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Murcia (España)
2004, vol. 20, nº 2 (diciembre), 205-221 ISSN edición impresa: 0212-9728. ISSN edición web (www.um.es/analesps): 1695-2294

Cerebelo y procesos cognitivos


Antonieta Nieto Barco, Tone Wollman Engeby y José Barroso Ribal*

Universidad de La Laguna

Resumen: Aunque el cerebelo ha sido relacionado siem- Title: Cerebellum and cognitive processes.
pre con el control y la coordinación del movimiento, en las Abstract: Cerebellum has long been regarded as involved
últimas dos décadas se ha acumulado un número impor- in the control and coordination of movement. Since the
tante de datos que sugieren su participación en los proce- mid-1980s, a number of anatomical, neuroimaging, and
sos cognitivos superiores. Estas evidencias proceden de es- clinical studies have provided evidence that the cerebellum
tudios anatómicos, estudios de neuroimagen funcional y participates in various higher level cognitive processes.
estudios sobre los efectos de las lesiones cerebelosas. En This paper reviews the data in support of this idea.
este trabajo revisamos los datos más relevantes sobre la Key words: Cerebellum; cognition; languaje; neuroimag-
función cognitiva del cerebelo. ing; cerebellar lesions
Palabras claves: Cerebelo; cognición; lenguaje; neuroima-
gen; lesiones cerebelosas.

No sorprendemos a nadie si asociamos al cere- nes que, a su vez, son fuente relevante de in-
belo, (el “cerebellum” o pequeño cerebro) con formación hacia el cerebelo; el cerebelo recibe,
las funciones motoras. Es bien sabido que su además, abundantes eferencias espinales y la
lesión no produce parálisis motora, pero que al- actividad de las neuronas del cerebelo se rela-
tera gravemente el movimiento. Menos cono- ciona con patrones de movimiento. Los estu-
cida es su relación con determinados aprendi- dios de neuroimagen funcional aportan resulta-
zajes motores. Pero aún es menos conocida su dos similares. El hemisferio cerebeloso ipsilate-
implicación con funciones de “alto nivel”. A lo ral se activa durante la realización de tareas mo-
largo de este trabajos vamos a presentar datos toras, mientras que cuando la tarea requiere
que sugieren que esta asociación es posible. No planificación y coordinación motora fina el in-
se trata de una revisión exhaustiva. A partir de cremento de actividad es bilateral (Friston et al.,
unas breves referencias a las evidencias anató- 1992; Jenkins et al., 1994). Asimismo, se ha de-
micas y de la investigación animal, nos centra- mostrado la implicación de la parte medial del
remos en las aportaciones de los estudios de cerebelo en aspectos motores básicos de la
neuroimagen funcional y en el estudio del efec- producción del habla, tales como mover la bo-
to de lesiones cerebelosas focales sobre los ca (Fox et al., 1985). Pero es indudable que las
procesos cognitivos. evidencias más contundentes proceden del es-
tudio de los efectos de las lesiones cerebelosas.
El cerebelo en la coordinación mo- Desde el siglo XIX existen decripciones de di-
tora y en el aprendizaje motor ficultades para la coordinación del movimiento
tras la ablación cerebelosa, pero el autor de re-
Numerosas evidencias anatómicas y fisiológicas ferencia en esta área es Gordon Holmes, quien
demuestran la participación del cerebelo en las describió con detalle los déficit mostrados por
funciones motoras: sus eferencias alcanzan re- soldados heridos en la Primer Guerra Mundial.
giones corticales motoras y premotoras, regio- La incoordinación motora, la dificultad en la
ejecución de secuencias motoras rítmicas y re-
petitivas, la incapacidad para calcular correcta-
* Dirección para correspondencia [Correspondence mente la distancia al blanco, etc., son observa-
address]: José Barroso Ribal. Facultad de Psicología. ciones habituales en este tipo de pacientes. A
Campus de Guajara. Universidad de La Laguna. 38205 grandes rasgos podemos diferenciar dos sín-
La Laguna. Sta Cruz de Tenerife (España).
E-mail: jbarroso@ull.es
dromes cerebelosos, en función de la localiza-
ción de la lesión:

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Síndrome del vermis: L a causa más frecuente queñas lesiones situadas en un núcleo cerebelo-
es el meduloblastoma del vermis en los niños. so, el núcleo interpósito anterior, interrumpían
El compromiso del lóbulo floculonodular pro- el condicionamiento de la membrana nictitante,
duce signos y síntomas relacionados con el sis- sin afectar a la respuesta incondicionada (ver
tema vestibular. Dado que el vermis es único e revisión en Thompson, 1991).También está
influye sobre las estructuras de la línea media, implicado el lóbulo anterior de la corteza cere-
la incoordinación muscular afecta a la cabeza y belosa y, puede que también otras áreas
el tronco, y no a las extremidades. Se produce corticales cerebelosas (Raymond et al., 1996).
una tendencia a la caída hacia delante o hacia Estudios clínicos han confirmado los resul-
atrás, así como dificultad para mantener la ca- tados obtenidos en la investigación animal con
beza quieta y en posición erecta. También pue- respecto al condicionamiento de la respuesta
de haber dificultad para mantener el tronco parpebral. Topka et al. (1993) observaron gra-
erecto. ves alteraciones en los pacientes con afectación
Síndrome del hemisferio cerebeloso: L a cerebelosa y olivopontocerebelosa, tanto en la
causa de este síndrome puede ser un tumor o adquisición de la respuesta condicionada, como
una isquemia en un hemisferio cerebeloso. En en la temporalización de la misma con respecto
general, los síntomas y signos son unilaterales y al EC. Timmann y sus colaboradores observa-
afectan a los músculos ipsilaterales al hemisfe- ron también una alteración en el condiciona-
rio cerebeloso enfermo. Están alterados los miento clásico de la respuesta de parpadeo y
movimientos de las extremidades, especialmen- flexión de una pierna, en el lado ipsilateral a
te de los brazos. A menudo, se produce oscila- una lesión cerebelosa (Timmann et al., 1998).
ción y caída hacia el lado de la lesión. También La lesión, consecuencia de la presencia de un
son hallazgos frecuentes la disartria y el nistag- tumor y su posterior extirpación, se hallaba en
mo. la parte medial izquierda del cerebelo, abarcan-
Por otro lado, el cerebelo ha sido vinculado do la parte superior del vermis.
con determinados aprendizajes en los que están Los estudios de neuroimagen funcional han
implicadas respuestas motoras (Mediavilla et al., abordado principalmente el aprendizaje de des-
1996). Posiblemente, las pruebas más conclu- trezas motoras, entendiendo como tal la adqui-
yentes son las que lo relacionan con determi- sición de una nueva capacidad, la puesta en
nados aprendizajes asociativos y, de forma es- marcha de un nuevo plan motor, con una se-
pecial, los estudios con animales sobre el con- cuencia única de acciones. La mayoría de los
dicionamiento de la membrana nictitante . En investigadores postulan la existencia de un in-
este aprendizaje un soplo de aire o similar sirve cremento de la actividad cerebelosa durante el
como estímulo incondicionado (EI) y produce proceso de aprendizaje, con un decremento en
en el conejo la respuesta refleja de parpadeo, la misma a medida que el sujeto automatiza la
consistente en la retracción del globo ocular, tarea (Friston et al., 1992; Jenkins et al., 1994;
cierre del párpado externo y deslizamiento de Flament et al., 1994; Arriada-Mendicoa et al.,
la membrana nictitante. Si el EI se acompaña 1999; Imamizu et al., 2000), a pesar de la exis-
repetidamente de un estímulo inicialmente neu- tencia de datos discordantes (Grafton et al.,
tro, como puede ser un tono o una luz, éste se 1992; 1995). También los pacientes con lesio-
convierte en un estímulo condicionado (EC) y nes cerebelosas muestran dificultades que pue-
gradualmente provocará, por sí solo, una res- den interpretarse como consecuencia de una
puesta condicionada. La respuesta aprendi- interrupción de la normal participación del ce-
da/condicionada será similar a la respuesta in- rebelo en este tipo de aprendizajes. Así, por
condicionada y se producirá en ausencia del EI. ejemplo, Molinari y colaboradores utilizando
Thompson y colaboradores desarrollaron la una tarea de aprendizaje de secuencias motoras
idea de que este movimiento aprendido podía constataron una alteración importante en el
depender del cerebelo y comprobaron que pe- aprendizaje procedimental en pacientes con le-

