos al seno del mun­ empezase a ser conocida por cristianos y ju­
similares y específicas. De cualquier forma, esta do cristiano. Pero, en tal sentido, cabe recor­ díos en fechas previas a esa centuria.

29
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Miniatura de las Maqāmāt de al-Ḥarīrī, s. XII,


Biblioteca Nacional de París.

Los especialistas parecen coincidir en fijar arrancaría, principalmente, con los comien­
la época de ‘Abd al-Raḥmān II como la del zos del califato, en el siglo X. Será ésta la cen­
inicio de la ciencia propiamente andalusí. Es, turia que dará cabida a médicos que girarán
precisamente, en torno al período de gobier­ alrededor de las cortes de ‘Abd al-Raḥmān
no de este mandatario, que ejerce el poder III y al-Ḥakam II:Yaḥyà b. Isḥāq, o Sa‘íd b.
durante los treinta años que desembocan en ‘Abd Rabbihi, cubrirán páginas de la historia
el 852, cuando, por ejemplo, llega a Córdoba de la medicina andalusí por la calidad de sus
el médico al-Ḥarrānī, que pasa por ser uno obras o por sus hallazgos; mientras que
de los primeros personajes del Islam que de­ Muḥammad b. ‘Abdūn, o Aḥmad al-Ḥarrānī,
dicó todo su tiempo al estudio de la medicina se incluirán entre los grupos de intelectuales
en al-Andalus. Y, sólo unos pocos años des­ nacidos en al-Andalus que, tras una buena for­
pués, se sabe que Aḥmad b. Ilyās —probable­ mación en Oriente, volverán después a su país
mente, médico de la corte de Muḥammad I- de origen para transmitir los conocimientos
logró una merecida reputación en el terreno allí adquiridos. En la misma línea cabría citar
de la medicina hispanomusulmana. Pero el es­ a Ibn ‘Abd al-Raḥmān b. Šuhayd o a al-­
plendor de la cultura andalusí, y, por ende, el Zahrāwī Si bien el primero alcanzó la fama
de la medicina practicada en la Península, gracias a los métodos que empleó al tratar las

30
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

enfermedades, basados en la utilización de los re­ los reinos de taifas ésta alcanzaría su mayor
medios simples, el segundo se dio a conocer por apogeo, fruto del interés de los reyes por ha­
su extraordinaria habilidad en el campo de la cerse con los servicios de los mejores científi­
cirugía. cos. Los estudiosos de este período suelen
A nadie se le oculta que, en el ámbito de colocar a Toledo entre las ciudades-estado que,
la medicina, con sus muy diversas ramifica­ surgidas a partir del año 1031, se situaron a la
ciones, los árabes bebieron de las fuentes del cabeza de la nueva pugna cultural. En efecto,
Oriente Próximo y de los antiguos griegos.Y los monarcas toledanos que rigieron los des­
hablar de estos últimos pasa, inevitablemente, tinos de la ciudad hasta el año 1085, todos
por aludir a sus nombres más representativos: ellos pertenecientes a una familia de beréberes
Galeno e Hipócrates, pareja insigne de médi­ llamada Ḏū l-Nūn, se preocuparon por hacer
cos helenos en la que se apoyaron sobrema­ de su corte un punto de destino atrayente para
nera los científicos árabes, si bien fue el pri­ sabios reputados y personas ávidas de cono­
mero de ellos el preferido de éstos. Pero, aun cer los nuevos avances científicos y culturales.
siendo los conocimientos médicos de los grie­ En este sentido, la medicina, como tantas otras
gos la fuente de inspiración de los tratados de ciencias, experimentaría un gran desarrollo de
medicina árabe, lo cierto es que quienes prac­ la mano de brillantes toledanos que, ya en su
ticaron esta ciencia no sólo actuaron de puente tiempo, gozaron de cierto prestigio: entre los
entre la civilización clásica y Occidente, sino de época más temprana cabría citar a Ibn al-­
que supieron aportar características y hallaz­ Bagūniš,un destacado hombre de ciencia de­
gos propios. Médicos de categoría avalada por dicado a investigar en profundidad la obra de
su elevada erudición, aparte de ejercer como Galeno.Y algo posterior al anterior, Ibn Wāfid,
galenos de corte, emplearon su tiempo en tra­ por ejemplo, figuraría entre los grandes co­
ducir obras de la antigüedad de carácter cien­ nocedores de los clásicos, cuyos trabajos, de
tífico. Así, por ejemplo, Ḥunayn b. Isḥāq, ade­ reconocida valía, fueron traducidos al latín. Antiguo grabado con dos personajes árabes dialogando.
más de escribir dos libros sobre la amplia bi­ En más de una ocasión se ha dicho que las
bliografía de Galeno, tradujo el Aforismo de invasiones norteafricanas vividas por al-­
Hipócrates o la conocida De Materia Médica Andalus a partir de la última década del siglo
de Dioscórides. XI trajeron a estas tierras una cierta paraliza­
Pero el modo de hacer de algunos médi­ ción cultural y supusieron, en determinados
cos árabes orientales como, por ejemplo, el casos, hasta un grado de retroceso en lo con­
famoso al-Rāzī, o el celebérrimo Ibn Sīnā, de seguido por algunas ciencias. Esto que, a decir
los siglos X y XI, y, sobre todo, sus reputadas de los especialistas del período, ocurrió con
obras, fueron, en realidad, los pilares en los algunas ramas del saber, no afectó en lo más
que se asentarían la teoría y la praxis de médi­ mínimo a la medicina, que en el siglo XII
cos andalusíes de rápida aparición. Es el caso experimentaría un grandioso desarrollo gra­
del cordobés del siglo X, Ibn Ŷulŷul, que, apar­ cias a la aparición de varios personajes de cien­
te de ejercer como médico de al-Ḥakam II y cia descollantes. En primer lugar, gran parte
Hišām II, se permitió redactar, entre otras mu­ de ese notorio avance se debió al buen hacer
chas obras, unos comentarios a las nomencla­ teórico-práctico del reputado sevillano Abū
turas de medicamentos insertos en el ya cita­ Marwān b. Zuhr, conocido en Occidente por
do libro De Materia Médica de Dioscórides. Avenzoar, nieto e hijo de galenos, y, a su vez,
La fitna, o período turbulento de revolu­ padre y abuelo de profesionales de la medici­
ciones padecidas por al-Andalus a comienzos na. Médico de corte con almorávides y
del siglo XI, supuso para muchos intelectua­ almohades, se le hace autor de varias obras
les continuos trasiegos en busca de zonas más sobre ciencia médica de importancia. Con
tranquilas donde trabajar. Este fue el caso, por todo, su famoso Tāysīr, tratado de terapéutica
ejemplo, del médico Ibn al-Kattānī, que prac­ que con el tiempo sería vertido al latín, le
ticó la medicina en las cortes‘āmiríes de Cór­ convertiría en el miembro más conocido de
doba para, después, terminar ejerciendo el ma­ su familia. En los mismos términos cabría ha­
gisterio en Zaragoza. blar del granadino Ibn Ṭufayl, nacido en los
Y si con el califato había comenzado la comienzos del siglo XII. Éste, al igual que otros
época de esplendor de la ciencia andalusí, con tantos hombres de ciencia, mostró dominio

31
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

en más de una disciplina, de modo que, a sus la Granada nazarí, lejos de quedar postergada famosísima residencia que mandara construir
conocimientos sobre los más diversos campos a un estadio de nivel médico medio, estuvo ‘Abd al-Raḥmān III a la mitad de su reinado,
del saber, sumó el ejercicio práctico de la situada a la cabeza de las regiones en las que para dar cobertura física a su nueva dignidad
medicina. Tal es así que tuvo la oportunidad se practicaba una medicina de alta calidad, no de califa-, contase con una farmacia propia.
de prestar servicios a monarcas almohades, y, menos cierto es que, quizá, con la muerte de Erigida a pocos kilómetros de Córdoba,justo
en concreto, fue médico oficial de Abū Ya‘­ este afamado polígrafo se iniciaba una cierta al noroeste de la capital, la nueva ciudad real,
qūb Yūsuf. En el desempeño de tal cargo le agonía de las ciencias en general, y, en parti­ que, a decir de los cronistas árabes, comenzó a
sucedería el célebre Averroes, que, además de cular, comenzaba a respirarse un aire de deca­ levantarse en el año 936 para satisfacer los
ejercer la medicina, cultivó otras ciencias, y, dencia en la producción de tratados médicos deseos de una favorita del monarca, llamada
como en el caso del anterior, destacó de ma­ andalusíes. Cuando menos, se abrían las puer­ al-Zahrā’, contaba, entre sus numerosas de­
nera especial en el terreno de la filosofía. En tas a una nueva época que no llegaría a alcan­ pendencias, con un palacio para el califa, ha­
cuanto a materia médica, escribió sus famosas zar unos mínimos exigibles que la hiciesen bitaciones particulares para la corte, extensos
Kulliyyātfī l-ṭibb, u Obras completas sobre la me­ equiparable a los trescientos años de rica pre­ y cuidados jardines, una mezquita mayor, y
dicina, que, más tarde, traducidas al latín, pasa­ sencia cultural contemplada por al-Andalus hasta elementos insólitos en aquellas fechas,
rían a conocerse con el nombre de Colliget. entre los siglos X y XII, caracterizados por el tales como un espacio reservado para anima­
La progresiva pérdida de presencia almo- cultivo pleno de las ciencias entonces exis­ les traídos desde fuera de la Península, así como
hade en la Península se correspondería con tentes, por la ininterrumpida formación de un recinto ornitológico. Poco a poco, el carác­
una paulatina decadencia científica en al-­ especialistas en medicina, por la confección ter placentero con que inicialmente fue conce­
Andalus. Los intelectuales aprovechaban cual­ de obras relevantes para los estudiosos de si­ bida se iría transformando a medida que cre­
quier ocasión propicia para emigrar a tierras glos posteriores, y, sobre todo, por el perma­ cían las necesidades administrativas, lo que, a la
pacíficas, huyendo del avance cristiano, que nente y fructífero intercambio de experien­ larga, obligaría a trasladar hasta allí los servicios
iba haciendo suyas, una tras otra, las ciudades cias y conocimientos generados por gentes del públicos y la ceca cordobesa. Finalmente, la urbe
más meridionales del país. Un cierto parénte­ saber que se hallaban a uno y otro lado de llegaría a disponer de mercados y de una or­
sis dentro de este declive del siglo XIII lo re­ fronteras marcadas por la política y la religión. ganización administrativa y militar propias.
presentó el malagueño Ibn al-Bayṭār, que, si Reproducido hasta aquí el breve esbozo En este contexto, la farmacia de Madīnat
bien no llegó a ser el prototipo de médico al al que aludíamos al comienzo, damos paso al-Zahrā’ habría constituido una institución
uso, sí dejó para la posteridad una impresio­ ahora a la primera de las dos secciones en que necesaria para atender a una población que,
nante obra en la que compiló medicamentos optamos por dividir las noticias extraídas de paulatinamente, iba haciéndose más numero­
y alimentos junto con las fórmulas que de­ las fuentes: la relativa a instituciones sanitarias, sa. De cualquier forma, su fundación no se
bían emplearse para elaborarlos, a base de mi­ o relacionadas con la medicina.También este debió a ‘Abd al-Raḥmān III, sino a su hijo y
nerales, plantas y animales. capítulo podía contener muy diversos aparta­ sucesor al-Ḥakam II, que dirigiría los desti­
De cualquier forma, conviene hacer aquí un dos, por lo que, nuevamente, procedimos a se­ nos de al-Andalus entre el 961 y el 976, pe­
breve inciso para no olvidar que este mismo leccionar aquellos que, desde nuestro punto ríodo de quince años de relativa calma para el
siglo XIII daría acogida a un gran número de de vista, podían suscitar un mayor interés. Fi­ país, que le permitiría demostrar que, además
traducciones latinas y romances de la esfera de nalmente, a la vista del material del que dis­ de buen estadista, fue hombre muy preocu­
la medicina, versiones que, a partir de estas fe­ poníamos, concluimos que cinco de ellos re­ pado por el mundo de las artes y las letras, y
chas, se verían notablemente incrementadas y clamaban más atención que el resto: uno que persona atenta a no alterar el rígido protoco­
divulgadas gracias a la labor de conocidos da cuenta de la farmacia de Madīnat al-Zahrā’; lo, ya fuese en el alcázar de Córdoba o en
adaptadores como Juan de Padua, Pedro de Espa­ otro, del rābāḍ āl-mārḍā cordobés, o leprosería Madīnat al-Zahrā’. A uno de sus médicos par­
ña, o Esteban de Zaragoza, que no hacían más de Córdoba; un tercero, que trata sobre las ticulares, el ya referido Ibn Ŷulŷul, le debe­
que proseguir los trabajos ya iniciados un si­ consultas de médicos; un cuarto, dedicado a mos una noticia de la que muchas fuentes se
glo antes por otros célebres traductores como, la madraza granadina; y un último, que gira hicieron eco,y es la que cuenta que al-Ḥakam
por ejemplo, Gerardo de Cremona. en torno al maristán de Granada. II puso al frente de la recién creada institu­
El debilitamiento antes apuntado queda­ ción a Aḥmad al-Ḥarrānī, un científico
ría en cierto modo compensado con un leve andalusí que había estudiado con un descen­
despertar experimentado una centuria más Instituciones sanitarias o relacionadas diente del célebre médico oriental del siglo
tarde, en pleno período nazarí. El nombre al con la medicina IX Ṯābit b. Qurra. En su Libro de las generacio­
que recurren los especialistas cuando se refie­ nes de médicos, Ibn Ŷulŷul dice de este al-­
ren a esta etapa es el del ilustre granadino Ibn 1.- La farmacia de Madīnat al-Zahrā’ Ḥarrānī:
al-Jaṭīb, que, entre sus innumerables obras, de­
dicadas a los más diversos conocimientos, re­ Hemos de comenzar diciendo que entra­ "Era experto en los medicamentos sim­
dactó algunas sobre la ciencia médica.Y aun­ ba dentro de la lógica el hecho de que Madīnat ples, fabricaba jarabes y mā‘ŷūnes'1 y aten­
que también aquí se haga preciso recordar que al-Zahrā’, o "ciudad de al-Zahrā’" —la día a todo aquel que se le presentaba. Cu­

32
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Madīnat al-Zahrā’, Córdoba.

raba las enfermedades de los ojos de un mera la desempeñasen, por lo general, médi­
modo prodigioso y aún se conserva en cos, y que la segunda la practicasen personas
Córdoba el recuerdo de esto. No perdo­ con formación suficiente como para ser dife­
naba el pago de sus honorarios a la gente renciados de los que se ocupaban de comer­
pudiente a la que había atendido. Ayudaba ciar en drogas. Precisamente, la proximidad
con su ciencia al amigo, al vecino y al po­ física con que gremios de drogueros y botica­
bre. Al-Mu’ayyad2 le dio los cargos de jefe rios llevaban a cabo su labor hacía que el re­
de la policía y de inspector de mercados. celo que despertaban los primeros fuese ex­
Le costaba expresarse, tenía mala letra y tensible a los últimos. Todo ello, además de
sus escritos eran prácticamente ilegibles. provocar una cierta paralización en el desa­
Murió de cuartanas y diarrea"3. rrollo normal de la profesión -que no se vería
reconocida oficialmente hasta llegado el siglo
En el mismo pasaje, refiere Ibn Ŷulŷul que XIII-, obligó a que los médicos, por miedo al
doce jóvenes trabajaban para él bajo su direc­ intrusismo que practicaba gente poco prepa­
ción y supervisión. Este último dato nos sirve rada, preparasen ellos mismos los medicamen­
de útil referencia para deducir que el grupo tos, unas veces en solitario y otras con la asis­
de trabajo formado en las dependencias del tencia de algún colaborador. Con tal fin, estos
palacio cordobés no debió de diferir mucho mismos médicos se habrían preocupado de
de los "equipos médico-farmacéuticos" ins­ formar grupos de asistentes destinados a ayu­
talados en los hospitales orientales a partir del darles en la elaboración de fórmulas. Pues bien,
siglo IX. estos primeros círculos de auxiliares consti­
A propósito de ello, los especialistas sue­ tuirían el germen de la futura clase farmacéu­
len advertir de la precaución que se debe adop­ tica.
tar al estudiar la figura del boticario en las fe­ Bajo tales circunstancias, sería en este en­
chas en las que nos estamos moviendo. Al pa­ torno donde habría que incardinar al equipo
recer, la actividad farmacéutica oficial se ejer­ de operarios que, a las órdenes de al-Ḥarrānī,
cía dentro de los muros hospitalarios, mien­ trabajaban en los departamentos sanitarios de
tras que la de ámbito privado se desarrollaba Madīnat al-Zahrā’. No obstante, cabría hacer
en plena calle, en zocos compartidos con aquí un pequeño inciso para aclarar que, si
drogueros. Es más que probable que la pri­ bien este grupo cordobés de futuros botica­

33
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS -

rios podría asemejarse a los de aquellos que cuadra en la etapa de mandato de ‘Abd al-­ su valiosa obra al-Muqtabis, nos hace llegar la
ejercían en los hospitales orientales, unos mí­ Raḥmān V al-Mustaẓhir, quien ejercería de siguiente noticia:
nimos matices formales los diferenciarían: los califa tan sólo durante mes y medio, entre di­
ayudantes de al-Ḥarrānī trabajaban en pala­ ciembre del 1023 y enero del 1024. El conte­ "A fines de ḏū ḷ-hiŷŷa (6 de octubre del
cio, mientras que los equipos orientales lo ha­ nido del pasaje alude al establecimiento de 940) llegó carta de Abū l-‘Aynayn b. Idrīs
cían en dependencias hospitalarias.Y si —como jerarquías efectuado por el citado califa entre al-Ḥusaynī y su hermano Ibrāhīm, pidien­
algunos historiadores de la farmacia defien­ sus servidores de Madīnat al-Zahrā’ y al-­ do a al-Nāṣir que enviara un médico de
den- la figura del boticario guardaba una única Madīna al-Zāhira5. De la mención explícita su capital para tratar a uno de ellos de un
correspondencia con la de aquellas personas de esta última urbe y de la del personal cien­ mal que no podían curar los del país, lo
que trabajaban en los hospitales, el hecho de tífico que trabajaba en ambos emplazamien­ que al-Nāṣir les concedió enviándoles a
que al-Andalus haya contado a lo largo de su tos palaciegos, se puede inferir que, al menos, Sulaymān b. ‘Abd al-Malik, conocido por
historia con tan sólo dos centros hospitalarios hasta la primera década del siglo XI, habrían Ibn Bāŷ el médico, a quien permitió lle­
atestiguados, no perteneciendo a ninguno de actuado de manera paralela dos grupo de tra­ varse de la farmacia las medicinas, jarabes
ellos el círculo de asistentes al que nos referi­ bajo6 que, ubicados en Madīnat al-Zahrā’ y y drogas apropiadas para curar la enferme­
mos, permite deducir que el grupo de trabajo al-Madīna al-Zāhira, estaban dedicados a al­ dad descrita, y otras cosas que pudiera ne­
de Madīnat al-Zahrā’ mostraría cierta disimi­ macenar y preparar medicamentos. De igual cesitar. Sulaymān fue, los curó y se quedó
litud con los que operaban en Oriente. modo, cabe deducir que, si bien estos grupos algún tiempo a su lado"7.
De cualquier modo, los resultados no ha­ de trabajo existían en los finales del primer
brían de ser muy distintos, habida cuenta que cuarto del siglo XI —recordemos el período Como decíamos, la fecha en que se preci­
unos y otros perseguían una misma finalidad, 1023-1024 en el que se circunscribe la noti­ sa la noticia —el año 940—, permite sospechar
cual era la de atender las necesidades de la cia—, sin embargo, no debían de ejercer su ac­ que la farmacia a la que se refiere este último
población enferma: si, por un lado, las fuentes tividad en las dependencias palatinas de las fragmento no se corresponde con la de
orientales nos informan de que en los hospi­ ciudades antes mencionadas. En el caso de al- Madīnat al-Zahrā’. Dos argumentos podrían
tales se atendía lo mismo al rico que al pobre, Madīna al-Zāhira, podemos afirmarlo con se­ sernos suficientes para defender esta idea: en
que las instalaciones dedicadas a la sanidad eran guridad, pues no hemos de olvidar que esta primer lugar, cuando menos, resultaría extra­
las más apropiadas, que la alimentación, la hi­ ciudad fue saqueada y demolida en el año 1009 ño que sólo cuatro años después del inicio de
giene y los tratamientos médicos estaban muy hasta quedar en ruinas.Y aunque nos sea im­ la construcción de la nueva ciudad ésta ya dis­
bien organizados, y que éstos se administra­ posible confirmar que algo semejante habría pusiera de unas dependencias específicas para
ban de manera ininterrumpida, Ibn Ŷulŷul, por ocurrido con Madīnat al-Zahrā’, dado que esta uso médico; y, en segundo lugar, hemos de
otro, aludiendo a la farmacia de Madīnat al-­ urbe no llegó a verse asolada, bien es cierto pensar que, en el momento en que se data
Zahrā’, refiere: que los asaltos que hubo de padecer —traiga­ esta información, faltaban aún veintiún años
mos a la memoria, por ejemplo, el perpetrado para que al-Ḥakam II llegase al poder, y es
"Se le encargó [a al-Ḥarrānī] del cuidado por tropas beréberes en el año 1010— hacen poco probable que la iniciativas de fundación
de la farmacia de palacio. Jamás hubo otra difícil imaginar un desarrollo normal del tra­ de la farmacia procediesen de una persona que,
parecida. Colocó en ella doce esclavos jó­ bajo científico dentro de los muros de pala­ en su condición de heredero al trono, todavía
venes que preparaban jarabes y compo­ cio. Tal vez, la interpretación lógica que me­ no ostentaba la dignidad de califa.
nían los mā‘ŷūn. Pidió al Emir de los Cre­ rece la noticia sea tan sencilla como deducir El mismo Ibn Haŷŷān, en otro pasaje de
yentes que se le regalaran [estos prepara­ que el reajuste jerárquico acometido por‘Abd su Muqtabis, alude a una jizānat al-ṭibb que hay
dos] a los pobres y enfermos que lo nece­ al-Raḥmān V al-Mustaẓhir lo habría llevado que encuadrar dentro del período de gobier­
sitaran. El Califa consintió"4. éste a cabo entre personal que, procedente de no del emir‘Abd al-Raḥmān II, cuyo reinado
las dos ciudades palatinas, trabajaba entonces concluiría en el 852, o sea, ciento nueve años
Pocos datos más sobre la farmacia de en el alcázar de la capital. De creer esta hipó­ antes de la subida al trono de al-Ḥakam II.
Madīnat al-Zahrā’ proporcionan de manera tesis, la información brindada por Ibn Bassām Pues bien, datos como los procedentes del
expresa las fuentes árabes. En todo caso, sabe­ se referiría a una institución farmacéutica ubi­ fragmento reproducido, unidos a estos últi­
mos de otras noticias que, ocupándose de la cada en Córdoba en la que ejercía su profe­ mos, permiten demostrar que, antes de la inau­
jizānāt āl-ṭibb, o "almacén de medicina", se re­ sión un grupo de operarios surgido a partir guración de la farmacia de Madīnat al-Zahrā’,
fieren tanto a las dependencias médicas ubi­ de equipos científicos distintos. la capital cordobesa contaba en su alcázar con
cadas en los palacios de esta ciudad como a las Otras fuentes hacen referencia a una jizānat unas dependencias particulares destinadas a
de otros edificios palatinos cordobeses. En al-ṭibb que hay que entender distinta a la de almacenar medicamentos. Que tales estancias,
concreto, Ibn Bassām, autor de Santarén del Madīnat al-Zahrā’. Ello lo deducimos por el al igual que las de al-Zahrā’, pudieran ser te­
siglo XII, célebre por su famosa Ḏajīra, hace contexto histórico en que se concreta la in­ nidas por auténticas farmacias, en su moder­
referencia en esta obra a un "almacén de me­ formación. Por ejemplo, el conocido histo­ na acepción de "laboratorios y despachos de
dicina", en relación con un pasaje que se en­ riador cordobés del siglo XI, Ibn Ḥayyān, en los farmacéuticos", es una cuestión que no tie­

34
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Arqueta de Leire, periodo califal, s. XI.


Museo de Navarra.

ne cabida en esta publicación. En cualquier mínimos de higiene, estaban expuestas al con­


caso, lo que sí podemos apuntar es que, tal tagio de epidemias. Pero era, sin duda, la peste
vez, la referida locución árabe, desde su senti­ -denominada genéricamente por las fuentes
do más literal de "almacén de medicina", po­ árabes con la voz waba’ o wabā'- la más exten­
dría referirse tanto a lo que cabe entender por dida y nociva de cuantas entonces se cono­
"botica", como al espacio físico empleado por cían. Hay suficiente documentación que da
el médico para elaborar sus productos y noticia de que la peste bubónica o levantina,
almacenarlos8. Lo entendamos de una forma aparecida en el siglo XIV en el continente
u otra, lo que sí parece ser es que la adminis­ asiático, se propagó, posteriormente, por toda
tración andalusí, pese a conocer la existencia Europa occidental, alcanzando, entre otras re­
de hospitales levantados en Oriente, no fue giones, a la península Ibérica. Y nos consta
de la opinión de erigir muchos en el país. que, además de alcanzar a poblaciones como
Quizá, una de las razones para proceder así es Mallorca y Valencia, diezmó a gran parte de la
que la llamada "farmacia de palacio" cumplía población almeriense y del resto de las ciuda­
con las funciones de aquéllos, encargándose des del reino nazarí. Más tarde, bajo su forma
de proporcionar medicinas y tratamientos a de epidemia que, transmitida a través del aire,
los necesitados, y, en muchos casos, depen­ afectaba a los pulmones, causó verdaderos es­
diendo de la liberalidad de los monarcas, ha­ tragos entre gentes de todos los estratos socia­
ciéndolo de forma gratuita. les. De tal modo que, lo mismo sabemos de
sus efectos entre los accitanos del siglo XIV,
que de la muerte de un príncipe nazarí, vícti­
2.- El rabaḍ al-marḍà cordobés o leprosería de Cór­ ma de una epidemia de peste propagada en la
doba Granada de la segunda mitad del siglo XV.
Con todo, los musulmanes andalusíes com­
Consta por las crónicas que en las urbes partían con los cristianos occidentales un sen­
andalusíes donde se concentraba gran pobla­ timiento de temor generalizado ante un mal
ción, como es el caso, por ejemplo, de Córdo­ que era entonces incurable e incidía de lleno
ba, vivían en completo hacinamiento multi­ en todas las poblaciones medievales: la lepra,
tud de familias que, en su condición de gente una enfermedad que, al parecer, ya se conocía
humilde, poco preocupada por mantener unos en los tiempos más remotos en poblaciones

35
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

que habitaban las tierras del Nilo, la India y la A través de noticias brindadas por algunos nunca con las manos, que no comieran ni
China, y entre pueblos tales como el fenicio autores andalusíes, tales como Ibn al-Faraḍī, bebieran con otras personas que no fueran
o el sirio, aunque, tal vez, tengamos constan­ célebre jurisconsulto y tradicionista cordobés leprosas, que no hablasen con interlocutores
cia de que fuese el hebreo el más castigado, a muerto en el siglo XI,autor del Ta’rīj ‘ulamā’ sanos a fin de no contagiarles a través del alien­
juzgar por los datos que nos proporcionan al-Andalus, o Historia de los sabios de al-Andalus, to, que no anduviesen por veredas angostas
fuentes de gran valor como la Biblia. Parece sabemos de la existencia en la Córdoba califal para así evitar roces físicos con otros cami­
ser que la dispersión judía iniciada tras la con­ de una leprosería sita en las afueras de la ciu­ nantes, etc.
quista de Jerusalén por los romanos favoreció dad, muy cerca de la Munyat ‘Aŷab, la cono­ Ya adelantábamos que poco sabemos de
la difusión de este mal por los países occiden­ cida almunia construida en el siglo IX duran­ las características físicas del rabaḍ al-marḍà. En
tales, frenada, no obstante, a causa del aisla­ te el período de gobierno del emir al-Ḥakam cualquier caso, cabe suponer que tales lepro­
miento geográfico vivido por algunas zonas I. Al parecer, este monarca, aunque menos serías no diferirían mucho de las levantadas
durante cierto tiempo. Pero, posteriormente, devoto que sus más inmediatos antecesores, en suelo peninsular dominado por cristianos.
cruzados y árabes llevarían la infección nue­ tuvo iniciativas religiosas propias de buen Al Cid atribuye la tradición la fundación de
vamente a Europa, donde, ya en la Edad Me­ musulmán que le llevaron a promover funda­ la primera leprosería en la segunda mitad del
dia, se fundaron edificios específicos para la ciones de caridad, a las que algunas de sus mu­ siglo XI.Y entre ésta y otras noticias mucho
curación de leprosos, que, bajo la advocación jeres, por expreso deseo de él, dieron su nom­ más tardías, como la de que los Reyes Católi­
de San Lázaro, vestían ropas grises y portaban bre. A expensas de una de ellas, llamada ‘Aŷab, cos ordenaron la creación de los llamados "al­
una campana que advertía de su presencia. De se debió la construcción de la referida Munyat caldes de la lepra", destinados a custodiar y
estos hospitales destinados a la asistencia de ‘Aŷab, jardín enclavado en la orilla izquierda recoger a los enfermos, figuran otras tantas que
leprosos -conocidos por "leproserías", o, por del Guadalquivir, cuyas rentas fueron destina­ dan cuenta de la creación de leproserías en
derivación del nombre de su patrocinador, das a perpetuidad para mantener los gastos Aragón,Valencia o Cataluña. Al parecer, el ini­
"lazaretos"— se tiene constancia por documen­ originados por el rabaḍ al-marḍà o leprosería cio y desarrollo de estos hospitales fueron
tos que fechan ya su existencia en los siglos V, de Córdoba. Al menos, tenemos constancia similares en todas las zonas, de tal forma que
VI y VIL Sin embargo, también sabemos que de que así sucedió en los siglos IX y X. comenzaron siendo sucios albergues instala­
sería, sin duda, a partir del siglo VIII cuando Aunque de manera breve, disponemos de dos extramuros de la ciudad, para, posterior­
verían la luz multitud de leproserías en los más alguna información relacionada con la pobla­ mente, a base de mejores dotaciones econó­
diversos países, y que en los siglos IX y X, ción leprosa; no tanto así de la disposición fí­ micas, transformarse en pequeñas casas dota­
época en que la enfermedad alcanzaría mayo­ sica que caracterizaba a la leprosería hispano- das de patio, pozo, cementerio e, incluso, huer­
res cotas de difusión, ya no había urbe que se musulmana. Respecto a la primera, gracias a to. Conforme aumentaba la población lepro­
preciara de importante que no contase con testimonios como los del jurista sevillano del sa se iban construyendo nuevos edificios que,
una institución de estas características. siglo XII Ibn ‘Abdūn, sabemos que éste, en su con el tiempo, se convertirían en recintos
Justo aquí cabría hablar de las leproserías calidad de almotacén de la Sevilla almorávide, amurallados habitados sólo por los afectados.
hispanomusulmanas. Para los andalusíes, al que tenía encomendadas, entre otras funcio­ Estos recibían ciertas atenciones y cuidados;
igual que para sus vecinos cristianos, la perso­ nes, la de vigilar el comercio de alimentos, no así asistencia médica, pues, como ya apun­
na afectada de lepra era el enfermo por anto­ hacía severas advertencias a sus conciudada­ tamos, esta enfermedad era tenida entonces
nomasia, por lo que, con el nombre genérico nos a fin de que no adquiriesen leche, pollos por incurable.
de marīḍ -que, en árabe, significa "enfer­ o huevos vendidos por leprosos, pues sólo se
mo"- se aludía al leproso. Del mismo modo, permitía que éstos comerciasen entre sí. Lo
utilizar la voz árabe maraḍ —cuyo significado mismo ocurría mientras tanto en las zonas 3.- Las consultas de médicos
es "enfermedad"— era tanto como referirse a cristianas de la Península, donde se permitía a
la lepra. De ahí se explica que la leprosería los leprosos practicar la ganadería, pero sólo La influencia de la medicina árabe en la
fuese conocida con el nombre de rabaḍ al-­ para disponer de carne para su propio consu­ Edad Media fue, durante algún tiempo, obje­
marḍà, cuya traducción literal equivaldría a mo, pues les estaba prohibido venderla a los to de discusión entre especialistas. Estos coin­
"arrabal de los enfermos". Precisamente,el pri­ carniceros de la ciudad. Es de suponer que, si cidían en argumentos tales como cuestionar
mero de los dos términos que componen con­ no iguales, muy parecidas habían de ser las que se estudiase medicina en los centros de
juntamente el nombre de la institución, con­ reglas impuestas a los leprosos por parte de las enseñanza del califato oriental, pero, sobre
creta suficientemente la ubicación del edifi­ autoridades cristianas y musulmanas. En tal todo, eran unánimes al asegurar que en el Oc­
cio donde eran aislados los leprosos: un ba­ sentido, sabemos que las primeras no so­ cidente islámico, y, sobre todo, en al-Andalus,
rrio situado friera del recinto de la población. metían a los enfermos a un aislamiento ab­ se cultivó esta disciplina en ambientes acadé­
Por lo que respecta a los gastos que ocasiona­ soluto, sino que, con ciertas restricciones, micos de amplia difusión. En tal sentido, Cór­
ba su mantenimiento, éstos, por lo general, eran permitían que éstos se comunicasen con el doba, Sevilla, Granada,Valencia o Toledo, ha­
sufragados con las rentas de alguna fundación resto de la población. Así, por ejemplo, se les brían de figurar como puntos de referencia
piadosa. exigía que todo lo tocasen con un bastón y importantes desde los que se transmitían co­

36
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Vista aérea de Córdoba. nocimientos médicos de cierta relevancia y ventos, cuyas enfermerías habrían llegado a
como núcleos de fuerte atracción que conta­ convertirse en lugares de observación clínica.
ban con valiosas bibliotecas. En concreto, la orden benedictina llegó a con­
Con todo, parece ser que siempre ha ha­ tar entre sus miembros con célebres médicos
bido acuerdo al precisar que el foco de cultu­ y, en algunas regiones, fue la responsable de
ra médica más notorio de la llamada Alta Edad transmitir conocimientos de elevada calidad
Media fue la escuela de Salerno y que ésta vio y de poner a disposición de los interesados un
la luz en el sigloVII. Más discrepancias causa­ buen número de ricos fondos bibliográficos.
ron sus orígenes, remontados por unos a los De manera gradual, esta medicina clerical apa­
árabes,y, por otros, a los monjes benedictinos. recida en los monasterios benedictinos iría
Al margen de esto último, Salerno se señaló adquiriendo relevancia conforme aumentaba
como principal lugar de destino de personas la buena reputación de las escuelas monacales.
que, llegadas de los más diversos lugares, aspi­ No obstante lo dicho, y sin olvidar que en
raban a asimilar las teorías y prácticas más las zonas geográficas arabo-musulmanas ejer­
actualizadas en el campo de la clínica y la ana­ cieron la medicina profesionales de las más
tomía. No obstante, tampoco hay que olvidar distintas creencias y procedencias, los galenos
en este contexto que una etapa especial de la árabes fueron, en general, durante la época
medicina medieval la constituyeron las ense­ medieval, dignos representantes del mayor
ñanzas médicas que se impartían en los con­ prestigio que la profesión médica podía al­

37
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Cura de una dislocación, Avicennae Arabum


medicorum principis de Gerardo de Cremona,
1595, Biblioteca Nacional de Madrid.

canzar. Tal es así que, hoy, nadie pone en tela nos para que éstos pudiesen desempeñar su
de juicio su extensa cultura en una ciencia labor. La iŷāza, o "autorización para enseñar",
que, bajo su impronta, dedicó especial aten­ era la forma más común de certificar que un
ción al arte del diagnóstico, a la dietética, o a discípulo estaba capacitado para ejercer el
las causas de las enfermedades, algunas de las magisterio de acuerdo con los libros que ha­
cuales, como la tisis, describieron con gran bía estudiado. Esta formalidad, aplicable a cual­
acierto. quier otra disciplina, se contemplaba con ma­
Por el escritor oriental del siglo XIII Ibn yor rigor en el caso de la medicina, en cuyo
Abī Uṣaybi'a, autor de una colección de bio­ ámbito los pupilos soportaban largos años de
grafías de galenos, titulada ‘Uyūn al-anbā’ fī estudio9 y habían de superar unas pruebas más
ṭabaqāt al-aṭibbā’, nos consta que,ya en época duras. Esto derivaba, sin duda, del hecho de
medieval, existían, entre los musulmanes, mé­ que la medicina estuviese considerada como
dicos especialistas. Formados éstos en la de­ una ciencia cuyo ejercicio requería una for­
nominada "casa de la sabiduría" -especie de mación muy sólida.
universidad fundada en El Cairo a comienzos A propósito de esto último, refieren las
del siglo XII—, en las escuelas médicas situadas fuentes orientales que en el siglo X se impuso
al lado de mezquitas y hospitales, o, simple­ en Bagdad un sistema de exámenes especiales
mente, al amparo de algún reputado galeno, para médicos, que perduraba aún en el siglo
se sabe de la existencia de personal técnico XII.Y sabemos que el control de estos exá­
que estaba especializado, por ejemplo, en of­ menes era llevado en última instancia por un
talmología, luxaciones o fracturas. Otras tan­ almotacén. No obstante, también nos consta
tas noticias señalan que en los hospitales de que no siempre era necesario realizar estas
las más importantes ciudades orientales figu­ pruebas, pues, en algunos casos, la iŷāza expe­
raban la mayoría de los médicos más ilustres dida por un maestro prestigioso, junto con la
del momento. No faltan tampoco datos rela­ inscripción en el dīwān o "registro" de los
tivos a las cuantiosas sumas de dinero que per­ médicos, eran requisitos suficientes para po­
cibían algunos médicos vinculados a la corte der ejercer la medicina.
y a las distinciones y cargos que muchos de En al-Andalus, y, más concretamente, en
ellos recibían, tales como los de visir o gober­ Córdoba, era norma extendida que los médi­
nador. cos se inscribieran en un dīwān específico del
En sus comienzos, el ejercicio de la medi­ gremio y que estuviesen agrupados en cole­
cina dispuso de la más absoluta libertad, pero, gios. Ibn Ŷulŷul, por ejemplo, al biografiar a
con el tiempo, su práctica requirió de algo un médico andalusí de los tiempos de ‘Abd
parecido a una acreditación que el profesio­ al-Raḥmān III, proporciona datos que con­
nal reconocido había de entregar a sus alum­ firman esto último. Entre otras cosas, dice:

38
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

medio de ganarse la vida que el de ejercer


"[...] Entonces era presidente del colegio para la población que no recibía asistencia
de Médicos el caíd Aḥmad b. Ilyās [...]"10. médica del Estado, fuese ésta de condición
humilde o de posición económica y social más
A decir de los especialistas, parece ser que elevada. E, incluso, conviene precisar que se
la institución de los exámenes, nacida para conocen casos de profesionales que rechaza­
impedir el desempeño de la actividad a médi­ ron vincularse de manera exclusiva a la corte
cos mediocres, fue la que más tarde copiarían por resultarles mucho más ventajosos los ho­
los profesionales de la medicina occidentales. norarios percibidos por su actividad particu­
Que esas pruebas pudieran ser entonces com­ lar que los emolumentos adicionales que les
parables a las que la escuela de Salerno —a la ofrecía algún califa.
sazón, la más reputada en Europa— practicara Tales aclaraciones nos sirven de introduc­
posteriormente con sus alumnos, es algo que ción para abordar de lleno una institución muy
no se puede precisar. Este centro, que contaba extendida en al-Andalus, cual era la de las
ya en el siglo X con médicos de reconocido consultas de médicos. Por algunas obras que,
prestigio, estableció dos centurias más tarde afortunadamente, han resistido al paso de los
unos exámenes de carácter obligatorio para siglos, sabemos del espíritu y la forma que
quienes quisiesen ejercer la medicina. Supe­ presidían estas sesiones, donde médico y en­
rados éstos, la institución académica hacía ju­ fermo mantenían contactos personales. Pre­
rar a los discípulos recién graduados que siem­ cisamente, la mención expresa que se hace en
pre asistirían de manera gratuita a los enfer­ algunos de estos textos redactados en al-­ Preparación de un antídoto. Materia Médica de
mos pobres, que nunca cobrarían más hono­ Andalus, acerca de personajes ilustres de la Dioscórides, 1224.
rarios que los estipulados por las normativas ciencia y la filosofía, tales como Aristóteles,
legales, y que jamás dejarían de denunciar a Platón, y, especialmente, Galeno, nos hace con­
los boticarios cuyos medicamentos presenta­ cebir la idea de que, bajo estas consultas,
ran deficiencias. En cualquier caso, prescinda­ subyacen influencias del pensamiento greco-­
mos o no de parecidos entre la institución latino, claramente observables en las maneras
oriental y occidental, lo que sí sabemos es que empleadas por los médicos para tratar a los
la profesión de médico, tenida como suma­ pacientes, en los diagnósticos que hacen de
mente técnica, pedía a aquel que la practicase las enfermedades, o en los tratamientos que
unas cualidades añadidas a las propias de cual­ prescriben para remediarlas.
quier otro hombre de ciencia, tales como la No sabemos hasta qué punto pudo influir
comprensión con el paciente, una cuidada esta fuente de inspiración en la institución
higiene, o un comportamiento estricto que hispanomusulmana, pero, de darla por hecho,
se circunscribiese a las esferas del juramento es muy posible que ésta guardase cierto pare­
hipocrático. cido con los consultorios públicos denomi­
Ya adelantamos que en al-Andalus no hubo nados tabernae medicae, habilitados por los ro­
tradición de hospitales. El oficio que el médi­ manos a semejanza de los griegos. Esta deri­
co oriental desarrollaba dentro de los recintos vación —por otra parte lógica, si tenemos en
hospitalarios, había de desempeñarlo el cuenta que la medicina romana no surge sino
andalusí en salas de palacio destinadas a uso con la llegada a Roma de muchos médicos
sanitario. Recordemos, en este sentido, el fun­ griegos, tras la anexión de Grecia— permitiría
cionamiento de la farmacia real de Madīnat establecer una cierta correspondencia entre
al-Zahrā’, sobre la que ya hablamos anterior­ unos y otros consultorios pese a estar tan dis­
mente. No obstante, cabe hacer una mínima tanciados en el tiempo. Cabe, por ejemplo,
aclaración por sobrentendida que parezca: el asegurar que en al-Andalus, al igual que suce­
hecho de que buena cantidad de galenos diese en Roma, eran los médicos quienes, ha­
andalusíes estuviesen adscritos a la corte no bitualmente, preparaban los medicamentos,
significa que éstos no practicasen la medicina que en los dispensarios andalusíes, como en
de manera particular fuera de los muros de los romanos, se asistía a los enfermos y se les
palacio. Es más, es necesario contar con otro operaba, o que en ambas sociedades era prác­
gran número de médicos que, ajenos a las re­ tica conocida la de la visita a domicilio para
tribuciones de los monarcas, no tenían más prestar cuidados a los pacientes.

39
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Entre las fuentes andalusíes que sirven para tas de médicos. Por ejemplo, resulta intere­
entender el modo en que se desarrollaban las sante la semblanza que el autor cordobés hace
sesiones de estas consultas de médicos, mere­ de Ibn Malūka, un médico cristiano, del que
cen destacarse dos: el ya mencionado Libro de dice:
las generaciones de médicos, de Ibn Ŷulŷul, y una
obra de autoría discutida por los especialistas. "Su casa era conocida como la casa de Jalaf
Sobre la primera ya esbozamos en otro lugar el correo. Se encontraba en el Ŷurf.Vivió
un breve apunte de sus características. En cuan­ hacia el final del gobierno del emir ‘Abd
to a la última, se corresponde con los textos Allāh y al principio del reinado del emir
de un manuscrito unicum y acéfalo, redacta­ ‘Abd al-Raḥmān al-Nāṣir. Operaba por su
dos por un médico andalusí que, por razones propia mano y practicaba la sangría. En la
que desconocemos, prefirió no identificarse puerta de su casa había treinta sillas para
en su libro y se limitó a precisar que fue discí­ que esperasen los pacientes"12.
Boticario árabe en su farmacia. pulo de dos galenos hispanomusulmanes que
vivieron entre los finales del siglo XI y los Al iniciar el capítulo que trata de los mé­
comienzos del siglo XII, dato éste que, al dicos andalusíes, Ibn Ŷulŷul aclara que "en al-­
menos, permite ubicarlo cronológicamente11. Andalus se practicaba la medicina según uno
Aunque los textos sean una reproducción de de los libros de los cristianos que había sido
las anotaciones que el autor tomó en sus días traducido. Se titulaba Aforismo, palabra que sig­
de aprendiz, sabemos que los redactó después nifica "suma" o "compilación". Los cristianos
de morir sus maestros —a los que cita con los eran quienes practicaban la medicina, pero en
nombres de Abū Muḥammad al-Taymī y la época de ‘Abd al-Raḥmān (II) b. al-Ḥakam
Manṣūr b. Muḥammad—, cuando él ya era un (821-852) no eran duchos ni en esta ciencia
profesional de la medicina. La obra está dis­ ni en filosofía ni en geometría"13.
puesta en tres partes, que se corresponden, Un rápido recuento de estas biografías pa­
respectivamente, con un apartado dedicado a rece confirmar, de un lado, las anteriores pa­
sesiones médicas, otro a la composición de me­ labras, y demostrar, de otro, que, si bien el arte
dicamentos, y un último que incide en cues­ de la medicina hispanomusulmana estuvo en
tiones de tipo filosófico. Gracias al primero los primeros tiempos en manos de los cristia­
de ellos, tenemos acceso a historias clínicas de nos, paulatinamente, éstos lo fueron cediendo
galenos andalusíes que, como representantes en favor de los musulmanes: Ibn Ŷulŷul bio­
del profesional medio de la época, constitu­ grafía a un total de veintitrés médicos; pues
yen un fiel reflejo de la auténtica práctica bien, entre los seis primeros —que ejercen du­
médica desarrollada en al-Andalus en torno rante el período que comprende los gobier­
al siglo XII. Estos historiales perfilan, por un nos del emir Muḥammad y el emir ‘Abd Allāh,
lado, los rasgos que caracterizarían al buen es decir, entre los años 852 y 912— figuran
médico de entonces, y muestran, por otro, cuatro cristianos. Del séptimo y restantes no
cómo habría de ser el proceso de formación y se precisan comentarios alusivos a su religión,
aprendizaje del futuro médico, así como las lo que mueve a pensar que, a partir del reina­
relaciones entre el profesional de la ciencia do de ‘Abd al-Raḥmān III, la práctica médica
médica y la persona que, a su lado, aspiraba a se desarrollaría, principalmente, en el ámbito
serlo.Y con su lectura no podemos sino abun­ musulmán.
dar en ideas que ya expusimos, tales como la Significativa nos parece la última frase del
de la honestidad exigida al buen médico, o la párrafo que antes reproducíamos, relativa al
del permiso o iŷāza que el maestro había de número de sillas disponibles a la entrada de la
expedir al alumno a fin de certificar la capaci­ consulta. Suponemos que tal matización no
dad de éste para ejercer. tenía otra finalidad que la de poner de relieve
Por lo que respecta a la obra de Ibn Ŷulŷul, el buen prestigio de que gozaba Ibn Malūka.
son numerosos los datos que se pueden en­ Como derivación lógica, cabría entender por
tresacar de las páginas que el autor dedica a este dato que la cifra de sillas instaladas en la
biografiar a sabios y médicos andalusíes. Como antesala de un consultorio era un buen indi­
es lógico, son ellos los que nos permiten in­ cador de la categoría profesional y la reputa­
terpretar el fondo y la forma de estas consul­ ción de un determinado galeno.

40
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

De la lectura de estas semblanzas se des­ —¡Dios esté satisfecho de él!— le nombró


prenden también conclusiones de cierto in­ para el cargo de juez de apelaciones y cadí
terés. En concreto, Ibn Ŷulŷul llama la aten­ de Sidonia. Era digno de confianza en la
ción sobre las cuantiosas ganancias que a más distribución de la ṣadaqa16. Alcanzó el prin­
de uno de estos médicos les reportó el ejerci­ cipio del reinado de al-Mustanṣir, el cual
cio de la medicina, o, en otros casos, incide en le encargó de la ampliación de la mezqui­
los cargos y honores que a buena parte de ta-catedral. Su nombre figura de modo
ellos les procuró el desempeño de tal activi­ visible en la parte superior del miḥrāb, al
dad. Esto, de una manera muy global, nos da igual que está grabado en los dinares, ya
una idea del alto nivel económico y social del que fue inspector de la casa de moneda y
que disfrutaban no sólo los médicos adscritos de los depósitos. Fue un médico sabio.
a la corte de un monarca, sino también aque­ Compuso una obra de su especialidad ti­
llos que vivían de sus consultas particulares. tulada Kitāb al-aškāl" .
Entre los que hicieron fortuna habría que in­
cluir, por ejemplo, a Ḥamdīn b. Ubbā, del que Por último, es posible que la biografía de
dice Ibn Ŷulŷul: Yaḥyà b. Isḥāq sea de todas las redactadas por
Ibn Ŷulŷul la que condense de manera más
"Fue experto y hábil médico. Era yerno explícita todos los aspectos que más nos han
de los Banū Jālid. Tenía en Córdoba toda venido interesando, cuales son el prestigio y
clase de bienes y propiedades. Sólo mon­ el buen hacer de un médico que, además de
taba en los caballos de sus cuadras, comía ejercer cargos confiados por un monarca, prac­
de sus cosechas, vestía del lino de sus fin­ ticaba también la medicina en su consulta pri­
cas y se hacía servir por los hijos de sus vada. En relación con este galeno, refiere Ibn
esclavos, nacidos en su casa"14. Ŷulŷul una curiosa anécdota que deja entre­
ver la cotidianidad de las relaciones que en­
A ese mismo grupo de afortunados perte­
tonces podían existir entre médico y pacien­ Redoma de farmacia, s. XII-X1II.
necería Jālid b.Yazīd b. Rumān el cristiano, en
te. Dice el texto: Museo Arqueológico de Jaén.
cuya biografía se puede leer:
"Fue un médico noble, sabio y de experta
"Sobresalía en el ejercicio de la medicina
mano.Vivió al principio del reinado de al-­
y descollaba en este arte entre sus con­
Nāṣir, quien le nombró visir, valí y gober­
temporáneos. Vivía cerca de la iglesia de
nador. Durante algún tiempo fue caíd de
San Acisclo y su casa era la conocida por
Badajoz. El Emir de los Creyentes le tenía
"casa de Ibn al-Šatŷirī, el poeta". Gracias a
en gran estima, le había otorgado su con­
la medicina adquirió riquezas y fincas y
fianza y encargado del cuidado de sus es­
construyó, al lado de su casa, el baño que
posas y concubinas.
lleva su nombre. Era diestro, conocía bien
Alguien digno de crédito me contó que
las drogas vegetales, cuyas ventajas fueron
tenía un esclavo joven que había pertene­
manifiestas en la ciudad gracias a él. Nasṭas
cido al chambelán Mūsà o al visir‘Abd al-­
b. Ŷurayḥ, el médico egipcio, le escribió
Malik. Este le refirió: "Mi dueño me dio
una epístola sobre la orina. Le sucedió un
una carta para Yaḥyà b. Isḥāq. Me senté
hijo suyo llamado Jālid, pero no tuvo tan­
junto a la puerta de su casa, en Bāb al-­
to renombre médico como su padre"15.
Ŷawz. En aquel momento se acercó un
Entre los que recibieron de los monarcas campesino montado sobre un asno y dan­
cargos u honores, cabría citar a Muḥammad do gritos. Llegó ante su puerta y empezó
b.Tamlīj. De este médico se dice: a suplicar y decir:
-¡Atendedme e informad al Visir de mi
"Vivía en el arrabal de la mezquita Ṭāhir. situación!—.
Sirvió como médico a al-Nāṣir. Tenía bue­ Yaḥyà b. Isḥāq salió, al oír los gritos del
nos conocimientos de literatura y precep­ hombre, trayendo la contestación de mi
tiva. Entonces era presidente del colegio carta. Preguntó al campesino:
de Médicos el caíd Aḥmad b. Ilyās. Era —¿Qué te sucede?—.
hombre brillante, serio y digno. Al-Nāṣir Le replicó:—¡OhVisir!Tengo un tumor en

41
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS —

la uretra que me oprime y me impide ori­ los por si existía o no escozor. Y advertí ojo en dirección al cristalino. Cuando lle­
nar desde hace muchos días. Estoy a pun­ que lo había como si de una llama de fue­ gue [allí], alzarás el pomo del perforador,
to de morir—. go se tratara. lo bajarás, y, cuando la catarata avance has­
Le ordenó: -¡Enséñamelo!-. [El médico] afirmó: Es el comienzo de la ta estar debajo del perforador y vea el en­
El paciente le mostró el pene tumefacto. conjuntivitis. Calienta la vena de la cabeza fermo todo lo que hay dentro del aposen­
El médico dijo al hombre que acompaña­ o aplícate ventosas y lleva a tus ojos to, retira con suavidad el perforador: tras
ba al enfermo: zaragatona en agua de rosa. Consiste en él saldrá la filtración de la catarata. Enton­
—¡Búscame una piedra plana!—. que tomes la zaragatona y la maceres en ces, aplicarás comino masticado sobre el
Fue a por ella y la entregó al visir. Este siguió: agua de rosa, dejando que transcurra un lugar de la perforación; luego, cogerás yema
—¡Cógela con la mano y pon encima el rato así. Luego, se introduce en el agua de de huevo: colócala en una bolsa de lino,
pene!—". rosa un pedazo de tela de lino, lo empapas sujétala al ojo y, dejándolo así durante cua­
Quien me lo contaba añadió: "Una vez en el agua y lo colocas en los ojos. Haz eso tro días, haz dormir al enfermo boca arri­
estuvo el pene encima de la piedra el visir veinte veces al día y cuando se curen, se ba durante siete días y sus correspondien­
cerró la mano y dio un puñetazo en el habrá vencido la conjuntivitis. tes noches.
pene. El paciente se desmayó y al cabo de Pregunté: ¿Lo anotamos? En este tratamiento [que él me refirió] está
un momento empezó a fluir el pus con Me respondió: Sí, al comienzo de la con­ [la contestación a] lo que yo le pregunté.
rapidez. A continuación orinó: la orina sa­ juntivitis, ya que ésta, si crece y se arraiga, Entonces vi el perforador y la perforación
lió detrás (del pus). El hombre abrió los entonces necesariamente tendrá que que se realiza con él. Ahora yo ya lo he
ojos. El médico le dijo: madurarse, como sucede con el divieso y hecho: mi mano derecha se tiñó de rojo y
—¡Vete! ¡Estás curado de tu dolencia! Pero otros tumores. Entre lo que la hace madu­ me traicionó mi izquierda, pues el ojo iz­
nunca vuelvas pues eres un hombre co­ rar está la yema de huevo cocido con un­ quierdo se perfora únicamente con la
rrompido: has cohabitado en el ano de un güento de rosa, alquitrán abatanado con mano derecha, y, el ojo derecho con la
animal y casualmente has encontrado un ungüento de rosa, manzana dulce asada con mano izquierda. Que lo sepas"20.
grano de su pienso que se te ha incrustado crema de rosa que, tibia, se aplica al ojo,
en la uretra y ha causado la inflamación. hojas de beleño asadas con ungüento de Ilustrativo también resulta el texto de la
Ya ha salido con el pus—. rosa, manzanilla, forraje de adormidera y siguiente sesión médica, extraído de la misma
El hombre exclamó: -¡Es cierto! Así fue y hojas de rosa, que se cuecen y se aplican al obra a la que nos venimos refiriendo:
así lo hice— y confesó". ojo.Todo esto hace madurar el ojo, asimis­
Esto indica la rápida intuición y la actitud mo la médula de la pata del ganado vacu­ "Se presentó un hombre con una tos que
clara, excelente, noble y brillante de este no junto con manteca derretida, bálsamo se apoderaba de él en forma tal que, cuan­
médico [,..]"18 ■ de rosa, grasa de pato, grasa de riñones de do comenzaba a toser, sentía como si hu­
macho cabrío con comino machacado y biera reptiles en sus vías respiratorias, al
Las sesiones médicas reproducidas en la bálsamo de rosa: se mezcla todo como el mismo tiempo que se adueñaba de él un
obra manuscrita de la que dimos cuenta con emplasto y se aplica; [ello] hará madurar. cierto temblor.
anterioridad responden siempre a una estruc­ Interrogué:—¡Dios te honre!—¿tiene la ca­ Le preguntó: ¿Cuántas veces al día te afec­
tura homogénea en la que se distinguen tres tarata otro tratamiento aparte del que tú ta [la tos]?
partes: en primer lugar, se hace una descrip­ ya has mencionado? Respondió: Alrededor de unas cuatro veces.
ción de los padecimientos que sufren los en­ Contestó: Si es una catarata buena, se per­ Interrogó: Cuando se aminora la tos, ¿sien­
fermos que acuden a la consulta del médico; fora. tes temblor por todo el cuerpo?
en segundo lugar, el aspirante a médico -que, Pregunté: ¿Y cómo se sabe eso? Contestó: Sí.
como recordaremos, es el autor de la obra- Me respondió: Si el enfermo ve las estre­ Dijo: Coge hígado de carnero, envuélvelo
plantea cuestiones sobre esos males a uno de llas por las noches, a pesar de la luz de la en tomillo sin sal y que pase la noche en
sus dos maestros; y, finalmente, el que ejerce lámpara y la claridad de la luna, y aprecia una marmita nueva. Cuando amanezca,
con él el magisterio le responde de acuerdo el leucoma como si fuera una nube blanca machácalo, depúralo y añádele un cuarto
con sus criterios científicos. con el color del lapislázuli y el de las flores de onza de goma arábiga y tormentila y
Para ilustrar esto último, puede servirnos de fino, entonces sólo entonces, introdú­ otro tanto de talbīna21 de trigo. Luego, bebe
de ejemplo una sesión médica inserta en la cele el perforador, que es un objeto de la­ todos los días cuatro dírhemes22 de ello con
referida obra, cuyo texto dice: tón parecido al pincel de colirio; es el agua de berberís o de achicoria.
mirwad19 y en su extremo hay algo seme­ Hizo eso y volvió dando las gracias.
"Llegó un hombre refiriéndole que sentía jante al pomo, de forma triangular, que se Dije: ¡Dios te bendiga!, ¿qué clase de tos
como si sus ojos estuvieran llenos de are­ introduce en el blanco del ojo desde la era ésta y cuál su tratamiento, que nunca
na o de tierra seca, sin lágrimas. parte contigua al rabillo hasta llegar al te lo oímos referir a otro [enfermo]?
Entonces [mi maestro] me ordenó palpar­ leucoma, atravesando con él la crisis del Contestó: Sí, hacía treinta y cinco años que

42
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

no veía este tipo de tos. mento me ordenó aplicarle alquitrán; des­


Pregunté: ¿En qué consiste? pués esparcirás —me dijo— encima —es de­
Me respondió: En un resfriado localizado cir, sobre el alquitrán— alheña. Así lo hice
en el pulmón, el cual posiblemente esté y, después de aquello, no necesité más.
perforado a causa de dicho resfriado. Cuan­ Pregunté: ¿Lo anotamos,—¡Dios esté satis­
do se localice la herida con quemazón de fecho de ti!—?
hígado y convulsión, cierra esa perfora­ Me respondió: Sí, y te añadiré lo que han
ción, ya que ésta es una enfermedad que, ignorado la mayoría de los médicos a pro­
saliéndose de lo normal, raramente sobre­ pósito del eccema: cuando se encuentra
viene. en su comienzo, coge neguilla, macérala
Dije: ¡Dios esté satisfecho de ti!, y ¿cómo en vinagre de vino agrio durante dos no­
se manifiesta? ches; luego saca la neguilla y frota con ella
Afirmó: Por un escalofrío que se apodera todo eccema cuya curación se haya resis­
del que padece la tos y cuando tal escalo­ tido; ciertamente se curará al instante.Tam­
frío se calma, todo su cuerpo tiembla. bién sanará, si durante cinco días restrie­
Aprende eso. gas el lugar del eccema con agua de asfó­
[Ante lo dicho],le pregunté: ¿Se manifies­ delo.
ta así algún otro tipo de tos? Yo anoté todo aquello y así curé [a los pa­
Respondió: No. cientes]. No me engañó, por lo cual doy
Interrogué: ¿Lo anotamos? gracias a Dios"24.
Contestó: Sí"23.
Finalmente, para cerrar el capítulo que de­
Veamos, finalmente, un último ejemplo de dicamos a las instituciones sanitarias, o rela­ Esquema de la inteligencia de la anatomía ocular
estas sesiones médicas: cionadas con la medicina, sólo nos queda re­ (Avicennae Arabum medicorum principis de
ferirnos muy sucintamente a dos conocidas Gerardo de Cremona, 1595). Biblioteca Nacional de
"Se presentó un hombre y refirió que sen­ Madrid.
entidades granadinas: la Madraza y el Maristán.
tía en sus piernas, justamente en la parte
superior de los pies, una gran comezón,
resultando ampollas que le picaban y de 4.- La madraza granadina
las cuales salía agua amarilla, que le pro­
ducía escozor en toda la parte afectada. La inclusión de ésta cuenta con una justi­
Preguntó: ¿Cuánto tiempo hace que las tie­ ficación básica, como es la de ser una institu­
nes? ción que, pese a estar destinada, fundamental­
Respondió: Años. mente, al estudio de las ciencias religiosas, pres­
Interrogó: ¿Acaso se secan en verano y en tó también atención a las enseñanzas de tipo
algunos momentos del otoño y sobrevie­ médico.
nen en primavera y en invierno? Curiosamente, este centro granadino de
Contestó: Sí. enseñanza superior nació con bastante poste­
Entonces le dijo: Aplícales esta noche venda rioridad a otros muchos que, con semejantes
de grulla como si fuera emplasto de cata­ características, ya existían en Oriente. En efec­
plasma, y vienes mañana. to, al-Andalus habría de esperar a los siglos
Al día siguiente se presentó con su pie ven­ finales de su existencia para fundar en sus úl­
dado y con la venda en su lugar corres­ timos dominios una especie de universidad
pondiente. Cuando ésta fue quitada, ob­ donde maestros de reconocido prestigio trans­
servamos que se habían abierto unas bo­ mitían los conocimientos más variados. El na­
cas como los piquetes de los aguijones. cimiento de la institución tuvo lugar en el año
Le dijo [mi maestro]: Aplícate otra [ven­ 1349, justo en los últimos años de reinado de
da] que esté caliente y vienes mañana. Yūsuf I, que, como se sabe, gobernó entre 1333
Así lo hizo; y, al día siguiente se presentó y 1354. Los especialistas no se pronuncian con
con su pie vendado. firmeza al explicar las causas de una aparición
[Mi maestro] me ordenó desliarlo: aque­ tan tardía; quizá, éstas sólo obedezcan a que
llos cráteres se habían unido unos con otros las funciones del nuevo centro las habían ve­
y casi eran una sola herida. En ese mo­ nido desempeñando hasta entonces las mez­

43
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS —

quitas. trada. Dos losas de mármol simulaban dos ven­ por los monarcas.
Pero la de Granada no habría de ser la pri­ tanas en la parte superior del arco. Desde éste A juzgar por los nombres de los maestros
mera madraza erigida en suelo hispano. Gra­ se accedía a la planta baja, compuesta por un que impartieron allí sus enseñanzas, éstas de­
cias a algunas noticias brindadas por el céle­ patio que disponía de una alberca central y bieron de girar, especialmente, en torno a
bre granadino Ibn al-Jaṭīb, sabemos que en la habitaciones de reducidas dimensiones con ar­ materias de carácter religioso. No obstante,
década anterior al nacimiento de la institu­ cos que descansaban en columnas. En las pa­ conviene no olvidar que dentro de estos mu­
ción granadina, una comunidad de seguido­ redes del patio figuraban, asimismo, bellos epí­ ros universitarios debieron de transmitirse
res de un místico malagueño, reunió, a la muer­ grafes de contenido similar al de los grabados también otros conocimientos propios del
te de éste, el dinero suficiente para construir en la fachada exterior. Contaba también esta ámbito filológico o del campo de las ciencias.
un centro universitario, que se ubicó al oeste planta con un oratorio, parte del cual se co­ Así, por ejemplo, además de las referentes a
de la mezquita aljama de Málaga. El hecho de rresponde hoy con el de la primitiva madraza, derecho islámico, los alumnos habrían adqui­
que la madraza malagueña naciera a instan­ siendo éste el único vestigio del edificio ori­ rido nociones de teología, exégesis y recita­
cias de este grupo de tendencias místicas y ginal construido en el siglo XIV. A la planta ción coránicas, filosofía, lengua o literatura.Y,
gracias a sus aportes económicos, explica que alta se llegaba a través de una escalera que se junto a las anteriores, habrían ocupado espa­
las enseñanzas impartidas en ella tuviesen ex­ hallaba precedida de una enorme puerta rec­ cio y tiempo otras disciplinas como la geo­
clusiva relación con el sufismo. Desgraciada­ tangular, rematada en su parte superior por metría, la lógica, el cálculo, la astronomía, o la
mente, no contamos con restos físicos que un voluminoso madero. Seguramente, desde ciencia médica. Y, al igual que sucedía en el
aporten datos complementarios a los que su­ las galerías de esta planta se tendría acceso a caso de otras ramas, sabemos que, para el es­
ministra Ibn al-Jaṭīb. De ahí que, únicamente, las salas de clase, a algún recinto destinado a tudio de esta última, se empleaban, a veces,
podamos deducir que, a la pérdida progresiva zona de trabajo, y a habitaciones que servían composiciones en verso llamadas aryūzas25 que
de miembros de esta comunidad, seguiría, sin de alojamiento a los estudiantes. los discípulos se aprendían de memoria. Da­
duda, su definitiva desaparición. Como tantos otros edificios, muchos han tos como éstos, que ponen en relación a la
No es éste el caso de la madraza granadi­ sido los avatares vividos por la madraza grana­ medicina con las aulas de la antigua sede uni­
na, pues, además de la copiosa documenta­ dina desde que los Reyes Católicos reforma­ versitaria, obligaban, como dijimos, a incluir a
ción que nos ha llegado sobre ella, contamos ran su fisonomía para transformarla en Casa la madraza granadina entre las instituciones
con la presencia de su edificio, ubicado en las de Cabildos. Aparte de esas profundas andalusíes vinculadas, de alguna forma, al
inmediaciones de la que fuera Mezquita Ma­ remodelaciones emprendidas en los finales del ámbito sanitario.
yor de Granada; o si se prefiere, frente a la siglo XV, el primitivo recinto universitario so­
Capilla Real, emplazada en la que hoy se co­ portó otras en el siglo XVIII que afectaron a
noce por calle de los Oficios. Por la conocida la fachada y a la escalera.Y aún hubo de expe­ 5.- El maristán de Granada
y valiosa Iḥāta de Ibn al-Jaṭīb, sabemos de al­ rimentar algunas transformaciones antes de
gunos de los elementos físicos con que, origi­ que, en 1942, pasara a ser de propiedad estatal, Tal y como anticipamos, el maristán de
nalmente, contaba la edificación, antes de las pues, a mediados del siglo XIX, considerado Granada constituye otra de las referencias de
restauraciones a las que se ha visto sometida ya pequeño el edificio para albergar las depen­ obligado repaso en el marco de las institucio­
con el paso de los siglos. Por ejemplo, nos cons­ dencias municipales, fue vendido a un particu­ nes sanitarias andalusíes. Curiosamente, al igual
ta que tenía una fachada de mármol con ins­ lar, que lo utilizó como almacén de tejidos. que le ocurriera a la Madraza, el nacimiento
cripciones en prosa y en verso que hacían alu­ Los gastos económicos que el manteni­ de este maristán experimentó un acusado re­
sión a la fundación de la nueva universidad y miento de la Madraza originaba se hallaban traso con respecto a otros complejos sanita­
al uso para el que ésta estaba destinada. Es evi­ compensados con los ingresos que ésta perci­ rios similares levantados con anterioridad en
dente que la fachada que hoy podemos con­ bía a través de bienes que musulmanes devo­ el ámbito del mundo musulmán. No obstan­
templar, resultado de una reconstrucción he­ tos donaban para la institución. Es decir, la te, nos consta que, ya antes de ser fundado el
cha en el siglo XVIII, no tiene nada que ver madraza de Yūsuf I contaba con rentas pro­ maristán granadino, en al-Andalus se sabía de
con aquélla. En tal sentido, muchas de las pie­ pias que sufragaban el coste derivado del alo­ la existencia de esta institución en otros do­
zas de mármol grabado utilizado en el lienzo jamiento de estudiantes y de la actividad do­ minios del Islam. Si así lo podemos asegurar
del edificio sirvieron, en otro tiempo, de losas cente desarrollada por los maestros. es porque contamos con noticias de médicos
para embaldosar el patio. Posteriormente, fue­ A propósito de estos últimos, nos consta a que, habiendo nacido en suelo andalusí, ha­
ron salvadas de las demoliciones y quedaron través de las fuentes que, por las aulas de esta bían llegado a dirigir algunos hospitales orien­
registradas en el Museo Arqueológico de la universidad religiosa, pasaron los más ilustres tales. Y no cabe duda de que en su país de
Casa de Castril, donde se encuentran en la juristas de la ciudad y reputados científicos y origen se tenía conocimiento de sus logros
actualidad. El edificio tenía, además, una por­ hombres de letras extranjeros. Estos últimos, profesionales. Este es, por ejemplo, el caso de
tada de mármol blanco con ricos labrados y procedentes, en su mayoría, del otro lado del Muḥammad b. ‘Abdūn al-Ŷabalī al-‘Adadī,
un arco de herradura con inscripciones Estrecho, acudían a la Granada nazarí seduci­ galeno hispanomusulmán biografiado por Ibn
coránicas que hacía las veces de puerta de en­ dos por la liberalidad con que eran tratados Ŷulŷul. Sobre él, dice este último:

44
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Madraza de Granada.

precisiones ayuden a entender que una insti­


"Se dirigió a Oriente en el año 347/958. tución como la granadina utilizase un mismo
Visitó Basora pero no Bagdad. Se especia­ vocablo a lo largo de un siglo para referirse
lizó allí y dirigió el hospital de la ciudad tanto al hospital que, en sus inicios, prestó
de Fostat. Regresó a al-Andalus el año cuidados médicos a todo tipo de enfermos,
360/970 y fue médico de al-Mustanṣir y como al que, después, terminó dedicando
de al-Mu’ayyad26. Antes de dedicarse a la atención exclusiva a las personas dementes.
medicina había enseñado matemáticas en Precisamente, en el desempeño de estas últi­
al-Andalus. Fue un médico notable, exce­ mas funciones lo encontraron los cristianos a
lente práctico y de gran experiencia"27. finales del siglo XV. Pero, al margen de cues­
tiones como la anterior, podríamos deducir
Del persa bīmāristān, la voz māristān siem­ que la evolución experimentada por este hos­
pre ha hecho referencia indistinta a un "hos­ pital granadino no sería muy distinta a la vivi­
picio" y a un "hospital".Y, dependiendo de la da por otros centros médicos orientales y
época y el lugar, parece que, en muchos casos, norteafricanos.Y decimos esto porque los es­
se ha empleado para designar un "hospicio u pecialistas atribuyen el surgimiento de los
hospital para alienados". Quizá, estas últimas manicomios a la especialización de algunas

45
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Restos del Maristán de Granada. zonas de los hospitales dedicadas a aplicar tra­ tos de Europa. Pero, si hemos de atenernos a
tamientos específicos a los locos. Que los ma­ la objetividad de los datos,juzgados de modo
nicomios naciesen como entidades indepen­ paralelo al estudio de conocidos planos sobre
dientes y autónomas, o como anejos deriva­ su ubicación, del primer maristán andalusí del
dos de centros hospitalarios originales, el caso que se tiene constancia es del granadino.
es que ésta parece ser una de las instituciones Fundado a instancias del sultán nazarí
que el Occidente latino creó tomando como Muḥammad V, la construcción del edificio
base de imitación la medicina árabe. En tal duró veinte meses, pues, tal y como rezaba en
sentido, la aparición y evolución del maristán uno de los fragmentos reproducidos en su lá­
granadino habría que entenderlas como re­ pida fundacional, "comenzó a levantarse en la
producción de una institución con orígenes segunda decena del mes de muḥarram del año
orientales. 767 musulmán (entre septiembre y octubre
Cuestiones filológicas que no vienen al del 1365 cristiano), y quedó acabado [...] en
caso permiten sospechar que esta institución la segunda decena del mes de šawwāl del año
pudo ser introducida en la Península antes del 768 musulmán (entre inicios y mediados de
siglo XIII. En concreto, algunos estudios apun­ junio del 1367 cristiano)".
tan la posibilidad de que existiera ya en el si­ Por otros párrafos que pueden extraerse
glo XII un maristán en la zona levantina.Y se de la aludida lápida, sabemos de la clase social
sabe de la existencia de maristanes ya tardíos, a la que pertenecía la población destinataria
levantados en Valencia, Zaragoza y otros pun­ de los servicios del hospital y de los fondos

46
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Antigua fotografía delAlbayzín en el siglo XIX,


Granada.

monetarios que el propio Muḥammad V des­ colocado la aludida lápida, donde figuraban —co­
tinó al mantenimiento del centro: mo ya adelantamos- el nombre del sultán que
mandó edificarlo y la fecha en que lo hizo. Al
"¡Alabado sea Dios! Mandó levantar este sur limita con el puente del Cadí; al oeste,
hospital, como muestra de su gran conmi­ con el conocido Bañuelo; y al este, con la de­
seración, para los enfermos musulmanes nominada Casa de Zafra.
pobres, [...] Muḥammad (V)[...]. Con esta No se sabe con certeza, pero se cree que
construcción creó una buena obra [...] para el otrora bello edificio fue construido sobre la
la que asignó bienes procedentes de obras base de otros elementos arquitectónicos an­
pías [...]". teriores que, es posible, que pertenecieran a
una antigua alhóndiga. De los avatares que
Es posible que Muḥammad V dotase a la median entre su fundación y el solar de los
ciudad de tan espléndido hospital a imitación últimos años, sabemos que en el siglo XVI
de otros similares levantados en la ciudad cer­ dejó de ser un hospital para convertirse en
cana de Fez, capital de la dinastía meriní, que Casa de la Moneda, institución a la que dio
era la que, por entonces, reinaba en el Magreb. cobertura física hasta un siglo después, mo­
Y, como se desprende de las últimas palabras mento que derivó en distintas etapas en las
más arriba reproducidas, este monarca no se que fue albergue de los monjes mercedarios
limitó a emplear dinero para su construcción, del convento de Belén, almacén de vinos, casa
sino que, hoy sabemos, que, en efecto, por ex­ de vecinos, cuartel y cárcel. Como es fácil de
preso deseo suyo, algunas rentas estuvieron imaginar, todos estos usos fueron deterioran­
destinadas a la conservación de la nueva fun­ do la imagen y hechura del edificio original,
dación piadosa. caracterizado por un patio rectangular que
El hospital de la Granada nazarí se hallaba contaba en su mitad con un gran estanque.
ubicado en la margen derecha de la llamada Éste, de forma similar al patio, se alimentaba
Carrera del Darro. El recinto en el que estuvo del agua que lanzaban las bocas de dos leones
enclavado limita al norte con el actual con­ de piedra, que hacían las veces de surtidores28.
vento de la Concepción. En esta dirección se Rodeado de galerías distribuidas en dos nive­
situaban su fachada y puerta principales.Justo les, el patio disponía, en cada una de sus es­
en este acceso, presidiendo la entrada, se había quinas, de una escalera que daba acceso a la

