Trabajo Integrador Sistema Educativo - Sanchez V. - Gomez H.

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Profesorado para Profesionales – FI

Cátedra: SISTEMA EDUCATIVO

REPERCUSIONES
SOCIALES DE LAS
POLÍTICAS
EDUCATIVAS EN
ARGENTINA
Estudiantes:
Sánchez Carmona María Virginia – DNI: 34.054.095
Gómez Héctor Alejandro – DNI: 28.720.645
Docente:
Porra Tello Valeria del Valle

21/10/2020

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INDICE

INTRODUCCIÓN ........................................................................................................ 3

SURGIMIENTO Y PROPÓSITOS DE LA LEY 1420 .................................................. 3

GESTANDO EL CAMBIO EN EL PARADIGMA EDUCATIVO ................................... 5

LA DESARTICULACIÓN DEL SISTEMA EDUCATIVO .............................................. 6

EN BÚSQUEDA DE IGUALDAD, INCLUSIÓN Y EQUIDAD ...................................... 8

CONCLUSIÓN.......................................................................................................... 10

BIBLIOGRAFÍA......................................................................................................... 12

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“REPERCUSIONES SOCIALES DE LAS
POLÍTICAS EDUCATIVAS”
1 1
Sánchez Carmona, M. V. ; Gómez, H. A.
1
Profesorado para profesionales, Facultad de Ingeniería, Universidad de Mendoza

INTRODUCCIÓN
Desde la visión Sarmientina de la educación, como un ámbito igualitario, que les
permitió a todos los ciudadanos el derecho a una educación justa y que a su vez
generó condiciones homogeneizadoras para el conjunto de la población, hasta las
reformas en las políticas educativas desde los 90’ que apuntaron a fomentar la
identidad nacional y favorecer la igualdad de oportunidades. El sistema educativo se
vio marcado por una multiplicidad de factores tanto políticos como de índole
socioeconómico, que dificultaron concretar en gran medida el cambio en el
paradigma educativo, que propuso una visión de equidad de la educación. Estos
cambios se produjeron en el marco de la promulgación de nuevas leyes que aunque
favorecieron la inclusión social, no eliminó por completo la desigualdad.
El presente trabajo abordará las repercusiones sociales más sobresalientes a lo
largo de la historia de las políticas educativas de la República Argentina.

SURGIMIENTO Y PROPÓSITOS DE LA LEY 1420


Entre los años 1870 y 1890 y luego de la caída de Rosas, la argentina comenzó
un proceso de cambios políticos, sociales y culturales, sostenido únicamente por el
poder absoluto de la oligarquía.
Debido a la gran heterogeneidad de identidades culturales en el país, sumado a la
llegada de inmigrantes promovida desde el gobierno, que sirviera de mano de obra
barata, era sumamente necesario constituir una herramienta que sirviera para
cohesionar a la población, además de modelar a semejanza de los ideales del grupo
dominante (Southwell, 2015; Parra, 2016). De este modo la educación se constituyó
en una herramienta fundamental para lograr con ese objetivo (Imagen 1).
El sistema educativo se desarrolló bajo tres premisas fundamentales. Que de
acuerdo con Tello (2006) son:
a) La conformación de la identidad política nacional.
b) Principio de igualdad básica.
c) La idea de nacionalidad universal.

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De este modo y luego de un gran debate entre diferentes grupos hegemónicos,
surge así en el año 1884, la Ley 1420 (Ley de Educación Común), primer ley de
educación, que consagra la educación primaria obligatoria, gratuita y gradual (art. 1
y 2).

Imagen 1: Alumnos de una escuela primaria con delantal blanco característico.

La ley establece un “mínimum de instrucción obligatoria” (art. 6) que son materias


que se deben impartir en las instituciones educativas y en las distintas agrupaciones
graduales. Quienes se encargan del cumplimiento de ese precepto son los
Inspectores de escuelas que tienen la obligación de vigilar la enseñanza en las
aulas, corregir los errores introducidos en la enseñanza y que la misma se adecúe a
lo previsto por la presente ley. (art 36)
Se establece un sistema educativo centralizado y extremadamente controlado
mediante la creación del Consejo Nacional de Educación dependiente del Ministerio
de Instrucción Pública que tiene a su cargo la dirección y administración de escuelas
(art 52). Algunas de sus funciones eran vigilar la enseñanza y a los inspectores;
organizar las inspecciones; dictar los programas de enseñanza; prescribir y adoptar
los libros de texto; contratar, suspender o destituir maestros e inspectores; entre
otros. (Art. 57) De esta forma no dejaba nada al arbitrio docente.
Si bien las escuelas estaban a cargo del Consejo Nacional de Educación, cada
distrito contaba con un Consejo Escolar de Distrito que principalmente se encargaba
de llevar adelante la matriculación de los alumnos, castigar la falta de cumplimiento
de los padres, estimular la concurrencia de los niños las Escuelas, cuidar la
disciplina y moralidad en las escuelas, presidir exámenes en las escuelas entre,
otras. (Art. 42) Generando así un mayor control en los distritos alejados de la Capital
donde tenía residencia el Consejo Nacional de Educación.

