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Woljgaiig Sofs ky

una forma estándar, pero las normas acerca del tiempo proporcionaban al te-
rror solo unmarco. El poder absoluto no está subordinado al tiempo, sino
que más bien lo manipula, mediante la prolongación y el aceleramiento, me-
diante agresiones repentinas y la tortura de la permanencia. Este tiempo múl-
tiple destruye la seguridad que, en caso contrario, garantizan las estructuras 8. El tiempo del prisionero
temporales cíclicas.El campo forzaba a los hombres en un presente eterno de «Nos ponían en fila para tatuarnos los números. Algunos perdían
incertidumbre y horror. el conocimiento; otros, en cambio, gritaban. Ahora me tocaba a mí.
Sabía que los dolores no eran dignos de mención en comparación
conlo que nos esperaba. Una prisionera del departamento político, conun
número muy bajo y un ángulo rojo sin P (Volksdeutsche) tomómi mano
y comenzó apinchar elnúmero siguiente: 55908. Sentí que en realidadno
me estaba pinchando el brazo, sino el corazón. Apartir de ese momento dejé de
ser un ser humano. Dejé de sentir, de pensar. Ya no poseía u n nombre ni una
dirección. Era el prisionero No55908. Yen el mismo momento,
con cada pinchazo se desprendía de mí u n periodo de vida."'

El control del tiempo social solo es una etapa en el sometimiento total del
hombre. El poder absoluto no solo quiere controlar el tiempo externo del
cuerpo, de los movimientos y de las posiciones. Quiere modificar el tiempo
propio o eliminarlo, el tiempo de la acción, del espíritu y del alma. Así como
varía, acelera o retarda el tiempo social para encerrar a los hombres en u n pre-
sente eterno, de igual forma interviene en la relación mental y práctica del
hombre consigo mismo. Penetra el tiempo biográfico de la persona, borra la
memoria y atraviesa el esquema de actos. Recién se alcanza el término cuando
la personalidad y el tiempo de actuación estás destruidos y la conciencia tem-
poral interna se ha extinguido.Ahora se considerarán en detalle las prácticas
de las que se sinió el poder de destrucción del tiempo personal.
La detención comenzaba con un shock. Al llegar,los hombres eran some-
tidos a un procedimiento de ingreso2,que invalidaba de un golpe su pasado.

' Zywulska 1 9 8 8 , ~180s.


.
La descripción de la ceremonia de recepción no falta encasiningúninformede prisioneros.Aun-
que estase interpreta a la luz delas experienciasposteriores enel campo,los informes muestrancla-
será exactamenteigual que el de hoy: quizásllueva un poco menos, o quizás,enlugar de excavar la ramente la profunda escisión que el ritual de ingreso significabapara los nuevos ingresos. Cfr.
tierra, debarnosir a descargar carburo o ladrillos.O mañanala guerra puede llegar a su fin, o todos Auschwitz,1980,p.55sss.;Bakels,1982,p. 190s.;Carls,1946,p.70;Kielar,1982,p.16ss.;Kogon,
podemos ser asesinados o transportadosa otro campo [. ..] Pero, ¿quiénpuede pensar seriamente 1974,p. 95ss.; Levi, 1979,p,Zlss.;Levi,1990,p.34ss.;Michelet,1960,p.ílss.;Kirstein, 1992,p.
en mañana?)). 80ss.;Kertész, 1996,p.108ss.
El tiempo del prisionero

Al igual que en muchas organizaciones totales, el recién llegado debía pasar iQué estaciones se pasaba enla internación, cómo se llevaba a cabo la trans-
por un rito de transición que lo separaba brutalmente de su historia de vida y formación de la persona? Muchos sufrían el tormento del hambre, la sed y los
lo programaba como recluso del campo3.Una sucesión bien pensada de hu- golpes aún en el camino al campo. Algunos prisioneros eran torturados antes
millación, violencia y mutilación lo empujaba a una situación, después de la de ser trasladados a la prisión o durante los interrogatonos. Sin embargo, la ma-
que nunca volvería a ser el mismo que antes. No solo era de otra manera, se yoría llegaba totalmente desprevenida al campo. A la llegada, primero se los
convertía en otro. El ritual no solo lo afectaba en su identidad social, apun- hacía esperar un rato en la incertidumbre, hasta que el comité de recepción se
taba a derrumbar su integridad personal y moral y agotar el sentimiento de dignaba entrar en acción. Este desgastante tiempo de esperasenía a los super-
una identidad numérica, una sensación de seguir siendo el mismo. visores para preparar el procedimiento de internación. A los recién llegados se
Normalmente, los rituales de transición pasan por tres fases.4Procedi- les daba una paliza y se los insultaba, se les arrojaba piedras, se les echaban bal-
mientos de separación desprende a los hombres de su entorno habitual y10 des con agua, se los perseguía de unlado a otro, se les hacía hacer flexiones de
arrojan a un estado de transición ambivalente caracterizado por humildad y rodillas y avanzar a través de una calle formada por los prisioneros para pegar-
silencio, asexualidad y ausencia de posesiones, anonimato y falta dejerar- les con una vara. Quien se rebelaba contra los malos tratos o intentaba acudir en
quías. Después comenzaban ceremonias de integración con las que se incor- ayuda de un camarada herido, era golpeado. La ayuda espontánea se transfor-
poraba al objeto ritual al nuevo mundo y a un nuevo grupo. La separación, la maba directamente en perjuicio para las víctimasy para quienes las ayudaban.
transformación y la incorporación conformaban un modelo general de la Aún antes de que empezara el ritual oficial,los prisioneros debían experimen-
transición social y biográfica. Aunque ocasionalmente se variaba el orden y tar el estado de totalindefensión. La impotencia quiere decir, en sentido básico,
se cambiaban las estaciones, este esquema se basaba en la internación en el no tener capacidad para actuar y estar en manos de la dominación f í ~ i c aEl. ~
campo. Esta no se diferenciaba en su estructura de los ritos civiles de transi- primer acto de violencia, el primer golpe, diluye la confianza básica en la in-
ción, ni siquiera en las prácticas de la violencia5y la humillación, sino en las violabilidad del cuerpo y destruye la esperanza de que se lo ayudará en una
consecuencias y funciones. La ceremonia de internación no significaba un emergencia. Mientras que la violencia destruía esas certezas básicas de la vida
cambio ni la inversión del estatus social, sino una degradación permanente, diaria, preparaba a los hombres transformándolos en objetos de iniciación.
una transformación básica de la existencia personal y social. Por la pérdida Al primer shock le seguían los ataques directos contra el yo. Los hombres
de papeles anteriores, el prisionero no recibía nuevos. Ser un prisionero no debían desvestirse y entregar todas sus pertenencias. Esta expropiación sig-
era un papel social, sino una forma de existencia en el abismo de la sociedad nificaba al mismo tiempo una mutilación de la persona. A los hombres no
humana. La violencia y la mutilación no eran elementos de un estado limi- solo se los privaba de su ropa, sino también de todas las pequeñeces perso-
tado de transición, sino el inicio de un continuo peligro de muerte. El ritual nales y cosas privadas que formaban parte del equipamiento de su identidad.
no aseguraba la continuidad del tiempo, sino que la atravesaba radicalmente. El robo de todas sus propiedades era una pérdida material y simbólica. Ala
No regulaba la transición biográfica, sino que destruía el contexto de la his- víctima no solo se le quitaba lo que le pertenecía, sino que se le quitaba tam-
toria personal. biénlo que formaba parte de él. Después se dejaba esperando a los desiludos
j~selosempujaba al peluquero. Amenudo, las mujeres debían desfilar for-
madas ante gente de las SSy de los Kapos, un desfile de la verguenza que produ-
'Cfr. Goffman, 1973, p. 2 5 s . ; sobre las ceremonias de degradación, véase también Garfinkel,
cía risas y burlas obscenas de los espectadores. En lo del peluquero comenzaba
1956. la transformación física. Alos hombres se les afeitaban todos los cabellos y
'Cfr. Gennep, 1986,p. 21; Turner, 1989,p. 10lss.
La flagelación forma parte, aligual que el rasurado del cabello, de las prácticasusuales de muchos
ritosdelimpieza, segregacióny conversión: cfr. Gennep, 1986,pp. 8 5 , 1 6 7 s ~ .
El tiempo del prisionero