47
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS —

planta superior. Es posible que el edificio con­ últimos tres años de vida y le apartaron inter­ Raḥmān, sucesor suyo en el trono. Al morir
tase con dos áreas separadas por razones de mitentemente de sus labores de gobierno.Tres contaba sesenta y dos años. Había nacido
sexo, y que sus habitaciones, repartidas por son las fuentes directas que maneja el cronista en Toledo, perteneciente a la Marca me­
ambos niveles, sirvieran de alojamiento de los cordobés para narrar el delicado estado de sa­ dia, cuando su padre al-Ḥakam b. Hišām
enfermos, de consultorios médicos, e, incluso, lud de ‘Abd al-Raḥmān II: Ibn Mufarriŷ, his­ era valí de aquella ciudad, nombrado por
de salas de estudio para los aprendices de me­ toriador cordobés de la primera mitad del si­ su abuelo Hišām. Ello sucedió en el mes
dicina. Esto es, al menos, lo que cabe deducir glo X; IbnWaḍḍāḥ, célebre jurista e historia­ de šaʻbān del año 176/noviembre-diciem­
de los datos que nos proporcionan las fuentes dor cordobés del siglo IX; y Aḥmad b. bre del 792.
que tratan de los maristanes levantados desde Muḥammad b.‘Abd al-Raḥmān, un nieto del Dijo el alfaquí Muḥammad b.Waḍḍāḥ:
los primeros tiempos en suelo musulmán. propio‘Abd al-Raḥmān II. Asimismo,a través El emir ‘Abd al-Raḥmān b. al-Ḥakam se
del primero, Ibn Mufarriŷ, se hace alusión a aisló de la gente antes de su muerte du­
una fuente indirecta: Ibn ‘Abd al-Barr, famo­ rante un período aproximado de tres años,
Enfermos ilustres so cronista andalusí de la primera mitad del a causa de una enfermedad que le afectó,
siglo X. se hizo larga y penosa, le impedía mover­
Damos paso ahora a un segundo bloque Pues bien, con los datos que le proporcio­ se, minaba sus fuerzas, le provocó una gran
temático en el que recopilamos noticias brin­ naron las fuentes antes citadas, compuso Ibn debilidad anímica, invadió su mente de
dadas por las fuentes acerca de enfermedades Ḥayyān el siguiente pasaje: pensamientos tristes, [ello agravado por]
padecidas por algunos soberanos andalusíes. un fuerte pesar a causa de las turbaciones
Al igual que el anterior, este segundo blo­ "Año 238/852-853. que afectaban su poder real.
que planteó en sus inicios la necesidad de se­ En este año murió el emir‘Abd al-Raḥmān Se cuenta que [el emir] dijo un día a los
leccionar noticias y personajes, a fin de evitar b. al-Ḥakam b. Hišām b.‘Abd al-Raḥmān altos dignatarios de la aristocracia, los cuales
una extensión desproporcionada del trabajo. b. Mu'āwiya b. Hišām b.‘Abd al-Malik b. habían permanecido constantemente a su
De acuerdo con esta premisa, y, sobre todo, a Marwān. Ocurrió la noche anterior al jue­ lado en el curso de su enfermedad, y entre
la vista del material del que disponíamos, op­ ves día 3 de rabīʻ 11/22 de septiembre del los que figuraba Saʻdūn, su jefe, a quien el
tamos por dedicar cinco apartados a cinco 852; el mismo jueves fue inhumado en el emir había distinguido especialmente tras
célebres gobernantes que rigieron los desti­ panteón real del alcázar de Córdoba. Lo la muerte de su favorito Naṣr y los que le
nos de al-Andalus en los siglos IX y X, si bien bajaron a la tumba sus hermanos al-Mugīra sucedieron:
uno de ellos llegó a ejercer de califa en las dos y Umayya. Dirigió la oración su hijo el -¡Hijos míos! —así, de este modo benevo­
primeras décadas del siglo XI. Como es ob­ soberano Muḥammad b.‘Abd al-Raḥmān. lente y dulce se dirigía a ellos— siempre
vio, si nos hemos inclinado por estos manda­ Había nacido en Toledo en el mes de ša‘bān deseé vivamente ver con mis propios ojos
tarios y no por otros es porque, aparte su me­ del año 176/noviembre-diciembre del 792. la luminosidad del mundo y la amplitud
recida fama, hay sobre ellos mayor número de Por entonces su padre al-Ḥakam era valí de la tierra; como ya me está vedado salir
noticias referidas a sus padecimientos físicos. de aquella ciudad, nombrado por su padre en su búsqueda, tal vez si yo subiera a una
De manera que, por este orden, daremos cuen­ el emir Hišām. Cuando murió [el emir atalaya desde la que mi vista pudiera vagar,
ta de las enfermedades de‘Abd al-Raḥmān II, ‘Abd al-Raḥmān] tenía sesenta y dos años; encontrara consuelo mirando la tierra que
‘Abd al-Raḥmān III, al-Ḥakam II, Hišām II y su reinado duró treinta y un años, tres se extiende bajo mí y mi cuerpo se senti­
Almanzor. meses y seis días. ría flotar libremente. ¿Hay algún medio de
Dijo al-Ḥasan b. Muḥammad b. Mufarriŷ: hacer esto?
Ibn ‘Abd al-Barr dijo que el emir‘Abd al- Ellos respondieron:
- ‘Abd al-Raḥmān II
1. Raḥmān murió la noche víspera del jue­ -¡Claro que sí, señor nuestro!
ves, día 28 de rabīʻ I del año 238/17 de Los altos dignatarios se apresuraron a cum­
De los males sufridos por este emir nos da septiembre del 852. Se dice también que plir los deseos del emir. Dispusieron uno
puntual información el ya nombrado histo­ su muerte fue el día 3 de este mes/23 de de los lechos reales de bambú, liviano y de
riador cordobés del siglo XI, Ibn Ḥayyān. agosto y que su reinado duró treinta y un sólida hechura, y colocaron sobre él un
Como cabría esperar, habría de ser en su fa­ años y veintiocho días. [Otros] dicen que, delgado colchón, mullido y relleno de plu­
mosa obra al-Muqtabis, donde éste incluyera por el contrario, fueron cinco meses; otros mas. Sentarían en él al emir, lo cargarían
un pasaje destinado a contarnos los porme­ que fueron tres meses y cuatro días y otros sobre sus cuellos y lo subirían hasta el lu­
nores que condujeron a la muerte de ‘Abd al-­ que seis días. gar elevado que, de acuerdo con los de­
Raḥmān II, ocurrida en el año 852. Gracias a Fue inhumado el jueves, a la mañana si­ seos del soberano, era una construcción que
su certera pluma y a su habilidad para selec­ guiente a la noche de su muerte, en la rauda él había levantado sobre la Bāb al-ŷinān,
cionar noticias procedentes de fuentes de re­ de los soberanos antecesores suyos, en el una de las puertas meridionales del alcá­
conocido prestigio, hoy podemos especular alcázar de Córdoba. Dirigió la oración su zar; luego bajarían del mismo modo. Ex­
con los males que afectaron a este emir en sus hijo el emir Muḥammad b. ‘Abd al-­ tremarían el cuidado cuando transporta­

48
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

ran al emir en el lecho por las vueltas de la nes mundanas, ni ocuparme de los asun­
escalera, hasta lograr su objetivo, y evita­ tos públicos, como tengo que hacerlo!
rían que el emir sufriera fatiga alguna. Luego pidió perdón a Dios repetidas ve­
Colocaron, pues, al emir ‘Abd al-Raḥmān ces e invocó su Nombre. Lo llevaron a su
sobre aquel lecho, lo sujetaron firmemen­ lecho y aquel día su vida se extinguió.
te para impedir que sufriera sacudidas y lo Aḥmad, hijo del emir Muḥammad b.ʻAbd
fueron subiendo con suavidad hasta lle­ al-Raḥmān, refirió:
varlo a la parte superior de la atalaya. Lo Mi abuelo, el emir ‘Abd al-Raḥmān, en­
situaron en la zona delantera, acercándolo fermó de aquel mal que le causó la muer­
a la puerta del centro que domina el des­ te. Fue muy prolongado y acabó debili­
campado del Arrabal, situado ante la puerta tándolo. Se alargó algún tiempo, remitien­
del alcázar. [El emir] dejó vagar su mirada do a veces, agravándose otras. El volvía a
y contempló los altozanos de la Campiña, recaer y se consumía. Sus médicos ensaya­
el río, que tenía frente a él, y las embarca­ ron numerosos tratamientos, en un esfuer­
ciones que lo surcaban, subiendo y bajan­ zo para buscar su curación; pero la muerte
do [por sus aguas]. les anunció que había llegado su hora al
Su ánimo se sintió reconfortado; su pecho enfermo. Cuatro días antes de morir,
se dilató. Agradeció a sus servidores todos aproximadamente, la enfermedad remitió
los esfuerzos que habían hecho para satis­ y él sintió renacer sus fuerzas de tal modo
facerlo y les dijo: que llegó a imaginar que estaba curado de
—¡Hijos míos!, sentaos ahora a mi alrede­ su mal. Ordenó que le prepararan el baño,
dor, acompañadme con vuestras palabras, que tuvo la virtud de equilibrar sus hu­
dejadme disfrutar de vuestra charla sin que mores; tomó pues un baño caliente, que Estatua de ‘Abd al-Raḥmān I enAlmuñécar, Granada.

mi presencia os coarte de decir nada de lo mejoró su aspecto; se acicaló como en él


que habláis entre vosotros cuando estáis era costumbre y concibió la esperanza ín­
solos, a fin de que me olvide con ello de tima de emprender con su familia un viaje
los sufrimientos de mi enfermedad. que le proporcionara distracción, confian­
Así lo hicieron y él disfrutó de su compa­ do poder llevarlo a cabo. Pero mientras se
ñía y se sintió cómodo y relajado. Pasó la disponía para efectuarlo la muerte se acer­
mayor parte del día en aquella atalaya. Y caba a su encuentro.
fue cayendo la tarde. [Sus cortesanos] le Una vez decidido aquel proyecto, que él,
invitaron a descender a sus estancias y equivocadamente, acariciaba, llamó a su
mientras se disponía a hacerlo, su mirada primer ministro ‘Īsà b. Šuhayd, a quien te­
cayó sobre el descampado que había ante nía en gran estima. Le hizo llegar a su pre­
él, en un rebaño de ovejas que pacían en sencia la mañana del día en que había de
un talud, pero no vio con ellas ningún morir. Le dio la buena noticia del alivio
pastor que las cuidara. Dijo: de su enfermedad y de la renovación de
-¡Hijos míos!, ¿cómo está este ganado suel­ su vitalidad y le dijo:
to, sin pastor? -¿Cómo ves mi aspecto, ‘Īsà?
Ellos reflexionaron y contestaron: Aquél repuso:
—Señor nuestro, su pastor está sentado cer­ —¡Ayude Dios al emir mi señor! Jamás vi
ca de las ovejas, descansando a la sombra mejor aspecto! Ello es mejor indicador de
de los jardines de Ṭarūb, que están enfren­ la recuperación de mi señor y de su mejo­
te, gozando de la vida [recostado] en la la­ ría que la luna cuando sale de su eclipse,
dera. gracias al favor de Dios sobre él y sobre
[El emir] exclamó: sus súbditos.
—¡Dios le valga! Se alegró el emir con aquellas palabras y
Luego volvió a fijar su mirada en aquel le dijo:
ganado. Exhaló un profundo suspiro y, dan­ -Algunas de nuestras princesas nos pre­
do libre curso a sus lágrimas, lloró hasta guntaron acerca de la promesa que les hice
humedecer su barba y dijo: de emprender con ellas un viaje de placer,
—¡Por Dios!, ¡cuánto me gustaría estar en según es costumbre. Sal inmediatamente,
el lugar de ese pastor, sin tener obligacio­ cuida de que se prepare lo necesario para

49
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS —

este viaje y hazlo de la mejor manera y momento que no admite espera y cumpla precomatosos hepáticos32.
deprisa, pues nos pondremos en marcha su propósito de alegrar su espíritu con un En su conjunto, indicios tales como una
mañana por la mañana, con la ayuda de viaje. larga enfermedad con intervalos de mejoría,
Dios. Fue colocada aquella tela sobre una silla vómitos de sangre y trastornos psíquicos que
Marchó ‘Īsà a cumplir su encargo y el emir en el Salón del Consejo...y allí se dejó, le llevan a bañarse, acicalarse y disponer con
dijo a la camarera encargada de sus asun­ mientras se hacían los preparativos para la inmediatez un viaje de placer, parecen definir
tos: partida del día siguiente por la mañana. la que sería origen de su muerte: "una
—Ve en busca de la encargada de la ropa y ‘Īsà vigiló lo que se le había mandado y lo hematemesis, [que, en este caso, tendría] como
ordénale que nos elija de entre nuestras dispuso según los planes establecidos.Ter­ causa más probable [...] las varices esofágicas
telas de brocado una pieza de tejido yūsufī, minó el día. Apenas hubo rezado el emir producidas por una cirrosis hepática, afección
que sea la más lujosa en su género, y tráe­ la oración de la puesta del sol, se quebra­ que representa el estadio final de numerosas
nosla. ron sus fuerzas, su mal resurgió con vio­ hepatopatías (hepatitis,alcohol)[...][cuyos] sín­
Así lo hizo la camarera: le trajo una tela lencia y la muerte hizo su aparición. Le tomas iniciales [...] son en muchos casos va­
yūsufī deslumbrante, de una elegancia sobrevino un vómito; pidió una escudilla gos e imprecisos, simples trastornos dispépticos,
como nunca se había visto nada igual. y arrojó un torrente de sangre, repitién­ falta de apetito, digestiones lentas [...] Si a esto
Ordenó el emir a uno de sus altos dose el vómito varias veces, acompañado sumamos las alteraciones psíquicas que tuvo con
dignatarios que lo llevara al maestro sastre de un dolor que no cesó hasta que exhaló carácter maníaco los días antes de fallecer, po­
del alcázar para que le cortara tela para su espíritu y murió. demos perfilar que este episodio [...] reúne los
hacerle un vestido y, de la misma pieza, El emir Muḥammad pasó la noche en síntomas típicos de la fase precomatosa de los
hiciera una qalansuwa29 para su primer mi­ aquel salón. Observó la pieza de brocado procesos hepáticos [...] Por último (...] el baño
nistro ‘Īsà, a fin de que ambos pudieran que, colocada sobre la silla, esperaba para de agua caliente [...] tal como se realizaba en
vestir aquellas prendas en el viaje que ha­ ser cortada y se informó de lo ocurrido aquella época origina un aumento de la pre­
bían de emprender al día siguiente por la con ella respecto a su padre, la tarde ante­ sión venosa con el consiguiente agravamien­
mañana; [le ordenó también] que reuniera rior. Quedó admirado y dijo: to de la hipertensión portal que puede pro­
a los artesanos que debían confeccionar­ —¡Que se convierta en la mortaja del emir! vocar la rotura de las varices esofágicas y la
las. Pero el servidor regresó con la respuesta ¡Dios haga resplandecer su rostro! muerte por hemorragia"33.
del maestro sastre, quien opinaba que la Así se hizo y aquello quedó como un mo­
costura del tejido no la podían hacer en el tivo de reflexión para quien lo oyó"30 .
tiempo marcado, debido a la delicadeza de - ‘Abd al-Raḥmān III
2.
la confección del vestido, al tiempo que Como se desprende de la lectura de este
requería su recamado y a la imposibilidad fragmento, el relato de Ibn Ḥayyān saca a la Diez de los veintitrés galenos andalusíes
de reunir manos suficientes para hacerlo, luz un buen número de afecciones sufridas biografiados por Ibn Ŷulŷul en su Libro de las
además del trabajo de la qalansuwa para el por ‘Abd al-Raḥmān II durante su proceso de generaciones de médicos estuvieron al servicio de
primer ministro, que había de hacerse a agonía. Ante textos de este tipo no cabe más ‘Abd al-Raḥmān III al-Nāṣir;a saber:‘Imrān
continuación con el sobrante del vestido, que felicitarse, pues, si bien los síntomas des­ b. Abī ‘Umar, Yaḥyà b. Isḥāq, Abū Bakr
y que también requería mucho tiempo. critos por el cronista se inscriben en un cam­ Sulaymān b. Bāŷ, Ibn Umm al-Banīn al-A‘raf,
Aquella noticia afligió al emir y abatió su po muy alejado de nuestros conocimientos, Abū Ḥafṣ ‘Umar b. Burayq, Aṣbag b. Yaḥyà,
ánimo, hasta que su primer ministro ‘Īsà le es la minuciosidad con que se detallan la que Muḥammad b. Tamlīj, Abū l-Walīd
hizo olvidarlo delicadamente y le quitó im­ permite a los especialistas de la medicina sa­ Muḥammad b. Ḥusayn al-Kittānī, Abū ‘Abd
portancia a la contrariedad, diciéndole: car conclusiones sobre la enfermedad que llevó al-Malik al-Ṯaqafī y Abū Mūsà Hārūn al-­
-De entre los vestidos y delicadas a la muerte a este emir. En tal sentido, los da­ Ašwanī. Pues bien, por las biografías de dos
qalansuwas que el almacén del emir guarda tos que hablan de una enfermedad larga y de ellos, la de ‘Imrān b. Abī ‘Umar y la de
alguno habrá que quite la preocupación penosa, caracterizada por una pérdida de fuer­ Aṣbag b. Yaḥyà, sabemos que ambos elabora­
de este otro vestido, del que no se puede za, una gran debilidad física y anímica y un ron para este califa un preparado médico com­
estar seguro de algún fallo, debido a la pri­ claro deterioro psíquico, parecen desembocar puesto a base de granos de anís. Acerca del
sa. Así, sin tener que dejar su idea, ello se en un cuadro típico de demencia senil avan­ primero, dice Ibn Ŷulŷul:
podrá lograr en el plazo fijado, ¡con el po­ zada31 .
der de Dios!, y [mi señor] se librará de la La parte del relato que se atribuye al nieto "Tenía su domicilio en Šublār. Fue un mé­
pena que le aflige.Y como yo tengo mag­ de ‘Abd al-Raḥmān II, en la que este príncipe dico noble que estuvo al servicio del emir
níficas ropas regaladas por el emir y exce­ omeya refiere un estado de mejoría previo a ‘Abd al-Raḥmān al-Nāṣir,para quien com­
lentes qalansuwas, me sentiré feliz de la muerte de su abuelo, además de ratificar la puso un medicamento a base de anís. Fue
engalanarme con ellas para su servicio.Ale­ deducción anterior, permite hablar de un po­ un sabio inteligente y compuso un libro
je, pues, de su amada alma la tristeza en un sible síntoma característico de los estados de medicina como los "cuadernos""34.

50
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Grabado de los baños árabes de la Alhambra, s. XIX. vientre. Por consiguiente, hemos de entender
De Aṣbag b. Yaḥyà, refiere Ibn Ŷulŷul lo que el preparado que confeccionaban los an­
Reunión de cortesanos, según figura en un grabado del siguiente: teriores médicos para ‘Abd al-Raḥmān III
s. XVIII.
habría de provocar en éste los efectos de un
"Descolló en el ejercicio de la medicina y medicamento diurético, resolutivo, calmante
sirvió a al-Nāṣir —¡Dios tenga misericor­ o sudorífico, aunque no hemos de ignorar que
dia de él!—. Preparó para el Emir de los las mismas fuentes a las que nos referimos lo
Creyentes, al-Nāṣir, los granos de anís que consideraban también como afrodisíaco.
ya se han mencionado en otra biografía. Gracias a la semblanza que Ibn Ŷulŷul hace
Era un anciano de buen aspecto, cuyo tes­ de Yaḥyà b. Isḥāq -médico del que ya dimos
timonio se aceptaba en las asambleas de cuenta en páginas anteriores—, tenemos cons­
adules. Era hombre de honor y poderoso, tancia de que, en cierta ocasión, ‘Abd al-­
muy respetado por los grandes.Vivía cerca Raḥmān III al-Nāṣir se vio afectado por una
de la mezquita de Ṭāhir"35. otitis. El párrafo donde se recoge la noticia de
este padecimiento dice así:
El dato que figura como denominador co­
mún en las dos anteriores biografías permite "[...] Siguiendo la escuela de los cristia­
especular con el posible mal que afectaba a nos, [Yaḥyà b. Isḥāq] compuso unos cua­
al-Nāṣir, pues, como hemos podido compro­ dernos en cinco libros llamados Aforismos.
bar, no se nos especifica con qué finalidad le Le ocurrió algo curioso en el tratamiento
preparaban ese compuesto a base de granos de al-Nāṣir -¡Dios esté satisfecho de él!—,
de anís. En todo caso, hemos de deducir que de lo que se guarda recuerdo. Cuando
se trataba de un mal menor, a tenor de lo que Yaḥyà b. Isḥāq era caíd de Badajoz, al-Nāṣir
nos dicen los médicos árabes, quienes, toman­ se puso enfermo de otitis. Se le puso en
do como fuente de referencia a Dioscórides y tratamiento, pero no mejoró. Al-Nāṣir
Galeno, señalaban que el medicamento ela­ mandó a buscarle. El mensajero partió. Lle­
borado con la planta del anís provocaba la ori­ gado ante el caíd le dijo que se pusiera en
na, resolvía la obstrucción abdominal y las afec­ camino inmediatamente. Yaḥyà b. Isḥāq tra­
ciones del aparato digestivo, hacía desapare­ tó amablemente al mensajero y le preguntó
cer los dolores del cuerpo, calmaba la sed, pre­ por la causa por la que se le llamaba. Le
venía contra el veneno y servía para sujetar el contestó:

51
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Reducción de la dislocación de hombro, 1465. Tratado


de Cirugía de al-Zahrāwī.

—El Emir de los Creyentes tiene una otitis cordia de él!— y le sirvió como médico.
que se resiste a los médicos—. Fue un médico notable que curó al Emir
En el camino el visir subió a un convento de los Creyentes al-Nāṣir —¡Dios esté sa­
cristiano y preguntó por uno de sus sa­ tisfecho de él!- de una oftalmía, en un solo
bios. Se trataba de un hombre entrado en día, gracias a un colirio. Tras esto se le pi­
años. Le preguntó: dió la receta pero no quiso dictarla. Curó
—¿Tienes experiencia en el tratamiento de en un solo día a Šunayf, jefe de correos, de
las otitis?—. su asma, mediante un láʻūqi7, después de
El viejo monje le replicó: haber fracasado [otros médicos] en su tra­
—Sangre caliente de palomo-. tamiento. Curaba los dolores de costado
Llegado ante el Emir de los Creyentes le con granos de hinnā’38. Era avaro en las
trató con sangre caliente de un palomo [re­ recetas. Por la ciudad circulaban multitud
cién degollado], conforme fluía, y le curó. de anécdotas médicas referidas a él. Era
Si te fijas en esto te darás cuenta de que hombre de letras. Hacia el fin de su vida le
era observador, llegaba hasta el fondo de apareció una llaga en el pene y lo amputó.
las cosas y sabía utilizar el raciocinio"36. El Emir de los Creyentes, al-Nāṣir,lo nom­
bró cadí de Sidonia"39.
Por la biografía que Ibn Ŷulŷul hace de
Abū Bakr Sulaymān b. Bāŷ, otro de los médi­ Por el breve fragmento que se nos ha con­
cos que prestaron sus servicios en la corte de servado de la llamada Crónica Anónima de Abd
‘Abd al-Raḥmān III al-Nāṣir, sabemos que al-Raḥmān 111 al-Nāṣir, tenemos noticia de una
este califa tuvo problemas con una inflama­ qarḥa o "úlcera" que hubo de tratarse este ca­
ción de ojos que hubo de padecer durante lifa, aunque, lamentablemente, poco más po­
algún tiempo. Dice Ibn Ŷulŷul: demos añadir a esta información. Redactado
"Abū Bakr Sulaymān b. Bāŷ vivió bajo el por un autor andalusí sin identificar, este frag­
reinado de al-Nāṣir -¡Dios tenga miseri­ mento de crónica narra los dieciocho prime­

52
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

ros años del gobierno de‘Abd al-Raḥmān III, a su creciente, sol y plenilunio,
o sea, el lapso de tiempo comprendido entre al que se alza y eleva sobre sus siluetas
el año 912 y el 929, o, lo que es lo mismo, el ante su astro y orto de su aurora.
primer tercio de su reinado. Por desgracia, el Con él se perfuma el aroma de honores
mal estado del manuscrito fragmentario que [ y generosidad,
contiene esta obra, gravemente afectado por y a los más alejados horizontes llega
picaduras de insectos y por la humedad, im­ [su fragancia:
pide recomponer con exactitud las palabras El león del califato mora entre sus
con que comienza el relato histórico.Y, preci­ [cachorros
samente, la frase inicial incompleta, inserta en cuando circula por su ámbito y en su
el apartado del año 912, se corresponde con [morada,
el dato que antes apuntábamos. Dice así: y al brotar el perfume de su sangría,
se ha extendido por toda la tierra su
[aroma"43.
"[...] de tierras de la India para una úlcera
que padecía, y la medicinó allí hasta que­ Sabemos de otras sangrías efectuadas a al-­
dar curado de ella"40. Nāṣir a través de noticias que, curiosamente,
vienen también acompañadas de algunos ver­
Como es fácil de entender, un párrafo tan sos y presentan, asimismo, como escenario de
escueto e impreciso sólo puede ser abono de la operación, el palacio de Madīnat al-Zahrā’.
especulaciones. En cualquier caso, sí cabe su­ Muy a propósito de ello, nos sirve un pasaje
marse a la interpretación que dan a la noticia que reproduce una simpática anécdota ocu­
los editores de la obra, cuando señalan que en rrida a ‘Abd al-Raḥmān III al-Nāṣir en uno de
este pasaje "probablemente se alude a la asis­ los salones de la ciudad palatina. El relato de la
tencia prestada a ‘Abd al-Raḥmān III, en una historia nos llega de la mano de al-Maqqarī, un
conocido autor del siglo XVII nacido en Tipos defiebres según Galeno, Artis curativae
ciudad distinta de Córdoba, por un médico Galeni (1625). Biblioteca Nacional de Madrid.
venido de la India"41. Tremecén. Este famoso personaje, sumamente
Que a ‘Abd al-Raḥmān III al-Nāṣir se le interesado por la historia de al-Andalus, inclu­
practicaban sangrías es algo que conocemos yó en la más célebre de sus obras, la denomina­
por más de una fuente. Por ejemplo, entre los da Nafḥ al-ṭīb, abundantísima y variopinta in­
muchos versos que pueblan las páginas del formación sobre la presencia de los musulma­
Muqtabis, dedicados en buena parte a ensalzar nes en la Península. Pues bien, en medio de tal
la personalidad de este califa, recoge Ibn caudal de datos, narra al-Maqqarī un episodio,
Ḥayyān unos que describen tal procedimien­ en el que, tras advertir que pasa a relatar más
to terapéutico. Nos referimos, en concreto, a noticias sobre al-Nāṣir, dice lo siguiente:
un poema del que se hace autor a Abū ‘Uṯmān
"Entre las cosas más asombrosas que se
‘Ubayd Allāh b. Yaḥyà b. Idrīs, un cliente de cuentan del ya aludido Príncipe de los
al-Nāṣir que, además de ejercer durante algún
Creyentes al-Nāṣir figura [una que deri­
tiempo como jefe de la policía superior de
va] de su deseo de hacerse practicar una
Córdoba, fue un celebrado poeta de su corte.
sangría. Sentado en el salón grande que
El poema aludido figura entre un gran nú­
hay en la parte alta de Madīnat al-Zahrā’,
mero de casidas de desigual extensión com­
[al-Nāṣir] hizo venir al médico. [Una vez
puestas por este Abū ‘Uṯmān como panegíri­
allí], éste cogió el instrumental y la mano
cos de al-Nāṣir.
del califa. En esto llegó un estornino que,
Antes de reproducir los versos, señala Ibn
posándose sobre un vaso de oro que había
Ḥayyān que éstos están tomados de "Abū
en el salón, declamó [metro ramal]:
‘Uṯmān‘Ubayd Allāh b.Yaḥyà b. Idrīs, con oca­
sión de una sangría que se le hizo a al-Nāṣir ¡Oh médico!, ten cuidado
li-dīn Allāh en el palacio de Madīnat al-Zahrā’, con el Príncipe de los Creyentes,
siendo ésta la primera que se le practicaba que estás tratando una vena
desde que residía allí"42. que contiene la vida del mundo.
Dice así el poema [metro kāmil]: Y [el pájaro] repitió esto una y otra vez
"Hoy reconocen todos los alcázares ante el asombro del Príncipe de los Cre­

53
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS —

yentes al-Nāṣir, quien, dichoso de alegría, Que se le hiciesen sangrías con estos fines dos por estos mandatarios: las hemiplejias su­
quiso saber el significado de lo que estaba o con otros más simples —como, por ejemplo, fridas por el primero y las viruelas que afecta­
ocurriendo y la identidad de la persona practicárselas a la manera de purgantes; ex­ ron al segundo. Sabemos, no obstante, por otras
que había enseñado al estornino a decir tendida medida terapéutica que, entonces, y fuentes, de algunos males menores que aque­
tales cosas. Tras ser informado de que [el durante siglos, causó verdaderos estragos— es jaron con cierta regularidad a al-Ḥakam II.
pájaro] había sido adiestrado para la oca­ algo que no podemos precisar. Lo que sí sa­ Así, por ejemplo, por el autor egipcio del si­
sión por la gran señora Marŷāna —la ma­ bemos es que esta operación, tan alabada por glo XIII Ibn Abī Uṣaybi'a, en su ‘Uyūn al-­
dre de su hijo y heredero al-Ḥakam al-­ unos como desacreditada por otros, era ya anbā’ fī tabaqāt al-aṭibbā’, o Fuentes de las noti­
Mustaṣir bi-llāh—, ésta recibió como rega­ conocida en los tiempos más remotos y su cias en las generaciones de médicos45, nos consta
lo del califa una suma de dinero superior a uso era habitual en la tradición hipocrática y que este califa abusaba de las comilonas, y,
los treinta mil dinares"44. galénica. No obstante, fue la medicina árabe como consecuencia de ello, solía tener pro­
la que la difundió con mucho éxito y, a partir blemas digestivos. El dato nos llega inserto
Aparte de ilustrativa, la lectura de ambas de ahí, su práctica fue muy común en centu­ entre las noticias referidas a los hermanos
noticias permite entender que a al-Nāṣir se le rias posteriores, si bien en los albores del siglo Aḥmad y ‘Umar al-Ḥarrānī, de quienes sabe­
hacían sangrías con cierta regularidad. No hay XX fue cayendo en desuso. mos más extensamente gracias a Ibn Ŷulŷul,
más que atender a las palabras de Ibn Ḥayyān, La información de al-Maqqarī nos permite, que hace de estos médicos una biografía con­
cuando especifica que los versos que repro­ cuando menos, aclarar dos cuestiones, por irre­ junta en su Libro de las generaciones de médicos.
duce se refieren a la primera de las sangrías a levantes que éstas nos parezcan. En primer Así, dice de ellos:
las que se somete al-Nāṣir desde que vive en lugar, la inclusión del vocablo "vena" en uno
Madīnat al-Zahrā’, para comprender que era de los versos, ayuda a interpretar que, al me­ "[...] Bajo el reinado de al-Nāṣir, en el año
habitual que los médicos acudiesen a palacio nos en aquella ocasión, a al-Nāṣir se le hizo 330/941, ambos marcharon a Oriente en
para practicarle al califa esta operación qui­ una flebotomía, término con el que se aludía donde permanecieron diez años.Visitaron
rúrgica. Como se sabe, tal procedimiento te­ a la sangría efectuada en una vena, que era el Bagdad y aquí estudiaron medicina y es­
rapéutico, elaborado de forma general, tenía caso más corriente, pues, en el resto, practica­ tuvieron al servicio de los sabios más des­
por objeto sacar fuera del organismo una de­ da en una arteria o en los capilares, se le de­ tacados. Entre ellos se cuenta Ṯābit b. Sinān
terminada cantidad de sangre a fin de que dis­ nominaba, respectivamente, arteriotomía y b.Ṯābit b. Qurra, con quien estudiaron los
minuyese la masa sanguínea y su presión. De arterioflebotomía. En segundo lugar, el pá­ libros de Galeno. Más tarde estuvieron al
esta forma, se modificaba la composición y rrafo en el que al-Maqqarī describe cómo el servicio de Ibn Waṣīf, el oculista. Regresa­
distribución de la sangre.También, las indica­ médico cogió la mano del califa, despeja la ron a al-Andalus, cuando ya reinaba [al-­
ciones clínicas de la sangría derivaban de la incógnita de conocer en qué parte del cuer­ Hakam II] al-Mustanṣir, en el año 351/
necesidad de eliminar algún principio noci­ po se le realizaban las sangrías a este califa. Por 962. Acompañaron a éste en su algazúa46
vo, o, sencillamente, de librar gran parte de los especialistas sabemos que, por lo general, contra San Esteban (de Gormaz) y de re­
toxinas. En consecuencia, esta operación cons­ se practicaba la sangría en el pie, la mano o el greso los tomó a su servicio como médi­
tituía un derivativo, un depurador y, por enci­ doblez del brazo. Para la primera se elegía la cos y los instaló en Medina Azara adscri­
ma de todo, un descongestionador. De ahí que vena safena interna, mientras que, para la últi­ biéndoles a su propia persona y prescin­
fuera frecuente establecer una división tera­ ma, se efectuaba la operación en la mediana diendo de los otros médicos de aquel en­
péutica entre sangría derivativa y sangría cefálica. Gracias a los datos de al-Maqqarī, po­ tonces.‘Umar enfermó de un tumor en el
depurativa. demos deducir que la sangría practicada a al-­ estómago que le debilitó y le causó la
Con nuestros limitados conocimientos no Nāṣir el día en que se desarrolla la anécdota se muerte. Aḥmad quedó solo y al-Mustanṣir
nos atrevemos siquiera a intuir la finalidad con le hizo en la vena salvatela, en la zona central le instaló en su palacio de Medina Azara,
que se las hacía practicar‘Abd al-Raḥmān III. del dorso, por estar inmediatamente debajo pues le tenía en gran estima. Durante el
Sabemos que la primera, por ejemplo, estaba de la piel y ser, de esta forma, de fácil acceso. verano se plantaba delante de él, envuelto
recomendada en los casos de neumonía en una túnica, y le servía los alimentos. Así
fibrinosa que cursaba acompañada de disnea, había llegado hasta el Emir de los Creyen­
- Al-Ḥakam II
3.
o en los de hipertermia, estasis pulmonar, e tes. Era considerado por éste digno de toda
hiperemia cerebral. También se empleaba en De las enfermedades padecidas por al-­ su confianza, hasta el punto de que le ha­
las enfermedades cardíacas para evitar el aho­ Hakam II y su hijo Hišām II —califas que diri­ bía encomendado el cuidado de su familia
go pulmonar, y en la arterioesclerosis para ali­ gen los destinos de al-Andalus entre los años y de sus esposas"47 .
viar la hipertensión. La depurativa se prescri­ 961 y 1013- conocemos también por las no­
bía en las formas comatosa, disneica y ticias proporcionadas por Ibn Ḥayyān en los Y, gracias a Ibn Abī Uṣaybi‘a, contamos
convulsiva de la uremia, y, por ejemplo, en los conocidos Anales palatinos de al-Ḥakam II. Al con información complementaria sobre los
episodios de nefritis, al objeto de eliminar toxi­ menos, es en esta obra donde se ilustran los cuidados médicos que este Aḥmad al-Ḥarrānī
nas. padecimientos de mayor consideración vivi­ prestaba a al-Ḥakam II. En este sentido, tal y

54
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Curación de una lesión de espalda (Avicennae


Arabum medicorum principis de Gerardo de
Cremona, 1595). Biblioteca Nacional de Madrid.

como adelantábamos, el autor egipcio apostilla: toda actividad, se limitará a señalar lo siguiente:

"El Emir, glotón inveterado, tenía frecuen­ "El lunes día 12 de rabīʻ I [del año 364][=30
tes indigestiones y Aḥmad le preparaba noviembre 974] sufrió el Califa al-Ḥakam
unas píldoras digestivas de rápido y eficaz un acceso de dolores que le impidió apa­
efecto"48. recer ante los dignatarios de su reino. Sus
súbditos mostraron interés y aflicción por
Sobre los efectos que los ataques de hemi­ su estado e hicieron públicas oraciones a
plejía provocaron en el estado físico de este Dios Altísimo para impetrar su pronto res­
califa y en el ánimo de su personal más alle­ tablecimiento.
gado disponemos de varios relatos detallados, La falta de comunicación entre el Prínci­
plasmados certeramente por la pluma de Ibn pe de los Creyentes, postrado por la en­
Ḥayyān, quien, en todo caso, los habría toma­ fermedad, y todos los dignatarios de su
do de ‘Īsà al-Rāzī, un reputado autor del siglo reino duró desde el día antes mencionado
X que heredó de su padre y abuelo una enor­ hasta que, aliviado de su dolencia y reco­
me afición por la historia y pasa por ser uno brada la salud, se mostró por primera vez a
de los más brillantes historiadores que dio al-­ los más allegados a su persona el viernes
Andalus. día 28 del siguiente mes de rabīʻ II | = 15
Y, si líneas más arriba hablábamos de enero 975]. Ese día recibió al visir kātib49
"hemiplejías", era porque, que sepamos, fue­ zalmedina de Córdoba Ŷaʻfar b.‘Uṯmān.
ron en realidad dos las que hubo de padecer Fue éste el primero de sus visires y fun­
al-Ḥakam II: de las repercusiones de la pri­ cionarios al que concedió audiencia, dis­
mera, sufrida a finales del año 974, es de las tinguiéndolo así de sus colegas, para hon­
que nos da detalles el historiador cordobés, rarlo y poner de relieve la privanza que
limitándose, en cambio, a señalar la segunda tenía con él y el puesto tan próximo que
como causa de muerte del califa. ocupaba a su lado. Ese mismo día recibió
Curiosamente, en el primer apartado de también a los grandes fatàs50 jalifas eslavos.
noticias referentes a la enfermedad de al-­ Esta noticia produjo universal regocijo y
Hakam II no nos facilita el cronista el nom­ general alegría, y las gentes elevaron al cielo
bre de ésta. Si adelantamos que se trata de una fervorosas oraciones y cumplieron los vo­
hemiplejía es porque así se nos hará ver pos­ tos que habían hecho por el regio pacien­
teriormente, en otro párrafo que reproduci­ te. Los portadores de la buena nueva reco­
remos más adelante. Ahora, de la afección que rrían los grupos, pidiéndoles albricias por
dos años antes de morir impidió a este califa la curación de su Califa y rogándoles ora­

55
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

ciones en su favor. Las gentes se felicita­ [los otros mares!


ban unas a otras por el beneficio que Dios ¡Oh esplendor del buen augurio,
les había dispensado con el restablecimien­ [ante cuya luz
to de su Imām, y pedían con fervor a su se retiran humilladas todas las luces!
Señor que lo completara, dilatara el perío­ Con tu salud Dios me ha renovado
do en que pudieran gozar de él, y perfec­ [la vida
cionara en él y en sus súbditos el favor y me ha sacado de entre los muertos.
que su existencia suponía. ¡Perdura siempre glorioso, oh
Los poetas compusieron multitud de poe­ [Imām de la ortodoxia,
sías sobre esta enfermedad y su desapari­ con vida que agote las épocas,
ción. Entre ellas figura ésta del ṣāḥib al-­ porque tú eres la sombra de Dios
šurṭa al-wusṭà51 Ya‘là b. Aḥmad b.Yaʻlà [me­ [en la tierra
tro sarīʻ]: y su lluvia continua y fertilizante!"52.

¡Loado sea Dios, el Alto, el Grande! Como se deduce de la lectura del párrafo
Ya se alejó la tristeza y vino la alegría. anterior, este primer ataque de hemiplejía
Regocijóse la religión, cobró bríos mantuvo inactivo al califa durante dos meses.
[la ortodoxia, No obstante, por una interesante noticia que
equilibróse el imperio, brilló el trono, nos brinda la misma fuente, hemos de inter­
recobró el mundo su hermosura, pretar que la enfermedad no lo tuvo todo ese
disipóse la grande y terrible calamidad, tiempo postrado en su lecho. A tal conclusión
desapareció la aflicción de unas almas llegamos tras leer un pasaje que trata del cam­
Instrumentos quirúrgicos de al-Taṣrīf.
abrasadas por la pena y los continuos bio de opinión experimentado por al-Ḥakam
[suspiros. II respecto de los beréberes, a los que, siguien­
Volvieron a dormir los ojos do la conducta de su padre, ‘Abd al-Raḥmān
cuyo sueño se había ido muy lejos. III, relegó en un primer momento,si bien, en
Con la curación del Imām se línea con su trayectoria personal, acabó, final­
[iluminó la tierra mente, admirando. Cuenta el relato que el
y volvieron a concertarse en ella todas las califa, aun enfermo, quiso contemplar la ac­
[cosas. tividad de los jinetes beréberes de su ejército,
Dios concedió a sus criaturas maravillado ante la naturalidad con que éstos
un beneficio imposible de agradecer manejaban los caballos. Dice así parte del texto:
[debidamente.
Tornaron a reunirse las gentes, "[...] al fin de su corto reinado, el Cali­
[después de estar muertas, fa reunió junto a sí [...[ un importante
como si hubiesen sonado las trompetas del ejército, que se acercaba a los 700jine­
[Juicio. tes [...].Todos ellos eran beréberes, los
Los corazones de los hombres casi mismos que tanto tiempo había odia­
[se escapaban do y dado de lado el poder público.
de alegría, atravesando los pechos. Ahora, en cambio, Dios les concedió
Pero a mí me pasó aún más, que la suprema autoridad los acogiera,
porque mi corazón casi voló de gozo. encontrara bellos sus atavíos y estima­
¡Qué prodigiosa nueva la que ra en sumo grado la ligereza de sus
[divulgó monturas y la agilidad de sus evolu­
el mensajero entre los siervos agradecidos! ciones. Le parecía ahora al Califa que
Dar por ella la vida de todos los su empleo de atalajes especiales era más
[hombres, acomodado a la factura de los mismos
y, todavía más, las mismas almas, sería poco. y mejor para los caballos. Llegó inclu­
¡Oh defensor de la religión, so, en los días de su enfermedad, a aso­
[cuando no tiene marse desde la alcazaba de la Dār al-­
en el mundo más amigo ni amparo! rujām [=Casa de mármol], en cuyo pa­
¡Oh Imām de los musulmanes, tio hacían alarde los soldados los días
en el mar de cuya generosidad se pierden en que recibían las pagas, para contem­

56
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Soberano musulmán con su


médico. Materia Médica de
Dioscórides, 1224.

57
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

piar a los jinetes beréberes, cuando evo­ te de los ejércitos se hallaban en Berbería, ponían el resto del cortejo. Ministraban y
lucionaban jugando, y no les quitaba y le ordenó que se preparase a salir para rodeaban al Califa los dos grandes fatàs fa­
ojo, lleno de asombro"53. dicha frontera, con objeto de vigilarla, voritos Fā’iq y Ŷawdar, con sus colegas los
como se dispuso a hacerlo al punto. Estu­ jalifas y los demás grandes fatàs. El sobera­
Aparte de los problemas puramente físi­ vo presente en la conferencia que ambos no se detuvo un poco, sujetando las rien­
cos que pudo ocasionarle la enfermedad, los sostuvieron y participó en ella el visir kātib das de su caballo, para contemplar el ad­
dos meses de inacción vividos por al-Ḥakam zalmedina de Córdoba Ŷaʻfar b.'Uṯmān.A mirable espectáculo que formaban sus
II debieron de hacer mella en su espirituali­ continuación el Califa se retiró con su hijo libertos y sus esclavos. Luego echó a an­
dad, pues habría de ser, precisamente, en el a palacio. dar, precedido por el príncipe su hijo, has­
intervalo que medió entre el inicio de este Por aquellos días había consultado con ta llegar a su almunia preferida de Arḥā’
padecimiento y su recuperación cuando, vien­ Dios (¡honrado y ensalzado sea!) la deci­ Nāṣiḥ, en la que se reunió con su hijo el
do cerca su hora final, llevó a cabo muchas sión de abandonar el palacio de al-Zahrā’, príncipe Hišām y en la que descabalgó para
obras piadosas para que éstas le facilitaran el porque estaba demasiado expuesto al frío pasar allí la noche.
tránsito a la otra vida.Tal es así que nos consta de la sierra y por pensar que le revolvía los Al día siguiente domingo 12 de raŷab | =28
que en ese corto período manumitió escla­ humores. Los médicos, por otra parte, le marzo 975] volvió a cabalgar, con el prín­
vos54 , vinculó bienes en beneficio de los maes­ tenían recomendado dejarlo. Siendo, pues, cipe su hijo y con los demás allegados de
tros que enseñaban a los niños pobres55, e, in­ al-Zahrā’ la señora de los palacios, la man­ su séquito, desde la almunia de Arḥā’ Nāṣiḥ
cluso, rebajó a sus súbditos la sexta parte de la sión del placer y la sede de la alegría, tuvo hasta la almunia de al-Nā‘ūra,en cuyo pa­
contribución de reclutamiento56. a bien alejarse de ella, y no por odio, sino lacio hizo alto y permaneció hasta rezar la
En el texto que a continuación reprodu­ para mejor cuidar su dolencia de alferecía, oración del mediodía. Previamente habían
cimos, centrado en la noticia de la convale­ de la que no acababa de reponerse del todo; recibido orden los visires, los aṣḥāb āl-šurṭa,
cencia del califa, aparecerá, por fin, el nombre que a veces la hermosa es repudiada sin los altos funcionarios palatinos, los gober­
de la enfermedad padecida por éste: una culpa por su parte"58. nadores y los demás dignatarios del Esta­
alferecía.Asimismo, gracias a su contenido, nos do de ir a caballo para reunirse con él en
consta que al-Ḥakam II, por recomendación Por los Anales palatinos también nos consta el Alcázar de al-Nā‘ūra. Cuando estuvie­
de los médicos, hubo de abandonar Madīnat que, en efecto, tratando de cuidar su debilita­ ron todos congregados allí, salió el Prínci­
al-Zahrā’ al final de su reinado, debido a que do estado de salud, al-Ḥakam II se trasladó pe de los Creyentes por la gran Puerta de
el frío de la sierra era nocivo para su salud: desde el alcázar de Madīnat al-Zahrā’ al de al-Mansaḅa de dicho palacio, en compa­
Córdoba: ñía de su hijo el príncipe Hišām, con di­
"El viernes día 10 de raŷab [del año rección al Alcázar de Córdoba. Había con­
364][=26 marzo 975] hizo el Califa al-­ "Al día siguiente sábado día 11 de raŷab ferido el honor de ministrarle al visir kātib
Hakam su primera salida a caballo, des­ [del año 364][=27 marzo 975] volvió a zalmedina de Córdoba Ŷaʻfar b.‘Uṯmān y
pués de sanar de su enfermedad, para ir a hacer el Califa otra cabalgada solemne con al caballerizo mayor y zalmedina de al-­
la Mezquita aljama en su residencia de al-­ su hijo el príncipe Hišām, para asistir (sic) Zahrā’ Ziyād b. Aflaḥ, junto con los aṣhāb
Zahrā’, acompañado de su hijo, designado a la cual se reunieron los principales al-šurṭa al-‘ulyā60 y los grandes fatàs. Al apa­
para sucederle, el príncipe Abū l-Walīd dignatarios del Estado. Salieron ambos por recer, los visires y altos funcionarios
Hišām, con el fin de asistir en ella a la ora­ la puerta meridional llamada Puerta de la palatinos echaron pie a tierra para saludar­
ción pública solemne. Una vez recobrada Rosa. Antes que el Califa apareció el prín­ le, así como al príncipe su hijo; hecho lo
la salud y seguro de su capacidad, quiso cipe Hišām, y el primero que echó pie a cual, montaron de nuevo a caballo y se si­
reanudar sus actividades, después de la con­ tierra en su honor fue el visir kātib tuaron en el cortejo con arreglo a sus ca­
valecencia, yendo a la casa de Dios Altísi­ zalmedina de Córdoba Ŷaʻfar b. ‘Uṯmān, tegorías. Iba delante el Príncipe de los
mo y acudiendo a Él, tanto para cumplir tras del cual lo hicieron, para saludarle y Creyentes, en dirección a la Muṣāra, en el
con toda pureza sus deberes religiosos, bendecirle, el caballerizo mayor y extremo occidental de Córdoba. En ella
como para renovar sus devociones zalmedina de al-Zahrā’ Ziyād b. Aflaḥ y lo recibieron algunos de los miembros más
supererogatorias, tan aceptas a Dios. los demás aṣhāb al- šurṭa59 y altos funciona­ importantes de Qurayš y un grupo de
Al terminar la oración y sentarse en el rios palatinos que se hallaban presentes. libertos, que echaron pie a tierra, lo ben­
sābaṭ57, recibió a su liberto el visir Poco después que él, apareció el Príncipe dijeron y alabaron. Continuaron después
generalísimo Gālib b. ‘Abd al-Raḥmān, y, de los Creyentes. Los mismos personajes hasta llegar al zoco grande de Córdoba,
una vez que lo tuvo sentado delante, con­ se adelantaron hacia él y besaron el suelo donde le recibieron el ṣáhib al-šurṭa y za­
versó con él sobre el asunto de la frontera delante de él, saludándole y bendiciéndo­ bazoque Aḥmad b. Naṣr, que le rindió aca­
cristiana y la agitación que en algunas de le, cosa que hicieron asimismo a continua­ tamiento, y luego las gentes ricas de la ciu­
sus zonas empezaba a manifestar el ene­ ción los hombres libres, los esclavos y los dad y los principales comerciantes del zoco,
migo, al darse cuenta de que la mayor par­ distintos cuerpos de mercenarios que com­ sin contar otras gentes que asimismo le sa­

58
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Puerta de San Esteban, Mezquita de Córdoba.

ludaron regocijados y le bendijeron con fer­ ¡No ceses nunca de ser poderoso, ayudado
vor. Desde allí, siempre acogido por grupos [y asistido por Dios!
sucesivos de gentes altas y bajas, siguió su ¡Llena en el Califato una larga
camino hasta llegar al Alcázar de Córdoba, [existencia
en el que entró por la Puerta de Hierro, y ocupa un trono tan sólido como deseas!
situada al mediodía, en cabalgada sin par. Porque tú eres la vida del género
Los poetas y los retóricos compusieron [humano
muchas poesías sobre la salud que Dios y un beneficio, cada vez más firme, de Dios.
había hecho recobrar al Califa [al-Ḥakam Al desaparecer los días de tu dolencia,
II] al-Mustanṣir bi-llāh, sobre su feliz res­ que hacía morir de consternación a todo
tablecimiento, sobre la alegría que sentían [el mundo;
por su aparición y por habérseles mostra­ al ser sucedidos por una noble
do en su cabalgada hacia el Alcázar de Cór­ [curación y una salud,
doba, y por su aposentamiento en éste. que ojalá prolongue El que concede la
Entre esos poemas figuraba uno de Mālik [gracia y la felicidad eternas,
b. Ḥasan b.ʻĪsà b.Aḥmad b. Muḥammad b. se iluminaron los horizontes, que
AbīʻAbda [,..][que] decía así [metro ṭāwīl]: [estaban entenebrecidos,
Te libraste, oh Príncipe de los brilló y se encendió en ellos la claridad,
[Creyentes, de la muerte. y se recubrieron de una alegría que

59
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

[nunca tuvo par, 4.- Hišām II perduración de su califato, para que se


y que penetró y llegó hasta los extremos gozara largamente en aquella niña de sus ojos
[del país. Ya anunciamos páginas atrás que son tam­ y viera cumplidas en él todas sus esperanzas.
¡Demos a Dios gracias reiteradas, bién los Anales palatinos la fuente que nos brin­ Tanto el Califa como los demás cumplie­
[insistentes, da información sobre el mal que afectó a ron los votos que habían hecho y repar­
porque deber nuestro es reiterarlas con Hišām II, el hijo de al-Ḥakam II. Gracias a la tieron limosnas con las que Dios alivió la
[insistencia! precisión con que se fecha la noticia, sabemos situación de buen número de gentes
Todos pidan a Dios humildemente, que, el que habría de ser heredero de este úl­ menesterosas"63.
con la más pura intención, que el Califa timo califa, contrajo las viruelas cuando tenía
[sea eterno, nueve años, así como que esta enfermedad, Interesante nos parece también el siguiente
porque él defiende nuestros bienes, febril y contagiosa, lo tuvo recluido durante texto, que trata de una recepción organizada
[vela por nuestra fe, mes y medio en el alcázar de Córdoba, aleja­ por el príncipe Hišām con motivo de su cu­
nos otorga la justicia y aniquila a nuestros do de su padre, que residía en Madīnat al- ración. Como era habitual en estas circuns­
[enemigos. Zahrā’. Sobre la curación de la viruela, dice el tancias, a la convalecencia le seguía la distri­
Entró la alegría en el Alcázar el día cronista: bución de limosnas entre los pobres, como
[que en él entraste, acción de gracias a Dios:
porque hacía tiempo que estaba sin darte "[El sábado día 1 de raŷab del año 363] [=28
[alojamiento, marzo 974] curó el príncipe Abū l-Walīd "El miércoles día 12 de raŷab [del año
y anhelaba ver ese rostro radiante Hišām, hijo del Califa al-Ḥakam, de la en­ 363]|=8 abril 974],celebró el príncipe Abū
[que, cuando aparece, fermedad de viruelas que padeció desde l-Walīd Hišām, en el Alcázar de Córdoba,
hace decir a las gentes: "Esta que ha mediados de ŷumādá I del año [=11 fe­ una brillante recepción, destinada a los
[aparecido sí que es la luz del sol". brero 974] hasta este día 1° de raŷab [=28 grandes jalifas entre los dignatarios del
Si sus patios pudieran moverse, marzo 974]. Estado. Rodeado de los grandesfatàs jalifas,
[correrían hacia ti El Califa había sentido grandes temores recibió primero a los visires, que se senta­
a porfía, y a porfía se prosternarían en tu por él, había manifestado inquietud por su ron ante él y en alta voz alabaron y dieron
[presencia. dolencia y había repartido a voleo limos­ gracias a Dios Excelso por el favor que
¡Nunca deje de estar habitado por nas para impetrar de Dios la desaparición había dispensado al príncipe y a ellos, con
[tu majestad del mal. Sus grandes servidores particula­ devolverle su entera salud y su perfecta in­
en la que brilla la luz de la felicidad y la res, los visires más preeminentes y las gen­ tegridad física. Después recibió a los más
[ortodoxia, tes más allegadas a su domesticidad se acer­ principales funcionarios palatinos, con
y que tu gloria, a pesar del caban a él para compartir su pena y doler­ arreglo a sus categorías. A éstos siguieron,
[Tiempo que todo lo nuevo se con su dolor, y le pedían constantemente, entre los altos cargos oficiales, el cadí ma­
[consume, bien de palabra, bien por escrito, noticias yor Muḥammad b. Isḥāq b. al-Salīm,el ṣāḥib
perdure con vida nueva, perennemente de cómo seguía aquella mitad de su alma. al-šurṭa y zabazoque Aḥmad b. Naṣr, el al­
[renovada!"61. Así continuaron compitiendo, como cor­ faquí cadí de la cora de Rayyu Muḥammad
celes en su hipódromo, en cumplir con él b. Mufarriŷ, y los dos alamines ‘Abd al-­
Dos años después del primer ataque de he­
como debían y asociarse a su aflicción, hasta Raḥmān b. Wāfir y Sulaymān b. Aḥmad
miplejia sufrido por al-Ḥakam II, le sobrevi­
que en el mentado día 1° de raŷab, y en el al-Ruṣafī. A estos dos últimos les fueron
no el segundo, que, a la postre, sería el que le
consejo privado con sus visires en el Alcá­ entregados sacos conteniendo sumas con­
conduciría a la muerte. Sobre esta noticia, sue­
zar de al-Zahrā’, les dio la buena noticia siderables de dinero, para que las repartie­
len pronunciarse las fuentes con cierta par­
de la curación del enfermo, participándo­ sen de limosna entre las familias venidas a
quedad. Por citar un ejemplo, Ibn Sa‘id, un
les haber recibido una carta escrita por el menos y los menesterosos, en acción de
autor del siglo XIII nacido en Alcalá la Real y
príncipe, de su puño y letra, desde su alco­ gracias a Dios Altísimo por la salud que
muerto en Túnez, al biografiar a este califa en
ba en el Alcázar de Córdoba, en la que el quiso devolver al príncipe Abū l-Walīd"64.
su famoso al-Mugrib, proporciona el dato sin
príncipe le comunicaba la total curación
más detalle, tomando como fuente al tanta
de su dolencia; que se hallaba muy reco­ Por el Libro de la generación delfeto, del trata­
veces citado Ibn Ḥayyān. El escueto párrafo
brado; que se encontraba con muchos áni­ miento de las mujeres embarazadas y de los recién
en el que lo incluye dice así:
mos, y que, por favor de Dios, la salud era nacidos, obra del autor cordobés del siglo X,
"Realizó algunas campañas militares, lo­ general en su organismo y en su vista. Los ‘Arīb b. Sa‘īd, han conocido los especialistas
gró conquistar otras tantas ciudades, y asistentes alabaron por ello a Dios (¡ensal­ modernos la descripción que se hacía en aque­
murió de hemiplejía"62. zada sea Su Faz!), dándole gracias por sus lla época de los síntomas iniciales y de cada
beneficios, y suplicaron del Creador (¡en­ una de las etapas del proceso clínico de las
salzada sea Su Faz!), en favor del Califa, la viruelas y el sarampión65. Este ilustre cordo­

60
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Escena de un parto. Maqāmāt de al-Ḥarīrī, 1237.


Biblioteca Nacional de París.

bés —conocido no sólo por su faceta médica, ceras que eran consideradas graves, especial­
sino también por su gusto por la historia y la mente, las de vesículas de color grasiento, du­
poesía, y por su actividad política, puesta al ras y de forma verrugosa.
servicio de los monarcas andalusíes del siglo De acuerdo con las descripciones de ‘Arīb,
X— señalaba cuatro fases en el proceso de la "es probable que el príncipe Abū l-Walīd
viruela, atendiendo a la naturaleza de las pús­ Hišām padeciera bien una varicela intensa o
tulas y al tiempo de maduración de éstas. Asi­ una viruela de curso benigno (alastrim) a juz­
mismo, distinguía entre las viruelas que cur­ gar por lo que nos relata Ibn Ḥayyān"66. Del
saban de manera breve y benigna, algunas otras mismo modo, gracias a ‘Arīb sabemos que "el
que lo hacían de manera más leve, y unas ter­ tratamiento tanto de la varicela como del sa­

61
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Pila de Al-Manṣūr. Museo de la Alhambra, Granada.

rampión era a base de escarificaciones en las respaldo que siempre le dio una joven de ori­
venas del cuello y jarabes de frutas como man­ gen vascón llamada Ṣubḩ, esposa favorita del
zanas, peras, membrillo y granadas dulces.Tam­ califa al-Ḥakam II, madre del heredero de éste,
bién se solía encender fuego con madera de Hišām II,y, según cabe interpretar por las pa­
lentisco o tamarisco delante del niño para es­ labras de los cronistas, amante del propio
timular la parición del exantema o de las ve­ Almanzor. Por fortuna para éste, a la buena
sículas"67 . posición de que gozaba en los días de reinado
de al-Ḥakam II vino a sumársele su designa­
ción para el cargo de tutor del príncipe Hišām
5.- Almanzor
II. Su gran golpe de suerte le llegaría a la muer­
Finalmente, cerramos el capítulo referen­ te del califa al- Ḥakam II, pues, contando el
te a enfermos ilustres con un apartado dedi­ heredero al trono con tan sólo once años, se
cado a Abū ‘Āmir Muḥammad b. Abī ‘Āmir encargó Almanzor de gobernar en su nombre
al-Ma‘āfirī, más conocido por al-Manṣūr, que en tanto fuese Hišām menor de edad. No obs­
no es otro que el célebre Almanzor de las cró­ tante, estos propósitos quedaron en el plano teó­
nicas cristianas. Bien es sabido que este per­ rico, pues, en la práctica, lo mismo Almanzor
sonaje llegó a gobernar al-Andalus por un cú­ que después sus propios sucesores, dirigieron de
mulo de circunstancias favorables, pero, espe­ facto el gobierno del país, mientras utilizaban al
cialmente, gracias a su ambición política y al nuevo califa como mera figura simbólica.

62
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Operación de hidrocele. Tratado de Cirugía


de al-Zahrāwī.

Parece ser que en su larga etapa al frente —¡Oh Šu‘la!, el rey permanece despierto
del poder tuvo dos serios problemas que frie­ mientras duermen sus súbditos y, aun ven­
ron afectando su salud con el paso de los años. ciéndole el sueño en alguna residencia de
No sabemos si ya antes de introducirse en la este grandioso país, sólo uno de sus ojos
corte de al-Ḥakam II los padecería, pues la reposa"68.
información sobre su juventud es bastante
inferior a la que nos brindan los historiadores A la vista de estas palabras, lo fácil sería
sobre sus veintiséis años de gobierno (976- interpretar que el origen de este mal de in­
1002). Que le viniera de antes o no, conta­ somnio que padecía Almanzor había que bus­
mos con noticias que hablan de las numerosas carlo en alguna alteración de su sistema ner­
noches de insomnio vividas por Almanzor y vioso. Entendido así, el problema no supon­
de sus dolorosos ataques de gota.Y en ambos dría más que un hecho aislado, sin conexión
casos, la información procede de una fuente aparente con ningún otro padecimiento69.
muy conocida, como es Ibn ‘Iḏārī, autor Además, cabría suponer que las numerosas
norteafricano del siglo XIII que supo hacer visiones que, según los cronistas, tuvo
de su al-Bayān al-mugrib una magistral compi­ Almanzor, no habrían sido más que síntomas
lación de noticias, tomadas de autores de muy de esa gran neurosis de la que era víctima; sin
reconocido prestigio. embargo, y en resumidas cuentas, a juzgar por
A través de la citada obra, reproduce Ibn los conceptos fisiopatológicos que se tenían
‘Iḏārī una escena que, por boca de una tercera en aquellos tiempos, poco se podría saber so­
persona, nos ha llegado así: bre la causa que originaba esos insomnios70.
Afortunadamente, parte de otro fragmen­
"Contó Šu‘la lo siguiente: to de Ibn ‘Iḏārī, inserto también en su al-Bayān
"Cierta noche en la que al-Manṣūr tarda­ al-mugrib, ha procurado a los especialistas una
ba en conciliar el sueño, le dije: sencilla explicación, que pasa por relacionar
—Abusa nuestro señor de la vigilia, y su los insomnios de Almanzor con el mal de gota
cuerpo necesita de un largo descanso, pues que padecía: al parecer, esta enfermedad le
ya sabéis cómo agita vuestra enfermedad provocaba unos dolores articulares tan suma­
nerviosa el estar sin dormir. mente fuertes que eran ellos mismos los que
Entonces al-Manṣūr me contestó: le impedían conciliar el sueño. Así se des­

63
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS -

prende de un párrafo en el que Ibn ‘Iḏārī Ḥayyān fuese Abu l-Qāsim al-Zahrāwī, co­ de regreso hacia Medinaceli cuando sus fuer­
cuenta cómo Almanzor sufría de regulares nocido en Occidente como Abulcasis. Este zas sucumbieron hasta tal extremo que hubo
ataques artríticos que le causaban tremendo personaje nació en la primera mitad del siglo de ser trasladado por sus hombres en una lite­
dolor, cómo era ese dolor el origen de sus X y fue un brillante cirujano que prestó sus ra. En tales condiciones tuvo que soportar un
vigilias forzosas, y cómo las úlceras gotosas servicios médicos en la corte de al-Ḥakam II. viaje que duró unos quince días, al término
que padecía en pies y manos eran curadas por La reputación que le avala procede de su obra de los cuales llegó con su ejército a aquella
un cirujano mediante cauterización71. titulada al-Taṣrīf, una enciclopedia médica y ciudad. Allí mismo moriría al poco tiempo.
Otro párrafo del mismo fragmento, que quirúrgica que, traducida al latín por Gerardo De seguir los datos suministrados por Ibn
tiene como fílente primigenia la obra de Ibn de Cremona, se hizo muy popular en Europa. ‘Iḏārī, no resultaría tan descabellado especular
Ḥayyān, precisa que, mientras duraba el pro­ En ella cabe distinguir dos partes, divididas en con la posibilidad de que, entre las causas de
ceso en el que el cirujano trataba con el cau­ quince apartados. De éstos, sobresale el dedi­ muerte de Almanzor, figurase una complica­
terio las úlceras en pies y manos, Almanzor cado a cirugía, subdividido, a su vez, en tres ción del proceso de su enfermedad, que ha­
permanecía en absoluto silencio y con la mi­ libros: uno que trata sobre cauterización, otro bría derivado en un progresivo empeoramien­
rada atenta a cuanto se le hacía. sobre cirugía, y un tercero que se centra en las to de ésta en los últimos días previos al suce­
Por la continuación de ese mismo párra­ fracturas. so75 . Bien es verdad que hablamos de una hi­
fo, tenemos constancia de que Almanzor se Queda referirse, por último, a un fragmen­ pótesis que, en el caso que nos ocupa, queda
hacía tratar de esa enfermedad en la almunia to en el que Ibn ‘Iḏārī da cuenta de la muerte fuera de nuestro posible enjuiciamiento. Pero
de al-Lu’lu’a, en al-Madīna al-Zāhira,la nue­ de Almanzor, pues será al hilo de esta noticia también es cierto que sabemos que esta en­
va ciudad administrativa que él mismo man­ cuando mencione también el padecimiento fermedad metabólica, que se tiene por here­
dó construir en las inmediaciones de Córdo­ al que hubo de enfrentarse el gobernante du­ ditaria y familiar y está relacionada con los
ba en torno al año 981. Con respecto a esto rante mucho tiempo. Cuenta el compilador excesos de la mesa, si bien tiene pronóstico
último, señala el cronista que este famoso per­ norteafricano que Almanzor murió la noche benigno en cuanto a los ataques, es grave por
sonaje, aun dedicado a las tareas que allí le del 10 de agosto del año 1002, a la edad de la nefritis y las complicaciones viscerales que
eran propias, no dejaba de someterse a las curas sesenta y cinco años, y que en el momento pueden derivarse de ella. Conocida ya por
que le requería la gota, pero, eso sí, procuraba del fatal desenlace estaban presentes sus dos Hipócrates y Galeno, sus ataques fueron des­
que las personas que acudían a verle no per­ hijos,‘Abd al-Mālik y‘Abd al-Raḥmān, quie­ critos con claridad por los médicos árabes y
cibiesen el penetrante y desagradable olor que nes, como sabemos, serían, a la postre y por bizantinos, y, al parecer, siempre quedó de­
despedía la carne sometida al cauterio72. ese orden, sus sucesores en el ejercicio del mostrado que las poblaciones que tenían la
Del anterior fragmento, que permite re­ poder. Continúa Ibn ‘Iḏārī precisando que carne como alimento básico fueron mucho
lacionar los dos males que afectaban a entre su llegada al cargo de primer ministro y más propensas a padecer la gota que aquellas
Almanzor, se desprenden, además, un par de su muerte transcurrieron veinticinco años y otras en las que no se consumía esta materia,
datos sobre los que cabe hacer alguna consi­ cuarenta y cuatro días. Después aporta algu­ donde, prácticamente era inexistente la en­
deración. Por el primero de ellos llegamos a nas cifras relativas a su período de gobierno, fermedad. El alcohol, de otro lado, aunque de
una derivación lógica que facilita un diag­ como, por ejemplo, la del número de jinetes manera esporádica, podía también incremen­
nóstico más preciso: si padecía úlceras goto­ de que dispuso, o la del de ejércitos fronteri­ tar los efectos nocivos del referido alimento.
sas en pies y manos, quiere decir que padecía zos con que contó. Finalmente, concluye con Muy a propósito de todo esto último,con­
de podagra y de quiragra. El segundo, alusivo la frase que más nos interesa: "dirigió perso­ viene concluir este apartado con la reproduc­
a la anónima identidad del cirujano citado, nalmente cincuenta y siete campañas milita­ ción de las siguientes palabras:
sólo nos conduce a una especulación, aun­ res y en la mayor parte de ellas se vio afectado
que, venida de conocidos especialistas, nos por la enfermedad de la gota (‘illat al-niqris)"14. "En la Córdoba musulmana la alimenta­
merece el máximo respeto: "Es probable que Al margen de relatos de dudosa consis­ ción de las clases pudientes era principal­
el médico que aplicaba el cauterio fuera el tencia, tejidos en torno a la muerte de mente a base de carnes rojas de animales
famoso Abū l-Qāsim al-Zahrāwī, el Abulcasis Almanzor, y de noticias empañadas de un cier­ de caza mayor y menor muy ricas en
de los historiadores cristianos, pues en su obra to carácter legendario, lo cierto es que, a decir nucleoproteidos (purinas). Por si fuera
Taṣrīf, en la parte de cirugía hay veinticinco de las fuentes, fue al regreso de una campaña poco se le añadía un vino generoso que
capítulos dedicados íntegramente a la caute­ emprendida en el año 1002 contra territorio por su riqueza potenciaba aún más los an­
rización de las úlceras. Por otro lado sabemos riojano, cuando al-Manṣūr bi-llāh (el victo­ teriores alimentos. [...] Sabemos que estos
que el famosísimo médico nacido en Madīnat rioso por Allāh), tal y como se hacía llamar, alimentos no faltaban en la mesa de al-­
al-Zahrā’ no falleció hasta el año 1013, por lo encontró la muerte. Refieren las crónicas que Manṣūr y que no eran precisamente muy
que está dentro de lo posible que tratara a al-­ su salud venía resintiéndose desde hacía años beneficiosos para un enfermo de gota por
Manṣūr ibn ‘Āmir"73. y que, consciente de la corta vida que le que­ lo que no es de extrañar que el dictador
En efecto, no sería nada extraño que el daba, se había mostrado muy piadoso en los ‘āmirí progresara indefectiblemente hasta
médico al que se refieren Ibn ‘Iḏārī e Ibn últimos tiempos. Al parecer, fue en el camino la muerte"76.

64
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Libro de las Utilidades de los Animales de al-­


Mawṣilī, 1354.

65
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Fuentes y bibliografía básicas — Encyclopédie de l’Islam, 4 vols., Leiden-París, hispaniques de ḥisba, El Cairo, 1955; trad. caste­
1913-1934. llana del tratado de Ibn ‘Abdūn, por E. Lévi-­
ÁLVAREZ DE MORALES, C. "La muerte del — Encyclopédie de l’Islam, nouvelle édition, Leiden- Provençal y E. García Gómez, Sevilla musulma­
emir‘Abd al-Raḥmān II, según el relato del París, 1960-... na a comienzos del siglo XII, Madrid, 1948.
Muqtabis de Ibn Ḥayyān", en Toletum, Boletín de GARCÍA GRANADO.J.A.;GIRÓN IRUESTE, AL-MAQQARĪ. Aḥmad b. Muḥammad, Nafḥ al-­
la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Histó­ F.y SALVATIERRA CUENCA.V., El maristán ṭīb, ed. I. ‘Abbās, Beirut, 1968.
ricas de Toledo LXVII, segunda época, n°. 14 de Granada: un hospital islámico, Granada, 1989. SAMSÓ.J., Las ciencias de los antiguos en Al-Andalus,
(1984), 97-104. IBN ABĪ UṢAYBI'A, Aḥmad b. al-Qāsim, ‘Uyūn Madrid, 1992.
— "Sobre la farmacia de Madīnat al-Zahrā’", en al-anbá’ fī ṭabaqāt al-aṭibbā’. Médecins de l’Occident VERNET, J., La cultura hispanoárabe en Oriente y
Homenaje al ProfesorJacinto Bosch Vilá, Granada, musulman, ed. H. Jahier y A. Noureddine, Ar­ Occidente, Barcelona, 1978.
1991, vol. II, 1087-96. gel, 1958.
‘ARĪB IBN SA'ĪD, Kitāb jalq al-ŷānīn wa-tadbīr al-­ IBN BASSĀM, Abū l-Ḥasan ‘Alī, Al-Ḏājīra fī Notas
ḩabālà wa-l-mawlūdīn, ed. y trad. francesa H. maḩāsin ahl al-ŷazīra,ed. I. ‘Abbās, Beirut, 1975-
Jahier y A. Noureddine, Le Livre de la Génération 1979. 1. Plural castellanizado del término árabe mā‘ŷūn,
du Foetus,Argel, 1956.Trad. castellana A. Arjona, IBN AL-FARAḌĪ,‘Abd Allāh b. Muḥammad, Tá’rīj cuyo significado literal es «mejunje» o «elec­
"El libro de la generación del feto, el tratamiento de ‘ulamā’ al-Andalus, ed. F. Codera, en B.A.H., tuario». El plural árabe de mā‘ŷūn es mā'āŷīn.
las mujeres embarazadas y de los recién nacidos" de vol.VIII, Madrid, 1891-1892. 2. «Al-Mu’ayyad bi-llāh», es decir, «el que recibe
‘Arib Ibn Sa’id (Tratado de Obstetricia y Pediatría — Ta’rīj ‘ulamā’ al-Andalus, ed. El Cairo, 1966. la ayuda victoriosa de Dios», fue el título ho­
hispano árabe del siglo X), Córdoba, 1983. IBN ḤABĪB,‘Abdal-Malik, Mujtaṣar fī l-ṭibb (Com­ norífico que recibió Hišām II al ser entroniza­
ARIÉ, R., Historia de España, dirigida por M.Tuñón pendio de medicina), ed. y trad. C. Álvarez de do. Este califa, hijo de al-Ḥakam II, gobernó
de Lara.Tomo III: España musulmana (siglos VIII- Morales y F. Girón Irueste, Madrid, 1992. al-Andalus en dos períodos: entre el 976 y el
XV), Barcelona, 1982. IBN ḤAYYĀN. Ḥayyān b.Jalaf, Al-Muqtabis min 1009, y entre el 1010 y el 1013.
— El reino naṣrí de Granada, Madrid, 1992. anbā’ ahl al-Andalus, ed. M. ‘A. Makkī, Beirut, 3. Traducción castellana de un pasaje extraído de
ARJONA CASTRO, A., "La Pediatría y la 1973. la obra de IBN ŶULŶUL, Ṭabaqāt al-aṭibbā’
Puericultura en la Córdoba del siglo X", Boletín — Al-Muqtabas V, ed. P. Chalmeta, F. Corriente y wa-l-ḥukamā’, ed. F. Sayyid, El Cairo, 1955, p.
de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y No­ M. Sobh, Madrid, 1979.Trad. M.J.Viguera y F. 113. Ofrecemos aquí la versión de VERNET,
bles Artes de Córdoba n°. 101 (1980), 35-51. Corriente, Crónica del califa ‘Abdarraḩmān III an-­ J., reproducida en su trabajo «Los médicos an­
— "En torno a la vida y la muerte del emir ‘Abd Nāṣir entre los āños 912 y 942, Zaragoza, 1981. daluces en el Libro de las generaciones de médicos
al-Raḥmān II", Boletín de la Real Academia de — Al-Muqtabis fī ajbār balad al-Andalus, ed. ‘A. ‘A. de Ibn Ŷulŷul», Anuario de Estudios Medievales 5
Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba al-Ḥaŷŷī, Beirut, 1965.Trad. E. García Gómez, (1968), 445-462. Cf.p. 462
XLIX (1980), 249-256. Anales palatinos del califa de Córdoba al- Ḥakam 4. Traducción castellana de un pasaje extraído de
— "La artritis gotosa que padeció Almanzor en II, por ‘Īsà ibn Aḥmad al-Rāzī (360-364 H. — IBN ŶULŶUL,op. cit.,p. 113.Ofrecemos aquí
las últimas décadas de su vida, como posible 971-975J.C.), Madrid, 1967. la versión de VERNET, J., art. cit., p. 462. C.
causa de su muerte", Corduva 8 (1980), 49-55. IBN ‘IḎĀRĪ AL-MARRĀKUṢl, Kitāb Al-Bayān ÁLVAREZ DE MORALES, en su artículo
— "De nuevo sobre la causa de la muerte del emir al-mugrib fī ajbār al-Andalus wa-l-Magrib, vols. I- «Sobre la farmacia de Madīnat al-Zahrā’», en
‘Abd al-Raḥmān II", Boletín informativo del Ilus­ II, ed. G. S. Colin y E. Lévi-Provençal, Leiden, Homenaje al ProfesorJacinto Bosch Vilá, Granada,
tre Colegio Oficial de Médicos de la provincia de 1948-1951; vol. III, ed. E. Lévi-Provençal. Pa­ 1991, vol. II, p. 1091, basándose en el original
Córdoba nº. 118 (mayo 1985), 29-32. rís, 1930. árabe, propone otra interpretación de la pri­
— "Abulcasis y la gota de Almanzor", Boletín in­ IBN AL-JAṬĪB, Lisān al-dīn Muḥammad b.'Abd mera frase: «Se le encargó de disponer en el
formativo del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Allāh, Kitāb A ‘māl al-a‘lām fī man būyi‘a qabl al-­ palacio un local para uso médico [...]».
la provincia de Córdoba n°. 118 (mayo 1985), 26- iḥtilām, ed. E. Lévi-Provençal, Beirut, 1956. 5. Al-Madīna al-Zāhira, o «la ciudad resplande­
7. — Al-Iḥāṭa fī ajbār Garnāṭa, ed. M. ‘A. ‘lnān, El ciente», cuya construcción, a orillas del Gua­
ARVIDE CAMBRA, L. M., Historias clínicas y con­ Cairo, 1973-1977. dalquivir, se remonta al año 979, por expreso
sideraciones médico- filosóficas según el manuscrito IBN SA'ĪD AL-MAGRIBĪ,'Alī b. Mūsà, Āl-Mugrib deseo del célebre Almanzor.
árabe 887 de la Biblioteca del Escorial (resumen fī ḥulà l-Magrib, ed. Š. Ḍayf, El Cairo. 1953- 6. Y, si tenemos presente la permanente e intensa
de tesis doctoral), Granada, 1983. 1955. actividad del alcázar de la capital, deberíamos
— "Nota sobre la práctica y la enseñanza de la IBN ŶULŶUL, Sulaymān b. Ḥassān, Kitāb Ṭabaqāt hablar, con toda probabilidad.de un tercer gru­
medicina en la España musulmana de los si­ al-aṭibbā’ wa-l-ḥukamā’, ed. F. Sayyid, El Cairo, po instalado en las dependencias de los pala­
glos XI-XII. El Ms árabe 887 de El Escorial", 1955.Trad. parcial J.Vernet, "Los médicos an­ cios de Córdoba.
Dynamis, Acta Hispanica ad Medicinae daluces en el "Libro de las generaciones de mé­ 7. Traducción castellana de un pasaje extraído de
Scientiarumque Historiam Ilustrandam 3 (1983), dicos", de Ibn Ŷulŷul", Anuario de Estudios Me­ la obra de IBN ḤAYYĀN, Al-Muqtabas V,ed.
313-39. dievales 5 (1968), 445-462. P. Chalmeta, Madrid, 1979, p. 461. Ofrecemos
CABANELAS RODRÍGUEZ, D., "La madraza ára­ LÉVI-PROVENÇAL.E., Historia de la España Mu­ aquí la versión de Mª.J.Viguera y F. Corriente,
be de Granada y su suerte en época cristiana", sulmana, vols. IV y V de la Historia de España reproducida en su trabajo Crónica del califa
Cuadernos de la Alhambra 24 (1988), 29-54. dirigida por R. Menéndez Pidal, trad. E. García ‘Abdarraḥmān III an-Nāṣir entre los años 912 y
— Una Crónica anónima de ‘Abd al-Raḥmān III al-­ Gómez, Madrid, 1973-1976. 942 (al-Muqtabis V), trad., notas e índices por
Nāṣir, ed. y trad. E. Lévi- Provençal y E. García — Documents inédits sur la vie sociale et économique Mª J.Viguera y F. Corriente, Zaragoza, 1981, p.
Gómez, Madrid-Granada, 1950. en Occident musulman au Moyen Âge. Trois traités 347.