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Con este sistema, el docente solo tenía la función de impartir la enseñanza en las
aulas de acuerdo a lo estipulado en la ley y según lo determinado por el Consejo
Nacional de Educación. No podía ejercer ningún otro oficio profesional y debía
mantener el decoro tanto dentro como fuera de la institución escolar.
Las escuelas y colegios particulares debían recibir autorización para funcionar del
Consejo Escolar de Distrito y debían someterse también a las inspecciones
pertinentes del Consejo Nacional de Educación.
Por último, en cuanto al financiamiento, se destinaba al sistema de educación: el
20% de la venta de tierras nacionales, el 50% de los intereses de depósitos
judiciales de la Capital y el 40% de la Contribución directa de la Capital y territorios
nacionales. Es decir, que el sostenimiento de las escuelas venía directamente desde
la nación.
Con esta ley se establece así un sistema centralizado y controlado, sin libertad de
cátedra. Obligando, de ser necesario con la fuerza pública a los niños a concurrir a
las aulas. Se buscaba impartir una hegemonía nacional sin respeto por la diversidad
cultural. No se encuentra incluida la educación secundaria que era elitista y solo los
mejores estudiantes con rendimiento de un examen público podían aspirar a
ingresar, de igual manera sucede con la Universidad.
Con la presidencia de Juan Domingo Perón comienza a cambiar esa élite en la
educación avanzada ya que brinda la posibilidad de movilidad social por medio de la
educación secundaria y universitaria con mayor alcance y universalidad.

GESTANDO EL CAMBIO EN EL PARADIGMA EDUCATIVO


Durante el gobierno del General Juan Domingo Perón, se encaró una reforma
cultural del país, permitiendo el acceso a la universidad de la clase obrera.
Disminuyendo la brecha de personas que tenían acceso a la culturización y
especialización en materia de formación profesional. Siempre apoyada por un
estado presente durante este proceso.
El 19 de Octubre de 1947 se presenta el primer Plan Quinquenal, en él, se ven
reflejados muchos reclamos de diferentes sectores del pueblo argentino, como lo
fueron el acceso de las mujeres al sistema educativo y su derecho a estudiar, la
necesidad por parte del sector empresarial de personal capacitado, la movilidad de
inmigrantes y su acceso al estudio, y la creación de una reglamentación que
gestione y articule el ingreso a la docencia. Por ende se podría decir que mediante la

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educación práctica y profesional durante el nivel medio, los estudiantes se instruían
para el trabajo, favoreciendo principalmente a la clase trabajadora.
En esta etapa también es interesante destacar cómo la educación sirvió de
herramienta para la instrucción y el adoctrinamiento, bajo las pautas de la nueva
organización social (Imagen 2). Sin embargo comienza una democratización del
acceso a la educación, se reemplaza progresivamente la presencia del estado en el
aula representados por el inspector, y se comienza una regulación y administración
del conjunto del sistema.

Imagen 2: Libro de estudio durante el gobierno de Perón.

A su vez, se profundiza la etapa inicial basada en la igualdad del nivel primario a


partir de la ampliación del acceso. Se logra una primera apertura de las puertas del
nivel medio (Veleda, Rivas & Mezzadra; 2011, p. 27), lográndose que más personas
tengan acceso a estudiar.