vellos del cuerpo. Se limpiaba las partes afeitadas con harapos sucios que Tampoco durante el registro burocrático faltaban la violencia y las humi-
antes habían sido empapados en desinfectantes. También este procedimiento llaciones. En pequeños grupos se empujaba a los nuevos a la oficina, donde
tenía, además de una finalidad higiénica como profilaxis contra epidemias, debía adelantarse de a uno y dar sus datos personales. Si alguno respondía en
un significado simbólico manifiesto. Los nuevos debían ser igualados a la voz demasiado baja o no mantenía la pos~uraerguida que se exigía, era mal-
vista, degradados a un cuerpo desnudo, privados de todo símbolo de energía tratado. El procedimiento de internación, la apertura de u n expediente, la
vital e individualidad. Despojados de esa forma, eran enviados a las duchas clasificación y asignación de un número de prisionero estaban relacionados
de las que salía agua ardiente o helada. En medio de la fase de transición ri- indisolublemente con elementos del interrogatorio, con insultos y ((leccio-
tual, los hombres n o tenían posesiones, estaban desnudos, eranvíctimas in- nes» violentas. De una vez para siempre debía quedar grabado en el prisio-
defensas de la transformación. nero que frente a las autoridades solo le estaba permitida la sumisión. El acto
Después de la mutilación y el despojo simbólicos, comenzaba la incor- burocrático era simultáneamente un test de obediencia, una primera prueba
poración a la sociedad de los prisioneros con la entrega de la ropa del campo. de la transformación de la persona enun objeto abúlico del poder. Quienno
Los hombres recibían trajes de dril raídos, a menudo sucios y llenos de piojos, pasaba esa prueba, era castigado de inmediato y a la vista de todos.
un calzoncillo, una camisa, una gorra, zuecos de madera en lugar de zapatos, La ceremonia de internación hacía tambalear las bases del hombre. Indi-
cuando se tenía suerte, también un par de calcetines. Las mujeres recibían un caba su muerte civil, lo privaba de su nombre y de su historia, de su propie-
vestido de algodón con rayas grises azuladas, camisa, bombacha, enagua y dad, de su dignidad y de su apariencia exterior. Lo empujaba a u n estado de
mediaslargas. Por lo general, la ropa era repartida al azar, los zapatos, cha- completa indefensión completa y destruía los supuestos básicos de la exis-
quetas, vestidos y pantaloncs no sentaban,los harapos desfiguraban a la per- tencia humana: la idealización de la continuidad del mundo habitual; las in-
sona, pero ellos estabanigualados. Hacían todo del mismo modo. Cada uno cuestionable~certezas de poder seguir actuando como de costumbre, que el
se convertía en el ejemplar de una especie, las diferencias de la apariencia ex- cuerpo es inviolable y que en caso de necesidad se puede esperar ayuda. No
terna estaban completamente niveladas. El prisionero no era capaz de vol- es sorprendente que este procedimiento fuera vivido por las víctimas como
verse a reconocer. Pero como todos tenían el mismo aspecto, cada uno se un shock paralizante. El ritual regulaba la transición del mundo civil al uni-
convirtió en el fiel retrato del otro. verso del campo de concentración. Pero esto no se llevaba a cabo paulatina-
El último rasgo de indibldualidad se les quitaba a los nuevos en el acto final mente, sino que irrumpía de repente y privaba de una vez al hombre de su
delainternación. Cuando se los registraba en la oficina,se les daba un número.' base existencial. El tiempo del prisionero comenzaba con u n repentino so-
El robo delnombre propio formaba parte de una de las mutilaciones más pro- metimiento, una violación de la persona.
fundas del yo. Documenta el final de la historia devida hasta ese momento. En- Con la posterior distribución de los lugares para dormir finalizaba por lo
tonces, cada uno solo era un número entre otros miles, un caso anónimo. El general la internación. Sin embargo, durante la guerra este procédimiento
número permitía identificar a cadauno, pero esteno eraun criterio cualitativo sufrió una considerable dilación. Como en muchos campos se propagaban
de la identidad, sino una característica cuantitativa en una fila infinita. El nú- las epidemias, las SS instalaron bloques separados para las cuarentenas,
mero significabala transformación del individuo en un hombre masa, la trans- donde se aislaba de dos a tres semanas a los reciénllegados, antes de ser in-
formación de la sociedad personal en una sociedad serial de los sin nombre. corporados al funcionamiento normal del campo .8 Esta medida, por u n lado,
debía prevenir la propagación de las enfermedades infecciosasy, por otro, sig-
'El tatuaje delnúmero del prisionero solo fue habitual en Auschwitz desde el otoño de 1941.El pro-
cedimiento fueintroducido cuando se presentarondificultades para idcntificar alos cadáveres. En
un primer momento, se usaronsellos demetal con números intercambiablesque eran estampados Wna posición organizativa especialla tenia el campo para cuarentenas en Birkenau. Esa zona era
enel pecho delos prisioneros. luego se les tatuó con agujaslosnümcros en el antebrazo izquierdo. una etapa intermedia entre la rampa y el campo de concentración. Durante las selecciones perió-
El tiempo del prisionero