66
- LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

8. A C. ALVAREZ DE MORALES se debe la 28. Como es bien sabido, estos leones de piedra pp. 44-5. Ofrecemos aquí la versión de Ma J.
última de las interpretaciones apuntadas. Cf. pueden contemplarse hoy en la alberca situada Viguera y F. Corriente, reproducida en su op.
art. cit.,p. 1095. en los jardines de El Partal. cit., p. 46.
9. Puede servirnos de ejemplo el caso de Ibn 29. Bonete o especie de capucha. 44. Traducción castellana de un pasaje extraído de
Ŷulŷul, que hubo de estudiar diez años —desde 30. Traducción castellana de un pasaje extraído de la obra de AL-MAQQARĪ, Nafḥ al-ṭīb, ed. I.
los catorce hasta los veinticuatro- hasta recibir la obra de IBN ḤAYYĀN. Al-Muqtabis min ‘Abbās, Beirut, 1968. Cf. vol. I, pp. 360-1.
el título de médico. anbā’ahl al-Andalus, ed. M.‘A. Makkī, El Cairo, 45. IBN ABĪ UṢAYBI‘A, ‘Uyūn al-anbā’fī ṭabaqāt
10. Cf.VERNET, J., art. cit., p. 460. 1973, pp. 158-163. Ofrecemos aquí la versión al-aṭibbā’. Médecins de l’Occident musulman, ed.
11. Esta obra está recogida en el manuscrito árabe de C.ÁLVAREZ DE MORALES, reproduci­ H.Jahier y A. Noureddine, Argel, 1958.
887 de la Biblioteca de El Escorial, cuya edición da en su trabajo «La muerte del emir ‘Abd al-­ 46. Expedición o campaña militar.
constituyó el tema de la Tesis doctoral de L. M. Raḥmān II, según el relato del Muqtabis de Ibn 47. Cf.VERNET,J., art. cit., p. 461.
ARVIDE CAMBRA, leída en la Universidad Ḥayyān», en Toletum, Boletín de la Real Academia 48. Cf.IBNABl USAYBLA, op.cit.,pp.24-5.Uti­
de Granada, en diciembre de 1982, con el título de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo lizamos la versión castellana que da J. VERNET
Historias clínicas y consideraciones médico-filosóficas LXVII, segunda época, n° 14 (1984), 97-104. en su art. cit., p. 461, nota 154.
según el manuscrito árabe 887 de la Biblioteca del El cambio de algunas transcripciones de la ver­ 49. «Secretario».
Escorial.La información que aportamos sobre ella, sión original por otras, o por términos tradu­ 50. Dependiendo de los casos, este término puede
así como la versión castellana que, de algunos de cidos, se debe a nuestra mano. Con ello sólo equivaler a «servidores», «esclavos», o «eunu­
sus párrafos, reproducimos más adelante, proce­ pretendemos adoptar un criterio de transcrip­ cos».
den del resumen de esta tesis, publicado por la ción único en nuestro trabajo y facilitar el se­ 51. «Jefe o encargado del nivel intermedio de la
Universidad de Granada en 1983, y de un traba­ guimiento del pasaje al lector no arabista. policía».
jo de la misma autora, titulado «Nota sobre la 31. Este es uno de los diagnósticos parciales dados 52. Traducción castellana de un pasaje extraído de
práctica y la enseñanza de la medicina en la Es­ por el Dr.A.ARJONA CASTRO en dos tra­ la obra de IBN ḤAYYĀN, Anales palatinos del
paña musulmana de los siglos XI-XII.El Ms árabe bajos dedicados a analizar la muerte del emir califa de Córdoba al-Ḥakam II, por ‘Īsà ibn Aḥmad
887 de El Escorial», Dynamis, Acta Hispánica ad ‘Abd al-Raḥmān II: «En torno a la vida y la al-Rāzī, trad. E. García Gómez, Madrid, 1967,
Medicinae Scientiarumque Historiam Illustrandam 3 muerte del emir ‘Abd al-Raḥmān II», Boletín pp. 244-5. El cambio de algunas transcripcio­
(1983), 313-39. de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y nes de la versión original por otras, o por tér­
12. Cf.VERNET, J., art. cit., p. 455. Para el lector Nobles Artes de Córdoba XLIX (1980), 249-256; minos traducidos, se debe a nuestra mano. Con
falto de concreción cronológica, quizá conven­ y, especialmente, «De nuevo sobre la causa de ello sólo pretendemos adoptar un criterio de
ga recordar aquí que ‘Abd Allāh gobernó entre la muerte del emir‘Abd al-Raḥmān II», Bole­ transcripción único en nuestro trabajo y faci­
los años 888 y 912,y que ‘Abd al-Raḥmān al-­ tín informativo del Ilustre Colegio Oficial de Médi­ litar el seguimiento del pasaje al lector no
Nāṣir lo hizo entre el 912 y el 961. cos de la provincia de Córdoba n° 118 (mayo 1985), arabista.
13. Ibídem, pp. 453-4. 29-32. 53. Ibídem, p. 231.
14. Ibídem, p. 454. 32. A tal deducción llega A.ARJONA CASTRO. 54. Ibídem, p. 246.
15. Ibídem, p. 455. Cf. su artículo «De nuevo sobre la causa de la 55. Ibídem, p. 247.
16. Limosna legal. muerte», p. 30. 56. Ibídem, pp. 247-9.
17. Cf.VERNET, J., art. cit., p. 460. 33. Ibídem, pp. 30-2. 57. Pasadizo cubierto entre el alcázar y la mezqui­
18. Ibídem, pp. 456-7. 34. Cf.VERNET,J., art. cit., p. 456. ta aljama de Córdoba, construido en tiempos
19. Pincel de colirio. 35. Ibídem, pp. 459-60. del emir‘Abd Allāh (888-912). Antes y des­
20. Cf. ARVIDE CAMBRA, L.M., art. cit., pp. 36. Ibídem, p. 457. pués de las plegarias, ocultos a los ojos de las
320-1. 37. Electuario. miradas, los califas se sentaban allí para ver a la
21. Plato de leche y miel. 38. Alheña. gente y estar, así, al tanto de sus asuntos y acti­
22. Plural castellanizado del vocablo árabe dirham, 39. Cf.VERNET,J., art. cit., pp. 457-8. vidades: escuchaban las injusticias que se co­
que hace referencia tanto a una unidad mone­ 40. Traducción castellana de un pasaje extraído de metían y conocían con detalle todo cuanto
taria como a una unidad de peso. la obra Una crónica anónima de ‘Abd al-Raḥmān tenía que ver con sus súbditos.
23. Cf. ARVIDE CAMBRA, L.M., art. cit., pp. III al-Nāṣir, ed. E. Lévi-Provençal y E. García 58. Cf. IBN ḤAYYĀN, Anales palatinos, p. 251.
328-9. Gómez, Madrid-Granada, 1950. Ofrecemos 59. «Encargados de la policía».
24. Ibídem, p. 336. aquí la versión de estos editores, reproducida 60. «Encargados de la policía superior».
25. Plural castellanizado del término árabe arŷūza en el trabajo mencionado. Cf. p. 27 del texto 61. Cf. IBN ḤAYYĀN, Anales palatinos, pp. 252-4.
(pl. arāŷīz), que hace referencia a una compo­ árabe, que se corresponde con la p. 89 del tex­ 62. IBN SA'ĪD, Al-Mugrib fī ḥulà l-Magrib, ed. Š.
sición poética en metro raŷaz. to castellano. Ḍayf,El Cairo, 1953-5. Cf.la noticia en vol. II,
26. «Al-Mustanṣir bi-llāh», es decir, «el que busca 41. Ibídem, p. 89, nota 1, en la que los editores di­ p. 182.
la ayuda victoriosa de Dios», y «al-Mu’ayyad cen, además, que «ningún texto histórico nos 63. Cf. IBN ḤAYYĀN, Anales palatinos, pp. 192-3.
bi-llāh», es decir, «el que recibe la ayuda victo­ permite, que sepamos, completar este resto de 64. Ibídem, pp. 193-4.
riosa de Dios», fueron los títulos honoríficos frase, que resulta bastante enigmático». 65. De esta obra sobre obstetricia y pediatría, cuyo
que recibieron, respectivamente, al-Ḥakam II 42. Cf. IBN ḤAYYĀN, Al-Muqtabas V, ed. P. título original es Kitāb jalq al-ŷānīn wa-tadbīr
y su hijo Hišām II, califas que gobernaron al-­ Chalmeta, Madrid, 1979, p. 44. al-ḥabālà wa-l-mawlūdīn, existe una edición ára­
Andalus entre el 961 y el 1013. 43. Traducción castellana de un poema extraído be y dos traducciones. La edición árabe, junto
27. Cf.VERNET, J., art. cit., p. 462. de la obra de IBN ḤAYYĀN, Al-Muqtabas V, a una traducción francesada llevaron a cabo H.

67
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS -

JAHIER y A. NOUREDDINE, Le Livre de la vol. II, p. 298. La seguimos gracias al trabajo siglo XIX. Está claro que la causa del in­
Génération du Foetus, Argel, 1956, a partir de del Dr. A. ARJONA CASTRO, «La artritis somnio, pese a lo que nosotros escribimos
una copia manuscrita fechada en 1264, que se gotosa que padeció Almanzor en las últimas en aquella ocasión, eran sus accesos artríticos
conserva en la Biblioteca de El Escorial. Hay, décadas de su vida, como posible causa de su de gota que le producían intensos dolores
asimismo, una traducción al castellano que se muerte», Corduva 8 (1980), 49-55. nocturnos. Precisamente para aliviar estos
debe a A.ARJONA, «El libro de la generación del 69. A esas conclusiones llegaba A. ARJONA en dolores eran las sesiones de“cauteriopunción”
feto, el tratamiento de las mujeres embarazadas y de un primer momento, en el trabajo citado an­ que según Ibn ‘Iḏārī le aplicaban». Cf. A.
los recién nacidos» de ’Arib Ibn Sa’id (Tratado de teriormente, donde decía: «No sabemos a qué ARJONA CASTRO, «Abulcasis y la gota de
Obstetricia y Pediatría hispano árabe del siglo X), se refiere esta “enfermedad del nervio”; cree­ Almanzor», Boletín informativo del Ilustre Cole­
Córdoba, 1983. mos que se trata de una alusión a que la causa gio Oficial de Médicos de la Provincia de Córdoba
66. Reproducimos las conclusiones a las que llega de este mal estaba en el sistema nervioso». Cf. 118 (mayo 1985), 26-7.
el Dr. A. ARJONA CASTRO, en su trabajo art. cit., p. 53. 72. Esta noticia fue estudiada por A. ARJONA, en
«La Pediatría y la Puericultura en la Córdoba 70. Ibídem, p. 54. «La artritis gotosa», p. 52.
del siglo X», Boletín de la Real Academia de Cien­ 71. El fragmento al que nos venimos refiriendo 73. Ibídem, p. 53.
cias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba n°. puede verse en IBN ‘IḎĀRĪ, op. cit., II, pp. 74. Cf. IBN ‘IḎĀRĪ, op. cit., II, p. 301. A.Arjona
101 (1980), 35-51. Cf.p. 47. 300-1. En un trabajo posterior al ya citado, fue quien reparó y sacó a la luz el contenido
67. Ibídem, pp. 47-8. el mismo Dr. Arjona precisaba: «El “nervio” de este texto: primero lo hizo en «La artritis
68. IBN ‘IḎĀRĪ, Kitāb al-Bayān al-mugrib fī ajbār son los tendones de su sistema articular. Los gotosa», p. 50; y, posteriormente, en «Abulcasis
al-Andalus wa-l-Magrib, I-II, ed. G. S. Colin y E. médicos medievales y posteriores confun­ y la gota de Almanzor», pp. 26-8.
Lévi-Provençal, Leiden, 1948-51; III, ed. E. dían los tendones con los nervios pues la 75. Véase A. ARJONA, «La artritis gotosa», p. 54.
Lévi-Provençal, París, 1930. Cf. la noticia en función de éstos no sería conocida hasta el 76. Ibídem, pp. 50-1.

68
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

EL HOMBRE ANTE LA ENFERMEDAD

Camilo ALVAREZ DE MORALES


(Escuela de Estudios Arabes, Granada),
(CSIC)

1. El cuerpo humano mal o vital, que se ocupa de crear y mantener do al alma y a sus acciones. Por ej. el cuerpo
el calor natural; 3: nutritiva; 4: reproductora. del león, cuya alma es brava y colérica, tiene
n general,para los autores que se ocu­ Cada parte, a su vez, posee un órgano rector, garras, es fuerte, posee grandes dientes; el de

E paron de este tema1, en el origen del


mundo se hallan cuatro principios fun­

la tierra, que, a su vez, poseen los cuatro ele­


ayudado por otros secundarios. El órgano prin­
cipal de la función psíquica es el cerebro, del
damentales que son el fuego, el aire, el agua yque salen los nervios y la médula espinal. El
encéfalo es la fuente, la médula es como un
la liebre, cuya alma es tímida y blanda, es lige­
ro y hecho para correr y escapar.Y añade que
Dios ha creado para el cuerpo partes diferen­
tes que convengan a sus acciones. Las manos,
mentos inmutables: el calor, el frío, la hume­ gran río que fluye de ella y los nervios son con los dedos separados, para coger cosas gran­
dad y la sequedad. El fuego es caliente y seco, canales de este río, encargados de transmitir des y pequeñas; ha hecho rojo el hígado para
el aire es caliente y húmedo, el agua es fría y sus órdenes. que esté dispuesto para la formación de la san­
húmeda y la tierra es fría y seca. Siendo el El órgano principal de la función vital es gre y blancas las mamas y los testículos para la
hombre parte del universo, participa de los el corazón, del que salen las arterias, que re­ creación de la leche y del esperma.
cuatro principios fundamentales y de los cua­ parten el calor natural y la fuerza vital por el A este propósito, quiero traer la opinión
tro elementos. Las partes que componen el resto del cuerpo. de Ibn Ḥabīb, el famoso polígrafo granadino
cuerpo son sustancias nacidas de la mezcla de El órgano principal de la nutrición es el del siglo IX que, sin ser médico, dedicó a esta
los humores, lo mismo que los humores son hígado, que es donde el alimento se convierte ciencia una obra5, la primera escrita en al-­
sustancias nacidas de la mezcla de los elemen­ en sangre. Las venas que salen de él llevan la Andalus. La obra es de un alto interés porque
tos2 . sangre al resto del cuerpo para nutrirlo. Los permite conocer diversas facetas de la medi­
Rāzī, el célebre médico persa del siglo X, otros órganos le ayudan a preparar los alimen­ cina árabe del momento, en la que los cono­
dedica, entre otros, varios aforismos3 al tema tos para ser digeridos y a eliminar los restos cimientos de los primeros años del Islam, la
de la constitución del hombre. Según dice, el superfluos. que se ha llamado Medicina del Profeta por
hombre está compuesto por tres géneros de Los órganos principales de la generación ser él quien dictaminaba en temas y casos con­
cuerpos: los espíritus, los fluidos y los sólidos. son los testículos y la matriz y los órganos cretos, alterna con prácticas mágicas en uso
Los espíritus son los vapores que hay encerra­ conductores son la uretra y los canales defe­ también en aquellos momentos e incluso si­
dos en él; los fluidos son los cuatro humores rentes. En las mujeres hacen este oficio los glos más tarde, y, sobre todo, porque siendo
(sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra); los oviductos. coetáneo de los primeros traductores de obras
sólidos son el cartílago, el hueso, la carne y Cada una de las partes del cuerpo, además griegas, mezcla las teorías humorales de los
todo lo que le rodea, como la piel y cosas de tener una misión propia, colabora con las griegos con opiniones propias o suministra­
similares.Todas las cosas que forman parte de demás, de modo que todas hacen posible el das por anónimos médicos medineses (“gen­
los componentes del hombre poseen cuatro funcionamiento del cuerpo. Todas las partes tes de ciencia, conocedores de la enfermedad
cualidades: calor, frío, humedad y sequedad. provienen del esperma y de la sangre. y los medicamentos”).
Aparece aquí, ya, un número, el cuatro, que Esta es, básicamente, la noción del cuerpo
será constante en cuanto al cuerpo humano que tenían los autores árabes. Como repeti­ “Lo que ha llegado acerca de la constitución del
se refiere: cuatro principios, cuatro elemen­ damente se ha señalado, siguen a Galeno con cuerpo
tos, cuatro humores, cuatro partes principales, gran fidelidad, del que disienten en muy con­ Dijo ‘Abd al-Malik b. Ḥabīb: Oí a algunos
cuatro órganos rectores de cada una de ellas, tadas ocasiones. medineses de la gente de la ciencia médica de
cuatro edades en la vida del hombre. Incluso, Junto a estos datos puramente materiales, los árabes, conocedores de la enfermedad y de
se le relacionará con las cuatro estaciones del aparece la idea del espíritu como animador los medicamentos, decir:
año. de la materia y condicionador de ella. Así, otro El cuerpo está compuesto de cuatro partes. La
Suelen coincidir los autores en que el cuer­ médico oriental del siglo X,Alī Ibn al-‘Abbās, primera es la cabeza y lo más importante de
po se divide en cuatro partes, según la fun­ en la exposición general que precede a su ella es el cerebro, que es el órgano rector del cuer­
ción que desempeñan: 1: psíquica, que se ocu­ obra4 indica que el cuerpo, tanto en el hom­ po. Cuando el hombre posee un cerebro bien
pa de la percepción y el movimiento; 2: ani­ bre como en el animal, es un órgano adapta­ organizado, es una persona admirada en su

69
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Operación de trepanación. Tratado de al-Zahrāwī.

entorno, que lleva sus asuntos con sensatez [...]. En este fragmento vemos como en el li­
El pecho es la segunda de las partes. Lo gobier­ bro de Ibn Ḥabīb se reproduce, casi exacta­
na el corazón, que está situado entre los dos mente, el esquema que luego aparecerá en los
pulmones que lo enfrían. textos de los grandes maestros. Si, como pare­
La tercera parte es el vientre, que se extiende ce deducirse de su relato, no fueron ellos sus
hasta la vejiga. Está regido por el hígado que es informadores, sino médicos comunes (“co­
el que organiza el proceso alimenticio. Hace que nocedores de la enfermedad y los medicamen­
se cueza el alimento en el estómago. Luego, él tos”), podría pensarse que la medicina griega
mismo, el hígado, purifica este alimento, toma la estaba implantada ya en esta época en Oriente.
parte limpia y la convierte en sangre, la cual Sigamos con Ibn Ḥabīb.
vierte en el corazón, el cual, a su vez, la lleva a
las venas. En cuanto a las impurezas, las recha­ “Constitución del hombre
za y las lleva a los intestinos y, de allí, al ano. Dijo ‘Abd al-Malik b. Ḥabīb: Oí a algunos
[...] Si no fuese por el hígado, no se digerirían medineses de la gente de la ciencia médica de
los alimentos en el vientre. los árabes, conocedores de la enfermedad y de
La vejiga y lo que hay bajo ella constituyen la los medicamentos, decir:
más inferior de las cuatro partes. Está regida La enfermedad participa de cuatro humores, al
por los riñones, que son los que la gobiernan. igual que el año y el hombre. Los cuatro humo­
[...]. res de la enfermedad son: la sangre, la flema, la
Todo ello por la voluntad de Dios, Poderoso y bilis roja y la bilis negra. Las partes del año
Sabio. ” son: el invierno, la primavera, el verano y el

70
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Tratado de Physionomia, de al-Fanari, s. XVI.


Biblioteca Nacional de París.

Esquema anatómico procedente de un texto árabe


medieval, s. XV.

71
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS —

otoño. El humor del invierno es la flema, el de la risa en el bazo, la alegría y la tristeza en el municación entre macrocosmos y microcos­
la primavera es la sangre, el del verano es la rostro, el gozo en el pecho, la concupiscencia en mos serviría de base científica a la astrología y,
bilis roja y el del otoño la bilis negra. las partes pudendas, la descendencia en la espi­ en el caso que nos ocupa, a la astrología mé­
[...] Las edades del hombre son cuatro: la in­ na dorsal y la fuerza en su semen. dica en la que se basaba el diagnóstico y pro­
fancia, que dura diecisiete años, lajuventud, otros Le puso diez dedos en las manos que le dan nóstico de las enfermedades. El ascendiente
diecisiete, la madurez, también diecisiete y la fuerza, y otros diez en los pies, por la misma de los astros en el hombre comienza cuando
vejez, que llega hasta elfin de la vida. El hu­ razón. Le colocó dos puertas por las que oyera éste todavía está en el vientre materno. Du­
mor de la infancia es la sangre, que es caliente y su corazón y dos puertas por las que viera, que rante el primer mes de embarazo el feto está
húmeda, y la parte del año que le es más perju­ son la luz del cuerpo. Le puso una puerta por influenciado por Saturno, durante el segundo
dicial es la primavera, porque encierra el domi­ la que el cuerpo recibiera la vida y colocó en ella por Júpiter y así sigue en orden descendente
nio de sus humores, ya que la primavera es ca­ una lengua para exponer sus palabras y un de los planetas hasta llegar al séptimo mes, que
liente y húmeda [...]. paladar para apreciar la bondad de cualquier corresponde a la Luna, para empezar, de nue­
El humor de la juventud es la bilis roja, que es alimento; también le puso dosfosas nasales con vo el ciclo por Saturno. Saturno es maléfico y
caliente y seca, y la parte del año que más daño las que poder percibir el olor de todas las cosas. Júpiter paternal y benéfico6.
le causa es el verano, porque esta estación encie­ Colocó dos puertas para que salieran los resi­ Los puntos principales que había que te­
rra el poder de sus humores, ya que es caliente y duos de la comida y de la bebida y puso tres­ ner en cuenta para realizar este estudio eran:
seco [...]. cientas sesenta articulaciones, trescientos sesenta 1) La posición central de la tierra, alrededor
El humor de la madurez es la bilis negra, que huesos, trescientas sesenta venas que están quietas de la cual giran los cuerpos celestes; 2) La agru­
es fría y seca. La parte del año que más daño le y trescientas sesenta venas que se agitan. Si las pación de las estrellas en doce constelaciones
causa es el otoño, porque encierra el poder sus venas que se agitan estuviesen quietas no se­ denominadas con los doce signos del Zodia­
humores, ya que el otoño es frío y seco [...]. rían útiles para la vida, y si se agitaran las ve­ co; 3) La naturaleza de cada planeta según la
Los humores de la vejez son la pituita y la nas que están quietas, tampoco lo serían. doctrina de los elementos (frío, caliente, hú­
flema, que son frías y húmedas, y la parte del Dijo ‘Alī ibn Abī Ṭālib, Dios esté satisfecho de medo y seco); 4) El ángulo formado por los
año que más daño le causa es el invierno, por­ él: Dios creó la garganta para la voz, la lengua rayos que emiten dos planetas al unirse desde
que tiene el poder de sus humores, ya que el para las palabras, el corazón para la inteligen­ el lugar de observación de la tierra; 5) El pla­
invierno es frío y húmedo [...]. cia, el hígado para la tristeza, los riñones para neta dominante en un día u hora determina­
Debes saber que la sede de la sangre es el híga­ la prudencia y la astucia, el pulmón para respi­ dos. Conociendo el nombre de la persona y
do, de donde va a las venas y al corazón. [...]. rar y el bazo para la risa. el día que ha nacido se realizan unas opera­
La sede de la bilis roja es la vesícula biliar [...]. Dijo ‘Abd al-Malik: El origen de la inteligen­ ciones aritméticas y se averigua el signo del
La sede de la bilis negra es el bazo [...]. La cia se halla en el corazón y su emplazamiento Zodiaco dominante en su existencia, con lo
sede de la flema es el pulmón y su lugar de en el cerebro. que se determinan su apariencia física, sus
procedencia la cabeza, desde donde baja al pe­ Dijo ‘Umar, Dios esté satisfecho de él: Los ór­ enfermedades principales, la época en que
cho y de allí al pulmón.[....]. La sede de la ganos del cuerpo son los auxiliares del corazón, podrá padecerlas y si curará mejor o peor de
pituita son las articulaciones y la de los gases que es su rey. Así, los pies son como dos manos, ellas, además de otros acontecimientos impor­
los intestinos. ” las manos son como dos alas, los ojos son dos tantes de su vida, como son casamiento, nú­
vigías, la lengua es un intérprete, los oídos dos mero de hijos y otros7.
Hasta aquí, Ibn Ḥabīb continúa en la línea avisadores, los riñones son dos administradores, Dentro de este proceso, se establecen ana­
anterior de coherencia con las ideas griegas, el bazo sirve para la risa y la alegría, el hígado logías entre las partes del cuerpo y las del uni­
pero inmediatamente, sin transición en el texto, para la tristeza, la cólera y la compasión, el verso. Se asocia la cabeza con el firmamento,
varía de tono, coincidiendo con el cambio de pulmón para la respiración, el cerebro para la el ojo derecho con el sol y el izquierdo con la
sus informadores, que pasan de ser médicos a inteligencia, los testículos para la procreación, el luna, las orejas con Júpiter y Saturno, la parte
tradicionistas o compañeros de Mahoma, es pecho para la preocupación, la nariz para oler y derecha de la nariz con Mercurio y la izquierda
decir hombres sin formación científica, que los labios para gustar. El corazón es el rey de con Venus, y la boca con Marte. Existe, tam­
basan sus opiniones en la tradición o en los todos ellos y si el rey es bueno, sus soldados son bién, dependencia entre los miembros del
relatos transmitidos oralmente. buenos, pero si el rey es malo, sus soldados son cuerpo y los signos del Zodiaco: la cabeza
malos. pertenece a Aries, el cuello a Tauro, los hom­
“Dijo ‘Abd al-Malik, tomándolo de Wahb b. bros y las manos a Géminis, el pecho a Cán­
Munabbih: Cuando Dios creó a Adán puso en Hasta aquí las referencias a Ibn Ḥabīb. cer, el corazón y el vientre a Leo, los genitales
su cuerpo nueve puertas: siete en su cabeza y Otro punto a considerar en cuanto se re­ aVirgo, las caderas a Libra, las nalgas a Escor­
dos en su cuerpo. Colocó la inteligencia en su fiere a la idea del cuerpo humano, es el hecho pio, los muslos a Sagitario, las rodillas a Capri­
cerebro, el secreto en sus riñones, la cólera y la de entender al hombre como parte del cos­ cornio, las piernas a Acuario y los pies a Piscis.
misericordia en su hígado, el arrepentimiento en mos, por lo que está totalmente influenciado Incluso, como último extremo, se compara la
su corazón, el deseo y el aliento en el pulmón, por él y participa de sus mutaciones. Esta co­ carne a la tierra, la sangre al agua, las arterias y

72
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Los signos del zodíaco y el cuerpo hurmano.

73
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS —

las venas a los ríos, los huesos a las montañas y Sin embargo, a pesar de la idea predomi­ de ojo u otras causas en las que existía un com­
las rocas, los cabellos a la hierba8. nante de que cada hombre trae en su naci­ ponente mágico-religioso muy elevado.
miento las enfermedades que luego le irán En aquellos momentos, la curación se ha­
aquejando, no se supone que todas vayan apa­ cía por medios empíricos y por medios
2. La actitud del hombre ante la enfer­ reciendo de manera inevitable. Parece como creenciales. En el caso de la intervención má­
medad si unas se presentaran de modo ineludible y gica las enfermedades eran tratadas en el mis­
otras estuvieran latentes y se desarrollaran o mo terreno en que se produjeron, emplean­
La Edad Media fue una época en que las no dependiendo de ciertos factores: por un do, por tanto, elementos en los que lo
enfermedades abundaban, debido al hambre, acidente determinado, por un mal uso de cier­ creeencial era lo más importante. Se recurría
a las guerras, a las sequías y las inundaciones y tas sustancias o por ciertas actitudes. El Profe­ a la recitación de fragmentos de azoras o de
a las grandes epidemias, que eran consecuen­ ta, máxima referencia siempre de todo mu­ azoras completas, entre las cuales eran de pro­
cia de la falta de higiene y se veían agravadas sulmán, dijo en cierta ocasión: bada eficacia las 113 (El alba) y 114 (Los hom­
por la desnutrición. No es que hubiera más bres), conocidas como Las Protectoras, a la pro­
enfermedades que hay ahora sino que había El comienzo de toda enfermedad se halla en nunciación de frases atribuidas al Profeta para
más enfermos, porque el hombre se encon­ tres cosas: el frío, el cansancio y el exceso de casos parecidos, a la aplicación de escritos con
traba menos defendido contra los agentes que comida. trozos del Corán en lugares doloridos, al uso
las provocaban9. de amuletos y talismanes, a realizar abluciones
La actitud del hombre medieval, y por lo El musulmán, aún aceptando la enferme­ o hacer invocaciones a personajes concretos,
tanto del musulmán, ante la enfermedad es dad como algo inherente a su condición hu­ como es el caso de Noé:
que no se trata de un hecho aislado, que se mana, no permanecerá pasivo, sino que to­
soluciona con un remedio concreto, sino que mará medidas para preservarse de ella. Al prin­ Se dice que quien recita al amanecer y al atar­
el hombre desde que viene al mundo es por­ cipio, lo hará siguiendo consejos dictados por decer: “Paz en los mundos sobre Noé" no será
tador de una serie de males, normalmente el Profeta o por hombres sabios, o bien con picado por el escorpión ese día”.
impuestos por Dios, a los que tiene que com­ prácticas que la costumbre había demostrado
batir, pero siendo consciente de que no hay útiles. Luego, en los años en que la medicina Las enfermedades que se podían curar por
soluciones definitivas sino, más bien, alivios científica se ha desarrollado, de acuerdo con procedimientos mágico-religiosos eran mu­
momentáneos de unas dolencias concretas que las normas que aparecen en las obras de los chas. Ibn Ḥabīb12 cita la lepra, la locura, la
pueden o no repetirse, en cuyo caso se vuelve grandes autores, quienes, prácticamente sin ex­ elefantiasis, la tos, las enfermedades del vien­
a aplicar el remedio, pero siempre con la idea cepción, dedican tratados específicos o capí­ tre, la fiebre y el mal aliento, aunque, de modo
clara de que nunca habrá remedio total. tulos de libros a la conservación de la salud, general, se podría decir que las más habituales
En suma, la enfermedad no aparece en el mundo como medio de preservarse de la enferme­ eran las fiebres, los malos sueños, los ataques
medieval como un defecto casual o como una dad. Su actitud ante el modo de combatirla epilépticos y los dolores fuertes. A ellas se po­
disfunción pasajera y mucho menos como un des­ variará según se considere que la causa de la drían añadir distintos tipos de llagas, heridas e,
perfecto fácilmente reparable, sino como el destino misma sea de naturaleza sobrenatural o natural. incluso, hemorragias:
del hombre10.
Para el musulmán, Dios, como creador de El remedio contra la hemorragia nasal erafrotar
todo, es, también, quien hace llegar al hombre 3. La enfermedad de causa sobrenatural la nariz con el dedo y luego decir: “¡Tierra,
la enfermedad y el único que puede sanarla, engulle tu agua!. ¡Cielo, detente!. Y se curará,
ya que ha asignado un remedio para cada una En los primeros tiempos, los musulmanes, con el permiso de Dios.
de ellas. El hombre pone los medios que cree con las prácticas anteislámicas muy recientes
oportunos, recurre al auxilio de otras personas, aún e influenciados por el ambiente religioso El musulmán entenderá perfectamente
fundamentalmente del médico, pero, en última de su tiempo y del mundo circundante, vi­ ambas circunstancias, es decir la causa y la
instancia sólo se cura porque Dios quiere. viendo ellos mismos la experiencia de una curación. En todos los casos aceptará la magia
religión recién revelada, que, por tanto, daba llamada blanca, es decir, aquella que utiliza
Se cuenta que Abraham -sobre él sea la paz- lugar a una sociedad en la que la presencia del causas naturales, y rechazará la llamada magia
dijo: “¡Oh Señor!, ¿a quién pertenece la enfer­ elemento divino y sobrenatural era constante, negra, que es la que obra sus efectos con ayu­
medad?" consideraban que entre los motivos fundamen­ da del demonio. Esta aceptación de la magia
Contestó [Dios]: “¡A Mi!" tales que provocaban la enfermedad estaban “lícita”, con el empleo de ensalmos curativos,
Dijo Abraham: “¿A quién pertenece el remedio?” los de carácter espiritual, en los que interve­ además de ser algo común en culturas ante­
Repuso [el Señor]: “¡ A Mi!” nían elementos ajenos a él, provocados por la riores, aparece en la Biblia (Exodo, 7) y fue
Dijo Abraham: “¿Y cuál es el papel del médico?” acción de genios maléficos, de demonios o de también aceptada por la iglesia cristiana de
Contestó [el Señor]: “Es quien aplica el reme­ otros hombres, en cuyo caso la enfermedad los primeros años de la Península. Todo ello
dio". podía ser producida por encantamiento, mal creaba un marco de licitud a estas prácticas en

74
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Traje talisrmán, s. XVI-XVII.

la sociedad musulmana13, que, además, segu­ arrancaba de los más antiguos ritos y tradi­
ramente no necesitaría acudir a ello, ya que la ciones de Oriente15. Una vez más la autori­
magia, además de ser algo integrado en su dad del Profeta avala estas creencias:
cultura y creencias vitales, se admitía en el
campo religioso, respaldado por la autoridad La fiebre, es decir Umm Mildām, ataca a la
suprema del Profeta14, quien, para combatir carne y a la sangre. Sufrío proviene de los dia­
los efectos de un encantamiento que se le hizo, blos y su calor delfuego del infierno. Cuando la
hubo de aplicarla a sí mismo: sintais lavaos con agua corriente cinco o siete
veces.
Se cuenta que el Enviado de Dios —Dios lo [...] Se cuenta que un hombre se quejó de fie­
bendiga y lo salve- se estaba quejando. Acu­ bre al Enviado de Dios -Dios lo bendiga y lo
dieron sus compañeros a auxiliarle y él les dijo: salve- quien le dijo: “Lávate tres veces antes de
“Gabriel ha venido y me ha hecho un encan­ que salga el sol y di: ¡En el nombre de Dios!
tamiento.Yo espero que Dios me cure”. ¡Por Dios, aléjate de mí, Umm Mildām!. ”
Preguntaron: “¿Y cual ha sido, Enviado de
Dios? Esta Umm Mildām tenía figura de mujer
El dijo: “En el nombre de Dios te conjuro de gruesa con el cabello rojo y el cuerpo amari­
toda cosa mala, te ayude contra todo envidioso llo. Se introducía en la persona a la que ataca­
y contra el mal de ojo. Y Dios te sirva de reme­ ba a través de la sangre, provocando debilidad
dio”. en todos sus miembros16.
Hay otra ocasión en la que el Profeta iden­
Las enfermedades, siempre dentro de este tifica la fiebre con una mujer. A causa de un
campo de la magia, se identificaban en oca­ paludismo que afectó una región de Medina,
siones con los genios que las producían, que Mahoma pidió a Dios que transfiriera la fie­
se representaban en formas de animales o per­ bre de Medina a Ŷuḥfa, un lugar situado entre
sonas, generalmente monstruosos, con los que Medina y la Meca. Una noche despertó de su
se dialogaba. Se seguía con ello una idea que sueño y dijo a sus acompañantes:

75
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Amuleto, s. XIII.

Lafiebre acaba de pasar a mi lado con el aspec­ Tampoco el Profeta se vió libre de este
to de una mujer con los cabellos erizados. Iba a tipo de encantamiento del que, una vez más,
al-Ŷuḥfa'7 le libró el arcángel Gabriel:

Estas enfermedades, antropomorfas y Se cuenta que las hijas de Labīd b. A‘ṣim al-­
zoomorfas, habitaban en lugares concretos, Yahūdī hicieron un encantamiento al Enviado
entre los se contaban el mar, los montes, los de Dios —Dios lo bendiga y lo salve— quien
lugares solitarios, los caminos, las ruinas, los sufrió mucho, llegando a sentir amenazada su
cementerios, las letrinas, e incluso se instala­ vida. Permaneció en aquel estado durante cua­
ban, a veces, dentro del propio cuerpo huma­ renta días en el curso de los cuales su cuerpo se
no, como es el caso del útero, la flema o los alteró y llegó a perder la memoria. Se presentó
pulmones18. ante él Gabriel— sobre él sea la paz— y le dijo:
Entre los diversos modos que existían para Muḥammad, tú [...] sufres un encantamiento.
provocar un mal por medios extranaturales, Preguntó Muḥammad: “¿Quien me lo ha he­
era frecuente el de hacer un nudo en una cuer­ cho?
da o en algo similar. Los efectos solían ser pa­ Respondió Gabriel: “Las hijas de Labīd [...]
ralización de las funciones fisiológicas y pér­ por medio de una zapatilla. ”
dida de memoria, es decir, actuaba como si se [...] Mandó llamar el Enviado de Dios —Dios
ataran el cuerpo y la mente de la persona afec­ lo bendiga y lo salve- a Abū Bakr y ‘Umar
tada. Tal es el caso de un esclavo que huyó de [...] y fueron con [la zapatilla] encontrando
casa de su dueño: que [...] tenía hecho un nudo muy complicado.
Descendió entonces Gabriel [...] con las dos
[...] Un esclavo había escapado de [casa de] su “Azoras Protectoras” y le dijo:
dueño, quien había hecho un nudo [en un cor­ “¡Lee, Muḥammad!”
del], sin ánimo de hacer magia. El esclavo se ex­ Preguntó Muḥammad: “¿Qué leo?”
travió en su camino y no podía orinar ni defecar. Contestó Gabriel: “¡Di: me refugio en el señor
Tan mal se encontraba que, de nuevo, regresó. del alba!”

76
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

El caballo en el Libro de las Utilidades de los


Animales de al-Mawṣilī, 1354.

A cada lectura [..] se iba aflojando el nudo, curaciones era elemento casi imprescindible
hasta llegar al final de las dos azoras. Entonces la saliva, su saliva, como soporte del espíritu,
resplandeció el Enviado de Dios y sanó. creencia que puede proceder de civilizacio­
nes primitivas en las que cualquier líquido
También se luchaba contra este tipo de en­ orgánico, como la sangre o la leche, e incluso
fermedades con remedios tradicionales a base el esperma y la orina, estaban muy cerca de
de plantas, sobre todo, bilis de animales en otros identificarse con el alma.
casos o sahumerios, o bien recitando jacula­ El propio Mahoma utilizó este procedi­
torias o llevando amuletos. Según Ibn Ḥabīb19, miento en alguna ocasión:
recogiendo palabras de ‘Āiša, el Profeta había
dicho que sólo son amuletos aquellos que se Llegó ante él -Dios lo bendiga y lo salve- un
cuelgan antes de que se produzca la enferme­ hombre que tenía una úlcera [...]Tomó el En­
dad, no después. Es decir, actuaban como pre­ viado de Dios un poco de su saliva con el dedo
ventivo no como remedio. y la puso sobre la úlcera diciendo: “En el nom­
Cuando alguien se veía afectado se aplica­ bre de Dios, con la saliva de uno de nosotros y
ba dichos remedios por sí mismo o acudía a con el polvo de nuestra tierra se cure el enfermo,
personas que tenían fama de curar tales do­ con el permiso de nuestro Señor”. Y el hombre
lencias por conocer exorcismos, ser virtuosas sanó en aquel mismo lugar.
y de gran religiosidad o poseer algún don es­
pecial. Estas personas, generalmente hombres, Este relato puede sugerir dos comentarios:
eran los llamados marabut (marbūṭ, hombre uno su evidente paralelismo con un pasaje
consagrado a la vida ascética) y poseían la evangélico; el otro la matización de Mahoma:
baraka, influjo bienhechor colmado de gracias “con la saliva de uno de nosotros”, es decir, no
divinas. Se les conocía por la prudencia y sa­ necesariamente la suya.
biduría de sus consejos, por la santidad de su La influencia del mal de ojo podía llegar
vida y sus costumbres y, sobre todo, por que hasta los animales, o más concretamente a los
en ellos se revelaban ciertos signos externos caballos, lo que, por otra parte, pone de relie­
con manifestaciones en forma de ataques epi­ ve el especial papel del caballo en la cultura
lépticos y diversos modos de locura20. En sus árabe y su equiparación con el hombre, hasta

77
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

el punto de sentir sus mismas dolencias y de ser humores son la sangre, la flema, la bilis roja y frente de los cuales existía un director, médi­
curado con las mismas invocaciones divinas21. la bilis negra. Luego instaló cada principio en co, a cuyo cargo había otros médicos que se
cada uno de los humores: la sequedad en la bilis ocupaban de distintas facetas curativas (hablar
Estábamos sentados con Ibn Mas‘ūd cuando negra, el calor en la bilis roja, la humedad en la de especialidades y especialistas podía ser un
llegó una esclava beduino cuyo dueño estaba en sangre y la frialdad en la flema. El cuerpo debe poco arriesgado y prematuro). Los enfermos
la reunión y le dijo: "Levántate y busca a un presentar equilibrio entre los cuatro humores que estaban divididos en dos grandes secciones:
encantador pues un fulano ha pasado junto a Dios puso en él como soporte, y cada uno de los hombres y mujeres y, a su vez, cada sección se
tu caballo, le ha hecho mal de ojo y éste se ha humores es dentro de él una cuarta parte, sin dividía en salas según los tipos de enfermeda­
puesto a dar vueltas como sifuera una bola”. que ninguno aumente por encima de los otros des: fiebres, heridas y golpes (traumatología),
Pero Ibn Mas‘ūd le dijo: “No busques a nin­ cuatro ni disminuya. Así, será perfecta su salud oftalmología, etc. En algunos hospitales exis­
gún encantador. Ve en busca de tu caballo, só­ si está equilibrada su naturaleza, conservando tían unas salas especiales, de recreo, para los
plale en el ollar derecho cuatro veces y en el el resto del cuerpo también su igualdad. Pero si convalecientes. Los hospitales disponían, tam­
izquierdo tres y luego di: En el Nombre de aumenta uno de los cuatro humores, éste altera bién, de unas habitaciones en las que se pre­
Dios, no hay mal. Aleja el mal, Señor de las a los otros tres y los violenta y la enfermedad paraban las medicinas que se necesitaban y,en
criaturas. Tu eres el curador, el único que descu­ entra en el cuerpo a consecuencia de la dismi­ algunos casos, de jardines botánicos en los que
bre el mal”. nución de los restantes humores y de la debili­ se cultivaban plantas medicinales.
No nos movimos de allí hasta que volvió el dad de sus enlaces. Cada día el médico jefe de la sala pasaba
dueño del caballo y dijo: “He hecho lo indicado visita acompañado de los estudiantes, que así
y he permanecido junto al caballo hasta que he Junto a los factores que provocaban iban observando métodos curativos,
visto que comía y orinaba. desequilibrios por alteraciones internas, la sa­ exploratorios, etc. No debían diferir mucho
lud se podía ver afectada por factores exter­ del método que hoy se sigue empleando en
nos, como las heridas, los traumatismos u otros nuestros centros hospitalarios.
4. La enfermedad de causa natural parecidos. En al-Andalus, en donde no hubo hospi­
Los remedios para las enfermedades de tales hasta que en el siglo XIV se levantó uno
Una vez que la ciencia griega ha penetra­ causa natural se buscaban en las plantas, de las en Granada, tal aprendizaje solía hacerse en
do ya en una sociedad en la que el elemento que los árabes eran buenos conocedores, las las consultas de los médicos de cierta expe­
religioso se contempla desde otra perspectiva, sangrías, las ventosas o cualquier otro proce­ riencia. El estudiante, o aspirante a médico,
cuando se ha formado una clase médica que dimiento que se considerara eficaz, con una asistía a estas consultas, oía y veía lo que su
ilustra a los cortesanos y a los ciudadanos, se eficacia que, en la mayoría de los casos, venía maestro preguntaba o hacía al enfermo y, lue­
busca como causa fundamental de la enfer­ avalada por la práctica. Cuando se trataba de go, se establecía entre ambos un diálogo sobre
medad la de tipo orgánico, provocada por dolencias pequeñas para las que bastaba con lo ocurrido.
agentes internos y motivada por un desequi­ usar plantas vulgares o hacer preparados En la Córdoba califal del siglo X se aten­
librio humoral, que acarrea, consecuentemen­ medicamentosos de fácil confección, el en­ día a los pobres en las dependencias del pala­
te, una alteración en las funciones de los dis­ fermo solía aplicarse a sí mismo el remedio, cio de Madīnat al-Zahra',o en ciertas institu­
tintos órganos. Desde los primeros momen­ aconsejado por otras personas. Si se trataba de ciones (rabaḍ al-marḍà) de los arrabales de Cór­
tos de contacto con la teoría humoral griega dolencias de mayor envergadura, con fuertes doba, aunque parece que estas últimas tenían
ya se indica así, incluso por personajes que no dolores, tumoraciones, alteraciones graves de un marcado carácter de lazaretos. El resto de
son médicos. la salud, llagas o heridas profundas, era el médi­ los enfermos acudían a las consultas que los
co quien debía buscar y aplicar el remedio. Ello médicos tenían establecidas y cuyas salas de
[...] Tomado de Wahb b. Munabbih quien ha­ nos lleva a analizar, aunque sea de modo muy espera eran las sillas que en la calle, frente a la
bía dicho: Cuando creó Dios a Adán mezcló en somero, la figura del médico y su actividad. puerta, se colocaban.
su cuerpo cuatro cosas: la sequedad, la hume­ En uno y otro caso, es decir Oriente y al-­
dad, el calor y elfrío. Ello se debe a que lo creó Andalus, además de este aprendizaje práctico,
de polvo y agua y luego puso en él el aliento 4.1. La enseñanza médica el aspirante debía estudiar los libros de los
vital y el espíritu (Vemos sustituidos el aire autores más eminentes, tanto griegos como
y el fuego por el aliento vital y el espíri­ En el mundo árabe el núcleo primero de árabes. Para ejercer la profesión se les hacía
tu.) La sequedad procede del polvo, la hume­ enseñanza, en general, fue la mezquita, alre­ una especie de exámenes, es de suponer que
dad del agua, el calor del aliento vital y el frío dedor del cual se fueron desarrollando, más tar­ por los médicos más destacados de cada ciu­
del espíritu. Más tarde, [...] le puso Dios cua­ de, las escuelas coránicas y, luego, la madraza. dad, superados los cuales se les concedía li­
tro humores, que son el soporte del cuerpo y su En lo que se refiere al aprendizaje de la cencia para enseñar lo que los libros estudia­
fundamento, sin que el cuerpo pueda subsistir medicina en concreto, en Oriente se hacía, dos por él decían.
más que con ellos y sin que ninguno de ellos fundamentalmente, en los hospitales, estable­ En algunos casos, y de ello tenemos la
pueda ser ayudado más que con sus iguales. Estos cimientos sanitarios bastante completos, al prueba de uno centrado en los últimos años

78
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

de la Granada nazarí, se requería el testimo­ ca bastante tardía, concretamente en el siglo Curación de una lesión lumbar, Avicennae Arabum
nio escrito de pacientes a los que había trata­ XVI, cuando se nos habla de los sanadores medicorum principis de Gerardo de Cremona,
do y curado, como medio para que tal médi­ ambulantes moriscos. Ibn Ŷulŷul, en el siglo 1595.

co pudiera ejercer su profesión. Era una espe­ X, nos relata una anécdota de un campesino
cie de “título profesional”. que acude a un afamado médico de Córdoba
En general, existían tres clases de profe­ para que lo cure. Es posible que de las enfer­
sionales: el sabio reconocido, caso de Avicena, medades de carácter leve o las de componen­
Rāzī, Averroes o Avenzoar, que no necesitaba te mágico-religioso se ocuparan ellos mismos,
ninguna prueba para ejercer su arte, el médi­ en sus respectivas comunidades, y para las do­
co común, que es el que debía ser examinado lencias graves acudieran a los médicos de las
y el curandero, que solía trabajar bajo la su­ ciudades.
pervisión del almotacén.
Por los zocos, además, se movía una serie
de personajes, como era el caso de los barbe­ 4.2. La práctica médica
ros y los sangradores, que realizaban pequeñas
operaciones, en las que entraban las sangrías, Uno de los más tempranos y principales
las extracciones de muelas, la aplicación de representantes de la medicina científica árabe,
ventosas y el cauterio, o los denominados bo­ Ḥunayn b. Isḥāq (s. IX), traductor de texto
ticarios o drogueros, que preparaban recetas y médicos griegos fue, además, autor, entre otras,
aplicaban remedios. A estos últimos, de modo de la obra titulada Kitāb al-masā’ilfī l-ṭibb (Li­
concreto, no se les consideraba fiables ni esta­ bro de cuestiones sobre medicina). Respon­
ban autorizados para realizar tal oficio, pero la día tal obra a un tipo de manual, bastante en
realidad era que actuaban con libertad, sin que uso en su tiempo, en forma de preguntas y
nadie les impidiera su ejercicio. respuestas, en el que el modo de exponer los
No tenemos noticias concretas acerca de conceptos resultaba fácil de retener por su for­
la existencia de una medicina rural hasta épo­ ma concisa y su prosa rimada.Y debía ser así,

79
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS -

ya que se había de aprender de memoria por incluido un médico de la corte de ‘Abd al-­ [...] Estas expresiones árabes se explicarían por
los estudiantes. Rahman III quien recurrió a un monje en el carácter casi siempre mortal de la enfermedad
A esta obra pertenece el extracto que si­ busca de un remedio para el dolor de oídos y debieron ser conocidas por los traductores del
gue22 , en el que se definen las enfermedades del califa24. árabe al latín, quienes entendieron que debían
con algunos ejemplos ilustrativos de ellas. Es A partir del siglo IX aparecen en al-­ traducirse por “cólico miserere”, ya que cuando
interesante este testimonio por lo temprano Andalus médicos musulmanes notables, for­ se presentaba esta enfermedad no quedaba más
que resulta y por ser una muestra del galenismo mados en parte en Oriente, aunque es el siglo remedio que prepararse a bien morir y rezar el
alejandrino recién penetrado en la cultura X el punto de partida del desarrollo real de la correspondiente Salmo penitencial, apareciendo
médica árabe. medicina árabe en nuestra tierra, tanto en lo esta expresión por primera vez en Ambrosio
que se refiere a la producción de textos como Paré (1546).
—¿Cuántos tipos de enfermedades hay?:Tres
a la presencia de profesionales que ejercen ya
-¿Cuáles son?: Las enfermedades que se pro­
una medicina de gran altura. Casi siempre, se La medicina de los cristianos perdió su in­
ducen en los miembros homogéneos [...] las que
indica como referencia fundamental para este fluencia a partir del siglo X, época en la que
se producen en los miembros instrumentales23
fenómeno la llegada a Córdoba de un ejem­ ya no se encuentran nombres de ninguno de
[...] Finalmente las enfermedades generales co­
plar de la Materia Médica de Dioscórides, for­ sus médicos. A ello pudo contribuir la dismi­
munes a estas dos [...]
mando parte de una serie de regalos que el nución de mozárabes en al-Andalus junto con
—¿Cuántas clases de enfermedades homogéneas
emperador bizantino Constantino Porfiroge­ la conversión al Islam de médicos importan­
hay?: Ocho
neta hizo al califa ‘Abd al-Raḥmān III. Como tes que pasaron, incluso, a formar parte de los
—¿Cuáles son?: Cuatro simples, a saber: caliente,
la obra estaba en griego se buscó un equipo círculos cortesanos de Córdoba. Se incorpo­
fría, húmeda y seca y cuatro compuestas, a saber:
de traductores que la vertieran al árabe, pro­ raban, así, a la nueva corriente científica que
caliente y seca, caliente y húmeda, fría y seca y
ceso que se llevó a cabo totalmente y en el ya circulaba en la España musulmana, actuan­
fría y húmeda. Pueden ser de cualidad simple o
curso del cual se debieron de cometer erro­ do dentro de ella. No obstante, y seguramen­
estar acompañadas deflujo de materia.
res, sobre todo en cuanto a nombres técnicos te a nivel popular, aparte del caso aislado, y ya
—Citad un ejemplo de enfermedad caliente de
griegos se refiere. Tales errores dieron lugar a recogido, del médico del califa, la costumbre
cualidad simple: La fiebre que se fija sobre los
casos curiosos, siendo el más interesante el que de acudir a los médicos cristianos pervivió a
órganos principales [...]
se refiere a la enfermedad conocida por cólico lo largo de siglos, hasta el punto que en un
—Citad un ejemplo de enfermedad caliente acom­
miserere. El profesor Vernet nos lo explica de­ tratado de ḥisba sevillano del siglo XII (el si­
pañada de flujo de materia: la fiebre producida
talladamente25 . glo de Avenzoar, de Averroes y Maimónides)
por la putrefacción.
se dice:
—Citad un ejemplo de enfermedadfría sin mate­
Los médicos griegos distinguían dos tipos de
ria: la rigidez que se produce en un hombre afec­
dolor abdominal localizados respectivamente en Lo mejor sería no permitir a ningún médico
tado por elfrío después de un viaje por la nieve.
los intestinos grueso y delgado, que recibían los cristiano ni judío que se dedicara a curar a los
—Citad un ejemplo de enfermedad fría acom­
nombres de “kolikos” y “eileós”, significando musulmanes [...]. Que curen exclusivamente a
pañada de flujo de materia: La parálisis.
este último “dolor bajo cuyo efecto el enfermo se los de su propia confesión26.
—Citad un ejemplo de enfermedad húmeda sin
retuerce”. Ambas palabras debieron ser
materia: Si la carne de una úlcera es blanda o si
arabizadas en el siglo IX con las formas Durante los siglos X al XV, las noticias de
la carne de todo el cuerpo se vuelve fláccida.
“qūunŷ” y “aylāwuš”. Posiblemente un judío que disponemos proceden de los tratados
—Citad un ejemplo de enfermedad húmeda con
o un cristiano oriental, algo conocedor del grie­ médicos. Son momentos en los que la medi­
materia: La hidropesía
go, leería la segunda palabra en nominativo (ára­ cina árabe ha alcanzado un nivel alto, segura­
—Citad un ejemplo de enfermedad seca sin ma­
be), “aylawsun”, que en dialectal de Bagdad se mente el mayor de su tiempo, y tanto el tipo
teria: Las convulsiones consecuencia de los vó­
oiría [...] de un modo muy similar a “eyleson”. de dolencias que se nos describen como los
mitos
Esta palabra la relacionaría con el “Kyrie métodos para curarlas responden, en líneas ge­
—Citad un ejemplo de enfermedad seca con ma­
eleison” (“¡Señor, tened piedad!”) y lo glosaría nerales, a una lógica aplicable a nuestros días.
teria: El cáncer.
en consecuencia. Debió ser así, puesto que Incluso la forma de exponer el caso puede
En los primeros años de presencia musul­ Avicena ya dice en el “Qānūn”que el “qulunŷ” tener similitudes con situaciones actuales. Ibn
mana en al-Andalus, al menos hasta el siglo es el cólico contra el cual se impetra la protección Wāfid, médico toledano del siglo XI, narra
X, la única medicina, prescindiendo de la que divina, y el granadino Muḥammad al-Šaqūrī así la curación de una gangrena27:
cada persona o cada familia aplicara en casos (m. 1369) [...] dice: “El cólico [...] que se lla­
sencillos, como ya vimos, era la practicada por ma “aylāwuš”y que significa “¡Oh Señor, con­ Le pregunté [al paciente] si tenía ulcerada la
los cristianos, tanto en sus monasterios como cédeme la salud!” es de todos los cólicos el más zona, pero no la tenía, a pesar de haber pus.
en las consultas que tenían en las ciudades, doloroso y peligroso. Se dice que entre otros nom­ Llevaba rascándose casi un año y no había di­
aunque sólo poseamos el testimonio de Cór­ bres tiene el de “[cólico] contra el que se implora cho nada. Supe que en su intestino habíafiema
doba. A ellos acudían los enfermos andalusíes, la protección divina”. salada y le mandé que se pusiera una lavativa y

80
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Edición latina de la Materia Médica de Dioscórides,


realizada por un anónimo alemán, s. XVI.
Biblioteca Nacional de Madrid.

un supositorio compuesto de miel y sal. [Lo que le dolía.


hizo] y arrojó gran cantidad de mucosidad. Preguntó: ¿Cuánto llevas así?
Luego le ordené que se aplicara sobre la zona Respondió: Desde hace diez días.
harina de cebada mezclada con vinagre y se Interrogó: ¿Has levantado peso, has saltado o te
curó, con el permiso de Dios. has caido?
Contestó: [...] He levantado peso
Más expresivo, aún, el el caso que sigue28: Entonces me ordenó mirarla y pasar mi mano
por el lugar.
Se presentó un hombre y refirió que tenía enci­ [...]
ma de su ombligo una cosa similar a una nuez, Dijo: Se trata de una hernia

81
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Escena de baños árabes. Edición latina de la Materia


Médica de Dioscórides, s. XVI.

Los textos de los autores de estos siglos mas compartieron, como parte que eran del
suelen tener, por norma general, una base cien­ mismo. Razones de tipo político, religioso,
tífica sólida y las curaciones que en ellos se social y económico hizo muy difícil el acceso
explican obedecen a planteamientos serios, de los moriscos a la enseñanza superior de la
incluso en casos que pueden no aparentar una medicina, siendo escasísimos los que podían
explicación lógica. Me estoy refiriendo a un llegar hasta la universidad, con algunas noto­
remedio para curar la diarrea que emplean dos rias excepciones como las de Alonso del Cas­
autores andalusíes, uno el ya citado Ibn Wāfid29 tillo y Miguel de Luna.
y el otro Abū l-‘Alā Zuhr (m. 1130)30.El pri­ Básicamente, se podrían establecer dos gru­
mero indica que se coloquen las dos mitades pos de médicos, muy desigualmente reparti­
de un huevo cocido, estando calientes, en el dos: uno, minoritario, de hombres con for­
hueco del codo, mientras el segundo prescri­ mación académica, alumnos de la reciente
be aplicar un vendaje en la misma zona. Esta Universidad, con los citados Alonso del Cas­
práctica, al parecer, produce su efecto porque tillo y Miguel de Luna como máximos repre­
en esta parte del cuerpo existen puntos refle­ sentantes; el otro, constituido por la gran ma­
jos relacionados con el vientre, de modo que yoría, de hombres iletrados, cuyo bagaje de
en acupuntura los meridianos del intestino conocimientos era fundamentalmente prác­
grueso y del intestino delgado estan situados tico, aprendido por vía oral.
en la cara interna y externa del antebrazo” . Este segundo grupo estaba representado
No sabemos si los citados médicos eran o no por personas cuya clasificación estaría entre el
conocedores de esta circunstancia, pero el curandero y el sanador, que atendían a una
hecho es que emplean el remedio y lo consi­ clientela tanto de cristianos viejos como nue­
deran, además, efectivo y experimentado. vos, pertenecientes casi todos a una clase so­
cial media-baja. La medicina que ejercían so­
lía ser de tipo artesanal, en la que era más im­
5. La medicina morisca’2 portante practicar bien el oficio que tener
muchos conocimientos científicos. Se reali­
La medicina de los moriscos fue la de unos zaba de modo ambulante, viajando por terri­
hombres que practicaron su arte muy en con­ torio habitado por los moriscos, en donde
tacto con el pueblo, cuyas vivencias y proble­ había gran escasez de médicos. Cuando una

82
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Mujeres moriscas de Granada. DasTrachtenbuch de


Christoph de Weiditz.

de estas personas llegaba a un lugar iba lla­ los valencianos y aragoneses, habían olvidado
mando a las casas, anunciándose y entrando casi totalmente la lengua árabe, de cuyo empleo
en ellas si se le requería para tratar a algún sólo quedaban vestigios en recetas y jaculato­
enfermo. Otras veces instalaba un consultorio rias, la mayoría de las veces, sin que el que las
provisional en el que examinaba a sus pacien­ aplicaba supiera lo que estaba diciendo.
tes; allí estaba rodeado de público que acudía En la aceptación del curandero morisco
a ver cómo ejercía su oficio y comentaba las se debe ver, sobre todo en cuanto a su presen­
incidencias que presenciaba33. cia en la sociedad cristiana se refiere, la falta
El curandero se convirtió, prácticamente, de profesionales de la medicina, cuya propor­
en la única figura que atendía a la gran masa ción con la masa de población era ínfima y, en
de población morisca, siendo, por otra parte, menor medida, que sus conocimientos y sus
aceptado sin problemas por los cristianos vie­ técnicas eran requeridos para aquellos casos
jos que lo llamaba en casos concretos, sobre concretos que a la medicina oficial ni les in­
todo en aquellos en que la medicina científi­ teresaba ni quería tratar. Hubo, además, un
ca había fracasado.Tales curanderos, sobre todo contacto real entre el sanador morisco y los

83
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS -

monjes cuando aquél buscaba sustancias, ve­ favorecía que el Santo Oficio interviniera en grías, curaban llagas de diversas clases, la per­
getales sobre todo, para sus curaciones, que las el terreno médico. La desaparición de un fre­ lesía, las hemorragias, afecciones del bazo, híga­
boticas de los monasterios guardaban y que no legal y religioso propio y la misma menta­ do, útero, vejiga, pulmón, ojos y, en general, cual­
proporcionaban a los moriscos sin problemas. lidad del pueblo hicieron que los demonios y quier enfermedad que se les presentase.
Se repetía, seis siglos más tarde, el fenómeno los genios, tanto benéficos como maléficos, El diagnóstico era variado y solía basarse
de cooperación que ya se había dado en la siempre presentes en su idiosincrasia que los en todo tipo de procedimientos: creenciales,
Córdoba califal. aceptaba del mismo modo que aceptaba la sortilegios, astrología, o los más científicos de
Pero el que la sociedad lo admitiera no sig­ magia como algo lícito desde los primeros examen de orina y fisiognomía. Dentro de los
nifica que ocurriera lo mismo en los círculos momentos del Islam, tuvieron en estos mo­ primeros grupos, había algunos en los que se
académicos ni, sobre todo, en los eclesiásticos. mentos un papel importantísimo. Había que empleaban las letras, como es el caso de éste34:
Se consideraba que el médico tenía una gran conocer bien a tales seres para saber qué con­
La mayoría de los sortilegios eran de tipo
influencia en sus pacientes y se temía que aque­ juros aplicarles de modo que pudiera lucharse
cabalístico, pues el método ordinario era utilizar
llos recién convertidos podían influir negativa­ contra ellos o congraciarse con ellos.Y en todo
el valor de las letras. Por ejemplo, el procedi­
mente en la salud del alma de los enfermos que este proceso la Inquisición tenía mucho que
miento llamado del alfabeto chico en el que a
trataban. Si estos eran moriscos, como ellos, decir, entre otras cosas porque en la mayoría
cada letra del alfabeto se le asigna un valor nu­
porque mantenían viva la fe islámica; si eran de las fórmulas curativas se empleaban frag­
mérico: la a vale uno; la b, dos; la c, tres; la d,
cristianos, porque podían introducir en sus men­ mentos coránicos, con lo que se tocaba de lle­
cuatro; la h, dos, etc. Para conocer la enferme­
tes ideas perniciosas. Consecuentemente, la In­ no el tema religioso, el que verdaderamente
dad, se suma el nombre de la persona y el nú­
quisición intervino, en parte azuzada por los importaba.
mero del día que cayó enfermo y se divide por
propios médicos cristianos a los que no acababa Sin embargo, pese a todas las dificultades y
siete el total. Si el resto es uno, la enfermedad es
de gustar la presencia de sus “colegas” moriscos, peligros que entrañaban las prácticas con las
ictericia; si es dos, fiebre; si tres, encantamiento;
y ejerció una presión muy fuerte con acusacio­ que intentaba combatir la enfermedad, habrá
si es cuatro, la enfermedad se debe al aire malig­
nes de todo tipo, de modo que en cada uno de que pensar que el hombre morisco, miembro
no del diablo, o es flema; si el resto es cinco, la
los actos del curandero morisco podía verse un de una sociedad acosada hasta extremos de
enfermedad es melancolía; si es seis, se debe al
motivo de ataque a la fe católica. crueldad, sin más horizonte que el de la más
humor colérico y si la división es exacta, la en­
En cuanto a la enfermedad se refiere, a nivel elemental subsistencia, se aferraría a lo que le
fermedad es sencillamente enojo.
popular se consideraba, básicamente, como una era conocido y querido y, en parte por igno­
mancha que se extendía por el cuerpo, y para rancia en parte por arrogancia, afrontaría cas­ El empleo de las letras en relación con as­
eliminarla era preciso utilizar procedimientos tigos y penas, pero seguiría conservando en lo pectos adivinatorios, médicos o mágicos, pro­
que lo purificaran. El más simple era el em­ más profundo de sí mismo sus costumbres, que, cedía de Oriente y constituía una ciencia es­
pleo del agua, tanto para el cuerpo del pa­ con toda seguridad, consideraría lógicas y efi­ pecífica, la “Ciencia de las letras” (‘ílm al-ḥurūf).
ciente como para sus ropas, de ahí la costum­ caces. Además, no se le ofrecía nada mejor a Se basaba en la idea de que las veintiocho le­
bre de los moriscos de lavar las camisas de los cambio. tras del alfabeto árabe estaban ligadas a los
enfermos en unas fuentes determinadas, que Procedimientos muy frecuentes para cu­ cuatro principios (fuego, aire, agua y tierra)
se creía que tenían propiedades especiales, y rar enfermedades producidas por demonios o de los que participaba el cuerpo humano. Es­
que tomaron, por ello, el nombre de Fuente de por el mal de ojo, eran el empleo de tas veintiocho letras se dividían en cuatro gru­
la Salud. exorcismos, el rezo de oraciones, el uso de pos de siete: el primero era el de las píricas, el
Otro procedimiento para purificar y lim­ trapos o trozos de papel en los que se habían segundo el de las aéreas, el tercero el de las
piar era el empleo del fuego. Se quemaban escrito oraciones o fragmentos coránicos, que acuáticas y el cuarto el de las terrestres. En
algunas ropas del enfermo y así se destruía, al se colocaban sobre el enfermo o se le hacían conjunto, el análisis de las letras que compo­
mismo tiempo, la enfermedad. tragar, la imposición de las manos y la aplica­ nían una palabra o un nombre servía para es­
Sin embargo, en el uso de los dos métodos ción de la saliva del sanador al enfermo. En tablecer la estructura cualitativa y cuantitativa
se corría un riesgo ante la Inquisición. En el gran medida, estas prácticas, como ya vimos, de lo designado y, además, había que tener en
primero, el empleo del agua podía confun­ se habían empleado en el mundo islámico en cuenta el valor y las características que cada
dirse con las abluciones, mientras que en el tiempos del Profeta, incluso por él mismo, y grupo de letras tenía por sí mismo. Así, por
segundo el uso del fuego se podía asociar a las había recogido Ibn Ḥabīb, con lo que en la ejemplo, las píricas alejaban los males relacio­
los sahumerios utilizados para arrojar a los España morisca se volvió a las prácticas médi­ nados con el frío, mientras las acuáticas eran
demonios. En ambos casos vuelven a aparecer cas de la España musulmana de los primeros eficaces para rechazar los derivados del calor,
similitudes con prácticas religiosas islámicas y, tiempos. tales como las fiebres35.
por ello, a rozar la herejía y a ser perseguidos, Los médicos-sanadores moriscos solían En cuanto a la fisiognómica, se empleaba,
una vez más, por la acción inquisitorial. curar todo tipo de dolencias. Por los inte­ básicamente, para adivinar el trasfondo psíqui­
La propia sociedad morisca, indirectamen­ rrogatorios que la Inquisición llevó a cabo con co de las personas y el estado de su constitu­
te, y es de suponer que inconscientemente, alguno de ellos nos enteramos que hacían san­ ción interna mediante la observación de su

84
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Muchacha morisca. Das Trachtenbuch de Christoph


de Weiditz.

aspecto externo. Tenía diversas facetas o va­ morteçino de color; y si es flemático tiene todo el
riantes, como eran el análisis de las manchas y dicho labio muy coloreado y el rostro encendido;
los lunares que aparecían en la piel, la y el sanguíneo, en que tiene las venas del rostro
quiromancia y la lectura de las huellas de las muy afilies y gruesas; y si es melancólico en que
pisadas, entre otros36. Para aplicar esta ciencia tiene el rostro de color çetrino algo oscuro, y el
era preciso tener un conocimiento previo del párpado de abajo de los ojos un poco grueso.
cuerpo humano y de las distintas sustancias y
partes que lo forman, con una especial aten­ Que la evocación de los moriscos sirva
ción a cuanto se refiere a los cuatro humores. como reflexión final a este rápido repaso so­
Así lo vemos reflejado en un testimonio mo­ bre la enfermedad en al-Andalus. En su me­
risco37 : dicina hubo elementos que ya estaban pre­
sentes en la España musulmana del siglo IX y
[...]Y que en lo que éste (el médico) conoçe ser que gracias a ellos llegaron hasta el siglo XVI.
uno colérico es cuando tiene el labio bajo Se puede pensar que, bajo la corriente por la

85
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS -

que circulaba la ciencia oficial, tan brillante Cuando la muerte se presenta en una casa el tiempo que Dios determine: es el llamado
en nombres y en logros, nunca dejó de mo­ suelen ser los lamentos de las mujeres los que tormento de la tumba.
verse una tradición “médica” de corte total­ den aviso a los vecinos. En estos gemidos se La ceremonia acababa con la vuelta a casa
mente popular, cuyas raíces eran orientales, mezclarán el llanto, las expresiones de dolor y de los parientes, que esa noche y varias más se
que fue transmitida a través de generaciones, las alabanzas al difunto hechos por las que reunían para recitar el Corán, repartiéndose
es de suponer que oralmente, cuya vigencia pertenecen a la familia y por las plañideras entre los asistentes el rezo de sus distintas par­
se mantuvo a lo largo de ocho siglos. profesionales. En ello, además de la pena lógi­ tes44 .
ca, hay reminiscencias de ritos tribales anti­ Sencillez y falta de pompa fueron norma
guos. En tales ritos, las mujeres, además de de los andalusíes ante la muerte, como lo fue
6. El hombre ante la última enferme­ proferir lamentaciones, se cortaban el cabello y lo es en los musulmanes de distintos países.
dad: la muerte y lo extendían sobre la tumba del muerto Posiblemente esta sencillez se pudiera relacio­
como una ofrenda38. nar con la propia idea que de la vida eterna se
Posiblemente, incluir este último aparta­ Se rezaban unas oraciones, especialmente da al creyente: en el Paraíso todo es concreto,
do resulta arriesgado, dada la envergadura del la azora 36 (Yā Sīn)39 y, enseguida, se procedía agradable y familiar, hay árboles y ríos, se co­
tema, que tan enorme cantidad de ideas, opi­ al lavado del cadáver, acción en la cual se pue­ merá y se beberá y se disfrutará de compañía
niones y reflexiones ha suscitado a lo largo de ver, sobre todo, una idea de purificación, agradable. Ante esta visión y ante el hecho de
del tiempo. Religión, literatura, tradición, tal vez como última ablución de la persona que si el Profeta murió ¿como no ha de ha­
magia, costumbres, forman un conjunto de que debe salir del mundo limpio de faltas. A cerlo un hombre vulgar?, el musulmán acep­
todo punto inabarcable y mucho menos en continuación, se envolvía el cuerpo en la tará la muerte con una resignación y, posible­
un trabajo de las características del presente. mortaja. Y, nuevamente, vuelve a buscarse en mente, una confianza que merecen ser muy
Tal vez la única justificación que se pueda este caso el antecedente preislámico de que tenidos en cuenta.
aducir para traerlo aquí es que fue considera­ cubriendo al muerto se impide que un espí­ Terminemos esta breve consideración so­
da por el Profeta como una enfermedad: ritu extraño venga a habitar en él40. bre la muerte del mismo modo que lo haría
Se colocaba, entonces, el cadáver en unas un buen creyente, diciendo:
El Enviado de Dios -Dios lo bendiga y lo parihuelas, que se llevaban a hombros, y el
salve- había dicho: “Curad [a los enfermos] cortejo marchaba a la mezquita, en donde so­ De Dios somos y a Dios hemos de volver.
pues Dios no ha creado una sola enfermedad lía haber una habitación destinada a este uso41.
para la cual no haya creado un remedio [...] Allí, el imam dirigía las oraciones acostum­
Notas
Sólo exceptuó dos enfermedades" bradas y luego se volvía a los presentes y les
Le preguntaron :”¿ Y cuáles son? interrogaba sobre el difunto, siendo la respuesta
1. Aunque en este caso nos refiramos a los auto­
Contestó: La angustia y la muerte. tradicional: Era de los virtuosos. res árabes, las ideas no son suyas sino tomadas
Terminada la ceremonia de la mezquita se de los griegos.
Espigando entre las muchas opciones po­ conducía al muerto al cementerio más próxi­ 2. AVICENA, Canon, apud. KONING, P. Trois
sibles he optado, en el caso que nos ocupa, mo, en donde ya estaba preparada la tumba. traités d’anatomie arabes, Leiden, 1903 (reimp.
por ofrecer una visión exclusivamente domés­ Era frecuente que, tras el entierro, se repartie­ Frankfurt 1986), p. 432.
tica, de cómo el musulmán se enfrenta al he­ ra pan a los pobres y en algunos lugares se 3. Cuide du médecin nómade, trad. El-Arbi

ofrecía a los enterradores una comida, lo que Moubachir, Paris, 1980, pp. 51-54.
cho de la muerte cuando ésta alcanza a uno
4. Kitāb al-Malikī, ed. F. Sezgin, 3 vols., Frankfurt
de los suyos. Aunque en las ceremonias que tenía el carácter de un recuerdo en honor a
1985.
rodean este suceso haya mucho de lo antes las almas de los antepasados del fallecido42.
5. Mujtaṣarfi l-ṭibb, ed. y trad. C. Alvarez de Mo­
señalado: religiosidad, costumbres ancestrales, En algunos casos la tradición recomendaba rales y F. Girón Irueste, Madrid, 1992.
escatología... que el cadáver se llevara deprisa: si se trataba de 6. Cf. SAMSO.J. Las ciencias de los antiguos en al-­
Básicamente, la idea de la muerte para cual­ un justo para no retrasar su llegada al Paraíso; si Andalus, Madrid, 1992,p. 118.
quier hombre en todo tiempo y lugar, es la no lo era, para descargarse pronto del peso43. 7. Cf. GARCÍA BALLESTER, L. Historia social
del fin del proceso vital. Para el árabe de la Cuando se habían retirado los asistentes, de la medicina en la España de los siglos XIII al
época preislámica es el Destino quien decide una persona especialmente designada se que­ XVI, Madrid, 1976,pp. 138-140.
el momento de la muerte de una persona y su daba e iba instruyendo al difunto sobre las 8. Cf. FAHD,T., La divination arabe, Paris. 1987,p.
467.
vida futura; para el musulmán, basándose en respuestas que debía dar a los dos ángeles,
9. Cf. SCHIPPERGES, H., El jardín de la salud,
las palabras del Corán, será Dios quien, ade­ Munkar y Nak r, que lo iban a examinar en
Barcelona, 1987, p. 55.
más de anunciar la certeza de una vida eterna materia de fe. Al preguntarle sobre Mahoma
10. SCHIPPERGES, H.,Jardín, p. 84.
y feliz, fija en cada hombre la fecha de su na­ el creyente dirá que es el Profeta de Dios y los 11. Corán, 37 (Lasfilas), 77.
cimiento y la de su muerte, del mismo modo ángeles lo dejarán en paz hasta el dia del jui­ 12. Mujtaṣar, p. 117
que pone en él las enfermedades que habrá cio. Los no creyentes no acertarán con la res­ 13. Véase, entre otros, ALBARRACÍN NAVA­
de padecer. puesta y los ángeles los atormentarán durante RRO, J. y MARTÍNEZ RUIZ, J., Medicina,

86
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Escena del enterramiento de un difunto. Māqamāt de


al-Ḥarīrī, Biblioteca Nacional de París.

farmacopea y magia en el “Misceláneo de Salomón ”, 17. Cf. FAHD.T., Divination , p. 285.


