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Unidad-6: Un Líder emprendedor proactivo

Procura tener la iniciativa buscando siempre que las cosas sucedan en lugar a


esperar que caigan del cielo. No se trata de ser hiperactivo, ser proactivo no quiere
decir que se actúe por impulso o motivados por una emoción, no es necesario que
un individuo proactivo sea el más rápido en actuar, sino el que pone más empeño
en que suceda aquello que se quiere.

Si obtiene una negativa por respuesta, no culpa a las demás personas ni al


entorno o al clima por lo sucedido, analiza el porqué de la negativa, mejora su
propuesta para que en la próxima oportunidad no exista un no por respuesta. Una
actitud proactiva implica no dejarse afectar por las emociones, lo que no quiere
decir que te debas convertir en una persona insensible, sino que entiendes que
actuar por impulso emocional posiblemente no te conduzca a nada, sino a la
frustración.

El emprendedor de alto rendimiento es proactivo

Alcanzar el éxito es la meta de todo emprendedor, en el mundo del emprendimiento


existen también personalidades Proactivas Y Reactivas, pero es la personalidad
proactiva es la que mejor se ajusta al emprendedor de alto rendimiento, pues
éste es aquel que toma la batuta para liderar las iniciativas de impacto que llegan a
superar a las grandes corporaciones frente a los retos que enfrenta la humanidad en
estos tiempos.

El emprendedor de alto rendimiento busca la creación de experiencias


positivas y que motiven porque entienden que este tipo de experiencias tanto en el
cliente como en los trabajadores puede lograr más rápidamente y de la mejor
manera la concreción de la meta planteada. Siendo proactivo es capaz de pensar
en todas las estrategias necesarias para alcanzar el éxito y que todos los que
estén involucrados con este proceso obtengan algo positivo, aporta felicidad a su
entorno porque él a su manera es completamente feliz por decisión propia. Los
términos proactividad y liderazgo a menudo van de la mano, ya que si eres una
persona proactiva es muy probable que los demás te vean como un líder carismático
que cumple con sus objetivos. Así que hoy vamos a contarte todo eso que debes
saber para ser un líder proactivo. 
El éxito va de la mano de la Proactividad y el Liderazgo

Si quieres ser exitoso la Proactividad Y Liderazgo son esenciales para alcanzar los
objetivos propuestos de la forma más eficaz posible. Pero, ¿sabías que el término de
Proactividad en el presente es muy utilizado y aun así no ha sido aprobado por la
RAE? Entonces, ¿cómo podemos saber qué significa realmente ser proactivo?

Al parecer la primera persona en utilizar el término de proactividad fue un psiquiatra


y neurólogo de origen austriaco, quien la define como la actitud positiva que
mantiene una persona ante los imprevistos. En otras palabras, un ser proactivo es
aquel que ante cada dificultad ve una oportunidad para ser mejor y lograr los
objetivos de manera óptima.

Sin duda, una persona proactiva sabe bien que no puede controlar todo su entorno y
que por ende debe adaptarse a las diversas situaciones que se presenten, sin
desmotivarse, y siempre buscando resolver las múltiples interferencias de manera
rápida y con el menor daño posible.

Proactividad y Liderazgo – ¿Debe un líder ser proactivo?

Un líder es una persona con amplia capacidad para gerenciar, que a través de su
forma de expresarse es capaz de lograr que su entorno siga sus instrucciones e
ideas. La real intención de un líder es hacer que su entorno realice las diversas
actividades con entusiasmo y con sentido de pertenencia a fin de alcanzar objetivos
con mayor éxito.

Aunado a ello, un líder debe tener el talento para delegar funciones de acuerdo a la


especialidad de cada persona de su entorno, también busca siempre tomar la
iniciativa; promueve y motiva a diversos proyectos para alcanzar mayor eficacia en
el logro de las meas.