nificaba la prolongación del tiempo de incorporación, aumentando la presión adaptación gradual. El prisionero n o tenía tiempo para aprender. El terror
por el exterminio. Los alojamientos provisonos estaban totalmente repletos permanentemente presente exigía desde el principio serenidad. Por eso,
y sucios, la mortalidad era mayor que en los otros sectores del campo. Los entre los internados en el campo de concentración valía el principio de la ex-
prisioneros eran empleados para trabajos especialmente agotadores o se los periencia: quien sobrevive los tres primeros días tiene la posibilidad de su-
maltrataba todo el día con formaciones, maniobras y vejaciones de muchas perar u n mes; quien continua con vida las primeras tres semanas, tiene la
horas. Se separaba a los débiles y a los viejos eran separados y asesinados. Fi- posibilidad de sobrevivir un año. Y quien sobrevive tres meses, vivirá los pró-
nalmente, los restantes eran enviados a otros barracones del Stammlager-o a ximos Lres años. Esa era la primera condición para sobrevivir: había que re-
un campo anexo. La mayor duración del tiempo d e internación era, por lo nunciar de inmediato a las experiencias, pretensiones y convicciones pasadas
tanto, una medida destinada a seleccionar y a exterminar. Para limitar el aba- que obstaculizaban la supervivencia.
rrotamiento en el campo, las SS establecieron un tope organizativo y regula- La modificación de la conciencia interior del tiempo resultaba del au-
ban la mortalidad exponiendo ya desde el principio a aquellos que tenían la mento mutuo del terror, la reacción de defensa y la maniobra de protección.
menor experiencia en el campo a las condiciones más duras. La autopreservación exigía de los hombres una inmediata y fundamental re-
Después del shock de la internaciónle quedaba al prisionero muy poco organización de las actividadesintelectualesy mentales. Únicamente se podían
tiempo para adaptarse a la situación en el campo. No es apropiado hablar de proteger de la supremacía de la situación forzada modificando básicamente los
un proceso de socializaciónsecundaria o de una «carrera»gradualyen el caso significados del tiempo, aunque el precio fuera borrar casi por completo el
del campo de concentración. El campo n o era una institución que preveía horizonte temporal. No solo las condiciones externas de la existencia de los
tiempos de prueba o de acostumbramiento. Se había detenido el cambio de prisioneros eran responsables de la destrucción del tiempo personal, sino
exigencia y tiempo de aprendizaje, de expectativa y asunción de un papel. también las estrategias psíquicas y sociales de la supervivencia. El poder ab-
Los prisioneros no debían adquirir capacidades n i apropiarse de actitudes. soluto tiene tanto alcance que fuerza a los hombres a autodestruir su tiempo.
Desde el primer minuto estaban expuestos a una situación extrema a la que Esto queda de manifiesto cuando se observa en detalle la estructura tempo-
debían reaccionar inmediatamente. Así como el tiempb de organización poco ral de la situación en el campo y las estrategias de tiempo de los prisioneros.
tenía de tiempo evolutivo, el tiempo del prisionero tampoco era un tiempo de La primera característica temporal de la existencia del prisionero era la
duración indefinida de la prisión. Aunque los discursos y las diatribas de los
jefes de las SS, que a veces pronunciaban durante las ceremonias de recep-
dicas se seleccionaba a los prisioneros y selos enviaba a la cámara de gas, que si bien habían esca- ción, no dejaban dudas sobre el destino de los pn~ioneros'~, muchos se aferra-
pado ala selecciónenla rampa, de todosmodosno eran aceptados como mano de obra por las SS.
Véase al respecto la «Chronikdes Quaratanenlagers» [Crónicadel Campo para cuarentenas] del ban en un principio a la ilusión de un tiempo limitado en prisión. Contaban
prisionero-médico 0 . Wolken(en: Adlery otros, 1984,pp. 111-122). con que, en el mejor de los casos, deberían permanecer algunas semanas o
'Aquí yace una diferencia fundamental con otras organizacionestotales, donde los hombresreco-
rrenuna trayectorialatente hasta que se convierteneninternados. Donde desde el comienzo está
enjuego lavida, aquel que no se comporta rápidamentecomo un recluso, no tienen ningunaposi- Llegó hasta nuestros días un discurso semejante de un jefe de las Lagcr-SS de los primeros tiem-
bilidad desobrevivir. TambiénBettelheim (1980) y Cohen(l953) siguen analizando las estrate- pos de Auschwitz (Paczula en: Adler y otros, 1984,p. 14):«Ustedesestánenelcampo de concen-
gias de protecciónpsicológicasde los prisioneroscan un esquema de adaptación convencionalde tración alemán. El ingreso se realizó a través de la puerta principal, sobre la que se encuentra la
tres fases.Esto puede tener cierta razón paralos campos de la pregiierra. Sin embargo, difícilmente inscripción "El trabajo libera". Aquisolo hay una salida: a través de la chimenea del crematorio.
sea aplicable para la violencia del extermino enloscampos de la época de la guerra. Así es que fi- Para nosotros, ustedes no son seres humanos, sino solo estercoleros.Los disciplinaremos como co-
nalmente Frankl(1982) diferencia,sobre la base de sus experienciasen Monowitz, solo dos lases: rresponde. De esto se convenceránustedes mismos enbreve. Para conustedes, semejantes enemi-
el shockalingresary lavida en elcampo. Unmodelo de desarrollo subestimajustamente el carác- gos del Tercer, nosotros, los alemanes, no tendremos benevolencia ni piedad. Con verdadero placer
ter de shock de la experiencia en el campo y la necesidad de tener que reaccionar ante el perma- los cazaremos a todos a través de las rejillas de los hornos crematorios. Olvídense de sus mujeres,
nente peligro de muerte sin tiempo para el aprendizaje. de sus hijos y sus familias. Ustedes morirán aquí como perros. »
Woljgang Sofslzy El tiempo del prisionero