Granada, 1987, pp. 29 y ss. y LABARTA, A., 18. ALBARRACÍN.J. y MARTÍNEZ RUIZ.J.,
Libro de dichos maravillosos. (Misceláneo morisco de Medicina, pp. 273-274.
magia y adivinación), Madrid, 1993, p. 0.7. 19. Mujtaṣar, p. 124.
14. Véase, entre otros, POTTIER, R., Initiation a 20. POTTIER, R., Initiation, p. 53.
la médecine et a la magie en Islam, Paris, s.d., pp. 21. Véase a este respecto el trabajo de ALVAREZ
37 y ss. DE MORALES, C. y ROLDÁN CASTRO,
15. ALBARRACÍN.J. y MARTÍNEZ RUIZ, J., F.,“Sobre el caballo en la cultura árabe”, Cien­
Medicina,pp. 23-27.; LABARTA.A., Dichos ma­ cias de la Naturaleza en al-Andalus.Textos y Estu­
ravillosos, p. 0.31-0.32. dios. IV, Granada, 1996, pp. 265-297, concreta­
16. ALBARRACÍN, J. y MARTÍNEZ RUIZ.J., mente p. 269.
Medicina, p. 170. 22. Apud JACQUART, D. et MICHEAU, F. La

87
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS —

médecine arabe et l’ocrident médiéval, Paris, 1990, de la almohada de Ibn Wafid de Toledo, Toledo, 34. Recogido por RIBERA, J., Disertaciones y
pp. 48-49. 1980, p. 246. opúsculos, vol. I, Madrid 1928, p. 509 e incor­
23. Los miembros homogéneos son los que están 28. Cf. ARVIDE CAMBRA, L. Mª, “Nota sobre porado por GARCÍA BALLESTER. L., a su
hechos de una misma sustancia: huesos, cartíla­ la práctica de la enseñanza de la medicina en la obra Los moriscos y la medicina, p. 93.
gos, nervios, arterias, venas, membranas, liga­ España musulmana de los siglos XI-XII. El Ms. 35. V. E.I.2, III, 616-617, s.v. Ḥurūf [T. FAHD].
mentos, grasa, cabello, uñas y piel. Los instru­ árabe 887 de El Escorial”, Dynamis,3 (1983), 36. Cf. VIGUERA, M.J., Dos cartillas de Fi­
mentales son los compuestos de partes hetero­ 332 siognómica, Madrid, 1977, p. 19.
géneas y administran una función: la cabeza, el 29. Almohada, p. 203. 37. GARCÍA BALLESTER, L., Los moriscos, p. 96.
hígado, el brazo o la pierna. Cf. JACQUART, 30. Abū l-'Alā ZUHR, Kitāb al-muŷarrabāt (Libro 38. ABDESSELEM, M., Le thème de la mort dans la
D. et MICHEAU, F., La médecine arabe,p. 48, n. de las experiencias médicas), Ed., trad. y estudio poésie arabe des origines à lafin du IIIe/ IXe siècle,
64. por C. Alvarez Millán, Madrid, 1994, p. 207. Tunis, 1977, pp. 98,104.
24. Cf. GIRÓN IRUESTE, F. “Los médicos 31. Según recoge C. Alvarez Millán en la nota 274 39. PAREJA, F. M., Islamologia, vol. II, Madrid,
mozárabes y el proceso de constitución de la de su traducción a la obra de Abū l-‘Alā 1954, pp. 550-551.
medicina árabe en al-Andalus. Siglos VIII-X”, ZUHR, Muŷarrabat, p. 207. 40. ABDESSELEM, M., Le théme de la mort, p.
Asclepio, 30-31 (1978-79), 209-222. 32. Para este apartado han sido fundamentales las 88.
25. VERNET.J., La cultura hispanoárabe en Oriente noticias proporcionadas por GARCÍA 41. Cf. GARCÍA GÓMEZ, E., y LÉVI-PRO­
y Occidente, Barcelona, 1978, pp. 71-72. BALLES-TER, L., Los moriscos y la medicina. VENÇAL, E., Sevilla a comienzos s. XII, p. 86 y
26. GARCIA GÓMEZ, E., y LÉVI-PROVEN­ Un capitulo de la medicina y la ciencia marginadas n. 1.
ÇAL, E., Sevilla a comienzos del siglo XII. El Tra­ en la España del siglo XVI, Barcelona, 1984. 42. Cf. POTTIER, R., Initiation, p. 99.
tado de Ibn ‘Abdūn, Madrid, 1948, p. 173. 33. GARCIA BALLESTER, L., Historia social, pp. 43. PAREJA, F.M., Islamologia, p. 551.
27. Apud ALVAREZ DE MORALES, C., El Libro 162-163. 44. Ibid.

88
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

LA PREVENCIÓN DE LA ENFERMEDAD
EN EL AL-ANDALUS DEL SIGLO XII
Carmen PEÑA (Universidad de Durham, Inglaterra)
Femando GIRÓN (Universidad de Granada)
Michel BARCHIN (Hospital de Osuna, Sevilla)

I. Introducción miembros de las clases dirigentes, emperado­ dades de la minoría dirigente de la Grecia con­
res, reyes u oligarcas que gobernaban alguno tinental, sus islas y sus colonias en el medite­
n todo tiempo y bajo supuestos teóri­ de los más o menos minúsculos territorios en rráneo en torno a los siglos V- III a.C. Pode­

E cos de diversa índole, médicos y pa­


cientes se han ocupado en evitar la
aparición de la enfermedad o hacer que ésta
lo haga lo más tarde posible, adoptando para
los que se fragmentaba el mundo conocido
en la Edad Media.
La razón de esta selectividad era doble: por
un lado, solamente estas personas privilegia­
mos seguir las directrices higiénicas en textos
como son: Sobre la dieta y Sobre la dieta salubre.
Sobre los aires, aguas y lugares, El régimen de sa­
lud, Los líquidos y Sobre el Régimen.2
ello cuantas medidas han tenido a su alcance. das, por el hecho de mantener una vida Del entorno exclusivamente griego pasa­
Genéricamente esta actividad de cuidar de la mayoritariamente ociosa, sin unas obligacio­ rán estos conceptos al mundo helenístico, al
salud, frente a la más frecuente de curar la nes perentorias y sin un duro trabajo que les núcleo científico alejandrino, fundamental­
enfermedad, ha sido valorada como primor­ obligue a consumir energías, eran las únicas mente, tras la fundación de la ciudad por Ale­
dial por los médicos de cualquier época y co­ que estaban en disposición de seguir los con­ jandro Magno en el s. IV a.C.; desde allí pasa­
nocida como Higiene. Como sin duda es co­ sejos contenidos en los tratados dietéticos. rá a Roma, extendiéndose seguidamente por
nocido, hay dos etapas bien diferenciadas en Además, su salud era lo suficientemente im­ su ya dilatado Imperio. La figura paradigmática
la historia de la Higiene. La primera de ellas portante para el resto de la comunidad, para de este período es Claudio Galeno o Galeno
podemos iniciarla en los orígenes de la medi­ que determinados tratadistas fueran requeri­ de Pérgamo (C.130-C. 200).En su copiosa obra
cina racional en la Grecia de los siglos VI a. C. dos con el fin de realizar los escritos precisos de cerca de ciento cincuenta escritos, esos son
y llegaría hasta el siglo XVIII; esta etapa es para velar por su continuidad, por el bien de los que nos han llegado sobre ciencia medica,
denominada de Higiene Privada, puesto que todos. destacamos por su contenido en relación con
los cuidados propugnados se dirigen a cada En la práctica de la Higiene Privada, en­ la materia que nos ocupa tan solo uno de ellos,
individuo. La segunda abarca desde el siglo contramos toda una serie de características co­ el titulado Sobre la conservación de la salud.3
XVIII a nuestros días y es denominada Hi­ munes: se trata, en primer lugar, de una actua­ Galeno hará recaer dicha tarea, básicamen­
giene Pública,ya que su objeto es la preserva­ ción diaria reglada y controlada por el médi­ te, en el adecuado uso de lo que se denomi­
ción de la salud del colectivo. En este trabajo co, en modo alguno tomada libremente por nan cosas no naturales, para diferenciarlas de
nos ocuparemos, por tanto, exclusivamente de el paciente. Como segunda anotación, está las cosas naturales, denominación que recibían
la Higiene Privada.1 dirigida al hombre sano, es decir, en circuns­ los componentes del cuerpo humano y de las
A lo largo de toda la Edad Media, como tancias previas al estado de enfermedad, en llamadas preternaturales constituidas por la en­
igualmente antes había sucedido en las épo­ cuyo caso la actuación del médico sería dis­ fermedad y su entorno. Estas cosas no naturales,
cas históricas que la preceden, la prevención tinta. Por último, está referida de modo ex­ en todo o en parte, no solo se usaban para la
de la enfermedad se basaba mayoritariamente clusivo a hombres en edad adulta, algo menos prevención, sino que también eran empleadas
en seguir ciertas normas de conducta habi­ en la vejez y prácticamente nada en la infan­ como métodos curativos cuando la enferme­
tualmente adaptadas a personas concretas, de cia. Los temas referentes a la prevención de la dad había hecho ya acto de presencia en el
forma individualizada, según su constitución enfermedad en la mujer están prácticamente paciente. El galenismo, entendiendo por tal la
y su forma de vida y, en ocasiones, en la utili­ ausentes de los escritos, como si no constitu­ paulatina adaptación de las doctrinas filosófi­
zación de determinados medicamentos. Di­ yeran el cincuenta por ciento de la humani­ cas galénicas, a las culturas islámica y latina
chas precauciones aparecían codificadas en dad. posteriores, sistematizó dichas cosas no natura­
textos que constituían un género literario El género literario médico de los Regí­ les en un número de seis (de sex rebus non
médico propio conocido como Regimina menes de salud surge en el mundo griego clá­ naturae) e hizo que tradicionalmente se enun­
sanitatis o Regímenes de salud; su contenido sico. Así, encontramos escritos sobre la Diaetia, ciaran por parejas, de esta manera: aire y am­
era utilizado como base de actuación para la dieta tomada en un sentido muchísimo más biente, comida y bebida, sueño y vigilia, tra­
conservación de la salud en esta etapa de Hi­ amplio que el que tiene en la actualidad, con­ bajo y descanso, excreciones y retenciones y
giene Individual o Privada. Estos regímenes tenidos en el Corpus Hippocraticum, pensados de forma impar, movimientos del ánimo. Por
de salud estaban dirigidos inicialmente a los para prevenir, o más bien curar, las enferme­ tanto, las llamadas “seis cosas” en realidad son

89
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS -

once. En el mundo medieval estas cosas no na­ dos ellos traducidos del griego al árabe. De del Califato cordobés en 1031, por obra de
turales fueron más conocidas como cosas nece­ este modo, para el cuidado de la salud de sus los dirigentes almorávides, que unifican así
sarias: (de sex rebus necesarie), denominación a pacientes, escriben sendas obras Isḥāq b. gran parte del territorio hispánico bajo su
nuestro juicio mucho más propia, puesto que Sulaymān al-Isrā‘ilī, conocido como Isaac mandato. A ellos seguirá, a partir de 1148, el
inequívocamente todas ellas dejan su influen­ Judeus (m. el año 955), el Kitāb al-agḏiya: Li­ férreo dominio de los almohades, feroces ene­
cia en la vida del hombre. bro de los alimentos; también Abū Bakr b. M. b. migos de los primeros y que, nuevamente,
El Imperio Bizantino, como sucesor del Zakarīyā al-Rāzī, el Rhazes de los latinos, mantienen la cohesión de la zona islámica de
Imperio Romano de Oriente, heredará a las (865- 923 o 932) es autor del Kitāb dar al-­ la Península Ibérica y traen en jaque a la cris­
medicinas griega y helenística y, en el tema madarr al-agḏiya (Libro que compendia los alimen­ tiana, recordemos la batalla de Alarcos en 1195,
de la prevención de la enfermedad, aunque tos perjudiciales) y, destacando sobre todos ellos hasta su derrota final en Las Navas de Tolosa,
no destaquen especialmente que sepamos, Abū ‘All b. Ḥusayn b. ‘Abd Allāh b. Sīnā, co­ con lo que acaba este período.
debemos mencionar a Aecio de Amida (f. 540- nocido en el mundo médico como Avicena Todo esto es importante. Como veremos,
550). Este autor compone el Tetrabibloi, que (980-1037), sin duda el autor del más impor­ aun tratándose de un exclusivo estudio sobre
comprende dieciseis discursos y dedica a la tante tratado de medicina medieval: el Kitāb al-­ los supuestos y objetos empleados en prevenir
prevención los números 3 y 4. También es qānūn fī l-ṭibb (Libro de la norma en mediana). Entre la enfermedad y, por tanto, hipotéticamente po­
importante la figura de Pablo de Egina (625- sus escritos destacamos, ademas del citado Kitāb dríamos estar alejados del entorno político, asis­
690) quien se ocupa de la Higiene en el libro al-qānūn, el Kitāb dār al-madarr al-kulliyya ‘ani l-­ tiremos a las vicisitudes de los autores de los
1° de su Memorandum: en el encontramos im­ abdān al-insaniya: Libro que compendia las cosas textos que analizamos, y veremos de qué modo
portantes nociones sobre el masaje, la gimna­ elementales nocivas para el cuerpo del hombre, que están condicionados por el mundo que les ro­
sia, la actividad sexual, la alimentación, etc. incluye el uso del calor, el baño, la alimenta­ dea, hasta el punto de reflejar en sus escritos la
La fuentes de ambos escritos son, induda­ ción, las bebidas, los ejercicios, etc.; su Risāla importante tensión a que están sometidos.
blemente, Hipócrates y Galeno.4 fī l-bāh o Tratado sobre el coito y tantos otros.6 En el campo de la prevención de la enfer­
En el Occidente Latino, en la Alta Edad Los conceptos contenidos en los citados medad en al-Andalus, el siglo XII es, definiti­
Media, la ciencia médica se refugia en los mo­ escritos, todo ellos originarios del Oriente is­ vamente, a la vez el arranque y consolidación
nasterios, como es sabido. Ello es así porque lámico, como hemos visto fieles herederos de de la misma puesto que de este tiempo pro­
sus ricas bibliotecas y una parte importante la tradición clásica y, algo menos, los proce­ ceden cuatro de las más importantes obras
de la actividad de los monjes se van a dedicar dentes de la medicina monástica existente en escritas sobre el tema, producto de la pluma
a la conservación y comentario de los textos la Península, servirán para constituir las bases de las autoridades médicas andalusíes, la quinta
clásicos latinos, contrastando con la pobreza sobre las que se cimentará la higiene andalusí será el escrito titulado Kitāb al- wuṣūl li-ḥifẓ
cultural que les rodea. Además, como quiera del siglo XII, que estudiaremos, y que estará al-ṣiḥḥa fī-l-fuṣūl (Libro del cuidado de la salud
que la vida diaria del convento está regulada presente no sólo en la medicina que se practi­ según las estaciones del año) del lojeño Ibn al-­
por la Regla de la orden, no es de extrañar el cará en el al-Andalus hasta su final, sino que Jaṭīb, pero ya se trata de un autor que vive en
florecimiento de la Higiene Privada en el seno también y, por diversas vías, llegará a ser co­ las postrimerías del siglo XIV. Utilizando los
de las comunidades religiosas. Sus principales nocida en el Occidente latino, como tendre­ escritos a los que nos referimos intentaremos
componentes están en los escritos de Casiodoro mos ocasión de ver seguidamente. reconstruir los supuestos teóricos sobre los que
(490-573); aunque más importancia, dentro Más tarde, nos ocuparemos de la razón por se apoyaban para prevenir la enfermedad y los
de una excesiva simplificación conceptual, la que hemos centrado nuestro estudio en di­ aspectos prácticos mediante los cuales lleva­
concedemos a las Etimologiae sive orígenes de cho siglo. En primer lugar debemos decir que ban su propósito a efecto. Queremos hacer la
San Isidoro de Sevilla (556-636), estructuradas nuestro trabajo abarca algo más de cien años. salvedad de que, aunque todos sus autores son
en veinte libros. En su libro IV, el dedicado a Sería más correcto enmarcarlo entre dos fe­ andalusíes, puesto que nacen en dicho terri­
la ciencia médica, se contienen gran número de chas señaladas por sendas victorias de las ar­ torio, uno morirá en el mismo después de
consejos higiénicos. Pero, sobre todos ellos, y ya mas cristianas, la primera ocurrida en el año grandes pruebas y los otros dos lo harán fuera
en siglo X debemos destacar el escrito titulado 1085 en el que toman la inexpugnable ciu­ del mismo, uno en el Norte de Africa y otro
El libro de la división de los tiempos y la higiene de dad de Toledo, dando con ello ocasión a la en Egipto, como consecuencia, fundamental­
los cuerpos del obispo Recemundo y del muladí llegada y ocupación de los almorávides de gran mente, del peligroso periodo de tiempo en el
‘Arīb b. Sa‘īd, obra también conocida como parte de la Península Ibérica, hasta el año 1212 que les tocó vivir.7
El calendario de Córdoba del año 961.5 en el que, tras la batalla de Las Navas deTolosa, Debido a una serie de circunstancias, el
Sucede de modo muy distinto en el Mun­ y vencidos los almohades, se hace posible la siglo XII es, sin duda, la época de mayor flo­
do Islámico, donde la ciencia es practicada por inmediata conquista de Andalucía. recimiento de las ciencias médicas en el te­
sabios laicos, los ḥukamā’, quienes fundamen­ Las fechas citadas corresponden con otros rritorio de al-Andalus. Baste decir que en este
tarán sus textos sobre los escritos bizantinos, tantos cambios en al-Andalus. La primera de siglo desarrollarán su actividad médica figu­
más próximos, y también directamente sobre ellas coincide con la desaparición de las taifas ras de la talla de Ibn Buklāriš, Ibn ‘Abdūn,
los hipocráticos, aristotélicos y galénicos, to­ andalusíes resultantes del desmembramiento Ibn Ḥasdāy, Abū Ṣalt Umayya, Abū l-‘Alā

90
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Representación de un niño enfermo, Cantigas de


Alfonso X el Sabio. Biblioteca de El Escorial. Los
problemas de la salud o enfermedad en la infancia no
son excesivamente habituales en la medicina medieval,
dedicada a adultos.

Zuhr, Avempace, Abū Ŷa‘far al-Gāfiqī, tramos con los Kutub al-adwiya al-mufrada (Li­
Avenzoar, Ibn Ṭufayl, Muḥammad al-Gāfiqī, bros de los medicamentos simples) escritos por
Averroes o Maimónides, tan solo citando las Abū Ŷaʻfar al-Gāfiqī, Abū ‘Alá Zuhr, Abū Ṣalt
figuras mas representativas. Podemos afirmar, Umayya e Ibn al-Bayṭār, el Kitāb al-Musta‘īnī
sin temor a equivocarnos, que ya en esta época (Libro dedicado a al-Musta'īnī) debido a Ibn
al-Andalus había relevado a las ciudades del Buklāris, el Kitāb al-taysīrfīl- mudāwā wa-l-tadbīr
califato oriental en cuanto a la formación compuesto por Avenzoar, el Kitāb al-kulliyyātfi
médica se refiere -hasta ahora había que acu­ l-ṭibb (Libro de las generalidades de la medicina)
dir a las de la lejana Arabia, Siria o Iraq para de Averroes, el Kitāb al-fuṣūl fī l-ṭibb (Aforis­
aprender medicina— y, además, la ciencia de mos médicos) y el Kitāb tadbīr al-ṣiḥḥa (Libro del
curar andalusí llega en este tiempo a sus más régimen de salud) escrito por Maimónides.8
altas cotas. La pregunta que puede formularse es
De este modo, la generación de médicos ¿Cómo llegan los supuestos médicos que con­
que podemos situar en torno a Abulcasis (c. figuran la prevención de la enfermedad desde
930-1013), sin duda una figura de extraordi­ el lejano mundo helenístico-romano hasta el
naria importancia, pero que científicamente al-Andalus? Creemos que merece la pena de­
hablando debemos calificar de solitaria, va a diquemos un cierto espacio a esta cuestión:
ser sustituida, tan sólo un siglo después, por en el mundo árabe pre-islámico encontramos
otra plena de autoridades médicas que van a ciertamente unas actuaciones de tipo empíri-
producir gran número de las obras más im­ co-creencial que recogen los hadices o tradi­
portantes que se componen en al-Andalus, a ciones del Profeta, puesto que, como sabe­
lo largo de toda su existencia. Así nos encon­ mos, están dedicadas a glosar su actuación en

91
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

todos los ámbitos. Estas formas de prevención de tres de ellos no existen traducciones caste­
de la enfermedad tienen poco que ver con lo llanas publicadas, apareciendo estas por pri­
que aquí nos ocupa, sin que por ello podamos mera vez. Conozcamos de forma porme­
decir que se encuentran absolutamente au­ norizada cada uno de ellos y a las circunstan­
sentes en los textos de higiene andalusíes. cias en las que los escribieron sus autores.
Las doctrinas sobre la prevención, racio­ 1. Maqāla fí-tadbir al-sihha (Capítulo sobre
nales o científicas, por el contrario, que eran el régimen de salud) atribuido a Avenzoar. El
ajenas al mundo árabe preislámico, penetra­ escrito fue quizás iniciado en el norte de Africa,
rán en lo que conocemos como Califato de pero seguramente fue concluido en Sevilla,
Oriente, a partir, fundamentalmente, del siglo en la segunda mitad del Siglo XII.
IX y ocupando también el X, merced a las Se trata de la segunda parte del Kitāb al-­
traducciones de obras clásicas griegas y hele­ agdiya (Libro de los alimentos) que titulamos pro­
Tijeras de uso médico descritas por Abulcasis en su
Kitāb al-Tasrīf. Se consideraba a Abulcasis el máximo
nísticas que se realizan desde el griego o des­ visionalmente Maqālafī-tadbīr al-ṣiḥḥa. El de­
valedor de la técnica quirúrgica en la medicina islámica. de el siríaco, lengua a la que habían sido ver­ nominado actualmente Kitab al-agḏiya, como
Su cirugía junto con la farmacología y la higiene tidas por los médicos cristianos nestorianos decimos atribuido a ‘Abū Marwān ‘Abd al-­
fueron los recursos empleados frente a la enfermedad en que viven en Siria desde el siglo IV, a la len­ Malik b. Zuhr (Avenzoar), consta de dos par­
la medicina medieval. Reconstrucción actual. gua árabe, en un esfuerzo científico que pue­ tes: en la primera de ellas su autor se ocupa de
de calificarse de sin precedentes. los productos que ofrece la naturaleza y que
Los saberes y prácticas científicas llegarán pueden ser empleados en la alimentación del
a al-Andalus por dos vías: la primera y más hombre; en la segunda se tratan diversos te­
precoz, a través de los médicos mozárabes, es mas más directamente relacionados con la pre­
decir cristianos que se han asimilado total­ vención de la enfermedad. En el año 1992
mente con sus convecinos musulmanes, salvo Expiración García Sánchez ha publicado la
en lo tocante a la religión, y que mantienen traducción castellana de ambas partes, consi­
una tradición científica de origen latino basa­ derando las dos como una obra única.10
da fundamentalmente en los escritos de los El cuantioso número de manuscritos en
autores conventuales, como sucede con las árabe, hebreo y latín conocidos, así como su
Etymologiae sive orígenes de San Isidoro de Se­ distribución en las distintas bibliotecas, per­
villa, y otros mas, refundidos de traducciones mite algunas interesantes consideraciones so­
al latín de las obras del Corpus Hippocraticum, o bre la difusión en el mundo islámico medie­
de alguna otra debida a la pluma de Galeno val del Kitāb al-agḏiya, del mismo modo que
de Pérgamo. las ediciones latinas nos aproximan a su im­
La segunda, más importante en cuanto a pacto en el mundo médico renacentista11. Se­
volumen de conocimientos, se resolverá me­ gún lo anteriormente expuesto, podemos in­
diante la actuación de ciertos peregrinos dicar que la difusión del Kitāb al-ṣiḥḥa fue re­
andalusíes que marchan a Oriente en cum­ lativamente importante entre los sabios
plimiento del precepto de peregrinar a los san­ islámicos, siendo mayor en el del Norte de
tos lugares del Islam. Algunos de ellos, los in­ Africa. También fue conocido en la zona
teresados en los estudios, permanecen allí unos Oriental del Imperio e, incluso, vemos que
años en los que aprenden ciencia junto con mantiene su vigencia hasta finales del siglo XV
los maestros que han asimilado la ciencia tiempo en el que aun se efectúa alguna copia.
greco-helenística. A su vuelta traerán los tex­ En el mundo Latino Occidental también
tos sobre los que han aprendido y, mediante fue bien conocido, lo prueba la presencia de
los comentarios realizados al efecto, difundi­ un manuscrito copiado en Barcelona y la exis­
rán su contenido entre sus compatriotas. Esto tencia de, al menos, una versión en hebreo, lo
sucederá entre los siglos IX y X.9 que nos asegura su difusión entre los miem­
bros de esta comunidad. Una traducción lati­
na muestra que fue conocida en la Europa del
II. Los escritos sobre prevención de la momento, y que mereció la atención de los
enfermedad médicos renacentistas, como es el caso del sui­
zo Johannes George Schenck y, por último,
Para la realización de nuestro trabajo he­ sabemos que su contenido seguía teniendo
mos utilizado cuatro textos, significando que interés para los médicos a comienzos del siglo

92
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

XVII, prueba de ello es una edición latina de Como ya sabemos, el siglo XII fue para
la obra, aunque atribuido a Abū l-‘Ala’Zuhr.12 al-Andalus un período de gran agitación en
El Kitāb al-agḏiya (Libro de los alimentos), todos los ámbitos. A las distintas taifas en las
seguramente titulado así por ser el tema que que se desmembró el Califato en el 1031, se
abre el escrito, ya que como vemos, en su se­ van a suceder dos etapas de unidad impuesta
gunda parte se tratan temas muy distintos a la bajo fuertes presiones militares, políticas y re­
alimentación, fue una obra realizada por en­ ligiosas, ejercidas primero por los intransigen­
cargo. Como era frecuente en la época, un tes almorávides y después por los no menos
magnate, en este caso el califa almohade ‘Abd radicales almohades, cuya actitud propiciaron
al-Mu’min, encarga la confección de un es­ agitaciones, violencias y diásporas. Avenzoar
crito seguramente destinado a cuidar la salud padecerá en su propia piel todas y cada una
de él mismo y de sus allegados. Aunque ex­ de las consecuencias de todo esto. En el año
presamente no se indica, en la obra hay varias 1122 Avenzoar y su padre Abū 1-‘Alā’ residían
circunstancias que permiten apoyarnos para en Sevilla, y eran médicos de cámara del go­
afirmarlo. La primera de ellas está implícita bernador almorávide Abū TāhirTamīn.Tras la
en el breve Prólogo que abre la obra:13 muerte de éste y la toma del poder por ‘Alī b.
Yūsuf b. Tāšufīn, los Banū Zuhr fueron des­
“... Comencé a escribir esta obra siguiendo una pojados de sus bienes, obligados a huir al Norte
orden de forma sumisa, aunque había sido de Africa y encarcelados. Las razones no están
despojado de mis libros, como consecuencia de suficientemente aclaradas, pero seguramente
mi largo y conocido padecimiento. Ahora espero tuvieron su origen en la enemistad surgida
que mi trabajo, dentro del campo de la medicina entre Abū l-‘Alā’,y el gobernante almorávide
sea la primicia que se presente a la noble e ilus­ ‘Alī b.Yūsuf17, pues nos dice el historiador que
tre dinastía... ”. Abū l-‘Alā’: "tenía una lengua mordaz y que Tratado sobre las plantas de Abū Yafiar al-Gqfiql.
actuaba con precipitación”18. Sabemos que per­ Los medicamentos, procedentes generalmente del reino
Conocer la biografía de Avenzoar creemos manecerá desterrado en el Norte de Africa, vegetal, se empleaban tanto en las medidas curativas
nos será útil para interpretar lo que anterior­ junto con toda sus familia, por orden del so­ como preventivas.
mente hemos expresado. Abū Marwān ‘Abd berano almorávide ‘Alī b.Tašufīn (m. 1143), a
al-Malik b. Abī ‘Alā’ b. Zuhr, conocido por la partir del año 1122. Abū l-‘Alā’ no verá nunca
latinidad como Avenzoar, nació en Sevilla, más la libertad.Volverá a al-Andalus diez años
sobre el año 1095 y murió en la misma ciu­ después, tan solo para morir en Córdoba en
dad en el año 1161-1162.14 Alrededor del año el año 1131-32.19
1118-1119, había culminado los estudios ju­ En el Tadbīr al-ṣiḥḥa, no consta circunstan­
rídico-religiosos y ultimaba los correspondien­ cia alguna al respecto. Tan sólo en sus páginas
tes a la ciencia médica. Su maestro fue su pro­ finales puede leerse lo siguiente: “...yo llegué a
pio padre, Abū l-‘Alā’ Zuhr, quien para facili­ conocer durante mi estancia en al-Magrib... ” 20 lo
tar su aprendizaje compondrá el Kitāb al-­ que nos indica, con toda certeza, que en el
muŷarrabātfī l-ṭibb (Libro de las experiencias mé­ momento de escribir esa frase, ya no se encon­
dicas) y la Taḏkira (Memorándum).15 Nos consta traba allí. Esto le es perfectamente aplicable
que Avenzoar conocía perfectamente la ya que Avenzoar estuvo en Africa desterrado
Urŷūzafī l-ṭibb (Poema de la Medicina) y el Kitāb como toda la familia Zuhr por orden del
al-qānūn fi l-ṭibb (Libro de la norma médica), almorávide ‘Alī b. Tašufīn, a partir de 1122
ambos de Avicena, como ya indicamos el au­ hasta 1147. Parece claro que una y otra parte
tor médico de más prestigio de todo el Islam, están compuestas en lugares distintos, lo que
que habían sido introducidos en al-Andalus al­ aumenta la posibilidad de que, además, fuesen
gunos años antes.16 Dado que son numerosísimas dos partes de autores distintos.
las ocasiones en las que Avenzoar cita en sus Avenzoar, siguió preso en algún lugar de
obras a Galeno se ha de deducir que también lo África, seguramente en la capital almorávide,
había estudiado. Igualmente, y como era propio Marrakuš, donde él mismo nos cuenta mu­
de la época, conocía los escritos de los por en­ chos años después que se vio obligado a aten­
tonces ya autores clásicos ‘Alī b. al-Abbās al-­ der, precisamente, al autor de sus desventuras,
Maŷūsī (Haly Abas) y Abū Zakarīyā al-Rāzī, al que Avenzoar, de ordinario muy comedido,
más conocido como Rhaces. no dudaba en calificar de “miserable” “Este

93
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

dolor lo sufriófrecuentemente el miserable ‘Alī b. Yūsuf en su obra varios episodios en los que nos
[Ibn Tašufīn], y lo traté de él con aceite...”.2' muestra a Avenzoar atendiendo sagazmente a
La cautividad no le impidió desempeñar los enfermos. 28 Ambas circunstancias hacen
tareas médicas, creemos que al contrario, pues que Avenzoar haya sido considerado como uno
propició el desarrollo de su interés por la clí­ de los mayores clínicos del mundo islámico
nica. Mientras estuvo en prisión, esto sucede­ medieval, siendo únicamente superado por
rá hasta que la ciudad de Marrakuš caiga en Avicena.
poder de los almohades en 1146, enorme Junto con esto, su copiosa obra médica:
muestra de saña de los gobernantes almorá­ Ibn Abī Uṣaybī'a lo hace autor de, al menos,
vides con un hombre de bien, dedicó todo el una docena de obras. Nosotros, por nuestra
tiempo, casi una tercera parte de su vida, al parte, las hemos reducido a ocho, que son las
estudio, a la enseñanza y al cuidado de los en­ que han llegado hasta nosotros. Además de los
fermos, que acudían espontáneamente o eran citados Kitāb al-taysīr fī l-mudāwā wa-l-tadbīr, y
llevados por sus propios captores a la prisión. Kitāb al-adwiya al-mufrada (Libro de los medi­
De hecho, allí mismo tuvo un discípulo y ayu­ camentos simples) tiene el Kitāb al-iqtiṣād fī iṣlāh
dante, Abū al-Ḥakam b. Galindū,22 circuns­ al anfus wa-l-aŷsād (Libro del justo medio sobre a
tancia que el mismo Avenzoar nos refiere en reparación de los cuerpos y las almas) el Kitāb al-­
su obra, así como el año en que esto sucedía: ŷāmi fi 1-ašriba wa-l-ma ‘aŷūnāt (Libro de la co-
1140-1141.23 También procede de la misma lección de jarabes y electuarios), el Kitāb al-qānūn
fuente nuestro conocimiento de que le lleva­ al-muqtaḍab (Libro de la norma improvisada) la
ban enfermos a la prisión para que les aten­ Risāla tafdīl al-’asal ‘alà sukar (Epístola de la su­
diese, o bien, de que le obligaban a realizar un perioridad de la miel sobre el azúcar) y la Taḏkira
Médicos dialogando, s. XIII, British Library, Londres. largo viaje con el mismo fin, para asistir a los fī l-datvá’ al-mushil (Memorándum sobre los me­
No siempre se muestran de acuerdo los tratados al familiares de su carcelero, lo cual no deja de dicamentos purgantes) y con un carácter menos
abordar un determinado tema higiénico. Las discrepan­ ser una cierta ironía: “A veces esta ictericia es original el Kitāb mujtaṣar Ḥilat al-bur’ li-Ŷālīnus
cias se solucionan acudiendo a las autoridades médicas, debida a algo malo que haya bebido el hombre, o Compendio del Libro de la curación de Galeno.29
como Hipócrates o Galeño. como le ocurrió a Sīr, hijo del malvado ‘Alī b.Yūsuf, Para la realización de este trabajo segui­
al cual atendí, habiéndome llamado a Sevilla...”.24 mos la edición y traducción de Espiración
Cuando los almohades pasen en 1148 a la García Sánchez contenida en el Kitāb al
Península Ibérica, tras dejar asentado su do­ Agḏiya.30
minio en Africa, Avenzoar acompañará a su 2. Capítulo de la Conservación de la Sa­
califa Abd al-Mu’min, y se instala en Sevilla lud. Este breve apartado abre la extensa obra
en calidad de médico de cámara.25 A este per­ titulada Kitāb al-taysīr fī l-mudāwāt wa-l-tadbīr
sonaje le dedicó el Kitāb al-agḏiya (Libro de los (Libro de la simplificación de la terapéutica y el
alimentos)26 y, más tarde, compuso el Kitāb al-­ régimen) de Abū Marwān ‘Abd al-Malik b. Zuhr
Taysīr, también objeto de nuestro trabajo. (Avenzoar). Fue compuesto en Sevilla, en la
Además de los ya citados, escribió otras obras. segunda mitad del siglo XII.
De todas ellas el Kitāb al-Taysīres la única que La presencia de un capítulo dedicado a la
se puede considerar como un completo tra­ conservación de la salud, con el que se abre el
tado de patología médica.27 Kitāb al-Taysīr, parece justificada en un texto
En Avenzoar se aúnan dos hechos signifi­ médico que le es solicitado con la finalidad
cativos. En primer lugar, fue un estudioso por de velar por la salud y tratar las enfermedades
excelencia de la medicina, sabemos que sólo de un magnate de su época. En efecto, el Kitāb
se ocupó de aquello que se relacionaba con el al-Taysīr, sabemos ahora que fue compuesto
arte de curar, frente al tradicional ḥakīm, o por Avenzoar a instancias de‘Abd al-Mu’min,
sabio árabe, que era experto en varias mate­ del que nuestro autor fue médico de cámara,
rias: matemáticas, alquimia, filosofía, medici­ como ya sabemos. Este personaje, todopode­
na, etc. Fruto de ello fue un abundante nú­ roso en su momento, encarga su redacción ya
mero de obras y su magisterio doctrinal con que quería disponer de un sencillo tratado para
muchos discípulos. En segundo lugar, y como su uso personal y Avenzoar aborda un arduo
consecuencia, fue un médico con una gran trabajo que tendrá como fruto final este es­
práctica clínica: el más conocido historiador crito, si bien, como dejará traslucir a lo largo
de la ciencia islámica, Ibn Abī Uṣaybi'a, relata del mismo, no lo hace de muy buen grado.31

94
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Zawiya de Ben Salah (Marraquech). Las prácticas de


tipo creencial no están ausentes en los textos de higiene
compuestos en al-Andalus.

Hasta nuestro tiempo se ha mantenido, por No nos consta la fecha en que fue com­
el contrario, que la obra se escribe a instancias puesto, aunque si sabemos que el autor debió
de Abū al-Walīd M. b. Rušd (Averroes), ya hacerlo en los últimos años de su vida. Como
que así se afirma en el comienzo la obra mas es bien conocido, los almohades destruyen
conocida de este último, el Kitāb al-Kulliyyāt.32 completamente el imperio almorávide en el
El propio Avenzoar se encarga de disipar el 1147, ocupando su capital Marrakuš. Avenzoar
equívoco en el breve Prólogo de la obra que se encuentra en ese tiempo en el Norte de
comentamos:33 Africa preso en la misma ciudad por orden de
los gobernantes almorávides, siendo liberado
“Dios es testigo que yo no he redactado este por las tropas almohades. Aun en el caso de
libro sino cuando me he visto obligado por la que hubiese comenzado su obra en Africa, si­
necesidad, por unfirme propósito y por unfuer­ guiendo el mandato de‘Abd al-Mu’min,y no
te imperativo que me ha impulsado a compo­ en Sevilla algún tiempo después, como pare­
nerlo. .. ”
ce lo más probable, nos encontraríamos que
El imperativo, sin duda, no era otro que el las fechas de composición estarían entre el
mandato del califa, al cual como súbdito, y 1148 y el 1162, año en que fallece Avenzoar.
más aun, como médico de cámara, no podía El Kitāb al-Taysīr es la obra más conocida
negarse. Que el uso del escrito se destinaba al de su autor, ya que destaca muy por encima
uso del propio califa almohade queda fuera del resto de escritos por él compuestos. Al­
de dudas tras la lectura de estas palabras, tam­ canzó una gran difusión entre sus contempo­
bién contenidas en el citado Prólogo: 34 ráneos, como lo demuestran las numerosas citas
que de ella hacen los autores árabes; poste­
“Mientras estaba componiendo este libro vino riormente, fue traducida primero al hebreo y
a verme alguien que era como el encargado res­ más tarde al latín y, tras la invención de la im­
pecto a mí del asunto [sin duda un enviado de prenta, fue editada en numerosas ocasiones, lo
‘Abd al-Mu’min], No le agradó el plan de la que nos garantiza su difusión y conocimiento
obra, arguyendo que la utilidad del libro para por parte del mundo científico renacentista.
quién no domine nada de la práctica de la me­ Sólo ha sido traducido de forma fragmentaria
dicina es remota y que no estaba de acuerdo con y en la actualidad nos estamos ocupando de
lo que se me había ordenado... ”. completar dicha labor. Del citado escrito dis-

95
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

ponemos, cuanto menos, de cinco ejemplares 1497. Debe corresponder con todo o parte En fechas no determinadas es cadí de Se­
en árabe.35 del tratado segundo del libro segundo del Kitāb villa y más tarde de Córdoba. Quizás es la
El escrito fue traducido al hebreo, como al-Taysīr que contiene las enfermedades de los época en las que compone su Kitāb al-kulliyyāt
hemos dicho, por el médico judío Jacobo y a riñones. Del mismo modo aparecen De febribus fī l-ṭibb, del que procede la Maqāla fi-tadbīr al-
través de una desconocida versión en dialecto opus sane aureum... nempe Graeci, Arabes atque ṣiḥḥa (Capítulo del regimen de salud ), objeto de
veneciano fue vertido su contenido traducida latini, Venetiis, G. Perchacinum, 1576 [colo­ nuestro estudio, siempre antes de 1162, fecha
al latín por el también médico Paravicio en el fón, 1575] y Variorum medicorum graecorum, en la que muere Avenzoar, ya que en una de
año 1280 o 1281.36 Poseemos una segunda latinorum et arabum de febribus tractatus,Venetiis, las páginas del tratado, al comentar determi­
versión latina realizada directamente desde el 1576, que contienen conceptos enunciados en nados aspectos del Kitāb al-Taysīr de Avenzoar,
hebreo por Juan de Capua y que fue termi­ el último tratado completo del libro segundo, con quien sabemos mantenía una relación muy
nada en 1319.37 Sin embargo, Gabriel Colin que trata de las fiebres. amistosa, no se refiere a él con la formula ha­
afirma que tal traducción no se hace directa­ El Capítulo de la conservación de la Salud fue bitual empleada con los ya difuntos (Dios tenga
mente, sino que existe una intermedia en una traducido en 1978 por Carmen Peña, como misericordia de él).45
lengua vulgar. Es muy posible, ya que el afir­ parte de su memoria de tesis doctoral. Dicha En 1182, sustituye a su maestro Ibn Ṭufail
ma haber manejado otro manuscrito, con lo traducción es la que hemos empleado en este como médico de cámara de Abū Ya'qub Yūsuf
que tal cosa no ofrece duda.38 trabajo.43 al-Manṣūr, e incluso, pudo ser su mentor en
Conocemos tan sólo un manuscrito en 3. Maqāla fi tadbīr al-ṣiḥḥa (Capítulo del ré­ el campo de la filosofía, pues era aficionado a
lengua hebrea existente en la Bibliothèque de gimen de salud) contenido en el Libro VI del ella ya que, al contrario de lo que sucedía con
la Academie de Leide.39 Aunque creemos de­ Kitāb al-kulliyyāt fī l-ṭibb (Libro de las generali­ los dirigentes almorávides, los de los almohades
bió existir, al menos, otra copia en hebreo ya dades de la medicina) de Averroes. Fue com­ pasan por ser hombres cultos. Fue acusado de
que no es admisible que tanto Paravicio como puesto posiblemente en Córdoba, y con toda heterodoxia en 1194 por los puristas religio­
Juan de Capua utilizasen el mismo escrito. No seguridad en la segunda mitad del siglo XII. sos más próximos a los recalcitrantes almo­
conocemos su paradero actual. Quizás sea Abū 1-Walīd M. b. Aḥmad b. M. b. Rušd, hades,junto con un grupo numeroso de filó­
momento de recordar el importante papel ju­ nace en Córdoba en 1126, en el seno de una sofos, y será desterrado a Lucena, en Córdo­
gado por la comunidad judía en la difusión familia de tradición jurídica, ya que su padre ba, para vivir en la comunidad judía, donde
de obras científicas como la que nos ocupa. y su abuelo fueron jueces en Córdoba. Reci­ permanecerá dos años, puesto que le está pro­
Es extraordinaria su aportación traduciendo be la usual formación en teología y leyes, hibido abandonarla. Es posible que sus ideas
y, mas tarde, portando físicamente las obras a matemáticas y astronomía, dedicándose más teológicas y filosóficas le hiciesen acreedor
distintos lugares de Europa. Ello hizo que tarde por entero a los filosóficos -al parecer de la sanción, pero al-Manṣūr no se decidió
numerosas obras médicas procedentes de los fue alumno de Abū Bakr b. Ṭufail— y a los de tomar con él medidas punitivas hasta que le
más importante autores islámicos fuesen pron­ medicina. Sus maestros en esta última disci­ mostraron uno de los escritos en el que se
to conocidas y estudiadas por los mayores sa­ plina fueron Abū Ŷaʻfar b. Hārūm al-Tarŷalī refería a él con un tratamiento inadecuado,
bios del momento. (de Trujillo), conocido médico que vivía en llamándole “rey de los bereberes”, ese era su
En cuanto a los manuscritos latinos que Sevilla, Abī Marwān al-Balansī, además del va­ origen y no príncipe de los creyentes, es de­
nos han llegado son cinco40 y, al parecer, exis­ rias veces ya citado Ibn Ṭufail, con quien man­ cir califa, como se hacía denominar.
tía también otro ejemplar la biblioteca del tendrá controversias científicas en su momento. Sus amigos sevillanos conseguirán el per­
médico Juan Vallseguer, que vive en la Valen­ Entre 1141 y 1146 acabará todos sus estudios.44 dón de al-Manṣūr, quién ofrece una especie
cia del siglo XV, aunque en la actualidad se En el año 1153 pasa al Norte de Africa, de amnistía general para los represaliados, qui­
encuentre perdido.41 donde el califa almohade ‘Abd al-Mu’min lo zás como agradecimiento tras su victoria so­
Salvo pequeñas variaciones la obra se va a nombra cadí. A la muerte de éste, Ibn Ṭufail bre los cristianos en Alarcos,en 1195.Es nom­
imprimir con el siguiente título: Líber theicrisi es nombrado médico de cámara de su sucesor brado cadi de Mauritania, muriendo pocos
dahalmodana vahaltadabir, etc., alcanzando once Abū Ya'qubYūsuf, lo que suponemos signifi­ años después, en 1198, en la ciudad de
ediciones entre los años 1490 y 1574.42 Por caría también un ascenso social para Averroes, MarrakuS. Su cadáver fue traído a Córdoba
tanto, en menos de noventa años, ven la luz presentado por su maestro al soberano en 1168. para ser enterrado allí.46
un número de ediciones que sin duda consti­ Posiblemente a instancias de aquel acomete la Sus obras médicas originales son el Kitāb
tuye todo un hito, sobre todo si tenemos en labor de comentar las obras aristotélicas, de al-kulliyyātfī l-ṭibb (Libro de las generalidades so­
cuenta que el texto médico medieval mas co­ las que realiza múltiples versiones y comenta­ bre la medicina), la Maqāla fī aṣnāf al-mizāŷ o
nocido, el Canon de Avicena, apenas alcanza rios, alrededor de una veintena, que le dieron Maqālafī l-mizāŷ (Tratado sobre los temperamen­
unas pocas ediciones mas. Además de lo indi­ a conocer en el mundo latino medieval. Ello, tos), la Mas’ala fī nawá’ib (Cuestiones sobre los
cado, de forma fragmentaria aparecen a lo largo creemos, ha hecho que en la actualidad sea accesos defiebre), la Maqālafī ḥummayāt al-‘afan
de los siglos XV y XVI lo que creemos son más conocido como filósofo que como mé­ (Tratado sobre las fiebres pútridas) y la Maqāla fi
diversas partes del libro. Hemos detectado las dico, a pesar de que también es importante su l-tiryáq (Tratado sobre la triaca). Además, realizó
siguientes: Tactatus de morbis renum, Venetiis, labor en esta materia. comentarios a ocho obras de Galeno, una de

96
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

El banquete de los médicos. Biblioteca Ambrosiana,


Milán. A la comida y la bebida dedican un gran
espacio las obras de "Régimen de salud" medievales.

Avicena y unas controversias con Ibn Ṭufail.47 recopilación del capítulo VI del mismo libro,
La más conocida es el Kitāb al-kulliyyāt fī l-­ desprovisto de los fundamentos teóricos y rea­
ṭibb (Libro de las generalidades de la medicina), lizado seguramente por algún discípulo para
conocido en el mundo latino como Colliget. su propio uso, tal como se desprende del co­
Se trata de una obra importante destinada, lofón: “...fin de las palabras del alfaquí, del cadí
como la inmensa mayoría de ellas, a la forma­ Abū l- Walīd Ibn Ruīd, Dios lo tenga en su santa
ción de los médicos y que tuvo una extraor­ gloria”. Lo hemos utilizado con el fin de acla­
dinaria difusión en todo el mundo científico rar algunas dudas.49
conocido. Se compone de siete capítulos o 4. Al-risālat fī tadbīr al-ṣiḥḥa (Tratado sobre el
libros: I. Anatomía; II. Fisiología; III. Estudio régimen de salud) también conocido como
sobre las enfermedades; IV. Señales por las que Risālat al-Afḍaliyafī Tadbīr al-ṣiḥḥa (Tratado de­
se conocen las enfermedades; V. Alimentos y dicado a al-Afdal sobre el Régimen de Salud) de
medicamentos simples.Venenos y contravene­ Maimónides. Compuesto en la segunda mi­
nos; VI. Higiene individual;VII. Medicamen­ tad del siglo XII, en al-Fustat (Egipto).
tos compuestos. Moses b.‘Abd Allāh b. Maimūn al-Qurtubī
En 1980 José María Fórneas Besteiro y Ca­ al-Isra’īlī, Maimónides, nace en la judería de
milo Alvarez de Morales realizaron una edición Córdoba en el año 1135, de una familia de
árabe de la obra y sobre esta edición Carmen jueces que se remontaba a varias generacio­
Peña ha efectuado la traducción del capítulo nes. Su propio padre se encarga de que apren­
sexto, exclusivamente para este trabajo.48 diera la ley hebraica, tema en el que ocupa sus
Mas recientemente, en 1984, Expiración primeros años. Con la llegada de los almohades
García Sánchez ha publicado un breve escrito a la Península Ibérica en 1148, ciertamente
de Averroes titulado [Taljīṣ] fī hifẓ al-ṣiḥḥa: intolerantes en materia de religión, las relati­
Resumen sobre cuidado de la salud, que incluye vamente buenas condiciones de vida de la mi­
aspectos relativos a comida, evacuación de re­ noría judía que habita en esta ciudad, al igual
siduos, ejercicio y baño, todos perfectamente que la de los cristianos, van a degradarse muy
ordenados, cosa que no sucede en Kitāb al-­ rápidamente: los alfaquíes almohades some­
kulliyyāt fi l-ṭibb. Por lo que creemos es una ten a sus componentes a un dilema simple: o

97
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

se convierten al islamismo o mueren. Natu­ Sobre 1175, Maimónides, que ya estaba de­ les doy instrucciones para sus dolencias. Los
ralmente, queda una tercera vía que será la dicado exclusivamente a tareas intelectuales pacientes no dejan de entrar y salir hasta el
que escojan un gran número de judíos y cris­ en el ámbito religioso y jurídico, debe aban­ anochecer y a veces, hasta dos horas después del
tianos: la de emigrar a otras tierras donde tal donarlas y comenzar a ejercer una actividad anochecer [...] Cuando cae la noche estoy tan
imposición no exista, Castilla, para los cristia­ que les permita vivir, pues la familia, que se extenuado que apenas si puedo hablar ...”.
nos y el Sur de Francia o Italia o el Norte de ha dedicado al comercio como medio de sub­
Africa para los judíos.50 sistencia, se encuentra en la ruina. Elige la prác­ En los últimos veinte años de su vida es
En principio, creemos que la decisión de tica de la medicina, aunque ignoramos dónde cuando compondrá su copiosa obra médica.
su padre, Moses tiene tan solo doce años en y con quien se ha formado en dicha materia, En ella destacamos el Kitāb al-fuṣūl’fī l-ṭibb (Li­
ese momento, fuese la de marchar no muy además, hasta ese momento no ha compuesto bro de los aforismos médicos), realizado sobre los
lejos, quizás pensando que el dominio de los escrito alguno sobre el tema. Hacia 1177 es años 1187-1190, la Risālat al-Afḍaliya fi tadbīr
almohades pudiere ser breve, por lo que entre nombrado por sus convecinos jefe religioso al-ṣiḥḥa (Tratado dedicado a al-Afḍal sobre el ré­
1148 y 1157 los encontramos en Almería, don­ de la comunidad judía de Fustat, ciertamente gimen de salud), que lo hace en el 1198, y en la
de han buscado refugio junto a los cristianos muy numerosa. Podemos decir que a partir misma época compone también el Kitāb al-­
que mantendrán la ciudad en su poder durante de esa época va a ser mucho más. Según pare­ sumūm wa l-mutaḥarriz min al-adwiya al-qattāla
diez años,precisamente entre 1147 y 1157. Pero ce fue de hecho, aunque no sabemos si llegó a (Libro sobre los venenos y la prevención contra los
cuando las tropas almohades hagan retornar la ostentar el título que lo acreditase,jefe espiri­ medicamentos mortales) y será en el 1200, cuan­
ciudad de Almería al Islam, los banū Maymūn tual de todos los judíos de Egipto. do escriba la Maqāla fī bayān al-a‘rāḍ (Tratado
volverán a emprender su marcha. En torno al 1185, Maimónides tiene cin­ sobre la explicación de los síntomas), amen de otras
Al parecer, entre 1157 y 1160 se encuen­ cuenta años, es nombrado médico de al-Fadīl obras menores cono son la Risāla fī l-bawās īr
tran presentes, siempre huyendo, en dos de las al-Baysami, visir de Salāḥ al-Dīn Yū-suf b. (Epístola sobre las hemorroides), la Maqāla fī l-­
principales juderías del sur de al-Andalus: Ayyūb, más conocido entre los cristianos como ŷimā' (Epístola sobre el coito) y la Maqāla fī l-­
Lucena y Granada. Maimónides tiene ya cerca Saladillo (1138-1193),sultán de Egipto y Siria rabw (Epístola sobre el asma).53
de veinticinco años y ha compuesto una parte y, posteriormente, de al-Afdal Nūr al-Dīn ‘Alī, Maimónides muere en Fustat en 1204, a
de su obra jurídica y teológica, pero no la mé­ hijo mayor del sultán y gobernador a título los sesenta y nueve años y, siguiendo sus ins­
dica y, posiblemente, inicie su amistad con los de rey en Egipto. Maimónides lleva ya en esta trucciones, será enterrado en Tierra Santa,
miembros de la familia de traductores granadi­ época una febril actividad que él mismo nos concretamente enTiberíades, a donde es tras­
nos que conocemos como losTibbónidas.51 En describe en una carta escrita al conocido tra­ ladado en piadosa peregrinación. Hoy, una
el año 1160 la familia Maimūn se encuentra en ductor Samuel b.Tibbon en 1199, pocos años supuesta y muy sencilla tumba en dicha ciu­
la ciudad de Fez, aunque, como en el caso de antes de su muerte:52 dad acoge el testimonio de respeto de los ju­
Granada o Lucena, esta ciudad se encuentra tam­ díos del mundo entero.Judíos que mantienen
bién bajo el dominio de los almohades, que “Resido en Fustat y el Rey [al-Afdal Nūr al-­ este axioma, posiblemente de origen medie­
como sabemos ocupan gran parte del Norte de Dīn] lo hace en El Cairo. Entre ambos lugares val y documentado ya desde 1524: “de Moses
Africa. La familia Maimūn se refugia allí, pen­ hay una distancia de dos jornadas permitidas [el profeta Moisés] a Moses [b. Maimun] no
sando, quizás, que puedan pasar desapercibidos. en sábado [unos cinco kms.]... Debo visitar al hubo otro Moses”.
En el año 1165,1a situación en Fez se hace Rey diariamente, por la mañana temprano,pero La Risāla al-Afḍaliya fi tadbīr al-ṣiḥḥa (Trata­
insostenible: un conocido rabí, que es el maes­ cuando se encuentra mal, o uno de sus hijos o do dedicado a al-Afḍal sobre el régimen de salud),
tro de Maimónides,Yehuda b. Sasan es ejecu­ concubinas cae enfermo, no me atrevo a salir de utilizada para este trabajo, es una obra de ma­
tado por negarse a convertirse al islam y, a El Cairo, y me veo obligado a permanecer la durez, compuesta tan solo seis años antes de
continuación, es el propio Maimónides quien mayor parte del día en palacio. También ocurre morir y seguramente en la ciudad de Fustat,
se libra por poco de igual suerte, gracias a la que alguno de losfuncionarios cae enfermo y lu­ donde residirá hasta su muerte. Como su nom­
intervención de un teólogo musulmán que lo de atenderlos durante todo el día. Así pues lo bre indica, está dedicada al personaje al-Afḍal
avala. Deben irse. Embarcarán para Oriente y normal es que me traslade diariamente a El Nūr al-Dīn ‘Alī, quien desea tener un escrito
después de un mes de agitada travesía desem­ Cairo por la mañana temprano y no regrese a que solucione sus problemas médicos, posi­
barcan en San Juan de Acre, en Palestina. Tras Fustat hasta después del mediodía, muerto de blemente teniendo en cuenta la avanzada edad
una breve estancia en dicha ciudad y una visi­ hambre [...] Encuentro la sala de espera de mi de Maimónides, tiene ya sesenta y tres años, y
ta a Jerusalen y Hebrón se instalarán en Egip­ casa llena de gente, judíos y no judíos, impor­ el razonablemente poco tiempo que le queda
to, primero en Alejandría y, más tarde, ya de tantes y no importantes [...] Desmonto de mi de poder seguir atendiéndolo.
forma definitiva, en al-Fustat, lugar próximo cabalgadura. Me lavo las manos, me dirijo a El propio autor se encarga de hacernoslo
a la nueva ciudad de El Cairo. Recordemos mis pacientes y les ruego que tengan paciencia saber en el inicio de su escrito:54
que Palestina en ese tiempo es asiento de lu­ mientras tomo un ligero refrigerio, la única co­
chas entre cruzados y musulmanes, por lo que mida que hago en todo el día. “llegó al humilde súbdito Moses b. ‘Abdalah
tampoco constituye un sitio seguro. Atiendo a mis pacientes, les escribo las recetas y al-lsra’īlī al-Qurṭubī, la orden real de su ma­

98
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Estatua de Maimónides, Córdoba. jestad al-Afḍal, que Dios guarde y le proteja,


mediante su mensajero, que le conmi­
na a escribir un tratado para cu­
rar las enfermedades que pa­
dece nuestro señor... ”.

Sin embargo, no
se limitará a reali­
zar exclusivamente
el encargo, sino que
contiene también
otros apartados,
muchos de ellos con
poca relación con la
higiene privada. Es­
tos son los diferen­
tes capítulos:
1. Breve escrito
para cuidar
de la salud
de toda
clase de
gente.
2. Trata­
miento de
enfermos, en
lugares donde
no hay médico.
3. Tratamiento
de las enfer­
medades de
nuestro se­
ñor, según
las seña­
les que
mues­
tra.
4. Consejos útiles para sanos y enfermos, rresponden al texto titulado Maqāla fī bayān
en todo lugar y en todo tiempo. ba'ad al- a'rād wa-l-ŷawāb ‘anhā o Tratado sobre
Quizás la idea primigenia de Maimónides la explicación de las señales de la enfermedad y
fuese atenerse a lo indicado, escribiendo con respuesta sobre ello, realizado a base de veinti­
tal fin solamente el tratado tercero, que es el dós preguntas y respuestas, que posee un pa­
que lleva el título adecuado a la petición real. recido carácter y está igualmente dedicada a
Mas tarde, posiblemente el mismo autor sería Ibn al-Afḍal.
el que añadiese a éste otros tres, todos ellos La obra, compuesta en árabe como la gran
con una cierta unidad temática, completando mayoría de los escritos científicos de
la estructura con la que ha llegado hasta no­ Maimónides, se difunde por el mundo islá­
sotros, tomándolos de obras anteriores, como mico y creemos que a la vez por el latino. La
el mismo nos indica: “Quién lea este escrito... ubicación de los manuscritos nos proporcio­
[quizás] encuentre que alguno de sus capítulos los na alguna información sobre este aspecto.56
habíamos mencionado en ocasiones anteriores...”.55 De los cuatro manuscritos existentes, tan sólo
¿A que escritos anteriores se refiere el au­ dos permanecen en el mundo islámico, aun­
tor? Según pensamos, en su mayor parte co­ que los otros dos pudieron en su momento

99
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

pertenecer a bibliotecas orientales y, más tar­ The preservation ofyouth: essais on healt.Translated como músculos, cerebro, etc, dificultaba el
de, ser traídos a Europa. En cuanto a su difu­ from the original arabic (Fi tadbir as-sihha) and correcto funcionamiento del organismo,al en­
sión hacia el Occidente Latino parece claro with an Introductiva, aunque para este trabajo torpecer las distintas funciones. De ahí la im­
que debió de llegar a al-Andalus en fechas no hemos preferido utilizar la versión castellana portancia de poder deshacerse corrientemente
muy posteriores al momento de su composi­ realizada por nosotros, que aun permanece in­ de ellos habitando en los lugares donde se dis­
ción, ya que es traducido al hebreo por el ju­ édita.58 ponga de un clima idóneo.
dío granadino Mose b.Tibbon en 1244. Pare­ Según afirma Avenzoar, el aire más conve­
ce probado que le unía una gran amistad con niente es el que reina en las regiones situadas
los Tibbónidas, como lo demuestra la carta que III. Los recursos utilizados al Norte, que es siempre frío y al mezclarse
dirige en 1199 a Samuel b.Tibbon, abuelo del con los aires reinantes en el lugar, que suelen
citado traductor. 1. El lugar donde vivir ser templados, impide que estos alcancen un
En 1290 es realizada otra versión, esta vez grado de calor peligroso. Por ello se aconseja
al latín, a partir del árabe, por Armengaud de Los autores de los textos consultados es­ vivir en sitios que tengan una cierta elevación
Blaise, en Montpellier, lo que prueba la pre­ tán de acuerdo en la importancia que para la y que está despejada la parte que mire hacia el
sencia del escrito en el sur de Francia. Sabe­ vida del paciente tiene el que se encuentre Norte. Si es posible, deben estar rodeados de
mos de una segunda versión latina realizada a situado en un lugar idóneo, con un clima ade­ viñedos, lo que nos habla de la presencia abun­
partir de la versión hebrea por el judío con­ cuado, en el que los vientos soplen de forma dante de vid en los territorios del islam, con
verso Juan de Capua, también traductor en suave y desde una posición que sea favorable. las connotaciones jurídicas y religiosas que
fechas similares del Kitāb al-Taysīr de Avenzoar. Si no fuera así, recomiendan de modo gené­ todo ello conlleva, o bien, que sean sitios
La labor de traducción de la obra de Maimó­ rico que el paciente se cambie de ese lugar próximos a las costas. Se deberá huir de aque­
nides se desarrolla a finales del siglo XIII,po­ insalubre a otro con mejores condiciones, o llos lugares que estén rodeados de montañas
siblemente en Italia, lo que nos hablaría de un lo que es más sencillo, que adopte las medidas altas, especialmente de las ciudades que tie­
rápido y general conocimiento de la versión pertinentes para cada ocasión. nen la parte que mira al Norte tapada por las
delTibbónida granadino. El lugar donde habite el paciente debe, mismas; también las que estén junto a las zo­
En la misma línea de observar su difusión sobre todo, poseer un aire puro. Esta cualidad nas pantanosas, especialmente aquellas que se
debemos indicar que poseemos hoy seis ma­ del aire que rodea al hombre es a todas luces encuentran cerca de las costas, porque produ­
nuscritos en hebreo contenidos en las Biblio­ imprescindible porque, según la teoría clásica, cen enfermedades pútridas y originan entu­
tecas Bodleiana, Bolonia, Munich, París, Parma el aire penetra por la boca y las narices para mecimiento y hemiplejía.61
y Viena, lo que confirma nuestra suposición dirigirse al corazón. Allí se mezcla con la san­ Abundando en el tema, Maimónides nos
del gran papel jugado por los hebreos en la gre y, por medio de las arterias, se reparte por confirma todo lo anteriormente expuesto y
valoración del escrito, superior al de los auto­ todo el cuerpo, donde realizará su función. añade que junto con las ciudades abiertas ha­
res árabes, ya que la difusión de la obra se hace Por otra parte, en la mente el espíritu psíqui­ cia el Norte, también son buenas para ser ha­
fundamentalmente por obra de los escritores co, vivificado a partir de aire, es empleado para bitadas aquellas que lo estén al Este, y
judíos, sin duda muy interesados en dar a co­ el raciocinio y si el aire está putrefacto el or­ sorprendentemente, y en contraposición con
nocer la obra de una de sus mayores figuras ganismo en consecuencia funciona mal.59 lo que seguramente pensaríamos, recomienda
como es Moses b. Maimūn. El aire debe tener los grados de humedad habitar en ciudades en las que haya pocos ár­
Las ediciones impresas del Tadbīr al-ṣiḥḥa y calor adecuados. Según sabemos, en las oca­ boles y no corra el agua. El desierto, en suma.
son nueve, según creemos, y llevan el título siones en las que el aire es caliente este se ad­ Quizás resulte fácil de entender, a pesar del
de Regimen sanitatis o bien el de Tractatus de hiere al cuerpo, aumenta el calor de su piel e tiempo que los árabes llevan en la Península
regimen sanitatis ad Soldanum Saladinum impide que se deshaga normalmente de sus Ibérica,que nuestros autores lo recuerden con
Babiloniae transmisit.i7 Además de lo indicado residuos. A los cuerpos llenos de residuos se cierta nostalgia, aunque es posible que en ello
encontramos al fin de las ediciones del Kitāb les obstruyen los poros de la piel cuando éstos haya cierta retórica, e incluso influencias poé­
al-Taysīr, sólo el primer capítulo del Tadbīr al-­ comienzan a salir del cuerpo y, como resulta­ ticas, sobre su desierto de origen, con amplios
ṣiḥḥa e incompleto, con el siguiente título: do, se produce un escalofrío. Averroes, que es espacios sin límites donde, nos dirán, el aire
“Tractatus raibi moisi abenmaimon quen soldano quien nos informa, nos dice un poco más ade­ siempre es completamente puro. Sus palabras
babiloniae transmisit... ”. lante, que el clima frío no ayuda a deshacerse son definitivas: “La comparación del aire de los
La obra que nos ocupa fue traducida al de los residuos y que el calor los vacía más de desiertos o campos con el de las ciudades es como el
alemán por A. Freiman con el título Regimen lo necesario.60 agua pura con la turbia”.62 Otra consideración
Sanitatis des Maimonidesfür der Sultán al-Afdal, Los residuos a los que se refieren nuestros puede ser el hecho de que varias de estas obras
y Susmann Muntner como Regimen sanitatis, autores son el componente final de las tres están escritas en los márgenes del desierto, tan­
oder Diätetik für die Seele und der Korper, mit digestiones que tienen lugar en el cuerpo to el norteafricano como el egipcio, donde
anhang der mediznischen Responsen und Ethik humano, que según la doctrina clásica, ocu­ vivían los señores a los que atendían como
des Maimonides y al inglés por H.L. Gordon: rren en estómago, hígado y diferentes partes médicos, y a los que están dedicados los escri­

100
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Corral del Carbón, Granada. Antiguo Fondaq o


parador de viajeros. Las viviendas debían estar
orientadas y ventiladas según las normas establecidas.

tos, por lo que no es de extrañar la presencia los campos o en aquellos lugares donde se
de tales disquisiciones. Además, y esta vez si­ mantenga el aire lo mas limpio posible, aspec­
guiendo a Averroes, se nos informa que los to éste en el que todos se mostrarán unáni­
cambios bruscos que ocurran y cambien el mes. Maimónides, que es quien vive mas cer­
clima, en general, son peligrosos para la salud, ca del desierto, se encargará de aclararnos por
por lo que deberá siempre que ello sea posi­ qué la vida en las ciudades presenta muchos
ble, recordemos a quien van dedicados los más inconvenientes, siempre bajo el punto de
Regímenes de salud, procurar habitar en lugares vista que nos ocupa, que el vivir en los cam­
que tengan un clima estable.63 pos. Para ello da una serie razones: la primera
No pudiendo residir en el desierto, por de ellas es que el aire no es puro en las ciuda­
ejemplo en al-Andalus, aconsejarán vivir en des debido a la existencia de multitud de ca­

101
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS -

sas altas, que impiden el paso del aire de for­ nuestra visión sobre la vivienda islámica, siem­ explícita que tan solo son útiles para preservar
ma natural; a ello se une la existencia de calles pre blanqueada; para nuestro autor la forma la salud de sus habitantes en el verano, siendo
estrechas que consiguen que el aire se estan­ idónea de acabar las viviendas es revestirlas con indiferentes, es decir, no teniendo ninguna in­
que. Así mismo, la abundancia de restos pútri­ almagre.69 Puede que no sea una simple ca­ fluencia en la primavera y el otoño y que es­
dos procedentes de la descomposición de los sualidad el que construcciones de importan­ tán claramente proscritas para su uso en in­
alimentos, de los cadáveres, perturban el aire cia provenientes de esa época, y que han lle­ vierno. Lo mismo sucede con los aljibes, que
hasta extremos de hacerlo peligroso.64 gado hasta nuestros días hagan alusión a di­ instalados en las viviendas con el fin de reco­
En este sentido debemos recordar aquí que cho color. En particular, por su cercanía, a la ger el agua para el uso doméstico, son clara­
las ciudades andalusíes, como sucede igual con Alhambra granadina (Qalat al-ḥamrā’ o Casti­ mente nocivos bajo el punto de vista sanita­
el resto de las islámicas, se caracterizaban por llo rojo), como sabemos. rio porque el agua estancada crea un ambiente
tener sus barrios constituidos por unas pocas Hay también algunas consideraciones so­ nocivo que corrompe los humores y favore­
calles principales, abiertas a los dos lados, donde bre las cámaras altas denominadas algorfas, ce la aparición de las fiebres.72
se encontraban los comercios, lugares de cul­ cuyo uso se recomienda preferentemente en En cuanto a una cierta parte del moblaje
to y de administración y un entramado de la época invernal, mientras que las salas bajas que compone el hogar islámico encontramos
calles tortuosas hasta parecer laberintos, pues son, según se afirma, las más idóneas para ser también algunas recomendaciones, todas ellas
multitud de callejas no tenían salida, termina­ utilizadas en el verano.70 En muchos lugares debidas a Avenzoar:
ban en callejones ciegos, o bien, sin llegar a de la Península hemos podido comprobar que Las camas: Si el paciente no precisa dor­
tanto, sus fachadas convergían hasta estrechar se mantiene la costumbre de habitar en invier­ mir en lecho duro, circunstancia esta que no
el espacio de paso hasta lo inverosímil, de for­ no en piso superior y en el verano trasladarse es aclarada, puede hacerlo en colchón de al­
ma que de una ventana a otra podían darse la al inferior, al menos en las viviendas rurales godón cardado, que contenga algunas plumas
mano los vecinos; por otra parte un gran que disponen de dos pisos al efecto. suaves al tacto. No deben usar lecho duro
número de callejas, por razones de seguridad Como se ha indicado abundantemente, las aquellos que están acostumbrados al blando
frente a maleantes, tienen de cuando en cuando casas de los moradores de al-Andalus estaban puesto que puede sobrevenirles la muerte, ya
portillos que se cierran al anochecer, y en las muy apiñadas, viviendas “como nidos de go­ que la sangre pasa al pecho y al pulmón, agrie­
que, en gran parte, dada sus estrechez permitían londrina”, se las suele describir, siendo muy tándose las venas de esta parte. Se insiste en
el paso de un hombre, pero no las caballerías y frecuente que para entrar en una vivienda que es mejor el lecho blando, de algodón car­
aun menos carros para llevarse escombros o hubiese que pasar antes por otras dos o tres, dado, con plumas, en el que esté un poco le­
inmundicias.65 Pero si hay que residir en una donde se hacinaban de ordinario varias fami­ vantado en el lugar donde reposa la cabeza,
ciudad, afirma, es preferible siempre vivir en lias, con abundante descendencia cada una de suponemos mediante el uso de la almohada.73
las afueras que en el centro de la misma, pro­ ellas, en unos pocos metros cuadrados: en oca­ En cuanto a las sábanas, lo ideal, se afirma, es
curando que sea en la parte Norte o Este.66 siones se ha dicho que en el lugar donde ha­ usar las que sean más nuevas para invierno y las
Se recomienda por parte de Avenzoar que bitaba una familia cristiana podían hacerlo muy usadas para el verano, y en las otras dos
las viviendas estén preferentemente orienta­ cinco musulmanas. Las fachadas de las casas estaciones, de uso intermedio, ni muy nuevas ni
das hacia el Norte y, en medida lo posible, apenas tenían ventanas a la calle, tan solo po­ muy usadas. Los materiales con las que deben
debe evitarse la orientación opuesta, hacia el seían un hueco al que daba acceso a cualquier estar confeccionadas también se especifican: usar
Sur, por las razones que antes se han apunta­ vivienda, según nos dice Leopoldo Torres las de seda para el invierno, y las de lino para el
do.67 Se debe procurar situarlas en los lugares Balbás.Tan solo se diferenciaba el exterior de verano. En la misma línea, se habla de sábanas
mas elevados de la ciudad, con amplios patios, un palacio de una vivienda humilde contigua oscuras y desgastadas para el verano y las que
para que los atraviese fácilmente el aire pro­ por la calidad de la madera, el labrado de esta, tienen pelusa en el lado externo para el invier­
cedente del Norte, que los rayos del sol en­ o los herrajes, lo que nos habla de que no no.74 Anotemos la mención de sábanas de seda,
tren hasta el interior de la casa, porque el sol había barrios o calles donde habitaban de pre­ que sin duda debía constituir un enorme lujo,
disuelve la putrefacción que se produce en el ferencia los ricos o pobres y que la configura­ y en cuanto a las sabanas oscuras debe refe­
aire. En ocasiones, debe perfumarse el aire y ción externa de las viviendas era, prácticamen­ rirse a aquellas que adquieren un color pardo
secarlo con incienso, según el tipo de aire.68 te, igual para todos.71 por el uso continuado.
Sostiene nuestro autor que las casas Habitar en casas que posean jardines con Las indicaciones se repiten también para
recubiertas de piedra o de mármol son bue­ abundante agua corriente, sin duda un signo las alcalas, cortinajes de las camas,y quizás mos­
nas para los lugares y tiempos calurosos, pero de prosperidad en todo tiempo, recordemos quiteros, que no deben ser muy tupidos para
son malas para las estaciones en las que pre­ nuevamente a quien van dedicados estos escri­ que no se estanque el aire existente dentro
domina el frío, y más aun si el paciente es tos, y que tan caros resultan al prototipo de gente del espacio que limitan. Recordemos lo di­
anciano o padece enfermedades como la pa­ islámica, según vemos en las construcciones de cho en cuanto al aire puro. Nuevamente se
rálisis. Por el contrario, las casas encaladas son esa época que nos han legado y tal como afirma indica que, como sucedía con las sábanas, hay
buenas para el invierno pero malas para el nuestro Avenzoar, no es conveniente en cual­ que modificar su textura según la estación: seda
verano, lo que en cierto modo contrasta con quier época de año. Se nos aclara de forma muy durante el invierno y lino en verano.75

102
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Vista general delAlbayzín de Granada. El Albayzín, Sobre las prendas de abrigo para usar en luta vigencia a la hora del razonamiento cien­
protegido de los vientos nocivos del sur por la colina de la cama, Maimónides emplea una fórmula tífico, siendo perfectamente válido. El uso de
la Alhambra ocupaba una posición privilegiada según la analogía será de uso corriente entre los au­
usual de duda: “algunos médicos sostienen... ” lo
las doctrinas higiénicas clásicas.
cual quiere decir que él no está completa­ tores tanto antiguos, entre los que destacamos
mente de acuerdo , acerca del uso de mantas a Aristóteles, como medievales.
de piel de gato, que según ellos son causa de Prácticamente ningún otro autor se ocu­
enfermedad, lo mismo que dicen que oler su pará del tema del moblaje doméstico excepto
aliento es nocivo. Esto esta tomado de Averroes quien, brevemente, indica que aque­
Avenzoar, quien dice exactamente lo mismo.76 llos que posean una complexión caliente y
Sin embargo, afirma de modo contun­ seca deben utilizar las esteras más suaves y blan­
dentemente el médico cordobés que las man­ das posibles, sin que se nos aclare muy bien el
tas de piel de conejo producen un buen calor por qué.78
y a la vez son buenas para las enfermedades Las medidas a adoptar para prevenir la en­
de los nervios, aclarándonos nuevamente, que fermedad consistían, fundamentalmente, en
“al igual que sucede con su carne” y añade oponer situaciones contrarias. Así, frente a un
que esto está especialmente dedicado a los paciente que poseyese una complexión calien­
ancianos.77 te y seca, siguiendo la doctrina de los contra­
Nos encontramos ante el uso de la analo­ rios, había que crear al rededor del paciente
gía como recurso intelectual, y debemos in­ un ambiente lo más frío y húmedo que fuera
dicar aquí que en ese tiempo tenía una abso­ posible.

