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Guardándose para Dios

Bosquejo Biblico Texto biblico: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la
vida.” (Proverbios 4:23)

Introducción
Hemos sido llamados por el Señor a vivir de manera diferente a lo que el mundo entero espera de
nosotros. Ahora ya no vivimos para el mundo, sino que nuestra vida se convierte en una adoración al
Padre.
Para ser adoradores con todo nuestro ser, debemos apartarnos de la contaminación del pecado, apartarnos
de la maldad y vivir para Dios. Esto trae consigo grandes bendiciones de Dios nuestro Padre.

1) Guarda tu corazón (Proverbios 4:23)


El libro de proverbios está lleno de versículos colmados de sabiduría para bendecir nuestra vida. Dios nos
habla en toda su palabra y una de las cosas que nos pide es que guardemos nuestro corazón. Guardar
nuestro corazón es apartarlo para Él.
Dios debe ser el dueño de nuestro corazón y no debemos permitir que se contamine con deseos fuera de la
voluntad de nuestro Padre. Debemos amar a Dios con todo nuestro corazón, amarle sobre todas las cosas.

2) Guarda tu boca (Salmos 141:3)


Dice la palabra de Dios en el libro de Santiago que la lengua tiene un gran poder sobre todo nuestro
cuerpo, por lo tanto debe estar sometida al Señor para que todo nuestro ser se rinda ante Él.
Así como el salmista David, nuestra oración al Señor debe ser para que nos ayude a refrenar nuestra
lengua, para que guarde los dichos de nuestra boca. Debemos hablar la palabra de Dios, debe nuestra boca
ser fuente de bendiciones y no de maldiciones.

3) Guarda tus ojos (Hebreos 12:2)


Nuestra mirada debe estar puesta delante, donde está Cristo sentado a la diestra del Padre. No debemos
apartar la mirada, no sea que nos desviemos del camino o que perdamos el rumbo. 
Nuestra meta siempre debe ser convertirnos en fieles imitadores de nuestro Maestro para alcanzar esa
estatura, ese deseo de Dios para nuestra vida. Debemos guardar nuestra mirada en Cristo y no perder ese
blanco que perseguimos, llegar a ser como nuestro Señor. 

4) Guarda tus pies (Salmos 37:23)


Nuestros pies deben estar en el camino de Dios. El Señor es quien guarda nuestros pasos, quien impide
que nuestro pie no tropiece. Debemos permanecer en sus caminos sin desviarnos, sin buscar atajos, sin
tomar caminos que no nos llevan a Dios.
Jesús nos dijo que Él es el camino, el único camino que lleva al Padre, por lo tanto a él debemos seguir.
Su palabra nos enseña ese camino de salvación que solo se obtiene por medio de la fe en Dios. En ningún
otro hay salvación dice su palabra, por lo tanto debemos encaminarnos a donde Él nos lleve, sin
apartarnos a derecha o izquierda.

5) Guarda tu alma (Proverbios 19:16)


Nuestra alma es eterna y ha sido rescatada de pasar una condenación a tener vida con Dios, a su lado para
siempre. Pero debemos permanecer en esa salvación de Dios, guardando sus mandamientos. Así lo
declara su palabra, que si guardamos sus mandamientos estamos guardando nuestra alma. 
Guardamos nuestra alma de la condenación para ser dedicada a Dios por toda la eternidad. Ya no
pertenece más nuestra alma al fuego de la condenación, sino que pertenece a Dios, a la luz, a su bondad y
amor. Hemos sido rescatados, una salvación tan grande debe ser apreciada y guardada en obediencia a los
mandamientos de nuestro Señor. La palabra de Dios es clara y nos dice que si menospreciamos sus
caminos lo que nos espera es la muerte eterna.

6) Guarda tu vida (Proverbios 16:17)


Todo nuestro ser debe ser presentado delante de Dios en obediencia a sus mandamientos. Sabemos que
sus mandamientos no son gravosos, sino que son fáciles de cumplir para todos aquellos que le amamos. 
Para el mundo sus mandamientos son imposibles de cumplir, pero a los que confiamos en Dios recibimos
nuevas fuerzas para alcanzar la voluntad de nuestro Señor. Tenemos la ayuda del Espíritu Santo quien nos
aconseja y nos muestra el camino por donde debemos andar.
Al ser obedientes a su palabra estamos guardando nuestra vida, pues estamos bajo la sombra del Altísimo,
donde no puede hacernos daño nada. En las manos de Dios estamos seguros y no hay nada que nos pueda
sacar fuera de su protección divina.

7) Recibe sus bendiciones (Salmos


119:56)
No queda más que recibir las bendiciones de Dios cuando guardamos sus mandamientos. Quienes estén
lejos de dios, quienes estén haciendo lo malo, robando, siendo corrompidos, mintiendo, estos no reciben
la bendición de Dios, sino su castigo.
Aquellos que le obedezcan, aquellos que le sean fieles, son a los que las bendiciones perseguirán. No
debemos buscar las bendiciones, sino que estas nos seguirán al ser hallados verdaderos hijos de Dios.
Dios envía sus bendiciones sobre sus hijos, bendiciones que sobreabundan en todo nuestro ser, para la
gloria de su nombre.

Conclusión
Debemos aprender a guardar los mandamientos de Dios, a guardar todo nuestro y ser presentados delante
del Señor sin mancha y sin arruga. Dios demandará la santidad porque Él es santo y quiere que sus hijos
lo seamos también.
Los caminos de Dios debemos caminar y no desviarnos hacia donde la carne nos pida, sino que debemos
caminar hacia donde el Espíritu de Dios nos dirija. Jesús es el camino por donde nuestros pies deben
caminar, puesta la mirada en Él, con nuestros labios alabando noche y día, con nuestra alma preparada
para vivir por la eternidad en las manos del Señor.

Redactado por Mauricio Aquino para Central de Sermones.

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