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siones focales unilaterales de etiología hetero- 1986; 1993; Middleton y Strick, 1994, 1997;
génea (Molinari et al., 1997). Schmahmann, 1991, 1996; Schmahmann y
Pandya, 1995; Schmahmann y Sherman, 1998).
El cerebelo y las funciones cogniti- Hay que señalar que estos datos anatómicos
vas tienen ciertas limitaciones, ya que los dos tra-
mos del circuito no están plenamente enlaza-
A mediados de los años 80, empezaron a surgir dos, esto es, no está aún bien definido el enlace
una serie de evidencias desde distintos campos entre las eferencias cerebelo-tálamo y las efe-
de investigación, que sugerían unas funciones rencias tálamo-áreas corticales específicas. El
no motoras del cerebelo. Entre ellas estaban las grupo de investigación de Middleton y Strick
que provenían de los estudios anatómicos. El ha obtenido interesantes resultados con prima-
cerebelo recibe aferencias provenientes de di- tes que confirman parte de los datos anatómi-
versas áreas corticales cerebrales, principalmen- cos expuestos. Utilizando la técnica de trans-
te a través de las vías corticopontinas y ponto- porte transneuronal (retrógrado) del virus del
cerebelosas. Las proyecciones pontinas no se herpes simple tipo I, que permite trazar el reco-
limitan a las procedentes de la corteza sensiti- rrido completo del circuito cerebelo-tálamo-
vo-motora, sino que se han descrito proyeccio- cortical. Sus resultados confirman que las vías
nes originadas en áreas de asociación del córtex eferentes o canales de salida del cerebelo no só-
prefrontal dorsolateral y dorsomedial, región lo llegan al área motora primaria (4), demos-
parietal posterior, región temporal superior, trando que existen también conexiones con el
córtex parahipocampal posterior y giro cingula- área premotora ventral (6), oculomotora (8) y
do. Los pormenores de las proyecciones pon- áreas prefrontales (9 y 46, según la nomenclatu-
tocerebelosas no están definidos, pero sí con- ra de Walker, 1940) (Middleton y Strick, 1994;
tamos con un número considerable de datos 1997).
sobre un sistema de proyecciones eferentes ce-
rebelo-tálamo-córtex cerebral. Inicialmente se Estudios con técnicas de neuroimagen
consideraba que la función de los circuitos ce- funcional
rebro-cerebelosos era tan sólo la de recolectar
información de múltiples y dispersas áreas cor- Existen dos paradigmas o procedimientos
ticales cerebrales y canalizarla al sistema motor que permiten estudiar la relación entre la ejecu-
para utilizarla en la iniciación y definición de ción en tareas cognitivas y la actividad cerebral
los parámetros del movimiento. Sin embargo, regional. Por una parte, están los estudios de
una serie de observaciones han llevado a los in- activación, en los cuales el sujeto realiza una ta-
vestigadores a cambiar de idea. Las proyeccio- rea cognitiva simultáneamente a la adquisición
nes del cerebelo al tálamo no se limitan a la re- de la imagen. En estos casos se analiza en qué
gión ventrolateral (VL), sino que también se regiones se produce un cambio de la actividad
proyecta a otros núcleos talámicos, como son con respecto al nivel basal o con respecto a una
el núcleo paralaminar dorsomedial (DM) y el tarea de control. Y, por otra parte, están los es-
núcleo intralaminar central lateral A su vez, es- tudios basales, consistentes en correlacionar la
tos núcleos proyectan a áreas corticales diferen- actividad cerebral en reposo, en cada región de
tes de la corteza motora primaria, concreta- interés (ROI), con la ejecución en tareas cogni-
mente, al córtex de asociación parietal, tempo- tivas administradas en otro momento. Los es-
ral y prefrontal, así como al giro cingulado y pa- tudios basales también se utilizan con el objeti-
rahipocampal. Parece ser, por tanto, que exis- vo detectar los patrones metabólicos que carac-
ten eferencias dirigidas a las mismas áreas de terizan a grupos de sujetos con determinada
asociación del córtex cerebral, de donde pro- patología.
vienen las aferencias al cerebelo (Leiner et al., Entre los estudios de activación, el realiza-
do por Petersen et al. (1989) con PET, consti-