103
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

2. Recomendaciones sobre la vestimenta ocre, que se dice es buena, bonita de aparien­ tan mejor el cuerpo y contraria contrariis, es
cia y agradable al tacto, en este caso claramente coherente que preconice el uso de aquellas
En relación estrecha con el ambiente que se trata de un animal no comestible.81 Es más más gruesas en tiempos calurosos, porque se­
rodea al paciente, están los vestidos que porta que posible que el magnate al que iba desti­ gún afirma mantiene templado al cuerpo, im­
en cada estación. Averroes hace simplemente nado el tratado, como sabemos el almohade pidiendo que penetre el calor extremo84.
una consideración general en el sentido que ‘Abd al-Mu’min, residiese largas temporadas Averroes advierte que los pacientes que
los recién nacidos y los niños se ven muy afec­ en el Norte de Africa, lugar donde habita este posean una complexión de tipo caliente es
tados por el frío y el calor extremos, así como carnívoro, el mas pequeño de los cánidos, decir en los que predomine la bilis amarilla, o
del resto de cosas molestas que proceden del Sahara y desierto de Libia y le consultase acerca la sangre, deben evitar quedarse fuera en las
exterior, como la lluvia o el viento, por lo de este extremo, ya que si no, tendría escaso noches de calor y que sus ropas deben ser lo
que hay que tener gran cuidado en dotarles interés la cita dado que en al-Andalus no se mas suaves y blandas posibles, para que apor­
de la indumentaria adecuada a cada estación. encontraba a dicho animal.82 ten humedad. Aunque no se menciona explí­
No deja de ser interesante tal mención pues Junto con el uso de prendas de abrigo en citamente, la misma consideración podría ha­
la figura del niño es habitualmente poco tra­ invierno se recomienda también el empleo cerse en complexiones frías como son las de
tada en las consideraciones higiénicas de la abundante de friegas con aceite para prote­ la de bilis negra o de flema, de no exponerse
medicina islámica, como sucede con la medi­ gerse de esta manera del frío ambiental. al frío puesto que les es contraproducente, ya
cina medieval al unísono. Lo propio ocurre Avenzoar se ocupa de las personas que tie­ que aumenta en el organismo la frialdad ya
con los tratados dedicados al tratamiento en nen edades extremas para indicarnos que ves­ existente por su temperamento.85
caso de enfermar los niños. Ello hace más pre­ tir prendas realizadas con piel de conejo son Recordemos que, según la doctrina clási­
ciosas las consideraciones del médico y filó­ solo útiles para los ancianos puesto que forti­ ca a la cual están adscritos los autores islámicos,
sofo cordobés.79 fican sus cuerpos, de suyo secos, mientras que como ya sabemos, las complexiones del hom­
Sobre el vestido, ya en el adulto, es Aven­ en los niños, cuyo temperamento es más hú­ bre pueden ser cinco: la equilibrada, y las dis­
zoar quien nos hace una serie de reflexiones medo, deben obviarlas, siendo preferible uti­ tintas variaciones: fría y húmeda, fría y seca,
del mayor interés al decirnos que el uso de la lizar por estos últimos las pieles de borrego.83 caliente y húmeda y la ya mencionada calien­
seda cruda, de nuevo recordemos que este Según esto le adjudica a las pieles de conejo te y seca. Corresponden a situaciones en las
género médico está dedicado preferentemen­ un cierto carácter de humedad que aumenta­ que predomina uno de los cuatro humores:
te a las clases acomodadas, y de las de algodón ría la propia de los niños, de ahí que deba ser bilis amarilla, sangre, flema y bilis negra, a los
son propios de las estaciones de invierno, pri­ proscrita, mientra que es útil a los ancianos que se adjudicaban, de forma absolutamente
mavera y otoño, mientras que para la veranie­ cuya constitución tiende a la sequedad. Las de empírica, las cualidades mencionadas. En la
ga es preferible la utilización del lino fino y borrego serían las más cálidas. complexión en la que predomina la bilis ama­
usado. El vestido, según lo que hemos visto, En cuanto al uso de la lana, sin duda de rilla son dominantes el calor y la sequedad,
parece ser una continuación de la ropa usada gran tradición en la Península, Maimónides correspondientes al fuego; si la complexión
para las camas.80 nos informa que la mejor lana para confec­ es sanguínea predominan el calor y la hume­
Es de prever que en épocas frías se preci­ cionar los vestidos es la de oveja, y la razón dad, como sucede con el aire; la flemática la
sase como ropa algo que abrigase más que la que aduce no es otra que el indicar que tam­ humedad y la frialdad, puesto que su origen
seda y así se recomienda el uso de las pieles. bién es la mejor carne que puede consumir el es el agua, y la de bilis negra la frialdad y la
Pensemos en los crudos inviernos donde, sal­ hombre. Se trata de un recurso analógico, nue­ sequedad, como corresponde a la tierra.
vo en reducidas zonas de las costas, el frío se vamente. Siguiendo esta línea analógica, se in­
enseñorea por todo al-Andalus, situación algo dica que la peor prenda de vestir es la piel del
distinta de la del Norte de Africa de donde zorro, ya que este posee una carne no prove­ 3. La preservación de la salud en las épocas de
proceden los gobernantes en el momento que chosa para el uso humano. No menciona la epidemias
se escriben los tratados. En Egipto necesita­ piel del fenec, posiblemente por no existir ni
rían, seguramente, menor cantidad de ropa de en al-Andalus, donde se forma en medicina, En íntima relación con el aire y el am­
abrigo. Sobre estas prendas nos indica ni tampoco en Egipto, su lugar de residencia biente que rodea al paciente están los meca­
Avenzoar que las mejores son las que están durante la época de composición de su trata­ nismos productores de las epidemias, y las
realizadas, precisamente, con las pieles de los do. No aconseja tampoco vestir el kurtas, cuyo consiguientes medidas a adoptar, por lo que
animales comestibles como el choto, el car­ significado no hemos encontrado, mientras dedicaremos a ello un apartado. Sorprende un
nero, la cabra montés, la liebre, etc. Entende­ afirma que, vestir el singab, en este caso tam­ tanto que el único autor en ocuparse del tema
mos que, nuevamente, hay una clara utiliza­ poco conocemos a que prenda se refiere, es lo en forma extensa sea Avenzoar, haciendo al­
ción de la analogía entre la mejor carne y la más adecuado. gunas consideraciones Averroes y nada abso­
idoneidad de la piel que envuelve al animal. Algo peligrosa nos parece su recomenda­ lutamente Maimónides.86
Curiosamente, se alude a que la piel del fenec ción de usar prendas de consistencia delgada Según el citado autor los mecanismos de
o zorro del desierto, (vulpes zerda), de color durante el tiempo frío porque, afirma, calien­ producción de las epidemias son varios:

104
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Corresponden, en primer lugar, a una at­ fiebres, un por cada humor, una fiebre héctica
mósfera alterada debida a un intenso y des­ que es la que asienta en las partes sólidas y
usado calor y a unas lluvias excesivamente una fiebre pútrida que lo hace sobre las líqui­
prolongadas. Las medidas preventivas en este das. También había fiebres de un día o efíme­
caso son varias. La primera de ellas consiste ras, tercianas, cuartanas, etc.
en sanear la composición de la atmósfera que La tercera causa de epidemia son los va­
rodea al paciente quemando para ello madera pores que emanan de las ciénagas, los estan­
de tamarisco, (tamarix galica L..),87 arbusto fre­ ques de fermentación del lino, montones de
cuente en las países mediterráneos, donde cre­ estiércol, etc., sobre todo si el aire no se mue­
ce en zonas cercanas al agua, en suelos salinos, ve en absoluto por falta de vientos. Deben
y cuya acción se considera refrescante.88 adoptarse las mismas medidas de prevención
Lo mismo sucede si se fumiga con sandaraca, que en los casos anteriores.
resina producida por la tetraclinis articulata, de la Avenzoar admitirá que puede ser que la
familia de las cupresáceas, existente en España y atmósfera no esté alterada, sino que se haya
en las montañas del Atlas.89 También es útil producido una ingestión por parte de la gen­
regar con alquitrán la parte delantera de las te de alimentos como trigo o cebada en mal
casas, inhalar perfumes, agua de rosa con vi­ estado o consumido alimentos a los que no se
nagre y arrayán, o comer pan de cebada he­ está habituado. Esta es la cuarta forma y suele
cho con un poco de vinagre y miel. acontecer generalmente en épocas de cares­
Es también una medida preventiva recomen­ tía. La solución es corregir la complexión e ir
dada para cuando ocurre este tipo de epidemia cambiando poco a poco el régimen alimenti­
tomar cada tres días un adarme de triaca al-faruq cio. Para ello es necesario comer pan de trigo Vestido de paseo de las señoras moriscas de Granada.
o la de Mitridates,90 siempre y cuando el pacien­ de buena calidad, carne de gallina, pollos y Das Trachtenbuch de Christoph de IVeiditz. El
vestido y los adornos constituyen una parte importante
te no posea una complexión caliente (por tanto francolines (francolinus francolinus), una
en los textos de higiene andalusíes.
de bilis negra o de flema). En caso de tenerla, gallinácea parecida a la perdiz, ahora ya poco
tomarán la mitad recomendada de triaca o un frecuente en la Península Ibérica92, prepara­
adarme de tierra bolar,91 cada tres días. A todo dos en tafaya93 blanca, o bien carne de choto,
lo que se beba en esos días hay que añadir etc. Una vez el organismo se ha repuesto, pu­
una décima parte de vinagre. rificar y evacuar los humores predominantes
Como segunda causa apuntada por la que por medio de la sangría y los depurativos.
aparecen las epidemias es la presencia de ca­ Hay otras enfermedades que afectan a
dáveres putrefactos a consecuencia de una muchos individuos que no se llaman propia­
batalla. Las medidas preventivas que deben mente epidemias y que son consecuencia del
adoptarse son vaporizaciones con alquitrán, hambre y el calor: las personas de complexión
uso de vapores secos, haciendo sahumerios con caliente y seca se debilitan y se ven afectadas
madera de áloe, tamarisco, incienso, estoraque, por la sequedad reinante y acaban padecien­
ámbar o sustancias parecidas. do tisis. Las medidas a adoptar son humede­
La sangría es útil en los dos tipos de epi­ cer y enfriar por medio de baños en pilones
demias antes mencionados, si se practica antes de agua dulce y tibia. Las comidas serán pre­
de que comience la fiebre que conlleva y que paradas con aceite de almendras en lugar de
aparezcan otros síntomas. No es conveniente usar el aceite de oliva.
que se sangre cuando aparezca la fiebre salvo Es conveniente aspirar aromas de violeta,
que sea de tipo pútrido, ya que en este caso se calabaza y nenúfar y untarles con aceite mez­
sangra en la mano. En el resto de fiebres es clado con agua, a partes iguales. Es preciso
perjudicial o mortal (a pesar de que, según colocar a su alrededor telas de lino basto em­
nos dice Avenzoar, muchos médicos de ese papados en agua y vaporizarlos con agua de
tiempo lo hacen). rosa y zumo de manzana. Hay que llenar la
El lugar de la sangría en el tiempo que nos casa de manzanas, nenúfares y violetas, y todo
ocupa era generalmente la flexura del codo, aquello que contribuya a acabar con la se­
utilizando las venas cefálica, basílica o media­ quedad del ambiente.
na. El caso de la sangría en las venas de la Si el adelgazamiento acaba en consunción
mano es más excepcional. En cuanto a las fie­ y alcanza el grado máximo, no servirán para
bres, los autores islámicos mencionan cuatro nada todas estas medidas.

105
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

El último grupo de epidemias se conside­ en el 1010. Hubo también grandes hambrunas


ran de causa desconocida y se atribuyen a cas­ por esas épocas de las que ha quedado me­
tigo de Dios. En este caso, no se puede hacer moria histórica, puesto que obligaron a emi­
nada.94 grar en masa a los habitantes de al-Andalus,
Averroes nos indica que el aire corrup­ debemos señalar los años 751-753 y 873, y ya
to conviene desalojarlo con cosas apropia­ en épocas posteriores, muertos todos nuestros
das, como el costo, el incienso, la mirra y el autores, en 1227.97
alquitrán, que tiene gran efecto. En esto
repite a Avenzoar. Se deben colocar los ali­
mentos en lugares fríos y secos, lejos de la 4. Recomendaciones sobre la comida
putrefacción. La triaca magna95 es muy útil
en tiempo de epidemias, tomando de un El segundo gran grupo de las seis cosas ne­
quirate a un dirham, permaneciendo todo el cesarias utilizadas en la prevención de la enfer­
tiempo que duran las tres digestiones, apro­ medad, el primero en cuanto al volumen de la
ximadamente nueve horas. información que poseemos, es el de la comida
Es necesario protegerse de las epidemias y la bebida. En realidad se trata de la adopción
con el tratamiento opuesto a su naturaleza, la de una serie de medidas cuyos resultados son
arcilla de armenia con vinagre es útil y tam­ evidentes a muy corto plazo, dada la frecuen­
bién la arcilla sellada.Afirma que nadie ha sido cia de estas. Averroes nos dirá de forma taxativa
afectado por la epidemia si desde el principio que: “el uso de la comida de acuerdo con las nor­
de la misma ha tomado doce es decir treinta y mas de la medicina, previene la enfermedad”.95
Orcita, s. X-XIprocedente de Madīnat al-Zahrā’. seis ḥabbas cada día de un medicamento com­ Maimónides utiliza una cita hipocrática
Museo Arqueológico de Córdoba. En recipientes como puesto de una parte de acíbar y dos de aza­ para resaltar qué importancia tiene la comida
este se guardaban los ungüentos utilizados en los
frán, diluidos en una ūquiyya de vino. en el tema que nos ocupa: “la conservación de la
masajes, recomendados para el cuidado del cuerpo.
En el tiempo en que el aire cambie su na­ salud se basa en dos normas que son no comer mucho
turaleza deberá habitar lugares altos o en ha­ y no dejar de hacer ejercicio”. Junto con esto nos
bitaciones altas, si no puede acudir a dichos indica que no hay que comer hasta saciarse
lugares, y permanecer en las casas durante el puesto que llena el estómago y lo dilata y,
tiempo de la epidemia. Debe abstenerse de como todo órgano dilatado, pierde su fuerza,
toda clase de frutas en esos tiempos, porque la y llevado a la atonía no digiere correctamen­
sangre que genera tiende a la putrefacción rá­ te. Aparece entonces la pesadez de estómago
pidamente. Lo mismo indica de las carnes. y es necesario beber mucha agua para dismi­
Como medicamentos se deben tomar jarabe nuir la misma. Como consecuencia de ello apa­
de oximiel que tenga agua de rosa y añádase a rece la indigestión mortal o al menos la mala
esto algunas semillas que hagan fluir la orina. digestión.
También debe ablandarse la naturaleza, utili­ Si la primera digestión en el estómago es
zando para ello purgantes como tamarindo, mala, lo será igualmente la segunda digestión
ruibarbo, violeta, mirobálano, cañafístula, maná, que tiene lugar en el hígado y la tercera en los
y granada exprimida con su pulpa, pues ex­ miembros, lo que produce un sin numero de
pulsan los humores pútridos y que actúan enfermedades. Galeno, recogido por Mai­
como levadura en masa de fermentación co­ mónides dice al respecto: “quien quiera no en­
rrompiendo todo el cuerpo.96 fermar, procure no padecer de indigestión, y que no
Hacemos notar que el término waba’ (pes­ se mueva después de comer”.
te) empleado no puede referirse a la gran epi­ Todos los médicos, dice Maimónides, es­
demia de peste bubónica o neumónica cono­ tán de acuerdo que es mejor ingerir unos
cida esta última como la peste negra, puesto pocos alimentos aunque no sean de gran cali­
que la primera gran irrupción de esta en el dad, que hacer una copiosa comida con ali­
mundo conocido no se producirá hasta el año mentos de buena calidad. Aconsejan también
1348, algo mas de dos siglos después del mo­ tomar en cada ocasión una única clase de co­
mento de escribir nuestro autor su tratado; mida, parando de comer antes de saciarse, en
sin embargo si hemos detectado en al-Andalus vez de tomar alimentos variados que produ­
situaciones epidémicas, aunque de menor en­ cen distintas digestiones, más difíciles de con­
tidad. Tal cosa sucede en los años 919 y 946 y trolar.

106
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Plato califal con caballo, s. X. Museo Arqueológico de


Granada. Son frecuentes en los tratados de Higiene las
consideraciones sobre el ajuar doméstico utilizado en
las comidas.

Con respecto a la cantidad que se debe hambre, y nunca después de haber comido y
comer es preciso tener en cuenta que, en épo­ tampoco si no ha transcurrido suficiente tiem­
cas veraniegas, cuando el aire es más caliente, po para se haya purificado el estómago de sus
hay que disminuir la cantidad porque la di­ restos. Es señal de que existe hambre real cuan­
gestión en este tiempo se hace más dificulto­ do comienza a segregarse saliva en la boca.100
sa, por la disminución del calor innato que Hay una serie de consideraciones sobre los
hay en el interior al salir este por los poros recipientes que pueden usarse. Para Avenzoar
dilatados. Cuando el aire es frío, en épocas los mejores son los que están hechos de oro o
invernales, se puede aumentar la cantidad de plata pero, añade el autor, eso sería “si la ley
alimento, ya que la digestión tiene más fuerza islámica los permitiera”.101 En su defecto pue­
debido a la abundancia del calor innato en el den usarse los de arcilla y loza vidriada siem­
interior, por obstrucción de los poros. Incluso pre en que estén en buen estado pues de lo
se permite establecer una máxima: si cada per­ contrario penetran en ellos los restos de ali­
sona se trata a si mismo como lo haría con su mentos y dan lugar a que se produzcan fie­
cabalgadura no tendrá problemas, porque to­ bres pútridas, sarna y otras enfermedades. Los
dos echan pienso a su animal de forma calcu­ de cobre son nocivos aunque se estañen, ya
lada, mientras el hombre come sin medida." que generan lepra. Los de hierro si se lavan
Una de las constantes en la fisiología clási­ bien no crían cardenillo y las comidas resul­
ca es la presencia del denominado calor innato. tan excelentes e, incluso, tienen ciertos pode­
Se trata de un calor existente en el hombre ya res afrodisíacos. Los de plomo y estaño son
desde el nacimiento y que solo desaparece con simplemente buenos. Los de cristal serían bue­
la muerte, de ahí el calor corporal existente nos pero tienen el inconveniente de que no
en los vivos y la frialdad de los cadáveres. Este se puede guisar en ellos ya que se rompen. El
calor innato se acrecienta con la combustión recurso es utilizarlos solamente como vajilla.102
de los alimentos y se pierde por la enferme­ Avenzoar dice que usar vasijas hechas de
dad. Está regulado por la respiración. tamarisco y beber continuamente en ellas evita
También nos informa Maimónides que no estar expuesto a la hinchazón del bazo y alte­
es prudente comer antes de sentir verdadera raciones parecidas. Lo propio sucede con co-

107
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS -

cer los alimentos con una moneda de un dinar exceso; debe además hacer bastante ejercicio el ejercicio y el baño deben seguir idéntica
(de oro), previamente lavado, puesto que es físico y abstenerse de las relaciones sexuales pauta. Por otra parte, el mismo autor precisa
beneficioso para el cuerpo en general.103 mientras dure la lactancia ya que las relacio­ que las personas que poseen una complexión
Sale al paso de las posibles dudas sobre la nes sexuales agitan la sangre de la menstrua­ caliente no deben comer menos de dos veces
presentación de las comidas: no deben estar ción y cambian el olor de la leche. al día y si, además, la sequedad de su cuerpo
tapadas, todo lo mas con servilletas, puesto que Hacemos constar que éstas son unas de las es manifiesta, deben hacerlo tres veces, aun­
si no se dejan salir los vapores que despren­ pocas reflexiones que hemos encontrado so­ que advierte que no más.109
den, éstos retornan al guiso, nos dirá, especial­ bre la mujer. Como vemos, los autores,y cree­ Galeno, según nos recuerdan los autores
mente cuando se trata de pescados o asados y mos que Averroes se limita a transcribir a consultados, es partidario de que el paciente
lo convierten en venenoso. Por esta razón las Avenzoar, tan solo se refieren a las mujeres en coma tres veces al día, dividiendo de forma
ollas deben estar siempre tapadas mientras se su función de amamantar al niño. igual la cantidad de comida a ingerir. Sin em­
cocina y no tener orificios o muy pequeños. Para la gente joven la comida debe ser li­ bargo Averroes opina que no es necesario entre
Los alimentos cocidos en agua se ablan­ gera. Por ello deben comer poco tanto en los jóvenes, que con que lo hagan dos veces
dan y se digieren bien. Los que se hacen en comida como bebida y esto, según el mismo es suficiente. En el caso de los ancianos quizás
miel y aceite se endurecen y se digieren con autor, es simplemente cuestión de educarles estaría más justificado. No tiene una clara opi­
más dificultad. Al pescado le viene bien en ello. Deben limitar la ingestión de verdu­ nión al respecto, pero acepta lo que “dicen”,
cocinarlo con aceite, para que se equilibre su ras y frutas jugosas, estas últimas siempre ape­ que las personas mayores deben comer tres
carne blanda. La carne no se debe cocer con tecibles, pero con gran humedad, que es el veces al día y que hagan ejercicios después de
miel ni aceite, que la hacen pesada, a pesar de problema de los jóvenes. Por último resume terminar la digestión, siendo este ejercicio cal­
que es lo que habitualmente se hace. Lo ideal que la complexión de un joven se hace sabia mante. Sí afirma que las personas mayores tie­
sería cocer la carne en una olla con agua y con la naturaleza.106 Deben comer siempre nen muchos residuos en sus cuerpos, y nor­
luego añadirle el caldo de otra parte cocida después del baño, en la cantidad y calidad ade­ malmente no son capaces de hacer los ejerci­
con aceite o miel. Así se consigue que sea sa­ cuada. A modo de ejemplo se indica que la cios necesarios para ayudarles a evacuar estos
brosa y, por el contrario, no sea pesada de di­ comida más adecuada para ellos es la carne de residuos. En estos casos recomienda hacer uso
gerir. Se puede hacer con arrope o con zumo pollo, acompañada con pan bien fermentado de los alimentos-medicamentos, o bien direc­
de pasas en lugar de con miel. Esta comida es y cocido. Después del pollo va la carne de tamente acudir a los medicamentos laxantes,
caliente y equilibrada en humedad y seque­ cabra y a continuación la de cordero joven y, que deben tomar antes de las comidas para
dad gracias al sebo, aceite y almendras que se por último en esta gradación, va la carne de que les ablanden los vientres.110 Más adelante
suelen añadir, es apropiada para los días de ternero.107 mencionaremos los medicamentos más habi­
mucho frío, y está recomendada a los paralíti­ Según Avenzoar, las carnes añejas produ­ tuales que deben tomarse con tal fin.
cos, ancianos y flemáticos.'04 cen enfermedades. También afirma que las Si lo que se utiliza son los alimentos-me­
La alimentación según las distintas edades: carnes son malas para los viejos y los pescados dicamentos, preconiza Averroes, se debe to­
Con respecto a los niños recién nacidos, aun mucho peor.108 mar al principio de las comidas un hervido
Avenzoar recuerda que el niño debe ser ama­ Ya en el tema habitual, el adulto, hay un de acelgas con salmuera, aceite y sal, o bien
mantado por su madre o por una nodriza; esta aspecto a tener en cuenta sujeto a general dis­ un hervido de malvas con aceite o higos con
debe ser bien alimentada, pero siempre con cusión y sobre la que no hay acuerdo: es la cártamo o semilla de ortiga. El jarabe de miel
moderación, a base de gallinas o carne de cho­ frecuencia de las comidas. Parece ser que era es una de las cosas más beneficiosas para estos
to preparada con vinagre o con cilantro. Que habitual se realizase una única comida al día y, pacientes, especialmente para aquellos a los que
coma pan fermentado, bien amasado y coci­ todo lo más, se aconseja que el paciente lo no les está permitido tomar vino, que estaría
do. haga dos veces cada día. Como quiera que la en este caso indicado. El uso de la miel está
Averroes es claro en advertir que deben comida debe ir precedida del ejercicio y del prescrito ya en la “Medicina el Profeta” como
ser alimentados en exclusiva con la leche ma­ baño, se precisa por nuestros autores que, en medicamento insustituible en cualquier cir­
terna, no debiendo procederse al destete has­ este último caso, se harán ejercicio, baño y cunstancia. 111
ta que no hagan su presencia los dientes. Nos comida por la mañana y exactamente lo mis­ A propósito del uso del vino, diremos que,
informa que la leche materna presenta una mo por la noche. Esto haría, sin duda, necesa­ aun en este caso, ser empleado exclusivamen­
complexión similar a la del niño, razón por la ria la presencia de baños próximos a las vi­ te como alimento-medicamento, y que por
que les está especialmente indicada. Acaba di­ viendas de los hombres acomodados o, inclu­ tanto sería plausible su utilización, solo lo re­
ciendo que cuando comience a ingerir los ali­ so, en el propio recinto donde habitan regu­ comienda de forma abierta Maimónides, que
mentos sólidos, éstos deben tener también una larmente. no olvidemos era judío, y creemos vivía en
complexión lo mas parecida a la del niño.'05 Otra posibilidad, nos informa Averroes, es un ambiente más permisivo que en al-Andalus,
La mujer que amamanta, nos lo dice si­ que algunos médicos, no nos dice nada acerca en el Egipto del sultán Saladino. Más come­
guiendo a Avenzoar, debe ser muy cuidadosa de cuales, sostienen que lo mejor es realizar dido sobre el tema se muestra Averroes, al que
con la cantidad de comida, no engordando en tres comidas a lo largo de dos días, por lo que precede una cierta fama de incrédulo abun­

108
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Ritual de comida de un personaje. Obsérvese el


acompañamiento de amigos y músicos. El arte de la
miniatura en la literatura oriental.

109
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

dantemente difundida, y que por éste y otros Más normas sobre los alimentos: las cabe­ testículo correspondiente para obtener un hijo
motivos le costó sufrir una pena de destierro, zas en general son nocivas, salvo las de las lie­ con el sexo deseado.116
como ya hemos visto. Como contrapunto, bres que, comidas siempre que sea posible, El corazón es la parte más caliente del ani­
adelantamos que ni siquiera lo menciona previenen la convulsión, el sopor y la hemi­ mal al que pertenece y el que tiene mayor
Avenzoar quien, pensamos, no desea incurrir plejía, según asegura haberlo comprobado grado de sequedad. Constituye un alimento
en las iras de los exaltados almorávides o Avenzoar.115 También son buenas las de los extraordinario, que deja pocos residuos y pro­
almohades. De los primeros ya han probado pájaros que tienen propiedades afrodisíacas, nos duce un excelente quinto. Por analogía toni­
lo que significa pasar una condena en prisión, lo dice el mismo, exceptuando las de las palo­ fica al corazón humano. La razón de ello es
de veinticuatro o veinticinco años, al parecer mas puesto que producen jaqueca y obstruc­ que, según la doctrina clásica, en el corazón
por una simple discusión en la que intervino ción. Las de gallinas agudizan la inteligencia, hierve la sangre produciendo calor que man­
su padre. aunque la gente cree que obscurecen la vi­ tiene constante el calor innato del organismo.
Averroes insiste en que es necesario que sión durante la puesta de sol. Las cabezas de El hígado es también caliente, pero hú­
los ancianos eviten los alimentos espesos, más las cabras son mejores que las de las ovejas, sin medo y no seco. Es más nutritivo y sabroso
que ninguna otra cosa, pero si los usan deben embargo ambas son nocivas, salvo para perso­ que el corazón y a la vez más fácil de digerir.
desalojar los residuos con medicinas calman­ nas que tienen trabajos pesados.Todas ellas son Produce un excelente quinto. El bazo, sin
tes. La leche es buena para los viejos, siempre las partes más frías y más húmedas del animal embargo, es nocivo y la razón de este hecho
y cuando no tengan las venas estrechas, pero del que procede, siendo los cuellos más salu­ es que es asiento de la bilis negra, humor pro­
conviene que la tomen con un poco de miel. dables que las cabezas. ductor de gran número de enfermedades. El
Así se compensa, decimos nosotros, la frialdad Por el contrario, la parte del pecho proce­ pulmón es caliente y húmedo y produce san­
de la leche con el calor de la miel. Los que dente de los cuadrúpedos o las pechugas de gre sutil y saludable. Junto con el corazón, se
son fríos de complexión o tienen las venas las aves son muy saludables. La razón de esto encarga del equilibrio del calor innato, como
estrechas, es preferible que no la tomen, ya es que el pecho es un lugar noble donde se ya sabemos, eliminando el calor excesivo.
que el anciano de por sí tiende hacia la frial­ produce la combustión y donde se acrecienta Las tripas son frías y secas y generan hu­
dad y la humedad, y si se le añade una com­ el calor innato, necesario para que cualquier mor atrabiliario, es decir de la bilis negra, y
plexión de naturaleza fría, se potenciarían ser vivo continúe siéndolo. Esto sucede en el son de lenta digestión. Las mollejas son seme­
ambas.112 corazón y en los pulmones. jante a las tripas, pero son más calientes. Los
Por todo ello, la comida de los ancianos Las ubres, sigue Avenzoar, tienen una com­ riñones son indigestos y su ingestión da lugar
debe ser caliente y seca. Además deben des­ plexión igual que el pecho, porque también a un quimo nocivo. Las criadillas son mas ca­
alojar la bilis amarilla a través de la purga y son fuentes de vida, aunque se estima son mas lientes y húmedas que el resto del animal. Nu­
favoreciendo el vómito, aunque de forma sua­ húmedas y frías. En cuanto a las extremida­ tritivas y poco indigestas y afrodisíacas. Las de
ve, utilizando el tamarindo, la violeta, el des, hay dos tipos: las anteriores, las alas de las gallos constituyen un excelente alimento para
mirobalano amarillo, la correhuela, y otras aves y en los cuadrúpedos las patas delanteras los convalecientes y un quimo de calidad.
drogas similares.113 o manos, gracias al movimiento, son mas ma­ La médula ósea, incluyendo el cerebro, es
De las generalidades sobre la comida pa­ duras en cuanto humores, y más ligeras que el decir los sesos, son fríos y húmedos. El tuéta­
samos a analizar el uso de los distintos ali­ resto de la carne del animal del que proceden. no es caliente y seco, suaviza las durezas de los
mentos. Sobre el orden en el que deben ser La mejor es la derecha. Las traseras son mas miembros sobre todo los de patas de ciervo y
ingeridos, punto siempre importante, Avenzoar bastas que las delanteras. Solo son recomen­ toro. Altera el estómago y si se abusa de él
nos informa que los alimentos espesos se to­ dables para aquellos pacientes que realizan tra­ produce náuseas.117
marán al principio de la comida, por una ra­ bajos fatigosos, y puesto que producen obs­ Avenzoar nos da también una serie de re­
zón, y es que así se depositan en el fondo del trucciones venosas, las personas sedentarias, es comendaciones sobre las palomas: oler el afren­
estómago, donde la digestión de este órgano, decir, que no realizan un gran ejercicio, de­ to de las mismas, o el olor que desprenden es
según se afirma, es más potente. Esta es la ben abstenerse de tomarlas. beneficioso y, simplemente, teniéndolas en las
muestra del orden que debe seguirse: El vientre, como es sabido, envuelve a los casas, preserva a sus habitantes de enfermeda­
Productos lácteos, buñuelos, cecina y pes­ intestinos. Según el mismo autor es saludable des de los nervios como son la parálisis, la
cado, cereales tostados y verduras cocidas, que y nutritivo. La parte delantera es mejor que la perlesía, la hemiplejía, las convulsiones, las sa­
preparan todos ellos el vientre. Los platos he­ trasera y la derecha mejor que la izquierda. cudidas y otras. Aunque señala que no se debe
chos a la sal deben tomarse en medio de la Esta discriminación entre el lado derecho e permitir la acumulación del estiércol de palo­
comida. Los asados, muy hechos, al final, si no izquierdo a favor del primero tiene ya sus an­ ma o palomina, pues estropea el aire, especial­
se han ingerido al principio. Los dulces he­ tecedentes en Hipócrates, quien señala que el mente en verano. En cuanto a su utilización
chos con huevos, deben consumirse al prin­ lado derecho era positivo y el izquierdo ne­ como comida indica que ingerir carne de pi­
cipio. En caso de poseer un humor tendente a gativo. Así por ejemplo, los varones son con­ chón, de palomo de palomar cura las enfer­
la bilis amarilla, y por tanto con exceso de cebidos a partir del testículo derecho y las medades nerviosas.118 Maimónides suscribe al
calor, abstenerse de ellos.114 hembras del izquierdo, proponiéndose ligar el pie de la letra sus palabras, siendo ésta la segun­

110
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Tinajas de almacenamiento almohades, encontradas en da oportunidad a lo largo de este trabajo que haber sido muertas y ocho si se trata de un
la alcazaba de Mértola, Portugal. Los alimentos encontramos una identidad tan evidente.119 tiempo caluroso.121
debían de preservarse intactos hasta el momento de su Sobre el uso de las palomas, creemos en­ Sobre las carnes que son producto de la
consumo, ya que de corromperse daban lugar a la
contrar una relación entre estas consideracio­ caza, sostiene Maimónides que la mejor es la
aparición de fiebres.
nes y la extendida costumbre hispánica de de ciervo y después la de conejo. Los sesos de
mantener un palomar en las casas de campo, estos últimos son buenos para los temblores y
situado generalmente en las azoteas de las las enfermedades de los nervios. Así mismo,
mismas. comer la carne de cabra y, mejor, sus ojos co­
Las carnes de caza son más sabrosas que las cidos al vapor, refuerza la visión y abre el es­
de los animales que no realizan esfuerzos, ni tómago. Lo propio sucede con mirar los ojos
se fatigan demasiado antes de ser sacrificados. de las cebras, que refuerza la visión, y corrige
Por el esfuerzo se desarrollan en ellas unas la falta de la misma. Lo mismo si se come su
humedades que se introducen en los miem­ carne y especialmente los ojos que, cocidos al
bros y que son nocivas al que los come.120 vapor, mejoran la visión.122 Más llamativo es
Según Avenzoar las carnes deben ser con­ el hecho señalado por Avenzoar quien indica
sumidas el mismo día del sacrificio y ello es que ha comprobado personalmente que mi­
beneficioso para la salud. Sin embargo las pro­ rar a los ojos de los asnos salvajes impide el
cedentes de la caza, como las palomas torcaces, lagrimeo de los ojos humanos.123 Es posible
las grullas y los patos silvestres, deben usarse que en el Egipto donde Maimónides escribe
esperando, al menos, doce horas después de su obra, la presencia de cebras fuera más co­

111
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

rriente, pero pensamos que estos cuadrúpe­ macales y si se abusan de ellas, llegan a produ­ producen los árboles, es nocivo como las al­
dos serían escasos en al-Andalus, como no cir náuseas.126 garrobas, azufaifas y acerolas, las menos malas
fuera en los parques zoológicos. En este sen­ Maimónides observa taxativamente que la son las uvas y los higos. La razón es que su
tido sabemos que el soberano almohade ‘Abd carne de algunos animales como los lobos o ingestión, según Galeno, que nunca las comía,
al-Mu’min mantenía en cautividad animales; los zorros no son adecuadas para la alimenta­ produce fiebre.
se cita la presencia de jirafas, y no sería de ción del hombre.127 El melocotón y albaricoque nos dice de­
extrañar que hubiese cebras con el único fin El uso del vinagre en las comidas corta las cau­ jan restos en los vasos del cuerpo mezclada
apuntado.124 sas que originan las fiebres pútridas; lo mismo con la sangre, que la hace hervir produciendo
Las distintas estaciones producen, según que sucede cuando se emplea la pimienta.128 la fiebre pútrida. Suponemos que esto es asi
Avenzoar, ciertas modificaciones en las car­ El pan: Avenzoar informa que el pan de porque transmiten humedad.
nes, que hay que tener en cuenta a la hora de cebada amasado con agua que contenga vi­ Los frutos secos son menos nocivos: las
cocinarlas: en la primavera las carnes están más nagre y una pequeña cantidad de miel es útil pasas, los higos secos, los pistachos y las al­
húmedas, son menos nutritivas y mas ligeras. en tiempo de epidemia.129 Brevemente se re­ mendras secas son buenos de tomar después de
En el verano son mas secas y por ello tienen fiere al pan diciendo que el mejor es el que comer, especialmente las pasas y el pistacho
mas poder nutritivo. Durante el otoño son más está bien fermentado, cocido y enfriado pues que es especialmente bueno para el hígado.
húmedas y más frías que las del verano, debi­ conserva la salud. Por el contrario, el pan re­ Acaba diciendo que se pueden comer las
do a los pastos frescos. En invierno presentan cién hecho y, por tanto aun caliente, perjudi­ frutas, siempre y cuando se esté acostumbra­
condiciones iguales que las del otoño.125 ca y si es del día anterior, igualmente.Y ofrece do a ello. El melón amarillo, es bueno si se
La calidad de las carnes está en relación la razón de este parecer: el calor del horno come al principio del día, con el estómago
con la de los pastos de los que se alimentan que conserva el pan recién hecho aumenta el vacío, se digiere bien, refresca el cuerpo, faci­
los animales y las aguas en las que beben.Vea­ calor del estómago haciendo difícil su diges­ lita el correr de la orina y limpia los vasos.135
mos lo que nos dicen nuestros autores al res­ tión. El pasado, ha perdido su calor y su con­ Los dulces son buenos para el que tiene
pecto: sabemos que las reses que pacen en las textura y comienza a alterarse dificultando su acidez en el estómago, según nos dice Aven-
montañas son mejores que las que lo hacen digestión.130 zoar.136 Se debe procurar tomar dulces, pues
en las ciénagas o en los lugares salobres. Las Maimónides nos dice que el pan es un para Maimónides tomar alimentos dulces es
que comen tomillo y romero son mucho buen alimento y de entre todos ellos destaca bueno, ya que Galeno afirma que lo dulce ali­
mejores que las que se alimentan simplemen­ el pan de trigo siempre que está bien hecho, menta,137 sobre todo si se toman unos pocos
te de hierba, sin poder de astringencia alguno. con un trigo maduro, seco, con cáscara, sin después de comer, pues el estómago lo digie­
Aquellas reses que comen diariamente grano tamizar, con abundante levadura, algo salado, re bien. En esto vemos contradice a Avenzoar
dan unas carnes más nutritivas que si sólo in­ bien amasado y hecho en horno. Es el mejor quien indicaba que lo ideal era tomarlos al
gieren hierba. Sin embargo, los animales que alimento, afirma, apoyándose en el consejo de principio de la comida. Es de las escasas oca­
se alimentan con salvado generan un alimen­ otros médicos.131 siones en las que vemos que ambos autores
to que desaparece rápidamente del organis­ Sobre las frutas Avenzoar nos informa que no están de acuerdo, pues Maimónides suele
mo, pues no tiene igual consistencia. Además, los médicos opinan que aquellas que son mo­ seguir al pie de la letra las enseñanzas del au­
es mejor la carne de las reses que pacen en deradamente astringentes, como la granada, si tor sevillano.
libertad que las que están habitualmente en se chupan después de comer ayudan a la di­ Averroes recomienda a los de complexión
los establos. gestión. No deben tomar las granadas ácidas seca y caliente que humedezcan sus cuerpos,
Con respecto a las aguas en las que abre­ aquellos a los que se le echa a perder el ali­ si no se harán viejos antes de tiempo, para ello
van, se nos informa que las que lo hacen en mento en el estómago y eructan agrio, ya que deben tomar comidas que posean humedad
aguas corrientes dan carne mejor que las que por su fuerte poder astringente es mejor abs­ como la carne de gallina y en épocas de calor,
lo hacen en las aguas estancadas. Cuanto más tenerse de ellas.132 dichos pacientes deberán añadir medicinas
alejados vivan del abrevadero mas secas serán Comer avellanas y nueces con higos, es un equilibradas como el gamón, arrayán, hojas de
sus carnes y más sabrosas. Esto último es sim­ buen antídoto contra los venenos no muy parra y tomar agua fría.
plemente porque la presencia del agua, aun­ activos.Y todavía más efectivo para lo indica­ Los de complexión caliente y húmeda es­
que sea a cierta distancia, confiere humedad a do es el ajo.133 Comer membrillos asados des­ tán expuestos a enfermedades de putrefacción
su carne. pués de la comida anima y alegra. Lo propio y al flujo de residuos especialmente en la edad
Según estén castrados los animales, o no, sucede con la cáscara de toronja que fortalece temprana. Deben tener cuidado con su estó­
se nos indica que los sementales producen una el espíritu y el corazón. Si se toma su semilla mago, porque cuando la comida es digerida,
carne caliente y grasienta y los castrados son machacada anula a los venenos ingeridos.134 da por resultado ciertos humores que se di­
de calidad mejor. En cuanto a los sebos, el Sobre los zumos de frutas Maimónides nos funden por todo el cuerpo. Sus comidas de­
mejor es el de pato, seguido de gallinas, pi­ dice que son buenos para tratar enfermeda­ ben tender al frío y a la sequedad.
chones, corderos, ganado vacuno, ciervo y des, mientras que las frutas en general son Los de complexión fría y seca deben op­
gamo. Todas las grasas causan trastornos esto­ malas. Sobre las frutas es tajante: todo lo que tar por los alimentos calientes y húmedos y

I 12
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Grullas, Libro de las Utilidades de los Animales.


La grulla era un ave frecuente en la mesa de los
potentados andalusíes.

deben aproximar el tiempo entre comidas, al Maimonides es autor de otra serie de con­
contrario que los de complexión fría y hú­ sejos sobre la alimentación. Sintetizamos aquí
meda, a los que le conviene espaciar una co­ algunos de ellos.
mida de otra. Estos últimos deben tomar ali­ Son buenos alimentos: la carne de oveja
mentos calientes y secos.138 de uno o dos años, que pasta en el campo, no

113
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

muy gorda. Lo mejor la parte delantera y la los de gran tamaño y que viven en aguas es­
que está pegada al hueso y también la cabeza, tancadas. Es mejor el pescado pequeño, blan­
que es mejor que los miembros. En esto ve­ co, de mar, o criado en aguas corrientes, pero
mos difiere de Avenzoar. Del mismo modo siempre tomado en pequeñas cantidades.
son buenos los chotos lechales, las carnes de De las verduras son malas el ajo, la cebolla,
pollo, perdiz, paloma, codorniz, la yema de el puerro, el rábano, las coles, las berenjenas.
huevo de gallina, el yogurth y la leche, espe­ El pepino es el menos nocivo.142
cialmente sin nata, con algo de miel y sal, para Encontrar una relación entre humedad y
evitar que se conviertan en queso en el estó­ el medio donde habitan los peces es sencilla.
mago, y en esto dice seguir fielmente a Gale­ Como vemos son muy escasas las menciones
no. La mejor leche es la de cabra y después la sobre los pescados, por lo que pensamos no
de camella. El queso debe ser fresco, blando y debía ser muy frecuente su inclusión en las
dulce de poca grasa, pues también lo afirma comidas, ni en al-Andalus ni en Egipto. Su­
Galeno. ponemos que el rechazo a las verduras le vie­
La carne de cerdo es el mejor alimento ne dado por su carácter húmedo, aunque hay
porque es suave, de fácil digestión y se elimi­ temperamentos secos a los que les sería útil.
nan los restos por los poros, facilitando la ori­ Por último, nos llama la atención que consi­
na y el sudor.Tiene grandes ventajas, pero no dere nociva a la berenjena, dada su general
puede utilizarse debido la prohibición del Is­ aceptación por los habitantes de al-Andalus.
lam. Resulta realmente curioso que afirme ésto Recomienda este mismo autor no comer
porque Maimonides, judío ortodoxo como alimentos, en ningún tiempo o lugar, que pue­
sabemos, era el referente de su comunidad en dan estar estropeados, ni nada que produzca
Fustat, tampoco podría comer la carne de cer­ putrefacción, porque son una de las causas de
do; sin embargo no duda en nombrarla como la fiebre. Los grandes médicos aconsejan no
uno de los mejores alimentos, afirmándolo comer la carne ni los alimentos del día ante­
personalmente, sin usar el apoyo de los auto­ rior, aunque no tengan señales evidentes de
Representación de unos higos. Flore Medícale de F.P res clásicos. putrefacción.143
Chaumenton, 1814. RealJardín Botánico de Madrid. Para Maimónides serían malos alimentos
Las frutas, por su excesiva humedad, no eran recomen­ los siguientes: los que se hacen a partir del
dadas especialmente en la alimentación andalusí; se
trigo, excepción hecha naturalmente del pan, 5. Recomendaciones sobre las bebidas:
exceptuaban los higos y las uvas. Galeno nunca las
como sucede con la masa cocida, la masa frita
comía pues producían fiebre.
con aceite u otra grasa, el pan de trigo fresco, El agua es la bebida más aceptada por to­
el pan blanco y el trigo cocido. En cuanto a dos los autores. Avenzoar dice que se debe
las carnes la procedente del vientre y la grasa, tomar agua pura durante las comidas, una vez
puesto que sacia, engorda y produce un hu­ que el alimento se haya asentado en el estó­
mor flemoso. La carne de borrego tampoco, mago y que no es conveniente tomar agua
porque tiene muchos restos. Los derivados de fría fuera de ellas, especialmente si es en épo­
la leche o lo que se mezcla con ella. El queso ca de calor. Las aguas mejores proceden de
sobre todo si es añejo, y en esto coincide con aquellas fuentes que están orientadas hacia el
Galeno, es el más malo.140 Este.144
La miel de abeja es buena sólo para los Debemos al mismo autor el consejo de
ancianos, afirma, pues da calor, también dice que beber agua en la que se ha cocido almá­
que la miel es mala para los jóvenes, especial­ ciga previene las enfermedades del estómago
mente los de temperamento caliente, pues se y el hígado. Si se cuece semilla de melón hace
convierte en bilis amarilla. Suponemos que el mismo efecto sobre el cólico.145
esta opinión no gustaría excesivamente a los Según Maimónides no se debe beber agua
lectores islámicos ya que contradice de un sin tener una sed que califica de verdadera,
modo total las enseñanzas dietéticas de pues hay también una sed falsa que se produ­
Mahoma, que la tiene como una panacea y a ce por un humor malo que irrita el estómago
la que dedica sus mayores elogios.141 y engaña de ese modo al paciente. La forma
Los pescados son malos, del mismo modo, de distinguir ambas es aguardar sin beber y si
para los de temperamento húmedo y los an­ pasado un tiempo continúa la sed, es el mo­
cianos, que lo tienen per se, preferentemente mento de beber. No es aconsejable beber agua

114
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

acabada la comida, pues estropea la digestión. bres de estas complexiones. Se debe fortale­ Escenas de pesca de las Cantigas de Alfonso X
Solo se debe beber agua fría sin mezclar mien­ cer la boca del estómago mediante el vinagre. el Sabio. Los pescados no eran buenos para los
tras se come o, todo lo mas, en tanto los ali­ También es útil un poco de almáciga, nardo o ancianos. En todo caso, los de pequeño tamaño y no de
forma habitual.
mentos están en el estómago.146 Taxativamente agáloco. La bebida de agua de cebada es bue­
dice que no hay que beber nunca, bajo nin­ na para estas personas, en verano y constitu­
gún concepto, agua turbia, con olor alterado yen una buena protección para la boca del
o simplemente que esté templada.147 estómago151.
Afirma que es conveniente beber agua El vino: como ya dijimos en su momento,
dulce y fría cuando se toma mucho dulce o al Avenzoar se abstiene de mencionarlo siquie­
cambiar a lo agrio, salado o amargo, tomando ra, ni tan solo para condenarlo. Los otros dos
alguna de estas bebidas poco dulces y a la vez autores, Averroes y Maimónides, no tienen in­
poco alimenticias: agraz,148 vinagre, agua de conveniente en referirse al tema.
limón,agua de cebada, zumaque o membrillo Para Averroes el vino de pasas o dátiles,
con granos de granada. El agua de cebada, dice, (nabīḏ), y todo aquello que se hace en sustitu­
abre el apetito, el vinagre o el limón evitan la ción del vino, es siempre perjudicial para los
putrefacción. El zumaque, la granada, el mem­ niños, porque asciende a la cabeza, calienta
brillo y el agraz refuerzan el estómago y cie­ sus cuerpos y altera sus pensamientos. Sin em­
rran su boca. Se recomienda tomar de estas bargo, cuando alcanzan la juventud puede ser
bebidas lo más posible.149 bueno porque expulsan la bilis amarilla con la
Hay una serie de bebidas útiles para aque­ orina y ablanda la naturaleza. El vino de pasas
llos que tienen la complexión caliente. Nos humedece los órganos en los que hay seque­
dice Averroes que en este caso es bueno be­ dad y ésto es bueno para los jóvenes.
ber jarabe de oximiel150 azucarado en la épo­ En cuanto a los viejos, admite que los efec­
ca de verano, hecho con una parte de semilla tos del vino en ellos son muy beneficiosos.
de opio, que tiene el poder de abrir y hacer De manera categórica dice que, para aquellos
fluir sin calentar.También la semilla de azuce­ ancianos que consideren lícito tomarlo, es lo
na y el culantrillo de pozo, una vez troceado, mejor. Recomienda elegir el vino de pasas que
que tienen unas acciones semejantes a la se­ se ha hecho después de haber extraído sus se­
milla de la sandía. Reducen el calor el palo de millas, porque estas son nocivas a los ancianos
regaliz, la flor de violeta y la flor de nenúfar, y por su fuerza retentiva, y luego se envejece
son buenos impidiendo la aparición de fie­ hasta obtener el punto perfecto. Nos aclara

115
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

que no se maduran los vinos que se confec­ duce palpitaciones en el corazón, provoca la có­ cio adecuado para los pulmones, o que el es­
cionan en nuestro país en menos de tres o lera divina, conduce al infierno y lleva a la des­ tar en posición vertical sirve de ejercicio para
cuatro meses. Si se hace en menos tiempo, no honra”. la columna vertebral. Así cada movimiento se
es bueno su uso para la conservación de la relaciona con un miembro del cuerpo. A la
salud. Además,los vinos envejecen en nuestro Al hablar de los efectos nocivos de la in­ vez, nos habla de la presencia de movimientos
entorno de seis meses a un año.152 Todo un toxicación etílica, Maimónides nos dirá que fuertes y débiles, rápidos y lentos.
alegato en favor del vino y además demuestra están equivocados quienes opinan que coger Los efectos de los ejercicios pueden ser
un gran conocimiento sobre la producción y una borrachera al mes es ventajoso. Opina que valorados a partir del sudor y la respiración
el uso de esta bebida en al-Andalus. es siempre dañino, pues es una indigestión que acelerada que se producen como consecuen­
Averroes sigue diciendo que los que tie­ afecta a todo el cuerpo y especialmente al cia de los mismos. Los ejercicios fuertes son
nen complexión caliente deben reducir el cerebro, con sus consecuencias. Por el contra­ perjudiciales porque se llevan del cuerpo más
consumo de vino, siendo el mejor para ellos rio, un poco de vino es beneficioso siempre, residuos de los necesarios y, en este caso, las
el vino blanco aguado. Los de complexión fría si se toma después de que los alimentos pasen personas se debilitan y adelgazan, como suce­
y seca deben ingerir vino purgante, porque es del estómago. de con las personas que habitualmente tiene
de las cosas más adecuadas para su complexión. En cuanto a la edad adecuada para consu­ una ocupación que necesita un gran gasto de
Para las personas delgadas, y más si el frío se mir el alcohol, resuelve esta posible contro­ fuerza. Por el contrario, si el individuo efec­
ha apoderado de la fuerza digestiva, el uso de versia apoyándose en la mayor autoridad mé­ túa unos ejercicios moderados, se desprenden
cosas que faciliten la digestión, como es el caso dica del mundo medieval, Galeno, quien, se­ del cuerpo de los residuos precisos, los miem­
del vino, es de lo más adecuado.153 gún él, dijo que: “no se debía tomar vino antes de bros del cuerpo se desarrollan más y la perso­
He aquí las no menos saludables opinio­ los veintiún años”. Para Maimónides su uso por na engorda.
nes de Maimónides sobre el vino. Comienza parte de los niños es siempre dañino, ya que El ejercicio, en general, es algo saludable y
diciendo que: “Las ventajas de beber vino son estropea los cuerpos y las almas. Por último, ello se comprueba porque en los que están en
numerosas, cuando se toma debidamente conserva sobre la conveniencia de que los ancianos lo prisión y no pueden hacer ningún ejercicio,
la salud, y cura muchas enfermedades [...] sin em­ tomen de forma moderada, como medio de su piel palidece y su aspecto se vuelve flácido,
bargo la borrachera es dañina para todas las perso­ combatir la creciente frialdad de sus naturale­ ya que sus movimientos naturales no son los
nas”. Encontramos aquí, nuevamente, una clara zas, nos dice lo que sigue: “Conforme avanza la habituales. Esto puede extenderse también a
contraposición con las doctrinas contenidas edad del hombre más beneficioso es para él la bebi­ los animales, como sucede con los pájaros que
en la “Medicina del Profeta”, que siempre es da. Los ancianos son los que más la necesitan”.155 están en las jaulas. Un trabajo que sea difícil
punto de referencia de los médicos islámicos, de soportar por el excesivo ejercicio que com­
aunque no sea frecuente que lo admitan di­ porta, así como el realizar unos ejercicios in­
rectamente. No hay que recordar que Maimó­ 6. Recomendaciones sobre el ejercicio físico adecuados, puede producir enfermedad.158
nides es judío, aunque por vivir entre musul­ Según la edad de paciente se indica que el
manes y, especialmente, servir a sus gobernan­ Del ejercicio físico se ocupan de forma ejercicio que debe hacer un recién nacido es
tes suponemos debía respetar sus normas. Aun­ extensa Averroes y Maimónides. Avenzoar, en también pequeño; para ello es suficiente mo­
que estamos seguros, la permisibidad de los cambio, nos dirá tan sólo que el ejercicio de­ verlo en la cuna, con el fin de calmarle el llan­
gobernantes del Egipto donde vive debió de pende del tipo de respiración fuerte o débil to. A partir de los tres años, cuando el niño sea
ser infinitamente mayor que la de los pacatos que tenga el paciente. Ha de hacerse prefe­ ya capaz de andar, debe realizar todos los días
y rígidos almohades que gobiernan al-Andalus. rentemente en ayunas y cuando la respiración algunos ejercicios físicos, de forma que le in­
Dentro de la corriente indicada veamos lo que esté muy acelerada hay que parar, comiendo a duzcan al sueño. Los ejercicios deben ser de
nos muestra Ibn Ḥabīb sobre el vino, dentro continuación. El mejor ejercicio es el que se tal naturaleza que no endurezcan sus cuerpos,
de la línea más pura de la tradición profética:154 hace con una pelota pequeña.156 Insiste en que porque en este caso se impediría su crecimien­
según los médicos el ejercicio siempre que to natural.159
“El vino (jamr) de uva, o de cualquier clase, sea moderado, bien sea a pie o a caballo, es Dependiendo de la complexión, aquellos
produce enfermedad, pues Dios no puso en él bueno para conservar la salud.157 que tienen una de tipo caliente y húmeda
ningún tipo de acción medicamentosa, ya que a Para Averroes, los ejercicios tienen como deben hacer ejercicios fuertes y rápidos; el ejer­
ninguna de las cosas que El prohibió las dotó objeto movilizar los distintos músculos del cicio físico en abundancia conviene más a los
de remedio alguno. Por el contrario, opinan las cuerpo y eliminar los residuos existentes en cuerpos gruesos, así como el uso de la eva­
gentes de experiencia, que encierra veinte ma­ ellos. En primer lugar distingue la diferencia cuación por medio de las medicinas; en los
les: [que son] obstruye, perfora, provoca el mal entre un movimiento total, aquel en el que el cuerpos delgados, sucede al contrario.160
aliento, corrompe, adelgaza, enturbia la vista, cuerpo se desplaza completamente, o el mo­ Sostiene Averroes que los ejercicios deben
produce temblores, ocasiona parálisis, embriaga, vimiento parcial en el que son unos músculos ser equilibrados entre la dureza y la blandura,
destruye, abrasa, hace caer los dientes, produce determinados los que se mueven. A modo de la rapidez y la lentitud y como ejemplo se
convulsiones, altera el color, estropea la voz, pro­ ejemplo, señala que emitir la voz es el ejerci­ recomienda jugar con una pelota pequeña o

116
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

La viña. Materia Médica de Dioscórides en versión


árabe. Sólo una parte de autores islámicos incluyen el
uso del vino en la dieta diaria simplemente por
motivos religiosos, no científicos, con los que sí podrían
estar de acuerdo.

cosas así. En esto vemos que coincide plena­ partir del segundo día deben reducirse los ejer­
mente con Avenzoar. Se continúa con este cicios físicos y el paciente se acostumbrará a
juego hasta que el cuerpo comienza a sudar y controlar el aliento, porque cuando controla­
ese es el momento en que se debe parar, antes mos el aliento el calor natural vuelve al inte­
de que aparezcan cambios de color en la cara rior y se abren los poros. La retención del
y la habilidad en realizar los movimientos se mismo se hace dilatando los músculos del
reduzca. Según Galeno, es a partir del segun­ pecho y el diafragma y también, un poco, los
do día cuando el paciente nota que los ejerci­ músculos del vientre. Mediante esto los resi­
cios que está haciendo son los correctos y, por duos del pulmón son empujados hacia afuera
el contrario, si es mas intenso de lo que le y los del pecho hacia abajo, hacia los órganos
conviene, y en este caso debe disminuirlos. A de la digestión. Se debe tener cuidado al con-

117
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

tener la respiración cuando el diafragma está 7. Recomendaciones sobre el baño


relajado porque los residuos existentes irán al
cerebro. Ocurre lo mismo con los que tocan Avenzoar nos dice sobre el baño que pu­
la flauta, por ello sus caras enrojecen y sus rifica el organismo de las personas sanas, ya
mejillas se inflan como resultado de los hu­ que a través del sudor expulsa los residuos del
mores que van a la cabeza.161 cuerpo. No es bueno para aquellos que ten­
Afirma sobre los ejercicios para los que tie­ gan un escaso calor innato, o estén agotados
nen una complexión tendente a caliente, que por la enfermedad, pues puede llegar a pro­
deben hacerse con precauciones ya que sus ducir la muerte. El baño activa, evacua los ma­
cuerpos tienden a secarse y producen bilis los humores y favorece el crecimiento de los
amarilla. Los ejercicios serán en este caso so­ niños. Hay que abstenerse del baño tras una
segados, como sucede con el caminar o ca­ comida copiosa, o al contrario, en estado de
balgar lentamente. Nuestro autor contradice hambre o fatigados.165 El baño con agua fría
a Hipócrates quien afirma que los cuerpos ca­ aumenta el ardor en los jóvenes, de comple­
lientes deben descansar y que no se muevan xión equilibrada, al tiempo que los fortalece.
en absoluto, diciendo que la total falta de ejer­ Si lo hacen los ancianos, nuevamente indica que
cicio es contraproducente para la conserva­ puede ser mortal para ellos. El baño con agua
ción de la salud.162 templada hidrata y fertiliza a todos los cuerpos
Maimónides, a su vez, considera impres­ y el de agua caliente hace fluir los humores ha­
Cantimplora. XII-XII. Museo Arqueológico de Jaén. cindible el ejercicio para la recta salud del cia la piel. El agua salada reseca y, a veces, causa
El agua pura y fresca es una constante en los tratados hombre, y utilizando las mismas palabras de fiebre efímera, o de un día, e incluso puede lle­
al efecto. Se prohíbe taxativamente beber agua Hipócrates, nos dice: “La conservación de la sa­ gar a ser causa de fiebres pútridas. Las aguas
estancada, turbia o simplemente templada.
lud se basa en dos normas que son comer mode­ amargas no hidratan tanto como las dulces, ni
radamente y no dejar de hacer ejercicio, que no se resecan tanto como las saladas.
puede sustituir por otras formas, porque el ejercicio No se debe mojar la cabeza con agua fría,
acrecienta el calor innato y expulsa los residuos no­ salvo los jóvenes que estén habituados a ello,
civos, aunque estos procedan de alimentos de buena pues produce apoplejía, letargo y padecimien­
calidad y en adecuada cantidad".163 Asegura el tos semejantes. Ni siquiera con agua tibia que,
mismo autor que el ejercicio, en general, tie­ en épocas de frío, abre los poros del cuero
ne dos grados: el primero constituido por el cabelludo y conduce el frío del ambiente al
movimiento fuerte que cambia la respiración interior de la cabeza, produciendo congestión
y la hace mas profunda. El segundo, que es y catarro nasal. Sin embargo, tampoco es con­
todavía mas fuerte, produce cansancio y na­ veniente echar agua muy caliente, lo mas ca­
die lo cree conveniente pero, por otra parte, liente que pueda aguantar el paciente, sobre
es preferible a la falta de ejercicio. Este debe la cabeza, pues produce sofocos.166
hacerse siempre antes de comer y después de Para el mismo autor, siguiendo a otros
eliminar orina y heces. Siguiendo a Galeno médicos que no menciona —él no se pronun­
expone que el ejercicio antes de comer es cia directamente- la utilización del baño debe
bueno y después de la comida, dañoso.Y esto ser moderada para aquellos que simplemente
sucede de forma especial en las personas que desean conservar la salud y nos habla de usar
tienen los vasos estrechos, en los que el daño del mismo solo una vez cada diez días, con el
será muy grande. De modo genérico hay que estomago vacío y sin sentir sensación impe­
moverse muy poco después de ingerir la comi­ riosa de comer. Esto sin que el tiempo sea
da, todo lo más andar de un lado a otro de la caluroso. El agua debe estar templada y no
habitación con el fin de que el alimento baje al debe mojarse la cabeza si no es con agua muy
estómago y, logrado ésto, es preciso permane­ caliente y en esto difiere de un texto a otro.167
cer quieto durante toda la digestión. Dormir También es del mismo autor la opinión, nue­
después de comer facilita la digestión, sobre todo vamente tomada de otros médicos, que ba­
si se trata de personas que están acostumbrados ñarse en el agua tibia y dulce es un preventivo
a dormir durante el día. El mejor momento para contra la aparición de las hemorroides.168
realizar los ejercicios es por la mañana, tras el Según Averroes los efectos del baño son
despertar, y después de haber eliminado to­ múltiples: humedece el cuerpo, lo endurece,
dos los restos del día anterior.164 lo enfría o calienta, extrae los residuos de los

118
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

poros de la piel, relaja el espíritu, rebaja la las impurezas a su través y, al no poder aban­ Baños árabes del Bañuelo, Granada. El uso reglado
del baño es un elemento imprescindible para la
obesidad, prepara el cuerpo para alimentarse, donarlo, producen el escalofrío. En conclu­
conservación de la salud en el mundo islámico
y puede que estimule el apetito. Ademas, tras­ sión, está muy recomendado su uso por aque­
medieval.
lada los humores de un órgano a otro y los llas personas en las que, por una u otra razón,
disuelve. Según sea el baño, calma o aumenta sus órganos estén llenos de residuos. El agua
los dolores. Nada humedece más el cuerpo fría se reserva para el final del baño, después
que el agua del baño ya que el aire, aunque de deshacerse de los restos del organismo
sea muy húmedo, no se pega al cuerpo como mediante el ejercicio y el masaje.169
el agua. El aire y el agua calientes producen Respecto a los niños, se debe bañar cada
sequedad en el cuerpo, haciendo que éste se día al recién nacido usando agua templada y
deshaga de sus residuos. En los cuerpos llenos en un ambiente moderado, para evitar que su
de residuos los poros se obstruyen en el mo­ cuerpo tenga escalofríos cuando salga del agua.
mento en que comienzan a salir del cuerpo Conviene que su estómago esté vacío ya de la

119
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

leche ingerida, porque si no, los alimentos se plexión caliente y húmeda deben tomar antes mientos pudiendo llegar a aparecer parálisis,
esparcen por el cuerpo, sin ser digeridos. La de las comidas dos o tres baños al día. Las perso­ perlesía, o convulsiones.También el agua tem­
digestión se realiza mas correctamente si a la nas con complexión fría y húmeda no deben plada aumenta la frialdad del cerebro, produ­
vez duerme un largo tiempo. humedecerla mas con los baños. Los de com­ ciendo debilidad en movimientos y sentidos.
Los niños de mas de tres años deben ba­ plexión fría y seca deben calentarse y a la vez Debe usarse el agua caliente que refuerza el
ñarse tras el ejercicio y antes de comer. El baño humedecerse con los baños en agua dulce.171 cerebro y disminuye la proliferación de resi­
debe hacerse con agua templada, porque el Maimónides es bastante más restrictivo que duos, corrigiendo el humor y aumentando los
agua fría impide el crecimiento y el sueño.170 Averroes en el uso del baño. Indica que, por movimientos y sentidos.172
Conviene que cuando los jóvenes lleguen supuesto, es imprescindible para conservar la Como ya vimos en su momento, Averroes
a la cuarta semana de ejercicios se acostum­ salud y que, según los médicos, con el fin de no hizo en su escrito alusión a esto ultimo, es
bren a tomar un baño con agua templada, pues prevenir las enfermedades basta con tomar un decir, a la presencia de alteraciones nerviosas
con ello endurecerán sus miembros.También baño cada diez días. Como vemos sigue fiel­ cuando se utiliza el agua fría o templada para
es posible emplear agua fría cuando se necesi­ mente a Avenzoar. El baño diario, según afir­ bañar la cabeza, porque para él, como para los
te, siempre que no sea demasiado fría, como man otros autores, no especifica en ninguno seguidores en este punto de las doctrinas aris­
sucede con la procedente de la nieve ni, al de los dos casos de qué autores se trata, pensa­ totélicas, es el corazón y no el cerebro el ori­
contrario, tan templada que no se note, por­ mos que no son ni Hipócrates ni Galeno,pues gen de todos los nervios. Sin embargo, Maimó­
que la primera afectará negativamente a los en estos casos no dudaría en indicarlo, es cau­ nides mantiene, como acabamos de leer, otra
miembros y la segunda no surte efecto algu­ sa de que se produzca la putrefacción de los doctrina distinta: el cerebro es el origen de
no. El cuerpo debe sumergirse de una vez, humores. A Maimónides esto le parece cierto, los nervios.
pues así es más conveniente. pero solo para los que permanecen largo tiem­
Hay un problema largamente debatido po en el baño, hasta que llegan a sudar. Sin
8. Recomendaciones sobre los masajes
entre los tratadistas médicos, al que ya hemos embargo, nos dice que si el paciente entra, se
hecho referencia. Se trata que si en el curso lava y sale inmediatamente, es beneficioso, in­ Avenzoar nos dice que la aplicación de
del baño debe o no sumergirse la cabeza en cluso haciéndolo diariamente,y especialmente unturas con aceite de oliva antes de entrar al
agua fría. Averroes recurre a la autoridad: pues­ si se trata de ancianos y personas que, como baño impide que el sudor salga fuera del cuer­
to que Galeno dice que “la cabeza es la parte ellos, posean un temperamento seco. po; si se aplican después del mismo retrasa al­
fría del cuerpo” la respuesta de nuestro autor es Todos deben seguir toda una serie de pre­ gunas horas la aparición de la sudoración,
que no se debe hacer. Sin ofrecer otras razo­ cauciones antes de entrar en el baño: son es­ hidratan los cuerpos y mantienen la hume­
nes. Otro tema, al parecer también objeto de tas: el alimento ingerido horas antes debe ha­ dad existente en el interior, impidiendo que
discusión, es la frecuencia del baño en las per­ ber salido ya del estómago, pero debe hacerse salga fuera. Si el aceite es frío humedece el
sonas ancianas. Sobre esto dice que es conve­ antes de sentir de nuevo hambre. En el caso cuerpo de un modo más intenso. En invierno
niente para los ancianos que vayan a los baños de hacerlo después de tener hambre es bueno la aplicación de aceites es necesaria para con­
públicos, de tres a cuatro veces, creemos que para aquellos que desean adelgazar. También tribuir a protegerse del frío ambiental.173
al día, puesto que no se indica, y ello es debi­ es necesario sudar y secarse el sudor con una Averroes explica que los masajes sirven para
do a la sequedad de su cuerpo y a la falta de tela de lino seca, antes de proceder al baño, y deshacerse de los residuos del cuerpo que apa­
ejercicio del que adolecen. Los jóvenes por el a medida que se suda, se va mojando la tela. recen al finalizar cualquiera de las tres diges­
contrario no necesitan ir con tanta frecuencia Entonces es el momento de limpiar cuidado­ tiones, como ya sabemos. Su objeto es actuar
a los baños. samente la piel y de dar los masajes. A conti­ sobre los poros y los músculos abriendo los
Cualquier paciente debe tomar al menos nuación se enjuaga al paciente con agua ca­ primeros y preparando a los segundos. Las cla­
un baño al día, de no hacerlo así le afectará la liente, pero que no queme la piel, disminu­ ses de masajes son seis: tres están en relación
fiebre efímera o de un día. El baño debe ser yendo el calor del agua hasta que al final se con la forma de practicarlos: duro, blando e
antes de las comidas, salvo que tengan moles­ bañe con agua templada o fría, de forma que intermedio. Los otros tres se refieren a su fre­
tias en la parte derecha de su cuerpo, en cuyo no altere la piel. Por último, se meterá en una cuencia: muy frecuente, poco y moderado.
caso no deberán tomar el baño. Es preciso que pila con agua bien caliente sólo quien pre­ El masaje duro dilata los poros y endurece los
empleen cosas que abran la obstrucción del tenda adelgazar, y luego lo hará en agua ca­ músculos. El blando abre los poros y relaja los mús­
hígado. Debe procurarse que sean baños en liente, pero más soportable. culos. El moderado es intermedio entre ambos.
agua dulce y templada. Sobre el controvertido tema de si se pue­ Si se prodigan en exceso los masajes, el
El baño en los pacientes de complexión de mojar la cabeza con agua fría, nos dice que cuerpo se vuelve irritable y adelgaza, mien­
caliente y seca ha de ser con agua templada, no se debe utilizar esto pues, aunque en prin­ tras que el masaje moderado desarrolla el
que haga desaparecer del cuerpo los residuos. cipio el agua fría refuerza el cerebro, acumula músculo de forma equilibrada. Aquellos que
El uso del agua fría después de la caliente en los restos existentes en el mismo y lo enfría, se dan muy espaciados apenas tienen alguna
estos cuerpos no está mal porque restablece así como los nervios, pues el cerebro es el ori­ repercusión sobre los músculos, como no sea
los efectos del agua caliente. Para las de com­ gen de los mismos, se entorpecen los movi­ que producen calor local.174

120
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

El ejercicio regular deforma moderada es recomendado


para mantener la salud corporal (en este caso vemos
una competición de tiro con arco y ballesta).

121
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Guardando cierta relación con el masaje esté cubierto de polvo, por haberse hecho e mago, como en el hígado. El sueño, en suma,
está el frotar con sal el cuerpo de los recién ejercicio en un lugar polvoriento o para que fertiliza, calienta y engorda y, al contrario, el
nacidos. Galeno sostiene que lo primero que se deshaga el aceite. Averroes no ve absoluta­ insomnio debilita, enfría y adelgaza.178
hay que hacer con el niño es esparcir sal sobre mente ninguna razón para el baño después Según Averroes la función del sueño es
su cuerpo con el fin de endurecerlo y prote­ del masaje. hacer madurar a los humores del cuerpo y
gerlo de las agresiones del exterior y para ello Los masajes que se hagan después de las humedecerlo. El insomnio produce descom­
se debe utilizar sal que no produzca picor. relaciones sexuales, opina el mismo autor, sor posición y vaciamiento, además de aumentar
Avenzoar, recogido por Averroes, nos dice que de gran utilidad. Las relaciones sexuales secan el calor natural. Si se duerme en exceso el
la pomada de bellota produce el mismo efec­ siempre, debilitan la fuerza y alteran el cuer­ calor natural se apaga y el cuerpo se debilita.
to pero que, en cambio, no da tanto picor.175 po, por lo que es necesario recibir un masaje Por el contrario, si se padece de insomnio
Los niños, siempre a partir de los tres años, después del coito para devolver al organismo durante mucho tiempo el cuerpo se seca y el
deben recibir masajes después del ejercicio. Los a su estado normal, ya que el masaje devuelve calor natural se disuelve.179
jóvenes pueden usar de los ungüentos, junto al cuerpo la dureza, cierra los poros y fortale­ El sueño en los jóvenes debe ser modera­
con el masaje, con el fin de preparar sus cuer­ ce a los órganos. Debe hacerse utilizando bas­ do, según sus hábitos. No debe intentar forzar
pos para el trabajo físico. El aceite dulce di­ tante ungüento para que suavice la sequedad el sueño cuando estos no lo concilian, ni tam­
suelve los residuos y ablanda las durezas, y hace del cuerpo. poco oponer resistencia a dormir cuando se
que la mano se deslice por el cuerpo más fá­ Para los que tienen una complexión ca­ tiene sueño.180
cilmente y no sufra contusión durante la un­ liente y seca, que Averroes sostiene que de­ Según las complexiones, el sueño tiene
tura. Es importante que el masaje se de siem­ ben realizar algún ejercicio, y frente a la opi­ distintas utilidades ya que en la complexión
pre en el mismo sentido: primero de arriba a nión general, puesto que es peor la ausencia equilibrada el sueño debe ser moderado y en
abajo y luego de abajo a arriba; de derecha a total de ejercicio, pueden recibir masajes mo­ la complexión fría y seca el sueño será pro­
izquierda y de izquierda a derecha, porque derados, pero en mucha cantidad y, a la vez, longado. Nada más se indica sobre las com­
mediante esta acción se abren los poros en masajes que desarrollen el músculo. Se utili­ plexiones y el sueño.181
todas las direcciones. zará para ello el aceite de violeta y otros simi­ Maimónides recomienda a los pacientes
El lugar donde se cambie el paciente para lares. En el caso contrario, los de complexión que duerman después de salir del baño. En
ello debe tener un ambiente templado, como caliente y húmeda pueden recibir abundantes este sentido hace decir a Galeno: “no he visto
el del tiempo en primavera. Si es mas pareci­ masajes, y que además sean intensos. No usa­ para madurar lo que está preparado para ello, ni
do al del invierno, conviene calentarlo un rán de ejercicios que humedezca la naturaleza para disolver lo que está para disolverlo, nada me­
poco, y si es el del verano conviene enfriarlo de aquel los pacientes que posean una com­ jor que dormir después de salir del baño”. Sin
hasta que tenga una naturaleza parecida a la plexión fría y húmeda. Los de la complexión embargo, advierte que dormir dentro del
de la primavera, porque el frío no ayuda al fría y seca harán ejercicios que tengan como baño es malo y puede inducir al desmayo.
desalojo de los residuos y el calor los vacía cualidades el calmar, calentar y humedecer.176 La razón de ello es la gran atracción que
más de lo necesario. Sobre el uso de los masajes Maimónides ejerce para incitar al sueño el calor del baño,
Se utiliza un masaje intenso y continuo opina muy escuetamente que son útiles espe­ porque este calor atrae al calor innato ha­
con una doble finalidad: limpiar los residuos cialmente para los ancianos y que, además, cia la superficie del cuerpo, oponiéndose a
que están bajo la piel como resultado de los aplicarle grasa masajeando a estos es relativa­ su situación habitual y es que, al dormir, se
ejercicios físicos y endurecer, condensar y pre­ mente fácil.177 consigue atraer el calor innato hacia el in­
parar el cuerpo para que resista las agresiones terior del cuerpo.
que proceden del exterior. En este caso,el ejer­ Tampoco se debe beber agua fría inme­
cicio usado como masaje se llama de mitiga­ diatamente después de abandonar el baño.
9. Recomendaciones sobre el sueño
ción o alivio. La persona que realiza estos Según refiere Galeno una familia bebió agua
masajes debe hacerlos con pausas y no de for­ fría después del baño y se les enfriaron su ri­
ma continuada. Esta clase de masaje se hace a Nuevamente el tema está en manos, prác­ ñones inmediatamente. Aunque solo sea por
un ritmo muy rápido, incluso, como dice Ga­ ticamente, de Averroes y Maimónides, puesto esto, se debe aguantar la sed hasta que se en­
leno, se debe cubrir todo el cuerpo con las que Avenzoar tan solo nos ofrece unas breves fríe todo el cuerpo y se pierda el calor que
palmas de las manos para que desaparezca todo reflexiones. Son estas: el sueño antes de co­ recogieron los miembros en el baño. Ese es el
el daño al mismo tiempo. Para facilitar su la­ mer hace madurar los humores de los cuer­ momento oportuno de beber agua. Maimó­
bor, el masajista se puede ayudar con aceite pos sanos, siempre que este sueño sea mode­ nides ofrece una solución para aquellos pa­
dulce. En este punto formula el autor una pre­ rado. Si se duerme mucho, es contrapoducente, cientes que no puedan aguantar la sed y es
gunta y esta es si después de realizado todo pues origina pereza, postración de fuerzas y, que mezclen el agua con jarabe de cidra, o
esto debe bañarse el paciente o por el contra­ además, es malo para el espíritu. Dormir des­ jarabe de almáciga, o jarabe de rosa. También
rio no hacerlo. Galeno piensa que no hay ne­ pués de comer ayuda a hacer la digestión de se puede beber al-fikaq,bebida hecha con gra­
cesidad de recibir un baño, a no ser que se los alimentos tanto la que ocurre en el estó­ nos de granada, azúcar perfumada con amizcle,

122
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Figura durmiendo Manuscrito del Ḥadīṭ Bayād wa-­


Riyāḍ, periodo almohade s. XIII. Biblioteca Apostólica
Vaticana. El sueño, su duración y ocasión, está
perfectamente regulado en los tratados de higiene
consultados.