meses en el campo. Muchos no tenían la menor idea del motivo por el que ha- el miedo atormentador, el cambio abrupto entre esperanza y desesperación,
bían sido arrestados y confiaban en un rápido esclarecimiento de su caso y un supervivencia y resignación.
pronto regreso con su familia. Sin embargo, cuanto menos frecuentes fueron De todas formas, el poder absoluto es tan avasallador que las relaciones
las liberaciones, cuanto más aumentaba la posibilidad de exterminio en los sociales parecen igualar un proceso natural inevitable. Los marcos prima-
campos en tiempo de guerra, mucho más rápido se perdía esa ilusión. Elpn- rios13,con cuyos acontecimientos normalmente se clasifican según sucesos
sionero debía entender que el fin de su tiempo en prisión era impredecible, socialeso naturales, pierden su fuerza disyuntiva.Aunque el terror en el campo
sí, que la perspectiva de volver a salir de allí vívo alguna vez era mínima. La resultaba de una situación de poder social, las víctimas solo tenían posibilida-
vida en el campo era una ({existenciaprovisona sin plazo» ' l . La orientación des mínimas de controlar la situación. Pero cuando la supervivencia n o de-
hacia un futuro final estaba básicamente socavada. Esta pérdida del futuro pende de uno, parecen dominar la suerte y la casualidad. l 4 La arbitrariedad del
significaba un profundo corte en la conciencia de la existencia: para los pri- terror se corresponde conla casualidad de la supervivencia. A pesar de la mo-
sioneros no solo era incierto cuándo finalizaría su tiempo en prisión, sino si notonía diaria, la forma de existir del prisionero estaba determinada por su-
habrían de superarla con vida, si tenía algún sentido resistir. El desprecio por cesos que sobrevenían repentinamente. De un día para el otro las SS,podían
el futuro quiere decir que la existencia humana pierde su carácter de pro- recrudecer las condiciones de vida, retirar a grupos de las mej ores brigadas
yecto, que su plan de vida pierde su orientación teleológica, que la vida solo de trabajo, disgregar a los ocupantes de u n bloque o imponer penas colecti-
es una existencia limitada a disposición. vas muy peligrosas. El poder absoluto es un poder del destino. Trabaja con
La segunda característica de la existencia del prisionero era la atmósfera agresiones y sorpresas, anula expectativas. No solo el futuro lejano, también
omnipresente de la muerte." Como muy tarde desde el comienzo de la gue- el horizonte futuro inmediato de la situación de ese momento pierde valor de
rra, la muerte acechaba en todas partes, en los lugares de trabajo, en los ca- esta forma. Lavida del prisionero no solo era provisoria, al mismo tiempo era
minos, en los bloques. Toda agresión de un supervisor podía terminar con la aleatoria.
muerte de la víctima. El hambre y las epidemias hacían subir la mortalidad. La rutina diana en el campo exigía del prisionero una transformación fun-
Pero aunque la muerte en el campo tenía muchos rostros, su causa era dema- damental de la conciencia del tiempo. Como el futuro había perdido valor): la
siado notoria. No era un destino natural, sino social. Su última causa final era continuidad temporal estaba destruida, era imposible seguir manteniendo
el régimen del terror. Solo por eso los prisioneros se podían acostumbrar a la una actitud tranquila de espera. La confianza en una paulatina mejora de la
muerte de los otros y, al mismo tiempo, guardar la esperanza de sobrevivir. situación carecía de fundamento. El terror desplaza al presente delante del pa-
Donde la muerte es un proceso natural imparable que no conoce excepcio-
nes, el propio fin es seguro. Entonces solo quedan la resignación y la apatía.
Pero donde la muerte aparece como la consecuencia del poder social, de sus "Cfr. Goffman, 1977,p. 31ss.
I i «Solola condición física, por elcontrario de la capacidadde resistencia psíquica, laastuciaper-
actos y de sus omisiones, todavía es posible mantener la esperanza de una re- sonal y los conocimientos de idiomas extranjerosno eran una garantía de supeniwncia, no podían
dención final. Ante la desesperación, se pasa por el miedo a la violencia y a la serlo. Muchos murieron en el campo aunque tenían todas esas cualidades y realmente querían so-
muerte. Característico de la conciencia de la muerte en el campo era, así es de brevivir. Necesitaban todavía ese proverbial poquito de suerte, que quizás fuera decisivo para so-
brexrivir o no en una situación concreta. Toda la preparación ideológica, la fuerza de resistencia
suponer, no la certidumbre de la muerte, sino una completa incertidumbre, psíquica, el buen estado físico, la astucia y otras cualidades no servían para nada si faltaba ese po-
quito desuerte» (Mylyken:Jagoda y otros, 1987a,p. 45). «Unoescapaba de lamuertede la misma
forma que uno saca el número dela suerte enla lotería. Puede ser que en estos sucesos imprevisi-
bles también hubiera una especie de norma; a veces parece que yo la hubiera comprendido. Pero
'Cfr. Frankl, 1982,p.114s. en muchos casos mis acciones tenian consecuenciasjustamente contrarias a las que me había pro-
"Al respecto, cfr. la colección de infom~esde prisioneros en RynlKlodzinski, 1987a. puesto y finalmenteme salvaron laxlda». (P. Lewinska-Tepichten:Jagoda y otros, 1987 a, p. 46).
Wolfgaizg Sofsky El tiempo del prisionero

cado y del futuro. Los peligros imprevisibles exigen una atención, una cautela cómo se entiende a sí mismo. Sin embargo, si se elimina la posibilidad de ne-
y una serenidad permanentes en la situación existente. No eran convenientes gación social, también se pierde la posibilidad de independencia y de reco-
ni el recuerdo ni la expeaativa, sino la rápida percepción, la improvisación es- nocimiento mutuo. Porque si la relación del ser humano consigo mismo se
pontánea. El terror reduce el campo humano de la conciencia del momento. constituye socialmente, la destrucción de la sociabilidad significa al mismo
Por eso, la tercera caractenstica temporal de la existencia del prisionero era la tiempo una destrucción de la identidad. El campo no solo asesinaba a la per-
prioridad absoluta del presente, del aquí y del ahora. sona moral; el poder absoluto apunta en último término exterminar a la per-
La pérdida del futuro socava las bases de los actos. El terror destruye la po- sonalidad humana.
sibilidad de planear con anticipación y orientarse en circunstancias estables. Los prisioneros reaccionaban de diferente forma a la destrucción del
La víctima no tiene la oportunidad de actuar independientemente ni está en tiempo. Muchos perdían toda esperanza, dejaban de actuar y perecían. Otros
condiciones de predecir las consecuencias de su proceder. Este exterminio intentaban conquistar pequeños nichos de independencia para resistir allí.
de la acción tiene consecuencias directas para la sociabilidad y la identidad. Quien había superado experiencias dolorosas con privaciones físicas, ham-
Las reglas básicas en las que se basa cualquier contacto social'j están anula- bre y falta de libertad, a menudo creía que a los tiempos difíciles le seguirían
das: la reciprocidad de las perspectivas, las formas normales de los actos, el nuevamente condiciones más favorables. Los prisioneros con convicciones
sentido temporal de los acontecimientos, el principio del «y así sucesiva- políticas o religiosas estables disponían de un recurso de sentido que podían
mente)).La orientación recíproca en las intenciones del otro pierde su base, contraponer al terror. Los viejos internados en los campos de concentración
cuando aquel no está en condiciones dehacer planes. Las relaciones sociales desplazaban su interés estrictamente a las necesidades del presente del
duraderas presuponen reacciones esperables y confianza en el futuro. Por campo. Algunos novatos tenían la suerte de encontrar prisioneros experi-
eso el terror tiene un efecto directamente disociativo. Porque destruye la ca- mentados que los ayudaban a superar el primer tiempo. Aalguno lo mante-
pacidad de obrar de la persona, también elimina la confianza social, la coo- nía el vínculo interior conla familia; a otro, el odio contra los supervisores o
peración y la ayuda. la esperanza de poder vengarse en el transcurso de la vida. Los factores de la
No se comporta diferente con la relación práctica consigo mismo. l6 La au- supervivencia eran variados y, por lo general, se necesitaban varios factores
toafirmación se basa en la conciencia de sí mismo; pero la conciencia de sí para mantener la resistencia. Sin embargo, la supervivencia siempre reque-
mismo se basa en la conciencia de la propia capacidad, en la experiencia de ría de una estrategia temporal específica. La autopreservación en el campo
poder conseguir algo con actos y poder influir sobre el futuro. Pero en la me- siempre significaba mantenimiento y rescate del tiempo, una restitución de
dida en que el poder absoluto socaba la capacidad para actuar, sacude al la conciencia temporal, que sin embargo estaba sujeta desde u n principio a
mismo tiempo los fundamentos de la conciencia de sí mismo y de la autoes- profundas deformaciones.
tima. El reconocimiento de uno mismo requiere del reconocimiento de En primer lugar, los prisioneros se debían acostumbrar a la presencia de
otros. El hombre solo puede ser a sí mismo en la medida en que es a otros. Y la muerte. La aceptación de la muerte era el requisito para poder decenderse
él solo puede ser a otros, en la medida en que es a sí mismo. Con sus actos se de ella. Tan fuerte era la presión del presente que solo podía alcanzar u n equi-
muestra a sí mismo y a otros quién es. Tomando posición frente a pretensio- librio interno quien se preparara precozmente para no darse cuenta de los
nes ajenas, aceptando o rechazando las expectativas de otros, manifiesta malos tratos y los asesinatos. En el campo no solo valía el lema de no llamar la
atención, sino también el de no darse cuenta de lo llamativo. "Ver demasiado
era muy peligroso. Quien no se apartaba y pasaba rápidamente el lugar de la
I5Cfr.Cicourel, 1975,p. 3lss.:Sofsky,pp. 3355., 555s.
'"Sobre la antropología dela relación delser humano consigo mismo, cfr. detalladamente Loffler/ -- -