Un líder es, por supuesto, una persona eficiente y jamás ve a sus compañeros de
manera escalada, sino que por el contrario, considera que todos son iguales, y que
la distribución de las actividades debe ser por igual, incluyéndose dentro de tal
distribución.

En consideración a lo anterior es innegable que la Proactividad Y Liderazgo va de la


mano. Ya que una persona proactiva es aquella que tiene la cualidad de tomar las
decisiones e iniciativas para resolver cualquier imprevisto que surja, siempre de la
forma más idónea, utilizando apropiadamente los recursos que tiene a su
disposición. Descubre qué es la Proactividad Empresarial y Como Aplicar sus
Principios

El mundo de los negocios y las empresas amerita el conocimiento de estrategias,


fortalezas ante las amenazas del entorno y variantes de acción ante las
adversidades que se presenten, por eso, conocer.

Qué Es Proactividad Empresarial


Es contar con las herramientas conceptuales que le ofrezcan a la
organización alternativas de movimiento en aquellos momentos en los que las
“aguas de cambio” se acercan y afecten los objetivos de la organización.

Si eres parte de una organización, empresa, fábrica o proveedor de servicios con


altos niveles de demanda, puede que estés pasando un momento de altos
dividendos, pero ¿Siempre va a ser así? Como parte de un complejo sistema de
acciones, compras y ventas, liquidaciones, variantes de valor, depreciaciones y
muchos conceptos que apuntan al ámbito contable y comercial; los empresarios
requieren siempre de ese sexto Sentido que los ayude a proyectarse en el mejor
rumbo a la organización que dirigen.

Esta capacidad de evaluación, control, proyección y visión a futuro es considera


como Proactividad Empresarial. La puesta en marcha de acciones estructuradas y
metodológicamente pensadas en pro del mantenimiento óptimo de las operaciones
de una organización empresarial es de suma importancia para quienes hacen de la
actividad productiva y comercial gran parte de su vida.

Importancia del equipo de trabajo

Los nuevos métodos de gestión de proyectos hacen cada vez más hincapié en la
necesidad de crear equipos de trabajo compuestos por personas con conocimientos
y habilidades complementarias, que trabajen de manera conjunta y organizada para
alcanzar un fin común, como puede ser la realización de una tarea o alcanzar los
objetivos del proyecto. Pertenecer a un equipo de trabajo conlleva trabajar en
equipo, es decir, trabajar de manera conjunta, compartiendo los mismos métodos,
estrategias, procedimientos  y técnicas. Trabajar en equipo no es una tarea fácil,
pues muchas veces conlleva renunciar a los métodos y convicciones propios para
aceptar los de los demás. Sin embargo, este proceso es mucho más enriquecedor
tanto para las personas que conforman el equipo, como para el proyecto. Cada
miembro del equipo, por norma general, suele encargarse de unas tareas y
funciones concretas, para facilitar el seguimiento y control de los procesos y mejorar
la efectividad. Estas tareas le serán asignadas en función a sus conocimientos y
habilidades concretas.

Por otro lado, para constituir equipos de trabajo sólidos y eficientes, es necesario
que se cumplan una serie de requisitos o condiciones, de lo contrario, el  equipo no
obtendrá los resultados deseados:

1. Cohesión e  identidad común. Una de las bases para crear un equipo es


que las personas quieran pertenecer a ese equipo y se identifiquen con él.
Para ello, deben poseer una identidad común, unos valores propios que les
constituya como equipo.

2. Interacción y comunicación. Los miembros de cada equipo, además de


interaccionar entre ellos, deben establecer un canal de comunicación eficaz,
que facilite el acceso a la información y la toma de decisiones.

3. Visión común, que facilite el trabajo en equipo. Cuando los miembros de un


equipo  comparten no sólo objetivos, también los modos de proceder, creen y
utilizan los mismos métodos, técnicas y herramientas, será más fácil
constituirse como equipo de trabajo y trabajar de manera conjunta.