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tuye uno de los primeros ejemplos de activa- corresponde a las áreas Silvio-insulares y área
ción cerebelosa durante una tarea claramente motora primaria. En cambio, en las tareas de
cognitiva. Una parte de esta investigación con- generación de palabras, el incremento de acti-
sistía en que los sujetos debían decir, en voz al- vidad se produce en áreas frontales izquierdas,
ta, verbos apropiados para determinados nom- cingulado anterior y cerebelo derecho, pero no
bres que les eran presentados (de forma visual en las áreas que rodean la cisura de Silvio ni la
o auditiva). La tarea de control consistía en leer ínsula (Raichle et al., 1994). Raichle y sus cola-
palabras en voz alta o simplemente repetirlas. boradores hipotetizaron que esta diferencia en
De forma totalmente inesperada, las imágenes los patrones de actividad podía guardar rela-
adquiridas durante la tarea de generar verbos ción con el hecho de que la tarea de generación
mostraron activación en un área cerebelosa la- de palabras requiere el uso de una estrategia ac-
teral derecha, claramente diferenciada de las tiva para seleccionar la respuesta adecuada,
áreas mediales, activadas tanto por la tarea de mientras que las otras tareas se pueden realizar
generar verbos como por la de repetir palabras. de forma más automatizada. Para comprobar
Este resultado se ha replicado en trabajos pos- esta hipótesis realizaron un experimento en el
teriores (Fiez y Raichle, 1997). que los sujetos debían practicar con una misma
Existe una polémica en torno a si la activa- lista de diez palabras, durante aproximadamen-
ción del hemisferio cerebeloso derecho está re- te diez minutos. Al cabo de este tiempo sus
lacionada con el componente de producción respuestas eran más rápidas y automatizadas, y
verbal de la tarea de generar verbos o si es con- el patrón de activación cerebral era indistingui-
secuencia de algún factor más general. Concre- ble del que se observaba durante la lectura de
tamente, se ha sugerido la relación entre la re- palabras. Estos autores relacionan sus resulta-
cuperación de palabras relacionadas con accio- dos con los obtenidos por otros investigadores
nes (p. ej. verbos) y los sistemas neurales impli- en el campo del aprendizaje motor en el que se
cados en la representación del movimiento en ha observado un decremento en la actividad
el tiempo y el espacio (Damasio y Tranel, del cerebelo a medida que el sujeto aprende la
1993). De hecho, mientras que Martin y sus co- tarea en cuestión (Friston et al., 1992).
laboradores observaron activación tanto del ce- Con otro tipo de tareas verbales se han ob-
rebelo lateral derecho como del córtex tempo- tenido resultados similares. Buckner et al.,
ral medial izquierdo (cerca de un área asociada (1995) y Desmond, Gabrieli y Glover (1998)
con la percepción del movimiento) en la tarea han observando actividad cerebelosa utilizando
de generar verbos, sus resultados fueron otros tareas de compleción de palabras, especialmen-
en una tarea de generación de colores (p. ej. te cuando era necesario realizar una mayor ta-
decir “amarillo” ante la presentación de una fo- rea de búsqueda. Schlösser y sus colaboradores
to de un plátano). Para esta tarea, observaron pudieron comprobar, en un estudio de RMf, la
activación en la corteza del lóbulo temporal in- activación del hemisferio cerebeloso derecho
ferior izquierdo (área asociada con la percep- durante la realización de una tarea de fluidez
ción del color), pero no en el hemisferio cere- verbal ante consignas (Schlösser et al., 1998).
beloso derecho ni en el córtex temporal medial Recientemente, Hubrich-Ungureanu y colabo-
izquierdo (Martin et al.., 1995). No obstante, radores han ampliado estos resultados ponién-
existen otros estudios de activación en los que dolos en relación con la preferencia manual.
el hemisferio cerebeloso lateral se activa duran- Utilizaron un sujeto diestro y otro zurdo. En el
te la realización de tareas de generación de pa- primer caso, la tarea de fluidez silente produjo
labras que no implicando ningún análisis del una activación fronto-parietal izquierda además
movimiento. Por otra parte, al analizar con más de una activación cerebelosa derecha, mientras
detalle los patrones de activación cerebral y ce- que en el sujeto zurdo la activación se produjo
rebelosa, se puede observar que la activación en el córtex fronto-temporo-parietal derecho y
en las tareas de lectura o repetición de palabras en el hemisferio cerebeloso izquierdo

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(Hubrich-Ungureanu et al., 2002). Se ha detec- traspasando una serie de clavijas desde unos
tado también actividad del cortex cerebeloso agujeros hasta otros situados al lado opuesto
derecho en tareas de comprensión oral (Papat- del tablero y 2) una tarea de resolución de pro-
hanassiou et al., 2000) y cuando se les pide es- blemas (insanity task), con la misma demanda
tablecer relaciones semánticas entre palabras motora y visual que la anterior. Consiste en
(McDermott et al., 2003) traspasar las clavijas a los agujeros del otro lado
En relación a la intervención del cerebelo del tablero, estando estos agujeros ocupados
en tareas verbales, hay una serie de trabajos de por unas clavijas de otro color. Hay una serie
investigación sobre memoria operativa verbal, de reglas pre-establecidas para realizar estos
que han hecho a sus autores concluir la exis- movimientos (mover las clavijas de una en una,
tencia de un sustrato neural de la articulación moverlas a un agujero contiguo o saltando so-
encubierta (“habla interior”), constituido por el bre otra clavija y moverlas siempre hacia delan-
cerebelo, el área motora suplementaria y el te), siendo las demandas ejecutivas o de planifi-
opérculo frontal izquierdo (Fiez y Raichle, cación conceptualmente similares a las de la
1997). Estas áreas incrementaban su actividad Torre de Hanoi o la Torre de Toronto. Los re-
durante tareas de memoria operativa verbal sultados de este trabajo muestran una pequeña
(Awh et al., 1996; Paulesu et al., 1993, 1995) pe- activación en el núcleo dentado del cerebelo de
ro no durante tareas de memoria operativa es- seis de los siete sujetos, durante la realización
pacial o visual, excepto en algunos casos en que de la tarea visomotora; en cuatro de ellos la ac-
los estímulos son verbalizables (p. ej. caras). tivación era bilateral. En el caso de la tarea de
Grasby y colaboradores han aportado eviden- resolución de problemas se registró un impor-
cias de activación del vermis y hemisferios ce- tante aumento bilateral de la actividad en el nú-
rebelosos, así como del tálamo, giros frontales cleo dentado en todos los sujetos. Más aún, el
superior y medio, parte anterior de la ínsula, área activada fue de tres a cuatro veces mayor
cingulado anterior, precuneo y áreas premoto- que la que se activó en el caso de la tarea viso-
ras, bilateralmente, en relación a una tarea de motora. Estos resultados sugieren que existe
aprendizaje de listas de palabras. Concretamen- una región del núcleo dentado implicada en el
te, estas regiones incrementaban su nivel de ac- procesamiento cognitivo, que además es distin-
tividad a medida que aumentaba el número de ta a la que está relacionada con el control mo-
elementos de la lista de palabras que los sujetos tor de los ojos y extremidades (Kim et al.,
debían recordar. También se asociaba un de- 1994).
cremento de actividad en otras múltiples regio- Otros investigadores han mostrado la im-
nes cerebrales, principalmente posteriores, evi- plicación del cerebelo en la imaginación motora
denciándose que el sistema neural responsable (Decety et al. 1990; Ryding et al., 1993; Johnson
de la memoria auditivo-verbal esta ampliamen- et al., 2002; Hanakawa et al., 2003). Parsons y
te distribuido (Grasby et al., 1994). Aunque en Fox (1995) publicaron un trabajo sobre rota-
menor grado, otros componentes del sistema ción mental, un proceso vinculado con la ima-
mnésico ha sido relacionados con el cerebelo. ginación mental sin un componente motor in-
Así, Kim y colaboradores informan de activi- trínseco. En este experimento, los sujetos debí-
dad cerebelosa en tareas de reconocimiento, an discriminar entre parejas de objetos simples
una actividad que no es específica del material, (abstractos) mientras se adquirían las imágenes
ya que se produce tanto para palabras como (PET). Se utilizaron dos condiciones distintas:
para caras (Kim et al. 1999) 1) los objetos de cada pareja estaban rotados
En 1994, Kim, Ugurbil y Strick realizaron con respecto a su eje central más largo; 2) los
un estudio con la técnica de RMf, que les per- objetos no estaban rotados. La activación espe-
mitió visualizar cambios en la actividad del nú- cífica del proceso de rotación mental se podía
cleo dentado (Kim et al., 1994). Utilizaron dos disociar de los procesos de codificación, com-
tareas: 1) una tarea visomotora consistente en ir paración y juicio, sustrayendo la activación de