Sofsky, 1 9 8 6 . p ~504ss.
. " Cfr Bettelheim, 1980, p 1695s

134
El personal de las SS

De acuerdo con el {{modeloDachau)),la burocracia en el campo estaba or- supervisor. Este ordenamiento del estatus tenía su atractivo. Era clara y ofre-
ganizada en áreas especializadas en determinadas tareas. Pero esta división cía seguridad y apoyo. Los ordenamientos jerárquicos ofrecen seguridad.
del trabajo no era el único motivo determinante ni el decisivo para la distri- Proporcionan certidumbre sobre dónde se está situado y quién tiene algo que
bución del poder y la conducta del personal. La especialización formal era decir. Incluso lasjerarquías inferiores cuentan de esa manera conuna orienta-
solo una característica de la organización de las SS. No menos importantes ción confiable, de la cual los ordenamientosjerárquicos obtienen la legitimi-
eran las relaciones personales y los procesos organizativos de lajerarquía y la dad básica entre sus miembros.22A diferencia de la sociedad de los prisioneros,
delegación, la estandarización práctica y mental. A pesar de la gran cantidad donde a pesar del reglamento cuasimilitar reinaban el error y la incertidum-
de trabajo escrito y de la división del trabajo, la administración del campo de bre, el ordenamiento del estatus de los miembros de las SS ofrecía u n orden
concentración no concordaba en absoluto con el tipo ideal conocido de la previsible, claro y, por lo tanto, legítimo.
burocracia racional. Esro suele subestimarse cuando se atribuye el terror en Pero mientras que los ordenamientosjerárquicos militares son formales
los campos y el asesinato en masa a la efectividad de una burocracia mo- e impersonales, el ordenamiento del estatus en las Totenkopfverbande estaba
derna. Sin duda, las SS disponían de unaadministración extremadamente mezclado con autoridad personal y falso compañerismo. Camaradena quiere
especializada, pero esta estaba invadida por arreglos que poco tenían que ver decir que los hombres se ayudan mutuamente y responden por el otro; en
con la organización formal. El terror necesita estructuras que deroguen las cambio, falso companensmo significa ser complacientes entre sí y hacer con-
normas y las relaciones de poder de la impersonalidad formal. Por eso, es im- cesiones. La camaradería se atiene a normas generales, el falso compañe-
prescindible un análisis de estos aspectos especiales de las Lager-SS para ob- rismo es una relación puramente interna. Se cubren unos a otros, encubren
tener una explicaciónsobre la organización del terror y la actitud del personal. faltas, ocultan debilidades y mantienen el espíritu de cuerpo con el que se di-
La primera característica delas Lager-SS era sujerarquía militar y su esta- ferencian hacia afuera y se elevan sobre los otros. La camaradería es ayuda en
tus. Las SS procedían de una «zona social intermedia entre la legalidad y la la necesidad, falso compañerismo es una mera complicidad g r ~ p a lSe . ~sus-
~
ilegalidad)),en las que las acciones militares estaban privatizadas y las dife- trae al control externo ypor ese motivo baja cada vez más su nivel moral. Los
rencias entre estar en guerra y estar en tiempos de paz eran difusas. Aquí sur- cómplices se orientan únicamente en las costumbres del grupo yno segúnlas
gió el ideal del «soldadopolítico)),para quien la lucha terrorista permanente normas generales vinculantes. De este modo, se liberanmutuamente d ejus-
contra el {{enemigointerno))se había convertido enuna forma de vida. Lare- tificaciones y legitimacionesy favorecen la desmoralización. El ordenamiento
organización de las unidades de guardia también implicó cierta militariza- jerárquico militar, que representa y al mismo tiempo garantiza la escala de
ción. Los miembros usaban uniformes iguales con insignias, se los armó, se valores, es socavado por el falso compañerismo. La cohesión personal debi-
los entrenó y se los acuarteló. Se establecieron relaciones claras de subordi- lita la disciplina. De allí proviene la tolerancia en los casos de infracciones.
nación y se escalonaron lasjerarquías por grados. De esta manera, cada uno Los miembros de las SS que fueron aceptados en el estrecho círcu.10 de los
tenía u n lugar previamente señalado y la perspectiva de una carrera ya esta- {{camaradas))podían contar siempre con la benevolencia de sus superiores.
blecida. Debía obedecer a los superiores y podía dar órdenes a sus subordi- Así como las Lager-SS cuidaban de comportarse como soldados, parecían
nados. Se percibía a sí mismo como soldado, no solo como policía auxiliar o más bien una comunidad conspiradora que se mantenían unida contra los
controles, también de aquellos ejecutados por otras instancias de las SS.

de trabajo dondese practicaba el ((exterminiomediante el trabajo))y eranresponsables delasmasa-


cres durantelasmarchas dela muerte. Además, lascompañíasdeguardiaeranunaresenra de perso-
nal para el estado mayor de la comandancia. Muchos jefes de bloque provenían de sus filas. Cfr. 12Cfr.Popitz, 1968,p.335s.
Affidavit Pauly del 15/3/1946,Doc.-Nbg D-747;Affidavit Totzauerdel15/3/1946,Doc.-Nbg D-748. 23Véaseal respecto Buchheim, 1987a,p. 258
WoiJsang Sofsky El personal de las SS

