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De acuerdo a la revisión bibliográfica realizada, se plantea que pese a que el proceso de

medición  de la función intelectual aporta en los tópicos relacionados con el aprendizaje y


los desarrollos educativos y formativos avances de importante relevancia, se evidencia que
este es un tema controversial, pues  en algunos casos , los autores refieren que la
inteligencia es un  constructo subjetivo, cuya medición varía en función de contextos
socioculturales por ende la universalización del mismo, no es del todo objetiva.
Los resultados de investigaciones arrojan como conclusión esencial que, para medir la
inteligencia se requiere de una serie factores conductuales y adaptativos en los que se haga
un énfasis de evaluación o medición teniendo como referente esencial los contextos
individuales, dada la subjetividad del constructo en mención.
de esto da cuenta en su investigación,  Ardila (2011) quien en su estudio denominado:
Inteligencia, ¿qué sabemos y qué nos falta por investigar?, llega a la determinación que en
los seres humanos y diversas especies, predominan capacidades cognitivas que favorecen la
producción de factores comportamentales de mayor complejidad, capacidades que reciben
el nombre de inteligencia (o en algunos casos "inteligencias"); estas determinan habilidades
adaptativas de los seres a diferentes tipologías ambientales, que por lo general presentan
variabilidades y evoluciones, La capacidad de adaptación se relaciona directamente con el
constructo denominado inteligencia. por lo que este autor en su análisis referencia que se
denominaría a un sujeto como inteligente, o de mayor inteligencia cuando, por ejemplo
presenta mayor adaptación a su ambiente físico - social, selecciona los ambientes en que su
funcionamiento es óptimo,encaja sus habilidades y potencialidades modificando su
ambiente para tal ajuste,  se enfrenta  a las situaciones problémicas e inesperadas de forma
adaptativa y racional; de esta manera se tiene como referente tras el análisis del autor que
las habilidades que abarcan el concepto de inteligencia, son altamente valoradas en los
contextos sociales, corresponden a fuentes constantes de investigación en desarrollos
científicos en áreas como la psicología y la neurociencia, y son de esencial relación con
factores políticos, ideológicos y socioculturales.

Por otra parte, Ribes (1981) en su proceso investigativo denominado: Reflexiones sobre el
concepto de inteligencia y su desarrollo, evidencia la estrecha relación entre los procesos
psicológicos de la especie humana y su inteligencia. orientando que esta se relaciona con el
sistema nervioso, favoreciendo la habilidad de aprendizaje y adaptación. de esta manera se
sigue sustentando que la medición del concepto en mención,  se debe fundamentar en una
serie de habilidades que garantizan la adaptación y supervivencia como especie y como
individuos;  por lo que es necesario que las pruebas orientadas a medir CI, enfoquen sus
factores evaluativos en hacer sus constructos más amplios, enfocándose en la subjetividad
de los mismos, teniendo en cuenta que existen diferencias individuales entre los sujetos y
que la inteligencia no se limita a cálculos u operaciones concretas relacionadas con la
lectura, escritura y en general proceso lingüístico, pues en esta investigación se da cuenta
de que el concepto se amplía relacionándose con el factor  adaptativo, social y cultural.
 A su vez en la  investigación desarrollada por Zapata (2012), es claro que una de las
limitaciones más evidentes de las pruebas que miden CI, es el caracterizar mediante un
rótulo a los individuos, dadas las implicaciones que puede conllevar este hecho, la mayoría
de estas de carácter negativo, particularmente en esta investigación  se pudo relacionar que
gran cantidad  de sujetos evaluados, al recibir las retroalimentaciones respectivas frente a su
proceso intelectual, se sintieron identificados como sujetos no inteligentes, factor que
contribuyó a desarrollar episodios depresivos y en su mínima expresión ideación de
minusvalía,  esto se sustenta en que existen expectativas de ejecución estas pueden ser
positivas o negativas o altas y bajas, estas inciden  en los niños y adolescentes,
particularmente, inclusive se enuncia en este estudio que existen diferentes estudios que
dan cuenta que los individuos ajustan  a sus  expectativas, la ejecución de las pruebas 
evidenciando  que mínimamente se informan sobre estas, perjudicando la objetividad de
medición.
entonces es importante resaltar que se considera no adecuado usar etiquetas en los sujetos
tales como "retardado", "incapaz", "genio", "muy malo", o "brillante", entre otras pues es
claro que estas  limitan las posibilidades de los sujetos y convirtiéndose en profecías auto-
realizadas, que se traducen en ideas de minusvalía,produciendo efectos afectivos y
emocionales negativos desencadenando consecuencias que aumentan la problemática en
cuanto a la salud mental.

De esta manera se tiene como premisa que las pruebas de CI o inteligencia, son insumos de
vital importancia en la construcción y mejora de los procesos educativos, adaptativos,
laborales y de competencias, no obstante  es necesario partir de la premisa que la
inteligencia abarca un sinnúmero de habilidades, además que estas no deben caracterizarse
por arrojar resultados que favorezcan las etiquetas o la estigmatización, pues se vería
afectado el propósito constructivo del desarrollo de este tipo de pruebas, generando factores
más problemáticos en los sujetos, comprometiendo con mayor negatividad la salud mental
de los mismo

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