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2) a la de 1). Este incremento en la actividad la otra, determinando si tienen o no la misma


metabólica específica del proceso de rotación forma. Los resultados obtenidos fueron los si-
resultó ser muy intensa y extensa en el cerebe- guientes: el núcleo dentado mostró un incre-
lo, incluso mucho más que en cualquier otra mento en el flujo sanguíneo durante la tarea de
región cerebral. Es interesante señalar que no estimulación cutánea (1); esta activación tenía la
se detectaron incrementos significativos en la misma intensidad en ambos hemisferios, sin
actividad en otras áreas relacionadas con mo- embargo, tendía a ser más extensa en el núcleo
vimientos corporales implícitos o imaginados, dentado derecho. Es posible que esta lateraliza-
planificación o ejecución motora. La actividad ción reflejara la dominancia cerebral izquierda
cerebelosa se pudo observar en el vermis supe- de los sujetos, que eran diestros. Durante la ta-
rior, núcleos intracerebelosos y áreas laterales rea de discriminación cutánea (2) la intensidad
superiores e inferiores de ambos hemisferios de la activación del núcleo dentado era más del
cerebelosos, aunque con doble intensidad en el doble que en la condición anterior, siendo algo
lado derecho. mayor en el lado derecho. La tarea motora de
Bower, Fox y otros miembros de su equipo agarrar objetos (3) producía una activación muy
de investigación decidieron estudiar la posibili- leve y estadísticamente no significativa. Sin
dad de que el tejido neural del cerebelo, en sí embargo, la tarea de discriminación de objetos
mismo, pudiera tener una función sensorial in- (4) produjo la activación más intensa de todas
dependientemente de la función motora (Gao las condiciones y, de nuevo, fue el núcleo den-
et al., 1996). Son dos aspectos difíciles de dis- tado derecho el más activo. Los autores con-
ociar, ya que la adquisición continua de infor- cluyeron, en primer lugar, que el núcleo denta-
mación sensorial guía la conducta motora. do participa en la adquisición y discriminación
Concretamente, su hipótesis era que la activa- sensorial. En segundo lugar, que los movimien-
ción del núcleo dentado, único output de los tos coordinados de los dedos, por sí solos, no
hemisferios cerebelosos, está más asociada a la implican al núcleo dentado. Y, finalmente, in-
discriminación sensorial, a través de los dedos, terpretaron que la mayor activación registrada
que a los movimientos de los dedos per se. Para durante la tarea de manipulación activa de
plantear esta hipótesis, se basaron en resultados objetos puede reflejar el papel del cerebelo en
previos obtenidos en estudios electrofisiológi- el control motor del reposicionamiento de las
cos con ratas (Bower y Kassell, 1990) y en un superficies sensitivas de los dedos.
estudio con PET en el que ya habían eviden- Los resultados del experimento de Gao et
ciado un incremento del metabolismo cerebe- al. (1996) pueden dar apoyo a la teoría que el
loso relacionado con la estimulación sensorial cerebelo modula el sistema de control motor, al
(“hand vibration”) sin intervención del movi- servicio de la adquisición de información sen-
miento (Fox et al., 1985). sorial de alta calidad (Bower, 1995). Si bien este
En este trabajo (Gao et al., 1996), utilizaron modelo incorpora una función sensorial al ce-
la RMf y adquirieron las imágenes durante la rebelo, sigue considerándolo como un meca-
realización de cuatro tareas diferentes: 1) esti- nismo de control motor (Allen et al., 1997).
mulación cutánea, consistente en experimentar Ante esta perspectiva, Allen y sus colabora-
el roce de un papel de lija sobre tres dedos dores decidieron realizar un experimento en el
(inmovilizados) de cada mano; 2) discrimina- cual pretendían responder a dos cuestiones: 1)
ción cutánea, tarea en la que debían comparar ¿está el cerebelo implicado en operaciones
mentalmente la aspereza del papel de lija de cognitivas que no están relacionados con el sis-
cada una de las manos; 3) acción de agarrar re- tema motor, en el aprendizaje, planificación o
petidamente un objeto con cada mano, elevarlo guía del movimiento? y 2) en tal caso, ¿estaría
y dejarlo caer; 4) discriminación de objetos, ta- esta función localizada en la misma región que
rea consistente en agarrar un objeto con una participa en la función motora? Utilizaron la
mano y compararlo con un objeto cogido con RMf para analizar la actividad de dos ROIs de-

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finidas a priori en tres cortes coronales: una ROI Desde una perspectiva diferente a la que
motora, (lobulillos central y cuadrilátero ante- venimos desarrollando, los estudios de la acti-
rior del lóbulo anterior derecho y porción ante- vidad metabólica basal del cerebro muestran
rior derecha del vermis) y una ROI atencional dos fenómenos ilustrativos de la implicación
(lobulillos cuadrilátero posterior y semilunar del cerebelo en procesos vinculados fundamen-
superior del lóbulo posterior izquierdo del ce- talemente con la actividad cortical. El primero,
rebelo). Las tareas fueron las siguientes: 1) tarea y más conocido, es el fenómeno de diasquisis
de atención visual (conteo silencioso de estímu- cerebelosa cruzada y el segundo es la diasquisis
los target, de determinada forma y color, que se cerebelo-cerebral cruzada, también denomina-
presentaban en un punto central del campo vi- da diasquisis cerebral cruzada.
sual); 2) tarea motora (movimientos repetitivos La diasquisis cerebelosa cruzada (CCD)
con la mano derecha); 3) tarea que combina la consiste en que una lesión cerebral unilateral
atención visual con la respuesta motora (res- puede producir una reducción del flujo sanguí-
ponder al estímulo visual con un movimiento neo, del metabolismo del oxígeno o de la glu-
de la mano derecha) (Allen et al., 1997). Los re- cosa en el hemisferio cerebeloso contralateral
sultados de este estudio fueron los esperados, (Abe et al., 1997). También existe el fenómeno
ofreciendo evidencias de que existe una diso- inverso, la hiperperfusión cerebelosa cruzada,
ciación estructura/función entre las distintas observado en la fase ictal de la epilepsia (Won
regiones del cerebelo: la atención visual activó et al., 1996; Seto et al., 1997).
determinada localización anatómica dentro del Se ha hipotetizado que la CCD se debe a
córtex cerebeloso (ROI atencional, con más in- una lesión de las vías corticopontocerebelosas,
tensidad en cortes posteriores) y la ejecución ya que hay evidencias de que su frecuencia y
motora activó un área diferente (ROI motora, gravedad es mayor cuando se produce un infar-
con más intensidad en el corte más anterior). to en el territorio de irrigación de la arteria ce-
Por otra parte, analizando el curso temporal de rebral media, afectando a la cápsula interna; sin
la activación, observaron una activación inicial embargo, también se produce en relación a in-
transitoria en la ROI atencional, durante la rea- fartos corticales y talámicos (Jenkins y Fracko-
lización de la tarea motora. wiak, 1993). Así mismo, se han descrito hallaz-
Esta doble disociación entre región y fun- gos de CCD en lesiones infratentoriales. Con-
ción tiene gran importancia teórica, ya que cretamente, las lesiones unilaterales del puente
muestra que el cerebelo no está diseñado para pueden producir hipoperfusión cerebelosa con-
realizar una única función neuroconductual, si- tralateral, aunque también ipsilateral (Jacobs et
no que es un sistema compuesto de diferentes al., 1996; Rousseaux y Steinling, 1999). Con
regiones que influyen en distintas funciones respecto a las lesiones medulares, también se
(Allen et al., 1997). Según los autores, estos re- puede hablar de diasquisis, aunque los resulta-
sultados apoyan una hipótesis sobre el funcio- dos son contradictorios: hay descripciones de
namiento del cerebelo, que le otorga como casos sin afectación cerebelosa, casos con hi-
función principal aprender a predecir y prepa- poperfusión cerebelosa ipsilateral y también ca-
rarse para una inminente adquisición de infor- sos con hiperperfusión cerebelosa contralateral
mación, análisis o acción (Courchesne et al., (Rousseaux y Steinling, 1999).
1994). Mientras que la corteza cerebral genera Un estudio reciente evidencia CCD en pa-
los comandos para la exaltación e inhibición de cientes con afasia de Broca. Estos pacientes
diferentes fuentes de información y señales presentaban lesiones vasculares en el giro fron-
sensoriales, el cerebelo ejecuta esos comandos, tal inferior y parte inferior del giro precentral.
con el objeto de optimizar la calidad de la in- Otro grupo de pacientes, cuyas lesiones se limi-
formación sensorial y coordinar la dirección de taban a la parte inferior del giro precentral, úni-
la atención selectiva. camente mostraban anomia y no presentaban
CCD. Este resultado indica que existe una rela-