LA DESARTICULACIÓN DEL SISTEMA EDUCATIVO


Durante la década del ’90 se implementaron una serie de medidas que definieron
el rumbo del sistema educativo y cuyo fin fue mejorar la calidad de la educación,
favorecer principios de equidad y reestructurar las formas de financiamiento. Sin
embargo estas medidas tuvieron un trasfondo económico, bajo un proceso de
reforma del Estado, de descentralización, privatización y desregulación de los
servicios sociales (Betancur, 2007; Feldfeber & Gluz, 2011).
El proceso inició con la transferencia de las instituciones de nivel medio y superior
no universitario que dependían del gobierno nacional a sus respectivas
jurisdicciones. Si bien desde el discurso se propuso una descentralización educativa,

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se trató básicamente de una política de transferencia, impulsada por objetivos
fiscales dentro de un reordenamiento del estado.
Durante la presidencia de Carlos Menem se aplicaron ciertos lineamientos
generales bajo principios Neoliberalistas (en un contexto de emergencia económica),
cuyo principal objetivo fue hacer eficiente al estado.
Con la promulgación de la Ley 24.049 (Ley de transferencia de los servicios
educativos) en el año 1991, el estado se quitaba la responsabilidad de mantener el
sistema educativo, esto produjo una segmentación del sistema y por ende mayor
desigualdad en el acceso a la educación, provocada por la falta de recursos de las
provincia para hacer frente a esta situación.
Este proceso de transformación dio origen en el año 1993 a la Ley Federal de
Educación (N°24195/93) (Imagen 3), que incluyó dispositivos de recentralización del
poder en manos del mismo gobierno en el contexto de un sistema educativo
formalmente “descentralizado” (Felldfeber & Ivanier, 2003). En sus art. 60 y 61
determina que la inversión será prioritaria en base al sistema de presupuesto de
nación, provincias y Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es decir de la ley suprema
de coparticipación. A la vez que exige que se duplique gradualmente desde un
mínimo del 20% anual o se considerará un incremento del 50% en el porcentaje del
Producto Bruto Interno. Dicha fórmula trató de ser objetiva pero no tuvo en cuenta
las diferencias económicas y productivas que tenían las provincias generando una
brecha entre las provincias con mayores recursos y las que se les dificultaba la
obtención de recursos y no podían cumplir con los preceptos de dicha ley.

Imagen 3: Portada de la Ley federal de educación.

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Por otro lado, aumenta la obligatoriedad escolar a 10 años, en contraposición de la
Ley 1420 de educación que sólo exigía el nivel primario de 6 años. Dividió la
escolaridad en Educación General Básica y Polimodal. Pero no requería la
obligatoriedad de aplicación a todas las provincias, generando diferencias en las
distintas jurisdicciones en cuanto al sistema.
La “transformación educativa” estuvo, entonces, explícitamente subordinada tanto a
los procesos económicos, cuanto a una concepción de la sociedad en la que el
concepto de igualdad fue reemplazado por el de equidad (Vior, 2008).
Sin embargo, las políticas económicas adoptadas conformaron una sociedad
polarizada con amplios sectores excluidos y un gran aumento en los niveles de
pobreza, apareciendo en esta etapa un sector denominado “empobrecidos”, al cual
pertenecen también los docentes. En este clima social la escuela pasó de ser un
centro de formación a un centro de contención para pobres.

EN BÚSQUEDA DE IGUALDAD, INCLUSIÓN Y EQUIDAD


A partir del año 2005 y durante la presidencia de Néstor Kirchner la educación tuvo
un lugar relevante en la agenda pública. Se puntualizan problemas y se enfocan en
resolverlos. El puntapié inicial se da con la aprobación de la Ley de Garantía de
Salario Docente y 180 días de clases (N° 25.864, año 2003) y la Ley Nacional de
Incentivo docente (N° 25.919, año 2004) que fijaban exigencia de cumplimiento de
días de clases en toda la nación y se establecía un piso salarial docente que
buscaba la unificación del sistema fragmentado por la anterior ley.
Posteriormente la Ley de Financiamiento Educativo (N° 26.075) en el año 2005
dispuso un crecimiento paulatino de los recursos públicos destinados a la
enseñanza, hasta llegar al 6% del PBI en el año 2010.
Por otra parte, las políticas económicas implementadas provocaron un rápido
impacto sobre la reducción de la pobreza, fundamentalmente por la disminución del
desempleo, y potenciados por algunas de las políticas gubernamentales. También
contribuyó la progresiva implementación de planes que promovieron formas
asociativas y autogestivas de trabajo, sustentados en la concepción del trabajo como
mecanismo de inclusión. Sin embargo, estas políticas aún permanecieron ligadas a
los patrones asistenciales de la década anterior (Hintze en Feldfeber & Gluz, 2011).
En cuanto a las políticas hacia los sectores más vulnerables en el campo escolar,
expresaron cambios fundamentalmente en los discursos acerca de la relación entre