áloe y clavo. Así, contrarrestada la frialdad del se debilita la fuerza expulsora con la tos, lo que
agua, no produce ésta ningún daño.182 produce el ahogo, la muerte o la invalidez de la
Terminado el baño es importante adoptar persona. También pueden desembocar las con­
la precaución de vestirse dentro del mismo y gestiones en el estómago, produciendo la irrita­
protegerse la cabeza del frío intenso del exte­ ción del intestino, que es una enfermedad difí­
rior, en su caso, ya que si no se hace así se cil de curar. Si sucede que ocupe alguna articu­
puede contraer una congestión fría, que da lación, produce dolor en ella, y si lo hace en el
lugar al romadizo, a la congestión pulmonar o espacio existente entre los órganos da lugar a la
la afonía. Si, por el contrario, lo que hace en pleuresía, la pulmonía, la inflamación del híga­
el exterior del recinto del baño es mucho ca­ do, del estómago, etc.
lor, este disuelve los restos sólidos del cerebro Para prevenir las congestiones se pro­
esparciéndolos y produciendo la congestión curará evitar calentar o enfriar mucho la
caliente, igualmente peligrosa.183 cabeza, como en el caso ya descrito, y no
Las congestiones, continua diciéndonos comer alimentos que llenen la cabeza como
Maimónides, tanto calientes como frías, des­ sucede con el yoghurt, ni con granos como
embocan generalmente en el espacio pulmo­ son las habas o los guisantes, y no dormir
nar llenándolo, ya que predominan los hu­ después de comer, especialmente por la
mores que entran sobre los que salen, además, noche. Tampoco es nada conveniente em­

123
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

borracharse. Por el contrario, debe refor­ La extenuación ulcerosa se produce por la la semilla de ortiga. Conviene que estas per­
zarse el cerebro con los olores del arrayán presencia de un humor caliente que produce sonas presten atención a abrir las obstruccio­
y otros medicamentos. Es útil también con ciertos residuos que no se han eliminado me­ nes e impedir las causas de la putrefacción,
el mismo fin moler clavo hasta reducirlo a diante los ejercicios. Conviene disolverlos y más que otra cosa. Deben procurar abrir la
polvo y hecho esto se coloca en la raya del echarlos fuera. Se logra mediante un masaje obstrucción y deshacerse de los humores que
pelo, cada día, durante todo el invierno. suave, realizado de forma continuada, porque pueden corromperse, también por medio de
También se pueden usar con el mismo fin este masaje no endurece los músculos y, en medicinas. Como la putrefacción es el resul­
incienso o perfumes, con la intención de cambio, sí produce el desalojo de los residuos. tado de un calor extraño y de una humedad
reforzar el cerebro en dicha estación. En el Debe hacerse con aceite caliente rancio, que extraña y tiene un olor fétido, las medicinas
verano es conveniente emplear con el mis­ no produzca contractura. Necesita el pacien­ oportunas -según la doctrina de los contra­
mo fin agua de rosas e hinojo muy fino.184 te, ademas, darse un baño al aire libre y des­ rios, recordamos nosotros- son aquellas que
pués en agua caliente. La comida debe ser lo tienen un olor aromático. El medicamento
más tierna y fría posible y, sobre todo, en poca compuesto debe estar realizado en este senti­
cantidad. do, lo que le ayuda a conservar su salud.189
10. Recomendaciones sobre las excreciones
La denominada extenuación de dilatación Los pacientes de complexión caliente y
o expansión es aquella en la que los residuos seca deben procurar combatir el exceso de bilis
Avenzoar comienza su escrito sobre pre­ están en los músculos. Se trata mediante un amarilla por medio de medicinas laxantes que
vención de salud, precisamente, hablando de masaje suave con aceite de oliva calentado al sean suaves como el tamarindo, la violeta, el
la necesidad de tener un vientre blando, es sol, aceite de eneldo o aceite de manzanilla. mirobolano amarillo, la corregúela y otras. Es
decir a que no haya estreñimiento habitual, Se sumergirán los pacientes en una tina que bueno el jarabe de oximiel azucarado, en la época
con el fin de conservar permanentemente la tenga agua a temperatura moderada y que de verano, hecho con una parte de su semilla y
salud y evitar la aparición de la pleuresía y los permanezcan bastante tiempo en ella. Harán opio, que tienen la fuerza de abrir y dejar fluir
tumores del interior del cuerpo. En caso con­ también ejercicios que calmen, como los que sin calentar por ello, cosa que también sucede
trario, recomienda el uso del tamarindo mez­ hacen los entrenadores con ungüentos que con la semilla de azucena, el culantrillo de pozo
clado con ruibarbo, disueltos en agua, diez dilatan los miembros y los moldean. Hacién­ fragmentado y la semilla de sandía. Reducen
dirham/s del primero y tres cuartos de dirham dolo los residuos salen fuera. el calor el palo de regaliz, la flor de violeta, la
del segundo, y mezclados con una uqiyya de La extenuación de la tumefacción es la que flor de nenúfar y son una buena prevención
jarabe de corteza de toronja.185 se manifiesta por la hinchazón, el dolor y el contra la aparición de la fiebre de esta com­
Continuamos por los consejos de Averroes, aumento de los órganos. Su curación se ob­ plexión. A la vez, es preciso fortalecer la boca
quien nos dice que el deshacerse regularmente tiene utilizando sucesivamente tres cosas: el del estómago, seguramente injuriada con las
de los residuos a través del ejercicio físico, los vaciamiento mediante el vómito, el enfria­ medicinas reseñadas, mediante la almaciga, el
masajes, el baño o por medio de ciertas medi­ miento y la relajación. El masaje debe ser sua­ nardo o el agáloco de buena calidad. Es malo
cinas que corrijan el temperamento desviado, ve; se debe permanecer en el agua moderada­ para ello el uso del del vinagre agrio y es
previene la enfermedad.186 mente caliente largo tiempo y es preciso em­ buena el agua de cebada para este fin.190
La causa más frecuente de la acumulación plear mucho aceite tibio. Si esto sucede du­ Los de complexión fría y húmeda deben
de residuos en las malas complexiones es la rante la estación del verano usar aceite de vio­ hacer uso de las medicinas que eliminen los
comida, y ésto es muy difícil evitarlo. La re­ leta. La alimentación recomendada consiste en residuos, comidas que aporten calor y seque­
tención de restos se refiere no tanto a los ex­ ingerir una cantidad menor de lo normal. Esto dad y deben evitar los baños que aumentan la
crementos o a la orina, sino los residuos pro­ para los pacientes jóvenes, sobre los treinta humedad.
cedentes de las digestiones que se sitúan entre años, después se deben reducir los ejercicios, Los de complexión fría y seca deben pres­
el hígado y la vesícula biliar; entre el hígado y y que la comida sea ligera y poco caliente. Cuan­ tar mucha atención al desalojo de residuos que
el bazo y entre la nariz y el paladar. Si se des­ do lleguen a la vejez, que practiquen ejercicios producen sus cuerpos, en especial los de pre­
cuidan estas precauciones, o bien se produce suaves como el andar y la comida blanda y ca­ disposición hacia la bilis negra. Las medicinas
algún error en este apartado, es preciso el liente. La cantidad de comida estará en función efectivas son el mirobolano negro y, aun más
empleo inmediato de medicinas o de ejerci­ de si los dientes son fuertes o débiles.188 fuerte, el polipodio, que dan buen resultado.191
cios físicos adecuados que desalojen los resi­ Los pacientes de complexión caliente y Otro tema debatido comunmente entre los
duos del cuerpo.187 húmeda conviene que se preocupen de des­ médicos es saber si es conveniente o no so­
Las retenciones producen extenuación o alojar los residuos del cuerpo a través de la meter al paciente a una sangría profilactica, es
agotamiento, del que conocemos tres clases: purga y los de la cabeza por medio del estor­ decir no para curar una enfermedad concreta,
la primera es la extenuación ulcerosa, la se­ nudo y las gárgaras con almáciga, haciendo como es lo habitual, sino en pleno estado de
gunda la extenuación de la dilatación o ex­ fluir la orina y las heces. Se aconsejan medici­ salud y con el fin de prevenir la aparición de
pansión y la tercera la extenuación de la tu­ nas suaves para deshacerse de la humedad enfermedades. Solo hemos encontrado que se
mefacción producida por la hinchazón. como son el agárico, el turbbit, el cártamo y ocupen del tema Avenzoar y Averroes.

124
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Baños de la Alhambra. Sala templada del baño del


Palacio de Comares. La necesidad de bañarse incluso
dos o más veces al día propició que los magnates se
hiciesen construir baños próximos en el interior de sus
domicilios.

125
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Varilla de bronce en forma cilindrica (instrumental


quirúrgico andalusí). Museo Arqueológico de Madrid.

El primero de ellos advierte que no se debe por las mismas razones que se expuso al ha­
sangrar nunca ni a los niños ni a los ancianos, blar de la sangría. No es conveniente admi­
salvo por motivos muy especiales. El momento nistrar purgantes tras haber padecido fiebres,
de realizarla es después de haber evacuado, por ni se debe practicar la purga con el vientre
las mañanas, porque el sol atrae el calor inna­ duro, es decir, teniendo estreñimiento. Tam­
to y se relaja la fuerza corporal. La mejor épo­ poco es bueno abusar de los purgantes, pues
ca para hacerlo es en la primavera, en la que debilitan al organismo ni, por el contrario,
los humores se ponen en movimiento. La in­ pasar mucho tiempo sin tomarlos.196
cisión debe practicarse en el cuello, y se pro­ Maimónides nos dice que algunos autores
cede así: se deja salir un poco de sangre, luego preconizan provocar el vómito una o dos ve­
se obtura y, más tarde, se abre la herida para ces al mes, puesto que esto es bueno para con­
dejarla salir la de nuevo hasta que se obtura servar la salud, salvo que el paciente sea de
definitivamente.192 pecho estrecho, se le cargue la cabeza de for­
Para Averroes el uso de la sangría preven­ ma rápida, o padezca cefaleas. Tampoco debe
tiva no es necesaria a los que posean una com­ provocarse el vómito cuando domine el tiem­
plexión equilibrada. A los que no la tengan, la po muy frío. Del mismo tomamos el que to­
inmensa mayoría, añadimos nosotros, deben dos los médicos están de acuerdo en que lo
realizarla una vez al año en la primavera, como primero para conservar la salud es tener la
dice Avenzoar, y como sostienen otros, dos naturaleza blanda, ya que cuando se seca la
veces, una en la primavera y otra en el otoño, naturaleza se producen vapores malos que lle­
puesto que procuran el desalojo de humores gan al corazón y al cerebro, dañando los hu­
alterados. También, como ya sabemos, deben mores y entristeciendo los espíritus, produ­
someterse a esta práctica cuando sientan las ciendo la angustia, los malos pensamientos y
primeras señales de aparición de cualquier la pereza y todo esto sucede, en resumen, cuan­
enfermedad.193 do se impide que los restos de la digestión se
Otra forma de movilizar los humores es eliminen debidamente.197
mediante el uso de ventosas. De este procedi­ Como laxantes recomienda lo mismo que
miento se ocupa únicamente Avenzoar, quien hemos visto aconseja Avenzoar: agua de rui­
nos dice que en los países cálidos es mejor y barbo con tamarindo. Un dirham de ruibar­
menos peligroso el uso de las ventosas, que las bo bueno con una onza de tamarindo, sin fi­
sangrías, mientas que en los fríos es siempre bras y troceado muy fino. Se deja en un arrelde
preferible utilizar la sangría.194 La utilización y medio de agua muy hirviente, durante una
de ventosas es una constante a lo largo de la noche y por la mañana se cuela sobre tres onzas
“Medicina del Profeta”, puesto que son am­ de jarabe de rosa. Se bebe muy temprano y
pliamente recomendadas por Mahoma, o sus no se tomará alimento alguno hasta pasadas
continuadores, quienes se ocupan de ellas en seis horas.198
múltiples ocasiones. No es la primera vez que Cuando hay estreñimiento es preciso ad­
Avenzoar recuerda alguna práctica de formas ministrar al paciente cañafistula. Pare ello se
de medicina empírico-creencial.195 toman cuatro dirham/s de borraja; de regaliz
Otro medio de purificar periódicamente pelado y machacado, culantrillo de pozo, gra­
al organismo evacuando los humores espesos no de agracejo, tres dirham/s; de semillas de
es acudir al uso de purgantes. Según Avenzoar, malvavisco cinco dirham/s; rosas blandas, en
la mejor época para tomarlos es la primavera, número de siete, pero si no es el tiempo, tres

126
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Cazuela, s. XIII-XIV Universidad de Granada. Para


la cocción de alimentos se recomendaba el uso de barro
vidriado, pero solo si se empleaban unas pocas veces y
luego se desechaban.

onzas de jarabe de rosa; hinojo, siete. Se colo­ Señala que hay algunos autores que opi­
ca todo esto en arrelde y medio de agua hir­ nan que el comer cabezas de pájaros machos,
viente durante un día y una noche, por la nabo cocido con carne, o bien solo, zanaho­
mañana se amasa y se cuela sobre veinte ria, cruda o cocida y agua de garbanzos, ayu­
dirham/s de rodajas de cañafístula, cuatro de da al coito. El no se pronuncia.201
aceite de almendra y una onza de azúcar. El Gracias a Averroes sabemos que los jóve­
agracejo, que es de naturaleza astringente y nes no deben practicar las relaciones sexuales
por tanto contrario al efecto buscado, se aña­ y de esta forma no se sentirán ni perezosos, ni
de porque inhibe la angustia que produce la cansados, ni débiles. Sin embargo, admite, son
cañafistula y refuerza el intestino para que no imprescindibles las relaciones sexuales porque
sangre por el esfuerzo a realizar.199 el semen es como todos los residuos y debe
Dentro de este capítulo se incluyen las re­ ser evacuado periódicamente.
comendaciones sobre las relaciones sexuales En determinadas personas, según sus ca­
y sobre este tema se pronuncian de forma racterísticas, se les ha aconsejado que se abs­
conjunta los tres autores consultados, si bien tengan absolutamente de relaciones sexuales,
debemos admitir que de una forma más parca si desean conservar la salud.202
el primero: Para los pacientes de complexión fría y seca
Avenzoar nos indica que es bueno para el las relaciones sexuales son de lo más perjudi­
organismo si una vez realizado el acto sexual cial, siendo, por el contrario, muy necesarias
el hombre nota que se encuentra en perfecto para los de complexión caliente y húmeda.203
estado. Si no es así, el coito es causa de graves Los sabios demostraron, según nos mani­
perjuicios. Además recomienda no realizar el fiesta por su parte Maimónides, que el coito
acto sexual después de una comida copiosa, o es dañino para la mayoría de la gente, salvo
estando agotado, bien sea por el trabajo, o por aquellos que lo precisan por su naturaleza. A
la evacuación de humores mediante el uso de unos perjudica más y a otros menos: a los jó­
las drogas o por la sangría. Tampoco deben venes con humor húmedo el coito les daña
practicarlos los enfermos febriles.200 poco, en ese contradice a Averroes, mientras

127
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

que los viejos, los enfermos, los convalecien­ pecíficas eran la frialdad y la sequedad. Evitar gran alegría, debido a la disolución del alma
tes o los de complexión seca deben abstener­ dichas sensaciones era impedir se produjese inclinada a exteriorizarse, como afirma Gale­
se de las relaciones sexuales puesto que les pro­ una frialdad añadida nociva. En el caso de la no, y esto porque se trata de almas blandas,
duce mucho daño, o quizás la muerte. ira, lo que produce es una situación de au­ ignorantes de la realidad de las mismas.
En cuanto el momento idóneo para el coi­ mento de calor que, igualmente es contrapro­ Las personas maduran con la educación
to afirma que no se debe realizar este antes de ducente en los casos de temperamentos ca­ filosófica, literaria teológica; sus almas ganan
terminar la digestión de los alimentos en el lientes. valor y se convierten en fuertes y reaccionan
estómago, ni con hambre o sed, tampoco cuan­ Dentro de este contexto, se habla de que los de forma mínima. A medida que la persona es
do se esté borracho, ni después de salir del pacientes que posean una complexión caliente más madura, menor será su reacción ante el
baño, ni antes ni después del ejercicio. Tam­ y seca y, por tanto, a los que le afecten negativa­ bien o el mal del mundo. Leyendo libros se
poco debe hacerse antes de la sangría, ni un mente la ira, deben oír músicas agradables.208 refuerza el alma para distinguir el bien y el
día después. Por último y como consejo final, De forma muy parecida se pronuncia mal, disminuyendo las reacciones, alejando las
nos dice que todo aquel que quiera mantener Maimónides quien nos dice que todo médi­ ideas raras, alegrando el alma en todas las si­
su salud debe espaciar el coito lo más posi­ co pretende que su paciente se mantenga sano, tuaciones en las que se encuentra el hombre.
ble.204 esté siempre contento y sea feliz, por lo que Esta es una consideración buena que aleja las
debe procurar alejarlo de las reacciones del malas ideas y las preocupaciones.
ánimo que llevan a la angustia. Así se conserva La influencia de los sentimientos es, pues,
11. La utilización de las emociones la salud del sano y se adelanta la curación del muy grande. Así se admite al decir que una
enfermo, especialmente en las enfermedades persona de constitución fuerte, con un gran
Los sentimientos y su entorno tan solo son en las que aparece la angustia y las ideas ne­ vozarrón cuando le llega una noticia que le
considerad por Averroes y Maimónides, omi­ gras, en las cuales los cuidados del animo son pone triste, pierde el color, baja la voz hasta
tiéndo por completo Avenzoar cualquier re­ más necesarios. En el caso de que el paciente que se hace imperceptible, se debilitan sus
flexión al respecto: esté dominado por la preocupación, la per­ fuerzas, presenta temblores y se le enfría la
Así, Averroes nos dice que en los recién plejidad o la tristeza, el médico, nos dice, no superficie de su cuerpo, pues hay un hundi­
nacidos es conveniente evitar aquellas cosas puede hacer uso de los procedimientos habi­ miento del calor innato en el interior del
que los ponen tristes, porque esto afectará al tuales para alejar estas reacciones, es decir de cuerpo. Al contrario, cuando a una persona
desarrollo futuro de su complexión. Si esto los recursos empleados con las enfermedades de cuerpo débil, pálido, de poca voz, le llega
sucede, hay que saber el motivo de su tristeza del cuerpo, pero sí puede aprovecharse de los una noticia alegre, se le refuerza el cuerpo,
e intentar eliminarlo. En esta línea, se aconse­ temas que influyen en el espíritu como la fi­ eleva la voz y cambia el color de su cara por
ja el empleo de sonidos afectuosos, puesto que losofía práctica, los discursos, la teología, la li­ la presencia del calor innato que se mueve
es bueno para alegrar su carácter. Suponemos teratura etc. Para ello los filósofos que escri­ hacia el exterior.210
que se refiere a la utilización de la palabra y bieron libros sobre diversas ciencias, también Con el fin de salir al paso a estos proble­
también del canto y la música.20’ lo hicieron sobre la manera de corregir la edu­ mas, aunque nuestros autores sólo lo mencio­
Ya en las personas adultas, se deben evitar cación del alma, con el fin de enriquecerla nan brevemente —nosotros lo haremos más in
situaciones anímicas que pueden dar origen a con el bien y alejarla de los males.209 extenso- se utilizaban músicas euforizantes,
determinados problemas. A modo de ejem­ De la misma manera, la educación por medio de instrumentos rítmicos, como
plo cita dos: el miedo y la ira, quizás los senti­ teológica, los discursos y las tradiciones, reco­ tambores y trompetas militares, que encen­
mientos más extremos. El miedo y todas aque­ gidos de los profetas o sus seguidores, permi­ diesen su ánimo. Así, se recomendaba la com­
llas cosas del espíritu que aumenten la frial­ ten conocer sus vidas y educar el alma, para pañía de personas que en modo alguno plan­
dad innata del paciente, son nocivos para aque­ llevarla a hacer el bien. Por ello las reacciones teasen con su conversación temas trascenden­
llos en los que predomina el humor de la bilis del ánimo solo afectan negativamente a los tes, tan solo festivos, o divertidos, con el fin de
negra de forma pasajera, o permanente, pues­ que desconocen el saber filosófico, literario o obviar en lo posible dichas desagradables si­
to que esta situación es susceptible de produ­ las enseñanzas teológicas, como sucede con tuaciones. Los pacientes se relacionaran ade­
cir enfermedad.206 Los pacientes con com­ los niños, las mujeres, o los seres apocados que, más con personas de oficios en los que el uso
plexiones en las que predomine el calor de­ por la debilidad de sus almas, se asustan cuan­ del calor fuese habitual, como sucede con los
ben evitar situaciones anímicas que aumen­ do ocurre cualquier desgracia, chillan, pro­ herreros, los labriegos y las gentes que traba­
ten el calor en sus cuerpos, tal como sucede rrumpen en llanto, se golpean en la cara y el jan al sol, etc.
con el enfado, que conduce a la cólera.207 pecho y hasta pueden llegar a morir. Lo mis­ También se indica que, en el caso contra­
Esto tiene su origen en que, según se esti­ mo sucede cuando una de estas personas reci­ rio, en los pacientes que poseían una com­
maba, el miedo producía una situación de frial­ be un bien, entonces se alegran desmesurada­ plexión en la que predomine el calor, como
dad en el organismo, que incidía especialmente mente, y creen que han alcanzado el máximo, son la de la bilis amarilla o la sanguínea, evi­
sobre la constitución tendente al desborda­ porque les falta la educación de sus almas, se ten problemas de la psique que producen ca­
miento de la bilis negra, cuyas cualidades es­ ríen fuerte e incluso llegan a morir por su lor en sus cuerpos, como el enfado y otras ya

128
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

La utilización de la música como terapia. Manuscrito


del Ḥadīṭ Bayāḍ wa-Riyāḍ, periodo almohade
s. XIII. Biblioteca Apostólica Vaticana.

que, como sabemos, la ira engendra calor, no­ que ya ha sido descrita, una vez cada diez días
civo para ellos.211 En los casos mencionados en el tiempo de invierno, con el fin de evitar
se debe tratar de mover, poco a poco, el áni­ las fiebres pútridas, la epilepsia y el cólico. In­
mo del paciente mediante cantos suaves, mú­ dica, además, que detiene la canicie el uso de
sica ejecutada con tonos apagados, como men­ esta medida, y que los que la empleen no se
ciona Averroes, temas de conversaciones poco verán afectados por la mordedura de animal
profundos, que no den lugar a controversias ponzoñoso, ni sucumbirán a veneno letal. Lo
ni discusiones, y frecuentando el trato con propio sucede cuando el paciente ha bebido
aquellos que trabajen en ambientes húmedos aguas en mal estado.212
y fríos como hortelanos, encargados de los Usando las raíces del nogal y frotándose
riegos, etc. los dientes cada cinco días, recoge Avenzoar
de otros médicos que como siempre omite, se
limpia la cabeza, se clarifican los sentidos y se
12. La prevención de la enfermedad mediante el
agudiza la inteligencia.213
uso de medicamentos
Beber oximiel con agua en la que se haya
Son todos de Avenzoar. Este autor acon­ hervido un poco de raíz de cardo corredor es
seja tomar medio dirham de triaca al- farūq, una buena prevención contra la pleuresía y

129
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS -

contra los tumores del interior del cuerpo. IV. Consideraciones finales 5. LINAJE CONDE,A., “La enfermedad en la
También afirma que una esmeralda puesta organización monástica visigoda”, Asclepio, 22

sobre el estómago lo fortalece, y si se cuelga Como colofón a todo lo anteriormente (1970),203-217;GIRON IRUESTE,F.“Los
médicos mozárabes y el proceso de constitu­
del cuello sirve de antídoto frente a la epilep- expuesto, queremos señalar que estos fueron
sia. 214
ción de la medicina árabe en al-Andalus”,
algunos de los recursos de que dispusieron los
Asclepio, 30-31 (1978-79), 209-222.
Alcoholarse los párpados con un instru­ médicos andalusíes de la época estudiada para 6. GIRON, F. Historia de la Ciencia y de la Técni­
mento de oro fortalece la vista, lo mismo que prevenir la enfermedad y éste el modo como ca. Oriente Islámico Medieval, Madrid, 1994.
vendar los ojos con flores de rosas tiernas, o los administraron siguiendo las diferentes opi­ 7. GIRON, F. Historia de la Ciencia y de la Técni­
alcoholarse los párpados con jarabe de rosas niones. ca. Occidente Islámico Medieval. Madrid, 1994.
azucarado, una vez que se ha dejado el cuer­ Debemos indicar que los textos mencio­ 8. PEÑA, C.; DIAZ, A.; ALVAREZ DE MO­
po limpio de impurezas por medio de los nados se mantuvieron vigentes no solo en el RALES. C.; GIRON, F.; LABARTA, A.;
métodos acostumbrados.215 siglo XII, sino al menos dos siglos más, por lo VAZQUEZ DE BENITO, C.“Corpus medi­

El clavo previamente machacado y es­ que creemos configuraron en gran medida lo corum arabico-hispanorum”, Awrāq, 4,(1981),
79-110.
polvoreado cada noche del invierno en la que fue la Higiene Privada en al-Andalus.Y
9. GIRON, F. Historia de la Ciencia y de la Técni­
parte anterior de la cabeza preserva de los esto es así porque hasta el siglo XIV, cuando
ca. Occidente Islámico Medieval. Madrid, 1994.
catarros. El macis utilizado de la misma for­ haga su aparición el completísimo texto de 10. Tenemos serias dudas de que la Maqāla fi­
ma, pero en el resto de las estaciones, sirve Ibn al Jatib, que comprende y amplia de for­ tadbīr al-ṣiḥḥa, asi creemos que debe deno­
también para prevenir la enfermedad. Los ma generosa a todos los anteriores, los textos minarse, separándola del Kitāb al-agḏiya, sea
poleos usados igualmente hacen el mismo estudiados fueron los únicos. realmente de Avenzoar, por el estilo y conte­
efecto y lo propio sucede con la cáscara de Por otra parte, como quiera que a dichos nido más bien correspondería a su padre Abū
toronja.216 escritos tuvieron acceso cuantos estudiosos los l-‘Alā’ Zuhr, pero hasta no disponer de datos
Según dicen los médicos, recogido por consultaron pues, independientemente de que suficientes que nos permitan certificar su

Avenzoar, si se untan repetidamente las vérte­ fueran especialmente dedicados a conservar autoría, seguiremos considerándola del pri­
mero.
bras dorsales con pomada de almendra o con la salud de unos individuos señalados, abren
11. La ubicación y contenido de los manuscritos
aceite de oliva lavado se previene el todo un abanico de posibilidades y su lectura
del Kitāb al-Agḏiya está tomado en su totali­
encorvamiento que suele aparecer en la vejez. facilitó el acceso de esta información a un dad de ABU MARWĀN ‘ABD AL-MALIK
Aunque algunos opinan que la pomada de sé­ mayor número de pacientes, sobre todo si te­ B. ZUHR. Kitāb al-agḏiya (Tratado de los ali­
samo es aun mejor, Avenzoar sostiene que no, nemos en cuenta su abundante distribución mentos) Edición, traducción e introducción
que la almendra es mas útil, por su mayor poder por el mundo islámico medieval. En cuanto de Expiración García Sánchez. Madrid, 1992.
astringente.217 al latino, sabemos que la obra de Ibn al-Jaṭīb 12. AbohalyAbenzoar [...] de regimine sanitatis liber
Comer habitualmente ortigas es un buen no fue traducida, y si lo fueron las de los au­ [...] nunc traslatas et publicatus opera Joannis
preventivo contra la aparición del cálculo re­ tores objeto de nuestro estudio, por lo que Gcorge Schenck... Basilea, Ioannis Schoeteri,
nal.218 creemos que los escritos analizados se utiliza­ 1618. En 12°.
13. ABŪ MARWĀN ‘ABD AL-MALIK B.
Por último, este autor, nos informa de al­ ron en la elaboración de los textos escolásti­
ZUHR. op. cit., p. 45.
gunas raras y curiosas formas de prevención cos, recordemos los Regimina sanitatis de Arnau
14. Véase ULLMANN, M. Die Medizin im Islam,
de enfermedades que se encuentran muy deVilanova (c. 1240- 1311) y, más tarde, cons­
Leidem-Köln, 1970,148 y ss.
próximas a la medicina empírico-creencial, tituyeron la base de los abundantes tratados 15. Véase COLIN, G., La Tadkira de Abou l-Ala,
bastante alejada ya de la medicina racional renacentistas sobre la prevención de la enfer­ Paris, 1911 .
practicada por los médicos islámicos. El resto medad. 16. En la Introducción realizada por H. Jahier y
de autores vemos permanecen en la ortodo­ A. Noureddine a la edición y traducción de
xia. Esto parece confirmar nuestra idea de que la Urŷūza fī l-ṭibb de Avicena se hace constar
Notas
el Tadbīr al-ṣiḥḥa es de Abu l-‘Alā’ Zuhr y no dicha circunstancia. Véase: AVICENNA,
de Avenzoar, puesto que este último autor re­ 1. SIGERIST, H. E., Hitos en la Historia de la Poéme de la Médecine [...] texte arabe,
coge una gran cantidad de supuestos de esta Salud Pública, 2a ed., México, 1984. traduction francaise par... Paris, 1956, p. IX.
2. HIPOCRATES , Oeuvres completes .Traduction 17. El propio autor nos habla en su escrito de
índole.219
nouvelle avec le texte en regard [...] par E. Littré, “...unas palabras que le hicieron guardar rencor
Entre estas prácticas estan el uso de pie­
10 vols. Paris, 1839-1861. contra mi padre..." Véase Abū Marwan ‘Abd
dras como la esmeralda que, puesta en un ani­ al-Malik b. Zuhr, Kitāb alTaysir, Bililiothèque
3. GALENO DE PERGAMO, Claudii Galenii
llo, rehuye la presencia de serpientes veneno­ Nationale. París. Ms Oriental n° 2960, fol. 128
Opera Omnia, C.G.Kuhn ed.,20 vols.,Leipzig,
sas. Una piedra bezoar220 engarzada en un ani­ 1821-1833, [reimp. Hildesheim, 1965]. v.
llo obtiene el mismo resultado. Montada una 4. THEODORIDES, J. "Les sciences biolo­ 18. IBN ABĪ UṢAYBl'A, Kitāb ‘Uyūn al Anbā’
turquesa en un anillo, su poseedor no morirá giques et médicales á Byzance”, Cahiers fī tabaqāt al-Aṭibbā’. Sources d'informations
asesinado ni ahogado, mientras lo lleve pues­ d ’Histoire et de Philosophie des Sciences, 3 (1977), sur les classes des medicins, XIII Chapitre:
to.221 50. “Medecins de l'Occident musulman”, Publié

130
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

[...] H.Jahier et A. Noureddine, Alger, 1958, ms. n° 215; Bibliothèque Nationale de París, 44. IBN ABĪ UṢABI‘A ,op, cit., p.130-134.
p. 88. ms. Or. n° 2960; Bodleian Library de Oxford, 45. Vid. supra.
19. IBN AL-ABBĀR, Kitāb at-tecmila li-Kitab es­ Huntington n° 355; Maktaba al-Abdaliya de 46. IBN ABĪ UṢAYBI‘A , op. cit., p.134.
sila. Editado por F. Codera con el título Túnez, ms. n° 2867/7; British Museum de 47. PEÑA, C.; et al., Corpus..., p. 92-94.
Complementum libri Assilah, 2 vols., Madrid, Londres, ms. Or. n° 9.128. 48. AVERROES, op. cit. En adelante lo citare­
1887-1889, vol. 2, p. 606-607. 36. Generalmente se viene aceptando el año 1280 mos como Averroes.
20. IBN ABĪ UṢABI‘A, op. cit., p. 154. como fecha de traducción de la obra. Sin 49. GARCIA SANCHEZ, E.,“Un opúsculo in­
21. Vid. nota 17, fol. 113r embargo en la edición princeps de 1490 po­ édito sobre higiene individual: Fī Ḥifẓ al-­
22. Tiene como discípulos, además de a su pro­ demos leer: Incipit líber theicrisi dahalmodana Ṣiḥḥa (ms. árabe 884 de El Escorial). Edición,
pio hijo, Abū Bakr b. Zuhr y el citado Ibn [...] traslatus de hebraico in latinun Venetis a traducción y notas”, Dynamis, 4, (1984), 247-
Galindū, a Abū M. al-Sadūnī, Abū al-Ḥusayn Magistro Paravicio physico ipso sibi vulgarizante 263.
b. Asdūn conocido como al-Masdūm, Abū magistroJacobo Hebreo. Anno 1281... 50. La biografía de Maimónides está tomada al
Bakr b. al-Qādī al-Ḥasan al-Zuhrī y a 37. Explicit líber Caysir (sic) medicinarum magno viri completo de ROMANO, D., “Biografía de
Muḥammad b. al-Ismā‘īl. Sabemos, así mis­ sapiens albenzoar traslatus ex lingua hebraica in Maimónides”, en Maimónides y su época, Cór­
mo, que mantuvo una importante relación latinan [...] per manum Joannis humilis servi doba, p. 18-30.
científica, aunque seguramente no en calidad Christi de Capua qui [...] in utraque linguaperitus 51. Conocemos la existencia de Samuel,Yehuda
de maestro y discípulo -como abundantemente existit.Anno Domini 1319. Cf. Catalogue génèral y Mose b. Tibbon. El primero y el tercero
se ha afirmado- con el cordobés Averroes.Véase des manuscrits des Bibliothèques Publiques de tradujeron al hebreo una gran parte de las
IBN ABĪ UṢABI ‘A, op. cit., p. 96. France [...]. Paris, 1918. p. 33-34. obras filosóficas y médicas de Maimónides.
23. Véase COLIN, G. Avenzoar, sa vie etses oeuvres. 38. Véase COLIN, G. Avenzoar, sa vie etses oeuvres. La familia era de origen granadino y los en­
Paris, 1911, p. 32 p. 86- 87. contramos en el siglo XIII en Arles e Italia.
24. Vid. nota 17, fol. 115r. 39. Véase STEINSCHNEIDERS, M., Catalogus Cf. Romano, D., op. cit., nota 50 p. 112-121.
25. Véase IBN ABĪ UṢABI‘A, op. cit., p. 92. Coddicorum hebraecorum in Bibliotheca Academia 52. ROMANO, D., op. cit.,p. 26-27.
26. Véase ABŪ MARWĀN ‘ABD AL-MALIK Lugduno-Batavorum, Lugduno-Batavorum, 53. PEÑA, C.; et al., Corpus..., p. 96-100.
B. ZUHR. op. cit., p. 45. 1858. p. 312. 54. Traducción castellana inédita realizada por
27. Véase: PEÑA MUÑOZ, C. ; GIRON 40. Bibliothèque de la Universitè de Paris.ms.n° Michel Barchin y Fernando Girón sobre el
IRUESTE , F.,“Aspectos inéditos de la obra 131; Bibliothèque de l’Ecole de Mèdecine texto árabe editado por H. Kroner en Janus,
médica de Avenzoar: El prólogo del Kitāb al-­ de Montpellier. ms. H n° 25; Bibliothèque 32, (1928), p. 12-116. En adelante Maimó­
Taysīr. Edición, traducción y comentarios”. de la Facultè de Mèdecine de Paris. ms. n° nides; Id., fol. 1.
Miscelánea de Estudios Arabes y Hebráicos, 272; Biblioteca Vaticana. Codices Palatini 55. Id., fol. 2.
XXVI/1 (1977), 103-116 . Latini n° 1255. fol. 130 r- 131 v. (Sólo un 56. Bibliothèque de l’Universitè de Strasburg, n°
28. Véase ULLMAN, M, op. cit., p. 162 y ss. fragmento). Vid. SCHUBA, L. Die medizi­ 4227; Wellcome Historical Medical Library.
29. Véase: PEÑA, C.; et al., Corpus..., p. 89-91. nischen Handsriften der Codices Palatini in der London, n° 27: Beirut n° 320,2.Topkapy Saray.
30. En adelante Avenzoar, Agḏiya. Vatikanischen Bibliotheck, Wiesbaden, 1981, p. Ahmed Salís Kütüpanesi. Istanbul.
31. Véase: PEÑA MUÑOZ,C.; GIRON IRUES­ 305. 57. Augsburg, Joham Bämler, 1472; Augsburg,
TE , F.,“Aspectos inéditos...”. 41. Véase GARCÍA BALLESTER, L.,“Tres bi­ Joham Bämler,1475;Augsburg,Antón Storg,
32. En el Kitāb al Kulliyyāt se puede leer: "... El bliotecas médicas en laValencia del siglo XV”, 1490; Florentia, Jacobus de Ripolis, 1490;
libro llamado al-Taysīr que ha compuesto en nues­ Asclepio, 18-19, (1966-67), 383-405. Venetiis, Bernardinus de Vitalibus, c. 1500;
tros días Abū Marwān b. Zuhr; este libro se lo he 42. Son las siguientes:Venetiis,Joannen de Forlivio Venetiis, 1514; Augsburg, Sigismund Grimm,
pedido yo..."Véase IBN RUŠD, Kitāb al-­ et Gregorium fratres. 1490. En folio;Venetiis, 1518; Venetiis, Lucantonii de Giunta, 1521;
kulliyyāt fī l-ṭibb. Edición crítica de J. M. Bonetus Locatellum Bergomensis. 1496. En Lugduni Batavorum, 1535.
Fórneas y C. Alvarez de Morales, 2 vols., folio; Venetiis, Otinus Papiensem de Luna. 58. FREIMAN, A., Regimen Sanitatis des Maimo­
Madrid, 1987, vol. 1°, p. 518. La traducción 1497. En folio; Venetiis, Gregorium de nides für der Sultan al-Afdal, Heidlberg, 1931;
es nuestra. Gregoriis. 1513. En folio; Venetiis, Gregorium MUNTNER, S., Maimonides: Regimen sani­
33. Véase PEÑA MUÑOZ,C.; GIRÓN IRUES­ de Gregoriis. 1514. En folio; Venetiis, tatis, oder Diätetik für die Seele und der Korper,
TE, F.,“Aspectos inéditos...”, p. 111. Haeredum Octaviani Scoti. 1530. En folio; mit anhang der Mediznischen Responsen und
34. La versión latina del Taysīr dice a este respec­ Lugduni.Jacobum de Giunta.1531.En octa­ Ethik des Maimónides, Basel, 1866; GORDON,
to "... Et quod non erat secundum praeceptum vo; Lugduni,Jo. Crispinus. 1531. En octavo; H.L., The preservation of youth: essais on healt.
miramamolini... ”, lo que confirma nuestra ase­ Venetiis, Octavianus Scotum. 1542. En folio; Translated from the original arabic (Fi tadbir as­
veración de que el destinatario final de la obra Venetiis, [al fin, Haeredes Lucantonii Iuntae], sihha) and with an Introduction, NewYork, 1958.
era ‘Abd al-Mu’min. El título genérico de 1553.En folio;Venetiis, apud Juntas. 1574.En 59. Maimónides, fol. 26.
los califas almohades era Amīr al-Muminīn, octavo. 60. Averroes p. 398 y 408
voz de donde los latinos toman Miramamolín. 43. PEÑA MUÑOZ, C., Capítulos de conserva­ 61. Avenzoar, Agḏiya, p. 136-137.
Es sabido que Miramamolin fue el caudillo ción de la salud y enfermedades del tórax y abdo­ 62. Maimónides, fol. 26.
almohade derrotado en Las Navas de Tolosa men en el “Kitāb al-Taysīr" de Avenzoar, Edi­ 63. Averroes, p. 395
en 1212, por una temporal confederación de ción traducción y comentario. Universidad 64. Maimónides, fols. 26-27.
los reinos cristianos peninsulares. de Granada, 1978. En adelante, Avenzoar, 65. TORRES BALBAS, L. Ciudades hispano-mu­
35. Biblioteca Medicea-Laurenziana de Florencia, Taysīr. sulmanas. 2 vols. [s.l., s.i.,s.a.) vol. I, p. 285-294.

131
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

66. Maimónides, fol 27. zumo de hipocístide, nardo griego, hojas de cie de embutido con muchas especies. Cf.
67. Avenzoar, Agḏiya, p. 137. malabatro indio, meo, amomo, genciana grie­ HUICI MIRANDA, A. Traducción española
68. Maimónides, fol. 27. ga, semilla de hinojo, tierra sellada, caparrosa de un ms. anónimo del siglo XII sobre la concina
69. Avenzoar, Agḏiya, p. 137. quemada, zanahoria, mostaza blanca, acoro, Hispano- Magribí, Madrid, 1966, p. 92-93.
70. Avenzoar, Agḏiya, id . grano de bálsamo, hipérico, valeriana, goma 94. Avenzoar, Agḏiya, p. 153-156.
71. TORRES BALBAS, L., op. cit, vol. I. p. 395. arábiga, alcaravea, goma de lentisco, anis, aca­ 95. No conocemos la composición de la triaca
72. Avenzoar, Agḏiya, p. 137. cia, piedra bezard, betún de judea, opopanaco, magna, es posible que sea la misma que la
73. Id., p. 137-138. sagapeno, centaurea menor, aristoloquia re­ denominada al-faruq.Véase la nota 90.
74. Id., p. 138. donda, castóreo, ajenjo de monte, ajo, alhar­ 96. Averroes, p. 420-421.
75. Id. ma, aristoloquia larga, semilla de zanahoria, 97. LEVI-PROVENÇAL, E. La civilización árabe
76. Avenzoar, Taysīr, fol. 53r. vinagre de uva y miel para darle consistencia. en España, 3a ed., Madrid, 1969, p. 130-151.
77. Maimónides, fol. 38. Después de confeccionado deberían pasar tres 98. Averroes, p. 396
78. Averroes, p. 408. días antes de tomarlo y siempre en ayunas. 99. Maimónides, fols. 2-4.
79. Id., p. 400. No se podían sustituir los componentes, sal­ 100. Maimónides, fol. 5.
80. Avenzoar, Agḏiya, p. 136. vo si se utilizaban medicamentos sustitutivos 101. En el Corán, (9), 23,34,35, se insta a evitar el
81. Id. ya especificados, so pena de hacerla inútil, ni lujo por parte de los creyentes: Cf. EL CO­
82. CABRERA LATORRE, A. (dir) Historia las proporciones de cada uno de ellos que RAN,Traducción, introducción y notas de J.
Natural. Barcelona, vol. I, p. 75. están indicados de mayor, 48 mitcales a menor Vernet, Barcelona, 1963.
83. Avenzoar, Taysīr, fol. 53r. 1 mitcal. Las pastillas de Andaracarón tenían, a 102. Avenzoar, Agḏiya, p. 147-148.
84. Maimónides, fol, 38. su vez, 21 componentes, lo que hacía que la 103. Avenzoar, Taysīrfol. 52 v.
85. Averroes , p. 408, suma total de los mismos fuese de 99. 104. Avenzoar, Agḏiya, p. 148-150.
86. Avenzoar, Agḏiya, p. 153-156. En cuanto al electuario denominado Mitridates, 105. Averroes, p. 399
87. Dioscórides, la autoridad durante la época en honor del rey del mismo nombre 106. Id. p. 400
medieval en materia medicinal, no mencio­ Mitridates VI Eupator (120-63 a.C.) rey del 107. Id. p. 402
na un uso del Tamarisco en tal sentido.Véase: Ponto. Según una tradición, para evitar ser 108. Avenzoar, Taysīr,fol. 53r.
PEDACIO DIOSCORIDES Anazarbeo, envenenado tomaba progresivas cantidades de 109. Averroes, p. 406
acerca de la materia medicinal y de los vene­ veneno, con el fin de hacerse resistente a cual­ 110. Id., p. 404-405
nos mortíferos, traduzido de lengua Griega quiera de ellos. Siguiendo la misma fuente, 111. Ver'ABD AL-MALIK IBN ḤABĪB (m. 238/
en la vulgar Castellana [...] por el Doctor su composición era esta: mirra, goma adra­ 853) Mujtaṣar fī-l-ṭibb (Compendio de medici­
Andrés de Laguna [...] Salamanca, 1566. [Edi­ gante, azafrán, agárico hembra, jengibre, ca­ na), Introducción, edición crítica y traduc­
ción facsímil, Madrid, 1994] , p. 71-72. nela, nardo indio, incienso macho, mostaza ción C. Alvarez de Morales y F. Girón Irueste.
88. CABRERA LATORRE,A. op. cit., vol.VI,p. blanca, junco oloroso, madera de bálsamo, Madrid, 1992, p. 72-74.
10. cantueso, seselí, costo amargo, gálbano, goma 112. Averroes, p. 405.
89. Id. vol. IV, p. 225. de terebinto, pimienta larga, castóreo, zumo 113. Averroes, p. 406. Según Andrés Laguna el fruto
90. La triaca al-Fārūq es sin duda una de la más de hipocístide, estoraque seco, malabatro in­ de la palma silvestre, el tamar indio, tiene como
conocidas de las panaceas medievales, y la pri­ dio, opopanaco, canela roja, pimienta blanca, efecto purgar los humores nocivos. PEDA­
mera en el mundo islámico. Ignoramos el pimienta negra, meliloto, iva, ajo silvestre, za­ CIO DIOSCORIDES, op. cit., p. 96-97; La
porqué de su nombre. Se usaba con el fin de nahoria, semilla de zanahoria silvestre, aceite violeta, según A. Laguna ablanda el vientre:
preservar la salud tomándolo en pequeñas de bálsamo, grano de bálsamo, electuario PEDACIO DIOSCORIDES, op.cit,. p.452-
cantidades, cada tres días, o en mayores dosis fūfiyūn, bedelio árabe, goma amónica, nardo 453. El mirobalano amarillo relaja el vientre,
ya en caso de tratamiento. Así sucedía con el griego, goma de lentisco, goma arábiga, se­ según el mismo autor: PEDACIO DIOSCO­
envenenamiento o con la picadura de ofidios. milla de apio silvestre, peregil, alcaravea, se­ RIDES, op. cit, p. 474-475; La correhuela no
Habitualmente se usaba en situaciones des­ milla de hinojo, rosa roja seca, genciana grie­ aparece descrita en Dioscórides pero si la
esperadas. Esta es la fórmula que propone ga, díctamo, anis, meo, acacia, hipérico, om­ hemos localizado en Font Quer, que admite
Avenzoar: pastillas de escila, pastillas de bligo de escinco, asaro, sagapeno, opio, acoro, su caracter purgante: FONT QUER, P . Plan­
Andaracaron, pastillas de vívoras, pimienta ne­ hojas de ruda montesina, semillas de ruda tas medicinales. El Dioscórides renovado, Barce­
gra, pimienta larga, opio egipcio, canela, se­ montesina, vinagre para diluir los medicamen­ lona, 1973. p. 542-543.
milla de rosa roja, raíz de lirio azulado, agári­ tos. A su vez, el Electuario Fūfiyūn estaba com­ 114. Avenzoar, Agḏiya, p. 129.
co hembra, aceite de bálsamo del mejor, si­ puesto de 17 medicamentos.Vid.nota 17,fols. 115. Avenzoar, Taysīr,fol. 52v.
miente de nabo silvestre, zumo de regaliz, 197r a 1997r. 116. Sobre la generación y Sobre la naturaleza del niño.
grano de laurel, goma de terebinto, mirra pura, La tierra bolar, también conocida como tie­ Cf. HIPÓCRATES, vol.VII. p. 470-615.
azafrán,jengibre, ruibarbo chino, raíz de cin­ rra sellada o bolo armenio era un remedio 117. Avenzoar, Agḏiya, pp. 143-145.
coenrama, poleo de monte, marrubio,peregil, general contra envenenamientos. Vid, 118. Avenzoar, Taysīr, fol. 53r.
cantueso, costo amargo, pimienta blanca, PEDACIO DIOSCOR1DES,op.cit.p. 543. 119. Maimónides, fol. 38.
dictamo, incienso macho, flor de junco olo­ CABRERA LATORRE, A., op. cit., vol. I,p. 120. Avenzoar, Agḏiya, p. 146.
roso, canela roja, nardo indio, iva, estoraque 289-290. 121. Avenzoar, Taysīr, fol. 52r.
indio, semilla de apio de silvestre, seselí, mas­ Según conocemos había dos formas de tafaya, 122. Maimónides, fol. 38.
tuerzo babilónico, comino, camedrio, pinillo, una blanca y otra verde y viene a ser un espe­ 123. Avenzoar, Taysīr, fol. 52v.

132
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

124. Según Ibn Abī Uṣaybi'a, Averroes describe resfriar. Es útil contra los humores gruesos. IBN ḤABĪB , op. cit., p. 47-52.
en un texto suyo que había visto jirafas en la PEDACIO DIOSCORIDES, op. cit., p.516. 196. Avenzoar, Agḏiya, p. 132-134.
residencia de ‘Abd al-Mu’min. Cf. IBN ABĪ 151. Averroes, p. 407. 197. Maimónides, fol. 14.
USABI‘A, op. cit., p. 134. 152. Id., p. 400 y p. 405. 198. Id., fols. 16-17.
125. Avenzoar, Agḏiya,p. 146. 153. Id. 407 y p. 410. 199. Id., fols. 17-18. Efectivamente la cañafistula,
126. Id.,p. 146-147. 154. 'ABD AL-MALIK IBN ḤABĪB, op. cit.,p. 95. según los clásicos, es un purgante muy drásti­
127. Maimónides, fol 38. 155. Maimónides, fol. 33 . co, que hay que templar su acción con otros
128. Avenzoar, Taysīr, fol. 53r. 156. Avenzoar, Agḏiya, p. 131. medicamentos. Así se recoge en PEDACIO
129. Avenzoar, Agḏiya, p. 154-155. 157. Avenzoar, Taysīr, fol. 51 v. DIOSCORIDES, op. cit., 22. Aunque no he­
130. Avenzoar, Taysīr, fols. 51v-52r. 158. Averroes, p. 395, 396, 397. mos localizado el agracejo en dicha obra, si
131. Maimónides, fol. 6. 159. Id., p. 400. aparece en el FONT QUER, quien afirma
132. Avenzoar, Taysīr, fol. 52r. 160. Id., p. 408 y 410. que se usaba como tónico estomacal.Vid. op.
133. Id., fol. 53r. 161. Id., p. 401-402. cit. ,p. 234-235.
134. Id. Aquí queremos indicar que el uso del 162. Id., p. 407. 200. Avenzoar, Agḏiya, p. 131.
membrillo como euforizante aparece en las 163. Maimónides, fol. 4. 201. Avenzoar, Taysīr, fol. 53r.
tradiciones que configuran la “Medicina del 164. Id., fol. 5. 202. Averroes, p. 403.
Profeta”. Es posible que haya aun más presta­ 165. Avenzoar, Agḏiya, p. 130. 203. Id., p. 410.
mos de esta medicina empírico-creencial, 166. Id.,p. 135-136. 204. Maimónides, fol. 33.
pero tan solo hemos localizado esta cita. Dice 167. Avenzoar, Taysīr,fol. 51 v. 205. Averroes, p. 400
el hadiz: “Le regalaron al Enviado de Dios [...] 168. Id., fol. 53r. 206. Id., p. 395.
un membrillo que le habían traído deTa if y dijo: 169. Averroes, p. 398. 207. Id, p. 408.
“El membrillo es una excelente comida: perfuma 170. Id., p., 397, 398,400. 208. Id.
la boca, y elimina al-daja, que es la tristeza que 171. Averroes, p. 402, 405-409. 209. Sobre el alma y sus afecciones ver: GARCIA
oprime el corazón" .Ver ‘ABD AL-MALIK IBN 172. Maimónides, fols. 34-35. BALLESTER, L., Alma y enfermedad en la obra
ḤABĪB, op.cit.,p. 81. 173. Avenzoar, Agḏiya, p 135. de Galeno [...] Valencia- Granada, 1972.
135. Maimónides, fols.8-9. 174. Averroes, p. 397. 210. Maimónides, fols. 21-25.
136. Avenzoar, Taysīr, fol. 52r. 175. Id., p. 399. 211. Averroes, p. 408.
137. Maimónides, fol. 37. 176. Id., p. 401-409. 212. Avenzoar, Taysīr, fol. 50v.
138. Averroes, p. 408- 409. 177. Maimónides, fol. 32. 213. Id.
139. Maimónides, fols., 2-4. 178. Avenzoar, Agḏiya, p. 130. 214. Id.,fol.52r.
140. Id., fols. 6-8. 179. Averroes, p. 399. 215. Id.,fol.52v.
141. 'ABD AL-MALIK IBN ḤABĪB,op.dt.,p. 72-74. 180. Id.,p. 403. 216. Id.
142. Maimónides, fols. 7-9. 181. Averroes, p. 409-410. 217. Id.
143. Id., fol. 37. 182. Maimónides, fol. 35. 218. Id.,fol.53r.
144. Avenzoar, Agḏiya, p. 130. 183. Id., fols. 35-36. 219. Véase, por ejemplo, las recogidas en su mo­
145. Avenzoar, Taysīr, fol. 52v. 184. Id., fol. 36. mento por Ibn al-Bayṭār: Cf. GIRON
146. Maimónides, fol. 5. 185. Avenzoar, Taysīr, fols. 50v y 51r. IRUESTE, F., “Estudio de algunas prácticas
147. Id, fol 37. 186. Averroes, p. 396. terapéuticas de tipo empírico-creencial con­
148. “El agraz es el zumo de uvas Thasias o Amineas 187. Id., p. 403 tenidas en el Kitāb al-ŷami ’de Ibn al-Bayṭār”.
muy acerbas y verdes el cual se tiene de esprimir en 188. Averroes, p. 404. Actas del XII Congreso de la U.E.A.I., (Málaga,
verano antes del nacimiento de la Canícula...” 189. Id., p. 408-409 1984), Madrid, 1986, p. 289-304.
PEDACIO DIOSCORIDES, op. cit., p. 507. 190. Id.,p.407. 220. La piedra bezoar, no documentada en Disos­
149. Maimónides, fol. 37. 191. Id., p. 409-410. córides, se encontraba en el estómago de al­
150. Dioscórides indica que el oximiel se prepara 192. Avenzoar, Agḏiya, p. 131. gunos rumiantes y era utilizada como medi­
de esta manera: cinco heminas de vinagre, una 193. Averroes, p. 413. camento. Diccionario Terminológico de Ciencias
mina de sal marina, de miel diez minas, de 194. Avenzoar, Agḏiya, p. 132. Médicas, 10 Ed., Barcelona, Salvat Ed., 1968,
agua cinco sestarios. Una vez mezclados los 195. Sobre el empleo de las ventosas en la “Medi­ p. 152.
ingredientes se le dan diez hervores y se deja cina del Profeta” véase ‘ABD AL-MALIK 221. Avenzoar, Agḏiya, p. 150-151.

133
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

LA ASISTENCIA AL ENFERMO EN AL-ANDALUS.


LOS HOSPITALES HISPANOMUSULMANES
Francisco FRANCO SÁNCHEZ
Estudios Arabes e Islámicos - Universidad de Alicante

n una obra sobre la medicina en al-­ mente ayuda a comprender el funcionamien­ comprender las múltiples facetas del enfermar

E Andalus es indispensable explicar los


logros científicos, técnicos y farma­

na como ciencia. Pero de similar relevancia es


to de la asistencia al enfermo y desvalido en
el Islam, y la historia la que nos aporta la clave
cológicos y el avance, en suma, de la medici­general para comprender el funcionamiento
de este apartado específico del funcionamiento
en al-Andalus.

1.2. Concepto de enfermedad y tipos de enfermos,


a la luz del derecho musulmán
conocer cómo y en qué medida se beneficia­ de la sociedad andalusí.
ron los hispanomusulmanes enfermos de es­ La enfermedad era entendida como un
tos avances. Es lo que se ha dado en llamar la 1. La asistencia al enfermo y la enfer­ estado esencialmente transitorio, de paso ha­
vertiente “social” de la asistencia médica: la medad en Al-Andalus cia: una cercana o lejana curación, o a la muer­
que contempla la percepción real de la cien­ te. Lo mostramos en el Gráfico 1°. Los gran­
cia por parte de los pacientes necesitados de 1.1. La enfermedad y el enfermo en el contexto des tratados médicos contemplan la enferme­
cuidados; y no solo de los pacientes pudien­ del Islam dad, sus peculiaridades y sus diversos trata­
tes, sino de todas las gentes en general, sean mientos (curativos, o en su defecto, paliati­
nobles, mercaderes o gente llana. Dios desde el principio de los días ha mar­ vos), pero a la hora de observar las causas, en
Hemos estructurado el presente estudio de cado el destino de cada uno de los seres mor­ cuanto a sus etiologías, todavía predominaban
modo progresivo y en dos partes esenciales, tales. Aunque puede entenderse esto como los conceptos heredados de la medicina
pues consideramos que la falta de datos explí­ determinismo divino (y así fue por parte de galénica; las enfermedades son clasificadas y
citos puede suplirse si se plantea globalmente corrientes religiosas luego consideradas ordenadas con arreglo a dos criterios no siem­
el carácter de la enfermedad y de la asistencia heterodoxas), este designio presenta amplios pre coincidentes entre sí: fisiopatológico y clí­
al enfermo en la sociedad islámica; la realidad huecos por los cuales la voluntad y la religio­ nico.2 Nosotros añadimos que hay un tercer
es la que nos transmiten los diversos textos, sidad humana se introducen cual cuñas para criterio: el jurídico, que tendrá una gran rele­
no únicamente médicos, y es complementada cambiar su propio destino final individual.1 vancia en la vida social de las ciudades
por la visión general que nos transmite el de­ Con esta consideración, es lógica la concep­ islámicas.
recho musulmán. De este modo, la pregunta ción que podemos hallar en multitud de obras, El saber de la época helenística fue tradu­
¿hubo hospitales en al-Andalus?, a la que los médicas o no, sobre la enfermedad como un cido, estudiado y ampliado con el precedente
textos árabes dan la callada por respuesta, se la estado consecuencia de la voluntad divina. de los persas e indios; la ciencia árabe medie­
hemos planteado al urbanismo musulmán: Ante ello, el margen de actuación del médico val añadió la experimentación, incluso con
¿hubo un espacio (urbano) específico para los siempre fue en apariencia escaso: su tratamien­ disecciones anatómicas.3 Gracias a ello reco­
enfermos?, quien enfermaba ¿era enviado a, o to será un éxito o no según el designio divi­ piló y llevó cosiderablemente más lejos el sa­
podía disponer de un espacio específico?, y al no: «El médico trata, Dios cura» es un adagio ber médico, pero aún era insuficiente para
derecho musulmán: ¿cómo se considera jurí­ asumido por todos, médicos y enfermos. Desde definir etiologías y orígenes para gran parte
dicamente al enfermo? ¿qué tipo de enfer­ fuera podemos considerar injusta esta pers­ de las enfermedades. Por ello cuando se trata
mos considera el derecho?. Las complejas res­ pectiva religiosa para con el médico: como es de definir grupos de enfermedades hay crite­
puestas a estas y a otras preguntas son las que, sabido, a lo largo de los seis siglos de gobierno rios poco definidos.
entremezcladas, responden al objetivo primor­ directo del Islam en al-Andalus la preparación Puesto que la enfermedad es un estado
dial de este estudio, definido en su título. de los médicos y el avance de la ciencia médi­ temporal, la primera pregunta a hacerse es
Para llegar a comprender la específica pre­ ca fue creciente con los años y de ello se be­ acerca de la “cronicidad”,4 entendida no ya
sencia de la asistencia hospitalaria en al-­ neficiaron indudablemente sus pacientes. como un estado de enfermedad temporal más
Andalus es necesario comprender antes cómo En el islam, cristianismo o judaismo la en­ o menos dilatado, sino como un estadio defi­
funcionaba la asistencia al enfermo, en gene­ fermedad, como una realidad más de la vida, nitivo, que puede llegar a cambiar las peculia­
ral, para luego entender el porqué de la esca­ es contemplada desde una perspectiva religiosa. ridades físicas de la persona, que cambia su
sez —que no ausencia- general de hospitales La regulación jurídico-religiosa de los estados esencia y le lleva irremisiblemente a convivir
en al-Andalus. La islamología es la que real­ posibles del enfermo nos dará las pautas para con una enfermedad de por vida. Este estado

135
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

por “leprosos”, aunque preferimos llamarlos


enfermos de “dolencias impurificantes”, por
ser jurídicamente más amplio su significado.
Así a estos enfermos no se les puede expulsar
de iure de la ciudad (si es sólo uno) [n° 1, p.
463], porque en derecho no se contempla la
idea del contagio de la enfermedad;8 pero por
si acaso da opción de repudio a la esposa que
se haya casado con uno que luego demuestre
ser leproso [n° 1, p. 463], Se les prohíbe la
venta y tratar con todo tipo de líquidos, ali­
mentos y quesos, por ser causa para su
impurificación;9 por esto, es potestativo del
comprador el comprarles drogas [n° 288, p.
176]. Se les prohíbe el acceso a las mezquitas
(por lo mismo, éstas son espacios puros) [n° 1, p.
463].
Como son enfermos incapacitados, pero
sobre todo, a los que se les impide el trabajo,
la sociedad tiene previsto una serie de ayudas
sociales. Son los “bienes habices” (ḥubs o waqf):
rentas generadas por una tierra, tienda, moli­
no, baño, etc., que se conceden con una fina­
lidad piadosa muy concreta. Los dineros de
estos habices son centralizados y administra­
dos por la mezquita aljama (es el bayt al-māl o
“tesoro de la mezquita”), y su administrador
sí es contemplado, tanto por los tratados mé­ jo, por lo común vagaban por las ciudades los destina para los fines que su mandatario
dicos como de derecho musulmán. La croni­ engrosando el grupo de los indigentes o deseó y especificó en el contrato de funda­
cidad es un estado incapacitante a medio pla­ mendicantes. Sólo se les encerraba en el caso ción del habiz. Desde siempre muchos bue­
zo aunque dependiente de cada enfermedad. de que su presencia alterara el orden, o la nos musulmanes han dejado rentas para ayu­
Es, por tanto una de las que aboca a la necesi­ moralidad publica. Para estos furiosi (en dere­ dar a estos enfermos, tanto para los que la so­
dad e impide el trabajo físico. cho romano) se habilitaron en un primer mo­ ciedad les impide trabajar, como para los que
Los traumatismos y otras dolencias más o mento celdas en las cárceles, y luego salas en suelen estar impedidos para el trabajo debido
menos largas son susceptibles de curación en los hospitales. a sus mutilaciones.
la medida en que la respuesta corporal sea la Incidimos en la cronicidad para hablar de Al-Wanšarīsī recoge multitud de senten­
adecuada, o de que el saber del médico pueda un grupo de enfermedades especiales, aque­ cias alusivas al sostén por medio de habices de
atajarlas. La enfermedad, en el derecho es por llas que con la lepra, se manifiestan incurables. los enfermos de “dolencias impurificantes” o
tanto un estado temporal, dependiendo de su En el islam la “incurabilidad”6 no era un pro­ leprosos. Entre ellas recoge dos alusivas a la
gravedad; así en al-Andalus, los enfermos es­ blema, ni tan siquiera por su contagio (en el Córdoba del s.V/XI: según parece había al
taban exentos temporalmente de acudir a la que no creían losjuristas musulmanes). El pro­ otro lado del Guadalquivir un barrio para este
llamada del ejército, por ello se les da un tiem­ blema de este tipo de enfermos es que sus tipo de enfermos (vide infra); consecuencia de
po para curar su mal, pasado el cual se les vuel­ dolencias son causa de problemas para el resto la inestabilidad de la guerra civil o fitna de los
ve a llamar, so pena de ser castigados severa­ de musulmanes: son causa de “impuridad le­ beréberes, debió haber una avalancha de enfer­
mente.5 gal” para las personas y los objetos o alimen­ mos de otras regiones que deseaban favore­
Los enfermos mentales siempre han sido tos que entren en contacto con ellos, son - cerse de los ricos habices que amparaban hol­
profundamente respetados en el islam. En una por expresarlo así- “contaminantes” (no con­ gadamente a los cordobeses; motivo de pleito
tradición literaria en la que el maŷnūn lo mis­ tagiosos, reiteramos). entre cordobeses y foráneos, los alfaquíes sen­
mo es imbuido por el saber poético, o depo­ Si analizamos los tratados de ḥisba (policía tenciaron que los foráneos podían quedarse y
sitario de palabras divinas, siempre se ha trans­ sanitaria, de mercados y moral), así como la beneficiarse de estas “ayudas sociales” en Cór­
mitido ese respeto hacia quienes estaban en compilación de sentencias de al-Wanšarīsī7 doba sólo cuatro días.
estados transitorios de consciencia. A no ser podemos hacernos una exacta idea acerca de En estas sentencias se afirma que los be­
que su estado les permitiera ejercer un traba­ estos mardà, enfermos, que algunos traducen neficiarios son los leprosos y amputados, pero

136
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Transporte de enfermos (en este caso la peste), según


aparece en las Cantigas de Alfonso X el Sabio. El
traslado de los enfermos se realiza en carros y en los
lechos de los enfermos, puesto que no van muy lejos.

en estas aljamas o barrios extramuros de las lepra(s), elefantiasis (en el Mágreb), vitíligo y
ciudades destinadas a este tipo de enfermos otras enfermedades decolorantes de la piel,
no sólo vivían leprosos: se cuenta de unos sa­ hongos, sarna, tiña, dermatitis, sarcoidosis,
nos que se habían asentado en uno de estos linfomas, así como la sífilis y otras dolencias
barrios y que vivían de las rentas instituidas venéreas, etc.Todas ellas, reiteramos, enferme­
para sus enfermos, como deseaban legar sus dades que más que contagiosas, son conside­
casas a sus herederos se emite sentencia afir­ radas “dolencias impurificantes”, causantes de
mando que pueden hacerlo, pero que siem­ “incapacitación social”.
pre en estos barrios prevalecen los derechos
de los enfermos sobre los de los sanos [n° 1, p.
463]. Por ello evitaremos llamarlas “leprose­ 1.3. La protección hacia el enfermo y el débil. Prin­
rías”, y preferimos la perífrasis de aljama de cipios religiosos: Charitas e Iḥsān
los “enfermos impurificantes”.
Por otro lado la consideración jurídica de En el cristianismo el principio de la charitas,
sus habitantes no sólo afecta a los leprosos, sino caridad, es tan fundamental que ha sido con­
a todo aquel que padece enfermedades de la siderado una de las tres virtudes teologales:
piel (suele citarse el vitíligo); además, la lepra junto con la fe y la esperanza. El significado es
es una dolencia que puede ser confundida en mucho más extenso que el propiamente de
sus diversas manifestaciones clínicas (hay ca­ compasión, ayuda al necesitado, apoyo a quien
talogadas hasta siete tipos de lepra diferentes) lo necesite o al hermano menos favorecido
con decenas de enfermedades.10 No las cita­ que uno. La caridad es un estado del ánimo,
remos, pero produce: lesiones maculosas un principio de acción espiritual que debe
hipopigmentadas, placas infiltradas, lesiones motivar cualquier acción cristiana. Es por ello
anulares, lesiones nodulares, infiltración difu­ que la concreción en el significado de “ayu­
sa y diversas afectaciones neurológicas, con da” —entendida en sentido amplio- al enfer­
múltiples presentaciones clínicas. Por ello el mo y al necesitado, es uno de los fundamen­
término en árabe también es vago, y en los tos básicos con que justificar la asistencia y el
diccionarios la encontramos mixtificada con cobijo a los enfermos. De la caridad surge el
la elefantiasis, una filariasis linfática humana hospitium, que San Isidoro define como «voca­
transmitida por un mosquito. Enfermos de blo griego que señala el edificio donde alguien dis­

137
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

fruta de hospitalidad o habitación temporal, y se Entre sus múltiples destinos sociales y religio­ de subsidios que le ayudarán a sobrellevar su
abandona en dirección a otra parte, de aquí que se sos, destacamos que un porcentaje importan­ estado. En cualquiera de los dos casos, la ṣadaqa
le llame metatum, ya que cambia de lugar». Por te de los habices son los destinados a los en­ momentánea, o los habices garantizarán la
ello las órdenes monásticas acogieron el fermos y a los pobres. Como se refleja en el beneficencia en el entorno islámico
hospitium como una de las salas de sus monas­ Gráfico 2°, los “enfermos” son en principio:
terios, el hospital. los que por su dolencia (por estar impedidos,
1.4. La protección hacia el enfermo y el débil. La
En el islam no existe el principio motor o tullidos) no pueden ganarse la vida , los ena­
realidad en el Occidente musulmán
de la charitas. Si acaso está el principio religio­ jenados mentales, y aquéllos que son obliga­
so del iḥsān; estrictamene no se trata sólo de dos a vivir en sus aljamas por sufrir “dolencias En el Occidente musulmán, como en el
una buena acción común, tampoco, en gene­ impurificantes”. resto del mundo islámico tenemos abundan­
ral, de la beneficencia. En el Corán está escrito Para la cuestión ¿quién es considerado tes noticias de que era efectiva la protección
que «Dios ordena la justicia y el iḥsān» [XVI: pobre? nadie mejor que un jurista para res­ social. No sólo estaban previstos mecanismos
90], y éste consiste en responder con el bien ponderla. Parece diáfana, pero ni tan siquiera para casos excepcionales, como los graneros
al bien esparcido por el mundo, sabiendo que un experto como el malikí ad-Dāwudī (m. estatales o alorines/alforins que en caso de
viene de Dios. Todo hombre es un testimo­ 402/1011) llegó a una respuesta unívoca y hambruna vendían barato el cereal y garanti­
nio, aunque sólo sea por su existencia, de la concluyente.13 Y así se refleja en el Corán, 9: zaban la siguiente cosecha, sino que había una
bondad divina que da sin cuento. En nombre 60. Sigo la versión bilingüe de J. CORTÉS, ayuda concreta y ordinaria proveniente de los
de este valor que porta en él, el iḥsān exige Elmhurst (Nueva York), ed. Tahrike Tarsile habices para pobres, necesitados e impedidos.
que se le trate con bondad y justicia; es decir, Qur’an Inc., 1992 (3a. ed.), p. 117.14 El pro­ Las dos primeras noticias que tenemos del
que se respete en él la huella (aṯar) divina que blema es diferenciar los campos semánticos barrio de los enfermos de “dolencias
le marca, como si, desde este punto de vista, de dos palabras tan próximas en significado: impurificantes” (marḍà) de la capital cordo­
se viese a Dios en él. Hay una tradición según los diccionarios faqīr es: pobre, necesi­ besa nos han pervivido en relación con esta
profética según la cual el iḥsān consiste en «ren­ tado, indigente, y miskīn: pobre, indigente, ayuda. La primera, relacionada con un pleito
dir un culto a Dios como si se le viese, si tú no le mísero, insignificante, humilde. A. B. promovido por ‘Abd al-Raḥmān III, quien
ves, Él te ve a tí»." KAZIMIRSKI afina algo más al señalar que deseaba una finca que había sido instituida
Ibn Taymīya lo definió de modo más ge­ faqīr es: “pobre, quien no es rico, quien no como habiz a beneficio de los marḍà de Cór­
nérico «La conducta virtuosa (‘amal ṣāliḥ) es el posee más que lo justo para vivir (sinónimo doba “situados al otro lado del río, entre los huer­
iḥsān, que consiste en realizar las “buenas accio­ miskīn, pero este último se dice más bien de tos y la llanura”; aunque los alfaquíes le dieron
nes”, es decir, lo que Dios ordena. En cuanto a lo un hombre que se encuentra en la indigen­ su parecer negativo, llevólo a término merced
que ordena Dios, es lo que Él ha instituido, lo que cia”, s. v., vol. II, p. 620.15 Así, en su tratado al informe favorable de Muḥammad Ibn Yaḥyà
es conforme a la Sunna de Dios y a la de Su Pro­ sobre impuestos dedicó un capítulo a la zakāt Ibn Lubāba, y el califa recompensó a los “en­
feta».12 De este modo, los diccionarios reco­ —o azaque—, la limosna legal obligatoria, en fermos de la Almunia de ‘Aŷab” multiplicándo­
gen los conceptos de iḥsān como beneficencia, cuyo inicio se considera como tales pobres e les allí sus fincas.16
realización de los deseos divinos; ḥasana bue­ indigentes a: quien posee escasos medios de En el s. XI, ya se ha referido cómo al-­
na acción, obra, limosna, favor, y muḥsin bien­ subsistencia, quien no posee nada, quien tie­ Wanšarīsī recoge varias sentencias relativas a
hechor, benefactor, caritativo. Todas éstas son ne zamāna (entendida como discapacidad fí­ los habices instituidos en al-Andalus con des­
palabras y conceptos de aplicación religiosa sica, o como enfermedad crónica), quien pide tino a estos marḍà/enfermos.17 Quizás como
que encontraremos abundantemente en las limosna, los viajeros musulmanes de paso sin detalle interesante a resaltar está el que son
descripciones de la construcción de obras recursos. Aunque los juristas difieran acerca beneficiarios de estas ayudas sólo los enfer­
públicas por sus mecenas; en especial en la de la diferencia entre el “necesitado” y el “po­ mos locales, y aquellos otros que lleguen a la
lápida fundacional del māristān de Granada y bre de solemnidad” y no haya una frontera ciudad, siempre que aseguren que desean ave­
en su descripción por Ibn al-Jaṭīb. definida en sus interpretaciones, el imperativo cindarse en ella, comenzando a cobrar los sub­
Este principio motor de la beneficencia se coránico indica que estos grupos de personas sidios a partir del cuarto día.
sustancia en las múltiples facetas que adquiere son los depositarios de la ayuda social, pero di­ Evidentemente, una cosa es lo prescrito
la ayuda social en el islam: el gobernante debe fieran en el grado a que son acreedores. por la religión y otra lo que la realidad coti­
velar por el bienestar de su súbditos, mientras Como se ve, en diversas ocasiones halla­ diana impone. Los desórdenes políticos del
que estos, deben garantizar el reequilibrio de mos que el necesitado es acreedor de esta ayu­ período de las taifas acabaron con muchas pro­
las diferencias sociales. De este modo, está da social: por enfermo recibe ayuda econó­ piedades, y destruyeron muchos inmuebles, así
instituida la zakāt o impuesto obligatorio, tra­ mica proveniente de los habices que le co­ como registros notariales y contabilidades de
ducido como limosna obligatoria, y la ṣadaqa rresponden, según estos hayan sido dispues­ estos bienes. Es por ello que apenas volvemos
la voluntaria. Ésta la conforman además las tos, o según su tipo de enfermedad. Si por su a poseer datos sobre este tipo de beneficencia
rentas instituidas como habices en beneficio enfermedad pasa al estatus de pobre, indigen­ hasta la época almohade, en que se impone
de los musulmanes, o “por la causa del Islam”. te o necesitado, también encontrará una serie de nuevo un estado centralizador.