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ción anatómica y funcional entre el giro frontal tálamo-corticales se cruzan al hemisferio cere-
inferior y el cerebelo, sugiriendo, por tanto, una bral contralateral. Se ha propuesto una hipóte-
contribución lingüística de esta estructura (Abe sis explicativa, basada en estudios de investiga-
et al., 1997). Sin embargo, la importancia fun- ción animal que rinde cuentas también de los
cional de la CCD no está clara, entre otras co- cambios metabólicos observados en los gan-
sas porque no siempre va asociada a síntomas glios basales. Se trata de una vía dopaminérgica,
clínicos de afectación cerebelosa. que se inicia en el cerebelo (núcleo dentado
La diasquisis cerebelo-cerebral cruzada contralateral y núcleo fastigio ipsilateral), hace
(CC-CD) consiste en una alteración funcional sinapsis en el núcleo rojo, sustancia negra, neo-
en áreas corticales cerebrales, inducida por un estriado y, finalmente, se dirige hacia la corteza
daño cerebeloso (Boni et al., 1992). Las escasas cerebral (Botez et al., 1991; Sönmezoglu et al.,
descripciones de este fenómeno se refieren tan- 1993; Gómez-Beldarrain et al., 1997). El origen
to a lesiones cerebelosas vasculares como a ex- de esta vía se sitúa en el núcleo dentado contra-
tirpaciones tumorales, y la localización de la hi- lateral y, también, en el núcleo fastigio ipsilate-
poperfusión cerebral es heterogénea: áreas ro- ral. Por otra parte, se han producido hallazgos
lándicas, premotoras, temporales, parietales, de un paradójico incremento del flujo sanguí-
prefrontales e, incluso, ganglios basales. Tam- neo en la parte inferior de los ganglios basales,
bién hay hallazgos de diasquisis cerebral ipsila- como consecuencia de una lesión cerebelosa
teral y bilateral y evidencias de hiperperfusión contralateral, que se ha hipotetizado que podría
contralateral a la lesión, concretamente en el tá- ser el resultado de una desinhibición ocasiona-
lamo, ganglios basales y lóbulo frontal bilateral. da por una reducción del input del núcleo den-
El fenómeno neurobiológico que induce la tado (Sönmezoglu et al., 1993).
presencia de diasquisis es un tema de debate. El grupo de investigacion de Botez obtiene,
No obstante, dado que, prácticamente, toda la casi invariablemente, hallazgos de hipoperfu-
corteza cerebral se proyecta a los hemisferios sión en ganglios basales y corteza fronto-
cerebelosos, a través del tracto corticopontoce- parietal contralateral. Por ello, sugieren que, in-
rebeloso, y los más de 20 millones de fibras dependientemente de las clásicas vías anatómi-
nerviosas que lo constituyen, se puede explicar cas dentado-tálamo-corticales, los hallazgos de
la CCD como un efecto de la depresión meta- SPECT probablemente reflejan la interrupción
bólica transneuronal (anterógrada), mediada de la vía dopaminérgica descrita (Botez, 1992).
por las vías corticopontocerebelosas (Boni et En cambio, otros autores consideran que la vía
al., 1992). Del mismo modo, se puede pensar explicativa propuesta no es plausible (Schmah-
que la CC-CD se produce como consecuencia mann, 1992), ya que no se ha demostrado la
de una depresión metabólica transneuronal, existencia de una proyección del núcleo rojo a
mediada por la vía dentado-tálamo-cortical. la sustancia negra. Schmahmann admite que
Así, los hallazgos descritos de CC-CD constitu- existe una proyección del núcleo dentado a la
yen una evidencia anatómica de las proyeccio- sustancia negra, aunque es muy limitada.
nes cerebelosas a áreas corticales prefrontales y Al igual que ocurre con la CCD, también
de asociación, además de las áreas motoras y existe una polémica en torno a las implicacio-
premotoras. Sin embargo, también hay autores nes funcionales de la CC-CD. Algunos autores
que sugieren la posibilidad de que la CC-CD se opinan que puede producir déficits neurológi-
produzca por una interrupción de la vía corti- cos o neuropsicológicos adicionales y otros
copontocerebelosa y una consecuente depre- opinan que la diasquisis cerebral no tiene nin-
sión transneuronal de tipo retrógrado (Sönme- guna consecuencia funcional (Gómez-
zoglu et al., 1993). Beldarrain et al., 1997). De hecho, Botez-
La interpretación anátomo-funcional de la Marquard y Botez (1992) detectaron hipoper-
diasquisis cerebral ipsilateral y bilateral es más fusión de ganglios basales y regiones fronto-
compleja, dado que las proyecciones dentado- parietales contralaterales a la lesión isquémica,

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Cerebelo y procesos cognitivos 213