4. Ambiente armónico. Es otra de las claves para que los resultados de los
equipos de trabajo sean positivos. Trabajar en un ambiente cálido, donde
todos los miembros se respeten y exista libertad para expresar las ideas y
opiniones personales, incrementará la calidad del proyecto.

5. Establecimiento de roles. Para que un equipo de trabajo funcione de


manera eficaz, cada miembro del equipo debe asumir un rol propio. Estos
roles no se asignan de manera consciente. Van configurándose en función de
la personalidad de cada miembro.

Principales roles en un equipo de trabajo


Existen una gran variedad de roles dentro de un equipo, en realidad, tantos como
personas formen parte de él. Según el rol asumido, el papel  que ejercerá esa
persona dentro del equipo y las funciones que desempeñará podrán variar. Los
principales roles que se pueden diferenciar dentro de un equipo de trabajo son:

 Coordinador. Es uno de los que más peso tiene dentro del grupo. Las
funciones que desempeña este miembro son las de organizar y distribuir las
tareas, principalmente, pero su papel va mucho más allá. Éste debe facilitar la
comunicación y el intercambio de información entre los miembros del equipo.
 Creador. Es una persona viva, inteligente y creativa. Su función principal es
proponer ideas y buscar soluciones ante los conflictos surgidos.

 Investigador. Este tipo de personas se caracterizan porque poseen


conocimientos valiosos para todo el equipo y por su habilidad para la
búsqueda de información.

 Realizador. Es el encargado de convertir las ideas y decisiones en


actividades concretas que se puedan llevar a cabo. Suele ser muy eficiente
en su trabajo, aunque algo ortodoxo.

 Impulsor. La característica que diferencia a esta persona del resto de sus


compañeros es su actitud positiva y luchadora, y su capacidad para contagiar
y animar a los demás. Es una persona con iniciativa, que no se rinde ante los
obstáculos.

 Comunicador o cohesionado. Su carácter conciliador hace que sea el


mediador entre todos los miembros del equipo, evitando los enfrentamientos.

 Evaluador. Su capacidad de análisis hace que estudie todas las opciones y


valore los pros y los contras de cada decisión tomada. Además, proporciona a
sus compañeros la información e instrumentos necesarios para que se
decanten por la opción más idónea.

 Rematador. Detallista y meticuloso, este miembro se preocupa porque todo


esté bien hecho y a tiempo.

EL SEGUIMIENTO DEL CUMPLIMIENTO DE LOS


PROCESOS Y PROCEDIMIENTOS
Lo relevante para un equipo es habilitar todas las rutas posibles de comunicación
entre sus miembros. Fomentar la cohesión, contribución, cooperación,
colaboración, vulnerabilidad, capacidad para abordar los conflictos, responsabilidad
y compromiso solo se puede gestionar desde un escenario superior: LA
COMUNICACIÓN CON MAYÚSCULAS. Solo así, alcanzaremos buenos
resultados.

Con tales antecedentes, parece lógico que los distintos tipos de reuniones debieran
servir para completar y recoger los diferentes modos de abordar todas las
necesidades inherentes y que permitan a un equipo una comunicación de alto
desempeño. Así, aquí y ahora, os recojo las seis reuniones de equipo que desde mi
puesta en práctica sostengo su plena utilidad.

LA PRIMERA REUNIÓN: “EL CAFÉ DE LA MAÑANA”


De pie, en círculo y durante el tiempo que dure el café matinal, 10 minutos, no más.
Cada miembro del equipo, de forma ordenada informa al resto de las actividades
previstas y que va a realizar ese día. Es una información flash, de la que no debiera
surgir debate alguno. Se trata de que todo el equipo conozca el nivel de ocupación
del resto, de que todos tomemos conciencia de la orientación hacia el cumplimiento
de los objetivos estratégicos de sus compañeros y sobre todo que todos contemos
y tengamos la misma información sobre las actividades del resto.