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pobreza y educación. El primero de ellos es el desplazamiento de la preocupación
por la equidad a una mayor preocupación por la inclusión, la “igualdad” y la
necesidad de reinstalar políticas de inspiración universal (Feldfeber & Gluz, 2011).
Es asi que el 14 de Diciembre del año 2006 se sanciona la Ley Nacional de
Educación (N° 26.206), aumentando la obligatoriedad a primaria y secundaria.
Conceptualiza la educación como un bien público y un derecho personal y social
(Art. 2°), además establece que el Estado debe garantizar la gratuidad y la equidad
(Art. 4°).
En su art. 11, presenta como particularidad la determinación de objetivos tanto
pedagógicos como socioculturales, que debería cumplir una política educativa.
Dando así la base para la toma de decisiones nacionales y provinciales.
Si bien la realidad nos muestra que en las políticas nacionales se prioriza garantizar
el acceso y egreso de los distintos niveles educativos a todos los habitantes (inc. h)
por sobre el de asegurar una educación de calidad (inc. a). Esto favoreció el
crecimiento de la currícula en el nivel secundario, con el consecuente aumento de
egresados, pero con una disminución en la calidad educativa.
Una característica importante de esta ley es que incluye los sectores excluidos del
sistema educativo como son las personas privadas de la libertad y aquellas con
alguna enfermedad que le impida la asistencia a instituciones educativas dando la
posibilidad de educación domiciliaria o en cárceles y hospitales respectivamente.
Durante el gobierno de Cristina Fernández a partir del 2007 se crea el Ministerio de
Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, cuya misión es “orientar la ciencia, la
tecnología y la innovación al fortalecimiento de un nuevo modelo productivo que
genere mayor inclusión social y mejore la competitividad de la economía Argentina,
bajo el paradigma del conocimiento como eje del desarrollo” (Feldfeber & Gluz,
2011).
Las políticas tomadas en esta etapa permiten articular la asistencia social con la
inclusión escolar, ejemplo de estas políticas son la AUH y el programa conectar
igualdad. Sin embargo, los programas de ayuda a los sectores más vulnerables no
eliminan completamente el perfil meritocrático característico de décadas anteriores,
manteniéndose las desigualdades en el acceso a la educación.

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CONCLUSIÓN
Desde la concepción del sistema educativo lo que se busco fue consolidar una
unidad nacional, ya que convergían distintas culturas debido a las políticas
inmigratorias y las distintas comunidades de pueblos originarios. Sin embargo, el
sentimiento nacionalista solo estaba ligado a las ideas de los grupos de poder de la
época.
Con la promulgación de la Ley de Educación Común (N°1420) se ven reflejadas las
concepciones sarmientinas de la educación como un sistema gradual, gratuito y
obligatorio.
A pesar de los esfuerzos, la mayor parte de la población no logró tener acceso a
cumplir con la obligatoriedad escolar; principalmente por las necesidades
económicas, necesidades que no encontraban respuesta en la educación.
Luego de casi 50 años de la ley de educación común, las diferentes demandas
sociales como la necesidad de personal capacitado, el mayor acceso de las mujeres
a la educación y el aumento de población exigen la necesidad de una regulación en
el sistema. Con esto se logró una expansión del sistema educativo, favoreciendo así
el acceso a los niveles más altos de educación (secundario y universitario) para los
que se esmeraran en su formación.
Frente a la situación económica del país que desbordaba a la Nación en la
presidencia de Carlos Menem, se ve la necesidad de disminuir el gasto público y se
toma la decisión de descentralizar el sistema educativo trasladando a las provincias
la administración y sostenimiento de las instituciones educativas tanto de educación
general básica como polimodal. Esto género que se viera a la educación como algo
meramente económico y no como un derecho.

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Luego de la profunda crisis política y económica que atravesó el país en el año
2001, en la presidencia de Néstor Kirchner, se buscó dar respuesta a las falencias
que generó el sistema anterior, principalmente el de las desigualdades económicas
para el acceso a la educación.
La Ley Nacional de Educación trató de concebir la igualdad de oportunidades, la
inclusión social y equidad, pero las medidas que se implementaron siempre fueron
insuficientes y nunca pudieron erradicar el defecto central que produce la
desigualdad.
Que un gobierno esté dispuesto a cambiar ésta realidad, implica que tome medidas
que afectarían los intereses de ciertos grupos económicos. Implicaría redistribuir la
riqueza hacia los grupos más vulnerables, un objetivo difícil de lograr si tenemos en
cuenta de cómo las presiones internacionales siempre han repercutido en los
sectores más bajos de la sociedad. Sería conveniente dejar de lado las cuestiones
políticas y económicas, y se aplique la educación como un derecho básico.

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BIBLIOGRAFÍA

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