controladas totalmente por la comandancia. En cuestionesimportantes de su tandarización y desregularización. Programaba los actos y al mismo tiempo
área de mando, el Comandante no era el dueño en su propia casa. Sin embargo, liberaba el terror.
por otra parte, el sistema multilineal también tenía ventajas. Los subdeparta- Las SS ya usaban los reglamentos estándar en el reclutamiento de sus
mentos tenían contacto directo y personal conlos departamentos especializa- miembros. Según el ideal racista de la élite, en los primeros años rigieron
dos, lo que acortaba la vía oficialy aumentaba la flexibilidad de la organización. para los Totenkopfe los mismos criterios severos de aptitud que para las
El precio que se pagaba era la ausencia de conducción central. Descentraliza- Verfügungstruppe militares de las SS.j3Los hombres de las SS debían tener
ción significa que las decisionesya no convergen en un punto estratégico y que una altura mínima de 1,72 m, comprobar su ascendencia aria, gozar de
cada instancia gana márgenes considerables que puede utilizar para enfren- buena salud y ser «muyjoven», es decir, tener menos de 23 años. No era fa-
tar unos contra otros y a la central. Por lo tanto, la burocracia de los campos de vorable que usaran gafas, las vacantes no debían ser ocupadas por hombres
concentración era todo, menos monolítica. La Inspección estaba cerca y lejos provenientes de grandes ciudades. Las capacidades intelectualesjugaban un
simultáneamente: cerca por la vía oficial directa, lejos debido a la gran auto- papel secundario, tenían prioridad las características físicas, la posibilidad
nomía de las dependenciaslocales. La comandancia, aunque organizada como de formarlos ideológicamente y el principio de la voluntariedad. Sin em-
instancia central local ycon el progresivo crecimiento, ya no podía controlar bargo, hubo que hacer concesiones de todo tipo a estos criterios. Ya durante
todas las áreas del campo y compensar los conflictoscondicionados por las es- la época antes de la guerra, muchos miembros de los estados mayores de las
tructuras y los intereses divergentes.Debido a la independencia de las subuni- comandancias, a diferencia de las unidades de guardia, eran mayores de 30
dades, el sistema era flexible,pero a menudo también imprevisible; si bien en años cuando se incorporaban al servicio. Al principio de la guerra, cuando
su organización formal estaba dividido funcionalmente; sin embargo, de hubo que reforzar a los Standarten, de todos modos solo estaban disponiblec.
hecho, estaba siempre dedicado a improvisar, corregir y rivalizar. clases de mayor edad. Ya en 1938se empezó a aceptar a quienes usaban gafas
La efectividad mortal dela organización del campo no se basaba tanto en y se redujo la altura mínima, primero a 1,65m; luego a 1,62m . Cuando tam-
una burocracia que trabajaba sin inconvenientes, sino más bien en el alto bién la última reserva estuvo agotada, se echó totalmente por la borda las dis-
grado de camaradería, de independencia local e iniciativa personal. A me- posiciones parala selección y se llamó a filas a todo aquel al se podía echar el
nudo, la unanimidad se lograba mediante la coordinación caso por caso. Esta guante: miles de soldados mayores, no aptos para el frente; Volksdeutsche
subcoordinación formal no era para nada disfuncional a la propagación del que apenas dominaban elidioma alemán; extranjeros, por ejemplo, croatas,
terror, ya que provocaba aquella incertidumbre organizativa y la arbitrarie- ucranios o lituanos. Las supervisoras de los campos de mujeres Ravensbrück,
dad, en las que se basa el terror. Pero la base social de esto era la actitudcolec- Birkenau, Majdanek, GroB-Rocen y Bergen-Belsen, que eranparte del «sé-
tiva del personal y cierto nivel de estandarización. La estandarización de los quito de las Waffen-SS»,se incorporabanvoluntariamente a las Ukffen-SS,
procesos es siempre un equivalente funcional del centralismo. Puede miti- eran obligadas a prestar servicios por intermedio de las oficinas de trabajo o
gar déficits funcionales que surgen por la descentralización. Cuando día tras reclutadas en las fábricas de guerra. Era frecuente que se le contara a las muje-
día se debe hacer lo mismo, huelgan muchas decisiones. Ycuando el perso- res que hacían trabajo pesado acerca de la buena paga y de las fáciles condi-
nal desarrolla costumbres que garantizan comportamientos regulares, los ciones de trabajo en los «camposde reeducaciónv .3' LOScaminos que conducían
controles permanentes son superfluos. Pero esta relación regía solo en parte
para el personal del campo. Pues además de los escritos burocráticos y la eje-
j3 Cfr. Wegner, 1982,p. 1355s.;Hoja de ordende Eicke No 4 e1 4/5/1937 y No 6 de1 6/7/1937 (IfZ,
cución de acuerdo con las normas, imperaba la falta de disciplina y la corrup-
Ma293); Segev, 1992,p. 12855.
ción, la violencia excesiva y la arbitrariedad personal. La cuarta característica "+Cfr.Arndt,1970,p.104;Muller-Munch, 1 9 8 2 , ~745s;
. Heicke, 1994, p. 232ss; Schwarz, 1994;
estructural de la organización de las SS era la combinación específica de es- Sprenger, 1995.
Masa, trueque, disociación

las promesas ya habían sido desplazados debido a las circunstancias. La jerga tructura de la amistad. No era una relación exclusiva de pareja basada en el
de los bribones del campo era u n lenguaje gestual abreviado para contactos, libre albedrío y el afecto emocional ypersonal.I4En verdad, algunos prisio-
no para encuentros ni conversaciones. Tanvulgares como las expresiones, neros asumían considerables riesgos para ayudar a un compañero de prisión
así de grosero solía ser el tono. En la lucha por lugar y alimento, uno le gritaba y sacarlo de una situación muy peligrosa. Muchos novatos se esforzaban por
al otro, lo reprendía o lo ridiculizaba. Las palabras amables eran poco fre- seguirjuntos con algunos compañeros de destino de su transporte y ser alo-
cuentes y por eso quedaron registradas expresamente en los testimonios jados en el mismo bloque o pelotón de trabajo. No eran pocos los que se en-
transmitidos. Las conversaciones giraban, por lo general, alrededor de la co- contraban en los campos con viejos conocidos de épocas anteriores a su
mida, las enfermedades, los asuntos vitales. Así como de estandarizadas es- prisión. Pero todas esas relaciones eran en alto grado riesgosas. Era u n caso
taban las situaciones, así de limitado era el lenguaje. Era una lengua de afortunado poco si el prójimo no moría, no era transportado o desaparecía
emergencia para una situación extrema. Y así de monótonos como transcu- en el anonimato de la masa. La fluctuación dentro del sistema del campo des-
rrían los días, así de restringidos eran los temas del contacto social. truía las relaciones duraderas. Las amistades nacidas en el campo carecían de
El poder absoluto obliga a actuar estratégicamente. El cálculo instru- todos modos de los requisitos fundamentales: la libre voluntad en la elec-
mental también le da forma a las relaciones sociales. La instrumentalización ción, la atmósfera de franqueza emocional y las oportunidades para presen-
social no quiere decir otra cosa que en adelante el otro representará el medio tarse como es y la aprobación mutua. La miseria y la supremacía socavaban
para lograr el fin. Donde resulta beneficioso,se unen a él; donde estorba, se la base del trato interpersonal. Por un momento ayudaba recibir una palabra
lo combate. Esto es absolutamente compatible con coaliciones temporarias amable o poder darle una vez un respiro a la depresión. Pero de ninguna ma-
o ayudas ocasionales. En muchas organizaciones totales se suelen producir nera había que sobrecargara al otro con sentimientos para n o poner en peli-
actos de fraternización cuando los internados repentinamente se ayudan gro su protección vital. Era u n alivio ver una vez otras caras y no tener que
unos a otros y juntos se ponen en contra del sistema impuesto.12Pero esta fra- escuchar siempre los mismós chistes, quejas, improperios o historias. El pri-
ternización no es nunca más que una coaliciónlimitada,una alianza espon- sionero normal le era casi imposible sentir interés por otros temas que no fue-
tánea antela presión externa. No tiene nada quever con simpatía mutua, con ranla comida, el trabajo pesado y las enfermedades. La presión de la rutina
la unión y lealtad en grupos sociales. Si bien ocurría que los prisioneros se diana eliminaba la reserva temática necesaria para generar amistades durade-
daban uno al otro indicaciones breves, repartían entre ellos sus paquetes o se ras. En el campo no se trataba tanto del reconocimiento simbólico, del inter-
advertían mutuamente sobre la presencia de supervisores, pero estos actos cambio de sentimientosy de su aprobación como de ayuda material directa. El
de ayuda quedaban restringidos a una situación en particular. Eran coalicio- compañero de prisión no era apreciado por lo que era, sino por sus relacio-
nes seriadas que solo surgían debido a contradicciones externas, no por la co- nes y su utilidad. Las relaciones fueron racionalizadas y sometidas a la finali-
munión interna. La congruencia de las relevancias se agotaba en la superación dad de la supervivencia inmediata. Por lo tanto, la estructura dominante de
de una amenaza directa.'" la masa no solo reducía alianzas a coaliciones efímeras, seriales; también obli-
La instrumentalización atravesaba también las amistades de larga data. La gaba a los hombres a instrumentalizar amistades, a estrategias egoístas de re-
presión que representaba el exterminio transformaba drásticamente la es- ciprocidad.