Además, cuando conocemos la agenda prioritaria de nuestros compañeros somos


más o menos condescendientes a la hora de contar con ellos o requerir su
colaboración para actividades que surgen en el día y que no estaban inicialmente
programadas.

LA SEGUNDA REUNIÓN: “LA SEMANAL DE


PROGRAMACIÓN Y RESULTADOS”
Si tuviera que poner un titular que la definiera, este sería: “90 minutos de eficacia”.
Un orden del día estandarizado y recurrente que tiene la siguiente estructura:

 Cada miembro cuenta al resto la evolución de sus actividades en la semana


vencida.

 Expresa el grado de cumplimiento en función de los indicadores de medida


establecidos.(ratios que indican si progresamos o no hacia el objetivo
previsto).

 Por último les hace participes de su agenda para la siguiente semana.

El gran problema de la reunión semanal es que si no somos muy disciplinados, la


reunión puede confundirse en una de seguimiento mensual incluso pueden surgir
asuntos de carácter estratégico que a falta de control pueden desbordar el tiempo
de reunión y convertirla en interminable, poco placentera y alejada de su objetivo.

En esta reunión, el espacio reservado al debate es mínimo, como máximo de 30


minutos al final de la misma y siempre que todos los integrantes hayan tenido su
oportunidad de participación.

Así mismo, de cara a una correcta calendarización y programación, es muy bueno,


en aquellos formatos que lo permiten y la semanal lo permite, establecer un día y
hora fija para su celebración: Todos los viernes a primera hora puede ser una
buena opción para la celebración de la reunión recurrente semanal.

LA TERCERA REUNIÓN: “LA URGENTE”


Esta tercera, representa para algunos, el único formato posible de reunión, para
estos, habitualmente líderes autoritarios o simplemente profesionales caóticos y
carentes de ortodoxia, la definición de urgente es equivalente a decir que “todo lo
que digo lo es”. Incapaces de programar la semanal y mensual, de celebrar la del
café diario, pues cuando estos llegan todo el mundo lo ha tomado, encuentran en la
“urgencia” la última justificación para convocar vía exprés reuniones que rompen
con la agenda de todos aquellos que sin remedio por su condición de acólitos, se
sienten obligados a asistir.

Origen diferente tiene aquella reunión convocada, cuya condición de urgencia se


encuentra plenamente justificada, sus caracteres deberían ser:

 El objeto de la convocatoria de una reunión por esta vía, debe siempre


obedecer y estar supeditado a un verdadero sentido de la urgencia.

 Su tiempo debería ser coherente y respetuoso con la planificación y


programación diaria preestablecida.

 Tal convocatoria debería justificarse, en esta ocasión más que en ninguna


otra, en la necesaria y urgente adopción de decisiones

 En última instancia este tipo de reuniones, de caótico formato en cuanto a su


modo de convocatoria, suelen convertirse en altamente operativas y útiles.

LA CUARTA REUNIÓN: “LA DE SEGUIMIENTO MENSUAL”


Otro gran titular para ella: “ La estrella de las reuniones de equipo”.

Manejar los tiempos como os parezca, pero siempre en coherencia con el hecho de
que el tiempo asignado a cada asunto debe estar alineado con su sentido de
importancia y urgencia.

Las características de este tipo de reunión están suficientemente especificadas en


los dos  primeros post referidos a esta trilogía sobre las reuniones de equipos, así :
“ Trabajo en equipo: Como gestionar reuniones altamente eficientes” y “ Claves
para realizar reuniones de equipos eficientes: Fase central”.

En cualquier caso, esta reunión debe estar sujeta a un orden del día, programado y
comunicado con suficiente antelación a todos los miembros del equipo. Debe tener
como toda reunión, hora de comienzo y también de finalización, y por último, no
olvidéis que a partir del minuto 120 comienza la ineficiencia, si precisáis más
tiempo suelo sugerir dividirla en dos partes los primeras dos horas antes del
almuerzo o comida y después el resto.

