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Por otra parte, Ribes (1981) en su proceso investigativo denominado: Reflexiones sobre el
concepto de inteligencia y su desarrollo, evidencia la estrecha relación entre los procesos
psicológicos de la especie humana y su inteligencia. orientando que esta se relaciona con el
sistema nervioso, favoreciendo la habilidad de aprendizaje y adaptación. de esta manera se
sigue sustentando que la medición del concepto en mención, se debe fundamentar en una
serie de habilidades que garantizan la adaptación y supervivencia como especie y como
individuos; por lo que es necesario que las pruebas orientadas a medir CI, enfoquen sus
factores evaluativos en hacer sus constructos más amplios, enfocándose en la subjetividad
de los mismos, teniendo en cuenta que existen diferencias individuales entre los sujetos y
que la inteligencia no se limita a cálculos u operaciones concretas relacionadas con la
lectura, escritura y en general proceso lingüístico, pues en esta investigación se da cuenta
de que el concepto se amplía relacionándose con el factor adaptativo, social y cultural.
A su vez en la investigación desarrollada por Zapata (2012), es claro que una de las
limitaciones más evidentes de las pruebas que miden CI, es el caracterizar mediante un
rótulo a los individuos, dadas las implicaciones que puede conllevar este hecho, la mayoría
de estas de carácter negativo, particularmente en esta investigación se pudo relacionar que
gran cantidad de sujetos evaluados, al recibir las retroalimentaciones respectivas frente a su
proceso intelectual, se sintieron identificados como sujetos no inteligentes, factor que
contribuyó a desarrollar episodios depresivos y en su mínima expresión ideación de
minusvalía, esto se sustenta en que existen expectativas de ejecución estas pueden ser
positivas o negativas o altas y bajas, estas inciden en los niños y adolescentes,
particularmente, inclusive se enuncia en este estudio que existen diferentes estudios que
dan cuenta que los individuos ajustan a sus expectativas, la ejecución de las pruebas
evidenciando que mínimamente se informan sobre estas, perjudicando la objetividad de
medición.
entonces es importante resaltar que se considera no adecuado usar etiquetas en los sujetos
tales como "retardado", "incapaz", "genio", "muy malo", o "brillante", entre otras pues es
claro que estas limitan las posibilidades de los sujetos y convirtiéndose en profecías auto-
realizadas, que se traducen en ideas de minusvalía,produciendo efectos afectivos y
emocionales negativos desencadenando consecuencias que aumentan la problemática en
cuanto a la salud mental.
De esta manera se tiene como premisa que las pruebas de CI o inteligencia, son insumos de
vital importancia en la construcción y mejora de los procesos educativos, adaptativos,
laborales y de competencias, no obstante es necesario partir de la premisa que la
inteligencia abarca un sinnúmero de habilidades, además que estas no deben caracterizarse
por arrojar resultados que favorezcan las etiquetas o la estigmatización, pues se vería
afectado el propósito constructivo del desarrollo de este tipo de pruebas, generando factores
más problemáticos en los sujetos, comprometiendo con mayor negatividad la salud mental
de los mismo