en seis pacientes crónicos, sin que se acompa- hemicerebelo izquierdo y en ganglios basales y
ñara de déficits neuropsicológicos. En este sen- áreas fronto-parietales del hemisferio cerebral
tido, Schmahmann (1992) destaca la importan- contralateral. Realizaron un estudio de segui-
cia de determinar la localización precisa de las miento a los 8-12 meses y observaron que,
lesiones cerebelosas y de valorar los déficits an- mientras que las alteraciones en la SPECT per-
tes de que se produzca una compensación de sistían, los déficits neuropsicológicos habían
los mismos, por parte del sistema nervioso cen- remitido.
tral (SNC). Gómez-Beldarrain y sus colaboradores pre-
Se han descrito casos únicos con lesiones sentan un resultado negativo con respecto a las
cerebelosas derechas, que presentan agrama- implicaciones neuropsicológicas de la presencia
tismo (Silveri et al., 1994), afasia (Mariën et al., de CC-CD. No objetivaron alteraciones cogni-
1996), alteraciones en funciones ejecutivas, tivas en una muestra de 19 pacientes con lesio-
funciones premotoras y desinhibición conduc- nes vasculares cerebelosas unilaterales (izquier-
tual (Hausen et al., 1997). En todos estos casos das y derechas), a pesar de que un 68% de la
las exploraciones con SPECT mostraban alte- muestra mostraba diasquisis cerebral (en seis
raciones en el flujo sanguíneo cerebral. Concre- casos era contralateral y en siete ipsilateral).
tamente, el grupo de Silveri observó hipoperfu- Únicamente detectaron alteraciones en una
sión en todo el hemisferio cerebral izquierdo; prueba de coordinación visomotora y rapidez
Hausen y colaboradores observaron hipoperfu- (Purdue Pegboard Test). Tampoco hallaron ningu-
sión en el lóbulo frontal y temporal, bilateral- na relación entre la presencia o ausencia de
mente; y Mariën y sus asociados, principalmen- diasquisis y el rendimiento en las pruebas neu-
te, en regiones parieto-occipitales izquierdas y ropsicológicas (Gómez-Beldarrain et al., 1997).
fronto-parietales izquierdas (giro frontal medio Una posible explicación de este resultado nega-
e inferior, giro precentral y poscentral). Estos tivo es la heterogeneidad de la muestra, con
últimos autores (Mariën et al., 1996) objetivaron respecto a la localización de la lesión y de las
también un defecto de perfusión menos mar- áreas cerebrales de hipoperfusión (fronto-
cado en las regiones parieto-occipitales del lado parietales o temporales), así como en el tiempo
derecho, así como hiperperfusión en el núcleo transcurrido desde la lesión.
lenticular izquierdo y en regiones frontales bila- Por último, vamos a comentar brevemente
terales, si bien atribuyeron este último hallazgo un trabajo en el que se asoció un incremento
a un artefacto metodológico. En definitiva, metabólico del vermis cerebeloso con deterioro
consideran que la co-ocurrencia de una lesión cognitivo. Se trata de un estudio realizado por
cerebelosa derecha y un síndrome afásico (mo- Dolan y sus colaboradores, en 1992. Estudia-
tor-transcortical) en el paciente de su estudio, ron con PET a un grupo de pacientes con de-
constituye un apoyo a la hipótesis de la desac- presión moderada-grave. Compararon los re-
tivación de las funciones lingüísticas del área sultados de los pacientes con pseudodemencia
prefrontal del hemisferio izquierdo, ocasionada con los que mostraban unas capacidades cogni-
por la pérdida de impulsos excitatorios a través tivas normales. Observaron que el sub-grupo
de la vía dentotalámica. con pseudodemencia presentaba un incremen-
También se han descrito casos con lesiones to del flujo sanguíneo cerebral regional en el
cerebelosas izquierdas y déficits neuropsicoló- vermis y un decremento en la corteza prefron-
gicos, a la vez que evidencias de CC-CD. Con- tal medial izquierda (área 10 de Brodmann)
cretamente, Botez-Marquard et al. (1994) in- (Dolan et al., 1992). Esta región se caracteriza
formaron de déficits neuropsicológicos, indica- por presentar conexiones neuroanatómicas re-
tivos de disfunción del hemisferio cerebral de- cíprocas con áreas de asociación del córtex pre-
recho y enlentecimiento, en un paciente con frontal dorsolateral y órbitomedial, regiones
una lesión vascular en el hemisferio cerebeloso con una función cognitiva claramente estable-
izquierdo. Presentaba hipoperfusión en el cida. Con respecto a la hiperperfusión del ver-

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214 Antonieta Nieto Barco et al.

mis, los autores consideran que debe responder mente subcortical (Botez et al., 1989). Estos au-
a alguna relación funcional recíproca entre esta tores postulan que, por una parte, el cerebelo
región y la corteza prefrontal medial, mediada juega un papel indirecto en este leve síndrome
por conexiones anatómicas cerebelo-frontales. fronto-parietal, a través de las conexiones con
las correspondientes regiones cerebrales, me-
Estudios clínicos diadas por mecanismos fisiológicos y neuro-
químicos. Por otra parte, consideran que el ce-
En este apartado vamos a resumir las principa- rebelo juega un papel directo en el enlenteci-
les evidencias clínicas acerca del papel cogniti- miento de la velocidad de procesamiento (Bo-
vo del cerebelo. Hemos seleccionado los estu- tez-Marquard y Botez, 1997).
dios de pacientes con lesiones agudas, general- Este grupo de investigación no obtuvo
mente de etiología vascular o tumoral. En la hallazgos significativos en el estudio neuropsi-
práctica, nos encontramos con el hecho de que cológico de pacientes con isquemias cerebelo-
algunos autores incluyen también en sus mues- sas crónicas unilaterales, derechas e izquierdas,
tras pacientes con afectación degenerativa. Los con hipoperfusión contralateral en ganglios ba-
estudios de este tipo de pacientes conllevan sales y regiones fronto-parietales. En cambio, sí
unas consideraciones especiales, por lo que no detectaron enlentecimiento y un bajo rendi-
comentaremos aquí sus resultados. miento en el Test de Matrices Progresivas de
Raven (razonamiento visoespacial) en casos
El síndrome fronto-parietal agudos, evaluados entre 5 y 10 días después de
que se produjera la lesión (isquemia). Los auto-
El grupo de investigación de Botez ha pu- res consideran que las alteraciones neurpsico-
blicado múltiples estudios que abordan las alte- lógicas pueden persistir durante un período de
raciones neuropsicológicas en pacientes con 3-6 meses; posteriormente, a pesar de la persis-
daño cerebeloso unilateral (infartos) y bilateral. tencia de CC-CD, se produce una remisión de
Entre los casos bilaterales incluye pacientes epi- los déficits. En algunos pacientes, la ejecución
lépticos con tratamiento crónico de fenitoína . en las pruebas neuropsicológicas es sugestiva
El primero de ellos documentaba un caso úni- de afectación del hemisferio cerebral contrala-
co, una paciente epiléptica (foco temporal de- teral (Botez-Marquard y Botez, 1997).
recho) con ataxia cerebelosa reversible, causa- Wallesch y Horn (1990) estudiaron a una
da por intoxicación con fenitoína. Mostraba muestra de 12 pacientes con lesiones cerebelo-
atrofia cerebelosa en la TAC y déficits que los sas unilaterales, de los cuales 11 habían sido in-
autores consideraron compatibles con un leve tervenidos quirúrgicamente de tumores y un
síndrome cognitivo fronto-parietal (Botez et al., paciente había sufrido una isquemia. A pesar de
1985). En 1989, obtuvieron hallazgos similares que las lesiones eran crónicas (antigüedad supe-
en una muestra de 33 pacientes con una larga rior a seis meses), observaron déficits leves en
historia de epilepsia y consumo de fenitoína. la realización de operaciones espaciales
Estos pacientes mostraban atrofia en TAC, tan- complejas, especialmente en el subgrupo con
to en el cerebelo como en el tronco cerebral. afectación cerebelosa izquierda. Los autores
Compararon su ejecución con la de pacientes consideran que este resultado es
que mostraban una TAC normal. Los déficits anatómicamente compatible con la existencia
neuropsicológicos objetivados abarcaban las si- de proyecciones cerebelosas al córtex parietal y
guientes áreas: 1) organización visoespacial, una con la dominancia del hemisferio cerebral
función relacionada con los circuitos cerebelo- derecho para las funciones visoespaciales. Sin
parietales; 2) planificación y programación de embargo, debido al reducido tamaño de la
las actividades diarias, una función relacionada muestra, no pudieron descartar la posible
con los circuitos cerebelo-frontales; 3) veloci- influencia de las diferencias individuales en la
dad de procesamiento, una función principal- duración de la presión intracraneal pre-
operativa.