138
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Así, Ibn Abī Zar’ cuando enumera los


méritos del califa amohade Abū Yūsuf Ya‘qūb
Ibn Yūsuf, al referir las consecuencias de la
batalla de Alarcos (581/1195) afirma que «edi­
ficó hospitales para los enfermos y los locos; señaló
pensiones a los alfaquíes y letrados, a cada uno se­
gún su grado; creó rentas para los enfermos de los
hospitales, para los lisiados y los ciegos en todas las
provincias». No deja de ser formulario el elo­
gio, sino fuera porque confirma la existencia
de este tipo de habices, cuyo destino fueron
los hospitales, sus enfermos, los lisiados y los
ciegos.18
También hay otras instituciones islámicas
que se dedican a la asistencia a los necesitados.
Son las zawiya-s (residencias de santos varo­
nes que se dedican a la oración y la piedad), y
las rābiṭa (lugares con celdillas a los que acu­
den a orar los piadosos de la comarca o la mación y crearán una escuela andalusí de sencia en Córdoba del médico Yaḥyà Ibn Isḥāq
ciudad).19 Es frecuente que estos modestos medicina de prestigio.21 (por entonces caíd de Badajoz),y éste a su vez
edificios sirvan como lugares de acogida para En cuanto a su diferenciación por clases se desplazará a un monasterio cristiano para
viajeros y para los necesitados. De igual modo, sociales, hay que explicar primeramente que consultar el remedio más adecuado (por ser
con el tiempo a muchos de ellos se les asigna los servicios del médico se pagan. Es el pa­ los monjes depositarios del saber médico en
bienes habices para el mantenimiento y desa­ ciente, por tanto, quien acude en persona a esta primera época).24 Cuando no, solicitan
rrollo de sus funciones. Es en estos casos cuan­ los médicos según sus posibilidades econó­ que se les envíe un facultativo, como el pro­
do podemos hablar de una labor asistencial al micas y quien paga sus remedios. Estos médi­ pio an-Nāṣir que, previa solicitud de unos
pobre, enfermo y necesitado de una mayor cos formados en Oriente cobraban elevadas aliados en el Mágreb, envía en 328/940 a Ibn
repercusión. En algunos ocasiones llegan a sumas de dinero por ofrecer sus electuarios y Bāŷ el médico «a quien permitió llevarse de la
constituirse en verdaderos complejos de edi­ remedios a las gentes, con lo que muchos ha­ farmacia las medicinas, jarabes y drogas apropiadas
ficios, que ayudan y albergan a gran cantidad rán fortunas.22 La nobleza y las clases pudien­ para curar la enfermedad descrita, y otras que pu­
de fieles, como en el Mágreb; en épocas pos­ tes serán quienes se beneficien de sus cuida­ diera necesitar. Sulaymān fue, los curó y se quedó
teriores (ss. XV-XVIII) estas zāwiya-s serán dos, tomándolos en muchos casos para su ser­ algún tiempo a su lado».25
muy poderosas en lo económico, y muy rele­ vicio exclusivo y el de sus familiares y clien­ El enfermo acomodado, o con suficientes
vantes en lo asistencial. En al-Andalus puede tes. Ibn Ŷulŷul proporciona buena cantidad recursos se cura en su propia casa, a la que
aducirse, aunque en menor escala, el caso que de anécdotas referidas a los médicos de las cla­ acude el médico a visitarle. Sus sirvientes y/o
hemos estudiado de la zāwiya de los Sīd Bona ses pudientes cordobesas y de los gobernan­ familia son los que le atienden y le cuidan. Lo
en Granada.20 tes; de Muḥammad Ibn Fatḥ Ṭamlūn afirmó mismo ocurre —sea rico o pobre-, si la grave­
que «ni un sólo noble de la época podía prescindir dad de su dolencia, o por accidente, le impi­
de él».23 En otras ocasiones estos médicos des­ den moverse de su casa. Como vemos en las
2. La realidad de la asistencia médica en empeñaron importantes cargos oficiales en el ilustraciones, es el facultativo quien intervie­
al-Andalus. El espacio urbano del en­ organigrama administrativo, además de ejer­ ne directamente, bien para amputar, para ex­
fermo cer la medicina. traer flechas, un cuchillo clavado, etc..
A la cabeza del estado, el emir o califa, que Cuando no hay un médico cerca, cuando
La asistencia médica fue en al-Andalus di­ siempre tienen en su entorno a uno o varios, no lo hay en la alquería o en la población, o
ferente, según períodos y clases sociales. Se­ médicos principales, contando con los servi­ no hay un especialista en el tipo de dolencia
gún las diversas épocas, porque hasta el s. IV/ cios y asistenia de los mejores facultativos del que padece el enfermo, éste se traslada por lo
X pervivió una medicina indígena, heredada momento, a quienes generalmente se recom­ común a su busca, en ocasiones durante lar­
de los visigodos, ejercida y enseñada en mu­ pensa espléndidamente. Este médico de corte gos recorridos. Como lo ilustran magistral­
chas ocasiones en los monasterios. Será a par­ les suele tratar en exclusiva, haciendo todo lo mente las Cantigas, apreciamos tendidos los
tir del s. X cuando, como resultado de los via­ posible por su salud, pidiendo ayuda a sus co­ pacientes sobre los lomos de los mulos, arre­
jes a Oriente de los médicos andalusíes, se legas, incluso, si desconoce el tratamiento; así, bujados y debidamente cubiertos, conducidos
comenzará a formar una serie de generacio­ cuando ‘Abd al-Raḥmān III padece una gra­ por un familiar a la busca de un facultativo
nes de médicos que ya tienen una sólida for­ ve otitis enviará un correo reclamando la pre­ que les trate. Igualmente, si su caso le permi­

139
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Una enferma afectada por una paralasis y encogimien­


to de las piernas es transportada como era habitual en
la época: en un costal sobre los lomos de un mulo.

tía acudir por su propio pie, iba a la botica o a ayuda material para pago de los servicios mé­
la casa del médico, en donde había un espacio dicos, como se ha explicado en el Gráfico 2.
habilitado para la asistencia directa a quienes Ahora bien, en muchas ocasiones no es nece­
acudían a requerírselo. Así, la fama de los mé­ sario que el enfermo pobre solicite ayuda, pues
dicos se conoce por el número de pacientes es el propio médico quien le presta desintere­
que hay esperando a la puerta de su casa. Ibn sadamente su atención: Ibn Ŷulŷul refiere que
Ŷulŷul proporciona hasta la dirección de las al-Kittānī y Aḥmad Ibn Yūnus seguían este
casas de los médicos de Córdoba, y del cris­ proceder con los necesitados, y que la farma­
tiano Ibn Malūka se dice que «en la puerta de cia de Madīnat al-Zahrā’ les proporcionaba
su casa había treinta sillas, para que esperasen sus gratis los remedios, los mismos por los que se
pacientes»;26 de igual modo, a comienzos del s. cobraba a los notables,28 Más tardío Ibn Zuhr,
XIV afirma malicioso Ibn al-Jaṭīb en la bio­ como tantos otros, asistía gratuitamente a los
grafía de Muḥammad al-Šafra que, consecuen­ pobres que acudían a él, y les proporcionaba
cia de la fama obtenida al curar al sultán Naṣr, remedios.29
la afluencia de enfermos que acudían a buscar En otro orden de cosas, también puede
sus remedios fue tal, que en Guadix parecía afirmarse que existe una medicina al servicio
haber llegado la peste.27 de los intereses de los propietarios, y del cadí.
La población más humilde se esfuerza lo De este modo la ḥisba funciona al servicio de
posible en acudir a los facultativos más próxi­ los mercaderes, pero también de la sanidad
mos o a especialistas en sus dolencias. Cuan­ pública urbana: una serie de recomendacio­
do se trata de gente pobre e indigente es más nes y de consejos médicos sirven para identi­
difícil el pago de estos servicios, por lo cual ficar los problemas con los esclavos, como ya
suelen ser las zāwiya-s y rábitas quienes le ayu­ se apunta en el tratado de Yaḥyà Ibn ‘Umar (s.
dan asistencialmente y a veces económicamen­ IX),30 aunque esto es desarrollado en especial
te. Estas gentes, como se ha apuntado ya, se en el de al-Saqaṭī (s. XII); en éste se dictan
benefician de los habices instituidos en su ayu­ unas normas para que no se defraude en la
da, bien sea como pobres y necesitados, o bien compraventa de esclavos disimulando sus
como enfermos, tienen posibilidad de recibir enfermedades. Se pone especial cuidado en de­

140
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Traslado de un tullido, también a lomos de mulo,


aunque dispuesto longitudinalmente sobre él.

tectar los maquillajes de la lepra, un problema Como se ha indicado, una serie de pato­
médico, social y religioso, causa de incapacita­ logías relacionadas con la piel, entre las que
ción social por su carácter “impurificante”, ade­ tienen especial relevancia los diversos tipos de
más de los males femeninos de las esclavas.31 lepra, venéreas, cualquier otra con carácter
Ligado a esto encontramos el problema de supurante, o que pudiera parecer “contami­
los espacios propios de los enfermos en al-­ nante” cuando un alimento o persona tuviera
Andalus.Ya se ha referido que la casa del médi­ contacto con ella, es considerada como una
co, o el inmueble en el que pasa consulta es el enfermedad impurificadora desde el punto de
espacio al que acuden habitualmente sus pacien­ vista religioso para el resto de la comunidad
tes, y que en caso de que las dolencias de estos (puesto que obliga a realizar la purificación
fueran severas, son sus propias casas las que aco­ ritual);además es peligosa sanitariamente para
gen su enfermedad. Esto fue la pauta más gene­ cualquiera que entre en contacto con estos
ral en al-Andalus. Cuando se enferma durante enfermos.33
un viaje suele acudirse a las zāwiya-s, rábitas, o Ya apuntamos que la sociedad islámica
incluso a las naves anejas que poseen muchas generó unos espacios urbanos diferenciados y
mezquitas, cuando no se recibe ayuda de las extramuros alejados del contacto directo con
gentes locales bien dispuestas a la caridad. las gentes; por lo común éstos estaban cerca­
Respecto a que en al-Andalus hubiera nos a cualquiera de las puertas de la ciudad,
unos espacios específicos para los leprosos, o para poder recabar alimentos y para poder
leproserías, es tema complejo. Cuando menos, entrar en contacto con la urbe, o refugiarse
no conocemos que los términos enfermo/ dentro de ella si venía al caso. Es un espacio
marḍà, ni leproso/mabrūḍ, aŷdam, etc. hayan ge­ urbano definido para los enfermos de la propia
nerado un nombre específico que califique un ciudad, con rentas instituidas por los habitan­
espacio a ellos destinado (si exceptuamos el tes de la misma. Si atendemos a la estructura
de dimma en el Mágreb).32 Pero si buscamos organizativa que demuestra tener este barrio
en los tratados de derecho y en los de ḥisba sí extramuros de Fez (según J. León Africano,
que encontramos una serie de preceptivas que ver Apéndice 2° B) puede hacerse el paralelo
obligan a este tipo de enfermos a vivir extra­ ente estos barrios y las āljāmās musulmanas
muros y en un barrio específico, impidiéndo­ posteriores a la conquista: están organizados,
seles además entrar en la aljama de la ciudad. con unos rectores propios y una adminístra­

la
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

ción propia de sus recursos; ellos controlan musulmán. En Oriente, desde bien pronto siglos de cristianismo. Una primera respuesta
además el estado sanitario de su población, y hubo hospitales específicos y especializados válida para el entorno del Islam es: un lugar —o
que en la ciudad no aparezcan más casos de para enfermos mentales. más genéricamente espacio (funcional)— desti­
enfermedades “impurificantes”. Finalmente hay que resaltar la existencia nado para la estancia de los enfermos; con
Llegado a este punto nos preguntamos de dos tipos de medicina en cierto modo pa­ mayor precisión: un espacio en el cual, o se
¿cabe la consideración de hospital para estos ralelos y complementarios a la oficial o aca­ reúne a los enfermos para una mejor asisten­
barrios extramuros?. Pensamos que sí. Cree­ démica. Por un lado la que hemos llamado cia médica, o se propicia ésta colegiadamente,
mos que es más acertado considerarlos como “medicina empírica” o popular; aludiría a esos o se recluye a un determinado tipo de enfer­
hospitales, que como “leproserías”. No son múltiples remedios tradicionales que se sabe mos. En este caso sería el médico quien se
lugares en los que se margina obligadamente de siempre que funcionan y que, por lo co­ desplaza a ver los pacientes a estos centros
a los leprosos. En ellos se aparta a muchos otros mún, mediante la adición de una explicación asistenciales o casas de curas, siendo los enfer­
enfermos, e incluso algún sano vive al socaire más o menos lograda suelen acabar integrán­ mos quienes se quedan en estos espacios fun­
de las abundantes rentas que la comunidad dose en la medicina académica. Como ejem­ dados para ellos. Desde bien pronto a esta
instituye para que no tengan que trabajar, o plo ya explicamos algunas recetas que Muḥammad combinación de: lugar + asistencia médica se
para los que ya no pueden trabajar; aún así, al-Šafra incluye en su obra farma-cológica.36 le añadió un plus conceptual de caridad/es-
sabemos que trabajan en el campo y que co­ No hay que confundir estos remedios popu­ piritualidad.
mercian entre ellos con los productos de su lares con el curanderismo. Contra los desma­ Cuando añadimos al espacio una organiza­
esfuerzo. En estos barrios además están bajo nes que curanderos y charlatanes ambulantes ción asistencial, no sólo de médicos y espe­
vigilancia médica y llevan una vida corriente; producían en los pacientes que les prestaban cialistas, sino de administradores de las rentas
llegado el caso de curación, si un médico lo oídos clama Ibn ‘Abdūn (s. XII) en su tratado a ellos destinados, le adjuntamos edificios es­
certifica, podrían incluso abandonarlo. Pue­ de ḥisba; debían ser plaga en el campo y en pecíficos, farmacia y huertos dependientes, es
den viajar libremente a otros lugares (como determinadas regiones andalusíes.37 cuando trasciende a una realidad asistencial
lo demuestra la fatwà de al-Wanṣarīsī sobre la Otro tipo de terapéutica es la “medicina superior y hablamos del hospital-institución.
avalancha de estos enfermos a Córdoba en el del Profeta”. Se trata de una serie de prescrip­ Con éste es con el que se identifica el maristán.
s. XI). Por todos estos motivos creemos que ciones médicas que, emanadas del Corán y de ¿Por qué surgen estos espacios dedicados a
como tales espacios para enfermos, han de los hadices o tradiciones proféticas, buscan los enfermos, cuando lo habitual era que el
recibir el calificativo de centros asistenciales u convertir la medicina de una ciencia pertene­ paciente acuda, incluso desde muy lejos, a ver
hospitalarios. Evidentemente no es el orien­ ciente al grupo de las “ciencias de los anti­ al facultativo? En la multiplicidad de respues­
tal hospital-institución, ni el hospital-casa de guos”, en una“ciencia de la religión”. En suma, tas a esta, en apariencia, simple pregunta ha­
beneficencia privada, sino el hospital-barrio, buscan sacralizar un ejercicio tan noble como llaremos la variedad regional que del hospital
no un edificio, sino un espacio urbano. el de la medicina. Los primeros tratados de islámico hallamos en los textos.
En al-Andalus, como en el resto del mun­ este tipo son bien tempranos, y es una litera­
do islámico, los enfermos mentales son pro­ tura filomédica más propia de gentes cultas y
3.1. El Bīmāristān en Oriente: Institución y
fundamente respetados, y nadie les importu­ beatas, que en ocasiones está más cerca de
plurifuncionalidad
na, si ellos a su vez no molestan a nadie. Tam­ nuestro concepto de superstición que propia­
bién en las Cantigas vemos varios ejemplos de mente del de ciencia.38 Un claro ejemplo de El maristán se origina y es en esencia una
estos enfermos vagando por las ciudades, con este tipo de explicaciones médicas es el que institución del Oriente musulmán. Ausentes
la cabeza rapada,34 solicitando limosna y am­ recogemos en el Apéndice 1° en que Ibn en época omeya, son un elemento más que la
paro. Por esta circunstancia serían considera­ Marzūq recoge una explicación que busca dinastía ‘abbāsī sucesora íntegra de la rica he­
dos dentro del grupo de los indigentes y ne­ justificar la ortodoxia de la institución hospi­ rencia sasánida. La cultura y la administración
cesitados, no por su dolencia, sino porque ésta talaria, remontándose para ello a una circuns­ persas son asumidas con interés por un estado
les abocaba generalmente a la mendicidad. En tancia promovida por el Profeta. en construcción necesitado de soluciones ur­
caso de que fueran violentos, peligrosos o que gentes. Por ello es lógico que, asumido ya el
violaran las leyes, se hacía necesario su reclu­ pasado helenístico en el período omeya, se
sión, para el bien de los vecinos. Estos casos 3. Los hospitales hispanomusulmanes busquen soluciones de corte persa para las
de furiosi en un principio tenían un lugar en nuevas necesidades. Así, es asumido desde el
las celdas de las cárceles, aunque el muḥtasib Tras definir el carácter de la asistencia a los nombre (bīmār, enfermo + stān,lugar de), hasta
sabía que era su mal el que le impedía ser cons­ enfermos en el entorno del Islam, el paso si­ la propia estructura y peculiaridades como
ciente de sus actos.35 Por ello a estos, o se les guiente es preguntarse ¿qué entendemos por institución. Es una consecuencia más del con­
echa de las ciudades, o se les confina en los hospital?. La semántica del término en el ám­ cepto de estado implantado por los ‘abbāsíes,
hospitales. Según parece, estos edificios a par­ bito cristiano viene contaminada por el que busca la centralización y el control ex­
tir del s. XIV acabarán dedicándose priori­ hospitium del derecho romano, pasando por la haustivo de los recursos y las personas, al esti­
tariamente a estos pacientes en el Occidente evolución que le adjudicaron los posteriores lo de la administración persa.

142
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Imagen de un hospital de fundación privada en el


s. XIII. Un médico, o su fundador, y varios ayudantes
atienden a un gran número de enfermos en sus lechos.
Escena de la España cristiana que podría también ser
de al-Andalus.

El māristān surge como medio para el con­ la de Gundisapur; se tiende a pensar en una
trol de: la administración de la medicina, de la poligénesis de sus orígenes, a pesar de lo que
formación de los médicos, de los enormes afirmen las fuentes árabes. En concreto, se hace
recursos en forma de habices instituidos con derivar del xenodochion sirio, el eco más cerca­
destino a los enfermos en Oriente, y final­ no del hospital bizantino.39 El primer hospi­
mente, de la sanidad y del gran número de tal del Islam parece ser el fundado por el cali­
enfermos de las grandes ciudades orientales, fa Walīd I (86-91/705-710); citado por todos
que convenía centralizar. Es una inteligente los autores, desconocemos cuál serían sus pe­
solución a múltiples problemas de salud pú­ culiaridades y funcionamiento, hay quien afir­
blica, de calidad en el ejercicio de la medici­ ma sería una leprosería, y quien piensa que
na, de control de los enfermos, y de las rentas era un servicio de guías para los enfermos, de
a ellos destinadas. Una medida de centraliza­ criados para los inválidos, de asistencia mone­
ción comprensible si se considera que los pro­ taria para los leprosos, y quien piensa que ya
blemas de las ciudades orientales son propor­ poseía la estructura de los hospitales poste­
cionales a su tamaño. Ahora bien, la multipli­ riores. 40
cación de los hospitales por Oriente se debió, A partir del s. IX estos hospitales-institu­
más que al aumento de las necesidades médi­ ción se expanden por todo el orbe islámico;41
cas, a la multiplicación de las dinastías a lo así en poco más de cien años se crean cinco
largo del mundo islámico desde fines del s. en Bagdad. Hārūn al-Rašīd (786-809) será
III/IX: cada soberano quiso dotar de estos tim­ quien ordena edificar el primer hospital de
bres de gloria a sus reinos, para asociar así su Bagdad, mientras que el erigido por el visir
nombre a unas obras públicas/de caridad que buŷī'Aḍud ad-Dawla (949-983) también go­
les reportaran fama por todo el islam. zará de gran renombre. Inaugurado en 372/
Se ha afirmado que el hospital sasánida de 982, sabemos que tenía 24 médicos, entre los
Gundisapur (Ŷunday-Sābūr) fue el modelo que se contaban especialistas en oftalmología,
original, pero recientemente se ha planteado cirugía y traumatología; además todos ellos
si no se ha exagerado el papel en la historia de desempeñaban una importante labor de do­
la medicina árabe de la influencia de la escue­ cencia de la medicina; poseía abundantes re­

143
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS -

cursos, que aseguraron su gran longevidad. En los jeques de esta ciudad si había en ella un hospi­ ríos para sus remedios, sus comidas y muchas otras
580/1184 el viajero andalusí Ibn Ŷubayr es­ tal, según el uso de las ciudades de estas regiones». cosas. Los médicos vienen allí cada día por la ma­
cribió de este hospital de Bagdad: «el barrio de Describe algunos de ellos con minuciosi­ ñana, examinan a los enfermos y ordenan la pre­
la Puerta de Basora está el Zoco del Hospital (Sūq dad. Del máristán de El Cairo, tras loar a su paración de los remedios y los alimentos que les
al-Māristān), que es una pequeña ciudad en la fundador y alabar el palacio en que se cons­ sean buenos, según lo que convenga a cada indivi­
que se halla el célebre hospital de Bagdad, que está truyó dice que «Ha nombrado a un director duo de entre ellos. El otro hospitalfunciona confor­
al lado del Tigris. Los médicos lo visitan cada lunes (qayyīm), hombre de saber, al que ha confiado los me a esta descripción, pero la organización es mejor
y jueves y allí examinan el estado de los enfermos armarios de los remedios y al que ha encargado la en el moderno. El antiguo está en la parte occiden­
y prescriben el tratamiento que les es necesario. A su preparación de las pociones y el administrarlas se­ tal de la venerada aljama. A los locos de atar se les
disposición están unos asistentes que se dedican a gún las variedades de sus géneros. En los cuartos de da también un tratamiento y están fuertemente su­
preparar los remedios y las comidas. Es un gran ese palacio han sido colocados lechos para que se jetos con cadenas».
palacio con salas, cuartos y todas las comodidades sirvan de ellos los enfermos, unos lechos perfecta­ En Persia el hôpital fùe una realidad coti­
de las viviendas reales. El agua entra allí desde el mente cubiertos de ropa. Ese director tiene bajo sus diana. Citemos sólo el antiguo hospital de
Tigris». órdenes a unos subordinados que tienen por misión, Rayy, dirigido por al-Rāzī antes de su partida
Durante el s. III/IX y el IV/X se expan­ mañana y tarde, comprobar el estado de los enfer­ para Bagdad. Con posterioridad surgieron otro
den a la práctica totalidad de las ciudades mos y presentarles las comidas y bebidas que les buen número de ellos. También en Turquía
orientales. De este modo, en Egipto el primer son adecuadas. Al lado de este establecimiento hay florecieron los hospitales en el s.VII/XIII.
hospital fue construido por al-Qaṭā’ī en Fusṭāṭ, un edificio separado para las mujeres enfermas, y De estas descripciones puede extraerse una
hoy un barrio de El Cairo, por su gobernador ellas también tienen quien las cuide. Contiguo a idea bastante precisa sobre sus peculiaridades
Aḥmad Ibn Ṭūlūn; es el más antiguo en el los dos establecimientos susodichos hay otro edificio y heterogeneidad. Aún así, todos están sujetos
que se sabe que también recibían tratamiento de vasta amplitud en que los cuartos tienen venta­ a una organización médica y a una vida coti­
los enfermos mentales. Antes del 900 dos hos­ nas con rejas de hierro. Están destinados a servir de diana bastante similares. Éstas y otras descrip­
pitales más se construyeron en Fusṭāṭ. En el s. celdas para los locos. También ellos tienen quien com­ ciones posteriores de los renombrados hospi­
VI/XII Saladino funda el hospital Nāṣirī en pruebe todos los días su estado y les lleve lo que les tales orientales, así como las noticias de pri­
el nuevo El Cairo, pero bien pronto éste fue convenga. El sultán inspecciona todas estas institu­ mera mano que trajeron los médicos andalusíes
sobrepasado por el hospital Mansün; fundado ciones mediante investigaciones o indagaciones, con­ que estudiaron allí, son las que conformaron
por el soberano mameluco al-Manṣūr Ibn solidándolas firmemente con su cuidado y celo por la información que los andalusíes y magrebíes
Qaláwün fue finalizado en 683/1285 y pasará ellas. En Miṣr hay otro hospital según ese mismo disponían de ellos. Por ello, cuando leemos la
a ser el principal centro asistencial de El Cairo modelo». descripción que Ibn al-Jaṭīb hace del maristán
hasta el s.VII/XV; éste ya es, en realidad, un De Alejandría dijo que había: «un hospital de Granada, no deja de evocarnos estas otras
complejo religioso y de servicios que agrupa para el cuidado de quien entre ellos esté enfermo. de los hospitales orientales.
mezquita, hospital, madrasa, fílente pública y Les ha procurado médicos que examinen su estado Los hospitales orientales desde su construc­
mausoleo. Su fundación es inscrita en el mar­ de salud, y bajo sus órdenes, criados a los que encar­ ción aparecen como grandes y complejos edi­
co del ŷihād, del combate emprendido para gan la inspección del tratamiento y del alimento ficios, con enorme número de salas: mezqui­
hacer triunfar la religión y curiosamente, en que por el bien de aquéllos prescriben. También han ta, biblioteca, farmacia, habitaciones, lugares
esta misma lógica del ŷihād inscribe Ibn al-­ sido designadas gentes para visitar a los enfermos de residencia del personal, cocinas, etc. En ellos
Jatib la fundación del māristān de Granada. que se abstienen de venir al citado hospital, particu­ había una gran especialización, de modo que
El viajero setabense Ibn Ŷubayr se asom­ larmente entre los extranjeros, y esas gentes expli­ hay una diferenciación entre las zonas de hom­
bra en 580-1/1184-5 de la proliferación de can a los médicos sus casos para que se encarguen de bres y de mujeres, así como pabellones dedi­
hospitales, y no deja de citarlos al hablar de su tratamiento». cados a secciones específicas; sabemos que en
cada ciudad. En su relato de viaje hace una Nūr ad-Dīn (540-569/1146-1174) tam­ Bagdad había salas dirigidas por emimentes
descripción de los hospitales de las ciudades bién se hizo famoso por la construcción de especialistas en oftalmología, dedicadas a la
de Alejandría, El Cairo, Bagdad, Ḥarrān, hos­ los hospitales de Alepo, Rakka y de Damasco, cura de las frecuentes y variadas afecciones
pitales y manicomio de Damasco, y alude a su al igual que numerosas madrasas. El conocido oculares,43 dolores gastro-intestinales, un lu­
existencia o número en: Bagdad, Mosul, hospital Nūrī de Damasco fue uno de los más gar especial para los casos quirúrgicos, así como
Niṣībīn, Alepo, Ḥamāt, Ḥimṣ, habla del hos­ grandes y relevantes en la época de su funda­ una sala especial para los enfermos mentales.
picio y colegio de huérfanos de Damasco, y ción; Describiólo Ibn Ŷubayr «En esta ciudad El equipo humano asistencial se componía de
se asombra en Siciha con las iglesias destina­ hay unas veinte madrasas y dos hospitales, antiguo médicos pagados para hacer las guardias, visi­
das a sus enfermos (afirmando que ocurría en y moderno. El moderno es el más importante y el tar a los enfermos y prescribirles sus terapias,
Acre y Tiro).42 El hospital era una realidad más grande de los dos. Su asignación diaria es de había farmacólogos, y enfermeros, criados,
urbana y poseía un espacio definido en las gran­ unos quince dinares. Tiene unos intendentes en cu­ hombres y mujeres, que daban los cuidados
des ciudades; Ibn Ŷubayr lo confirma, pues yas manos están los registros donde se recogen los básicos al enfermo. A la cabeza se hallaba el
afirma al llegar a Ḥimṣ «Preguntamos a uno de nombres de los enfermos, los gastos que son necesa­ administrador, que por lo común, no era un

144
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Cuidado y vendado de las heridas de un enfermo.

profesional de la medicina, sino un cargo po­ medicamentos que necesitaran.45 Consecuen­


lítico. El jefe del equipo médico sí que era un cia de la actividad de estas farmacias hospita­
facultativo. larias orientales, surge allí un género menor
Bien pronto se diferencian los hospitales dentro de la literatura médica: los llamados
asistenciales para los enfermos de los hospita­ formularios de los hospitales, aqrābāḏīn, o dustūr
les para enfermos mentales; éstos están datados al-bīmāristānī. Como su nombre indica, son un
desde fines del s. III/IX, y sus pacientes pulu­ género de obras farmacológicas eminente­
lan por los relatos literarios de los ss. X y XI. mente prácticas destinadas a su uso hospitala­
Su desarrollo fue paralelo al de una terapéuti­ rio. Elaboradas por los especialistas en con­
ca cada vez más humana para con los enfer­ fección de medicamentos, sean farmacéuti­
mos, más paliativa de sus sufrimientos, que cos o médicos, poseemos notables ejemplos
represora de su sinrazón.44 del mismo, como las obras de al-Kindī (ca.
Entre las secciones del māristān adquiere 178-261/ca. 794-874),46 al-Qalānisi (s.VI/
especial relevancia la farmacia propia del hos­ XII),47 Ibn Abī l-Bayān (1161-1240),48 etc.
pital, que gozó de gran importancia y presti­ Precisamente por su uso en hospitales halla­
gio, siendo su actividad indispensable para el mos, entre otras muchas, indicaciones
resto del engranaje médico hospitalario. Con farmacológicas para el tratamiento de algunas
huertos anejos de plantas medicinales, emplea­ enfermedades mentales; de no ser a sí quizás
das por los médicos para sus fórmulas magis­ no hubieran sido incluidas.
trales, tenía farmacólogos cualificados a su car­ La nómina de los médicos famosos que
go y espacios propios. De este modo se evita­ desarrollaron su labor en los hospitales de
ba la adulteración de los medicamentos y se Oriente es larga, sólo hay que consultar los
garantizaba su provisión cuando fueran reque­ diccionarios biográficos y obras de “ṭabaqāt”
ridos. A falta de hospitales con farmacias, que (o “escalafones”) orientales. Entre los más co­
proporcionaran a las gentes electuarios y jara­ nocidos, se dice que el propio Muḥammad
bes, la farmacia (sin hospital), en al-Andalus Ibn Zakariyyā’ al-Rāzī (251-313/ 865-925),
existió ya en la época califal, como una de­ director del hospital persa de Rayy, fue en­
pendencia del alcázar de Córdoba; sus pro­ cargado por el emir'Adud ad-Dawla de cons­
ductos eran vendidos al público pudiente, truir un hospital de Bagdad, adjudicándosele
mientras que a los pobres se les facilitaban los una jugosa anécdota; así para buscar la situa­

145
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

ción más idónea sembró de trozos de carne los tas habices. Estos hospitales gozaron de mu­ cas en su centro, una de ellas de mármol blanco.
lugares que creyó más idóneos de la ciudad y cho dinero gracias a las continuas dotaciones Luego mandó darle preciosa ropa de cama de
allí donde la descomposición de la carne se económicas de ricos generosos y de quienes diversas clases de lana, algodón, seda, piel y
mostró más lenta decidió que era el lugar más deseaban saltarse la compleja ley de herencias demás, en forma que excede a toda descripción
sano para la fundación del nuevo hospital. Pero islámica para considerar indiviso su patrimo­ y sobrepasa a todo epíteto. Le señaló treinta
como revelara Ibn Abi‘Uṣaybi'a, hay problemas nio. Merced a esta abundancia de recursos pu­ dinares diarios con destino a la alimentación y
con la cronología del evento, puesto que ‘Aḍud dieron ejercer su labor asistencial a tanta gen­ a lo que se gastaba en ella exclusivamente, ade­
ad-Dawla fue emir de 949-982, la construcción te y perduraron tantos siglos. La administra­ más de lo que se le llevaba en medicinas, y puso
del célebre hospital se sitúa en 980 y la vida de ción de estos recursos también requería de en ella farmacéuticos (al-ṣayyādala) para hacer
al-Rāzī (251-313/865-925) como mucho se personal administrativo cualificado. las pócimas, los ungüentos y los colirios, y para
puede estirar haste el 935. Realmente este mé­ los enfermos (li-l-marḍà) preparó en él ropas
dico entró en el terreno del mito, adjudi­ de día y de noche para dormir, de lo necesario
cándosele una de las pruebas que Hipocrátes 3.2. El Māristān en el occidente musulmán: Ha­ en verano y en el invierno.
definiera para buscar el lugar más salubre de una cia la especialización asistencial Si se curaba el enfermo (al-marīḍ) y si era po­
ciudad.49 Según una antigua tradición, una vi­ bre (faqīran), mandaba que, al salir se le diese
sita al hospital de Bagdad le convenció de la El Mágreb no conoció el hospital-institu­ dinero para vivir hasta que se independizase, y
eficacia de la medicina; allí desempeñaría con ción hasta 1190, fecha de la fundación del si era rico, le entregaba su dinero y lo que había
posterioridad una vasta labor, llegando a diri­ hospital de Marrākuš, si bien parece que ha­ dejado de sus efectos y no lo limitaba a los po­
girlo durante largo tiempo.50 bía unos espacios destinados a los enfermos, bres con exclusión de los ricos, sino que todo
Al anterior hay que unir un larguísimo lis­ denominados dinma. La primera se remonta forastero que enfermaba en Marrākuš era lleva­
tado de médicos que desarrollaron su ejerci­ al 830, época de esplendor de Qayrawān (Tú­ do a él y curado hasta reponerse o morir. Todos
cio presente en los hospitales. Entre ellos, des­ nez), por entonces capital de la provincia de los viernes, después de la oración, montaba a
taca la figura de Ibn an-Nafīs (ha. 607-687/ Ifrīqiya. Existían en Sfax, en Susa, y de la obra caballo y entraba en él a visitar a los enfermos y
ha. 1210. 1- 1288), participó en la construc­ de al-Wanšarīsī se desprende que en el s. X les preguntaba uno por uno diciéndoles: “¿Cómo
ción del Bimāristān al-Manṣūri51, en él traba­ había una en Qayrawān (conocida por al-­ estáis? y, ¿Cómo os tratan?, con otras pregun­
jó como director, y a él lego su casa y su bi­ Aḥbās, los Habices) y otra entre Susa y tas además de éstas. Luego salía y no cesó de
blioteca. Gran observador y científico de cri­ Qayrawān54 El significado de este término seguir así hasta que murió»56
terio independiente, describió por primera vez beréber en árabe es “barrio, conjunto de casas
Realmente esta descripción da una idea
la circulación menor o pulmonar, y contribu­ (extramuros)” que se ha interpretado como
muy precisa de lo que debió ser el edificio,
yó a acrecentar la autoridad científica de Ibn un eufemismo de “leprosería”, pero también
sus partes y funcionamiento cotidiano. Más
Sīnā con un resumen del Canon, de gran di­ es “campo, tierra de labor”.55 Del estudio de
general es la noticia que refiere Ibn Abī Zar’
fusión52 su semántica evolutiva se podrían extraer in­
cuando enumera los méritos del referido ca­
Estos hospitales fueron, por tanto, lugares teresantes conclusiones.
lifa almohade, en noticia referida al año 581/
privilegiados de observación médica, de edu­ En contraste con lo expuesto para el im­
1195:
cación y de expansión de las ciencias de la perio ‘abbāsī, en el Occidente musulman no
medicina. Sobre este último aspecto no hay se conoce la institución hasta la época «Hizo célebre el año de Alarcos,fortificó el im­
muchos datos. Todos los grandes médicos almohade. El califa Ya'qūb al-Manṣūr (580- perio, aseguró lasfronteras y construyó mezqui­
aconsejaron a sus discípulos que frecuentaran 595/1184-1199), hacia el 587/1191 sabemos tas y escuelas en Ifrīqiyya, el Mágreb y en al-­
los hospitales, a fin de completar las lecciones que funda el magnífico māristān de Marrākuš, Andalus; edificó el hospital para los enfermos y
con la observación de los enfermos. Sabemos del que nos ha legado una excelente descrip­ los dementes (al-māristān li-l-marḍā wa-1-
que hubo muchos médicos andalusíes que ción al-Marrākušī: muŷanīn); señaló pensiones a los alfaquíes y
acudieron a estudiar a estos hospitales orien­ letrados, a cada uno según su grado; creó rentas
tales, pero no se conoce bien el sistema de «Edificó en la ciudad de Marrākuš un hospital para los enfermos del hospital (ahl al-māristān),
aprendizaje. Podemos suponer que, como en (bīmāristān), como no creo que haya en el para los leprosos (wa-l-ŷaḏmā) y los ciegos en
la actualidad, el estar con el enfermo y ver la mundo otro igual. Ello fue que eligió una am­ todas las provincias...»57
multiplicidad de dolencias allí reunidas era una plia explanada en el sitio más llano de la ciu­
experiencia valiosísima. El hospital Nūrī de dad y mandó a los albañiles que lo hiciesen de Es aclaradora la explicación de la doble
Damasco tenía una importante biblioteca, y la manera más perfecta. Lo llevaron a cabo con funcionalidad del hospital: se funda para enfer­
en el hospital Manṣūrī de El Cairo «había un dibujos admirables y adornos bien hechos, que mos y maŷānīn “locos, enajenados, dementes,
lugar en el que el médico jefe se sentaba para aumentaron su mérito. Mandó plantar en él, lunáticos”, de lo que se colige la existencia de
impartir sus cursos de medicina».53 también toda clase de árboles aromáticos y fru­ dos clases diferentes de salas y de pacientes. No
Estos hospitales no hubieran podido desa­ tales y le condujo muchas aguas que corrían por lo es menos la importancia aparte que se con­
rrollarse sin una abundante dotación de ren­ todas las edificaciones, además de cuatro alber­ cede a la asignación de habices para estas funda­

146
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Una mujer asiste un enfermo en su lecho, dándole un


alimento o jarabe.

ciones hospitalarias, así como para el sostén de buena disposición personal y profesional. Fi­
ciegos y de ŷaḏmā “gentes con lepra, con ele­ nalmente en el Apéndice 2° se ha recogido la
fantiasis, mutilados, mancos”. Como caso nota­ larga relación que Juan León Africano hiciera
ble hallamos la diferenciación terminológica de la vida en uno de los hospitales del Fez en
entre enfermos/marḍà y leprosos /ŷaḏmā: ésto ha­ el s. XVI, en el cual dice haber trabajado.
bla a las claras de que los leprosos tenían otros En esta misma línea, a comienzos de este
espacios para ellos, así como de las diferencias en mismo siglo la forma dialectal >morṣṭn< tenía
cuanto al destino de los habices: para enfermos, como referente semántico único el de “hos­
para leprosos y para ciegos. Es una política fun­ pital para dementes”. Esto atestigua una evo­
dadora acorde con la espiritualidad de ayuda lución del hospital-institución en Occidente
social que se ha descrito anteriormente. hacia una de las funcionalidades que en estas
El que al-Marrākušī utilice el término regiones no era suplida convenientemente por
bīmāristān para referirse a este hospital de ninguna otra realidad asistencial.
Marrākuš, siendo el único autor que lo em­ En el Mágreb los leprosos también habita­
plea entre los autores occidentales, ha sido visto ban un arrabal extramuros, próximo a una puerta
como una prueba de la influencia oriental en de la muralla. Este es el caso de Marrākuš, en
el momento de su fundación; los autores pos­ que este barrio estaba situado en las cercanías
teriores se referirán a la institución como de la puerta de Agmāt en el s. XIV «en frente de
māristān.58 la cual están desde hace tiempo las residencias de los
En Fez también había una serie de hospi­ leprosos, puesto que ellos no se mezclan con la pobla­
tales renombrados, posteriores al anterior. El ción»; estaba en torno a la rābiṭa de un santón,
más antiguo fundado por el sultán meriní Abū también leproso, luego tumba venerada.59
Yūsuf Ya‘qūb (gobierna 656-685/1258-1286).
Hemos recogido dos textos de Ibn Marzūq
en el Apéndice 1o sobre este hospital, los dos 3.3. Los Hospitales en la península cristiana: La
poco detallados y loatorios hacia su mecenas. caridad en sus múltiples facetas asistenciales
De igual modo, en el Apéndice 3o está reco­
gido un ilustrador texto de Ibn al-Jaṭīb sobre En los reinos del Norte, hay hospitales por
Muḥammad Ibn Qāsim Ibn Abī Bakr al-­ doquier, desde bien pronto, contrastando con
Qurašī su director entre 1353-1356, de quien la penuria de datos sobre las instituciones hos­
el historiador granadino resalta su talante y pitalarias en al-Andalus.60 Por otro lado, abun­

147
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

En su casa, un médico procura extraer un cuchillo que


se había clavado una mujer en la boca.

dan no sólo los hospitales monásticos —los más go, pero la expansión de cada orden religiosa
habituales y numerosos—, sino los institucio­ conllevó la creación de hospitales y albergues
nales, o reales, y los promovidos por particu­ de transeúntes o necesitados casi en cada mo­
lares. nasterio.Y no sólo en Europa o en la España
En la corona de Castilla de los primeros cristiana. De la obra de Ibn Ŷulŷul se deduce
hospitales de que tenemos noticia son los re­ que los monasterios que perduraban en al-­
lacionados con el Camino de Santiago: sien­ Andalus tuvieron a lo largo de los ss. IX y X
do los más antiguos del s. IX, uno de los pri­ las funciones de hospedería y de centros de
meros y de más renombre fue el de Ron­ asistencia médica, y no sólo para sus conveci­
cesvalles (s. X).61 En realidad se trataba más nos cristianos, también para los musulmanes;
de albergues donde los peregrinos recibían el fueron además, centros de formación, permi­
hospitium, hospedaje, que de lugares de asis­ tiendo el traspaso de los conocimientos mé­
tencia terapéutica, aunque también se ofre­ dicos heredados de la época visigoda a los
cieran alimentos y cuidados a quienes desfa­ andalusíes.
llecían o enfermaban. Estos hospitales, Menos conocidos, por ser de vida más li­
jalonaron las villas y ciudades y, con los mo­ mitada, aunque también abundantes son los
nasterios, aseguraban posada, descanso y pro­ que surgen por iniciativa y sostén de particu­
visiones a quienes acudían movidos por su fe lares; buenas gentes que dejan unas rentas de
hasta el mismo Finís Terrae. Sobre ellos mucho por vida para pagar la manutención y el cui­
se conoce y se ha escrito, y en ellos posible­ dado de los enfermos de una localidad. Tene­
mente esté el germen de los que surgieron mos una valiosa imagen en las Cantigas de Al­
más hacia el sur, en los territorios castellano- fonso X que nos introduce visualmente en lo
leoneses y en los de la Corona de Aragón y que debió ser un hospital en la Península cris­
Portugal. tiana en el s. XIII. El texto que acompaña esta
Los hospitales más frecuentes y de más larga cantiga 67 dice: «Como un omne boofez un espital
vida son los asociados a fundaciones monás­ e servia senpre el et seos omnees os pobres» y cuenta
ticas, cuyos monjes estuvieron al cuidado de que un hombre caritativo hizo un hospital
su mantenimiento. Los más renombrados se fuera de la villa donde vivía, y a todos daba
expandieron a lo largo del camino de Santia­ pan, vino, carne y pescado, en invierno y ve­

148
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Extracción de una saeta del ojo de un herido según las


Cantigas. La viñeta se ha dividido en dos tiempos: a
la izquierda el paciente con la flecha en el ojo, y a la
derecha tras habler sido extraída la misma.

rano, ayudándose para atender a los enfermos gio (1224), en el barrio de San Nicolás, así
de hombres jóvenes a quienes pagaba un jor­ como un mesón para peregrinos (1212), en la
nal. Es una de las primeras noticias que tene­ Alcudia. La noticia más antigua de hospitales
mos de la existencia de estos hospitales (parti­ es de 1187 en que doña Sol Micaelis ordena
culares o privados podríamos llamarlos) en la que sus sobrinos y herederos posean la habi­
España cristiana, fuera del ámbito monacal o tación y algorfa que ella tiene frente al baño
regio. Como se puede observar, para un me­ del Hierro, para que en ella vivan los enfer­
jor aprovechamiento de las camas se mete a mos cristianos que a los sobrinos pareciere, al
varios enfermos en cada una, ganando en ca­ igual que en una casita junto a su casa princi­
lor humano, aunque se pierda con el peligro pal, en el adarve de Abenmoharis,“por amor de
de contagio (entonces poco más que intuido, Dios, para los pobres y enfermos”. También el
por otro lado). El propio fundador da de co­ obispo de Cuenca, D. García, había comenza­
mer a los pacientes, mientras que unos sir­ do a construir un hospital en el barrio de Santa
vientes les dan de beber, posiblemente las María antes de 1221.62
medicinas. La acogida a los enfermos Entre los hospitales no monásticos hay que
desfavorecidos, las prescripciones médicas y citar el más prestigioso de ellos, el Hospital
su alimentación regular eran el camino más del Rey de Burgos, edificaco antes de 1210.
seguro para una curación, si no se trataba de Fundación real, como signo de su voluntad
casos graves; en caso contrario, tendrían una regia, tan piadosa como deseosa de renombre,
cálida asistencia humana y religiosa en sus úl­ AlfonsoVIII (1158-1214) le dotó de cuantio­
timos días. En otras ocasiones, gentes caritati­ sas rentas para sus fines de albergue y hospi­
vas o vecinos bien dispuestos asistían a los tal.63 La descripción de la Primera Crónica
enfermos en las mismas casas de éstos. General abunda en detalles sobre el mismo,
En el mismo el siglo XIII, la documenta­ precisando que ya había otro previamente (que
ción de los mozárabes de Toledo aporta tam­ habría recibido su denominación por haber
bién noticias de hospitales en esta ciudad. Sur­ sido obra de Alfonso VII el Emperador —go­
gen todos como fundación benéfica privada: bierna entre 1126-1157—). En cuanto a su
de particulares, como la casa llamada del Refu­ origen, no se ha dejado de señalar la concu-

149
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

rrencia en el tiempo de la fundación de los historia peninsular. Como se verá, en al-­ cronológicas lo que más llama la atención es
hospitales de Fez y el del Rey de Burgos, de­ Andalus ocurría otro tanto, similar en cuanto que los hospitales aparezcan tan pronto en la
jando entrever que AlfonsoVIII habría desea­ al resultado final, aunque con origen y formas zona cristiana y que hasta el año 767/1365
do imitar en renombre y fasto al califa bien diferentes. (en que se funda el de Granada) no poseamos
almohade, colocando en el collar de sus fun­ noticias fehacientes de un hospital hispano-
daciones regias una perla sin par de caridad, musulmán. Si consideramos que el cuidado a
como era este hospital burgalés.64 3.4. Las diversas realidades asistenciales en al-­ los enfermos puede realizarse en la habitación
También en los territorios de la corona de Andalus. El Māristān de Granada de una casa privada, en cualquier residencia
Aragón, la fundación de hospitales fue políti­ particular de la ciudad, que el médico puede
ca regia habitual, así como corriente hábito 1. Los espacios asistenciales más antiguos co­ acudir en persona a ver al enfermo y que el
entre particulares pudientes. R. I. Burns ha nocidos bayt al-māl puede financiar, llegado el caso, su
estudiado esta corriente fundadora, tan rela­ alimentación y la consulta médica, no es ex­
cionada con la cantidad al prójimo necesita­ Hasta el conocido máristán de Granada, traña la ausencia de referencias concretas en
do. Un largo número enumera la documen­ ya en el s. XIV, no sabemos con certeza de la fuentes médicas o históricas. Lo mismo pue­
tación.65 Al entrar en la ciudad de Valencia en existencia de hospitales o de que haya habido de aplicarse al mundo cristiano septentrional,
636/1238 Jaime I mandó fundar un hospital, edificios similares previos.68 Ahora bien, la aunque en este caso la abundancia de docu­
posiblemente para asistir a los soldados heri­ institución asistencial, en cualquiera de sus mentos y textos nos aporta datos para recu­
dos en la conquista de la misma y, en el futuro, muchos matices sí que podemos afirmar que perar noticia de su presencia, mientras que,
a quienes lo necesitaran. Según un documen­ existió desde bien pronto en al-Andalus. por contra, la ausencia de estos datos o docu­
to de la Catedral de Valencia fechado en 1272, Ya en los ejércitos romanos había una se­ mentos nos la niega para rasterar su existencia
se dota de rentas a dos camas (una para la sala rie de soldados con conocimientos médicos en el vecino al-Andalus.
de hombres y otra para la de mujeres) en este elementales, cuya función era curar a los he­ Por eso hemos de acudir a otro tipo de
Hospital de San Vicente; el sostenimiento, por ridos tras las batallas y cuidar a los enfermos textos, no esencialmente documentales, his­
tanto, era mediante las rentas legadas por par­ de los campamentos militares. Por lógica po­ tóricos o médicos, cualquiera que incidental­
ticulares y sólo poseería un pabellón para cada demos pensar que estos “médicos militares” mente puedan arrojar luz sobre el cuidado a
sexo. J. Vernet ha adelantado que es posible (más bien reductores de fracturas y curande­ enfermos en espacios dedicados a propósito
que Jaime I ordenara restaurar un hospital ros), existieron en los ejércitos musulmanes, para ello. Una primera pista nos la da el Ca­
almohade precedente, con lo que sería uno desde la época de la conquista. Es el que los lendario de Córdoba de ‘Arib Ibn Sa‘īd (m. ha.
de los primeros centros hospitalarios penin­ castellanos llaman el maestro de llagas, experto 370/980) y Recemundo; en él se recogieron
sulares.66 Una serie de disposiciones poste­ en arreglar huesos rotos, extraer flechas, cau­ los acontecimientos agrícolas, ganaderos,
riores de Pedro IV irán encaminadas a su re­ terizar heridas, etc. Algunas pistas encontra­ astronómicos y hasta sociales de cada mes del
gulación; entre ellas, quizás la más notable es mos en las fuentes árabes sobre ello. Estos año:
que se ordena cobrar a los enfermos. Ello in­ médicos curaban a sus enfermos en pabello­
dica que antes se trataba de un centro público nes especialmente habilitados para ello en los En el día 10 de julio se refiere que: «Entre
financiado con la caridad y que con la nueva campamentos; cuando no, parece que era cos­ los cristianos es la fiesta de [San] Cristóbal,
regulación se pone en énfasis en sostener la tumbre dejar en fortalezas de retaguardia a los cuya sepultura está en Antioquía. < Se honra
medicina que se imparte, más que la ayuda al soldados enfermos y heridos, bajo la supervi­ en la [iglesia del arrabal] de Munyat ‘Aŷab,
enfermo necesitado. Se sabe que los médicos sión y el cuidado médico.69 Tal es así que esto que está ubicado en la otra parte de Córdoba, al
acudían una serie de horas durante la mañana provocaba que algunos convocados al ejérci­ otro lado del río, [en el lugar] donde están los
y la tarde, pero que no residían allí. Entre ellos to, habiendo enfermado, dilatasen su mal, para enfermos >».71
posiblemente estuvo Muḥammad al-Šafra (m. escaquearse de sus deberes.70
761/1360), médico musulmán originario del Aparte de éstos, las fuentes árabes más an­ Aunque el texto árabe es breve, la versión
Crevillente mudéjar que sabemos estudió en tiguas son tacañas en detalles sobre la vida en latín añade al anterior: «Etfestum eius est in
Valencia con un maestro cristiano llamado cotidiana de los andalusíes. Por lo antes refe­ orto mirabili, qui est in alia parte Cordube, ultra
“micer Bernard”, trabajó luego en Guadix para rido sabemos que la asistencia médica estaba fluvium, ubi sunt infirmi» (arriba traducido en­
el sultán Naṣr y emigró luego a Marrākuš.67 aseguraba a los pudientes por su dinero, y que tre <>). El traductor latino realizó una lectu­
Sabemos que no fue el único hospital exis­ los habices de las mezquitas le garantizaban ra errónea de in orto mirabili; el original se re­
tente en la Valencia post-conquista, aunque sí las atenciones médicas a los desfavorecidos de fiere a la Munyat (almunia) de ‘Aŷab, que per­
el más importante, por haber recibido el pa­ la fortuna o a los musulmanes que se encon­ petuaba el recuerdo de la piadosa concubina
trocinio real. traban de viaje y sufrían algún percance en su de al-Ḥakam I,‘Aŷab, quien fundó además una
Todos estos ejemplos son la plasmación salud. mezquita. La palabra infirmi, en árabe al-marḍà
privada e interior, o pública y regia, del con­ Revisando la cronología de los espacios “los enfermos”,es un eufemismo genérico que
cepto cristiano de la charitas a lo largo de la asistenciales de que poseemos referencias ha inducido a Pellat y a E. Lévi-Provençal a

150
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Representación de la amputación del pie derecho de un


paciente (posible caso de lepra, consecuencia de una
infección...).

interpretar que se trataba de una leprosería provenientes de los habices, siempre que se
fundada por esta concubina de al-Ḥakam I a compromentan a vivir en este barrio, y hayan
las afueras de Córdoba.Ya hemos explicado lo estado en él un mínimo de cuatro días.
restrictivo de esta calificción. Como conclu­ También de enorme interés es otra fatwà
sión, el barrio de los enfermos de “dolencias recogida en la misma compilación. Anónima,
impurificantes” correspondiente a la capital aunque fechada en el s. X en Córdoba, es de
cordobesa se correspondía con el barrio de la enorme interés lo que deja traslucir:
Almunia de‘Aŷab, a la orilla derecha del Gua­
«Los juristas de Córdoba son consultados acer­
dalquivir. Casi con toda seguridad, las rentas
ca de la demolición de unas galerías cubiertas
generadas por la citada granja fueran destina­
(saqā’if) y de unas casas situadas en las inme­
das para su sostén, a tenor con la noticia refe­
diaciones de la mezquita aljama e instituidas
rida también a este enclave.72 Por otro lado,
como habiz para servir como habitación para
¿quiénes habitaron la Munyat ‘Aŷab?. La res­
los necesitados (u‘afā’),fundación atribuida a
puesta la hallamos en los diccionarios biográ­
Masrūr, afin de que ellas sirvan de nuevo como
ficos. En ellos encontramos abundantes bio­
lugar de habitación, conforme a las disposicio­
grafías de personas que se dice estaban enfer­
nes del habiz, tras la constatación hecha por
mas.73 Otras biografías hablan de otros tantos
ellos de su deterioro y de lo vetusto de su cons­
sabios alfaquíes de los que no se especifica su
trucción. El emir de los creyentes les ha reunido
estado físico, aunque podemos suponerles con
para consultarles sobre esta solución que cuenta
buena salud.74 Alguno, incluso llegó a nacer
con su aprobación. Respuesta: Las explanadas
en esta almunia y a llevar su apelativo de ori­
y los espacios libres de la Gran Mezquita tie­
gen; quizás su(s) progenitor(es) sí estuvieron
nen prioridad sobre las construcciones circun­
enfermos como para residir en el enclave, pero
dantes. Esta adición (zā’id) debe ser demolida
no necesariamente él.75
y la vía (maḥaŷŷa) restablecida tal cual estaba
Al hilo de estas referencias sobre el arrabal
antes de que se procediera a la citada adición
de los enfermos “impurificantes”, recordamos
(ziyāda)».76
las sentencias que recoge al-Wanšarīsī del ju­
rista Ibn Sahl (s. XI) por la que se permite a Masrūr, a mediados del s. IX, había sido
este tipo de enfermos recibir las prestaciones un encargado, junto al gran oficial eunuco

151
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Un médico extrae unas tenazas una saeta que fue a


clavarse en el cuello de un paciente.

Naṣr, de la ampliación de la mezquita de Cór­ rezca la función para la que fue concebido y
doba ordenada por ‘Abd al-Raḥmān II; ini­ dotado de rentas. Masrūr debió fundar otra
ciadas las obras en el 848, se alargó la sala de mezquita; en ella que se dice residía en oca­
oración, llevando más lejos el muro de la qibla siones un sabio de paso por Córdoba el 334/
y el mirḥāb.77 Pues bien, por esta noticia sa­ 946.79 Un caso paralelo es el que describió
bemos que además de esta ampliación (que Ibn Ŷubayr (en 580-1/1184-5) hablando de
no vió culminada‘Abd al-Raḥmān II),Masrūr la renombrada mezquita de Damasco: «Para
instituyó un habiz para que los necesitados los indigentes que, obligados a aposentarse en la
(u‘afā’) pudieran disponer de unas «galerías cu­ parte oriental de la venerada aljama, no tienen
biertas (saqā’if) y de unas casas situadas en las morada en la que refugiarse, existe un habiz, que
inmedicaciones de la mezquita aljama». ha sido constituido por algunos de los preocupados
El término du ‘āfā’ incluiría:78 a indigentes o por la recompensa y los buenos favores de Dios».
transeúntes necesitados de cobijo, y alimento a Como se ve era habitual este tipo de actua­
los más débiles y enfermos (bien es cierto que ción benéfica.80
de dolencias no “impurificantes”).Debía de tra­ Paralelamente, sabemos que había aljamas
tarse de unos pórticos y de varias casas, siendo, para los enfermos de dolencias “impuri­
por tanto, múltiples los espacios destinados a es­ ficantes” en los espacios periurbanos de las gran­
tos enfermos y necesitados. En todo caso, traíanse des ciudades; en sus inmediaciones, pero ex­
de unas edificaciones tan asumidas dentro del tramuros y cercanos a una de las puertas de la
paisaje urbano cordobés que el propio califa, urbe. Por este motivo las conocemos, por ha­
aunque viejas, aprueba su refección. Son unos ber puesto nombre a la puerta: en Zaragoza
espacios dedicados igualmente a los enfermos se habla del Barrio de la Puerta de los Leprosos
y necesitados. Lejos de poder considerarlos (Bāb al-Marḍà) y en Granada también en el s.
como relacionados con un hospital-institu­ XIV había una Bibalmazda, o Bāb al-Marḍā
ción, sí lo serían del hospital-casa de salud. salida al barrio de la Puerta de los Leprosos, situa­
Es importante la constatación de que for­ do extramuros.81 Esto lo confirma Ibn al-Ja­
maban parte de un hadiz, cuya funcionalidad, ṭīb al enumerar las puertas de Granada, ha­
suponemos fue trasladada a otro(s) lugar(es), blando de una «Bib el-Marstán (léase Bab
pues no creemos que, dado que la función Almarestan o del Hospital), llamada por los cris­
crea el espacio urbano, eliminado éste, desapa­ tianos Bib Almazán».82

152
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Médico del siglo XIII en su consulta, con pacientes


musulmanes y cristianos. Lleva en la mano una botella
de vidrio con la que examina los orines; su concurren­
cia lleva también unos zurrones alargados en los que
cada cual porta su botella y espera a que le llegue su
turno.

En otro orden de cosas, eminentes sido invitado por el sultán meriní Abū l-Ḥasan
andalusíes llegaron a desempeñar la dirección (1331-1352), quien había restaurado su hos­
de hospitales en Oriente y en el Mágreb, en pital (ver Apéndice 1o).85 Otro médico gra­
diversas épocas. Así Muḥammad Ibn ‘Abdūn nadino Muḥammad Ibn al-Qāsim al-Qurašī,
al-Ŷabalī partió para Oriente, hallándole en fue también director del hospital de Fez, en­
Baṣra en el año 346!7/958, desde donde se tre 1353 y 1356 (ver Apéndice 3o). Faraŷ al-­
trasladó a Fusṭāt, llegando allí a dirigir (dabbara) Jazraŷī, miembro de la familia real granadina,
el hospital fundado hacia el 822 por Haḥmad también fue director del hospital de Fez du­
Ibn Ṭūlūn; regresó a Córdoba en 359.60/970, rante el reinado de Muḥammad al-Waṭṭāsī
siendo médico de al-Ḥakam II y de su hijo (875-909/1471-1504); según parece, introdujo
Hišām II y el más reputado médico cordobés reformas en este hospital, entre ellas se cita el
de la época.83 Su experiencia la puso al servi­ que introducía músicos en las habitaciones de
cio del califa y de su entorno; de la institu­ algunos enfermos mentales, como tratamien­
ción trajo la ciencia adquirida, pero no el sis­ to para sus dolencias.86
tema hopitalario. Pues bien, de estos datos biográficos no
Durante el s. XII otros andalusíes trabaja­ podemos más que deducir que los médicos
ron más cerca, en los hospitales magrebíes. Abū andalusíes acudían a los hospitales orientales
Isḥāq Ibrāhīm ad-Dānī trabajó como admi­ a aprender (cumpliendo así éstos una de sus
nistrador del hospital (amīn al-bīmāristān) funciones primordiales); haciendo un parale­
almohade de Marrākuš; murió en época de lo con la actualidad, acudían a estudiar a estos
al-Mustanṣir (1213-1224), siendo sucedido en “hospitales universitarios” de Oriente, volvien­
el cargo por sus hijos (que no parece que re­ do luego a sus tierras de origen con los cono­
tornaran a al-Andalus).84 cimientos y técnicas allí adquiridos. En sus
Ya en el período nazarí, el granadino Abū lugares originarios ejercerán la práctica mé­
Tammām Gālib al-Ṣaqurī (m. 741/1340) ha­ dica, aunque no se hubiera desarrollado una
biendo partido para la peregrinación, estudia infraestructura hospitalaria. Algo similar ocu­
en el hospital de El Cairo, ejerciendo en el rre en el período almohade y nazarí: los co­
mismo, al igual que en Bugía, Granada, para nocimientos de estos médicos andalusíes son
recalar finalmente en Fez; a esta última había apreciados y se les confían tareas de gestión

153
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS -

de los hospitales magrebíes, sin que ello im­ aunque apuntan a su pressencia en Valencia Una vez descritos el funcionamiento y
plicara que —caso de volver al reino de Gra­ en el momento de la conquista. peculiaridades de los otros māristān-es orien­
nada— trajeran con ellos ideas fundadoras. Juan Vernet ha escrito que las madrasas y tales y magrebíes, se podrán entender en su
Quizás la clave haya que situarla en que los los hospitales entran en al-Andalus en el s. XIII, justa medida los textos que nos evocan el pa­
hospitales orientales desde bien pronto, tras la en época almohade. El Studium que fundó sado de este edificio tan singular, comenzan­
fundación califal, adquieren unas rentas habices Alfonso X en Murcia y el hospital que funda­ do por la inscripción conmemorativa de su
y una entidad organizativa e institucional di­ ra Jaume I en Valencia habrían sido, respecti­ edificación.
fícilmente trasplantable fuera del poblado y vamente, los primeros ejemplos que conoce­
rico Oriente. Lo mismo ocurre en el período mos de ambas instituciones. El que la voz
almohade: los hospitales conocidos son una molestan/marestan aparezca en la compilación La lápida fundacional del māristān
fundación del soberano, a quien parece com­ de vocabulario árabe realizada por el levantino
peter en exclusividad el impulso fundador. El Ramón Martí abundaría en la posible presen­ Hasta el siglo pasado la lápida fundacional
costoso mantenimiento de una institución cia del hospital en época almohade; al menos del māristān granadino perduró en su ubica­
asistencial como ésta, sea en el Mágreb o en indica con seguridad el buen conocimiento ción inicial, asociada su suerte a la del edificio
al-Andalus, venía a solaparse con una asisten­ de la institución por los súbditos andalusíes que identificaba, aunque cambiara éste de
cia médica urbana, subvencionada y garanti­ del imperio almohade.87 funcionalidad a Casa de la Zeca o de la Moneda.
zada, hasta cierto punto, por unos bienes A favor parece estar la lógica de pensar Con su derribo, por la ruina que le amenaza­
habices abundantes dedicados a los enfermos que los almohades, que conocían bien el hos­ ba, la lápida fundacional fue trasladada de lu­
y necesitados. Este solapamiento de funcio­ pital-institución pudieron traerlo a al-Andalus. gar, conservándose, por fortuna, entre los fon­
nes médico-asistenciales será el que haga que Quizás habría que pensar que de haberlo he­ dos del Museo de la Alhambra.
los recursos económicos destinados a los hos­ cho, la capital sevillana, tan engrandecida Esta lápida se realizó sobre dos lajas de
pitales acaben desviándose hacia un aspecto arquitectónicamente por los almohades hu­ mármol perfectamente acordadas que forman
asistencial escasamente, cuidado con anterio­ biera debido de tener alguno de estos hospi­ una puerta con amplio arco de herradura
ridad: el de la asistencia a enajenados o gentes tales. apuntado. En una de sus caras y a lo largo de
con minusvalías o problemas mentales. Por ello Sobre lo que hay certidumbre es acerca todo su espacio interior discurre el texto, ins­
surge este desplazamiento de funciones. Por de la perduración de las aljamas en las que crito a lo largo de 26 líneas. Bien conservado
ello acabarán siendo manicomios, como lo habitaban los que hemos llamado enfermos (al menos en la época en que lo vió y foto­
reflejan León elAfricano y Alí Bey (ver Apén­ de “dolencias impurificantes”. Algo más que grafió su editor), se advierte su grabado en
dice 3°). simples leproserías, en ellos continuaron vi­ caracteres cursivos andalusíes. Su lengua, ba­
viendo los enfermos andalusíes en una relati­ rroca, en prosa rimada de difícil traducción,
va libertad, sustentados y protegidos por el es claro reflejo de los usos literarios contem­
2. Posibles hospitales en al-Andalus en épo­ resto de la comunidad. Sus paralelos en el poráneos, tan floridos y elogiosos como
ca almohade Mágreb en Fez y en Marrākuš son conocidos hueros; quizás por ello aparece vocalizada, caso
por los textos. En las grandes ciudades de al-­ infrecuente en epigrafía.
A lo largo de toda la historia de al-Andalus Andalus habría otro tanto, por más que los La traducción de su texto, línea a línea,
hubo piadosos musulmanes que instituyeron textos no sean muy explícitos en este caso. reza como sigue:88
habices destinados a la asistencia y alimenta­
ción de los necesitados. Esto quiere decir que (1) ¡Alabado sea Dios!
después de la época califal (en que tenemos 3. El māristān y otros hospitales del reino de (2) Ordenó la construcción de este hospital
noticias textuales de ello) siguieron existien­ Granada (mārisṭān) —como signo de vasta misericordia
do. Es decir, la asistencia médica seguía garan­ (3) con los pobres enfermos musulmanes (li-­
tizada en las ciudades de al-Andalus, y allí don­ Como se ha referido, del único māristān, u ḍu‘afā’ marḍà al-muslimīn), y como buenā
de pudiera desplazarse bien el médico o bien hospital-institución del que se nos ha conser­ obrā (qurbatan)
el paciente. En casas particulares, o en naves vado referencia textual es del de Granada. Una (4) provechosa —¡si Dios quiere!— al Señor de
cerca de las aljamas, así como en las zāwiya-s vez fue localizado el solar de su asentamiento, los dos Mundos; inmortaliza así su caridad
y en las rābiṭa-s siguió ofreciéndose este tipo desde los años 80, sucesivas excavaciones ar­ (ḥasanata-hu),
menor de hospitium, personalizado y atento al queológicas lo están devolviendo, sino a su (5) por sí misma expresiva en clara lengua, y
individuo necesitado, al enfermo o al viajero. esplendor original, sí por lo menos lo están cumple con esta fundación con la limosna legal
Lo mismo puede afirmarse respecto a la con­ recuperando para el patrimonio colectivo y (ṣadaqata-hu) por el curso de las anualidades
tinuidad de los barrios para los leprosos y en­ para la memoria. Por ello se merece una aten­ (6) y la continua sucesión de los años, hasta el
fermedades “impurificantes”. Ahora bien, en ción especial; no sólo por su singularidad, sino momento en que herede Dios la tierra y lo que
cuanto a la introdución del hospital-institu­ porque, al menos sobre él nos han perdurado sobre ella hay —¡Él es «el Mejor
ción o māristān hay datos escasos e indirectos, más noticias. (7) de los herederos»89 !— el señor, el imām, el

154
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Un físico en su consulta observa la orina de un hombre


tal y como aparece representado en las Cantigas.

sulan magnánimo, grande, ilustre, puro, (19) este país; y ha añadido con ella un borda­
(8) el que se revela el más afortunado entre sus do de gloria al liberador manto de la guerra
parientes de dinastía y el más resuelto entre santa (ŷihād), ofreciendo
ellos al ataque por la causa de Dios, (20) ante la faz de Dios este mérito con el
(9) el señor de las victorias y de las acciones objeto de obtener la recompensa divina. ¡Dios
generosas, de pecho magnánimo, el protegido por es poseedor de una gracia inmensa! Ha prepa­
los ángeles y por el espíritu divino, rado así una luz
(10) el defensor de la Sunna, asilo de la reli­ (21) que caminará delante y detrás de él «el
gión, emir de los musulmanes al-Ganī bi-llāḥ día el que no aprovechen fortuna ni hijos varo­
Abū ‘Abd Allāh Muḥammad, nes, sino a quien vaya
(11) hijo del señor grande y célebre, el sultán (22) ante Dios con corazón puro»90 . Se inició
glorioso, elevado, guerrero por lafe (muŷahid), su construcción en la segunda decena del mes de
justo, muḥarram
(12) solemne, feliz, mártir, el santificado (al-­ (23) del año 767 [27 septiembre al 8 octu­
ṣahīd al-muqaddas) emir de los musulmanes bre de 1365]. Se concluyó según lo había dis­
Abū l-Ḥaŷŷāŷ, hijo de puesto su fundador y fue dotada
(13) mi señor, el sultán glorioso, célebre,gran­ (24) de rentas habices para su sostenimiento
de, excelso, victorioso, en la segunda decena del mes de šawwāl del
(14) que derrota a los politeístas y subyuga a año 768 [9 al 20 de junio de 1367]
los infieles agresores (25) ¡No deje Dios sin recompensa a los cons­
(15) el feliz mártir (šahīd) Abū l-Walīd Ibn tructores, ni malogre las obras de los benefacto­
Naṣr al-Anṣārī res!
(16) al-Jazraŷī ¡Otórguele Dios éxito y favor (26 ¡Dios bendiga a nuestro señor Muḥammad,
a sus obras, “sello” de los profetas, a su familia y a todos
(17) que le alcance Su gracia perfecta y Su vasta sus compañeros!.
recompensa!
(18) Con su construcción ha realizado una obra El tono laudatorio general del texto ha de
de caridad (ḥasanatan) sin precedente desde la encuadrarse dentro del contexto religioso que
entrada del islam en supo ne la creación de una obra pública por

155
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

parte del poder islámico: siempre en benefi­ pectivamente de “guerra santa mayor” (al-ŷihād En este texto deseamos de resaltar, el ca­
cio de la comunidad, a la que se busca servir al-akbar) y de “lucha espiritual” (ŷihād an-nafs). rácter religioso que le confiere a la obra, acorde
con esta fundación.91 No deja de ser resalta­ Al referir su segundo período de gobierno con el capítulo en que se inserta, curiosamente
do mediante dos citas coránicas, que hablan (763-793/1362-1391), entre estas acciones por todo él dedicado a referir las luchas contra los
del desprendimiento y de la futilidad de los la comunidad habla de la construcción del hos­ castellanos y los logros militares de
bienes materiales o la progenie, y del valor pital granadino en un epígrafe que titula «Al­ MuḥammadV.
esencial de la caridad y de poseer un corazón gunos méritos del gobierno en este período. En pri­ El edificio es denominado como al-māristān
puro. Aparte de ello, nos proporciona tres da­ mer lugar, en lo que se refiere a méritos de clemencia (utilizando la forma occidental, sin bī-) al-a ‘ṭam
tos de gran valor: el nombre de su fundador, y de resolución en las estrecheces, el yihād mayor, es el “más importante, más grande”, idea que he­
la fecha de su conclusión y la de su “inaugu­ decir, la lucha espiritual (ŷihād an-nafs)», en un mos condensado en hospital supremo. No deja
ración” —por decirlo así— mediante el acto ju­ alambicado lenguaje dijo del hospital de Gra­ de sugerir la existencia de otros menores en
rídico de la firma de la dotación de los subsi­ nada: relevancia. Y menores no por su labor asis­
dios para su mantenimiento, en forma de rentas tencial, sino porque es éste una fundación real,
habices. «Entre las actitudes de sinceridad y de benefi­ un timbre de gloria, una medalla de honor
Esta lápida fundacional se conservaba en cencia (al-iḥsān) de la extrordinaria “lucha es­ para el reino que el sultán se encarga de eri­
torno a 1850 en un pabellón de los jardines piritual” está la construcción del hospital supre­ gir. Es, además de una obra religiosa,un flo­
de la Alhambra denominado La mezquita, mo (al-māristān al-a‘ṭam), buena obra asen­ rón de honor para MuḥammadV, como resal­
adonde fue transportada desde su anterior tada hasta el confin de los tiempos y privile­ ta la lápida fundacional.
emplazamiento, el edificio conocido como gio de la mejor de las ciudades. No se llega a él De este texto se deduce una descripción
Casa de Zeta o Casa de la Moneda.92 sin la principal de las conquistas, que está en más genérica de lo que hubiéramos deseado.
relación con la abundancia de la indigencia y En el terreno descipritivo habla de: suntuoso
aparición de la necesidad, lo cual provoca en él edificio, con “numerosas habitaciones, un amplio
Origen y descripción del māristān de la capital gra­ la magnanimidad de la devoción (al-dīn) y un patio, aguas corrientes y saludable atmósfera, nu­
nadina espíritu fortalecido; por lo tanto, manifiesta la merosos almacenes y lugares para las abluciones.
actitud de compañerismo de los íntimos amigos, Supera al hospital de Egipto por el extenso patio,
Sabemos que la fundación del māristān de y la meta es al-Andalus. lo saludable de sus aires y en sus aguas, que se
Granada por Muḥammad V se produce dos Es un compendio de las bellezas y un suntuoso precipitan a borbotones sobre la arenisca y la negra
años y medio después de retornar de su obli­ edificio. Posee numerosas habitaciones roca, ondulándose como en el mar y fluyendo hacia
gado exilio magrebí;93 concretamente residió (masākin), un amplio patio (sāḥa), aguas co­ los árboles” y recuerda la inscripción
en Fez entre 1359-1362. Ésta circunstancia rrientes y saludable atmósfera, tiene numerosos fundacional. Muy genérica descripción, cons­
hace que con absoluta seguridad conociera el almacenes y lugares para las abluciones. Disfru­ cientemente evocadora (en cuanto a lo salu­
hospital fasí. Por ello se ha llegado a apuntar ta de una desahogada manutención y una bue­ dable de sus aires y aguas) de la referida
que en el ánimo de Muḥammad V estaba el na organización. Supera al hospital de Egip­ anécdora fundacional del hospital de Bagdad
crear a su vuelta un edificio similar en Grana­ to96 por el extenso patio, lo saludable de sus por Ibn Zakariyyā’ al-Rāzī. En cuanto a su
da.94 Las fuentes árabes poco ayudan a explo­ aires y en sus aguas, que se precipitan a borbo­ administración:“disfruta de una desahogada ma­
rar este aspecto de su origen, pero la coinci­ tones sobre la arenisca y la negra roca, ondulán­ nutención y una buena organización” y “se permi­
dencia cronológica es evidente. dose como en el mar y fluyendo hacia los árbo­ te a cualquiera que esté débil [su ingreso, sólo] con
La referida lápida es sólo el texto conme­ les ¡Menudas condiciones las suyas! Se permite que él lo apruebe. Sus administradores son de alma
morativo de la erección por el sultán nazarí a cualquiera que esté débil su ingreso, sólo con bondadosa, a imitación de la [espiritualidad de]
Muḥammad V de un māristān destinado a los que él lo apruebe. Sus administradores son de madrasa o la zāwiya.”; elogios formularios, aun­
enfermos indigentes de Granada. Buscando alma bondadosa, a imitación de la espirituali­ que sea interesante la equiparación del motor
más información en el gran relator de los dad de la madrasa o la zāwiya y con la deter­ piadoso de su personal con el de las rábitas. En
acontecimientos del reino de Granada, en las minación de quien se sabe destinado a la tumba último lugar, no alude a su financiación me­
diversas obras de Ibn al-Jaṭīb (713-776/1313- —todo lo contrario a los propósitos de los reyes—. diante bienes ha-bices (como recuerda la lápi­
1375). Si su Lamat al-badrīya fī d-dawlat an­ Sobre él hay una inscripción con su buen nom­ da), sino, reitera que el dinero fundacional pro­
naṣrīya tiene como límite temporal el 765/ bre del sultán en el extremo, inmortalizado so­ viene sólo de sus limosnas (ṣadaqāti-hi), es decir
1363.4, hallamos más datos en su repertorio bre los muros para el recuerdo; es una preserva­ del pago de su impuesto religioso obligatorio.
de granadinos de origen o adopción que es la ción insólita frente al olvido de la sepultura —¡en No cabe concluir sino que a imitación de
Iḥāṭā fī ajbār Garnāṭa;95 en la larga biografía el mismo centro de la ciudad de las cámaras la prestigiosa capital de Fez, en Granada tam­
que dedica a Muḥammad V, que estructura privadas y de los reservados!— y es como una bién el sultán quiso dotar a los granadinos de
dividiendo entre su lucha contra los cristia­ salmodia lenta del Corán, día y noche. Todo un beneficio inédito hasta entonces en al-­
nos y sus generosas actuaciones en beneficio esto proviene sólo de sus limosnas (ṣadaqīti­ Andalus (como se encarga de resaltar el texto
de la comunidad; a esta última se califica res­ hi), y de la grandeza de sus intenciones».97 de la lápida fundacional).

156
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Grabado que muestra la puerta de


la desaparecida Casa de la Moneda,
antiguo hospital nazarí. Sobre el
dintel se aprecia la inscripción
conmemorativa de su fundación por
Muḥammad V (se aprecia en detalle
en la ilustración siguiente).

157
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Funcionalidad asistencial neral, en cuyo caso sería posible la evolución de la coracha y cercano al Darro. Se ubica
funcional que defendemos. enfrente del Baño del Nogal (o Bañuelo) y de
Como se resalta en la lápida fundacional Cuando los Reyes Católicos entran en la la Puerta de los Tableros (más conocida como
sus destinatarios son “los pobres enfermos mu­ urbe granadina el edificio parece ser que esta­ puente del Cadí), ambos del s. XI, y cercano a
sulmanes (li-ḍu‘afā’marḍà al-muslimīn)”, aña­ ba ocupado por enfermos mentales. Esta varias casas con mucha historia que contar.100
diendo Ibn al-Jaṭīb que podía ser ingresado funcionalidad es reiterada por J. Münzer cuan­ Según parece, el māristān está en el solar de la
cualquier enfermo, sólo con dar su autoriza­ do nos refiere su viaje por Granada en 1494; a coracha precedente; ésta era un pasillo amu­
ción previa para ello. Cabe, por tanto, pensar no ser que este edificio del māristān se desti­ rallado que comunicaba la Alcazaba Cadima
que su dedicación primordial estuvo enfoca­ nara a la otra función que refiere: a casa cuna. con las nuevas fortificaciones de la colina de
da a la labor asistencial del enfermo pobre, Igualmente escasos de noticias estamos como la Alhambra. A partir del s. XI se forma un
ahora bien, ¿qué tipo de enfermo?. No lo era para inclinarnos por una o otra utilidad. arrabal al Este de la coracha, que acabará ce­
de enfermos crónicos o con lepra, puesto que Las fuentes árabes no ayudan a sentenciar rrándose en el s. XIV o XV. Desde entonces,
la puerta de Bibalmazda (Bāb al-Marḍà) de satisfactoriamente este asunto. Se ha utilizado por lo que se sabe, la estructura del callejero
Granada nos informa del portal que daba sa­ como argumento a favor de su funcionalidad de esta zona perdura invariable, con la única
lida al barrio habitado por los enfermos de como lugar de reclusión de enfermos menta­ diferencia de que el nivel de la calle actual es
“dolencias impurificantes”. les y alienados el que entre las muchas bio­ 1,6 m. más elevado que el de entonces.
En base a las ruinas que nos han llegado grafías que recoge Ibn al-Jaṭīb en sus obras no Sobre el espacio del pasillo de la coracha
del māristān es difícil reconstruir su ordena­ haya una sola de cualquier médico que traba­ se instalaron otros edificios antes que el hos­
miento y funcionalidad original.98 Poco ayu­ jara en el hospital granadino, o que haya en­ pital. Entre mediados del XII e inicios del XIV
da a dilucidarlo la estructura del edificio, for­ señado o aprendido en él, o alusiva a que éste se unifican varios de estos edificios en uno,
mada por unas 26 habitaciones en dos pisos, fuera visitado por médicos extranjeros, y el que sus excavadores denominan “premaristán”;
cada una de cerca de 2,5 x 2,5 m. y unos 6 m2, que Ibn al-Jaṭīb —tan privado de sus grande­ éste poseería una sola planta y las puertas en
más otras salas para consultas, administración, zas granadinas— le dedique sólo una tacaña diferente disposición. Se afirma que éste bien
y almacenes. Es seguro que en cada habita­ descripción en su obra.99 Pero, si nos fijamos pudiera ser una alhóndiga, aunque nos extra­
ción hubo varios enfermos, tomemos como en las fechas: el māristān es inaugurado en 768/ ña esta aseveración, por dos motivos: las al­
referencia la imagen de las Cantigas, o bien lo 1367 e Ibn al-Jaṭīb fallece en 776/1375;ocho hóndigas se situaban en las inmediaciones de
consideremos como un hospital psiquiátrico. años justos después, precisamente unos años las puertas de la ciudad, y tradicionalmente
Las excavaciones han mostrado que estas ha­ muy azarosos en la vida del polígrafo. Hemos poseían dos plantas.101 El māristān se habría
bitaciones estaban comunicadas interiormente de pensar que los biografiados en su Iḥāṭa por fundado aprovechando la estructura de este
entre sí, lo cual está más conforme con la es­ lo común han muerto con la suficiente ante­ edificio, motivo por el que su construcción
tructura de un hospital asistencial que con la lación como para que Ibn al-Jaṭīb haya podi­ sólo se prolongó durante dos años (habida
de un nosocomio de aislamiento de los en­ do recoger datos de su vida y reseñarlos. El cuenta de su riqueza decorativa). Según hi­
fermos mentales. Por ello, y por las palabras ajetreo de estos últimos años de su vida le pótesis de los excavadores, Muḥammad V de­
de Ibn al-Jatfb pensamos que en su origen e habría impedido compilar datos sobre hechos bió añadir un piso preexistente, dando como
intención inicial estuvo la de la asistencia al o acontecimientos más recientes, habida cuen­ resultado un edificio con patio central y con
enfermo, al estilo de los māristān-es orienta­ ta que el grueso de sus noticias estaban ya com­ una alberca, rodeado de naves por los cuatro
les, y que con el tiempo (como ocurrió con piladas. Quizás por ello no hemos de echar en costados; estas naves, como en cualquier casa
los hospitales magrebíes),su uso devino hacia falta tales detalles biográficos alusivos a mé­ granadina de patio centrado, o como en una
esta especialización como sanatorio mental. dicos relacionados con este hospital de tan madrasa o una alhóndiga, estaban abiertas al
Se puede apuntar ésta una consecuencia más tardía fundación. patio y cerradas al exterior; habría cambiado
del crecimiento demográfico, y por tanto, tam­ Finalmente, está el argumento de un hi­ además la planta general del edificio y las puer­
bién de un número mayor de enfermos men­ potético paralelo con los hospitales del Mágreb. tas de acceso al exterior, así como su fachada
tales, necesitados de una asistencia no prevista En este caso habremos de inclinarnos por un y disposición interna.102
de otro modo en el islam. fin para el cuidado de los enfermos psiquiá­ La descripción de Ibn al-Jaṭīb del mismo,
La lápida fundacional y su descripción tricos. Fin primordial, pero no exclusivo, pues­ por más que muy general viene a iluminar lo
hablan de enfermos musulmanes; en esta de­ to que nada impide que ademas albergara a que la arqueología ha desvelado. Habla de un
finición entraría cualquiera musulmán con una otro tipo de enfermos necesitados de cuida­ extenso patio, con un estanque en su parte
enfermedad, motivo por el que pensamos en dos médicos. central; hoy sabemos que era de tapial y de
la evolución funcional del edificio. Habría que unas dimensiones de 14 x 5 m. Estaba ali­
tener más datos sobre los habices a él asigna­ mentado por los caños y acequias de agua que
Ubicación y características del edificio del māristān
dos: no es lo mismo que sus rentas desde un surgían de dos magníficos leones sedentes; és­
comienzo se dedicaran a los enfermos men­ Está ubicado el māristān en la ladera me­ tos hacían las funciones de surtidores, pues en
tales, o que fueran para “los enfermos” en ge­ ridional de la colina del Albaicín en el barrio sus bocas había un caño del que fluía agua a

158
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Lápida fundacional del mārístān de Granada (767


H./1.365J.C.).