':Cfr. Goffman, 1973,p. 61.


l 3 Coaliciones seriales(cfr. SofskyíPans,1994,p. 258) son también enlas prisiones una delas for- "Sobre la estructura general de la amistad, cfr. Tenbruck, 1964; Wiese, 1933, p. 4635s.; Kon,
mas más importantes de socialización.Tampoco aquí debe sobrevalorarse el grado de unión y de 1979,p. 85ss. Sobre la cooperación y amistad enloscampos, véase, entre otros: Bakels, 1982,p.
solidaridad. Cfr. al respecto, iosestudiosde Ciemmei; 1958; Fischer, 1973; Hoppensack, 1976; 246s.; Bettelheim, 1980, p. 2515s.; Buber-Neumann, 1949,p. 187s.;Goldsteiny otros, 1991;p.
Steinhagen, 1976. 4 2 s . ;Jagoda y otros, 1987a,p.37ss.
Masa, trueque, disociación

los alojamientos tenían menos que temer." Eljefe ysu guardia de saqueado- El mundo del prisionero normal estaba determinado por la necesidad de
res protegían a los ladrones de la venganza de las víctimas indefensas. El pn- la supervivencia individual. Es cierto que hubo bastantes ejemplos de soli-
sionero común que no contaba con el apoyo de algunos camaradas más daridad y apoyo, alimentados por convicciones políticas o religiosas, por
fuertes estaba impotentes a la merced no solo de la violencia, sino también de sentimientos de pertenencia nacional o simplemente por humanidad con el
las correrías de las bandas de prisioneros. semejante. Sin embargo, no debe sobrevalorarse la dimensión de la herman-
Existía otro peligro que caracterizaba la implacable lucha por la supervi- dad y camaradería. No se puede hablar de una comunidad de sufrientes.' T n
vencia: la omnipresencia de espías y delatores. Cubrir el campo con una red la lucha diaria por la supervivencia regían las leyes de la selva, un estado natu-
de informantes formaba parte del sistema de terror. Cuanto más abarrotados ral social, en el que prevalecía aquel que era menos considerado, más fuerte y
e inabarcables eranlos campos, más importantes para las SS fueron los dela- más astuto que otros. Para no sucumbir enseguida, todos debían librar una
tores que no solo intentaban infiltrarse en los núcleos de la resistencia polí- batalla agotadora contra todos. Los prisioneros existían en una constelación
tica, sino que también acechaban en los bloques masivos y en los puestos de extrema de sumas cero. Con frecuencia, uno solo sobrevivía a costa de los
trabajo en busca de infracciones al reglamento del campo. No solo el Depar- otros. La muerte de uno era el pan del otro. En la última época del sistema de
tamento Político, también los jefes del campo y los Rapportfühi-er tenían sus los campos habrían ocurrido también algunos casos de canibalismo. Donde
cómplices. Algunos escribientes estaban al servicio de jefes de bloque y faltaban las condiciones mínimas para la supervivencia, el alimento, la ropa
Kapos criminales y les informaban quiénes eran los prisioneros que habían y el lugar, solo ayudaban una rigurosa resistencia y un egoísmo incondicional.
llamado la atención o tenían algo que ocultar. El sistema de soplones no solo El abastecimiento material no bastaba para lograr una solidaridad duradera.
servía al control político, sino también al social. Si se sabía de un contacto La solidaridad se basa en el principio de ayudar y compartir. Pero donde no
prohibido con un trabajador civil, que habían enviado u n mensaje secreto a había nada para compartir, aunque fuera el precio de sucumbir conjunta-
sus familias o de un robo en la cocina, el superior podía chantajear al male- mente, le falta a la solidaridad la base material. El hambre, la miseria y la pre-
ante y doblegarlo. Para las relaciones sociales en el campo este espionaje era sión de ser exterminado destruían las relaciones sociales y atizaban los ánimos
igual de ruinoso que el robo y la miseria. El prisionero nunca podía estar se- de los hombres para enfrentarlos unos contra otros. En la masa forzada, el otro
guro de que el vecino no fuera u n traidor. Los informantes recibían cigarri- no solo era indiferente, sino que era u n enemigo potencial que se aprove-
llos y protección por su traición. Pero los otros estaban permanentemente chaba de uno en el trueque, lo traicionaba o le robaba el último resto de pan.
rodeados de un peligro anónimo que contribuía a la disociación de la socie- El poder absoluto se apoya en un sistema bien pensado de clasificación y co-
dad de prisioneros. laboración, el escalonamiento del poder y los privilegios. Esta estructura se
impone sobre la serialidad de la masa que solo permite contactos efímeros,
explotación mutua y utilidad económica. El poder absoluto conduce a los
hombres a un estado donde finalmente prevalece la ley del más fuerte.
Ií «Enel gigantesco rebaño que formábamostampoco faltaban los especialistas en robo. Ellos ope-
raban a toda hora del día y de la noche, fuera en grupo osolos. Nosotros (los franceses)los llamá-
bamos "gángster".Tenían interés por todo, pero preferían e~ldentementelas baterías de cocina, '"De esta forma arriba Vermehren (1947, p. 103s) al siguiente juicio general: «La depravación
cucharasy calzadoresistente,ya que estos objetos-que ellos revendían en el "mercado"que se ce- moral en el campo era espantosamente alta. [. . .1 Ensu estado famélico,el prisionero robaba al otro
lebrada cadanoche en la plaza de las fonnaciones-les permitianabastecerse conabundante pan, lo poco con lo que bien podia saciar su hambre, pero como tal no podia extinguir, sino que solo lo
papas y cigarrillos. Aveces se producíanluchas sumamente violentas entre los ladronesy los roba- traspasaba. La delación florecía ya que nadie podia estar seguro del otro, todos empezarona ocu-
dos, pero losladronessiempre se imponían. Los cigarrilloseran especialmentecodiciados,ya que parse de su segundad a costa de los otros. Para escapar del castigo, se delatabanunos a otros, conlo
eranuna especie de dinero que circulaba en toda lajerarquía del campo, incluso de las SS. [. ..] Los que no se suprimió lagolpiza, sino que le eraimpuestasolo alindefenso. Se odiaban porque uno
gángsterslosabían yllevaban a cabo numerosos golpes pará apropiarsede este excelente dinero. Nada recortaba al otro el espacio~ltal.se vendíanunos a otros por una ventaja extremadamente pequeña.
podia impedirleselejercicio desu vil profesión))(Fleury citado en Fr6be y otros, 1985,p. 241). Laindiferencia brutal, aligualque ia enfermedad, dominabanel campo.))
Worfga~~g
Sofsky Los castigos del terror