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Cerebelo y procesos cognitivos 215

El síndrome cerebeloso cognitivo- con hallazgos de hipoperfusión en regiones pa-


afectivo rietales, temporales y prefrontales, y alteracio-
nes en la perfusión de ganglios basales y tála-
En relación con la acumulación de datos mo. Consideran que, en estos casos, es imposi-
sobre déficits neuropsicológicos específicos ble distinguir la contribución del cerebelo a la
que se producen como consecuencia del daño afectación neuropsicológica, de la de las regio-
cerebeloso, Schmahmann y Sherman (1997, nes cerebrales deprivadas de sus conexiones
1998) están especialmente interesados en de- con el mismo. Estos autores también señalan la
terminar si existe un patrón de cambios cogni- transitoriedad de los déficits, aún con la persis-
tivos y conductuales clínicamente relevantes. tencia de la hipoperfusión cerebral.
Con este objetivo, llevaron a cabo un estudio
prospectivo, de siete años de duración, en el Afectación de funciones específicas
que incluyeron pacientes de etiología heterogé-
nea; trece pacientes con isquemia cerebelosa, La intervención del cerebelo en el output
tres con cerebelitis post-infecciosa, tres con motor del habla es ampliamente conocida, sin
atrofia cerebelosa cortical (CCA) y un paciente embargo los hallazgos con técnicas de neuroi-
intervenido de un tumor cerebeloso medial. magen funcional que hemos comentado, sugie-
Observaron alteraciones clínicamente promi- ren también la participación del mismo en los
nentes en pacientes con lesiones en el vermis y procesos de articulación encubierta, así como
lóbulo posterior del cerebelo, hasta el punto de en la generación de palabras.. En el campo clí-
ser, en algunos casos, la característica más lla- nico existen evidencias de esta relación con
mativa de la sintomatología que presentaban. funciones verbales no motoras.
Estos cambios cognitivo/conductuales consis- Es bien conocido el mutismo “cerebeloso”
tían en: alteraciones en funciones ejecutivas, ta- que aparece en niños tras la resección de tumo-
les como planificación, flexibilidad, fluidez ver- res en la fosa posterior. Consiste en una pérdi-
bal, razonamiento abstracto y memoria opera- da completa y transitoria del habla, que se
tiva; dificultades en las capacidades espaciales, acompaña de una posterior disartria. Ocurre
incluyendo la organización visoespacial y me- principalmente en niños tras la extirpación de
moria; cambios de personalidad consistentes en un tumor cerebeloso (astrocitoma, meduloblas-
un embotamiento afectivo o desinhibición y un toma o ependimoma), aunque son posibles
comportamiento inapropiado; déficits lingüísti- otras etiologías. Junto al mutismo, se ha obser-
cos, tales como agramatismo y disprosodia. Por vado una alteración más general en planifica-
otra parte, las lesiones del lóbulo anterior del ción motora y síntomas afectivos. Aun admi-
cerebelo se acompañaban de leves cambios en tiendo la indudable contribución de factores
funciones ejecutivas y visoespaciales. diversos a este síndrome (hidrocefalia, edema
Schmahmann y Sherman (1997, 1998) de- postquirúrgico en el tegmento pontino) el mu-
nominan a esta entidad clínica, “síndrome ce- tismo cerebeloso es considerado por algunos
rebeloso cognitivo-afectivo”. Esta constelación autores como un elemento de una compleja
de déficits es sugestiva de una disrupción de la sintomatología caracterizada por la dificultad
modulación que ejerce el cerebelo sobre circui- en iniciar conductas complejas, verbales y no
tos neurales que lo conectan con la corteza pre- verbales, y debida a la interrupción de los cir-
frontal, parietal posterior, temporal superior y cuitos que conectan el cerebelo con las estruc-
límbica. Concretamente, postulan que la pérdi- turas supratentoriales, especialmente, la corteza
da del componente cerebeloso en estos circui- frontal. (Silveri y Misciagna, 2000) Además,
tos produce una “dismetría del pensamiento”, aunque el mutismo se recupera en un periodo
que resulta en el síndrome descrito (Schmah- de semanas a meses, permaneciendo tan sólo
mann, 1991, 1996). Para tres de los pacientes una disartria residual, recientes estudios de-
estudiados aportaron datos de SPECT/PET, muestran efectos cognitivos y afectivos a largo

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216 Antonieta Nieto Barco et al.

plazo (Levisohn, Cronin-Galomb y Schamah- asociativa de palabras y aprendizaje asociativo


mann, 2000; Riva y Giorgi, 2000) (Helmuth et al., 1997).
Entre los primeros análisis de las funciones Leggio y colaboradores han estudiado el
lingüísticas en pacientes con lesiones focales rendimiento de pacientes cerebelosos de dife-
adquiridas, tenemos el estudio de caso único, rentes etiologías en tareas de fluidez verbal an-
informado por el grupo de Fiez et al.. (1992). te consigna, tanto en su versión fonética (de-
Este trabajo estaba inspirado en un hallazgo mandar que produzcan palabras que comien-
previo del campo de estudio de la neuroimagen cen por una letra dada) como semántica (pala-
funcional (Petersen et al., 1989). El paciente bras de una determinada categoría, por ej, ani-
había sufrido un infarto cerebeloso en el terri- males, muebles, aves, etc) . (Leggio et al., 1995,
torio de irrigación de la arteria cerebelosa pos- 2000). En general, los pacientes mostraron un
terior inferior derecha. Se le administraron va- rendimiento peor, siendo la diferencia más evi-
rias tareas de generación asociativa de palabras, dente en las tareas de fluidez fonética, demos-
objetivándose un déficit generalizado para pro- trándose, mediante diversos procedimientos,
ducir respuestas correctas y típicas, así como que el déficit no es atribuible a la alteración
una ausencia de mejoría con la práctica (Fiez et motora del habla. Proponen que el daño cere-
al., 1992). Los errores consistían, principalmen- beloso afecta más a la tarea fonética por de-
te, en intrusiones a las normas; esto es, respon- mandar unas estrategias más novedosas y me-
día con una palabra semánticamente asociada, nos automatizadas. Con respecto a la lateraliza-
pero que no correspondía a la categoría que se ción de la lesión, es interesante señalar que la
le solicitaba. Por ejemplo, si se le pedía un ver- fluidez verbal de los pacientes con lesiones de-
bo asociado a “perro”, respondía “gato”, en rechas estaba más afectada que la de los pacien-
vez de “ladrar”. Una parte de este estudio fue tes con lesiones izquierdas, aunque únicamente
replicada por Helmuth y colaboradores (1997), constituía una tendencia estadística. Este dato
a fin de comprobar los resultados en una mues- es congruente con la conexión cruzada que
tra mayor de pacientes, con lesiones cerebelo- mantiene el hemisferio cerebeloso derecho con
sas focales crónicas (seis derechas y tres iz- el hemisferio cerebral izquierdo, dominante pa-
quierdas) y con lesiones generalizadas. Les ra el lenguaje.
administraron una tarea de generación de ver- En apartado dedicado a la diasquisis
bos, en la cual el número de errores fue míni- cerebelo-cerebral hemos hecho referencia a la
mo, tanto en pacientes como en controles, por existencia también de alteraciones gramaticales
lo cual no consideraron informativo mostrar tras lesión cerebelosa. Concretamente, el grupo
estos datos. Con respecto al tiempo de respues- de Silveri presentó el caso de un paciente con
ta, carecían de un dispositivo de llave vocal, una isquemia cerebelosa derecha e hipoper-
por lo cual el experimentador pulsaba la tecla fusión en el hemisferio cerebral izquierdo, que
apropiada, en el momento en que el sujeto emi- mostraba un habla espontánea agramática.
tía la respuesta. Obtuvieron una elevada varia- Hipotetizaron que las complejas operaciones
bilidad en los tiempos de respuesta, en la mues- morfosintácticas, que permiten la construcción
tra de pacientes, sin que se apreciaran diferen- de frases, están representadas en las áreas de
cias significativas con respecto a los controles. asociación posteriores, y que requieren una
El tiempo de ejecución mejoraba con la repeti- modulación temporal precisa, en la cual
ción de los ensayos y los resultados fueron se- intervendría el cerebelo. Por tanto, la lesión
mejantes, al analizar, por separado, una sub- cerebelosa induce un desemparejamiento de
muestra de pacientes con lesiones derechas. En estos procesos, debido a un enlentecimiento
contraposición a los hallazgos de Fiez et al. que hace que los morfemas decaigan de la
(1992), estos resultados no apoyan la hipótesis memoria operativa y se produzca una
de la intervención del cerebelo en la generación desintegración de las frases. La evolución del
agramatismo durante el seguimiento fue
paralela a la de la hipoperfusión. (Silveri et al.,