LA QUINTA REUNIÓN: “LA ESTRATÉGICA TRIMESTRAL”


Para esta como para todas, os sugiero agendarlas con plazo suficiente, si cabe
para este tipo de reunión en mayor medida, dado que su formato nos exige un día
completo de dedicación para su correcto desarrollo.

Las características básicas de esta reunión estratégica son las siguientes:


 Celebrarla fuera del lugar habitual de trabajo (oficina, taller, fábrica, etc.),
puede ser un salón contratado en un hotel, un espacio de reunión en un
entorno natural, etc., en todo caso, unas instalaciones que nos permitan
encontrarnos cómodos, tranquilos y totalmente ajenos a nuestro escenario de
trabajo diario. Se trata en términos expresados por Willian Ury, de que “nos
subamos al balcón”, lo que significa tomar perspectiva de nuestro quehacer
diario desde una cierta distancia tanto de carácter cuantitativo como
cualitativo.

 Aprovechar la mitad del día para que algún externo invitado, nos imparta
alguna formación, taller o jornada de outdoor/indoor training, orientado a la
mejora de competencias de equipo, o sencillamente aprovechar la mitad de la
jornada para que algún miembro del equipo presente algún proyecto
estratégico de próxima implantación y que por su importancia y
transcendencia para el conjunto de la organización haga relevante su
conocimiento por parte de todos los asistentes

 La sesión central de esta jornada de trabajo debe orientarse al seguimiento


del plan estratégico de la compañía, el discurso y el debate debe estar en
todo caso más centrado en la misión/visión y por ello debe contemplar
asuntos más orientados al medio/largo, que al corto plazo.

LA SEXTA REUNIÓN: “EL EVENTO O CONVENCIÓN


ANUAL”
Su titular: “Una para todos, todos para una”

Esta reunión es mucho más que eso, es el evento, representa el gran momento de
medir nuestra fuerza y potencial como organización empresarial, a él acude toda la
organización, según estructuras pueden acudir, todos aquellos con responsabilidad
o simplemente todos.

Su mes de celebración suele coincidir con la primera semana de diciembre, en


estas fechas, en muchas organizaciones el trabajo del ejercicio ya está finalizado.
Ahora es el momento de recordar al conjunto qué fue lo que nos propusimos en la
anterior convención, donde estamos ahora y qué hemos conseguido. También es
momento de proyectarnos al futuro y presentar que es lo que vamos a hacer en el
próximo ejercicio, se trata de dibujar las grandes líneas estratégicas al conjunto de
la organización.

No hay nada que fomente en mayor medida el sentimiento de pertenencia y la


retención del talento que hacer sentir a todos y cada uno de nuestros compañeros
que juntos pertenecemos a algo mucho más grande, que tenemos proyecto, que
hemos alcanzado buenos resultados, que cada día luchamos por medir de manera
más objetiva el desempeño de cada miembro, en suma que somos una
organización con capacidad para “hacer lo que decimos que vamos a hacer”.

Esta, es la que fomenta la hermandad, el saludo a compañeros que hace meses


que no vemos, la que permite el acercamiento a algún mando estratégico con el
que llevamos meses pretendiendo que nos reciba, es la que nos permite el
intercambio de conocimiento interdepartamental e interpersonal con otros con los
que habitualmente no mantenemos relaciones de cercanía, es aquella a la que
asistimos sintiéndonos orgullosos de que nos hayan convocado, es también un
espacio para la celebración de los éxitos y de los nuevos proyectos. Es una reunión
orientada a la acción positiva a la que asistimos con gran cantidad de energía
nerviosa.

Su lugar de celebración y los actos e intervenciones deben en esta convocatoria


orientarse en mayor medida, a la celebración, al éxito, a las nuevas oportunidades
y al crecimiento profesional, todo ello enmarcado en un escenario de espectáculo
de carácter formal con tintes atrevidos que retengan la atención plena de toda la
organización.

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