rror mismo generaba en forma permanente causas de castigo. Con delibera- ambulando por la plaza de formaciones,sin rumbo fijo. Manteniendo en se-
ción dirigía a los hombres a situaciones en las que forzosamente debían in- creto las actividades propias, la existencia propia, el prisionero evitaba la se-
fringir alguna disposición. Durante el {(deportematinal)},los prisioneros gunda situación del mecanismo de sanciones. Quien no era visto para nada,
debían arrastrarse por el barro; acto seguido, se les daba una paliza por tener tampoco coma peligro de ser elegido como víctima de una operación de castigo.
los pantalones sucios. O se les encomendaba un recado durante el trabajo e En la práctica del terror para imponer castigos, la evaluación y la ejecu-
inmediatamente después se los denunciaba a la conducción del campo por ción de la pena a menudo coinciden. Muchos ejecutores prescindían de la
haberse ((alejadosin permiso del lugar de trabajo». El poder absoluto el, dosificación de la pena y golpeaban de inmediato. Se acortaba radicalmente
modo alguno se ve limitado por u n catálogo de normas. Más bien lo utiliza el procedimiento, la pena era ejecutada de inmediato en el lugar del «delito»
como instrumento del terror, como recurso de la arbitrariedad. El terror or- sin requerir autorización previa. Para muchos ejecutores hacer una comuni-
ganizado establece un orden disciplinario totalmente regulado, que crea un cación oficial representaba únicamente un papeleo molesio que transfena el
desorden calculado y abre oportunidades para manipular las causas de cas- poder de dictar sentencia a instancias superiores. restringiendo el poder per-
tigo. El interés del poder del campo estaba más orientado a poder entrar en sonal. Sibien la delegación del terror a subordinados le costaba a la conducción
acción en todo momento que en impedir infracciones. Transformaba la ame- del campo el control sobre el personal, lo aliviaba del trabajo administrativo de
naza calculada en una amenaza imponderable. «casosleves))y consolidaba el principio básico del terror social, la instanta-
Dado que todo podía ser definido como causa de castigo, a los prisione- neidad y la indeterminación de la agresión. Un control burocrático centrali-
ros solo les quedaba una salida. En lajungla solo había una única senda, pero zado de los castigos habría socavado la electividad del terror. La transferencia
que no era en absoluto segura: estar muy alerta, no llamar la atención, hacerse alos funcionarios subalternos del poder para ejecutar los castigos, permitía
invisible.' La regla general más importante para la supervivencia era evitar el a cada supervisor decidir si iniciaba un proceso formal o si ejercía el poder in-
contacto con el personal. Para eso, los prisioneros organizaron un sistema co- mediatamente. Aquí jugaban u n papel importante las listas internas de cas-
lectivo de alarma" que anunciaba con la debida antelación que se acercaba t i g o y~los
~ reglamentos disciplinarios oficiales.Estos definían innumerables
un hombre de las SS o un Kapo. Durantela formación había que desaparecer causas de castigo y proporcionaba al supervisor los pretextos para las golpi-
en las filas interiores y reprimir cualquier tos o estornudo; en la columna de zas. Las normas sociales no solo tienen funciones regulativas, sino también
marcha se debía conquistar. en lo posible, un lugar en el medio En el bloque constitutivas. Las normas disciplinarias generaban, ante todo, incontables
era ventajoso ocuparuna litera superior; en el trabajo, unlugar detrás de un co- situaciones para las orgías de golpes. Constituianun campo oscuro de medi-
bertizo con un camarada que hacia guardia delante. Si se estaba en el campo das disciplinarias no oficialesy espontáneas, sin control jerárquico directo y
visual del supervisor, había que moverse, en lo posible, a velocidad normal, sin regulación de las penas, pero siempre con la protección de disposiciones
ni demasiado despacio ni tampoco demasiado rápido. Siempre era peligroso oficiales. La superestructura burocrática no bloqueabala transición del cas-
estar inactivo en la esquina de u n barracón, sin una tarea reconocible, o de- tigo al exceso arbitrario, sino que la fomentada.
No contradice en absoluto la lógica sobre la función de los castigos del te-
'Cfr. Bettelheim, 1980, p. 228ss. Sin embargo, la desaparición en elanonimatonosigniiicaba, rror que las instancias superiores intentaran en reiteradas ocasiones hacerse
como opina Bettelheim, una pérdida de laindividualidad. El nollamar la atencibnno era una tarea
de la personalidad, sino una capacidad extremadamente activa para autoprotegerse. Wna lista sin fecha delas SS, solo para el uso interno, que fue confeccionadadurante los años dela
En Mauthausenlos prisionerosse giltaban el termino usado en eljuego de cartas skat ((dieciocho)) guerra, enumerano menos de 47 delitos que erancastigados con el castigo corporal (cfr. archivo
cuando se acercaba un hombre de las SS o un Kapo. Ei gnto para avisar que había cesado la alarma, de Dachau, No 715 1).Para mencionar algunos ejemplos: por ({trabajodescuidado y conducta falta
paraindicar que no habíamoros enlacosta, era «veinte».Lamayoría de lasveces, los prisioneros de disciplina»,le correspondían diez bastonazos; por ((alejamientodellugar de trabajo»y robo de
se entendían congestos que eran generalmente comprensibles en la sociedad internacional, por alimentos, veinte; por «conductainsolente para conunmiembro delas SS»,quince; por ((cortar
ejeinplo, el índice delante de la boca cerrada. una frazada de lana*,quince; por «robo de una papa)),cinco sobre el caballete.

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