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Cerebelo y procesos cognitivos 217

(Silveri et al., 1994). Otros autores han infor- do esta teoría aportando evidencias desde dife-
mado de defict morfosintácticos tras lesiones rentes campos de investigación, entre ellos el
cerebelosas vasculares o tumorales (Marien et estudio de pacientes con autismo y lesiones ce-
al., 1996, 2001; Fabro et al., 2000) o alteraciones rebelosas focales. En primer lugar, hipotetiza-
en la lectura (Moretti et al., 2002) Tomado en ron que el desarrollo anómalo del cerebelo, una
su conjunto los datos sobre afectación en la es- característica estable del autismo, hace que el
fera verbal por lesiones cerebelosas, los datos paciente afectado sea incapaz de ajustar su foco
de imagen y los anatómicos, se ha propuesto atencional para seguir los rápidos cambios de
un rol modulador del cerebelo en varios proce- las señales verbales, gestuales, posturales, tacti-
sos lingüísticos no-motores (memoria de traba- les y faciales, que caracterizan a la comunica-
jo verbal, recuperación léxica, sintaxis, etc). Los ción social. Pusieron a prueba esta hipótesis
deficit lingüísticos observados no implican que mediante la administración de una tarea expe-
exista una representación de las funciones lin- rimental que consistía en realizar rápidos cam-
güística a nivel cerebeloso, sino que serían el bios de foco atencional entre estímulos visuales
resultado de la depresión funcional de las áreas y auditivos. Comprobaron que, tanto los niños
supratentoriales del lenguaje debido a la afecta- y adultos autistas, como pacientes con lesiones
ción de las vías cerebelo-corticales (Marien et al. cerebelosas adquiridas, mostraron una altera-
2001) ción en la capacidad de realizar cambios volun-
La teoría de que el cerebelo está relaciona- tarios rápidos y precisos en el foco atencional
do con los procesos de temporalización inter- (Akshoomoff y Courchesne, 1992; Courchesne
na, surge de la idea de que el déficit de coordi- et al., 1994a; Akshoomoff et al., 1997). En cam-
nación, que presentan los pacientes con lesio- bio, ejecutaban correctamente la tarea cuando
nes cerebelosas, se puede entender como un se les proporcionaba más tiempo para realizar
problema para controlar y regular los patrones los cambios. También han aportado evidencias
temporales del movimiento. Ivry y su equipo de que este tipo de pacientes presenta enlente-
han puesto de manifiesto, en varias ocasiones, cimiento en la orientación de la atención, esto
que los pacientes con lesiones cerebelosas es, al orientar la atención espacial ipsilateral-
muestran alteraciones en tareas que requieren mente.
una temporalización precisa, tanto de tipo mo- En resumen, los resultados obtenidos en es-
tor como perceptivo (Ivry et al. 1988; Ivry y tos estudios indican que la patología cerebelosa
Keele, 1989; Ivry, 1997). Con respecto a la lo- que presentan los pacientes no les impide eje-
calización concreta de la función, concluyeron cutar los cambios y reorientaciones atenciona-
que los hemisferios laterales son críticos para el les, pero sí produce un deterioro del
funcionamiento del sistema de temporalización rendimiento (Akshoomoff et al., 1997). Otros
interno, mientras que las partes mediales del autores no han podido replicar estos hallazgos
cerebelo están relacionadas con la ejecución en el estudio de pacientes adultos,
motora. Por otra parte, han objetivado altera- mayoritariamente con lesiones focales
ciones en una función muy relacionada, que es adquiridas (Helmuth et al., 1997); sin embargo,
la habilidad para juzgar la velocidad de estímu- la metodología de evaluación no es
los en movimiento, en una muestra heterogé- estrictamente comparable .Una evidencia de
nea de pacientes con afectación cerebelosa (Iv- distinta procedencia a favor de la participación
ry y Diener 1991). del cerebelo en mecanismos atencionales, la
Desde los años 80, Courchesne y sus cole- proporcionan los estudios que informan de una
gas han defendido la teoría de que el neocere- reducción del tamaño del cerebelo,
belo juega un papel importante en la coordina- concretamente del lóbulo posterior inferior del
ción de la atención y el arousal, de forma aná- vermis (lóbulos VIII-X), en niños que
loga al papel que juega en el control motor presentan un Trastorno por Déficit de Aten-
(Courchesne et al., 1994a, 1994b). Han elabora- ción con Hiperactividad (TDAH) (Berquin et
al., 1998).

anales de psicología, 2004, vol. 20, nº 2 (diciembre)


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Conclusiones Podemos concluir, pues, que en los últimos


años se ha ido acumulando un número impor-
Desde los estudios de neuroimagen se ha mos- tante de evidencias a favor de la participación
trado la activación del cerebelo en funciones ta- del cerebelo en los procesos cognitivos. A pe-
les como la generación de palabras, compren- sar de ello, algunos autores mantienen una pos-
sión y procesamiento semántico, la articulación tura escéptica (Glickstein, 1993; Gomez-
encubierta, la memoria verbal inmediata, el re- Baldarrain y García-Moncó, 2000) debida, al
conocimiento verbal y no verbal, la planifica- menos en parte, al hecho de que los trabajos ci-
ción cognitiva, imaginación motora, rotación tados no están exentos de crítica: la activación
mental, adquisición y discriminación sensorial, del cerebelo en determinadas tareas no permite
y atención. En el estudio de pacientes con le- concluir directamente que tenga un papel fun-
siones focales se han obtenido evidencias de al- damental en el proceso en cuestión, los resulta-
teraciones en la velocidad de procesamiento, la dos de los estudios clínicos presentan inconsis-
realización de operaciones espaciales complejas tencias y contradicciones, no es fácil el control
y de carácter organizativo, la generación de pa- del efecto de los problemas motores, las tareas
labras ante consignas, la planificación y flexibi- son complejas y los déficit observados son difí-
lidad, el razonamiento abstracto, la memoria ciles de interpretar, etc. En cualquier caso, y
operativa, la temporalización perceptiva y mo- aunque no exento de controversia, podemos
tora. Se han observado además cambios de afirmar que estamos ante uno de los campos de
personalidad, agramatismo, déficits lectores, mayor interés de la neuropsicología de las últi-
disprosodia, y dificultades para realizar cambios mas décadas. Es necesario aún sistematizar el
voluntarios rápidos y precisos en el foco aten- cuadro que ha comenzado ya a delinearse. Esto
cional nos llevará a poder responder a la cuestión no
sólo de si el cerebelo juega algún papel en la
cognición humana, sino de cuál es ese papel.

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