159
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

una alberca inmediata a ambos. Situados en el chumbres originales, son restos de una arma­ el alero estaba policromado, lo mismo que las
patio del mārisṭān, arrojaban un agua cantarína dura de madera, un artesonado plano decora­ armaduras de madera del interior, y las alfarjías
y relajante desde los extremos de la gran al­ do con líneas incisas y restos de policromía de las galerías estaban talladas.107
berca situada en su parte central; de mármol (ángulo SE). La riqueza decorativa de los
oscuro, sentados sobre sus cuartos traseros, in­ muros de este edificio, en especial su notable
defectiblemente traen a la memoria en su fac­ policromía impresionó a los granadinos del s.
Otros hospitales del reino de Granada
tura y en su funcionalidad de surtidor a los de XIX.104 Según se ha podido ver en restos del
la Fuente de los Leones de la Alhambra, aun­ enlucido de los muros, el acabado original era
que se diferencien de aquéllos por la proliji­ de pintura reproduciendo un aparejo de la­ No tenemos noticias fehacientes de otros
dad de su labra, su tamaño mayor y su postu­ drillo sobre un revoco que cubría el aparejo hospitales de origen islámico en el reino de
ra. Pertenecieron en origen a un mismo edi­ real. Este sistema, corriente en la arquitectura Granada. Ni los viajeros árabes Ibn Baṭṭūṭa a
ficio, y luego ambos y la lápida fueron a parar califal, almohade y en la nazarí también se (que estuvo en 1350),‘Abd al-Basīṭ (lo hizo
a La Alhambra, siendo colocados en el borde habría aplicado a la portada, motivo por el entre diciembre de 1465-febrero de 1466), ni
sur de la alberca inmediata a las casas del que se afirma que los ladrillos estaban coloca­ al-Qalaṣādī (bastetano, 1412.3-1486), ni al-­
Partal.103 Allí han estado hasta que la reciente dos con tal perfección que no se adivinaban Ḥaŷārī (en Granada sobre 1597), ni Luis de
restauración de la zona obligó a relegar al único sus juntas. Muchos otros restos de decoración Mármol, ni Andrea Navaggiero, ni otros via­
que se conserva al almacén. Según indica Ibn pintada han aparecido enterrados entre sus jeros que pasaron en tiempos posteriores a la
al-Jaṭīb «sus aguas, que se precipitan a borbotones restos. conquista vuelven a hablar del referido hos­
sobre la arenisca y la negra roca, ondulándose como pital islámico. Sabemos que continúa en fun­
en el mar y fluyendo hacia los árboles», o sea que cionamiento, pero la preeminencia que se da
el agua corría hasta un jardín con árboles si­ Vicisitudes del inmueble en el tiempo tras la conquista cristiana a nuevas fundacio­
tuado en el patio en derredor de esta alberca. nes hospitalarias buscan eclipsar al antiguo is­
La planta, tal cual la plasmó F. Henríquez Recién conquistada Granada, los reyes lámico.
puede verse en la ilustración correspondien­ Católicos fundan un hospital en la Alhambra Unicamente J. Münzer (que viaja por el
te. El patio descrito es rectangular y mide 38,3 para los cristianos, y habrían mantenido este reino de Granada entre 20-29 octubre de
x 26,5 m. y está orientado en dirección N.-S. hospital nazarí en cuanto a su funcionalidad 1494), nos ha legado unas lacónicas palabras
La zona edificada se articula en torno suyo, inicial hasta la sublevación de los mudéjares. que nos recuerdan que el māristān seguía en
en sus cuatro lados, resultando una planta si­ De este modo, posiblemente entre 1499 y uso: en Granada tras la conquista el rey Fer­
métrica en sus partes. En cada lado hay una 1502, destinan el inmueble a Casa de la Mone­ nando el Católico, «Al lazareto, a la casa cuna, y
galería porticada por todo su largo, de cerca da, (o de la Zeca/Ceca, del árabe Sikkā);e\\o ya a la de los locos, que fueron levantadas por los mo­
de 1,27 m. de ancha; ésta da al patio y comu­ fue causa de un cambio en la distribución in­ ros, les aumentó los censos y no los disminuyó en
nica con una serie de salas cuadrangulares. Hoy terior y en la decoración del edificio; otras nada».108 Del arrabal de los enfermos de “do­
se han desvalado restos de los cuerpos edifi­ recostrucciones cambiarían su estructura in­ lencias impurificantes” (que llama lazareto) y
cados en los laterales E y S, y algo del O; el N, terna en 1590 y la cubierta a comienzos del s. del hospital (posible nosocomio) granadinos
el que soportaba la fachada decorada se des­ XVII.105 Una vez clausurado como Casa de de época nazarí ya se ha hablado antes; lo que
conoce en su estructura. A cada sala o habita­ la Moneda a fines del s. XVII, pasó a ser una no conocíamos era que hubiera un hospicio
ción se accedía desde la galería, a través de propiedad privada y fue languideciendo la fa­ para niños de época islámica, siendo ésta la
unas puertas de entre 96 y 119 cm. de ancho. brica del edificio, ejerciendo las funciones de primera y única noticia que poseemos de la
Las salas-habitaciones que han podido aislarse almacén de vinos, casa de vecinos, cuartel existencia de tales en al-Andalus; aún así, su
tenían unos 2,40 x 2,40 m. (las del lado E) y militar y presidio, hasta su ruina y demolición presencia en las grandes ciudades musulma­
estaban comunicadas entre sí, mediante unas parcial en 1843. A mediados de este siglo era nas no es nueva: Ibn Ŷubayr conoció y elogió
puestas abiertas en los muros laterales, origi­ un corral de vecinos, hasta que los buenos el colegio de huérfanos de Damasco en el s.
nándose así una especie de pasillo interior de oficios de los arqueólogos J. A. Granados y V. XII.109
unos 79 cm. de anchura, que permitía reco­ Salvatierra han recuperado la memoria física, Inmediatamente tras la conquista de Gra­
rrer todas las salas sin necesidad de salir a la y bajo su cuidado se ha comenzado el estudio nada los Reyes Católicos fundaron un hospi­
galería. Cercanas a las esquinas estaban cuatro arqueológico y la restauración del edificio en tal de la Alhambra, para curar los heridos de la
escaleras de comunicación con el piso supe­ base a sus escasos restos.106 guerra, del que se tienen escasos datos. A éste
rior. Salvóse únicamente parte de su bella por­ vino a unírsele el Hospital Real, fundado por
Las galerías que rodeaban el patio se divi­ tada, que acabó por desaparecer a fines del s. la reina Isabel de Castilla en 1504; en 1511 el
den en dos pisos, sostenidos por pilares rec­ XIX; la obra era de ladrillo, colocado con tal rey Fernando ordenó reemprender su edifi­
tangulares de ladrillo (8 en los dos lados ma­ perfección que era difícil percibir las señales cación, aunque será Carlos I, desde 1522, quien
yores y 4 en los menores). No se han conser­ de las juntas e hiladas, las tejas eran de cerámi­ le dará el impulso definitivo, siendo abierto
vado más que escasos fragmentos de las te­ ca vidriada en blanco y azul formando damero, en 1527, tras un largo período de construc­

160
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Uno de los dos leones-surtidores que flanqueaban la


alberca del patio del mārístān. Foto en su posterior
ubicación al lado del estanque del Partal, en la
Alhambra.

161
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

ción en el que intervinieron los más notables 3.5. Conclusión: El supuesto origen tardío del hos­ andalusíes y quizás huellas de su presencia en
arquitectos y en el que se invirtieron enor­ pital en al-Andalus, un problema terminológico Valencia. Lo mismo ocurre con las madrasas,
mes recursos. El motivo es el mismo que en y conceptual las instituciones educativas islámicas, conver­
el origen del māristān: se trata de un edificio tidas por los almohades en viveros de funcio­
emblemático, que ha de dar la imagen del Como conclusión se puede afirmar que narios estatales, que forman en una educa­
enorme poder de quien lo manda erigir.110 lo tardío es la importación y el uso del térmi­ ción superior y especializada equiparable a la
Estos y otros ejemplos son presentados como no māristān en al-Andalus, el denominar con educación universitaria. Según parece la más
muestra de la charitas de los “Católicos” reyes un nombre específico al espacio dedicado al antigua conocida es la madrasa de Málaga,114
conquistadores. cuidado de los enfermos. Como se ha visto, mientras que luego conocemos la granadina,
Idéntico mecanismo se produce tras la los enfermos poseían sus propios espacios defi­ agradablemente motejada como la Madraza y
conquista catalanoaragonesa del reino de Va­ nidos según sus peculiaridades y recursos; de la de Murcia.
lencia: a la entrada de los nuevos pobladores igual modo la dedicación de recursos, tiempo El māristān de Granada es es el único ejem­
le sigue la creación de nuevos hospitales para y ciencia en al-Andalus garantizaba un ade­ plo de hospital, singular, tardío, aparentemen­
los cristianos, como se ha referido ya. Posible­ cuado ejercicio de la medicina, como lo indi­ te descontextualizado, en minoría numérica
mente se reutilizan otros precedentes, pero, al can las referencias cronísticas. respecto al Mágreb, Oriente o a los abundan­
ver el mecanismo similar en Castilla y Aragón El sistema del ejercicio de la medicina en tes hospitales contemporáneos de las cristia­
pensamos que, una vez conquistada la ciudad, al-Andalus,por lo que se colige de Ibn Ŷulŷul, nas coronas de Castilla y Aragón. Surge por el
se desea garantizar un adecuado tratamiento consistía en aprender la ciencia en Oriente único motivo antes no considerado: como
para los soldados heridos y como —en su cri­ para luego poder ejercerla en la Península y “hospital de estado”, como imitación del de
terio- sólo un hospital cristiano puede dárse­ adquirir una posición de privilegio socioeco­ Fez por parte de Muḥammad V, en un deseo
lo, se fundan sendos centros hospitalarios con nómico. Según se deduce, no parece que los de emular su renombre y esplendor. Pero,
ese fin en Valencia y Granada. médicos del emirato y califato fueran muy como se ha visto, su vida es efímera y la asis­
Finalmente hay que mencionar en Gra­ dados a compartir su saber, y así, aunque hu­ tencia al enfermo en al-Andalus se regía por
nada el Hospital General u Hospital de Moris­ bieran trabajado o estudiado en hospitales unas normas y unas costumbres heredadas que
cos. Es menos conocido que el māristān por­ orientales (como es el caso de Muḥammad bien pronto provocó un desplazamiento de
que no tenemos datos acerca de su origen, Ibn ‘Abdūn), el sistema de ejercicio de la me­ su funcionalidad hacia el tratamiento de los
no poseemos planos u otras referencias más dicina, y lo que hemos llamado las “ayudas dementes, ocupando así un hueco asistencial
explícitas. Una pista indirecta de Ibn al-Jaṭīb sociales” garantizaban suficientemente la sa­ desatendido con anterioridad en al-Andalus.
nos hablaría de una puerta que salía a este otro nidad pública, haciendo innecesaria en la
māristān en el s.XIV.'" Es más conocido por Córdoba omeya la importación de esa fór­
las referencias que otros historiadores mula creada por los abbasíes del hospital-ins­ 3.6. Apéndices. Dos descripciones y un director
postconquista nos han legado. No conocemos titución. Tampoco era necesario para el con­ malagueño del hospital de Fez
fecha de fundación, pero sabemos que estaba trol del ejercicio de la profesión médica, puesto
situado cerca de la Puerta de Bibalbonud, que los facultativos eran bien conocidos de Como puntos de referencia para mejor
abierta en la muralla que circundaba la Alca­ todos, y estaban agrupados en un “colegio de comprender las escasas noticias que poseemos
zaba Cadima o antigua. Situado enfrente del médicos” que llevaba un escrupuloso registro del māristān de la Granada, siguen dos des­
actual convento de las Tomasas y no lejos de con sus nombres, ejerciendo un control gre­ cripciones del hospital de Fez, una casi con­
la Parroquia del Salvador, no extraña que haya mial que les facultaba o denegaba para el ejer­ temporánea al anterior, la de Ibn Marzūq, y la
estado destinado para el tratamiento de los cicio de la profesión.113 de Juan León el Africano, bastante posterior.
“cristianos nuevos” granadinos, pues esta zona La importación del término māristān vie­ Ambas corresponden a un edificio fasí, que
del Albaicín estaba densamente poblada por ne a través del Mágreb. Aunque eminentes surge y se desarrolla en un ámbito bien dife­
moriscos. Estaba en la parte más elevada del andalusíes hayan trabajado en hospitales orien­ rente al granadino, pero ayudan a entender el
cerraja zona más salubre,y fue abandonado a tales desde la época del califato andalusí, es en funcionamiento de este tipo de hospitales.
causa de su rebelión en 1569, y cedido su edi­ el período almohade en el que se importa a Hemos traducido, finalmente la biografía de
ficio por Felipe III para el convento de los al-Andalus no sólo el término māristān, sino un malagueño que llegó a ser director de este
Agustinos descalzos en 1603; los franceses lo la forma física (el tipo y funcionalidad del hospital de Fez, tal y como nos lo presenta el
arruinaron en parte en la guerra, y tras la edificio) y su fórmula asistencial (regulada, con difícil (de carácter y de estilo) Ibn al-Jaṭīb.
exclaustración acabó por derruirse lo que res­ salas especializadas y personal especializado
taba.112 para cada una, escribientes que controlen los
Estos tres ejemplos últimos son claras recursos, etc.) Desgraciadamente no poseemos La descripción de Ibn Marzūq
muestras de hospitales-institución cristianos, certidumbres sobre esto, sino pruebas circuns­
ya muy alejados en fondo y forma de los hos­ tanciales: su existencia en el Mágreb en Fez y Ibn Marzūq (710-781/1310-1379),cronis­
pitales islámicos. Marrākuš, el paso por ellos de médicos ta de la dinastía meriní y coetáneo de Ibn al-­

162
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

Jaṭīb, dedica un epígrafe completo al māristān que de él obtuve, y si alguien se fija en el signi­
de Fez. Una primera referencia a su funda­ ficado del hadiz, verá qué argumento más evi­
ción le dedica al hablar del sultán meriní Abū dente y manifiesto. A aquellos enfermos (al-­
Yūsuf Ya‘qūb (que gobierna 656-685/1258- marḍà) aquejados de enfermedad, les conducía
1286): [el Profeta] al lugar donde [se encontraban]
las camellas, para que bebierran de sus orines y
«Él fue quien construyó la Ciudad Blanca de leche, lo cual demuestra que tenían [los enfer­
Fez la Nueva, urbanizándola y eligiéndola como mos] un lugar especial (para ellos].
residencia para sí y para sus soldados, con obje­ Nuestro señor | Abū-l-Ḥasan| les dedicó [a los
to de separalos de la población de Fez. Cerca hospitales] unagran atención, siguiendo en ello
deAlgeciras [construyó] al-Bunya, ciudad que su ejemplo su sucesor e hijo, el mawlá Abū ‘Inān,
se le asemeja mucho. Fue él también el funda­ que el hijo es el corazón de su padre»."6
dor de la madrasa de Fez. Cerca de Algeciras
[construyó] al-Bunya, ciudad muy parecida a
ella. También élfundó la madrasa de Fez, en la Las descripciones de Juan León Africano
ribera del Qarawiyyín y, según tengo entendi­
do, las gentes del Mágreb no reconocían ni te­ A. Como colofón, aunque larga, inclui­
nían noticia de ninguna fundación de este tipo. mos la descripción que de los hospitales de
Construyó [asimismo] el hospital y algunas Fez en el siglo XVI nos dejó Juan León el
zawiya-s»115 Africano. Granadino de origen, vivió largos
años en el Mágreb; sus muchos viajes por él
En el mismo tono que requiere el con­ los condensó en una detallada Descripción del
texto religioso, loatorio hacia el sultán Abū l- Africa del Norte y del Centro, sabedor de que
Ḥasan (731-752/1331-1352), tras el largo será leída con avidez por unos lectores euro­ Planta del māristān granadino, según F. Henríquez de
enunciado de sus muchas virtudes hace lo peos necesitados de este tipo de informacio­ Jorquera.
propio con las acciones u obras públicas por nes. Esta es la imagen que transmitió de los
él emprendidas; por orden, habla de la cons­ hospitales de Fez:
trucción: de atalayas y torres vigías en las cos­
tas (como puestos de ribāṭ), de aljamas, mez­ Hay en Fez muchos hospitales cuya hermosura
quitas y minaretes, de madrasas, de zāwiya-s, no cede a las de los citados colegios y en los que
de hospitales, y finalmente de acueductos, se hospedaba antaño a los forasteros por tres
puentes y canales. Todas son obras públicas días; y a extramuros de la urbe existen otros no
encaminadas al beneficio de la comunidad menos hermosos.
musulmana. Al hospital de Fez dedica el capí­ Eran muy ricos pero, en tiempos de la guerra
tulo 45°: del Sahid y precisando el rey de muchos dineros
para mantenerla, oyó a sus consejeros y vendió
«Construcción de Hospitales (al-­ haciendas y otras fuentes de rentas. No quería
māristānāt). el pueblo que se hiciese tal, pero uno de los
Restauró nuestro imán el hospital de Fez y los dichos mensajeros recordó al monarca que la cons­
de otras ciudades. El término “māristān ” desig­ trucción de los hospitales se debió a donaciones
na el lugar acordado para el tratamiento y a la de sus antepasados y él corría el peligro de per­
asistencia de los enfermos (al-marḍà). La gen­ der el reino, de modo que era mejor vender lo
te de Oriente les conceden gran atención. necesario para vencer ese peligro y que, acabada la
Me decía en cierta ocasión el respetado alfaquí guerra, todo podría recobrarsefácilmente. Perofa­
y excelente secretario y sabio Abū-l-Ḥāsan ‘Alī llecido el rey antes de recuperar las propiedades,
Muḥammad Ibn Sa ‘ūd -¡Que Dios se lo cuen­ los hospitales quedaron pobres y sin función.
te entre sus méritos!— preguntándome: “¿Has Hoy también se hospeda en ellos algún maestro
encontrado en la Ley Canónica (šar‘) algún defuera o algún noble empobrecido de Fez, que
fundamento para la adopción de los hospita­ han de atender a su conservación.
les ?”Yo le respondí: “No lo recuerdo". Me dijo Hay uno para los enfermosforasteros, pero care­
entonces: “Pues sí; en el hadiz sobre los ce de médicos y medicinas y solamente les de­
‘Uraniyyūn existe el mejor argumento". Lo para alojamiento y los gastos, así que si un po­
comprobé, y fue uno de los mejore provechos bre muere o sana, ello es obra únicamente de la

163
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

voluntad de Dios. Existen en este hospital al­ como reconocen que alguien está afectado por la
gunas estancias para los locos, de los que tiran enfermedad, tienen autoridad para hacerle salir
piedras o provocan otros daños, encadenándoseles de la ciudad y mandarle a vivir al arrabal.
allí y teniéndolos tras cerrojos, con las ventanas Cuando un leproso muere sin heredero, la mi­
enrejadas por ciertos barrotes de una madera tad de sus bienes pasan a ser de la comunidad
muy dura. Hay un guardián que les da de co­ del suburbio, la otra mitad a la persona que
mer y que, si ve inquieto a alguno, lo aplaca con señaló el caso. Si el leproso tiene hijos, los bie­
un bastón que siempre porta consigo al efecto. nes pasan a los hijos.
Sucede en ocasiones que, al acercarse algún visi­ Hay que decir que se incluyen entre los leprosos
tante a estas estancias de los dementes, éstos lo agente con manchas blancas en el cuerpo y otras
llaman y se les quejan de que, estando ya sanos, enfermedades incurables».'20
los tengan todavía encerrados y soportando a
diario las maldades de los guardas. Creyendo
en sus palabras llegan algunos a arrimarse a su Un director del hospital de Fez en 754/1353
ventana, sintiéndose al momento atrapados por
la ropa mientras les llenan la cara de excremen­ «Muḥammad Ibn Qāsim Ibn Abī Bakr al-­
tos, pues, aunque hay allí letrinas, los locos va­ Qurašī al-Mālakī. De familia originaria de Mála­
cían sus vientres en la mitad de las alcobas, de ga, habitó en Granada, frecuentándola [con pos­
modo que los vigilantes deben andar limpiando terioridad] .
de continuo la porquería, así como poniendo sobre Su currículum:Tenía una mordacidad contagio­
aviso a los forasteros de que no se acerquen a sa y era un dechado de virtudes. Poseía una exce­
El māristān de Granada en su marco urbanístico de tales estancias. Cuenta el hospital con cuantos lente caligrafía, de escribano, era buen poeta, buen
privilegio. hombres necesita en punto a escribientes, manda­ jugador de ajedrez, poseía una rara calidez [de
deros y guardianes, cocineros y los que atienden a ánimo] y un inteligente pensamiento y audacia.
los enfermos, con buen estipendio para cada uno; Encaminóse a la orilla magrebí, consagrándose allí
de joven estuve en él dos años oficiando de escriba como médico, y dirigiendo la administración del
según suelen hacer los muchachos estudiantes, y māristān de Fez en el mes de rabīʻ II del año 754
con salario de tres ducados al mes."7 (6 mayo-3 junio de 1353).
Su poética: Recitome en la ciudad de Fez el
Describe uno de los varios maristanes que año [7]56 (16 enero 1355-4 enero 1356), rumbo
existían en Fez: el “hospital de extranjeros”. a una embajada mía al Mágreb. Dijo de un pie
Dice haber trabajado como escribano en éste, amputado, en el papel: [... dos piezas poéticas,
por lo su conocimiento de lo referido es de que omitimos ...]. Era un complicado juego de
primera mano. En el pasado siglo, el viajero palabras, yendo hasta el extremo de las normas
español Domingo Badía (Ali Bey) en un bre­ [lingüísticas] auténticas, vocalizando lo que no debe
ve párrafo de su relato confirma este devenir ser vocalizado y defendiendo lo que no defendía.
hacia el tratamiento casi exclusivo de enaje­ Reprochó en cierta ocasión a su abuela por el
nados: «Fez posee un hospital u hospicio con muy guiso de comida que tenía y [porque] no había
buena dotación y destinado únicamente al cuidado consultado [sobre esto] al médico. Tenía delante
de los locos»."3 suyo el gato molestándole con sus maullidos121 exi­
B. Es también reveladora su descripción gentes y le dijo malhumorado: “Quinientos azotes
del barrio de los enfermos de dolencias [te voy a dar] ”. Díjole su abuela: “No des estos
“impurificantes” de Fez en el s. XVI: azotes al gato, sólo me atormentas con ellos, ¡Dátelos
tú en nombre del gato!”. A lo que le replicó: “¡Im­
«Aún hay otro arrabal donde viven los leprosos, pídalo Dios! ¡Oh señora mía! —por esta mezquin­
con unas doscientas casas. Los leprosos tienen su dad me hizo darme cuenta [de mi yerro], o [de­
prior y jefe, el cual recoge los ingresos de varias bido] al agobio por los azotes-, Al contrario, este
propiedades que los principales y otras personas gato es un placer lícito, y tú posees mil bondades de
regalaron a los leprosos por amor de Dios."9 corazón”, y la puso como lección. Nos honró y nos
Estos enfermos están tan bien provistos de lo divertimos juntos. Era en esto insuperable.
necesario que no precisan de nada. Los priores Su nacimiento: En Málaga, el año 703 (15
de los leprosos se encargan de librar a la ciudad agosto 1303 a 3 agosto 1304). Su defunción:
de toda persona atacada de lepra. Tan pronto Me llegó por el alfaquí Abū ʻAbd Allāh al-Šadīd, y

164
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

así supe que él murió hacia la mitad del año 757 mente por de la Moneda en Granada», Museo Vista general de la ciudad de Fez, Marruecos.
(junio 1356)»122 Español de Antigüedades, Madrid, ed. Museo
Español, tomo II, 1873, pp. 63-64. También
puede hallarse en: Manuel Gómez Moreno:
Procedencia de las ilustraciones Guía de Granada, op. cit, vol. I, pág. 414.
14. Lápida fundacional según ilustración
Las 12 primeras ilustraciones son imáge­ de Evariste Lévi-Proveucal: Inscriptions arabes
nes parciales que provienen del Códice T.J. 1 d’Espagne, op. cit., vol. II, Planche XLI.
de las Cantigas de Santa María depositado en 15. León del maristán en su ubicación del
la Biblioteca del Real Monasterio de El Es­ Partal.
corial. Se corresponden, por orden, con las 16. Planta según lámina de F. Henríquez
cantigasn°41,179,163,67,111,166,157,129, de Jorquera: Anales de Granada, op. cit.
37, 126, 88 y 173. 17. Plano del entorno urbano del maristán
13. Puerta de la Casa de la Moneda, según según la fig. 15 de J. A. García Granados; F.
grabado que reproduce Juan de Dios de la Girón Irueste; V. Salvatierra Cuenca: El
Rada y Del gado: «Portada conocida vulgar­ Maristán de Granada, op. cit. pág. 31.

165
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS -

Notas 10. El diagnóstico diferencial de la lepra puede trad. n° 203 p. 269.


verse en IGLESIAS DÍAZ, L.; GUERRA 18. Aḥmad al-Fāsī IBN ABĪ ZAR' (m. 726/
1. PAREJA, F. Ma , Islamología, Madrid, 1952- TAPIA,A.; ORTIZ ROMERO, P.L., Tratado 1325-6): Al-Anīs al-mutrib bi-rawd al-qirṭās fí
1954, vol. II, pp. 588-560. de Dermatología, Madrid, 1994, pp. 188-189. ajbār mulūk al-Magrib wa tārīj madīna Fās, ed.
2. LAÍN ENTRALGO, P., «Medicina Arabe», 11. ARNALDEZ.R., «Retrato del creyente se­ ár de Rabat, 1972, pp. 217-218; trad. esp.
Sección III de su Historia de la Medicina, Bar­ gún el islam», Enciclopedia de la Psicología y la HUICI MIRANDA, A., Ibn Abi Zar'. Rawd
celona, , 1978, p. 172. Pedagogía. Madrid, vol. IV (1979), pp. 423- Al-Qirtas,Valencia, (Col. Textos Medievales,
3. Sobre la evolución de la ciencia médica re­ 424; traducción de la versión original fran­ 12 y 13), 19642,p. 428.
mitimos a los conocidos libros de conjunto cesa Univers de la Psychologie, París, 1977-1978. 19. Sobre éstos en al-Andalus ver el volumen mis­
de SARTON, G., Introduction to the History of 12. Taqī l-Dīn Aḥmad Ibn ‘Abd al-Ḥalīm IBN celáneo, La Ràpita islámica: Historia Institucional
Science, Baltimore, 1927-1948; ULLMANN, TAYMĪYA (661-728/1263-1328), ed. ár. y i altres Estudis Regionals, Sant Caries de La
M, Die Medizin in Islam, Leiden, 1970; y el trad. fr. de LAOUST, H: Ibn Taymiyya.Al-Ḥisba Ràpita, 19942, y en especial su estudio
más reciente resumen de SAVAGE-SMITH, fīl-Islām, París, 1986, ed. ár. pág. 92, trad. fr. introductorio, EPALZA, M. «La Ràpita
E., «Médecine», Histoire des sciences arabes. 3. p. 107. Islàmica: Història Institucional», pp. 9-59,61-
Technologie, alchimie et sciences de la vie, París, 13. «Dios -sea El glorificado- ha dicho: “Las limos­ 107. Igualmente hemos tratado largamente
vol. 3,1997, pp. 155-212. nas (al-ṣadaqāt) son sólo para los necesitados (li- este tema en FRANCO SÁNCHEZ, F., «La
4. En árabe zamāna, del zamīn o enfermo cró­ 1-fuqarā’), los pobres (al-masākin), los limosneros economía de las rábitas», en el II Congrés de
nico, disminuido físico o inválido. (al-‘āmilīn ‘alay-hā), aquéllos cuya voluntad hay les Ràpites Iislámiques, Sant Caries de la Ràpita,
5. Ver nota 70. que captar, los cautivos, los insolventes de buenafe, 3-5 septiembre 1987, (en prensa).
6. STADEN;H.V., «Incurability and hopeleness: la causa de Dios y el viajero. Dios es Omnisciente, 20. FRANCO SÁNCHEZ,F., «Andalusíes y
The Hippocratic Corpus», La maladie et les Sabio». magrebíes en torno a los Sīd Bono/a de
malades dans la Collection Hippocratique. Actes 14. Dios, el Glorificado, de este modo, no nos ha deja­ Guadalest y Granada», Actas del II Coloquio
du 6e. Colloque International Hippocratique do ningún otro deber sagrado. Se ha discutido acer­ Hispano-Marroquí de Ciencias Históricas «Cul­
(Québec, 1987). Ed. de POTTER, P., ca [del significado de] fuqarā’ y de masākīn. tura, Ciencia y Sociedad», Granada, 6-11 no­
MALONEY, G. DESAUTELS, J.,Quebec, 15. Se ha afirmado que faqīr (necesitado) es quien viembre 1989, Madrid, 1992, pp. 217-232.
1990, pp. 75-112 y MUDRY, Ph., «Maladies posee medios de subsistencia, y que miskīn (po­ 21. Puede seguirse esta evolución con más deta­
graves et maladies mortelles. Présence et bre) es quien no posee nada. Se dijo que faqīr es lle en los siguientes resúmenes sobre la evo­
évolution d’une notion hippocratique chez quien no posee nada, y que miskīn quien tiene lución de la medicina en al-Andalus,
les auteurs médicaux latins et en perticulier alguna posesión. Hay quien ha dicho que faqīr es KUHNE BRAVANT, R., «La medicina ára­
Celse», Tradición e innovación en la medicina lati­ quien no posee ni riquezas ni enfermedad crónica be en Occidente», Awrāq, 2, Madrid, (1979),
na de la Antigüedad y de la Alta Edad Media. (zamāna), mientras que miskīn es quien padece 7-22. ARJONA CASTRO,A., Introducción a
Actas del IV Coloquio Internacional sobre lo «Tex­ una enfermedad crónica. Se ha dicho que faqīr es la medicina arábigo-andaluza (siglos VIII-XV),
tos médicos latinos antiguos», Santiago de quien no pide limosna, mientras que miskīn es Córdoba, 1988, 69 pp. CASTELLS, M., «La
Compostela, 1994, pp. 133-143. quien mendiga. Otros sostienen que al-fuqarā’ son medicina en al-Andalus», El legado científico
7. Aḥmad Ibn Yaḥyà AL-WANŠARlSl (834- los necesitados de entre los viajeros (muháyirün), andalusí, Madrid, 1992, pp. 127-144. FRAN­
914/1430-1508): Al-Mi‘yār al-mugrib, estudio mientras que masákin son los necesitados que no CO-SÁNCHEZ,F., «Evolución de la medi­
de la obra como fuente histórica y desglose son viajeros. Hay quien sostuvo que el faqīr es el cina en al-Andalus», Dirāsāt Andalusiyya, 12,
temático, con índices, LAGARDÈRE, V., musulmán, mientras que miskīn es el ḏimmī (cris­ Túnez, (1994)/1415, 5-35.
Histoire et société en Occident musulman au Mayen tiano o judío). Esto se ha referido en base a la 22. Como dice Ibn Ŷulŷul de al-Ḥarrānī (n° 37)
Age.Analyse du Mi‘yār d’al-Wanšarīsī, Madrid, autoridad de Ibn. ‘Abbās y ha sido transmitido por y de otros médicos: Jālid IbnYazīd (n° 38),
1995,537 pp. algunas gentes de Kūfa» Aḥmad Ibn Naṣr AD­ ‘Umar Ibn Burayq (n° 47). Sulaymān Ibn
8. «Habiendo un padre casado a su hija en primeras DĀWUDĪ (o al-Dā’ūdī) al-Mālikī al-Asadī: Ḥassān al-Andalusī IBN ŶULŶUL (m. d.
nupcias pretende que su yerno -que ha pedido con­ Kitāb al-amwāl, ed. ár del unicum escurialense 384/994): Ṭabaqāt al-aṭibbā’ wa-l-ḥukamā’, ed.
sumar el matrimonio- es leproso. Someten el plei­ por Abū l-Muḥsin Muḥammad ŠARAF AL-­ ár. de Fu'ad SAYYID, El Cairo, 1955,
to al cadí, quien lo consulta con dos médicos, de los DIN, Islamabad (Pakistán), 1995/1416, capí­ 10+44+138 pp.; trad. parcial esp.VERNET:,
cuales uno es ḏimma; los dos testimonian que el tulo Xo de la IIIa parte «Sobre el azaque» o J.,«Los médicos andaluces en el Libro de las
marido es leproso. ¿Tiene derecho de opción la limosna obligatoria, pp. 153-156; texto ff. 37b- Generaciones de Médicos, de Ibn Ŷulŷul», Anu

mujer?. Respuesta: Sí, si se trata de una lepra evi­ 38a. rio de Estudios Medievales, 5, Barcelona, (1968),
dente, por más que la ley no admite la idea de 16. Muḥammad JALLĀF, «Jiṭat al-aḥbās fī l-­ 445-462 y en Estudios sobre Historia de la Cien­
contagio, de la que hablan determinadosfilósofos», Andalus», Bulletin of the Faculty of Arts. III cia Medieval, 1979, pp. 469-486.
fatwà de al-Māzarī (m. 536/1141), emitida Congreso de Cultura Andalusí. Homenaje a Mi­ 23. IBN ŶULŶUL: Ṭabaqát al-aṭibbā’, trad. esp.
en Mahdia (Túnez), trasmitida por Al-­ guel Asín Palacios (11-14 enero de 1992), El n° 43, p. 456.
Wanšarīsī, ed.Rabat, III: 312-3;trad. fr. n° 58, Cairo, ed. Cairo, 54, vol. I, (1992), june, p. 24. IBN ŶULŶUL: Ṭabaqāt al-aṭibbā’, trad. esp.
pp. 85-6. 220. n° 43, p. 457.
9. YAḤYÀ IBN‘UMAR Ibn Yūsuf Ibn ‘Āmir 17. Son dos sentencias emitidas por Ibn Sahl (m. 25. Ḥayyān Ibn Jalaf Ibn Ḥusayn Ibn Ḥayyān Ibn
al-Kinānī (213-289/828-901): Aḥkām al-sūq, 486/1093) en Córdoba, recogidas por AL-­ Muḥammad IBN ḤAYYÂN al-Qurtubī
(vide infra)§§ 38 a y 38 b. AL-WANŠARĪSĪ, WANŠARĪSĪ, ed. ár. Rabat,VII: 244; trad. fr. (377-469/987- 1076) Kitāb al-muqtabis fī tārīj
Mi‘yār, p. 114, s. V. Lagardére nº 200 p. 268; ed. ár.VII: 481, riŷāl al-Andalus, ed. ár. CHALMETA, P, CO­

166
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

RRIENTE, F., ṢUBH, M.,y otros, Ibn 33. Como se ha dicho, el contagio no es admiti­ 41. DUNLOP,D.M.;COLIN,G.S.;SEHSUVA-­
Ḥayyān. Al-Muqtabas V, Madrid, 1979, pp. 313; do por los juristas, pero sí por determinados ROGLU, B.N., «Bīmāristān», EI2, vol. I, 1259-
trad. esp.VIGUERA; Mª J. CORRIENTE, médicos y quizás por la experiencia (piénsese 1262. SCHIPPERGES, H., «La medicina en
F. Crónica del califa ‘Abdarramān III an-Nāṣir en las enfermedades venéreas). el medioevo árabe», Historia Universal de la
entre los años 912 y 942 (al-Muqtabis V), Zara­ 34. Era costumbre medieval rapar la cabeza a los Medicina (siglos XIV y XV), dirigida por P.
goza, 1981, p. 347. IBN ŶULŶUL, Ṭabaqāt locos, buscando con ello quizás menguar su LAIN ENTRALGO,Barcelona,vol.III, 1973,
al-aṭibbā’, trad. esp. n° 44, p. 457. vitalidad, pues creíanse en la España cristiana pp. 105-109. Un completo resumen del de­
26. IBN ŶULŶUL: Ṭabaqāt al-aṭibbā’, trad. esp. que la fuerza física y espiritual del hombre sarrollo histórico de lo que fueron los hospi­
n° 39, p. 455. residía en sus cabellos. Por eso se cortaba tam­ tales en el mundo islámico se puede ver en
27. FRANCO SÁNCHEZ, F., CABELLO bién el pelo a criminales y a las brujas. Amad ‘ISÀ BEY: Tārīj al-bīmāristānāt fī-l-Is­
GARCÍA. Ma Sol, Muḥammad aš-Šafra. El MENÉNDEZ PIDAL, G., «La España del s. lām, Beirut, 1981/14013, 294 p. S. K.
médico y su época. Alicante, 1990, pp. 100-102. XIII leída en imágenes», Cuadernos de la HAMARNEH: «Development of Hospitals
28. IBN ŶULŶUL: Ṭabaqāt al-aṭibbā’, trad. esp. Alhambra. 18 (1982), 109. in Islam», Journal of the History of Medicine, 17
n° 50 y n” 55, p. 460 y 462. 35. Ver el tratado de ḥisba de ‘Umar AL-­ (1962), 366-387. NOWSHERAVI, A.R.,
29. KUHNE. R., «Abū Marwān Ibn Zuhr, un GARSĪFĪ (s.VIII/XV), ed. ár. LÉVI-­ «Muslims hospitals in the medieval period»,
professional de la médicine en plein XIIe. PROVENÇAL, E., Trois traités hispaniques de Islamic Studies, Islamabad (Pakistán), n° 22/2,
siècle», Le Patrimoine Andalous dans la Culture ḥisba, El Cairo, 1955, p. 123; trad fr. ARIÉ, 1983, p. 51-62.
arabe et Espagnole. Cahiers du CERES. Serie R., «Traduction française annotée et 42. Muḥammad Ibn Aḥmad IBN ŶUBAYR
Histoire nº. 4,Túnez, 1991, 129-141. comentée des traités de ḥisba d’Ibn ‘Abd al-­ al-Kinānī (540-614/1145-1217): Riḥla,
30. YAḤYÀ IBN‘UMAR Ibn Yūsuf Ibn ‘Āmir Ra'ūf et de ‘Umar al-Garsīfī», Hespéris- trad. esp. MAÍLLO SALGADO, F., Ibn
al-Kinānī (213-289/828-901), Akḥām al-sūq, Tamuda. 1/3 (1960), 370; sus admoniciones a Ŷubayr. El siglo XII ante los ojos, Barcelona,
texto árabe recogido como compendio por estos enfermos que vagaban por los merca­ 1988, 431 pp., en donde se describen los
Al-Wanšarīsī en su Kitāb al-mi ‘yár al-mugrib, dos parecen meramente teóricas. hospitales de Alejandría (pág. 57), El Cairo
Fez, 1896-1897/1314-1315, en el tomo VI. 36. Ver FRANCO, F.; CABELLO, Ma Sol, (69-70), Bagdad (267-8), Ḥarrān (291), hos­
pp. 286-303. Este compilador jurídico lo atri­ Muḥammad aš-Šafra, p. 48-54 y 124 y ss. pitales y manicomio Damasco (331-332),
buye erróneamente a Yaḥyà Ibn ‘Umar Ibn 37. Muḥammad IBN ‘ABDŪN al-Išbīlī (m.s.V- con alusiones a los de: Bagdad (271), Mosul
Lubāba, de la famosa familia andalusí de los VI/s. XI-XII): Rísálat Ibn ‘Abdūnfil-qaḍa' wa-­ (277, 278), Niṣībīn (282), Alepo (298),
Banū Lubūba, error que enmienda MAKKÎ, l-ḥisba, ed. ár. LÉVI-PROVENÇAL, E., Ḥamāt (301), Ḥimṣ (303), hospicio de Da­
M.À., en la Revista del Instituto Egipcio de Es­ Documents inédits sur la vie sociale et économique masco (317), Sicilia (383).
tudios Islámicos en Madrid, vol. IV, Madrid en Occident Musulman au Moyen Age. 1è. serie. 43. Cfr. MEYERHOF, M.. «Arabic medical and
(1956), 59-151.Trad. esp. y estudio del com­ Trois traités hispaniques de isba, El Cairo, 1955, ophtalmological science», Bulletin de la Societé
pendio de la obra, GARCÍA GÓMEZ, E., trad.esp. LÉVI-PROVENÇAL.E., GARCÍA d’Optholmologie d’Egypte, El Cairo, 1926, p.
«Unas Ordenanzas del Zoco del siglo IX.Tra­ GÓMEZ, E., Sevilla a comienzos del siglo XII. 265-267.
ducción del más antiguo antecedente de los El tratado de Ibn ‘Abdūn, Sevilla, 19812, n° 44. Ver al respecto los detalles y bibliografía que apor­
tratados andaluces de hisba, por un autor an­ 137 y 139, p. 144-145. ta VERNET,J., La cultura hispanoárabe en Oriente y
daluz», Al-Andalus, XXII/2, (1957), §§ 38 a y 38. Cfr. al respecto ÁLVAREZ DE MORALES, Occidente, Barcelona, 1978, p. 262-263.
38 b. C., GIRÓN IRUESTE, F., (introd., ed. crít. 45. Cfr. ÁLVAREZ DE MORALES, C., «Sobre
31. Muḥammad Ibn Abī Muḥammad AS-­ y trad.): Ibn Ḥabīb (m. 238/853). Mujtaṣar fī la farmacia de Madīnat al-Zahrā’», Homenaje
SAQAṬĪ al-Mālaqī (m. s.VI/s. XII): Kitāb fī l-ṭibb (Compendio de Medicina), Madrid, 1992, al Prof.Jacinto Bosch Vilá,Granada, vol. II, 1991,
ādāb al-ḥisba, ed. ár. de COLIN, G.S., LÉVI-­ 145+ 153 pp.y PERRON,A., (trad.fr.):Al-­ p. 1087-1096.
PROVENÇAL, E., Un manuel hispanique de Suyūtī (al-Imām Jalāl al-Dīn). La médecine du 46. Ver LEVEY, M., The Medical Formulary or
ḥisba. Traité d’Abū ‘Abd Allāh Muḥammad b. Prophète. Nouvelle édition de la traduction du Dr. Aqrābādhīn of al-Kindī, translated with an study
Abī Muḥammad as-Sakaṭí de Málaga, sur la A. Perron, revue et corrigée, París, 1997,316 pp. of its Materia Medica, Madison, 1966.
surveillance des corporations et la répression des 39. Michael DOLS, W., «The origins of the 47. Obra escrita en 1194, ed. ár. de Muḥammad
fraudes en Espagne musulmane, París, 1931, XIII Islamic Hospital: Myth and Reality», Bulletin Zuhayr AL-BĀBĀ: Al-Qalānisī. Kitāb al-­
+ 73 + 74 pp.; trad. esp. CHALMETA, P., of the History ofMedicine, 61, Baltimore, (1987), aqrābāḏīn. Alepo, 1993.
«El Kitāb fi ādāb al-ḥisba (Libro del buen go­ p. 367-390. 48. Ed. ár., trad. esp. VALVERDE, J.L. ; PEÑA
bierno del zoco) de Al-Saqaṭī», Al-Andalus, 40. SAVAGE-SMITH, E., «Médecine», Histoire MUÑOZ, C., El formulario de los Hospitales
XXXII/1, (1967), 125-162; XXXII/2, (1967), des sciences arabes. 3. Technologie, alchimie et de Ibn Abī-l-Bayān, Granada, 1981,256 p.; Id.
359-397; XXXIII/1, (1968), 143-195; sciences de la vie, París, vol. 3, 1997, p. 187- «El Formulario de los Hospitales de Ibn Abī l-­
XXXIII/2, (1968), §§ 113, 124 y 125. 189. Buenos resúmenes también en Bayān (s. XIII)», Actas del XXVII Congreso In­
32. Según el Vocabulista in Arábico de Pedro de JACQUART, D; MICHEAU, F., La médecine ternacional de Historia de la Medicina, 31 agosto-
Alcalá: lepra es abra y leproso mabrūs, aunque arabe et l’Occident médiéval, París, 1990, pp. 6 sx
también dedica más definiciones con las for­ 243-251, y el de MICHEAU, F., «Les 49. HIPÓCRATES (ha. 460 a.C.-ha. 375-351
mas: lepra es ŷadm, leproso es aŷdam y tam­ institutions scientifiques dans le Proche a.C.): Sobre los aires, aguas y lugares, trad. esp.
bién muŷḏām (pl. muŷāḏim). Cfr. . DOZY, R.: Orient médiéval», Histoire des sciences arabes. de LÓPEZ FÉREZ, J. A., en LÓPEZ
Supplément aux Dictionaires Arabes, Leiden- 3. Technologie, alchimie et sciences de la vie, París, FÉREZ, J.A., GARCÍA NOVO, E., Tratados
París, 1881,vol.I,p.72 y 178-179. vol. 3, 1997, p. 233-254. hipocráticos. II, Madrid, 1997, p. 7-88; por su

167
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

contenido, esta obra está intrínsecamente re­ n° 412 p. 204 (?); ed. ár.VIl: 95-96, trad. fr. n° 60. Por no remontarnos al origen del hospital
lacionada con otras de la Colección Hipocrática, 189 p. 265 (Zaragoza, s. XI); ed. ár.VIl: 145, hispano en el 580, en que es habitualmente
en especial con Aforismos II, Epidemias en sus trad. fr. n° 195 p. 267 (Zaragoza, s. XI); ed. ár. mencionada la referencia al hospitium que el
siete libros, y Pronóstico 2, y en algún aspecto VII: 138, trad. fr. n° 283 p. 290 (?). obispo cristiano Masona hiciera en Mérida.
con otras muchas más. 56. ‘Abd al-Wāhid Ibn ‘Alī at-Tamīmī AL-­ Evidentemente, caso de creerla cierta, hay que
50. Ver JACQUART. D.; MICHEAU. F., La MARRĀKUŠĪ (581-desp. 621/1185-desp. entender esta referencia como una obra de
médecine arabe, p. 57 y ss. 1224’5): Kitab al-mu'ŷib, ed. ár. DOZY. R., caridad temporal, cuya única huella ha sido
51. Acabado en 683/1284.Ver nota 96. The History ofAlmohades preceded by a sketch of su memoria. Sobre el origen de los hospita­
52. Es el Mūŷiz al-qānūn ó Kitāb šarḥ tašrīh' al- the History of Spainfrom the time of the conquest les en el orbe cristiano y en Europa:
qānūn, impreso seis veces en India entre 1828 till the Reign of Yúsof Ibn-Téshúfin and of the GIRÓN,F., «El Maristán: Aspectos
y 1906, trad. fr. de los fragmentos sobre la History of the Almoravides byAbdo-'l-Wáhid al-­ asistenciales»,en GARCÍA GRANADOS, J.
circulación menor o pulmonar, y ed. ár. fac­ Marrékoshi. Second Edition, Revised and corrected, A.;GIRÓN IRUESTE, F.;SALVATIERRA,
símil: Abdoul-Karim CHÉHADÉ: Ibn an-­ Leiden, 1881, pp. 209-210; trad. esp. de la parte V., El Maristán de Granada, un hospital islámico,
Nafīs et la découverte de la circulation pulmonaire, histórica, HUICI MIRANDA, A., Colección Granada, 1989, pp. 71 y 70-80.
Damasco, 1955, 55 p.; ed. ár.: Salmān de Crónicas Arabes de la reconquista. Volumen IV 61. Entre la ingente bibliografía que trata sobre
QAṬṬĀYA (ed. crít. ár.); GALLAYNŶI, P. Kitāb al-mu’ŷib fī taljīš ajbār al-Magrib, por este sunto, remitimos al estudio de conjunto
(introd.), en El Cairo,ed.Al-Hay’a al-Miṣrīya Muḥammad ‘Abd al-Wāḥid al-Marrākušī. Lo ad­ de SANTIAGO OTERO, H., (ed.) El Cami­
al-‘Āmma li-l-Kitāb, 1988, 455 p. Sobre la mirable en el resumen de las noticias del Magrib, no de Santiago. La hospitalidad monástica y las
teoría de la circulación de la sangre también Tetuán, 1955, pp. 239-240. Apunta A. Huici peregrinaciones, León, 1992, 394 pp. y dentro
escribió MEYERHOFF, M., «Ibn an-Nafīs que es curiosa la cercanía cronológica entre del mismo, sobre el origen de la hospitalidad
und seine Theorie des Lungenkreislaufs», la fundación de los dos hospitales: éste de monástica: VIÑAYO GONZÁLEZ, A., «La
Quellen und Studien zur Geschichte des Marrākuš y el Hospital del Rey, en Burgos, hospitalidad monástica en las Reglas de San
Natunvissenschaften und der Medizin, Berlín, por AlfonsoVIII; aunque había ya en Castilla Isidoro de Sevilla y San Fructuoso del Bierzo»,
IV/1 (1933), 37-88 + 24 ár.; Id. «La hospitales desde mucho antes, no se había pp. 39-51; LINAGE CONDE,A., «La hospi­
découverte de la circulation pulmonaire par producido otra fundación real similar a la talidad en la tradición benedictina. De San
Ibn an-Nafīs médecin arabe du Caire (XIIIe. alfonsina. Benito a unos comentaristas de fines del XIX
siècle)», Bulletin de l’Institut d’Egypte, El Cairo, 57. Abū l-’Abbās Aḥmad al-Fāsī IBN ABĪ ZAR’ y principios del XX», pp. 263-271, y para las
XVI (1934), 33-46; Id.: «Ibn an-Nafīs (XIIIth. (m.726/1325!6): Al-Anīs al-muṭrib bi-rawḍ al-­ noticias más antiguas de hospitales:
century) and his theory of the lesser qirṭās fi ajbār mulūk al-Magrib wa tārīj madīnat GONZÁLEZ GARCÍA,V.,«La hospitalidad
circulation», Isis, XXIII (1935), 100-120 + Fās, ed. ár. de Rabat, 1972, pp. 217-8; trad. asturiana durante la primera época de Cami­
24 ár. Estudio de su vida y obras médicas de esp. de HUICI MIRANDA,A., Ibn Abi Zar'. no de Santiago: Siglos IX-XI», pp. 157-183.
S. QAṬṬĀYA :Aṭ-ṭabīb al-‘ārabī Ibn an-Nafīs. Rawd Al-Qirtas, Valencia, (Col. Textos Me­ 62. GONZÁLEZ FALENCIA.A., Los mozárabes
1211-1288 M., El Cairo, 1984, 144 pp. dievales, 12 y 13), 19642, pág. 428. de Toledo en los siglos XII y XIII, Madrid, 1926-
53. AL-MAQRĪZĪ (766-845/1364-1442): Kitāb 58. Cfr. VERNET.J., La cultura hispano-árabe 1930, vol. 1, pp. 215-216. Le extraña a
al-mawā'iz! wa-l-‘itibār, El Cairo, 1853, vol. II, en Oriente y Occidente, Barcelona, 1978, pp. González Palencia que la casa del Refugio (n°
pág. 406. Sobre la educación en los hospita­ 262-263. CASTELLS, M., «Medecins 477 y 501) se tranmitiera entre particulares;
les ver MICHEAU, F., «Les institutions andalous au Maghreb. Siècles VII—IX/XIII- no sería extraña esta circunstancia, habida
scientifiques...», pp. 249-250 y HAMAR­ XV», Actas del II Coloquio Hispano-Marroquí cuenta que en muchas ocasiones se habilita
NEH.S.K., «Medical education and practice de Ciencias Históricas «Cultura, Ciencia y Socie­ como hospital una o varias habitaciones, o
in medieval Islam», The History of medical dad», Granada, 6-11 noviembre 1989, Madrid, una casa entera, mediante la concesión de las
education. An International Symposium. 1992. pp. 123-124. rentas dedicadas a los enfermos, temporal o
California, 1970,pp. 39-71. 59. Ibn Faḍl Allāh AL-'UMARĪ (700-749/1301- permanentemente (como se ha visto en la
54. Ḥasan. Ḥ.'ABD AL-WAHḤAB (ed.ár.):«Al-­ 1349): Masālik al-absārfī mamālik al-amṣār, trad. imagen de las Cantigas).
tibb al-‘arabī fi Ifrīqiya», Al-Fikr, 3 (1958), fr. parcial de GAUDEFROY-DEMOM-­ 63. Primera Crónica General, op. cit., hospital de
907-916 y 951-954. SAVAGE-SMITH, E., BYNES.M., Ibn FaṣlAllah Al-‘Omari. Masālik Roncesvalles en pág. 446, y éste en pág. 686:
«Médecine», 188. MICHEAU, F, «Les ElAbsārfī Mamālik ElAmsār. I. L’Afrique moins «[...] uenol emient por Spiritu Sancto de Dios a
institutions scientifiques ...», 246. l’Egypte, París, pp. 190. Añade el traductor en talent defazer un ospital alli en Burgos, çerca aquel
55. DOZY, R., Supplément, vol. I, pág. 462. El su nota 3: «En el exterior de la Bāb Agmāt, la monesterio de las duernnas; et leuanto y et fizo ell
término lo hemos encontrado en al-Wanṣarīsī záwiya de Sidi Yüssef agrupaba en torno a ella ospital que dizen del Rey. Et a este ospital dizen
varias ocasiones: significado “barrio, casas”, y unas pobres nuwala (chozas) en un embrión de el del Rey a departimiento de otro ospital que ay
de ahí se ha interpretado “leprosería": ed. ár. poblado (Arin). En este lugar estaba por entonces en la villa de Burgos a que llaman ell ospital dell
Rabat 1:386, trad. fr. de Lagardère n° 14 p. 30 el barrio de los leprosos, trasladado en época de los Emperador. [....... ] que todos los romeros quepassan
(emitida en Qayrawān, s. X); ed. ár.VIl: 37- Sa‘adíes, cerca de Bāb Dukkāla, en la que vino a el camino françes et de otro logar, dond quier que
38, trad. fr. n” 14 p. 214 (Qayrawān, s. X). residir Sidi Yūssef uno se los sab‘a riŷāl [siete uengan, que ninguno non sea refusado dend, mas
Con significado “parcela, tierra laborable”: ed. hombres santos] de Marrakesh; en efecto, afecta­ todos reçebidos; et que ayan y todas las cosas que
ár. V: 28-32, trad. fr. nº 196 p. 156 (Fez, ss. do por la lepra, pasó su vida cerca fuera de la Bāb mester lesfueren de comer et de beuer et de albergue,
XIII-XIV); ed. ár.VI: 438, trad. fr. n° 356 p. Agmāt yfue enterrado en la rābitat al-Gār, “ermi­ en todas las oras del dia et de la noche quendo quier
190 (Granada,s. XIV); ed.ár.V:31-32. trad. fr. ta de la caverna”, que él habitaba». que lleguen; et a todos los que y quisieren albergar

168
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

que les sean dados buenos lechos et complimientos de 364/975 «En esa fecha se publicó la llamada a 78. Cfr. en la línea 3ª de la lápida de fundación
ropas. Et esto assi sse mantiene y oy cutianamientre; los militares rezagados por enfermedad, que del māristān de Granada, y en el texto de al-­
et al que y uiene enfermo, o enferma o que enfermare remoloneaban en incorporarse al ejército ayudado Dāwūdī.
y danle mugieres et uarones que piensen de yl den por Dios, para que lo hiciesen inmediatamente, 79. IBN BAŠKUWĀL: Al-Ṣīla,biografía n° 186.
guisadas et prestas todas cossas quel fueren mester prescindiendo de toda demora, so pena de incurrir 80. IBN ŶUBAYR: Riḥla, trad. esp., pág. 340.
fasta que sane o muera». en severos castigos, caso de tardanza, todos salieron 81. TORRES BALBÁS, L., «Estructura de las
64. Parece confirmarlo el que fundara también a cuál más deprisa», GARCÍA GÓMEZ, E., ciudades hispanomusulmanas: La medina, los
en Palencia en 1209 la primera Universidad (introd., trad. esp.): El Califato de Córdoba en el arrabales y los barrios», Al-Andalus, XVIII/1
(denominada Estudio general de España, a la Muqtabis de Ibn Ḥayyān: Anales Palatinos del (1953),p. 152.En Granada frentejunto a esta
que trajo maestros de Francia e Italia), no sa­ Califa de Córdoba Al-Hakam II, por ‘Īsā Ibn puerta de Bibalmazda estaba el convento de
bemos si émula de las Universidades euro­ Ahmad Al-Rāzī (360-364 H. = 971-975J.C.), la Trinidad, a la salida de la calle de Capuchi­
peas o, más bien, eco de la madrasa (la otra Madrid, 1967, p. 268. nas, ibid. pp. 153 y 177. GÓMEZ MORE­
institución oriental introducida por los almo­ 71. 'ARĪB IBN SA‘ĪD: Kitāb fī tafṣīl al-azmān wa­ NO, M., Guía de Granada, vol. I pág. 392.
hades en el Mágreb). Parece desmentirlo, si maṣāliḥ al-abdān, o Calendario de Córdoba, se­ 82. Según la lectura del Mi‘yār al-ijtiyār hecha por
consideramos tal coincidencia como mera­ gunda ed. corregida con trad. fr. DOZY, R., SIMONET,J., Descripción del reino de Granada
mente cronológica, puesto que hospitales PELLAT, Ch., Le Calendrier de Cordue. Publié bajo la dominación de los naseritas, sacada de los
había en Castilla por decenas desde mucho par R. Dozy. Nouvelle édition accompagnée d’une autores árabes, y seguida del texto inédito de
antes (incluso había otro en Burgos); lo mis­ traductonfrançaise annotée par Ch. Pellat, Leiden, Mohammed Ebn Aljathib, Madrid, 1860, p. 55.
mo puede decirse en la corona de Aragón. 1961, ed. ár.-lat. p. 111, trad. fr. p. 110 y nota 3. Según Mármol (p. 23), los cristianos la llama­
65. BURNS, R.I., «Los hospitales del Reino de 72. Cfr. SIMONET, F°.J. Historia de los mozárabes ban Bib el Mazan. Allí se ha ubicado hasta la
Valencia en el siglo XIII», Anuario de Estudios de España deducida de los mejores y más auténti­ actualidad el Hospital de San Lázaro, como
Medievales, 2 (1965), 135-154 cos testimonios de los escritores cristianos y árabes, herencia funcional de ese espacio.
66. VERNET, J. La ciencia en al-Andalus, Sevilla, Madrid, 1897-1903, p. 329. LÉVI-­ 83. Mu ammad Ibn'Abdūn fue además autor de
1986, pág. 101, e Id. VERNET, J., «El legado PROVENÇAL, E., España musulmana, hasta un estimado tratado sobre la eliminación de
del Islam en España», Al-Andalus. Las Artes la caída del Califato de Córdoba. Instituciones y la piedra en la vejiga, según noticias de IBN
Islámicas en España, Madrid, 1991, pp. 184-185; vida social, Tomo V de la Historia de España, ŶULŶUL: Ṭabaqāt al-aṭibbā’, ed. ár. p. 115,
del mismo, La cultura hispanoárabe, pág. 263. dirigida por R. Menéndez Pidal, Madrid, trad. esp. n° 57, p. 462.
BURNS, R.I., «Un monasterio-hospital del 19733, pp. 247. 84. IBNABĪ‘UṢAYBI‘A (590-668/1194-1270):
siglo XIII: SanVicente de Valencia», Anuario de 73. En algún caso se dice claramene que tenía ‘Uyūn al-anbā'fí ṭabaqāt al-aṭibbā’, ed. ár., trad.
Estudios Medievales, 4, (1967), 75-108. lepra: IBN AL-FARAḌĪ: Tārīj, n° 403. O se fr. JAHIER, H. y NOUREDDINE, A. Ibn
67. Ver FRANCO, F.; CABELLO, Ma Sol, suscita, por la redacción: IBN AL-FARAḌĪ: Abī ‘Uaybi'a. ‘Uyūn al-Anbā’fī ṭabaqāt al-­
Muḥammad aš-Šafra, pp. 109 y ss. Ed. ár., trad. Tārīj, n° 400. aṭibbā’. Sources d’information sur les classes de
esp. y est. de su obra por LLAVERO RUIZ, 74. Como el propio Qāsim Ibn Aṣbag, y su pa­ medecins. XlIIe Chapitre:Médecins de l’Occident
E., Un tratado de cirugía hispanoárabe del siglo dre, IBN AL-ABBĀR: Takmila, ed. M. Musulman, Argel, 1377/1958,pp. 142-143,n°
XIV: el “Kitāb al-Istiqṣā”’ de Muḥammad al-­ ALARCÓN y Á. GONZÁLEZ PALEN­ 71. Sobre la lectura errónea de su origen en
Safra. Edición crítica y traducción española con glo­ CIA, n° 2528. IBN BAŠKUWĀL: Al-Sīla, Pechina, GIRÓN IRUESTE, F., «Nota so­
sario de términos técnicos y sustancias, Granada, biografía n° 1039. IBN AL-FARAḌĪ: Tārīj, bre un supuesto hospital árabe en Algeciras»,
ed. Universidad de Granada, 1988, 2 vols. n° 1368. Llull,2 (1978), p. 113-115.
(microfichas). 75. SobreJalaf Ibn Sa'īd al-Munīy ver MOLINA 85. IBN AL-JAṬĪB: Iḥāṭa, vol. IV, pp. 240-241.
68. Sobre los hospitales en al-Andalus remitimos LÓPEZ, E., BOSCH VILÁ, J., (introd., ed. 86. Sobre estos médicos que ejercieron en hos­
a IMAMUDDIN, S. M., «Maristan (Hos­ ár., notas): Abū Muḥammad al-Rušāṭī (m. 542- pitales ver en concreto: CASTELLS, M.,
pitals) in Medieval Spain», Islamic Studies, 1147). Ibn al-Jarrāṭ al-Išbīlī (m. 581/1186).Al-­ «Medecins andalous au Maghreb», pp. 115—
Islamabad (Pakistán), XVII/1 (1978),45-55. Andalus en el Kitāb Iqtibās al-anwār y en el 127, resumido por SAMSÓ,J., Las ciencias de
KUHNE , R., «Algunos aspectos de la litera­ Ijtiṣār Iqtibās al-anwār, Madrid, 1990, pp. 67 los antiguos, pp. 399-400. De modo más ge­
tura didáctica entre los médicos árabes», Actas y 167. IBN AL-FARAḌĪ: Tārīj,n° 4O3. Yūsuf nérico: PUIG, R., «Ciencia y técnica en la
de las II Jornadas de Cultura Arabe e Islámica Ibn ‘Umrūs al-Munīy, IBN AL-FARAḌĪ: Iḥāṭa de Ibn al-Jaṭīb», Dynamis, n° 4 (1984), p.
(1980),Madrid, 1985,pp. 273-280. GARCÍA, Tārīj, n° 1616, que podemos suponerlo en­ 65-79. PUIG, R., «Dos notas sobre ciencia
A., GIRÓN, F., SALVATIERRA, V., El fermo, pues enseñaba en su casa. Qāsim Ibn hispano-árabe a finales del siglo XIII en la
Maristán de Granada, passim. SAMSÓ,J., Las ‘Abbās al-Jawlānī al-Munīy, “piadoso viaje­ Iḥāṭa de Ibn al-Jaṭīb», Al-Qanara, IV (1983),
ciencias de los antiguos en Al-Andalus, Madrid, ro” IBN AL-FARAḌĪ: Tārīj,n° 1051. pp. 433-440. Cfr. ‘ĪSÁ BEY, A., Tārīj al-­
1992, pp. 394 y 399-401. 76. AL-WANŠARĪSĪ (834-914/1430-1508): Al- bīmāristānāt, p. 282-283.
69. Cuando partían a la lucha Alfonso VI y Al-­ Mi‘yāral-mugrib,ed. ár de Rabat,VII,pág.220; 87. Ver nota 66. VERNET, J., «La introducción
Ma'mūn, dejaba el castellano en Olmos y Ca­ trad. fr. n°. 153 p. 255-256. de los manicomios en España», Boletín de la
nales a «los omnes quel enfermanan et eran flacos», 77. LÉVI-PROVENÇAL, E., España Musulma­ Real Academia de Buenas Letras de Barcelona,
según la Primera Crónica General de España, ed. na hasta la caída del Califato de Córdoba (711- vol. XLII, 1989-1990 (1991), p. 21-27.
R. MENÉNDEZ PIDAL (ed. crít.) y D. CA­ 1031J.C.),Tomo IV de la Historia de España, 88. Esta lápida fue primero traducida por LA­
TALÁN (est. introd.), Madrid, 1977, p. 537. dirigida por R. Menéndez Pidal, Madrid, FUENTE ALCÁNTARA, E., «Inscripción
70. En época de al-Ḥakam II, en ramaḍān del 19673, p. 169. de la Casa de la Moneda» en Inscripciones ára­

169
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

bes de Granada, precedidas de una reseña histórica GÓMEZ MORENO, M., Guía de Granada, 107. M. GÓMEZ MORENO añade sobre la por­
y de una genealogía detallada de los reyes vol.I,pág.414-419,ys.v en el índice.La histo­ tada: «era ésta de ladrillo cortado, en el dintel de su
Alahmares, Madrid, 1859, p. 172-175 (toma­ ria urbana de su entorno ha sido desarrollada puerta veíase el lema "Sólo dios es vencedor” en
da por Manuel GÓMEZ MORENO: Guía en base a datos arqueológicos más recientes por caracteres cúficos, de modo que podría leerse hacia
de Granada, Granada, 1982, vol. I, pp. 132- GARCÍA.A..GIRÓN, F., SAL-VATIERRA, arriba y hacia abajo, siendo de notar que la misma
133). Con posterioridad É. LÉVI-­ V., El Maristán de Granada, p. 20-31. inscripción en idéntico estilo aparece escrita cuatro
PROVENÇAL publicó su fotografía, una fiel 101. Ver, por ejemplo: TORRES BALBÁS, L., años antes el en la fachada del alcázar de Sevilla,
lectura árabe y una traducción diferente a la «Las alhóndigas hispanomusulmanas y el Co­ circunstancia que apoya la idea de que artífices gra­
anterior (Inscriptions Arabes d’Espagne, Leiden- rral del Carbón de Granada», Al-Andalus, XI nadinos lo decoraron, Sobre este dintel existió la
París, 1931, vol. I, n° 176 p. 164-166 y en el (1946), pp. 347-480. gran inscripción de mármol que hemos visto en la
vol. de “Planches”, lámina n° XLI). Hemos 102. TORRES BALBÁS,L.,«El Maristán de Gra­ Alhambra; las albanegas que motivaba su forma
seguido la lectura árabe del arabista francés, nada», op. cit. y GIRÓN, F., «En torno al de arco, tenían adorno de hojas, y alrededor campaba
aunque la traducción que presentamos difie­ Maristán (hospital árabe) de Granada», Asclepio, una faja de entrelazados, completando la decora­
re algo de las anteriores versiones. n° 30-31 (1978-1979), p. 223-231. Los ha­ ción dos columnitas que a uno y otro lado se alza­
89. Alusión a Corán, XXI: 89. llazgos arqueológicos han sido publicados por: ban para apear el vuelo del tejado. Por fortuna,
90. Corán, XXVI: 88-89 GARCÍA GRANADOS, J A. y SALVA­ correctos diseños han librado del olvido la forma y
91. Ver a este respecto los epígrafes que dedica­ TIERRA, V., «El Maristán de Granada: entre pormenores de tan precioso monumento» (Guía de
mos a explicar la funcionalidad pía de las obras la fantasía romántica y la realidad arqueoló­ Granada, vol. II, pp. 414-415). Cfr. con el más
públicas en el estado islámico, en FRANCO gica», Revista de Arqueología, 42 (1984) octu­ actualizado estudio de A. GARCÍA; F.
SÁNCHEZ, F., Vías y defensas andalusíes en la bre, p. 16-25; Id.: «El Maristán de Granada: GIRÓN;V. SALVATIERRA: El Maristán de
Mancha Oriental, Alicante, 1995,402 pp. urbanismo y funciones», Arqueología Espacial. Granada, p. 11 y ss.,siguiendo a GAILHABAUD,
92. Allí pudo observarla GÓMEZ MORENO, Coloquio sobre el microespacio. Epoca romana y L., «Máristan ou Hospital arabe a Grenade»,
M., Guía de Granada, vol. I, p. 131-132, y allí medieval, Teruel, vol. 4, 1986, pp. 311-326; L'Architecture du V au XVII siécle et les arts qui
ha estado hasta hace pocos años. Id.: «Excavaciones en el Maristán de Grana­ en dépendent, París, vol. 111, 1858.
93. Muḥammad V al-Ganī bi-llāh gobierna en da», Actas del I Congreso de Arqueología Medie­ 108. Trad. esp.: MUNZER.J., Viaje por España y
Granada en dos periodos: uno breve (755- val Española. 17, 18 abril 1985, Zaragoza, vol. Portugal (1494-1495). Nota introductoria de
760/1354-1359) y, una vez repuesto (763- 9, 1986, p. 617-639; SALVATIERRA, V., y Ramón Alba, Madrid, 1991, p. 135.
793/1362-1391) durante 30 años desarrolla­ GARCÍA GRANADOS, J. A.,«Excavaciones 109. IBN ŶUBAYR: Riḥla, trad. esp. p. 317.
rá uno de los reinados más importantes de en el Maristán de Granada (Campaña de 110. GÓMEZ MORENO, M., Guía de Granada,
toda la dinastía nazarí. 1985)», Anuario Arqueológico de Andalucía, nº 1, vol. I, pp. 338-339 y descripción arquitectó­
94. SAMSÓ.J., Las ciencias de los antiguos,pág. 400. 1985. Estudios condensados en A. GARCÍA; nica del Hospital Real en p. 339-343.
95. IBN AL-JAṬĪB (713-776/1313-1375), Al-­ F. GIRÓN; V. SALVATIERRA: El Maristán 111. Ver nota 82.
Iḥāṭa fiajbār Garnāṭa, ed.ár. Àbd Allāh ‘INÁN, de Granada, pp. 9-60, y actualizados en J. A. 112. GÓMEZ MORENO, M., Guía de Granada,
El Cairo, vol. I, 1973, 615 p.; vol. II, 1974, GARCÍA; V. SALVATIERRA: «Un edificio vol. I, pág. 434. GARCÍA, A., GIRÓN, F.,
617 p.; vol. III, 1976, 624 p.; vol. IV, 1978, rehabilitado en el siglo XIV: El Maristán de SALVATIERRA,V., El Maristán de Granada,
685 p. Granada», Homenaje a Manuel Ocaña Jiménez, p. 87-88.
96. Lit. «māristān Miṣr», que, como aclara el editor Córdoba, 1990, p. 107-119. Resumido en A. 113. IBN ŶULŶUL: Ṭabaqāt al-aṭibbā', trad. esp.
en nota, alude posiblemente al Māristān al-­ GARCÍA; F. GIRÓN; V. SALVATIERRA: nº 49 y nº 51, p. 460.
Manṣūrī al-Kabīr, el hospital fundado en El El Maristán de Granada, p. 25-31. 114. RUBIERA MATA, Ma. J. «Datos sobre una
Cairo por el sultán al-Manṣūr Ibn Qaláwün el 103. Según afirma GÓMEZ MORENO, M., Guía madrasa en Málaga anterior a la naṣrīî de Gra­
año 683/1285 (pág. 50, n. 8). Aunque había de Granada, vol. II, pág. 68, están elaborados nada», Al-Andalus, XXXVII/1 (1972),p.223-
otros tantos, era éste el más conocido de los en mármol oscuro de Sierra Nevada. 226.
hospitales cairotas en época de Ibn al-Jaṭīb. 104. Ver lo que refiere y las planchas que repro­ 115. IBN MARZŪQ,Al-Musnad al-ṣaḥīḥ al-ḥasan
97. IBN AL-JAṬĪB: Iḥāṭa, vol. II, p. 48 y 50-51. duce el arquitecto granadino HENRÍQUEZ fī ma’āṯir wa-l-maḥāsin mawlā-nā Abī l-Ḥasan,
Hemos preferido ser fieles al ampuloso len­ DE JORQUERA, F., Anales de Granada, Gra­ ed. ár. deVIGUERA, M.J., Argel, 1981, pág.
guaje de este panegírico que escribe Ibn al-­ nada, 1987, 2 vols. 116, trad. esp.VIGUERA. M.J.: Ibn Marzūq.
Jatíb a Muḥammad V (uno de sus mentores 105. Cfr. GARZÓN PAREJA, M., La Real Casa El Musnad: Hechos memorables deAbu-l-Ḥasan,
en el poder) a riesgo de restar belleza a la de la Moneda de Granada, Granada, 1970 y sultán de los benimerines, Madrid, 1977, pág.
traducción. El lenguaje es un reflejo más, en­ GARCÍA.A., GIRÓN, E, SALVATIERRA, 102.
tre la multitud de hechos y circunstancias que V., El Maristán de Granada, p. 50-58. 116. Ibidem, ed. ár. pág 415; trad. esp. pág. 341.
caracterizan una época. 106. El tortuoso camino andado desde el inicio 117. LEÓN EL AFRICANO (o al-Ḥasan Ibn
98. GARCÍA,A., GIRÓN, E, SALVATIERRA, de los años 60, en que J A. García Granados Muḥammad AL-WAZZĀN, 901-956/1496-
V., El Maristán de Granada, p. 49-50. identificara el solar del antiguo māristān, hasta 1548): Descrittione dell’África,nueva trad. esp. del
99. TORRES BALBÁS, L., «El Maristán de Gra­ su compra por la Junta de Andalucía y res­ texto italiano: S. FANJUL; N. CONSO-LANI:
nada», Al-Andalus, IX (1944), pp. 481-498. tauración subsiguientes es referido con deta­ Descripción general del Africa: y de las cosas peregri­
SAMSÓ, J., Las ciencias de los antiguos, p. 401. lle en A. GARCÍA; F. GIRÓN; V. SALVA­ nas que allí hay, porJuan León Africano, Barcelo­
100. Una primera aproximación a la historia urba­ TIERRA^/ Maristán de Granada, p. 14-19 y na, 1995,p. 143. Hemos dividido en párrafos el
nística de estos edificios puede verse en 57-60. texto corrido para su mejor lectura. Cfr.con la

170
LA MEDICINA EN AL-ANDALUS

trad. ár. de M. HAŶŶI; M. AL-AJḌAR (trad. para ellos.Tienen por tanto una labor gestora tido y el diccionario piden bi-ṣiyāḥ: griterío
ár.):Al-Ḥasan Ibn Muḥammad al-Wazzān al-Fāsī de la economía de la que podría calificarse (maullidos, por tratarse de un gato).
(ma'rū bi-Liyūn al-Ifrīqī). Waf Ifrīqiyā, Beirut- de la “aljama de los incurables”, por habitar 122. IBN AL-JAṬĪB: Iḥāṭa, op. cit., vol. II, p. 515-
Rabat, 19832, p. 227-229. en ella otros enfermos diferentes, además de 516.
118. BARBERA, S., (ed.) Ali Bey. Viajes por Ma­ los leprosos..
rruecos, Madrid, 1985, pág. 211. 120. LEÓN EL AFRICANO: Descrittione dell'Áfri­
119. Alude a que gestionan las rentas que generan ca, pág. 160. Estas manchas blancas es el vitíligo.
los habices instituidos por las gentes piadosas 121. El editor árabe ha escrito bi-ṣiyāŷ, pero el sen­

171

También podría gustarte